LECTURAS CUERPO 12 OCTUBRE 2017

DELEUZE & GUATTARI

Un CsO está hecho de tal forma que sólo puede ser ocupado, poblado
por intensidades. Sólo las intensidades pasan y circulan. Además, el CsO
no es una es- cena, un lugar, ni tampoco un soporte en el que pasaría
algo. Nada tiene que ver con un fantasma, nada hay que interpretar.
(Deleuze y Guattari, 2002, 158).

Puro contenedor, sin barreras que corten la circulación sin sedimentos que capturen las
ondas de lo que se mueve en su interior. Un puro contenedor resonante como los
instrumentos de cuerdas, disponibles para ser frotados, percutidos, rasgados… Sujetos a la
ley de la captura (del estímulo) y la resonancia (la vibración) de todo cuanto cruce frente a
él, que lo perturbe o sencillamente sea parte de su entorno. Nuestras cuerdas los sentidos,
nuestro resonador la piel y el vacío con que nos mantenemos llenos de nada.

SANCHEZ: EL CUERPO COMO SIGNO – APPIA.

La música impone sus unidades sucesivas de tiempo sobre el movimiento

del cuerpo; este cuerpo a su vez, los interpreta en términos espaciales.
Las formas inanimadas, al oponer su solidez al cuerpo, afirman su
propia existencia (…) y así se cierra el círculo.

La rítmica del sonido, su repetición, su frecuencia, constituye los pulsos a partir del cual el
cuerpo responde con su movimiento, el desplazamiento espacial por un lugar que lo
contiene y le aporta soporte y gravedad para sostenerlo. Me importa esa relación con el
lugar y esa respuesta ante el sonido… y por supuesto las palabras y todo el universo que
vienen con ella.