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LECCIONARIO

Misal de 1962
Texto en lengua vernácula de la Epístola y el Evangelio para la santa misa según el misal de 1962 tomado
de la Biblia de la Conferencia Episcopal Española 2010 para el cumplimiento del Artículo 3. § 3. del
Motu Proprio «Traditionis Custodes»: “En estas celebraciones las lecturas se proclamarán en lengua
vernácula, utilizando las traducciones de la Sagrada Escritura para uso litúrgico, aprobadas por las
respectivas Conferencias Episcopales.”

MIÉRCOLES DE LA III SEMANA DE CUARESMA


III clase
EPÍSTOLA
Lección del libro del Éxodo.
Éxodo 20, 12-24
Esto dice el Señor Dios: Honra a tu padre y a tu madre, para que
se prolonguen tus días en la tierra, que el Señor, tu Dios, te va a
dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás
falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás los bienes de tu
prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su
esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo».
Todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido de la
trompeta y la montaña humeante. El pueblo estaba aterrorizado, y
se mantenía a distancia Entonces dijeron a Moisés: «Háblanos tú
y te escucharemos; pero que no nos hable Dios, no sea que
muramos». Moisés respondió al pueblo: «No temáis, pues Dios ha
venido para probaros, para que tengáis presente su temor, y no
pequéis». El pueblo se quedó a distancia y Moisés se acercó hasta
la nube donde estaba Dios. El Señor habló a Moisés: «Así dirás a
los hijos de Israel: “Vosotros mismos habéis visto que os he
hablado desde el cielo. No pongáis junto a mí dioses de plata ni
dioses de oro; no os los fabriquéis”. Constrúyeme un altar de
tierra y ofrece en él tus holocaustos y tus sacrificios de comunión,
tus ovejas y tus bueyes, en cualquier lugar donde yo haga
memorable mi nombre.

EVANGELIO
Continuación del Santo Evangelio según San Mateo
Mateo 15, 1-20
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y escribas de
Jerusalén y le preguntaron: «¿Por qué tus discípulos quebrantan la
tradición de nuestros mayores y no se lavan las manos antes de
comer?». Él les respondió: «¿Por qué quebrantáis vosotros el
mandato de Dios en nombre de vuestra tradición? Pues Dios dijo:
“Honra al padre y a la madre” y “El que maldiga al padre o a la
madre es reo de muerte”. Pero vosotros decís: “Si uno dice al
padre o a la madre: ‘Los bienes con que podría ayudarte son
ofrenda sagrada’, ya no tiene que honrar a su padre o a su madre”.
Y así invalidáis el mandato de Dios en nombre de vuestra
tradición. Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, diciendo:
“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos
de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que
enseñan son preceptos humanos”». Y, llamando a la gente, les
dijo: «Escuchad y entended: no mancha al hombre lo que entra
por la boca, sino lo que sale de la boca, eso es lo que mancha al
hombre». Se acercaron los discípulos y le dijeron: «¿Sabes que
los fariseos se han escandalizado al oírte?». Respondió él: «La
planta que no haya plantado mi Padre celestial, será arrancada de
raíz. Dejadlos, son ciegos, guías de ciegos. Y si un ciego guía a
otro ciego, los dos caerán en el hoyo». Pedro le dijo: «Explícanos
esta parábola». Él les dijo: «¿También vosotros seguís sin
entender? ¿No comprendéis que todo lo que entra por la boca pasa
al vientre y se expulsa en la letrina?, pero lo que sale de la boca
brota del corazón; y esto es lo que hace impuro al hombre, porque
del corazón salen pensamientos perversos, homicidios, adulterios,
fornicaciones, robos, difamaciones, blasfemias. Estas cosas son
las que hacen impuro al hombre. Pero el comer sin lavarse las
manos no hace impuro al hombre».
NOTA DEL EDITOR

Modos de proceder en la proclamación de las Lecciones del Misal de 1962

El Artículo 3. § 3. del Motu Proprio «Traditionis Custodes» dice: “En estas celebraciones las
lecturas se proclamarán en lengua vernácula, utilizando las traducciones de la Sagrada Escritura
para uso litúrgico, aprobadas por las respectivas Conferencias Episcopales.”

Antes es necesario recordar que:


1. En la misa solemne, la Epístola y el Evangelio cantados respectivamente por el
subdiácono y el diácono, ha de mantenerse en lengua latina y con las melodías propias
del Graduale Romanum.
2. En la misa cantada, no es obligatorio que el sacerdote cante la Epístola y el Evangelio.
3. En la misa rezada, el sacerdote lee la epístola y el evangelio como de costumbre.

Mientras no haya otra aclaración por la Sede Apostólica, puede procederse de los siguientes
modos, para el cumplimiento del actual Motu Proprio.
1. Como es costumbre en muchos lugares, hacer la lectura de las lecciones antes de
comenzar la homilía. Este modo es el más apropiado para guardar la identidad del Rito.
2. Leer o cantar las lecciones en latín como se describe en Ritus Servandus del Missale
Romanum, e inmediatamente “versus Deo” o “versus populum” proclamarlas en
castellano tanto en la misa rezada, como cantada como solemne. Sobre la orientación, es
necesario recordar que la primera función de la lección de la Palabra de Dios en la
liturgia no es la instrucción sino el culto de adoración y alabanza a Dios, por eso se hace
orientados hacia el altar y el Evangelio particularmente hacia el norte.
3. Leer el cuerpo del texto directamente en castellano “versus Deo” o “versus populum”,
leyendo antes el título en latín. Leer el título en latín sería lo más adecuado en el caso
del Evangelio, por el rito de la signación, de la incensación del libro y el ósculo.

Los ministros de las lecturas


1. En las misas solemnes, los ministros ordinarios son el subdiácono y el diácono;
2. En las misas cantadas y rezadas, el sacerdote celebrante.
3. Se permite en la misa cantada que un lector revestido de sotana y sobrepelliz cante la
Epístola.
4. Se permite que en las misas rezadas, un lector, preferiblemente revestido de sotana y
sobrepelliz pues es una acción litúrgica, lea el texto de la Epístola en lengua vernácula,
mientras el sacerdote la reza en latín o posteriormente a que este la haya rezado en latín
en voz clara.
5. Se permite que otro sacerdote asistente lea el Evangelio en lengua vernácula, mientras
el sacerdote la reza en latín o posteriormente a que este la haya rezado en latín en voz
clara.

Es importante impregnarse del sentido sacro que el misal de 1962 expresa en todas sus
ceremonias y rúbricas, y vigilar con cuidado la tentación del “activismo” litúrgico siempre
presente, teniendo en cuenta “la liturgia se "hace" para Dios y no para nosotros mismos.”

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