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Pk Ti Sat yc coi a i i eon escola Replies spleen de sles aotscks neste rnp car 134 | it ema 10: La conducia humana y su ausencia. La teoria de la actio libera in causa Caso “Petruf”, Camara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, Sala V, 22/8/2003, L.L. 2003-F-26 2 Instancia, Buenos Aires, agosto 22 de 2003. CConsiderando: I. Lega 2 manos de los suscriptos esta causa, en virtud del recurso de apelacién introducido por ls defensa de Daniel Alejandro Pe~ | tur, contra el auto decisorio que luce a fs. 142/144 del expediente princl- pal (fs. 3/5 de estas testimonios), mediante el cual se decreta el proceso Imiento del nambrade, en orden a los deltos de privacién jlegal ¢e la / Wbertad, homicido y lesiones Imprudentes. TI. Es objeto de investigacién, e| hecho ecurro el dia 22 de junio de! aio én curso, a las 4:20 A.M, aproximadamente, en Ie autopiste Lugones de esta cludad de Buenos Aires. Por dicha via crculaba el vehieulo de alqui- Jer marca Ford Gelexy conducido por el encausado Petru, como pasaje: 125,78. y BS. or motivos que, al menes de momento, pueden presumirse, Daniel Ale Janda Petrut perdig ef control del automotor y, ast, qolpe en varias oca~ Sones contra el guarda carrl; estas circunstancies, sumeéos a le aporente fadttud pesiva del encausada ante los reiteracos y desesperados pedios de ias vctimas para que se cetenga, motivaron que ambas decisieran arrojar- $e del vehiculo. Producte de ello, TB. falecié un cia después, y PS. sutrié importantes heridas, TIL. Llegado el momento le expedirse, considera prudente la sala, pare ‘una mayor comprensién del caso, separar el andisis de cade cuestion, no sin ‘antes advertir que no se apreci, tal como alega la defensa (fs. 7/8 de este inldente), que el auto recurrido contenga vielos en su fundamentacién, ‘a, Materialidad de los hechos 5 Ei hecho materia de investigacién ~y que fuere descripto en el apartado seguado de esta decision no se halla clscutico en autos; en efecto, tal bo- Se factica encuentra suficiente sustento en el material probetorio incorpo~ rado al [egajo y, ademas, no na encontrado objecién alguna por parte 6e Io defensa y las quereles, Por tal motivo no corresponde, por parte de este tribunal, efectuar consideraciones al respect. , Enfermedad del encausade y su manifestacton Sentado cuanto antecede, corresponde destacar, por su trascendencio, ‘un aspecto central del caso bajo andlsis: Ia supuesta enfermedad ae Petrut yy logicamente, su ineidencia, Conforme surge de In eonstanclas det legafo, todo parece indicar que Daniel Alejandra Petruf padece de epilepsia y que tal patologia tuvo una de sus manifestaciones el dia del suceso. 135 aaa atin cine nd ind seii su if iF En efecto, mas allé de las manifestaciones de! propio encausado en tal sentido, el certificado médico que luce a fs. 209 ~si bien resta ser corrobo- rado- permite establecer la existencia de la enfermedad, y que Petrut fue tratado en el Hospital Femiéndez desde el afo 1993, hasta 1997. Ta Instru- ‘mente encontraria apoyo, ademés, en las constancias que surgen de la his- toria clinica que obra a fs. 352/353. Por otro lado, médices del Servicio Penitenctario Federal han tratado y ‘medicado al sujeto encausado durante su detenclén, como a un enfermo de cepilepsia (ts. 213/287). Por tales motives es factible afirmar, en esta etapa, que Daniel Alejan- dro Petruf es un individu epiléptica; se habrian acrecitado, en principio, sus aichos en tal sentido, En otro orden, cansidera el tribunal que tal patologie parece haber ten {do una de sus manifestaciones el cia del suceso, pues de otro modo no se | ‘explicaria por qué, con anterioridad a aumentar su velocidad y golpear con- tra el guarda carr el veniculo cireulaba normalmente (ver, en ese sentido, In declaracién de la vietime P. S. de fs. 308) ‘Ademas, P. S. sostuvo que el Imputado no reaccionaba ante los constan= tes pedidos de ella y su amiga -incluso llegaron a tirar de sus pelos-, lo cual constituiria un claro indicedor de! ateque, que se caracteriza, entre otras co- 26, por la pérdida absoluta del conocimiento y las convulsiones (ver, a8, fs, 306 y fs. 123/125, 131/132, 188/190, 286 y 249/350). 4 En sintesis y al menos de momento, todo pareceriaIndicar la existencla de la enfermedad, asi como su expresin en el momento de los hechos. Sin embargo, deberd’profundizarse [a Investigacion en tal sentido, pues este aspecto debe ser corroborade en forma fehaciente. 4 ‘Asi, ademas de obtener el resultado de las estudlos encomendados, conveniente resultaria verificar -por le via correspondiente- de qué modo se manifiesta la patologia en el sujeto encausado, y sies factible, en ten: ibn al relata efectuedo por la victima S,, si deta puede expresorse del mo- do relatads. Deberd verificarse, asimism, sila medicacién que el imputed dice har ber ingerido en tos iltimos tlempos es la adecuada y, ademas, si es proba | ble que, aun bajo los efectos ve ésta, pueca presentarse un ataque como fel que parece haber sufrido Petruf. Finalmente, resta obtener la declaracién del médico neurblago que ha suscripto el certiicado que obra a fs. 209 del expediente principal. flea Inconsciencle, ya fuera fsa restate; tamblan en forme paci- {,se_na nud los ataques de epllepsa dentro del primera de los ca- Ses (ver, entre muchos, Mauraeh-Zio, Derecho Penal, parte. genera F acuccén cela 7 ecttn alemena por orge Boll Genzsch y Enrique A | tron Gbson, astra, Buenos Are, $994, 1, ps. 246, slgulentes). Sipuestos como ol atado, done podtan exist reaclonescorpoales fp inervenclén -de ninguna manere~ de la volntad, quedarian fuer del Poncepto de aciony, en consecuencl, seen ielevanes para el Derecho ened La rozen de cl undnime afrmacién puede resumise dela sguente Hfcrera: una condueta que no puede sercontiada de acuerdo als nati frleza humana, no constuye un punto parte véldo para la responsa- ‘iad pal. ‘avore bien, no obstente Io expuesto, nay que ser claro en este sentido: fun eiando al momento del suceso no pueda hablarse de actin, es M0 Euler cea -como antes se adeantera-queel sujeto no puede se respon Sabllaco; elo ccure, como en e easo, cuando ha introduedo Imocuden- Jamerte, en un momento anterr al eco, un causa al resultado. le encuonta su exoicctn, sll asunto es analizado ai uz def teo- dea “acto bere in caus; esto es, bajo squelos supuests en los cu- Rs el autor pone en marcha un comportemiento actuande de forma respen- “sable, pero que sélo desemboca en una accién tipica cuando aguél ha ‘perdido capacidad de accién (en ese sentido ver Jescheck, Hans-Heinrich, Fratado de Derecho Pena, pare general, 42 ed aduclés or José Mana pores Someniego, Comares, Grenoda, 1993, p. 403); en otras palabras: el Bex provoca en forma imorudente-en un momento anterior al ataque al [bien ten, su faa de een, 7 Devtro de ese marco, a imprudent por parte de Dane! Aejandro Petrut ede apreclrse en vaiacas cieunstences,todbsapreicbes Con antei- ridad al tiempo del evento. En primer y fundamental término, el sélo hecho fe conduct un vehiculo de passjeres»sabiendas ce au enfertmedod, cone de por siunelemente neosayabe aia hora de analiza ia cuestion. or otre lado, s! bien el encevsedotomata cera medicacin, ls ausen- vic total de tratamiento clinico desde el afi 1997 refuerce tel convepto im Fprudente (ver informe des, 95); sabre too, frente al reciente elsodo que smo oe ecargs de restr al moment des eszucads tener Ce Jat 294 de digest tua (ver fs. 2307212), FP emtonces siempre dentro de esta linea, es focuble amar, paafa- sando. Jeschec que Petutpudo contr con que realizar en tal estado arene de acabn- el Upe de un determinado delto de Imprudencia (Js- jet, Hane Helnrch, op. typ 408). a. Imputacién objetiva Restaria establecer, entonces, si el resultade finalmente producide jones, homicicio~, puede ser imputado abjetivamente a Danie! Alejandro setrut. E de ausencia de accién: los movimientos refiejos, los estados de com- «la accién y Ia Imprudencia Sentado cuanto antecede y aun en el supuesto de verificarse tanto la ‘enfermedad de Petruf como su manifestacién en el dia de les heches, con= sidera e! tribunal que es factible ~conforme se expltctaré infra" Imputar- le el resultado. En esa linea, conveniente results ~pare ser claros en el relato y evar equivocos~ efectuar determinadas consideraciones. ‘Casi en forma undnime, la doctrina ha clasiicado en tres grupos los cox 136 En efecto, nuestro Célgo Penal -en sus arts. 84 : en sus arts, 84 y 96~utlic a Sib eps qu cl ese les debe sr caste de Imaracen Esto inden cue no se trata de me oe estado er trunco etry sie como consesena aie ee cin deca erecer una conestn ree la aecin Impravente ye Fesade ot xo qr peta formula pata beta ‘ediante la delimitacién objetiva de ta e . adele imputacin,entonces, se pace saoiecer letra centerme ol cial procede mpi e estado 8 exci de responsabdd (ver Baglin, eng, Maal de De ‘echo Penal parte general, Tams, Bose, 199M, p. 39) Desde dicha perspective no se puede compartir, en este estado prec sal, fa postura Ge la defensa ~cuyos agravios, al no Sera 19Favies, al no presentar memorial an= este legajo~ basada en la aparente responsabilidad de las vietimas. Est timo extremo, o fo que es fo mismo: “quien es culpable ce su mal quéjese 15 mismo" no parece apeable al present cca, ene ete cabo, en el que debe scent se, conorme a recansructn stra de acu, cs op las aue contaban los damiteada no eran muchas, tm eapecie see son dara que fueron coloeades en nn stuelonsorpresve ¢ espera, reac, deste deer resutarproficte cl pio et Feist en tal circunstancia (ver los precedentes del Tribunal Superior ES patel, anlgacos son Slates este eas, cnc por Cr la en Conducta de fa vicima © mputatnebjebve on Derecho Po Basch, 2° ed., ps. 29 y 31, notas 27 y 28). oe ote etna abe ressar ques ams sven aoptaron cat, puede eee qe In astereren com ls ney pst ir del estado desesperente que es rovocabe la stuns En ese sentido, le versién ofrecida por P. S. es clara y permite apreciat geen dicho momento su capacidad de inteleccién se halleba disminuia: “Ge reper ements glen pa el usr "al Creche ns es mucho con mi amiga y emperamos artar per el remiseo rvcirabay eb cn dogadebares sear sty ah yom {gore de os pen para que reaccona®, fo mew pars a lode oir pas que racine, pore etabs mo dria, pre no canoe en ningin momento.” (. 308). ste tesimoney adem, enclents spo Yo en ins dechracones que lien fs. 29/24 116/118, 119/120 19/0 131/132 y 286, brindadas por personas que tuvieron contacto con le vctk ma Instartespostarres of ses. Ena valorsein ris de : é ees, comesponce deterinarquién es te cade de vita (ue sue cra) yin Ge aor Ts ls fo paren ste! mews de money conocer soa aresaaeo,qehoveinterptn dle ae oan a gga de itor rion codcn de s eoay sa era in resporsollées jurdico penal ropa Jeers tapes Aun ha sid ndagad. En ese sural el euotecargoso perfor foe 138 Talladas impiden negar). ‘slo se conocen por ia escueta pieza que luce 2 15. 7/8 de | ; momento, | de seguro no fue asumida la on alto grado de probabllidad, que fue la Imprudente conducta de! fipitod la favorecedora del resultado, pues ha tenido eficacia preponde- endlaga a! camportamlento de las victimas, mas no inferior. Es que fEfcbservencia al deber de cuidado por parte de quien manefaba el trans~ Site de pesajero fue, cuando menos, le propulsore inicial de os lamenta~ is resutados (contribucién operative que las constancias sumariales de- 1a creado un riesgo jurisicamente desaprobado, Iho rlesgo ge ha concretado en los resultados que tenemos aa vista y és- see encuentran descrptos en e! tipo. AS!, no es posible, hasta aq, ex- i ia responsabilidad del sufeto encausado, pues en el sistema penal ar tina la degradacion de culpas sélo puede aplicarse con la eventual plicaclén de los arts. 40, 41 y cones. del Céd. Penal Resuta que, mas alla de las eanacidas critcas 2 la teorla de la impute lon abjetiva (Hirsch, Struensee, Kaufmann, Cuello Contreras, Serrano ‘Gonzalez de Murilo, Sancinetl, etc), debe echarse meno 2 ésta, por pare” Esra que, para determinar respensablidad en los casos en que se introdu- debate ef riesgo perticipado por [as victimas, ha ofrecido un marco sis- femitico adecuado para ol analisis. De igual modo ha procedido el tribunal fen casos anteriores (c, N° 19.125, “De la Rosa, Oscar y otto", a, 9/06/2002). por ello es deble consignar, con los elementos probatorios acolarades de ‘gue Petruf pude contar con que realizaria el tipo de un determi- ado dete de Imprudencia; ello asi, por cuanto surge claramente de autos ve conccia su enfermedad, que no se controleba mésieamente desde hax te onas, que recentemente habla padecido un brote (fs. 95, 209, 210/242 ‘Daniel Alejandro Petrut h F 7 352/353) y, sin embargo, conduyo un vehiculo de pasaeros. Puede desearterse por ahora (nade Indica una aceptacién consciente de Ta alegada auto-puesta en riesgo; de ali que es factible adj “fas victimas), © dicar en esta etapa del proceso, responsabilidad al autor. En efecto, parece imposible sostener que tanto S. como 8, ascendleran alrocado con un minimo de eengcimiento del riesgo alque se enfrenterian P Trinutos después. Es que la situacién cveada pare ellas contrasta con ou t= pre aewwaclén y vechaza lo que la doctrina denomine consentimiento, pues posibllidad de que ocurriera lo que finalmente sucedio. No ae trata de aquellas situaciones en que las victimas no merezcan ni ecesiten proteccién, ya que no ere sencila la opcion de eémo actuar, ni puede exigise ante tamafio acontecimiento una conducta determinada © + taxativa para quienes se encontraron desprotegidas. Entonces ~como se dt- era mas aribe-, las adolescentes no parecen haber actuado con total y I "bre albedri, sino como consecuencia del actuar imprudente de Petrut, y.con tina mas que probable cisminucién de sus cepacidades Intelectivas. ‘a problemética planteada en autos ~no menor, por ierto-, requiere de un profundo debate, asi como dotarse de mayores elementos que permitan 139 Clarificar algunos puntos oscuros; en especial, una mayor aproximacién de lo ocurrido en la mente de P. S. y T. B. desde que cecidieran viajar en el “remise" y hasta que optaran por arrojarse de él. Sobre ello, la oportuna ampliacién del testimonio de la primera, de quienes las acompafaran ese dia y de sus familiares y amigos, permitiré una mejor ubicacién sistemnat- 2 y, por ende, una reflexion detenida pare sentar un criterio dogmatica ba- ‘sado en el convencimiento de que la reconstrucciin de los hechos no per~ mite modificacén futura. Como consecuencia de todo lo expuesto, seimpane el avance procesal hax ca una eventual etapa con amplia participacién de acusadores y defense, @. Privacién legal de la libertag A cesta altura, l6gico resulta concuir en la Improcedencia de a imputa- én legal dela libertad; en efecto, tal delito no ad- nite la forma imprudente y, de acuerdo a las particulares caracteristicas ‘que radearon los suceses ~detalladas “ut supra”, nada indica que las Jé- cin referente ala privat vvenes hayan sido obligadas a subir 0 permanecer en el automotor. Incluso e los dichos de S. no surge motivo alguno que autarice a cot lui que Petruf haya tenido voluntad de privar alae adolescentes de sul beertad; los argumentos dirigldas por la querelia en tal sentido, parecen ‘punter a una responsabilidad imprudente que, como se dijo, es inadmis- bie en este delito. Debers, asi, moditicase la califeacién legal escogida. 1. Prisién preventiva El tratamiento de la apelacién introducida por la defensa respecto de le prisién preventive, luego de [a libertad concedid a Daniel Alejandro Petru, ‘se ha tomado ebstracto} no obstante ello cumple recordar, de acuerdo al Felterado criterio de la sala, que tal decisién no es apelable, pues existen otras vias procesales para revertiria (c. N® 17,564, "Campos, Gabriel A’, sta, 15/08/2001). 9. Embargo EI mento establecide como embargo por parte del magistrado de grad, ‘al menos de momento, es adecuado para solventar los gastos en aue pue- da incurrir el proceso; pracede, asi, su convaldactin, IV, Advierte la sala, a partir de la leetura de! escrito de la querella que luce @ fs. 36/44, que la ley 11.430 y sus modifcatorias de ia Provincle ce Buenos Aires, en su articulo 36, parece no adaptarse al texto de la ley nex ional 24.449, esto es, que para otorgar la licencia de conduct, Ia autor dad competente ceberd reqverir del solctante una declaracién jurada so- bre las afecciones fisicas, cardlol6gicas, neurolégicas, psicopatolécicas y sensoriaies que padezca 0 haya padecido el interesado (art. 14, 2.2, de la reglamentecién) y que puedan afectar 0 Impedir el daminio de la conduc clén de automotor. La conveniencia de poner en aviso tal incongruencla, que prive de Ia ar monfa Juridica que debe reinar en un Estado de Oerecho, conduce, por in- 140 © termedio del sefior juez de grado, a la necesidad de lbrar oficial sefior go- bemader de lo Provincia de Buenos Aires para que, de asi considerarlo, adopte las medidas tencientes @ paliar tal circunstancia. Sentado cuanto antecede, la sala resuelve: 1) Confirmar la resolucién de fs. 3/5 de estos testimonios y fs, 142/144 del principal, punto primero, meciante ia cual se decreta el procesamiento de Daniel Alejandro Fetruf, y ‘odificer la caificacién legal escogida por la de homicdio y lesiones impru- dentes (art. 84, segundo pérrefo, y 94, segundo pérrafo, Céd, Penal}, en © “clldad de autor. 2) Declarar abstracto el tratamiento del recurso de apela~ ifn introducide respecto de la prisién preventive decretada en el punto re- olutivo segundo de la decisién de fs. 3/5 de este legajo y fs. 142/144 del = principal. 3) Confirmar el punto tercero de la resolucién de fs, 3/5 de estos testimonis y fS. 142/144 del principal, mediante la cual se manda a trabar | embargo sobre los blenes o dinero de Daniel Alejandro Petru, hasta cubrir "Ja'suma de pesos novecientes mil ($900,000), 4) Ordenar el cumplimiesto e is dligencias y medidas de pruebs formuladas en los considerandos de sta dacsién, y en especial el llbramiento del oficia dirigido al seer gober~ | fador de la Provincia de Buenos Aires. Guillermo R, Navarro, Maro Filozot NoTas ___ 1. B1 fallo transcripto refleja claramente el principio de que “en la | bese del concepto de delito se halla su caracteristica mas genériea, a b Je que llamamos accidn, conducta 0 acto indistintamente. Bs el géne- 1) ro sustantivo del delito, porque la tipicidad, la antijuricidad y la cul- | pabilidad son adjetivaciones de la conducta, 0 sea que cada una de ellas pueden predicarse respecto de la conducta, De este modo la co ta vincula todos los earacteres del delito” (Zaffaroni, Alagia y Slo- “kar, Manat, p. 307; destacado en el original) | 2, Esta decisin también es muy instructiva en tanto resefia las | tes situaciones bajo las cuales la doctrina normalmente ha conside- grado que no existe una conducta: los movimientos reflejs, los esta- | dos de completa inconseiencia, y la fuerza fisica irresistible; encon- trdindose los taques de epilepsia incluidos en el primer grapo. hie vache ah aa ta al en a Fcsconsa de cosa a Mra nor uaxenainets dx gone mbcad evand ttl come afr libs “ha eda de imprudentements,envun momento anterior al echo, una causa a resultado” Enel case, dich "cna al rela Rabrfa consti en tranejr un automo especialmente, con paajers), a pear de Sa vat : Jonadas en el caso “Petruf", nas acviones liberge in causa, merc “rat, Fin sido definidas como aquellas “que se ejecutan o consumi od lator se hala en estado de inipotaiidad provocad inte El oimpraenicmenty con eal alan casaimente vnc Tides, Conforme ala idea que lo informa, lo importante no es el act lpabl) sino la eausa‘ibremente puesta por el auto’ en un ins- aoe call ers La responsabilidad deriva at Gl hecho de he ‘jeado Hbremente el estado de inimputabilidad..” Woto del juez as Caballero en la causa “Segura", Cémara Nacional de Apelacio- gs enlo Criminal y Correceional de In Capital, "Flos Plenarios", ber que podta sufrir un ataque de epilepsia que le podia hacer pe el control del vehfeulo, tal como efectivamente ocurrié. En cambi en un caso resuelto en 1978 por el mismo tribunal (aunque cou df finta integraciGn), se resolvié que la muerte de un peat6n y las lesol hes provocadas a otro, produeidos a rafz del desmayo sufrido por es conductor de un automévil, no le eran imputables a este iltime, Pal ra arribar a ese resultado, la mayorfa del tribunal tuvo en cuenta declaracién del médico del imputado “a quien por problemas mn propios de la columna vertebral” Ie habia aconsejado a éste “bajar Peso, situacién que sumada a sus caracteristicas de neurodisté Posibilitaba que sufra frecuentes lipotimias’. El tribunal agregé 4 el profesional no le habia dado instrucefones a su paciente de limita “sus actividades, entre las cuales se encuentra la de manejar vehfcule automotor, por considerar que sus lipotimias no representaban ri 89 para su vida ni lade terceros” Elo lev ata mayor a conch gue el imputado “por efecto del referido ‘vahido', perdié el eontrol de la direceién, es decir, que lo acaecido en ese preciso momento fue ajc! no a su voluntad por haberse encontrado en un estado de perturba cién mental o de inconsciencia en el sentido del art. 34 inc. 1 CP, quel no le permitié dirigir sus acclones” (Causa “Seghesio, Mario Domin 0 y otro”, sentencia del 21/3/1978). En el voto en disidencia del ued Almeyra, se sostuvo lo siguiente para llegar a la conclusién opuesta: +. también admito yo que Mario Domingo Seghesio actué en un es. tado de inconsciencia pero tengo para mf que aun asi, el hecho le es reprochable, porque esa inconciencia dist6 de ser fortuita o acciden- 4 tal, dicho de otra manera: cualesquiera fueran las razones que le mo. vieran al acusado a llevar a cabo el tratamiento, la inconeiencia so: 14 Portada le fue impuable, tanto que al pretender ensayar el causante tuna explicacién sobre lo acontecido, no vacilé en atribuirla a la me. | dicacién a la que estah a sometido y et propio médico de eaevera se cencargé de afirmar la frecuencia con que el causante podria suftir ve hhidos © desmayos. Si ello es asf, paréceme a mi relativamente clara gue el caso no puede ser tesuelio con ajuste-a lo prescripto por el art! 34ine, 1 CP. ¥ desde que el haberse situado voluntariamente en la poo sibilidad de atravesar por estado como el que lo aquejé, deja inedti me su imputabilidad, porque evidentemente ella es ostensible en quien, como nuestro acusado, ante la eventualidad de transitar por. tun estado de inconciencia se pone al frente de Ia condueefén de un. automotor en pleno transito urbane” (allo citado). Como se advierte, los argumentos utiizados en este voto son similares a los empleados en el caso "Petruf’ jtado precedente “Segura a pesar de haber sido seguido en aelossupeson en gue a tas de lin ve pretend impetar res: Sabilidad dolosa al autor quien, previamente se colocé intencio- Bite cn an oae je nconsclenl, As Jorge Sandro seal To 4 enionder eran as defictencias mis ntorias de es pose Ma conducts previa consist en erbrigarse con el propésito de co Pricer un dito (mata, hurts ete), Esta conducta no es todavia ob- Tptosnerte iia, pues bebe auneus sina or muy mao dex [iSite om el sei dl at 42 de Cadigo Penal. Al no Lube piidad objetia, intencion de beber pars consumar un deito ‘no puede calificarse técnicamente como dolo (que es vol hs a Iizacién del tipo objetivo). Obviamente, pues, tampoco habré anti ieidad. Quien se embriaga con la intencién de cometer un delito no “ha realizado atin, en esta primera etapa, un anjusto penal. La condue- |e goterior ata, ts) coma en ena bridal ib ca cbjetivament y puede ser dolos. También seréantiuraica, Per durante ella no habrecuabidad, pues el individuo en et momento Gel hecho’ es evidentementefnimmpurebl. Los partidarios de Isai toman, para legar a I apicncign dela pena, dos trams distintos de aa soci el injustocometdo en estado de iimputabitdad yin P putitad yelp de on momento anes ex ele no bay Jnjusto y, por tanto, resulta incorrecto referirse a esos conceptos (s et Cilio i le vulnerar el principio de culpabilidad (por aplic Simultdneamente el principio de legatidad ya que importa atribu 142 143 juticio de reproche (por el acto de beber) la virtualidad de ‘crear el in- justo! que objetivamente todavia no existe” (Inetilpabilidad voluntaria 1» responsabilidad objetiva, en "Doctrina Penal’, , I, 1978, ps. 71 y 88.1 destacado en el original). En su obra més reciente, Zaffaroni mantic ne la posicién erftica respecto de esta teorfa que fue citada aprobato- Fiamente por Sandro en el articulo examinado (ver, en tal sentido, el Manual del primero, escrito con Alagia y Slokat, ps. 560-562), 6. Mas alld de las eriticas que se puede formular respecto de esta teorfa en su aplicacién a Jos delitos dolosos, es claro que ella resulta, innecesaria en los casos de responsabilidad culposa, como los del ca- so. Asf, como seftala Sandro en el trabajo mencionado: “Traténdose de tipicidad culposa, el recurso a la ‘alic’ (actio libera it catssa) rest ta francamente imiitil. El clésico ejemplo de la madre de sueno agita- do, que acuesta a su hijo de meses a dormir con ella, asfixiandolo du- rante la inconciencia, permitira explicarlo con claridad. En este caso, el acto de la madre que procede de ese modo, conociendo las carac- teristicas de su steno, es de por si vialatorio de un deber de cridado y, por tanto, tipicamente culposo. Decidida Ia accién (acostarse con el hijo) en estado consciente, la posterior inconcienca al momento de producirse el resultado es jurfdicamente trrelevante. En el delito cul- 1poso, segtin se acepta actualmente lo decisivo es el desvalor del acto contrario al deber, yallf radica el micleo del injust.. El resultado ul- terior tiene solo la virtualidad de seleccionar los easos en que esa i fraccién al cuidado socialmente requerido en la vida de relacién re- sultaré punible como delito” (artfeulo eitado, p. 74; destacado en el original). 7. La cuestién discutida en el fallo, de si el resultado del caso, po- dia ser imputado objetivamente al autor, sera examinado a continua cién, 144 | febrero de 1952, el nombrado E.R.C, AF [Ao a Caso “E.R.C.", Camara Nacional de Apelaciones en lo Penal dela Capital Federal, 13/11/1953, LU. 73-401 11. Relaci6n de causalidad. El concepto de imputacién objetiva 28 Instancia: Buenos Aires, 13 de noviembre de 1953, 1 Dr. Oderigo ajo: Este proceso viene a conocimlento del tribunal en virtud de los recursos de apelacién interpuestos por el procesado E.R.C. y su defensor contra ia sentencia de primera instancia que condena a aquel, come autor del delita de homicidio culposo, 2 6 meses de prisiin y 5 afios de Inhabiltacién, en suspenso, y le impone el pago ce las costas. En esta instancia, el fiscal considera demostrada la responsabilidad de ERC. y postula la confirmatoria del fala Impugnado, en lo que se refiere @ |e pene corporal; pero sostiene que, conforme con la jurisprudencia de es- te cémara, es improcedente la complementaria de inhabilitacién, por lo que aconseja revocar e! pronunciamiento en esa parte. Elhecho que motiva la condena del procesado es el siguiente: el 24 ¢e , juntamente con sus amigos J.C.¥., ORE, FR y O.G.R, hallébase en su domiclio, Tiunvireto 3716, disponién= | ose a festejar el Camaval, y en determinado momento, mientras los de- més se encontraban repartidos entre el comedor y Ie cocina de le finca, y él en el patio, tomé una escopeta que tiempo atrds le presteran para reall- 2ar una eecerie, descargé un cartucho que sequidamente valvlé a colocar nel arma, y ereyendo que ya no contenia percigones, con el dnimo de he~ cer una brome, dlrigié et caffe hacia una pared, efectuando un disparo, al mismo tiempo que, de improviso, ¥.salé del comedor,siendo alcanzaco en el antebrazo por uno de los perdigones que habla quedado en el cartucho, sufriendo una lesién leve, de la que fue inmeciatamente atendida por un édico. Sin atribuir importancia a Io ocurrido, todas los amigos, inclusive Ys concurrieron esa noche a un baile; pero pocos dies después sobrevino luna infeccién tetdnica que determiné Ia muerte de este titi, Elrepresentante del ministerio piblico acusé a E.P.C. coma autor del de ka de homicidio culposo; el defensor oficial raciamd la absolucién de su de- fencido y el Juez, para decidir a cuestién en favor Ge la tesis del acusador, examina los dos aspectos del asunto que considera esenciales; si el proce- s2d0 obr6 con negligencia o Imprudencia, y sl entre su conducta y el falle~ Cimiento de la victima media relacién causal. ‘Ami Julelo, e5¢ planteo es correcto, pero no es completo, perque, si blen 52 examina totalmente el aspecto material del hecho (relaci6n causal) no ‘ocurre fo mismo en cuanto al elemento psicalégien. 45

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