estereotipos de género son aquellas ideas o creencias arraigadas en
la sociedad relacionadas con cuál es o cuál debería ser el rol de los hombres y las mujeres. Para esto podemos decir que los estereotipos empiezan por la familia, aunque se dictan y algunos casos se dan de forma inconsciente. De esta manera se dictan por actitudes, comportamientos y patrones a cada uno de los géneros, los cuales son compartidos por mucha gente y, por lo tanto, forman parte de una comunidad.
Muchas veces vemos estereotipos para todo y si no cumplimos con
estos estereotipos somos rechazados o nos dejan de lado, por eso, actualmente hay tantos problemas de bullying y problemas en la sociedad, ya que tienen requisitos de cómo actuar y lo que les debe gustar. Por ejemplo a un hombre le debe gustar el futbol, el color azul porque si le gusta la danza, el color rosado o el morado, es una niña o le empiezan a decir apodos en referencia a lo que le gusta. Socialmente, a los hombres se les vincula con cualidades como la valentía, el carácter dominante, la racionalidad, la fortaleza o la eficacia, entre otras. A la vez, la figura femenina es sinónimo de sustantivos como la fragilidad, la inestabilidad, la sumisión, la dependencia, la falta de control de sí misma, la pasividad o frivolidad.
Pueden ser negativos, positivos o neutros, pero en cualquier caso
marcan los roles y el desempeño tanto de los hombres como de las mujeres desde la infancia, generando en muchos casos situaciones de desigualdad y discriminación.
Los estereotipos de género adquieren fuerza en función de la cantidad
de personas que los comparten, convirtiéndose en ideas difícilmente insostenibles, y que solo pueden ser corregidos o desmentidos con herramientas como la educación.
Este tipo de ideas se repiten con tanta frecuencia y determinación, que al
final acaban por ser aceptadas de forma natural por los miembros de una sociedad, limitando de paso muchas otras opciones de desarrollo personal por fuera de dichos estereotipos. Las mujeres han demostrado que tienen las mismas capacidades que los hombres para ocupar altos cargos y dirigir equipos. De hecho, en muchos casos han demostrado una gestión mucho más eficaz que los hombres en diferentes áreas o disciplinas. Otra cosa es que el sistema laboral limite su acceso a dichos cargos