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Cintas de Alan “Dutch” Schaefer (Predator: Hunting

Grounds)

Interrogatorio (12/09/1987)
"Hoy es 12 de septiembre de 1987. Soy el Mayor Alan Shaefer, también conocido como "Dutch".
Veterano del Ejército de los Estados Unidos, comandante de operaciones especiales y único
superviviente del "Incidente de Val Verde". Estas cintas son mi testimonio personal, un seguro. Si
algo me sucediera, lo que he encontrado no se perderá. Mi equipo acudió a rescatar a un ministro
del gabinete guatemalteco y a su ayudante que habían sido capturados por la guerrilla en Val Verde.
Localizamos su helicóptero derribado y los cuerpos desollados de los que iban a bordo colgados en
los árboles cercanos, aparentemente a manos de los guerrilleros. Tras asaltar su campamento, quedó
claro que la misión era una farsa. La inteligencia estadounidense nos había enviado para recuperar a
los agentes capturados que habían estado de reconocimiento para una futura acción militar. Pero
nada de eso importaba ya, porque mientras eliminábamos a los guerrilleros, algo nos perseguía. Un
asesino invisible nos rastreaba mientras nos dirigíamos al punto de extracción. En 24 horas, acabó
con todo mi equipo: Rick Hawkins, Blain Cooper, Mac Elliot, Billy Sole, Jorge Ramírez... y Al
Dillon. Los mejores soldados que he conocido, hombres a los que habría confiado mi vida, fueron
masacrados como animales. Fue una pesadilla, íbamos bien armados, pero el ser tenía un camuflaje
perfecto, armamento avanzado y podía ver el calor. Era fuerte e inteligente. Un cazador despiadado.
Esperé. Observé. Y cuando lo entendí, cuando vi cómo cazaba, lo maté. Cuando agonizaba, justo
antes de morirse, el hijo de puta activó un dispositivo explosivo. Apenas escapé de la explosión. Mi
enfermedad por radiación y el cráter de esa explosión son la únicas pruebas sobre su presencia. Ya
he dado mi declaración oficial al agente Peter Keyes de la OWLF, pero ha quedado claro que tengo
que investigar Val Verde yo mismo. Keyes fue exhaustivo, pero hizo todas las preguntas
equivocadas. Tenemos pruebas de vida alienígena, pero esa Vida nos considera animales de caza. Se
trata de una especie alienígena cuyo primer contacto con la humanidad ha sido para cazarnos por
deporte. Lo único que le importaba a Keyes era la tecnología perdida en esa explosión. Los árboles
no le dejan ver el bosque. Mientras que yo veo una amenaza, él sólo ve una oportunidad. Todos los
espías son iguales. No somos personas para ellos, solo recursos. ¿Cuántos soldados acabarán siendo
cebo para esos monstruos sólo para tener la oportunidad de robarles o aprender de ellos? No se
puede confiar en el gobierno, así que tendré que hacer esto por mi cuenta. Voy a interrumpir mi
rehabilitación y a desconectarme del mundo. Volveré a Sudamérica: a Val Verde. Me dijeron que
hay historias sobre "demonios que toman como trofeo a los hombres". Quiero conocer esas
historias".

Folclore (08/04/1991)
"8 de abril de 1991. Todavía no estoy muerto. Reconozco que... lamento no haberme esperado a
recuperarme de la enfermedad por radiación antes de marcharme. Me complicó las cosas al salir del
país. Tuve que cobrarme unos cuantos favores y subirme a un avión clandestino oxidado, pero al fin
he llegado a Val Verde. Los servicios de inteligencia estadounidenses cerraron la zona para
analizarla. El complejo estaba centrado en el cráter provocado por la autodestrucción del alienígena.
Encontré a un científico merodeando por un bar de la zona. Unos cuantos tragos y un par de
amenazas después, estaba listo para hablar. No tenía mucho, apenas algo que no supiera ya. La
explosión emitía una forma de radiación que nunca antes habían visto. Algunos creían que era
extraterrestre: otros no. O no son tan listos o simplemente no hay nada que encontrar. Decidí dejar
que siguieran buscando en vano. Los mantenía ocupados y fuera de mi camino. He estado viajando
por pueblos y ciudades pequeñas, con el pretexto de que soy un escritor que estudia el folklore
sudamericano. No sé si alguno de ellos se lo tragó, pero aceptaron mi dinero y contaron sus
historias. Cuanto más cerca estaban de la selva, mayor era el número de historias de demonios en
los árboles. Algunas eran chorradas, otras se las inventaban sobre la marcha, pero todas tenían una
consistencia que no podía ignorar. Fuese lo que fuese, el " demonio que se lleva a los hombres
como trofeos", el "diablo de los árboles" o el "cazacraneos", las historias siempre empezaban con el
verano más caluroso que recordaban. En el verano de 1987, Val Verde estuvo a punto de batir su
máximo histórico de temperaturas. Les encanta el calor. Debe recordarles a su hogar. Lo demás
confirmaba la veracidad de las historias. Orgullosos guerreros desollados y colgados: cráneos y
columnas vertebrales arrancadas de sus cuerpos. Quizá resultaba evidente desde el principio, pero
no fue hasta que oí las historias que comprendí realmente el propósito de estas mutilaciones. Son
trofeos. Hacen viajes de distancias imposibles para darnos caza, despellejarnos y colocarnos sobre
alguna fogata alienígena en otro mundo. Sería asqueroso si no resultara tan familiar. ¿Adónde voy
ahora? Es lo que me ha estado rondando por la cabeza todo el año. La conclusión de todos estos
datos es que han estado haciendo esto durante décadas... siglos tal vez. Van a volver, y tengo que
estar allí para cuando lo hagan".

Paciencia (06/27/1992)
"27 de junio de 1992. Es difícil recordar que la parte más importante de una operación es la
paciencia. Puedes planear la operación perfecta, pero no puedes dar todo por sentado. Si las cosas se
tuercen, no hay nada que hacer más que adaptarse y terminar la misión. A veces, simplemente tienes
suerte. Estaba en un puerto a unos diez kilómetros río abajo de la frontera de Val Verde, pensando
en mi próximo movimiento. Estaba por hacer las maletas. Creía que ya había aprendido todo lo que
podía y que no me quedaba nada por encontrar. La OWLF había abandonado el lugar de la
detonación hace un año, y yo pensaba que ya se habían embarcado de vuelta a América. Fue
entonces cuando vi al agente Peter Keyes atar su esquife al muelle. No había visto a Keyes desde
que le di mi declaración oficial. Era imposible, pero allí estaba con tres de sus compañeros. Todos
agentes. Los trajes limpios y ordenados los delatan siempre. Ellos nunca se ensucian lo más
mínimo. Para eso pagan a los soldados. Keyes se acercó, me miró y me estrechó la mano. Con la
enfermedad por radiación, yo había perdido mucho peso. Pensé que no me había reconocido, pero
me saludó como si fuéramos viejos amigos. Keyes es un buen espía. Sin decir nada, da a entender
todo. Pasamos las siguientes horas intercambiando historias de guerra en el bar. Si nos hubieras
escuchado, nunca sospecharías que estábamos intercambiando información sobre un cazador de
hombres alienígena. Su tapadera era que habían estado buscando a un asesino en serie. Un sádico
que había estado operando en la zona durante años. Cazando gente como animales y desollándolos
vivos. Keyes quería hablar del monstruo, así que se le vió el plumero. En muchos sentidos, iban
unos pasos por detrás, inspeccionando los pueblos en busca de información, localizando testigos.
Confirmó una cosa que yo sólo había considerado. Me habló de cómo el "asesino" elegía a sus
víctimas. Siempre iban armados: un rifle, una pistola, un cuchillo en el maletero. No tomaba niños o
aldeanos al azar. Quería un desafío. Fuera lo que fuera, era un cazador. Cuando mataba, lo hacía por
deporte. Ojalá estuvieran aquí para una acción militar, un reconocimiento para una invasión. Pero la
verdad era mucho peor. Somos presas. Animales. Sólo aptos para ser cazados. Keyes y sus
compañeros pagaron su cuenta, y la mía, pero antes de irse, me guiñó un ojo y dijo... "No se meta
en la selva. Ahí es donde te atrapa". Seguí a Keyes y a su equipo durante semanas, pero no
aprendieron nada nuevo. Quizá sabían que yo estaba allí, o quizá no. No lo sé. Ya he arriesgado
bastante por ahora. Creo que es hora de desaparecer. Mantener mi oído en el suelo. Ser paciente".

Hades (03/03/1996)
"3 de marzo de 1996. Pensé que podía esperar. Pensé que podría aguantar y hacer mi movimiento en
el momento adecuado. No pude. ¡Joder! ¡Tenía que encontrarlos! Tenía que cazarlo... o dejar que
me cazara. Me uní a cualquier compañía militar privada que se dirigiera a una zona caliente. Tiré de
todas las cuerdas, cobré todos los favores para seguir el sudor y la muerte que atraían al demonio.
Finalmente, yo mismo formé un equipo. Soldados perdidos y hombres embrujados, dispuestos a
luchar y a morir allí donde los llevara. Pensaban que yo era una leyenda y les dejé creerlo. Soy
tranquilo y bueno en lo que hago. Necesitaba que me vieran como una leyenda, para poder llevarlos
a morir en la sofocante selva. Fuimos a más misiones de las que puedo recordar. No disparábamos
hasta que nos disparaban. Pensaron que era mi código. No lo era. Estaba esperando y observando.
Nuestra última misión fue una operación de evacuación en el Congo. Una base de municiones
privada había quedado a oscuras. Cuando llegamos, llevaban días muertos. Cuerpos colgados en
focos alrededor de la base, todos desollados. A algunos les faltaban cráneos y espinas dorsales.
Aseguramos el lugar y esperamos a que llegaran los refuerzos. En el calor del día, me quedé
mirando las ondas de calor que salían del hormigón, pensando que en cualquier momento podrían
revivir como el asesino invisible. Y entonces lo hicieron. No esperé. Descargué todas las balas que
tenía. Confiando en mí, mi equipo disparó en la misma dirección. No era la primera vez que lo
hacía, pero esta vez sabía lo que buscaba. Era muy rápido. No pudimos darle. Entramos en pánico y
las balas perdidas alcanzaron una caja de granadas RPG, y esa explosión alcanzó a otras municiones
que explotaron. Cuando el humo se disipó, el demonio estaba muerto... pero también lo estaban
todos mis hombres. Tomé muestras de su sangre, trozos de su anatomía y la tecnología que pude
rescatar, y luego lo quemé todo. Luego desaparecí. Nunca me comuniqué con el cuartel general. Por
lo que sé, me contaron entre los muertos".

Extrañas parejas (10/10/1997)


"12 de octubre de 1997. Los Ángeles. Necesitaba volver a los Estados Unidos. No era imposible
pasar el contrabando por la aduana, pero no estaba dispuesto a arriesgarme a que lo que había
encontrado en el Congo cayera en manos equivocadas. En su lugar, viajé a México a bordo de un
carguero con destino al puerto de Altamia, desde donde me dirigí a Tijuana y me atrincheré. Tenía
en mi poder pruebas tangibles de vida extraterrestre, pero ni idea de qué hacer con ellas. No soy un
científico. Cumplí con el deber de un soldado y obtuve información valiosa. Esto estaba fuera de mi
sueldo. Estuve atento a las noticias. Los Ángeles estaba teniendo una ola de calor récord y una
guerra de bandas en las calles. Era perfecto. Podía sentirlo en mis huesos. Llevaba tanto tiempo
siguiéndolos que podía pensar como ellos. Podía oler la presa. Podía ver el terreno de caza. Tenía
que llegar a Los Ángeles. Cruzar a los Estados Unidos desde Tijuana no fue tan difícil, pero cuando
llegué a la ciudad, ya había terminado. Al igual que en Val Verde, la OWLF sólo encontró migajas.
Lo que esperaba que fuera una nave alienígena resultó ser un punto de despegue. Lo deseaba
demasiado y me descuidé. Rompí la cuarentena de la OWLF y fui capturado. Esperaba que el
agente Keyes me rescatara, pero murió. Sin Keyes, la OWLF se quedó sin líder y desorganizada.
Me interrogaron, pero luego negocié mi liberación mediante el trueque de los materiales alienígenas
que había recuperado en el Congo. Durante las negociaciones, quedó claro lo poco que sabían.
Necesitaban a alguien que entendiera la amenaza, así que me ofrecí a trabajar con la OWLF como
asesor. Tenían la financiación y la tecnología que necesitaba para continuar mi caza. No trabajaría
para ellos, pero sí con ellos. Serán un arma que podré utilizar para cazar a estos depredadores
cuando se desplacen a nuevos terrenos. Es sólo cuestión de tiempo hasta que nos vean como una
verdadera amenaza. Cuando la presa se defiende, ya no es una cacería. Es una guerra".

Napoleón (03/03/2008)
"3 de marzo de 2008. Nos hemos vuelto buenos matando Depredadores. Cada vez que encontramos
uno, volvemos con más tecnología, más investigación y la financiación de la OWLF aumenta.
Juntos, nos hemos vuelto más fuertes y más eficientes. Durante un tiempo, los alienígenas fueron
sorprendentemente predecibles. No tenían ni idea de que sabíamos tanto sobre ellos. Pero eso
empezó a cambiar. Enviaron mejores cazadores cada vez. Empezaron a vernos como una amenaza o
nos convertimos en un premio más digno. Tal vez ambas cosas. Lo sabemos porque nuestro último
encuentro fue... especial. No estábamos seguros de que tuvieran género, pero eso cambió cuando
entramos en contacto con la hembra. Ella era más inteligente y mortal. No se andaba con rodeos
como los machos. Era directa, despiadada y hábil. Yo estaba en Laos cuando entramos en contacto
con ella por primera vez. Era Val Verde de nuevo. Su emboscada eliminó a todo mi equipo, sólo que
esta vez... me atrapó a mí. En un pequeño pueblo la perdí de vista el tiempo suficiente para que me
inmovilizara con una red de cuchillas. Inmovilizado contra la pared, las cuchillas cortando mi cara.
Llevaba tanto tiempo luchando que estaba listo para morir. Debería estar muerto. En lugar de matar,
se ocultó y desapareció en la selva. La red se relajó y escapé con mi vida... y una cicatriz para
recordarla. Ella me perdonó. Sólo a mí. Como si supiera quién era yo. Volví al exilio, mi primera
misión fallida en mucho tiempo. ¿Nos estamos equivocando? Es decir, hemos aprendido mucho,
pero al hacerlo, ¿nos hemos convertido en un objetivo mayor? No puedo dejar de pensar en algo
que dijo Napoleón: "No te enfrentes demasiado a menudo con el mismo enemigo, o le enseñarás
todo tu arte de la guerra". Empecé creyendo que estábamos aprendiendo a cazarlos, o tal vez me
dejó vivir para ser cazado otro día. Podríamos estar enseñándoles cómo cazarnos".

Stargazer (01/13/2018)
"13 de enero de 2019. Sabía que los despliegues de los Depredadores en la Tierra harían imposible
mantener todo esto en secreto. Más pronto o más tarde llegaría otro jugador al tablero. Esperaba que
fuera otra agencia, una que entendiera y respetara la amenaza. El Proyecto Stargazer. Nuestras
primeras informaciones sobre Stargazer nos indicaban que eran competentes, con financiación, pero
no tenían experiencia. Sin embargo, fueron muy inteligentes. Se llevaron los fondos de la OWLF y
consiguieron cerrarla. Todos los que pudimos identificar en su grupo eran miembros rechazados de
otras agencias, incluida la OWLF. Sin un liderazgo firme y una directiva clara, trabajaban de forma
arrogante y chapucera. No eran conscientes de la amenaza de los Depredadores, y si bien disponían
de todas las piezas, les costaba comprender la situación general. Stargazer estaba tan atrasada que
no los vimos como una amenaza hasta lo sucedido en México. El hallazgo de una cápsula de escape
de Depredador fue extraordinario para Stargazer, pero el número de muertos fue un precio muy alto
a pagar por capturar vivo al Depredador. Mi operativo tiene muchas órdenes y la principal es que no
tomamos prisioneros. Recuperamos tecnología, cadáveres y otros datos de información, pero no hay
nada de valor en un Depredador vivo, sólo un lastre. El enemigo no busca la paz. El enemigo no
negocia. Su única motivación en la Tierra es cazar. No merece la pena arriesgar las vidas de nuestra
gente por lo que podríamos aprender de un Depredador cautivo. Stargazer no aprendió de sus
errores y la tecnología que han recuperado sólo los ha hecho prepotentes. Cuando el gobierno
rompió relaciones con la agencia, debería haber clausurado su proyecto de forma permanente, pero
sólo cambiaron sus objetivos. Stargazer contrata a facciones guerrilleras y empresas militares
privadas para instalar bases y equipos en ubicaciones que hemos identificado como cotos de caza
ideales. Creemos que el antiguo proyecto de inteligencia se está convirtiendo en una organización
independiente de tráfico de armas extraterrestres. Esta es la peor situación posible. Las fuerzas
hostiles usarán esas armas contra sus enemigos, y ellos las usarán contra nosotros, todo mientras el
verdadero enemigo nos acecha entre las sombras. Es una distracción que la humanidad no puede
permitirse. Tendremos que encargarnos de Stargazer".

Todavía cazando (04/2025)


"Abril, 2025. Cuesta creer que siga aquí grabando esto. No debería estar fumando en la enfermería,
pero a la mierda, es mi cumpleaños, por el amor de Dios. Hoy he cumplido 78 años y sigo de caza.
Debería estar jubilado. Debería estar haciendo cualquier cosa menos esto. Ya debería estar muerto,
pero lo que cazo también me caza, y eso es lo que me mantiene vivo. A medida que empezamos a
entender la tecnología de los Depredadores, empezamos a utilizarla. En un combate con una hembra
Depredador salí muy mal parado y me hirieron gravemente. Moribundo, accedí a que me hicieran
experimentos. Usar su tecnología médica fue doloroso al principio, pero funcionó. Funcionó tan
bien que las células de mi cuerpo dejaron de envejecer. Estoy rozando los ochenta años, pero puedo
luchar como un hombre de cuarenta. No es el único experimento del que he formado parte. Ahora
soy más letal que cuando estaba en Val Verde. La OWLF ha sido restablecida del todo. Ahora es
más poderosa que nunca. Salvamos a Sean Keyes de Stargazer. Su padre era Peter Keyes... Se
podría decir que era un conocido muy querido. Su hijo es un científico con talento. Me preocupa el
futuro. La Tierra está viendo un aumento sin precedentes del calor y la guerra. A medida que el
clima cambia y las temperaturas suben, más y más países se convierten en cotos de caza. Hemos
matado a muchos de su especie, pero cada vez mandan más. El número de sucesos que hemos
presenciado se ha triplicado en diez años. Les hemos impresionado, pero no como esperábamos.
Queríamos demostrarles que no éramos una presa, para disuadirles de volver a enviar otro cazador a
nuestro mundo. Les mandamos una advertencia, pero lo tomaron como un desafío. Temo que
hayamos empeorado las cosas. Si los Depredadores deciden que nos hemos envalentonado
demasiado, no me cabe duda de que son capaces de prender fuego a la Tierra y a toda la humanidad
con ella. Mi única esperanza es que mientras ellos pierden el tiempo cazando por deporte, podamos
alzarnos juntos y enfrentarnos a ellos como especie. Hasta entonces, seguiremos moviéndonos,
seguiremos cazando y mantendremos los ojos abiertos".

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