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Tema VI.

La Economía Social

VI.I Contexto

En el mundo y en nuestro país se están experimentando muchos cambios y


transformaciones que cobran singular importancia para explicar el agotamiento de
lo que creímos inamovible. Así, se incluye el tema de la Economía Social como
uno de especial importancia para afianzar el enfoque de transformación hacia
una sociedad con igualdad de oportunidades.

Hablar de un enfoque de transformación hacia una sociedad menos desigual y


de más de oportunidades, implica que hay un camino que recorrer para
lograrlo y pensar en formas alternativas para reducir las brechas de
desigualdad y pobreza, así como para recuperar y cuidar la naturaleza.

Actualmente, un porcentaje importante de la población mundial vive en


condiciones que le impiden o limitan el acceso a una vida digna y de calidad. La
desigualdad, la pobreza y el creciente deterioro del medio ambiente, son efectos de
un modelo económico que ha privilegiado el bienestar individual sobre el
colectivo, al dinero sobre las personas y la maximización de las ganancias a costa
de la destrucción de la naturaleza y el tejido social.

Es en este contexto, en el que la Economía Social representa una alternativa de


desarrollo socioeconómico para transitar hacia una sociedad con igualdad de
oportunidades para el acceso, generación y distribución de la riqueza; en la
construcción de tejidos sociales basados en relaciones de solidaridad,
cooperación y reciprocidad, en donde se privilegia el trabajo, al ser humano y el
cuidado del medio ambiente.

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Ahora que se ha comprendido la importancia de contar con información y


herramientas para tomar decisiones informadas al momento de gestionar nuestro
dinero, se sabe que manejar nuestros recursos adecuadamente determina y
condiciona nuestro día a día. Aunque cada persona es diferente y tiene sus propios
objetivos y planes de vida, lo que es común a todos es que requerimos satisfacer
necesidades básicas y la aspiración de tener una vida de calidad.
Para todos es claro que se necesita alimentación, calzado, vestido y vivienda, sin
las cuales no estaríamos vivos. Pero cuando hablamos de calidad de vida, es
importante considerar otros factores. Por ejemplo, la Constitución de los
Estados Unidos Mexicanos dice que todas las mexicanas y mexicanos tienen
derecho a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad, a tener servicios
de salud, un medio ambiente sano, al agua limpia y suficiente, a una vivienda
digna, a la cultura, al deporte, y que los niños y las niñas tienen derecho a la
educación (Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 2012. Art. 3°
y 4º).

Se puede observar que estos artículos de la Constitución incluyen elementos de


calidad, es decir, cuando habla de la alimentación dice que debe ser nutritiva,
suficiente y de calidad. También menciona que el agua sea limpia y suficiente e
incluye la educación, la salud, la cultura y el deporte; y también agrega un
elemento fundamental, el medio ambiente, señalando que este debe ser sano.
Todos estos elementos y su calidad, se consagran en nuestra Carta Magna como
derechos de todas y todos los mexicanos. Sin embargo, es importante preguntar si
todas las personas tienen acceso a los medios y capacidades para satisfacer, al
menos, sus necesidades básicas.

 La economía social es un enfoque de transformación hacia una sociedad menos desigual y de
más de oportunidades.

VI.II Desigualdad

De acuerdo con el informe Tiempo para cuidado: El trabajo de cuidados y la crisis


global de desigualdad, realizado por la asociación OXFAM y presentado en el Foro
Económico Mundial de Davos, Suiza, en enero de 2020, se revela que:

·        En 2019, 2.153 multimillonarios poseían más riquezas que 4.600 millones
de personas.

·         El
1% de la población mundial posee el doble de riqueza que 6.900 millones
de personas.
·         Los 22 hombres
más ricos del
mundo son dueños
de más riquezas
que todas las
mujeres de África
juntas.

La riqueza mundial


acumulada por las
26 personas más
ricas del mundo equivale al presupuesto de, al menos, 3.800 millones de
pobres.

https://bit.ly/37w94n0

 Nuestro país no es ajeno a este fenómeno de desigualdad. En el mismo informe de


OXFAM, México se ubica dentro los países con más desigualdad económica en el
mundo. https://bit.ly/37w94n0

En México, al 1% de las personas más ricas le corresponden el 21% de los


ingresos totales de la nación, mientras que el 10% más rico concentra el 46% de
toda la riqueza del país.

Para ilustrar el caso de México, imaginemos


que la riqueza de nuestro país fuera un gran
pastel y que la población fuera de 100
mexicanos. Si dividiéramos el pastel en 100
rebanadas, a una persona le tocarían 21
rebanadas, a las otras 10 les tocarían 46
rebanadas y las 23 rebanadas restantes le
tocarían a 89 personas.

VI.IIIPobreza

Entre 2008 y 2018 el número de mexicanos en


situación de pobreza pasó de 49.5 a 52.4 millones, aunque el porcentaje de
personas pobres haya disminuido mínimamente del 44.4% a 41.9%. La situación es
particularmente grave en el sureste del país donde se encuentran los estados con
mayor porcentaje de población en situación de pobreza: por cada 100 personas en
Chiapas 76 viven en una situación de pobreza, en Guerrero y en Oaxaca 66, y en
Veracruz 62. Para los indígenas la situación de pobreza se redujo en solo 1.1% al
pasar de 76% a 74.9% entre 2008 y 2018, es decir, en 10 años, su situación
prácticamente no ha mejorado (CONEVAL, 2019 https://bit.ly/2vxC7cz [En línea
14/02/2020]). De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud 2018, el 55% de los
hogares vive con inseguridad alimentaria.

Estas cifras tienen implicaciones muy profundas y penosas en la vida de la


población afectada, se les han negado los recursos necesarios que garanticen sus
derechos humanos y constitucionales. Los mexicanos que viven en una situación
de pobreza no tienen el dinero suficiente para ingerir los nutrientes y a las calorías
mínimas que se requieren para vivir una vida sana; tampoco pueden acceder a
servicios de salud o de educación que les permita tener mejores oportunidades de
trabajo y acercarse a una vida plena, les es casi imposible poseer factores de
producción como el capital y la tierra. Sólo cuentan con su trabajo, normalmente
mal remunerado, y es muy difícil para la mayoría poder salir de la pobreza.

La desigualdad, la marginación y la pobreza en México juegan un rol en el


aumento de la violencia que nos lastima a todos, pobres o ricos (Namorado, Ted;
L. F. López-Calva, C. Rodríguez-Castelán y H. Winkler, 2014). El número de
crímenes y homicidios en México está muy relacionado con los bajos niveles de
educación entre los jóvenes y con la falta de oportunidades laborales. (Corona,
2014 en Esquivel, 2016 https://bit.ly/37tkZBS [En Línea 14/02/2020]).

Las consecuencias de la desigualdad y la pobreza son negativas para toda la sociedad, pues
el bienestar de cada uno de sus miembros depende del bienestar de todos los demás. La
interdependencia entre los individuos es inevitable y necesaria para su desarrollo y florecimiento.

Nuestras vidas están conectadas y dependen unas de las otras. El bienestar físico, psicológico y
social depende profundamente del bienestar físico, psicológico y social de otros.

VI.IV Degradación ambiental

Tal como se ha desarrollado el modelo capitalista, demuestra que una de sus ideas
es “crecer primero y limpiar después” ha generado impactos devastadores en el
medio ambiente, en la naturaleza y en los recursos que nos ofrecen México y el
mundo, afectando particularmente a las comunidades más pobres. Estos recursos
no sólo son la base de la economía, sino también de la vida.

Las Perspectivas del Medio Ambiente Mundial del Programa de Naciones Unidas
para el Medio Ambiente (2019) https://bit.ly/2StJjQ8 [En línea 14/02/2020]) nos
muestra un panorama global:

·        La contaminación del aire es el principal factor ambiental que causa


enfermedades y ocasiona entre 6 y 7 millones de muertes prematuras cada
año en todo el mundo.

·        Estamos pasando por un proceso de extinción de especies que pone en


peligro la vida en el planeta y la capacidad de la tierra de satisfacer las
necesidades humanas.

·        La pérdida de diversidad biológica genera enfermedades infecciosas al ser


humano y representa una amenaza para la seguridad alimentaria y para la
producción agrícola.

·        Las amenazas más importantes para la biodiversidad son la transformación


y pérdida de hábitats, las prácticas agrícolas insostenibles, la
contaminación, particularmente la presencia de plásticos, y la sobre
explotación, incluida la tala ilegal.

·        Los océanos y las costas están siendo afectados por el calentamiento
global y la acidificación por contaminación y la sobreexplotación para la
producción de alimentos.

·        El cambio climático está generando aumentos en el nivel del mar y la


acidificación de los océanos está acabando con los corales, fuente de vida
de muchas especies marinas.

El papel de los océanos para la economía y alimentación nacional y global es


muy importante. En México se capturan anualmente alrededor de 1.5
millones de toneladas de pescado. Las pesquerías son, directa o
indirectamente, el sustento de casi dos millones de familias mexicanas. Los
medios de vida de estas personas dependen de la salud de los ecosistemas
costeros como los corales, los manglares, las lagunas, los humedales, entre
otros. La degradación de los sistemas marinos pone en riesgo la alimentación
y los ingresos de estas personas.

El papel de los océanos para la economía y alimentación nacional y global es muy importante.

·        La tierra de la que depende la agricultura está erosionándose y


desertificándose a tasas preocupantes.

·        El suelo está perdiendo su fertilidad.

·        Por su parte, la deforestación de bosques primarios, los más importantes


por su diversidad y los servicios eco sistémicos que ofrece, sigue avanzando
en todo el mundo.

Los datos oficiales más recientes muestran que México ha perdido


aproximadamente 9.4 millones de hectáreas de bosque entre 1993 y 2011. Se
estima que anualmente se deforestaron alrededor de 348,000 ha entre 2007 y
2011 (CONAFOR, 2015).

·        La contaminación del agua y el desarrollo insostenible están aumentando


la presión sobre los recursos hídricos en todo el mundo, y esa presión se
agudiza por el cambio climático.

·        En la mayoría de las regiones la escasez de agua, la sequía y la hambruna,


traen como consecuencia desastres y un aumento de la migración.

·        La calidad del agua ha empeorado significativamente durante los últimos


30 años debido a la contaminación orgánica y química ocasionada por, entre
otras, aguas negras, fertilizantes, plaguicidas, sedimentos, metales pesados, y
desechos plásticos.

En México el 70% de los cuerpos de agua como ríos, lagos y presas están
contaminados; más de 9 millones de mexicanos no tiene acceso al agua segura
para su salud; y el 54% de las aguas negras se descargan sin tratamiento en
ríos o arroyos.

Las causas de la deforestación y, en general, de la degradación de los recursos


naturales de manejo colectivo varían a lo largo del país, pero una de las más
importantes es que los beneficios de la explotación de los recursos (o de la
contaminación) los reciben individuos y empresas, pero los costos de la
degradación ambiental los pagamos entre todos los miembros de la sociedad y esos
costos no se consideran al momento de tomar las decisiones de producción que
maximicen las ganancias individuales.

VI.V Reflexión sobre el modelo económico predominante: Capitalismo

El capitalismo es entonces un sistema económico basado en la propiedad privada


de los medios de producción y en el libre mercado (RAE, 2020 https://dle.rae.es/).
Este modelo ha priorizado la maximización de ganancias y el crecimiento
económico sin considerar los impactos en las comunidades ni en el medio
ambiente, afectando particularmente a las comunidades más vulnerables.

Si en este momento se preguntara, ¿qué valor tiene el dinero para nosotros y en


qué lo usamos?, o cuando se usa para comprar, ¿qué consumimos, en dónde y
por qué? Ante los datos y la información que se ha presentado hasta ahora sobre la
desigualdad, la pobreza y la degradación de la naturaleza, como resultado del
capitalismo, quizás estas preguntas cobrarían una singular importancia. Sobre todo,
si pensamos que los problemas de los que hemos hablado están relacionados y no
son fáciles de resolver. Se relacionan porque resultan de un sistema económico que
predomina en el mundo y que ha conformado una cultura.

Cultura: conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de


desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupos social, etc. (RAE,
2020 https://dle.rae.es/)

Por ejemplo, cuando se compra un pantalón ¿sólo se hace porque se necesita o


porque el bombardeo publicitario a través de los medios de comunicación y
dispositivos móviles lo muestran todo el tiempo, como algo bueno y de una
reconocida marca y nos da ganas de tenerlo? Y si un grupo de mujeres de la
colonia tienen a la venta pantalones, que produjeron en forma cooperativa, pero no
los anuncian en los medios, sin embargo, satisface la misma necesidad ¿qué
decidiríamos comprar y por qué?

La respuesta dependerá de nuestra cultura de consumo, tal vez se decida no


comprarlo porque no lo necesitamos. O si se decide comprarlo, quizás se pueda
pensar en el precio y si contamos con el dinero para hacerlo. O si es perjudicial o
no para la salud; o en las implicaciones que tuvo producirlo, como los empleos que
se generaron y si éstos fueron bien remunerados o si se ocupó mano de obra
infantil. También, tal vez, podamos pensar si el proceso de producción de ese
pantalón generó contaminación de un río o requirió talar muchos árboles, o si se
hizo pensando en recuperar y cuidar la naturaleza.

Con esto, lo que se pretende es invitar a la reflexión sobre la cultura que predomina
y proponer la revisión de una alternativa que promueve el bienestar colectivo en
lugar del individual; la distribución de la riqueza de forma justa, y que genera
oportunidades de empleo digno; contribuye a la creación de oportunidades de
desarrollo en las propias comunidades y a la recuperación y cuidado del medio
ambiente.

VI.VI Economía Social

La economía social pone al centro a las personas y al medio ambiente para que
todos podamos vivir en mejores condiciones. Es un modelo económico, productivo
y organizativo alternativo.

La economía social se refiere a un “conjunto de empresas privadas organizadas


formalmente, con autonomía de decisión y libertad de adhesión, creadas para
satisfacer las necesidades de sus socios a través del mercado, produciendo bienes
y servicios… y en las que la distribución entre los socios de los excedentes, así
como la toma de decisiones no están ligada directamente con el capital o
cotizaciones aportadas por cada socio” (https://bit.ly/2HnXUGa ).

De acuerdo a la Ley, en México la economía social (ES) es un sistema


socioeconómico basado en relaciones de solidaridad, cooperación y reciprocidad,
en donde se privilegia al trabajo y al ser humano (Ley de Economía social, última
reforma DOF 12-04-2019, art. 3º).

La idea de poner al ser humano en el centro, por encima de las ganancias y del
crecimiento económico ha sido ya abordada por la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) cuando habla de desarrollo humano. Este concepto reconoce que
crecimiento y desarrollo son cosas relacionadas pero distintas y que lo que se
busca es un desarrollo incluyente en donde nadie quede fuera.
El verdadero desarrollo incluyente intenta contribuir a una colaboración solidaria
incluyente y sostenible, para eliminar la pobreza, reducir la desigualdad y
conservar los recursos naturales, para que así todas las personas tengan
oportunidades para mejorar su vida.

 Economía Social, es el “conjunto de empresas privadas organizadas formalmente, con


autonomía de decisión y libertad de adhesión, creadas para satisfacer las necesidades de sus
socios a través del mercado, produciendo bienes y servicios… y en las que la distribución entre
los socios de los excedentes, así como la toma de decisiones no están ligada directamente con el
capital o cotizaciones aportadas por cada socio” Consulta https://bit.ly/2HnXUGa.

De acuerdo a la Ley de la Economía Social y Solidaria, en México la economía


Social tiene los siguientes fines:

1.       Promover los derechos humanos, la inclusión social y, en general, el


desarrollo integral del ser humano;

2.     Contribuir al desarrollo socioeconómico del país, participando en la


producción, distribución y consumo de bienes y servicios que son necesarios
para la sociedad;

3.     Fomentar la educación y la capacitación impulsando prácticas que


fortalezcan la cultura de la solidaridad, la creatividad y el emprendimiento;

4.    Contribuir al ejercicio y perfeccionamiento de la democracia participativa;

5.     Participar en el diseño de planes, programas y proyectos de desarrollo


económico y social;

6.    Facilitar a los asociados de los OSSE la participación y acceso a la


formación, el trabajo, la propiedad, la información, la gestión y distribución
equitativa de beneficios sin discriminación alguna;

7.     Participar en la generación de fuentes de trabajo y de mejores formas de


vida para todas las personas;

8.    Impulsar el potencial creativo e innovador de los trabajadores, ciudadanos y


sociedad;
9.    Promover la productividad para lograr la equidad social.

El verdadero desarrollo incluyente intenta contribuir a una colaboración solidaria incluyente y


sostenible, para eliminar la pobreza, reducir la desigualdad y conservar los recursos naturales,
para que así todas las personas tengan oportunidades para mejorar su vida.

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