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La cultura y su dimensión

geográfica

Thelma Gabriela Ortega Gonzalez


Escuela Vocacional UdeG
Día de muertos en un país
con culturas diferentes
De norte a sur, la celebración del 2 de noviembre y en general de los difuntos
presenta en México matices que se deben tanto a la diversidad de etnias,
creencias y a elementos culturales y del folclor.

Las catrinas son unos de los elementos incorporados al folclor mexicano para el Día de muertos.
Foto: Internet

Tres diferencias culturales en la concepción de la muerte fueron encontradas por


Miguel Ángel Paz Frayre, director de la División de Cultura y Sociedad del Centro
Universitario del Norte (CUNorte), en algunos pueblos originarios de Sonora,
donde el académico trabajó durante cerca de quince años. Ese es sólo un ejemplo
de cómo las posturas en el país se multiplican, marcando una diferencia entre el
norte y el sur, los pueblos indígenas y los mestizos.

“Todavía estos pueblos indígenas conservan elementos que les son propios, o de
menos no está presente el Halloween, por ejemplo, y sus prácticas relacionadas
con la muerte se adscriben a su cosmovisión”, dijo al dar a conocer los
pormenores del panel «La celebración de la muerte: Ofrendas, ritos y significados.
Voces y reflexiones desde México

Los cucapá, cuyo nombre en su lengua significa “el pueblo del río”, situado al
noroeste de Sonora, tienen con la muerte una relación muy particular. Es un grupo
que sigue cremando a sus muertos, y hay un ritual muy complejo cuando alguien
fallece, que está muy vinculado a los deudos.

Del fallecido no se vuelve a hablar, detalló, pues consideran que el que muere
está en otro espacio y dimensión, y que se tiene que quedar ahí. No tienen, por lo
tanto, un festival del día de muertos, ni tampoco altares. Los cucapá no podrían
poner fotografías de la gente que murió.

Entre los tohono o’odham hay una relación con la muerte de duelo y pérdida. Para
ellos la celebración tiene lugar el día que la persona fallece, aunque tienen
presente el día de muertos.

Ellos sepultaban a los cuerpos en los cauces de los ríos (hay que recordar que es
territorio desértico y buena parte del año el río no lleva agua), y hacían oquedades
en sus cauces.

“HE ESTADO TAMBIÉN EN TERRITORIO


YOREME, CON LOS MAYOS Y YAQUIS.
POR SU CERCANÍA A LOS CENTROS
URBANOS, ENCONTRAMOS LA
PRESENCIA DE ALTARES Y OTROS
ELEMENTOS QUE CONSTITUYEN LA
CULTURA NACIONAL, AUNQUE SIGUE
PRESENTE SU COSMOVISIÓN Y
PRÁCTICAS”.
Los yaquis consideran a la muerte como un ciclo que se acaba y que forma parte
de la vida. Hay una relación de respeto con la muerte.
No es lo mismo el norte y el sur
La celebración de muertos en el país no es homogénea, sino que tiene diferentes
perspectivas y significados diversos, explicó el académico.

El investigador dijo que el norte y el sur son dos regiones que le imprimen
significados diferentes al Día de muertos. Mientras que, en el sur, en estados
como Oaxaca, se caracteriza por su colorido, en el norte, aunque está presente el
Día de muertos, hay una contención en el festejo.

En el centro está muy presente el visitar el 2 de noviembre a los muertos. La gente


les lleva música y comida. Los deudos consumen alimentos a un lado de la tumba,
en cambio en el norte no se acostumbra así.

Tanto en el centro como en el sur, aunque la muerte implica el cierre de un ciclo,


la perdida de seres queridos, tiene sin embargo un elemento festivo, de celebrar a
los que ya no están.

En el norte, en estados como Sonora y Baja California y los otros fronterizos a


Estados Unidos, el Día de muertos es una continuidad del duelo que lleva a la
contención, y aunque está presente el día, no necesariamente la fiesta y la música
lo cruza

El pan de muerto es
una tradición que ha nacido en el centro del país.
La festividad en zonas urbanas
El académico detalló que hay zonas urbanas en donde el Día de muertos se ha
empatado a un festival y es resultado de un sincretismo que conjuga elementos
culturales tomados del catolicismo, de otras regiones del país, los pueblos
originarios y prehispánicos, así como elementos de la modernidad.

“Pienso en la flor de cempasúchil que es característica del sur y centro del país. Al
festival se han integrado también La Catrina, elemento que fue creada por el
grabador y caricaturista mexicano José Guadalupe Posada (1852- 1913). Esto
evidencia el dinamismo que tienen las formas culturales y la capacidad de integrar
elementos y de rechazar otros”.

Otro elemento es el pan de muerto, que se acostumbra hacer en la Ciudad de


México, y que es más del centro del país.

Además, el día de muertos integra elementos del Halloween, que no tienen


necesariamente que ver con la muerte, sino con el terror implícito. De manera que
las personas pueden tener montada una ofrenda y hacer a la vez una reunión
donde todos lleguen disfrazados de personajes de terror de cine de Hollywood.

En esta celebración está presente el folclore, como esta capacidad de mostrar la


festividad, el colorido. La folclorización tiene que ver con la integración de
elementos sin cuestionarlos, simplemente, los muestra, explicó.

“CUANDO SE HABLA DE FESTIVAL LAS


INDUSTRIAS CULTURALES ESTÁN
PRESENTES, Y HAY UNA
COMERCIALIZACIÓN Y UNA DIMENSIÓN
ECONÓMICA EN ESTE TIPO DE
CELEBRACIONES”, DIJO.

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