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Clase 2 - CRÍTICA A LA ECONOMÍA POLÍTICA
Clase 2 - CRÍTICA A LA ECONOMÍA POLÍTICA
¿Qué es la Crítica?
I
Criticar es dudar y reflexionar sobre el sentido común (verdades aceptadas sin pensar
por costumbre, ignorancia o lectura superficial de la realidad). Dudar y reflexionar
sobre la teoría apologética (aquella que defiende al sistema de dominación que impere
en cualquier época histórica sin importar sus implicaciones éticas o científicas).
Ideas como:
Son ejemplo de tres formas erradas de pensar propias del sentido común (Grüner, 2015).
Esos errores derivan de maneras de pensar propias de la “actitud natural” e ingenua
frente al mundo. Esas maneras de pensar propias del sentido común son las siguientes:
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origen social e histórico, respondiendo a la organización patriarcal de la
sociedad.
2) Inversión causa-efecto (metonimia) Lo que aparece como efecto de un
fenómeno social es en realidad su causa. Por ejemplo, la supuesta superioridad
de las sociedades blanco-occidentales no es la causa de la situación vulnerable
de las sociedades no occidentales, sino el resultado del proceso de colonización
de los blancos-occidentales contra el resto del planeta desde el siglo XV. La
colonización permite a los occidentales desarrollar sus sociedades y acumular
riquezas al punto de poder considerarse “superiores”.
3) Tomar la parte por el todo (sinécdoque) Una parte de la realidad se
absolutiza para convertirse en “toda” la verdad sin considerar la complejidad de
lo real (se toma la parte por el todo). Por ejemplo, la idea de que los pobres son
pobres por su culpa, por no trabajar suficiente, no considera los procesos
históricos de expropiación de la riqueza y luego los procesos cíclicos de
explotación laboral, expoliación de los recursos naturales y los procesos
constantes de privatización de lo común y marginación social.
Por otro lado, la teoría económica apologética (aquella que defiende al sistema sin
ninguna consideración ética, únicamente por estar del lado del poder) no es errada, sino
unilateral, porque presenta como verdad solo la visión del grupo social dominante.
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Lo que decimos es que la forma como miramos el mundo social y sus fenómenos está
errada: los síntomas violentos del malestar en la cultura no tienen que ver con unos
locos aislados cuyo castigo y control resolverían los males de la sociedad. Si no que
estos fenómenos son sociales y nos conciernen a todos y a todas las disciplinas
científicas.
Sin embargo, las teorías económicas que nos enseñan en la Facultad no dan cuenta de la
realidad:
Esta cátedra sostiene que la organización de la sociedad actual destruye el tejido social
debido a la creciente desigualdad y el uso instrumental que hacen los unos de los otros
(Horkheimer, 2007). Pero además produce una crisis ecológica que pone en cuestión la
propia sobrevivencia de la especie (Klein, 2015).
Existe un divorcio entre teoría y realidad. Y es ese divorcio el que hace necesaria la
crítica. Para solventar la unilateralidad de la Teoría Neoclásica y las distintas versiones
del keynesianismo, la Crítica de la Economía Política adopta una actitud
interdisciplinaria. Esto significa que se enfoca los fenómenos económicas desde las
distintas ciencias sociales, lo que permite componer una compresión multilateral de la
realidad.
Antropología
Sociología
Historia Economía
Filosofía
Política Psicología
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II
Por tanto no se parte de una posición neutral, sino de una oposición franca al poder de
dominación y a toda forma de desigualdad.
Posición
científica implica
necesariamente
una posición
política.
III
La crítica es afirmar “lo posible” contra “lo dado”. Por ello se parte de la afirmación de
Herbert Marcuse “Lo que es no puede ser verdad”(Marcuse, 1983).
Lo que “es” deja tanto que desear que no podemos conformarnos con la idea de que sea
lo único posible. Contra el conformismo se afirma que aquello que no es aún, pero
resulta posible, también es parte de la verdad.
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Aparato crítico se aplica a la Economía Política
Malthus
Economistas Vulgares
Say
Individualismo metodológico
Desde la Economía Politica Clásica hasta las corrientes económicas contemporáneas
que definen al capitalismo como el único modelo social posible, o lo defienden como el
mejor modelo posible, se propone un principio que sostiene sus hipótesis y
conclusiones: el individualismo metodológico.
Este principio consiste en creer que las sociedades son nada más que un conjunto de
individuos aislados entre sí, que se agregan exclusivamente para el intercambio privado
de mercancías. Niega la existencia de otras agregaciones sociales a nivel meso
(intermedio), o las rechaza como permanencias de un pasado que debería dejarse atrás.
Los fenómenos sociales micro y macro serían explicables solo desde el comportamiento
individual y por tanto las Ciencias Sociales (CCSS) deverían concentrarse en estudiar su
comportamiento para poder conocer lo social.
Esta idea de la prevalencia del individuo sobre la sociedad se origna en la naturalización
de lo humano, es decir, en el supuesto que al evolucionar de los animales (acersión
correcta a nivel biológico demostrada por Darwin y defendida por la Biología moderna)
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heredamos un complejo aparato instintivo que hace que por naturaleza seamos agresivos
y territoriales. Esto significa que los seres humanos serían egoístas por naturaleza y que
lo único que los motivaría sería la defensa mezquina de sus intereses materiales. Al ser
una característica natural, inscrita a nivel genético, entonces sería inmodificable y la
sociedad se erigiría sobre dicho principio.
La evidencia histórica demuestra por el contrario que la cooperación ha sido la
estrategia de supervivencia de la humanidad frente a un medio natural hostíl. El
individualismo metodológico no tiene nada de natural, sino que es un discurso
construído socialmente por el liberalismo económico a partir del principio positivista
que mecánicamente equipara lo natural a lo social.
Fue Gottfried Leibniz quien formuló por primera vez este discurso a inicios del siglo
XVIII (Monadología, 1720), incluso antes que Darwin propusiera y demostrara la
evolución competitiva de las especies (en el siglo XIX). Es decir, que el discurso de la
sociedad conformada por individuos aislados estaba presente antes que la propia
comprobación de los mecanismos naturales de evolución. Primero fue un discurso
filosófico y luego de manera oportunista se liga lo biológico a lo social en una
continuidad del discurso liberal (Leibniz, 2001).
Leibniz sostenía que los seres humanos somos como “Mónadas sin ventanas”, entidades
cerradas en sí mismas incapaces de comunicarse entre sí. El orden social se produce
mediante una débil coordinación entre estas unidades basada en el intercambio
equivalente de mercancías. Un orden suprahumano (divino) es el que se encarga que la
entidad social no se disgregue y que las acciones individuales se coordinen.
Adam Smith, a finales del siglo XVIII (La Riqueza de las Naciones, 1776) y
claramente influenciado por Leibniz, plantea su comprención del sistema económico
basado en el individuo, sus pasiones e instintos. La sociedad y el bienestar de la misma
se construye cuando cada individuo cuida su pripio interés. Luego una mano invisible
coordina la equiparación de oferta y demanda para lograr el equilibrio económico
(Smith, 2018).
Sin embargo es con Darwin y su Teoría de la evolución de las especies (siglo XIX), que
se inaugura el individualismo metodológico tal como lo conocemos hoy. Lo que Darwin
demuestra que en un medio natural con recursos escasos, varias especies de animales
compiten entre sí para apropiarse de los alimentos y sobrevivir. En esa competencia las
variaciones genéticas para adaptarse a las condiciones climáticas (pérdida o ganancia de
pelo), de alimentación (adaptación a las fuentes de alimento locales) o lucha contra los
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otros (desarrollar caparazones, dientes más fuertes o garras), será lo que garantice la
supervivencia de la especie más fuerte sobre las más débiles. Esa es la llamada “ley de
la selva”.
El institno es el comportamiento automático en las especies animales disparados por
factores claves del medio ambiente: por ejemplo, cuando un animal está comiendo y
cualquier otro ser vivo se acerca a él, su reacción es violenta, ataca a quien se aproxima
pues el instinto dicta que cualquiera es competidor y quiere robar la comida.
Este factor institntivo, según Darwin, es lo que ayudaría a las especies más fuertes a
adaptarse primero en el corto plazo a su medio ambiente, aprender comportamientos
adecuados para enfrentar las amenazas, modificar genéticamente sus capacidades y
prevalecer sobre el resto.
El individualismo metodológico lo que hace es aplicar de manera burda y mecánica las
conclusiones de Darwin a la sociedad. Surge de esa manera una corriente de
pensamiento social que influye de manera determinante al pensamiento económico
apologético, Esta corriente se ha denominado históricamnete “darwiniso social”:
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Falta de mediación
• Sin comunicación sujetos buscan su interés
• Sin planificación individual y
• Sin coordinación alguna construyen automáticamente
Explicación más religiosa que científica, retoma la idea de Leibniz sobre una divinidad
ordenadora de lo social.
Pero: ¿Somos en realidad los seres humanos seres territoriales, agresivos, instintivos,
individualistas por naturaleza?
Bibliografía
Grüner, E. (2015). De Fetiches también (y especialmente) se vive. Capitalismo y
Subjetividad: el fetichismo entre Marx y Freud. In E. Carpintero (Ed.), Actualidad
de el fetichismo de la mercancía (pp. 35–70). Buenos Aires: Topía Editorial.
Horkheimer, M. (2007). Crítica de la razón instrumental. La Plata: Terramar.
Klein, N. (2015). Esto lo cambia todo. Esto Lo Cambia Todo. El capitalismo contra el
clima. Booket.
Marcuse, H. (1983). El hombre unidimensional. Ariel.
Leibniz, G. (2001). Monadología: Principios de Filosofía. Madrid: Biblioteca Nueva.
Smith, A. (2018). Investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las
naciones. Mexico: Fondo de Cultura Económica.