You are on page 1of 4

Juventud negada y negatizaba

INTRODUCCIÓN

Un conjunto de representaciones definen a los jóvenes a partir del ser en sí


mismo. Ya en 1962 Henri Lefebvre avizoraba este carácter mítico de la
representación juvenil, El mito de
la juventud, como el del proletariado , consiste en una serie de afirmaciones
filosóficas y de redundancias de orden ontológico, esto es, relativas a un
‘ser’ que se pretende definir. La juventud tendría su ‘ser’ propio y se
la definiría por ella misma y para ella misma . Se parte de una comparación
con perspectiva adultocéntrica, la definición se hace por diferencia de grado en
relación al parámetro elegido, lo que lleva a establecer características desde la
falta, las ausencias y la negación, y son atribuidas al sujeto joven como parte
esencial de su ser.

Esta perspectiva conduce a perder de vista la condición juvenil como construcción


social, quedando oculto bajo el manto de la naturalidad del fenómeno que estas
concepciones son discursos altamente ideologizados y con perspectiva
gravemente discriminadora. En las sociedades occidentales modernas la vida está
simbolizada como una curva, se asciende hasta el punto culmine y luego se
desciende. La marcación del no deseo o el no interés está colocada en que no se
desea/interesa por lo que se le ofrece. El pasado no le pertenece porque no
estaba, el presente no le pertenece porque no está listo, y el futuro es un tiempo
que no se vive, sólo se sueña, es un tiempo utópico.

Ahí son puestos los jóvenes, y así quedan eliminados del hoy. Nunca pueden SER
ELLOS jóvenes en el presente. El presente es el tiempo de los adultos de hoy. Te
roban el presente hipotecando el futuro.

La promesa de un tiempo venidero donde hallarán completitud, donde el


devenir biocronológico los hará seres completos, por lo que dejarán de ser
jóvenes, y entonces su tiempo será el presente . Otro modo en el que aparece
esta representación es en el tan difundido eslogan de que los jóvenes de hoy no
tienen futuro, o no les interesa el futuro o no tienen proyectos para el mañana

CARACTERIZACIÓN DE LA JUVENTUD
a) Representaciones

Un conjunto de representaciones definen a los jóvenes a partir del ser en sí


mismo. Ya en 1962 Henri Lefebvre avizoraba este carácter mítico de la
representación juvenil, El mito de la juventud, como el del proletariado, consiste en
una serie de afirmaciones filosóficas y de redundancias de orden ontológico, esto
es, relativas a un ‘ser’ que se pretende definir. La juventud tendría su ‘ser’ propio y
se la definiría por ella misma y para ella misma. Se parte de una comparación con
perspectiva adultocéntrica, la definición se hace por diferencia de grado en
relación al parámetro elegido, lo que lleva a establecer características desde la
falta, las ausencias y la negación, y son atribuidas al sujeto joven como parte
esencial de su ser.
Esta perspectiva conduce a perder de vista la condición juvenil como construcción
social, quedando oculto bajo el manto de la naturalidad del fenómeno que estas
concepciones son discursos altamente ideologizados y con perspectiva
gravemente discriminadora. En las sociedades occidentales modernas la vida está
simbolizada como una curva, se asciende hasta el punto culmine y luego se
desciende. La marcación del no deseo o el no interés está colocada
en que no se desea/interesa por lo que se le ofrece. El pasado no le pertenece
porque no estaba, el presente no le pertenece porque no está listo, y el futuro es
un tiempo que no se vive, sólo se sueña, es un tiempo utópico.

Ahí son puestos los jóvenes, y así quedan eliminados del hoy. Nunca
pueden SER ELLOS jóvenes en el presente. El presente es el tiempo
de los adultos de hoy. Te roban el presente hipotecando el futuro.

La promesa de un tiempo venidero donde hallarán completitud, donde el


devenir biocronológico los hará seres completos, por lo que dejarán de ser
jóvenes, y entonces su tiempo será el presente . Otro modo en el que aparece
esta representación es en el tan difundido eslogan de que los jóvenes de hoy no
tienen futuro, o no les interesa el futuro o no tienen proyectos para el
mañana. Se está hablando del joven desde la potencialidad de la acción, no por lo
que el joven es en relación a los demás, sino por lo que es o puede ser en sí
mismo. La interpretación del individuo por el individuo mismo.

Formaciones discursivas

Es la presentación del joven como adolescente. Es un acercamiento al joven a


partir de verlo como el portador del daño social. El joven cumple en la sociedad el
rol del enemigo interno o chivo expiatorio. Se incluye en este discurso el
muy de moda término de «tribu juvenil» sobre el que se vuelve más adelante.

El joven es una víctima de la globalización, de la sociedad moderna, del


posmodernismo, de los medios de comunicación, del sistema escolar que no
funciona, de los malos profesores. Estas representaciones articulan un discurso
que también quita agencia al joven. Su calidad de actor social creador está
anulada por la imposibilidad que tendrá de generar otro camino que no sea el que
le estaba previsto a su sector social, si es pobre será ladrón, no les queda otra que
salir a robar, la droga es la única salida de estos pibes de barrio periférico. Según
sea la clase o sector de clase será el estereotipo a fijar, así se encuentran
principalmente discursos naturalistas, psicologistas y culturalistas ligados a la
juventud de clase media y alta, y discursos de patología social y pánico moral
cuando se habla de la clase media empobrecida y los pobres.

Desde la representación negativa o peyorativa del joven, como de su aparente


extremo opuesto, la representación romántica de la juventud, son miradas que
niegan. Las prácticas de intervención paternalistas no entran en contradicción con
ninguno de estos discursos, todos le son útiles y unidos son más eficaces

CARACTERIZACIONES DE OTROS

Varios autores han realizado caracterizaciones de discursos o teorías acerca de la


juventud argentina y latinoamericana, ofrezco a continuación una breve síntesis del
material revisado y una tabla donde se marcan equivalencias o semejanzas entre
las distintas caracterizaciones, incluida la propuesta en este estudio . En orden
cronológico de publicación, uno de los primeros trabajos es el realizado por Cecilia
Braslavsky en 1986, quien ofrece una clasificación de discursos sobre la juventud
titulando mito de la juventud homogénea al mecanismo por el
cual se identifica a todos los jóvenes con algunos de ellos y se presenta a toda
la juventud como un conjunto monocromático de personas. La interpretación de
la juventud gris hace a todos los jóvenes depositarios de todos los
males. Transforma conceptualmente a la juventud en el grupo que más sufre los
embates de las crisis, que más afectado está por la herencia de los hábitos y
prácticas de la sociedad autoritaria.

Los jóvenes serían la mayoría entre los desocupados, los delincuentes, los
pobres, los apáticos. Ellos serían la desgracia y la resaca de la sociedad
argentina, aunque se la presente irónicamente como ‘grupo
social privilegiado’. la interpretación de la juventud blanca ve en ella al
Mesías, al Redentor, a los personajes maravillosos y puros que salvarían a la
Humanidad de la entropía, que podrían hacer todo lo que
no hicieron sus padres, incluso construir una Argentina democrática. Basado en la
observación de indicadores que tienen que ver con transformaciones
biopsíquicas, estas teorías explican el origen de la juventud en
la evolución de lo corpóreo, y formulan interpretaciones de tipo individualista.

Partiendo que la edad es el único aspecto común en todas las sociedades, la


toman como categoría central de explicación, y llegan a la conclusión que lo
característico de la juventud es la no correlación entre lo
físico y lo psíquico Contextuales. Conceptualizan a la juventud desde una
perspectiva ecológica y multidisciplinaria. La teoría del medio ambiente, la teoría
de la acción de Habermas, la teoría sistémica y la teoría del ciclo vital, dan cuenta
del fenómeno de la juventud a partir de la consideración de factores que vienen
del entorno y que influyen en el desempeño de los roles. Homero Saltalamacchia
ha trabajado la temática juventud en relación a Puerto Rico.

Se busca, además, iniciar una línea de investigaciones que incorpore a los propios
jóvenes no como meros ‘objetos de la investigación’ sino, en la medida de
lo posible, como actores de esa investigación . La investigadora costarricense
Dina Krauskopf Juventud ciudadana. El enfoque de derechos abandona el
énfasis estigmatizante y reduccionista de la juventud como problema. La
integración del paradigma que la señala como actor estratégico, con el
paradigma de juventud ciudadana permite reconocer su valor como sector
flexible y abierto a los cambios, expresión clave de la sociedad y la cultura
global, con capacidades y derechos para intervenir protagónicamente en su
presente, construir democrática y participativamente su calidad
de vida y aportar al desarrollo colectivo .

Las «víctimas propiciatorias» son preferentemente sectores de la juventud


pobre Aquellos apoyados en su condición de ser el «otro». La pregunta, en este
caso es si la sociedad es capaz de reconocer sus propias responsabilidades o
si, más bien, la juventud funge de chivo expiatorio para explicar fracaso o
pérdidas de perspectiva histórica. Para ir un poco más lejos, si asumimos que la
juventud es una suerte de «reproducción ampliada» del proceso social, el
incumplimiento de este rol puede deberse a condiciones propias de los jóvenes
como a la incapacidad de las generaciones precedentes de sentar las bases de un
desarrollo determinado. Se incluyen una serie de prácticas sustentadas en una
suerte de «derecho de cobro», que el autor ve emerger con posterioridad a los
discursos y prácticas de denuncia que conmocionaron una etapa de América
Latina, de los que uno de sus resultados fue la identificación de la víctima
y de sus derechos conculcados.

De allí se legitiman estas prácticas que él caracteriza como aberrantes

CONCLUSIÓN

Es menester acordar conceptos dado que se hace innecesario y tedioso acarrear


«tablas de equivalencias» como la que se ha construido. 9 Segundo, y de otro
orden, se ve cómo la gran coincidencia es en la marcación de fuerza que siguen
teniendo todos los discursos de invisibilización y/o estigmatización de la
juventud. Se interpreta que las miradas hegemónicas sobre la juventud
latinoamericana responden a los modelos jurídico y represivo del poder. Tomando
la propuesta foucoultiana sostengo que la juventud está signada por «el gran
NO», es negada o negativizada , se le niega existencia como sujeto total o se
negativizan sus prácticas .

La apuesta teórica es pensar la juventud como relación, al joven


como posibilidad, lo que incluye todas las caras, la posibilidad no es positiva en
el sentido de «lo bueno» o «lo deseable», sino en el sentido del poder
hacer, del reconocimiento de las capacidades del sujeto. Los discursos son
producciones situadas, tanto en el tiempo como en el espacio, jamás son
inmutables, y responden a la negociación de todos los actores involucrados.

You might also like