Cuenta una historia de un hombre que vive con su familia en la cual, la
manutención de ella es sobrellevada gracias a su único sueldo y por ende, concibe un conflicto existencial.
Pero, una mañana después de un gran sueño agitado, despierta convertido en un
enorme insecto monstruoso y, ahora ¿Qué sucederá?
Muchas veces (y yo me atrevería a decir siempre), el ser humano vive
planificando lo que sería un “mundo ideal”, perfecto y correcto, justo e incomprensible, tratando de sentirse feliz y realizado.
¿Quién es Gregorio Samsa? Es la pregunta que tratamos de responder. ¿Quién
es este insecto asqueroso?, pues, te digo a ti… Gregorio eres tú, Gregorio soy yo, somos nosotros. Es el hombre sin sentido, superfluo, que banaliza todo lo que tiene a su alcance, que no despierta del sueño quimérico y exiguo.
¡despierta tu que duermes! Escruta abismalmente tu interior y pregúntate ¿Qué
es lo que soy? ¿Cuáles son los fines últimos de la vida y quien les otorga el maldito sentido?
Este insecto, a mi parecer, es la filosofía antropomórfica, un estilo de vida
insípida que, metafóricamente, adquiere apariencia animal y, en efecto, la familia es la antítesis de ello.
No obstante, es una obra interesante y podría decir completa, pero
paradójicamente creo que le falta algo, esto se debe a que, al parecer, Kafka quiso realizar de esta obra una autobiografía.
Me llama la atención que, el ejemplar leído aparece en su portada una especie
de “mariposa” o algo parecido, sin embargo, cuando empiezo a leer, describo al personaje e imagino una cosa diferente: como un escarabajo, una cucaracha, etc. De manera, que esto quisiera interpretarlo como la diversidad y complejidad, la surrealidad y la irracionalidad que impera al hombre en su transitar y que al finalizar, posterior a la simplicidad y compleja muerte, no concibe siquiera el deseo de tratarlas y mucho menos curarlas.