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Cátedra Eugenio Fonseca Tortós

Participación de Eugenia Ibarra R.

24 de mayo de 2011

Tema

"Construccción de identidades: jóvenes, mujeres y pueblos originarios"

1) Agradecer a la Cátedra por la invitación a participar en la mesa redonda,


a su coordinadora Nora Garita

2) Agradecimiento a la UCR, al CIHAC, y a SEPHIS el apoyo para la


investigación que sirvió de base al libro.

3) Agradecimiento a la Editorial de la UCR, a todas las personas


involucradas en la publicación del libro Del arco y la flecha a las
armas de fuego. Los indios mosquitos y la historia centroamericana,
1633-1786. San José: Editorial UCR, 2011, para que estuviera listo
hoy.

4) Agradecimiento a la Dra. Elizeth Payne por su disposición a comentar


el libro con muy poco tiempo desde que se lo solicitamos.

5) Expresar a URACCAN (Universidad de las Regiones Autónomas de la


Costa Caribe Nicaragüense) a Marcos Guevara y a Jorge Grumberg la
oportunidad que me brindaron de ir a compartir mi trabajo con los
miskitos y costeños del siglo XXI. Ha sido uno de los mayores retos
que he asumido en mi vida profesional, pues ellos tienen su historia,
recordada y contada a su manera. Yo reconstruyo su historia en el
contexto centroamericano de los siglos 17 y 18, con las herramientas
que mi cultura me proporciona. Su historia y la mía se entremezclan y
se complementan, brindando una rica historia del importante papel que
desempeñaron las sociedades zambas y mosquitas en la Centroamérica
de los siglos XVII y XVIII. Los errores que aparezcan en el libro son
solo míos.
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Estrategias identitarias de los indios mosquitos y los zambos. Del


pasado al presente y del presente al pasado.

I. Deseo comenzar con una reflexión teórico metodológica con respecto a


la identidad, a las identidades.

Las identidades son construcciones de pertenencias sociales en las que


se comparte una matriz de significaciones donde se definen exclusiones e
inclusiones. Una identidad es un “concepto de síntesis” donde la persona
integra sus diferentes papeles y una pluralidad de pertenencias en una
imagen coherente de sí mismo. 1

II. En el campo de las identidades, la identidad étnica, se entiende como


una clase de sentimiento de pertenencia que vincula al individuo con
la colectividad a la que pertenece por nacimiento o adscripción. Este
sentimiento se sustenta en todo un conjunto de valores, acciones y
símbolos que constituyen un campo de comunicación y de
interacción entre los individuos de una misma colectividad y que, al
mismo tiempo, actúan como factores de diferenciación respecto a
otros grupos. La identidad étnica puede tener un impacto más fuerte
en el grupo porque abarca e integra la serie completa de estatus,
roles y otras identidades menores. Es una identidad poderosamente
1
Con base en Camus, Manuela, Ser indígena en Ciudad de Guatemala . Guatemala: FLACSO,
2002, p. 79.
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inclusiva (y exclusiva) con raíces inconscientes que contienen mayor


carga afectiva cuanto más profundas son. 2

III. La identidad, como forma de percibirse y de percibir a los demás,


cambia porque los espacios y los actores de las interacciones
cambian. Las identidades étnicas de zambos y mosquitos sufrieron
cambios ante los diferentes y dinámicos contextos político-
económicos que se presentaron entre 1633 y 1786. El problema del
cambio y re-estructuración de identidades étnicas es, en sí mismo,
importante de considerar cuando se persigue la búsqueda de
explicaciones del comportamiento de los mosquitos y los zambos en
esos años.

IV. Dentro del problema de la etnicidad sigue presente el debate entre la


3
posición “primordialista” y la “instrumentalista”. De manera
sucinta, la primera posición es calificada de “culturalista” porque
reúne un núcleo de “ataduras primordiales” (parentesco, religión,
idioma, entre otros). En la práctica, se asumen algunos “dados”,
inclusive antes de que se desarrolle la interacción. En la segunda, la
“instrumentalista”, se enfatiza investigar los atributos compartidos
por una determinada etnia y su uso y movilización con fines
políticos. El pensamiento de Maurice Godelier (1998, El enigma del
don) nos permite acercarse al análisis del problema en cuestión para
los siglos XVII y XVIII.

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Ibidem
3
Hutchinson, John y Anthony D. Smith, eds., Ethnicity. Oxford: Oxford University Press, 1996, pp. 3
– 104.
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V. Este antropólogo propone ideas importantes que contribuyen a explicar


la dinámica de los cambios, la escogencia de las acciones y la
prevalencia de la identidad étnica. El autor parte de un doble
fundamento de la sociedad:
VI. “…el origen de la sociedad no puede ser simple, ni su fundamento
único. La sociedad humana ha extraído su existencia de dos fuentes:
por una parte, el intercambio, el contrato, y por la otra lo no
contractual(...) La sociedad continúa avanzando sobre esas dos
bases, apoyándose en esos dos fundamentos que le son tan
necesarios, y que no pueden existir por separado. En consecuencia,
en lo social humano siempre hay cosas que evitan el contrato, que no
son negociables, que se sitúan más allá de la reciprocidad. “ 4

VII. De acuerdo con las palabras de Godelier, en ese doble fundamento


de la sociedad, que la divide entre lo que se da y lo que se guarda,
puede rescatarse lo “primordial” (lo que no es negociable) pero, a la
vez la sociedad está abierta a lo negociable, donde se puede
manifestar lo “instrumental”, con fines políticos. En una reflexión
como esa, los zambos y los mosquitos podrían realizar variaciones,
modificaciones y transformaciones en diversos contextos, sin perder
su identidad étnica en el devenir de los diversos procesos político-
económicos y sociales vividos.
VIII. Lo no-negociable se relaciona con la reciprocidad, en sus
manifestaciones materiales, o tangibles, tales como objetos que
distinguen o forman parte de herencias familiares por generaciones,
pero también se refiere a lo intangible. Es lo que se mantiene al
margen del “mercado” en sociedades donde lo hay, o de actividades
comerciales indígenas. En la Mosquitia, entre 1633 y 1786,
estaríamos hablando de lo que se mantiene al lado de las actividades
4
Godelier, Maurice, El enigma del don. Barcelona: Paidós, 1998, p. 58.
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comerciales entabladas por los zambos y los mosquitos con los


ingleses y otros. Son los “asuntos privados”, como las creencias y
tradiciones espirituales, cosas, relatos, nombres y formas de
pensamiento que los individuos transmiten a sus descendientes o, en
este caso, a quienes forman parte de la misma etnia. Lo que se
guarda son siempre “realidades” que desplazan a los individuos y a
los grupos hacia otro tiempo, y que los colocan de nuevo frente a sus
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orígenes, frente al origen. Esta dinámica de lo que se da y de lo
que no se da, se guarda, permite tomar decisiones políticas,
estratégicas, sin perder elementos fuertes que subyacen a las
identidades. La propuesta de Godelier parece reflejarse en la historia
identitaria de los mosquitos del pasado, que los han conducido a ser
reconocidos como los miskitu del presente. Profundicemos el
análisis.

IX. En esto de lo que se guarda y lo que se da, las mujeres miskitas del
pasado desempeñaron un papel principal. Ellas, en gran medida,
fueron las responsables de transmitir el idioma a sus hijos; las de
enseñar prácticas cotidianas, costumbres, historias, leyendas y otros
conocimientos a sus hijos, en ausencia de sus maridos. Ellos se
encontraban ausentes durante largos periodos, ya fuera pescando o
en otras labores que los alejaban del hogar. En entrevista que realicé
en el año 2006 a Avelino Cox, en Bilwi, Puerto Cabezas,
distinguido maestro, rescatista y guardián de la cultura miskita, estas
fueron sus palabras con respecto al papel de las mujeres y la
identidad:
5
Godelier, M., op. cit. 1998, pp. 285-299.
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“A: Porque las mujeres hay que recordar que son las que guardan más la
cultura, usan más la memoria, son las que dirigen; incluso hay grupos que son
dirigidos por mujeres… Porque la mujer es prácticamente la que enseña
oraciones, transmite el conocimiento… Yo creo que hay unos conocimientos
de mis abuelos que tengo fue por mi abuela, si… Los hombres andan
trabajando, vienen cansados, vienen realmente tarde…entonces las mujeres es
la que todo el tiempo está con las niñas; reciben la educación de la madre, de
la abuela, de las tías…”

Así, en ese fragmento de la entrevista tenemos algunos elementos


culturales considerados primordiales, como el idioma y costumbres cotidianas,
enseñado a los hijos principalmente desde las figuras femeninas. En la
actualidad tal papel continúa. Cito como ejemplo a mi amiga y colega miskita,
Edda Moreno Blanco, autora de la tesis Comunidad indígena de Ahuya Pini:
retos que enfrenta para su desarrollo humano. Tesis para optar al grado de
Magister en Antropología Social con mención en Desarrollo Humano: Bilwi:
URACCAN, 2007.

Edda es una mujer dedicada a su familia, así como a la investigación,


defensa y transmisión de las costumbres miskitas. Haberla encontrado en el
presente me facilitó mirar un poco hacia atrás, al permitirme entender el papel
de las mujeres en esa sociedad. Pude captar su fuerte voluntad de defender su
propia identidad , y, a la vez, su interés en prepararse para aprender a negociar
con los “otros”.

Como anécdota, en una que va y otra que viene, no encontraba a Edda


en Bilwi. Cuando al fin nos contactamos me dijo que en los días en que yo iba
a estar por allá, ella tenía clases. ¿Cómo! Dije, Si ya se graduó de
Antropóloga. Al cuestionarla sobre eso me respondió: “estoy estudiando
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Derecho. Aquí, no basta con ser antropóloga para defendernos y sobrevivir


como miskitos”. Muchas mujeres más estudian y se preparan en Bilwi, van a
las universidades. Los sábados asisten a los colegios los y las que trabajan
durante la semana.

Las mujeres de las comunidades miskitas tienen y tuvieron espacios


cotidianos para dialogar, compartir información, y organizarse. Por ejemplo,
en Tuappi, viejo asentamiento de Colvil Britton, conocido como el rey Carlos
de Castilla, lavan la ropa en el río, todas juntas, varias veces por semana. Ahí
se ven ellas en las palizadas del río, con el agua a la cintura, aporreando
prendas, mientras sus hijos más pequeños se bañan, aprenden a nadar y a
remar en pequeñas embarcaciones de juguete. Los hijos más grandes vienen a
ayudar a llevar la ropa lavada de vuelta a las viviendas de cada quien. Aquí en
el río las mujeres conversan, aquí cambian impresiones, aquí, tácitamente,
sellan pactos culturales identitarios con la práctica de sus costumbres. Creo
que Godelier estaría de acuerdo en que aquí hay cosas que ellas manejan y
recrean, cosas de las que no se dan, de las que se dejan en el seno de la
sociedad.

Ahora, la historia de siglos atrás que viene en el libro que presentamos


hoy demuestra serios enfrentamientos de estas sociedades con los ingleses,
con los españoles, pero hay cambios notables en política, economía y
sociedad. Entonces, ¿qué era lo que se daba, lo que se podía dar? La historia
investigada nos demuestra que se podían ofrecer colaboraciones para lograr
alianzas con otros siempre y cuando se obtuvieran beneficios. Se podían
establecer alianzas con los ingleses contra los españoles si a cambio se
obtenían bienes, como el caso de la obtención de armas de fuego y de
pólvora, azúcar, ron, telas, cintas, prendas de vestir, instrumentos musicales,
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herramientas de hierro, agujas, prensas para el pelo, peines, prisioneros y


otros. Estos bienes se exigían en cantidades suficientes para que los jefes los
repartieran política e interesadamente entre sus súbditos y otros, para lograr
alianzas y más ventajas. Nos enseñan los documentos estudiados que se
podían obtener beneficios a cambio de aprender a hablar inglés, o español en
su momento, y así, los zambos y los mosquitos aprendieron otros idiomas. Eso
sí, sin dejar el miskito.

Es mi opinión que en el caso de los miskitos, el idioma es relevante en


el desarrollo de dinámicas identitarias. La investigadora Mary W. Helms ha
encontrado que los miskito son bastante amplios para buscar cónyuges: no
importa mucho el fenotipo, pero eso sí, tienen que hablar miskito.

X. La historia oral como vehículo constructor de identidad.

Otro aspecto que destaca en las sociedades miskitas del presente es su afán
por recoger sus propias historias, y hacerlas circular. Publicarlas y difundirlas
en español y en miskito. Existen muchas publicaciones en ambos idiomas, con
lo que el conocimiento camina, se difunde. En los materiales revisados de
siglos pasados, solamente encontramos una historia de origen, recogida por
Fray Pedro de la Concepción en 1699, evidencia suficiente de que en esos
tiempos conservaban estas historias que transmitían a los suyos de forma oral.
De manera que la historia oral ha sido otra manera de mantener, fortalecer y
reconfigurar identidades.

Las relaciones de estos pueblos con su medio natural han sido cuidadosas y
meticulosas. Han sabido reconocer los beneficios de la naturaleza, de manera
que se han familiarizado con todas las especies de flora y fauna, abriéndoles
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espacios en sus historias orales, como personajes importantes. Baste leer


historias recogidas por Ana Rosa Fagoth, de por allá por el río Coco.

En el conjunto de historias orales se encuentra el tema de los sukias y


curanderos, tratado a fondo por Avelino Cox, en su libro Sukias y curanderos.
Isingni en la espiritualidad. Managua: URACCAN, 2003. Enfermedades,
medicinas, religión, cantos, bailes, ayunos y otros, forman parte de los
elementos necesarios para curar enfermedades y epidemias. Estas historias han
sido y son también transmitidas de forma oral. Estas historias pertenecen al
mundo de lo que se guarda, se atesora, no se da.

Los indios mosquitos del pasado dieron claras muestras de querer aprender
a leer y a escribir cuando los ingleses estaban en la Mosquitia. A los llamados
reyes les pedían estampar su firma al final de algún documento que llevara un
acuerdo con los ingleses, los documentos legales. Ellos ponían símbolos bajo
sus nombres, como una equis grande. También, se enamoraron del papel y la
tinta apenas la vieron. De hecho, uno de los capitanes mosquitos, Dilson, hábil
negociante con Josep de Nava, gobernador costarricense en 1769, se había
logrado robar varios pergaminos con mensajes, que mantenía escondidos en
un tronco de árbol. Encontraban a veces traductores. Pero, ya en el siglo XIX,
comentan algunos viajeros que los jefes habían aprendido a leer y disfrutaban
leyendo a Shakespeare y la Biblia, a veces en voz alta. Debo comentar que en
una mis estadías en Bilwi, un indígena de Awastara gustaba de sentarse por las
tardes a leerme la Biblia, en miskito… No pude menos que recordar que los
documentos históricos de siglos pasados, fuentes de investigación, ya me
habían hablado de lecturas bíblicas en voz alta. Veía de nuevo el pasado en el
presente.
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Por último, otra forma que emplean las comunidades miskitas de la RAAN
para fortalecer sus identidades es la de la celebración de algunas fiestas, o
rituales, llamadas el King Pulanka, celebrada a principios de abril de cada año.
La municipalidad colabora en alguna medida, pagando transporte para traer a
los miembros de las comunidades al parque de Bilwi, lugar en el que se
ejecutarán danzas representativas de cada comunidad. Ellos se preparan, hacen
sus prendas de mastate, hacen simulacros de cacería y de guerras, se pintan las
caras y cuerpos, se adornan con pieles de animales y bailan, bailan, bailan,
hombres, mujeres y niños. Toda la música es en miskito, no importa cuál sea
el ritmo. La fiesta, además de demostrar lo propio específico de cada
comunidad, nos parece una burla contra los españoles, los imitan en sus
vestidos y adornos. Me dice Avelino que eso pretende ser una especie de
güegüence del Caribe… Los bailes, los rituales, los ritmos pueden cambiar y
enseñarse a la vista de otros, pero lo que no se da son los lazos vinculantes
entre todos los miembros de las comunidades miskitas que compartieron
situaciones históricas similares a las que se representan, fechadas siglos atrás.

De esta manera, la identidad miskita se ha visto sometida a los vaivenes


de la historia, pero ha salido avante en la medida en que han sabido guardar lo
que no se da, y dar lo que sí se puede dar, en hábiles negociaciones, hasta el
día de hoy. Con la información discutida creemos haber demostrado que en el
caso de los miskitos, la propuesta dinámica de la construcción de las
identidades que discute Maurice Godelier, es una seria posibilidad que puede
explorarse más ahí y en otras sociedades. El manejo astuto de la identidad fue
una práctica indígena de los indios mosquitos y de los zambos, una estrategia
ya perceptible en los documentos del pasado, empleada para obtener logros
políticos y económicos, y para reafrimarse como pueblo.
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