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Alumnos: Viera Vargas, Alejandro

Ruiz, Maite
López, Ana Carina
Carrascosa, Dolores
Profesora: Marcela Sosa
Materia: Antropología Cultural

LA CASA HISTÓRICA COMO Carrera: Tec. Sup. en Gestión y


Organización de Eventos
PATRIMONIO CULTURAL Institución: Instituto Alfredo
Coviello

TUCUMANO Y NACIONAL Año 2021


INTRODUCCIÓN
La Casa Histórica, conocida también como casa de la Independencia o
Casa de Tucumán es la casa en donde se proclamó la Independencia de
Argentina el 9 de julio de 1816. Declarada en 1941 Monumento Histórico Nacional,
desde 1943 alberga el Museo Casa Histórica de la Independencia y es
considerada también patrimonio histórico-cultural de nuestro país.
A través del tiempo, y por la necesidad de adecuar los espacios de la Casa
a las funciones que en ella se desempeñaban o con el objetivo de mantener y/o
preservar estos muros de las inclemencias y el paso del tiempo, este edificio fue
objeto de diversos y numerosos cambios y transformaciones, no siempre fue como
lo conocemos actualmente.
El objetivo de este trabajo de investigación es ahondar en la singular
historia de la casa, testigo de los hechos que cimentaron nuestra nación. Lo que
buscamos con ello es indagar en los aspectos que fueron configurando su
identidad para comprender por qué la Casa Histórica de Tucumán forma parte del
patrimonio histórico y cultural de nuestro país y de nuestra provincia. Nuestra
hipótesis es que, a pesar de las diferentes transformaciones de la misma a través
de los años, la casa conserva y transmite la memoria y la identidad local y
nacional porque constituye un símbolo de la independencia de los argentinos y
porque en el presente interpela e invita a sectores que tradicionalmente fueron
excluidos.
Para ello, primero realizaremos un breve recorrido histórico sobre el origen
y las transformaciones de la casa hasta la actualidad, luego la analizaremos
entendiéndola como símbolo de nuestra identidad, centrándonos en los conceptos
de símbolo e identidad respectivamente. También nos parece oportuno incluir en
este análisis una entrevista a la directora del Museo Nacional de la Casa Histórica,
Cecilia Guerra, quien hace referencia a los cambios producidos en la casa a raíz
de la pandemia por el virus Covid-19 y al descubrimiento de objetos en la
residencia que forman parte también de nuestro patrimonio, como el tejido en
punto de randas que realizaban las mujeres de Monteros.
Para finalizar, incluiremos reflexiones sobre el concepto del patrimonio
cultural como construcción social propuesto por Ignacio Slavutsky, y analizaremos
la Casa Histórica a la luz de estos conceptos, comprendiendo que todo patrimonio
es una construcción de la sociedad que reproduce desigualdades y responde a
intereses ideológicos particulares, pero entendiendo también que este espacio
puede convertirse en un lugar en el que se fortalezca democráticamente nuestra
identidad.

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DESARROLLO
1. Historia
De la Casa Histórica de Tucumán sabemos que fue el lugar físico en el cual
se Declaró la Independencia y, en general, conocemos poco sobre la singular
historia de este edificio, testigo de los hechos que cimentaron nuestra nación.
En este apartado nos proponemos indagar sobre aspectos históricos que fueron
configurando su identidad.
1.1 La casa de Francisca Bazán de Laguna
La casa original fue construida durante la década de 1760 por el
comerciante Diego Bazán y Figueroa, para ser otorgada como dote al matrimonio
de su hija Francisca Bazán con el español Miguel Laguna. Este matrimonio tuvo
extensa descendencia, y durante algún tiempo vivieron en la casa más de quince
personas.
Era una edificación de estilo señorial, con una entrada de tipo zaguán,
franqueada por dos habitaciones, que daban a un primer patio, rodeado de
habitaciones por sus cuatro costados. A continuación, se hallaban tres salones
principales, luego un segundo patio, para seguir un tercer grupo de dependencias,
destinadas al personal de servicio. Fuera de las decoraciones aplicadas a paredes
y aberturas, el edificio carecía de todo ornamento, con la única excepción de las
molduras ubicadas a ambos lados de la puerta principal, representando columnas
salomónicas.
En la época de la Revolución de Mayo, la casa pertenecía a los
descendientes de Francisca Bazán, y era ocupada por Pedro Antonio de Zavalía,
casado con Gertrudis Laguna y Bazán. Otro de los dueños habría sido Nicolás
Laguna, otro hijo de Francisca Bazán. No ha quedado registro de la fecha en que
esta casa fue alquilada por el gobierno revolucionario, que la ocupó como cuartel
para oficiales y tropa, por lo menos en los meses que siguieron a la Batalla de
Tucumán.
Permanecía en manos del Estado en concepto de alquiler cuando fue
asignada para las sesiones del Congreso de Tucumán, que funcionó en ella entre
marzo de 1816 y enero del año siguiente. Para la mayor comodidad de las
sesiones, se derribó una de las paredes interiores que dividían dos de las tres
salas ubicadas entre el primer y segundo patios; el salón así ampliado presenció la
solemne declaración de independencia de la Argentina el 9 de julio de 1816.
La casa estaba edificada sobre la Calle del Rey. El Congreso decidió cambiarle el
nombre a la misma, y le adjudicó el que hoy lleva, de Congreso.

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1.2 Decadencia y casi total demolición
Tras el traslado del Congreso a Buenos Aires, la casa fue destinada a
diversos usos, y devuelta a sus propietarios. Pasó a ser propiedad de Carmen
Zavalía, casada con su tío Pedro Patricio Zavalía. Su estado parece haber sido
ruinoso, por lo que los esposos Zavalía demolieron las construcciones del
segundo patio, recontruyéndolas en un estilo más moderno.
Años más tarde, la casa albergaba a dos mujeres solteras, tataranietas de
su primera propietaria. En 1869, con el objetivo de llamar la atención de las
autoridades en la conservación del edificio, aprovecharon la presencia en
Tucumán del fotógrafo Ángel Paganelli, para tomar algunas fotografías del mismo.
Entre ellas, tuvo especial importancia una única fotografía del frente del edificio,
que se muestra en estado bastante ruinoso, pero conservando en buen estado los
detalles arquitectónicos. En la foto aparecen el conductor del carro que llevaba la
máquina de fotos de Paganelli y su hijo, sentados frente a la casa.

La Casa de la Independencia en 1868, antes


de su casi total demolición. Foto debida
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a Angelo Paganelli o Ángel Paganelli.
En 1874, la casa fue adquirida por el estado nacional, que la destinó a
edificio de Correos, anexándole posteriormente el servicio de Telégrafo. El lugar
fue sede de las primeras manifestaciones de conmemoración de la Declaración de
la Independencia, que comenzaron durante los años 1880. En 1893 se realizó una
conmemoración masiva, con representantes estudiantiles llegados de distintas
provincias.
No obstante, el gobierno no realizó contribuciones al mantenimiento de la
casa hasta el año 1903, en que se vio obligado a demolerla casi por completo,
debido a su pésimo estado de conservación. Sobre la calle Congreso se edificó la
sede de Correos de la Nación y la sede del Juzgado Federal de Tucumán, de
estilo renacentista y coronado con las imágenes de dos leones acostados.
La única parte del edificio que fue salvada de la demolición fue el Salón de
la Jura de la Independencia. En el año 1904, por orden del gobierno nacional, este
fue cubierto por un templete o pabellón de ladrillos, con abundantes estructuras de
hierro y vidrio, de estilo Art Nouveau. En ese templete, el gobernador Ernesto
Padilla presidió los festejos del primer centenario de la Declaración de la
Independencia.
1.3 Reconstrucción
En 1941 la Casa de la Independencia fue declarada Monumento Histórico
Nacional.
Una comisión especial, formada por Ricardo Levene, Martín Noel, Mario J.
Buschiazzo, y Alejandro Figueroa, estudiaron un proyecto de reconstruir la casa tal
como era en los tiempos del Congreso de Tucumán. Una ley de nuestra Provincia
de Tucumán aprobó esa obra, y se decidió que la misma fuera dirigida por
Buschiazzo, un arquitecto. Este se basó en las fotografías de Paganelli de 1869 y
los planos levantados durante el proceso de su compra por el estado nacional.
Durante las excavaciones previas a la reconstrucción se encontraron los cimientos
de la edificación original, que facilitaron la reconstrucción del edificio.
Las obras comenzaron en 1942 y fueron inauguradas el 24 de septiembre
del año siguiente. La reconstrucción intentó ajustarse al máximo a cada detalle del
edificio original, utilizando incluso los mismos tipos de ladrillos, tejas —adquiridas
en demoliciones en distintas ciudades del país— y baldosas.
Se omitieron las habitaciones que separaban el segundo patio del tercero,
para facilitar la circulación y porque los mismos databan de varias décadas
después del año de la Declaración de la Independencia.

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El tercer patio de la casa fue reemplazado por un patio de inspiración más
moderna. La mitad del mismo está ocupado por la Galería de las Placas, donde
pueden leerse centenares de placas recordatorias colocadas por entidades
públicas y privadas en homenaje a la Declaración de la Independencia. Su parte
posterior es el Patio de Homenajes, un patio abierto entre dos paredes, que
contienen dos grandes bajorrelieves realizados por la escultora Lola Mora: uno de
ellos rememora los hechos de la Revolución de Mayo de 1810, más precisamente
la manifestación popular del día 25; el segundo representa la votación por
aclamación de la Declaración de la Independencia, del 9 de julio de 1816.
El fondo del patio, protegido por una alta reja ornada, da acceso a la Casa de la
Independencia desde la calle. Desde allí accede el público en las ocasiones en
que se realizan actos de homenaje; el patio posterior contiene también un mástil,
en que se suele enarbolar la Bandera Nacional.
1.5 Últimos años
El 9 de julio de 1947, el presidente Juan Domingo Perón declaró en este
lugar la Independencia Económica de la Argentina, con motivo de la cancelación
total de la deuda externa del país.
En 1976 fueron adquiridos los terrenos colindantes con la Casa Histórica
del lado norte, con el objeto de edificar allí algún tipo de edificio auxiliar del Museo.
Los proyectos no se concretaron, y años después se liberó ese espacio al uso
público con el nombre de Plaza de los Congresales.
En la década de 1990 se realizaron algunas obras de mantenimiento
importantes, especialmente la limpieza de casi todas las tejas y el reemplazo de
las que estaban rotas. En 1996 se cambió el color de las de puertas y ventanas de
madera a azul, de acuerdo con una investigación histórica realizada por la
Dirección Nacional de Arquitectura que comprobó, gracias a documentación
encontrada, que en 1816 el Estado provincial compró pintura de ese color para
ese propósito.

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Salón de sesiones del Congreso de Tucumán.

El patio interior.
Actualmente La Casa Histórica funciona como museo y es centro tradicional
de los festejos por la Declaración de la Independencia. El museo consta de nueve
salas de exposiciones, en las que se exhiben muebles y vestuario de época, una
reproducción ajustada a la disposición del mobiliario durante las deliberaciones,
mapas y cuadros, una reproducción de la edición manuscrita del Acta de la
Independencia y una reproducción de la edición impresa, en castellano y aimara.
También se exhibe una galería con los miembros del Congreso.
El edificio actual está formado por dos cuerpos principales que rodean el
primer patio. El primer cuerpo incluye la fachada, un zaguán y dos salones, uno a
cada lado de la entrada. A los costados del primer patio hay dos cuartos del lado
norte y dos del lado sur.
A continuación, se encuentra el segundo cuerpo principal, dividido en tres
salas: la mayor es la de las sesiones del Congreso, y la única que se conserva del

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edificio original. También contiene el gran candil y la mesa que presidieron las
sesiones del mismo. Las sillas que acompañan a la mesa datan aproximadamente
de la fecha de la declaración de la independencia.
A continuación sigue el segundo patio o "patio del aljibe", que contiene
ejemplares de varios árboles de la región. En ambos costados tiene algunas
habitaciones menores. Un tercer patio incluye una última sala, la Galería de
Homenajes en el lado norte, y el amplio patio de los sobre relieves y el mástil.

La Casa de la Independencia en la actualidad

2. La casa histórica como patrimonio cultural y como


símbolo de nuestra identidad como tucumanos y
argentinos

Como hemos visto anteriormente, la casa histórica sufrió numerosas


transformaciones a lo largo del tiempo. Entonces el interrogante que se nos
presenta es sobre sus cualidades patrimoniales, sabiendo que en términos físicos
nada tiene del original (excepto el salón de sesiones del Congreso conservado) o
que en todo caso sus cualidades patrimoniales no pasaron ni por la conservación
ni por la restauración de la casa original.
Pensamos que la casa es un bien patrimonial por el valor intangible de lo
que representa como símbolo de los hechos que en ella tuvieron lugar. Para
profundizar esta idea, vamos a citar a Turner:
“Los símbolos patrios pueden ser denominados instrumentales, es decir poseen un
significado independientemente del contexto en el que se encuentren, la bandera
nacional representa a la identidad de ese país, así esta se encuentre en la

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inauguración de las olimpiadas, en un acto en conmemoración a los caídos de
Malvinas o en la cancha de futbol. El significado de los objetos denominados
patrimonio cultural si varía de acuerdo al contexto lo que permite relocalizarlos y
resignificarlos en contextos espacio-temporales diferentes, de acuerdo al uso que
se pretenda hacer de ellos.
Conviene, antes de seguir adelante, definir que entendemos por símbolos, ya que
es un concepto polisémico cuyo significado varía de acuerdo al contexto teórico
que lo rodea. Un “símbolo es una cosa de la que, por general consenso, se piensa
que tipifica naturalmente, o representa, o recuerda algo, ya sea por la posesión
de cualidades análogas, ya por asociación de hecho o de pensamiento”
(Turner, 2002:21).

Siguiendo la definición propuesta, el sentido de un símbolo depende de un


consenso, representa o recuerda a algo, ya sea por cualidades parecidas o
conexiones ideales. En este sentido, Bordieu afirma que “El poder de los símbolos
reside en su capacidad de sintetizar una identidad para lo que pone en
funcionamiento la lógica práctica, es decir principios generadores inconscientes
que se pueden activar a través de múltiples analogías” (Bourdieu,2007:211).
Así, el patrimonio cultural genera y sintetiza identidades. Aunque la Casa
histórica no conserve rasgos de originalidad, aunque haya sido destruida y
reconstruida sucesivamente, sigue transmitiendo la memoria y representando la
identidad local y nacional porque constituye un símbolo de la independencia de los
argentinos y porque en el presente interpela e invita a sectores que
tradicionalmente fueron excluidos. Aunque la casa histórica no sea la original
consideramos que es una casa auténtica, porque es símbolo de nuestra identidad
como ciudadanos independientes, libres y democráticos.

3. La Casa Histórica hoy, en contexto de pandemia.


Entrevista a la directora del Museo Nacional de la
Independencia, Cecilia Guerra.

En este apartado, nos parece oportuno indagar sobre el presente de la


Casa Histórica en el contexto de pandemia por Covid-19, qué cambios se vienen
pensando, qué concepción sobre la historia hay actualmente y quiénes son los
actores a los que interpela en el presente.
El año 2020 en el mundo se produjo una situación novedosa. Como
sostiene Alejandro Álvarez Gallego, en muy poco tiempo, la gran mayoría de los
países del globo dispusieron la suspensión de muchas actividades que
realizábamos de manera presencial, actividades económicas, culturales,
educativas, etc. como medida sanitaria ante la propagación del COVID-19. En
nuestro país, esa medida se inició el 16 de marzo de ese año y comenzó a
desarmarse lentamente y de acuerdo a los protocolos sanitarios desde el mes de

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julio siguiente para continuar hasta la actualidad. No es esta la primera ocasión en
que fue necesario declarar este tipo de medidas, ya sea por motivos sanitarios,
climáticos u otros, en situaciones que nos conectan a la vez tanto con la fragilidad
de la condición humana como con su capacidad de respuesta.
Las actividades culturales y sus espacios no fueron ajenos a estas medidas
y la Casa Histórica de Tucumán tuvo también que cerrar sus puertas al público. En
una entrevista realizada por Pablo Canales en Julio del 2021, la directora de la
casa, Cecilia Guerra, cuenta cómo se ha atravesado la pandemia en este espacio:
“-Entrevistador: ¿La pandemia cambió al Museo?
-Cecilia Guerra: Sabemos que, aunque se vuelva a la presencialidad, lo que
ocurrió en el mundo hizo que el trabajo se realice de una manera diferente,
pensando en quienes puedan venir el día de mañana y también para aquellas
personas que por un motivo u otro nunca puedan hacerlo. Nuestro desafío es
mantener a ambos públicos. El Museo cambió y el trabajo en lo virtual es muy
importante.
-Entrevistador: ¿Cuál es la propuesta para este año dentro del Museo?
- C. Guerra: Estamos cambiando la muestra principal. Nuestra idea es hacer un
relato desde Tucumán, con historiadores tucumanos, con artistas tucumanos y
hacerlo desde acá, desde la Casa y es la primera vez que se va a hacer. Creemos
que conceptos como nación, democracia, libertad, independencia, son tan vigentes
hoy como en 1816 y entonces la idea es hacer como relato desde lo conceptual
para interpelar también a nuestro público, y entender de qué trata la
independencia, si realmente hay independencia y de qué hablamos cuando
hablamos de ella.
-Entrevistador: ¿A quiénes piensa  también incluir en estos relatos?
-C. Guerra: Hay muchos sectores y actores históricos que fueron invisibilizados en
los relatos hegemónicos, si se quiere decir así, como los pueblos originarios, los
negros, las mujeres, las infancias, esta fue una Casa que tenía a todas estas
personas y eso no se ve reflejado en ninguna de las salas.
Queremos atraer a otro público que en otra época no ha tenido lugar, no visita al
Museo porque no se siente parte. Pretendemos que esta sea realmente una Casa
para todos y todas. Yo me siento parte del feminismo y gracias a él llegué a ser
directora, como también pude votar, estudiar y realizar el resto de las cosas.
-Entrevistador: De los contenidos más recientes que han realizado desde el
Museo, ¿cuál recomienda?
-C. Guerra: El podcast que sacamos para el Día de los Museos. Se llama “Hotel
Independencia” y es una historia ficcionada, queremos con esto quitarle un poco a
la Casa ese halo de sagrada. Este no es un lugar sacro. La Casa no deja de ser
protagonista de un hecho político y geopolítico, pero estos no son sagrados son
hechos políticos que construyen hacia algún lugar y hasta la construcción de
nuestra Independencia que, si es muy importante y hay que cuidarla siempre, pero
no es algo sagrado

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-Entrevistador: ¿Te mostró la Casa alguna sorpresa que no conocías?
-C. Guerra: Nos encontramos con patrimonio que no sabíamos, hay un tipo de
encaje que se llama randa que se hace a mano, por mujeres que viven en
Monteros. Hoy es patrimonio cultural intangible de la Nación y nosotros no
sabíamos que teníamos textiles de ese material. En la Casa hay un vestido de niña
en un punto de randa que ya no se hace más, lo descubrimos hace poco y lo
seguimos investigando.”
 En esta entrevista, Cecilia Guerra nos cuenta el trabajo que vienen haciendo en la
virtualidad para que el Museo de la Casa Histórica también pueda ser presenciado por
aquellos que no pueden estar de manera física en el espacio. También es importante
advertir un cambio de enfoque del relato de la independencia desde la mirada y la postura
de los tucumanos, Guerra cuenta que están trabajando en la muestra principal con
historiadores tucumanos, con artistas tucumanos para interpelar a los ciudadanos de
nuestra provincia. Algo no menos importante que vamos a retomar en el próximo apartado
es que se está buscando atraer a otro público que antes no tenía lugar, como los pueblos
originarios, los negros, las mujeres y las infancias para que se sientan parte de la casa
“que es de todos y todas” como afirma Guerra. Y, por último, la directora menciona que
han descubierto en la casa un patrimonio valiosísimo, un tejido que se denomina randa
que se realizaba a mano artesanalmente, por mujeres que vivían en Monteros.

4. Reflexiones sobre el patrimonio cultural como


construcción social

Como afirma el profesor e investigador Ariel Ignacio Slavutsky, el concepto


de patrimonio existió primero como una terminología legal desarrollada en gran
parte por la UNESCO y luego como una categoría que permite catalogar y analizar
prácticas culturales materiales e inmateriales, y desde este punto de vista,
considera el autor, no es posible separar el concepto de patrimonio del de gestión
patrimonial. Según el autor, el concepto de patrimonio puede ser analizado desde
dos tradiciones académicas distintas: desde la economía, el patrimonio hace
referencia al proceso por el cual los descendientes heredan un legado material de
sus ascendientes; desde las ciencias sociales, que intentan dar cuenta de las
prácticas culturales y sus resultados materiales e inmateriales que son legados por
sociedades anteriores. Slavutsky decide tomar esa última definición y afirma,
siguiendo a Prats, que el patrimonio es una construcción. Por lo tanto, deduce
que el patrimonio no existe como algo dado naturalmente y tampoco es un
fenómeno universal, entonces se trata de un artificio que es “ideado por alguien en
algún lugar y momento determinado para unos fines”, también afirma que es
históricamente cambiante, “de acuerdo con criterios o intereses que determinan
nuevos fines en nuevas circunstancias.” Así el patrimonio es situado dentro de las
prácticas sociales y como toda práctica social presenta relaciones de poder que se
entretejen. En este sentido nos parece muy importante concebir al patrimonio no

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como una herencia recibida de antepasados, sino como una construcción social
donde se ponen en juego constantemente relaciones de poder.
Siguiendo a García Canclini podemos afirmar que los patrimonios culturales
tienden a reproducir las relaciones sociales desiguales.
El autor jugeño también afirma que en la actualidad las gestiones
patrimoniales y culturales, en particular aquellas que se relacionan con las
muestras museísticas, intentan acomodar sus actividades al interés de la
demanda turística. Para el estudioso, el patrimonio siempre cumple una función
pedagógica relacionada con un discurso hegemónico.
El concepto de patrimonio intenta dar cuenta de las herencias culturales de
un grupo y de una sociedad. Sin embargo, Slavustsky, afirma que “esa definición
no da cuenta de los procesos de selección ideológicos y de las consecuencias
prácticas que acarrea la gestión patrimonial”
Centrándonos en la Casa Histórica de Tucumán podemos afirmar que este
espacio se constituye como símbolo de nuestra identidad, entendiendo la
identidad no como única e irreversible sino como aquello con lo que nosotros nos
sentimos identificados. También entendemos que la Casa Histórica forma parte de
nuestro patrimonio cultural porque respondió y responde a intereses específicos
histórica y espacialmente situados.
Si analizamos la historia de la transformación de la casa, podemos observar
cómo en cada momento histórico, los sujetos tomaron decisiones con respecto a
la construcción, restauración o conservación de la casa respondiendo a intereses
políticos específicos. Durante mucho tiempo la Casa Histórica fue un espacio que
reprodujo desigualdades. Las comunidades de inmigrantes, los indígenas y las
mujeres fueron sectores tradicionalmente excluidos en la casa.
Por eso es importante analizar también los cambios que se producen en el
presente, es imprescindible que quienes dirijan la casa y piensen los proyectos
que allí se van a realizar sean sujetos conscientes y críticos con las medidas que
allí se toman, pero al mismo tiempo consideramos que esto también es
responsabilidad de todos porque si unimos la razón del patrimonio al tema de la
identidad cultural, estamos hablando de nosotros los argentinos y los tucumanos.
Es decir que la responsabilidad sobre el patrimonio abarca a todos y todas, y
abarca tanto al dominio público como al dominio privado. La casa seguirá siendo
un símbolo de identidad siempre y cuando allí se fortalezca de manera
democrática nuestra ciudadanía y nos represente en nuestra diversidad como
tucumanos y argentinos.

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CONCLUSIONES

En este trabajo hemos tratado de ahondar en la historia de la casa histórica,


así hemos analizado sus orígenes, su período de decadencia y casi total demolición,
la reconstrucción cuando fue declarada Monumento Histórico Nacional y hemos
presentado el estado actual de la casa que funciona como Museo y centro tradicional
de los festejos de la independencia argentina. Este análisis histórico nos hizo
comprender que la casa histórica fue cambiando y transformándose a lo largo de los
años según las necesidades, funciones y decisiones políticas de quienes fueron
responsables.
A raíz de tantos cambios y a pesar de que la casa no se conserva como era
originalmente, nos hemos preguntado ¿por qué la Casa de Tucumán es parte del
patrimonio histórico-cultural de nuestro país?, ¿contribuye el edificio a conservar y
transmitir la memoria y la identidad local y regional? Nuestra hipótesis es que se trata
de un bien patrimonial por el valor intangible de lo que representa como símbolo
de los hechos que allí tuvieron lugar y porque representa nuestra identidad como
seres independientes, libres, democráticos y diversos.
Además, hemos investigado cómo en el contexto actual de la pandemia la
Casa Histórica se resignificó y cómo en el presente a través de prácticas culturales
concretas interpela e invita a formar parte de ella a sectores que tradicionalmente
fueron excluidos como los inmigrantes, las mujeres y las comunidades indígenas.
En este sentido, coincidimos con el investigador tucumano, Ariel Ignacio
Slavutsky, en que todo patrimonio cultural es una construcción de la sociedad y
que como tal puede reproducir las desigualdades y las ideologías dominantes,
pero también advertimos que en la actualidad la Casa Histórica cuenta con
personas responsables que están haciendo un esfuerzo por invitar a formar parte
de ella y a participar de las actividades a sectores que históricamente han sido

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excluidos. También se advierte en los últimos años una marcada revisión
historiográfica de los temas vinculados al proceso independentista, cuestionando
viejas y simplificadoras miradas sobre el proceso de ruptura respecto a la
monarquía española.

BIBLIOGRAFÍA

Bourdieu, P. (2007). El sentido práctico. España. Taurus


Humanidades.
García Canclini, N. (1993). Los usos sociales del patrimonio cultural.
En: E. Florescano (Comp.). El patrimonio cultural de México. México.
Garrido, H. B. (Comp) (2010). Antropológicas. De Diversidades y
Cambios en la Cultura. Capítulo IV. Colec. Cuadernos de Cátedra.
FFyL. UNT. Tucumán.
Etchevers, G. (2019). Diferentes concepciones del patrimonio y su
aplicación a la Casa Histórica de Tucumán también llamada Casa de
la Independencia. Teoría Y Práctica De La Arqueología Histórica
Latinoamericana, 8(1), 155-171.
Turner, V. (2002) Selva de Símbolos. España. Siglo XXI.
Páginas web consultadas:
http://aprender.entrerios.edu.ar/la-casa-de-tucuman/ consultado por
última vez el 23/09/2021
https://es.wikipedia.org/wiki/Casa_de_Tucum%C3%A1n consultado por
última vez el 22/09/2021
https://noticias.perfil.com/noticias/cultura/la-directora-de-la-casita-de-
tucuman-llegue-gracias-al-feminismo.phtml consultado por última vez el
22/09/2021

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