You are on page 1of 372

T E R C E R A E D I C I Ó N

Atlas
de anestesia
regional
DAVID L. BROWN, M.D.
Edward Rotan Distinguished Professor Chair,
Department of Anesthesiology and Pain Medicine
The University of Texas — M.D. Anderson Cancer Center
Houston, Texas

Ilustraciones de
JO ANN CLIFFORD Y JOANNA WILD

Librosmedicospdf.net
Prefacio a la tercera edición

Atlas de anestesia regional sigue siendo objeto de am- quien ha capturado el espíritu de las imágenes de
plio reconocimiento y uso como instrumento para ediciones anteriores, al tiempo que sigue simplifi-
profesionales que practican procedimientos de anes- cando la presentación de las técnicas de bloqueo re-
tesia regional y de tratamiento del dolor. De nuevo, gional.
la reacción más gratificante procede de los médicos En esta revisión hemos añadido seis capítulos, ac-
en formación que sostienen que «realmente pueden tualizado la mayor parte de los restantes y reorgani-
efectuar anestesias regionales tras la lectura del Atlas». zado los capítulos de ediciones anteriores y algunos
Una vez más, cabe formular la pregunta: ¿por qué de los nuevos en una sección de técnicas para el do-
publicar una tercera edición de la obra? Emprendi- lor crónico. Las técnicas que se han agregado a esta
mos la revisión para ampliar la autoría con el fin de tercera edición incluyen el uso de la ecografía en la
incluir a médicos que practican procedimientos im- anestesia regional, las técnicas de bloqueo nervioso
portantes en varios ámbitos y actualizar técnicas es- continuo, los bloqueos paravertebrales, la inyección
pecíficas, particularmente, en el ámbito del dolor cró- radicular selectiva, la inserción de catéteres intrateca-
nico, con los avances logrados desde mediados de la les implantables y los fundamentos de la estimulación
década de los noventa. He contraído una deuda de medular. Nuevamente, quiero dar las gracias a mu-
gratitud con los tres médicos que han contribuido chos colegas de todo el país que comparten esta idea:
especialmente a esta tercera edición, los Dres. André cuanto más adeptos se hagan los clínicos a las técni-
Boezaart, James Rathmell y Richard Rosenquist. cas de anestesia regional y de tratamiento del dolor,
Cada uno de ellos ha aportado su experiencia única tantos más beneficios confieren a sus pacientes.
en nuevas secciones de esta obra. Asimismo, en esta
edición recibimos a una nueva artista, Joanna Wild, DAVID L. BROWN

ix
Introducción

La necesaria, aunque en cierto modo artificial, sepa- Parece como si aquellos primeros cirujanos fue-
ración de la práctica anestésica en técnicas de anes- ran más capaces de incorporar las técnicas regiona-
tesia regional y general culmina frecuentemente en les a sus prácticas respectivas porque no contempla-
el concepto según el cual estas dos técnicas no de- ban el bloqueo regional como el «objetivo final». Por
ben o no pueden mezclarse. Nada más lejos de la el contrario, lo consideraban una parte de un pro-
verdad. Para prestar una atención anestésica regio- grama integral para el beneficio de sus pacientes. Los
nal integral, es absolutamente esencial que el anes- cirujanos y anestesiólogos de aquel tiempo eran ca-
tesiólogo sea experto en todos los aspectos de la paces de evitar la lógica viciada que con frecuencia
anestesia. Este concepto no es nuevo: John Lundy parece impregnar la aplicación de la anestesia regio-
promovió esta idea en la década de los veinte, cuan- nal en la actualidad. Aquellos individuos no duda-
do esbozó su concepto sobre «anestesia equilibra- ban en complementar los bloqueos con sedantes o
da». Aun antes de que Lundy promoviera el térmi- anestésicos generales ligeros; no esperaban que to-
no, George Crile había escrito extensamente sobre el dos y cada uno de los bloqueos fueran del «100%».
concepto de anociasociación, que fue, en realidad, El concepto según el cual un bloqueo fracasa si no
el precursor de la anestesia equilibrada. proporciona una anestesia completa sin suplementos
A menudo es tentador y bastante humano anali- parece haberse producido cuando la anestesiología
zar la evolución de una disciplina remontando su ár- se desarrolló como una especialidad independiente.
bol genealógico evolutivo. Cuando dicha investiga- Para el éxito de la anestesia regional, debemos estar
ción se despliega para la anestesia regional, el Dr. dispuestos a volver a nuestras raíces y abrazar los
Louis Gaston Labat suele recibir el reconocimiento conceptos de los primeros anestesistas, que no du-
por el protagonismo en su desarrollo. El interés y la daron en complementar los bloqueos regionales que
pericia de Labat en la anestesia regional habían sido practicaban. Irónicamente, hoy algunos consideran
inculcados por el Dr. Victor Pauchet de París, Fran- que un bloqueo regional es un fracaso si la dosis ini-
cia, de quien el Dr. Labat era ayudante. El verdade- cial no produce una anestesia completa; sin embargo,
ro tronco del árbol genealógico de la anestesia re- estos mismos individuos complementan a nuestros
gional está integrado por los médicos deseosos de «anestesiólogos generales», que utilizan el concepto
incorporar las técnicas regionales a sus prácticas qui- del ajuste anestésico como objetivo. En cierto modo,
rúrgicas iniciales. En el texto original de Labat de necesitamos unir estas dos visiones en una que per-
1933, Regional Anesthesia: Its Technique and Clinical mita prestar una atención integral e individualizada
Application, el Dr. William Mayo establecía en el pre- a todos nuestros pacientes.
facio: Como el Dr. Mayo puso de relieve en el texto de
Labat, es cuestionable que la anestesia regional al-
«El joven cirujano debería perfeccionarse en el gún día «desplace a la anestesia general». Además,
uso de la anestesia regional, cuyo valor au- está asimismo claro que la anestesia general proba-
menta con el incremento de la pericia con la blemente nunca pueda sustituir el uso adecuado de
que se administra. El cirujano bien pertrecha- la anestesia regional. Uno de los fundamentos para
do debe estar preparado para usar la anestesia la evitación del uso de la anestesia regional a través
adecuada o la combinación adecuada de anes- de los años fue su coste en términos de tiempo de
tesias en cada caso individual. No espero que quirófano y de médico. Como frecuentemente es el
un día la anestesia regional desplace total- caso, cuando se examinan con detalle, algunos truis-
mente a la anestesia general, pero indudable- mos aceptados precisan una reevaluación. Por tan-
mente alcanzará y conservará una posición to, es sorprendente que gran parte del renovado in-
muy alta en la práctica quirúrgica.» terés en la anestesia regional sea el resultado del
análisis de los costes sanitarios y de la necesidad de
Quizá si la actual generación de cirujanos y aneste- reducir la duración y el coste de la hospitalización.
siólogos hubiera tenido en mente el concepto de Si la anestesia regional se incorpora con éxito a
Mayo, nuestros pacientes hubieran sido los benefi- la práctica, debe dedicarse un tiempo para que el
ciarios. anestesiólogo y el paciente comenten la inminente
xiii
xiv Introducción

operación y la prescripción anestésica. Además, si se transitar por la cronología de la duración anestési-


pretende que la anestesia regional se utilice adecua- ca. Aun después de completar con éxito el aspecto
damente, debe habilitarse un área quirúrgica para la técnico de la anestesia regional, el trabajo del anes-
práctica del bloqueo antes de trasladar al paciente al tesiólogo no ha hecho más que empezar. Para poner
quirófano. En esta área y con acceso inmediato, se de relieve este punto, es tan importante utilizar la
requiere un equipo anestésico y uno reanimador sedación intraoperatoria adecuada como lo fue pre-
(bandejas regionales, etc.), así como una diversidad operatoriamente, mientras se estaba administrando
de anestésicos locales que pueden utilizarse para el bloqueo.
Índice de capítulos

1 Anestésicos locales y equipo de anestesia regional 1


David. L. Brown; colaboración de Richard W. Rosenquist

2 Bloqueos continuos de nervios periféricos 13


André P. Boezaart

3 Anatomía del bloqueo de la extremidad superior 25

4 Bloqueo interescalénico 37

5 Bloqueo supraclavicular 45

6 Bloqueo infraclavicular 55

7 Bloqueo axilar 63

8 Bloqueos distales de la extremidad superior 71

9 Bloqueo regional intravenoso 81

10 Anatomía de la extremidad inferior 89

11 Bloqueo del plexo lumbar 99

12 Bloqueo ciático 103

13 Bloqueo femoral 113

14 Bloqueo femorocutáneo lateral 121

xv
xvi Índice de capítulos

15 Bloqueo del obturador 127

16 Bloqueos poplíteo y safeno 133

17 Bloqueo del tobillo 139

18 Anatomía de los bloqueos de la cabeza y el cuello 145

19 Bloqueo occipital 153

20 Bloqueo del trigémino 157

21 Bloqueo maxilar 165

22 Bloqueo mandibular 171

23 Bloqueo trigeminal distal 177

24 Bloqueo retrobulbar (peribulbar) 183

25 Bloqueo del plexo cervical 189

26 Bloqueo del ganglio estrellado 197

27 Anatomía para el bloqueo de las vías respiratorias 205

28 Bloqueo glosofaríngeo 213

29 Bloqueo laríngeo superior 219

30 Bloqueo translaríngeo 223

31 Anatomía del tronco 227

32 Bloqueo mamario 231


Índice de capítulos xvii

33 Bloqueo intercostal 237

34 Anestesia interpleural 245

35 Bloqueo somático lumbar 251

36 Bloqueo inguinal 259

37 Bloqueos paravertebrales 265


André P. Boezaart y Richard W. Rosenquist

38 Dolor crónico y dolor oncológico: introducción


y perspectiva 277

39 Bloqueos facetarios 281

40 Bloqueo sacroilíaco 295

41 Bloqueo simpático lumbar 305

42 Bloqueo del plexo celíaco 311

43 Bloqueo del plexo hipogástrico superior 323

44 Inyección transforaminal cervical y lumbar 333


James P. Rathmell

45 Implantación espinal de sistemas de liberación de fármacos 341


James P. Rathmell

46 Estimulación medular 353


James P. Rathmell

47 Anatomía neuroaxial 365

48 Bloqueo espinal 375


xviii Índice de capítulos

49 Bloqueo epidural 391

50 Bloqueo caudal 409

Bibliografía 419

Índice alfabético 427


Introducción

La necesaria, aunque en cierto modo artificial, sepa- Parece como si aquellos primeros cirujanos fue-
ración de la práctica anestésica en técnicas de anes- ran más capaces de incorporar las técnicas regiona-
tesia regional y general culmina frecuentemente en les a sus prácticas respectivas porque no contempla-
el concepto según el cual estas dos técnicas no de- ban el bloqueo regional como el «objetivo final». Por
ben o no pueden mezclarse. Nada más lejos de la el contrario, lo consideraban una parte de un pro-
verdad. Para prestar una atención anestésica regio- grama integral para el beneficio de sus pacientes. Los
nal integral, es absolutamente esencial que el anes- cirujanos y anestesiólogos de aquel tiempo eran ca-
tesiólogo sea experto en todos los aspectos de la paces de evitar la lógica viciada que con frecuencia
anestesia. Este concepto no es nuevo: John Lundy parece impregnar la aplicación de la anestesia regio-
promovió esta idea en la década de los veinte, cuan- nal en la actualidad. Aquellos individuos no duda-
do esbozó su concepto sobre «anestesia equilibra- ban en complementar los bloqueos con sedantes o
da». Aun antes de que Lundy promoviera el térmi- anestésicos generales ligeros; no esperaban que to-
no, George Crile había escrito extensamente sobre el dos y cada uno de los bloqueos fueran del «100%».
concepto de anociasociación, que fue, en realidad, El concepto según el cual un bloqueo fracasa si no
el precursor de la anestesia equilibrada. proporciona una anestesia completa sin suplementos
A menudo es tentador y bastante humano anali- parece haberse producido cuando la anestesiología
zar la evolución de una disciplina remontando su ár- se desarrolló como una especialidad independiente.
bol genealógico evolutivo. Cuando dicha investiga- Para el éxito de la anestesia regional, debemos estar
ción se despliega para la anestesia regional, el Dr. dispuestos a volver a nuestras raíces y abrazar los
Louis Gaston Labat suele recibir el reconocimiento conceptos de los primeros anestesistas, que no du-
por el protagonismo en su desarrollo. El interés y la daron en complementar los bloqueos regionales que
pericia de Labat en la anestesia regional habían sido practicaban. Irónicamente, hoy algunos consideran
inculcados por el Dr. Victor Pauchet de París, Fran- que un bloqueo regional es un fracaso si la dosis ini-
cia, de quien el Dr. Labat era ayudante. El verdade- cial no produce una anestesia completa; sin embargo,
ro tronco del árbol genealógico de la anestesia re- estos mismos individuos complementan a nuestros
gional está integrado por los médicos deseosos de «anestesiólogos generales», que utilizan el concepto
incorporar las técnicas regionales a sus prácticas del ajuste anestésico como objetivo. En cierto modo,
quirúrgicas iniciales. En el texto original de Labat de necesitamos unir estas dos visiones en una que per-
1933, Regional Anesthesia: Its Technique and Clinical mita prestar una atención integral e individualizada
Application, el Dr. William Mayo establecía en el pre- a todos nuestros pacientes.
facio: Como el Dr. Mayo puso de relieve en el texto de
Labat, es cuestionable que la anestesia regional
«El joven cirujano debería perfeccionarse en el algún día «desplace a la anestesia general». Además,
uso de la anestesia regional, cuyo valor au- está asimismo claro que la anestesia general proba-
menta con el incremento de la pericia con la blemente nunca pueda sustituir el uso adecuado de
que se administra. El cirujano bien pertrecha- la anestesia regional. Uno de los fundamentos para
do debe estar preparado para usar la anestesia la evitación del uso de la anestesia regional a través
adecuada o la combinación adecuada de anes- de los años fue su coste en términos de tiempo de
tesias en cada caso individual. No espero que quirófano y de médico. Como frecuentemente es el
un día la anestesia regional desplace total- caso, cuando se examinan con detalle, algunos truis-
mente a la anestesia general, pero indudable- mos aceptados precisan una reevaluación. Por tan-
mente alcanzará y conservará una posición to, es sorprendente que gran parte del renovado in-
muy alta en la práctica quirúrgica.» terés en la anestesia regional sea el resultado del
análisis de los costes sanitarios y de la necesidad de
Quizá si la actual generación de cirujanos y aneste- reducir la duración y el coste de la hospitalización.
siólogos hubiera tenido en mente el concepto de Si la anestesia regional se incorpora con éxito a
Mayo, nuestros pacientes hubieran sido los benefi- la práctica, debe dedicarse un tiempo para que el
ciarios. anestesiólogo y el paciente comenten la inminente
xiii
xiv Introducción

operación y la prescripción anestésica. Además, si se transitar por la cronología de la duración anestési-


pretende que la anestesia regional se utilice adecua- ca. Aun después de completar con éxito el aspecto
damente, debe habilitarse un área quirúrgica para la técnico de la anestesia regional, el trabajo del anes-
práctica del bloqueo antes de trasladar al paciente al tesiólogo no ha hecho más que empezar. Para poner
quirófano. En esta área y con acceso inmediato, se de relieve este punto, es tan importante utilizar la
requiere un equipo anestésico y uno reanimador sedación intraoperatoria adecuada como lo fue pre-
(bandejas regionales, etc.), así como una diversidad operatoriamente, mientras se estaba administrando
de anestésicos locales que pueden utilizarse para el bloqueo.
1
Anestésicos locales
y equipo de
anestesia regional
DAVID L. BROWN; COLABORACIÓN DE
RICHARD W. ROSENQUIST, M.D.
Anestésicos locales y equipo de anestesia regional 3

Quienes no están familiarizados con la anestesia lo- Todos los anestésicos locales están compuestos
cal la consideran compleja por el gran número de por una estructura básica que incluye un extremo
anestésicos locales disponibles y las numerosas des- aromático, una cadena intermedia y un extremo amí-
cripciones de las diferentes técnicas. Ciertamente, la nico (fig. 1-2). Esta estructura básica se subdivide
falta de familiaridad con cualquier tema hace que clínicamente en dos clases de fármacos (1): los ami-
éste parezca complejo; por tanto, el objetivo de esta noésteres presentan una unión éster entre el extre-
obra consiste en simplificar la anestesia regional. mo aromático y la cadena intermedia; comprenden
Para ello, uno de los primeros pasos es la com- la cocaína, procaína, 2-clorprocaína y tetracaína
prensión de las dos principales decisiones necesarias (figs. 1-3 y 1-4) (2). El segundo tipo de anestésicos
al prescribir un bloqueo regional; primera, la técni- locales son las aminoamidas, que contienen una
ca adecuada debe elegirse en función del paciente, unión amídica entre el extremo aromático y la ca-
del procedimiento y de los médicos implicados; se- dena intermedia; comprenden lidocaína, mepivacaí-
gunda, el anestésico local y los posibles adyuvantes na, prilocaína, ropivacaína, bupivacaína y etidocaí-
deben ajustarse al paciente, al procedimiento, a la na (v. figs. 1-3 y 1-4).
técnica regional y al terapeuta.
En los siguientes capítulos se detalla el modo de
Aminoésteres
integrar estos conceptos en la práctica anestésica.

FÁRMACOS

Es evidente que no todos los procedimientos ni to-


dos los médicos son iguales, cuanto menos, en lo La cocaína fue el primer anestésico local utilizado
concerniente al tiempo necesario para completar en clínica y hoy se emplea principalmente para la
una intervención. Por tanto, para que los anestesió- anestesia tópica de las vías respiratorias. Es única
logos utilicen eficazmente técnicas regionales, deben entre los anestésicos locales porque es vasocons-
ser capaces de elegir un anestésico local con la «du- trictora en lugar de vasodilatadora. Algunos servi-
ración adecuada». Para ello, deben conocer la dura- cios de anestesia limitan su disponibilidad por te-
ción de acción de éstos, desde el anestésico local de mor a su potencial de abuso. En dichas instituciones
acción más corta hasta el de acción más prolongada se utilizan combinaciones de lidocaína y fenilefrina,
(fig. 1-1). en lugar de cocaína, para la anestesia de la mucosa

DURACIÓN DE LA ACCIÓN DE LOS ANESTÉSICOS LOCALES (en minutos)


a

a
a
a

ín

ín
ín
ín

a
a
na

ca

ín
na

ca
ca
ca

ín

a

iva

va
iva
ro

ca

oc
oc
oc

rp

pi
tra
ep

op

id
d

Bu
lo
Pr

Et
Li

Te

R
C

Infiltración 45-60 75-90 180-360


⫹ adrenalina 60-90 90-180 200-400

Periférica 90-120 100-150 360-480 480-780


⫹ adrenalina 120-180 120-220 480-600 600-900

BSA 60-75 60 70-90 90-110


⫹ adrenalina 75-90 75-100 100-150 100-150
fenilefrinaa 90-120 200-300

Epidural 45-60 80-120 90-140 140-200 120-200 165-225


⫹ adrenalina 60-90 120-180 140-200 160-220 150-225 180-240 FIGURA 1-1
Duración de la acción
de los anestésicos locales
BSA, bloqueo subaracnoideo. (duración en minutos
a
Para la cirugía de la extremidad inferior. de la anestesia quirúrgica).
4 Atlas de anestesia regional

R1

R2
FIGURA 1-2
Estructura básica
de los anestésicos locales. Extremo aromático Cadena intermedia Extremo amínico

FIGURA 1-3
Anestésicos locales
utilizados con frecuencia
en Estados Unidos.

respiratoria y la descongestión de las membranas 10%, puede usarse como anestésico espinal de ac-
mucosas. ción corta (es decir, inferior a 1 h).

Einhorn sintetizó la procaína por primera vez en La clorprocaína tiene rápido inicio de acción y du-
1904, buscando un fármaco superior a la cocaína y ración corta. Se usa principalmente para la anestesia
a las demás soluciones en uso a principios del si- epidural en procedimientos cortos (es decir, de du-
glo XX. Actualmente, se utiliza rara vez para los blo- ración inferior a 60 min). A principios de la década
queos nerviosos periféricos o epidurales por su baja de los 80 su uso declinó tras las descripciones de dé-
potencia, lento inicio de acción, duración corta y li- ficits sensitivos y motores prolongados resultantes
mitado poder de penetración tisular. Es un excelen- de la administración subaracnoidea accidental de
te anestésico local para la infiltración cutánea y, al una dosis inicialmente epidural. Desde entonces, se
Anestésicos locales y equipo de anestesia regional 5

AMINOÉSTERES
H3CO O
C N CH3
O
CO
Cocaína H
C2H5
H2N COOCH2CH2 N
Procaína C2H5
Cl C2H5
H2N COOCH2CH2 N
C2H5
2-Clorprocaína

H9C4 Cl CH3
N COOCH2CH2 N
H CH3
Tetracaína
AMINOAMIDAS
CH3 C2H5
NHCOCH2 N
C2H5
Lidocaína CH3

CH3 C3H7
NHCOCH N
H
Prilocaína CH3 CH3

CH3 C2H5
NHCOCH N
C3H7
Etidocaína CH3 C2H5
CH3
NHCO N
Mepivacaína CH3 CH3
CH3
NHCO N
CH3 C4H9 FIGURA 1-4
Bupivacaína
Estructura química
CH3 de los anestésicos locales
NHCO aminoésteres y
N aminoamidas de utilización
Ropivacaína CH3 C3H7 frecuente.

ha modificado la formulación del fármaco. Tras uso intratecal o como cristales anhidros que se re-
grandes dosis epidurales (más de 30 ml) de clor- constituyen con la adición de agua estéril inmedia-
procaína al 3%, puede producirse una lumbalgia mo- tamente antes de su uso. La tetracaína no es tan es-
lesta aunque de corta duración. table como la procaína o la lidocaína en solución y
los cristales también se deterioran con el tiempo. A
pesar de dicha precaución, cuando una anestesia es-
pinal con tetracaína es inefectiva, cabe cuestionarse
la técnica antes de «culpar» al fármaco.
La tetracaína se sintetizó por primera vez en 1931
y, desde entonces, se ha convertido en un fármaco
ampliamente utilizado para la anestesia espinal en
Aminoamidas
Estados Unidos. Puede utilizarse para la anestesia es-
pinal como solución isobárica, hipobárica o hiperbá-
rica. Sin adrenalina, dura típicamente de 1,5 a 2,5 h
y, con la adición de adrenalina, puede durar hasta
4 h para procedimientos de la extremidad inferior. La lidocaína, la primera amida utilizada clínicamente
Además, la tetracaína es un eficaz anestésico tópico como anestésico local, fue introducida por Lofgren en
de las vías respiratorias, aunque se ha de utilizar con 1948. La lidocaína se ha convertido en el anestésico
precaución por la posibilidad de efectos adversos local más utilizado en el mundo por su potencia, su
sistémicos. Está disponible en solución al 1% para rápido inicio de acción, su penetración tisular y efec-
6 Atlas de anestesia regional

tividad durante la infiltración, bloqueo nervioso pe- sa. El inicio de su acción es más rápido que el de bu-
riférico, y bloqueos epidural y espinal. En el bloqueo pivacaína, aunque, en comparación con ésta, se usa
nervioso periférico, con frecuencia se emplea una so- con mucha menor frecuencia. Los clínicos que usan
lución del 1 al 1,5% para un bloqueo motor adecua- etidocaína a menudo lo hacen por la dosis epidural
do, mientras que en el bloqueo epidural parece más inicial y, con posterioridad, utilizan bupivacaína
efectiva una solución al 2%. Para la anestesia espinal, para las ulteriores inyecciones epidurales.
se usa con mayor frecuencia una solución al 5% en
dextrosa, aunque también puede utilizarse como so-
lución hipobárica al 0,5% en un volumen de 6 a 8 ml.
Otros clínicos usan lidocaína como solución al 2% de
acción corta en un volumen de 2 a 3 ml. Hay que so-
pesar su indicación ya que existe una incidencia ina- La mepivacaína está relacionada estructuralmente
ceptable de neurotoxicidad debido a la administra- con la lidocaína y ambos fármacos tienen acciones
ción espinal de lidocaína. En opinión del autor, la similares. En conjunto, la acción de mepivacaína es
investigación científica básica quizá no refleje por ligeramente más prolongada que la de lidocaína y
completo la situación clínica típica. En cualquier caso, esta diferencia de duración se acentúa cuando se
el autor recomienda la reducción de la dosis total de añade adrenalina a las soluciones.
lidocaína subaracnoidea a menos de 75 mg por pro-
cedimiento espinal y la inyección con más rapidez,
desaconsejando su empleo en técnicas subaracnoi-
deas continuas. A menudo, los pacientes manifiestan
que la lidocaína causa las «alergias a anestésicos lo-
cales» más frecuentes. Sin embargo, muchas de las La bupivacaína es un anestésico local de acción
alergias descritas, con frecuencia durante la inyección prolongada que puede utilizarse para infiltración, blo-
dental, son simplemente reacciones a la adrenalina, queo nervioso periférico y anestesia epidural y espi-
resultantes de la inyección intravascular del anestési- nal. Las concentraciones útiles del fármaco oscilan
co local combinado con ésta. entre 0,125 y 0,75%. Puede obtenerse una separación
del bloqueo sensitivo y motor modificando la concen-
tración de bupivacaína. De manera lógica, las con-
centraciones inferiores inducen un bloqueo princi-
palmente sensitivo, en tanto que, a medida que
aumenta la concentración, aumenta la efectividad del
La prilocaína está relacionada en su estructura bloqueo motor. Si un anestesiólogo tuviera que elegir
con la lidocaína, aunque causa significativamente un único fármaco y una única concentración, bupi-
menos vasodilatación que la lidocaína y, por tanto, vacaína al 0,5% sería la elección lógica porque es útil
puede utilizarse sin adrenalina. La prilocaína está para el bloqueo nervioso periférico, el bloqueo sub-
formulada para la infiltración, el bloqueo nervioso aracnoideo y el bloqueo epidural. En la década de los
periférico y la anestesia epidural. Su perfil anestési- 80 se suscitó cierta preocupación por la cardiotoxici-
co es similar al de la lidocaína, aunque además de dad en las reacciones tóxicas sistémicas provocadas
producir menos vasodilatación, tiene un potencial con bupivacaína. Aunque está claro que la bupivacaí-
inferior para producir toxicidad sistémica a igualdad na altera la conducción miocárdica de manera más
de dosis. Esta característica la convierte en particu- profunda que la lidocaína, nunca se insistirá bastan-
larmente útil para la anestesia regional intravenosa. te en la necesidad de una reanimación rápida y ade-
El motivo principal por el que no se utiliza la prilo- cuada durante cualquier reacción tóxica sistémica.
caína más de modo más amplio consiste en que, Levobupivacaína es el único enantiómero (L-isómero)
como resultado de su metabolización, produce orto- de bupivacaína; su perfil de toxicidad sistémica pare-
toluidina y nitrotoluidina, ambas capaces de inducir ce ser similar al de ropivacaína y sus efectos clínicos
metahemoglobinemia. son muy similares a los de bupivacaína racémica.

La etidocaína, químicamente relacionada con la li- La ropivacaína, otro anestésico local de acción
docaína, es una amida anestésica local de acción pro- prolongada, se introdujo en Estados Unidos en 1996.
longada. La etidocaína se asocia a un bloqueo mo- Puede ofrecer una ventaja frente a bupivacaína ya
tor profundo y se utiliza de forma óptima cuando que experimentalmente parece ser menos cardiotó-
esta característica puede ser clínicamente beneficio- xica. No se ha confirmado que esta ventaja experi-
Anestésicos locales y equipo de anestesia regional 7

Adrenalina

Fenilefina FIGURA 1-5


Estructuras químicas
de adrenalina y fenilefrina.

mental se traduzca en la clínica. Los estudios inicia- Puesto que la mayoría de anestésicos locales son va-
les también indican que ropivacaína puede producir sodilatadores, la adición de adrenalina con frecuen-
analgesia con menos bloqueo motor que dosis equi- cia no reduce el flujo sanguíneo como muchos te-
potentes de bupivacaína. La acción de ropivacaína men; por el contrario, la combinación de anestésico
también puede ser ligeramente inferior a la de bupi- local y adrenalina produce un flujo sanguíneo simi-
vacaína; las concentraciones farmacológicas útiles lar al previo a la inyección.
oscilan entre el 0,25 y el 1%. Muchos clínicos creen
que ropivacaína puede conferir ventajas particulares
para las infusiones analgésicas postoperatorias y la AGUJAS, CATÉTERES Y JERINGAS
analgesia obstétrica.
La anestesia regional requiere un conocimiento in-
tegral por parte del anestesiólogo de los anestésicos
Vasoconstrictores
locales y del equipo (es decir, agujas, jeringas y caté-
Con frecuencia se añaden vasoconstrictores a los teres que permiten la inyección del anestésico en el
anestésicos locales para prolongar la duración de la área deseada). Durante los primeros años de la anes-
acción y mejorar la «calidad» del bloqueo anestési- tesia regional se produjeron muchas variaciones de
co local. Aunque todavía no está claro si los vaso- los métodos de conexión entre la aguja y la jeringa.
constrictores prolongan la duración del bloqueo con En el cambio de siglo, Carl Schneider desarrolló la
los anestésicos locales o son efectivos porque pro- primera jeringa de cristal para Hermann Wolfing-
ducen una antinocicepción adicional a través de una Luer. Aunque Luer recibe los créditos gracias a la in-
acción alfa-adrenérgica, su efecto clínico es incues- novación de una simple punta cónica para el fácil in-
tionable. La adrenalina (fig. 1-5) es el vasoconstric- tercambio de agujas y jeringas, se cree que el diseño
tor utilizado con mayor frecuencia; globalmente, la del Luer-lock (conexión Luer), en uso en la mayoría
concentración más efectiva, excluida la anestesia es- de jeringas actuales, se debe a Dickenson, hacia
pinal, es de 1:200.000. Cuando se añade adrenalina 1925. El ajuste Luer se convirtió en universal y en
a los anestésicos locales durante el proceso comer- 1955 se estandarizaron la punta Luer de desliza-
cial de producción, es necesario añadir estabilizan- miento y el Luer-Lok.
tes porque la adrenalina pierde potencia con rapidez En casi todas las agujas desechables y reutilizables
cuando se expone al aire y a la luz. Los estabilizan- para la anestesia regional, el bisel se corta en tres pla-
tes añadidos reducen el pH de la solución anestési- nos. En teoría, el diseño crea menos laceración tisu-
ca local en un intervalo de pH 3 a 4 y, debido a los lar y molestias en comparación con los diseños pre-
valores superiores de pKa del anestésico local, se re- liminares y limita la perforación tisular cilíndrica (o
trasa el inicio del bloqueo regional efectivo. Por tan- tissue coring). Muchas agujas para inyección profun-
to, si se usa adrenalina con los anestésicos locales, da durante el bloqueo regional incorporan un botón
deberá añadirse en el momento de practicar el blo- de seguridad en el cuerpo de manera que la aguja
queo, cuando menos, en el bloqueo inicial. Para las pueda recuperarse con rapidez en las raras ocasiones
ulteriores inyecciones practicadas durante el blo- en que el pabellón se separa del cuerpo de la aguja.
queo epidural continuo, pueden utilizarse con se- En la figura 1-6 se compara una aguja corta, bisela-
guridad las preparaciones comerciales de soluciones da, con botón de seguridad de 22 G y una aguja «hi-
de anestésicos locales-adrenalina. podérmica» de 22 G. Tradicionalmente se sostiene
La fenilefrina (v. fig. 1-5) se ha empleado también que las agujas de bisel corto son menos traumáticas
como vasoconstrictor, principalmente, con la anes- para las estructuras neurales, pero se dispone de es-
tesia espinal; el bloqueo puede prolongarse de modo casas evidencias clínicas y los datos experimentales
eficaz con la adición de 2 a 5 mg de fenilefrina al sobre la minimización de lesiones nerviosas con agu-
anestésico espinal. Asimismo, se ha utilizado la no- jas de punta aguda o roma son discrepantes.
radrenalina como vasoconstrictor para la anestesia En la figura 1-7 se presentan diversas agujas es-
espinal, aunque no parece ser tan duradera como la pinales. La clave del éxito estriba en seleccionar el
adrenalina ni tener ninguna ventaja frente a ésta. tamaño y extremo biselado que permitan canular
8 Atlas de anestesia regional

FIGURA 1-6
Vistas frontal, oblicua y
lateral de agujas de bloqueo
regional. A) Aguja de
bloqueo axilar de bisel
romo de 25 G. B) Aguja de
bloqueo de bisel largo
(«hipodérmica») de 25 G.
C) Aguja «de imagen»
ecográfica. D) Aguja de
bloqueo regional de bisel
corto de 22 G. (A-D, de
Brown DL. Regional
Anesthesia and Analgesia,
Philadelphia, W. B.
Saunders, 1996. Con
permiso de la Mayo
Foundation.)

FIGURA 1-7
Vistas frontal, oblicua y
lateral de agujas espinales
comunes. A) Aguja de
Sprotte. B) Aguja de
Whitacre. C) Aguja de
Greene. D) Aguja de
Quincke. (A-D, de Brown
DL. Regional Anesthesia and
Analgesia, Philadelphia,
W. B. Saunders, 1996.
Con permiso de la Mayo
Foundation.)
Anestésicos locales y equipo de anestesia regional 9

FIGURA 1-8
Vistas frontal, oblicua y
lateral de agujas epidurales
comunes. A) Aguja de
Crawford. B) Aguja de
Tuohy. El recuadro muestra
un conjunto de pabellón
alado común para las agujas
aladas. C) Aguja de Hustead.
D) Aguja epidural curvada
de 18 G. E) Aguja medular
de Whitacre de 27 G.
(A-E, de Brown DL.
Regional Anesthesia and
Analgesia, Philadelphia,
W. B. Saunders, 1996.
Con permiso de la Mayo
Foundation.)

con facilidad el espacio subaracnoideo sin ocasionar espinal se desvaneció con la controversia en torno a
una punción accidental repetida. Para tamaños equi- la neurotoxicidad de la lidocaína.
valentes de agujas, las puntas redondeadas que se- En la figura 1-8 se muestran las agujas epidura-
paran las fibras de la dura se asocian a una inferior les. El diseño de la punta de la aguja con frecuencia
incidencia de cefalea en comparación con las puntas está condicionado por la decisión de utilizar un caté-
que cortan las fibras. El pasado interés en emplear ter epidural. En la figura 1-9 se presentan dos
técnicas continuas con catéteres espinales de calibre catéteres disponibles para uso subaracnoideo o epi-
muy pequeño para reducir la incidencia de cefalea dural. Aunque cada uno tiene ventajas e inconve-
10 Atlas de anestesia regional

FIGURA 1-9
Diseños de catéteres
epidurales. A) Orificio distal
único. B) Extremo cerrado
con múltiples orificios
laterales. (A y B de Brown
DL. Regional Anesthesia and
Analgesia, Philadelphia,
W. B. Saunders, 1996.
Con permiso de la Mayo
Foundation.)

nientes, un catéter con orificio distal único parece las agujas no aisladas emiten corriente por la punta
conferir mayor seguridad en el momento de la in- y a lo largo del cuerpo, lo que podría reducir la pre-
yección sobre la localización de su punta, mientras cisión al colocar la aguja. Un estimulador nervioso
posiblemente se prefiera un catéter con múltiples periférico permitiría una corriente de 0,1 a 10 mA
orificios laterales para las técnicas de analgesia con- en pulsos de aproximadamente 200 ms con una fre-
tinua. cuencia de 1 a 2 pulsos por segundo. Debe tener un
dispositivo de fácil lectura que indique el momento
en que se presente el cierre del circuito, una pro-
ESTIMULADORES NERVIOSOS ducción de corriente constante y adecuada en todo
momento y una pantalla digital que muestre la co-
En los últimos años, los estimuladores nerviosos han rriente administrada con cada pulso, lo que facilita
pasado de dispositivos de uso ocasional a dispositi- determinar la localización del nervio mientras se es-
vos de uso común y frecuente con importancia cru- timula con 2 mA y permite la exacta colocación de
cial. El énfasis creciente en las técnicas que emplean la aguja mientras el pulso de la corriente se reduce
múltiples inyecciones próximas a los nervios o la co- a 0,5-0,1 mA. La polaridad de los terminales del es-
locación de catéteres estimuladores ha impulsado timulador nervioso debe identificarse con claridad,
este cambio. El obstáculo principal al éxito de la uti- ya que los nervios periféricos se estimulan óptima-
lización de un estimulador nervioso estriba en que mente cuando se utiliza la aguja como cátodo (ter-
se trata de una técnica a tres manos o para dos in- minal negativo). De otro modo, si se establece el cir-
dividuos (fig. 1-10). Esta situación no ha cambiado, cuito con la aguja como ánodo (terminal positivo),
aunque se dispone de instrumentos que permiten el se requiere una corriente cuatro veces superior para
control de la corriente estimuladora mediante un pe- producir una estimulación equivalente. La deriva-
dal, con lo que se elimina la necesidad de una ter- ción positiva del estimulador debe colocarse en un
cera mano o un segundo individuo. En las situacio- punto distante del punto de estimulación, conec-
nes en las que se requiere un segundo par de manos, tando la derivación a un electrodo electrocardiográ-
el correcto manejo de los estimuladores nerviosos fico común (v. fig. 1-10).
periféricos contemporáneos es sencillo y se aprende El uso de un estimulador nervioso no es un sus-
con facilidad durante la práctica del bloqueo. El es- tituto del conocimiento completo de la anatomía ni
timulador nervioso es útil en diversas circunstancias de una cuidadosa selección del lugar de inserción
(es decir, en niños y adultos ya anestesiados cuando de la aguja. De hecho, debe prestarse tanta atención
se decide que el bloqueo regional es una técnica ade- a la anatomía y a la técnica cuando se utiliza un es-
cuada, en individuos incapaces de referir con preci- timulador nervioso como cuando no se utiliza. Las
sión las parestesias, cuando se administran anestési- gruesas fibras motoras mielinizadas son estimula-
cos locales en nervios específicos y cuando se das con menos corriente que las fibras finas no mie-
implantan catéteres estimuladores para la anestesia linizadas y, en la mayoría de ocasiones, se obtiene
o la analgesia postoperatoria). Otro grupo que pue- una contracción muscular antes de que el paciente
de beneficiarse del uso de un estimulador nervioso experimente una molestia. La aguja debe recolo-
está compuesto por pacientes con dolor crónico, en carse con cuidado en un punto en que pueda pro-
los cuales, la colocación exacta de la aguja y la re- vocarse la contracción muscular con 0,5 a 0,1 mA.
producción del dolor con la estimulación eléctrica o Si precisa bloquearse un nervio sensitivo puro, se
la eliminación de éste con la administración ade- sigue un procedimiento similar; sin embargo, para
cuada de pequeños volúmenes de anestésico local la correcta localización de la aguja, se necesita que
puede mejorar el diagnóstico y el tratamiento. el paciente refiera la sensación de «hormigueo o
Cuando se utiliza la estimulación nerviosa du- quemazón» pulsada en la distribución cutánea del
rante el bloqueo regional, las agujas aisladas son las nervio sensitivo. Cuando la aguja está en la posi-
más adecuadas puesto que provocan una corriente ción final y se ha obtenido la estimulación con 0,5 a
esférica alrededor de la punta de la aguja, mientras 0,1 mA, se inyecta 1 ml de anestésico local a través
Anestésicos locales y equipo de anestesia regional 11

Ánodo
(⫹ derivación)

FIGURA 1-10
Técnica de estimulación
nerviosa.
12 Atlas de anestesia regional

de la aguja. Si la aguja está colocada con precisión, te de las investigaciones se han efectuado con son-
esta cantidad de solución anula rápidamente la das ecográficas de frecuencias entre 5 y 10 MHz. Es-
contracción muscular y/o la sensación con el pul- tos aparatos son capaces de identificar estructuras
so de corriente. vasculares y óseas, pero no nerviosas. Los dispositi-
vos contemporáneos que usan sondas de alta reso-
lución (12-15 MHz) e imágenes compuestas pueden
ECOGRAFÍA mejorar las técnicas de bloqueo nervioso periférico
asistido por ecografía, ya que permiten la clara vi-
En los últimos años, se ha suscitado un creciente in- sualización de nervios, vasos, catéteres e inyección
terés en el desarrollo del bloqueo nervioso periférico de anestésicos locales. El uso de estos dispositivos
guiado por imagen. Se han utilizado diversas técni- está limitado por su coste, la necesidad de formarse
cas. La resonancia magnética y la tomografía com- en su uso, de familiarizarse con las imágenes anató-
putarizada confieren excelentes imágenes anatómi- micas por ecografía y el necesario par de manos adi-
cas, aunque son caras e inaccesibles en el quirófano. cional. Funciona de manera óptima con los plexos
La disponibilidad de la fluoroscopia es más amplia, nerviosos superficiales y puede estar limitada por la
aunque sólo indica puntos de referencia óseos o si- obesidad excesiva o las estructuras anatómicamente
luetas de contraste radiopaco administrada por la distantes. El autor cree que esta es un área de la prác-
aguja o el catéter. Los ecógrafos no son invasivos, tica de la anestesia regional fructífera para la inves-
son portátiles y moderadamente caros. La mayor par- tigación sistemática.
2
Bloqueos continuos
de nervios
periféricos
ANDRÉ P. BOEZAART, M.D., Ph.D.
Bloqueos continuos de nervios periféricos 15

En pacientes con dolor agudo y crónico, los blo- el ámbito del aprendizaje. La tasa de éxito primario
queos nerviosos periféricos pueden inducir analge- de esta técnica probablemente iguale a la de la técni-
sia durante varias horas tras una única inyección de ca tradicional, aunque con una tasa de éxito secun-
anestésico local. En muchos ámbitos clínicos, sin dario del bloqueo en teoría superior por la coloca-
embargo, se requieren bloqueos nerviosos de 12 h o ción más precisa del catéter. Es necesario efectuar
más prolongados tras una única inyección. La nece- estudios comparativos formales de los resultados.
sidad de una analgesia más prolongada sin efectos
colaterales neuroaxiales aceleró el desarrollo de los
bloqueos nerviosos continuos. También está en cur- TÉCNICA CON CATÉTER
so la investigación sobre anestésicos locales reversi- NO ESTIMULADOR
bles de duración prolongada, aunque en la actuali-
dad no se dispone de ningún anestésico local La aguja estimuladora aislada con una corriente de
reversible de duración extremadamente prolongada 1,5 mA se dirige hacia el nervio periférico que se ha
que sea efectivo. Por tanto, los médicos deben recu- de bloquear. La posición final de la aguja se confirma
rrir a los bloqueos nerviosos continuos a través de observando una respuesta motora apropiada con la
catéteres perineurales como un medio eficaz para corriente estimuladora ajustada a 0,3-0,5 mA, una
producir anestesia continuada. Los avances en las frecuencia de 1 a 2 Hz y una amplitud del pulso de
técnicas perineurales se han centrado en el perfec- 100 a 300 μs. Con frecuencia, la aguja se conecta a
cionamiento de la colocación del catéter, con lo que una jeringa mediante un puerto lateral (fig. 2-1). Esta
se reduce la atenuación de la analgesia tras la inyec- disposición permite al médico aspirar sangre o líqui-
ción inicial en bolo. Las principales técnicas para la do cefalorraquídeo durante la colocación de la aguja
colocación de catéteres perineurales son dos: la téc- para minimizar la inyección intravascular o intratecal
nica con catéter no estimulador y la técnica con caté- accidental. Una vez finalizada la colocación de la agu-
ter estimulador. Aunque se dispone de varios caté- ja, se sostiene en su posición y se inyecta el bolo de
teres estimuladores, en aras de la claridad en este solución de anestésico local en dosis fraccionadas. En
capítulo, la técnica con catéter estimulador que se ocasiones, se inyecta salino (5-10 ml) en lugar de un
describe es la técnica StimuCath (Arrow Internatio- bolo de anestésico local que, según muchos creen, fa-
nal, Reading, PA, EE.UU.). Cabe recordar que los cilita el paso del catéter que se colocará posterior-
principios descritos pueden aplicarse a dispositivos mente y minimiza la confusión entre los efectos del
de otros fabricantes. bolo de anestésico local y los de la inyección a través
Al usar la técnica no estimuladora, se avanza una del catéter. El catéter es típicamente de 19 o 20 G,
aguja aislada (habitualmente, una aguja de Tuohy) multiperforado, y se avanza de 5 a 10 cm después del
próxima a un nervio con la guía de un estimulador extremo distal de la aguja. Tras la inserción del caté-
nervioso. Cuando el médico está satisfecho con la po- ter, se retira la aguja y se asegura el catéter con la téc-
sición de la punta de la aguja, se inyecta salino o un nica de preferencia del anestesista, posiblemente, un
anestésico local a través de la aguja para expandir el spray adhesivo médico, Steri-strips o un apósito oclu-
potencial espacio perineural. En ese momento, se sivo transparente. Algunos médicos aseguran el caté-
avanza un catéter epidural estándar (habitualmente, ter mediante tunelización. Se han empleado una gran
de orificios múltiples) a través de la aguja. Esta téc- variedad de soluciones de anestésicos locales; muchos
nica es relativamente fácil de practicar y suele confe- prefieren ropivacaína. Típicamente, con este método
rir un adecuado bloqueo inicial cuando el anestésico se inyecta un bolo de (20-40 ml) del anestésico local
local se inyecta a través de la aguja antes de la colo- a través de la aguja para obtener el bloqueo primario,
cación del catéter. Sin embargo, la tasa de éxito del seguido de la colocación del catéter y la infusión de
bloqueo secundario (cuando el anestésico local se in- una solución de anestésico local a través del catéter.
funde a través del catéter) es bastante variable. Esta infusión produce lo que muchos llaman bloqueo
Durante la técnica con catéter estimulador, una secundario (v. fig. 2-1).
aguja aislada (habitualmente, una aguja de Tuohy) se
sitúa de manera similar con la guía de un estimula-
dor nervioso. Con esta técnica no se inyecta un bolo TÉCNICA CON CATÉTER
en el momento de la colocación de la aguja, sino que ESTIMULADOR
se avanza a través de la aguja un catéter con una pun-
ta eléctrica conductora al tiempo que se estimula. La aguja estimuladora aislada (fig. 2-2A) se dirige
Esta técnica tiene algunos pasos más que el método hacia el nervio periférico que hay que bloquear con
no estimulador, aunque parece más sencillo aún en una corriente estimuladora de 1,5 mA. La correcta
16 Atlas de anestesia regional

Medir e insertar
la aguja

2 cm

2 cm

Estimular la
respuesta motora

Inyectar anestésico o salino

Colocar el catéter
y retirar la aguja
B

Infundir el anestésico
a través del catéter

FIGURA 2-1
Se utiliza un dispositivo
de puerto lateral durante la
colocación del catéter para
el bloqueo infraclavicular.
A) Localización de la
correcta posición de la aguja C
mediante la guía del
estimulador nervioso.
B) Inyección del anestésico
local para distender el
espacio perineural antes de
la inserción del catéter.
C) Inserción del catéter
sin guía adicional.
Bloqueos continuos de nervios periféricos 17

A. Sistema y partes del StimuCath

Aguja de Tuohy aislada

Catéter
Extremo proximal
descubierto
Estilete interno
extraíble

Cuerpo aislado
Extremo proximal
conductor

Cuerpo aislado

Extremo distal
descubierto

A1
Extremo
distal
conductor

A2

SnapLock

Cable conector
Pinza de gancho (distal)

Pinza de cocodrilo (proximal)

A3
FIGURA 2-2
Colocación del catéter de estimulación para el bloqueo infraclavicular. A) Equipo utilizado con la técnica StimuCath. A1) Aguja
aislada para la inserción inicial. A2) Catéter con aislamiento eléctrico que permite la estimulación a través de la punta del catéter.
A3) «Extensión de cocodrilo» que permite la estimulación a través de la aguja y el catéter y posibilita la estimulación del catéter tras
su inserción inicial y después de colocar el adaptador final de tipo Tuohy a través de la aguja y la posible manipulación a través
de la aguja si se desea la recolocación del catéter.

La figura continúa en la página siguiente


18 Atlas de anestesia regional

Medición e inserción
de la aguja

2 cm

2 cm

Estimular la
B1 respuesta motora

Pinza del estimulador


nervioso aplicada
al extremo proximal
conductor del catéter

Insertar el extremo distal del catéter


a través de la aguja hasta que
la marca ancha esté a la altura
del pabellón (indica que la punta
Pinza de gancho
del catéter está situada
en el interior de la punta
de la aguja)
B3

FIGURA 2-2 - Cont.


B) Técnica de bloqueo con
StimuCath. B1) Colocación
inicial de la aguja
con estimulación.
B2) Colocación del catéter
en la aguja sin sobrepasar
la punta de la aguja.
B3) Colocación del
adaptador de cocodrilo B2
al catéter antes de
la su inserción.

La figura continúa en la página siguiente


Bloqueos continuos de nervios periféricos 19

Se mantendrá una idéntica respuesta


motora estimulada (puesto que
la aguja sigue conduciendo corriente)
Catéter

La punta del catéter está


en el interior de la aguja
Pinza
de gancho

Al estimulador

B4

Avanzar el catéter a través del extremo


distal de la aguja hasta 3-5 cm,
mientras se mantiene la misma
respuesta motora

Puede avanzarse
el catéter para
seguir el nervio

FIGURA 2-2 - Cont.


B4) Avance del catéter
mientras se estimula.
B5) Colocación final del
catéter en función de
B5 un adecuado patrón
de estimulación.
20 Atlas de anestesia regional

posición de la aguja se confirma observando una res- cutáneo, el estilete entra en la piel a través del punto
puesta motora adecuada con una corriente estimu- de inserción del catéter. Con cada técnica, el estilete
ladora nerviosa establecida en 0,3 a 0,5 mA, una se avanza hasta el punto cutáneo de salida deseado a
frecuencia de 1 a 2 Hz y una amplitud de pulso de una distancia aproximada de 10 cm o de la longitud
100 a 300 μs. Se mantiene la aguja en esta posición del estilete. A continuación se avanza la aguja de
sin inyectar ninguna solución a través de la aguja. Se Tuohy de manera retrógrada en el estilete (fig. 2-3B).
conecta la derivación negativa estimuladora al caté- Seguidamente, se retira el estilete y se avanza el caté-
ter estimulador, que, a su vez, se hace avanzar a ter a través de la aguja (fig. 2-3C) hasta que está se-
través de la aguja (fig. 2-2B). Se produce la respues- guro y puede retirarse la aguja, dejando el catéter tu-
ta motora deseada, similar a la respuesta suscitada nelizado. Si se usa una técnica con puente cutáneo, se
durante la colocación inicial de la aguja. A conti- inserta un tubo de plástico de inferior longitud para
nuación, se avanza el catéter a través del extremo proteger la piel bajo el puente cutáneo (fig. 2-3D).
distal de la aguja mientras se procura mantener la Tras completar la tunelización del catéter se com-
respuesta motora. La variación de la respuesta mo- probará la estabilidad del extremo distal del catéter.
tora suele indicar que el catéter se está alejando del Se conecta al catéter el dispositivo SnapLock (Arrow
nervio conforme avanza. Con este dispositivo aguja- International, Reading, PA), que permite la estimu-
catéter ensamblados, puede retirarse el catéter sin lación nerviosa continua a través del catéter. La je-
preocuparse indebidamente por su cizallamiento. ringa que contiene el anestésico local se conecta al
Si se requiere la recolocación del catéter, hay que SnapLock (fig. 2-4). A continuación, mientras aún
retirar el catéter distal hacia el cuerpo de la aguja; a se estimula con el catéter y se origina una respues-
continuación, modificar ligeramente la posición de ta motora, se inicia la inyección del anestésico local.
la aguja, mediante la rotación en sentido horario o La respuesta motora evocada debería cesar inmedia-
antihorario, o avanzar o retirar el catéter unos milí- tamente con la inyección. Si el salino se inyecta a
metros. Posteriormente, avanzar el catéter de nuevo través del catéter, provoca la misma interrupción de
de modo similar a las etapas precedentes. Este pro- la respuesta motora, pero si se inyecta agua no se in-
ceso puede repetirse hasta que se consiga la res- terrumpe la respuesta motora, debido a la dispersión
puesta motora adecuada durante el avance del caté- de la corriente por el líquido conductor (el anesté-
ter. Deberá seguir obteniéndose la respuesta motora sico local o el salino); por tanto, se requeriría una
deseada a medida que se avanza el catéter de 3 a cantidad superior de corriente para producir una
5 cm a lo largo de las estructuras nerviosas. respuesta motora.

FIJACIÓN DEL CATÉTER CONSEJOS PRÁCTICOS

El desplazamiento del catéter sigue siendo pro- Durante la colocación de un catéter para un bloqueo
blemático para muchos médicos que utilizan técni- periférico continuo es esencial una sedación ade-
cas de infusión periférica continua. En la experien- cuada. Típicamente, la duración de una técnica con-
cia del autor, la tunelización subcutánea del catéter tinua es algo superior y puede atravesar un mayor
ha eliminado un gran número de desplazamientos. número de planos fasciales en comparación con el
Se ha descrito una gran variedad de técnicas de tu- método de inyección única. La adecuada infiltración
nelización, aunque la mayoría son variaciones de la de anestésico local del punto de bloqueo y del pun-
siguiente descripción. to de tunelización son asimismo importantes y no
La primera decisión durante la tunelización del cabe precipitarse. Antes de manipular la aguja y
catéter consiste en establecer si se utilizará un puen- mientras realizamos ajustes en su posición cuando
te cutáneo, cuyo uso facilita la retirada del catéter y establecemos la posición inicial óptima del catéter,
típicamente se aplica para la cateterización a cor- debemos asegurarnos de que el extremo distal del
to plazo (1-7 días). La técnica de tunelización del catéter está en el interior del cuerpo de la aguja.
catéter sin puente cutáneo se utiliza con frecuen- Puesto que los catéteres continuos con frecuencia se
cia para cateterizaciones más prolongadas (más de dejan en su lugar durante cierto tiempo, se requiere
7 días). Esta última tiene la ventaja teórica de mini- un seguimiento de la asepsia. Tras la colocación del
mizar la posibilidad de infección del catéter. catéter, se cubrirá el punto con un apósito transpa-
Después de decidir el tipo de tunelización (con o rente para permitir la inspección diaria del punto de
sin puente cutáneo) se utiliza el estilete de la aguja de salida del catéter y el área de tunelización cutánea;
Tuohy (fig. 2-3A) como guía del catéter y se dirige ha- esta técnica permite la inspección directa para de-
cia la entrada cutánea a una distancia de 2 a 3 cm res- tectar signos de inflamación.
pecto al punto de salida del catéter (para la técnica con Con frecuencia, toda la extremidad permanece in-
puente cutáneo) Si se decide una técnica sin puente sensible mientras dure el bloqueo continuo, de
Bloqueos continuos de nervios periféricos 21

Catéter
Tunelización

Salida cutánea aproximadamente


Paso del estilete a 10 cm de distancia
a través del punto
de entrada del catéter

Paso retrógrado
de la aguja sobre
el estilete

Punto de salida de la
aguja sin puente cutáneo

Punto de salida de la
aguja con puente cutáneo

FIGURA 2-3
Imágenes de las técnicas de
puente cutáneo y sin puente
cutáneo utilizadas para
asegurar los catéteres.
A) Estilete de Tuohy en el
momento de su inserción.
B) Paso de una aguja de
Tuohy sobre un estilete
como guía.

La figura continúa en la página siguiente


22 Atlas de anestesia regional

Retirar el estilete y pasar


el extremo proximal
del catéter a través
de la punta de la aguja
C

Insertar el catéter
a través de la aguja

Retirar la aguja

Sin puente cutáneo

Puente cutáneo

D
FIGURA 2-3 - Cont.
C) Extremo proximal del
catéter enhebrado a través
de la luz de una Tuohy.
D) Retirada del catéter y de
la aguja a través del punto
cutáneo de entrada final.
Bloqueos continuos de nervios periféricos 23

Conectar el dispositivo SnapLock


al extremo proximal del catéter
tras la retirada del estilete
interior de acero Conectar la pinza de gancho
(del cable conector y del estimulador
SnapLock nervioso) al asa de acero específica
del SnapLock

Catéter
Pinza de gancho
A

Conectar la jeringa
con el anestésico local
al SnapLock

Al estimulador

B
Bajo estimulación, la respuesta motora evocada
cesa una vez se inicia la administración
del anestésico local

C
FIGURA 2-4
Imagen del dispositivo
SnapLock e implicaciones
Cesa la respuesta motora de la inyección de
anestésico local a través de
Anestésico
un catéter que está siendo
local
estimulado y el
desvanecimiento de la
respuesta a la corriente.
A) Dispositivo SnapLock
conectado a un catéter.
B) Extensión de cocodrilo
colocada en un dispositivo
SnapLock. C) Jeringa
conectada a un dispositivo
SnapLock. D) Patrón de
estimulación deseado a
través de la estimulación
con catéter. Debe
desvanecerse con la
inyección del anestésico
D local para confirmar que
la colocación es correcta.

modo que es preciso proteger los nervios vulnera- De forma ideal, el catéter se retirará tras la com-
bles; éstos son el nervio cubital en el codo, el ner- pleta recuperación de la sensibilidad de toda la ex-
vio radial a nivel mediohumeral y el nervio peroneo tremidad. El dolor irradiado que puede aparecer du-
común en el área de la cabeza del peroné. Los pa- rante la retirada del catéter suele indicar que el
cientes ambulatorios con un bloqueo continuo del catéter se ha alojado en un nervio o una raíz ner-
plexo braquial deberían llevar siempre un cabestri- viosa. Puede estar indicada la retirada quirúrgica de
llo ajustado de manera adecuada para prevenir una catéteres tras la exploración fluoroscópica si persis-
lesión por tracción del plexo braquial o una lesión te el dolor irradiado con los intentos de retirada,
del nervio radial por el cabestrillo. aunque rara vez es necesaria.
3
Anatomía
del bloqueo
de la extremidad
superior
Anatomía del bloqueo de la extremidad superior 27

«El hombre utiliza sus brazos y manos constantemente… paran de los que inervan la parte dorsal. A medida
por consiguiente, expone constantemente sus brazos y sus que estas divisiones entran en la axila, forman cor-
manos a las lesiones… El hombre también come constan- dones. Las divisiones posteriores de los tres troncos
temente… En realidad, el estómago del hombre nunca está se unen para formar el cordón posterior; las divisio-
vacío… La combinación de la prensilidad del hombre y su
nes anteriores de los troncos superior y medio for-
insaciable apetito produce un flujo constante de pacientes
man el cordón lateral, y el cordón medio es la divi-
con lesiones de las extremidades superiores y estómagos
llenos hacia los departamentos de urgencias de los hospi- sión anterior no unida del tronco inferior. Estos
tales. Éste es el motivo por el que el plexo braquial es, con cordones se denominan en función de su relación
tanta frecuencia, el grupo de nervios preferido por el anes- con la segunda porción de la arteria axilar.
tesiólogo.» En el borde lateral del músculo pectoral menor
Classical Anesthesia Files, David Little, 1963 (que se inserta en el proceso coracoides) los tres cor-
dones se reorganizan para formar los nervios periféri-
Las acertadas observaciones del finado David Little cos de la extremidad superior. De nuevo, en un es-
no siempre llevan a los anestesiólogos a elegir la fuerzo por simplificar, las ramas de los cordones lateral
anestesia regional para la cirugía de la extremidad y medio son nervios ventrales de la extremidad supe-
superior. Sin embargo, los que se deciden por la rior. El cordón posterior, en cambio, da origen a toda
anestesia regional reconocen que existen múltiples la inervación «dorsal». Por tanto, el nervio radial iner-
puntos en los que puede inducirse un bloqueo del va toda la musculatura dorsal de la extremidad supe-
plexo braquial. El autor cree que si los anestesiólo- rior a partir del hombro. El nervio musculocutáneo
gos deben prestar una atención anestesiológica inte- confiere la inervación muscular del brazo, al tiempo
gral, deben familiarizarse con estos bloqueos. La fa- que la inervación cutánea del antebrazo. En cambio,
miliaridad con estas técnicas exige el conocimiento los nervios mediano y cubital son nervios de paso en
de la anatomía. Uno de los problemas para el «co- el brazo, aunque en el antebrazo y la mano confieren
nocimiento» de esta anatomía consiste en que el tra- la inervación motora de la musculatura ventral. Estos
dicional esquema descriptivo del plexo braquial es nervios pueden categorizarse más: el nervio mediano
innecesariamente complejo e intimidatorio. inerva sobre todo el antebrazo, mientras el nervio cu-
En la figura 3-1 se ilustra cómo el plexo está for- bital inerva predominantemente la mano.
mado por las ramas ventrales de los nervios cervica- Algunos autores han centrado la atención de los
les 5.o a 8.o y la mayor parte de la rama del primer anestesiólogos en el revestimiento fascial del plexo
nervio torácico. Además, también puede haber con- braquial. A medida que las raíces nerviosas del ple-
tribuciones del 4.o nervio cervical y el 2.o nervio torá- xo braquial abandonan las apófisis transversas, lo ha-
cico. La parte intimidatoria de esta anatomía es lo que cen entre la fascia prevertebral que se divide para re-
sucede desde el momento en que estas ramas ventra- vestir los músculos escaleno anterior y medio.
les emergen entre los músculos escaleno medio y an- Muchos autores defienden que esta fascia preverte-
terior hasta finalizar en las cuatro ramas terminales de bral que circunda el plexo braquial tiene forma tu-
la extremidad superior: los nervios musculocutáneo, bular en toda su extensión, lo que permite la colo-
mediano, cubital y radial. La mayor parte de lo que cación de la aguja en el interior de la «vaina» para
ocurre con las raíces en su camino para convertirse producir un bloqueo. Es incuestionable que el plexo
en nervios periféricos no es información clínica esen- braquial está revestido por la fascia prevertebral; sin
cial para un anestesiólogo. Sin embargo, algunos con- embargo, el recubrimiento fascial es en apariencia
ceptos amplios pueden contribuir a que los clínicos discontinuo, con septos que subdividen porciones de
comprendan la anatomía. Por tanto, el objetivo del la vaina en compartimentos que clínicamente pueden
autor en este capítulo es simplificarla. evitar la adecuada propagación de los anestésicos lo-
Tras su paso entre los músculos escalenos, las cales. La impresión clínica del autor es que la dis-
raíces se reorganizan en troncos: superior, medio e continuidad de la «vaina» aumenta a medida que se
inferior. Los troncos continúan hasta la primera cos- aleja de la apófisis transversa hacia la axila.
tilla. En el borde lateral de ésta, estos troncos pre- La mayor parte de intervenciones quirúrgicas de
sentan una división anatómica primaria en ventral y la extremidad superior se practica con el paciente en
dorsal. Éste es también el punto en que el conoci- decúbito supino sobre la mesa del quirófano con el
miento de la anatomía del plexo braquial se con- brazo extendido sobre un soporte; parece lógico que
vierte en frustrante y a menudo en innecesariamen- el anestesiólogo comprenda y se haga una imagen
te complejo. Esta división anatómica es importante mental clara de la inervación de la extremidad su-
porque los nervios destinados a inervar la parte ori- perior con el paciente en esta posición. En las figu-
ginalmente ventral de la extremidad superior se se- ras 3-2 a 3-7 se ilustran estas cuestiones con el bra-
28 Atlas de anestesia regional

DIVISIONES 3 TRONCOS RAÍCES C4

3 Ventrales
3 Dorsales C5
N. supraescapular

3 CORDONES
OR
ERI C6
SUP

C7
DIO
ME
L
RA C8
TE
LA IOR
ER
RAMAS IOR INF T1
R
TERMINALES STE
PO N. subescapular
N. axilar N. torácico
N. toracodorsal largo
IAL
N. radial MED N. cutáneo medio
C4
del antebrazo
N. mediano
N. cutáneo medio C5
N. cubital del brazo C6
N. musculocutáneo C7

T1

1.a costilla

N. radial

N. mediano

N. cubital

FIGURA 3-1
Anatomía del plexo
braquial.
Anatomía del bloqueo de la extremidad superior 29

N. mediano N. radial (rama N. musculocutáneo N. radial (nervio N. axilar


superficial) (nervio cutáneo cutáneo braquial
antebraquial lateral) inferior lateral)
N. supraclavicular
(plexo cervical)

Rama palmar
FIGURA 3-2
Inervación periférica
de la extremidad superior
N. cubital (rama N. cutáneo N. cutáneo braquial con el brazo en supinación
palmar digital) antebraquial medio medio e intercostobraquial sobre un soporte braquial.

C6
C7 C5
T1
C8

FIGURA 3-3
Inervación dermatómica de
la extremidad superior con
el brazo en supinación
sobre un soporte braquial.
30 Atlas de anestesia regional

N. mediano N. cubital N. radial N. axilar


N. cutáneo
antebraquial medio
(N. cutáneo
braquial
posterior)
(N. cutáneo
antebraquial
posterior)

(N. cutáneo braquial


lateral inferior)

N. supraclavicular
(plexo cervical)

FIGURA 3-4
Inervación periférica de la
extremidad superior con el N. musculocutáneo
brazo en pronación sobre (n. cutáneo antebraquial N. cutáneo
un soporte braquial. N. radial lateral) intercostobraquial

C8
C7 C6 C5
T1

C8

FIGURA 3-5
Inervación dermatómica de
la extremidad superior con
el brazo en pronación sobre
un soporte braquial.

C5
C5
C7 C6 C8
C8
C7
C7

FIGURA 3-6
Osteotomas de la
extremidad superior
con el brazo en supinación.
Anatomía del bloqueo de la extremidad superior 31

C8
C7 C7 C5 C5
C6
C6
C6

C8

FIGURA 3-7
Osteotomas de la
extremidad superior con el
brazo en pronación sobre
un soporte braquial.

zo en supinación y en pronación para los nervios transversas en su trayecto hacia el plexo braquial, lo
cutáneos, y los patrones dermatómicos y osteotómi- hacen inmediatamente por detrás de la arteria ver-
cos, respectivamente. tebral. Las arterias vertebrales se originan de la ar-
Otro «consejo práctico» adicional que puede ayu- teria braquiocefálica y subclavia, a la derecha y a la
dar a los anestesiólogos a asegurar el bloqueo del izquierda, respectivamente, y discurren en dirección
plexo braquial antes del inicio del procedimiento cefálica hasta entrar en un canal óseo de la apófisis
quirúrgico son las «cuatro P». En la figura 3-8 se transversa a la altura de C6 continuando hacia arri-
muestra cómo la regla mnemotécnica push, pull, ba. Por tanto, cabe tomar conciencia en todo mo-
pinch, pinch («empujar, tirar, pellizcar, pellizcar») mento de la localización de la punta de la aguja en
puede contribuir a que se recuerde el sistema para relación con la arteria vertebral. También hay que re-
verificar los cuatro nervios periféricos de interés du- cordar que la arteria vertebral está en posición ante-
rante un bloqueo de plexo braquial. Puede evaluar- rior respecto a las raíces del plexo braquial cuando
se la inervación motora del músculo bíceps valo- éstas salen de las vértebras cervicales.
rando la resistencia del paciente contra la extensión Otra estructura de interés en la anatomía del ple-
del antebrazo. Si este músculo se ha debilitado, cier- xo braquial es el nervio frénico; está formado por ra-
tamente el anestésico local ha alcanzado el nervio mas del 3.o, 4.o y 5.o nervios cervicales y en su tra-
musculocutáneo. Además, solicitando al paciente yecto hacia el tórax discurre a través del cuello sobre
que intente extender el antebrazo contrayendo el la superficie ventral del músculo escaleno anterior.
músculo tríceps puede evaluarse el nervio radial. Fi- Casi siempre se bloquea durante el bloqueo interes-
nalmente, pellizcando los dedos en la distribución calénico y con menor frecuencia con las técnicas su-
del nervio cubital o mediano (es decir, en la base de praclaviculares. Evitar el bloqueo frénico es impor-
los dedos 5.o o 2.o, respectivamente), se puede eva- tante sólo en un pequeño porcentaje de pacientes,
luar la idoneidad del bloqueo de los nervios cubital aunque debe tenerse en cuenta en los pacientes con
y mediano. Si estas maniobras se practican poco des- una reducción significativa de la función pulmonar
pués de realizar el bloqueo, la debilidad motora se (es decir, los pacientes con limitación de las activi-
hace evidente antes que el bloqueo sensitivo. Como dades cotidianas por el deterioro pulmonar).
anécdota histórica, esta técnica para la evaluación de Otro detalle de la anatomía del plexo braquial que
la extremidad superior se desarrolló en la Segunda requiere ampliación es la organización de sus ner-
Guerra Mundial para permitir que los sanitarios ana- vios (divisiones) cuando cruzan la primera costilla.
lizaran con rapidez las lesiones del plexo braquial. Los textos frecuentemente ilustran los nervios en
Aunque se ha descrito la anatomía nerviosa del una disposición «agrupada» en esta localización. Sin
plexo braquial de mayor interés, cabe destacar algu- embargo, las investigaciones radiológicas, clínicas y
nos detalles anatómicos (fig. 3-9). En el punto en anatómicas demuestran que no están «agrupados»
que las raíces cervicales abandonan las apófisis en dicha posición, sino que asumen una relación
32 Atlas de anestesia regional

PUSH (EMPUJAR)

N. radial

M. tríceps

PULL (TIRAR)

N. musculocutáneo

M. bíceps

PINCH (PELLIZCAR)

N. mediano

PINCH
(PELLIZCAR)
N. cubital

FIGURA 3-8
Regla mnemotécnica para la
función nerviosa periférica
de la extremidad superior: C
push, pull, pinch, pinch
(«empujar, tirar, pellizcar,
pellizcar»).
Anatomía del bloqueo de la extremidad superior 33

5
A. vertebral

N. frénico
6

N. frénico
accesorio

7
M. escaleno

(Medio)
T1
(Anterior)

CLAVÍCULA

1.a COSTILLA

M. esternocleido- FIGURA 3-9


mastoideo Bloqueo supraclavicular
regional: anatomía
funcional.
34 Atlas de anestesia regional

A. subclavia
Clavícula

1.a costilla
M. esternocleidomastoideo

M. escaleno anterior

Plexo braquial

FIGURA 3-10
Anatomía del bloqueo
supraclavicular: anatomía
funcional del plexo
braquial, arteria subclavia
y primera costilla.

Clavícula

Apófisis coracoides
A. axilar
Plexo
M. pectoral menor braquial

V. axilar
M. pectoral
mayor
FIGURA 3-11
Sección parasagital de
resonancia magnética y
esquema de la anatomía
esencial para un bloqueo
infraclavicular (con permiso
de la Mayo Foundation).
Anatomía del bloqueo de la extremidad superior 35

posterior y en sentido cefálico respecto a la arteria esta sección parasagital, los límites de la axila pro-
subclavia (fig. 3-10). Este punto es importante cuan- ximal están formados por las siguientes estructuras
do se practica un bloqueo supraclavicular y se utili- anatómicas:
za la costilla como punto anatómico de referencia.
La relación de los nervios con la arteria implica que Anterior: borde posterior del músculo pectoral
si sólo se avanza la punta de la aguja a lo largo de la menor y la cabeza braquial del bíceps.
primera costilla, es posible que no se provoquen pa- Posterior: músculos escapular y subescapular,
restesias porque los nervios están situados más cefá- dorsal ancho y redondo mayor.
licos que ésta. Media: cara lateral de la pared torácica, incluidas
Otro detalle anatómico que cabe destacar es la las costillas y los músculos intercostales y serrato an-
anatomía axilar proximal en una sección parasagital terior.
a través de la apófisis coracoides. En este punto de Lateral: cara medial de la extremidad superior.
transición, el plexo braquial pasa de cordones a ner-
vios periféricos a medida que circundan las arterias Estas relaciones anatómicas son importantes en las
subclavia y axilar (fig. 3-11). En la localización de técnicas de bloqueo infraclavicular continuo.
4
Bloqueo
interescalénico
Bloqueo interescalénico 39

PERSPECTIVA mente las aminoamidas. Lidocaína y mepivacaína sin


adrenalina producen de 2 a 3 h de anestesia quirúrgi-
El bloqueo interescalénico (abordaje anterior clási- ca y de 3 a 5 h cuando se añade ésta. Estos fármacos
co) es especialmente efectivo para la cirugía del pueden ser útiles para procedimientos quirúrgicos me-
hombro y la porción proximal del brazo, ya que con nos laboriosos o ambulatorios. Para procedimientos
esta técnica las raíces del plexo braquial se bloquean quirúrgicos más extensos que requieren hospitaliza-
con mayor facilidad. Con frecuencia el anestésico lo- ción pueden elegirse anestésicos locales de acción más
cal no difunde por completo hacia el nervio cubital, prolongada, como bupivacaína o ropivacaína. Los pro-
a menos que se inyecte en sentido caudal al punto cedimientos quirúrgicos más complejos del hombro
de la parestesia inicial. Este bloqueo es ideal para la con frecuencia requieren relajación muscular; por tan-
reducción de una luxación de hombro y con fre- to, se requieren unas concentraciones mínimas de bu-
cuencia puede obtenerse sólo con 10-15 ml de pivacaína del 0,5%. Bupivacaína produce una aneste-
anestésico local. Asimismo, el bloqueo puede efec- sia quirúrgica de 4 a 6 h; la adición de adrenalina
tuarse con el brazo en casi cualquier posición y, por puede prolongar la anestesia de 8 a 12 h. La duración
tanto, puede ser útil cuando es necesario repetir el del efecto de ropivacaína es ligeramente inferior.
bloqueo del plexo braquial durante un procedi-
miento prolongado de la extremidad superior.
LOCALIZACIÓN
Selección de pacientes. El bloqueo interescalé-
nico puede ejecutarse prácticamente en todos los pa- Anatomía. La anatomía relevante para los anes-
cientes, ya que incluso los individuos obesos pre- tesiólogos comprende la laringe, el músculo esterno-
sentan una anatomía escalénica y de los cuerpos cleidomastoideo y la vena yugular externa. El bloqueo
vertebrales identificable. Sin embargo, se evitará en pa- interescalénico se practica con mayor frecuencia a la
cientes con deterioro significativo de la función pul- altura del cuerpo vertebral C6 que se encuentra al
monar. Esto puede ser discutible si se ha previsto usar nivel del cartílago cricoides. Por tanto, si se proyec-
una técnica anestésica combinada regional y general, ta una línea lateralmente desde el cartílago cricoides,
que permita el control intraoperatorio de la ventila- pueden identificarse el músculo esternocleidomas-
ción. Incluso cuando se elige un anestésico local de ac- toideo, el vientre del escaleno anterior y a conti-
ción prolongada, la función del nervio frénico y, por nuación el surco interescalénico. Con una presión
tanto, la función pulmonar se han recuperado hasta un firme, es posible notar la apófisis transversa de C6
nivel tolerable en el momento en que se ha completa- en la mayoría de individuos y en algunos es posible
do un procedimiento quirúrgico de duración media. provocar una parestesia con la palpación profunda.
La vena yugular externa frecuentemente discurre so-
Selección de fármacos. Los anestésicos locales bre el surco interescalénico a la altura de C6, aun-
útiles para el bloqueo interescalénico son principal- que no debemos confiar en esta referencia (fig. 4-1).

Cartílago
cricoides

VENA YUGULAR
EXTERNA

M. escaleno M. escaleno
medio anterior

FIGURA 4-1
Bloqueo interescalénico:
anatomía superficial.
40 Atlas de anestesia regional

Cartílago tiroides

Clavícula 1.a costilla


Cartílago cricoides

V. yugular externa

V. subclavia

A. subclavia

Plexo braquial
M. esternocleidomastoideo 1.a costilla

Clavícula

M. escaleno anterior

M. escaleno medio
N. frénico

M. escaleno anterior

M. escaleno medio

FIGURA 4-2
Bloqueo interescalénico:
anatomía funcional
de los músculos escalenos.

Es siempre importante visualizar lo que los dedos escaleno anterior y ulteriormente por el surco inter-
palpan y, de nuevo, la clave para efectuar este blo- escalénico. Esta maniobra se practicará en el plano
queo con éxito consiste en la identificación del sur- horizontal a través del cartílago cricoides, es decir, a
co interescalénico. La figura 4-2 permite ver bajo la la altura de C6. Para deslizar los dedos de modo ade-
superficie anatómica y apreciar cómo el borde ex- cuado (fig. 4-4), el anestesiólogo se situará al lado
terno del músculo escaleno anterior se desvía del del paciente.
borde del esternocleidomastoideo. Esta característica
debe tenerse presente de modo constante. El múscu- Punción con aguja. Cuando se ha identificado
lo escaleno anterior y el surco interescalénico están el surco interescalénico y los dedos del anestesiólo-
orientados en ángulo oblicuo al eje principal del go lo presionan con firmeza, se inserta una aguja en
músculo esternocleidomastoideo. En la figura 4-3 se dirección ligeramente caudal y posterior, como se
ha eliminado el músculo escaleno anterior y se pone muestra en la figura 4-5. Como orientación direc-
de relieve que, a la altura de C6, la arteria vertebral cional adicional, si la aguja se imaginara suficiente-
empieza a discurrir hacia la base del cerebro a través mente larga y se insertara con la suficiente profun-
de la raíz de las apófisis transversas de las vértebras didad, saldría por la línea media en la parte posterior
más cefálicas. del cuello a la altura de las apófisis espinosas de C7
o T1. Si no se provoca una parestesia o una respuesta
Posición. El paciente está en decúbito supino motora con la inserción, se avanza la aguja mientras
con el cuello en posición neutra y la cabeza ligera- se mantiene la misma angulación, como se muestra
mente flexionada en dirección opuesta al punto del en la figura 4-4, en un plano que une el cartílago cri-
bloqueo. En este momento, el anestesiólogo solicita coides con la apófisis transversa de C6. Puesto que
al paciente que eleve la cabeza respecto al plano de el plexo braquial atraviesa el cuello de modo virtual
la mesa para tensar el músculo esternocleidomastoi- en ángulo recto a este plano, prácticamente están ga-
deo y permitir la identificación de su borde lateral. rantizadas una respuesta parestésica o motora si se
Los dedos se deslizan sobre el vientre del músculo practican en pequeños pasos de reinserción de la
Bloqueo interescalénico 41

M. esternocleidomastoideo

1.a COSTILLA

A. vertebral

C6 M. escaleno
anterior

Plexo
braquial

Pleura

Clavícula
M. escaleno medio

FIGURA 4-3
Bloqueo interescalénico:
anatomía funcional
de la arteria vertebral.

Cartílago
cricoides

FIGURA 4-4
Técnica del bloqueo
interescalénico: palpación.
42 Atlas de anestesia regional

aguja. Cuando se efectúa este bloqueo para la cirugía cular. Cuando se practica un bloqueo para la cirugía
del hombro, éste probablemente sea el único que del hombro que requiere relajación muscular, se se-
permite una anestesia efectiva con un gran volumen leccionará una concentración de anestésico local que
de anestésico local junto con una única posición de confiera un adecuado bloqueo motor (es decir, me-
la aguja. Por tanto, para la cirugía del hombro pue- pivacaína y lidocaína al 1,5%, bupivacaína al 0,5% o
den emplearse de 30 a 40 ml de lidocaína, mepiva- ropivacaína al 0,75%). Puesto que este bloqueo se
caína, bupivacaína o ropivacaína. Si el bloqueo inter- efectúa a través de un único punto de inyección y el
escalénico se efectúa para la cirugía del antebrazo o anestesiólogo confía en la propagación de la solu-
de la mano, es aconsejable realizar una segunda pun- ción de anestésico local, se permitirá un «tiempo de
ción en posición más caudal; en dicho punto, se in- impregnación» suficiente tras la inyección, que con
yectarán 10 a 20 ml de anestésico local adicional frecuencia es de 20 a 35 min.
para alcanzar las raíces más caudales. Si la identificación del músculo escaleno ante-
rior es difícil, puede practicarse una maniobra que
Problemas potenciales. Consisten en la inyec- consiste en que el paciente haga una inspiración
ción subaracnoidea, el bloqueo epidural, la inyec- máxima mientras el anestesiólogo palpa el cuello.
ción intravascular (especialmente en la arteria ver- Durante esta maniobra, los músculos escalenos se
tebral), el neumotórax y el bloqueo frénico. contraen antes que el músculo esternocleidomas-
toideo, lo que permite distinguir el músculo esca-
leno anterior en el cuello de palpación difícil.
CONSEJOS PRÁCTICOS Además, si encontramos dificultades para provocar
una parestesia o una respuesta motora, casi siem-
El bloqueo interescalénico es aplicable sobre todo en pre es porque el punto de entrada de la aguja se ha
las reparaciones del hombro, no siendo el procedi- colocado caudal. Por ejemplo, la figura 4-6 mues-
miento más adecuado en las intervenciones quirúr- tra que para optimizar el bloqueo, si dividimos el
gicas del antebrazo y la mano. Algunos médicos cuello en un arco de 180º, el punto de entrada de
combinan los bloqueos interescalénico y axilar para la aguja debe estar aproximadamente a 60º respec-
producir una aproximación al bloqueo supraclavi- to al plano sagital.

Cartílago
cricoides

PLANO PARA
LA BÚSQUEDA
DE LA PARESTESIA

FIGURA 4-5
Técnica del bloqueo
interescalénico: plano
para la «búsqueda
de la parestesia».
Bloqueo interescalénico 43

60°

M. esternocleidomastoideo

C.6.
M. escaleno anterior
M. escaleno posterior
M. escaleno medio
M. trapecio

Duramadre FIGURA 4-6


Anatomía del bloqueo
interescalénico: un ángulo
aproximadamente de 60º
respecto al plano sagital
optimiza el ángulo de
la aguja para el bloqueo.

La mayor parte de las dificultades pueden evi- tal, el autor pone de manifiesto que ésta no sería la
tarse si se recuerda que debe ser un bloqueo extre- técnica de elección. El nervio cubital es difícil de
madamente «superficial»; si los dedos que palpan bloquear con el abordaje interescalénico porque de-
aplican la fuerza suficiente, basta con 1 a 1,5 cm de riva del octavo nervio cervical (este nervio es difí-
aguja para alcanzar el plexo. Cuando la aguja se in- cil de bloquear en un punto de inyección tan cefá-
serta en profundidad cabe el riesgo de inyección su- lico). Finalmente, se recomienda precaución en
baracnoidea, epidural e intravascular. Si se ha pre- pacientes con deterioro pulmonar significativo, ya
visto aplicar un bloqueo interescalénico para una que con el bloqueo interescalénico, el bloqueo fré-
operación que requiere el bloqueo del nervio cubi- nico está casi garantizado.
5
Bloqueo
supraclavicular
Bloqueo supraclavicular 47

PERSPECTIVA ria subclavia y el vértice del pulmón (fig. 5-1). En la


experiencia del autor, este bloqueo es más difícil de
De todas las técnicas del plexo braquial, ésta es la enseñar que muchos otros y, por tal motivo, se ilus-
que produce un bloqueo de la totalidad de la extre- tran dos abordajes del bloqueo supraclavicular: el
midad superior de modo más consistente y con ma- abordaje clásico de Kulenkampff y el abordaje ver-
yor eficiencia de tiempo. Es el bloqueo más efectivo tical (en «plomada» o plumb bob). El abordaje verti-
de la extremidad superior y se practica a la altura de cal se desarrolló en un intento de superar la dificul-
la «división» del plexo braquial. Posiblemente éste tad y el tiempo invertido inherentes a adquirir la
sea el motivo por el que se anestesian todos o casi pericia necesaria para el abordaje clásico del bloqueo
todos los nervios periféricos si se obtiene una pa- supraclavicular. Una vez aprendidas, cualquiera de
restesia «adecuada». Si se pretende utilizar este blo- la dos técnicas es clínicamente útil.
queo para la cirugía del hombro, cabe complemen- La arteria subclavia y el plexo braquial discurren
tarla con un bloqueo superficial del plexo cervical entre la inserción de los músculos escaleno anterior
para anestesiar la piel de esta región. y medio sobre la primera costilla (fig. 5-2). Los ner-
vios se encuentran en relación cefaloposterior a la
Selección de pacientes. Prácticamente todos los arteria; por tanto, puede provocarse parestesia antes
pacientes son candidatos a este bloqueo, a excepción de que la aguja contacte con la primera costilla. En
de los que no colaboran. Además, puede ser inade- el punto en que la arteria y el nervio la cruzan, ésta
cuado para el ámbito ambulatorio en manos poco ex- es ancha y plana, inclinándose en dirección caudal
pertas. Aunque el neumotórax es una complicación a medida que avanza en dirección posteroanterior;
infrecuente del bloqueo, a menudo se hace patente aunque la costilla es una estructura curva, hay una
tras un intervalo de varias horas, cuando el paciente distancia de 1 a 2 cm a través de la cual puede avan-
ambulatorio posiblemente ya se encuentre en su domi- zarse una aguja en dirección parasagital anteropos-
cilio. Asimismo, puesto que el bloqueo supraclavicu- terior. Cabe recordar que, inmediatamente medial a
lar se basa sobre todo en puntos de referencia óseos esta primera costilla, está el vértice pulmonar y
y musculares, los pacientes con obesidad extrema no cuando el ángulo de la aguja es demasiado medial,
son buenos candidatos porque con frecuencia pre- puede provocarse un neumotórax.
sentan depósitos supraclaviculares de tejido adiposo
que interfieren en la fácil aplicación de esta técnica. Posición: bloqueo supraclavicular clásico. El
paciente está en decúbito supino sin almohada, con
Selección de fármacos. Como en los restantes la cabeza flexionada hacia el lado opuesto al que se
bloqueos braquiales, la principal consideración para bloquea. Los brazos descansan al lado del cuerpo y
la selección de fármacos debe ser la duración del pro- el anestesiólogo puede colocarse en la cabecera de la
cedimiento y el grado de bloqueo motor. Mepivacaí- mesa o al lado del paciente, próximo al brazo que se
na (1-1,5%), lidocaína (1-1,5%), bupivacaína (0,5%) va a bloquear.
y ropivacaína (0,5-0,75%) son buenas alternativas.
Lidocaína y mepivacaína sin adrenalina producen de Punción con aguja: clásico. Con el abordaje
2 a 3 h de anestesia quirúrgica y de 3 a 5 h cuando clásico, el punto de inserción de la aguja se sitúa
se añade ésta. Estos fármacos pueden ser útiles para aproximadamente 1 cm superior a la clavícula en el
procedimientos quirúrgicos simples o ambulatorios. punto medio clavicular (fig. 5-3). Cabe destacar que
Para los procedimientos quirúrgicos extensos que re- este punto de entrada es más próximo a la parte me-
quieren hospitalización, puede seleccionarse un dia de la clavícula que la unión de los tercios medio
anestésico local de mayor duración, como bupivacaí- y medial, como con frecuencia se describe en otros
na, que si se administra sola produce una anestesia textos sobre anestesia regional. Además, si la arteria
quirúrgica de 4 a 6 h; la adición de adrenalina pue- es palpable en la fosa supraclavicular, puede utili-
de prolongar esta duración hasta 8-12 h; el tiempo zarse como punto de referencia. A partir de este pun-
de acción de ropivacaína es ligeramente inferior. to, se insertan aguja y jeringa en un plano aproxi-
madamente paralelo al cuello y a la cabeza del
paciente, con cuidado de que el eje de la jeringa y la
LOCALIZACIÓN aguja no apunte en sentido medial hacia el vértice
pulmonar. La aguja deberá ser de 22 G y de 5 cm y
Anatomía. La anatomía de interés es la relación contactará típicamente con la costilla a una profun-
entre el plexo braquial y la primera costilla, la arte- didad de 3 a 4 cm, aunque a veces es necesario in-
48 Atlas de anestesia regional

M. esternocleidomastoideo
(origen mastoideo)

A. vertebral C6
M. esternocleidomastoideo
M. escaleno medio (Cabeza clavicular)
(Cabeza esternal)
N. frénico
Vértice
pulmonar
T1

Plexo braquial
CLAVÍCULA
A. subclavia
1.a COSTILLA

M. escaleno anterior
FIGURA 5-1
Bloqueo supraclavicular:
anatomía.

M. escaleno
Medio
Anterior

V. yugular externa
Plexo
braquial
A. subclavia
M. esternocleidomastoideo
1.a COSTILLA
V. subclavia
CLAVÍCULA CARTÍLAGO
A. subclavia
TIROIDES

Plexo braquial M. escaleno


medio Cartílago
M. escaleno cricoides
anterior
1.a COSTILLA
FIGURA 5-2
Bloqueo supraclavicular: CLAVÍCULA
anatomía funcional
(en detalle).
Bloqueo supraclavicular 49

CLAVÍCULA

1.a COSTILLA

1|3

2|3

FIGURA 5-3
Bloqueo supraclavicular
(abordaje clásico): punto
de inserción.
50 Atlas de anestesia regional

1 cm

FIGURA 5-4
Bloqueo supraclavicular
(abordaje clásico):
colocación de la mano
y la jeringa.

sertar la aguja hasta una profundidad de 6 cm en pa- das en un ángulo de unos 90º respecto a la inserción
cientes muy corpulentos. La inserción inicial de la para el abordaje clásico.
aguja no deberá exceder los 3 a 4 cm hasta que una
cuidadosa búsqueda en un plano anteroposterior Punción con aguja: vertical (plomada). Se so-
identifique la primera costilla. Durante la inserción licita al paciente que eleve ligeramente la cabeza de
de la aguja y la jeringa se controlará el conjunto con la mesa de manera que pueda marcarse el borde la-
la mano, como se ilustra en la figura 5-4. La mano teral del músculo esternocleidomastoideo en su in-
del anestesiólogo puede descansar ligeramente con- serción en la clavícula. En dicho punto se visualiza
tra la fosa supraclavicular del paciente, porque con un plano «mental» que discurre en sentido parasa-
la provocación de la parestesia los pacientes con fre- gital a través de dicho punto (fig. 5-5). Se eligió el
cuencia mueven el hombro. nombre de «plomada» porque si se suspende una
plomada en vertical sobre el punto de entrada, como
Posición: bloqueo supraclavicular vertical (en se muestra en la figura 5-6, la inserción de la aguja
plomada). El desarrollo del abordaje vertical fue el a través de dicho punto establece contacto con el
resultado de los esfuerzos para simplificar la pro- plexo braquial en la mayoría de pacientes. En la fi-
yección anatómica necesaria para este bloqueo. El gura 5-6 también se ilustra una sección parasagital
paciente se colocará de manera similar a la posición obtenida mediante resonancia magnética necesaria
del abordaje clásico: en decúbito supino sin almo- para la práctica de este bloqueo. Como se puede
hada y con la cabeza flexionada ligeramente en sen- apreciar, el plexo braquial a la altura de las primeras
tido contrario al lado que se bloqueará. El aneste- costillas se encuentra en situación posterior y ce-
siólogo se situará al lado del paciente a la altura de fálica a la arteria subclavia. Una vez señalada una
la parte superior del brazo de éste. Este bloqueo im- referencia cutánea situada en el borde lateral del
plica la inserción de la aguja y la jeringa ensambla- músculo esternocleidomastoideo en su punto de in-
Bloqueo supraclavicular 51

V. subclaviav.
Subclavian
M. esternocleidomastoideo
Sternocleidomastoid m.
A. subclavia
Subclavian a.
Plexo braquial
Brachial plexus
1.ª rib
1st costilla
M. escaleno anterior
Anterior scalene m.
M. escaleno
Middle medio
scalene m.

Clavícula
Clavicle

FIGURA 5-5
Bloqueo supraclavicular
(en plomada): anatomía
funcional.

serción en la clavícula, se introduce la aguja en el tilla hasta inducir parestesia. Como sucede con el
plano parasagital con un ángulo de 90º respecto a la abordaje clásico, se recomienda precaución para evi-
mesa. Si no se provoca parestesia, redirigir la aguja tar que el conjunto de aguja y jeringa se dirija en
y la jeringa en dirección cefálica en pequeñas etapas sentido medial hacia el vértice pulmonar.
en un arco aproximado de 20º. Si todavía no se ha
obtenido parestesia, se repite la misma operación en Problemas potenciales. La complicación más
un arco de 20º en dirección caudal (fig. 5-7). temida del bloqueo supraclavicular es el neumotó-
Puesto que el plexo braquial está en situación ce- rax. Su principal causa es un ángulo de la aguja/je-
faloposterior a la arteria en el punto en que se cru- ringa dirigido hacia el vértice del pulmón. Se pres-
za con la primera costilla, con frecuencia se provo- tará especial atención al avance de la aguja en
ca una parestesia antes de establecer contacto con la dirección estrictamente anteroposterior. La inciden-
arteria o la primera costilla. Si sucede así, en esta úni- cia de neumotórax oscila entre el 0,5 y el 5% y ésta
ca localización se inyectan aproximadamente 30 ml se encuentra más próxima al límite inferior si el
de anestésico local. anestesiólogo ha adquirido experiencia. El vértice
Si no se provoca parestesia con las maniobras des- pulmonar se eleva de modo proporcional más arri-
critas aunque se contacte con la primera costilla, se ba en el cuello en individuos delgados y asténicos,
practica el bloqueo como si se efectuara el abordaje y quizá la incidencia de neumotórax en este grupo
clásico: desplazándose a lo largo de la primera cos- sea superior. La aparición de neumotórax suele tar-
52 Atlas de anestesia regional

Arteria/vena
subclavias

M. esternocleidomastoideo
M. escaleno anterior
Clavícula

1.a costilla

Pulmón
Plexo braquial

M. esternocleidomastoideo

Punto de
entrada
de la aguja

Clavícula
FIGURA 5-6
Bloqueo supraclavicular
(en plomada): imagen
anatómica parasagital C
por resonancia magnética.

dar varias horas; por tanto, se relaciona probable- una ventaja porque puede utilizarse para cirugía de
mente con la punción de la aguja en el pulmón, en la mano, incluso en un servicio con una gran carga
lugar de una entrada de aire en el espacio pleural en de trabajo. Como se ha descrito, este bloqueo pare-
el momento de inserción de la aguja. De nuevo se ce requerir más tiempo de aprendizaje en compara-
produce bloqueo del nervio frénico en un 30-50% ción con la mayoría de los bloqueos regionales; por
de los pacientes, por lo que debe sopesarse con cui- este motivo, el anestesiólogo debe desarrollar su pro-
dado el uso de este bloqueo en pacientes con dete- pio sistema. El sondeo meticuloso en la base del cue-
rioro de la función pulmonar. La aparición de he- llo sin un método no es el modo de abordarlo.
matoma como resultado de la punción de la arteria Además, cabe decidirse entre el abordaje clásico o el
subclavia, normalmente sólo requiere observación. vertical y dar a cada uno una oportunidad ecuánime
antes de abandonar uno u otro.
Si se produce un neumotórax tras un bloqueo su-
CONSEJOS PRÁCTICOS praclavicular, el tratamiento consistirá en observar y
tranquilizar al paciente. Si el neumotórax es sufi-
La predictibilidad y el rápido inicio del bloqueo su- cientemente grande para provocar disnea o incomo-
praclavicular permiten mantener el ritmo de trabajo didad para el paciente, la aspiración del neumotórax
incluso con un cirujano ortopedista rápido. Esto es con un catéter de pequeño calibre suele ser todo el
Bloqueo supraclavicular 53

M. esternocleidomastoideo

1.a costilla
V. subclavia
Punto de entrada
de la aguja
A. subclavia
Plexo braquial
M. escaleno medio
M. escaleno anterior
2 3
1
Clavícula

FIGURA 5-7
Bloqueo supraclavicular
(en plomada): abordaje para
la obtención de parestesia.

tratamiento necesario. Se hospitalizará al paciente marse a los resultados alcanzados con un bloqueo
para observación; sin embargo, en casos excepcio- supraclavicular. Para un bloqueo AXIS combinado
nales puede requerirse un drenaje pleural formal de efectivo, debe aumentarse la dosis total de anestési-
gran calibre para la reexpansión pulmonar. Es evi- co local; es preciso administrar casi 60 ml de cual-
dente que hasta que el anestesiólogo se haya fami- quier anestésico local. El tiempo dirá si este aborda-
liarizado con este bloqueo no se seleccionará a pa- je combinado ofrece alguna ventaja frente al bloqueo
cientes difíciles. supraclavicular. Con el bloqueo AXIS, la porción
Finalmente, cabe mencionar que algunos aneste- axilar debe bloquearse primero y el bloqueo interes-
siólogos combinan los bloqueos axilar e interescalé- calénico se efectúa en segundo lugar para minimizar
nico (en el denominado bloqueo AXIS) para aproxi- el riesgo de inyección en un área ya bloqueada.
6
Bloqueo
infraclavicular
Bloqueo infraclavicular 57

PERSPECTIVA queo infraclavicular, ésta es un espacio piramidal


con un vértice, una base y cuatro lados (fig. 6-1). La
El bloqueo infraclavicular del plexo braquial se prac- base es el hueco axilar y la pared anterior está com-
tica en pacientes que requieren una analgesia pro- puesta por los músculos pectoral mayor, menor y sus
longada del plexo braquial. Se está empleando de fascias acompañantes. La pared posterior de la axila
manera creciente para la anestesia quirúrgica modi- está formada por la escápula y su musculatura: los
ficando la técnica de inyección única. La anestesia o músculos subescapular y el redondo mayor. El múscu-
analgesia con esta técnica confiere un bloqueo axi- lo dorsal ancho junto con el redondo mayor for-
lar «alto». Por tanto, es más útil en pacientes some- man la cara inferior de la pared posterior de la axila
tidos a procedimientos del codo, el antebrazo o la (fig. 6-2A). La pared medial de la axila está com-
mano. Como el bloqueo axilar, este procedimiento puesta por el músculo serrato anterior, y su fascia y
se practica lejos de estructuras neuroaxiales y del la pared lateral por los músculos y tendones de las
pulmón, minimizando las complicaciones asociadas paredes anterior y posterior en su inserción en el hú-
a estas áreas. mero (fig. 6-2B). El vértice de la axila es triangular
y está formado por la convergencia de la clavícula,
Selección de pacientes. No requiere la abduc- la escápula y la primera costilla. Las estructuras neu-
ción del brazo del paciente a la altura del hombro rovasculares de la extremidad pasan por la axila a lo
como en el bloqueo axilar; por tanto, la técnica pue- largo de su vértice (fig. 6-2A).
de sustituir a un bloqueo axilar en pacientes que no La axila contiene vasos sanguíneos y nervios (la
puedan realizar este movimiento. Sin embargo, la ab- arteria y la vena axilares y el plexo braquial), gan-
ducción del brazo a la altura del hombro puede fa- glios linfáticos y tejido areolar laxo. Los elementos
cilitar la identificación de la arteria axilar y la per- neurovasculares están incluidos en el interior de la
cepción de la anatomía tridimensional durante el vaina axilar anatómicamente variable y multicom-
procedimiento. partimentada, una extensión fascial de la capa pre-
vertebral de la fascia cervical que reviste los múscu-
Selección de fármacos. La analgesia prolonga- los escalenos. La vaina axilar se adhiere a la fascia
da del plexo braquial requiere menos bloqueo mo- clavipectoral por detrás del músculo pectoral menor
tor que para la anestesia quirúrgica y la concentra- y continúa a lo largo de las estructuras neurovascu-
ción de anestésico local, por tanto, puede reducirse. lares hasta su entrada en el septo intramuscular me-
Un fármaco adecuado es bupivacaína al 0,25% o ro- dial del brazo.
pivacaína al 0,2%, ambos administrados a velocida- Las divisiones del plexo braquial se convierten en
des iniciales de 8 a 12 ml/h. Si se usa una técnica de cordones al entrar en la axila. Las divisiones poste-
inyección única, los fármacos adecuados son lidocaí- riores de los tres troncos se unen para formar el
na (1-1,5%), mepivacaína (1-1,5%), bupivacaína cordón posterior; las divisiones anteriores de los
(0,5%) y ropivacaína (0,5-0,75%). Lidocaína y me- troncos superior y medio forman el cordón lateral,
pivacaína sin adrenalina producen de 2 a 3 h de y el cordón medial está compuesto por la división
anestesia quirúrgica y de 3 a 5 h con la adición de anterior no unida del tronco inferior. Estos cordo-
ésta. Estos fármacos son útiles para procedimientos nes se denominan según su relación con la segunda
quirúrgicos simples o ambulatorios. Para procedi- parte de la arteria axilar (fig. 6-3). Los nervios para
mientos quirúrgicos más extensos que requieren los músculos subescapular, pectorales mayor y me-
hospitalización, son adecuados anestésicos locales nor y dorsal ancho abandonan el plexo braquial des-
de acción más prolongada, como bupivacaína o ro- de estos cordones, como también lo hacen los ner-
pivacaína. Bupivacaína o ropivacaína producen vios cutáneo braquial medio, cutáneo antebraquial
anestesia quirúrgica de 4 a 6 h; la adición de adre- medio y axilar. En el borde lateral del músculo pec-
nalina puede prolongar este período hasta 8 a 12 h. toral menor (que se inserta en la apófisis coracoi-
Debe considerarse la duración de la anestesia local des), los tres cordones se reorganizan para formar
al prescribir un fármaco para cirugía ambulatoria, ya los nervios periféricos de la extremidad superior. De
que pueden obtenerse bloqueos de 18 a 24 h con al- nuevo, en un esfuerzo por simplificar, las ramas de
tas concentraciones de bupivacaína y adición de los cordones lateral y medial son nervios «ventrales»
adrenalina. para la extremidad superior. El cordón posterior, en
cambio, confiere toda la inervación «dorsal» de la
Localización y anatomía. A la altura de la axi- extremidad superior. Por tanto, el nervio radial iner-
la proximal, en el punto en que se practica el blo- va todos los músculos dorsales de la extremidad su-
58 Atlas de anestesia regional

M. escaleno medio

M. escaleno anterior

CLAVÍCULA

1.a COSTILLA

Pared lateral Húmero y convergencia de las


paredes anterior y posterior
Pared posterior Escápula y músculos escapulares

Pared anterior Músculos pectorales

Base Axila

Pared medial Músculo serrato anterior

Vértice Entre los músculos escalenos,


B clavícula y primera costilla
FIGURA 6-1
A) Anatomía superficial
del bloqueo infraclavicular.
B) Concepto de axila
piramidal. Ambos
son importantes
para el bloqueo
infraclavicular.
FIGURA 6-2
Anatomía relevante para
el bloqueo infraclavicular.
A) Músculos, hueso y
estructuras neurovasculares.
B) Anatomía transversal
(arriba) y parasagital
(abajo).

C4
5
6
7
T1
M. esternocleidomastoideo
(seccionado)

M. escaleno anterior
N. musculocutáneo (seccionado)
N. axilar V. subclavia
N. cubital Clavícula
N. mediano
1.a costilla
N. radial
M. pectoral menor
A A. axilar (seccionado)

Pulmón

Plexo y vasos braquiales


M. pectoral menor
M. pectoral mayor
Esternón

M. trapecio

Clavícula

Plexo y vasos braquiales

M. pectoral menor

M. pectoral mayor

B Pulmón
60 Atlas de anestesia regional

C4
5
6
7
T1
M. esternocleidomastoideo
(seccionado)
M. escaleno anterior
N. musculocutáneo (seccionado)
N. axilar
V. subclavia
N. cubital
Clavícula (seccionada)
N. mediano
1.a costilla
N. radial
A. axilar M. pectoral menor
A (seccionado)

3 cordones 3 troncos 5 raíces

Lateral Superior C5
Medio
Medial (nervios Inferior 6
ventrales para
la extremidad
superior) Gancho
7
Posterior
(nervios dorsales
Ramas para la 8
terminales extremidad
N. musculo- superior)
(C5, 6, 7) cutáneo
T1
(C5, 6) N. axilar

(C6, 7, 8–T1) N. mediano Mm. escaleno


anterior y medio
(C8–T1) N. cubital Primera
costilla
(C5, 6, 7, 8–T1) N. radial
Gancho
B A. axilar A. subclavia A. axilar
FIGURA 6-3
A) y B) Anatomía del plexo
braquial relevante para
el bloqueo infraclavicular.
Bloqueo infraclavicular 61

Tubérculo de
Chassaignac

C6
B Arco cefalocaudal
de redirección de la aguja

2,5 cm
Punto de
inserción
FIGURA 6-4
Técnica del bloqueo
infraclavicular. A) Marcas
superficiales para el
bloqueo. B) Imagen
parasagital en la que
A se muestra el arco para
la redirección de la aguja.

perior por debajo del hombro. El nervio musculo- se usa una técnica de parestesia, se busca una pa-
cutáneo confiere la inervación muscular del brazo y restesia distal de la extremidad superior; asimismo,
la inervación cutánea del antebrazo. En cambio, los si se usa una técnica de estimulación nerviosa, se
nervios mediano y cubital son nervios de paso en el busca una respuesta motora distal de la extremidad
brazo, aunque en el antebrazo y la mano confieren superior. Si se necesita redireccionar la aguja, se hará
la inervación motora de la musculatura ventral. Es- en un arco cefalocaudal (fig. 6-4B). La profundidad
tos nervios pueden categorizarse más: el nervio me- del contacto con el plexo braquial depende del há-
diano inerva principalmente el antebrazo, mientras bito corporal y de la angulación de la aguja; ésta os-
el nervio cubital inerva principalmente la mano. cila entre 2,5 y 3 cm en pacientes delgados y de 8 a
10 cm en individuos más robustos.
Posición. El paciente está en decúbito supino, Una vez se ha colocado adecuadamente la aguja,
con el brazo que se va a bloquear abducido respec- se administra de manera fraccionada la dosis de
to al hombro con un ángulo de 90º. Si el dolor im- anestésico local en inyección única o 20 ml de so-
pide esta colocación, puede dejarse el brazo parale- lución salina fisiológica libre de conservantes antes
lo al costado del paciente y efectuarse los ajustes con de conectar un catéter. Para la técnica de inyección
marcas cutáneas. El anestesiólogo puede situarse en única, el bloqueo puede realizarse de manera simi-
el lado ipsolateral o contralateral del paciente, según lar al supraclavicular o axilar. Para la técnica conti-
su preferencia y el hábito corporal del paciente. La nua, el autor utiliza un catéter estimulador inten-
preferencia personal del autor es situarse ipsolateral. tando optimizar su colocación.

Punción con aguja. Con el brazo abducido res- Problemas potenciales. Un bloqueo infraclavicu-
pecto al hombro, se identifica la apófisis coracoides lar no debería causar complicaciones neuroaxiales ni
por palpación y se practica una marca cutánea en la pulmonares. Aunque la afectación vascular (punción
porción más prominente. La marca de entrada cutá- de la arteria o la vena axilares) es teóricamente po-
nea se practica en un punto 2 cm medial y 2 cm cau- sible, la experiencia del autor indica que es infre-
dal a la apófisis coracoides (fig. 6-4A). Se practica cuente. Si se elige la técnica del catéter continuo,
una infiltración profunda con una aguja de 5 cm y siempre existe la posibilidad de que, a pesar de una
25 G mientras se dirige desde el punto de inserción posición inicial adecuada de la aguja, el catéter se
en un plano parasagital vertical. Seguidamente se in- conecte demasiado lejos del plexo. Esta preocupa-
serta una aguja de 6 a 9,5 cm de 20 a 22 G en una ción se reduce con los catéteres estimulantes de nue-
dirección similar a la de la aguja de infiltración. Si va generación.
62 Atlas de anestesia regional

CONSEJOS PRÁCTICOS to que esta técnica atraviesa dos fascias musculares


pectorales, es más traumática que otros procedi-
Para producir un bloqueo infraclavicular efectivo, el mientos sobre el plexo braquial. Por este motivo, el
anestesiólogo debe ser capaz de visualizar la ana- autor prefiere el uso de un estimulador nervioso
tomía tridimensional piramidal de la axila y desa- combinado con una sedación profunda. La adecua-
rrollar la capacidad de mover la punta de la aguja a da localización de la aguja o el catéter estimulante
través de un arco cefalocaudal para localizar el ple- puede apreciarse con la observación de la respues-
xo (fig. 6-4B). Además, cuando se coloca la aguja, ta motora del quinto dedo mientras el brazo está
hay que procurar la obtención de una respuesta mo- en posición anatómica. Si el quinto dedo se «mue-
tora distal de la extremidad superior mediante la es- ve» en sentido lateral (pronación del antebrazo), se
timulación nerviosa o una parestesia distal. Una vez está estimulando el cordón lateral. Si el quinto dedo
colocado un catéter infraclavicular bien asegurado se «mueve» posteriormente (extensión del carpo), se
en su inserción, es mucho más eficaz que cualquier está estimulando el cordón posterior. Finalmen-
otra técnica continua del plexo braquial. Por esta te, si el quinto dedo se «mueve» en sentido medial
razón esta técnica es la preferida del autor para anal- (flexión del carpo), se está estimulando el cordón
gesia continua con catéter en el plexo braquial. Pues- medial.
7
Bloqueo axilar
Bloqueo axilar 65

PERSPECTIVA 8 a 12 h. Debe considerarse la duración de la anes-


tesia local al elegir un fármaco para el bloqueo axi-
El bloqueo axilar del plexo braquial es efectivo para lar ambulatorio, ya que pueden obtenerse bloqueos
procedimientos quirúrgicos distales al codo. En al- que duren de 18 a 24 h con altas concentraciones de
gunos pacientes, los procedimientos sobre el codo bupivacaína y adición de adrenalina. Con las técni-
o la región inferior del húmero pueden efectuarse cas continuas con catéter utilizadas para analgesia
con una técnica axilar, aunque se considerará un postoperatoria o síndromes dolorosos crónicos, pue-
bloqueo supraclavicular para los que requieran pro- den utilizarse bupivacaína al 0,25% o ropivacaína al
cedimientos más proximales. Es desalentador efec- 0,2% e incluso concentraciones inferiores.
tuar un bloqueo axilar «con éxito» para descubrir
que el procedimiento quirúrgico sobrepasa el área
del bloqueo. Este bloqueo es adecuado para la ci- LOCALIZACIÓN
rugía de la mano y el antebrazo, por lo que con fre-
cuencia es la técnica más adecuada en un servicio Anatomía. A la altura de la axila distal, donde
de cirugía de la mano con un elevado volumen de se practica el bloqueo axilar (fig. 7-1), puede pal-
trabajo. Algunos anestesiólogos consideran que el parse la arteria axilar indicando el centro de un haz
bloqueo axilar es adecuado para procedimientos neurovascular de cuatro cuadrantes. El autor ha ob-
quirúrgicos del codo y las técnicas continuas con servado la utilidad de dividir estos nervios en cua-
catéter axilar pueden estar indicadas para la analge- drantes a manera de una esfera de reloj porque las
sia postoperatoria en este grupo de pacientes. Pues- inyecciones múltiples durante el bloqueo axilar re-
to que este bloqueo se efectúa lejos de estructuras sultan en una anestesia clínica más aceptable que la
neuroaxiales y del pulmón, se evitan las complica- inyección en un único punto. El nervio musculo-
ciones asociadas a estas áreas. cutáneo se encuentra en el cuadrante entre las 9 y
las 12 h en el espesor del músculo coracobraquial.
Selección de pacientes. El paciente debe ser ca- El nervio mediano se localiza más frecuentemente
paz de abducir el brazo a la altura del hombro. A me- en el cuadrante de las 12 a las 3 h; el nervio cubital
dida que aumenta la experiencia del anestesiólogo, es inferior al nervio mediano en el cuadrante de las
esta necesidad disminuye, aunque el bloqueo no 3 a las 6 h y el nervio radial se sitúa en el cuadran-
puede efectuarse con el brazo pegado al costado. te de las 6 a las 9 h. El bloqueo no tiene que prac-
Puesto que el bloqueo es más apropiado para la ci- ticarse en la axila y, de hecho, la inserción de la agu-
rugía del antebrazo y la mano, es raro que un pa- ja es efectiva en la porción media o inferior de la
ciente con patología quirúrgica en dichas localiza- región vellosa axilar o aún más distal. Se ha com-
ciones no pueda abducir el brazo como se ha probado, mediante estudios radiológicos y anatómi-
descrito. cos, que existen vainas aponeuróticas de separación
en el interior del plexo. Tener presente este concep-
Selección de fármacos. Los procedimientos de to contribuye a reducir el número de bloqueos ina-
la mano y el carpo con frecuencia requieren menos ceptables. Este abordaje más distal al bloqueo axilar
bloqueo motor que los procedimientos del hombro; es similar al bloqueo mediohumeral.
por tanto, la concentración de anestésico local pue-
de reducirse respecto al bloqueo supraclavicular o Posición. El paciente está en decúbito supino,
interescalénico. Los fármacos adecuados son lido- con el brazo formando un ángulo de 90º con el tron-
caína (1-1,5%), mepivacaína (1-1,5%), bupivacaína co y el antebrazo formando un ángulo de 90º con el
(0,5%) y ropivacaína (0,5-0,75%). Lidocaína y me- brazo (fig. 7-2). Esta posición permite al anestesió-
pivacaína sin adrenalina producen de 2 a 3 h de logo situarse a la altura del brazo del paciente y pal-
anestesia quirúrgica y de 3 a 5 h si se añade ésta. Es- par la arteria axilar, como se ilustra en la figura 7-2.
tos fármacos pueden ser útiles para procedimientos Se trazará una línea sobre el trayecto de la arteria en
quirúrgicos no complicados o ambulatorios. Para la región media de la axila hasta su localización in-
procedimientos quirúrgicos más extensos que re- ferior; sobre esta línea, el dedo índice y el tercer dedo
quieren hospitalización, puede elegirse un anestési- de la mano izquierda del anestesiólogo identifican la
co local de acción más prolongada, como bupivacaí- arteria y minimizan la cantidad de tejido subcutáneo
na. Bupivacaína y ropivacaína producen anestesia que cubre el haz neurovascular. De esta manera, se
quirúrgica con una duración de 4 a 6 h; la adición puede desarrollar una percepción de la trayectoria
de adrenalina puede prolongar este período hasta longitudinal.
66 Atlas de anestesia regional

12

Mc
M

9 3

R U

6
Húmero

N. musculocutáneo (Mc)

N. mediano (M)

N. radial (R)
N. cubital (C)

FIGURA 7-1
Bloqueo axilar: anatomía
funcional «en cuadrantes»
de la axila distal.

«Presión suave»

N. musculocutáneo
N. mediano

N. cubital

N. radial
FIGURA 7-2
Bloqueo axilar: posición
del brazo del paciente
y palpación con los dedos.
Bloqueo axilar 67

Punción con aguja. Se identifica la arteria axi- salina normal libre de conservantes y se inserta un
lar con dos dedos y la aguja se inserta como se ilus- catéter de tamaño adecuado tras pasar aproximada-
tra en la figura 7-3. Cabe destacar que debe deposi- mente 10 cm de la punta de la aguja. Una vez ase-
tarse cierta cantidad de anestésico local en cada gurado el catéter con un apósito oclusivo plástico,
cuadrante alrededor de la arteria axilar. Si se obtie- se inyecta el bolo inicial y se inicia la infusión.
ne parestesia es beneficioso, aunque no se invertirá
un tiempo excesivo ni demasiada molestia para el Problemas potenciales. Los problemas con el
paciente en un intento por provocarla. Como se ilus- bloqueo axilar son infrecuentes por la distancia de
tra en la figura 7-4, se obtiene un bloqueo axilar éste con las estructuras neuroaxiales y el pulmón. La
efectivo utilizando la arteria axilar como punto aparición ocasional de toxicidad sistémica por el
anatómico de referencia e infiltrando el tejido cir- bloqueo axilar es una complicación que puede mi-
cundante a manera de abanico. La anestesia del ner- nimizarse con el uso de inyecciones múltiples en lu-
vio musculocutáneo es óptima con la infiltración del gar de una aguja fijada. Siempre que se emplea una
músculo coracobraquial. Esta maniobra puede efec- aguja única inmóvil para inyectar grandes volúme-
tuarse identificando el coracobraquial e inyectando nes de un anestésico local, aumenta el potencial de
el anestésico en su sustancia o insertando una agu- toxicidad sistémica, especialmente, en contraposi-
ja más larga hasta que contacte con el húmero e in- ción con el empleo de pequeños volúmenes de
yectando seguidamente el anestésico a modo de aba- anestésico local inyectados en múltiples puntos.
nico cerca del húmero (v. fig. 7-4). Otro problema potencial con el bloqueo axilar es la
Cuando se utiliza una técnica continua con caté- aparición de neuropatía postoperatoria, aunque no
ter para un bloqueo axilar, pueden emplearse equi- cabe suponer que el bloqueo axilar es la causa de to-
pos de catéteres estimulantes o no estimulantes; la das las neuropatías tras la cirugía de la extremidad
preferencia del autor son los primeros (fig. 7-5). En superior. Cabe aplicar una estrategia lógica y sis-
la última situación, la aguja epidural se sitúa con temática para detectar la causa de una neuropatía
ayuda de un estimulador nervioso o la provocación para comprender la verdadera incidencia y las cau-
de parestesia como criterio de valoración. Tras la co- sas de neuropatía tras el bloqueo del plexo braquial
locación de la aguja, se inyectan 20 ml de solución y la cirugía de la extremidad superior.

Húmero

A. axilar

N. musculocutáneo
N. mediano

FIGURA 7-3
N. radial N. cubital Bloqueo axilar: inserción
de la aguja.
68 Atlas de anestesia regional

N. mediano

N. musculocutáneo

2
1 A. axilar
Húmero 1
2

3
4

N. cubital

N. radial

FIGURA 7-4
Bloqueo axilar: inyección
en abanico empleando la
arteria axilar como guía.

Apófisis coracoides

A. braquial

N. mediano

N. radial

N. musculocutáneo

Punto de entrada
cutánea para el catéter

N. cubital
FIGURA 7-5
Bloqueo axilar: técnica
con catéter continuo tras
la inserción de 10 cm de
catéter en sentido proximal.
Bloqueo axilar 69

CONSEJOS PRÁCTICOS de bloqueo axilar, probablemente será fácil obtener


parestesias. Sin embargo, la búsqueda innecesaria
Para efectuar un bloqueo axilar debe comprenderse de parestesia durante un tiempo prolongado, inclu-
la organización de los nervios periféricos a la altu- so para las localizaciones del mediano o del cubital,
ra de la región inferior de la axila. Está claro que la puede resultar en un retraso anestésico y en moles-
vaina axilar a este nivel es discontinua y puede obli- tias para el paciente, lo que puede desalentar a los
gar a inyecciones múltiples para que el bloqueo axi- anestesiólogos a practicar este bloqueo. El bloqueo
lar alcance una efectividad total. Esto no significa se ejecutará con rapidez si se tiene presente el abor-
que una única inyección no pueda producir una daje en cuadrantes.
anestesia quirúrgica aceptable; sin embargo, el blo- Una regla mnemotécnica útil para recordar la po-
queo axilar más efectivo resulta del depósito de pe- sición de los nervios a la altura del bloqueo axilar
queñas cantidades de anestésico local en múltiples es: «¡Arriba los M&M!» (M&Ms are tops!) (es decir,
puntos. los nervios mediano y musculocutáneo son los más
Otro consejo práctico cuando se aplica una téc- cefálicos con el brazo en abducción). Todos pueden
nica axilar que busca una parestesia estriba en re- relacionar los populares caramelos M&M con la po-
cordar que rara vez se obtiene la anestesia radial. Por sición más cefálica de los dos nervios que empiezan
tanto, el anestesiólogo no persistirá en el intento de por «m».
producirla, sino inyectará el anestésico en la locali- Cuando se utiliza una técnica continua con caté-
zación esperada y dejará que el volumen de anesté- ter para analgesia postoperatoria o para el trata-
sico local produzca el bloqueo. Además, puesto que miento de pacientes con dolor crónico, asegurar con
el abordaje axilar de cuatro cuadrantes emplea un cuidado el catéter contribuye a prevenir su retirada
«bloqueo de campo» para anestesiar el nervio mus- accidental. Asimismo, colocar un catéter infraclavicu-
culocutáneo, tampoco se requiere parestesia para ser lar minimiza el número de catéteres axilares necesa-
eficaz. Puesto que los nervios mediano y cubital son rios y probablemente mejore la confianza al practicar
más superficiales cuando el brazo está en la posición técnicas braquiales continuas.
8
Bloqueos distales
de la extremidad
superior
Bloqueos distales de la extremidad superior 73

BLOQUEO CUBITAL, MEDIANO superior, aunque algunos pueden necesitar un su-


Y RADIAL EN EL CODO plemento tras un bloqueo del plexo braquial. En
cualquier caso, el número de pacientes será escaso y
debería ser posible proporcionar cuidados anesté-
Perspectiva
sicos adecuados sin el uso frecuente de estos blo-
En general, no se fomenta la práctica de los bloqueos queos.
distales de la extremidad superior (los bloqueos en
el codo o en el carpo). Aunque no se dispone de da- Selección de fármacos. Habitualmente estos
tos definitivos, existe la percepción de que se aso- bloqueos se practican para cirugía superficial; por
cian a una probabilidad de lesión nerviosa ligera- tanto, son adecuadas concentraciones bajas de
mente superior que quizá se deba a que muchas de anestésico local porque el bloqueo motor no será
las ramas periféricas se sitúan en puntos en los que uno de los principales objetivos. Por tanto, debería
el nervio discurre entre estructuras ligamentosas y emplearse mepivacaína o lidocaína al 0,75 o 1%, bu-
óseas. No es difícil localizar los nervios en estos pun- pivacaína al 0,25% o ropivacaína al 0,2%.
tos periféricos, aunque el «atrapamiento» de éstos
hace que los bloqueos más proximales (es decir, el
Localización
bloqueo axilar) sean los preferidos por el autor.
Además, puesto que una proporción significativa de En el codo
la cirugía de la mano y el antebrazo se practica con Anatomía. De los tres nervios principales del
un torniquete en el brazo, el uso deliberado de blo- codo (radial, mediano y cubital), el nervio cubital
queos más distales obliga a una sedación más pro- es el más predecible en términos de localización.
funda para que el paciente pueda tolerar la inflación Como se ilustra en la figura 8-1, el nervio cubital
del manguito de isquemia. está situado en el surco cubital, un canal óseo-fas-
cial entre el epicóndilo medial del húmero y el olé-
Selección de pacientes. Pocos pacientes de- cranon. Esta área está muy bien cubierta por tejido
berían requerir un bloqueo distal de la extremidad fibroso y, a pesar de que parece un punto fácil para

Tendón
N. radial del bíceps A. braquial N. mediano
M. bíceps
N. mediano

A. braquial

Tendón
del bíceps
Húmero Olécranon N. cubital
N. radial

FIGURA 8-1
Bloqueo del codo: anatomía
funcional.
74 Atlas de anestesia regional

efectuar un bloqueo, el nervio está bastante bien Punción con aguja: bloqueo del nervio mediano
protegido (y potencialmente vulnerable) en el sur- (fig. 8-2). Se trazará una línea entre los epicóndi-
co cubital. A la altura del codo el nervio mediano los medial y externo del húmero (a la altura del pa-
se encuentra medial a la arteria braquial, que a su nel de cristal representado en la fig. 8-1). Inmedia-
vez se encuentra medial al músculo bíceps. En cam- tamente medial a la arteria braquial, se inserta la
bio, el trayecto del nervio radial es variable: perfo- aguja en el plano del «panel de cristal» y se provo-
ra el septo intramuscular lateral en su trayecto ha- ca la parestesia. Si no es así, la inyección de 3 a 5 ml
cia el antebrazo y se encuentra entre los músculos de solución medial a la arteria braquial debería con-
braquial y braquiorradial en la región distal del bra- ducir al bloqueo del nervio. Si se obtiene parestesia,
zo. Se bloquea de forma más eficaz en la axila que se inyecta una cantidad similar en dicha localiza-
en el codo. ción.

Posición. Los tres nervios se bloquean con el Punción con aguja: bloqueo del nervio radial
paciente en decúbito supino y el brazo en supina- (v. fig. 8-2).••El nervio radial también se bloquea
ción y en abducción a la altura del hombro con un a la altura del «panel de cristal» representado en la
ángulo de 90º. Además, cuando se practica el blo- figura 8-1. Se identificará el tendón del bíceps a esa
queo del nervio cubital, el antebrazo deberá estar fle- altura y se trazará una marca de 1 a 2 cm lateral al
xionado sobre el brazo para identificar más fácil- tendón. Se inserta una aguja de 3 cm de pequeño
mente el surco cubital (v. fig. 8-3). calibre a través de la marca en el plano del «panel

M. bíceps

N. mediano

N. radial

M. braquiorradial

A. braquial

Epicóndilo
medial
del húmero

FIGURA 8-2
Bloqueo nervioso del codo:
nervios mediano y radial.
Bloqueos distales de la extremidad superior 75

FIGURA 8-3
Bloqueo del nervio cubital:
localización.

Cúbito

N. cubital
X
X

Olécranon Epicóndilo medial


del húmero
PUNTO DE ENTRADA
DE LA AGUJA
76 Atlas de anestesia regional

de cristal» y se provoca la parestesia. Si no se ob- queo radial efectivo requiere un bloqueo de campo
tiene parestesia, se practica una inyección en aba- a lo largo de la cara radial del carpo.
nico de 4 a 6 ml de solución anestésica en dicha lo-
calización. Posición (fig. 8-5).••Para obtener un bloqueo pe-
riférico en el carpo, el paciente deberá estar en decú-
Punción con aguja: bloqueo del nervio cubital. bito supino con el brazo extendido a la altura del
Como se ilustra en la figura 8-3, el antebrazo está en hombro y sobre un soporte braquial. El carpo se fle-
flexión sobre el brazo y se palpa el surco cubital. En xiona sobre un pequeño soporte y el anestesiólogo
un punto aproximadamente 1 cm proximal a la lí- se sitúa en el eje principal del soporte braquial.
nea trazada entre el olécranon y el epicóndilo, se in- Mientras practica el bloqueo en esta posición, se
serta una aguja. Debería obtenerse una parestesia puede observar la cara del paciente durante la pro-
con facilidad; cuando se obtenga, se retira la aguja vocación de la parestesia.
1 mm. En este momento se inyectan de 3 a 5 ml de
anestésico local a través de una aguja de 2 cm y pe- Punción con aguja: bloqueo del nervio cubital.
queño calibre. No se inyectará directamente un gran Debería ser fácil palpar el tendón del flexor cubi-
volumen de solución en el surco cubital, puesto que tal del carpo y la arteria cubital inmediatamente
una alta presión en este estrecho espacio fascial pue- proximal a la apófisis estiloides del cúbito. Puede
de aumentar el riesgo de lesión nerviosa. insertarse una aguja de bisel corto y pequeño cali-
bre perpendicular al carpo en este punto y provo-
En el carpo car la parestesia e inyectarse la solución anestésica
Anatomía (fig. 8-4). El nervio cubital se en- (3-5 ml) en este punto; si no se obtiene parestesia,
cuentra inmediatamente lateral al tendón del múscu- puede inyectarse una cantidad similar en abanico
lo flexor cubital del carpo y medial a la arteria cubi- entre ambas estructuras.
tal. El nervio mediano se encuentra entre el tendón
del palmar largo y el tendón del músculo flexor ra- Punción con aguja: bloqueo del nervio mediano.
dial del carpo. Por tanto, el nervio mediano está en El tendón del palmar largo y el del flexor radial del
el eje largo del radio. El nervio radial en el carpo ya carpo se identifican en una línea entre la apófisis es-
se ha dividido en varias ramas periféricas y el blo- tiloides del cúbito y la prominencia distal del radio.

Tendón del flexor Tendón del


cubital del carpo palmar largo

N. mediano
N. cubital

Tendón del flexor


A. cubital
radial del carpo

FIGURA 8-4
Bloqueo del carpo: anatomía Cúbito Radio
funcional.
Bloqueos distales de la extremidad superior 77

Apófisis estiloides
Prominencia
del cúbito
radial distal

N. mediano

N. cubital Tendón del


palmar largo

Tendón del flexor


radial del carpo

FIGURA 8-5
Bloqueo del carpo: inserción
de la aguja y colocación del
brazo.

Estos tendones pueden acentuarse haciendo que el quera» anatómica y sus proximidades. La inyección
paciente flexione el carpo y cierre la mano en un debe practicarse superficialmente al tendón del ex-
puño. El nervio mediano transita profundamente y tensor largo del pulgar, que se identifica con facilidad
entre estas estructuras; por tanto, se inserta una agu- haciendo que el paciente lo extienda. Este bloqueo
ja corta de bisel romo y pequeño calibre entre los infrecuente puede requerir de 5 a 6 ml de anestési-
tendones. Si se obtiene parestesia, se inyectan de co local.
3 a 5 ml de solución anestésica; si no se obtiene pa-
restesia, se inyecta una cantidad similar en abanico Posibles problemas. Como se ha descrito, los
entre los dos tendones. problemas con los bloqueos periféricos implican el
potencial de lesión nerviosa por compresión y un li-
Punción con aguja: bloqueo radial. El bloqueo gero incremento de la incidencia de neuropatía. En
del nervio radial en el carpo requiere la infiltración teoría, esto sucede por los estrechos compartimen-
de sus múltiples ramas periféricas, que descienden a tos fasciales por los que discurren dichos nervios a
lo largo de las caras dorsal y radial del carpo. Se prac- lo largo de la región distal del brazo, antebrazo y
tica un bloqueo de campo subcutáneo en la «taba- mano. Además, el bloqueo de estos nervios distales
78 Atlas de anestesia regional

no permite el uso de torniquetes que, frecuente- Selección de pacientes.••Su uso puede ser ade-
mente, son el factor clínico limitante. cuado en un paciente quirúrgico electivo ocasional
con un problema quirúrgico en un único dedo.

Consejos prácticos Selección de fármacos. Bajas concentraciones


La recomendación para el éxito de estos bloqueos de cualquiera de los anestésicos locales amídicos son
implica evitarlos siempre que sea posible. La com- apropiadas para el bloqueo digital, con una especial
pleta comprensión del bloqueo axilar debería redu- recomendación de evitar las soluciones que contie-
cir su necesidad. nen adrenalina.

Localización
BLOQUEO NERVIOSO DIGITAL
Anatomía. Como se ilustra en la figura 8-6, los
nervios digitales discurren por las «esquinas» de la
Perspectiva
falange proximal. Los nervios se encuentran junto a
El bloqueo nervioso digital se emplea con frecuen- las arterias y venas y son la continuación distal de
cia en los servicios de urgencias, aunque rara vez lo los nervios mediano y cubital.
utilicen los anestesiólogos. Puede aplicarse para
cualquier cirugía que requiera una operación digital. Posición. El bloqueo del nervio digital se prac-
Sin embargo, su uso más extendido es en la repara- tica con la mano en pronación. La piel del dorso del
ción de laceraciones. dedo se fija más laxamente a las estructuras adya-

FIGURA 8-6
Bloqueo digital: anatomía
e inserción de la aguja.

PUNTOS DE ENTRADA DE LA AGUJA

N. digital dorsal

N. digital
palmar propio
Bloqueos distales de la extremidad superior 79

centes en comparación con la superficie ventral del Problemas potenciales. Se destaca de nuevo
dedo. que no deben emplearse soluciones que contengan
adrenalina.
Punción con aguja. Se practican habones cutá-
neos en los bordes dorsolaterales de la falange proxi-
Consejos prácticos
mal y se inserta una aguja corta, de bisel romo y pe-
queño calibre en la superficie dorsal del borde lateral Los bloqueos nerviosos digitales se utilizarán prin-
de la falange. Se infiltran las ramas dorsal y ventral cipalmente en procedimientos en los servicios de ur-
del nervio digital bilateralmente y debería bastar un gencias y requieren, al menos, familiaridad con la
total de 1 a 2 ml en cada localización para el bloqueo. técnica.
9
Bloqueo regional
intravenoso
Bloqueo regional intravenoso 83

PERSPECTIVA centración de 0,5% y se requieren aproximadamen-


te 50 ml para un bloqueo regional i.v. de la extre-
La anestesia regional intravenosa (i.v.) fue introdu- midad superior.
cida por Bier en 1908. Como se ilustra en la figu-
ra 9-1, la descripción inicial requería un procedi-
miento quirúrgico para canular la vena y se em- LOCALIZACIÓN
pleaban un torniquete proximal y otro distal para
contener el anestésico local en el sistema venoso. Anatomía. El único detalle anatómico necesario
Tras su introducción, la técnica cayó en desuso hasta para el uso clínico del bloqueo regional i.v. es la
mitad del siglo XX, cuando se dispuso de las amino- identificación de una vena periférica, ya que debe ca-
amidas menos tóxicas. Esta técnica puede aplicarse nularse una en la extremidad implicada.
a diversas intervenciones de la de extremidad supe-
rior, incluidos procedimientos de tejidos blandos y Posición. El paciente estará en decúbito supino
procedimientos ortopédicos, principalmente, de la sobre la mesa de quirófano con una vía i.v. ya cana-
mano y el antebrazo. También se ha empleado para lizada en el brazo no quirúrgico. El brazo afectado
procedimientos del pie, con un torniquete en la pan- estará extendido sobre un soporte braquial próximo
torrilla. al equipo necesario, como se ilustra en la figura 9-2.

Selección de pacientes. La técnica es adecuada Punción con aguja. Antes de colocar el catéter
para pacientes que no presentan disrupción del sis- i.v. en la extremidad quirúrgica, se colocará un man-
tema venoso de la extremidad superior afectada por- guito o torniquete, doble o sencillo, alrededor del
que la técnica se basa en un sistema venoso intacto. brazo del paciente. A continuación se insertará una
Puede utilizarse para fracturas ortopédicas distales y cánula i.v. en la extremidad quirúrgica tan distal-
operaciones sobre tejidos blandos. El bloqueo regio- mente como sea posible y con mayor frecuencia en
nal i.v. posiblemente no sea adecuado en pacientes el dorso de la mano (fig. 9-3). Hay dos métodos para
en los que el movimiento de la extremidad superior la exanguinación venosa de la extremidad quirúrgi-
provoca un dolor significativo, ya que se requiere su ca. La técnica tradicional requiere la colocación de
movilización para una adecuada exanguinación del una venda de Esmarch de distal a proximal (fig. 9-4).
sistema venoso. Si no se dispone de una venda de Esmarch o el pa-
ciente presenta demasiado dolor para permitir su
Selección de fármacos. El más utilizado para la aplicación, otro método consiste en elevar el brazo
anestesia regional i.v. es una concentración diluida durante 3 a 4 min para permitir que la gravedad
de lidocaína, aunque prilocaína también se ha utili- exanguine la extremidad (fig. 9-5). Tras la exangui-
zado con éxito. Lidocaína se emplea en una con- nación de la extremidad superior, se infla el man-

Torniquete Sección Torniquete FIGURA 9-1


distal venosa proximal Bloqueo original de Bier:
técnica quirúrgica.
84 Atlas de anestesia regional

Conexión en T

Fuente de presión

Manguito de doble ancho

Venda de Anestésico
Esmarch local diluido

Catéter
intravenoso
Jeringa y tubo
intravenoso
FIGURA 9-2
Bloqueo regional
intravenoso: equipo.

i.v. distal

FIGURA 9-3
Bloqueo regional
intravenoso: punto venoso
distal.
Bloqueo regional intravenoso 85

Venda de
Esmarch

FIGURA 9-4
Bloqueo regional
intravenoso: exanguinación
venosa con venda
de Esmarch.

Exanguinación
venosa
Gravedad

FIGURA 9-5
Bloqueo regional
intravenoso: exanguinación
venosa por gravedad.
86 Atlas de anestesia regional

Bloqueo nervioso
periférico

Bloqueo distal
de nervios
periféricos
pequeños

FIGURA 9-6
Bloqueo regional
intravenoso: posibles
mecanismos de acción.
Bloqueo regional intravenoso 87

guito. Si se utiliza un único torniquete, se infla; si se ción. Aunque algunos autores describen buenos re-
utiliza un doble manguito, en este momento se in- sultados con la anestesia regional i.v. para la cirugía
fla el superior. de la extremidad inferior, en especial, si se aplica un
Las recomendaciones para las presiones de infla- torniquete en la pantorrilla para la cirugía del pie,
do del torniquete oscilan desde 50 mmHg por enci- su uso no está generalizado. Durante su aplicación
ma de la presión arterial sistólica, si se emplea un en la extremidad superior, incluso cuando se emplea
manguito ancho, a una presión del manguito dos ve- un doble torniquete, un número considerable de pa-
ces superior a la presión arterial sistólica, y por úl- cientes se quejará de la presión que ejerce. Ésta es
timo, utilizar hasta 300 mmHg con independencia frecuentemente la limitación de esta técnica, por lo
de la presión arterial. Hasta que se disponga de más que el uso adecuado de sedantes i.v. es importante
información, el autor desaconseja el uso de presio- para la comodidad del paciente.
nes superiores a los 300 mmHg durante el bloqueo
de la extremidad superior.
Si se ha empleado una venda de Esmarch, se re- CONSEJOS PRÁCTICOS
tira ésta y se inyecta una dosis media para un adul-
to de 50 ml de lidocaína al 0,5% sin vasoconstrictor. En la figura 9-6 se ilustran las dos teorías comple-
El bloqueo se inicia habitualmente en 5 min y es mentarias sobre el mecanismo de acción del bloqueo
efectivo para procedimientos de 90 a 120 min de du- en la anestesia regional i.v. Conceptualiza la entrada
ración. La limitación temporal se debe sobre todo al de anestésico local en el sistema venoso producien-
tiempo de isquemia de torniquete más que a la re- do el bloqueo de los nervios periféricos que discu-
ducción del efecto del anestésico local. Se retira la rren junto a las estructuras venosas. También des-
cánula i.v. antes de la preparación para la operación. cribe una teoría que puede ser complementaria, es
El bloqueo persiste mientras el manguito se man- decir, el anestésico local sale de la vena y bloquea las
tenga inflado y desaparece poco después de desin- pequeñas ramas distales de los nervios periféricos.
flarlo. Es probable que ambas teorías sean operativas. Si se
pretende emplear la anestesia regional i.v. con bue-
Posibles problemas. El principal inconvenien- nos resultados, todos los miembros del equipo
te de la anestesia regional i.v. es que médicos poco quirúrgico deben comprender la importancia de la
familiarizados con el tratamiento de la toxicidad de integridad del torniquete, puesto que los problemas
la anestesia local puedan aplicar la técnica a pesar más significativos con la técnica implican su desin-
de no disponer de medidas adecuadas de reanima- flado accidental.
10
Anatomía de la
extremidad inferior
Anatomía de la extremidad inferior 91

Cuando se compara el bloqueo regional de la extre- Al considerar la inervación de la extremidad in-


midad inferior con el de la extremidad superior, está ferior, es esencial comprender que son dos los prin-
claro que los anestesiólogos se sienten más cómodos cipales plexos nerviosos que la inervan: lumbar y
practicando el primero. En gran parte, se debe a la lumbosacro. El plexo lumbar inerva principalmente
facilidad y sencillez de las técnicas neuroaxiales. la cara ventral, mientras el lumbosacro inerva la cara
Además, sólo en el neuroeje discurren los plexos de dorsal de la extremidad inferior (v. fig. 10-2).
la extremidad inferior de forma tan compacta como El plexo lumbar está formado por los ramos ven-
lo hacen los nervios de la extremidad superior en el trales de los tres primeros nervios lumbares y parte
plexo braquial. Si se compara la trayectoria de los del cuarto nervio lumbar. Aproximadamente en la
nervios de la extremidad inferior sobre el borde pél- mitad de los pacientes, una pequeña rama del 12.o
vico con la del plexo braquial sobre la primera cos- nervio torácico se une al primer nervio lumbar. El
tilla, está claro, como puede apreciarse en las figu- plexo lumbar se forma a partir de las ramas ventra-
ras 10-1 y 10-2, que los cuatro nervios principales les de estos nervios, por delante de la apófisis trans-
para la extremidad inferior salen de cuatro puntos versa de las vértebras lumbares, en la profundidad
bien diferenciados. Por tanto, el bloqueo se centra del músculo psoas (fig. 10-3). La porción cefálica del
necesariamente en la localización de nervios indivi- plexo lumbar (es decir, el primer nervio lumbar y
duales periféricos. El abordaje anatómico del autor con frecuencia una porción del 12.o nervio torácico)
sigue dicho concepto. se divide en las ramas superior e inferior. La rama

N. iliohipogástrico
N. ilioinguinal

N. genitofemoral N. femoral

N. obturador

Plexo
lumbosacro

N. femoro-
cutáneo
lateral

FIGURA 10-1
Anatomía de los principales
nervios de la extremidad
inferior: visión anterior
oblicua.
92 Atlas de anestesia regional

Plexo
lumbar

N. femorocutáneo
lateral

N. femoral

N. obturador

Plexo
lumbosacro

N. tibial

N. peroneo
común

N. peroneo
superficial

N. peroneo profundo

N. safeno

FIGURA 10-2
Anatomía de los nervios
principales de la extremidad
inferior: proyección lateral.

superior se subdivide en los nervios iliohipogástrico cutáneas para el tercio superior y medio del muslo, y
e ilioinguinal, y la rama inferior, más pequeña, se cerca de los nervios escrotales anteriores, que inervan
une a una pequeña rama superior del segundo ner- la piel de la raíz del pene y la parte anterior del es-
vio lumbar para formar el nervio genitofemoral (v. croto (v. fig. 10-4). En la mujer, los equivalentes son
fig. 10-1). los nervios anteriores de los labios vulvares que iner-
El nervio iliohipogástrico penetra en el músculo van la piel del monte de Venus y los labios mayores.
transverso del abdomen cerca de la cresta ilíaca y El nervio genitofemoral se divide a una altura va-
proporciona fibras motoras para la musculatura ab- riable en las ramas genital y femoral. La rama geni-
dominal. Finaliza en una rama cutánea anterior para tal es pequeña; entra en el canal inguinal a la altura
la región suprapúbica y una rama cutánea lateral del anillo inguinal profundo e inerva el músculo
para la región de la cadera (fig. 10-4). cremáster, aporta pequeñas ramas para la piel y la
El nervio ilioinguinal tiene un trayecto ligeramen- fascia del escroto y partes adyacentes del muslo. La
te inferior al del nervio iliohipogástrico. En el hom- rama femoral es la más medial de las dos y continúa
bre, atraviesa el canal inguinal y finaliza en ramas bajo el ligamento inguinal sobre la superficie ante-
Anatomía de la extremidad inferior 93

Plexo lumbar
derecho L2, L3

N. ilioinguinal

Disco entre
L3-L4

Colon
VC Ao

N. iliohipogástrico N. genitofemoral Plexo aórtico Tronco FIGURA 10-3


intermesentérico simpático Anatomía del plexo lumbar:
visión transversal.

T10

T11
L1

T12
N. subcostal T12

R. femoral
N. genitofemoral N. ilioinguinal
N. femoro- L1
cutáneo
lateral R. genital
L2, 3 N. ilioinguinal
N. genitofemoral

S2, 3 R. femoral
N. genitofemoral

N. femoral
L2, 3, 4 N. pudendo
L2

R. genital
N. genitofemoral

N. femoral

FIGURA 10-4
Anatomía de la extremidad
inferior: inervación
proximal (nervios
periféricos a la derecha;
dermatomas a la izquierda).
94 Atlas de anestesia regional

rior de la arteria ilíaca externa. Por debajo del liga- inervan los músculos y la piel de la cara anterior del
mento inguinal, perfora la vaina femoral y pasa a muslo y las articulaciones de la rodilla y la cadera.
través de la abertura safena para inervar la piel del El plexo lumbosacro está formado por los ramos
triángulo femoral, lateral al territorio inervado por ventrales de los nervios lumbares cuarto y quinto y
el nervio ilioinguinal (v. fig. 10-4). Estos tres nervios los nervios sacros primero, segundo y tercero. En
son clínicamente importantes durante el bloqueo re- ocasiones, una porción del cuarto nervio sacro con-
gional para la herniorrafia u otros procedimientos tribuye al plexo sacro. El nervio con mayor interés
inguinales. para los anestesiólogos durante el bloqueo de la ex-
Caudales a éstos están los tres nervios principa- tremidad inferior es el nervio ciático. El nervio fe-
les del plexo lumbar (femorocutáneo lateral, femo- morocutáneo posterior en ocasiones se describe
ral y obturador), que salen de la pelvis en dirección como una rama adicional importante. En realidad,
anterior e inervan la extremidad inferior (v. figs. 10-1 el nervio ciático es la combinación de dos troncos
y 10-2). nerviosos principales: el primero es el nervio tibial,
El nervio femorocutáneo lateral pasa bajo el extre- derivado de las ramas anteriores de los ramos ven-
mo lateral del ligamento inguinal. Puede ser super- trales de los nervios lumbares cuarto y quinto y los
ficial o profundo respecto al músculo sartorio, aun- nervios sacros primero, segundo y tercero. La se-
que primero desciende en profundidad respecto a la gunda porción principal del nervio ciático es el ner-
fascia lata. Confiere la inervación cutánea de la re- vio peroneo común, derivado de las ramas dorsales
gión lateral de la nalga en sentido distal al trocánter de los ramos ventrales de los mismos cinco nervios.
mayor y de los dos tercios proximales de la cara la- Estos dos troncos nerviosos principales discurren
teral del muslo. como nervio ciático a través de la mitad superior de
El nervio obturador desciende a lo largo de la cara la extremidad inferior, y de ahí a la fosa poplítea,
medial y posterior del músculo psoas, y a través de donde se dividen en sus ramas terminales, el tibial
la pelvis hasta el canal obturador terminando por al- y el peroneo común.
canzar el muslo. Este nervio inerva el grupo de múscu- Las figuras 10-5 y 10-6 ilustran la inervación
los aductores, la articulación de la cadera y la rodi- cutánea de la extremidad inferior. El autor ha deci-
lla y, con frecuencia, la piel de la cara medial del dido ilustrar este capítulo con la extremidad inferior
muslo proximal a la rodilla. del paciente en posición anatómica y en posición de
El nervio femoral es la rama más larga del plexo litotomía. Estas posiciones ofrecen una perspectiva
lumbar. Emerge a través de las fibras del músculo única y clínicamente útil. La figura 10-7 ilustra de
psoas en su borde lateroinferior y desciende por el manera similar la inervación dermatómica de las ex-
surco entre los músculos psoas e ilíaco. Pasa por de- tremidades inferiores. La figura 10-8 ilustra el patrón
bajo del ligamento inguinal en el seno de este sur- osteotómico, más útil para los anestesiólogos res-
co. Un poco antes de entrar o inmediatamente en la ponsables de las anestesias de procedimientos or-
entrada del triángulo femoral del tercio proximal del topédicos. La figura 10-9 contribuye a la compren-
muslo, este nervio se divide en numerosas ramas que sión de la anatomía transversal de la extremidad
inferior.
Anatomía de la extremidad inferior 95

N. iliohipogástrico N. iliohipogástrico
R. cutánea lateral R. femorocutáneo lateral

N. genitofemoral N. cutáneo
R. femoral
R. genital N. femorocutáneo
N. femorocutáneo lateral
lateral N. femorocutáneo
posterior
N. femoral
N. femoral

N. obturador
N. obturador

N. peroneo N. peroneo

N. safeno N. safeno

N. sural

N. calcáneo
N. sural

N. peroneo profundo FIGURA 10-5


N. plantar medial
Anatomía de la extremidad
N. peroneo inferior: inervación
superficial proximal y distal.
96 Atlas de anestesia regional
N. peroneo N. peroneo profundo
profundo N. safeno N. peroneo N. peroneo superficial
N. peroneo N. obturador
superficial
N. femoral

N. medial N. plantar medial


N. peroneo
plantar N. calcáneo
N. sural N. peroneo
N. sural
N. peroneo profundo

N. obturador

R. genital, N. calcáneo
N. genitofemoral
N. femoral R. femoral N. obturador

N. genitofemoral N. femorocutáneo N. femoral


R. genital N. femoro-
posterior cutáneo
R. femoral N. calcáneo
posterior R. genital
N. femorocutáneo N. genitofemoral
N. femorocutáneo
lateral
lateral

N. iliohipogástrico
R. femorocutáneo lateral N. cluneal

FIGURA 10-6
Anatomía de la extremidad
inferior en la posición
de litotomía: nervios
periféricos proximales
y distales.

L4

L5 L5

L4
S1
L3 L5
L4

S2 S1
L5

L2 L4
L4
L5 L3
S1 S2 S1 L5
L1
L5 L4 S2

L4 L5
S3
S4 S1
S5
L3 L1 L2 L3 L4 L5 S1 S2 L3
L5 L2
L2
L1 L1
S1 S2

S5
S3 S4

FIGURA 10-7
Anatomía de la extremidad
inferior en la posición
de litotomía: dermatomas.
Anatomía de la extremidad inferior 97

L2

L3

S1 L4
L2 L5
L3
S1
L4
L5

L5 L3
S1
L4 L4
L4
L5
L3 S1 L3

L2

L4
L5

S1
L3 L4

L4

L5
S1

S1

S1

S2

FIGURA 10-8
A partir de Iris Nichols Anatomía de la extremidad
inferior en la posición
de litotomía: osteotomas.
98 Atlas de anestesia regional

ANTERIOR
M. sartorio

Haz neurovascular femoral


M. vasto lateral
M. iliopsoas
Mm. aductores
Fémur proximal
M. cuadrado femoral

Tuberosidad isquiática

M. glúteo mayor

B POSTERIOR

B ANTERIOR

M. vasto medial
Fémur distal

M. vasto lateral

Haz neurovascular poplíteo


C
M. sartorio
M. bíceps femoral (cabeza corta y larga)
M. semimembranoso

M. y t. semitendinoso
C POSTERIOR

ANTERIOR
T. del tibial anterior

T. del extensor largo del primer dedo


T. del extensor largo de los dedos

V. safena mayor

D Maléolo medial

Tibia
Maléolo lateral
T. del tibial posterior
A
T. del flexor digital largo
T. del peroneo largo
Peroneo corto
N. tibial
M. y t. del flexor largo del primer dedo

N. sural

FIGURA 10-9
Anatomía de la extremidad M. sóleo
inferior: imágenes Calcáneo
(transversales) por D POSTERIOR
resonancia magnética.
11
Bloqueo del plexo
lumbar
Bloqueo del plexo lumbar 101

BLOQUEO PERIVASCULAR la que se basa este bloqueo supone que el anestési-


INGUINAL (BLOQUEO co local difunde por el plano fascial entre los múscu-
«TRES EN UNO») los ilíaco y psoas hasta alcanzar la región de las raí-
ces del plexo lumbar.
Perspectiva
Selección de pacientes. Como se ha descrito, el
El bloqueo perivascular inguinal se basa en inyectar bloqueo de la extremidad inferior se obtiene de
el anestésico local cerca del nervio femoral en can- modo más efectivo y eficiente con los bloqueos neu-
tidad suficiente para que éste difunda proximal- roaxiales. Sin embargo, en algunos pacientes, evitar
mente a lo largo de los planos fasciales hasta alcan- un bloqueo bilateral y/o simpático puede hacer de
zar el plexo lumbar. Los tres nervios principales del esta técnica una estrategia alternativa.
plexo lumbar son: femorocutáneo lateral, femoral y
obturador y pasan por la pelvis en dirección ante- Selección de fármacos. Se seleccionarán los
rior. Como se ilustra en la figura 11-1, la teoría en anestésicos locales tras decidir si se requiere un blo-

L2 M. cuadrado
lumbar

L3
N. femorocutáneo
lateral
L4

L5
N. femoral M. psoas M. ilíaco

N. obturador

Propagación
del anestésico
local

FIGURA 11-1
Anatomía del plexo lumbar:
mecanismo propuesto
de propagación proximal
del anestésico local.
102 Atlas de anestesia regional

queo principalmente sensitivo o motor. Puede em- Problemas potenciales. Según la experiencia
plearse cualquiera de las aminoamidas. Se ha indi- clínica del autor, el principal problema con esta téc-
cado que el volumen de anestésico local necesario nica es su falta de predictibilidad. Además, siempre
para un bloqueo adecuado del plexo lumbar con este que se inyecta un gran volumen de anestésico local
abordaje puede estimarse dividiendo la estatura del a través de una aguja fijada «inmóvil», aumenta el
paciente en pulgadas por 3. Dicha cifra es el volu- riesgo de toxicidad sistémica. Si se emplea esta téc-
men de anestésico local en mililitros que teórica- nica deberá practicarse una inyección fraccionada de
mente confiere bloqueo. anestésico local acompañada por frecuente aspira-
ción por si apreciamos la salida de sangre.
Localización
Consejos prácticos
Anatomía. El bloqueo del plexo lumbar se basa
en que la única anatomía que debe observarse es la El autor recomienda el uso de este bloqueo cuando
extensión de los planos fasciales que circundan al el objetivo es la analgesia de la extremidad inferior,
nervio femoral. más que la anestesia quirúrgica. En opinión del au-
tor, no es imprescindible el dominio de esta técnica
Posición. El paciente estará en decúbito supino para prestar una atención anestesiológica integral.
sobre la mesa de quirófano y el anestesiólogo de pie
al lado del paciente en disposición adecuada para
palpar la arteria femoral ipsolateral. BLOQUEO COMPARTIMENTAL
DEL PSOAS
Punción con aguja. Se inserta una aguja de 5 cm,
Perspectiva
bisel corto y de 22 G inmediatamente lateral a la
arteria femoral, y caudal al ligamento inguinal co- Conceptualmente, el bloqueo compartimental del
rrespondiente a la extremidad inferior que se va a psoas bloquea todos los nervios lumbares y algunos
bloquear. Se avanza con angulación en dirección nervios sacros, con lo que anestesia la cara anterior
cefálica hasta que se obtiene una parestesia femoral. del muslo. Este bloqueo se describe en el capítulo
En este punto, se fija la aguja con firmeza y mien- 37, donde se detallan los bloqueos de los nervios pa-
tras se comprime digitalmente la vaina femoral dis- ravertebrales. Su denominación correcta es bloqueo
tal, se inyecta el volumen total del anestésico local. paraverterbal lumbar.
12
Bloqueo ciático
Bloqueo ciático 105

PERSPECTIVA L5 y S1-S3. Las ramas posteriores de los ramos ven-


trales de estos mismos nervios forman el nervio ciá-
El nervio ciático es uno de los troncos nerviosos de tico «lateral», que es funcionalmente el nervio pe-
mayor tamaño en el organismo y, sin embargo, son roneo. En el punto en el que el nervio ciático sale
pocos los procedimientos quirúrgicos que pueden de la pelvis, es anterior al músculo piriforme y se
efectuarse en exclusiva con este bloqueo. Con fre- une a otro, el nervio cutáneo posterior del muslo.
cuencia se combina con bloqueos de los nervios fe- En el borde inferior del músculo piriforme, los ner-
moral, femorocutáneo lateral y/u obturador para vios cutáneos ciático y posterior del muslo son pos-
producir anestesia quirúrgica de la extremidad infe- teriores a los músculos obturador interno, géminos
rior. También es efectivo para la analgesia de la ex- y cuadrado femoral. En este punto, estos nervios son
tremidad inferior y puede aliviar el dolor de las frac- anteriores al glúteo mayor. Aquí el nervio está apro-
turas maleolares o tibiales antes de la intervención ximadamente equidistante de la tuberosidad isquiá-
quirúrgica. tica y del trocánter mayor (figs. 12-1 a 12-3). El ner-
vio continúa en dirección caudal a través del muslo
Selección de pacientes.••El bloqueo del nervio para discurrir a lo largo de la cara medial posterior
ciático puede estar indicado en pacientes que preci- del fémur. En la porción cefálica de la fosa poplítea,
san analgesia previa al transporte para la reparación el nervio ciático habitualmente se divide para formar
ortopédica o quirúrgica definitiva de fracturas de la los nervios tibial y peroneo común. En ocasiones,
extremidad inferior. En otros pacientes, el bloqueo esta división se produce en una situación mucho
ciático combinado con el bloqueo del nervio femo- más superior y, a veces, los nervios tibial y peroneo
ral permite frecuentemente la práctica de procedi- están separados en todo su trayecto. En la fosa poplí-
mientos maleolares y pedios, evitando el bloqueo tea, el nervio tibial continúa su trayecto en sentido
simpático que acompaña a las técnicas neuroaxiales. caudal en la extremidad inferior, mientras que el
Otro grupo en el que suele ser útil son los pacientes nervio peroneo común discurre en sentido lateral a
que se someten a amputaciones distales de la extre- lo largo de la cara medial de la cabeza corta del mús-
midad inferior y que presentan compromiso vascu- culo bíceps femoral.
lar por diabetes o vasculopatía periférica.
Abordaje clásico: bloqueo ciático
Selección de fármacos. El bloqueo del nervio
ciático requiere de 20 a 25 ml de solución de anesté- Posición. El paciente está en decúbito lateral, con
sico local. Cuando este volumen se añade al necesa- el lado que se va a bloquear en posición no depen-
rio para otros bloqueos periféricos de la extremidad diente. La extremidad inferior flexionada no de-
inferior, el total puede alcanzar el límite superior del pendiente soporta al paciente colocando el talón opues-
intervalo posológico aceptable. No obstante, la cap- to a la rodilla de la pierna dependiente (fig. 12-4).
tación del anestésico local a partir de estas localiza- El anestesiólogo se coloca de manera que permita la
ciones no es tan rápida como en el bloqueo epidu- inserción de la aguja, como se muestra en la figu-
ral o intercostal; por tanto, en esta región puede ser ra 12-4.
adecuado un mayor volumen de anestésico local. Si
se desea bloqueo motor con este abordaje, puede re- Punción con aguja. Se traza una línea desde la
querirse mepivacaína o lidocaína al 1,5%; bupiva- espina ilíaca posterosuperior hasta el punto medio
caína al 0,5% o ropivacaína al 0,5% o al 0,75% pue- del trocánter mayor. Perpendicular al punto medio
den ser también efectivas. de esta línea, se extiende otra línea en dirección cau-
dal y medial hasta 5 cm. Se inserta la aguja en este
punto. Como comprobación de la localización ade-
LOCALIZACIÓN cuada, puede trazarse una línea adicional desde el
hiato sacro al punto marcado previamente en el
Anatomía. El nervio ciático está formado por trocánter mayor. La intersección de esta línea con la
las raíces L4-S3. Estas raíces del plexo sacro se for- línea perpendicular de 5 cm debería coincidir con el
man en la superficie anterolateral del sacro y se reú- punto de inserción de la aguja (fig. 12-5).
nen sobre la superficie anterior del músculo piri- Se inserta una aguja de 10 a 12 cm, de 22 G en
forme. El nervio ciático resulta de la fusión de dos este punto, como se ilustra en la figura 12-4. La agu-
troncos nerviosos principales: el nervio ciático «me- ja se dirigirá a través del punto de entrada hacia un
dial» es funcionalmente el nervio tibial y se forma punto imaginario donde los vasos femorales transi-
de las ramas ventrales de los ramos ventrales de L4- tan bajo el ligamento inguinal. Se inserta hasta que
106 Atlas de anestesia regional

T12

L1

L2

L3

L4

N. femorocutáneo
lateral
L5
N. femoral

N. obturador

N. ciático R. anterior de los


ramos ventrales
de L4-L5 a S1-S3
N. ciático «medial»
o
n. tibial

FIGURA 12-1
Anatomía del nervio ciático:
visión anterior oblicua.
Bloqueo ciático 107

L2

N. femorocutáneo L3
lateral

L4
N. femoral

L5

S1

S2

S3 M. piriforme

N. obturador

Tuberosidad
isquiática

N. cutáneo N. ciático Trocánter FIGURA 12-2


posterior mayor Anatomía del nervio ciático:
del fémur visión posterior.
108 Atlas de anestesia regional

L2

L3

L4

L5

S1

S2
N. femorocutáneo
S3 lateral

N. femoral

N. obturador

M. piriforme

N. ciático

FIGURA 12-3
Anatomía del nervio ciático:
visión lateral.
Bloqueo ciático 109

Trocánter
mayor
M. piriforme

N. ciático
Espina
ilíaca
posterosuperior

Tuberosidad
isquiática

FIGURA 12-4
Bloqueo del nervio ciático:
técnica clásica
y posicionamiento.
110 Atlas de anestesia regional

Espina
ilíaca
posterosuperior

5 cm

Hiato
sacro

Trocánter
mayor

Tuberosidad N. ciático
isquiática
FIGURA 12-5
Bloqueo del nervio ciático:
técnica de las marcas
superficiales.

se provoca una parestesia o hasta que se contacta con sión de la extremidad inferior, la posición clásica
el hueso. Si se encuentra el hueso antes de provocar puede ser difícil de aplicar. El bloqueo también pue-
una parestesia, se redirige la aguja a lo largo de la lí- de ser de larga duración y debe advertirse preopera-
nea que une el hiato sacro y el trocánter mayor has- toriamente a los pacientes de esta posibilidad para
ta que se provoca una parestesia o una respuesta mo- evitar preocupaciones postoperatorias. Aunque no
tora. Durante esta redirección de la aguja, ésta no se dispone de evidencias, algunos autores creen que
deberá insertarse más de 2 cm después de la pro- tras este bloqueo las disestesias son más frecuentes
fundidad en la que se contactó con el hueso origi- que tras otros bloqueos periféricos.
nalmente, ya que en ese caso la punta de la aguja se
situará anterior a la localización del nervio ciático.
Consejos prácticos
Una vez provocada la parestesia o la respuesta mo-
tora, se inyectan de 20 a 25 ml de anestésico local. Las claves para que este bloqueo sea efectivo estri-
ban en una adecuada colocación del paciente y la re-
Problemas potenciales. En pacientes en los que dirección sistemática de la aguja hasta provocar la
se está practicando un bloqueo ciático para una le- parestesia.
Bloqueo ciático 111

ABORDAJE ANTERIOR: BLOQUEO se muestra en la figura 12-6. En el punto en que la


CIÁTICO línea perpendicular cruza la línea más caudal, se in-
serta una aguja de 12 cm y 22 G hasta que contacta
Posición. El bloqueo anterior del nervio ciático con el fémur en su borde medial. Una vez ha con-
puede ejecutarse con el paciente en decúbito supino tactado ésta con el fémur, se redirige en sentido me-
con la pierna en posición neutral. El anestesiólogo dial para sobrepasar la superficie medial del fémur.
se situará al lado del paciente, de manera similar a Aproximadamente a 5 cm de la profundidad nece-
la colocación durante el bloqueo del nervio femoral. saria para contactar con el fémur, se provocará una
parestesia o una respuesta motora para garantizar el
Punción con aguja. Con el paciente en decúbi- éxito del bloqueo (fig. 12-7).
to supino, se trazará una línea desde la espina ilíaca Tras la obtención de una parestesia o de una res-
anterosuperior hasta el tubérculo púbico. Se trazará puesta motora, deberán inyectarse entre 20 y 25 ml
otra línea paralela a ésta desde el punto medio del de anestésico local.
trocánter mayor inferomedialmente, como se ilustra
en la figura 12-6. La primera línea está trisecciona- Problemas potenciales. Con el abordaje ante-
da, se traza una línea perpendicular caudolateral rior se considerarán los mismos problemas que con
desde la unión de los tercios medial y medio, como el abordaje clásico.

L4

L5

S1

S2
Espina
ilíaca
1|3
anterosuperior
S3

Trocánter
mayor
1|3
Tubérculo
púbico

PUNTO DE INSERCIÓN DE LA AGUJA

N. ciático

FIGURA 12-6
Bloqueo del nervio ciático:
técnica anterior.
112 Atlas de anestesia regional

ANTERIOR

Vasos
femorales

Fémur
LATERAL

M. cuadrado
femoral Tuberosidad
isquiática

M. glúteo
mayor

FIGURA 12-7 N. ciático


Imagen por resonancia
magnética (transversal)
a la altura del nervio ciático
anterior. POSTERIOR

Consejos prácticos de éxito con este bloqueo consiste en asegurarse de


que la extremidad inferior que se bloqueará se man-
Aunque el autor obtiene anestesia empleando el tiene en posición neutra y que se impida que adop-
abordaje anterior con una frecuencia ligeramente in- te una posición en rotación medial o lateral.
ferior que con el uso del abordaje clásico, éste tiene Este bloqueo puede ser de gran utilidad en aque-
la ventaja de basarse en un concepto simple. Quizá llos pacientes colocados en decúbito supino y que
esta diferencia se atenúe con la experiencia. Una ob- no pueden situarse como en el abordaje clásico de-
servación que puede contribuir a un mayor índice bido a su incomodidad.
13
Bloqueo femoral
Bloqueo femoral 115

PERSPECTIVA como se ilustra en la figura 13-3. Se palpa la arteria


femoral en esta línea y se inserta una aguja de 4 cm
El bloqueo femoral es útil para procedimientos y 22 G, como se ilustra en la figura 13-4. La inser-
quirúrgicos tanto superficiales como profundos en la ción inicial debería tocar la arteria femoral de mane-
cara anterior del muslo. Se combina principalmente ra perpendicular, como se muestra en la figura 13-5
con otros bloqueos periféricos para la anestesia en (posición 1); se crea una «pared» de anestésico lo-
intervenciones de la extremidad inferior y del pie. cal redirigiendo la aguja en abanico en etapas pro-
Esta técnica se emplea en la fractura femoral o para gresivas hasta la posición 2. Se inyectan unos 20 ml
analgesia continua con catéter tras la cirugía de ro- de anestésico local de manera gradual. También pue-
dilla o de fémur. de ser útil desplazar lateralmente 1 cm el punto de
entrada de la aguja, dirigir la punta de la aguja para
Selección de pacientes.••Se realiza con el sujeto colocarla inmediatamente posterior a la arteria fe-
en decúbito supino; prácticamente todos los pacien- moral e inyectar en ese momento de 2 a 5 ml adi-
tes sometidos a un procedimiento quirúrgico de la cionales de anestésico local. Esto permite bloquear
extremidad inferior son candidatos a este bloqueo. las fibras que puedan encontrarse en una relación
La búsqueda de parestesias no es necesaria, de modo más posterior a la arteria femoral. Con este bloqueo
que incluso los pacientes anestesiados son candida- la provocación de parestesias es variable; sin embar-
tos al bloqueo femoral. go, a pesar de inducir parestesia, se continuará prac-
ticando la inyección medial a lateral ya que con fre-
Selección de fármacos. Como en todos los blo- cuencia el nervio se divide en ramas en la región
queos de la extremidad inferior, cabrá decidir la ex- cefálica al ligamento inguinal.
tensión de los bloqueos sensitivo y motor deseados. Si se usa una técnica continua con catéter, en
Si es necesario el bloqueo motor, se requieren con- adultos pueden utilizarse los equipos con catéter es-
centraciones superiores de anestésicos locales. Al timulador o las agujas epidurales tradicionales con
igual que en el bloqueo ciático, habrá que tener cui- catéteres adecuados (fig. 13-6). En esta última si-
dado en la dosis de anestésico local necesario para tuación, la aguja epidural se coloca con la ayuda de
no alcanzar rangos de toxicidad si se combinan los un electroneuroestimulador o mediante el método
bloqueos femoral, ciático, femorocutáneo lateral y de parestesia. Tras su colocación, se inyectan a través
obturador. Aproximadamente 20 ml de anestésico de ella 20 ml de solución salina fisiológica libre de
local serían adecuados para producir un bloqueo fe- conservantes y a continuación se inserta un catéter
moral. En las técnicas continuas con catéter emplea- de tamaño adecuado, introducido aproximadamen-
das para analgesia postoperatoria, puede utilizarse te 10 cm tras sobrepasar la punta de la aguja. Una
bupivacaína al 0,25% o ropivacaína al 0,2% e inclu- vez se ha asegurado el catéter con un apósito oclu-
so pueden ser útiles concentraciones inferiores de sivo plástico, se practica la primera inyección en
estos fármacos. Con esta técnica, el ritmo de infu- bolo del fármaco y se inicia la infusión.
sión habitualmente empleado es de 8 a 10 ml/h.
Problemas potenciales. El bloqueo unilateral
de la extremidad inferior está indicado en pacientes
LOCALIZACIÓN con vasculopatía periférica; por tanto, son candida-
tos adecuados para este bloqueo los pacientes con
Anatomía. El nervio femoral discurre a través arterias femorales protésicas. Si se ha elegido este
de la pelvis en el surco entre los músculos psoas e bloqueo regional en un paciente que ha sido some-
ilíaco, como se ilustra en la figura 13-1. Emerge bajo tido recientemente a la implantación de un arteria
el ligamento inguinal, posterolateral a los vasos fe- femoral protésica, cabrá evitar por todos los medios
morales, como se ilustra en la figura 13-2. Con fre- su punción.
cuencia se divide en sus ramas a la altura del liga-
mento inguinal o justo por encima.
CONSEJOS PRÁCTICOS
Posición. El paciente se coloca en decúbito su-
pino y el anestesiólogo se situará al lado del pacien- Puesto que el bloqueo femoral realmente es un blo-
te para facilitar la palpación de la arteria femoral. queo de campo, debe permitirse un «tiempo de im-
pregnación» suficiente para producir una anestesia
Punción con aguja. Se traza una línea desde la satisfactoria. Cuando se combinan los bloqueos ciá-
espina ilíaca anterosuperior al tubérculo púbico, tico y femoral, con frecuencia es útil practicar pri-
116 Atlas de anestesia regional

T12

L1 M. cuadrado
lumbar
L2

N. femoral M. psoas
L3
Ligamento
inguinal M. ilíaco
L4

L5

FIGURA 13-1
Anatomía del nervio
femoral: visión anterior
oblicua.
Bloqueo femoral 117

L2

L3

N. femorocutáneo
lateral
L4

L5

N. femoral

Espina
ilíaca
anterosuperior A. y v. femorales

Tubérculo
púbico

FIGURA 13-2
Anatomía del nervio
femoral: en el ligamento
inguinal.
118 Atlas de anestesia regional

N. femoral

Tubérculo
Espina púbico
ilíaca
anterosuperior
V. femoral
A. femoral

FIGURA 13-3
Bloqueo del nervio femoral:
técnica de punción
con aguja.

L4

N. obturador

N. femoral
N. femorocutáneo
lateral

A. femoral Ligamento
inguinal
FIGURA 13-4
Bloqueo del nervio femoral:
técnica de punción
con aguja.
Bloqueo femoral 119

L2

L3

L4

L5

N. femoral
1
2

FIGURA 13-5
Bloqueo del nervio femoral:
técnica con inyección
de anestésico local.
120 Atlas de anestesia regional

Catéter cerca
del n. femoral

A. y v. ilíacas externas

Punto de entrada cutáneo

FIGURA 13-6
Bloqueo del nervio femoral:
técnica de catéter continuo.

mero el femoral antes del ciático, lo que permite un régimen analgésico postoperatorio. En la mayoría de
tiempo de impregnación añadido. A un número cada los casos, se realiza como técnica de inyección úni-
vez mayor de pacientes sometidos a cirugía de la ro- ca, aunque algunos anestesiólogos utilizan el méto-
dilla se le ofrece el bloqueo femoral como parte del do del catéter continuo para anestesia.
14
Bloqueo
femorocutáneo
lateral
Bloqueo femorocutáneo lateral 123

PERSPECTIVA La rama anterior inerva la piel de la región antero-


lateral del muslo, mientras la rama posterior inerva
Si queremos evitar las molestias debidas al mangui- la piel que cubre la cara lateral de éste desde el
to de isquemia durante la cirugía de la extremidad trocánter mayor hasta su mitad superior.
inferior, podemos emplear la combinación del blo-
queo femorocutáneo lateral junto con otros nervios. Posición. El paciente está en decúbito supino
Este bloqueo también permite la práctica de proce- con el anestesiólogo al lado del paciente, de manera
dimientos superficiales en la región lateral del mus- similar a la posición empleada para el bloqueo del
lo, incluida la extracción de injertos cutáneos. En el nervio femoral.
ámbito del tratamiento del dolor, es útil para el
diagnóstico de la meralgia parestésica, una neuralgia Punción con aguja. Se marca la espina ilíaca an-
que afecta a este nervio. terosuperior con el paciente en decúbito supino y se
inserta una aguja de 4 cm y 22 G en un punto 2 cm
Selección de pacientes. Como en el nervio fe- medial y 2 cm caudal a la marca (v. fig. 14-2). Como
moral, el bloqueo del femorocutáneo lateral se prac- se muestra en la figura 14-3, la aguja avanza hasta
tica con el paciente en decúbito supino. que se siente un «pop» correpondiente a la resis-
tencia ejercida por la fascia lata. Seguidamente se in-
Selección de fármacos. Las mismas inquietudes yecta el anestésico local en abanico por encima y por
referentes a la elección de anestésicos locales que debajo de esta fascia, en dirección de medial a late-
se han descrito para los bloqueos ciático y femoral se ral, como se ilustra en la figura 14-3.
aplican al bloqueo del femorocutáneo lateral. Si
se pretenden bloquear varios nervios de la extre- Problemas potenciales. La naturaleza superfi-
midad inferior, es prudente tomar conciencia de la cial de este bloqueo permite evitar la mayoría de pro-
posibilidad de alcanzar dosis tóxicas. Como este blemas asociados a los bloqueos regionales.
nervio carece de componente motor, se emplean
concentraciones bajas de anestésico local y un volu-
men de 10 a 15 ml. CONSEJOS PRÁCTICOS

Para este bloqueo se utilizará un volumen adecuado


LOCALIZACIÓN de anestésico local (es decir, 10-15 ml). Puesto que
se trata de un nervio sensitivo, se emplean bajas con-
Anatomía. Como se muestra en la figura 14-1, centraciones de anestésicos locales (es decir, mepi-
el nervio femorocutáneo lateral emerge a lo largo del vacaína y lidocaína al 0,5-0,75%, bupivacaína al
borde lateral del músculo psoas inmediatamente 0,25% o ropivacaína al 0,2%). En el bloqueo de «tres
caudal al nervio ilioinguinal. Discurre profundo res- o cuatro nervios» de la extremidad inferior, si em-
pecto a la fascia ilíaca y anterior al músculo ilíaco pleamos concentraciones bajas de anestésico local
emergiendo de la fascia inmediatamente caudal y para este nervio podemos mantener volúmenes y
medial a la espina ilíaca anterosuperior, como se concentraciones adecuados para los nervios ciático
muestra en la figura 14-2. Tras pasar debajo del liga- y femoral. En la extracción de piel para injerto cutá-
mento inguinal, cruza a través del origen del múscu- neo es útil, tras practicar el bloqueo, esperar hasta
lo sartorio y discurre por debajo de la fascia lata, di- que aparezcan cambios sensitivos y seguidamente
vidiéndose en las ramas anterior y posterior a una delinear en el paciente la inervación periférica del
distancia variable por debajo del ligamento inguinal. nervio femorocutáneo lateral.
124 Atlas de anestesia regional

N. genitofemoral
N. iliohipogástrico
N. ilioinguinal L2
M. cuadrado
lumbar
L3
M. psoas

L4 M. ilíaco

L5
N. femoro-
cutáneo
lateral

Espina
ilíaca
antero-
superior

FIGURA 14-1
Nervio femorocutáneo
lateral: anatomía.
Bloqueo femorocutáneo lateral 125

Espina
ilíaca antero- L3 N. femoro-
superior cutáneo
lateral

L4

Espina
ilíaca
N. femorocutáneo 2 cm anterosuperior
lateral L5
2 cm

FIGURA 14-2
Bloqueo del nervio
femorocutáneo lateral:
técnica.

M. glúteo
mayor

Mm. glúteos
medio
y menor

Íleon

M. iliopsoas

Fascia lata

FIGURA 14-3
Bloqueo del nervio
femorocutáneo lateral:
técnica transversal para
la inyección de anestésico
1 2 local.
15
Bloqueo
del obturador
Bloqueo del obturador 129

PERSPECTIVA culación de la rodilla. En el 10% de los pacientes


puede observarse un nervio obturador accesorio.
Se combina en la mayoría de casos con los bloqueos
ciático, femoral y femorocutáneo lateral para permi- Posición.••El paciente está en decúbito supino,
tir procedimientos quirúrgicos sobre las extremida- con las piernas en ligera abducción. Se protegerán
des inferiores. Este bloqueo se aplica en pacientes los genitales de las soluciones antisépticas.
con dolor de cadera y es esencial en intervenciones
de rodilla. Puede emplearse de forma diagnóstica, Punción con aguja. Se localizará el tubérculo
puesto que el bloqueo del nervio obturador puede púbico y se marcará una X 1,5 cm caudal y 1,5 cm
conferir un considerable alivio si la rama articular lateral a éste (fig. 15-2). La aguja se inserta en este
del obturador que inerva la cadera participa en la punto y a una profundidad aproximada de 1,5 a
transmisión del dolor. Además, puede ser útil en 4 cm, contactando con la rama horizontal del pubis.
la evaluación de síndromes de espasticidad o de do- A continuación se retira la aguja, se redirige lateral-
lor crónico de la extremidad inferior. mente en un plano horizontal y se introduce de 2 a
3 cm más profunda que en la aproximación inicial
Selección de pacientes. Como sucede con los con el hueso. La punta de la aguja se encuentra aho-
bloqueos del nervio femoral y del femorocutáneo la- ra en el interior del canal obturador (fig. 15-3). En
teral, la provocación de parestesias no es esencial esta posición, se inyectan de 10 a 15 ml de solución
para la ejecución de este bloqueo. Prácticamente de anestésico local mientras la aguja avanza y se re-
cualquier paciente que pueda estar colocado en tira ligeramente para garantizar la formación de una
decúbito supino puede ser candidato al bloqueo del pared de anestésico local en el canal.
obturador.
Problemas potenciales. El canal del obturador
Selección de fármacos. El bloqueo motor fre- es una localización vascular; por tanto, existe la po-
cuentemente no es necesario; por tanto, para reali- sibilidad de inyección intravascular o de formación
zar esta técnica son adecuadas concentraciones ba- de hematoma, aunque a un nivel teórico más que clí-
jas de anestésicos locales (es decir, lidocaína al nico.
0,75-1,0%, mepivacaína al 0,75-1,0% y bupivacaína
al 0,25% o ropivacaína al 0,2%).
CONSEJOS PRÁCTICOS
LOCALIZACIÓN El índice de éxito de este bloqueo, incluso en ma-
nos expertas, es variable. Según la experiencia del
Anatomía. El nervio obturador emerge del bor- autor, para este bloqueo es necesario confiar más en
de medial del músculo psoas en el techo pélvico y el volumen que en la «puntería» respecto a la pre-
discurre a través de la cara lateral de la pelvis, pos- cisión de la posición de la aguja. Por fortuna, para
terior a los vasos ilíacos y al uréter, y anterior al la mayoría de los procedimientos quirúrgicos, usar
músculo obturador interno. Penetra desde una di- un bloqueo del obturador junto con los demás blo-
rección cefálica en el canal obturador, situándose an- queos nerviosos periféricos de la extremidad inferior
terior a los vasos obturadores, que son ramas de los no siempre es un requisito absoluto. Si este bloqueo
vasos ilíacos internos. En el canal obturador, el nervio se emplea para el diagnóstico en pacientes con do-
obturador se divide en dos ramas, anterior y poste- lor crónico, es útil usar electroneuroestimulación
rior (fig. 15-1). La rama anterior inerva los múscu- para orientar la colocación de la aguja. Esta medida
los aductores ventrales y envía otra para la articula- permite aliviar el dolor con un pequeño volumen de
ción de la cadera y un área cutánea en la cara medial anestésico local, mientras que las inyecciones de
del muslo. La rama posterior inerva los músculos grandes volúmenes (aproximadamente 15 ml) se ad-
aductores profundos y envía otra rama para la arti- ministran para los procedimientos quirúrgicos.
130 Atlas de anestesia regional

L2
M. psoas

L3
N. obturador M. ilíaco
L4

L5

Tubérculo
púbico

Agujero
obturador

FIGURA 15-1
Nervio obturador: anatomía.
Bloqueo del obturador 131

N. obturador

Tubérculo
púbico
Agujero
obturador

FIGURA 15-2
Anatomía del nervio
obturador: visión oblicua.
132 Atlas de anestesia regional

N. obturador

Tubérculo
púbico

Redirigida

Inicial

FIGURA 15-3
Bloqueo del nervio
obturador: técnica.
16
Bloqueos poplíteo
y safeno
Bloqueos poplíteo y safeno 135

PERSPECTIVA de anestésico local. Son efectivas lidocaína al 1%,


mepivacaína al 1%, bupivacaína al 0,2-0,5% y ropi-
Los nervios de la fosa poplítea (es decir, los nervios vacaína al 0,2-0,5%.
tibial y peroneo) son divisiones del nervio ciático. El
bloqueo poplíteo se utiliza fundamentalmente en la
LOCALIZACIÓN
cirugía del pie y del tobillo. Si a esta técnica asocia-
mos el bloqueo del nervio safeno interno mejoramos Anatomía. Como se ilustra en la figura 16-1, la
la analgesia de la región medial de la pantorrilla y el región cefálica de la fosa poplítea está definida por
tobillo, y aumentamos la comodidad respecto a la los músculos semimembranoso y semitendinoso me-
presión de los torniquetes de isquemia. dialmente, y el músculo bíceps femoral lateralmen-
te. La región caudal está definida por los músculos
Selección de pacientes. En la forma clásica de gastrocnemios tanto medial como lateralmente. Si se
este bloqueo, el paciente debe ser capaz de adoptar bisecciona esta zona cuadrangular, como se muestra
la posición de decúbito prono. Aunque la provoca- en la figura 16-1, el área de interés para el aneste-
ción de una parestesia o una respuesta motora es de- siólogo es el cuadrante cefalolateral. Aquí es posible
seable pero no es esencial, la efectividad del bloqueo el bloqueo del nervio tibial y del peroneo común. El
disminuye si no incluimos estos criterios. nervio tibial es el mayor de los dos nervios; se se-
para del peroneo común en el límite superior de la
Selección de fármacos. Es un bloqueo esen- fosa poplítea, aunque en ocasiones se sitúa más arri-
cialmente sensitivo ya que no se precisa bloqueo mo- ba. El nervio tibial continúa la trayectoria recta del
tor; por tanto, son adecuadas bajas concentraciones nervio ciático y discurre en sentido longitudinal a

PROXIMAL

N. tibial N. peroneo
común

MEDIAL LATERAL

1 cm

M. bíceps
femoral
M. semimembranoso

5 cm Cuadrante
M. semitendinoso
cefalolateral

M. gastrocnemio FIGURA 16-1


Fosa poplítea: anatomía
superficial y técnica
DISTAL del bloqueo poplíteo.
136 Atlas de anestesia regional

través de la fosa poplítea inmediatamente por deba- gulos, como se muestra en la figura 16-1. A través
jo de la fascia del mismo nombre. En dirección cau- de este punto, se avanza una aguja de 4 a 6 cm, de 22
dal, pasa entre las cabezas de los músculos gastroc- G con un ángulo de entre 45 y 60º respecto a la piel
nemios. El nervio peroneo común sigue el tendón mientras ésta se dirige en dirección anterocefálica
del músculo bíceps femoral a lo largo del margen la- (fig. 16-3). Se busca la parestesia o la respuesta mo-
teral y cefálico de la fosa poplítea, como se ilustra tora; cuando se obtiene, se inyectan de 30 a 40 ml
en la figura 16-2. Después de que el nervio peroneo de anestésico local.
común abandona la fosa poplítea, discurre alrededor Cuando se añade un bloqueo safeno para la ci-
de la cabeza del peroné y se divide en los nervios pe- rugía del pie y del tobillo, la rodilla del paciente se
roneo superficial y profundo. flexiona en un ángulo de unos 45º y se expone la
cara medial de la pierna. Para el bloqueo safeno se
Posición.••El paciente se coloca en decúbito pro- aplican dos técnicas principales. Puede inyectarse
no y el anestesiólogo se sitúa al lado del paciente un anillo superficial con 5 a 10 ml de anestésico lo-
para permitir la palpación de los límites de la fosa cal inmediatamente distal a la superficie media del
poplítea. cóndilo tibial. Asimismo, también es posible una téc-
nica más proximal (a la altura de un plano trans-
Punción con aguja. Con el paciente en decúbi- versal al borde superior de la rótula) (fig. 16-4). En
to supino, se le solicita que flexione la pierna a la al- este caso, se inserta una aguja de 3 a 4 cm, de 22 a
tura de la rodilla, lo que permite la identificación 25 G profunda al músculo sartorio en el plano entre
precisa de la fosa poplítea. Una vez definida, se di- éste y el vasto medial e inyectándose 10 ml de
vide en dos triángulos iguales, medial y lateral, como anestésico local.
se muestra en la figura 16-1. Se traza una X de 5 a
7 cm por encima del pliegue cutáneo de la fosa Problemas potenciales. Aunque las estructuras
poplítea y 1 cm lateral a la línea media de los trián- vasculares también ocupan la fosa poplítea, la in-

PROXIMAL

MEDIAL LATERAL

N. tibial

N. interóseo de la pierna

N. sural

N. peroneo común

R. profunda
R. superficial

FIGURA 16-2
Fosa poplítea: anatomía
neural. DISTAL
Bloqueos poplíteo y safeno 137

45° 60°

FIGURA 16-3
Fosa poplítea: técnica
del bloqueo poplíteo.

M. vasto medial
M. grácil
Tendón del semitendinoso
SECCIÓN TRANSVERSAL Anterior
N. safeno
R. safena de la arteria
genicular descendente
M. vasto medial
Tendón del semimembranoso Gancho N. safeno
M. sartorio (seccionado)
Lig. colateral tibial
Retináculo medial
de la rótula
R. infrarrotuliana
del n. safeno
Lig. rotuliano

M. sartorio
Tuberosidad tibial

VISIÓN MEDIAL Medial

FIGURA 16-4
Bloqueo del nervio safeno:
anatomía y técnica
proximal.

yección intravascular es infrecuente si se toman las blicado estudios muy favorables. Como sucede con
precauciones habituales. Es posible la formación de muchos otros bloqueos de nervio periférico de la
hematoma. extremidad inferior, el volumen del anestésico lo-
cal parece ser la clave para incrementar su efecti-
vidad.
CONSEJOS PRÁCTICOS El error más frecuente con este procedimiento es
la colocación de la aguja demasiado medial; si no ob-
El bloqueo del nervio poplíteo suscita interés en tenemos respuesta motora o parestesia, lo único que
un creciente número de centros. Algunos centros se necesita es redirigirla a una posición más lateral.
con departamentos de cirugía del pie y del tobillo Finalmente, algunos grupos están promocionando
con una elevada carga de trabajo y en los que se un abordaje lateral del bloqueo poplíteo; el tiempo
ha incorporado esta técnica con eficacia han pu- dirá si mantener al paciente en decúbito supino para
138 Atlas de anestesia regional

realizar este abordaje puede acrecentar el interés de de modo habitual. Por tanto, cabe ser generoso, te-
los anestesiólogos por esta técnica. niendo en cuenta que para producir un bloqueo
El bloqueo del nervio safeno parece requerir ma- poplíteo fiable se requieren de 30 a 40 ml de anesté-
yor volumen de anestésico local del que se emplea sico local.
17
Bloqueo del tobillo
Bloqueo del tobillo 141

PERSPECTIVA sición de decúbito supino para que pueda efectuar-


se el resto del bloqueo. El decúbito supino con la
Se emplea para procedimientos quirúrgicos del pie, pantorrilla colocada sobre un soporte almohadillado
en especial, los que no precisan compresión con tor- facilita la realización de la técnica y una adecuada
niquete en la pantorrilla. sedación intravenosa.

Selección de pacientes. Es principalmente un Nervio tibial posterior. Con el paciente en


bloqueo por infiltración y no requiere la provocación decúbito prono, se apoyará el tobillo que se va a blo-
de parestesia. La colaboración del paciente no es quear sobre una almohada. Se introduce una aguja
obligatoria, aunque el bloqueo se realiza con mayor de 4 cm y de 22 G posterior al borde cefálico del
facilidad si éste puede adoptar la posición de decú- maléolo medial, inmediatamente medial al tendón
bito supino y prono. de Aquiles (v. fig. 17-2). La aguja se inserta cerca de
la arteria tibial posterior y cuando se obtiene una pa-
Selección de fármacos. No suele ser necesario restesia, se inyectan 3 a 5 ml de anestésico local. Si
bloqueo motor, por lo que pueden emplearse con- no se obtiene parestesia, se permite que la aguja con-
centraciones inferiores de anestésicos locales como tacte con el maléolo medial y se depositan de 5 a
lidocaína al 1%, mepivacaína al 1%, bupivacaína al 7 ml de anestésico local cerca de la arteria tibial pos-
0,25-0,5% y ropivacaína al 0,2-0,5%. Muchos anes- terior.
tesiólogos consideran que no debe emplearse adre-
nalina durante el bloqueo del tobillo, especialmente Nervio sural. El nervio sural se bloquea con el
si la inyección es circunferencial. paciente colocado en la misma posición descrita
previamente. Como se ilustra en la figura 17-2, el
bloqueo se efectúa insertando una aguja de 4 cm y
LOCALIZACIÓN 22 G en posición anterolateral al tendón de Aqui-
les en el borde cefálico del maléolo externo. Si no
Anatomía se obtiene una parestesia, se permite que la agu-
Los nervios periféricos implicados en este bloqueo ja contacte con el maléolo externo y se inyectan de
proceden del nervio ciático, a excepción de una 5 a 7 ml de anestésico local a medida que se retira
rama terminal del nervio femoral, el safeno. El ner- la aguja.
vio safeno es la única rama del nervio femoral por
debajo de la rodilla; discurre superficial y anterior al Nervios peroneo profundo, peroneo superficial
maléolo medial, y recoge la sensibilidad cutánea co- y safeno. Con el paciente en decúbito supino, la
rrespondiente a la región medial del tobillo y del pie. pulsación de la arteria tibial anterior se localiza a
Los restantes nervios que requieren bloqueo en el to- nivel cefálico respecto a los maléolos. Se efectúa la
billo son las ramas terminales del nervio ciático (es punción con una aguja de 4 cm y 22 G en dirección
decir, los nervios peroneo común y tibial). El nervio posterolateral a este punto (v. fig. 17-2). Una alter-
tibial se divide en los nervios tibial posterior y su- nativa consiste en insertar la aguja entre los tendo-
ral, encargados de la inervación cutánea, como se nes de los músculos tibial anterior y extensor largo
muestra en la figura 17-1. El nervio peroneo común del primer dedo. Se inyectan aproximadamente 5 ml
se divide en sus ramas terminales, los nervios pero- de anestésico local en este área. A partir de este
neo superficial y peroneo profundo que se originan habón cutáneo en la línea media, se avanza con una
en la porción proximal de la pantorrilla. La inerva- aguja de 8 cm y 22 G a nivel subcutáneo y en di-
ción cutánea también se ilustra en la figura 17-1. La rección lateromedial hasta los maléolos, inyectán-
figura 17-2 representa una visión transversal del to- dose de 3 a 5 ml de anestésico local en cada plano.
billo donde se identifica el punto en que se locali- Esta técnica con abordaje lateral y medial bloquea
zan estos nervios. los nervios peroneo superficial y safeno, respectiva-
mente.
Punción con aguja
Problemas potenciales
Es útil (aunque no imprescindible) colocar al pa-
ciente en decúbito prono para facilitar el bloqueo de Debido a que este bloqueo puede ser doloroso y a
los nervios tibial posterior y sural. Una vez localiza- que no es esencial que el paciente esté alerta, la téc-
dos estos dos nervios, el paciente debe adoptar la po- nica se realizará bajo una sedación adecuada.
142 Atlas de anestesia regional

FIGURA 17-1 N. safeno N. sural


Bloqueo del tobillo:
inervación periférica.
N. safeno

N. calcáneo
(TP)

MEDIAL LATERAL

N. peroneo
superficial

N. safeno
N. sural
N. plantar
(TP)

N. plantar
N. peroneo
(TP)
superficial

N. calcáneo
(TP)
⫽ n. femoral N. peroneo
⫽ n. ciático profundo
(TP) ⫽ rama del n. tibial posterior

CONSEJOS PRÁCTICOS se requiere un torniquete con altas presiones para


practicar el procedimiento quirúrgico. En las inyec-
Tal y como se ha mencionado, los pacientes deberán ciones circunferenciales del tobillo también se evi-
estar sedados de manera adecuada ya que este pro- tarán las soluciones que contengan adrenalina.
cedimiento se basa fundamentalmente en un blo- Con bastante frecuencia, después de la cirugía
queo de «volumen». Aunque los abordajes medial y ambulatoria del pie, es posible que los pacientes
lateral en el bloqueo del tobillo parecen similares, puedan caminar con ayuda incluso después de ha-
existen diferencias. El nervio sural (maléolo exter- berse practicado un bloqueo del tobillo. En oca-
no) está en una posición más superficial relativa al siones esto es una ventaja, pues la estancia de estos
maléolo que el nervio tibial (maléolo interno). Por pacientes en el centro de cirugía ambulatoria gene-
tanto, el anestesiólogo debe asegurarse de que la ralmente no se prolonga de forma innecesaria y és-
porción sural del bloqueo se practica teniendo pre- tos además experimentan una analgesia postopera-
sente esta distinción. No se elegirá este bloqueo si toria efectiva.
Bloqueo del tobillo 143

3
2
Tendón del extensor
largo del primer dedo

N. peroneo profundo
Tendón del tibial
anterior
N. safeno

N. peroneo
superficial TIBIA

A. tibial posterior
N. tibial posterior PERONÉ

M. flexor del primer dedo

M. peroneo corto
N. sural

Tendón de Aquiles
(tendo calcaneus)

SECCIÓN
DEL TOBILLO
1
2
2
1

FIGURA 17-2
Bloqueo del tobillo:
anatomía transversal
y técnica.
18
Anatomía de
los bloqueos
de la cabeza
y el cuello
Anatomía de los bloqueos de la cabeza y el cuello 147

El empleo de la anestesia regional para la cirugía de anestesiólogo, ya que en algunas circunstancias el


la cabeza y el cuello declinó rápidamente tras la dis- tratamiento yel bloqueo adecuados de las vías respi-
ponibilidad y aceptación de la anestesia general y la ratorias puede salvar vidas.
intubación traqueal. A pesar del declive del empleo El nervio trigémino confiere la inervación sensi-
de la anestesia regional para este tipo de cirugía, en tiva de la cara mediante tres ramas (oftálmica, maxi-
pocas regiones del organismo dosis tan pequeñas de lar y mandibular), como se ilustra en la figura 18-1.
anestésico local confieren bloqueos regionales tan La sensibilidad cutánea de la región posterior de la
efectivos. No obstante, en ninguna otra región del cabeza y el cuello procede de los nervios cervicales.
organismo dosis tan pequeñas de anestésico local El ramo dorsal del segundo nervio cervical termina
provocan con tanta facilidad toxicidad sistémica. Sin en el nervio occipital mayor, que recoge la inerva-
embargo, los bloqueos de cabeza y cuello todavía ción cutánea de la mayor parte del cuero cabelludo
son útiles en ciertas circunstancias. Muchas de ellas posterior (v. fig. 18-1). El nervio occipital mayor es
implican el diagnóstico o tratamiento de síndromes continuación de la rama medial del ramo dorsal del
dolorosos. Asimismo, muchos procedimientos de ci- segundo nervio cervical y asciende desde las vérte-
rugía plástica sobre estructuras superficiales pueden bras cervicales a los músculos del cuello en com-
efectuarse fácilmente con un bloqueo efectivo. El co- pañía de la arteria occipital. El nervio occipital ma-
nocimiento acerca de la anatomía e inervación de las yor discurre junto a la arteria occipital y se hace
vías respiratorias es un aspecto fundamental para el subcutáneo en su trayecto inmediatamente lateral al

FIGURA 18-1
Anatomía de la cabeza
y el cuello: inervación.

V1

N. supraorbital
C2
C3 N. supratroclear V2

C4
V3
C5
N. occipital N. infraorbital
menor C2

C3
N. occipital
mayor C4

N. mentoniano
V1 N. III

R. dorsal
N. IV N. auricular mayor
V2

C2 N. V N. cervical
V3 transverso
Ramos C3
primarios N. VI N. supraclavicular(es)
Ramos
posteriores C4 primarios
anteriores N. VII
Ramos
primarios
posteriores
148 Atlas de anestesia regional

inión*, situado ligeramente inferior a la línea nucal únicas fibras motoras son las ramas que inervan los
superior (fig. 18-2). Los ramos ventrales de los ner- músculos de la masticación a través del nervio man-
vios cervicales II, III y IV proporcionan la mayor par- dibular.
te de la inervación cutánea de las regiones anterior El nervio trigémino se organiza en el interior del
y lateral del cuello; el nervio cervical II inerva el cue- cráneo en el seno del ganglio de Gasser, trigeminal
ro cabelludo mediante los nervios occipital menor y o semilunar. Desde este ganglio, el nervio oftálmi-
auricular posterior (v. fig. 18-1). El plexo cervical co sale del cráneo a través de la hendidura orbital
superficial se forma a medida que los nervios cervi- superior; el nervio maxilar, a través del agujero re-
cales II, III y IV abandonan las apófisis transversas dondo y el nervio mandibular, a través del agujero
vertebrales. Siguen un trayecto en el que se con- oval (fig. 18-3). Tras dejar estos agujeros, los ner-
vierten en subcutáneos en el punto medio del bor- vios maxilar y mandibular siguen trayectos que les
de posterior del músculo esternocleidomastoideo (v. sitúan en la inmediata proximidad de la placa pte-
fig. 18-2). En este punto, el plexo cervical superfi- rigoidea. Ésta es un punto anatómico de referencia
cial puede bloquearse con facilidad tras infiltración. importante para el bloqueo maxilar o mandibular
El nervio trigémino es un nervio mixto, motor y (fig. 18-4). Las ramas terminales del nervio trigé-
sensitivo, aunque en su mayor parte es sensitivo. Las mino finalizan en los nervios supraorbitario, infra-
orbitario y mentoniano. Estos nervios salen a través
*•N. del R. Inión: punto craneométrico más prominente en el de forámenes óseos situados en una línea imagina-
dorso de la cabeza situado en la protuberancia occipital y que for- ria perpendicular a la pupila, como se ilustra en la
ma una membrana ósea. figura 18-5.

FIGURA 18-2
Anatomía de la cabeza y el
cuello: nervios periféricos.

N. supraorbital

N. supratroclear

N. supratroclear
N. infraorbital
N. supraorbital

N. auricular
mayor

A. occipital

N. occipital
mayor
N. mentoniano

N. occipital
menor
M. esternocleidomastoideo

N. auricular mayor N. occipital


menor
N. supraclavicular(es)
N. occipital
mayor
Anatomía de los bloqueos de la cabeza y el cuello 149

4 3

Hendidura orbital
superior - 1 (n. oftálmico)

Agujero redondo - 2
(n. maxilar)

Agujero Agujero oval - 3


magno (n. mandibular)

Agujero rasgado - 4

FIGURA 18-3
Anatomía intracraneal:
nervio trigémino y ramas.
150 Atlas de anestesia regional

A B C

SECCIONES

A B C

Ganglio de Gasser
N. maxilar
N. maxilar
N. mandibular Placa pterigoidea
lateral N. mandibular N. mandibular
FIGURA 18-4 en su salida
Anatomía coronal: por el agujero oval Mandíbula Mandíbula
relaciones peripterigoideas
de los nervios maxilar
y mandibular.
Anatomía de los bloqueos de la cabeza y el cuello 151

N. supraorbital N. supratroclear

N. infraorbitario

N. mentoniano

N. occipital
menor

N. auricular
mayor

N. cervical
transverso

R. lateral

R. medial

R. intermedia
FIGURA 18-5
N. supraclavicular
Anatomía de la cabeza
y del cuello: relaciones
neurales superficiales.
19
Bloqueo occipital
Bloqueo occipital 155

PERSPECTIVA LOCALIZACIÓN

El bloqueo del nervio occipital se realiza principal- Anatomía. El nervio occipital mayor surge de
mente para el diagnóstico y tratamiento de la neu- los ramos dorsales del segundo nervio cervical. Dis-
ralgia occipital. También es útil para la anestesia del curre en profundidad a la musculatura cervical has-
cuero cabelludo cuando se combina con otros blo- ta hacerse subcutáneo a una altura ligeramente cau-
queos de la cabeza y el cuello si la infiltración aisla- dal a la línea nucal superior. Emerge en esta línea,
da es insuficiente. que es el punto anatómico de referencia más útil
para localizar el nervio occipital mayor, asociado a
Selección de pacientes. La mayoría de pacien- la arteria occipital (fig. 19-1).
tes sometidos a bloqueo del nervio occipital experi-
menta síntomas compatibles con neuralgia occipital. Posición. La posición del paciente más efecti-
Con frecuencia han llegado al final de un largo y va para el bloqueo occipital mayor es la sedesta-
frustrante programa médico y, por tanto, probable- ción, con el mentón flexionado sobre el tórax. Se
mente requieran una explicación detallada de lo que inserta una aguja corta de 25 G a través de la piel
pueden experimentar durante el bloqueo. a la altura de la línea nucal superior para producir
una «pared» de anestésico local alrededor de la ar-
Selección de fármacos. El bloqueo requiere teria occipital posterior. La arteria se encuentra
sólo 3 a 5 ml de anestésico local, de modo que pue- aproximadamente a un tercio de la distancia entre
de emplearse prácticamente cualquiera. la protuberancia occipital externa y la apófisis mas-

PROTUBERANCIA
OCCIPITAL EXTERNA

N. occipital
mayor

N. occipital
menor
Detección digital de la
a. occipital, medial al nervio

N. auricular mayor
R. posterior

LÍNEA NUCAL
SUPERIOR

FIGURA 19-1
Bloqueo del nervio
occipital: anatomía
y técnica.
156 Atlas de anestesia regional

toides en la línea nucal superior. La inyección de 3 a gan al anestesiólogo después de un arduo y largo ca-
5 ml de anestésico local en esta área produce una mino de tratamientos alternativos para el dolor; por
anestesia satisfactoria. tanto, es tan importante para el anestesiólogo tratar
las implicaciones psicosociales como explicar lo que
Problemas potenciales. La naturaleza superfi- esta técnica ofrece.
cial de este bloqueo debería causar complicaciones Cuando se ha previsto un bloqueo diagnóstico, es
infrecuentes. Se ha producido anestesia espinal total importante emplear dosis bajas de anestésico local
tras este bloqueo en pacientes sometidos previa- para evitar confundir la analgesia en este cuadro con
mente a cirugía craneal, por lo que habría que pre- la que se produciría en el síndrome miofascial. Igual-
guntar al paciente si ha sido intervenido de este tipo mente, si se produce alivio del dolor retroorbitario
de cirugía. o temporal ipsolateral no se descarta la posibilidad
de una neuralgia occipital, aunque este alivio se pro-
duzca fuera de la típica distribución sensitiva de este
CONSEJOS PRÁCTICOS nervio. Esto es debido a que en algunos casos exis-
ten conexiones interneuronales entre el tronco cere-
Para que el bloqueo occipital sea efectivo en el bral y la médula espinal y entre el núcleo del trigé-
diagnóstico y tratamiento del dolor, el anestesiólogo mino y el segundo nervio espinal cervical. Por tanto,
debe aclarar al paciente cuáles son las expectativas el dolor retroorbitario se mitiga con frecuencia con
antes de efectuarlo. Con frecuencia los pacientes lle- un bloqueo del nervio occipital mayor.
20
Bloqueo
del trigémino
Bloqueo del trigémino 159

BLOQUEO DEL GANGLIO Localización


TRIGÉMINO (DE GASSER) Anatomía. El ganglio trigémino se localiza in-
tracraneal y mide aproximadamente 1 × 2 cm. En su
Perspectiva localización intracraneal, se encuentra lateral a la ar-
Puede emplearse para procedimientos quirúrgicos teria carótida interna y al seno cavernoso y ligera-
de la cara, pero su aplicación principal es como blo- mente posterior al agujero oval, a través del cual su
queo diagnóstico previo a la neurólisis trigeminal en rama mandibular sale del cráneo (fig. 20-1). A par-
pacientes con neuralgias faciales. Incluso tras iden- tir del ganglio trigémino, el V par craneal se divide
tificar correctamente la causa del dolor facial como en sus tres principales divisiones: los nervios oftál-
trigeminal, en la actualidad, la neurólisis se efectúa mico, maxilar y mandibular. Estos confieren sensi-
con técnicas de termocoagulación más que con so- bilidad a la región del ojo y la frente, la mandíbula
luciones neurolíticas. superior (región media facial) y la mandíbula infe-
rior, respectivamente (v. fig. 20-1). La división man-
Selección de pacientes. Todos los pacientes so- dibular contiene fibras motoras para los músculos de
metidos a este bloqueo experimentan neuralgias fa- la masticación, pero estos nervios son en exclusiva
ciales. Sin embargo, los pacientes con enfermedades sensitivos. El ganglio trigémino está en parte conte-
cardiopulmonares subyacentes graves que requieren nido en el seno de un pliegue de la duramadre (ca-
algo más que una cirugía facial menor son candida- vidad de Meckel). Las figuras 20-2 y 20-3 muestran
tos a bloqueos del ganglio trigémino con anestesia que el agujero oval está aproximadamente en el pla-
local. no horizontal del zigoma y en el plano frontal a la
altura de la escotadura mandibular. El diámetro del
Selección de fármacos. El bloqueo puede efec- agujero oval es ligeramente inferior a 1 cm y está si-
tuarse con 1 a 3 ml y puede elegirse prácticamente tuado de inmediato dorsolateral a la apófisis pteri-
cualquier anestésico local. goidea.

V1
Ganglio del V par
craneal (trigémino) N. maxilar
V2
V3 Agujero
redondo
Agujero
oval

N. mandibular

Placa pterigoidea
FIGURA 20-1
Anatomía del ganglio del
V par craneal (trigémino):
inervación y relaciones
peripterigoideas.
160 Atlas de anestesia regional

PLANO DE LA
ESCOTADURA MANDIBULAR

PLANO DEL ZIGOMA

Agujero redondo

Placa pterigoidea lateral

Escotadura mandibular

M. pterigoideo lateral

Agujero oval

Ganglio trigémino

FIGURA 20-2
Anatomía transversal:
ganglio del V par craneal
(trigémino) y agujero oval.
Bloqueo del trigémino 161

M. temporal

Ganglio trigémino

CÓNDILO
MANDIBULAR Zigoma

M. pterigoideo
lateral

PARÓTIDA

FIGURA 20-3
Anatomía coronal: sección
que atraviesa el ganglio del
V par craneal (trigémino).

Posición.••Los pacientes se colocan en decúbito colocada con firmeza frente a esta región infratem-
supino y se les solicita que fijen la vista al frente, poral, se retira y redirige de modo progresivo hasta
como si miraran al horizonte. El anestesiólogo se si- que entra en el agujero oval a una profundidad apro-
tuará al lado del paciente, ligeramente por detrás y ximada de 6 a 7 cm o de 1 a 1,5 cm más respecto a
a la altura del hombro, de modo que, al mirar hacia la longitud de aguja necesaria para contactar con el
la cara del paciente, se observará la perspectiva pre- hueso al inicio.
sentada en la figura 20-4. Al entrar en el agujero, con frecuencia se produ-
ce una parestesia mandibular. Avanzando ligera-
Punción con aguja. Se practica un habón in- mente la aguja, también puede apreciarse parestesia
mediatamente medial al músculo masetero, que pue- en la distribución de los nervios oftálmico y maxi-
de localizarse pidiendo al paciente que apriete las lar. Estas parestesias adicionales deben generarse
mandíbulas (en la mayoría de casos, se encuentra a para verificar la posición preganglionar de la punta
3 cm en sentido lateral a la comisura bucal). Se in- de la aguja. Si la única parestesia que se obtiene está
serta una aguja de 10 cm y 22 G en este punto, como en la distribución mandibular, la punta de la aguja
se muestra en la posición 1 de la figura 20-5. El pla- quizá no haya entrado en el agujero oval, sino que
no de inserción estará en línea con la pupila, como puede estar caudal al agujero oval y adyacente al ner-
se ilustra en la figura 20-4, lo que permite que la vio mandibular.
punta de la aguja contacte con la superficie infra- Antes de la inyección del anestésico local, se as-
temporal del ala mayor del hueso esfenoides, inme- pirará cuidadosamente con la aguja para comprobar
diatamente anterior al agujero oval. Esto sucede a la ausencia de líquido cefalorraquídeo porque los
una profundidad de 4,5 a 6 cm. Una vez la aguja está dos tercios posteriores del ganglio están revestidos
162 Atlas de anestesia regional

N. oftálmico

N. maxilar

Ganglio
trigémino

N. mandibular
(a través del agujero oval)

FIGURA 20-4
Bloqueo del ganglio
trigémino: anatomía y plano
de inserción de la aguja.
Bloqueo del trigémino 163

Ganglio
trigémino

Agujero oval

Entrada de la aguja
(en oposición al segundo
molar superior)
2

N. mandibular
FIGURA 20-5
Bloqueo del ganglio
trigémino: anatomía
y técnica.

por un pliegue de duramadre (cavidad de Meckel). y requerir una sedación eficaz antes de la colocación
Si se está practicando un bloqueo trigeminal final de la aguja.
diagnóstico previo a la neurólisis, en este momento
se inyectará 1 ml de anestésico local. Se instaurará
el bloqueo nervioso en 5 a 10 min; y si el bloqueo CONSEJOS PRÁCTICOS
es incompleto, pueden inyectarse de 1 a 2 ml adi-
cionales de anestésico local o recolocar la aguja en Como sucede con todas las técnicas de bloqueo re-
un esfuerzo por obtener un bloqueo más completo. gional, es importante no tener la percepción de es-
tar bajo «presión por el tiempo». Esto es especial-
Problemas potenciales.••Es obvio que puede mente relevante para este bloqueo porque dosis de
producirse la inyección subaracnoidea de anestésico lidocaína al 1% de tan sólo 0,25 ml han provocado
local por la estrecha relación anatómica entre el gan- la inconsciencia cuando se han inyectado por acci-
glio del trigémino y el pliegue de la duramadre o ca- dente en el líquido cefalorraquídeo. Puesto que este
vidad de Meckel. Además, en su trayecto hacia el bloqueo puede ser incómodo, se necesita el tiempo
agujero oval, la aguja pasa a través de regiones rica- suficiente para permitir que el paciente esté cómo-
mente vascularizadas y es posible la formación de un do con el abordaje y para que se produzca la seda-
hematoma. El bloqueo también puede ser doloroso ción adecuada.
21
Bloqueo maxilar
Bloqueo maxilar 167

PERSPECTIVA 5 ml); por tanto, puede elegirse prácticamente cual-


quier anestésico local.
El bloqueo del nervio maxilar en su localización pe-
ripterigoidea se aplica principalmente para la eva-
luación de las neuralgias faciales, aunque en su dis- LOCALIZACIÓN
tribución cutánea puede utilizarse para facilitar
procedimientos quirúrgicos (fig. 21-1). La inyección Anatomía. El nervio maxilar es enteramente
de una solución neurolítica en localización peripte- sensitivo y discurre a través del agujero redondo
rigoidea se realizará con extrema precaución por su para salir del cráneo. Continúa a través de la fosa
proximidad a la órbita. pterigopalatina, medial a la placa pterigoidea lateral,
en su camino hacia la hendidura infraorbitaria.
Selección de pacientes. El bloqueo maxilar se Como se ilustra en la figura 21-2, es accesible a
emplea principalmente como diagnóstico durante el través de un abordaje lateral a su paso hacia la fosa
estudio de una neuralgia facial. Puede emplearse pterigopalatina.
para anestesia en pacientes con enfermedades car-
diopulmonares significativas que requieren un pro- Posición. El paciente se coloca en decúbito su-
cedimiento quirúrgico en la distribución del nervio pino con la cabeza y el cuello flexionados hacia el
maxilar. lado contrario del bloqueo. Mientras el anestesiólo-
go palpa la escotadura mandibular, se pide al pa-
Selección de fármacos. El nervio maxilar pue- ciente que abra y cierre la boca lentamente para que
de bloquearse con un pequeño volumen (inferior a la escotadura sea más evidente.

FIGURA 21-1
Nervio maxilar (V2):
inervación cutánea.

V2 V2
V2
168 Atlas de anestesia regional

Zigoma
(seccionado)

Fosa
pterigopalatina

N. maxilar
(agujero redondo)

N. mandibular
(agujero oval)

Placa pterigoidea
lateral

Mandíbula (seccionada
parcialmente para mostrar
las relaciones peripterigoideas)
FIGURA 21-2
Anatomía del bloqueo
maxilar: relaciones
peripterigoideas.

Punción con aguja. Se inserta una aguja de 8 cm cal hacia la órbita. Por tanto, se advertirá a los pa-
y 22 G a través de la escotadura mandibular en una cientes de la posibilidad de alteración en el movi-
dirección ligeramente cefalomedial, como se ilustra miento ocular y/o la visión. El abordaje lateral del
en la figura 21-3. Esto permite que la aguja contac- nervio maxilar también implica la inserción de la
te con la placa pterigoidea lateral a una profundidad aguja a través de una región vascular y, por tanto, es
aproximada de 5 cm (posición de la aguja 1). A con- posible la formación de hematomas. Con frecuencia,
tinuación, se retira la aguja y se redirige escalo- los pacientes desarrollan un «ojo morado» tras este
nadamente hacia la posición 2 (la fosa pterigopa- bloqueo debido a la estrecha relación entre la fosa
latina). No deberá avanzar la aguja más de 1 cm pterigopalatina y la órbita.
respecto a la profundidad de contacto inicial con la
placa pterigoidea lateral. A medida que nos alejamos
de la placa pterigoidea, se apreciará una «sensación» CONSEJOS PRÁCTICOS
de avance hacia la fosa pterigopalatina. Una vez que
la aguja se ha colocado de modo adecuado, se in- Para familiarizarse y obtener buenos resultados clí-
yectan 5 ml de anestésico local. nicos, el anestesiólogo deberá invertir tiempo para
explorar las relaciones del agujero redondo, la placa
Problemas potenciales. Por la estrecha proxi- pterigoidea y la fosa pterigopalatina. La compren-
midad del nervio maxilar a la hendidura infraorbi- sión de la anatomía pterigoidea potencia la confian-
taria, es posible cierta propagación del anestésico lo- za del anestesiólogo y la eficacia de este bloqueo.
Bloqueo maxilar 169

1
2

Placa
pterigoidea lateral

Placa
pterigoidea lateral

Hendidura infraorbitaria

FIGURA 21-3
2 Anatomía del bloqueo
maxilar: técnica de
1 inserción de la aguja.
22
Bloqueo mandibular
Bloqueo mandibular 173

PERSPECTIVA co local producen bloqueo regional del nervio man-


dibular.
El bloqueo mandibular se aplica sobre todo para el
diagnóstico de neuralgias faciales, aunque también
puede emplearse para procedimientos quirúrgicos LOCALIZACIÓN
sobre la piel que recubre la mandíbula inferior, ex-
cepto en el ángulo mandibular. También pueden Anatomía. El nervio mandibular es un nervio
efectuarse procedimientos dentales en el maxilar in- mixto, motor y principalmente sensitivo. Sale del
ferior, aunque los odontólogos utilizan comúnmen- cráneo a través del agujero oval, paralelo al margen
te el abordaje intraoral del nervio mandibular. posterior de la placa pterigoidea lateral y desciende
en sentido caudal y lateral hacia la mandíbula (figs.
Selección de pacientes. Pacientes con neural- 22-1 y 22-2). La división anterior del nervio mandi-
gias faciales o enfermedades cardiopulmonares sig- bular es principalmente motora e inerva los múscu-
nificativas que requieran un procedimiento quirúr- los de la masticación, mientras que la división pos-
gico en la región inervada por el nervio mandibular. terior es principalmente sensitiva e inerva la piel y
las membranas mucosas que recubren la mandíbula
Selección de fármacos. Prácticamente cual- inferior y la piel anterior y superior a la oreja (fig.
quier anestésico local es una elección aceptable, 22-3). Las ramas sensitivas del nervio mandibular
puesto que pequeños volúmenes (5 ml) de anestési- son los nervios bucal, auriculotemporal, lingual y al-

Agujero oval

N. mandibular

Placa
pterigoidea
lateral

Mandíbula (parcialmente
seccionada para mostrar
las relaciones peripterigoideas) FIGURA 22-1
Anatomía del bloqueo
mandibular: relaciones
pterigoideas.
174 Atlas de anestesia regional

A B C

SECCIONES

A B C

Ganglio de Gasser
N. maxilar
N. maxilar
N. mandibular Placa pterigoidea
lateral N. mandibular N. mandibular
en su salida por
el agujero oval Mandíbula Mandíbula
FIGURA 22-2
Anatomía coronal:
relaciones pterigoideas.
Bloqueo mandibular 175

V3
V3 V3

FIGURA 22-3
Nervio mandibular (V3):
inervación cutánea.

veolar inferior. El nervio bucal es en exclusiva sen- nuación se dirige para alcanzar la placa pterigoidea
sitivo e inerva la mucosa de la mejilla. El nervio au- lateral con un ángulo ligeramente cefalomedial a
riculotemporal discurre dorsal al cuello de la mandí- través de la escotadura, como se muestra en la figu-
bula para inervar la piel anterior a la oreja y se ra 22-4. La aguja de 8 cm y 22 G contacta con la pla-
extiende hacia la región temporal del cuero cabellu- ca pterigoidea lateral a una profundidad aproxima-
do. El nervio lingual se une con la rama de la cuer- da de 5 cm (posición de la aguja 1). Se retira la aguja
da del tímpano del nervio facial y ambos inervan el y se redirige de forma escalonada para alejarse del
sentido del gusto y la sensibilidad general de los dos borde posterior de la placa pterigoidea lateral en el
tercios anteriores de la lengua y de la cara lingual de plano horizontal (v. fig. 22-4). No se avanzará la agu-
la encía inferior. El nervio alveolar inferior inerva los ja más de 0,5 cm pasada la profundidad de la placa
dientes inferiores y termina en el nervio mentonia- pterigoidea porque el músculo constrictor superior
no, que recoge la sensibilidad de las membranas mu- de la faringe se perfora con facilidad y la aguja pe-
cosas labiales inferiores y de la piel del mentón. netraría en la faringe si ésta se insertara a mayor pro-
fundidad. Una vez que la punta de la aguja se ha co-
Posición.••El paciente se coloca en decúbito su- locado de modo adecuado, se administran 5 ml de
pino con la cabeza y el cuello flexionados hacia el anestésico local.
lado contrario al bloqueo. Al igual que el abordaje
empleado para el bloqueo maxilar, se solicita al pa- Problemas potenciales. Como sucede con el
ciente que abra y cierre la boca con suavidad mien- bloqueo del nervio maxilar, el abordaje lateral del
tras el anestesiólogo palpa la escotadura mandibular nervio mandibular requiere la inserción de una agu-
para su clara identificación. ja a través de una región vascular. Por tanto, es po-
sible la formación de un hematoma. Si se produce
Punción con aguja. Se inserta la aguja en el un hematoma, todo lo que se precisa es una vigi-
punto medio de la escotadura mandibular y a conti- lancia expectante. Aunque es más difícil penetrar en
176 Atlas de anestesia regional

Placa
pterigoidea
lateral

Mandíbula
1
2

N. mandibular
(a través del agujero oval)

Placa
pterigoidea
lateral

1 2

FIGURA 22-4
Anatomía del bloqueo
mandibular: técnica
de inserción de la aguja.

el líquido cefalorraquídeo a través del agujero oval completo de la anatomía peripterigoidea antes de
con el abordaje lateral, hay que ser consciente de que efectuar este bloqueo. Los movimientos de la aguja
si la aguja se inserta a través del agujero oval en la con el bloqueo mandibular implican menos «pla-
cavidad de Meckel, pequeñas dosis de anestésico lo- nos» que con el bloqueo maxilar, pues la aguja se
cal en el líquido cefalorraquídeo pueden provocar mueve principalmente en el plano horizontal una
inconsciencia. vez ha establecido contacto con la placa pterigoidea.
Por tanto, en algunos aspectos, esta técnica es me-
nos compleja que el bloqueo maxilar. Asimismo,
CONSEJOS PRÁCTICOS puesto que el nervio mandibular se encuentra dis-
tante de las estructuras orbitarias, el uso de solucio-
Como sucede con el bloqueo del nervio maxilar, los nes neurolíticas con este bloqueo no es tan preocu-
anestesiólogos deben adquirir un conocimiento pante.
23
Bloqueo trigeminal
distal
Bloqueo trigeminal distal 179

PERSPECTIVA Posición. El paciente se coloca en decúbito su-


pino y el anestesiólogo al lado del paciente, aproxi-
Este bloqueo puede utilizarse para el diagnóstico de madamente a la altura del hombro.
neuralgias faciales; sin embargo, con mayor fre-
cuencia, se emplea en procedimientos quirúrgicos Punción con aguja. Como se ilustra en la figu-
superficiales que requieren como anestesia más que ra 23-2, una vez que se han identificado los respec-
una simple infiltración. tivos orificios por palpación, se inserta una aguja
corta de 25 G en dirección cefalomedial y se inyec-
Selección de pacientes. Casi todos los pacien- tan aproximadamente de 2 a 3 ml de anestésico lo-
tes son posibles candidatos, puesto que los orificios cal en esta localización. Si se obtiene una pareste-
óseos (supraorbitario, infraorbitario y mentoniano) sia, puede depositarse el anestésico local en dicho
se palpan con facilidad. punto.

Selección de fármacos. Por los pequeños volú- Problemas potenciales. El bloqueo trigeminal
menes de anestésico local necesarios para este blo- distal es superficial y, por tanto, se asocia a pocas
queo, puede elegirse prácticamente cualquier complicaciones. Hay que ser cauto al entrar en los
anestésico local. orificios e inyectar el anestésico local para intentar
evitar la posibilidad de realizar una inyección intra-
neural.
LOCALIZACIÓN

Anatomía. Las ramas distales de las tres divisio- CONSEJOS PRÁCTICOS


nes del nervio trigémino (oftálmico [supraorbitario],
maxilar [infraorbitario] y mandibular [mentoniano]) El anestesiólogo se asegurará de que el paciente está
salen del cráneo a través de sus respectivos orificios si- adecuadamente sedado; para que la colocación de la
tuados a lo largo de una línea imaginaria que discurre aguja sea exacta, deberá identificar con claridad los
casi verticalmente a través de la pupila (fig. 23-1). orificios para el bloqueo.
180 Atlas de anestesia regional

N. supraorbitario N. supratroclear

N. infraorbitario

N. mentoniano

FIGURA 23-1
Nervio trigémino distal:
anatomía.
Bloqueo trigeminal distal 181

N. supraorbitario

N. infraorbitario

N. mentoniano

FIGURA 23-2
Bloqueo del nervio
trigémino distal: técnica.
24
Bloqueo retrobulbar
(peribulbar)
Bloqueo retrobulbar (peribulbar) 185

PERSPECTIVA mayoría de los anestesiólogos oftalmológicos em-


plean combinaciones de bupivacaína y lidocaína.
Muchos anestesiólogos no practican el bloqueo re-
trobulbar (peribulbar), ya que son los oftalmólogos
los que con mayor frecuencia lo realizan. La combi- LOCALIZACIÓN
nación de anestesia retrobulbar y bloqueo del múscu-
lo orbicular del ojo permite la práctica de la mayor Anatomía. El nervio oftálmico provee la sensibi-
parte de la cirugía intraocular. Este bloqueo regional lidad del ojo a través de los nervios ciliares posterio-
es útil para procedimientos corneales, de la cámara res largo y corto. La inervación autónoma corre a car-
anterior y del cristalino. go de los mismos nervios y de las fibras simpáticas que
transitan con las arterias, y de las parasimpáticas con-
Selección de pacientes. Los pacientes que re- tenidas en el seno de la rama inferior del nervio. Pues-
quieren anestesia retrobulbar (peribulbar) son prin- to que la inervación del músculo orbicular del ojo co-
cipalmente individuos ancianos que van a ser some- rre a cargo del nervio facial, se requiere su bloqueo
tidos a intervenciones oftalmológicas. para garantizar un ojo inmóvil durante la interven-
ción. El ganglio ciliar, de unos 2 a 3 mm de longitud,
Selección de fármacos. De 2 a 4 ml de anesté- se encuentra a nivel profundo en el interior de la ór-
sico local bastan para producir una anestesia retro- bita, inmediatamente lateral al nervio óptico y medial
bulbar adecuada. Por el contrario, si se elige el abor- al músculo recto lateral. Los nervios originados en este
daje peribulbar (es decir, cuando la punta de la aguja ganglio son los ciliares largo y corto que se extienden
no se inserta de manera deliberada a través del cono hacia la órbita. Inmediatamente posterior al ganglio ci-
de los músculos extraoculares) pueden requerirse liar, puede encontrarse la arteria oftálmica que se sitúa
volúmenes ligeramente superiores (de 4 a 6 ml). lateral al nervio óptico, cruzando por encima de éste,
Aunque cualquier anestésico local es aplicable, la y discurriendo en dirección medial (fig. 24-1).

M. recto
superior

N. óptico

M. recto
Ganglio lateral
ciliar

A. lagrimal
A. oftálmica

FIGURA 24-1
Anatomía orbitaria.
186 Atlas de anestesia regional

Posición.••El paciente se coloca en decúbito su- puede aplicar una presión suave sobre el globo ocu-
pino y se le solicita que mantenga la mirada prima- lar, principalmente, para facilitar la disminución de
ria dirigida hacia el frente, y no «arriba y abajo» la presión intraocular. Si se elige una técnica peri-
como se recomendaba antiguamente. Con el globo bulbar, la inserción de la aguja se inicia como la
ocular en mirada primaria, la posición del nervio óp- técnica retrobulbar (inferotemporal); sin embargo,
tico minimiza la potencial inyección intraneural. El la aguja se inserta paralela y lateral al músculo rec-
anestesiólogo se sitúa para la inyección como se ilus- to lateral y a la fascia bulbar en lugar de intentar
tra en la figura 24-2. su punción. En la actualidad, muchos anestesiólo-
gos indican la realización de una segunda inyección
Punción con aguja. Mientras el paciente mira peribulbar con 3 a 5 ml a nivel de la órbita supe-
en dirección cefálica y opuesta al lado de la inyec- romedial o en el extremo medial de la hendidura
ción, se inserta una aguja de bisel corto de 31 mm palpebral. Para completar el bloqueo, se debe ob-
de longitud y 27 G en el borde inferolateral de la tener un ojo inmóvil, por lo que se requiere el blo-
órbita. Se dirige hacia el vértice de ésta como se queo de las fibras del nervio facial que inervan el
ilustra en la figura 24-3. La aguja se orientará de músculo orbicular.
manera que la abertura del bisel mire hacia el glo- Estas fibras pueden bloquearse de diversas mane-
bo. Puede apreciarse un «pop» en el momento en ras. El método ilustrado en la figura 24-4 es el de
el que la punta de la aguja atraviesa la fascia bul- van Lint. Para este bloqueo, se inserta una aguja de
bar y penetra en el cono muscular de la órbita. An- 4 cm y 25 G en la posición de la aguja 1 hasta que
tes de inyectar de 2 a 4 ml de anestésico local, se se alcanza el borde orbitario inferolateral. Cuando la
aspirará cuidadosamente con la aguja. Tras el blo- punta de la aguja establece contacto con la superfi-
queo retrobulbar, deben transcurrir de 5 a 10 min cie ósea, se inyecta 1 ml de anestésico local. A través
antes del inicio de la operación, lo que contribuye de este habón cutáneo, se reposiciona la aguja a lo
a diagnosticar la presencia de hematomas retrobul- largo de los márgenes lateral e inferior de la órbita
bares. Durante estos 5 a 10 min, el anestesiólogo (posiciones de la aguja 2 y 3) y se inyectan de 2 a 3

FIGURA 24-2
Bloqueo retrobulbar
(peribulbar): técnica.
Bloqueo retrobulbar (peribulbar) 187

M. recto
superior

M. recto
N. óptico
lateral
Ganglio
ciliar

A. oftálmica

FIGURA 24-3
Bloqueo retrobulbar
(peribulbar): técnica.

FIGURA 24-4
Bloqueo regional del
músculo orbicular del ojo:
método de van Lint.
188 Atlas de anestesia regional

M. oblicuo superior

M. recto superior

M. recto
N. óptico distal lateral
(y vaina)
N. ciliar
largo
y corto

Ganglio
ciliar

N. óptico proximal VI par craneal


(y vaina)
A. oftálmica

IV par craneal

FIGURA 24-5
Anatomía funcional
de la órbita.

ml del anestésico local en cada punto a lo largo del óptico, lo que origina una inyección intravascular
trayecto de la aguja. o anestesia espinal inesperada que afecta a los cen-
tros respiratorios mesencefálicos, como se ilustra
Problemas potenciales. La complicación más en la figura 24-5.
frecuente que acompaña al bloqueo retrobulbar es
la formación de hematomas. Puede minimizarse
utilizando una aguja de longitud inferior a 31 mm. CONSEJOS PRÁCTICOS
La formación de hematomas es más probable cuan-
do se emplea una aguja más larga y cuando la pun- Si los anestesiólogos emplean anestesia retrobulbar,
ta de la aguja descansa en las proximidades de la deben trabajar en colaboración con los oftalmólogos.
arteria oftálmica en el punto en que cruza el ner- En teoría, muchas de las complicaciones de la anes-
vio óptico. Asimismo, puede evitarse empleando tesia retrobulbar pueden evitarse con el bloqueo pe-
un abordaje peribulbar. Otras complicaciones con- ribulbar. Éste puede realizarse colocando la aguja a
sisten en la toxicidad del anestésico local, la apari- lo largo del cono de los músculos extraoculares en
ción de reflejo oculocardíaco y casos de apnea sú- lugar de situarla en su interior. Aunque con esta téc-
bita y obnubilación tras la inyección retrobulbar. nica se requieren volúmenes de anestésico local li-
Las dos últimas probablemente se relacionen con la geramente superiores, pueden evitarse la mayoría de
inyección de anestésico local en la vaina del nervio las complicaciones mayores.
25
Bloqueo del plexo
cervical
Bloqueo del plexo cervical 191

PERSPECTIVA Selección de fármacos. No suele ser necesaria


una relajación motora significativa. Por tanto, son
Los bloqueos del plexo cervical pueden emplearse adecuadas bajas concentraciones de anestésicos lo-
para intervenciones tanto superficiales como pro- cales, como lidocaína o mepivacaína al 0,75% o al
fundas del cuello y de la fosa supraclavicular. La 1%, bupivacaína al 0,25% o ropivacaína al 0,2%.
elección de un bloqueo superficial o profundo varía
en función del procedimiento quirúrgico.
LOCALIZACIÓN
Selección de pacientes. Este bloqueo puede
efectuarse con facilidad con el paciente en decúbito Anatomía. El bloqueo del plexo cervical puede
supino. Se evitará el bloqueo profundo bilateral por- dividirse en técnica superficial y profunda. La iner-
que puede bloquearse en parte el nervio frénico. En- vación cutánea de los nervios cervicales se ilustra en
tre los procedimientos para los que se emplea esta la figura 25-1. Los nervios cervicales tienen ramos
técnica están la endarterectomía carotídea, la biop- ventrales y dorsales. Los ilustrados en la figura 25-2
sia ganglionar linfática y ciertas intervenciones de ci- representan los ramos ventrales de C1-C4. Adicio-
rugía plástica. nalmente, hay ramas sensitivas y motoras de los ra-

V1

V2 V1

C2
V2

V3
V3

N. occipital menor C3
C2
N. auricular
mayor C4

N. cervical C3
transverso

C4

Lateral Intermedio Medial FIGURA 25-1


Plexo cervical: anatomía
N. supraclavicular e inervación cutánea.
192 Atlas de anestesia regional

mos dorsales de C1-C4 que no han sido representa- viculares surgen de los nervios cervicales tercero y
dos. Antes de reagruparse para formar el plexo cer- cuarto. El complejo del asa cervical inerva los mús-
vical, los nervios cervicales salen de las vértebras culos infrahioideo y geniohioideo. El nervio frénico
cervicales a través de un canal en la apófisis trans- es el único nervio motor para el diafragma y tam-
versa en dirección anterocaudal-lateral, inmediata- bién confiere sensibilidad a su porción central. Este
mente dorsal a la arteria vertebral. Para simplificar nervio surge de una gran raíz del cuarto nervio cer-
su comprensión, el plexo cervical puede dividirse vical, reforzado por contribuciones más pequeñas de
en: 1) ramas cutáneas del plexo; 2) complejo del asa los nervios tercero y quinto. Discurre por el borde
cervical (ansa cervicalis); 3) nervio frénico; 4) con- lateral del músculo escaleno anterior antes de des-
tribuciones al nervio accesorio, y 5) ramas muscu- cender en vertical sobre la superficie ventral de este
lares directas (v. fig. 25-2). Las ramas cutáneas del músculo y penetrar en el tórax a lo largo de su bor-
plexo son los nervios occipital menor, auricular ma- de medial. El nervio accesorio (XI par craneal) reci-
yor, cervical transverso y supraclavicular (v. fig. 25-1). be contribuciones del plexo cervical en varios pun-
Los tres primeros surgen de los nervios cervicales se- tos e inerva el músculo esternocleidomastoideo, así
gundo y tercero, mientras que los nervios supracla- como los músculos trapecios. Las ramas musculares

N. occipital
menor

N. auricular C1
mayor
C2

C3

XI par craneal
(n. accesorio) N. cervical
C4 transverso

Complejo del asa


N. frénico cervical (ansa cervicalis)
5

N. supraclavicular

FIGURA 25-2
Plexo cervical: anatomía
funcional de los ramos
ventrales de C1-C4.
Bloqueo del plexo cervical 193

directas del plexo inervan los músculos prevertebra- 1 a 2 cm en sentido caudal a la apófisis mastoides y
les del cuello. El plexo superficial se hace subcutáneo a continuación C3 y luego C4. Estas apófisis trans-
en el punto medio del borde posterior del músculo versas son palpables aproximadamente 1,5 cm en di-
esternocleidomastoideo (fig. 25-3; v. fig. 25-5). rección caudal a la apófisis inmediatamente más
cefálica. Una vez identificada la apófisis transversa
Posición.••El paciente se coloca en decúbito su- de C4, se inserta una aguja de 5 cm y 22 G inme-
pino con la cabeza y el cuello flexionados en direc- diatamente craneal y hasta contactar con dicha apó-
ción opuesta al lado del bloqueo. El anestesiólogo se fisis a una profundidad aproximada de 1,5 a 3 cm.
colocará al lado del paciente, aproximadamente, a la Si se obtiene una parestesia, se inyectan de 10 a 12
altura del hombro. ml de anestésico local en este punto. Es útil obtener
una parestesia con esta técnica antes de la inyección.
Punción con aguja: bloqueo profundo del plexo Si no se provoca una parestesia, se retirará la aguja
cervical. El paciente se coloca con el cuello lige- y se «avanzará» de forma escalonada en dirección
ramente extendido y la cabeza flexionada hacia el anteroposterior A continuación confíaremos en la
lado contrario del bloqueo. Se traza una línea entre propagación del anestésico local a través de la con-
la punta de la apófisis mastoides y el tubérculo de tinuidad del espacio paravertebral del cuello.
Chassaignac (es decir, la apófisis transversa más fá-
cilmente palpable correspondiente a la vértebra cer- Posición de la aguja: bloqueo cervical superfi-
vical C6). Se traza una segunda línea paralela y 1 cm cial.••Como se ilustra en la figura 25-5, su eficacia
posterior a la primera línea, como se ilustra en la fi- se basa en el «volumen» de anestésico local. El ple-
gura 25-4. Se localizará la apófisis transversa de C4 xo cervical superficial es compacto en el punto me-
encontrando primero la apófisis transversa de C2 de dio del borde posterior del músculo esternocleido-

FIGURA 25-3
Plexo cervical: anatomía
transversal en el punto
medio del músculo
esternocleidomastoideo.
A. vertebral

A. carótida

V. yugular interna
V. yugular externa

C4

M. esternocleidomastoideo

A. vertebral
Rama del plexo
cervical superficial
194 Atlas de anestesia regional

Apófisis transversa de C6 Cartílago


(tubérculo de Chassaignac) cricoides
MASTOIDES M. esternocleidomastoideo

CLAVÍCULA

C4 C5 C6
C7
C3
T1
C2

FIGURA 25-4
Bloqueo profundo del plexo
cervical: técnica.

MASTOIDES

N. occipital
menor

N. auricular
mayor

N. cervical
transverso

M. esternocleidomastoideo

N. supraclavicular

FIGURA 25-5
Bloqueo superficial del CLAVÍCULA
plexo cervical: anatomía
y técnica.
Bloqueo del plexo cervical 195

mastoideo, de manera que el bloqueo se produce tras podemos provocar la inyección intravascular inad-
la infiltración profunda al borde posterior de éste. Se vertida a través de la vena yugular interna.
inserta una aguja de 4 cm y 22 G a nivel subcutá-
neo, posterior e inmediatamente profunda al múscu-
lo esternocleidomastoideo y se inyectan 5 ml de CONSEJOS PRÁCTICOS
anestésico local. A continuación, se redirige la agu-
ja en dirección craneal y caudal a lo largo del borde Si el paciente está adecuadamente colocado, el blo-
posterior del músculo esternocleidomastoideo y se queo superficial rara vez ocasiona problemas. Si se
inyectan 5 ml de solución en cada uno de estos pun- practica un bloqueo profundo, las agujas cortas con-
tos. De esta manera, se crea un bloqueo de campo tribuirán a minimizar las inyecciones profundas
del plexo superficial. erráticas si se aplica la palpación adecuada para li-
mitar la cantidad de tejido entre el extremo de los
Problemas potenciales. Con frecuencia, el blo- dedos del anestesiólogo y la apófisis transversa. Al
queo profundo del plexo cervical se acompaña de un ejecutar esta técnica para practicar una endarterec-
bloqueo del nervio frénico, al menos, parcial y, por tomía carotídea, el anestesiólogo debe consultar an-
tanto, se practicarán con precaución los bloqueos bi- tes a los cirujanos, ya que es frustrante encontrarse
laterales. El bloqueo también implica la colocación con un adecuado bloqueo profundo y que el proce-
de la aguja cerca de la arteria vertebral y otras es- dimiento no sea aplicable porque difieran las expec-
tructuras neuroaxiales. Cuando se realiza el bloqueo tativas quirúrgicas.
superficial, simplemente se evitará la vena yugular El bloqueo superficial del plexo cervical puede
externa, que con frecuencia transita por encima del emplearse junto con el bloqueo interescalénico du-
punto de bloqueo. Además, si se inserta la aguja con rante la cirugía del hombro para garantizar la anes-
excesiva profundidad durante el bloqueo de campo, tesia cutánea en la zona quirúrgica.
26
Bloqueo del
ganglio estrellado
Bloqueo del ganglio estrellado 199

PERSPECTIVA do es equívoco. Para producir un bloqueo del gan-


glio (cervicotorácico) estrellado, el anestesiólogo
El bloqueo del ganglio estrellado se emplea princi- debe confiar en la propagación de la solución de
palmente para el diagnóstico y tratamiento de sín- anestésico local a lo largo de los músculos preverte-
dromes dolorosos regionales complejos de la extre- brales.
midad superior. Asimismo, puede aplicarse en
situaciones clínicas en las que se desea un incre- Posición. El paciente estará en decúbito supino
mento de la perfusión de la extremidad superior, con el cuello ligeramente en extensión (fig. 26-3), lo
aunque esta particularidad también se obtiene con que con frecuencia se facilita retirando la almohada
los bloqueos del plexo braquial. antes de la colocación. El anestesiólogo se colocará
al lado del cuello del paciente e identificará el tubér-
Selección de pacientes. Los candidatos para este culo de la sexta vértebra cervical por palpación. Para
bloqueo son principalmente pacientes con síndromes ello, se localizará el cartílago cricoides y se moverán
dolorosos regionales complejos de la extremidad su- los dedos en sentido lateral hasta contactar con el fá-
perior o que presentan un deterioro de la perfusión cilmente palpable tubérculo vertebral.
de la extremidad superior tras un traumatismo.
Punción con aguja. Una vez se ha identificado
Selección de fármacos. Incluso con el uso el tubérculo de la sexta vértebra cervical, como se
diagnóstico del bloqueo del ganglio estrellado, con muestra en la figura 26-3, el anestesiólogo coloca el
frecuencia es deseable producir un bloqueo de larga índice y el tercer dedo entre la arteria carótida late-
duración. Por tanto, la primera elección del autor ralmente y la tráquea medialmente a la altura de C6.
suele ser una solución de bupivacaína al 0,25% o de Se inserta una aguja corta de 22 o 25 G hasta con-
ropivacaína al 0,2% con adrenalina 1:200.000. tactar con la apófisis transversa de C6. A continua-
ción se retira la aguja 1 a 2 mm y se inyectan de 5 a
10 ml de anestésico local (fig. 26-4).
LOCALIZACIÓN
Problemas potenciales. Como se ilustra en la fi-
Anatomía. El tronco simpático cervical es la gura 26-2, la arteria vertebral discurre en estrecha
continuación en sentido cefálico del tronco simpáti- proximidad con la apófisis transversa de C6 y debe
co torácico. Está compuesto por tres ganglios: el evitarse la inyección intravascular. El nervio larín-
ganglio cervical superior, generalmente, opuesto a la geo recurrente y el nervio frénico también pueden
primera vértebra cervical; el ganglio cervical medio, bloquearse si la posición de la aguja no es la ideal.
habitualmente opuesto a la sexta vértebra cervical y Cabe advertir a los pacientes de que pueden notar
el ganglio estrellado (cervicotorácico), generalmen- una molestia en la garganta o una sensación disnei-
te opuesto a la séptima vértebra cervical, y a la pri- ca. Habitualmente, lo único que se requiere es tran-
mera vértebra torácica, cerca de la cabeza de la pri- quilizar al paciente.
mera costilla. El ganglio estrellado es una fusión del
ganglio cervical inferior y del primer ganglio toráci-
co, de aquí el nombre de ganglio cervicotorácico (fig. CONSEJOS PRÁCTICOS
26-1). La parte cervical de la cadena y del ganglio
simpático se encuentra en la superficie anterior, y La maniobra más útil para facilitar el bloqueo del
está separada de las apófisis transversas de las vér- ganglio estrellado es emplear el índice y el tercer
tebras cervicales por la delgada musculatura prever- dedo para comprimir los tejidos suprayacentes al
tebral (principalmente, el músculo largo del cuello) tubérculo de la sexta vértebra cervical. El paciente
como se ilustra en la figura 26-2. Puesto que el abor- experimenta cierta incomodidad compresiva con
daje anterior del ganglio estrellado con frecuencia esta maniobra, pero la clara identificación del tubér-
tiene lugar a la altura del tubérculo de la sexta vér- culo hace que este bloqueo sea eficiente. La mayoría
tebra cervical (tubérculo de Chassaignac), puede ob- de pacientes aceptará esta molestia si el bloqueo se
servarse que el término bloqueo del ganglio estrella- practica de forma adecuada.
200 Atlas de anestesia regional

C1

Ganglio
cervical
superior

C2

Tronco
simpático C3
cervical

A. vertebral
C4

Ganglio
cervical
medio C5

Ganglios
vertebrales
C6

Asa
subclavia

C7

T1
Ganglio
cervical
inferior
FIGURA 26-1
Bloqueo del ganglio
estrellado: anatomía Primer ganglio
simplificada de la cadena simpático
simpática. torácico
Bloqueo del ganglio estrellado 201

M. genihioideo M. hiogloso

1
MANDÍBULA
Ganglio cervical
superior

2 M. largo de la cabeza

M. esternocleidomastoideo
A. vertebral
Hueso hioides
3
M. elevador de la escápula
4
4 M. largo de la cabeza
N. laríngeo
recurrente
5 M. esternohioideo

M. omohioideo
Tubérculo de 5
Chassaignac
6
Ganglios 6
M. escaleno anterior
cervicales medios

7 M. escaleno medio
N. frénico 7

8 M. escaleno posterior
Extremo seccionado
del asa A. subclavia
Ganglio T1
estrellado
M. esternocleidomastoideo

CLAVÍCULA

PULMÓN

1.a COSTILLA

AORTA

2.a FIGURA 26-2


COSTILLA Bloqueo del ganglio
estrellado: anatomía
muscular, vascular y neural.
202 Atlas de anestesia regional

FIGURA 26-3
Bloqueo del ganglio M. esternocleidomastoideo Cartílago Cadena
estrellado: anatomía cricoides simpática
superficial y transversal. Vaina carotídea (v., a.)
M. escaleno anterior A. vertebral

M. escaleno medio

Sexta raíz
nerviosa
cervical

M. largo
del cuello

Cartílago cricoides

M. largo del cuello

A. vertebral

Tubérculo de Chassaignac

CUELLO
EXTENDIDO
Bloqueo del ganglio estrellado 203

Glándula tiroides M. esternocleidomastoideo

Vaina carotídea (v., a.)


Cadena simpática

M. largo del cuello

Sexta raíz nerviosa cervical

Cartílago cricoides

C6

M. escaleno anterior

M. escaleno medio

FIGURA 26-4
Bloqueo del ganglio
estrellado: anatomía
y técnica.
27
Anatomía para
el bloqueo
de las vías
respiratorias
Anatomía para el bloqueo de las vías respiratorias 207

Si hay un grupo de bloqueos regionales que un vías respiratorias porque emiten ramas faríngeas,
anestesiólogo debe dominar, es el de las vías respi- principalmente sensitivas de la mucosa faríngea;
ratorias. Incluso los anestesiólogos que prefieren el nervios tonsilares que recogen la sensibilidad de la
uso de la anestesia general para la mayoría de sus mucosa suprayacente a las amígdalas palatinas, y re-
pacientes se enfrentan a la necesidad de practicar giones contiguas del paladar blando y ramas sensi-
bloqueos antes de la inducción anestésica en pa- tivas para el tercio posterior de la lengua. El nervio
cientes que pueden presentar afectación de las vías glosofaríngeo sale del cráneo a través del foramen
respiratorias, un traumatismo de las vías respirato- yugular en estrecho contacto con el nervio espinal
rias superiores o inestabilidad de las vértebras cer- accesorio. En el punto en que el nervio glosofarín-
vicales. Como se ilustra en la figura 27-1, la iner- geo sale del foramen yugular, también está contacto
vación de las vías respiratorias puede dividirse en con el nervio vago que, por otra parte, discurre en
tres vías nerviosas principales. Si se ha previsto in- el seno de la vaina carotídea, en la región cervical
tubación nasal, debe practicarse alguno de los mé- superior.
todos anestésicos de las ramas maxilares del nervio El nervio vago inerva la mucosa de las vías respi-
trigémino. Puesto que las manipulaciones aneste- ratorias desde la epiglotis hasta las vías respiratorias
siológicas afectan a la faringe y al tercio posterior distales a través de los nervios laríngeos superior y re-
de la lengua, se requiere un bloqueo glosofaríngeo. currente, como se ilustra en las figuras 27-2 y 27-3.
Las estructuras en las vías respiratorias más dista- Aunque el vago es principalmente un nervio para-
les a la epiglotis requieren el bloqueo de las ramas simpático, también contiene fibras de la cadena
vagales. simpática cervical, así como fibras motoras para los
Los nervios glosofaríngeos son de gran de interés músculos laríngeos. El nervio laríngeo superior con-
para el anestesiólogo que practica la anestesia de las fiere sensibilidad a la superficie de la epiglotis y las

FIGURA 27-1
Bloqueos de las vías
respiratorias: anatomía
funcional simplificada.

N. trigémino N. glosofaríngeo N. vago


208 Atlas de anestesia regional

Ganglio cervical
simpático

Ganglio inferior
del nervio vago

N. faríngeo

N. laríngeo superior

R. laríngea interna

R. laríngea externa

N. laríngeo inferior
(n. laríngeo recurrente)

N. vago

N. laríngeo recurrente

FIGURA 27-2
Bloqueos de las vías
respiratorias: anatomía
de la inervación laríngea.

vías respiratorias hasta la altura de las cuerdas vo- teral de la tráquea. Esto lo hace en el lado derecho
cales. Inerva la mucosa después de entrar en la mem- tras describir un bucle bajo la arteria subclavia ip-
brana tirohioidea inmediatamente caudal al hueso solateral en el punto en que deja al nervio vago, o
hioides entre las astas mayor y menor del cartílago. en el lado contralateral, alrededor del lado izquier-
Esta inervación mucosa corre a cargo del nervio do del arco aórtico, externo al ligamento arterioso.
laríngeo interno, una rama del nervio laríngeo su- Los nervios recurrentes ascienden e inervan la larin-
perior. El nervio laríngeo superior también continúa ge y la tráquea caudalmente a las cuerdas vocales.
como nervio laríngeo externo a lo largo del exterior Esta anatomía se ilustra en las figuras 27-2 a 27-4. La
de la laringe, y confiere la inervación motora del figura 27-5 representa una imagen sagital de reso-
músculo cricotiroideo. nancia magnética junto a una ilustración interpreta-
El nervio laríngeo recurrente es una rama del tiva de la inervación de las vías respiratorias y la cla-
vago que asciende a lo largo del margen posterola- ve cromática empleada en la figura 27-1.
Anatomía para el bloqueo de las vías respiratorias 209

Ganglio cervical
simpático

Ganglio inferior
del n. vago

N. laríngeo superior
Epiglotis

Hueso hioides
R. laríngea interna

R. laríngea externa

N. vago

Cartílago
tiroides

Membrana
cricotiroidea

N. laríngeo recurrente
Cartílago
cricoides
A. innominada

FIGURA 27-3
Bloqueos de las vías
respiratorias: anatomía
laríngea y vagal y
conexiones simpáticas.
210 Atlas de anestesia regional

Asta superior
Hueso hioides
Asta inferior

Orificio para el
n. laríngeo superior
Membrana tirohioidea
(seccionada)

Asta superior del Epiglotis (seccionada)


cartílago tiroides
Cartílago tiroides
(seccionado)

Pliegue vestibular
(seccionado)
Ligamento tiroepiglótico
(seccionado)
Ventrículo

Ligamento vocal
(seccionado)

Membrana cricotiroidea
Asta inferior del
cartílago tiroides
Cartílago cricoides (seccionado)

N. laríngeo Tráquea
recurrente
FIGURA 27-4 N. laríngeo
Bloqueos de las vías superior
respiratorias: anatomía
de las estructuras laríngeas
e inervación simplificada.
Anatomía para el bloqueo de las vías respiratorias 211

Lengua Mandíbula

Cartílago Cartílago
tiroides cricoides

C2
3 T1
4 5 6 7

FIGURA 27-5
Bloqueos de las vías
respiratorias: anatomía
N. trigémino N. glosofaríngeo N. vago
sagital en una sección
de resonancia magnética y
Inervación de las vías respiratorias un esquema interpretativo.
28
Bloqueo
glosofaríngeo
Bloqueo glosofaríngeo 215

PERSPECTIVA Selección de fármacos. No se requiere bloqueo


motor, por lo que lidocaína (0,5%) es una elección
El bloqueo glosofaríngeo es útil para la anestesia de adecuada.
la mucosa de la faringe y del paladar blando, así como
para eliminar el reflejo nauseoso resultante de la apli-
cación de presión al tercio posterior de la lengua. LOCALIZACIÓN

Selección de pacientes. El bloqueo glosofarín- Anatomía. Como se ilustra en la figura 28-1, el


geo puede emplearse en la mayoría de pacientes que nervio glosofaríngeo sale de los agujeros yugulares
requieren una intubación traqueal atraumática, bajo de la base del cráneo en estrecha asociación con
sedación, con ventilación espontánea y «vigil». otras estructuras de la vaina carotídea, el nervio vago

MAXILAR

Tronco
simpático

V. yugular
interna A. carótida
N. vago Apófisis estiloides

N. accesorio

N. hipogloso
RAMA
MANDIBULAR
FIGURA 28-1
Bloqueo glosofaríngeo:
anatomía periestiloidea,
proyección transversal
N. glosofaríngeo detallada.
216 Atlas de anestesia regional

y la apófisis estiloides. El nervio glosofaríngeo des- ción de la estiloides, y aunque puede ser incómodo
ciende por el cuello, pasa entre las arterias carótidas para el paciente, un dedo palpa la apófisis estiloides
interna y externa, y a continuación, se divide en ra- mediante presión profunda; se introduce una aguja
mas faríngeas y ramas motoras para el músculo es- corta de 22 G hasta realizar contacto estiloideo. A
tilofaríngeo, así como en ramas que inervan el área continuación, se retira la aguja y se redirige aleján-
de la amígdala palatina y el tercio posterior de la len- dose de la apófisis en sentido posterior. Tan pronto
gua. Estas ramas distales del nervio glosofaríngeo se pierde el contacto óseo y la aspiración de sangre
están localizadas en la submucosa inmediatamente es negativa, se inyectan de 5 a 7 ml de anestésico lo-
posterior a la amígdala palatina, a un nivel profun- cal. Seguidamente puede repetirse el bloqueo en el
do respecto al pilar amigdalar posterior. lado contralateral.

Posición. El bloqueo glosofaríngeo puede prac- Problemas potenciales. Los bloqueos intraoral
ticarse intraoralmente o por abordaje periestiloideo. y periestiloideo tienen pocas complicaciones si se
Si se practica el bloqueo intraoral, el paciente debe practica una cuidadosa aspiración para descartar la
ser capaz de abrir la boca y se aplicará suficiente presencia de sangre durante la técnica. Con el abor-
anestesia tópica lingual para permitir la colocación daje periestiloideo, el nervio glosofaríngeo está es-
de la aguja en la base del pilar amigadalar posterior. trechamente relacionado con la vena yugular inter-
Si se practica el bloqueo por abordaje periestiloideo, na y la arteria carótida interna. Con el abordaje
no es necesario que el paciente abra la boca. intraoral, las ramas terminales del nervio gloso-
faríngeo están estrechamente relacionadas con la ar-
Punción con aguja: bloqueo glosofaríngeo in- teria carótida interna, que discurre inmediatamente
traoral. Para el bloqueo glosofaríngeo intraoral, lateral a la punta de la aguja si ésta está colocada de
tras la anestesia tópica de la lengua, el paciente forma correcta.
debe abrirla ampliamente. Se identifica el pilar
amigdalar posterior (pliegue palatofaríngeo) con
una pala de laringoscopio Macintosh n.o 3. Se in- CONSEJOS PRÁCTICOS
serta una aguja angulada de 9 cm y 22 G (v. co-
mentarios en el apartado «Consejos prácticos») en Un problema frecuente consiste en encontrar una
la porción caudal del pilar amigdalino posterior. La aguja para efectuar el bloqueo. Éste puede superar-
punta de la aguja se introduce en la submucosa y, se fácilmente empleando una aguja espinal desecha-
tras la cuidadosa aspiración para descartar la pre- ble de 22 G. Con técnica aséptica, se retira y dese-
sencia de sangre, se inyectan 5 ml de anestésico lo- cha el estilete de la aguja espinal desechable.
cal. Seguidamente se repite el bloqueo en el lado Seguidamente, utilizando el envase estéril que con-
contralateral (fig. 28-2). tenía la aguja espinal de 22 G, se acoda 1 cm del ex-
tremo distal de la aguja para obtener un mejor con-
Punción con aguja: abordaje periestiloideo. Para trol durante la inserción submucosa.
el abordaje periestiloideo, el paciente está en decú- Este bloqueo se utilizará con frecuencia cuando
bito supino con la cabeza en posición neutra. Como se requiera anestesia de las vías respiratorias en pa-
se ilustra en la figura 28-3, se trazan marcas sobre la cientes sedados con ventilación espontánea y «vigi-
apófisis mastoides y el ángulo de la mandíbula, di- les» que precisen intubación traqueal. En opinión
bujándose una línea entre ambas. En el punto me- del autor, este bloqueo es muy efectivo para reducir
dio de dicha línea se inserta la aguja hasta contactar el reflejo nauseoso resultante de la presión sobre el
con la apófisis estiloides. Para facilitar la identifica- tercio posterior de la lengua.
Bloqueo glosofaríngeo 217

N. glosofaríngeo

Amígdala palatina

FIGURA 28-2
Bloqueo glosofaríngeo:
anatomía intraoral y técnica.
218 Atlas de anestesia regional

MASTOIDES

ÁNGULO MANDIBULAR

Tronco
simpático
V. yugular
interna A. carótida interna

N. vago Apófisis estiloides

N. accesorio

N. hipogloso

N. glosofaríngeo

FIGURA 28-3
Bloqueo glosofaríngeo: INICIAL TRAS LA
técnica periestiloidea. REDIRECCIÓN
29
Bloqueo laríngeo
superior
Bloqueo laríngeo superior 221

PERSPECTIVA interés y se bloquea en el punto en el que entra en


la membrana tirohioidea inmediatamente inferior a
El bloqueo del nervio laríngeo superior se emplea la cara caudal del hueso hioides (fig. 29-1).
como método que confiere anestesia de las vías res-
piratorias, pudiendo producir anestesia de la laringe Posición. El paciente se coloca en decúbito su-
desde la epiglotis hasta las cuerdas vocales. pino con el cuello en extensión. El anestesiólogo
desplaza el hueso hioides hacia el lado del bloqueo
Selección de pacientes.••Este bloqueo es ade- cogiéndolo entre el índice y el pulgar (fig. 29-2). Se-
cuado para cualquier paciente que requiere intuba- guidamente se inserta una aguja corta de 25 G has-
ción traqueal antes de la inducción anestésica. ta contactar con el asta mayor del hioides. La aguja
se introduce a través del borde caudal del hioides y
Selección de fármacos. Lidocaína (0,5%) es un se avanza de 2 a 3 mm de manera que la punta de
anestésico local idóneo para este tipo de bloqueo. la aguja descanse entre la membrana tirohioidea la-
teralmente y la mucosa laríngea medialmente. A
continuación, se inyecta el fármaco (2-3 ml), y
LOCALIZACIÓN mientras se retira la aguja, se inyecta 1 ml adicional.

Anatomía. El nervio laríngeo superior es una Problemas potenciales. Con este abordaje es
rama del nervio vago. Tras dejar el tronco vagal prin- posible situar la aguja en el interior de la laringe,
cipal, discurre a través del cuello y pasa medial- aunque no provocaría problemas a largo plazo. Si el
mente, en sentido caudal al asta mayor del hueso bloqueo se practica como se ha descrito, la inyec-
hioides, punto en el que se divide en una rama in- ción intravascular será infrecuente a pesar de la pre-
terna y una externa. La rama interna es el nervio de sencia de la arteria y la vena laríngeas superiores,

Ganglio inferior
del n. vago

N. laríngeo Asta mayor


superior del hueso hioides

R. interna Orificio para la r. interna


del n. laríngeo superior
R. externa en la membrana tirohioidea

Cartílago tiroides

Cartílago cricoides

FIGURA 29-1
Bloqueo del nervio laríngeo
superior: anatomía.
222 Atlas de anestesia regional

Asta mayor
del hueso hioides

N. laríngeo
superior

DESPLAZAR
HIOIDES

Membrana TIROIDES
tirohioidea

CRICOIDES

FIGURA 29-2
Bloqueo del nervio laríngeo
superior: técnica.

que perforan la membrana tirohioidea junto al ner- ello cause al paciente algunas molestias menores.
vio laríngeo interno. Habitualmente, dicha molestia puede minimizarse
con una sedación de magnitud adecuada.
CONSEJOS PRÁCTICOS Si se emplea una jeringa de tres anillas y sedación
adecuada, y, además, el bloqueo es eficiente, la téc-
Al practicar este bloqueo, es útil desplazar firme- nica es bien aceptada, tanto por parte del paciente
mente el hioides hacia el lado del bloqueo, aunque como por parte del anestesiólogo.
30
Bloqueo
translaríngeo
Bloqueo translaríngeo 225

PERSPECTIVA cuello en ligera extensión. Como se ilustra en la fi-


gura 30-2, el anestesiólogo estará en una posición en
El bloqueo translaríngeo, como todos los bloqueos la que pueda colocar el índice y el tercer dedo en el
de las vías respiratorias, puede ser útil en pacientes espacio entre los cartílagos tiroides y cricoides (mem-
sedados, con ventilación espontánea, y «vigiles» que brana cricotiroidea).
requieran intubación traqueal.
Punción con aguja.••Se localiza la membrana
Selección de pacientes. Cualquier paciente es cricotiroidea, se identifica la línea media y se inser-
candidato cuando es deseable evitar el esfuerzo de ta una aguja (de 22 G o inferior) en la línea media
tipo Valsalva que puede provocarse durante la intu- hasta que pueda aspirarse aire libremente. Cuando
bación traqueal (en la que el paciente está sedado y esto ocurra, se inyectan rápidamente 3 ml de anesté-
ventila espontáneamente). sico local. La aguja se retirará de inmediato porque
es prácticamente inevitable que el paciente tosa en
Selección de fármacos. El anestésico local utili- este momento. También puede emplearse un con-
zado con mayor frecuencia para este bloqueo es la li- junto de aguja y catéter (catéter intravenoso) para
docaína al 4%, empleándose un volumen de 3 a 4 ml. el bloqueo. Una vez se ha aspirado aire, se retira la
Cuando se realizan múltiples bloqueos de las vías res- aguja interna y se practica la inyección a través del
piratorias a estas concentraciones, se tendrá muy pre- catéter.
sente la dosis total de anestésico local empleada.
Problemas potenciales. El bloqueo translaríngeo
suele provocar tos, lo que se tendrá presente en pa-
LOCALIZACIÓN cientes en los que ésta sea claramente un efecto no
deseado. Se empleará la línea media para la inserción
Anatomía. El bloqueo translaríngeo se efectúa de la aguja, ya que esta área está prácticamente des-
principalmente para producir anestesia tópica de la provista de estructuras vasculares mayores. Sin em-
mucosa laringotraqueal, que está inervada por ramas bargo, no es necesario desplazar demasiado la aguja
del nervio vago. La superficie de la epiglotis y las es- respecto a la línea media para encontrar vasos arte-
tructuras laríngeas hasta el nivel de las cuerdas voca- riales y venosos.
les reciben inervación a través de la rama interna del
nervio laríngeo superior, una rama del vago. La mu-
cosa respiratoria distal recibe asimismo inervación a CONSEJOS PRÁCTICOS
través del nervio vago, pero por el nervio laríngeo re-
currente. La inyección translaríngea de anestésico lo- Este bloqueo se ejecuta con mayor facilidad después
cal es útil para producir anestesia tópica de estas dos de que el paciente haya sido sedado adecuadamen-
ramas vagales, puesto que la inyección por debajo de te. Durante mucho tiempo se ha creído que este blo-
las cuerdas vocales a través de la membrana cricoti- queo debía aplicarse con cautela, cuando menos, en
roidea conlleva la propagación de la solución anesté- pacientes con alto riesgo de aspiración gástrica.
sica a las estructuras traqueales y, mediante la tos, ha- Otro consejo útil consiste en administrar la in-
cia las estructuras laríngeas superiores (fig. 30-1). yección de anestésico local tras solicitar al paciente
que exhale con fuerza. Esto obliga al paciente a ins-
Posición. El paciente se coloca en decúbito su- pirar inicialmente antes de toser, haciendo predeci-
pino; se habrá retirado la almohada y colocado el ble la anestesia de las vías respiratorias más distales.
226 Atlas de anestesia regional

HIOIDES

Epiglotis (seccionada)

Membrana tirohioidea
(seccionada)

Pliegue vestibular
(seccionado)

Ventrículo
TIROIDES (seccionado)

Ligamento vocal
(seccionado)
Membrana cricotiroidea
(seccionada)

CRICOIDES (seccionado)

Propagación
del anestésico
local TRÁQUEA

FIGURA 30-1
Bloqueo translaríngeo:
anatomía y propagación
del anestésico local.

HIOIDES
Membrana
tirohioidea

TIROIDES
Membrana
cricotiroidea-Inyección
en la línea media

Istmo de
la glándula
tiroides

Tráquea
FIGURA 30-2
Bloqueo translaríngeo:
anatomía y técnica.
31
Anatomía del tronco
Anatomía del tronco 229

Numerosas técnicas de anestesia regional se basan procedimientos quirúrgicos mayores durante un


en el bloqueo de los nervios somáticos torácicos o bloqueo somático exclusivamente, su uso adecuado
lumbares (paravertebrales). Como se ilustra en la fi- con anestésicos locales de acción prolongada pro-
gura 31-1, la inervación somática torácica y lumbar duce una analgesia útil. Asimismo, cuando se dis-
se extiende desde el tórax y las axilas hasta los de- ponga de anestésicos locales de acción prolongada,
dos de los pies. Aunque pueden efectuarse pocos posiblemente ciertos bloqueos de los nervios somá-

T1
T1 T2
T2 T3
T3 T4
T5
T4 T6
T5 T7
T6 T8
T9
T7 T10
T8 T11
T9 T12
L1
T10 L2
L3
T11 L4
L5
T12
L1

L2
L1
L3
L2

L4
L3

L5

L4

L5
FIGURA 31-1
Anatomía del tronco:
dermatomas.
230 Atlas de anestesia regional

M. paraespinoso Ramo dorsal


R. medial R. lateral

M. dorsal ancho

M. intercostal
externo

M. intercostal
intermedio
N. intercostal
(ramo ventral)
M. intercostal
interno

M. serrato Ganglio espinal


anterior R. cutánea lateral

Raíces dorsales
Raíces ventrales
Ramos comunicantes
grises y blancos

Tronco simpático MÉDULA


(ganglio) ESPINAL

Ramo dorsal

FIGURA 31-2
Anatomía del tronco:
proyección transversal. R. cutánea anterior Ramo ventral

ticos torácicos o lumbares, como el bloqueo de los comunicantes blancos y reciben neuronas posgan-
nervios intercostales, podrán producir una analgesia glionares de la cadena simpática a través de los ra-
postoperatoria aún más adecuada. mos comunicantes grises. Estos ramos del sistema
Una de las ventajas del bloqueo somático (para- simpático se conectan con los nervios espinales cer-
vertebral) frente a los bloqueos neuroaxiales es su ca de su salida a través de los agujeros interverte-
capacidad para evitar la interrupción del sistema brales. Los ramos dorsales de estos nervios espina-
nervioso simpático. Como se muestra en la figura les confieren la inervación de las estructuras dorsales
31-2, los principales nervios somáticos son los ra- de la línea media. La rama medial del ramo prima-
mos ventrales de los nervios torácicos y lumbares. rio dorsal inerva las estructuras vertebrales dorsales,
Además, como se muestra en el cuadro de la figura incluidos los ligamentos supraespinoso e intraespi-
31-2, los nervios aportan fibras simpáticas pregan- noso, el periostio y la cápsula fibrosa de la articula-
glionares a la cadena simpática a través de los ramos ción interapofisaria.
32
Bloqueo mamario
Bloqueo mamario 233

PERSPECTIVA Selección de pacientes.••Cualquier individuo


que requiera un procedimiento quirúrgico sobre la
Se ha suscitado un creciente interés por la práctica mama es candidato para un bloqueo mamario, aun-
de procedimientos quirúrgicos «menores» para el que se tendrá siempre presente la sedación adecua-
cáncer de mama, que con frecuencia implican la da durante el bloqueo y la realización de la cirugía.
lumpectomía o la mastectomía simple y evitan los
procedimientos amplios que en épocas pasadas se Selección de fármacos. El bloqueo mamario está
practicaban sobre la pared torácica y que, en oca- diseñado para producir bloqueo sensitivo más que
siones, también afectaban a las estructuras del hom- bloqueo motor. Por dicho motivo, es posible adminis-
bro. Por este motivo, los bloqueos mamarios pueden trar bajas concentraciones de anestésico local como,
ser apropiados para mujeres que van a ser sometidas por ejemplo, lidocaína o mepivacaína al 0,75-1%; o
a intervenciones por cáncer de mama. bupivacaína al 0,25%.

C3

C4

C5

T1

T2

T3

T4

T5

T6

T7

T8

T9

T10
FIGURA 32-1
Anatomía del bloqueo
mamario: dermatomas.
234 Atlas de anestesia regional

LOCALIZACIÓN Adicionalmente, se requiere la infiltración subcutá-


nea de la línea media para bloquear las fibras del ner-
Anatomía. Los nervios implicados en el blo- vio intercostal que atraviesa la línea media desde el
queo mamario son los intercostales segundo a sép- lado contralateral. La infiltración subcutánea se fa-
timo y algunas ramas terminales del plexo cervical cilita con el uso de una aguja de 10 a 12 cm.
superficial (fig. 32-1). En cambio, si se utiliza un abordaje posterior de
los nervios intercostales, el paciente se colocará en
Posición. Si el bloqueo de los nervios intercos- decúbito prono y el bloqueo nervioso intercostal se
tales se practica en la línea medioaxilar, éste puede efectuará desplazando la aguja caudal al borde in-
efectuarse con el paciente en decúbito supino. De ferior de las costillas de T2 a T7 (fig. 32-2B). Esta
manera inversa, estos mismos nervios pueden loca- técnica se describe en el capítulo 33. Si se elige el
lizarse desde un abordaje posterior si el paciente está abordaje posterior, también debemos realizar la in-
en decúbito prono. filtración subcutánea, como se ha descrito previamen-
te. Algunos anestesiólogos emplean bloqueos para-
Punción con aguja. El bloqueo mamario puede vertebrales (C7-T7) en lugar de intercostales para la
efectuarse practicando el bloqueo de los nervios in- anestesia regional de la cirugía mamaria.
tercostales de T2 a T7 en la línea medioaxilar con el
paciente en decúbito supino, como se muestra en la Problemas potenciales. Con esta técnica (o con
figura 32-2A. El brazo del paciente estará en ab- el bloqueo paravertebral) puede producirse neu-
ducción a la altura del hombro y se colocará en un motórax, aunque debería ser infrecuente.
soporte braquial o tucked bajo la cabeza como se
muestra en la figura 32-2A. El bloqueo nervioso in-
tercostal puede realizarse con una aguja de 3 cm de CONSEJOS PRÁCTICOS
bisel corto, de 22 G y 5 ml de solución de anestési-
co local. La punción será caudal a cada costilla ale- En la mayoría de casos, lo adecuado es una sedación
jando la punta de la aguja de su borde inferior. Si se profunda combinada con el bloqueo mamario. Las
produce analgesia insuficiente, posiblemente se re- pacientes deben conocer esta posibilidad antes de
quiera añadir una infiltración subcutánea porque someterse a esta técnica, debido a la comprensible
pueden haberse obviado las ramas cutáneas del ner- ansiedad que con frecuencia acompaña a la cirugía
vio intercostal. Ello es posible porque el nervio cutá- mamaria. Además, algunas pacientes que desean
neo lateral puede haberse ramificado en sentido dor- conservar un «sentido del control» durante la ci-
sal en algunos pacientes. Además del bloqueo rugía mamaria reconstructiva o implantológica son
nervioso intercostal, se practicará la infiltración sub- candidatas ideales para este procedimiento porque
cutánea con anestésico local en un patrón de L in- se evita la pérdida del control asociada a la aneste-
vertida, como se muestra en la figura 32-2C. Esta in- sia general. Finalmente, también puede emplearse
filtración clavicular se añadirá para interrumpir las un bloqueo paravertebral torácico (v. cap. 37), que
ramas del plexo cervical superficial que confieren es de igual forma un método eficaz para el bloqueo
sensibilidad a regiones de la pared torácica superior. de los nervios intercostales.
Bloqueo mamario 235

Decúbito supino

T2
T4
T6
T3
T5
T7
A

Decúbito prono

7 6 5 4 3 2 1
9 8
10
11
12

Infiltración
subcutánea

FIGURA 32-2
Bloqueo mamario: posición
C y técnica.
33
Bloqueo intercostal
Bloqueo intercostal 239

PERSPECTIVA fibras simpáticas a la cadena simpática a través de


los ramos comunicantes blancos (rama 1) y recibe
Los bloqueos nerviosos intercostales confieren una neuronas posganglionares del ganglio de la cadena
analgesia excelente de la pared torácica. Por tanto, simpática a través de los ramos comunicantes grises
son una técnica adecuada para la analgesia tras ci- (rama 2). Estos ramos se reúnen con los nervios es-
rugía abdominal superior y torácica, así como para pinales cerca de su salida por los agujeros interver-
el tratamiento del dolor en las fracturas costales. tebrales. Asimismo, poco después de salir por los
También es posible practicar procedimientos quirúr- agujeros de conjunción, los ramos dorsales que vehi-
gicos menores sobre la pared torácica o abdominal culizan fibras cutáneas y motoras posteriores (rama
aplicando únicamente bloqueos intercostales, aun- 3) inervan la piel y los músculos de la región para-
que con frecuencia es necesario complementar la vertebral. La rama cutánea lateral del nervio inter-
analgesia con otro tipo de técnica. Además, el blo- costal sale inmediatamente anterior a la línea me-
queo intercostal puede emplearse cuando se colocan dioaxilar antes de enviar fibras subcutáneas posterior
drenajes torácicos (tubos de toracostomía) o se in- y anteriormente (rama 4). La terminación del ner-
sertan sondas de alimentación por gastrostomía. vio intercostal se conoce como rama cutánea ante-
rior (rama 5). Medialmente al ángulo costal, el nervio
Selección de pacientes. Cualquier paciente intercostal está entre la pleura y la fascia intercostal
puede ser candidato para la realización de este blo- interna. En la región paravertebral sólo hay tejido
queo, aunque cabe destacar que con la obesidad au- conjuntivo y adiposo laxo entre el nervio y la pleu-
menta su dificultad técnica. ra. En el ángulo costal posterior, el área más fre-
cuentemente utilizada durante el bloqueo nervioso
Selección de fármacos. En cuanto a la elección intercostal, el nervio se encuentra entre los múscu-
del anestésico local, dependerá de la necesidad de los intercostales intermedios y el músculo intercos-
producción de bloqueo motor. Si el bloqueo inter- tal interno. En su trayecto, el nervio intercostal re-
costal se combina con una anestesia general super- corre los espacios intercostales caudal a la arteria y
ficial para cirugía intraabdominal que precisa relaja- vena intercostales que le acompañan.
ción de la musculatura abdominal, se requiere una
concentración superior del anestésico local. En esta Posición. De modo ideal, para bloquear el ner-
situación, son apropiadas bupivacaína o ropivacaína vio intercostal en la mejor localización (es decir, in-
al 0,5%, lidocaína al 1,5% o mepivacaína al 1,5%. De mediatamente lateral a los músculos paraespinosos
manera inversa, si todo lo que se necesita del blo- en el ángulo de las costillas), el paciente se coloca
queo es una anestesia sensitiva, son adecuadas bu- en decúbito prono. Se emplaza una almohada bajo
pivacaína al 0,25%, ropivacaína al 0,2%, lidocaína al la región media del abdomen del paciente para re-
1% o mepivacaína al 1%. ducir la lordosis lumbar y posteriormente acentuar
los espacios intercostales. Asimismo, se permite que
los brazos cuelguen por los bordes de la mesa de blo-
LOCALIZACIÓN queo (o camilla) para permitir que las escápulas ro-
ten tan lateralmente como sea posible.
Anatomía. Los nervios intercostales son los ra-
mos ventrales de T1-11. El duodécimo nervio torá- Punción con aguja. Para la mayoría de bloqueos
cico describe un trayecto subcostal y técnicamente regionales es aconsejable utilizar un rotulador para
no es un nervio intercostal. El nervio subcostal pue- definir las referencias anatómicas y en ninguno es
de emitir ramas a los nervios ilioinguinal e iliohi- tan importante como en el bloqueo nervioso inter-
pogástrico. Asimismo, algunas fibras del primer ner- costal. Se marcará la línea media de T1 a L5 y pos-
vio torácico también se unen con fibras de C8 para teriormente se trazarán dos líneas paramedianas en
formar el tronco inferior del plexo braquial. Otra va- el ángulo posterior de las costillas. Estas líneas se an-
riación notable de la anatomía de los nervios inter- gularán medialmente en la región torácica superior
costales es la contribución de algunas fibras de T2 y de manera que discurran paralelas al borde medial
T3 a la formación del nervio intercostobraquial. La de la escápula. Palpando y definiendo con cuidado
distribución terminal de este nervio inerva la piel de el borde inferior de cada costilla a lo largo de estas
la cara medial del brazo. dos líneas paramedianas puede crearse un esquema
El examen de un nervio intercostal individual como el de la figura 33-2. Antes de la punción, se
muestra que en su composición existen cinco ramas administra la sedación intravenosa adecuada para
principales (fig. 33-1). El nervio intercostal aporta producir amnesia y analgesia durante las múltiples
240 Atlas de anestesia regional

FIGURA 33-1
Bloqueo nervioso
intercostal: anatomía
transversal.

Á C
N O
G S
U T
L A
O L

Rama 3
Ramos dorsales

Ramas 1, 2
Ramos comunicantes
M. intercostal grises y blancos
LATERAL Rama 4
interno
R. cutánea lateral
M. intercostal
intermedio

Vena
Arteria
Nervio
M. intercostal
Externo
Intermedio
Interno
Rama 5
R. cutánea anterior
Bloqueo intercostal 241

FIGURA 33-2
Bloqueo nervioso
intercostal: posición
y técnica.

inyecciones necesarias para el bloqueo. Pueden co intercostal (es decir, a una distancia de 2-4 mm
combinarse barbitúricos, benzodiazepinas, ketamina caudal al borde de la costilla). Con la aguja en posi-
u opiáceos de acción corta. Se realizan unos habo- ción, se inyectan de 3 a 5 ml de solución de anesté-
nes cutáneos con una aguja de 30 G en cada uno de sico local. Seguidamente se repite el proceso para
los puntos de inyección marcados y seguidamente se cada nervio que se va a bloquear. Es importante sa-
efectúa el bloqueo intercostal bilateral. Como se ber que en ciertos pacientes con caquexia o en ca-
ilustra en la figura 33-3, se conecta una aguja de bi- sos graves de deformidad torácica en barril, la in-
sel corto, de 3 a 4 cm y de 22 G a una jeringa de yección intercostal se practica con mayor seguridad
control de 10 ml. Es importante que se sigan e in- con una aguja aún más corta y de 23 o 25 G.
corporen a la técnica sistemática del anestesiólogo El bloqueo intercostal en el ángulo posterior de las
las posiciones de la mano y de los dedos ilustradas costillas no es el único método aplicable a la aneste-
en la figura 33-3. sia clínica regional. Como se describe en el capítulo
Empezando en la costilla más caudal del bloqueo, 32, el bloqueo intercostal también puede practicarse
se usan el dedo índice y tercero de la mano izquier- de manera eficaz en la línea medioaxilar mientras el
da para retraer la piel hacia arriba y por encima de paciente está en decúbito supino (fig. 33-4). Esta po-
la costilla. Se introducirá la aguja a través de la piel sición es más cómoda en muchas situaciones y pro-
entre las puntas de los dedos retractores y se avan- bablemente está infrautilizada. Una de las inquietu-
zará hasta contactar con la costilla. Es importante des suscitadas con el abordaje lateral de los nervios
impedir que la aguja penetre a una profundidad su- intercostales estriba en que la rama cutánea lateral
perior a la que los dedos palpatorios definen como del nervio intercostal podría no quedar bloqueada.
costilla. Una vez la aguja ha contactado con la cos- Exploraciones mediante tomografía computarizada
tilla, la mano derecha mantiene firmemente el con- han demostrado que las soluciones inyectadas se
tacto mientras la mano izquierda se desplaza para propagan rápidamente a lo largo del surco subcostal
sostener el pabellón y el cuerpo de la aguja entre el en una distancia de varios centímetros. Por tanto,
pulgar, el índice y el dedo medio. Es importante que aun cuando se practique un bloqueo intercostal la-
la eminencia hipotenar de la mano izquierda esté teral, la rama lateral se bañará con solución de
aplicada con firmeza contra la espalda del paciente. anestésico local.
Esta colocación de la mano permite el máximo con-
trol de la profundidad de la aguja mientras la mano Problemas potenciales. La preocupación prin-
izquierda «desplaza» la aguja alejándola del margen cipal del bloqueo nervioso intercostal es el neu-
inferior de la costilla y conduciéndola hacia el sur- motórax. Aunque la incidencia de esta complicación
242 Atlas de anestesia regional

FIGURA 33-3
Bloqueo nervioso 1 2
intercostal: técnica
por etapas (1-6).

3 4

5 6

Según Steven Fisher


Bloqueo intercostal 243

R. CUTÁNEA ANTERIOR

R. CUTÁNEA LATERAL

T3
T4 T5 T6 T7 T8 T9 T10

FIGURA 33-4
Bloqueo nervioso
intercostal: técnica lateral.

es extraordinariamente baja, muchos médicos evitan traciones plasmáticas máximas pueden retrasarse
este bloqueo porque imaginan una elevada frecuen- entre 15 y 20 min, se vigilará estrechamente a los
cia y graves complicaciones. Los datos indican que pacientes tras la finalización del bloqueo, al menos
la incidencia de neumotórax es inferior al 0,5% y que durante dicho intervalo de tiempo.
cuando se produce, la cuidadosa observación clíni-
ca es habitualmente todo cuanto se precisa. La inci-
dencia de neumotórax sintomático tras el bloqueo CONSEJOS PRÁCTICOS
intercostal es incluso inferior, aproximadamente de
1:1.000. Si se precisase tratamiento, puede practi- El bloqueo nervioso intercostal requiere una seda-
carse una aspiración con aguja que en la mayoría de ción adecuada para que los pacientes puedan estar
los casos consigue una reexpansión pulmonar ade- cómodamente sobre la mesa durante la realización
cuada. Se practicará un drenaje torácico sólo si no de la técnica. La combinación de sedantes parece ser
se obtiene la reexpansión pulmonar después de un la más efectiva. Cada anestesiólogo desarrollará una
período razonable de observación o tras aspiración «receta» para la sedación, pero la combinación de
percutánea. una benzodiazepina, un narcótico de acción corta
Como resultado de la vascularización del espacio y/o ketamina, hace que los pacientes acepten rápi-
intercostal, en los bloqueos intercostales múltiples damente el procedimiento. Además, cada anestesió-
las concentraciones sanguíneas de anestésico local logo desarrollará un método adecuado para el man-
son superiores a las de cualquier otra técnica están- tenimiento del control de la mano y la aguja durante
dar de anestesia regional. Puesto que estas concen- la realización del bloqueo.
34
Anestesia
interpleural
Anestesia interpleural 247

PERSPECTIVA LOCALIZACIÓN

El bloqueo interpleural es una técnica que se ha de- Anatomía. El espacio pleural se extiende desde
sarrollado en un intento de «simplificar» la anestesia el vértice pulmonar hasta el ángulo pleural inferior
somática y visceral tras la cirugía torácica o abdomi- aproximadamente a la altura de L1. También se re-
nal superior. Aunque se han realizado numerosas in- laciona con las estructuras mediastínicas posteriores
vestigaciones, aún no se ha establecido claramente la y anteriores, como se ilustra en la figura 34-1.
relación riesgo-beneficio de este procedimiento.
Posición. En la mayoría de los casos, el pacien-
Selección de pacientes.••Aunque todavía no se te está inclinado en posición oblicua con el lado que
han definido unánimemente criterios de selección se va a bloquear en presentación superior, como se
adecuados, se ha empleado con mayor frecuencia en ilustra en la figura 34-2. El anestesiólogo se coloca
pacientes sometidos a cirugía abdominal superior y a la espalda del paciente.
de flanco, o bien en los que se recuperan de fractu-
ras costales. Punción con aguja. Una vez el paciente está ade-
cuadamente colocado y acomodado con una almo-
Selección de fármacos. Habitualmente se in- hada, se realiza un habón cutáneo en el séptimo es-
yectan de 20 a 30 ml de solución de anestésico lo- pacio intercostal inmediatamente craneal a la octava
cal a través de una aguja o catéter interpleurales. La costilla y aproximadamente 10 cm lateral a la línea
concentración y el tipo de anestésico local utilizados media. Si se selecciona una técnica continua, se eli-
con mayor frecuencia son bupivacaína al 0,25-0,5% ge una aguja que permita el paso de un catéter a su
y ropivacaína al 0,2-0,5%. través (frecuentemente epidural). Si se utiliza una

FIGURA 34-1
Bloqueo interpleural:
anatomía.
N. esplácnico menor Espacio pleural

Costilla
Espacio
pleural
ESÓFAGO
AORTA PULMÓN

Nervios
intercostales

N. esplácnico Espacio
PULMÓN
pleural
248 Atlas de anestesia regional

SÉPTIMO ESPACIO INTERCOSTAL

FIGURA 34-2
Bloqueo interpleural:
posición y técnica.

técnica de inyección única, puede emplearse una identificará por una caída de la columna líquida. Se-
aguja de bisel corto de longitud suficiente para al- guidamente, se asegurará la aguja y continuará el
canzar el espacio pleural. (Los que abogan por este procedimiento como en el método de pérdida de re-
bloqueo proponen una técnica de inyección múltiple sistencia.
a través del catéter; por tanto, no es frecuente la téc- Una vez la aguja está en posición, se inyecta el
nica de inyección única.) Para identificar la entrada anestésico local (si se trata de una técnica de inyec-
en el espacio pleural puede emplearse una técnica de ción única) o se pasa un catéter a su través. Si se em-
pérdida de resistencia como la utilizada en anestesia plea un catéter, éste se introducirá aproximadamen-
epidural. Ésta se realizaría con una jeringa que con- te 10 cm en el espacio pleural, con cuidado de
tenga aproximadamente 2 ml de suero salino. Cuan- minimizar el volumen de aire transferido a través de
do la punta de la aguja está en el espacio pleural se la aguja. El catéter se debe asegurar en una posición
apreciaría una disminución de la resistencia en el ém- que no interfiera con el procedimiento quirúrgico.
bolo de la jeringa. Posteriormente observaríamos que Después se infunden de 20 a 30 ml de anestésico lo-
realizamos la inyección de la solución de anestésico cal y se coloca al paciente en decúbito supino para
local a través de la aguja con suma facilidad. permitir su correcta distribución.
Algunos clínicos proponen una técnica modifi-
cada de «gota colgante». Estos anestesiólogos han Problemas potenciales. Aunque puede parecer
acuñado un nuevo término como descripción de que el neumotórax se asocia a cualquier técnica que
esta técnica, la «columna en caída». Si se retira el penetra en el espacio pleural, aparentemente es un
émbolo de la jeringa presentada en la figura 34-2 y problema infrecuente con la anestesia interpleural.
se observa la columna de solución salina, la entra- A pesar de esta observación, hará falta más tiempo
da de la punta de la aguja en el espacio pleural se para poder aclarar la auténtica incidencia de neu-
Anestesia interpleural 249

motórax. Un segundo inconveniente de este bloqueo sión del anestésico local desde el espacio pleural ha-
es la naturaleza impredecible de su calidad analgési- cia los nervios intercostales a través de la membra-
ca. Parece ser una técnica aceptable, lo que puede na intercostal. Otro posible mecanismo radica en la
deberse a la creciente experiencia del anestesiólogo distribución al mediastino posterior a través de la
en su realización. pleura, lugar en el que el anestésico local confiere
analgesia visceral al contactar con los nervios esplác-
nicos mayor, menor e inferior. Cuando se disponga
CONSEJOS PRÁCTICOS de más información, probablemente averiguaremos
que este tipo de bloqueo es el resultado de una com-
El mecanismo subyacente a la anestesia interpleural binación de estos dos mecanismos junto con la anal-
sigue siendo incierto. Como se ilustra en la figura gesia promovida por la absorción sistémica de
34-1, uno de los mecanismos propuestos es la difu- anestésico local.
35
Bloqueo somático
lumbar
Bloqueo somático lumbar 253

PERSPECTIVA dolorosos abdominales inferiores y dolor posther-


niorrafia.
Se emplea frecuentemente para complementar una
anestesia en la que se han practicado bloqueos ner- Selección de pacientes. El bloqueo somático
viosos intercostales múltiples. El bloqueo somático lumbar se emplea con frecuencia en las clínicas del
lumbar, junto con el bloqueo nervioso intercostal, dolor. Sin embargo, algunos pacientes quirúrgicos,
permite la anestesia para la cirugía abdominal infe- como los sometidos a herniorrafia, se benefician del
rior e incluso de la región superior de la extremi- uso adecuado del bloqueo. Además, aunque la fre-
dad inferior. Por ejemplo, el bloqueo somático lum- cuencia de la incisión en el flanco para procedi-
bar de T12, L1 y L2 cubre la mayor parte de los mientos quirúrgicos renales se ha reducido desde el
requerimientos de la herniorrafia inguinal. Además, advenimiento de la litotricia, los pacientes someti-
los bloqueos individuales de nervios lumbares (in- dos a estas intervenciones pueden ser tratados con
cluido el bloqueo de T12 en la salida espinal L1) una combinación de bloqueo intercostal inferior,
pueden permitir la diferenciación entre síndromes somático lumbar y anestesia general «ligera».

T12
N. subcostal T12

Apófisis
L1 transversa L1
MÚSCULOS N. L1
PARAESPINOSOS

L2
N. L2

L3
N. L3

L4
N. L4

L5
N. L5 ÍLEON

N. S1

M. GLÚTEO N. S2
MAYOR
N. S3

N. S4

FIGURA 35-1
Bloqueo somático lumbar:
anatomía.
254 Atlas de anestesia regional

Selección de fármacos.••La elección está limita- nera similar, la raíz somática T12 (un nervio sub-
da sólo por la extensión del bloqueo y la posibilidad costal) se encuentra inmediatamente anterior a la
de producir toxicidad sistémica. Si la precisión extensión lateral de la apófisis transversa de L1.
diagnóstica es esencial en síndromes de dolor cró- Volviendo a la analogía nerviosa intercostal, cada
nico, se aplican volúmenes pequeños, de 1 a 2 ml; nervio lumbar da una rama inmediatamente poste-
si se desea anestesia quirúrgica, se emplean volúme- rior para los músculos paravertebrales y la piel de la
nes de 5 a 7 ml por raíz lumbar. espalda. Como sucede con la anatomía nerviosa in-
tercostal, el nervio somático lumbar también recibe
ramos comunicantes blancos de los primeros dos o
LOCALIZACIÓN tres nervios lumbares y origina ramos comunicantes
grises para todos los nervios somáticos lumbares.
Anatomía. El bloqueo somático lumbar para- Tras estas conexiones con el sistema nervioso simpá-
vertebral es similar a un bloqueo intercostal. La cor- tico, el nervio somático pasa directamente al múscu-
ta apófisis transversa vertebral (una «costilla rudi- lo psoas mayor o se sitúa en un plano entre los mús-
mentaria») se convierte en el punto anatómico de culos psoas y cuadrado lumbar. En este punto los
referencia para la posición de la aguja. Cada nervio nervios originan interconexiones para formar el ple-
somático lumbar abandona los agujeros de conjun- xo lumbar. En la figura 35-3 se realiza una descrip-
ción ligeramente caudal y ventral a la apófisis trans- ción de esta anatomía transversal. La figura 35-4 ilus-
versa de su nivel vertebral respectivo (fig. 35-1). tra la distribución cutánea de los nervios somáticos
Como se ilustra en la figura 35-2, desde los agu- lumbares.
jeros intervertebrales, los nervios somáticos se diri-
gen en sentido caudal y anterior y, discurren hacia Posición. La realización de la técnica se basa en
la extensión lateral de la apófisis transversa del cuer- el concepto de que el bloqueo somático lumbar es si-
po vertebral inmediatamente distal (v. fig. 35-1). Por milar al bloqueo nervioso intercostal. La posición
ejemplo, cuando la raíz somática L1 deja su agujero más adecuada consiste en colocar al paciente en
intervertebral, discurre inmediatamente anterior al decúbito prono, con una almohada bajo el abdomen
borde lateral de la apófisis transversa de L2. De ma- inferior para reducir la lordosis lumbar. Se trazan

M. GLÚTEO
MAYOR

MÚSCULO PARAESPINOSO

L5 L4 L3 L1 T12
L2

ÍLEON 12

TRONCO
SIMPÁTICO 11

10

FIGURA 35-2
Bloqueo somático lumbar:
anatomía.
Bloqueo somático lumbar 255

Tronco simpático Ao
VCI

N. genitofemoral
N. somático
L2 M.
Plexo lumbar M. cuadrado
psoas
lumbar

APÓFISIS TRANSVERSAS

MM. PARAESPINOSOS

FIGURA 35-3
Bloqueo somático lumbar:
anatomía transversal.

T10
T10 T11
T11 T12
T12 L1
L1 L1 L2
L2 L3
L2 S3
L4
L5 S4
S1 S5
L3 L3 S2 S2

L4 L4

L5 L5

S2 S2

S1 S1

S1 L5 L5
FIGURA 35-4
Bloqueo somático lumbar:
anatomía dermatómica.
256 Atlas de anestesia regional

T12 T12
2,5 cm

1 L1

L2
2

L3
3

L4
4

L5
L5

FIGURA 35-5
Bloqueo somático lumbar:
anatomía superficial.

unas marcas cutáneas como se ilustra en la figura 35- (posición de la aguja 1). Si no contactamos a dicha
5, es decir, se identifica y marca la apófisis espinosa profundidad significa que la aguja ha pasado entre
de cada vértebra correspondiente a las raíces que hay dos apófisis transversas.
que bloquear. A continuación, desde el borde cefáli- Para acercarnos a esta estructura ósea, se practi-
co de cada una de las espinas lumbares posteriores, ca una inserción repetida de la aguja a través del mis-
se trazan unas líneas horizontales en las que se mar- mo habón cutáneo, pero con una ligera angulación
can unos puntos de 2,5 a 3 cm laterales a la línea cefálica. Una vez se ha identificado la apófisis trans-
media. El borde cefálico de cada espina lumbar pos- versa, se retira la aguja hasta una localización sub-
terior está aproximadamente en el mismo plano ho- cutánea antes de dirigirla inmediatamente caudal a
rizontal de su propia apófisis transversa y éste es el ésta, lo que permite el bloqueo de la raíz lumbar co-
concepto en el que se basa la colocación de estos rrespondiente a la misma vértebra lumbar. La aguja
puntos de referencia. Seguidamente se practican se reinsertaría inmediatamente cefálica a la apófisis
unos habones cutáneos en estos puntos a la altura transversa si lo que se desea es bloquear la raíz lum-
del borde inferior de la apófisis transversa y se in- bar correspondiente al segmento superior. A medi-
serta una aguja de 8 cm y 22 G en un plano verti- da que la aguja «se aleja» en profundidad respecto
cal, sin la jeringa montada (fig. 35-6). A medida que a la apófisis transversa, se avanzará aproximada-
avanza la aguja, llegamos a la apófisis transversa a mente el grosor de la apófisis transversa o aproxi-
una profundidad promedio en el adulto de 3 a 5 cm madamente 1-2 cm tras perder contacto óseo (posi-
Bloqueo somático lumbar 257

1
2

2,5 cm

Apófisis
transversa L2

N. somático L1

CUERPO
Tronco
simpático
FIGURA 35-6
Bloqueo somático lumbar:
técnica.

ción de la aguja 2). Esta posición coloca la punta en bloqueo simpático lumbar; cuando sucede, puede
el plano inmediatamente anterior a la apófisis trans- producirse una reducción de la presión arterial simi-
versa. Cuando se ha establecido la posición final de lar a la observada durante la anestesia espinal.
la aguja, se inyectan aproximadamente 5 ml de so-
lución de anestésico local. Se repetirá el procedi-
miento en todos los puntos en los que se desea el CONSEJOS PRÁCTICOS
bloqueo anestésico.
El bloqueo del nervio torácico 12 se practica de ma-
Problemas potenciales. Puesto que las raíces nera eficaz mediante la localización de la raíz supe-
lumbares están en estrecha proximidad con otras es- rior a la apófisis transversa de L1. Este método es
tructuras neuroaxiales, cabe la posibilidad de produ- preferible a los intentos de bloquearlo como nervio
cir anestesia epidural y subaracnoidea tras intentos de intercostal en el ángulo costal. Si estos bloqueos se
bloqueo somático lumbar. Es probable que en dichos emplean para herniorrafia, debe tenerse en cuenta
casos se haya angulado la aguja medialmente duran- que un anestésico local de acción prolongada puede
te su inserción en lugar de mantenerse en un plano limitar la capacidad de los pacientes para deambu-
parasagital. Además, debido a la proximidad del gan- lar normalmente durante varias horas ya que puede
glio simpático a las raíces lumbares, si la aguja se in- producirse cierta debilidad de los flexores de la ca-
serta a demasiada profundidad se puede provocar un dera con el bloqueo de las raíces L1 y L2.
36
Bloqueo inguinal
Bloqueo inguinal 261

PERSPECTIVA de que con frecuencia es necesario complementar in-


traoperatoriamente el bloqueo inguinal por parte del
El bloqueo inguinal es fundamentalmente una téc- cirujano inyectando una nueva dosis de anestésico
nica de bloqueo periférico para la herniorrafia in- local en la proximidad del cordón espermático. Por
guinal. tanto, el volumen de anestésico local empleado du-
rante el bloqueo inicial no debe ser elevado para no
Selección de pacientes.••Un número creciente obstaculizar la inyección intraoperatoria adicional.
de pacientes se somete a herniorrafia inguinal en ré-
gimen ambulatorio, pudiendo incorporarse este blo-
queo en la mayoría de las ocasiones. LOCALIZACIÓN

Selección de fármacos. El bloqueo motor no es Anatomía.••La inervación de la región inguinal


esencial para el éxito de este procedimiento, por tan- procede de las extensiones distales de los nervios
to, pueden elegirse concentraciones bajas de anesté- más cefálicos del plexo lumbar (es decir, los nervios
sicos locales de acción intermedia o prolongada. Por iliohipogástrico e ilioinguinal), que se originan del
ejemplo, son adecuadas lidocaína al 1% o mepivacaí- primer nervio lumbar, y el nervio genitofemoral, que
na al 1%, así como bupivacaína al 0,25% o ropiva- se origina de los nervios lumbares primero y segun-
caína al 0,2%. El anestesiólogo debe ser consciente do (fig. 36-1). Estas extensiones periféricas del ple-

FIGURA 36-1
Bloqueo inguinal: anatomía.

T10

T11
L1

T12
N. subcostal T12

R. femoral
N. genitofemoral N. ilioinguinal
N. femoro- L1
cutáneo
lateral R. genital
L2, 3 N. ilioinguinal
N. genitofemoral

S2, 3 R. femoral
N. genitofemoral

N. femoral
N. pudendo
L2, 3, 4 L2

R. genital
N. genitofemoral

N. femoral
262 Atlas de anestesia regional

xo lumbar y el nervio torácico 12 siguen un trayec- ciente en una posición adecuada para poder emplear
to circular debido a la morfología caliciforme del la espina ilíaca anterosuperior como punto anatómi-
ilion. En su porción anterior, estos nervios discurren co de referencia.
(fig. 36-2) cerca de una referencia anatómica im-
portante para el bloqueo, la espina ilíaca anterosu- Punción con aguja. Mientras el paciente está
perior. En la proximidad de ésta, los nervios toráci- en decúbito supino, se marcará la espina ilíaca an-
co 12 e iliohipogástrico se encuentran entre los terosuperior. Se trazará otra marca aproximada-
músculos oblicuos interno y externo. El nervio ilio- mente 3 cm medial e inferior a la espina ilíaca an-
inguinal se encuentra inicialmente entre el músculo terosuperior. Se realiza un habón cutáneo y se
transverso abdominal y el músculo oblicuo interno, inserta una aguja de 8 cm y 22 G en dirección ce-
y a continuación, penetra en el músculo oblicuo in- falolateral (posición de la aguja 1) para contactar
terno medial a la espina anterosuperior. Todos estos con la superficie interna del ilion, como se ilustra
nervios discurren anterior y medialmente, hacién- en la figura 36-4. Se inyecta la solución de anesté-
dose superficiales en la piel y músculos de la región sico local (10 ml) a medida que la aguja se retira
inguinal (fig. 36-3). Como se muestra en la figura lentamente a través de las diferentes capas de la pa-
36-3, el nervio genitofemoral sigue un trayecto di- red abdominal. A continuación se reinserta la agu-
ferente y por ello debe recibir el complemento in- ja con un ángulo más agudo para garantizar la pe-
traoperatorio para que este bloqueo regional sea efi- netración de las tres capas musculares abdominales
caz en la herniorrafia inguinal. (posición de la aguja 2). Se repite la inyección a
medida que se retira la aguja. En pacientes muy
Posición. Puede efectuarse con el paciente en musculosos u obesos puede requerirse una terce-
decúbito supino y el anestesiólogo al lado del pa- ra inyección en un ángulo incluso más agudo. La

N. genitofemoral
N. iliohipogástrico
N. ilioinguinal L2
M. cuadrado
lumbar
L3
M. psoas

L4 M. ilíaco

L5
N. femoro-
cutáneo
lateral

Espina
ilíaca
antero-
superior

FIGURA 36-2
Bloqueo inguinal: anatomía.
N. ilioinguinal N. iliohipogástrico

R. cutánea lateral
N. subcostal (T12)

M. ilíaco

L4

M. oblicuo
interno M. psoas
M. oblicuo
externo L5
M. abdominal R. femoral
transverso N. genitofemoral
X
ESPINA ILÍACA
ANTERO- 3 cm R. genital
SUPERIOR
3 cm
M. recto
abdominal

R. cutánea
N. ilioinguinal

1
2 R. escrotal
anterior
N. ilioinguinal
R. genital
N. genitofemoral

FIGURA 36-3
Bloqueo inguinal: anatomía
y técnica.

M. glúteo mayor

M. glúteo mediano

Ilion

N. iliohipogástrico
N. ilioinguinal

M. transverso
abdominal
M. oblicuo interno
M. oblicuo externo

FIGURA 36-4
Bloqueo inguinal: anatomía
2 1 transversal y técnica.
264 Atlas de anestesia regional

Ombligo
ESPINA
ILÍACA
3 cm ANTEROSUPERIOR

PUBIS

FIGURA 36-5
Bloqueo inguinal: técnica
de infiltración.

inyección se extiende desde el habón cutáneo pre- y el cordón espermático. Un posible problema con
viamente practicado hacia el ombligo, creando un esta inyección adicional consiste en la formación de
bloqueo de campo subcutáneo. Este proceso se re- un hematoma en la región del cordón espermático.
pite desde el ombligo hasta el pubis (fig. 36-5). Se Aunque esto no perjudique de manera importante al
tendrá presente la posibilidad de que el cirujano deba paciente, puede dificultar al cirujano la adecuada di-
inyectar más anestésico local en el cordón. Esta par- sección quirúrgica.
te del bloqueo puede efectuarse intraoperatoriamen-
te debiendo tener en cuenta la dosis total de anesté-
sico administrado para evitar toxicidad sistémica. CONSEJOS PRÁCTICOS
Posibles problemas. El bloqueo inguinal es La clave para aplicar con éxito el bloqueo inguinal
principalmente un bloqueo superficial y se asocia a estriba en combinar una sedación adecuada con un
escasas complicaciones mayores. Algunos de los clí- método sistemático de inyección del anestésico lo-
nicos que abogan por esta técnica proponen la ad- cal cerca de la cresta ilíaca. Se establecerá el «siste-
ministración preoperatoria de una inyección de ma» de tal forma que garantice que se ha deposita-
anestésico local en la región del conducto inguinal do el anestésico en todo el espesor de la pared.
37
Bloqueos
paravertebrales
ANDRÉ P. BOEZAART, M.D., PH.D.

RICHARD W. ROSENQUIST, M.D.


Bloqueos paravertebrales 267

Bloqueo paravertebral través de un estimulador nervioso puede ser mal to-


cervical continuo lerada en este último caso.

PERSPECTIVA Selección de fármacos. Habitualmente se em-


plea un bolo inicial de 20 a 40 ml de bupivacaína al
El abordaje paravertebral del plexo braquial a nivel 0,5%, ropivacaína al 0,5-0,75% o levobupivacaína al
cervical es un bloqueo del plexo braquial o troncal 0,5-0,75%. Cuando se utiliza para analgesia posto-
con las mismas indicaciones que el bloqueo inte- peratoria, habitualmente se administra una infusión
rescalénico continuo. Tras el bloqueo interescaléni- continua del mismo fármaco a concentración infe-
co continuo convencional, frecuentemente los pa- rior (es decir, bupivacaína al 0,25%, ropivacaína al
cientes se quejan de una incómoda sensación de 0,2% o levobupivacaína al 0,25% con una velocidad
brazo «muerto», causada por un intenso bloqueo de infusión de 3 a 15 ml/h).
sensitivo, motor y propioceptivo. La obtención de
un bloqueo sensitivo respetando la capacidad mo-
tora que permita la participación del paciente en la LOCALIZACIÓN
rehabilitación postoperatoria (sobre todo, en pa-
cientes con un «hombro congelado») fue el objeti- Anatomía.••El plexo braquial está situado entre
vo que inspiró el diseño del bloqueo paravertebral los músculos escalenos anterior y medio (fig. 37-2).
cervical. El nervio frénico es anterior al músculo escaleno an-
En el plano del espacio paravertebral, las raíces terior y lateral al ganglio estrellado. La arteria y la
de las fibras motoras anteriores y sensitivas poste- vena vertebrales están situadas anteriormente a la
riores se unen para formar raíces nerviosas indivi- pars intervertebralis de la columna articular de las
duales, lo que puede explicar por qué se requiere vértebras. El abordaje descrito evita los músculos ex-
más intensidad de corriente eléctrica para suscitar tensores cervicales entrando en el cuello a la altura
una respuesta motora cuando se practica un bloqueo de la «V» formada por el músculo trapecio y el ele-
paravertebral cervical en comparación con el abor- vador de la escápula.
daje interescalénico anterior. Este bloqueo fue des-
crito originalmente por Kappis en la década de 1920 Posición.••El paciente se coloca en sedestación o
y modificado por Pippa en 1990. Como se describió en decúbito lateral (el músculo elevador de la escá-
originalmente, el bloqueo era doloroso, probable- pula habitualmente es más fácil de identificar si el
mente por la penetración de los músculos extenso- paciente está en sedestación). El cuello del paciente
res paraespinales del cuello. Por ello, se ha emplea- está ligeramente flexionado hacia delante. El aneste-
do de manera infrecuente hasta hace poco, cuando siólogo se coloca de pie detrás del paciente.
se ha descrito una modificación para evitar la pene-
tración de los músculos cervicales. Esta técnica mi- Punción con aguja. Tras la preparación de la
nimiza el dolor asociado a este abordaje del plexo piel con un desinfectante adecuado y la colocación
braquial, insertando la aguja en la «V» entre los de paños estériles, se practica la infiltración con
músculos elevador de la escápula y trapecio, a la al- anestésico local de la piel y tejido subcutáneo a la
tura de la sexta vértebra cervical (fig. 37-1). altura de la pars intervertebralis (columna articular),
y en el punto previsto para la tunelización del caté-
Selección de pacientes. El bloqueo paraverte- ter. Seguidamente se inserta una aguja de Tuohy ais-
bral cervical continuo está indicado para anestesia y lada de 17 o 18 G en el vértice de la «V» formada
analgesia postoperatoria tras cirugía de la extremi- por los músculos trapecio y elevador de la escápula,
dad superior, o para analgesia continua prolongada a la altura de la sexta vértebra cervical (v. figs. 37-1
con catéter en otros contextos. Es especialmente y 37-2).
adecuado para pacientes con surcos interescalénicos Se conecta la derivación negativa del estimulador
difíciles de localizar y para la inserción de un caté- nervioso, ajustando sus parámetros con una inten-
ter. Pueden emplearse técnicas de estimulación ner- sidad de corriente de 1,5 a 3 mA, una frecuencia de
viosa y de pérdida de resistencia para la realización 2 Hz y una anchura de pulso de 100 a 300 μs. Se avan-
de este bloqueo. La elección de uno u otro procedi- za la aguja anteromedialmente y aproximadamente
miento se valorará en función de si se va a colocar 30º caudal, apuntando a la escotadura supraesternal
un catéter para analgesia postoperatoria, o un blo- o al cartílago cricoides, hasta que se encuentra la
queo en pacientes con trastornos dolorosos de la ex- apófisis transversa de C6 o su pars intervertebralis
tremidad superior, ya que la activación motora a (columna articular). Se retira el estilete de la aguja
268 Atlas de anestesia regional

Cuerpo vertebral C6

Músculo escaleno anterior

Músculo escaleno medio

Músculo elevador de la escápula

Músculo trapecio

FIGURA 37-1
Bloqueo paravertebral
cervical: puntos anatómicos
de referencia para la
punción con aguja
(proyección oblicua
derecha). Obsérvese
la inserción de la aguja
en la «V» de la unión del
borde anterior del músculo
trapecio y del borde
posterior del músculo
elevador de la escápula.
Bloqueos paravertebrales 269

Músculo elevador de la escápula


Dispositivo Borde anterior del músculo trapecio
LORA

Derivación de estimulación nerviosa

FIGURA 37-2
Bloqueo paravertebral
cervical: proyección
transversal.
270 Atlas de anestesia regional

Catéter

FIGURA 37-3
Raíz nerviosa
Bloqueo paravertebral
cervical: inserción del
catéter tras la estimulación.

y se conecta una jeringa para pérdida de resistencia. que se identifica por una respuesta motora o porque
Al tiempo que se verifica continuamente la pérdida el paciente comunica una pulsación sensitiva con
de resistencia, la aguja se aleja en sentido lateral de una estimulación nerviosa ajustada a 0,5 mA), ésta
esta estructura ósea, y se avanza en dirección ante- se sujeta con firmeza mientras se retira la jeringa de
rior. Con frecuencia, cuando se entra en el espacio pérdida de resistencia. Si se emplea una técnica no
paravertebral cervical aproximadamente 0,5 a 1 cm estimuladora, se administra una inyección en bolo a
ventral a la apófisis transversa, se produce una cla- través de la aguja, seguida de la introducción de un
ra pérdida de resistencia, simultánea a una respues- catéter epidural estándar.
ta motora en los músculos del hombro. A este nivel, De lo contrario, el electrodo estimulador del elec-
las fibras motoras (anteriores) y sensitivas (poste- troneuroestimulador se une al extremo proximal del
riores) se han reunido para formar las raíces del ple- catéter estimulante de 19 o 20 G, manteniendo una
xo braquial, y típicamente, para provocar una res- corriente constante que genere fasciculaciones vivas
puesta motora, se requiere una mayor cantidad de de los músculos del hombro o de la extremidad su-
corriente en comparación con la técnica interescalé- perior; se avanza la punta del catéter 5 cm a través
nica anterior (fig. 37-3). de la punta de la aguja, como se describe en el capí-
tulo 2. Tras el avance del catéter, éste se tuneliza
Colocación del catéter.••Cuando la punta de la aproximadamente 5 cm hasta una posición adecua-
aguja se aproxima a las raíces del plexo braquial (lo da, y se cubre con un apósito transparente.
Bloqueos paravertebrales 271

Problemas potenciales. Los problemas que pue- que la técnica de inyección única requiere
den surgir son idénticos a los del bloqueo interes- 5 ml de anestésico local por metámera. Los volúme-
calénico continuo. Con este bloqueo se suele pro- nes totales pueden oscilar entre 30 y 60 ml con in-
ducir un síndrome de Horner; la parálisis del nervio yecciones unilaterales o bilaterales, respectivamente.
frénico, aunque todavía no se ha estudiado, debería Para este bloqueo puede emplearse cualquier amino-
aparecer con la misma prevalencia que en el bloqueo amida con buenos resultados.
interescalénico. El dolor cervical posterior posible-
mente indique cierto grado de penetración en los
músculos extensores del cuello. LOCALIZACIÓN

Anatomía.••En la figura 37-4 se identifican los


CONSEJOS PRÁCTICOS nervios implicados en el bloqueo paravertebral torá-
cico. El espacio paravertebral está situado inmedia-
En ocasiones, es necesario bloquear el plexo cervi- tamente anterior a la apófisis transversa y limitado
cal superficial para aliviar el dolor de las incisiones medialmente por el pedículo y el cuerpo vertebral;
cutáneas anterior y posterior que se practican para anteriormente, por la articulación costovertebral; la-
la cirugía y artroscopia del hombro, especialmente teralmente, por la costilla y la articulación costo-
el acceso posterior necesario para la cirugía ar- transversa, y posteriormente, por la apófisis trans-
troscópica del hombro o la incisión realizada para versa.
una reparación posterior de Bankart. Debido a la
proximidad del punto de entrada de la aguja al pa- Posición. Para este procedimiento, el paciente
bellón auricular, se advertirá a los pacientes del po- puede colocarse en decúbito lateral o prono, o en se-
sible «crujido» que pueden oír a medida que la agu- destación. El autor se inclina por la sedestación. El
ja de Tuohy penetra en la piel y avanza a través del anestesiólogo se colocará detrás del paciente, de ma-
tejido subcutáneo. nera similar a la posición para la realización de una
técnica epidural torácica.

Bloqueo paravertebral torácico: Punción con aguja. Con el paciente en posi-


técnica de inyección única o ción, se identifica la línea media de la espalda. Se lo-
continua calizan los niveles torácicos del bloqueo y en cada
uno se marca un punto de 2 a 2,5 cm lateral a la lí-
PERSPECTIVA nea media y a la altura del borde superior de la apó-
fisis espinosa (fig. 37-5). Es importante no elegir un
La técnica paravertebral torácica bloquea los ner- punto de entrada demasiado distante en sentido la-
vios intercostales en su salida del agujero interver- teral para evitar que la aguja penetre en la cavidad
tebral, con lo que confiere anestesia o analgesia uni- pleural. A continuación, se prepara la piel adyacen-
lateral de las paredes torácica lateral y anterior. El te a los puntos de inserción de la aguja con un de-
número de dermatomas bloqueados depende tanto sinfectante adecuado. Para la anestesia local de la
del número de niveles torácicos inyectados como del piel y tejido subcutáneo se emplea lidocaína al 1%.
volumen de cada inyección. Se avanza hacia la apófisis transversa con una aguja
de Tuohy de 22 G conectada a una extensión y a una
Selección de pacientes. Este bloqueo es efecti- jeringa de 20 ml, encontrándose ésta a una distan-
vo para los procedimientos quirúrgicos superficiales cia de 3 a 5 cm en la mayoría de los pacientes. Tras
de la pared torácica (p. ej., mastectomía), inserción contacto con la apófisis transversa y marcado de su
de drenajes torácicos y analgesia a corto plazo tras profundidad, se retirará la aguja, se redirigirá en sen-
una toracotomía o fracturas costales. También puede tido ligeramente caudal, y se avanzará 1 cm más pro-
efectuarse con un catéter para producir analgesia fundamente que la apófisis transversa. El uso de una
prolongada tras una toracotomía o fracturas costales. aguja con marcas de 1 cm a lo largo del cuerpo fa-
En algunos pacientes es deseable evitar la hipoten- cilita la colocación. Es importante no avanzar más
sión relacionada con el bloqueo simpático, aunque de 1-1,5 cm de la apófisis transversa para evitar la
éste puede aparecer con el bloqueo paravertebral por entrada en la cavidad pleural (v. fig. 37-5). El paso
propagación epidural, sobre todo, en pacientes en los de la aguja a través del espacio transverso se asocia
que se emplean altos volúmenes de anestésico local. a una típica «pérdida de resistencia». La aspiración
debe ser negativa y la inyección realizarse fácilmen-
Selección de fármacos. Al seleccionar un anesté- te. Se inyecta un volumen de 5 ml de anestésico lo-
sico local hay que considerar el grado de bloqueo sen- cal en cada nivel. Si se produce parestesia durante el
sitivo y motor deseado. Asimismo, es importante te- avance de la aguja, puede ser necesaria un ligera re-
ner en cuenta el volumen total de anestésico local, ya colocación de ésta antes de la inyección.
272 Atlas de anestesia regional

Pleura

Articulación costovertebral

Pedículo del cuerpo vertebral

Raíz nerviosa

Espacio paravertebral

Costilla

Ligamento costotransverso

Apófisis transversa

Articulación costotransversa

2-2,5 cm

FIGURA 37-4
Bloqueo paravertebral
torácico: proyección
transversal.
Bloqueos paravertebrales 273

Línea media

2-2,5 cm

Punto de punción

T6–T8

Posición de la aguja
para la inyección
1 cm

FIGURA 37-5
Bloqueo paravertebral
torácico: puntos anatómicos
de referencia para
el bloqueo.
274 Atlas de anestesia regional

M. psoas
L4

M. cuadrado lumbar

Mm. erectores de la columna

5 cm

FIGURA 37-6
Bloqueo paravertebral
lumbar: proyección
transversal.

Cresta ilíaca

Línea de Tuffier

Localización para
la punción con la aguja

L4

FIGURA 37-7
Bloqueo paravertebral
lumbar: puntos anatómicos
de referencia para
el bloqueo.
Bloqueos paravertebrales 275

CONSEJOS PRÁCTICOS to prono. El anestesiólogo se sitúa de manera simi-


lar a la punción neuroaxial.
Para que el paciente se sienta cómodo, este bloqueo
se debe complementar con sedación. Aunque pueden Punción con aguja. Después de colocar al pa-
obtenerse anestesia y analgesia similares con un abor- ciente, se traza una línea entre las crestas ilíacas (lí-
daje epidural torácico, el bloqueo paravertebral tiene nea de Tuffier). La apófisis espinosa palpable sobre
ciertas ventajas, como su localización unilateral con esta línea es habitualmente la de la cuarta vértebra
prácticamente ausencia de bloqueo simpático. lumbar. Se localiza la línea media y en el lado a anes-
tesiar se traza una segunda línea 5 cm lateral a ésta.
Se marca el punto de inserción de la aguja 3 cm cau-
dal a la línea de Tuffier a lo largo de la segunda lí-
Bloqueo paravertebral lumbar nea. Alternativamente, puede determinarse el lugar
(bloqueo del compartimento del de inserción identificando el interespacio L4-5 y tra-
psoas): técnica de inyección zando un punto 5 cm lateral a la línea media en el
única o continua lado del bloqueo (fig. 37-7). La piel se prepara asép-
ticamente, se colocan paños estériles y se anestesian
PERSPECTIVA la piel y el tejido subcutáneo con lidocaína al 1%.
Puede emplearse una aguja estimuladora, o normal
La técnica paravertebral lumbar bloquea todos los de 17 a 22 G conectada a una jeringa de 20 ml lle-
nervios lumbares, y posiblemente algunos nervios na de aire. Tras realizar la punción, se avanza en sen-
sacros, produciendo anestesia o analgesia de la cara tido perpendicular o ligeramente medial hasta que
anterior del muslo. Si se requiere anestesia o anal- la aguja contacta con la apófisis transversa, a una
gesia de la cara posterior del muslo o de la panto- profundidad de 5 a 8 cm. Posteriormente, se retira
rrilla, se combina con un bloqueo del nervio ciáti- la aguja y se redirige en dirección cefálica hasta des-
co. lizarse anterior a la apófisis transversa. Cuando la
aguja entra en el compartimento del psoas, se pro-
Selección de pacientes.••Habitualmente, para duce una «pérdida de resistencia». Si se emplea un
producir anestesia de la extremidad inferior, una téc- estimulador nervioso, puede observarse la contrac-
nica neuroaxial es más efectiva y rentable en térmi- ción del músculo cuádriceps. Si no se observa in-
nos cronológicos. Sin embargo, en algunos pacien- mediatamente, tras encontrar la «pérdida de resis-
tes se emplea un bloqueo paravertebral lumbar tencia», puede requerirse un incremento de la
porque es deseable evitar el bloqueo bilateral de las corriente o la redirección de la aguja. Después de
extremidades inferiores, la simpatectomía o la nece- identificar el compartimento del psoas, se inyecta un
sidad de una sonda urinaria cuando se utiliza para total de 20 a 40 ml de anestésico local en dosis frac-
analgesia postoperatoria. cionadas si se utiliza una técnica de inyección úni-
ca. Si se emplea una técnica continua, se inserta el
Selección de fármacos. Al seleccionar un catéter y posteriormente se administra el anestésico
anestésico local, se considerará el grado de bloqueo local. Tras completar la inyección de anestésico lo-
motor y sensitivo deseado, sabiendo que para este cal, se deja que el paciente permanezca en decúbito
procedimiento se emplea un total de 20 a 40 ml de lateral durante 5 min.
anestésico local y que puede que deba complemen-
tarse con un bloqueo adicional del nervio ciático.
Cualquier aminoamida puede administrarse con CONSEJOS PRÁCTICOS
buenos resultados.
Este bloqueo es técnicamente fácil si se identifica la
apófisis transversa antes de avanzar en demasiada
LOCALIZACIÓN profundidad con la aguja. Asimismo, para su ejecu-
ción el paciente está más cómodo con una sedación
Anatomía. Los nervios del plexo lumbar se adecuada. Es posible entrar en la cavidad abdominal
anestesian en el compartimento del psoas, que es an- en ausencia de un punto anatómico de referencia
terior a la apófisis transversa del cuerpo vertebral adecuado para limitar y guiar el avance anterior de
lumbar y posterior al músculo psoas a la altura de la la aguja. Este bloqueo no se debe practicar en pre-
cuarta o quinta vértebras lumbares (fig. 37-6). sencia de anticoagulación significativa, puesto que
es posible producir un hematoma retroperitoneal.
Posición. El paciente se coloca en decúbito la- Aunque este bloqueo puede emplearse como anes-
teral con los muslos flexionados. De manera alter- tesia primaria, se aplica con mayor frecuencia para
nativa, puede colocarse en sedestación o en decúbi- analgesia postoperatoria.
38
Dolor crónico
y dolor oncológico:
introducción
y perspectiva
Dolor crónico y dolor oncológico: introducción y perspectiva 279

El dolor crónico y el dolor oncológico evocan mul- sica/anestésica regional exclusiva para controlar el
titud de imágenes a médicos, pacientes y familias. dolor o para realizar un adecuado régimen de reha-
Durante demasiado tiempo, tanto el dolor crónico bilitación. De hecho, a muchos de estos pacientes se
como el oncológico han sido infratratados y descui- les ofrecen opciones de analgesia oral con un régi-
dados por parte del sistema sanitario actual. Las per- men de actividad física y rehabilitación, sin ningún
sonas implicadas en la medicina del dolor saben que tipo de técnica regional como parte de su trata-
los estados de dolor son muy reales, aunque con fre- miento. Estos conceptos no implican que los siste-
cuencia tanto los clínicos como los pacientes los mas de analgesia/anestesia regional no estén indica-
abordan de manera incorrecta. dos en nuestros pacientes. Al contrario, son de gran
Muchos autores han considerado ideales estra- utilidad en muchos de ellos, aunque deben emplear-
tegias a corto plazo para el tratamiento del dolor, se con una indicación clara del modo en que pue-
empleando bloqueos nerviosos y excluyendo otros den contribuir al diagnóstico o al control del dolor,
tratamientos. Otros profesionales sanitarios han evi- y al régimen de rehabilitación del paciente con do-
tado enérgica y activamente el uso de cualquier téc- lor crónico. Su uso se integrará en procedimientos
nica de analgesia regional en pacientes con dolor para el control y rehabilitación de este tipo de dolor
crónico benigno u oncológico. El autor, con una que se centren en la recuperación funcional, tenien-
práctica en el tratamiento del dolor de más de dos do siempre presente nuestra responsabilidad como
décadas, opina que los profesionales en ambos ex- médicos, de ponderar los riesgos y los beneficios
tremos (fig. 38-1) han tomado partido por aborda- para cada paciente de forma individual.
jes incompletos e inadecuados. En la práctica del au- El autor propone que cada uno de nosotros em-
tor a través de los años, y ante una amplia diversidad plee las técnicas descritas en los siguientes capítulos
de pacientes, son escasos los pacientes que han re- sin pretender un posicionamiento en ninguno de los
cibido recomendaciones sobre una estrategia analgé- extremos del continuo de las técnicas de anestesia

FIGURA 38-1
Concepto del continuo del
tratamiento del dolor para
la atención de los pacientes.

Nihilismo del Punto medio Tratamiento mediante


bloqueo nervioso racional bloqueo nervioso
280 Atlas de anestesia regional

regional. Los polos opuestos están representados por Las técnicas descritas representan un grupo se-
el nihilismo sobre el bloqueo nervioso y el tratamiento leccionado en la práctica del tratamiento del dolor.
exclusivo mediante este tipo de técnicas. Nuestros pa- La lista no es exhaustiva, sino que pretende ser un
cientes recibirán la mejor atención mediante una grupo de procedimientos que han sido útiles, tanto
aplicación lógica y madura de las opciones rehabili- para el autor como para sus colaboradores. Lo más
tadoras y paliativas descritas en los siguientes capí- importante es abordar al paciente como un indivi-
tulos. El autor agradece al Dr. James Rathmell sus duo con necesidades únicas y mantener el antiguo
fundamentadas introspecciones en muchos de los dogma: «Lo primero, no dañar», previo a la toma de
nuevos capítulos de esta sección de la obra. decisiones.
39
Bloqueos facetarios
Bloqueos facetarios 283

PERSPECTIVA LOCALIZACIÓN

Los bloqueos facetarios se emplean para el diagnós- Anatomía.••Las 33 vértebras que componen la
tico y tratamiento de subpoblaciones de pacientes columna vertebral están articuladas por discos in-
con lumbalgia y cervicalgia crónicas. Pueden surgir tervertebrales y ligamentos longitudinales en la par-
dificultades al interpretar los resultados de estos blo- te anterior, y mediante articulaciones facetarias en
queos porque la inervación de las articulaciones fa- su porción posterior. Las articulaciones facetarias
cetarias es difusa y los signos radiológicos pueden o permiten la flexión, extensión y rotación de la co-
no relacionarse con el dolor concreto del paciente. lumna vertebral, al tiempo que confieren una salida
A pesar de estas premisas, el alivio del dolor obte- para los nervios axiales en su trayecto hasta conver-
nido con la inyección facetaria parece adecuado para tirse en nervios periféricos. Las articulaciones face-
el autor, un clínico especializado en el tratamiento tarias son articulaciones sinoviales formadas por las
del dolor, aunque, a diferencia de muchas otras téc- apófisis articulares inferiores de una vértebra y las
nicas, cabe ser muy cauto al ponderar al paciente, el superiores de la vértebra caudal. Estas apófisis arti-
síndrome doloroso y el régimen terapéutico. culares son proyecciones, dos superiores y dos infe-
riores, de la unión de los pedículos y las láminas. En
Selección de pacientes. El dolor relacionado las regiones cervical y lumbar de la columna verte-
con las articulaciones facetarias sigue siendo un bral, las articulaciones facetarias son posteriores a
diagnóstico de exclusión, respaldado por la repro- las apófisis transversas, mientras que en la región
ducción del dolor durante la artrografía y el alivio torácica las articulaciones facetarias son anteriores a
tras la inyección facetaria diagnóstica. En pacientes éstas (fig. 39-1). En las vértebras cervicales, las ca-
con síndromes lumbálgicos, el dolor relacionado rillas articulares están a medio camino entre el pla-
con las facetas se suelen localizar en la región lum- no coronal y el axial, mientras que en la región lum-
bar y se describe como un dolor sordo, profundo y bar las articulaciones (al menos, la región posterior)
de difícil localización. Puede referirse a las nalgas o adoptan una orientación aproximadamente 30º obli-
a la cara posterior del muslo y en raras ocasiones se cua al plano sagital (fig. 39-2).
extiende distal a la pantorrilla. A menudo, el dolor La cápsula de una articulación facetaria varía en
empeora con la extensión lumbar, especialmente función de su localización relativa a la articulación.
con la flexión lateral del lado afectado, porque esta En la cara posterolateral de la articulación, la cáp-
maniobra opone forzadamente las articulaciones fa- sula es resistente, mientras que en la cara antero-
cetarias. En los síndromes de dolor facetario cervi- medial la membrana sinovial facetaria está en con-
cal, la calidad del dolor sigue siendo profunda y el tacto directo con el ligamento amarillo.
nivel de afectación facetaria dicta el patrón de irra- Las articulaciones facetarias se inervan por ner-
diación del dolor. Se han descrito síndromes dife- vios sensitivos segmentarios que solapan los niveles
renciados de dolor facetario cervical superior, infe- vertebrales. Cada articulación tiene una inervación
rior y pancervical. doble del nervio segmentario en su nivel vertebral,
así como del nervio del nivel caudal. En la región
Selección de fármacos. Habitualmente, para lumbar, los ramos primarios anteriores y posteriores
los bloqueos diagnósticos se emplean de 1 a 2 ml de un nervio segmentario divergen en el foramen
de anestésico local como lidocaína al 1-1,5%, bupi- (fig. 39-3A). El ramo posterior, también conocido
vacaína al 0,25-0,5% o ropivacaína al 0,2-0,5%. La como nervio sinuvertebral de Luschka, pasa dorsal
primera se elige cuando el objetivo es la interpreta- y caudalmente para entrar en la columna vertebral a
ción inmediata, mientras los dos últimos fármacos través de un orificio en el ligamento intertransverso.
se utilizan si se pretende obtener información Casi inmediatamente se divide en las ramas medial,
diagnóstica en un intervalo de tiempo más largo. Si lateral e intermedia. La rama medial inerva el polo
se practica una inyección terapéutica, el volumen inferior de la articulación facetaria de su propio ni-
total de la solución será de 1,5 a 2,0 ml, aunque se vel y el polo superior de la articulación facetaria cau-
añaden 20 mg de metilprednisolona al anestésico dal. Cada rama medial del ramo lumbar posterior
local (con mayor frecuencia, un anestésico local de también inerva los músculos paraespinosos, como
acción más prolongada para una inyección terapéu- los multífidos e interespinosos, así como los liga-
tica). Tanto para una inyección diagnóstica como mentos y el periostio del arco neural (fig. 39-3B). En
terapéutica, la posición de la aguja se confirma con la región cervical, la rama medial inerva principal-
0,25 a 0,5 ml de un medio de radiocontraste, Hy- mente la articulación facetaria y no la musculatura
paque M-60. paraespinosa. Además, en la región cervical los ner-
284 Atlas de anestesia regional

Cervicales

Coronal

Axial
Ángulo de
A la articulación
Torácicas
facetaria

FIGURA 39-1 Ángulo de


A) Proyecciones superior y la articulación
lateral de las articulaciones facetaria
facetarias cervicales.
B) Proyecciones torácicas.
C) Proyecciones lumbares.
B
El ángulo de las
articulaciones facetarias Ángulo de
en el plano sagital está la articulación
indicado en los cuadros. facetaria
Las apófisis transversas
están resaltadas en rosa C Lumbares
en todas las imágenes.
Bloqueos facetarios 285

C2
C7

Coronal

Cervicales
A Axial Ángulo de
la articulación
facetaria 45°

L3

FIGURA 39-2
Orientación de las
articulaciones facetarias.
A) La orientación de las
articulaciones facetarias
cervicales está a medio
camino entre el plano axial
y el coronal. B) La
orientación de las
30° articulaciones facetarias
Lumbares
lumbares es 30º oblicua
B al plano parasagital.
286 Atlas de anestesia regional

Duramadre

Aracnoides

N. espinal

Ramo posterior

Lumbar Ramas para las


articulaciones facetarias
A

N. espinal

Articulación facetaria

Ramo posterior

Ramas para las


articulaciones facetarias
FIGURA 39-3
Inervación de las
articulaciones facetarias
lumbares. A) Proyección
transversal de la inervación
segmentaria de la
articulación facetaria
cervical. B) Proyección
parasagital oblicua de
la inervación segmentaria Oblicua
solapada de la articulación
facetaria. B
Bloqueos facetarios 287

Articulaciones
facetarias cervicales

Posterior

Ramo posterior

Ramas para las articulaciones


facetarias cervicales

FIGURA 39-4
Inervación de las
articulaciones facetarias
cervicales. Proyecciones
posterior y oblicua de la
inervación segmentaria
solapada de la articulación
Oblicua facetaria cervical.

vios de Luschka envuelven la cintura de sus respec- caderas y el abdomen inferior apoyados sobre una
tivos pilares articulares; están unidos al periostio por almohada. Tras identificar el nivel de la articulación
una fascia de revestimiento y se encuentran yuxta- facetaria, se angula la unidad fluoroscópica aproxi-
puestos a los pilares articulares por los tendones del madamente 30º desde el plano parasagital para ob-
músculo semiespinoso (fig. 39-4). tener una visualización óptima de la articulación fa-
cetaria lumbar (fig. 39-5). Los bloqueos facetarios
Posición. Los bloqueos facetarios lumbares se cervicales también se practican con el paciente en
practican con el paciente en decúbito prono, con las decúbito prono sobre una mesa de imágenes, con la
288 Atlas de anestesia regional

30°

Unidad fluoroscópica

B Articulación facetaria lumbar

FIGURA 39-5
Articulación facetaria
lumbar. A) Posición del
paciente y de la unidad
fluoroscópica para la
visualización óptima de
la articulación facetaria
lumbar. B) Imagen
transversal de un bloqueo A
facetario lumbar.

frente y el tórax apoyados sobre almohadas o almo- Posteriormente se inyecta un medio de radiocon-
hadillas individuales de silicona (fig. 39-6A). Nue- traste para verificar la posición de la punta de la agu-
vamente se utiliza la fluoroscopia para identificar la ja (fig. 39-6B). Una vez confirmada ésta, se efectúa
articulación facetaria, y después de marcar su posi- la inyección terapéutica o diagnóstica.
ción se rota la unidad fluoroscópica para obtener Los bloqueos facetarios cervicales también se
una imagen lateral de la columna vertebral cervical. practican con el paciente en decúbito prono sobre
una mesa de imágenes, como se ha descrito ante-
Punción con aguja. La articulación facetaria fre- riormente. La fluoroscopia se emplea para identifi-
cuentemente se localiza a nivel cefalocaudal de la ex- car la articulación facetaria que se va a bloquear.
tensión inferior de la apófisis espinosa más cefálica Después de marcar las posiciones paravertebrales
de la vértebra que contribuye a la articulación. Por cefalocaudales y mediolaterales, se rota la unidad
ejemplo, la extensión inferior de la apófisis espinosa fluoroscópica para obtener una imagen lateral de la
de L3 corresponde a la articulación facetaria L3-4. columna vertebral cervical. Esto permite una visua-
Después de marcar el nivel de la articulación faceta- lización óptima de la articulación facetaria cervical
ria, se angula la unidad fluoroscópica aproximada- durante la colocación de la aguja, trazándose una
mente unos 30º desde el plano parasagital, como se marca cutánea para su entrada, de 3 a 4 cm caudal a
ha descrito anteriormente (fig. 39-5). A continua- la articulación facetaria previamente identificada, y
ción se traza una marca 5 cm lateral a la línea me- aproximadamente 3 cm lateral a la línea media ver-
dia vertebral en el nivel de la articulación facetaria tebral (fig. 39-8A). Tras la preparación aséptica de la
identificada previamente. Tras completar la prepara- piel, se inserta en dirección cefaloanterior una agu-
ción aséptica de la piel, se inserta una aguja de 6 a ja de 6 a 8 cm, de 22 G; y se orienta mediante guía
10 cm, de 22 G en un ángulo parasagital ligeramen- fluoroscópica hacia la articulación previamente
te medial. La punta de la aguja se coloca en la arti- identificada (v. fig. 39-8B). A continuación se inyec-
culación facetaria bajo guía fluoroscópica (fig. 39-7). ta un medio de radiocontraste para verificar la posi-
Bloqueos facetarios 289

Coronal

B
Axial Ángulo de la unidad fluoroscópica
para la articulación facetaria cervical

A
FIGURA 39-6
Articulación facetaria
cervical. A) Posición del
paciente y de la unidad
fluoroscópica para la
visualización óptima
de la articulación facetaria
cervical. B) Imagen
posteroanterior oblicua de
las articulaciones facetarias
cervicales en la que se
ilustra la angulación cefálica
de la unidad fluoroscópica.
290 Atlas de anestesia regional

Punto de entrada

Articulación facetaria

Sección transversal lumbar


A Oblicua

L3

L4

FIGURA 39-7
Inyección de la articulación
facetaria lumbar.
A) Proyecciones transversal
y oblicua de la técnica
del bloqueo facetario
lumbar. B) Imagen
radiológica de la inyección
de 1,5 ml de medio de
contraste en la articulación B
facetaria lumbar.
Bloqueos facetarios 291

ción de la punta de la aguja (fig. 39-8C). Una vez exploración física completas, ambas dirigidas a los
confirmada ésta, se efectúa la inyección terapéutica síntomas dolorosos del paciente. Las exploraciones
o diagnóstica. radiológicas y neurodiagnósticas deben coincidir
obligadamente con los signos y síntomas del pa-
Problemas potenciales. Como sucede con cual- ciente. Si seguimos estos consejos seremos más pre-
quier otro bloqueo regional, se evitarán las inyec- cisos al practicar bloqueos facetarios, minimizando
ciones facetarias si el paciente tiene una coagulo- la frustración frente a la falta de resultados diagnós-
patía o una infección en el punto de inyección. ticos o terapéuticos. Asimismo, para el uso eficaz de
Puesto que estas inyecciones se administran cerca estos bloqueos es importante comprender la inerva-
del neuroeje, es posible la aparición de efectos epi- ción de las articulaciones facetarias lumbares y cer-
durales o intratecales, así como la inyección en la ar- vicales. Dicho conocimiento contribuye a minimizar
teria vertebral en la región cervical. la confusión diagnóstica.
También debemos familiarizarnos con los medios
de contraste radiológico y su empleo cerca del neu-
CONSEJOS PRÁCTICOS roeje; en la actualidad es preferible Hypaque M-60.
Asimismo, cabe tener presente que los cambios
El consejo práctico más importante sobre los blo- radiológicos de las articulaciones facetarias nunca
queos facetarios es que deben emplearse selectiva- se han relacionado de una forma evidente con esta-
mente tras obtener una anamnesis y practicar una dos dolorosos específicos. Si se inyectan grandes

Articulación facetaria
entre C3-C4

Punto de entrada

FIGURA 39-8
Inyección de la articulación
facetaria cervical.
Posterior A) Proyección
posteroanterior de
A la inserción de la aguja
para un bloqueo facetario
cervical.

La figura continúa en la página siguiente


292 Atlas de anestesia regional

Punto de entrada
C4 C3

C4

FIGURA 39-8 - Cont.


B) Proyección lateral de
la inserción de la aguja
para un bloqueo facetario
cervical. C) Imagen
radiológica de la inyección
de 1,0 ml de medio de
C5
contraste en la articulación C
facetaria cervical C4-5.
Bloqueos facetarios 293

volúmenes (4-5 ml) de soluciones terapéuticas en cree que es importante advertir a los pacientes de
las articulaciones facetarias lumbares, los resultados que con estos bloqueos es posible la aparición de
pueden ser difíciles de interpretar, ya que la solu- efectos neuroaxiales (aunque son raros); por tanto,
ción no se mantiene en el interior de la articulación, se practicarán únicamente cuando sea posible la
sino que se propaga a los nervios segmentarios y a reanimación o la estabilización completa de los pa-
los músculos paraespinosos. Finalmente, el autor cientes.
40
Bloqueo sacroilíaco
Bloqueo sacroilíaco 297

PERSPECTIVA mente no hay cápsula y el espacio articular está en


continuidad con el ligamento sacroilíaco interóseo.
El bloqueo sacroilíaco se emplea tanto de forma Inmediatamente posterior al ligamento sacroilía-
diagnóstica como terapéutica en pacientes con lum- co interóseo se encuentra el ligamento sacroilíaco
balgia crónica. En pacientes derivados a una clínica posterior, que es ancho y fuerte (fig. 40-2A). Las
del dolor, la lumbalgia crónica se alivia con fre- superficies articulares pueden rotar de 3 a 5º en pa-
cuencia tras un bloqueo sacroilíaco ya que el dolor cientes jóvenes asintomáticos. La articulación con-
secundario a la artropatía sacroilíaca es una causa de fiere elasticidad a la cintura pélvica y sirve como
lumbalgia crónica habitualmente infradiagnosticada amortiguador entre la articulación lumbosacra y la
por los médicos que no participan en programas de la cadera.
para el tratamiento integral del dolor.
Posición. La posición del paciente está en fun-
Selección de pacientes. En los pacientes que ción del uso de la fluoroscopia para confirmar la po-
padecen lumbalgia crónica se evaluará clínicamen- sición de la aguja. Si se emplea fluoroscopia, el pa-
te la presencia de dolor sacroilíaco. Estos pacientes ciente se coloca en decúbito prono, con la cadera
típicamente manifiestan lumbalgia unilateral que contralateral elevada ligeramente sobre una almoha-
con frecuencia irradia a la nalga, ingle o muslo ip- da (unos 20º respecto a la horizontal). Esta pers-
solaterales. A menudo tienen síntomas similares a pectiva permite la yuxtaposición de los orificios
los característicos de los síndromes articulares face- anterior y posterior del tercio inferior de la articula-
tarios. Durante la exploración clínica, se aprecia un ción, maximizando la visualización de ésta. Si no se
incremento del dolor con la presión sobre la articu- usa fluoroscopia, puede colocarse una almohada
lación sacroilíaca. Si dicho dolor está presente, se bajo la pelvis y el abdomen inferior, con el paciente
practicarán las maniobras de provocación que au- en decúbito prono (v. fig. 40-2B).
mentan el movimiento de la articulación sacroilía- El anestesiólogo dispone de dos posibles abor-
ca, incluida la prueba de Gaenslen y la prueba del dajes para la técnica. Puede colocarse de pie al lado
flamenco (fig. 40-1). de la sacroilíaca de la inyección, lo que permite
la palpación de la articulación con los dedos de la
Selección de fármacos. La inyección diagnós- mano dominante desde una posición lateral y libe-
tica provocadora de la articulación sacroilíaca se ra más espacio medialmente para la inyección arti-
realizará guiada por fluoroscopia, y se emplearán cular (fig. 40-3A). Por el contrario, el anestesiólogo
de 1 a 2 ml de solución de radiocontraste (p. ej., puede colocarse en el lado contrario de la sacroilía-
Isovue-300 combinado con un volumen igual de ca del bloqueo, lo que permite la inserción de la agu-
solución salina). Esta inyección provoca un dolor ja con la mano dominante (fig. 40-3B).
similar al experimentado por el paciente con la ac-
tividad. Tras confirmar la afectación de la articu- Punción con aguja. Cuando se emplea la fluo-
lación sacroilíaca, puede efectuarse la inyección roscopia para guiar la aguja, el paciente se coloca en
terapéutica de 5 a 10 ml de lidocaína al 1% com- la posición ligeramente oblicua descrita. Se utiliza la
binada con 20 a 40 mg de metilprednisolona. Si no fluoroscopia para yuxtaponer el tercio inferior de los
se utiliza fluoroscopia y se practica una inyección orificios anterior y posterior de la articulación sa-
diagnóstico-terapéutica empírica, se emplea lido- croilíaca, que aparecerá como una imagen en «Y»
caína al 1%, bupivacaína al 0,25% o ropivacaína (fig. 40-4). Tras la preparación aséptica de la piel y
al 0,2% asociada con 20 a 40 mg de metilpredni- la infiltración cutánea con un anestésico local, se
solona. avanza una aguja de 7 a 9 cm, de 22 G, en el tercio
inferior de la articulación y se confirma su posición
con radiocontraste. Si se observa una propagación
LOCALIZACIÓN inadecuada del medio de contraste, puede reposi-
cionarse la aguja bajo guía fluoroscópica repitiendo
Anatomía. La articulación sacroilíaca posee un el proceso. Si no se ha previsto guía fluoroscópica,
espacio articular bien desarrollado y revestido de tras la preparación aséptica de la piel y la infiltración
membrana sinovial, con el típico cartílago articular cutánea con un anestésico local, se inserta una agu-
hialino en la cara sacra y una fina capa de fibro- ja de 7 a 9 cm, de 22 G, montada en una jeringa de
cartílago en la cara ilíaca. En su porción anterior, control de tres anillas y de 10 ml. La dirección de la
la cápsula articular está bien desarrollada, forman- punción será anterolateral y se realizará en la región
do el fino ligamento sacroilíaco anterior. Posterior- entre las espinas ilíacas posterosuperior y posteroin-
298 Atlas de anestesia regional

Dolor en la nalga (articulación sacroilíaca)

Dolor irradiado

FIGURA 40-1
Prueba de provocación de la articulación sacroilíaca. A) Prueba de Gaenslen: el explorador, de pie detrás del paciente, hiperextiende
la pierna de la articulación sacroilíaca examinada al tiempo que estabiliza la pelvis. El dolor con esta maniobra puede indicar
afectación de la articulación sacroilíaca, aunque también puede indicar una lesión de la cadera o de una raíz lumbar.

La figura continúa en la página siguiente


Bloqueo sacroilíaco 299

Dolor irradiado

Dolor en la nalga
(articulación sacroilíaca)

FIGURA 40-1 - Cont.


B B) Prueba del flamenco:
se pide al paciente que se
sostenga de pie únicamente
sobre la pierna afectada
y que salte. El dolor en
la región de la articulación
sacroilíaca indica
el resultado positivo
de la prueba.
300 Atlas de anestesia regional

Cresta ilíaca

Superficies articulares

Cóccix

Espina isquiática

Espina
ilíaca
posterosuperior

Lig. supraespinoso

Ligs. sacroilíacos
posteriores
Superficie articular
(visión a través del hueso)

Superficies Lig. sacroespinoso


articulares

Lig. sacrotuberoso

Espina ilíaca
posterosuperior

Articulación sacroilíaca

FIGURA 40-2 Sacro


A) Anatomía de la
articulación sacroilíaca. A Sección transversal

La figura continúa en la página siguiente


Bloqueo sacroilíaco 301

Superficies
Espina ilíaca
articulares
posterosuperior derecha
Articulaciones sacroilíacas
B
FIGURA 40-2 - Cont.
B) Anatomía clínica
transversal de la
articulación sacroilíaca
en una posición similar
a la empleada para
la técnica de bloqueo.
302 Atlas de anestesia regional

Posición del paciente

Los dedos palpan


Articulación sacroilíaca
la cresta ilíaca posterior

FIGURA 40-3
Técnica del bloqueo
sacroilíaco. A) Palpación
de la articulación sacroilíaca
ipsolateral cuando el A
anestesiólogo está en el lado
del bloqueo. Articulaciones sacroilíacas en proyección transversal

La figura continúa en la página siguiente


Bloqueo sacroilíaco 303

Anestesiólogo situado en
el lado contrario del bloqueo

2 1

B Posición de la aguja en la articulación sacroilíaca derecha Marca cutánea


FIGURA 40-3 - Cont.
B) Inserción de la aguja
cuando el anestesiólogo está
situado en el lado contrario
del bloqueo.
304 Atlas de anestesia regional

Sacro

Hueso ilíaco

FIGURA 40-4 Aguja en el polo


Anatomía fluoroscópica de inferior de
la articulación sacroilíaca. la articulación
La aguja se encuentra sacroilíaca
en el polo inferior de la
articulación sacroilíaca.
Se observa una pequeña
cantidad de medio de
contraste que delinea
la articulación y se fuga
inferiormente.

ferior. La aguja puede recolocarse a lo largo del arco CONSEJOS PRÁCTICOS


que se extiende entre ambas espinas y puede inyec-
tarse la solución de manera fraccionada (fig. 40-3B). El bloqueo sacroilíaco parece ser una técnica
Es habitual la utilización de aproximadamente 5 a diagnóstica y terapéutica eficaz para el control del
10 ml de solución durante estas inyecciones. Para la dolor. Hay que pensar en la articulación sacroilíaca
inserción de la aguja sin fluoroscopia, la solución de como uno de los posibles orígenes de lumbalgia y
anestésico local-esteroides se realiza profunda al li- desarrollar una secuencia lógica y planificada de in-
gamento sacroilíaco posterior, penetrando parte de yecciones guiadas fluoroscópicamente para su blo-
la solución en la articulación. Aunque la práctica clí- queo. Está claro que la guía fluoroscópica no es ne-
nica no obliga a su utilización, la verificación de la cesaria en todos los casos, aunque cierto porcentaje
inyección articular sólo es posible mediante fluoros- requiere la confirmación con esta técnica. Raramen-
copia. te se aprecia irradiación del dolor a la ingle ipsola-
teral por afectación de la articulación sacroilíaca. El
Problemas potenciales. Como cualquier proce- alivio del dolor inguinal tras bloqueo sacroilíaco pa-
dimiento efectuado cerca del sacro, puede provocar- rece relacionar esta articulación con el origen real de
se el bloqueo de las raíces ciáticas o sacras, espe- una lumbalgia. Finalmente, antes de la práctica de
cialmente si se emplean grandes volúmenes de este bloqueo siempre es útil advertir al paciente de
anestésico local. También es posible el error diagnós- que un pequeño porcentaje de casos presenta una
tico cuando no se utiliza la fluoroscopia para guiar parestesia transitoria en la pierna ipsolateral. La an-
la colocación de la aguja, ya que el paciente no ma- ticipación de esta información parece facilitar la asis-
nifiesta alivio del dolor porque el fármaco no ha lle- tencia clínica, aun cuando el procedimiento resulte
gado a la articulación sacroilíaca. en un bloqueo de la extremidad inferior.
41
Bloqueo simpático
lumbar
Bloqueo simpático lumbar 307

PERSPECTIVA cia. Las regiones lumbares L1, L2 y ocasionalmente


L3 aportan ramos comunicantes blancos a la cadena
Los bloqueos simpáticos lumbares se practican tí- simpática y las cinco vértebras lumbares se asocian
picamente para: 1) mejorar el flujo sanguíneo de a ramos comunicantes grises. Estos ramos son más
las extremidades inferiores, o 2) aliviar el dolor en largos en la región lumbar que en la región torácica,
éstas. lo que es anatómicamente importante, porque per-
mite la colocación de la aguja más cerca del borde
Selección de pacientes. Los pacientes que re- anterolateral del cuerpo vertebral en la región lum-
quieren bloqueos simpáticos lumbares pueden divi- bar. Conceptualmente, esta anatomía es de gran uti-
dirse en dos grupos principales: 1) los que requie- lidad para practicar tanto el bloqueo simpático lum-
ren bloqueo simpático por vasculopatía isquémica bar como el bloqueo del plexo celíaco.
de las extremidades inferiores (con frecuencia, pa-
cientes de mayor edad), y 2) los pacientes que se so- Posición.••Según la experiencia del autor, el blo-
meten al bloqueo para el diagnóstico o tratamiento queo nervioso simpático lumbar se efectúa de ma-
de síndromes dolorosos regionales complejos (el lí- nera similar a la empleada para el bloqueo del ple-
mite de edad de estos pacientes es mucho más am- xo celíaco. El paciente estará en decúbito prono, con
plio). una almohada en la región abdominal media para
contribuir a la reducción de la lordosis lumbar. (A
Selección de fármacos. El sistema nervioso pesar de esta recomendación, muchos clínicos si-
simpático se bloquea con concentraciones de anesté- guen empleando con éxito el decúbito lateral.)
sicos locales inferiores a las empleadas prácticamen-
te en cualquier otro bloqueo regional. Por ejemplo, Punción con aguja. La mayoría de anestesiólo-
son elecciones adecuadas lidocaína al 0,5%, bupiva- gos expertos efectúa este bloqueo con una única
caína al 0,125-0,25% y ropivacaína al 0,1-0,2%. aguja. Esto es posible porque la colocación de la
punta de la aguja en el borde anterolateral del se-
gundo o tercer cuerpo vertebral lumbar permite que
LOCALIZACIÓN la solución de anestésico local se propague a lo lar-
go del plano fascial que envuelve la cadena simpá-
Anatomía. La cadena simpática lumbar, con sus tica. Como ejemplo, se identifica la apófisis espino-
ganglios acompañantes, se localiza en el plano fas- sa de la segunda lumbar y se traza una marca lateral
cial inmediatamente anterolateral a los cuerpos ver- a ésta en el plano horizontal, de 7 a 9 cm respecto
tebrales lumbares (fig. 41-1). Ésta está separada de a la línea media, como se ilustra en la figura 41-2.
los nervios somáticos por el músculo psoas y su fas- Se practica un habón cutáneo y se dirige en el pla-

Troncos Plexo aórtico N. genitofemoral Plexo lumbar derecho


simpáticos intermesentérico

Ao VCI
COLON

DISCO
L3-4
M. psoas

FIGURA 41-1
M. cuadrado Bloqueo simpático lumbar:
lumbar MM. PARAESPINOSOS anatomía transversal.
308 Atlas de anestesia regional

2 1
5 4 3
7-9 cm

A
2
45° 1
7-9 cm

L2

FIGURA 41-2
Bloqueo simpático lumbar.
A) Técnica superficial.
B) Técnica transversal. B
Bloqueo simpático lumbar 309

Variación de
la posición Pilar
de la aorta diafragmático

L1
Troncos
simpáticos

FIGURA 41-3
Bloqueo simpático lumbar:
variación aórtica.

no horizontal una aguja de 15 cm, de 20 o 22 G, ben ser conscientes de que la posición de la aorta en
con un ángulo en el plano vertical respecto a la lí- relación con el cuerpo vertebral varía desde una lo-
nea media del paciente de 30 a 45º. Se inserta has- calización anterolateral hasta una localización en la
ta que contacta con la cara lateral del cuerpo verte- línea media. También cabe tener presente este con-
bral L2. Si contacta con la apófisis transversa cepto durante el bloqueo del plexo celíaco. Puesto
vertebral a un nivel más superficial, la aguja se re- que la aguja se dirige hacia las estructuras neuro-
dirige en dirección cefálica o caudal para evitarla. axiales, puede producirse un bloqueo epidural y es-
El cuerpo vertebral se localiza habitualmente a una pinal si la posición de la aguja no es la correcta. Por
profundidad de 7 a 12 cm. tanto, la aparición de una cefalea postural tras un
Una vez se ha asegurado la posición de la aguja bloqueo simpático lumbar debería inducir a pensar
en la cara lateral del cuerpo vertebral, se retira y se en una posible punción dural accidental. Asimismo,
redirige con un ángulo más agudo hasta que se ale- cuando se emplean neurolíticos, cabe ser conscien-
ja de la superficie anterolateral de L2. Una vez más, te de la escasa posibilidad de un «efecto indirecto»
cabe destacar que este proceso de inserción y redi- sobre las raíces lumbares.
rección de la aguja es casi idéntico al descrito para
el bloqueo del plexo celíaco. Para el bloqueo simpá-
tico lumbar, una vez la aguja está en posición, se in- CONSEJOS PRÁCTICOS
yectan aproximadamente de 15 a 20 ml de solución
de anestésico local. Si la punta de la aguja está co- Pocos bloqueos regionales guardan tanta similitud
locada de manera adecuada, este volumen se propa- como el bloqueo simpático lumbar y el del plexo
ga a lo largo del eje de la cadena simpática. celíaco. Por tanto, si se comprenden los conceptos
de una técnica, es bastante sencillo traducir este co-
Problemas potenciales. Como se ilustra en la fi- nocimiento anatómico en una buena práctica de la
gura 41-3, un posible problema asociado al bloqueo otra. Asimismo, una sedación adecuada para la co-
simpático lumbar es la punción de la aorta. Cabe locación de la aguja frente a la cara lateral de la se-
destacar que, en la mayoría de ocasiones, no se pro- gunda vértebra lumbar es esencial para la satisfac-
ducen secuelas. Sin embargo, los anestesiólogos de- ción del paciente (y, por tanto, del anestesiólogo).
42
Bloqueo del plexo
celíaco
Bloqueo del plexo celíaco 313

PERSPECTIVA nervios esplácnicos mayor, menor e inferior, que se


originan de T5 a T12. Estos nervios inervan el ple-
El bloqueo del plexo celíaco puede emplearse para xo celíaco después de atravesar el mediastino poste-
diversos tipos de síndromes dolorosos viscerales in- rior y entrar en el abdomen a través de los pilares
traabdominales. Su aplicación más frecuente es el (crura) diafragmáticos, a una distancia variable de
alivio del dolor asociado a cáncer intraabdominal L1 (figs. 42-2 y 42-3). Son nervios preganglionares
mediante la administración de una solución neu- y, tras la sinapsis en el ganglio celíaco adecuado (o
rolítica. También puede conferir analgesia visceral ganglios asociados), sus fibras posganglionares se
en pacientes sometidos a cirugía abdominal supe- irradian a las vísceras abdominales (fig. 42-4). Los
rior; la combinación del bloqueo del plexo celíaco y estudios necrópsicos han demostrado que el núme-
el bloqueo nervioso intercostal confiere una exce- ro de ganglios que componen el plexo celíaco osci-
lente analgesia postoperatoria. la entre uno y cinco, y el tamaño de éstos oscila en-
tre 0,5 y 4,5 cm de diámetro.
Selección de pacientes.••La mayoría de bloqueos El plexo celíaco se encuentra anterolateral a la ar-
del plexo celíaco se efectúan para el tratamiento del teria celíaca. Además, la vena cava se halla frecuen-
dolor oncológico, siendo las neoplasias gástricas o temente anterolateral en el lado derecho; la aorta es
pancreáticas donde más frecuentemente se emplean. posterior al plexo en la línea media; los riñones se
El plexo celíaco inerva la mayor parte del intestino, encuentran lateralmente y el páncreas, anteriormen-
desde el esófago inferior hasta el ángulo esplénico del te (figs. 42-5 y 42-6).
colon. Por tanto, el bloqueo del plexo celíaco puede Para la comprensión del bloqueo del plexo celía-
ser aplicable a una amplia variedad de patologías ma- co es necesario conocer la existencia de dos méto-
lignas intraabdominales. dos básicos para su práctica. En el método clásico,
se insertan las agujas para un bloqueo esplácnico
Selección de fármacos. El plexo celíaco es prin- profundo, lo que resulta en una propagación de la
cipalmente un ganglio simpático; por tanto, con- solución (área azul en la fig. 42-7) cefálica y pos-
centraciones bajas de anestésicos locales producen teriormente a los pilares diafragmáticos. El segun-
buenos resultados para su bloqueo. Son adecuadas, do método implica la colocación de la aguja a
por ejemplo, lidocaína al 0,5%, bupivacaína al través de un pilar (crus) diafragmático desde un
0,125-0,25% o ropivacaína al 0,1-0,2%. Si el objeti- abordaje posterior, o a través de la pared abdomi-
vo es la neurólisis, la elección del autor es alcohol nal anterior, para finalizar con la aguja colocada an-
al 50%, que se formula combinando volúmenes terior a la aorta en la región del plexo celíaco.
iguales de alcohol al 100% y bupivacaína al 0,25%, Como se ilustra en la figura 42-7, resulta en la pro-
hasta un volumen total de 50 ml. pagación de la solución (área rosa en la fig. 42-7)
en la vecindad de la arteria celíaca, anterior a los
pilares diafragmáticos.
LOCALIZACIÓN
Posición. Para el bloqueo del plexo celíaco, el
Anatomía. El plexo celíaco también se ha deno- paciente se colocará en decúbito prono, con una al-
minado plexo solar, ganglio celíaco y plexo esplácni- mohada bajo el abdomen para reducir la lordosis
co (fig. 42-1). Es el mayor de los tres grandes plexos lumbar.
del sistema nervioso simpático en el tórax y el abdo-
men: el plexo cardíaco inerva las estructuras toráci- Punción con aguja: método retrocrural. Se iden-
cas; el plexo celíaco inerva los órganos abdominales, tificarán y marcarán las apófisis espinosas lumbares,
y el plexo hipogástrico inerva los órganos pélvicos. Es- así como la apófisis espinosa de la 12.ª vértebra torá-
tos tres plexos contienen fibras viscerales aferentes y cica. A continuación, se trazarán líneas paralelas de
eferentes. Además, contienen algunas fibras para- 7 a 8 cm respecto a la línea media, como se mues-
simpáticas que pasan a través de estos ganglios des- tra en la figura 42-8. Se palpa la 12.ª costilla y se di-
pués de originarse en áreas craneales o sacras del sis- buja una marca en el punto en que la línea parame-
tema nervioso parasimpático. dial cruza bilateralmente la 12.ª costilla. Se realizará
El plexo celíaco inerva la mayor parte de las vís- otra marca en la línea media, entre la apófisis espi-
ceras abdominales, incluidos estómago, hígado, vías nosa de la 12.ª vértebra torácica y la primera vérte-
biliares, bazo, riñones, suprarrenales, epiplón, intes- bra lumbar. El trazado de líneas entre las tres mar-
tino delgado y colon hasta el ángulo esplénico. El cas crea un triángulo isósceles plano. Los lados
plexo celíaco recibe su inervación principal de los iguales de este triángulo (fig. 42-8A y B) sirven como
314 Atlas de anestesia regional

7
N. esplácnico
Agujero de la mayor izquierdo
vena cava inferior 8
Tronco vagal
anterior
9
9

Nervios esplácnicos 10
Mayor
Menor
Inferior 11 Pilar diafragmático
Plexo suprarrenal derecho derecho

12 Ganglios celíacos

1 Ganglios mesentéricos
superiores

12.a costilla
2
A. testicular (ovárica)

M. cuadrado lumbar
3

M. psoas mayor
ÍLEON M. psoas menor
4
M. transverso
del abdomen

M. ilíaco

L5 Tronco simpático

FIGURA 42-1
Bloqueo del plexo celíaco:
anatomía.
Bloqueo del plexo celíaco 315

Aorta Esófago
Troncos vagales
Anterior
Posterior

Vena cava
inferior

N. esplácnico
derecho
L1

Tronco
simpático
izquierdo

L2

L3 FIGURA 42-2
Bloqueo del plexo celíaco:
anatomía transversal.

Esófago

Aorta
T9

Diafragma
Nervios esplácnicos
10
Mayor
Troncos vagales
Anterior
Menor Posterior (al ganglio celíaco)

Inferior 11

A. y ganglio celíacos

12
A. y ganglio mesentéricos
superiores

L1
Pilar diafragmático derecho

L2
L2 FIGURA 42-3
Tronco simpático Bloqueo del plexo celíaco:
anatomía parasagital.
316 Atlas de anestesia regional

ESÓFAGO

Tronco vagal
anterior

Grises Tronco vagal


Ramos comunicantes posterior
Blancos
(r. al plexo
T5 celíaco)
N. somático
AORTA N. esplácnico
Mayor (T5–T9)
Menor (T10–T11)
Inferior (T12)

N. esplácnico Ganglios celíacos


(T5-T12) derechos

A. gástrica
izquierda

A. hepática común A. esplénica

Ganglio y a. mesentéricos
superiores

INTESTINO

FIGURA 42-4
Bloqueo del plexo celíaco:
anatomía funcional.
Bloqueo del plexo celíaco 317

A. celíaca
VCI

Plexo
celíaco

HÍGADO
Ao N. esplácnico

RIÑÓN Pilar
L1 diafragmático

FIGURA 42-5
Bloqueo del plexo celíaco:
proyección transversal
de la anatomía y su
interpretación en una
imagen por resonancia
magnética.

FIGURA 42-6
Bloqueo del plexo celíaco:
imagen de la anatomía
transversal por resonancia
magnética.
318 Atlas de anestesia regional

AORTA

Propagación
retrocrural

DIAFRAGMA
L1
Plexo
celíaco

Propagación Ao
anterocrural

NERVIOS
ESPLÁCNICOS
FIGURA 42-7
Bloqueo del plexo celíaco:
relaciones anterocrurales Pilar diafragmático
y retrocrurales.

7-8 cm 7-8 cm

12.a costilla

A B
L1

FIGURA 42-8
Bloqueo del plexo celíaco:
anatomía superficial
y marcas.
Bloqueo del plexo celíaco 319

guías direccionales para las agujas colocadas bilate- ciones transmitidas por el cuerpo de la aguja. Cuan-
ralmente. do se identifica esta profundidad aórtica, puede
Seguidamente, se practican habones cutáneos en avanzarse seguidamente la aguja derecha hasta un
las marcas inmediatamente por debajo de la 12.ª cos- nivel ligeramente más profundo.
tilla y se inserta una aguja de 12 a 15 cm y de 20 o Antes de inyectar el anestésico local o el neurolí-
22 G no conectada a una jeringa, como se muestra tico, se examinará la aguja con cuidado para des-
en la figura 42-9. La aguja se inserta 45º respecto al cartar la salida de sangre, orina o líquido cefalorra-
plano de la superficie de la mesa, dirigida hacia el quídeo. Si la aguja se ha colocado erróneamente, la
espacio entre las apófisis espinosas de T12 y L1. Esta salida de dichos líquidos será espontánea. La inyec-
colocación permite el contacto con el cuerpo verte- ción de anestésico local a través de la aguja tendrá
bral de L1 a una profundidad de 7 a 9 cm. Si se es- una resistencia similar a la experimentada cuando se
tablece contacto óseo en un nivel más superficial, es coloca una aguja a nivel epidural de forma correcta.
probable que nos hayamos encontrado con una apó- Se percibirá poca resistencia a la inyección si se ha
fisis transversa vertebral. colocado correctamente una aguja de 20 o 22 G en
Cuando el cuerpo vertebral se ha identificado de el área retrocrural.
manera fidedigna, se retira la aguja hasta un nivel
subcutáneo, aumentando el ángulo para permitir Punción con aguja: método anterocrural. El se-
que la punta supere el borde lateral del cuerpo ver- gundo método básico para el bloqueo del plexo
tebral. En el lado izquierdo (el lado de la aorta), una celíaco es el abordaje anterocrural, que resulta de la
vez la aguja se aleja del cuerpo vertebral, se inser- colocación de la punta de la aguja anterior al pilar
tará de 1,5 a 2 cm adicionales hasta identificar la pa- diafragmático en el lado derecho, como se ilustra en
red de la aorta por las pulsaciones transmitidas a la figura 42-11. Para efectuar este bloqueo, los pasos
través de la longitud de la aguja. En el lado derecho, previos son idénticos, excepto que la línea parame-
la aguja puede insertarse de 2 a 3 cm tras superar el diana de la derecha se trazará de 5 a 6 cm respecto
cuerpo vertebral. Cuando se colocan las agujas has- a la línea media, en lugar de 7 a 8 cm, como en el
ta una profundidad adecuada, es útil introducir pri- abordaje retrocrural clásico. Nuevamente se inserta
mero la aguja izquierda porque puede avanzarse len- la aguja para entrar en contacto con el cuerpo ver-
tamente hasta que las puntas de los propios dedos tebral. Con frecuencia, es necesario un ángulo su-
(como se ilustra en la fig. 42-10) aprecien las pulsa- perior a 45º para contactar inicialmente con éste.

Aorta Esófago Reposicionada


Inicial
Reposicionada
Inicial
PROPAGACIÓN
RETROCRURAL

45°
45°

L1

Ao

Pilar
diafragmático

FIGURA 42-9
Bloqueo del plexo celíaco:
técnica retrocrural.
320 Atlas de anestesia regional

L1

FIGURA 42-10
Bloqueo del plexo celíaco:
técnica del dedo como
«transductor de presión». Ao

ESÓFAGO

AORTA
DIAFRAGMA
Aguja del lado
derecho
PROPAGACIÓN 5-6 cm
ANTEROCRURAL

Pilar
diafragmático
derecho

FIGURA 42-11
Bloqueo del plexo celíaco:
técnica anterocrural.
Bloqueo del plexo celíaco 321

Cuando se establece contacto, se retira la aguja y se mitir la diseminación de la solución de anestésico


redirige hasta que supera el borde anterolateral del local, o del agente neurolítico, en la región de las raí-
cuerpo vertebral. Es necesaria una guía radiológica ces lumbares, aunque esto aparentemente se pro-
para colocar correctamente una aguja anterocrural. duce con poca frecuencia. Una lesión neurológica
Con frecuencia, la aguja debe insertarse de 10 a 13 cm aún menos frecuente tras el bloqueo celíaco neu-
para colocar su punta anterior al pilar diafragmáti- rolítico, la paraplejía, puede ser el resultado del
co. Es útil emplear una técnica de imagen comple- espasmo inducido por fármacos en una de las prin-
mentaria para el abordaje transcrural, puesto que el cipales arterias nutricias lumbares (arteria de Adam-
paso de la punta de la aguja a través del pilar dia- kiewicz). Esta probable hipótesis aún no se ha con-
fragmático es difícil de apreciar por palpación, a me- trastado clínicamente.
nos que se use un método transaórtico similar a la
técnica de Ischia. Una vez alcanzada esta posición,
se realiza una inyección única de anestésico local en CONSEJOS PRÁCTICOS
el lado derecho.
Para la correcta comprensión del bloqueo del plexo
Problemas potenciales. A causa de la localiza- celíaco debemos familiarizarnos con los conceptos
ción del plexo celíaco, próxima al neuroeje, puede de bloqueo retrocrural y anterocrural. Esto es útil
producirse anestesia epidural o espinal. Además, de- para que el anestesiólogo desarrolle una «percep-
bido a la estrecha relación entre el plexo celíaco y la ción» tridimensional de la localización de la punta
aorta, se puede producir una punción aórtica apro- de la aguja. Con el paciente en decúbito prono tam-
ximadamente en un tercio de los pacientes, aunque bién puede administrarse una sedación adecuada, lo
rara vez esto es un problema grave. Como sucede que contribuye en gran medida a que el anestesió-
con el bloqueo simpático lumbar, la colocación de la logo y el paciente se sientan cómodos durante este
punta de la aguja para un bloqueo celíaco puede per- bloqueo.
43
Bloqueo del plexo
hipogástrico
superior
Bloqueo del plexo hipogástrico superior 325

PERSPECTIVA retroperitonealmente, caudal al origen de la arteria


mesentérica inferior. Se encuentra anterior a la por-
El bloqueo del plexo hipogástrico superior está ba- ción inferior de la aorta abdominal, su bifurcación y
sado conceptualmente en la neurólisis plexular pa- los vasos sacros medios; en concreto, es anterior a
ravertebral para el alivio del dolor intraabdominal o las vértebras lumbares cuarta y quinta y a la prime-
de la extremidad inferior. Los cirujanos ginecológi- ra vértebra sacra. El plexo está compuesto por una
cos han practicado neurectomías presacras durante banda aplanada de haces nerviosos intercomunican-
años para el tratamiento de diversos síndromes do- tes que descienden sobre la bifurcación aórtica (figs.
lorosos pélvicos, aunque en realidad este procedi- 43-1 y 43-2). Ensanchándose inferiormente, se divi-
miento quirúrgico se había diseñado para interrum- de en los nervios hipogástricos derecho e izquierdo.
pir el plexo hipogástrico superior. El bloqueo del Además de su continuidad con el plexo interme-
plexo hipogástrico superior se utiliza con objetivos sentérico, el plexo hipogástrico superior recibe apor-
diagnósticos y terapéuticos en pacientes con síndro- taciones de los dos nervios esplácnicos lumbares in-
mes dolorosos benignos y oncológicos. Sin embar- feriores (fig. 43-3). En la figura 43-4 se identifica,
go, gran parte de los procedimientos se basan en la con un triángulo rojo, un concepto clave en el blo-
neurólisis en síndromes dolorosos por neoplasias queo del plexo hipogástrico superior: la ventana
pélvicas que, de otra forma, serían difíciles de tratar. anatómica que existe entre la cresta ilíaca, la apófi-
sis transversa de L5 y los cuerpos vertebrales de L5-
Selección de pacientes. Cuando el bloqueo del S1, que permiten la adecuada inserción de la aguja.
plexo hipogástrico superior se emplea de forma Además de las fibras simpáticas, el plexo hi-
diagnóstica en pacientes con síndromes dolorosos pogástrico superior también contiene fibras para-
pélvicos crónicos benignos, permite una mejor defi- simpáticas que se originan en las raíces ventrales de
nición del origen del dolor. No obstante, en pacien- S2-4 y discurren como nervios erigentes finos (ner-
tes con neoplasias pélvicas se utiliza con mayor fre- vios esplácnicos pélvicos) a través del plexo hi-
cuencia la neurólisis plexular para producir alivio pogástrico inferior.
del dolor. Los síndromes dolorosos oncológicos que Los nervios hipogástricos izquierdo y derecho
pueden controlarse son los provocados por neopla- descienden lateralmente al colon sigmoide y a la
sias malignas cervicales, vaginales proximales, ute- unión rectosigmoidea para alcanzar los dos plexos
rinas, ováricas, testiculares, prostáticas y rectales. La hipogástricos inferiores. El plexo hipogástrico infe-
técnica también se ha empleado para el alivio del do- rior es una estructura bilateral situada a cada lado
lor en pacientes con enfermedad inflamatoria intes- del recto, la región vesical inferior, y la próstata y
tinal colónica distal o rectal. vesículas seminales (en el hombre), o el cérvix ute-
rino y la cúpula vaginal (en la mujer). A causa de su
Selección de fármacos. En los bloqueos localización y configuración, el plexo hipogástrico
diagnósticos, la elección del anestésico local está de- inferior no es susceptible de neurólisis.
terminada por la duración del bloqueo deseado. Con
frecuencia, ello implica el uso de bupivacaína al Posición. Los pacientes sometidos a este blo-
0,25% o ropivacaína al 0,2% con adrenalina al queo se colocan en decúbito prono sobre una mesa
1:200.000, con agujas colocadas bilateralmente, has- radiológica con una almohada bajo la región abdo-
ta una dosis total de 20 a 30 ml. Los anestésicos lo- minal inferior para reducir la lordosis lumbar. Ideal-
cales de acción más corta, como lidocaína al 1%, con mente, se debe disponer de fluoroscopia en dos pla-
frecuencia asociada a adrenalina al 1:200.000, tam- nos para evaluar la colocación de la aguja, por lo que
bién son efectivos. Cuando el objetivo es la neuróli- se requieren las proyecciones posteroanterior y la-
sis, se emplea un medio de radiocontraste, 2 a 4 ml teral.
a través de cada aguja, para garantizar la correcta po-
sición de la aguja; seguidamente, puede adminis- Punción con aguja. Se identifica fluoroscópica-
trarse como neurolítico de 8 a 10 ml de fenol acuo- mente el interespacio L4-5 y se trazan marcas cutá-
so al 10% o alcohol al 50%. neas de 5 a 7 cm laterales a la línea media a esta al-
tura (fig. 43-4). Esta preparación es necesaria para
la inserción de la aguja a través del área de acceso
LOCALIZACIÓN óseo (ilustrada en el triángulo rojo de las figs. 43-3
a 43-5) hasta el plexo hipogástrico superior. Tras la
Anatomía. El plexo hipogástrico superior se preparación aséptica de la piel, se practica la infil-
continúa con el plexo intermesentérico y se localiza tración cutánea con anestésico local, con una aguja
326 Atlas de anestesia regional

R. tronco simpático

Aorta abdominal

Vena cava inferior


M. psoas mayor
Plexo hipogástrico
superior
M. cuadrado
4.a lumbar lumbar

5.a lumbar

M. ilíaco

A. sacra media

Recto

Vejiga

FIGURA 43-1
Anatomía anteroposterior
del plexo hipogástrico
superior.
Bloqueo del plexo hipogástrico superior 327

Plano de la sección transversal

Posición del paciente


A

Plano de la
sección transversal

Disco
entre
L5 y S1

Plexo
hipogástrico
superior

Ciego

FIGURA 43-2
A-C) Anatomía transversal
del plexo hipogástrico
C superior.
328 Atlas de anestesia regional

Plexo hipogástrico
superior

L5

Sacro

Apófisis transversa de L5
«Ventana» anatómica
S1

FIGURA 43-3
Anatomía oblicua del plexo
hipogástrico superior.
A) Anatomía. B) Concepto
del «triángulo rojo» para B
el acceso al plexo
hipogástrico superior.
Bloqueo del plexo hipogástrico superior 329

5-7 cm

FIGURA 43-4
Anatomía superficial
y marcas cutáneas
importantes para el bloqueo
del plexo hipogástrico
superior: proyección
posteroanterior.

de 2 cm y 30 G, en los puntos cutáneos bilaterales tuadas ambas agujas, se inyecta el medio de radio-
marcados previamente. A continuación, se infiltra a contraste (2-4 ml de Hypaque M-60) para verificar
nivel subcutáneo con una aguja de 5 a 9 cm y 22 G su posición. El contraste radiológico debe propagar-
a lo largo del trayecto de la aguja, en dirección cau- se en forma de una banda inmediatamente anterior
domedial y oblicua. Se dirige el rayo fluoroscópico al promontorio sacro; su margen liso posterior de-
a lo largo del trayecto previsto para simplificar la in- berá identificar la colocación de la punta de la agu-
serción de la aguja. Después, se dirige la aguja bajo ja anterior a la fascia del psoas. El contraste difun-
guía fluoroscópica hasta alcanzar un punto inme- dirá hacia la línea media a partir de los puntos
diatamente anterior a la unión vertebral L5-S1; mi- paramediales emplazados bilateralmente.
nimizando el tamaño radiográfico del pabellón de la
aguja. La cresta ilíaca y la apófisis transversa de L5 Problemas potenciales. Debido a la proximidad
pueden obstruir el paso de la aguja; si éste fuera el de los vasos ilíacos (arterias y venas), hay que ser
caso, ésta se retira y redirige en ángulo cefálico o cuidadoso para minimizar la potencial inyección in-
caudal para superar el obstáculo (fig. 43-5). Como travascular (fig. 43-6). Esta relación anatómica tam-
sucede con el abordaje para el bloqueo del plexo bién facilita la formación de hematomas. Si no se ve-
celíaco o simpático lumbar, si la punta de la aguja rifica la posición de la punta de la aguja, es posible
contacta con el cuerpo vertebral (en este caso, L5), la inyección intramuscular e intraperitoneal. Aun
se redirige para alejarse del cuerpo hasta la posición cuando se inserte la aguja correctamente, puede pro-
deseada, inmediatamente anterior a la unión de L5- ducirse un espasmo de la musculatura paraespinosa
S1 (el promontorio sacro). a causa de la irritación inducida por ésta en la mus-
Una vez colocada adecuadamente y confirmada culatura, que habitualmente dura unos días. Proble-
su posición mediante fluoroscopia en dos planos, se mas menos frecuentes consisten en lesiones de los
inserta la aguja contralateral de manera similar. Si- nervios somáticos lumbares o sacros, y la posibili-
330 Atlas de anestesia regional

Trayecto de la aguja
Punto de inserción

Apófisis transversa de L5
Cresta ilíaca

Anteroposterior

Plexo
hipogástrico
superior

Sección transversal
B
Línea media

Línea
media

5–7 cm
Punto de inserción

Apófisis transversa de L5
FIGURA 43-5
Técnica de bloqueo del
plexo hipogástrico superior «Ventana» anatómica
aplicando el «triángulo
rojo» para identificar
el trayecto de inserción de
la aguja y el acceso al plexo Oblicua posterior
hipogástrico superior.
A) Proyección C
anteroposterior. B) Sección
transversal. C) Proyección
oblicua posterior.
Bloqueo del plexo hipogástrico superior 331

A. ilíaca

Plexo
hipogástrico
superior

V. ilíaca

Disco intervertebral
(L5-S1)

Agujero de
conjunción

Faceta
L5-S1

Espacio
subaracnoideo

FIGURA 43-6
Anatomía observada en
una imagen de resonancia
magnética del plexo
hipogástrico superior.

dad de punción renal o ureteral. Tras el bloqueo neu- adquirir experiencia sobre la colocación fluoroscó-
rolítico, es aconsejable advertir al paciente sobre la pica de la aguja mediante su alineación con la di-
posibilidad de aparición de cambios del hábito in- rección del rayo, lo cual simplifica la técnica.
testinal o vesical, así como una reducción de la fun- Algunos pacientes oncológicos que pueden ser
ción sexual, a pesar de la infrecuencia de estos efec- candidatos a neurólisis han sido sometidos previa-
tos colaterales. mente a cirugía pélvica extensa, combinada tal vez
con radioterapia pélvica. En dichos pacientes debe
invertirse un tiempo adicional para garantizar que el
CONSEJOS PRÁCTICOS patrón de propagación del radiocontraste sea el tí-
pico. Esta recomendación se origina de la experien-
Cuando se emplea este bloqueo de forma diagnósti- cia con pacientes en los que la cirugía previa exten-
ca en síndromes dolorosos pélvicos, siempre es sa y la radioterapia han alterado la anatomía
aconsejable señalar a los pacientes que se practica neurovascular usual. Como sucede con la neurólisis
con propósitos diagnósticos y que no se ha previsto celíaca, no es frecuente el alivio completo del dolor
un bloqueo neurolítico. El anestesiólogo debe fami- tras este bloqueo, aunque con frecuencia aumenta la
liarizarse con la anatomía, tanto ósea como neuro- confortabilidad del paciente, minimizando la nece-
vascular, para ejecutar de forma eficaz este bloqueo. sidad de tratamiento con opiáceos. En definitiva,
Su realización es prácticamente imposible sin fluo- contribuye a mejorar la calidad de vida durante los
roscopia; por tanto, también es muy recomendable restantes meses de supervivencia.
44
Inyección
transforaminal
cervical y lumbar
JAMES P. RATHMELL, M.D.
Inyección transforaminal cervical y lumbar 335

PERSPECTIVA Su techo y suelo están formados por los pedículos


de vértebras consecutivas. Su pared posterolateral
La inyección transforaminal también se denomina está constituida principalmente por la apófisis arti-
frecuentemente inyección radicular selectiva. Los cular superior de la vértebra inferior y, en parte, por
nervios espinales salen del canal vertebral óseo a la apófisis articular inferior de la vértebra superior y
través de los agujeros intervertebrales o de conjun- la cápsula de la articulación formada entre estas dos
ción. Inmediatamente lateral al agujero de conjun- apófisis articulares. La pared anteromedial está cons-
ción, puede inyectarse un pequeño volumen de lí- tituida por la porción caudal del cuerpo vertebral su-
quido adyacente a una única raíz nerviosa. El perior, la apófisis uncinada de la vértebra inferior y
bloqueo radicular único con anestésico local puede el borde posterolateral del disco intervertebral. In-
emplearse de forma diagnóstica para diferenciar si mediatamente lateral a la abertura externa del agu-
una raíz nerviosa contribuye a los síntomas clínicos jero de conjunción surge la arteria vertebral, inme-
en pacientes con anomalías en múltiples niveles y diatamente anterior a los pilares articulares de la
un patrón de dolor desconcertante. De este modo, articulación cigapofisaria.
puede emplearse la inyección radicular selectiva El nervio espinal, envuelto en su manguito dural,
para contribuir a la decisión del cirujano en la valo- se encuentra en la mitad caudal del agujero de con-
ración de un abordaje quirúrgico adecuado. Los re- junción. La mitad cefálica está ocupada por venas
sultados se deben interpretar cautelosamente ya que epirradiculares. El ramo ventral del nervio espinal
el espacio potencial que circunda las raíces nervio- surge inmediatamente lateral al agujero de conjun-
sas de la región paravertebral es contiguo al espacio ción y discurre anterior y lateral por encima de la
epidural. A medida que aumenta el volumen inyec- apófisis transversa. Las arterias radiculares surgen de
tado, el material se propaga lateralmente a lo largo las arterias vertebral y cervical ascendente, y acom-
de la raíz nerviosa y proximalmente a través del agu- pañan al nervio espinal y sus raíces hacia la médula
jero de conjunción hasta el espacio epidural que cir- espinal.
cunda directamente la raíz nerviosa. Algunos médi-
cos practican inyecciones radiculares selectivas Posición. El procedimiento puede efectuarse
inmediatamente por fuera del agujero de conjunción con el paciente en decúbito supino, oblicuo o late-
y otros avanzan la punta de la aguja unos milíme- ral, en función de la preferencia del anestesiólogo y
tros más para entrar en éste; esta distinción proba- de la comodidad del paciente. La posición debe per-
blemente entrañe escaso significado clínico. Incluso mitir la visualización adecuada de los agujeros de
un pequeño volumen de material inyectado en cual- conjunción en los planos anteroposterior (AP), late-
quiera de ambas localizaciones puede penetrar en el ral y oblicuo (fig. 44-1A).
espacio epidural por contigüidad. El primer paso es obtener una visión oblicua del
La aplicación más frecuente de la inyección trans- agujero de conjunción (fig. 44-1B). En esta proyec-
foraminal es la administración de esteroides. El fun- ción, su diámetro es máximo transversalmente y la
damento para su inyección es la supresión de la in- pared anterior de la apófisis articular superior se pro-
flamación del nervio que, en muchos casos, se cree yecta sobre la silueta de la lámina. Si no se cumplen
que es la base de la radiculalgia. El uso de la vía estos criterios, se ajustará la inclinación de la fluo-
transforaminal en lugar de una vía interlaminar es roscopia. La correcta visión oblicua es esencial por-
debido a que el fármaco inyectado se administra más que en visiones menos oblicuas que, sin embargo,
próximo al nervio, lo que garantiza que la concen- mostrarán el agujero de conjunción, la arteria verte-
tración máxima de medicación alcanza el punto bral se encuentra a lo largo de la trayectoria de la
donde se sospecha que reside la patología. aguja.

Punción con aguja. Se inserta una aguja de 2,5 a


LOCALIZACIÓN 3,5 pulgadas (6,35 a 8,89 cm), de 25 G, a través de
una punción cutánea cervical en un punto que se so-
lapa con la mitad posterior del agujero de conjun-
Inyección transforaminal cervical
ción correspondiente. Su punta siempre estará sobre
Anatomía. A nivel cervical, las raíces ventrales la mitad anterior de la apófisis articular superior
y dorsales de los nervios espinales descienden en el para que no se inserte demasiado distante respecto
canal vertebral para formar el nervio espinal en su al agujero de conjunción. Una vez la aguja ha al-
agujero de conjunción. El agujero de conjunción canzado la apófisis, se registra la profundidad. La si-
está orientado en sentido oblicuo anterior y lateral. guiente inserción superará en algunos milímetros
336 Atlas de anestesia regional

45º
60º

Paciente en decúbito supino


para la inserción de la aguja
(a lo largo del eje del agujero
de conjunción)
A Posición adecuada del paciente bajo fluoroscopia

A. vertebral

A. radicular

Posiciones finales
de la punta de la aguja
Inyección 45-60°
transforaminal

Inyección radicular
selectiva
Inyección
radicular
selectiva

Inyección
transforaminal
D

AAS
La Ped
C6
ApE
AAI
La Ped

ApE C7

E F
Inyección transforaminal cervical y lumbar 337

dicha profundidad. A continuación, se recoloca la no se intentan más inyecciones. Se reprograma el


aguja para entrar en el agujero de conjunción tan- procedimiento tras un período suficiente para la ci-
gencialmente a su pared posterior, en oposición a su catrización de la punción.
ecuador (fig. 44-1C-E). Cefálica respecto a este ni- En ocasiones, el medio de contraste llena las ve-
vel, la aguja puede encontrar venas; caudal puede nas epirradiculares. Esta situación se identifica por
encontrar el nervio espinal y sus arterias. La aguja una lenta eliminación del medio de contraste, que es
deberá estar en contacto con la pared posterior para característico del flujo venoso. En tal caso, se reco-
no puncionar la arteria vertebral. loca la aguja retirándola ligeramente o redirigiéndo-
Bajo visión fluoroscópica AP, la punta de la agu- la a una posición algo más caudal en la pared pos-
ja se ajusta para colocarla en oposición a la línea me- terior del agujero de conjunción.
dia parasagital de los pilares articulares. La inser- Sólo se requiere un pequeño volumen del medio
ción, superada esta profundidad, incrementa la de contraste (< 1,0 ml) para delinear el manguito du-
probabilidad de punción del manguito dural o el ral del nervio espinal. A medida que se propaga en
saco tecal. Se verifica la posición final de la aguja y el saco tecal, el medio de contraste adopta una con-
se registra radiológicamente en una proyección obli- figuración lineal. La dilución rápida de éste sugiere
cua (que demuestre su colocación frente a la pared propagación subaracnoidea que puede ocurrir si la
posterior del agujero de conjunción) y en una pro- aguja punciona el saco tecal cuando hay una dilata-
yección AP (fig. 44-1F) (que demuestre la profun- ción lateral del manguito dural radicular en el agu-
didad de inserción). jero de conjunción. En tal caso, se abandona el pro-
Bajo fluoroscopia directa en tiempo real, se in- cedimiento y se reprograma para que el material
yecta un pequeño volumen (< 1,0 ml) de medio de inyectado posteriormente no penetre por la punción
contraste no iónico. La solución debería delinear el practicada a través de la duramadre.
extremo proximal de la raíz nerviosa que emerge, y
propagarse centralmente hacia el espacio epidural (v.
Inyección transforaminal lumbar
fig. 44-1F).
Una vez se ha delineado correctamente el nervio Anatomía. En los niveles lumbares, las raíces
diana, se inyecta un pequeño volumen de un anesté- ventrales y dorsales de los nervios espinales des-
sico local de acción corta (lidocaína al 1%, 0,5-1,5 ml) cienden por el canal vertebral para formar el nervio
para bloquear el nervio y reducir el dolor de la pos- espinal en su respectivo agujero de conjunción. Los
terior inyección de corticoides. Mientras se asegura agujeros de conjunción están orientados lateral-
que no se ha desplazado la aguja, se completa el pro- mente. El techo y el suelo foraminal están constitui-
cedimiento mediante la inyección de una pequeña dos por los pedículos de las vértebras consecutivas.
dosis de corticoides (betametasona 3,0-6,0 mg o La pared posterolateral está formada principalmen-
triamcinolona 20-40 mg). te por la apófisis articular superior de la vértebra in-
ferior y, en parte, por la apófisis articular inferior de
Problemas potenciales. La fluoroscopia en tiem- la vértebra superior y la cápsula de la articulación
po real es esencial para verificar que no se produce entre estas dos apófisis articulares. La pared antero-
inyección intraarterial accidental, lo que puede ocu- medial está formada por la porción caudal del cuer-
rrir incluso si la aguja está colocada correctamente. po vertebral superior y el borde posterolateral del
La inyección intraarterial se manifiesta por una eli- disco intervertebral.
minación extremadamente rápida del medio de con- El nervio espinal, en su manguito dural, sale obli-
traste inyectado. En una arteria vertebral, el con- cuamente a través del agujero de conjunción. En la
traste fluye en sentido cefálico. En una arteria mitad cefálica del agujero de conjunción se encuentra
radicular, el contraste se muestra brevemente de ma- el ganglio radicular dorsal, inmediatamente profun-
nera transversal y fluye en dirección medial hacia la do al pedículo de la vértebra cefálica; este territorio
médula espinal. En ambos casos, se retira la aguja y también está ocupado por venas epirradiculares.


FIGURA 44-1
Inyección transforaminal e inyección radicular selectiva cervicales. A) Posición adecuada del paciente y angulación del brazo en C.
B) Colocación de la aguja a lo largo del eje del agujero de conjunción bajo guía fluoroscópica. C) Proyección axial de la posición de
la aguja que demuestra el ángulo del agujero de conjunción y estructuras adyacentes. D) Posición final de la aguja para la inyección
transforaminal en el interior del agujero de conjunción e inyección radicular selectiva inmediatamente lateral al agujero de
conjunción. E) Radiografía oblicua anterior derecha que demuestra una aguja en posición a lo largo de la cara posterior del agujero
de conjunción derecho C6-C7. En el cuadro se observa la región media de la imagen con las estructuras óseas indicadas: C6, cuerpo
vertebral C6; C7, cuerpo vertebral C7; Ped, pedículo; La, lámina; ApE, apófisis espinosa; AAS, apófisis articular superior;
AAI, apófisis articular inferior. F) Radiografía anteroposterior final tras la inyección transforaminal cervical con la aguja en su
posición final y el contraste radiológico delineando la raíz nerviosa saliente (puntas de flecha) y extendiéndose hacia el espacio
epidural lateral (flechas).
338 Atlas de anestesia regional

A Posición adecuada del paciente bajo fluoroscopia

B Paciente en decúbito prono para la inserción de la aguja

Derecha Izquierda
Inyección radicular
selectiva
Inyección transforaminal lumbar

Inyección
transforaminal

C Inyección radicular selectiva

FIGURA 44-2
Inyección transforaminal e D
inyección radicular selectiva
lumbares. A) Posición
adecuada del paciente y
angulación del brazo en C.
B) Colocación de la aguja a
lo largo del eje del agujero
de conjunción bajo guía
fluoroscópica.
C) Proyección axial de la
posición de la aguja para
la inyección transforaminal
y la inyección radicular
selectiva. D) Proyección
lateral de la posición final
de la aguja para la inyección
transforaminal y la
inyección radicular
selectiva. E) Radiografía
anteroposterior final tras
la inyección de contraste
después de la inyección
radicular selectiva (L5
izquierda) con la punta de
la aguja a lo largo de la
superficie superior de la raíz
nerviosa (flecha) y el
contraste delineando la raíz
nerviosa y extendiéndose E
hacia el espacio epidural
lateral (puntas de flecha).
Inyección transforaminal cervical y lumbar 339

Mientras la raíz atraviesa inferolateralmente el agu- sis de corticoides (betametasona 3,0-6,0 mg o triam-
jero, se divide en un ramo dorsal y uno ventral. El cinolona 20-40 mg).
ramo ventral del nervio espinal pasa anterior y late-
ralmente a la apófisis transversa de la vértebra cau- Problemas potenciales. De manera similar a la
dal. Las arterias radiculares surgen de la aorta abdo- inyección transforaminal cervical, la fluoroscopia en
minal y sus ramas, y acompañan al nervio espinal y tiempo real es esencial para verificar que no se pro-
sus raíces hacia la médula espinal. Como en la re- duce inyección intraarterial accidental, lo que pue-
gión cervical, la localización y el tamaño de las ar- de ocurrir incluso si la aguja está colocada de forma
terias radiculares es variable y cabe destacar la ne- correcta. La inyección intraarterial se manifiesta por
cesidad de reconocer su presencia para efectuar este una eliminación extremadamente rápida del medio
bloqueo. de contraste inyectado. En una arteria radicular, el
contraste se muestra brevemente de manera trans-
Posición. El procedimiento se practica con el versal y fluye en medial hacia la médula espinal. En
paciente en decúbito prono, con una almohada bajo este caso, se retira la aguja y no se intentan más in-
el abdomen superior a las crestas ilíacas, y la pelvis yecciones. A continuación, se reprograma el proce-
basculada anteriormente (fig. 44-2A). El primer dimiento tras un período suficiente para la cicatri-
paso es obtener una visión oblicua de 10 a 20º del zación de la punción.
agujero de conjunción que permita que la aguja pase El medio de contraste también puede llenar las
por la cara lateral de éste. Este paso es más difícil venas epirradiculares, lo que se identifica por una
para el nivel L5-S1, donde la cresta ilíaca bloquea la lenta eliminación del medio de contraste (carac-
entrada al agujero de conjunción cuando el ángulo terístico del flujo venoso). En tal caso, se recoloca la
oblicuo es excesivo. aguja retirándola ligeramente o redirigiéndola a una
posición algo más caudal.
Punción con aguja. A través de un punto de pun- Sólo se requiere un pequeño volumen del medio
ción cutánea adyacente a la porción superior del de contraste (< 1,0 ml) para delinear el manguito du-
agujero de conjunción diana, inmediatamente cau- ral del nervio espinal. A medida que se propaga en
dal a la pars interarticularis (la unión de la apófisis el saco tecal, el medio de contraste adopta una con-
transversa con la lámina o inmediatamente caudal figuración lineal (v. fig. 44-2E). La dilución rápida
a la porción más proximal de la apófisis transversa) del medio de contraste sugiere la propagación sub-
se inserta una aguja de 2,5 a 3,5 pulgadas (6,35 a aracnoidea que puede ocurrir si la aguja punciona el
8,89 cm), de 25 G en la región lumbar (fig. 44-2B). saco tecal, cuando hay una dilatación lateral del
Su punta siempre estará sobre la cara posterior del manguito dural radicular en el agujero de conjun-
agujero de conjunción (fig. 44-2C). Una vez ha al- ción. En tal caso, se abandona el procedimiento y se
canzado la pars interarticularis, se registra la pro- reprograma, para que el material que hay que in-
fundidad, orientando la imagen radiológica a proyec- yectar no penetre por la punción practicada a través
ción lateral (fig. 44-2D). La siguiente inserción se de la duramadre.
practica en esta proyección, observando la aguja
mientras entra en el agujero de conjunción. Se avan-
za lentamente; nos detendremos si el paciente ma- CONSEJOS PRÁCTICOS
nifiesta una parestesia o la aguja alcanza la porción PARA LAS INYECCIONES
media del agujero de conjunción en proyección AP. TRANSFORAMINALES
Bajo fluoroscopia directa en tiempo real y en pro- CERVICALES Y LUMBARES
yección AP, se inyecta un pequeño volumen (X 1,0 ml)
de medio de contraste no iónico. La solución debería Se recomienda el uso de una técnica coaxial en la
delinear el extremo proximal de la raíz nerviosa y punción transforaminal lumbar. De manera similar a
propagarse centralmente bajo el pedículo hacia el es- la inyección transforaminal cervical, el uso adecuado
pacio epidural (fig. 44-2E). de la fluoroscopia utilizando una técnica coaxial me-
Una vez se ha delineado correctamente el nervio, jora la tasa de éxitos de este bloqueo, así como la co-
se inyecta un pequeño volumen de un anestésico lo- modidad del paciente, pues la aguja se coloca con
cal de acción corta (lidocaína al 1%, 0,5-1,5 ml) para una mínima necesidad de redirección. Una vez la
anestesiar el nervio y reducir el dolor de la posterior aguja está en su posición final, debemos inyectar una
inyección de corticoides. Mientras se asegura de que pequeña cantidad de medio de contraste radiológico
no se ha desplazado la aguja, se completa el proce- mediante fluoroscopia directa en tiempo real, para
dimiento mediante la inyección de una pequeña do- minimizar la posibilidad de punción arterial.
45
Implantación
espinal de sistemas
de liberación de
fármacos
JAMES P. RATHMELL, M.D.
Implantación espinal de sistemas de liberación de fármacos 343

PERSPECTIVA con los opiáceos en los estudios en los que se em-


pleó el tratamiento intratecal. La administración in-
Tras milenios de uso empírico de opiáceos para el tra- tratecal de fármacos también se ha utilizado amplia-
tamiento del dolor, en 1971 se identificó una clase de mente para el dolor no oncológico, particularmente
receptores opioides altamente específicos. Poco des- para el tratamiento de la lumbalgia crónica. Sin em-
pués, se localizaron en el cerebro y en la médula es- bargo, el uso de este tratamiento para el dolor no on-
pinal. Yaksh desarrolló un modelo de cateterización cológico no se ha analizado en estudios controlados
crónica del espacio subaracnoideo en animales de ex- y sigue siendo controvertido.
perimentación al que pronto siguió la demostración Una vez se ha seleccionado a un paciente para el
de que la aplicación medular directa de morfina pro- tratamiento intratecal, se efectúa una prueba. Actual-
ducía analgesia espinal selectiva. Sobre esta limitada mente, la mayoría de médicos efectúa las pruebas co-
evidencia experimental, Wang y cols. (1979) admi- locando un catéter intratecal percutáneo temporal e
nistraron morfina intratecal en bolo y Onofrio (1981) infundiendo el analgésico durante varios días para va-
empleó infusiones intratecales crónicas de morfina; lorar su efectividad antes de implantar un sistema per-
ambas técnicas se aplicaron en pacientes con dolor manente. Otros la realizan mediante una dosis única
grave asociado a cáncer avanzado. o una infusión epidural continua. El analgésico utili-
Desde estos primeros y audaces experimentos clí- zado con mayor frecuencia para la administración es-
nicos, hemos asistido a una rápida transición desde pinal es la morfina, que sigue siendo el único opiáceo
el laboratorio a la práctica clínica. La morfina intra- aprobado para uso intratecal por la Food and Drug
tecal y otros opioides se emplean en la actualidad Administration de Estados Unidos.
como coadyuvantes útiles en el tratamiento del do-
lor agudo y crónico y varios fármacos muestran un
futuro prometedor como analgésicos con selectivi- LOCALIZACIÓN
dad espinal. La administración espinal continua de
analgésicos puede verificarse mediante catéteres epi- Anatomía. El catéter intratecal se coloca direc-
durales o intratecales percutáneos, aunque la vul- tamente en el líquido cefalorraquídeo (LCR) de la
nerabilidad a la infección y el coste de los sistemas cisterna lumbar avanzando una aguja entre las lá-
externos limita su uso a corto plazo (menos de 6 se- minas vertebrales a la altura de L2-3 o más abajo. La
manas). Se dispone de fiables sistemas implantables administración directa del opiáceo al nivel espinal
de administración de fármacos que posibilitan la ad- correspondiente al dermatoma o dermatomas en el
ministración de medicamentos a largo plazo en el es- que el paciente siente el dolor puede mejorar la anal-
pacio intratecal. Estos sistemas están compuestos gesia, particularmente cuando se utilizan opioides
por un reservorio/bomba de fármaco implantado en (p. ej., fentanilo o sufentanilo). Por tanto, algunos
el tejido subcutáneo de la pared abdominal que se autores abogan por introducir el catéter cefálico al
recarga periódicamente a través de un puerto de ac- dermatoma adecuado. En los últimos años, se ha pu-
ceso. La bomba puede ser un dispositivo de veloci- blicado la aparición de granulomas alrededor de la
dad fija y flujo constante, o una bomba de velocidad punta del catéter en algunos catéteres intratecales
variable que puede programarse mediante un trans- permanentes. Estas masas inflamatorias pueden ge-
misor de radiofrecuencia inalámbrico, similar a los nerar un deterioro neurológico súbito por compre-
utilizados para los marcapasos cardíacos. sión medular. Muchos médicos recomiendan en la
La selección de pacientes para el tratamiento in- actualidad que los catéteres intratecales implantados
traespinal es empírica y sigue sujeta a debate. En se coloquen únicamente en el seno de la cisterna
general la administración intratecal de fármacos se lumbar por debajo del cono medular (aproximada-
reserva para pacientes con dolor grave que no res- mente a la altura de L2), donde es menos probable
ponden al tratamiento conservador. La mayoría de que la aparición de una masa inflamatoria compri-
pacientes con dolor oncológico sigue presentando ma la médula espinal de forma directa.
malestar a pesar del tratamiento adecuado con opiá-
ceos orales o puede presentar efectos secundarios Posición. Antes del procedimiento, hay que co-
intolerables relacionados con dichos fármacos. Los mentar con el paciente la posible localización de la
estudios controlados aleatorios en los que se ha com- bolsa para la bomba intratecal. La mayoría de dis-
parado el tratamiento médico a dosis elevadas con positivos son grandes y la única región adecuada
la administración intratecal de fármacos por dolor para su colocación es el cuadrante abdominal infe-
oncológico han demostrado un mejor control y una rior derecho o izquierdo. Una vez se ha determina-
reducción de los efectos secundarios relacionados do la localización, se marcará la incisión cutánea
344 Atlas de anestesia regional

propuesta con un rotulador permanente mientras el sutura en bolsa de tabaco en la fascia que rodea el
paciente está en sedestación. La posición de la bol- punto de inserción de la aguja (fig. 45-1I). Esta su-
sa en la pared abdominal es difícil de determinar una tura se usa para estrechar la fascia alrededor del caté-
vez los pacientes están en decúbito lateral. Si no se ter y evitar el flujo retrógrado de LCR, lo que pue-
marca la localización, con frecuencia la bolsa se rea- de provocar una colección subcutánea crónica.
liza demasiado lateral en la pared abdominal. Seguidamente se retiran a la vez la aguja y el estile-
La implantación de un sistema de administración te con cuidado para no desplazar el catéter espinal
intratecal de fármacos es un procedimiento quirúr- (fig. 45-1J). El flujo libre de LCR por el catéter debe
gico menor que se practica en quirófano con las pre- ser evidente; si no ocurre así, puede insertarse una
cauciones asépticas adecuadas, incluida la prepara- aguja roma en su extremo distal y aspirar suave-
ción cutánea, la colocación de tallas estériles y el uso mente para garantizar que éste sigue en el saco du-
de atuendo quirúrgico completo (fig. 45-1A). El pro- ral. Si no puede aspirarse LCR del catéter, se retira
cedimiento puede efectuarse bajo anestesia local o y se reemplaza. A continuación, se asegura el caté-
general con personal especializado en anestesio- ter a la fascia paravertebral mediante un dispositivo
logía. Se discute la colocación inicial del catéter es- de anclaje específico suministrado por el fabricante
pinal bajo anestesia general, ya que las posibilidades (fig. 45-1K).
de lesión neural son similares a las de cualquier téc- En este momento la atención se dirige a la crea-
nica neuroaxial bajo anestesia general. ción de una bolsa subcutánea en la pared abdominal
El paciente se coloca en una mesa radiotranspa- del paciente. Se efectúa una incisión transversa de
rente en decúbito lateral con el lado de la bolsa para 10 a 12 cm en la línea trazada previamente y se crea
la bomba en posición no dependiente (v. fig. 45-1A). ésta mediante disección roma (fig. 45-1L). La bolsa
Los brazos se extienden a la altura del hombro y se siempre se practicará caudal a la incisión; si se rea-
aseguran en esta posición para que se mantengan liza cefálica a ésta, el peso de la bomba sobre la lí-
alejados del campo quirúrgico. Se prepara la piel y nea de sutura probablemente causará una dehiscen-
se aplican tallas estériles. Se coloca el brazo superior cia. En muchos pacientes, la disección roma puede
en C y a través de la región lumbar se obtiene una efectuarse mediante una presión firme pero suave de
proyección anteroposterior (AP) de la columna lum- los dedos, aunque es más simple y menos traumáti-
bar. Se asegurará cuidadosamente que la proyección co el uso de un par de tijeras quirúrgicas pequeñas
radiológica no está rotada, observando que las apó- mediante movimientos de apertura (sin cerrar ni
fisis espinosas están en la línea media (fig. 45-1E). cortar) repetidos. Se coloca la bomba tras garantizar
que la bolsa es de tamaño adecuado. La bomba se
Procedimientos. El interespacio L3-4 se identi- ajustará completamente en su interior sin que nin-
fica mediante fluoroscopia. Se utilizará la aguja es- guna parte del dispositivo se extienda hacia la inci-
pinal suministrada por el fabricante del dispositivo sión. Tras colocar el dispositivo correctamente en su
intratecal para garantizar que el catéter puede avan- lugar, los márgenes de la incisión deben quedar en
zar a través de ésta sin sufrir daño. Se desplaza la aposición completa. No quedará tensión sobre las
aguja desde un abordaje paramedial empezando de suturas durante el cierre de la incisión o ésta tenderá
1 a 1,5 cm lateral a las apófisis espinosas. Se dirige a la dehiscencia.
la aguja para entrar en el espacio espinal en la línea Una vez realizada la bolsa subcutánea, se intro-
media; seguidamente se retira el estilete para garan- duce un dispositivo de tunelización entre la incisión
tizar el flujo adecuado de LCR (fig. 45-1B). A conti- paravertebral y ésta (fig. 45-1M). Seguidamente se
nuación, se avanza el catéter espinal a través de la avanza el catéter a través del túnel (la mayoría de
aguja hasta que su punta está dentro del espacio es- dispositivos de tunelización presentan un manguito
pinal pero por debajo de L2 en la cisterna lumbar de plástico hueco a través del cual puede desplazar-
(fig. 45-1C). La posición de la punta del catéter se se el catéter desde la región lumbar del paciente has-
verifica mediante fluoroscopia en los planos AP y la- ta la bolsa). El catéter sobrante se corta a una lon-
teral (fig. 45-1D, E). Seguidamente la aguja se reti- gitud que permita la permanencia de un pequeño
ra ligeramente (unos 1-2 cm), dejándola en esta po- bucle de catéter en profundidad respecto a la bom-
sición para proteger el catéter durante la ulterior ba y unido a ella. Posteriormente, se coloca la bom-
incisión y disección (fig. 45-1F). Se asegura el caté- ba en la bolsa con el bucle de catéter previamente
ter al campo quirúrgico mediante una pinza pequeña descrito (fig. 45-1N), que permite los movimientos
para evitar su contaminación (fig. 45-1F). del paciente sin aplicar tensión al catéter distal, lo
Se practica una incisión de 5 a 8 cm paralela al que provocaría su salida del saco tecal. Seguida-
eje de la columna vertebral y cefalocaudal respecto mente se practican suturas a través de los puntos de
al punto de entrada cutáneo de la aguja (fig. 45-1G). anclaje de la bomba o de su funda de malla para ase-
Se separa el tejido subcutáneo mediante disección gurarla a la fascia abdominal. Estas suturas simples
roma hasta que sea visible la fascia paravertebral de retención evitan que la bomba rote o se deslice
lumbar (fig. 45-1H). Posteriormente, se realiza una en la bolsa subcutánea. A continuación se cierra en
Implantación espinal de sistemas de liberación de fármacos 345

Anestesiólogo

Pantallas de fluoroscopia
Cirujano Línea entre las crestas ilíacas

Fluoroscopia,
brazo en C Punto para
la implantación
del catéter
Punto para la bolsa de la bomba

LCR

A Disposición quirúrgica B Insertar la aguja en el interespacio L3/L4

C Introducir el catéter
FIGURA 45-1
Implantación de un sistema de administración intratecal de fármacos. A) Imagen de la disposición típica de un quirófano durante
una implantación intratecal. El paciente se coloca en decúbito lateral con el brazo en C para realizar una proyección anteroposterior
de la columna lumbar. B) Colocación inicial de la aguja espinal en el interespacio L3-4 mediante abordaje paramedial. El flujo libre
de líquido cefalorraquídeo (LCR) indica la localización intratecal. C) Colocación del catéter intratecal a través de la aguja espinal
bajo guía fluoroscópica.

La figura continúa en la página siguiente


346 Atlas de anestesia regional

Punta
del catéter

Punta del catéter

Asegurar
el catéter

FIGURA 45-1 - Cont.


Radiografías anteroposterior (D) y lateral (E) de la punta del
catéter intratecal (flechas) en su posición final adyacente al disco
intervertebral L2-3. F) Después de confirmar la posición, se asegura
la porción proximal de éste al campo quirúrgico y la aguja espinal
se retira 1 cm para colocarla en el tejido subcutáneo. Dejar la aguja
en su lugar protege al catéter durante la ulterior disección.

La figura continúa en la página siguiente

F Retirar la aguja 1 cm
y asegurar el catéter
Implantación espinal de sistemas de liberación de fármacos 347

Fascia paravertebral lumbar

5 cm

Incisión y disección roma


G

Asir firmemente
el catéter

Catéter

I Estilete metálico

Sutura en bolsa de tabaco alrededor de la aguja dentro de la fascia Aguja (sobre el estilete)

Retirar la aguja y el estilete


simultáneamente

J
FIGURA 45-1 - Cont.
G) Se practica una incisión cefalocaudal en la piel y el tejido subcutáneo; la incisión se extiende por encima y por debajo del punto
de entrada de la aguja. H) Mediante disección roma, se dividen la piel y el tejido subcutáneo hasta que se expone la fascia lumbar
paravertebral. I) Se realiza una sutura en bolsa de tabaco alrededor de la base de la aguja en la fascia paravertebral; esta sutura reduce
la probabilidad de que el LCR se escape por el catéter y provoque una colección subcutánea. J) La aguja y el estilete del catéter
se retiran juntos mientras se sostiene firmemente el catéter en su posición.

La figura continúa en la página siguiente


348 Atlas de anestesia regional

Fijación de Silastic
Catéter Bolsa
Margen costal Cresta ilíaca anterior

K
L
Asegurar el catéter con la fijación de Silastic y las suturas Crear la bolsa para la bomba

Bucle de catéter en la bolsa

Incisión adicional
M N
Colocar el dispositivo de tunelización a través Crear un bucle de catéter en el interior
del tejido subcutáneo y seguidamente tunelizar el catéter de la bolsa, colocar la bomba en su interior
y cerrar con sutura

FIGURA 45-1 - Cont.


K) El catéter se asegura a la fascia paravertebral mediante un dispositivo de fijación suministrado por el fabricante. L) Se practica una
incisión transversa en la pared abdominal a medio camino entre el ombligo y la línea axilar anterior. Se crea una bolsa mediante
disección roma de tamaño suficiente para acomodar la bomba. La disección roma puede efectuarse con la punta de los dedos o con
unas tijeras quirúrgicas y un movimiento repetido de apertura (en lugar de corte). M) Se utiliza un dispositivo de tunelización,
suministrado por el fabricante, para desplazar el catéter en el tejido subcutáneo entre la incisión paravertebral y la bolsa abdominal
para la bomba. N) Una vez realizada hemostasia, se coloca la bomba en la bolsa. Seguidamente se cierra la incisión abdominal y
paravertebral en dos planos: un plano de suturas absorbibles discontinuas en el tejido subcutáneo adyacente a la bomba y el catéter,
y otro plano cutáneo individualizado.
Implantación espinal de sistemas de liberación de fármacos 349

dos planos: una serie de puntos de sutura subcutá- incisión paravertebral (v. fig. 45-2B). Muchos caté-
neos discontinuos, seguido por el cierre cutáneo me- teres se suministran con un manguito impregnado
diante puntos de sutura o grapas. en antibiótico diseñado para impedir la entrada de
bacterias a su través. Este maguito se colocará apro-
Procedimientos para la implantación de catéte- ximadamente a 1 cm del punto de salida del catéter
res epidurales permanentes. La colocación del pa- a lo largo del trayecto subcutáneo del catéter. A con-
ciente y el uso de la fluoroscopia para la colocación tinuación, se recortan las porciones proximal y dis-
de un catéter epidural permanente son similares a tal del catéter, dejando una longitud suficiente para
los descritos para un catéter intratecal. El interespa- garantizar que, con el movimiento, no hay tracción
cio de entrada varía en función de los dermatomas sobre éste. Se conectan los dos extremos del catéter
que hay que cubrir, particularmente si se emplea una mediante una unión de acero inoxidable suminis-
solución de anestésico local. Se utiliza una técnica trada por el fabricante y se suturan ambos con se-
típica de pérdida de resistencia para identificar el es- guridad. Se cierra la incisión paravertebral en dos
pacio epidural y se introduce hasta éste un catéter planos: una serie de puntos de sutura discontinua
de Silastic. Se practica una incisión paravertebral y subcutánea, seguida del cierre cutáneo mediante su-
se asegura el catéter a la fascia paravertebral como tura o grapas. La incisión de la salida abdominal del
se ha descrito para la implantación del catéter intra- catéter epidural se cierra alrededor de su base con
tecal. uno o dos puntos de sutura discontinua.
Se dispone de dos sistemas epidurales permanen-
tes: 1) un sistema totalmente implantado que utili- Problemas potenciales. La hemorragia y la in-
za un puerto subcutáneo al que se accede mediante fección son riesgos inherentes a todos los procedi-
una aguja a través de la piel, y 2) un catéter per- mientos quirúrgicos abiertos. La hemorragia en la
cutáneo que se tuneliza subcutáneamente, pero que bolsa de la bomba puede provocar un hematoma al-
sale de la piel, para conectarse a un dispositivo ex- rededor de ésta que requiera drenaje quirúrgico. La
terno de infusión. hemorragia a lo largo de la tunelización subcutánea
Para implantar un sistema epidural permanente frecuentemente causa un hematoma significativo en
con un puerto subcutáneo, se practica una incisión la región, aunque rara vez requiere tratamiento.
transversa de 6 a 8 cm suprayacente al margen cos- Como en otras técnicas neuroaxiales, la hemorragia
tal, a medio camino entre el apéndice xifoides y la en el espacio epidural puede provocar una compre-
línea axilar anterior. Se crea una bolsa sobre la pa- sión neurológica significativa. Típicamente, los sig-
rrilla costal mediante disección roma (fig. 45-2A). nos de infección en el interior de la bolsa de la bom-
Como se ha descrito antes para la colocación del ba aparecen de 10 a 14 días tras su implantación,
catéter intratecal, se tuneliza el catéter desde la re- aunque pueden aparecer en cualquier momento. Al-
gión paravertebral hasta la bolsa, y se conecta al gunos autores han descrito buenos resultados en el
puerto. Posteriormente, se suturará el puerto a la fas- tratamiento de infecciones superficiales exclusiva-
cia de la parrilla costal procurando garantizar su fi- mente con antibióticos dirigidos contra el microor-
jación; si éste migra inferiormente hasta quedar en ganismo causante y vigilancia estrecha. Sin embar-
el abdomen, su acceso será difícil. El soporte rígido go, las infecciones en el seno de la bolsa o a lo largo
de la parrilla costal lo mantiene con firmeza, permi- del trayecto del catéter, casi siempre requieren la re-
tiendo su fácil acceso. Seguidamente se cierran las tirada de todos los dispositivos implantados y el tra-
incisiones cutáneas en dos planos: una serie de pun- tamiento con antibióticos parenterales para erradi-
tos de sutura discontinua subcutánea, seguida del car la infección. Las infecciones del catéter y de
cierre cutáneo mediante sutura o grapas. tejidos profundos pueden extenderse hasta el neu-
Para implantar un sistema epidural permanente roeje y provocar la formación de un absceso epidu-
sin puerto subcutáneo, se extiende un dispositivo de ral y/o meningitis. Durante la primera semana tras
tunelización desde la incisión paravertebral hasta el su colocación, la tasa de infección de los catéteres
cuadrante abdominal superior derecho, inmediata- epidurales permanentes sin puertos subcutáneos es
mente inferior al reborde costal. Se practica una pe- superior respecto a los catéteres con puertos, aun-
queña incisión (unos 0,5 cm) para permitir la sali- que la infección de ambos sistemas es elevada y si-
da del dispositivo de tunelización por la piel. Los milar cuando se dejan en su lugar durante más de
catéteres epidurales subcutáneos se suministran en 6-8 semanas.
dos partes: la porción proximal del catéter, que se Se ha descrito la lesión de la médula espinal du-
coloca en el espacio epidural, y la porción distal, que rante la colocación inicial del catéter. La mayoría de
entra en la pared abdominal y se conecta con la por- expertos recomiendan la implantación del catéter
ción distal del catéter proximal. Seguidamente se sólo en pacientes conscientes, de manera que pue-
asegura la porción distal del catéter al dispositivo de dan manifestar si aprecian parestesias durante la co-
tunelización y se dirige a través de la incisión en la locación de la aguja. Sin embargo, este aspecto es
pared abdominal subcutáneamente para salir por la controvertido y algunos autores consideran adecua-
350 Atlas de anestesia regional

Piel

Puerto

Suturado
a la fascia
A

Implantación epidural con puerto subcutáneo

Manguito
Suturas
Incisión

Tapón

B
Implantación epidural con un catéter
percutáneo de Silastic (catéter DuPen)

FIGURA 45-2
Implantación epidural permanente. El catéter epidural se coloca mediante una técnica de pérdida de resistencia, empleándose
fluoroscopia para dirigirlo al dermatoma adecuado. La creación de una incisión paravertebral y la fijación del catéter a la fascia
paravertebral lumbar son idénticas a la colocación de un catéter intratecal. A) Colocación de un puerto subcutáneo. El catéter
epidural se tuneliza hasta una bolsa en el margen costal. Se conecta el puerto al catéter epidural y se sutura a la fascia adyacente a la
parrilla costal. El puerto debe asentarse firmemente sobre las costillas y no sobre la pared abdominal; sin el soporte costal por detrás,
su acceso sería difícil. B) Colocación de un catéter percutáneo tunelizado (DuPen). Este tipo de catéter se suministra típicamente en
dos piezas: una porción distal epidural, una pieza larga de catéter proximal con un manguito subcutáneo impregnado de antibiótico,
y un puerto de acceso externo. Tras la colocación del catéter epidural y disección a través de una incisión paravertebral, se tuneliza
el catéter proximal desde el margen costal hasta la incisión paravertebral. Se desliza el catéter bajo el tejido subcutáneo hasta que el
manguito impregnado en antibiótico se encuentre a 1-2 cm de la incisión de la pared torácica. Seguidamente se corta el segmento
sobrante de catéter, se unen los dos extremos mediante el conector suministrado por el fabricante y se aseguran a la fascia
paravertebral. El punto de entrada cutánea en la pared torácica se fija alrededor del catéter saliente mediante suturas discontinuas.
Implantación espinal de sistemas de liberación de fármacos 351

da la colocación del catéter intratecal bajo anestesia diante observación, a menos que la colección sea
general con guía radiológica, por debajo del nivel grande o dolorosa; en tales casos, puede requerirse
del cono medular (aproximadamente, L2). El caté- la exposición neuroquirúrgica del catéter espinal en
ter puede implantarse incorrectamente en el com- el punto en que penetra en la dura, y la colocación
partimento subdural o en el espacio epidural. En de una sutura en bolsa de tabaco alrededor del caté-
ambos casos, no se produce flujo libre de LCR, lo ter para eliminar la fuga de LCR.
que indica la localización inadecuada de la punta
del catéter.
La dehiscencia incisional y la migración de la bom- CONSEJOS PRÁCTICOS
ba son problemas infrecuentes. Asegurarse de que el
tamaño de la bolsa sea suficiente para evitar la ten- La administración sistemática de profilaxis antibió-
sión sobre la línea de sutura en el momento del cie- tica está justificada antes de toda implantación in-
rre incisional es esencial para minimizar el riesgo de tratecal por la trascendencia de una infección. Los
dehiscencia. La migración de la bomba se produce ha- antibióticos adecuados son cefazolina 1 a 2 g i.v. o
bitualmente porque se han omitido las suturas de re- clindamicina 900 mg i.v. 30 min antes de la incisión,
tención en el momento de la colocación de la bomba. o vancomicina 1 g i.v. aproximadamente 60 min an-
La colocación de varias suturas a través de los ancla- tes de ésta. Se aconseja comentar con el paciente la
jes o la malla de la bomba, que la aseguran a la fascia posible localización de la bomba antes de la opera-
abdominal, minimiza el riesgo de migración. ción, y posteriormente, rotularla con un marcador
La colección de líquido subcutáneo alrededor de cutáneo con el paciente en sedestación. Hay que ase-
la bomba (formación de seroma) puede ser pro- gurarse de que el LCR fluye libremente por el caté-
blemática y se produce típicamente tras su sustitu- ter intratecal en cada etapa de la implantación para
ción. Con frecuencia, para resolver el problema se garantizar la detección precoz de una colocación in-
obtienen buenos resultados con el drenaje percutá- correcta o desplazamiento. El tamaño de la bolsa crea-
neo de la colección de líquido estéril. También pue- da para la bomba debe ser adecuado para evitar ten-
de originarse una colección subcutánea de LCR, sión sobre la línea de sutura tras el cierre incisional.
particularmente en la región paravertebral, incluso Se recomienda saber dónde está el catéter en cada
meses después de la implantación de la bomba. Esta momento para evitar dañarlo con la aguja al realizar
complicación puede tratarse exclusivamente me- las suturas.
46
Estimulación
medular
JAMES P. RATHMELL, M.D.
Estimulación medular 355

PERSPECTIVA genética probablemente desempeñen alguna función


en la aparición del dolor crónico. La estimulación
La idea de que la estimulación directa de las vías sen- eléctrica directa de las columnas dorsales, denomi-
sitivas ascendentes de la médula espinal puede in- nada estimulación de la médula espinal (EME) o es-
terferir en la percepción del dolor crónico se basa en timulación de las columnas dorsales, ha demostrado
observaciones cotidianas. Todos estamos familiari- su eficacia en el tratamiento del dolor radicular cró-
zados con el hecho de que el frotamiento de un área nico. El mecanismo íntimo de acción permanece aún
que acaba de recibir un traumatismo reduce aparen- hoy día sin esclarecerse. La estimulación eléctrica di-
temente la sensación de dolor procedente de dicha recta de las columnas dorsales puede inducir cam-
región lesionada. La aparición de la estimulación bios retrógrados en las fibras sensitivas ascendentes
nerviosa eléctrica transcutánea (TENS, transcutane- que modulan la intensidad de los estímulos noci-
ous electrical nerve stimulation), en la que se condu- ceptivos entrantes.
ce una ligera corriente eléctrica a través de electro- La selección de pacientes para la EME es empíri-
dos de superficie en la región dolorosa, reforzó la ca y sigue siendo controvertida. En general, la EME
idea de que la estimulación de las vías sensitivas re- se reserva para pacientes con dolor grave que no res-
duce la percepción del dolor en estados dolorosos ponden al tratamiento conservador. La respuesta es
crónicos. En 1965, Patrick Wall, un neurofisiólogo mejor cuando el dolor está relativamente bien loca-
que exploraba los mecanismos fisiológicos básicos lizado, porque el éxito de la EME depende de la
de la transmisión del dolor y Ronald Melzack, un capacidad de abarcar la totalidad de la región dolo-
psicólogo que trabajaba con pacientes con dolor cró- rosa con la estimulación eléctrica. Alcanzar una co-
nico, propusieron juntos la teoría de la modulación bertura adecuada es más difícil cuando el dolor es
medular (Gate Control Theory) para explicar el modo bilateral, lo que frecuentemente requiere dos elec-
en que la estimulación no nociceptiva puede redu- trodos, uno a cada lado de la línea media. Cuando
cir la percepción del dolor. En su teoría, propusie- el dolor es difuso, puede ser imposible alcanzar una
ron que las neuronas de segundo orden del asta pos- cobertura efectiva con la EME. Una de las indica-
terior de la médula espinal actúan como «puerta» a ciones mejor establecidas para la EME es la radicu-
través de la cual los estímulos nociceptivos deben lalgia crónica, con o sin radiculopatía de la extremi-
pasar para alcanzar los centros cerebrales superiores dad afectada, tanto superior como inferior. El uso de
y ser percibidos como dolor. Si estas mismas neuro- EME para el tratamiento de la lumbalgia crónica ha
nas reciben estímulos de otras fibras sensoriales que sido menos satisfactorio, aunque recientemente los
entran por el mismo grupo de neuronas en la mé- resultados parecen mejorar con el advenimiento de
dula espinal, el estímulo no nociceptivo puede ce- los sistemas de doble electrodo con amplia área de es-
rrar dicha puerta, evitando la transmisión simultá- timulación. Estudios aleatorios controlados de com-
nea del estímulo nociceptivo. Por tanto, la sensación paración entre la EME y la cirugía repetida, en pa-
táctil continuada sobre una región traumatizada o la cientes con síndrome de fracaso de cirugía lumbar,
estimulación eléctrica del TENS cierra la puerta al han demostrado un mayor éxito para alcanzar un ali-
estímulo nociceptivo del dolor crónico. Basándose vio satisfactorio en pacientes tratados con EME. En
en esta teoría, los investigadores desarrollaron el estudios aleatorios recientes se ha observado un ma-
concepto de activación directa de las fibras ascen- yor alivio y recuperación funcional en pacientes con
dentes en las columnas dorsales que transmiten los síndromes dolorosos regionales complejos (SDRC)
estímulos cutáneos no dolorosos (p. ej., el toque li- tratados con EME junto con fisioterapia, en compa-
gero), como un medio para el tratamiento del dolor ración con fisioterapia aislada. Estudios observacio-
crónico. Hemos aprendido mucho de la anatomía y nales prospectivos indican una tasa global de éxito
la fisiología de la percepción del dolor desde que se de aproximadamente el 50% (definida como una re-
propuso por primera vez la teoría de la modulación ducción del dolor al menos del 50% y el uso conti-
medular. Es improbable que la noción simplista de nuado de EME durante 5 años tras la implantación)
una puerta en el asta dorsal sea la única responsable en grupos combinados de pacientes con lumbalgia
de nuestras observaciones, aunque esta teoría sirvió activa y/o dolor de las extremidades tras cirugía lum-
como base para el desarrollo de la estimulación de bar previa. La utilidad del estudio psicológico antes
la médula espinal. Tanto las fibras nerviosas perifé- de la EME sigue siendo controvertida; algunos in-
ricas como las neuronas de segundo orden del asta vestigadores han indicado que el cribado de los pa-
posterior, que transmiten las señales dolorosas, se cientes con trastornos de la personalidad, trastorno
sensibilizan tras una lesión. Los cambios anatómi- somatomorfo o hipocondría puede mejorar la tasa de
cos, la muerte celular y la alteración de la expresión éxito.
356 Atlas de anestesia regional

Una vez seleccionado el paciente para el trata- Posición. En cualquier lugar adecuado para un
miento con EME, se efectúa una prueba que con- catéter epidural puede colocarse un electrodo me-
siste en colocar un electrodo epidural transitorio, dular percutáneo de prueba. Habitualmente su im-
conectado a un dispositivo externo, como procedi- plantación se efectúa en un quirófano, aunque tam-
miento ambulatorio para valorar la efectividad de bién puede ejecutarse en cualquier dependencia que
este tratamiento antes de implantar un sistema per- permita una preparación cutánea adecuada y la apli-
manente. En otras ocasiones, se implanta el elec- cación de tallas estériles al campo quirúrgico, así
trodo de prueba tunelizándolo y conectándolo pos- como la presencia de una unidad de fluoroscopia
teriormente a una extensión percutánea de éste. La para guiar la colocación. Si se practica una prueba
extensión percutánea de prueba es simple de colo- percutánea, el electrodo de prueba se coloca como si
car, no requiere un quirófano equipado, y tras el éxi- fuera permanente, aunque durante el período de
to de la prueba debe retirarse. El electrodo de prue- prueba éste se asegura a la piel sin realizar incisión.
ba requiere colocación en quirófano, y ha de ser Antes de la implantación del estimulador medu-
retirado si la prueba no tiene éxito. En caso contra- lar permanente, es preciso consensuar con el pa-
rio, el segundo procedimiento, que consiste en co- ciente la posible localización de la bolsa para el ge-
locar el generador de impulsos, es breve y no pre- nerador de impulsos. Las regiones más adecuadas
cisa la colocación de un nuevo electrodo epidural. son el cuadrante inferior del abdomen y la cara la-
Tras una prueba de estimulación con éxito, se co- teral de la nalga. Una vez se ha determinado la lo-
loca un sistema permanente con el mismo patrón de calización, marcamos la incisión cutánea con un ro-
estimulación que alivió el dolor durante el período tulador permanente mientras el paciente está en
de prueba. sedestación. La posición de la bolsa es difícil de de-
terminar una vez los pacientes están en decúbito la-
teral. Si no se rotula la localización, con frecuencia
LOCALIZACIÓN la bolsa se coloca demasiado lateralizada en la pared
abdominal. La ubicación del generador de impulsos
Anatomía. El electrodo epidural de EME se co- en la nalga permite que la totalidad del procedi-
loca mediante un abordaje paramedial interlaminar miento pueda efectuarse con el paciente en decúbi-
directamente en el espacio epidural dorsal e inme- to prono y simplifica la operación, soslayando la ne-
diatamente externo a la línea media. La entrada en cesidad de cambiar de posición de decúbito prono a
el espacio epidural se realiza varios niveles por de- decúbito lateral en mitad de la implantación.
bajo del nivel final previsto para la colocación del La realización del implante de un electrodo me-
electrodo. Típicamente, los electrodos para estimu- dular estimulador es un procedimiento quirúrgico
lación lumbar y de las extremidades inferiores se menor que se efectúa en quirófano con precaucio-
introducen a través del interespacio L1-2 y para nes asépticas, incluida la preparación de la piel, la
la extremidad superior a través del interespacio colocación de tallas estériles y el uso de atuendo
C7-T1. Los investigadores han cartografiado los pa- quirúrgico completo (fig. 46-1A). El procedimiento
trones de estimulación eléctrica de las columnas debe efectuarse bajo anestesia local y sedación lige-
dorsales y sus correspondientes localizaciones de ra para que el paciente pueda manifestar si percibe
cobertura. En general, los electrodos epidurales de- la sensación de la estimulación eléctrica durante el
ben colocarse de 2 a 3 mm inmediatamente exter- implante.
nos a la línea media ipsolateral a la región dolo- El paciente se coloca en una mesa radiológica en
rosa que hay que tratar. Para la estimulación de las decúbito prono (v. fig. 46-1A). La implantación ini-
extremidades inferiores, los mejores resultados se cial del electrodo puede efectuarse con el paciente
obtienen colocando el electrodo entre los niveles en decúbito lateral, aunque incluso pequeños grados
vertebrales T8 y T10, mientras que para la extre- de rotación a lo largo del eje vertebral pueden difi-
midad superior se colocan entre el occipucio y el cultarla. Los brazos se extienden hacia arriba, de ma-
nivel vertebral C3. Si el electrodo se aleja dema- nera que estén en una posición cómoda, bien aleja-
siado de la línea media se produce una molesta es- dos del campo quirúrgico. Se prepara la piel y se
timulación de las raíces nerviosas salientes. Mientras aplican tallas estériles. Para la estimulación lumbar
si se coloca demasiado abajo, a la altura de L1-2 o y de las extremidades inferiores, se posiciona el bra-
por debajo, se obtienen patrones de estimulación zo en C sobre la unión toracolumbar para poder ob-
impredecibles. En la región del cono medular, las tener una proyección anteroposterior de la columna
fibras de las columnas dorsales no están parale- vertebral. Se recomienda garantizar que la visión ra-
las a la línea media, sino que forman un arco des- diográfica no está rotada, observando que las apófi-
de la raíz nerviosa correspondiente (que entra en sis espinosas están en la línea media (fig. 46-1B).
la médula espinal) hacia su localización parame-
dial final, que se encuentra a varios niveles supe- Procedimientos. Se identifica el interespacio
riores. L1-2 mediante fluoroscopia. Se empleará la aguja
Estimulación medular 357

Anestesiólogo

Pantallas de fluoroscopia
Cirujano

Fluoroscopia,
brazo en C Pedículos
Apófisis espinosa
Punto para
la implantación
del electrodo

A
Disposición quirúrgica B

FIGURA 46-1
Implantación de un sistema
de estimulación medular.
A) Imagen de la disposición
Visión superior
típica de un quirófano
durante la implantación
de un estimulador medular.
El paciente se coloca en
Pies Cabeza decúbito prono con el brazo
en C para realizar una
proyección anteroposterior
(AP) de la columna
toracolumbar.
B) Radiografía
posteroanterior del
electrodo para estimulación
medular en posición para
estimular la extremidad
inferior. El electrodo está
a la derecha, con su
extremo en la cara inferior
del cuerpo vertebral de T9.
Durante la colocación, se
recomienda garantizar que
la imagen está en el plano
AP sin rotación. Para ello,
movemos el intensificador
de imágenes en dirección
mediolateral hasta que la
apófisis espinosa se observa
a medio camino entre los
pedículos. C) Colocación
C inicial de la aguja epidural
en el interespacio L1-2
Inserción de la aguja
mediante un abordaje
paramedial. El ángulo
de entrada en el espacio
epidural debe ser inferior
a 45º respecto al plano
del espacio epidural para
asegurarse de que el
electrodo pueda pasar
con facilidad.

La figura continúa en la página siguiente


358 Atlas de anestesia regional

Bandas adhesivas estériles


Electrodo Apósito oclusivo transparente

E
D
Rotar ligeramente el electrodo Asegurar el electrodo con bandas adhesivas
para avanzarlo en el canal espinal estériles y seguidamente colocar un apósito
oclusivo transparente por encima

Fascia paravertebral lumbar

5 cm

Incisión y disección roma

FIGURA 46-1 - Cont.


D) Se avanza el electrodo bajo guía fluoroscópica continua mediante un movimiento de ligera rotación para conducirlo a la posición
deseada inmediatamente lateral a la línea media del lado de la estimulación. E) Para la estimulación de prueba con una derivación
percutánea, la derivación se asegura a la espalda con suturas o bandas adhesivas estériles; seguidamente, se coloca un apósito
oclusivo estéril. F) Se practica una incisión cefalocaudal a través de la piel y el tejido subcutáneo, que se extienda por encima
y por debajo del punto de entrada de la aguja. Mediante disección roma se siguen dividiendo la piel y el tejido subcutáneo hasta
que se expone la fascia paravertebral lumbar.

La figura continúa en la página siguiente


Estimulación medular 359

Fijación de Silastic
Electrodo

Asir
firmemente
el electrodo

Electrodo
H
Asegurar el electrodo con la fijación de Silastic y suturas

Aguja

Retirar la aguja

G
Bolsa
Margen costal Cresta ilíaca anterior

Cabeza Pies

I J
Incisión adicional

Crear la bolsa para el generador de impulsos Extender el dispositivo de tunelización


a través del tejido subcutáneo y seguidamente
tunelizar el electrodo a través del dispositivo

FIGURA 46-1 - Cont.


G) Se retiran juntos la aguja y el estilete mientras se sostiene firmemente el electrodo en su posición. H) Se asegura el electrodo a la
fascia paravertebral con un dispositivo de fijación suministrado por el fabricante. I) Se practica una incisión transversal en la pared
abdominal a medio camino entre el ombligo y la línea axilar anterior o sobre la cara superolateral de la nalga. Mediante disección
roma con las puntas de los dedos o con unas tijeras quirúrgicas y un movimiento repetitivo de apertura (en lugar de corte) se crea
una bolsa de capacidad suficiente para contener el generador de impulsos. J) Se emplea el dispositivo de tunelización suministrado
por el fabricante para colocar el catéter en el tejido subcutáneo entre la incisión paravertebral y la bolsa.

La figura continúa en la página siguiente


360 Atlas de anestesia regional

FIGURA 46-1 - Cont.


Bucle de electrodo en la bolsa
K) Tras comprobar
la hemostasia, se coloca
el generador de impulsos
en la bolsa; el electrodo
sobrante se enrolla y se
introduce en el interior
de la bolsa, detrás del
generador de impulsos.
L) Seguidamente se cierran
las incisiones de la bolsa y
paravertebral en dos planos:
un plano de suturas
absorbibles discontinuas
en el tejido subcutáneo
suprayacente al generador
de impulsos y la derivación
y un plano cutáneo
individualizado.

Crear un bucle de electrodo en la bolsa,


colocar el generador de impulsos
y cerrar con sutura

Cresta ilíaca
Espina ilíaca
anterosuperior

Generador
de impulsos

L
Localización alternativa para la colocación
del generador de impulsos (región superior de la nalga)

epidural suministrada por el fabricante del disposi- dural. El espacio epidural se identifica mediante una
tivo para garantizar que el electrodo puede avanzar técnica de pérdida de resistencia. A continuación, se
a través de la aguja sin lesiones. Ésta se avanza em- avanza el electrodo a través de la aguja y se dirige
pleando un abordaje paramedial localizado de 1 a para mantenerse inmediatamente externo a la línea
1,5 cm lateralmente a las apófisis espinosas y ligera- media a medida que progresa en sentido cefálico
mente caudal al interespacio seleccionado. Se dirige bajo guía fluoroscópica. El electrodo posee un esti-
la aguja con un ángulo de entrada no superior a 45º lete de acero con una ligera angulación en la punta;
respecto al plano del espacio epidural (fig. 46-1C). la ligera rotación del electrodo mientras avanza per-
Si el ángulo de ataque de la aguja sobre el espacio mite al especialista dirigir el trayecto en el espacio
epidural es demasiado grande, el electrodo epidural epidural (fig. 46-1D). Para la estimulación lumbar y
es difícil de colocar ya que debemos superar un án- de las extremidades inferiores, el electrodo se colo-
gulo agudo entre la aguja y el plano del espacio epi- ca inicialmente de 2 a 3 mm externo respecto a la lí-
Estimulación medular 361

nea media, en el mismo lado del dolor y entre los ni- (fig. 46-1I). La bolsa siempre se creará caudalmente
veles vertebrales T8 y T10 (fig. 46-1B). La posición a la incisión; si la bolsa se coloca cefálicamente a la
final del electrodo se obtiene conectándolo a un ge- incisión, el peso del generador de impulsos sobre la
nerador de impulsos externo y preguntando al pa- línea de sutura probablemente cause dehiscencia. En
ciente si percibe la estimulación. Por lo general, el muchos pacientes, la disección roma se obtiene con
avance cefálico provoca una estimulación más alta presión digital firme, pero suave. Es más sencillo y
de la extremidad y los movimientos caudales indu- menos traumático emplear unas tijeras quirúrgicas
cen una estimulación inferior. Sin embargo, si el pequeñas mediante movimientos repetitivos de
electrodo se angula, incluso ligeramente, de direc- apertura (no de cierre ni de corte). Tras crear una
ción medial a lateral, el patrón de estimulación pue- bolsa con capacidad suficiente, se coloca el genera-
de variar menos predeciblemente; por ejemplo, el dor de impulsos en su interior. El generador de im-
avance cefálico puede provocar una estimulación pulsos deberá quedar ajustado en la bolsa sin que
más inferior de la extremidad en tales circunstancias. ninguna de sus partes sobresalga por la incisión.
La posición final del electrodo se registrará median- Con el dispositivo en su lugar, los márgenes de la in-
te radiografía (fig. 46-1B). Para la estimulación de cisión deberán quedar en completa aposición. No
prueba, se retira la aguja, se asegura el electrodo a debe haber tensión sobre las suturas durante el cie-
la espalda y se aplica un apósito oclusivo estéril (fig. rre; en caso contrario, la incisión presentará dehis-
46-1E). Se instruye al paciente en el uso del genera- cencia.
dor de pulsos externo y se programa una visita para Tras completar la creación de la bolsa, se introdu-
que regrese en 5 a 7 días, con objeto de evaluar su ce un dispositivo de tunelización en el tejido sub-
respuesta y retirar la derivación de prueba. cutáneo entre ésta y la incisión paravertebral (fig. 46-
El procedimiento para la colocación del implan- 1J). Seguidamente se avanza el electrodo a través del
te permanente es idéntico al de la estimulación de túnel. (Los dispositivos de tunelización varían y son
prueba. Una vez el electrodo definitivo está en posi- específicos de cada fabricante.) Los métodos de co-
ción y se ha confirmado el patrón óptimo de esti- nexión entre el electrodo y el generador de impul-
mulación, se asegura y se crea una bolsa para el ge- sos también varían según el fabricante; algunos dis-
nerador de impulsos. Posteriomente se tuneliza a positivos utilizan una extensión del electrodo que lo
nivel subcutáneo para su conexión con el generador conecta al generador de impulsos, y otros emplean
de impulsos. Tras la colocación inicial del electrodo, un electrodo de una pieza que se conecta directa-
se retira ligeramente la aguja epidural (aproximada- mente. Después de la tunelización, el electrodo y/o
mente de 1 a 2 cm), pero ésta se deja alrededor de su extensión se conectan al generador de impulsos.
éste para protegerlo durante la ulterior incisión y di- El electrodo sobrante se enrolla y se coloca detrás
sección (fig. 46-1F). Se practica una incisión de 5 a del generador de impulsos en la bolsa (fig. 46-1K).
8 cm paralela al eje de la columna vertebral y que se Este bucle permite el movimiento del paciente sin
extiende en dirección cefálica y caudal a la aguja, di- aplicar tensión sobre el electrodo distal, lo que
rectamente a través de su punto de entrada en la piel podría provocar su salida del espacio epidural. A
(fig. 46-1F). Se separan los tejidos mediante disec- continuación se cierran las incisiones en dos planos:
ción roma hasta que la fascia paravertebral lumbar una serie de puntos subcutáneos discontinuos, se-
es visible alrededor del cuerpo de la aguja. Seguida- guido por el cierre cutáneo mediante puntos de su-
mente se retiran con cuidado el estilete del electro- tura o grapas.
do y la aguja (fig. 46-1G). A continuación se asegu-
ra el electrodo a la fascia paravertebral mediante el Problemas potenciales. La hemorragia y la in-
dispositivo de fijación específico suministrado por el fección son riesgos inherentes a todos los procedi-
fabricante (fig. 46-1H). mientos quirúrgicos abiertos. La hemorragia en la
Si el electrodo se ha colocado en decúbito prono bolsa del generador de impulsos puede causar un he-
y el generador de impulsos debe colocarse en la pa- matoma a su alrededor que requiera drenaje quirúr-
red abdominal, éste se enrollará subcutáneamente, gico. La hemorragia a lo largo de la tunelización sub-
se cerrará temporalmente la incisión paravertebral cutánea causa con frecuencia un hematoma en la
con grapas y se aplicará un apósito oclusivo estéril. región, aunque raramente requiere tratamiento.
Seguidamente se retiran las tallas estériles y se reco- Como otras técnicas neuroaxiales, la hemorragia en
loca al paciente en decúbito lateral con el lado de la el espacio epidural puede provocar una compresión
bolsa abdominal hacia arriba. Tras la preparación de neurológica significativa. Los signos de infección en
la piel y la aplicación de tallas estériles, se crea la el interior de la bolsa del generador de impulsos apa-
bolsa en la pared abdominal o en la cara lateral de recen típicamente de 10 a 14 días tras la implanta-
la nalga del paciente. ción, aunque pueden surgir en cualquier momento.
Se practica una incisión transversal de 8 a 10 cm Algunos médicos han descrito buenos resultados
a lo largo de la línea previamente marcada y se respecto al tratamiento de infecciones superficiales
crea una bolsa subcutánea mediante disección roma de la incisión suprayacente a la bolsa exclusivamen-
362 Atlas de anestesia regional

te con antibióticos dirigidos contra el microorganis- menos durante 4 semanas tras la colocación. El em-
mo causante y estrecha observación. Sin embargo, pleo de un collar cervical blando en pacientes a los
las infecciones en el seno de la bolsa o a lo largo del que se les ha implantado una derivación cervical re-
trayecto del electrodo subcutáneo requieren gene- presenta un rápido recordatorio para evitar estos
ralmente la retirada de todos los dispositivos im- movimientos. Otra posible complicación es la rotu-
plantados y el tratamiento con antibióticos parente- ra del electrodo, a menudo, meses o años tras su co-
rales para erradicar la infección. Las infecciones de locación. Evitar la implantación en la línea media o
la derivación y de tejidos profundos pueden exten- la tunelización a través de ésta reduce la incidencia
derse hasta el neuroeje y provocar la formación de de rotura causada por la compresión del electrodo
un absceso epidural y/o meningitis. sobre el hueso. Su rotura se identifica por la súbita
El riesgo de punción dural es significativo du- pérdida de estimulación y se diagnostica verificando
rante la localización inicial del espacio epidural me- la impedancia con el programador del estimulador
diante la técnica de pérdida de resistencia. La aguja medular.
epidural empleada para la colocación del electrodo La dehiscencia incisional y la migración del ge-
es una aguja de Tuohy que ha sido modificada am- nerador de impulsos son problemas infrecuentes.
pliando el orificio para permitir que el electrodo pase Asegurarse de que el tamaño de la bolsa sea sufi-
fácilmente. Este bisel largo suele provocar una pér- ciente para evitar la tensión sobre la línea de sutura
dida errónea de resistencia; no es infrecuente hallar en el momento del cierre incisional es esencial para
una resistencia mínima a la inyección en todo el tra- minimizar el riesgo de dehiscencia.
yecto de colocación de la aguja. Para minimizar el La colección de líquido subcutáneo alrededor del
riesgo de punción dural, la punta de la aguja puede generador de impulsos (formación de seroma) pue-
avanzarse bajo guía fluoroscópica y asentarse, en pri- de ser problemática, y típicamente, sigue a la susti-
mer lugar, en el margen de la lámina vertebral (te- tución del generador de impulsos. Con frecuencia,
niendo cuidado de administrar un anestésico local el drenaje percutáneo de la colección de líquido esté-
adicional durante el avance). De esta manera, ase- ril resuelve el problema.
guramos la profundidad de la lámina y la aguja debe
avanzarse sólo una pequeña distancia sobre ésta, a
través del ligamento amarillo y en el espacio epidu- CONSEJOS PRÁCTICOS
ral. La pérdida de resistencia se utiliza sólo durante
los milímetros finales del avance de la aguja sobre la Está justificada la administración sistemática de pro-
lámina. Si se produce una punción dural, no se ha filaxis antibiótica antes de la implantación de un es-
establecido un consenso sobre el modo de proceder. timulador medular, pues cualquier infección que
Algunos médicos abandonan la colocación de la de- aparezca puede extenderse al neuroeje. Los antibió-
rivación y dejan transcurrir de 1 a 2 semanas antes ticos adecuados son cefazolina 1 a 2 g i.v. 30 min an-
de un nuevo intento; esta estrategia permite al mé- tes de la incisión, clindamicina 900 mg i.v. 30 min
dico la observación y el tratamiento de la cefalea antes de la incisión o vancomicina 1 g i.v. aproxi-
pospunción dural, que aparecerá prácticamente se- madamente 60 min antes de la incisión.
guro. Otros médicos continúan con la colocación de Es importante consensuar con el paciente la lo-
la derivación a través de un interespacio más cefáli- calización del generador de impulsos antes de la
co; si se produce cefalea pospunción dural y el tra- operación y marcar su ubicación con un rotulador
tamiento conservador fracasa, se coloca un parche cutáneo con el paciente en sedestación. Debemos te-
hemático a la altura de la punción dural. Se han des- ner en cuenta las actividades cotidianas de cada pa-
crito lesiones de la médula espinal y de las raíces ciente al seleccionar una localización. Por ejemplo,
nerviosas durante la colocación inicial de la deriva- los mecánicos, que pasan mucho tiempo con el ab-
ción. La colocación de la aguja y el electrodo epi- domen inclinado sobre un vehículo, pueden sentir
durales debe ejecutarse con el paciente consciente o molestias con un generador de impulsos localizado
ligeramente sedado para que sea capaz de manifes- en la pared abdominal.
tar la aparición de parestesias, minimizando así el Durante el procedimiento existe riesgo significa-
riesgo de lesión neurológica directa. tivo de punción dural, ya que la aguja específica em-
La complicación más frecuente tras la implanta- pleada para la colocación del electrodo del estimu-
ción de un estimulador medular es la migración del lador medular no proporciona un signo claro de
electrodo. La primera línea de defensa consiste en pérdida de resistencia durante su avance. Por ello,
garantizar que el electrodo está firmemente asegura- debemos avanzar la aguja bajo guía fluoroscópica y
do a la fascia paravertebral. No debemos suturarlo al asentar la punta sobre el margen de la lámina inme-
tejido subcutáneo laxo o a la grasa. Postoperatoria- diatamente inferior al interespacio al que se preten-
mente, se instruirá al paciente para que evite flexio- de acceder. De esta manera, aseguramos la profun-
nar y girar la cintura (derivaciones lumbares) o fle- didad de la lámina y la pérdida de resistencia sólo se
xionar y girar el cuello (derivaciones cervicales) al precisa durante los últimos 3-5 mm de avance de la
Estimulación medular 363

aguja, lo que reduce el riesgo de punción dural. En es aconsejable colocar un collar cervical blando que
caso de producirse punción dural, hay que conside- sirve como recordatorio eficaz para evitar estos mo-
rar la reprogramación del procedimiento o el trasla- vimientos.
do a un interespacio más cefálico para la colocación También es importante asegurarse de que el ta-
del electrodo. La cefalea pospunción dural es prác- maño de la bolsa creada para el generador de im-
ticamente segura por el grueso calibre de la aguja pulsos es adecuado para evitar la tensión sobre la lí-
utilizada para la colocación del electrodo; por tanto, nea de sutura después del cierre de la incisión. Para
si es necesario, cabe estar preparado para ofrecer un evitar dañar el electrodo, se recomienda precaución
tratamiento, incluido el parche hemático. Se ha des- al colocar las suturas del cierre fascial, así como sa-
crito la aplicación de un parche hemático epidural ber dónde está éste en todo momento.
durante los días siguientes a la implantación de un Es una buena práctica obtener una radiografía an-
estimulador medular, aunque los riesgos asociados a teroposterior y lateral de la columna vertebral des-
esta estrategia son inciertos. pués de la colocación del electrodo. Las radiografías
Para minimizar el riesgo de migración del elec- pueden servir como referencia útil cuando hay que
trodo hay que realizar una fijación segura. El as- colocar nuevos electrodos o al intentar determinar
pecto más importante durante la implantación es una posible migración de éstos. La pérdida de esti-
asegurar el electrodo a la fascia paravertebral. La mulación puede indicar migración o rotura. Prime-
incisión debe poseer la profundidad necesaria para ro habría que verificar la impedancia para detectar
exponer la fascia, ya que asegurar el electrodo al te- una rotura del electrodo. Posteriormente, la radio-
jido subcutáneo laxo o a la grasa es inadecuado. grafía y la comparación con radiografías obtenidas
Una vez expuesta la fascia, debemos colocar la fi- en el momento de la implantación inicial sirven para
jación del electrodo suministrada por el fabricante detectar la migración de la derivación.
sobre éste y afianzarla con seguridad empleando El agotamiento de la batería del generador de im-
puntos de sutura alrededor. Después de esto, la fi- pulsos es inevitable y sucede en un lapso variable
jación ya no debería desplazarse sobre el electrodo. (aproximadamente de 1 a 4 años) en función de los
Seguidamente, suturar el electrodo y la fijación a la parámetros de estimulación y la frecuencia de uso.
fascia. En el período postoperatorio, debemos ad- La aproximación del final de la duración de la ba-
vertir a los pacientes que eviten flexionarse y gi- tería comienza típicamente con la malfunción inter-
rarse al menos durante 4 semanas; para mayor co- mitente del dispositivo; la malfunción más frecuen-
modidad en los pacientes con electrodos cervicales, te es su apagado.
47
Anatomía neuroaxial
Anatomía neuroaxial 367

Los bloqueos neuroaxiales (espinal, epidural y caudal) relaciona con los cuerpos vertebrales vecinos a
son los bloqueos regionales más ampliamente utiliza- través de las articulaciones facetarias superiores e in-
dos. Los principales motivos de su popularidad estri- feriores (fig. 47-2). En la figura 47-3 se ilustran las
ban en que tienen criterios de valoración bien defini- relaciones generales de estas estructuras a los nive-
dos y el anestesiólogo puede obtener bloqueos fiables les correspondientes con las localizaciones comunes
con una sola inyección. El primer paso para poder em- para las punciones cervicales, torácicas y lumbares
plear de manera eficaz los bloqueos neuroaxiales con- del neuroeje.
siste en conocer la anatomía neuroaxial. Las proyecciones lateral, oblicua y posterior mues-
Como se ilustra en la figura 47-1, para compren- tran dos características de la anatomía ósea que cabe
der la anatomía neuroaxial es necesario desarrollar un destacar. Primera, en las vértebras cervicales y lum-
conocimiento de la relación entre la anatomía de su- bares, las apófisis espinosas adoptan una orientación
perficie y la ósea, relativa a las estructuras neuroaxia- más horizontal que las apófisis espinosas de la región
les. Empezando a nivel cefálico, la apófisis espinosa mediotorácica. La angulación caudal de las apófisis
de la séptima vértebra cervical es la estructura más espinosas de la región mediotorácica pone de relieve
prominente de la línea media en la base del cuello. por qué la punción con una aguja de las estructuras
Una línea trazada entre los bordes inferiores de las neuroaxiales en esta área requiere una angulación
escápulas cruza el eje vertebral aproximadamente a la más cefálica de la aguja. Por el contrario, en las re-
altura de la apófisis espinosa de T7. La extensión in- giones cervical y lumbar, es posible aplicar un ángu-
ferior de la médula espinal, el cono medular, termina lo más directo (perpendicular) de la aguja para al-
en el adulto aproximadamente en L1 (en niños, el canzar las estructuras neuroaxiales. La segunda
cono medular puede llegar hasta L3). La línea entre característica sobre la que cabe insistir es la angula-
las crestas ilíacas, la línea de Tuffier o línea intercres- ción de la lámina inmediatamente lateral a las apófi-
tal, cruza la apófisis espinosa L4 en la mayor parte de sis espinosas en las tres regiones. Como se ilustra con
los casos. Una línea trazada entre las espinas ilíacas la línea negra en la proyección lateral de los cuerpos
posterosuperiores identifica el nivel de la segunda vertebrales (v. fig. 47-3), la orientación de las lámi-
vértebra sacra y la extensión distal del saco dural que nas vertebrales se verticaliza en dirección cefálica a
contiene líquido cefalorraquídeo (LCR). caudal. Estas características son importantes para la
Las 33 vértebras desde C1 hasta el extremo del comprensión del concepto de «desplazamiento» de
cóccix comparten varias características y presentan las agujas respecto a las láminas hasta introducirse
ciertas diferencias que cabe destacar. Cada vértebra en las localizaciones neuroaxiales deseadas.
contiene una apófisis espinosa unida a la lámina, de Además de las relaciones óseas de los cuerpos
la cual se extiende una apófisis transversa lateral- vertebrales, existen importantes relaciones ligamen-
mente a ambas láminas y pedículos. El pedículo une tosas. Como se ilustra en la figura 47-4, el ligamen-
este conjunto posterior al cuerpo vertebral, que se to amarillo o ligamentum flavum define el límite pos-

Extremo de Cresta Espina


la escápula ilíaca ilíaca
posterosuperior

C7
L4 S2
T7 L1

FIGURA 47-1
Anatomía neuroaxial:
relaciones de superficie.
368 Atlas de anestesia regional

VÉRTEBRA LUMBAR
Faceta
superior

Cuerpo Cuerpo Cuerpo

SUPERIOR INFERIOR LATERAL


OBLICUA
Apófisis espinosa
FIGURA 47-2 Faceta
Lámina
Anatomía neuroaxial: inferior
vértebras lumbares. Facetas

LATERAL OBLICUA POSTERIOR

C7

C7

T10

T10

L3
L3

FIGURA 47-3
Anatomía neuroaxial:
relaciones de la columna
lumbar.
Anatomía neuroaxial 369

3
2 1

1 Ligamento
1
amarillo
2
3 2 Ligamento
interespinoso

3 Ligamento
supraespinoso

4 Apófisis
transversa

FIGURA 47-4
4
Anatomía neuroaxial:
ligamentos vertebrales
lumbares. (De Zarzur E.
Anatomic studies of the
human lumbar ligamentum
flavum. Anesth Analg
1984;63:499-502.
Reproducida con permiso.)
370 Atlas de anestesia regional

terior del espacio epidural. Este ligamento se ex- la anestesia espinal y la rara anestesia «espinal total»
tiende desde el agujero magno hasta el hiato sacro. tras la anestesia epidural cuando no ha habido
Aunque clásicamente se describe como un único li- ningún signo de inyección errónea del anestésico lo-
gamento, realmente está compuesto por dos liga- cal en el LCR.
mentos amarillos, el derecho y el izquierdo, que se Alrededor de la duramadre y en su extensión pos-
unen en la línea media. El ligamento amarillo no es terior, o inmediatamente anterior al ligamento ama-
uniforme desde el cráneo hasta el sacro, ni siquiera rillo, se encuentra otro espacio utilizado por los
en un espacio intervertebral. En un espacio inter- anestesiólogos, el espacio epidural. Este espacio se
vertebral individual, el ligamento amarillo es más extiende desde el agujero magno hasta el hiato sa-
grueso caudal que cefálicamente y más grueso en la cro y circunda la duramadre anterior, lateral y pos-
línea media que en sus bordes laterales. Inmediata- terior. El espacio epidural contiene las raíces ner-
mente posterior al ligamento amarillo están las lá- viosas que lo atraviesan y discurren hacia los
minas, las apófisis espinosas de los cuerpos verte- agujeros de conjunción, así como tejido areolar gra-
brales y el ligamento interespinoso. Extendiéndose so, y vasos linfáticos y sanguíneos que incluyen el
desde la protuberancia occipital externa hasta el cóc- bien organizado plexo venoso de Batson.
cix y posterior a estas estructuras está el ligamento Los avances en la epiduroscopia y la epidurografía
supraespinoso, que une estas apófisis vertebrales. confieren una explicación anatómica para la ocasio-
La mayoría de bloqueos neuroaxiales se practican nal anestesia unilateral que sigue a una técnica epi-
en la región lumbar. Las figuras 47-5, 47-6 y 47-7 dural aparentemente adecuada. Con estas técnicas de
ilustran la anatomía lumbar en los planos posterior, imagen invasivas, así como en algunas disecciones
lateral y horizontal, respectivamente. Alrededor de anatómicas, se ha observado la aparición prác-
la médula espinal en la columna vertebral ósea hay ticamente universal de una banda dorsomedial de
tres membranas. Desde de la superficie de la médu- tejido conjuntivo en el espacio epidural. Cabe consi-
la espinal hacia la periferia están la piamadre, la arac- derar esta explicación para la producción de un blo-
noides y la duramadre. La piamadre es una mem- queo epidural unilateral. Otras evidencias anatómi-
brana muy vascularizada que reviste estrechamente cas criomicrotómicas indican que la estructura
la médula espinal. La aracnoides es una delicada denominada banda conjuntiva dorsomedial es real-
membrana no vascularizada y estrechamente unida mente un pedículo graso posterior de la línea media.
a la capa más externa de la duramadre. Entre la pía La anatomía para la anestesia caudal es una ex-
y la aracnoides está el espacio de interés en la anes- tensión de la epidural, aunque cabe destacar las
tesia espinal, el espacio subaracnoideo. En este espa- frecuentes variaciones de la anatomía sacra. El sa-
cio se encuentra el LCR, los nervios espinales, una cro es el resultado de la fusión de las cinco vérte-
red trabecular entre las dos membranas, los vasos bras sacras, mientras el hiato sacro es el resultado
que irrigan la médula espinal y las extensiones late- del fracaso de la fusión de las láminas de S5 y ha-
rales de la piamadre, los ligamentos dentados, que bitualmente de parte de S4 en la línea media. El
confieren soporte lateral a la médula espinal con la hiato sacro resulta en un defecto óseo de contor-
duramadre y pueden cobrar importancia cuando se no y tamaño variables en forma de V invertida, cu-
produce una anestesia unilateral o segmentaria tras bierto por el ligamento sacrococcígeo posterior
la realización de un bloqueo técnicamente adecua- que es el homólogo funcional del ligamento ama-
do. La tercera membrana y más externa en el canal rillo (fig. 47-8). El hiato puede identificarse loca-
medular es una membrana fibroelástica organizada lizando el asta sacra (restos de las apófisis articu-
longitudinalmente y denominada duramadre (o lares de S5). Este defecto óseo permite el acceso
teca). Esta capa es una extensión directa de la dura- percutáneo al canal sacro, aunque la frecuente va-
madre craneal y se extiende como duramadre espi- riación anatómica del hiato sacro puede dificultar
nal desde el agujero magno hasta S2, donde el filum el bloqueo caudal. El canal sacro es funcional-
terminale (una extensión de la piamadre que empie- mente la extensión distal del espacio epidural; a
za en el cono medular) se imbrica con el periostio partir de este canal, los agujeros sacros pélvicos se
en el cóccix (v. fig. 47-6). Existe un espacio virtual abren ventralmente hacia la fosa isquiorrectal,
entre la duramadre y la aracnoides, el espacio sub- mientras los agujeros sacros dorsales lo hacen en
dural, que contiene sólo pequeñas cantidades de lí- dirección posterior (v. fig. 47-8). En el canal sacro,
quido seroso para permitir que la dura y la aracnoi- los nervios de la cola de caballo continúan su tra-
des se desplacen recíprocamente. Este espacio no es yecto hasta salir a través de sus respectivos aguje-
empleado intencionadamente por los anestesiólo- ros vertebrales. El saco dural continúa hasta el ni-
gos, aunque la inyección en éste durante la aneste- vel de S2, o la línea que une las espinas ilíacas
sia espinal puede explicar el «fracaso» ocasional de posterosuperiores.
Anatomía neuroaxial 371

A. espinal anterior

Médula espinal
AORTA
A. espinal posterior

Piamadre

Aracnoides

Duramadre

A. lumbar

L1

L2
Ligamento
amarillo

L3

L4

L5 L5

SACRO FIGURA 47-5


Anatomía neuroaxial:
detalles lumbares
posteriores.
372 Atlas de anestesia regional

Médula espinal

Piamadre

Aracnoides
L1 AORTA
Duramadre

Cono
medular

L1

Cola de caballo

L2

Ligamento
amarillo (L3-L4)

L3
Espacio epidural

Filum terminale
interno
L4

L5
L5

SACRO
Saco dural
distal

S1 SACRO

Raíces lumbares
S2
Raíces sacras

Filum terminale
Filum terminale
S3
externo Saco dural

S4

S5

CÓCCIX
FIGURA 47-6
Anatomía neuroaxial:
detalles lumbares laterales.
Anatomía neuroaxial 373

AORTA

Disco intervertebral Tronco simpático


entre L3-L4

Ramos
comunicantes

Cola de caballo

Tercer nervio somático lumbar

Filum terminale Ramos dorsales


derechos
Espacio
epidural

Ligamento
A. lumbar amarillo

M. multífido
Ligamento
supraespinoso

M. sacroespinal

FIGURA 47-7
Anatomía neuroaxial:
detalles lumbares
transversales.

Superficie Canal Apófisis Canal


articular sacro articular superior sacro

S1 Agujeros
sacros
posteriores

S2

Cresta
sacra
media
S3

S4

Asta
del sacro

Hiato sacro
FIGURA 47-8
Cóccix Anatomía neuroaxial: sacro.
48
Bloqueo espinal
Bloqueo espinal 377

PERSPECTIVA sa al 7,5%, aunque un número cada vez mayor de


anestesiólogos está utilizando como alternativa con-
La anestesia espinal no tiene comparación con el res- centraciones de lidocaína del 1,5 al 2% sin dextro-
to de los bloqueos puesto que con una pequeña can- sa. Cuando se añade adrenalina (0,2 mg) a lidocaí-
tidad de fármaco, virtualmente desprovista de efec- na, la duración útil de la anestesia clínica en el
tos farmacológicos sistémicos, puede producirse una abdomen inferior y las extremidades inferiores es de
anestesia quirúrgica profunda y reproducible. aproximadamente 90 min.
Además, variando la cantidad de fármaco, pueden Tetracaína está disponible en cristales anhidros
producirse bloqueos intradurales muy diferentes. (20 mg) y en solución al 1% (2 ml en total). Cuan-
Un bloqueo espinal bajo, por debajo de T10, tiene do se añade dextrosa para obtener tetracaína hi-
un impacto fisiológico diferente al de un bloqueo perbárica, el fármaco produce generalmente aneste-
practicado para producir una anestesia espinal su- sia clínica para procedimientos hasta de 1,5 a 2 h,
perior (por encima de T5). El bloqueo espinal está d e
indicado en procedimientos quirúrgicos abdomina- 2 a 3 h si se añade adrenalina (0,2 mg) y hasta de
les inferiores o de la extremidad inferior. Sin em- 5 h para procedimientos de la extremidad inferior
bargo, para intervenciones del abdomen superior o cuando se añade fenilefrina (5 mg) como vasocons-
medio, éste debería complementarse con una anes- trictor. La anestesia espinal con bupivacaína se rea-
tesia general «ligera», puesto que la estimulación del liza frecuentemente con una solución al 0,5% o al
diafragma durante los procedimientos abdominales 0,75%, sola o en dextrosa al 8,25%. En opinión del
superiores con frecuencia causa molestias. Además, autor, la diferencia clínica entre tetracaína al 0,5% y
hay que tener en cuenta que esta área es difícil de bupivacaína al 0,75% en soluciones hiperbáricas es
bloquear completamente mediante anestesia espinal mínima. Bupivacaína es adecuada para procedi-
superior porque para ello se requiere el bloqueo del mientos de 2 a 3 h de duración.
nervio frénico. Además de la técnica hiperbárica, los anestésicos
locales pueden mezclarse para obtener anestesia es-
Selección de pacientes.••La selección de pacien- pinal hipobárica. Un método común para la formu-
tes para la anestesia espinal con frecuencia se basa lación de una solución hipobárica consiste en mez-
más en los efectos secundarios de la técnica (es de- clar tetracaína en una solución al 0,1-0,33% con
cir, la cefalea espinal) que en la aplicabilidad en un agua estéril. Lidocaína también puede mezclarse
paciente determinado. Está claro que la incidencia para proporcionar anestesia espinal hipobárica, di-
de cefalea espinal aumenta al reducirse la edad y en luyéndose a partir de una solución al 2% con agua
el sexo femenino; sin embargo, con la técnica ade- estéril para obtener una solución al 0,5%, emplean-
cuada y la selección del tamaño de la aguja y la con- do un total de 30 a 40 mg.
figuración de la punta, la incidencia de cefalea no Muchos anestesiólogos evitan el empleo de vaso-
debería obstaculizar el uso de la anestesia espinal en constrictores por temor a incrementar el riesgo de
pacientes jóvenes y sanos, si el bloqueo tiene venta- isquemia medular durante la anestesia espinal. Es-
jas frente a la anestesia epidural. Prácticamente cual- tos anestesiólogos creen que fenilefrina o adrenalina
quier paciente que va a someterse a una operación tienen una acción vasoconstrictora tan potente que
de la extremidad inferior es candidato a anestesia es- pone en peligro la irrigación sanguínea medular. No
pinal, como lo son la mayoría de pacientes progra- se dispone de datos en seres humanos que respalden
mados para cirugía abdominal inferior, herniorrafia esta teoría. De hecho, puesto que la mayoría de
inguinal, procedimientos ginecológicos, urológicos anestésicos locales son vasodilatadores, la adición de
y obstétricos. estos vasoconstrictores hace poco más que mantener
la irrigación medular en su nivel basal. Las dosis em-
Selección de fármacos. En Estados Unidos se pleadas habitualmente son de 0,2 a 0,3 mg de adre-
emplean habitualmente tres anestésicos locales para nalina y 5 mg de fenilefrina añadidas al anestésico
producir anestesia espinal: lidocaína, tetracaína y intradural.
bupivacaína. Lidocaína es un fármaco espinal de ac-
ción corta a intermedia; tetracaína y bupivacaína
confieren un bloqueo de intermedio a prolongado. LOCALIZACIÓN
Con frecuencia se elige lidocaína sin adrenalina
para procedimientos que pueden completarse en 1 h Anatomía. La anatomía funcional para la anes-
o menos. Es probable que la mezcla de lidocaína más tesia espinal lumbar se ilustra en la figura 48-1.
utilizada siga siendo una solución al 5% en dextro- Como se describe en el capítulo 47, la orientación
378 Atlas de anestesia regional

Piel

Grasa subcutánea

Lig. supraespinoso

Lig. interespinoso

L4

Lig. amarillo

Espacio epidural

Duramadre
y aracnoides

Cola de caballo

FIGURA 48-1
Bloqueo espinal: anatomía
funcional lumbar.

de las apófisis espinosas de las vértebras lumbares es tiempo (posición fetal). La posición puede facilitar-
casi horizontal en relación al eje longitudinal de sus se con una sedación superficial que permita que el
respectivos cuerpos vertebrales. Cuando se inserta paciente esté relajado, pero que colabore.
una aguja en la línea media entre las apófisis espi- En pacientes obesos o que presenten cierto grado
nosas vertebrales lumbares, ésta debe colocarse casi de escoliosis, la sedestación puede facilitar la locali-
perpendicular respecto al eje longitudinal de la es- zación de la línea media. Como se ilustra en la figu-
palda. Para facilitar la anestesia espinal, el aneste- ra 48-3A, el paciente debería adoptar una posición
siólogo debe tener presente en todo momento la lí- sedente cómoda, con las piernas en el borde de la
nea media del cuerpo del paciente y el neuroeje en mesa del quirófano y los pies sobre un taburete. Se
relación a la aguja. Como se ilustra en la figura 48-1, coloca una almohada sobre el regazo del paciente y
cuando se inserta la aguja en la línea media, lógica- se permite que los brazos se acomoden en ésta, des-
mente perfora primero la piel, luego el tejido sub- cansando sobre las extremidades inferiores flexiona-
cutáneo, el ligamento supraespinoso, el ligamento das. El ayudante se coloca inmediatamente delante
interespinoso, el ligamento amarillo, el espacio epi- del paciente, sujetando los hombros de tal forma que
dural y finalmente la dura y la aracnoides para al- el paciente minimice la lordosis lumbar mientras se
canzar el LCR. asegura de que la línea media vertebral se mantiene
en posición vertical (v. fig. 48-3B).
Posición. La anestesia espinal se efectúa principal- Ocasionalmente, es más rápido colocar al pacien-
mente en tres posiciones: decúbito lateral (fig. 48-2), te en decúbito prono y en posición de navaja antes
sedestación (fig. 48-3) y decúbito prono en navaja de administrar el anestésico espinal (v. fig. 48-4).
(fig. 48-4). En decúbito lateral y en sedestación, es Para esta técnica no es tan necesario un ayudante
esencial la colaboración de un ayudante entrenado como en las anteriores, aunque para rentabilizar el
para que el anestesiólogo pueda realizar fácilmente bloqueo suele ser útil que el asistente coloque al pa-
el bloqueo en un tiempo adecuado. ciente mientras el anestesiólogo prepara la anestesia
Como se ilustra en la figura 48-2, el ayudante espinal.
puede colocar al paciente en decúbito lateral con las En las tres posiciones, el objetivo es colocar al pa-
piernas flexionadas sobre el abdomen y el cuello fle- ciente de manera que la línea media pueda identifi-
xionado con el mentón hacia el pecho; para ello, el carse con rapidez y se reduzca la lordosis lumbar. En
asistente desplazará la cabeza del paciente hacia el la figura 48-5 se muestra la anatomía lumbar cuan-
tórax colocando un brazo tras las rodillas de éste y do se ha reducido ineficazmente la lordosis lumbar
«aproximando» la cabeza y las rodillas al mismo por una mala colocación. Como se ilustra, el espa-
Bloqueo espinal 379

S2
L1

L4

Final de la médula espinal

FIGURA 48-2
Bloqueo espinal: posición
en decúbito lateral.
380 Atlas de anestesia regional

L1
Final de la médula espinal

FIGURA 48-3
Bloqueo espinal: en A
sedestación. A) Proyección
lateral.

La figura continúa en la página siguiente


Bloqueo espinal 381

L1
Final de
la médula
espinal

S2

Final del
saco dural

B
FIGURA 48-3 - Cont.
B) Proyección posterior.
382 Atlas de anestesia regional

FIGURA 48-4
Bloqueo espinal: posición
en decúbito prono
y en navaja.

L1
L1

Canal medular

Canal medular

L5

L5

LORDOSIS LUMBAR PRESENTE

FIGURA 48-5
Bloqueo espinal: vértebras
lumbares. Está presente la
lordosis lumbar. La posición FIGURA 48-6
es inadecuada. LORDOSIS LUMBAR PRESENTE Bloqueo espinal: vértebras
lumbares. Se ha revertido
la lordosis lumbar con una
posición vertebral idónea.
Bloqueo espinal 383

cio intralaminar es pequeño y de difícil entrada con raíces nerviosas, hasta que se perciba un cambio de
una aguja en la línea media. En cambio, en la figu- resistencia característico, cuando la aguja atraviesa
ra 48-6 se observa cómo el posicionamiento eficaz el ligamento amarillo y la dura. Posteriormente se
puede abrir el espacio intralaminar y permitir el fá- retira el estilete y aparecerá el LCR en el pabellón de
cil acceso para la punción subaracnoidea. la aguja. En caso contrario, se rota la aguja en in-
crementos de 90º hasta que aparece LCR. Si no es
Punción con aguja. Una de las primeras deci- así, se avanza la aguja unos milímetros y se vuelven
siones que deben tomarse es el tipo de aguja que se a verificar los cuatro cuadrantes. Si todavía no apa-
empleará. Aunque las agujas espinales tienen mu- rece LCR y la aguja está en la profundidad adecua-
chas clasificaciones, la más común se corresponde a da para el paciente, se retirará la aguja y el intro-
dos categorías: las que cortan la dura de manera agu- ductor y se repetirán los pasos de la inserción. El
da y las que separan sus fibras apartándolas con una motivo más frecuente para la ausencia de retorno de
punta cónica. La primera incluye las tradicionales LCR radica en que la aguja no se ha insertado en la
agujas espinales desechables como la de Quincke- línea media. Otro error frecuente que impide la co-
Babcock, y la segunda, agujas como las de Greene, locación subaracnoidea es la inserción inicial de la
Whitacre y Sprotte. Si se elige una técnica espinal aguja con un ángulo cefálico excesivo (fig. 48-8).
continua, podemos emplear una aguja de Tuohy u Una vez que se obtiene LCR libremente, el dorso
otra aguja de paredes finas y punta curva para faci- de la mano no dominante estabiliza la aguja espinal
litar la introducción del catéter. La elección de una contra la espalda del paciente, mientras se conecta la
aguja espinal se realizará en función de la relación jeringa que contiene la dosis terapéutica. De nuevo se
riesgo-beneficio. El uso de agujas de pequeño cali- aspira LCR libremente en la jeringa y se inyecta la do-
bre reduce la incidencia de cefalea pospunción; el sis. En ocasiones, cuando la jeringa se ha conectado
empleo de calibres mayores mejora la sensibilidad a la aguja, de la que previamente ha goteado el LCR,
táctil para la colocación de la aguja, lo que puede es imposible la aspiración de una cantidad adicional
aumentar la confianza del anestesiólogo. de LCR. Como se ilustra en la figura 48-9, una técni-
Es probable que esta relación riesgo-beneficio no ca que puede utilizarse para facilitar la aspiración de
sea tan simple. Por ejemplo, el uso de una aguja de LCR consiste en «desenroscar» el émbolo de la jerin-
27 G, no reduce la incidencia de cefalea en los pa- ga en lugar de imprimir una presión sostenida.
cientes más jóvenes si se requieren varios «pincha- Tras la inyección del anestésico local, la mesa del
zos» a través de la dura antes de identificar el flujo quirófano se colocará en la posición adecuada para
del LCR. Además, una aguja mayor, como una agu- el procedimiento quirúrgico y tipo de fármacos ad-
ja de Whitacre de 22 G, puede tener una incidencia ministrados. El abordaje de la línea media para el
de cefalea pospunción inferior si se reconoce la lo- bloqueo subaracnoideo es la técnica de elección por-
calización subaracnoidea en la primera punción. A que requiere una proyección anatómica sólo en dos
igualdad de calibres, los distintos diseños de la pun- planos sobre una región relativamente avascular.
ta de la aguja redundan en diferentes incidencias de Cuando se encuentran dificultades para la inserción
cefalea pospunción. de la aguja con este abordaje, otra opción consiste
Con el paciente en la posición adecuada, el anes- en emplear la vía paramedial, que no requiere el mis-
tesiólogo emplea la mano exploratoria para identifi- mo nivel de colaboración del paciente, ni la rever-
car claramente el espacio intervertebral y la línea sión de la lordosis lumbar. Como se ilustra en la fi-
media. Como se ilustra en la figura 48-7, la manio- gura 48-10, el abordaje paramedial aprovecha la
bra de localización se puede realizar moviendo los existencia de un espacio interlaminar más amplio al
dedos en dirección cefalocaudal y laterolateral alter- insertar la aguja ligeramente lateral a la línea media.
nativamente. Cuando se ha identificado el espacio Con este abordaje, se deberá identificar el borde cau-
intervertebral adecuado, se realiza un habón cutáneo dal de la apófisis espinosa cefálica y se provocará un
con anestésico local. A continuación, se inserta un habón cutáneo 1 cm lateral y 1 cm caudal a este pun-
introductor en el ligamento interespinoso, exacta- to. Seguidamente se empleará una aguja más larga,
mente en la línea media (v. fig. 48-7, paso 2). Des- de 4 cm y 22 G, para infiltrar los tejidos más pro-
pués, se coge el introductor con los dedos y se esta- fundos en un plano cefalomedial. A continuación se
biliza, mientras la otra mano sostiene la aguja inserta el introductor y la aguja espinales con un án-
espinal, como un dardo, como se ilustra en la figu- gulo de 10 a 15º respecto al plano sagital, en un pla-
ra 48-7, paso 3. El quinto dedo de la mano que sos- no cefalomedial, como se ilustra en la figura 48-10.
tiene la aguja se emplea como «trípode» contra la El error más frecuente con esta técnica reside en an-
espalda del paciente. El bisel de la aguja (si lo tie- gular la aguja demasiado cefálica durante la inser-
ne), deberá estar paralelo al eje longitudinal de la co- ción inicial. Una vez la aguja contacta con el hueso
lumna vertebral, y avanzaremos con lentitud para in- se redirige en sentido ligeramente cefálico. Si se en-
tensificar la sensación de los planos de tejido tra de nuevo en contacto óseo tras la redirección de
atravesados, así como para evitar la punción de las la aguja, pero a un nivel más profundo, se continúa
384 Atlas de anestesia regional

FIGURA 48-7 3
Bloqueo espinal: técnica.
Bloqueo espinal 385

Dura y aracnoides

Grasa
subcutánea L4

Ligamento
supraespinoso

Ligamento
interespinoso

Ligamento amarillo

Cola de caballo

FIGURA 48-8
Bloqueo espinal: evitar un
ángulo cefálico excesivo en
el momento de la inserción.
386 Atlas de anestesia regional

FIGURA 48-9
Bloqueo espinal: técnica
de la jeringa. Facilita
la aspiración del líquido
cefalorraquídeo.
Bloqueo espinal 387

L4

L3

L4

Línea media Paramedial

10-15°

FIGURA 48-10
Bloqueo espinal: técnica
paramedial.

esta redirección ya que es probable que estemos En pacientes en los que debe controlarse exacta-
avanzando la aguja por encima de la lámina hacia el mente el nivel de bloqueo espinal o en los que se es-
espacio intervertebral. Tras obtener LCR, el bloqueo pera que la operación supere la duración habitual de
se realiza de la misma manera descrita para el abor- los anestésicos, puede utilizarse un catéter espinal
daje de la línea media. continuo. Sin embargo, cuando se emplea una téc-
Una variación del abordaje paramedial es el abor- nica espinal continua, hay que ser cauto con la re-
daje lumbosacro de Taylor. La técnica se practica en petición de inyecciones de anestésicos locales si la
el interespacio L5-S1, el espacio interlaminar más altura del bloqueo no alcanza el nivel previsto. Se ha
amplio de la columna vertebral. Como se ilustra en planteado la hipótesis de que puede aparecer neuro-
la figura 48-11, el punto de inserción cutánea está toxicidad (síndrome de la cauda equina) cuando la
1 cm medial y 1 cm caudal a la espina ilíaca poste- posición del catéter espinal permite que las concen-
rosuperior ipsolateral. A través de este punto, se in- traciones de anestésicos locales alcancen niveles su-
serta una aguja espinal de 12 a 15 cm en dirección periores a los esperados.
cefalomedial. Si se encuentra hueso en la primera in- Una de las complicaciones más frecuentes de la
serción de la aguja, se redirige ésta como en el mé- anestesia espinal es la cefalea postoperatoria. Los
todo empleado para el abordaje paramedial lumbar. factores que influyen sobre la incidencia de cefalea
Una vez obtenido LCR, los pasos son similares a los pospunción son la edad (más frecuente en pacientes
previamente descritos. más jóvenes), el sexo (más posible en mujeres que
en hombres), el tamaño de la aguja (más frecuente
Problemas potenciales.••La complicación más te- con agujas de mayor calibre), la orientación del bi-
mida tras la anestesia espinal es la lesión neurológica. sel de la aguja (incremento de la incidencia cuando
Puede producirse lesión neurológica, sin embargo, si las fibras de la dura se cortan transversalmente), la
se establece la comparación entre las producidas por gestación (superior incidencia) y el número necesa-
la anestesia espinal frente a la anestesia general, es pro- rio de punciones durales para obtener LCR (mayor
bable que la incidencia tras la anestesia espinal sea, de con múltiples punciones). Quizá más importante
hecho, inferior a la incidencia tras la anestesia gene- que el conocimiento de las variables que incremen-
ral. De todos modos, esta aseveración es especulativa. tan la incidencia de cefalea pospunción dural es sa-
388 Atlas de anestesia regional

L5

Espina
SACRO ilíaca
1 cm
postero-
superior
1 cm

FIGURA 48-11
Bloqueo espinal: técnica
paramedial L5-S1 (abordaje
de Taylor).

ber el modo y momento en que debemos adminis- CONSEJOS PRÁCTICOS


trar tratamiento definitivo para la cefalea (es decir,
un parche hemático epidural). El parche hemático Probablemente el factor más importante que contri-
epidural, cuando está indicado, debe aplicarse pre- buye al éxito de la anestesia espinal es la eficiencia
cozmente. La tasa de éxito con un único parche es en relación al tiempo empleado para la realización
del 90 al 95% y se obtendrá un porcentaje similar si de la técnica. El uso de la anestesia espinal no debe
se requiere un segundo parche. prolongar sensiblemente la jornada quirúrgica si se
Otro de los efectos secundarios frecuentes de la pretende que el personal de enfermería y los ciruja-
anestesia espinal es la aparición de lumbalgia (apro- nos estén a favor de su empleo. Por tanto, si la pla-
ximadamente en el 25% de pacientes). Los pacien- nificamos con anterioridad y el paciente está ade-
tes a menudo la atribuyen a la anestesia espinal, aun- cuadamente sedado, la operación puede empezar
que, cuando se analiza metódicamente, parece que casi tan pronto como se administra bloqueo.
el mismo número de pacientes presenta lumbalgia Intraoperatoriamente, con la anestesia espinal
tras anestesia general. Por tanto, la lumbalgia tras el alta (con frecuencia, durante la cesárea), los pacien-
bloqueo neuroaxial no debería atribuirse de forma tes se quejan en ocasiones de disnea que se suele
sistemática a la «punción» sobre la espalda. producir como resultado de una pérdida de sensibi-
Bloqueo espinal 389

lidad de la pared torácica más que por una reduc- aumenta sin prolongar el bloqueo motor ni retrasar
ción significativa de la capacidad inspiratoria. la micción. Ésta es una técnica especialmente útil en
Si en el postoperatorio se observa una complica- pacientes quirúrgicos ambulatorios seleccionados.
ción neurológica, es esencial obtener una consulta Otro método aplicable en pacientes ambulatorios
neurológica temprana. De esta manera, un consul- o en cualquier procedimiento en el que la duración
tor imparcial puede explorar al paciente y determi- de la cirugía sea difícil de predecir consiste en utili-
nar si el «nuevo» signo o síntoma neurológico ya es- zar una técnica espinal-epidural combinada. Para eje-
taba presente o está relacionado potencialmente con cutar esta técnica, se coloca una aguja en el espacio
la anestesia espinal. La latencia de las alteraciones epidural y seguidamente se avanza una aguja espinal
electromiográficas (EMG) asociadas a la desnerva- a través de la primera hasta el LCR. A continuación,
ción por lesión neurológica es de 14 a 21 días para se inyecta una combinación de anestésicos locales es-
las extremidades inferiores. Por tanto, con una le- pinales seleccionados en función del procedimiento
sión potencialmente relacionada con una anestesia quirúrgico. Tras retirar la aguja espinal, se inserta un
espinal, se obtendrán estudios EMG precoces para catéter en el espacio epidural. Si el procedimiento
establecer una situación basal prebloqueo y se prac- quirúrgico dura más de lo previsto, a través del caté-
ticarán en serie para el posterior seguimiento. ter epidural puede inyectarse un anestésico local ade-
También es útil considerar la adición de fentani- cuado a las necesidades quirúrgicas. Esta técnica es-
lo (15-25 μg) en lugar de adrenalina a ciertas com- pinal-epidural combinada permite la flexibilidad de
binaciones de anestésicos locales de acción corta (li- poder administrar medicación adicional si el proce-
docaína), porque la duración del bloqueo sensitivo dimiento quirúrgico se prolonga.
49
Bloqueo epidural
Bloqueo epidural 393

PERSPECTIVA al 2 y al 3%; esta última es preferible para la aneste-


sia quirúrgica, y la primera, para técnicas que no re-
La anestesia epidural es una de las técnicas más em- quieren relajación muscular.
pleadas de bloqueo neuroaxial. A diferencia del blo- Lidocaína es el prototipo de anestésico local ami-
queo espinal, ésta requiere dosis farmacológicas noamídico y se emplea en concentraciones al 1,5 y
superiores de anestésicos locales, por lo que la toxi- al 2%. Las concentraciones de mepivacaína son si-
cidad sistémica se convierte en un preocupación. La milares a las de lidocaína; sin embargo, mepivacaí-
incidencia de cefalea pospunción debería ser inferior na dura de 15 a 30 min más en dosis equivalentes.
con la anestesia epidural que con la anestesia espi- Con 2-clorprocaína, lidocaína y mepivacaína, la
nal. Sin embargo, como se describe en el capítulo 48, adrenalina prolonga significativamente la duración
ésta no es la principal diferencia entre ellas. de la anestesia quirúrgica (es decir, en un 50% apro-
La anestesia espinal es una técnica de inyección ximadamente). Lidocaína sola produce anestesia
única, mientras que con la anestesia epidural fre- quirúrgica durante 60 a 100 min.
cuentemente se administran bolos intermitentes a Bupivacaína es una aminoamida de acción larga
través de un catéter, lo que permite la reinyección y que se emplea ampliamente en anestesia epidural en
la prolongación del bloqueo. Otra diferencia radica concentraciones al 0,5 y al 0,75%. También se ad-
en que el bloqueo epidural permite obtener una ministra en técnicas analgésicas a concentraciones al
anestesia segmentaria. Por ejemplo, si se realiza un 0,125 y 0,25%. La duración de su acción no se pro-
bloqueo torácico y se inyecta la cantidad adecuada longa tanto con la adición de adrenalina, aunque
de anestésico local, puede producirse una anestesia pueden obtenerse hasta 240 min de anestesia quirúr-
carente de bloqueo en las extremidades inferiores. gica cuando se añade ésta.
Ropivacaína, otra aminoamida de acción larga,
Selección de pacientes. El bloqueo epidural pue- también se emplea para la anestesia regional y epi-
de realizarse en los mismos pacientes que son candi- dural. Para anestesia quirúrgica se utilizan concen-
datos a anestesia espinal, pudiendo emplearse además traciones al 0,5, 0,75 y 1%. Las técnicas analgésicas
en las áreas cervical y torácica, en las que no se reco- pueden realizarse con concentraciones al 0,2%. La
mienda la anestesia espinal. Como sucede con la anes- duración de su acción es ligeramente inferior a la de
tesia espinal, si se pretende aplicar el bloqueo epidu- bupivacaína en la anestesia epidural y produce me-
ral en procedimientos intraabdominales del piso nor bloqueo motor que una concentración similar
superior, es aconsejable combinarlo con anestesia ge- de ésta.
neral porque la irritación diafragmática puede inco- Al usar adrenalina como coadyuvante epidural, se
modar al paciente, al anestesiólogo y al cirujano. recomienda la modificación de las soluciones de
Otros candidatos para anestesia epidural son aquellos anestésicos locales para incrementar tanto la veloci-
pacientes en los que para el control del dolor posto- dad de inicio como la calidad del bloqueo produci-
peratorio tras procedimientos quirúrgicos mayores es do. Se recomienda alcalinizar la solución de anesté-
útil una técnica continua con opiáceos. Esta última sico local añadiendo bicarbonato para lograr ambos
aplicación probablemente explica el creciente interés objetivos; sin embargo, la práctica condicionará si la
por el bloqueo epidural. adición sistemática de bicarbonato a las soluciones
de anestésicos locales es recomendable.
Selección de fármacos. Para emplear los
anestésicos epidurales locales de modo efectivo, es
preciso conocer la potencia y duración de los anesté- LOCALIZACIÓN
sicos locales así como el tiempo de intervención
quirúrgica y los posibles requerimientos de analge- Anatomía. Al igual que en la anestesia espinal,
sia postoperatoria. Los fármacos disponibles para su la clave para el éxito de la anestesia epidural radica
uso epidural se clasifican en agentes de corta, media en el conocimiento de la anatomía neuroaxial. Como
y larga duración. Si se añade adrenalina a los fárma- muestra la figura 49-1, es esencial que el anestesista
cos disponibles es posible obtener una respuesta cree una imagen tridimensional de dichas estructu-
quirúrgica de 45 a 240 min tras inyección única. ras, que subyacen bajo la palpación con los dedos.
Clorprocaína es un anestésico local aminoéster de Cuando se emplea el abordaje lumbar en adultos, la
acción corta que permite una eficiente relación en- profundidad desde la piel hasta el ligamento amari-
tre la duración del procedimiento quirúrgico y la llo es de aproximadamente 4 cm. En concreto, en el
del bloqueo epidural, aún en régimen ambulatorio. 80% de los pacientes el espacio epidural se localiza
2-Clorprocaína se comercializa en concentraciones a una distancia de 3,5 a 6 cm desde la piel, situán-
394 Atlas de anestesia regional

Lig. supraespinoso
Lig. interespinoso
Lig. amarillo
Grasa en el espacio epidural

Duramadre
Espacio subaracnoideo
Espacio subdural
Aracnoides

FIGURA 49-1
Bloqueo epidural: anatomía
transversal.

dose a tan sólo 2,0 cm en un pequeño número de ja. El decúbito lateral se emplea tanto en el caso de
casos. abordaje lumbar como torácico, mientras que la se-
En la región lumbar, el grosor del ligamento ama- destación se emplea para el lumbar, el torácico y el
rillo es de 5 a 6 mm en la línea media, mientras que cervical. Finalmente, el decúbito prono en posición
en la región torácica, el grosor es de 3 a 5 mm. En en navaja es adecuado para el acceso al espacio epi-
esta última, la profundidad desde la piel hasta el es- dural caudal.
pacio epidural depende del grado de angulación
cefálica empleado en el abordaje paramedial, así Punción con aguja: epidural lumbar. La técni-
como de la estructura corporal del paciente (fig. 49- ca para la identificación de las estructuras de la lí-
2). En la región cervical, la profundidad hasta el li- nea media es similar a la aplicada en la anestesia es-
gamento amarillo es aproximadamente la misma que pinal y se utilizarán los puntos óseos de referencia
en la región lumbar (es decir, 4-6 cm). adecuados para la localización del lugar de punción
Es importante destacar que si las agujas se inser- vertebral (fig. 49-4). Cuando se selecciona una agu-
tan en la línea media, el ligamento amarillo se per- ja para un bloqueo epidural, debe decidirse si se rea-
cibe como más grueso que si lo hacen por fuera de liza una técnica continua o de inyección única. Este
ella y entran por una extensión lateral de éste. En la es el factor determinante en la elección de la aguja.
figura 49-3 se muestra lo importante que es mante- Si se elige una técnica epidural de inyección única
ner la posición de la aguja epidural en la línea me- es adecuada una aguja de Crawford, mientras que si
dia durante las técnicas epidurales lumbares. Si se está indicada una técnica continua con catéter, se
emplea un abordaje oblicuo, puede producirse una optará por una aguja de Tuohy u otra con abertura
«falsa» pérdida de resistencia (fig. 49-3, aguja C) o lateral.
la percepción de un ligamento «delgado» (aguja B). El abordaje de la línea media está indicado cuan-
do se practica un procedimiento epidural lumbar, y
Posición. La colocación del paciente para una la aguja se inserta de la misma manera que en un
técnica epidural es similar a la empleada en el blo- bloqueo espinal. En la técnica epidural, la aguja
queo espinal; son aplicables el decúbito lateral, la se- avanza lentamente y a medida que la aguja entra en
destación y el decúbito prono en posición en nava- contacto con el ligamento amarillo se aprecia un
Bloqueo epidural 395

Espacio epidural
Apófisis Nervio espinal Médula
espinosa Lámina Duramadre espinal Vértebra torácica
Lig.
amarillo

A Superior
Médula espinal

Duramadre

Lig. amarillo

Nervio espinal

Lámina

Apófisis espinosa
FIGURA 49-2
Bloqueo epidural torácico:
el solapamiento de las
apófisis espinosas
Sección mediotorácicas requiere
B paramedial lateral una técnica paramedial.
396 Atlas de anestesia regional

A B C

Lig.
amarillo

FIGURA 49-3
Bloqueo epidural: anatomía
funcional del ligamento
amarillo.

Extremo de Cresta Espina


la escápula ilíaca ilíaca
posterosuperior

C7
L4 S2
T7 L1

FIGURA 49-4
Anatomía neuroaxial:
relaciones de superficie.
Bloqueo epidural 397

Burbuja no
comprimida

Burbuja
comprimida

FIGURA 49-5
Aguja insertada Bloqueo epidural: técnica
en el lig. de pérdida de resistencia
amarillo que demuestra la
B compresión de la burbuja.

cambio en la resistencia de los tejidos. En este mo- su pabellón, que es «succionada» cuando se alcan-
mento, se llena una jeringa de vidrio con 2 ml de so- za el espacio epidural (fig. 49-6).
lución salina y se añade una pequeña burbuja de aire Con independencia del método utilizado, cuando
(0,25 ml). Como se aprecia en la figura 49-5, la je- se canaliza el espacio epidural con un catéter, la pro-
ringa se conecta a la aguja y si su punta está en el babilidad de éxito aumenta si se avanza la aguja de
ligamento amarillo, la burbuja es compresible, como 1 a 2 mm más una vez se ha identificado el espacio.
se señala en la figura 49-5B. Si el ligamento amari- La incidencia de administración intravenosa acci-
llo aún no ha sido alcanzado, la presión sobre el ém- dental puede reducirse inyectando de 5 a 10 ml de
bolo de la jeringa no comprime la burbuja de aire (v. solución antes de la canalización. Al insertar un
fig. 49-5A). Una vez se ha obtenido la compresión catéter, se avanzará únicamente de 2 a 3 cm en el es-
de la burbuja, se coge la aguja con la mano no do- pacio epidural porque la introducción de una longi-
minante y se avanza hacia el espacio epidural mien- tud superior puede aumentar la probabilidad de
tras el pulgar de la mano dominante aplica una pre- mala colocación. Las pacientes obstétricas requieren
sión constante sobre el émbolo, con lo que se la inserción de catéteres de 3 a 5 cm en el espacio
comprime la burbuja. Al penetrar el espacio epidu- epidural para minimizar el desplazamiento durante
ral, la presión aplicada al émbolo permite que la so- la analgesia del parto.
lución fluya sin resistencia.
Una técnica alternativa, aunque con una valora- Punción con aguja: epidural torácica. Como en
ción menos exacta, es la identificación de la entrada el bloqueo epidural lumbar, los pacientes se colocan
en el espacio epidural por «la gota suspendida». Con en decúbito lateral para la inserción de la aguja en
esta técnica, cuando la aguja está colocada en el li- el espacio epidural torácico (fig. 49-7). Se prefiere el
gamento amarillo, se aplica una gota de solución en abordaje paramedial porque permite un acceso más
398 Atlas de anestesia regional

Lig.
amarillo

SOLUCIÓN

Lig.
amarillo S
O
L
U
C
I
Ó
N
FIGURA 49-6
Bloqueo epidural: técnica
de la gota suspendida.

fácil al espacio epidural, ya que las apófisis espino- y T1) se identifican con el cuello en flexión. Los de-
sas de la región mediotorácica se solapan recíproca- dos segundo (índice) y tercero de la mano domi-
mente siguiendo una dirección de cefálica a caudal nante se colocan uno a cada lado del espacio entre
(fig. 49-8). El abordaje paramedial se efectúa de ma- C7 y T1 y la aguja epidural se inserta en un plano
nera similar al empleado para la región lumbar, aun- aproximadamente paralelo al suelo (o paralelo al eje
que prácticamente en todos los casos la inserción longitudinal de las apófisis espinosas vertebrales cer-
inicial de la aguja contacta con las láminas de las vér- vicales) (fig. 49-12). El contacto de la aguja con el
tebras torácicas (fig. 49-9). Cuando esto ocurre, se ligamento amarillo se aprecia a una profundidad si-
retira ligeramente y se redirige la punta en sentido milar a la observada en el bloqueo epidural lumbar
cefálico hasta que se asienta con firmeza en el li- (3,5-5,5 cm). La introducción de la aguja se realiza
gamento amarillo. En este momento, se aplica una con la misma técnica de pérdida de resistencia em-
técnica de pérdida de resistencia y de inserción del pleada en los anteriores abordajes. De nuevo, el mé-
catéter de manera idéntica a la empleada para el blo- todo de la gota suspendida es una opción para iden-
queo epidural lumbar. El método de la gota suspen- tificar el espacio epidural.
dida es una alternativa para la identificación del es-
pacio epidural torácico, aunque la primera elección Problemas potenciales. Una de las complica-
es la técnica de Bromage (fig. 49-10). ciones más temidas es la toxicidad sistémica resul-
tante de la inyección intravenosa del anestésico (fig.
Punción con aguja: epidural cervical. Para la 49-13), que puede ocurrir tanto con el catéter como
técnica epidural cervical, el paciente se colocará en con la inyección de la aguja. Para evitarla es nece-
sedestación con la cabeza inclinada hacia delante y sario administrar una dosis de prueba antes de la in-
apoyada sobre una mesa (fig. 49-11). La compara- yección epidural. La recomendación actual estable-
ción del bloqueo epidural cervical y lumbar de- ce el uso de 3 ml de una solución de anestésico local
muestra muchas similitudes. Las apófisis espinosas que contenga adrenalina 1:200.000 (15 μg de adre-
de las vértebras cervicales están prácticamente per- nalina). A pesar de que la prueba sea negativa, la do-
pendiculares al eje longitudinal de la columna ver- sis se administrará gradualmente y se dispondrá del
tebral; por tanto, es aplicable una técnica de línea equipo y fármacos necesarios para el tratamiento de
media. Las apófisis espinosas más prominentes (C7 la toxicidad sistémica.
Bloqueo epidural 399

La vértebra en violeta destaca


el solapamiento de las apófisis
espinosas en la región torácica

A Posterior

E Paciente en decúbito lateral izquierdo


B Oblicua
Duramadre

Ligamentos
amarillos FIGURA 49-7
Anatomía del bloqueo
epidural torácico. Columna
Láminas
vertebral mediotorácica.
A) Proyección
posteroanterior.
B) Proyección oblicua.
C) Proyección lateral.
D) Proyección lateral tras
la eliminación del arco
vertebral derecho.
E) Paciente en decúbito
Proyección lateral derecha, arco lateral izquierdo para
C Lateral D vertebral parcialmente seccionado anestesia epidural torácica.
400 Atlas de anestesia regional

Médula espinal
Duramadre

Lig.
amarillo

Nervio
espinal

Lámina

Apófisis
espinosa

B Sección paramedial

Cuerpo vertebral

Superior
Escotadura
Inferior vertebral

6 Apófisis articular
6 superior

7 Facetas para las costillas


7

Apófisis transversa
(faceta costal)
8
8 Apófisis articular
inferior

9 Apófisis espinosa
9

Lateral

FIGURA 49-8
A, B) Anatomía vertebral
torácica. El grado de
solapamiento de las apófisis A
espinosas varía a lo largo Oblicua-torácica
de la región torácica
superior, media e inferior. Ligamentos amarillos
Bloqueo epidural 401

Lig.
amarillo

Láminas
1 cm

1 cm

1 cm

Punto de inserción FIGURA 49-9


1 Técnica del bloqueo
epidural torácico. A) Con
2 un abordaje paramedial,
el punto de inserción
B Sección paramedial de la aguja es 1 cm caudal
– Ligamentos amarillos y 1 cm lateral al extremo
de la apófisis espinosa más
– Láminas
cefálica, similar a la
inserción de la aguja
aplicada en la técnica
paramedial lumbar.
B) Proyección parasagital
de la inserción de la aguja
y contacto inicial con la
A Oblicua lámina (sombreado azul).
402 Atlas de anestesia regional

C7

FIGURA 49-10
Técnica del bloqueo
epidural torácico. Se emplea
la sujeción de Bromage
para un bloqueo torácico
por pérdida de resistencia.
Bloqueo epidural 403

FIGURA 49-11
Anatomía epidural cervical.
A) Paciente en sedestación
Plano de la sección con la cabeza apoyada sobre
transversal la mesa; plano vertebral
transversal. B) Proyección
posterior. C) Sección
vertebral transversal
a la altura de C7-T1.

A Sección sagital

C7
T1

T1
Duramadre
Lig.
amarillo

C Sección transversal
404 Atlas de anestesia regional

C7

T1

Punto de entrada

A T1

Duramadre

Lig.
amarillo

C
Aguja en la línea media
(inferior a C7)
Línea media
C7
T1
Punto de entrada
Espacio entre
C7 y T1

Línea
media C7 T1

D
FIGURA 49-12
Técnica epidural cervical. A) Paciente en sedestación con la cabeza apoyada sobre
la mesa, con la aguja paralela al suelo. B) Se aplican los dedos a la región cervical
posterior para facilitar el bloqueo epidural cervical. C) Inserción de la aguja en el
ligamento amarillo. D) Inserción de la aguja durante la palpación. E) Durante el
avance de la aguja se emplea la sujeción de Bromage.
Bloqueo epidural 405

Septal
Foraminal
Subaracnoideo
Subdural
IV

Septo
Solución

FIGURA 49-13
Bloqueo epidural: anatomía
transversal. Posibles
complicaciones.

Otro problema potencial es la administración ción u omisión de adrenalina, ni la localización de


accidental de una dosis epidural en el líquido ce- la punción. A pesar de esta apreciación, el uso de
falorraquídeo (LCR). En tal caso, si está indicado técnicas epidurales cervicales o torácicas exige un
se prestará soporte farmacológico para la presión especial cuidado porque la médula espinal se en-
arterial y la frecuencia cardíaca y se administrará cuentra inmediatamente profunda a la localización
ventilación asistida. Habitualmente, atropina y efe- de ambos bloqueos.
drina bastan para tratar esta situación o, al menos, Un problema añadido del bloqueo epidural es la
dar tiempo para administrar catecolaminas más posibilidad de aparición de un hematoma epidural
potentes. (con agujas o con catéteres) que probablemente apa-
Si se ha administrado la dosis total (20-25 ml) rece con menos frecuencia que la lesión neurológi-
en el LCR, está indicada la intubación traqueal y ca grave tras la anestesia general. La preocupación
la ventilación mecánica ya que transcurrirán apro- aumenta en pacientes que han tomado antiagregan-
ximadamente de 1 a 2 h antes de que el paciente tes plaquetarios, como la aspirina, o que han recibi-
mantenga una ventilación espontánea adecuada. do anticoagulantes preoperatoriamente. En la actua-
Cuando se efectúa una anestesia epidural y se pro- lidad no se ha determinado el nivel preoperatorio
duce un bloqueo más alto de lo esperado tras un aceptable de anticoagulación y la relación riesgo-be-
lapso sólo de 15 a 30 min, cabe considerar la po- neficio del uso de anestesia epidural.
sible administración subdural del anestésico. El El uso de técnicas epidurales en pacientes en tra-
tratamiento es sintomático y la mayor dificultad tamiento con heparina subcutánea probablemente
reside en la identificación de esta potencial com- sea aceptable si el bloqueo puede ser atraumático,
plicación. aunque se sopesará de modo individualizado la re-
Como sucede con la anestesia espinal, si se pro- lación riesgo-beneficio. Un tratamiento anticoagu-
duce una lesión neurológica tras un bloqueo epidu- lante perioperatorio que exige especial considera-
ral, es preciso un abordaje sistemático del problema. ción es el uso concurrente de heparinas de bajo peso
No parecen asociarse a un incremento de la inci- molecular (HBPM). Las HBPM se emplean para la
dencia de lesión neurológica el tipo de anestésico lo- profilaxis de la trombosis venosa profunda y produ-
cal, el empleo de técnica con aguja o catéter, la adi- cen efectos más profundos que otras heparinas de
406 Atlas de anestesia regional

Marca
de 15 cm
Marca
de 15 cm

FIGURA 49-14 A B
Bloqueo epidural: técnica
de medición del catéter.

administración intermitente. Hoy día se recomienda catéteres epidurales puede verse dificultado por la
que no se efectúe ningún procedimiento, incluida la presencia de una banda de tejido conjuntivo a ni-
retirada o la manipulación de un catéter epidural, en vel dorsomedial (septo epidural o almohadilla de
el plazo de 12 h tras una dosis de HBPM y la si- grasa).
guiente dosis de HBPM se retrasará al menos 2 h tras Otro medio para facilitar el éxito del bloqueo epi-
la realización de cualquier técnica epidural atraumá- dural es dejar que transcurra el tiempo suficiente an-
tica tanto de manipulación como de inserción de tes del inicio del procedimiento quirúrgico. El blo-
catéter o aguja. queo puede efectuarse en una sala de inducción
Como sucede tras un bloqueo espinal, puede apa- separada del quirófano. El anestesiólogo debe cono-
recer cefalea pospunción después de una anestesia cer el efecto meseta en las dosis de anestésicos loca-
epidural al realizar una punción subaracnoidea ac- les epidurales. Es decir, una vez que se ha adminis-
cidental. Si se emplean agujas de mayor calibre (18 y trado una cantidad de anestésico local, una mayor
19 G) cabe esperar que al menos el 50% de pacien- cantidad de éste no aumentará la altura del bloqueo
tes que han sufrido una punción subaracnoidea ac- sino que lo intensificará.
cidental presenten cefalea postoperatoria. Una apreciación sobre la anestesia epidural a
través de catéter consiste en la falacia según la cual,
mediante la administración de dosis fraccionadas,
CONSEJOS PRÁCTICOS puede obtenerse lentamente el nivel de anestesia
sensitiva, lo que permite que pacientes críticos pue-
Si pueden evitarse los catéteres durante el bloqueo dan someterse a anestesia epidural. Este concepto
epidural (es decir, seleccionando un anestésico lo- está basado en una premisa errónea, ya que habi-
cal apropiado), también se elimina una fuente de tualmente el anestesiólogo no deja pasar el tiempo
dificultades técnicas. Los catéteres epidurales pue- suficiente entre inyecciones por la dinámica del
den presentar distintas posiciones erróneas. Si se quirófano; se inyectan pequeñas dosis a través del
inserta un catéter demasiado lejos en el espacio epi- catéter, pero no se permite que pase el tiempo sufi-
dural, puede salir a través de los agujeros de con- ciente antes de llevar a cabo la siguiente inyección
junción, con lo que se produce un bloqueo epidu- incremental. Además, esta técnica retrasa la prepa-
ral segmentario. Éste puede situarse en el espacio ración del paciente para la operación de modo in-
subdural o subaracnoideo o en una vena epidural. necesario y reduce su aceptación por parte de los ci-
Del mismo modo, en algunos pacientes el uso de rujanos y el personal de enfermería.
Bloqueo epidural 407

Los catéteres epidurales están especialmente indi- to conocido en el dedo o la jeringa. Como aparece
cados en algunas situaciones, como por ejemplo en en la figura 49-14A, la marca de 15 cm está frente al
la analgesia postoperatoria. Éstos poseen marcas émbolo de la jeringa o al nudillo del anestesiólogo.
para mantener la posición precisa una vez retirada la Una vez se ha registrado esta relación, se retira la
aguja. Puesto que muchas agujas epidurales carecen aguja mientras se mantiene la posición del catéter. El
de marcas de distancia, se requiere una técnica es- objeto de medición seguidamente se coloca al lado
pecial para mantener la posición del catéter mientras del catéter (como se señala en la fig. 49-14B) y se re-
se retira la aguja. La figura 49-14 es un ejemplo de tira el mismo hasta el punto en que el marcador de
ello. Se selecciona un objeto de longitud conocida, distancia del catéter se relacione con el punto iden-
como una jeringa o el dedo del anestesiólogo y se co- tificado previamente. En este ejemplo, la marca de
loca al lado del conjunto de catéter y aguja después 15 cm del catéter se coloca frente al émbolo de la je-
de que el catéter se ha insertado 3 cm en el espacio ringa o el nudillo del anestesiólogo. Con esta técni-
epidural. Puesto que el catéter está marcado, puede ca, el catéter epidural puede colocarse con precisión
relacionarse un punto conocido en éste con un pun- sin la necesidad de una aguja marcada o una regla.
50
Bloqueo caudal
Bloqueo caudal 411

PERSPECTIVA Selección de fármacos. Al seleccionar los


anestésicos locales para la anestesia caudal cabe apli-
Los avances en la anestesia epidural lumbar han con- car las mismas consideraciones de la anestesia epi-
tribuido a que la anestesia caudal se convierta en una dural. Es preciso conocer que con la inyección cau-
técnica que se enseñe y utilice con poca frecuencia. dal en adultos se requieren volúmenes de anestésico
Sin embargo, la anestesia caudal puede utilizarse local de 24 a 35 ml para conferir un nivel sensitivo
para procedimientos anorrectales y perineales, así predecible de T12 a T10.
como en operaciones de la extremidad inferior.

Selección de pacientes. La selección de pacien- LOCALIZACIÓN


tes para anestesia caudal se determinará examinan-
do la anatomía del hiato sacro. En un 5% de los adul- Anatomía.••La anatomía para la anestesia cau-
tos, el hiato sacro es casi imposible de canular con dal se centra en el hiato sacro (fig. 50-1). Éste pue-
una aguja o con un catéter; por tanto, en 1 de cada de localizarse delimitando bilateralmente las espi-
20 pacientes la técnica es clínicamente impractica- nas ilíacas posterosuperiores, trazando una línea
ble. Además, si en algunas ocasiones la masa de te- para unirlas y completando el triángulo en direc-
jido suprayacente al sacro dificulta la técnica, se apli- ción caudal. En el vértice del triángulo equilátero se
cará otra, en detrimento de la anestesia caudal. encuentra el hiato sacro (fig. 50-2). El vértice cau-
Probablemente la experiencia y la confianza del dal del triángulo descansa cerca de las astas sacras,
anestesiólogo en este bloqueo sean más necesarias que son restos no fusionados de las apófisis espino-
que en ningún otro. sas de la quinta vértebra sacra. Suprayacente al hia-

FIGURA 50-1
Bloqueo caudal: anatomía
de superficie.

Hiato
sacro

Espinas ilíacas
posterosuperiores
L5
412 Atlas de anestesia regional

to sacro se encuentra una membrana viscoelástica clínicamente práctica. Para maximizar la identifi-
que es el homólogo funcional del ligamento amari- cación del hiato sacro en decúbito prono, se si-
llo. El sacro es claramente diferente en hombres y tuarán las piernas en abducción en un ángulo de
en mujeres. En los hombres, la cavidad del sacro 20º, con los pies rotados internamente y con los ta-
presenta una curva continua desde S1 hasta S5, lones hacia fuera, lo que contribuye a relajar los
mientras que en las mujeres el sacro es bastante pla- músculos glúteos (fig. 50-5).
no desde S1 a S3, con una curva más pronunciada
en la región S4-5 (fig. 50-3). Punción con aguja. Como sucede con la anes-
tesia epidural lumbar, la anestesia caudal puede rea-
Posición. El bloqueo caudal puede efectuarse lizarse en forma de inyección única o empleando
en decúbito lateral o prono. En opinión del autor, una técnica con catéter. Si se decide practicar un blo-
la posición más adecuada en adultos es el decúbi- queo caudal con inyección única, es aceptable cual-
to prono con una almohada bajo el abdomen infe- quier aguja de longitud suficiente para alcanzar el
rior. En esta posición, los pacientes pueden sedar- canal caudal. En adultos, se recomienda una aguja
se para que el bloqueo sea cómodo y la línea media al menos de 22 G, ya que el calibre debe permitir la
se identifica con mayor facilidad que en decúbito inyección de la solución con la velocidad adecuada
lateral. Como se ilustra en la figura 50-4, la anes- para poder detectar un error en la infusión del
tesia caudal pediátrica se efectúa frecuentemente anestésico local. Si se emplea un catéter, la aguja
con el niño en decúbito lateral. Puesto que la ma- debe ser de suficiente calibre para permitir su paso.
yoría de bloqueos caudales pediátricos se practican Como se ilustra en la figura 50-6, tras la identifica-
tras la inducción con anestesia general, el decúbi- ción del hiato sacro, los dedos índice y medio de la
to lateral es prácticamente obligatorio. La identifi- mano exploratoria se colocan sobre el asta sacra y se
cación de la línea media y la práctica del bloqueo inserta la aguja caudal en un ángulo aproximada-
son menos complicadas en el paciente pediátrico, mente de 45º respecto al sacro. Conforme se avanza
lo que convierte al decúbito lateral en una posición la aguja, el anestesiólogo percibe una reducción de

FIGURA 50-2
Bloqueo caudal: anatomía
de superficie para la
localización del hiato sacro.

Hiato
sacro

Espinas ilíacas
posterosuperiores
L5
Bloqueo caudal 413

Curva Obsérvese
continua la línea
recta S1-S3

HOMBRE MUJER

S1 más S1
ancha

FIGURA 50-3
Bloqueo caudal: relación
de la anatomía sacra
en función del sexo.

Asta
sacra

FIGURA 50-4
Bloqueo caudal: posición
pediátrica.
414 Atlas de anestesia regional

Almohada

20°

FIGURA 50-5
Bloqueo caudal: posición
en decúbito prono. EL PRIMER DEDO DE AMBOS PIES APUNTANDO HACIA DENTRO

la resistencia a medida que ésta penetra en el canal termina aproximadamente a nivel de S2; por tanto,
caudal. A continuación se sigue avanzando la aguja a menos que la aguja se inserte en profundidad en
hasta que entra en contacto con la cara dorsal de la el canal caudal, la punción subaracnoidea es im-
placa ventral del sacro. Se retira ligeramente la agu- probable. En niños, el saco dural está situado más
ja y se redirige de modo que disminuya el ángulo de distalmente en el canal caudal, un hecho que debe
inserción respecto a la superficie cutánea. En los considerarse al efectuar la anestesia caudal pediá-
hombres, este ángulo es casi paralelo con el plano trica.
de la mesa, mientras que en las mujeres es necesa- Quizá el problema más frecuente es el bloqueo
rio un ángulo ligeramente más agudo. inefectivo resultante de la considerable variación
Durante la redirección de la aguja y tras apreciar anatómica del hiato sacro. Si los anestesiólogos no
la pérdida de resistencia, avanzamos la aguja apro- están familiarizados con la técnica caudal y la agu-
ximadamente 1 a 1,5 cm en el canal caudal. Un ma- ja pasa anterior a la placa ventral del sacro, es po-
yor avance aumentaría la probabilidad de punción sible la punción rectal (o durante la anestesia
dural y de canulación intravascular accidental. An- obstétrica, de partes fetales). Como se ilustra en la
tes de inyectar una dosis terapéutica de anestésico figura 50-7, el área que circunda el hiato sacro pue-
local, se aspirará y administrará una dosis de prue- de imaginarse como un posible «círculo de erro-
ba para poder apreciar la entrada accidental en una res». El médico puede enfrentarse a un hiato en
vena o en el espacio subaracnoideo. forma de hendidura que no permite una fácil in-
serción de la aguja; también puede estar más cefá-
Problemas potenciales. La anestesia caudal se lico de lo previsto o, de hecho, estar cerrado.
asocia a la mayoría de las complicaciones que acom- Además, puede encontrarse una pérdida de resis-
pañan a la anestesia epidural lumbar, aunque hay tencia al insertar la aguja en uno de los agujeros
ciertas diferencias. La frecuencia de toxicidad por sacros y pensar que está ubicada en el hiato sacro.
anestésicos locales tras este bloqueo parece ser su- En la proyección lateral, es obvio que la aguja pue-
perior a la del bloqueo epidural lumbar. Otra dife- de dirigirse erróneamente a localizaciones sub-
rencia radica en que la incidencia de punción sub- cutáneas o periósticas, así como a la médula ósea
aracnoidea es extremadamente baja. El saco dural del hueso sacro.
Bloqueo caudal 415

Hiato
sacro

Asta
sacra
1

Hiato
sacro
cro
al sa
Can 2

HOMBRE 1

Hiato
sacro 2

15
o
sacr
nal
Ca

MUJER FIGURA 50-6


Bloqueo caudal: técnica.
416 Atlas de anestesia regional

CÍRCULO DE ERRORES

Hiato en
forma de
hendidura

Alto

Cerrado

Subperióstico
Agujero

Asta

Subcutáneo Interóseos

FIGURA 50-7
Bloqueo caudal: círculo
de errores.
Onda de presión
transforaminal aceptable

La onda de presión de la línea


media igual a la aguja mal colocada

FIGURA 50-8
Bloqueo caudal: técnica
de palpación.
Bloqueo caudal 417

CONSEJOS PRÁCTICOS Una maniobra práctica que puede confirmar la lo-


calización de la aguja se ilustra en la figura 50-8. Una
El éxito en una anestesia caudal comienza por la se- vez ésta ha entrado en lo que pensamos que es el ca-
lección adecuada de los pacientes; no tiene sentido nal caudal, se colocará una mano atravesada sobre la
emplear la técnica en un paciente con una anatomía región sacra dorsal. A continuación, se inyectarán rá-
desfavorable. A causa de las variaciones anatómicas pidamente 5 ml de solución salina, y si la aguja está
del área que circunda el hiato sacro, este bloqueo pa- mal colocada, se apreciará un «abultamiento» du-
rece exigir mayor experiencia y tiempo para adqui- rante la inyección en la línea media. En individuos
rir pericia en comparación con muchos otros blo- delgados, la cuidadosa colocación de la aguja en el
queos regionales. Por todo ello, los anestesiólogos canal caudal y la rápida inyección de la solución pue-
deberán desarrollar la técnica en pacientes con una den permitir que el anestesiólogo note pequeñas on-
anatomía favorable. das de presión más lateralmente, próximas a los agu-
jeros sacros, que no se deberán confundir con las
asociadas a una aguja subcutánea mal colocada.
Bibliografía
Bibliografía 421

General Winnie AP: Plexus Anesthesia, Vol I: Perivascular Techniques of


Benhamou D, Pequignot F, Auroy Y, Jougla E, Clergue F, Laxe- Brachial Plexus Block. Saunders, Philadelphia, 1983.
naire MC, Lienhart A: Factors associated with use of regional Woodburne RT: Essentials of Human Anatomy, 5th ed. Oxford
anaesthesia: a multivariate analysis in seven surgical proce- University Press, New York, 1973.
dures in France. Eur J Anaesthesiol 2004;21:576–8.
Bonica JJ: The Management of Pain, vols I–II, 2nd ed. Lea & Fe-
biger, Philadelphia, 1990. Capítulo introductorio
Brown DL (ed): Regional Anesthesia and Analgesia. Saunders, Bashein G, Haschke RH, Ready LB: Electrical nerve location: nu-
Philadelphia, 1996. merical and electrophoretic comparison of insulated vs unin-
Brown DL: Spinal, epidural and caudal anesthesia. In Miller RD sulated needles. Anesth Analg 1984;63:919–24.
(ed): Anesthesia, 4th ed. Churchill Livingstone, New York, Carpenter RL, Mackey DC: Local anesthetics. In Barash PG, Cu-
1994, pp 1505–33. llen BF, Stoelting RK (eds): Clinical Anesthesia. Lippincott,
Brown DL (ed): Perioperative analgesia. In Problems in Anesthe- Philadelphia, 1989.
sia, Vol 2. Lippincott, Philadelphia, 1988. DeJong R: Local anesthetic pharmacology. In Brown DL (ed): Re-
Brown DL (ed): Regional anesthesia at Virginia Mason Medical gional Anesthesia and Analgesia. Saunders, Philadelphia,
Center: a clinical perspective. In Problems in Anesthesia, Vol 1996.
1. Lippincott, Philadelphia, 1987. Horton WG: Use of peripheral nerve stimulator. In Brown DL
Cahill DR, Orland MJ, Miller GM: Atlas of Human Cross- (ed): Regional Anesthesia at Virginia Mason Medical Center:
Sectional Anatomy: With CT and MR Images, 3rd ed. Wiley- A Clinical Perspective. Problems in Anesthesia, Vol 1. Lip-
Liss, New York, 1995. pincott, Philadelphia, 1987.
Carron H, Korbon GA, Rowlingson JC: Regional Anesthesia: McMahon D: Managing regional anesthesia equipment. In Brown
Techniques and Clinical Applications. Grune & Stratton, Or- DL (ed): Regional Anesthesia at Virginia Mason Medical Cen-
lando, 1984. ter: A Clinical Perspective. Problems in Anesthesia, Vol 1. Lip-
Christoforidis AJ: Atlas of Axial, Sagittal, and Coronal Anatomy. pincott, Philadelphia, 1987, p 592.
Saunders, Philadelphia, 1988. Schafhalter-Zoppoth I, McCulloch CE, Gray AT: Ultrasound visi-
Cousins M, Bridenbaugh PO (eds): Neural Blockade, 2nd ed. Lip- bility of needles used for regional nerve block: an in vitro
pincott, Philadelphia, 1988. study. Reg Anesth Pain Med 2004;29:480–8.
Covino BG, Scott DB: Handbook of Epidural Anaesthesia and Schorr MR: Needles: some points to think about. Anesth Analg
Analgesia. Grune & Stratton, Orlando, 1985. 1966;45:509–13 (part I), 514–26 (part II).
Eriksson E (ed): Illustrated Handbook in Local Anaesthesia, 2nd
ed. Saunders, Philadelphia, 1980.
Gosling JA, Harris PF, Humpherson JR, Whitmore I, Willan Bloqueos de la extremidad superior
PLT: Atlas of Human Anatomy with Integrated Text. Gower Benhamou D: Axillary plexus block using multiple nerve
Medical Publishing, London, 1985. stimulation: a European view. Reg Anesth Pain Med 2001;
Grant JCB: An Atlas of Anatomy, 5th ed. Williams & Wilkins, Bal- 26:495–8.
timore, 1962. Borene SC, Edwards JN, Boezaart AP: At the cords, the pinkie to-
Hahn MB, McQuillan PM, Sheplock GJ (eds): Regional Anesthe- wards: interpreting infraclavicular motor responses to neuros-
sia: An Atlas of Anatomy and Techniques. Mosby, St. Louis, timulation. Reg Anesth Pain Med 2004;29:125–9.
1995. Brown DL, Cahill DR, Bridenbaugh LD: Supraclavicular nerve
Katz J: Atlas of Regional Anesthesia. Appleton-Century-Crofts, block: anatomic analysis of a method to prevent pneumotho-
Norwalk, CT, 1985. rax. Anesth Analg 1993;76:530–4.
Katz J, Renck H: Handbook of Thoraco-Abdominal Nerve Block. Chan VW: Applying ultrasound imaging to interscalene brachial
Grune & Stratton, Orlando, 1987. plexus block. Reg Anesth Pain Med 2003;28:340–3.
Labat G: Regional Anesthesia: Its Technique and Clinical Appli- Choyce A, Chan VW, Middleton WJ, Knight PR, Peng P,
cation. Saunders, Philadelphia, 1923. McCartney CJ: What is the relationship between paresthesia
Lee LA, Posner KL, Domino KB, Caplan RA, Cheney FW: Injuries and nerve stimulation for axillary brachial plexus block? Reg
associated with regional anesthesia in the 1980s and 1990s: a Anesth Pain Med 2001;26:100–4.
closed claims analysis. Anesthesiology 2004;101:143–52. DeJong RH: Axillary block of the brachial plexus. Anesthesiology
McMinn RMH, Hutchings RT: Color Atlas of Human Anatomy. 1961;22:215–25.
Year Book, Chicago, 1977. Desroches J: The infraclavicular brachial plexus block by the co-
Melloni JL, Dox I, Melloni HP, Melloni BJ: Melloni’s Illustrated racoid approach is clinically effective: an observational study
Review of Human Anatomy. Lippincott, Philadelphia, of 150 patients. Can J Anaesth 2003;50:253–7.
1988. Finucane BT, Yilling F: Safety of supplementing axillary brachial
Moore DC: Regional Block, 4th ed. Charles C Thomas, Spring- plexus blocks. Anesthesiology 1989;70:401–3.
field, IL, 1965. Grice SC, Morell RC, Balestrieri FJ, Stump DA, Howard G: Intra-
Moore DC: Stellate Ganglion Block. Charles C Thomas, Spring- venous regional anesthesia: evaluation and prevention of lea-
field, IL, 1954. kage under the tourniquet. Anesthesiology 1986;65: 316–20.
Raj PP: Handbook of Regional Anesthesia. Churchill Livingstone, Hadzic A, Arliss J, Kerimoglu B, Karaca PE, Yufa M, Claudio RE,
New York, 1985. Vloka JD, Rosenquist R, Santos AC, Thys DM: A comparison of
Thompson GE, Brown DL: The common nerve blocks. In Nunn infraclavicular nerve block versus general anesthesia for hand
JF, Utting JE, Brown BR (eds): General Anaesthesia, 5th ed. and wrist day-case surgeries. Anesthesiology 2004;101:127–32.
Butterworth, London, 1989, pp 1049–85. Klaastad O, Lilleas FG, Rotnes JS, Breivik H, Fosse E: A magne-
Waldman SD, Winnie AP (eds): Interventional Pain Management. tic resonance imaging study of modifications to the infracla-
Saunders, Philadelphia, 1996. vicular brachial plexus block. Anesth Analg 2000;91:929–33.
422 Bibliografía

Lavoie J, Martin R, Tetrault JP, Cote DJ, Colas MJ: Axillary ple- Bloqueos de la extremidad inferior
xus block using a peripheral nerve stimulator: single or mul- Beck GP: Anterior approach to sciatic nerve block. Anesthesio-
tiple injections. Can J Anaesth 1992;39:583–6. logy 1963;24:222–4.
Lillie PE, Glynn CJ, Fenwick DG: Site of action of intravenous Borgeat A, Blumenthal S, Karovic D, Delbos A, Vienne P: Clini-
regional anesthesia. Anesthesiology 1984;61:507–10. cal evaluation of a modified posterior anatomical approach
Moore DC: Regional Block, 4th ed. Charles C Thomas, Spring- to performing the popliteal block. Reg Anesth Pain Med
field, IL, 1965. 2004;29:290–6.
Neal JM, Hebl JR, Gerancher JC, Hogan QH. Brachial plexus Bridenbaugh PO: The lower extremity: somatic block. In Cousins
anesthesia: essentials of our current understanding. Reg M, Bridenbaugh PO (eds): Neural Blockade, 2nd ed. Lippin-
Anesth Pain Med 2002;27:402–28. Erratum in Reg Anesth cott, Philadelphia, 1988, pp 417–42.
Pain Med 2002;27:625. Brown TCK, Dickens DRV: A new approach to lateral cutaneous
Partridge BL, Katz J, Benirschke K: Functional anatomy of the nerve of thigh block. Anaesth Intensive Care 1986;14:
brachial plexus sheath: implications for anesthesia. Anesthe- 126–7.
siology 1987;66:743–7. Capdevila X, Biboulet P, Morau D, Bernard N, Deschodt J, Lopez
Pere P, Pitkanen M, Tuominen M, Edgren J, Rosenberg PH: Cli- S, d’Athis F: Continuous three-in-one block for postoperative
nical and radiologic comparison of perivascular and transar- pain after lower limb orthopedic surgery: where do the cat-
terial techniques of axillary brachial plexus block. Br J Ana- heters go? Anesth Analg 2002;94:1001–6.
esth 1993;70:276–9. Capdevila X, Macaire P, Dadure C, Choquet O, Biboulet P, Ryck-
Perlas A, Chan VW, Simons M: Brachial plexus examination and waert Y, D’Athis F: Continuous psoas compartment block for
localization using ultrasound and electrical stimulation: a vo- postoperative analgesia after total hip arthroplasty: new land-
lunteer study. Anesthesiology 2003;99:429–35. marks, technical guidelines, and clinical evaluation. Anesth
Peterson DO: Shoulder block anesthesia for shoulder reconstruc- Analg 2002;94:1606–13.
tion surgery. Anesth Analg 1985;64:373–5. Chayen D, Nathan H, Clayen M: The psoas compartment block.
Sharrock NE, Bruce G: An improved technique for locating the Anesthesiology 1976;45:95–9.
interscalene goove. Anesthesiology 1976;44:431–3. Dalens B, Tanguy A, Vanneuville G: Lumbar plexus blocks
Sukhani R, Garcia CJ, Munhall RJ, Winnie AP, Rodvold KA: Li- and lumbar plexus nerve blocks (letter). Anesth Analg
docaine distribution following intravenous regional anesthe- 1989;69:850–7.
sia with different tourniquet inflation techniques. Anesth Dalens B, Tanguy A, Vanneuville G: Lumbar plexus block in chil-
Analg 1989;68:633–7. dren: a comparison of two procedures in 50 patients. Anesth
Thompson GE, Rorie DK: Functional anatomy of the brachial ple- Analg 1988;67:750–8.
xus sheaths. Anesthesiology 1983;59:117–22. Dalens B, Tanguy A, Vanneuville G: Sciatic nerve block in
Vester-Andersen T, Christiansen C, Hansen A, Sorensen M, Meis- children: comparison of the posterior, anterior, and lateral
ler C: Interscalene brachial plexus block: area of analgesia, approaches in 180 pediatric patients. Anesth Analg 1990;70:
complications and blood concentrations of local anesthetics. 131–7.
Acta Anaesth Scand 1981;25:81–4. Hopkins PM, Ellis FR, Halsall PJ: Evaluation of local anaesthetic
Vester-Andersen T, Christiansen C, Sorensen M, Eriksen C: Peri- blockade of the lateral femoral cutaneous nerve. Anaesthesia
vascular axillary block. I. Blockade following 40•ml 1% mepi- 1991;46:95–6.
vacaine with adrenaline. Acta Anaesth Scand 1982;26:519–23. Ilfeld BM, Morey TE, Wang RD, Enneking FK: Continuous po-
Vester-Andersen T, Christiansen C, Sorensen M, Kaalund-Jergen- pliteal sciatic nerve block for postoperative pain control
sen H, Saugbjerg P, Schultz-Moller K: Perivascular axillary at home: a randomized, double-blinded, placebo-controlled
block. II. Influence of volume of local anaesthetic on neural study. Anesthesiology 2002;97:959–65.
blockade. Acta Anaesth Scand 1983;27:95–8. Labat G: Regional Anesthesia: Its Technique and Clinical Appli-
Vester-Andersen T, Eriksen C, Christiansen C: Perivascular cation. Saunders, Philadelphia, 1923.
axillary block. III. Blockade following 40•ml of 0.5%, 1% or McLeod DH, Wong DHW, Claridge RJ: Lateral popliteal sciatic
1.5% mepivacaine with adrenaline. Acta Anaesth Scand nerve block compared with subcutaneous infiltration for
1984;28:95–8. analgesia following foot surgery. Can J Anaesth 1994;41:
Vester-Andersen T, Husum B, Lindeburg T, Borrits L, Gothgen I: 673–6.
Perivascular axillary block. IV. Blockade following 40, 50 or McNicol LR: Sciatic nerve block for children: anterior approach
60•ml of mepivacaine 1% with adrenaline. Acta Anaesth Scand for postoperative pain relief. Anaesthesia 1985;40:410–4.
1984;28:99–105. Moore DC: Regional Block, 4th ed. Charles C Thomas, Spring-
Vester-Andersen T, Husum B, Lindeburg T, Borrits L, Gothgen I: field, IL, 1965.
Perivascular axillary block. V. Blockade following 60•ml of Neal JM: Assessment of lower extremity nerve block: reprise of
mepivacaine 1% injected as a bolus or as 30 + 30•ml with a the four P’s acronym. Reg Anesth Pain Med 2002;27:618–20.
20-min interval. Acta Anaesth Scand 1984;28:612–6. Parkinson SK, Mueller JB, Little WL, Bailey SL: Extent of bloc-
Vester-Andersen T, Husum B, Zaric D, Eriksen C: Perivascular kade with various approaches to the lumbar plexus. Anesth
axillary block. VII. The effect of a supplementary dose of 20 Analg 1989;68:243–8.
ml mepivacaine 1% with adrenaline to patients with incom- Rorie DK, Byer DE, Nelson DO, Sittipong R, Johnson KA: As-
plete sensory blockade. Acta Anaesth Scand 1986;30:231–4. sessment of block of the sciatic nerve in the popliteal fossa.
Wehling MJ, Koorn R, Leddell C, Boezaart AP: Electrical nerve Anesth Analg 1980;59:371–6.
stimulation using a stimulating catheter: what is the lower li- Schurman DJ: Ankle-block anesthesia for foot surgery. Anesthe-
mit? Reg Anesth Pain Med 2004;29:230–3. siology 1976;44:348–52.
Williams SR, Chouinard P, Arcand G, Harris P, Ruel M, Boudre- Sinha A, Chan VW: Ultrasound imaging for popliteal sciatic ner-
ault D, Girard F: Ultrasound guidance speeds execution and ve block. Reg Anesth Pain Med 2004;29:130–4.
improves the quality of supraclavicular block. Anesth Analg Vloka JD, Hadzic A, April E, Thys DM: Anterior approach to the
2003;97:1518–23. sciatic nerve block: the effects of leg rotation. Anesth Analg
Winnie AP: Plexus Anesthesia, Vol I: Perivascular Techniques of 2001;92:460–2.
Brachial Plexus Block. Saunders, Philadelphia, 1983. Vloka JD, Hadzic A, April E, Thys DM: The division of the scia-
Winnie AP: Interscalene brachial plexus block. Anesth Analg tic nerve in the popliteal fossa: anatomical implications for
1970;49:455–66. popliteal nerve blockade. Anesth Analg 2001;92:215–7.
Bibliografía 423

Winnie AP, Ramamurthy S, Durrani Z: The inguinal paravascular Boezaart AP, De Beer JF, Nell ML: Early experience with conti-
technic of lumbar plexus anesthesia: the “3-in-1” block. nuous cervical paravertebral block using a stimulating cathe-
Anesth Analg 1973;52:989–96. ter. Reg Anesth Pain Med 2003;28:406–13.
Zaric D, Boysen K, Christiansen J, Haastrup U, Kofoed H, Rawal Boezaart AP, Koorn R, Rosenquist RW: Paravertebral approach to
N: Continuous popliteal sciatic nerve block for outpatient the brachial plexus: an anatomic improvement in technique.
foot surgery—a randomized, controlled trial. Acta Anaesthe- Reg Anesth Pain Med 2003;28:241–4.
siol Scand 2004;48:337–41. Bugedo GJ, Carcamo CR, Mertens RA, Dagino JA, Munoz HR:
Preoperative percutaneous ilioinguinal and iliohypogastric
nerve block with 0.5% bupivacaine for post-herniorrhaphy
pain management in adults. Reg Anaesth 1990;15:130–3.
Bloqueos de la cabeza y el cuello Capdevila X, Macaire P, Dadure C, Choquet O, Biboulet P, Ryck-
Anthony M: Headache and the greater occipital nerve. Clin Neu- waert Y, D’Athis F: Continuous psoas compartment block for
rol Neurosurg 1992;94:297–301. postoperative analgesia after total hip arthroplasty: new land-
Barton S, Williams JD: Glossopharyngeal nerve block. Arch Oto- marks, technical guidelines, and clinical evaluation. Anesth
laryngol 1971;93:186–188. Analg 2002;94:1606–13.
Bedder MD, Lindsay DL: Glossopharyngeal nerve block using ul- Conacher ID: Resin injection of thoracic paravertebral spaces. Br
trasound guidance: a case report of a new technique. Reg Ana- J Anaesth 1988;61:657–61.
esth 1989;14:304–7. Covino BG: Interpleural regional anesthesia (editorial). Anesth
Bovim G, Sand T: Cervicogenic headache, migraine without Analg 1987;67:427–9.
aura and tension-type headache: diagnostic blockade of grea- Crossley AWA, Hosie HE: Radiographic study of intercostal ner-
ter occipital and supra-orbital nerves. Pain 1992;51:43–8. ve blockade in healthy volunteers. Br J Anaesth 1987;
Eriksson E (ed): Illustrated Handbook in Local Anaesthesia, 2nd 59:149–54.
ed. Saunders, Philadelphia, 1980. Karmakar MK: Thoracic paravertebral block. Anesthesiology.
Feitl ME, Krupin T: Neural blockade for ophthalmologic surgery. 2001;95:771–80.
In Cousins M, Bridenbaugh PO (eds): Neural Blockade, 2nd Karmakar MK, Critchley LA, Ho AM, Gin T, Lee TW, Yim AP:
ed. Lippincott, Philadelphia, 1988, pp 577–92. Continuous thoracic paravertebral infusion of bupivacaine for
Gotta AW, Sullivan CA: Anaesthesia of the upper airway using to- pain management in patients with multiple fractured ribs.
pical anaesthetic and superior laryngeal nerve block. Br J Ana- Chest 2003;123:424–31.
esth 1981;53:1055–7. Katz J, Renck H: Handbook of Thoraco-Abdominal Nerve Block.
Guntamukkala M, Hardy PAJ: Spread of injectate after stellate Grune & Stratton, Orlando, 1987.
ganglion block in man: an anatomical study. Br J Anaesth Klein SM, Bergh A, Steele SM, Georgiade GS, Greengrass RA:
1991;66:643–4. Thoracic paravertebral block for breast surgery. Anesth Analg
Hamilton RC: Techniques of orbital regional anaesthesia. Br J 2000;90:1402–5.
Anaesth 1995;75:88–92. Klein SM, Greengrass RA, Weltz C, Warner DS: Paravertebral so-
Hogan QH, Erickson SJ, Abram SE: Computerized tomography- matic nerve block for outpatient inguinal herniorrhaphy: an
guided stellate ganglion blockade. Anesthesiology 1992;77: expanded case report of 22 patients. Reg Anesth Pain Med
596–9. 1998;23:306–10.
Johnson RW: Anatomy for ophthalmic anaesthesia. Br J Anaesth Magee DJ: Orthopedic Physical Assessment. Saunders, Philadelp-
1995;75:80–7. hia, 1992, pp 319–23.
Kroll DA, Knight PR, Mullin V: Electrocardiographic changes Moore DC: Intercostal nerve block: spread of India ink injected
in patients with stellate ganglion blockade. Reg Anaesth to the rib’s costal groove. Br J Anaesth 1981;53:325–9.
1982;7:157–9. Moore DC, Bush WH, Scurlock JE: Intercostal nerve block: a ro-
Macintosh RR, Ostlere M: Local Analgesia: Head and Neck. E & entgenographic anatomic study of technique and absorption
S Livingstone, Edinburgh, 1955. in humans. Anesth Analg 1979;59:815–25.
Moore DC: Stellate Ganglion Block. Charles C Thomas, Spring- Mulroy MF: Intercostal block at the mid-axillary line. Reg Ana-
field, IL, 1954. esth 1985;10:A39.
Murphy TM: Somatic blockade of head and neck. In Cousins M, Murphy DF: Interpleural analgesia. Br J Anaesth 1993;71:426–
Bridenbaugh PO (eds): Neural Blockade, 2nd ed. Lippincott, 34.
Philadelphia, 1988, pp 533–58. Naja MZ, Ziade MF, El Rajab M, El Tayara K, Lonnqvist PA: Var-
Slappendel R, Thijssen HOM, Crul BJP, Merx JL: The stellate ying anatomical injection points within the thoracic paraver-
ganglion in magnetic resonance imaging: a quantification of tebral space: effect on spread of solution and nerve blockade.
anatomic variability. Anesthesiology 1995;83:424–6. Anaesthesia 2004;59:459–63.
Wang BC, Bogart B, Hillman DE, Turndorf H: Subarachnoid in- Richardson J, Sabanathan S: Thoracic paravertebral analgesia.
jection—a potential complication of retrobulbar block. Anest- Acta Anaesth Scand 1995;39:1005–15.
hesiology 1989;71:845–7. Richardson J, Sabanathan S, Jones J, Shah RD, Cheema S, Mearns
Winnie AP, Ramamuthy S, Durrani Z, Radonjic R: Interscalene AJ: A prospective, randomized comparison of preoperative
cervical plexus block: a single injection technique. Anesth and continuous balanced epidural or paravertebral bupiva-
Analg 1975;54:370–5. caine on post-thoracotomy pain, pulmonary function and
Wong DHW: Regional anaesthesia for intraocular surgery. Can J stress responses. Br J Anaesth 1999;83:387–92.
Anaesth 1993;40:635–57. Rocco A, Reiestad F, Gudman J, McKay W: Intrapleural adminis-
tration of local anesthetics for pain relief in patients with mul-
tiple rib fractures. Reg Anaesth 1987;12:10–4.
Bloqueos del tronco Stromskag KE, Hauge O, Steen PA: Distribution of local anesthe-
Amid PK, Shulman AG, Lichtenstein IL: Local anesthesia for in- tics injected into the interpleural space, studied by
guinal hernia repair: step-by-step procedure. Ann Surg computerized tomography. Acta Anaesth Scand 1990;34:
1994;220:735–7. 323–6.
Ben-David B, Lee E: The falling column: a new technique Thompson GE, Brown DL: The common nerve blocks. In Nunn
for interpleural catheter placement (letter). Anesth Analg JF, Utting JE, Brown BR (eds): General Anaesthesia, 5th ed.
1990;71:212. Butterworth, London, 1989, pp 1049–85.
424 Bibliografía

Thompson GE, Moore DC: Celiac plexus, intercostal, and minor Hassenbusch S, Burchiel K, Coffey RJ, Cousins MJ, Deer T, Hahn
peripheral blockade. In Cousins M, Bridenbaugh PO (eds): MB, Pen SD, Follett KA, Krames E, Rogers JN, Sagher O, Sta-
Neural Blockade, 2nd ed. Lippincott, Philadelphia, 1988, pp ats PS, Wallace M, Willis KD: Management of intrathecal cat-
503–32. heter-tip inflammatory masses: a consensus statement. Pain
Tverskoy M, Cozacov C, Ayache M, Bradely EL, Kissin I: Posto- Med 2002;3:313–23.
perative pain after inguinal herniorrhaphy with different ty- Hassenbusch SJ, Portenoy RK, Cousins M, Buchser E, Deer TR,
pes of anesthesia. Anesth Analg 1990;70:29–35. Du Pen SL, Eisenach J, Follett KA, Hildebrand KR, Krames
Weltz CR, Greengrass RA, Lyerly HK: Ambulatory surgical ma- ES, Levy RM, Palmer PP, Rathmell JP, Rauck RL, Staats PS, Ste-
nagement of breast carcinoma using paravertebral block. Ann arns L, Willis KD: Polyanalgesic Consensus Conference 2003:
Surg 1995;222:19–26. an update on the management of pain by intraspinal drug de-
livery—report of an expert panel. J Pain Symptom Manage
2004;27:540–63.
Dolor crónico y dolor oncológico Houten JK, Errico TJ: Paraplegia after lumbosacral nerve root
Artuso JD, Stevens RA, Lineberry PJ: Postdural puncture heada- block: report of three cases. Spine J 2002;2:70–5.
che after lumbar sympathetic block: a report of two cases. Reg Ischia S, Luzzani A, Ischia A, Faggion S: A new approach to neu-
Anesth 1991;16:288–91. rolytic block of the coeliac plexus: the transaortic technique.
Augustinsson LE: Spinal cord stimulation in peripheral vascular Pain 1983;16:333–41.
disease and angina pectoris. J Neurosurg Sci 2003;47(Suppl Karppinen J, Malmivaara A, Kurunlahti M, Kyllonen E, Pienima-
1):37–40. ki T, Nieminen P, Ohinmaa A, Tervonen O, Vanharanta H: Pe-
Baker R, Dreyfuss P, Mercer S, Bogduk N: Cervical transforami- riradicular infiltration for sciatica: a randomized controlled
nal injection of corticosteroids into a radicular artery: a trial. Spine 2001;26:1059–67.
possible mechanism for spinal cord injury. Pain 2002;103: Kemler MA, De Vet HC, Barendse GA, Van Den Wildenberg FA,
211–5. Van Kleef M: The effect of spinal cord stimulation in patients
Botwin KP, Gruber RD, Bouchlas CG, Torres-Ramos FM, Sanelli with chronic reflex sympathetic dystrophy: two years’
JT, Freeman ED, Slaten WK, Rao S: Fluoroscopically guided follow-up of the randomized controlled trial. Ann Neurol
lumbar transforaminal epidural steroid injections in degene- 2004;55:13–8.
rative lumbar stenosis: an outcome study. Am J Phys Med Re- Lutz G, Vad V, Wisneski R: Fluoroscopic transforaminal lumbar
habil 2002;81:898–905. epidural steroids: an outcome study. Arch Phys Med Rehabil
Brown DL: Neurolytic celiac plexus block in your practice. In 1998;79:1362–6.
Brown DL (ed): Regional Anesthesia at Virginia Mason Medi- Moore DC, Bush WH, Burnett LL: Celiac plexus block: a roent-
cal Center: A Clinical Perspective. Problems in Anesthesia, genographic anatomic study of technique and spread of so-
Vol 1. Lippincott, Philadelphia, 1987, pp 612–21. lution in patients and corpses. Anesth Analg 1981;60:369–79.
Brown DL, Rorie DK: Altered reactivity of isolated segmental lum- Oakley JC: Spinal cord stimulation: patient selection, technique,
bar arteries of dogs following exposure to ethanol and phe- and outcomes. Neurosurg Clin North Am 2003;14:365–80, vi.
nol. Pain 1994;56:139–43. Ohnmeiss DD, Rashbaum RF: Patient satisfaction with spinal
Bush K, Hillier S: Outcome of cervical radiculopathy treated with cord stimulation for predominant complaints of chronic, in-
periradicular/epidural corticosteroid injections: a prospective tractable low back pain. Spine J 2001;1:358–63.
study with independent clinical review. Eur Spine J 1996; Plancarte R, Amescua C, Patt RB, Aldrete JA: Superior hypogas-
5:319–25. tric plexus block for pelvic cancer pain. Anesthesiology
Cameron T: Safety and efficacy of spinal cord stimulation for the 1990;73:236–9.
treatment of chronic pain: a 20-year literature review. J Neu- Quigley DG, Arnold J, Eldridge PR, Cameron H, McIvor K, Mi-
rosurg Spine 2004;100:254–67. les JB, Varma TR: Long-term outcome of spinal cord stimula-
Carette S, Marcoux S, Truchon R, Grondin C, Gagnon J, Allard Y, tion and hardware complications. Stereotact Funct Neurosurg
Latulippe M: A controlled trial of corticosteroid injections 2003;81:50–6.
into facet joints for chronic low back pain. N Engl J Med Rathmell JP, Aprill C, Bugduk N: Cervical transforaminal injec-
1991;325:1002–7. tion of steroids. Anesthesiology 2004;100:1595–600.
Carter ML: Spinal cord stimulation in chronic pain: a review of Riew KD, Yin Y, Gilula L, Bridwell KH, Lenke LG, Lauryssen C,
the evidence. Anaesth Intensive Care 2004;32:11–21. Goette K: The effect of nerve-root injections on the need for
Cherry DA, Rao DM: Lumbar sympathetic and coeliac plexus operative treatment of lumbar radicular pain: a prospective,
blocks: an anatomical study in cadavers. Br J Anaesth randomized, controlled, double-blind study. J Bone Joint Surg
1982;54:1037. Am 2000;82:1589–93.
Davies DD: Incidence of major complications of neurolytic coe- Schwarzer AC, Aprill CN, Bogduk N: The sacroiliac joint in ch-
liac plexus block. J R Soc Med 1993;86:264–6. ronic low back pain. Spine 1995;20:31–7.
Destouset JM, Gilula LA, Murphy WA, Monsees B: Lumbar facet Simpson BA: Spinal-cord stimulation for reflex sympathetic dys-
injections: indications, technique, clinical correlation, and trophy. Lancet Neurol 2004;3:142.
preliminary results. Radiology 1982;145:321–5. Slipman CW, Lipetz JS, Jackson HB, Rogers DP, Vresilovic EJ: The-
Fukui S, Ohseto K, Shiotani M, Ohno K, Karasawa H, Naganuma rapeutic selective nerve root block in the nonsurgical treat-
Y, Yuda Y: Referred pain distribution of the cervical zyga- ment of atraumatic cervical spondylotic radicular pain: a re-
pophyseal joints and cervical dorsal rami. Pain 1996;68:79–83. trospective analysis with independent clinical review. Arch
Furman MB, O’Brien EM: Is it really possible to do a selective ner- Phys Med Rehabil 2000;81:741–6.
ve root block? Pain 2000;85:526. Smith TJ, Staats PS, Deer T, Stearns LJ, Rauck RL, Boortz-Marx
Furman MB, Giovanniello MT, O’Brien EM: Incidence of intra- RL, Buchser E, Catala E, Bryce DA, Coyne PJ, Pool GE: Im-
vascular penetration in transforaminal cervical epidural ste- plantable Drug Delivery Systems Study Group: randomized
roid injections. Spine 2003;28:21–5. clinical trial of an implantable drug delivery system compa-
Gajraj NM: Selective nerve root blocks for low back pain and ra- red with comprehensive medical management for refractory
diculopathy. Reg Anesth Pain Med 2004;29:456–65. cancer pain: impact on pain, drug-related toxicity, and survi-
Grabow TS, Tella PK, Raja SN: Spinal cord stimulation for com- val. J Clin Oncol 2002;20:4040–9.
plex regional pain syndrome: an evidence-based medicine re- Taylor RS, Taylor RJ, Van Buyten JP, Buchser E, North R, Bayliss
view of the literature. Clin J Pain 2003;19:371–83. S: The cost effectiveness of spinal cord stimulation in the tre-
Bibliografía 425

atment of pain: a systematic review of the literature. J Pain Brown EM, Elman DS: Postoperative backache. Anesth Analg
Symptom Manage 2004;27:370–8. 1961;40:683–5.
Thimineur MA, Kravitz E, Vodapally MS: Intrathecal opioid tre- Butler BD, Warters RD, Elk JR, Davies I, Abouleish E: Loss of re-
atment for chronic non-malignant pain: a 3-year prospective sistance technique for locating the epidural space: evaluation
study. Pain 2004;109:242–9. of glass and plastic syringes. Can J Anaesth 1990;37: 438–9.
Turner JA, Loeser JD, Deyo RA, Sanders SB: Spinal cord stimula- Caldwell C, Nielsen C, Baltz T, Taylor P, Helton B, Butler P: Com-
tion for patients with failed back surgery syndrome or com- parison of high-dose epinephrine and phenylephrine in spi-
plex regional pain syndrome: a systematic review of effective- nal anesthesia with tetracaine. Anesthesiology 1985;62:
ness and complications. Pain 2004;108:137–47. 804–7.
Ubbink DT, Vermeulen H, Spincemaille GH, Gersbach PA, Berg Concepcion M, Maddi R, Francis D, Rocco AG, Murray E, Covi-
P, Amann W: Systematic review and meta-analysis of contro- no BG: Vasoconstrictors in spinal anesthesia with tetracaine:
lled trials assessing spinal cord stimulation for inoperable cri- a comparison of epinephrine and phenylephrine. Anesth
tical leg ischaemia. Br J Surg 2004;91:948–55. Analg 1984;63:134–8.
Umeda S, Arai T, Hatano Y, Mori K, Hoshino K: Cadaver anato- Cousins MJ, Bromage PR: Epidural neural blockade. In Cousins
mic analysis of the best site for chemical lumbar sympathec- M, Bridenbaugh PO (eds): Neural Blockade, 2nd ed. Lippin-
tomy. Anesth Analg 1987;66:643–6. cott, Philadelphia, 1988, pp 253–360.
Vad V, Bhat A, Lutz G, Cammisa F: Transforaminal epidural ste- Covino BG, Scott DB: Handbook of Epidural Anaesthesia and
roid injections in lumbosacral radiculopathy: a prospective Analgesia. Grune & Stratton, Orlando, 1985.
randomized study. Spine 2002;27:11–6. DiGiovanni AJ, Dunbar BS: Epidural injections of autologous blo-
Vallee JN, Feydy A, Carlier RY, Mutschler C, Mompoint D, Vallee od for post-lumbar puncture headache. Anesth Analg
CA: Chronic cervical radiculopathy: lateral approach 1970;49:268–71.
periradicular corticosteroid injection. Radiology 2001;218: Felsby S, Juelsgaard P: Combined spinal and epidural anesthesia.
886–92. Anesth Analg 1995;80:821–6.
Ward EM, Rorie DK, Nauss LA, Bahn RC: The celiac ganglia in Gallart L, Blanco D, Samso E, Vidal F: Clinical and radiologic evi-
man: normal anatomic variations. Anesth Analg 1979;58: dence of the epidural plica mediana dorsalis. Anesth Analg
461–5. 1990;71:698–701.
Weber JG, Brown DL, Stephens DH, Wong GY: Celiac plexus Gormley JB: Treatment of postspinal headache. Anesthesiology
block: retrocrural computed tomographic anatomy in patients 1960;21:565–6.
with and without pancreatic cancer. Reg Anesth 1996;21: Greene NM: Distribution of local anesthetic solutions within the
407–13. subarachnoid space. Anesth Analg 1985;64:715–30.
Windsor R, Pinzon E, Gore H: Complications of common selec- Greene NM: Uptake and elimination of local anesthetics during
tive spinal injections: prevention and management. Am J Ort- spinal anesthesia. Anesth Analg 1983;62:1013–24.
hop 2000;29:759–70. Greene NM: Physiology of Spinal Anesthesia, 3rd ed. Williams &
Wulf H, Gleim M, Schele HA: Plasma concentrations of bup- Wilkins, Baltimore, 1981.
ivacaine after lumbar sympathetic block. Anesth Analg Harbers JBM, Stienstra R, Gielen MJM, Cromheecke GJ: A dou-
1994;79:918–20. ble blind comparison of lidocaine 2% with or without glu-
Yahia LH, Garzon S: Structure of the capsular ligaments of the fa- cose for spinal anesthesia. Acta Anaesth Scand 1995;39:
cet joints. Ann Anat 1993;175:185–8. 881–4.
Hardy PAJ: Can epidural catheters penetrate dura mater? An ana-
tomical study. Anaesthesia 1986;41:1146–7.
Bloqueo neuroaxial Harrison GR, Clowes NWB: The depth of the lumbar epidural
Asato F, Goto F: Radiograph findings of unilateral epidural block. space from the skin. Anaesthesia 1985;40:685–7.
Anesth Analg 1996;83:519–22. Hirabayashi Y, Shimizu R, Saitoh K, Fukuda H, Furuse M: Ana-
Blomberg RG: Fibrous structures in the subarachnoid space: a tomical configuration of the spinal column in the supine po-
study with spinaloscopy in autopsy subjects. Anesth Analg sition. I. A study using magnetic resonance imaging. Br J Ana-
1995;80:875–9. esth 1995;75:3–5.
Blomberg RG: The lumbar subdural extra-arachnoid space in hu- Hogan Q: Size of human lower thoracic and lumbosacral nerve
mans: an anatomical study using spinaloscopy in autopsy ca- roots. Anesthesiology 1996;85:37–42.
ses. Anesth Analg 1987;66:177–80. Hogan QH: Lumbar epidural anatomy: a new look by cryomi-
Blomberg RG: The dorsomedian connective tissue band in the crotome section. Anesthesiology 1991;75:767–75.
lumbar epidural space of humans: an anatomic study using Horlocker TT: Complications of spinal and epidural anesthesia.
epiduroscopy in autopsy cases. Anesth Analg 1986;65: Anesthesiol Clin North Am 2000;18:461–85.
747–52. Horlocker TT, Wedel DJ: Density, specific gravity, and baricity of
Blomberg RG: A method for epiduroscopy and spinaloscopy: pre- spinal anesthetic solutions at body temperature. Anesth Analg
sentation of preliminary results. Acta Anaesth Scand 1993;76:1015–8.
1985;29:113–6. Horlocker TT, Wedel DJ: Neuraxial block and low-molecular-
Blomberg RG, Olsson SS: The lumbar epidural space in patients weight heparin: balancing perioperative analgesia and
examined with epiduroscopy. Anesth Analg 1989;68:157– thromboprophylaxis. Reg Anesth Pain Med. 1998;23(Suppl
60. 2):164–77.
Bodily MN, Carpenter RL, Owens BD: Lidocaine 0.5% spinal ana- Hynson JM, Katz JA, Bueff HU: Epidural hematoma associated
esthesia: a hypobaric solution for short-stay perirectal surgery. with enoxaparin. Anesth Analg 1996;82:1072–5.
Can J Anaesth 1992;39:770–3. Kane RE: Neurologic deficits following epidural or spinal anest-
Bridenbaugh PO, Greene NM: Spinal (subarachnoid) neural bloc- hesia. Anesth Analg 1981;60:150–61.
kade. In Cousins M, Bridenbaugh PO (eds): Neural Blockade, Kozody R, Palahniuk RJ, Wade JG, Cumming MO: The effect of
2nd ed. Lippincott, Philadelphia, 1988, pp 213–51. subarachnoid epinephrine and phenylephrine on spinal cord
Bromage PR: Epidural Anesthesia. Saunders, Philadelphia, 1978. blood flow. Can Anaesth Soc J 1984;31:503–8.
Brown DL, Wedel DJ: Spinal, epidural and caudal anesthesia. In Leicht CH, Carlson SA: Prolongation of lidocaine spinal anesthe-
Miller RD (ed): Anesthesia, 3rd ed. Churchill Livingstone, sia with epinephrine and phenylephrine. Anesth Analg
New York, 1990, pp 1377–405. 1986;65:365–9.
426 Bibliografía

Lui S, Chiui AA, Carpenter RL, Mulroy MF, Allen HW, Neal JM, Reynolds AF, Roberts PA, Pollay M, Stratemeier PH: Quantitative
Pollock JE: Fentanyl prolongs lidocaine spinal anesthesia wit- anatomy of the thoracolumbar epidural space. Neurosurgery
hout prolonging recovery. Anesth Analg 1995;80:730–4. 1985;17:905–7.
Lui S, Kopacz DJ, Carpenter RL: Quantitative assessment of dif- Rigler ML, Drasner K, Krejcie TC, Yelich SJ, Scholnick FT, De-
ferential sensory nerve block after lidocaine spinal anesthesia. Fontes J, Bohner D: Cauda equina syndrome after continuous
Anesthesiology 1995;82:60–3. spinal anesthesia. Anesth Analg 1991;72:275–81.
Lui S, Pollock JE, Mulroy MF, Allen HW, Neal JM, Carpenter RL: Savolaine ER, Pandya JB, Greenblatt SH, Conover SR: Anatomy
Comparison of 5% with dextrose, 1.5% with dextrose, and of the human lumbar epidural space: new insights using CT-
1.5% dextrose-free lidocaine solutions for spinal anesthesia in epidurography. Anesthesiology 1988;68:217–20.
human volunteers. Anesth Analg 1995;81:697–702. Smith TC: The lumbar spine and subarachnoid block. Anesthe-
Lui S, Ware PD, Allen HW, Neal JM, Pollock JE: Dose-response siology 1968;29:60–4.
characteristics of spinal bupivacaine in volunteers: clinical Sternlo JE, Hybbinette CH: Spinal subdural bleeding after at-
implications for ambulatory anesthesia. Anesthesiology tempted epidural and subsequent spinal anesthesia in a pa-
1996;85:729–36. tient on thromboprophylaxis with low molecular weight he-
Lui SS, McDonald SB: Current issues in spinal anesthesia. Anest- parin. Acta Anaesth Scand 1995;39:557–9.
hesiology 2001;94:888–906. Tarkkila PJ: Incidence and causes of failed spinal anesthetics
Lund PC: Reflections upon the historical aspects of spinal anest- in a university hospital: a prospective study. Reg Anaesth
hesia. Reg Anaesth 1983;8:89–98. 1991;16:48–51.
Marinacci AA: Neurologic aspects of complications of spinal Taylor JA: Lumbosacral subarachnoid tap. J Urol 1940;43:561–4.
anesthesia. LA Neurol Soc Bull 1960;25:170–92. Trotter M: Variations of the sacral canal: their significance in
Meiklejohn BH: Distance from skin to the lumbar epidural space the administration of caudal anesthesia. Anesth Analg 1947;
in obstetric population. Reg Anaesth 1990;15:134–6. 26:192–202.
Moore DC: Spinal anesthesia: bupivacaine compared with tetra- Tuominen M: Bupivacaine spinal anaesthesia. Acta Anaesth Scand
caine. Anesth Analg 1980;59:743–50. 1991;35:1–10.
Moore DC: Regional Block, 4th ed. Charles C Thomas, Spring- Urmey WF, Stanton J, Peterson M, Sharrock NE: Combined spi-
field, IL, 1965. nal-epidural anesthesia for outpatient surgery. Anesthesiology
Moore DC, Bridenbaugh LD: Spinal (subarachnoid) block: a re- 1995;83:528–34.
view of 11,574 cases. JAMA 1966;195:907–12. Vandam LD, Dripps RD: A long-term follow-up of patients who
Moore DC, Bridenbaugh LD, Bagdi PA, Bridenbaugh PO, Stander received 10,098 spinal anesthetics. II. Incidence and analyses
H: The present status of spinal (subarachnoid) and epidural of minor sensory neurologic defects. Surgery 1955;38:463–9.
(peridural) block. Anesth Analg 1968;47:40–9. VandePol C: Enoxaparin and epidural analgesia (letter). Anest-
Moore DC, Chadwick HS, Ready LB: Epinephrine prolongs lido- hesiology 1996;85:433–4.
caine spinal: pain in the operative site; the most accurate met- Weitz SR, Chan V: Enoxaparin and epidural analgesia (letter).
hod of determining local anesthetic duration. Anesthesiology Anesthesiology 1996;85:432–3.
1987;67:416–8. Westbrook JL, Renowden SA, Carrie LES: Study of the anatomy
Parkinson D: Human spinal arachnoid septa, trabeculae, and “ro- of the extradural region using magnetic resonance imaging.
gue strands.” Am J Anat 1991;192:498–509. Br J Anaesth 1993;71:495–8.
Patin DJ, Eckstein EC, Harum K, Pallares VS: Anatomic and bio- Willis RJ: Caudal epidural block. In Cousins M, Bridenbaugh PO
mechanical properties of human lumbar dura mater. Anesth (eds): Neural Blockade, 2nd ed. Lippincott, Philadelphia,
Analg 1993;76:535–40. 1988, pp 361–83.
Puolakka R, Haasio J, Pitkanen MT, Kallio M, Rosenberg PH: Zarzur E: Anatomic studies of the human lumbar ligamentum fla-
Technical aspects and postoperative sequelae of spinal and vum. Anesth Analg 1984;63:499–502.
epidural anesthesia: a prospective study of 3,230 orthopedic
patients. Reg Anesth Pain Med 2000;25:488–97.
Índice alfabético

Los números de página seguidos de f remiten a figuras.

A Amígdala Antibióticos
Administración intratecal de fármacos, anatomía, bloqueo glosofaríngeo, 217f estimulación medular, 362
véase SISTEMA ESPINAL palatina, anatomía, bloqueo sistemas espinales de administración
DE ADMINISTRACIÓN glosofaríngeo, 217f de fármacos, 353
DE FÁRMACOS Aminoamidas, 5-7, 5f Anticoagulación, bloqueo epidural, 406
Adrenalina, 7, 7f bloqueo Aorta
bloqueo nervioso del compartimento del psoas, 275 abdominal, anatomía, bloqueo del
axilar, 65 inguinal, 101-102 plexo hipogástrico superior, 326f
digital, 78 Aminoésteres, 3-5, 5f anatomía
epidural, 393 Analgesia visceral, bloqueo del plexo anestesia interpleural, 247f
espinal, 377 celíaco, 313 bloqueo
ganglio estrellado, 199 Anatomía del ganglio estrellado, 201f
infraclavicular, 57 del tronco, 229-230, 229f, 230f del plexo
plexo hipogástrico superior, 325 dermatomas, 229f celíaco, 313, 315f-317f, 317
tobillo, 141 sección transversal, 230f hipogástrico superior, 326f
neurólisis, 325 neuroaxial, 365-373 neuroaxial, 373f
Agarre de Bromage, bloqueo epidural bloqueo epidural, 393-394, simpático lumbar, 307f, 309, 309f
torácico, 402f 394f-396f punción, bloqueo simpático lumbar,
Aguja, 7-10, 8f, 9f lumbar, 370, 371f-373f 309, 309f
con alas, 9f relaciones Apófisis
con botón de seguridad, 7, 8f de la columna vertebral, 367, coracoides, anatomía, bloqueo
con guía ecográfica, 8f 368f infraclavicular, 34f
de bisel de superficie, 367, 367f transversa, anatomía, 368f
corto, 8f ligamentosas, 367-370, 368f, 371f bloqueo paravertebral torácico,
largo, 8f sacra, 370, 372f, 373f 272f
romo, 8f oral, bloqueo glosofaríngeo, 217f Aracnoides, anatomía, bloqueo
de Crawford, 9f periestiloidea, bloqueo glosofaríngeo, epidural, 394f
de Greene, 8f 215f facetario, 286f
bloqueo espinal, 383 Anestesia neuroaxial, 370, 371f, 372f
de Husmead, 9f INTERPLEURAL, 245-249 Arteria(s)
de Quincke, 8f anatomía, 247, 247f axilar, anatomía
de Quincke-Babcock, 383 mecanismos, 249 apófisis coracoides, 34f, 35
de Sprottle, 8f problemas, 248-249 bloqueo
bloqueo espinal, 383 punción con aguja, 247-248, 248f axilar, 67f, 68f
de Tuohy, 9f local infraclavicular, 60f
de Whitacre, 8f, 9f equipo, 8f-11f, 71-12 carótida
bloqueo espinal, 383 fármacos, 4f, 5-7, 5f anatomía, bloqueo
epidural, 9, 9f regional del nervio glosofaríngeo, 215f,
Agujero equipo, 8f-11f, 71 218f
de la vena cava inferior, anatomía, fármacos, 4f, 5-7, 5f del plexo cervical, 193f
bloqueo del plexo celíaco, 314f segmentaria, bloqueo epidural, interna, anatomía, bloqueo
magno, 149f 393 glosofaríngeo, 215f, 218f
obturador, anatomía, bloqueo Anestésicos, 3-7 celíaca, anatomía, bloqueo del plexo
del nervio obturador, 130f, 131f aminoamidas, 5-7, 5f celíaco, 315f, 317f
oval, 149f, 159, 160f aminoésteres, 3-5, 5f espinal anterior, anatomía, bloqueo
rasgado, 149f equipo, 7-12, 8f-11f neuroaxial, 371f
redondo, 149f, 159, 160f estructura, 3, 4f, 5f esplénica, anatomía, bloqueo del plexo
sacro, anatomía, bloqueo neuroaxial, toxicidad, 87 celíaco, 316f
373f bloqueo femoral, anatomía, bloqueo femoral,
Alcohol axilar, 67 117f, 118f
bloqueo nervioso, 325 epidural, 405 gástrica, anatomía, bloqueo del plexo
neurólisis del plexo celíaco, 313 vasoconstrictores, 7, 7f celíaco, 316f

427
428 Índice alfabético

Arteria(s) (cont.) Asa subclavia, anatomía, bloqueo DE LA EXTREMIDAD


genicular del ganglio estrellado, 200f INFERIOR
descendente, rama safena, anatomía, Asta sacra, anatomía, bloqueo accidental, bloqueo sacroilíaco,
bloqueo del nervio safeno, 137f caudal, 413f, 415f, 416f 304
rama safena, anatomía, bloqueo neuroaxial, 373f anatomía, 91-98
del nervio poplíteo, 137f Atropina, anestesia epidural accidental plexo lumbar, 91-94, 91f-93f
hepática en el líquido cefalorraquídeo, 405 plexo lumbosacro, 91f, 92f
anatomía, bloqueo del plexo celíaco, Axila posición de litotomía, 96f
316f anatomía, 34f, 35 RM, 98f
común, anatomía, bloqueo del plexo bloqueo infraclavicular, 57-61, referencias, 422-423
celíaco, 316f 58f-60f SUPERIOR, 25-35, véase también
ilíaca, anatomía, bloqueo como base axilar, bloqueo BLOQUEO DEL PLEXO
del plexo hipogástrico superior, 331f infraclavicular, 57, 58f BRAQUIAL
femoral, 120f espacio piramidal, 58, 59f anatomía, 27-35
innominada, anatomía, 209f DISTAL
lagrimal, anatomía, bloqueo 71-79
retrobulbar, 185, 185f B codo, 73-76, 73f-75f
lumbar, anatomía, bloqueo neuroaxial, Banda de Esmarch, 83, 85f dedos, 78-79, 78f
371f, 373f Bicarbonato, bloqueo epidural, 393 muñeca, 76-78, 76f, 77f
mesentérica BLOQUEO intravenoso, véase BLOQUEO
anatomía, bloqueo del plexo celíaco, AXIAL, 53-54 REGIONAL INTRAVENOSO
315f AXILAR, 63-69 referencias, 421-422
superior, anatomía, bloqueo anatomía, 65, 66f DE LA VÍA RESPIRATORIA, 205-211
del plexo celíaco, 315f, 316f bloqueo interescalénico anatomía, 207-211, 207f-211f
occipital, 148f (BLOQUEO AXIAL), 53-54 glosofaríngeo, 213-218, 215f, 217f,
oftálmica, anatomía, 185, 185f fármacos, 65 218f
ovárica, anatomía, bloqueo del plexo múltiples localizaciones, 69 laríngeo superior, 219-222, 221f,
celíaco, 314f neuropatía, 67, 69 222f
sacra media, anatomía, bloqueo del posición, 65, 66f, 67 RM, 211f
plexo hipogástrico superior, 326f problemas, 67, 69 translaríngeo, 223-226, 226f
subclavia, anatomía, bloqueo punción con aguja, 67, 67f, 68f, DEL COMPARTIMENTO DEL PSOAS,
del ganglio estrellado, 201f 69 102, 274f, 275
infraclavicular, 60f selección de pacientes, 65 DEL GANGLIO
interescalénico, 40f superior, véase BLOQUEO CELÍACO, véase BLOQUEO
supraclavicular, 34f, 47, 48f, 51f, INFRACLAVICULAR DEL PLEXO CELÍACO
52f, 53f técnica con catéter continuo, 67, DE GASSER, véase BLOQUEO
testicular, anatomía, bloqueo del plexo 68f, 69 DEL TRIGÉMINO
celíaco, 314f toxicidad sistémica, 67 ESTRELLADO, 197-203
tibial posterior, anatomía, bloqueo CAUDAL, 409-417 anatomía, 199, 200f, 201f
del tobillo, 143f anatomía, 411-412, 411f-413f fármacos, 199
vertebrales, anatomía, 200f, 201f círculo de errores, 414, 416f, 417 posición, 199, 202f
bloqueo fármacos, 411 problemas, 199
del ganglio estrellado, 200f, 201f, inefectivo, 414, 416f, 417 punción con aguja, 199, 203f
202f palpación, 416f, 417 selección de pacientes, 199
del plexo posición, 412, 413f, 414f DEL NERVIO
braquial, 31 problemas, 414 CUBITAL
cervical, 193f punción con aguja, 412, 414, 415f abordaje interescalénico, 43
interescalénico, 41f selección de pacientes, 411, 417 codo, 73-76, 73f, 75f
supraclavicular, 33f, 48f CIÁTICO, 103-112 muñeca, 76, 76f, 77f
y vena ilíacas externas, anatomía, abordaje punción con aguja, 75f, 76
bloqueo femoral, 120f anterior, 111-112, 111f, 112f DIGITAL, 78-79, 78f
yugular interna, anatomía, bloqueo clásico MEDIANO
del plexo cervical, 195 posición, 105, 109f codo, 73-76, 73f, 74f
Articulación(es) problemas, 110 muñeca, 76-77, 76f, 77f
costotransversa, anatomía, bloqueo punción con aguja, 105, 109f, punción con aguja, 74, 74f
paravertebral torácico, 272f 110, 110f OBTURADOR, 127-132
costovertebral, anatomía, bloqueo anatomía, 105, 106f-108f anatomía, 129, 130f, 131f
paravertebral torácico, 272f fármacos, 105 fármacos, 129
facetarias, 283-287 selección de pacientes, 105 posición, 129
anatomía DE BIER, 83, 83f, véase también punción con aguja, 129, 132f
cervicales, 283, 284f, 285f, 287f BLOQUEO REGIONAL selección de pacientes, 129
lumbares, 283, 284f, 285f, 287f INTRAVENOSO peroneo profundo, tobillo, 141, 143f
torácicas, 283, 284f DE CABEZA Y CUELLO RADIAL
sacroilíaca anatomía, 147-151, 147f-151f codo, 73-76
anatomía, bloqueo sacroilíaco, 297, inervación, 147-148, 147f, 148f anatomía, 73f
300f-301f intracraneal, 148, 149f, 150f fármacos, 73
palpación, 302f relaciones neurales superficiales, posición, 74, 75f
prueba de provocación, 297, 148, 151f punción con aguja, 74, 74f, 76
298f-299f referencias, 423-424 selección de pacientes, 73
Índice alfabético 429

BLOQUEO (cont.) distal, 177-181, 180f, 181f efectos del bloqueo neuroaxial, 293
muñeca fármacos, 159 fármacos, 283
anatomía, 76, 76f inyección subaracnoidea, 163 medios de radiocontraste, 293
posición, 76, 77f posición, 161, 162f posición, 288, 288f, 289f
problemas, 77 problemas, 163 problemas, 291
punción con aguja, 77 punción con aguja, 161, 162f, 163f punción con aguja, 288, 290f, 291,
SURAL, 141, 142, 143f selección de pacientes, 159 291f-292f
TIBIAL DEL TRONCO selección de pacientes, 283, 291
en el tobillo, 141, 143f anatomía, 229-230, 229f, 230f FEMORAL, 113-120
POSTERIOR, 141, 143f inguinal, 259-264 anatomía, 115, 116f, 117f
TRIGÉMINO, 177-181, 180f, 181f intercostal, 237-243 fármacos, 115
DEL PLEXO interpleural, 245-249 problemas, 115
BRAQUIAL mamario, 231-235, 233f, 235f punción con aguja, 115, 118f, 119f
anatomía, 27-31, 28f-31f plexo celíaco, 231-235, 233f, 235f selección de pacientes, 115
axilar, 63-69, 66f-69f simpático lumbar, 305-309 técnica continua con catéter, 115,
CELÍACO, 311-321 somático lumbar, 251-257 120f
anatomía, 313, 314f-318f EPIDURAL, 391-407 FEMOROCUTÁNEO LATERAL,
fármacos, 313 abordaje paramediano, 401f 121-125
problemas, 321 anatomía, 393-394, 394f-396f, 400f, anatomía, 123, 124f
punción con aguja 403f fármacos, 123
anterocrural, 313, 319-321, anticoagulación, 406 posición, 123
320f catéter, 406-407, 406f punción con aguja, 123, 125f
retrocrural, 313, 318f, 319, cefalea, 406 selección de pacientes, 123
319f, 320f CERVICAL, 398, 403f, 404f GLOSOFARÍNGEO, 213-218
RM, 317f fármacos, 393 abordaje
selección de pacientes, 313 hematoma, 406 intraoral, 216, 216f
CERVICAL, 189-195 inyección del líquido periestiloideo, 216, 217f
anatomía, 191-193, 191f, 192f, cefalorraquídeo, 405 aguja, 216
193f, lesión neurológica, 405-406 anatomía, 215-216, 215f
bloqueo del nervio frénico, 195 LUMBAR, 394, 396f, 397, 397f, fármacos, 215
fármacos, 191 398f posición, 216
posición, 193 posición, 394, 399f, 403f, 404f problemas, 216
problemas, 195 problemas, 405-406, 405f punción con aguja, 216, 216f, 217f
profundo, 193, 194f, 195 punción con aguja, 394-405 selección de pacientes, 215
punción con aguja, 193-195, 194f cervical, 398, 403f, 404f INFRACLAVICULAR, 55-62
selección de pacientes, 191 lumbar, 394, 396f, 397, 397f, anatomía, 34f, 35, 57-61, 58f-60f
superficial, 193-195, 194f 398f fármacos, 57
esplácnico, véase BLOQUEO torácico, 397-398, 399f-402f posición, 61
DEL PLEXO CELÍACO selección de pacientes, 393 problemas, 62
HIPOGÁSTRICO SUPERIOR, tiempo de impregnación, 406-407 punción con aguja, 61-62, 61f
323-331 TORÁCICO, 395f, 397-398, RM, 34f
anatomía, 325, 326f-328f 399f-402f selección de pacientes, 57
espasmo de los músculos agarre de Bromage, 402f técnica
paraespinosos, 329 toxicidad sistémica, 405 con catéter estimulador, 15,
fármacos, 325 ESPINAL, 375-389 17f-19f, 20
fluoroscopia, 331 abordaje sin catéter estimulador, 15, 16f
inyección intravascular, 329, 331f lumbosacro, 387, 388f uso de estimulador nerviosos, 62
posición, 325, 327f paramediano, 383, 387 INGUINAL, 259-264
problemas, 329, 331, 331f anatomía, 377-378, 378f anatomía, 261-262, 261f, 262f, 263f
punción con aguja, 325, 329, ángulo cefálico, 383, 385f fármacos, 261
329f, 330f aspiración del LCR, 383, 386f hematoma, 264
resonancia magnética, 331f cefalea, 387-388 PERIVASCULAR, 101-102, 101f
selección de pacientes, 325, 331 continuo, 387 problemas, 264
LUMBAR, 99-102 decúbito lateral, 378, 379f punción con aguja, 262-264, 263f,
compartimento del psoas, 102, disnea, 388 264f
174f, 175f fármacos, 377 selección de pacientes, 261
perivascular inguinal, 101-102, lesión neurológica, 387, 389 uso de estimulador nerviosos, 62
101f lumbalgia, 388 INTERCOSTAL, 237-243
solar, véase BLOQUEO DEL PLEXO palpación, 383 anatomía, 239, 240f
CELÍACO posición, 378-382, 379f-382f concentraciones plasmáticas de
DEL TOBILLO, 139-143 en navaja, 378, 382f anestésicos, 243
anatomía, 141, 142f, 143f problemas, 387-388 fármacos, 239
fármacos, 141 punción con aguja, 383-387, neumotórax, 241, 243
problemas, 141-142 384f-388f posición, 239, 241f
punción con aguja, 141, 143f sedestación, 378, 380f-381f problemas, 241, 243
selección de pacientes, 141 selección de pacientes, 377 punción con aguja, 239, 241, 242f,
DEL TRIGÉMINO, 157-163 técnica espinal-epidural, 388 243f
anatomía, 159-161, 159f-161f FACETARIO, 281-293 sedación, 243
diagnóstico, 163 anatomía, 283-287, 284f-286f selección de pacientes, 239
430 Índice alfabético

BLOQUEO (cont.) OCCIPITAL, 155-156, 155f anatomía, 297, 300f


INTERESCALÉNICO, 37-43 PARAVERTEBRAL, 265-275 fármacos, 297
anatomía, 39-40, 39f, 40f, 42 cervical, 267-271 guía radiológica, 304, 304f
bloqueo del nervio anatomía, 267, 268f, 269f posición, 297, 302f
axilar (BLOQUEO AXIAL), 53-54 colocación del catéter, 270, 270f problemas, 304
cubital, 43 fármacos, 267 punción con aguja, 297, 303f, 304,
frénico, 43 posición, 267 304f
fármacos, 39, 42 problemas, 271 selección de pacientes, 297,
identificación del músculo escaleno punción con aguja, 267-270, 2898f-299f
anterior, 42-43f 268f, 269f SAFENO
indicaciones, 42-43 sonido de crujido, 271 con bloqueo poplíteo, 136
palpación, 40, 41f, 43 CONTINUO, 265-275 posición paciente, 136
posición, 40 cervical, 267-271 punción con aguja, 136, 137f
problemas, 42 anatomía, 267, 268f, 269f tobillo, 141, 143f
punción con aguja, 40, 42-43, 42f, colocación del catéter, 270, volumen anestésico, 138
43f 270f SIMPÁTICO LUMBAR, 305-309
selección de pacientes, 39 fármacos, 267 anatomía, 307, 307f
surco interescalénico, 40, 40f, 41f posición, 267 posición, 307
LARÍNGEO SUPERIOR, 219-222 problemas, 271 problemas, 309
anatomía, 221, 221f punción con aguja, 267-270, punción
inyección intravascular, 221-222 268f, 269f con aguja, 307-309, 308f
posición, 221 sonido de crujido, 271 de la aorta, 309, 309f
punción con aguja, 221, 222f lumbar, 274f, 275 selección
MAMARIO torácico, 271-272f de fármacos, 307
anatomía, 233f, 234 anatomía, 271, 272f de pacientes, 307
fármacos, 233-234 fármacos, 271 SOMÁTICO LUMBAR, 251-257
neumotórax, 234 posición, 271, 272f, 273f anatomía, 253f, 254, 254f, 255f,
posición, 234 punción con aguja, 271, 273f, 256f
punción con aguja, 234, 235f 274f anestesia
selección de pacientes, 233 selección de pacientes, 271 epidural, 257
MANDIBULAR, 171-176 lumbar, 274f, 275 subaracnoidea, 257
anatomía, 173-175, 173f-175f TORÁCICO, 271-275 bloqueo simpático, 257
fármacos, 173 anatomía, 271, 272f fármacos, 253-254
hematoma, 176 fármacos, 271 marcas cutáneas, 254, 256
inconsciencia, 176 posición, 271, 272f, 273f posición, 254
posición, 175 punción con aguja, 271, 273f, problemas, 257
problemas, 176 274f punción con aguja, 256-257, 257f
punción con aguja, 175-176, 176f selección de pacientes, 271 selección de pacientes, 253
selección de pacientes, 173 PERIBULBAR, véase BLOQUEO SUPRACLAVICULAR, 45-54
MAXILAR, 165-169, 167f RETROBULBAR (PERIBULBAR) abordaje
anatomía, 167, 168f PERONEO SUPERFICIAL, 141, 143f clásico de Kulenkampff
efectos oculares, 168 POPLÍTEO, 133-138 anatomía, 47, 48f
fármacos, 167 anatomía, 135-137, 135f, 136f posición, 47
hematoma, 168 fármacos, 135 punción con aguja, 47
posición, 167-168 punción con aguja, 136, 137-138, vertical (en plomada)
problemas, 168 137f anatomía, 47, 48f, 51f
punción con aguja, 168, 169f selección de pacientes, 135 posición, 50
selección de pacientes, 167 REGIONAL INTRAVENOSO, 81-87 punción con aguja, 50-51, 52f,
NERVIOSO PERIFÉRICO anatomía, 83 53f
CONTINUO, 13-23 banda de Esmarch, 83, 85f RM, 52f
apósitos, 20 fármacos, 83 anatomía, 33f, 34f, 47, 48f
fijación del catéter, 21, 21f-22f inserción de cánula, 83, 84f bloqueo del nervio frénico, 52
infraclavicular, véase BLOQUEO mecanismos de, 86f, 87 fármacos, 47
INFRACLAVICULAR posición, 83, 84f neumotórax, 47, 51-52, 53
protección nerviosa 20, 23 presión de inflación del torniquete, problemas, 51-52
prueba, 20, 23f 83, 87 selección de pacientes, 47
retirada, 23 selección de pacientes, 83 TRANSLARÍNGEO, 223-226, 226f
técnica RETROBULBAR (PERIBULBAR), TRES EN UNO, 101-102, 101f
con catéter estimulador, 15, 183-188 Boca, anatomía, bloqueo glosofaríngeo,
17f-19f, 20 anatomía, 185, 185f 217f
sin catéter estimulador, 15, 16f fármacos, 185 Brazo
NEUROAXIAL, 365-373 hematoma, 188 dermatomas, 29f, 30f
anatomía, 367-373, 371f-373f método de Van Lint, 186, 187f inervación
ligamentosa, 367, 369f, 370 posición, 186 pronación, 27, 29f, 30f, 31f
ósea, 367, 367f, 368f problemas, 188 supinación, 30f, 31f
caudal, 409-417 punción con aguja, 186, 186f, 187f osteotomas, 30f, 31f
epidural, 391-407 selección de pacientes, 185 Bupivacaína, 3f, 5f, 6
espinal, 375-389 SACROILÍACO, 295-304 bloqueo nervioso
referencias, 425-426 alivio del dolor inguinal, 304 axilar, 65
Índice alfabético 431

Bupivacaína (cont.) epidural, 393 epidural, 396f


bloqueo facetario, 283 espinal, 377 paravertebral lumbar, 274f
cubital, 73 de la rodilla, bloqueo sacroilíaco, 300f, 302f
del ganglio estrellado, 199 del nervio obturador, 129 posterior, anatomía, bloqueo
epidural, 393 femoral, 115 sacroilíaco, 300f, 302f
espinal, 377 del antebrazo, bloqueo sacra, anatomía, bloqueo neuroaxial,
femoral, 115 axilar, 65 373f
femorocutáneo lateral, 123 infraclavicular, 57
infraclavicular, 57 regional intravenoso, 83
inguinal, 261 del codo, bloqueo D
intercostal, 239 axilar, 65 Decúbito
interescalénico, 39 infraclavicular, 57 lateral, bloqueo
mamario, 234 del cuello, bloqueo del plexo cervical, caudal, 412, 413f
nervio mediano, 73 191 epidural, 394
obturador, 129 del hombro, bloqueo espinal, 378f, 379f
paravertebral cervical, 267 interescalénico, 39 prono
plexo supraclavicular, 47 bloqueo caudal, 412, 413f
celíaco, 313 del muslo, bloqueo en posición en navaja, bloqueo
cervical, 191 del femorocutáneo lateral, 123 espinal, 378, 382f
hipogástrico superior, 325 femoral, 115 Dedo, bloqueo nervioso, 78-79, 78f
poplíteo, 135 del pie Dermatomas
radial, 73 bloqueo bloqueo mamario, 233f
sacroilíaco, 297 del tobillo, 141 extremidad
simpático lumbar, 307 femoral, 115 inferior, 93f, 96f, 255f
supraclavicular, 47 poplíteo, 135 superior, 29f, 30f
tobillo, 141 torniquete de la pantorrilla, 87 tronco, 229, 229f
cardiotoxicidad, 6 del tobillo, bloqueo poplíteo, 135 Diafragma
ginecológica, bloqueo espinal, 315 anatomía, bloqueo del plexo celíaco,
urológica, bloqueo espinal, 377 314f, 315f, 317f, 318f, 320f
C Clavícula, anatomía, bloqueo irritación, bloqueo epidural, 393
Calcáneo, sección transversal, 98f del ganglio estrellado, 201f Disco intervertebral, véase Vértebras
Canal sacro, anatomía del plexo cervical, 194f Disnea, bloqueo espinal, 388
bloqueo infraclavicular, 57, 59f, 60f Divisiones, plexo braquial, anatomía, 27,
caudal, 415f Clorprocaína, 3f, 4-5, 5f 28f
neuroaxial, 415f bloqueo epidural, 393 Dolor
sexo del paciente, 413f, 415f Cocaína, 3-4, 5f crónico, 277-280, 279f
Cartílago Cóccix, anatomía, bloqueo bloqueo
cricoides, anatomía, bloqueo neuroaxial, 372f, 373f del plexo
de la vía respiratoria, 209f, 210f, sacroilíaco, 300f celíaco, 313-321, 314f-320f
211f Codo, bloqueo del nervio hipogástrico superior, 325-331,
del ganglio estrellado, 202f, 203f cubital, 73-76, 73f, 75f 326f-331f
del plexo cervical, 194f mediano, 73-76, 73f, 74f facetario, 283-293, 284f-286f,
laríngeo superior, 221f radial, 73-76, 73f, 74f 288f-292f
translaríngeo, 226f Cola de caballo (cauda equina), 372f, 373f sacroilíaco, 297-304, 300f,
tiroides, anatomía, bloqueo de la vía Complejo del asa cervical, anatomía, 302f-304f
respiratoria, 209f-211f bloqueo del plexo cervical, 192, simpático lumbar, 307-309, 307f,
Catéter(es), 9-10, 10f 192f 308f, 309f
bloqueo continuo de nervios Conexiones Luer para las jeringas, 7 estimulación medular, 355-363,
periféricos, véase Bloqueo Cono medular, 372f 357f-359f
continuo de nervios periféricos Cordones, plexo braquial, anatomía, 27, inyección transforaminal
epidurales, 10f 28f, 57, 60f cervical, 335-337, 337f
Cefalea Costilla lumbar, 337-339, 338f
por bloqueo anatomía, en el bloqueo paravertebral referencias, 424-425
epidural, 406 torácico, 272f sistemas espinales para la
espinal, 387-388 duodécima, anatomía, bloqueo del administración de fármacos,
posdural plexo celíaco, 314f 343-352, 345f-348f, 350f
bloqueo primera, anatomía, bloqueo oncológico, 279-280, 279f, véase
epidural, 406 del ganglio estrellado, 201f también Dolor crónico
espinal, 387-388 del plexo braquial, 31, 34f, 35 por cáncer
simpático lumbar, 309 infraclavicular, 60f cervical, bloqueo del plexo
parche hemático epidural, 388 supraclavicular, 31, 33f, 34f, 35, 47, hipogástrico superior, 325
Cervicalgia, diagnóstico y tratamiento, 48f, 51f, 52f, 53f, ovárico, bloqueo del plexo
bloqueo facetario, 283 segunda, bloqueo del ganglio hipogástrico superior, 325
Ciego, anatomía, bloqueo del plexo estrellado, 201f pancreático, bloqueo del plexo
hipogástricos superior, 327f Cresta celíaco, 313
Círculo de errores, bloqueo caudal, 414 ilíaca pélvico, bloqueo del plexo
Cirugía anatomía, bloqueo hipogástrico superior, 325
abdominal, bloqueo del plexo hipogástricos superior, prostático, bloqueo del plexo
del plexo celíaco, 323 330f hipogástrico superior, 325
432 Índice alfabético

Dolor (cont.) femorocutáneo lateral, 124f, 125f Fenilefrina, 7, 7f


rectal, bloqueo del plexo inguinal, 262f, 263f anestesia espinal, 377
hipogástrico superior, 325 sacroilíaco, 300f, 301f Fenol, neurólisis, 325
testicular, bloqueo del plexo posterosuperior, anatomía, bloqueo Fentanilo, bloqueo espinal, 388
hipogástrico superior, 325 caudal, 411f, 415f Filum terminale, 372f, 373f
uterino, bloqueo del plexo ciático, 109f, 110f externo, 372f
hipogástrico superior, 325 epidural, 396f interno, 372f
vaginal, bloqueo del plexo espinal, 388f Fluoroscopia
hipogástrico superior, 325 sacroilíaco, 300f, 301f bloqueo del plexo hipogástrico
por neoplasia maligna gástrica, isquiática, anatomía, bloqueo superior, 331
bloqueo del plexo celíaco, 311 sacroilíaco, 300f inyección transforaminal
sacroilíaco ESTIMULACIÓN MEDULAR, 353-363 cervical, 335-337, 336f
diagnóstico, 297, 298f anatomía, 356 lumbar, 336f, 337
prueba de provocación, 297, 304 antibióticos, 362 Fosa
Duodécima costilla, anatomía, bloqueo bolsa, 363 poplítea, anatomía, 135-137, 135f,
del plexo celíaco, 314f colocación del equipo, 356-361, 136f
Duramadre, anatomía, bloqueo 357f-359f pterigopalatina, 168f
epidural, 394f, 395f, 399f, 403f, 404f, dispositivo para la tunelización, 359f, Fractura
espinal, 378f, 385f 361 de tobillo, bloqueo ciático, 105
facetario, 286f fallo de la batería, 363 femoral, bloqueo femoral, 115
neuroaxial, 370, 371f, 372f lesión medular, 362 tibial, bloqueo ciático, 105
migración de la derivación, 362-363 Función pulmonar y bloqueo
posición, 356, 357f interescalénico, 39
E problemas, 361-362
Ecografía, 12 prueba, 355-356
Efedrina, inyección epidural accidental punción dural, 362 G
de anestésico en el líquido radiografías, 363 Ganglio
cefalorraquídeo, 405 rotura de la derivación, 362 celíaco, anatomía, bloqueo del plexo
Electromiografía, lesión neurológica, 389 selección de pacientes, 355 celíaco, 314f, 315f, 316f
Endarterectomía carotídea, 195 Estimulador nervioso, 10, 11f cervical
Epiglotis, anatomía, bloqueo Etidocaína, 3f, 5f, 6 anatomía, bloqueo del ganglio
de la vía respiratoria, 209f, 210f Exsanguinación, venosa, bloqueo estrellado, 200f, 201f
translaríngeo, 226f regional intravenoso, 83-87, 84f, inferior, anatomía, bloqueo del
Escápula, anatomía, bloqueo 84f ganglio estrellado, 200f
epidural, 396f Extremidad inferior medio, anatomía, bloqueo del
infraclavicular, 58f alivio del dolor, bloqueo simpático ganglio estrellado, 200f, 201f
neuroaxial, 367f lumbar, 307 superior, anatomía, bloqueo del
Escotadura mandibular, anatomía, anatomía, 91-98 ganglio estrellado, 200f, 201f
bloqueo del trigémino, 160f en RM, 98f cervicotorácico, anatomía, bloqueo
Esófago, anatomía plexo del ganglio estrellado, 199, 200f
anestesia interpleural, 247f lumbar, 91-94, 91f-93f ciliar, anatomía, bloqueo retrobulbar,
bloqueo del plexo celíaco, 315f, 316f, lumbosacro, 91f, 92f 185, 185f, 187f, 188f
319f posición de litotomía, 96f del trigémino, anatomía, bloqueo del
Espacio bloqueo accidental, bloqueo trigémino, 159-161, 159f-163f
epidural, anatomía, bloqueo sacroilíaco, 304 espinal, anatomía, 230, 230f
espinal, 378f cirugía, bloqueo inferior del nervio vago, anatomía,
neuroaxial, 370, 372f, 373f espinal, 377 bloqueo
paravertebral, anatomía, bloqueo femoral, 115 de la vía respiratoria, 208f, 209f
paravertebral torácico, 272f dermatomas, 93f, 96f laríngeo superior, 221f
pleural, anatomía, 247, 247f espasticidad, bloqueo del nervio mesentérico
subaracnoideo, anatomía, bloqueo obturador, 129 anatomía, bloqueo del plexo celíaco,
epidural, 394f flujo sanguíneo, bloqueo simpático 314f, 315f
neuroaxial, 370 lumbar, 307 superior, anatomía, bloqueo del
subdural, anatomía, bloqueo inervación, 89-98, 91f-93f, 95f-97f plexo celíaco, 314f, 315f, 316f
epidural, 394f osteotomas, 97f vertebral, anatomía, bloqueo del
neuroaxial, 370 parestesia, bloqueo sacroilíaco, 304 ganglio estrellado, 200f
Espasticidad, extremidad inferior, referencias, 422-423 Geniohioiodes, anatomía, bloqueo
bloqueo del nervio obturador, RM, 98f del ganglio estrellado, 201f
129 sección transversal, 98f, 99f Glándula
Espina parótida, anatomía, bloqueo
ilíaca del trigémino, 161f
anterosuperior, anatomía, bloqueo F tiroides, anatomía, bloqueo
caudal, 411f, 415f Fármacos, véase Anestésicos; SISTEMA del ganglio estrellado, 203f
ciático, 109f, 110f, 111f ESPINAL DE ADMINISTRACIÓN translaríngeo, 226f
del nervio femorocutáneo lateral, DE FÁRMACOS
124f, 125f Fémur
epidural, 396f sección transversal, 98f H
espinal, 388f trocánter mayor, anatomía, bloqueo Hematoma
femoral, 117f, 118f ciático, 109f-111f epidural, 406
Índice alfabético 433

Hematoma (cont.) axilar, 67, 69 translaríngeo, 226f


por bloqueo epidural, 405-406 Línea
del nervio espinal, 387, 389 de Tuffier, 274f
mandibular, 176 electromiografía, 389 nucal superior, 155f
maxilar, 168 Levobupivacaína, 6 Líquido cefalorraquídeo
epidural, 406 bloqueo paravertebral cervical, 26 aspiración, 383, 386f
inguinal, 264 Lidocaína, 3f, 5-6, 5f inyección accidental del anestésico,
retrobulbar (peribulbar), 188 bloqueo nervioso 405
por sistemas espinales de axilar, 65 Lumbalgia
administración de fármacos, 351 bloqueo facetario, 283 bloqueo espinal, 388
Hemorragia, sistemas espinales de cubital, 73 diagnóstico y tratamiento, bloqueo
administración de fármacos, 351 epidural, 393 facetario, 283
Hendidura espinal, 377 sacroilíaco, 297
infraorbitaria, anatomía, bloqueo femorocutáneo lateral, 123 Lumpectomía, bloqueo mamario, 233
del nervio maxilar, 168, 169f glosofaríngeo, 215
orbitaria, 149f infraclavicular, 57
superior, 149f inguinal, 261 M
Heparina, bloqueo epidural, 406 intercostal, 239 M&Ms are top! («¡Arriba los M&M!»)
Herniorrafia interescalénico, 39 (regla mnemotécnica), 69
bloqueo intravenoso, 83 Maléolo
espinal, 377 laríngeo superior, 221 lateral, sección transversal, 98f
inguinal, 261 mamario, 234 medial, sección transversal, 98f
somático lumbar, 253 nervio mediano, 73 Mandíbula, anatomía, bloqueo
inguinal obturador, 129 de la vía respiratoria, 211f
bloqueo espinal, 377 plexo del ganglio
Hiato sacro, anatomía, bloqueo celíaco, 313 del trigémino, 161f
caudal, 411f, 412f, 415f cervical, 191 estrellado, 201f
ciático, 110f hipogástrico superior, 325 del nervio maxilar, 168f
neuroaxial, 373f poplíteo, 135 glosofaríngeo, 215f, 218f
Hígado, anatomía, bloqueo del plexo radial, 73 mandibular, 174f, 176f
celíaco, 317f sacroilíaco, 297 Mastectomía, bloqueo mamario, 233
Hueso hioides, anatomía, bloqueo simpático lumbar, 307 Mastoides, anatomía, bloqueo
de las vías respiratorias, 209f supraclavicular, 47 del plexo cervical, 184f
del ganglio estrellado, 201f neurotoxicidad, 6 glosofaríngeo, 218f
laríngeo superior, 221f, 222f Ligamento Maxilar, anatomía, bloqueo
translaríngeo, 226f amarillo, anatomía, bloqueo glosofaríngeo, 215f
Hypaque M-60, bloqueo facetario, 283 epidural, 394f, 396f Medios de radiocontraste
Íleon, anatomía, bloqueo somático espinal, 378f, 385f bloqueo
lumbar, 253f, 254f neuroaxial, 367, 369f, 370, del plexo hipogástrico superior, 325
371f-373f nervioso facetario, 290f, 292f
costotransverso, anatomía, bloqueo inyección sacroilíaca, 304f
I paravertebral torácico, 272f Médula espinal, anatomía, 230
Infección, con los sistemas espinales de infraespinoso, anatomía, bloqueo Membrana
administración de fármacos, 351 espinal, 378f cricotiroidea, anatomía, bloqueo
Intestino, anatomía, bloqueo del plexo inguinal, anatomía, bloqueo femoral, de la vía respiratoria, 209f, 210f
celíaco, 316f 116f, 118f translaríngeo, 209f, 210f, 211f
Intubación traqueal, 340 interespinoso, anatomía, bloqueo tirohioidea, anatomía, bloqueo
INYECCIÓN epidural, 394f de la vía respiratoria, 210f
RADICULAR SELECTIVA espinal, 394f laríngeo superior, 221f, 222f
cervical, 335-337, 337f neuroaxial, 394f translaríngeo, 226f
lumbar, 337-339, 338f rotuliano, anatomía, bloqueo Mepivacaína, 3f, 5f, 6
TRANSFORAMINAL, 333-339 del nervio bloqueo nervioso
CERVICAL, 335-337, 337f poplíteo, 137f axilar, 65
cervical, 335-337, 337f safeno, 137f cubital, 73
lumbar, 337-339, 338f sacroilíaco, anatomía, bloqueo epidural, 393
LUMBAR, 337-339, 339f sacroilíaco, 297, 300f femorocutáneo lateral, 123
sacrotuberoso, anatomía, bloqueo infraclavicular, 57
sacroilíaco, 300f inguinal, 261
J supraespinoso, anatomía, bloqueo mamario, 234
Jeringas, 7 epidural, 394f nervio mediano, 73
espinal, 378f, 385f obturador, 129
neuroaxial, 369f plexo cervical, 191
L sacroilíaco, 300f poplíteo, 135
Laringe, inervación, 207-211, 207f-210f tibial colateral, anatomía, bloqueo radial, 73
LCR, véase Líquido cefalorraquídeo del nervio safeno, 137f supraclavicular, 47
Lengua, anatomía, bloqueo de la vía tiroepiglótico, anatomía, bloqueo tobillo, 141
respiratoria, 211f de la vía respiratoria, 210f Meralgia parestésica, diagnóstico,
Lesión neurológica vocal, bloqueo bloqueo del femorocutáneo
bloqueo de la vía respiratoria, 210f lateral, 123
434 Índice alfabético

Metahemoglobinemia, prilocaína, 6 glúteo paravertebral lumbar, 274f


Metilprednisolona, bloqueo mayor simpático lumbar, 307f
facetario, 283 anatomía, bloqueo somático lumbar, 255f
sacroilíaco, 297 inguinal, 263f pterigoideo lateral, anatomía, bloqueo
Método somático lumbar, 253f, 254f del ganglio del trigémino, 160f,
de la aguja sección transversal, 98f 161f
anterocrural, bloqueo del plexo medio, anatomía, bloqueo inguinal, recto
celíaco, 313, 319-321, 320f 263f lateral, anatomía, bloqueo
retrocrural, bloqueo del plexo grácil, anatomía, bloqueo del nervio retrobulbar, 185, 185f, 188f
celíaco, 313, 318f, 319, 319f, safeno, 137f superior, anatomía, 185, 185f, 188f
320f hipogloso, anatomía, bloqueo del sacroespinal, anatomía, neuroaxial,
de Van Lint, bloqueo retrobulbar, 186, ganglio estrellado, 201f 373f
187f ilíaco, anatomía, bloqueo sartorio
Miocardio, efectos de bupivacaína, 6 del nervio anatomía, bloqueo del nervio
Muñeca, bloqueo del nervio femorocutáneo lateral, 124f safeno, 137f
cubital, 76, 76f, 77f obturador, 130f sección transversal, 98f
mediano, 76-77, 76f, 77f del plexo semimembranoso
radial, 76-77, 76f, 77f celíaco, 314f anatomía, bloqueo del nervio
Músculo(s) hipogástrico superior, 326f poplíteo, 135f
abductores, sección transversal, 98f femoral, 116f sección transversal, 98f
bíceps femoral inguinal, 262f semitendinoso, anatomía, bloqueo
anatomía, bloqueo del nervio iliopsoas del nervio poplíteo, 135f
poplíteo, 135f anatomía, bloqueo del nervio serrato anterior, anatomía, 230f
sección transversal, 98f femorocutáneo lateral, 125f sóleo, sección transversal, 98f
cuadrado sección transversal, 98f temporal, anatomía, bloqueo del
femoral, sección transversal, 98f intercostal trigémino, 161f
lumbar, anatomía, bloqueo externo, anatomía, 230f transverso del abdomen, anatomía,
del nervio femorocutáneo lateral, interno, anatomía, 230f bloqueo del plexo celíaco, 314f
124f intercostales, anatomía, 230f, 240f trapecio, anatomía, bloqueo
del plexo largo infraclavicular, 57, 59f
celíaco, 314f de la cabeza, anatomía, bloqueo paravertebral cervical, 268f
hipogástrico superior, 326f del ganglio estrellado, 201f vasto
femoral, 116f del cuello, anatomía, bloqueo del lateral, sección transversal, 98f
inguinal, 262f ganglio estrellado, 202f, 203f medial
paravertebral lumbar, 274f multífidos, anatomía, bloqueo anatomía, bloqueo del nervio
simpático lumbar, 307f neuroaxial, 373f safeno, 137f
somático lumbar, 255f oblicuo sección transversal, 98f
dorsal ancho, anatomía, 230f anatomía, bloqueo
elevador de la escápula, anatomía, inguinal, 263f
bloqueo retrobulbar, 304 N
del ganglio estrellado, 201f externo, anatomía, bloqueo Nervio(s)
paravertebral cervical, 268f, 269f inguinal, 263f accesorio, anatomía, bloqueo
erectores de la columna vertebral, interno, anatomía, bloqueo inguinal, del nervio glosofaríngeo, 215f, 218f
anatomía, bloqueo paravertebral 263f del plexo cervical, 192-193, 192f
lumbar, 274f superior, anatomía, 188f alveolar inferior, 175
escaleno omohioideo, anatomía, bloqueo auricular, 147f, 148f, 151f
anterior, anatomía, bloqueo del ganglio estrellado, 201f anatomía, bloqueo
del ganglio estrellado, 201f, 202f, orbicular del ojo, bloqueo regional del plexo cervical, 191f, 192f
203f de Van Lint, 186, 187f occipital, 155f
infraclavicular, 57, 59f, 60f paraespinosos, anatomía, 230f mayor, anatomía, 147f, 148f, 151f
interescalénico, 42f-43f bloqueo bloqueo
paravertebral cervical, 268f simpático lumbar, 307f del nervio occipital, 155f
medio, anatomía, bloqueo somático lumbar, 254f, 255f del plexo cervical, 191f, 192f
del ganglio estrellado, 268f pectoral occipital, 155f
paravertebral cervical, 268f mayor, anatomía, bloqueo auriculotemporal, 175
posterior, anatomía, bloqueo infraclavicular, 57, 59f axilar, anatomía, 28f
del ganglio estrellado, 201f menor, anatomía, bloqueo bloqueo infraclavicular, 57, 59f, 60f
esternocleidomastoideo, anatomía, infraclavicular, 57, 59f, 60f brazo
bloqueo peroneo corto, sección transversal, 98f en pronación, 30f
del ganglio estrellado, 201f, 202f, piriforme, anatomía, bloqueo ciático, en supinación, 29f
203f 107f-109f bucal, 175
del plexo cervical, 193, 193f psoas, anatomía, bloqueo calcáneo, anatomía, 95f
infraclavicular, 57, 59f, 60f del nervio obturador, 130f bloqueo del tobillo, 142f
esternohioideo, anatomía, bloqueo del plexo en posición de litotomía, 96f
del ganglio estrellado, 201f celíaco, 314f cervical, anatomía, 147-148, 147f
flexor largo del primer dedo, sección hipogástrico superior, 326f transverso, 147f, 151f
transversal, 98f femoral, 116f bloqueo del plexo cervical, 191f,
gastrocnemio, anatomía, bloqueo femorocutáneo lateral, 124f 192f
del nervio poplíteo, 135f inguinal, 262f ciático, anatomía, 94
Índice alfabético 435

Nervio(s) (cont.) del plexo en supinación, 29f


bloqueo ciático, 105, 106f-108f, celíaco, 31 codo, 73-74, 73f
111f, 112f cervical, 192, 192f muñeca, 76, 76f
en RM, 112f interescalénico, 40f y musculocutáneo más cefálicos,
ciliar, anatomía, bloqueo retrobulbar, supraclavicular, 33f, 48f brazo en abducción (regla
185 bloqueo mnemotécnica), 69
cubital, anatomía, 27, 28f del nervio interescalénico, 43 mentoniano, anatomía, 147f, 148f,
bloqueo nervioso supraclavicular, 52 151f
axilar, 65, 66f supraclavicular, 52 bloqueo del nervio trigémino, 180f
infraclavicular, 60f parálisis, bloqueo paravertebral musculocutáneo, anatomía, 27, 28f
en el brazo cervical, 271 bloqueo
en pronación, 30f genitofemoral, anatomía, 91f, 92, 93f, axilar, 65, 66f, 69
en supinación, 29f 94, 95f infraclavicular, 57, 59f, 60f
en el codo, 73-74, 73f bloqueo brazo
en la muñeca, 76, 76f inguinal, 261-262, 261f, -263f en pronación, 30f
cutáneo simpático lumbar, 307f en supinación, 29f
antebraquial somático lumbar, 255f obturador, anatomía, 91f, 92f, 94, 95f
en el brazo en pronación, 30f en posición de litotomía, 96f bloqueo
mediano, en el brazo glosofaríngeo, anatomía, bloqueo del nervio ciático, 105, 106f,
en pronación, 30f de las vías respiratorias, 207, 207f, 107f, 108f
en supinación, 29f 211f del obturador, 129, 130f, 131f
braquial glosofaríngeo, 215f, 217f, 218f inguinal perivascular, 101f
en el brazo en pronación, 30f hipogástricos, anatomía, bloqueo del posición de litotomía, 96f
medial, brazo en supinación, 29f plexo hipogástrico superior, 325, occipital, 147f, 148f, 151f
mediano, anatomía, 28f 326f-328f anatomía, bloqueo del plexo
posterior, anatomía, bloqueo del iliohipogástrico, anatomía, 91f, 92, cervical, 191f, 192f, 194f
nervio ciático, 107f 93f, 95f occipital, 155, 155f
de Luschka, 283, 286f, 287, 287f posición de litotomía, 96f mayor, anatomía, 147f, 148, 148f
esplácnico ilioinguinal bloqueo occipital, 155f
inferior, anatomía, bloqueo del anatomía, 91f, 92, 93f menor, anatomía, 147f, 148f, 151f
plexo celíaco, 314f-316f bloqueo inguinal, 261-262, 261f- bloqueo
mayor, anatomía, bloqueo del plexo 263f del plexo cervical, 191f, 192f
celíaco, 314f-316f infraorbitario, anatomía, 147f, 148f occipital, 155f
menor, anatomía bloqueo del nervio trigémino 180f oftálmico, anatomía, 148, 149f
anestesia interpleural, 247f intercostal, anatomía, 230f óptico, anatomía, 185, 185f, 188f
bloqueo del plexo celíaco, intercostobraquial peroneo
314f-316f brazo en supinación, 29f anatomía, 95f
esplácnicos, anatomía cutáneo, brazo en pronación, 30f bloqueo
anestesia interpleural, 247f interóseo de la pierna, anatomía, del nervio poplíteo, 135f, 136f
bloqueo del plexo celíaco, 313, bloqueo del nervio poplíteo, 136f del tobillo, 142f
314f-317f laríngeo posición de litotomía, 96f
faríngeo, anatomía, bloqueo de la vía recurrente común, anatomía, 92f, 141
respiratoria, 208f anatomía, 207-208, 207f, 208f, bloqueo del nervio poplíteo,
femoral, anatomía, 91f, 92f, 93f, 94, 209f, 210f 135-136, 135f, 136f
95f bloqueo del ganglio estrellado, profundo, anatomía, 95f
bloqueo 201f bloqueo del tobillo, 142f
del nervio ciático, 105, 106f-108f superior, 221f, 222f posición de litotomía, 96f
femoral, 115, 116f, 117f anatomía, bloqueo de la vía superficial, anatomía, 92f, 95f,
inguinal, 261-262, 261f-263f respiratoria, 207-208, 208f-210f 142f
perivascular inguinal, 101f lingual, anatomía, 175 posición de litotomía, 96f
posición en litotomía, 96f lumbares, anatomía, 253f, 254, 254f plantar
femorocutáneo mandibular, anatomía, 148, 149f, 150f anatomía, 95f, 96f, 142f
lateral, anatomía, 91f-93f, 94, 95f bloqueo medial, 95f, 96f
bloqueo del ganglio del trigémino, 159f, pudendo, anatomía, 93f
del nervio ciático, 105, 106f, 162f, 163f bloqueo inguinal, 261-262, 261f,
107f, mandibular, 173-175, 173f-175f 262f, 263f
del nervio femoral, 117f maxilar, 168f radial, anatomía, 27, 28f
del nervio femorocutáneo maxilar, anatomía, 148, 149f, 150f bloqueo
lateral, 123, 124f bloqueo axilar, 65, 66f
inguinal perivascular, 101f del trigémino, 159f, 162f infraclavicular, 57, 59f, 60f
posición de litotomía, 96f mandibular, 174f brazo
posterior maxilar, 168f en pronación, 30f
anatomía, 95f mediano en supinación, 29f
posición de litotomía, 96f anatomía, 27, 28f codo, 73-74, 73f
frénico bloqueo safeno, anatomía, 92f, 95f
accesorio, anatomía, bloqueo axilar, 65, 66f, 69 bloqueo
supraclavicular, 33f infraclavicular, 59f, 60f del nervio safeno, 137f
anatomía, bloqueo brazo del tobillo, 137f, 141, 142f
del ganglio estrellado, 201f en pronación, 30f en posición de litotomía, 96f
436 Índice alfabético

Nervio(s) (cont.) P Procedimiento(s)


senovertebrales de Luschka, 283, 286f, Páncreas, anatomía, bloqueo del plexo dental, bloqueo del nervio mandibular,
287f celíaco, 313 173
subcostal, anatomía, 93f Parche hemático epidural, cefalea obstétricos, bloqueo espinal, 377
subescapular, anatomía, 28f posdural, 388 Protuberancia occipital
supraclavicular, anatomía, 147f, 148f, Parestesias en la pierna, bloqueo anatomía, bloqueo occipital, 155f
151f sacroilíaco, 304 externa, anatomía, bloqueo occipital,
bloqueo del plexo cervical, 192f Piamadre, anatomía, bloqueo neuroaxial, 155f
en el brazo en pronación, 30f 370, 371f, 372f Prueba
supraescapular, anatomía, 28f Pierna, véase Extremidad inferior de Gaenslen, 297, 298f
supraorbitario, anatomía, 147f, 148f, Placa pterigoidea del flamenco, 297, 298f
151f anatomía, 148, 150f Pubis, anatomía, bloqueo inguinal, 264f
bloqueo del nervio trigémino, 180f lateral, anatomía, 168f, 169f Pulmones
supratroclear, anatomía, 147f, 148f, bloqueo anatomía
151f del ganglio del trigémino, 160f anestesia interpleural, 247f
bloqueo trigeminal distal, 180f del nervio bloqueo
sural mandibular, 173f, 174f, 176f del ganglio estrellado, 201f
anatomía, 95f maxilar, 168f, 169f infraclavicular, 59f
bloqueo del tobillo, 141, 142, mandibular, 173f, 174f vértice, bloqueo supraclavicular, 47,
142f Plexo 48f, 51
bloqueo del nervio poplíteo, 136f braquial Punción dural
en la posición de litotomía, 96f analgesia prolongada, bloqueo, 57 cefalea, véase Cefalea
sección transversal, 98f anatomía, 27, 28f estimulación medular, 362
tibial apófisis coracoides, 34f, 35 Push, pull, pinch, pinch («empujar, tirar,
anatomía, 92f bloqueo pellizcar, pellizcar») (regla
bloqueo infraclavicular, 57, 60f, 61 mnemotécnica), 31, 32f
del nervio poplíteo, 135-136, supraclavicular, 47, 48f, 51f,
135f, 136f 52f
del tobillo, 141 dermatomas, 29f, 30f Q
posterior, anatomía, bloqueo nervios periféricos, 27, 28f, 29f, Quinto (V) par craneal, véase Nervio
del tobillo, 143f 30f trigémino
sección transversal, 98f osteotomas, 30f, 31f
torácico largo, anatomía, 28f primera costilla, 33f, 34f, 35
toracodorsal, anatomía, 28f relaciones arteriales, 33f, 34f, 35 R
trigémino, anatomía, bloqueo cordones, 27, 28f, 57, 60f Raíz (raíces)
de cabeza y cuello, 147, 147f, 148, divisiones, 27, 28f lumbares, anatomía, bloqueo
149f, 150f fascia, 27 neuroaxial, 372f
de la vía respiratoria, 207, 207f, 211f raíces, 27, 28f nerviosa cervical, sexta, anatomía,
del trigémino, 159-161, 159f-161f troncos, 27, 28f bloqueo del ganglio estrellado,
vago cardíaco, 313 202f
anatomía, bloqueo celíaco, anatomía, 313, 314f-318f plexo braquial, anatomía, 27, 28f
de la vía respiratoria, 207, cervical bloqueo infraclavicular, 60f
207f-209f, 211f anatomía, bloqueo del plexo sacras, anatomía, bloqueo neuroaxial,
del nervio glosofaríngeo, 215f, cervical, 191-193, 191f, 192f 372f
218f sección transversal, 193f sexto nervio cervical, anatomía,
ganglio inferior, anatomía, 208f, hipogástrico bloqueo del ganglio estrellado,
209f anatomía, 313 203f
bloqueo bloqueo del plexo hipogástrico Ramo(s)
de la vía respiratoria, 208f, superior, 325, 326f, 328f anteriores y posteriores primarios,
209f inferior, 325 247f
laríngeo superior, 221f superior, anatomía, bloqueo del comunicantes, anatomía, bloqueo
Neumotórax plexo hipogástrico superior, 325, del plexo celíaco, 316f
anestesia interpleural, 248-249 326f-328f neuroaxial, 373f
bloqueo intermesentérico, 325 dorsales, anatomía, bloqueo
mamario, 234 lumbosacro, anatomía, 91f, 92f, 94 intercostal, 240f
nervioso intercostal, 241, 243 Posición en navaja, bloqueo espinal, 378, neuroaxial, 373f
supraclavicular, 47, 51-52, 53 382f paravertebral, 230, 230f
Neurólisis, 325 Prilocaína, 5f, 6 dorsales, anatomía, bloqueo
Neuropatía postoperatoria, bloqueo bloqueo regional intravenoso, 83 intercostal, 240f
axilar, 67, 69 Primer ganglio simpático torácico, neuroaxial, 373f
anatomía, bloqueo del ganglio mandibular, anatomía, bloqueo
estrellado, 200f glosofaríngeo, 215f
O Primera costilla, anatomía, bloqueo posterior, anatomía, bloqueo facetario,
Ombligo, anatomía, bloqueo inguinal, del ganglio estrellado, 201f 283, 286f, 287, 287f
264f del plexo braquial, 31, 34f, 35 Recto, anatomía, bloqueo del plexo
Órbita, anatomía, 185, 185f, 188f infraclavicular, 60f hipogástrico superior, 326f
Osteotomas, extremidad supraclavicular, 31, 33f, 34f, 35, 47, Reglas mnemotécnicas
inferior, 97f 48f, 51f, 52f, 53f de la función de los nervios
superior, 30f, 31f Procaína, 3f, 4, 5f periféricos, 31, 32f
Índice alfabético 437

Reglas mnemotécnicas (cont.) Seroma, con sistemas espinales de tibial


de las cuatro P en el bloqueo del plexo administración de fármacos, 353 anterior, sección transversal, 98f
braquial, 31, 32f Síndrome(s) posterior, sección transversal, 98f
M&Ms are top! («¡Arriba los M&M!»), de dolor abdominal, diagnóstico, sección transversal, 98f
69 bloqueo lumbar, 253 Tetracaína, 3f, 5, 5f
push, pull, pinch, pinch («empujar, de Horner, bloqueo paravertebral bloqueo espinal, 377
tirar, pellizcar, pellizcar»), 31, cervical, 271 Tibia, sección transversal, 98f
32f dolorosos Tobillo, sección transversal, 143f
Relaciones peripterigoideas, bloqueo postherniorrafia, bloqueo lumbar, Torniquete de la pantorrilla para la
mandibular, 173f, 174f 253 cirugía del pie, 87
Resonancia magnética regionales complejos, 199 Tráquea, anatomía, bloqueo
anatomía lumbálgicos, diagnóstico y de la vía respiratoria, 210f
de la extremidad inferior, 98f tratamiento, bloqueo translaríngeo, 226f
del bloqueo infraclavicular, 34f facetario, 283 Tronco(s)
bloqueo supraclavicular vertical (en sacroilíaco, 297 plexo braquial, anatomía, 27, 28f
plomada), 52f SISTEMAS ESPINALES DE bloqueo infraclavicular, 60f
nervio ciático, 112f ADMINISTRACIÓN DE simpático
vía respiratoria, 211f FÁRMACOS, 341-351 anatomía, bloqueo del plexo celíaco,
Retináculo medial de la rótula, anatomía, anatomía, 343 314f, 315f
bloqueo del nervio antibióticos, 353 cervical, anatomía, bloqueo del
poplíteo, 137f avance del catéter, 344, 348f ganglio estrellado, 200f
safeno, 137f bolsa de la pared abdominal, 344, 348f vagal
Riñones, anatomía, bloqueo del plexo colocación anatomía, bloqueo del plexo celíaco,
cervical, 313, 317f de catéter epidural, 349, 350f 314f-316f
Ropivacaína, 3f, 5f, 6-7 del dispositivo, 344-349, 345f-348f anterior, anatomía, bloqueo del
bloqueo nervioso dehiscencia incisional, 353 plexo celíaco, 314f
axilar, 65 formación de serosas, 353 Tubérculo
bloqueo facetario, 283 hematoma, 351 de Chassaignac, anatomía, bloqueo
cubital, 73 hemorragia, 351 del ganglio estrellado, 201f, 202f
del tobillo, 141 infección, 351 del plexo cervical, 193, 194f
epidural, 393 lesión medular, 351, 353 infraclavicular, 61f
estrellado, 199 migración de la bomba, 353 púbico, anatomía, bloqueo
femoral, 115 posición, 343-344, 345f ciático, 111f
femorocutáneo lateral, 123 problemas, 349, 351 del nervio obturador, 130f, 131f
infraclavicular, 57 radiografía, 344, 346f femoral, 117f, 118f
inguinal, 261 selección de pacientes, 343 vertebral, sexta cervical, identificación,
intercostal, 239 suturas, 344, 347f-348f 199, 202f
interescalénico, 39 Solución Tuberosidad
nervio mediano, 73 hiperbárica, 377 isquiática
obturador, 129 hipobárica, 377 anatomía, bloqueo ciático, 107f
paravertebral cervical, 267 Surco sección transversal, 98f
plexo cubital, identificación del, 73-74, 73f tibial, anatomía, bloqueo del nervio
celíaco, 313 interescalénico, anatomía, bloqueo poplíteo, 137f
cervical, 191 interescalénico, 40, 40f, 41f safeno, 137f
hipogástrico superior, 325 Tunelización del catéter, bloqueo
poplíteo, 135 continuo de nervios periféricos,
radial, 73 T 20, 21f-22f
sacroilíaco, 297 Técnica periestiloidea, bloqueo
simpático lumbar, 307 glosofaríngeo, 218f
supraclavicular, 47 Tendocalcáneo, anatomía, bloqueo V
del tobillo, 143f Vaina
Tendón axilar, anatomía, bloqueo
S de Aquiles, 143f infraclavicular, 57
Saco dural, anatomía, 381f del bíceps braquial, anatomía, bloqueo carotídea, anatomía, bloqueo del
bloqueo neuroaxial, 372f nervioso en el codo, 73f ganglio estrellado, 202f
Sacro, anatomía, 373f del extensor largo Vasoconstrictores, 7, 7f
bloqueo de los dedos, sección transversal, Vejiga, anatomía, bloqueo del plexo
del plexo hipogástrico superior, 98f hipogástrico superior, 326f
328f del primer dedo, sección Vena
espinal, 388f transversal, 98f cava
neuroaxial, 371f, 372f del flexor largo de los dedos, sección anatomía, bloqueo del plexo
sacroilíaco, 300f, 304f transversal, 98f celíaco, 313, 314f, 315f
Sacrodinia (articulación sacroilíaca), del músculo hipogástrico superior, 326f
diagnóstico, 297, 298f-299f peroneo largo, sección transversal, inferior, anatomía, bloqueo del
Sedestación, bloqueo 98f plexo
epidural, 394 semimembranoso, anatomía, celíaco, 315f, 317f
espinal, 378, 380f-381f bloqueo del nervio safeno, 137f hipogástrico superior, 326f
Segunda costilla, bloqueo del ganglio semitendinoso, anatomía, bloqueo femoral, anatomía, bloqueo femoral,
estrellado, 201f del nervio safeno, 137f 117f, 118f
438 Índice alfabético

Vena (cont.) del nervio glosofaríngeo, 215f, lumbares, anatomía, 284f-286f, 367,
ilíaca, anatomía, bloqueo 218f 367f, 368f
del plexo hipogástrico superior, del plexo cervical, 193f bloqueo
331f interescalénico, 39, 39f, 40f espinal, 377-278, 382f, 385f
femoral, 120f supraclavicular, 48f facetario, 283, 284f-286f, 288f
safena mayor, sección transversal, 98f externa, anatomía, bloqueo del torácicas, anatomía, 284f, 367, 367f,
subclavia, anatomía, bloqueo plexo cervical, 193f, 195 368f, 395f
infraclavicular, 57, 59f, 60f interna, anatomía, bloqueo del
interescalénico, 40f plexo cervical, 193f
supraclavicular, 51f, 52f, 53f Ventilación, mecánica, 340, 405 Z
yugular Vértebras, 283-287 Zigoma, anatomía, bloqueo
anatomía cervicales, anatomía, 284f, 285f, 287f, del ganglio del trigémino, 160f, 161f
bloqueo 367, 367f, 368f del nervio maxilar, 168f

You might also like