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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD POLITÉCNICA TERRITORIAL DEL ZULIA


UNIDAD CURRICULAR: ACTIVIDAD ACREDITABLE
PROFESOR: PEDRO ALBORNOZ

INFORME 2

Realizado por:
Jeziel Tovar
C.I. 29.752.250
Eliezer Pastrán
CI: 30.365.367
Sección: E4HA01
1) Trabajo, ciencia y tecnología en el capitalismo.

El análisis marxista de la historia – es decir, el análisis dialéctico y


materialista de la historia – explica que el motor principal de la historia es la
necesidad que tiene la sociedad humana de desarrollar las fuerzas
productivas: aumentar nuestro conocimiento y dominio de la naturaleza,
reducir los tiempos de trabajo socialmente necesarios para producir y
reproducir las condiciones de vida, mejorar el estilo de vida, así como
aumentar los niveles de vida.
Como el propio Marx escribe en su prólogo a Contribución a la Crítica de la
Economía Política:

En la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas


relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de
producción que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus
fuerzas productivas materiales. La suma total de estas relaciones de
producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real
sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que
corresponden determinadas formas de conciencia social.
El modo de producción material condiciona la vida social, política e
intelectual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su
ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”.

Marx explica que es precisamente en estos períodos cuando la sociedad ya


no puede desarrollar las fuerzas productivas – en que la ciencia, la
tecnología y la industria se estancan, cuando el crecimiento económico, el
empleo y los niveles de vida no se pueden garantizar – se producen las
revoluciones, con el fin de eliminar las barreras que obstaculizan el
progreso:

En cierta etapa de su desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la


sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción
existentes, o – lo que es nada más que su expresión jurídica – con las
relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta
entonces. De ser marcos de desarrollo de las fuerzas productivas, estas
relaciones se convierten en freno de las mismas. Entonces comienza una
época de revolución social. La época de la revolución social claramente ha
llegado: desde la revolución bolivariana en Venezuela, a las revoluciones
árabes y los maravillosos movimientos de masas en España, Grecia, Brasil
y Turquía, todos estos son claros síntomas de la crisis actual y de la
incapacidad del capitalismo para ofrecer un futuro a la gran mayoría de los
trabajadores y jóvenes de todo el mundo.
Ahora, incluso los sectores de burguesía más serios están preocupados, no
sólo debido a la agitación social provocada por la crisis, que amenaza cada
vez más su propia posición privilegiada dentro de este sistema, sino
también por la evidencia de la incapacidad a largo plazo del mismo sistema
para proporcionar crecimiento, puestos de trabajo, y un nivel de vida
decente – es decir, el desarrollo de las fuerzas productivas.

Marx explica cómo el capitalismo, en sus inicios, dio un gran impulso al


desarrollo de las fuerzas productivas. La competencia entre los distintos
capitalistas en la búsqueda de mayores beneficios y mayores mercados, no
sólo dio lugar a un crecimiento extensivo – a través de la acumulación y la
reproducción – sino también a un crecimiento intensivo, conforme los
capitalistas reinvertían las ganancias en el desarrollo de nuevas
maquinarias, tecnologías y técnicas productivas. Los que no podían seguir
el ritmo de la aplicación de las últimas tecnologías y técnicas producían a
un costo mayor y eran segados por sus competidores. Los débiles
desaparecían y eran devorados por los fuertes, lo que conducía con el
tiempo a una concentración y centralización del capital en manos de unos
pocos, como describe Marx en El Capital:
“Paralelamente a esta concentración, o a la expropiación de muchos
capitalistas por unos pocos, se desarrollan a una escala cada vez más
amplia la forma cooperativa del proceso de trabajo, la aplicación
tecnológica, la aplicación técnica consciente de la ciencia, la explotación
sistemática de la tierra, la transformación de los medios de trabajo en
formas que sólo pueden ser utilizados en común, la economización de
todos los medios de producción mediante su empleo como medios de
producción del trabajo social combinado, la absorción de todos los países
en la red del mercado mundial y, con ello, el crecimiento del carácter
internacional del régimen capitalista». (El Capital, Tomo I, capítulo 24 p257-
8, edición de Akal)

Este fue entonces el papel histórico del capitalismo: concentrar los medios
de producción anteriormente dispersos en empresas monopólicas gigantes,
para establecer un mercado capitalista mundial interconectado, desarrollar
los medios de producción y por lo tanto sentar las bases materiales para el
socialismo – es decir, la creación de una sociedad no de escasez, sino de
superabundancia. Las leyes del capitalismo, en su época de apogeo, fueron
una fuerza poderosa en el desarrollo de la innovación y de la industria.
Marx y Engels hablaban en el Manifiesto Comunista de cómo el capitalismo
ha creado maravillas que superan a las pirámides de Egipto, a los
acueductos romanos y a las catedrales góticas». La invención y aplicación
de la máquina de vapor fue, sin exagerar, una «revolución industrial.
Muchos otros saltos cualitativos se han producido bajo el capitalismo,
desde la invención de los trenes y telegramas, a la aplicación y generación
de electricidad. Pero a principios del siglo XX, tales saltos eran pocos y
distantes entre sí. En esta etapa, las fuerzas productivas habían
sobrepasado el mercado capitalista nacional, las naciones imperialistas no
podrían expandirse sin volver a dividir el mundo. Así comenzó un período
con dos guerras mundiales, y la Gran Depresión en medio.

2) Ciencia y tecnología como medio para la liberación y desarrollo pleno


del ser Humano.

La tecnología educativa, por su naturaleza y finalidad, difiere mucho delas


tecnologías de otras áreas laborales. Ella por proceder e incidir en el
hombre debe ser humanista y humanizante. Concebirla como una
tecnología mecánica y rígida es un grave error. A partir de la criticidad,
creatividad y cooperación de los agentes educativos debe apuntar a
flexibilizar la tecnología y adecuarla a las exigencias, necesidades e
intereses de cada realidad social. Está claro que, entre la ciencia, la
tecnología, y la sociedad existe una estrecha relación. Es decir, en
nuestros tiempos la sociedad esta tan ligada con estos dos
factores que es imposible de separarlos. No tanto imposible de
separarlos, sino, que serían muy difíciles de separar. En nuestros tiempos
todos depende de la ciencia y la tecnología, todo está basado en la
tecnología. Y cada día que pasa esta dependencia será tan amplio que
entonces seremos manejados por la tecnología. La ciencia y la tecnología
nos proporcionan felicidad, nos resuelve muchos problemas, pero muchas
veces además de esto trae consigo nuevos problemas de difícil solución.
Uno de los más grandes y antiguos problemas que ha traído consigo la
tecnología es la contaminación, que hoy es un problema difícil de controlar.

Sin duda alguna, la ciencia y la tecnología han tenido impacto en la


sociedad y en el desarrollo de la humanidad; se han marcado tendencias,
modas y sucesos trascendentes. Desde aquí se ha marcado el rumbo de la
historia y la influencia en las ideologías de los diferentes pueblos. Hoy el ser
humano tiene un gran interés hacia la ciencia como esfera de la actividad
humana pues no hay un lugar en el ámbito de la vida de la sociedad donde
esta no intervenga, ella es un dominio especial de la actividad humana
tanto teórica como práctica. Podemos ver que las ciencias se han
constituido en la herramienta más poderosa de adquisición de conocimiento
para la humanidad, capaz de aportar lo más parecido a la verdad que
nuestra especie puede alcanzaren cada momento de su historia. Sin ciencia
pura no hay ciencia aplicada, sin ciencia aplicada no hay tecnología.
Y sin ciencias aplicadas y tecnologías seguiríamos atascados en el pasado.
La tecnología y la ciencia ha tenido desde siempre una relación difícil con el
hombre, que es su creador. Por un lado, el hombre se sirve de ella y la
utiliza masivamente, depende de ella de forma casi absoluta y basa su
supervivencia y la de sus sociedades avanzadas en su existencia y
evolución continuada. Por otro, la tecnología demuestra una y otra vez su
peligrosidad, le causa graves daños, incluida la muerte y la discapacidad, y
produce importantes externalidades negativas a su entorno. Lo que
llamamos progreso, especialmente en el sentido de desarrollo económico y
crecimiento, jamás habría tenido lugar en el mundo sin la tecnología y su
evolución ya que la tecnología es una visión de conocimientos y saberes
que se ponen a disposición de la creatividad del hombre para mejorar y
adaptar el medio que lo rodea, a satisfacer sus necesidades como ser
humano.

Generalmente asociamos el término a un conjunto de aparatos y artefactos


mecanizados, automatizados o programados para ejecutar alguna tarea
que un ser humano podría realizar manualmente, con lo que se subviene el
pensamiento de la deshumanización de nuestra realidad y el deterioro de
nuestro entorno ecológico. Muy poco de lo que vemos a nuestro alrededor,
de lo que hacemos, y de lo que constituye nuestra vida diaria, estaría ahí
sin la tecnología. A pesar de todo ello, muchos hombres han rechazado y
rechazan la tecnología, a la que consideran causa importante de la
deshumanización del mundo y a la que asignan autonomía, rebeldía y
poder destructor. Los beneficios que trae consigo la tecnología moderna
son muy numerosos y ampliamente conocidos. Una mayor productividad
proporciona a la sociedad unos excedentes que permiten disponer de más
tiempo libre, dispensar la educación y, de hecho, proseguir la propia labor
científica. Todos nosotros necesitamos alimentos, vivienda, ropa, etc.
Cuando quedan satisfechas esas necesidades básicas y la tecnología
empieza a proporcionar beneficios cada vez más triviales, es cuando
surgen esencialmente los problemas. Si consideramos la situación actual
de los países desarrollados, vemos que la gente o parece más feliz que en
el pasado, y a menudo tampoco tiene mejor salud. Los desechos
ambientales que produce la tecnología han creado nuevas formas de
enfermedades y fomentado otras. El propio trabajo es hoy más monótono y
decepcionante. El ser humano necesita realizar algo que estimule su
cerebro, su capacidad manual y también necesita variedad.
3) Enajenación del trabajo.

¿Qué significa esto de enajenación? A mi modo de entender, la


enajenación consiste en sentir algo propio como algo ajeno, en privarse de
algo propio para verlo como algo no propio, como algo ajeno. Por ejemplo,
me enajenaría de este trabajo si después de terminarlo y enviarlo, al verlo
publicado lo considero como un escrito que no realicé, como un escrito que
no me pertenece, que no contiene mis ideas ni mi interpretación del
pensamiento de Marx. Si veo a mi propio escrito como algo totalmente
extraño a mí puedo decir que me he enajenado de mi propio artículo y de
mi propia interpretación del tema. Creo que este ejemplo sirve para ilustrar
la concepción de enajenación que encuentro en el primer Manuscrito.

La alienación del trabajo consiste principalmente en que se considera al


trabajo, su producto y su actividad, como algo ajeno a la naturaleza del
trabajador. El trabajo está enajenado cuando el trabajador no ve en esta
labor su propia realización ni ve en el producto que produce su propia
creación. El trabajador enajenado de su trabajo no ve en él su propia
naturaleza. El trabajador existe como trabajador en la medida en que posee
una fuerza productiva transformadora que es capaz de crear productos. Esa
es precisamente la naturaleza del trabajador. Pero cuando el trabajador no
ve en esa fuerza productiva ni en el producto algo propio, sino que los
considera como algo totalmente ajeno, es decir cuando el trabajo es
enajenado, tampoco puede considerar su propia naturaleza como algo
propio. El trabajador ve a su naturaleza como algo ajeno, la enajenación del
trabajo enajena al trabajador también de su propia naturaleza. Podría
decirse que esta es una versión bastante simple de la relación de alienación
presente en la obra de Marx. Tal vez lo es. Sin embargo, me sirve para
resaltar los aspectos de esta relación que quiero abordar en este artículo.
Elster (1999) habla de la alienación como falta de auto-realización y como
falta de autonomía del trabajador. También la describe como el dominio del
capital sobre el trabajo. Pero todas estas caracterizaciones son
consecuencias del esquema inicial que he presentado y que aparece en el
primer manuscrito.

Fromm considera que: la enajenación (o ‗extrañamiento‘) significa, para


Marx, que el hombre no se experimenta a sí mismo como el factor activo en
su captación del mundo sino que el mundo (la naturaleza, los demás y él
mismo) permanece ajeno a él. Están por encima y en contra suya como
objetos, aunque puedan ser objetos de su propia creación. La enajenación
es, esencialmente, experimentar al mundo y a uno mismo pasiva,
receptivamente, como sujeto separado del objeto.

El trabajo enajenado le arranca al hombre su vida genérica y la vida la


transforma en un medio. Su existencia genérica lo convierte en una
existencia individual enajenándolo a su cuerpo, como su ser espiritual
humano.
De aquí se desprende que la enajenación sólo es el resultado de la
enajenación del hombre por otro hombre: La enajenación del hombre y en
general toda relación del hombre consigo mismo, sólo se realiza y expresa
en su relación con los demás hombres.

El trabajo enajenado le pertenece entonces a otro hombre, que goza del


trabajo que para el otro es una tortura. Esto muestra que la relación del
trabajo enajenado y el obrero es una relación entre el obrero y el capitalista
o patrón. El producto/mercancía es reflejo del trabajo enajenado y también
lo es la propiedad privada, como consecuencia y no como causa del trabajo
enajenado. La propiedad privada es a la vez consecuencia de un medio a
través del cual se enajena el trabajo y donde se lleva a cabo la enajenación.
Asimismo, el salario es un reflejo del trabajo enajenado. El salario del
trabajo es un instrumento del salario, y elevarlo llevaría solamente a una
mayor remuneración de los esclavos porque no restituye ni la dignidad, ni la
vida del obrero.

4) Desarrollo tecnológico fundamental para la producción de bienes y


prestación de servicios que satisfagan las necesidades reales de la
sociedad.

Si se observa se ha pasado de grandes clanes a grandes ciudades y las


necesidades han crecido ya no son solo necesidades de subsistir, sino de
tener una mejor calidad de vida. Pero lo que no ha cambiado es la
creatividad para el desarrollo e innovación de productos o procesos y estas
a su vez nos llevan a otras innovaciones tecnológicas que ayudan a
satisfacer las nuevas demandas de la sociedad misma conforme esta va
evolucionando.

La consecución de mayores recursos destinados a la inversión en nueva y


mejor tecnología, produce la obtención de nuevos métodos mejorados para
producir bienes y servicios. Una innovación tecnológica permite obtener,
con los recursos existentes, un aumento en la capacidad productiva de la
economía. La inversión en centros de desarrollo científico y tecnológico,
podrían obtener nuevos métodos de cultivo o el desarrollo de un nuevo
fertilizante o herbicida puede lograr que con el empleo de una misma
cantidad de trabajo y tierra se produzca una mayor cantidad de alimentos
sin necesidad de reducir la cantidad de otros productos. Está claro que los
países que tienen una real política de apoyo al desarrollo tecnológico, son
países que han logrado un desarrollo económico sostenido.
La tecnología es un tema poco considerado en las ciencias sociales, en
general, y en los estudios sobre pobreza y marginalidad, en particular.
Tradicionalmente cuando las ciencias sociales piensan la relación
tecnología-sociedad lo hacen en el marco de abordajes deterministas
lineales: o consideran que la tecnología determina el cambio social
(determinismo tecnológico), o consideran que la sociedad determina la
tecnología (determinismo social). En la práctica, estos abordajes teóricos
construyen una separación tajante entre problemas sociales y problemas
tecnológicos. Constituyen dos lenguajes diferentes que difícilmente se
comunican.

Tanto a nivel internacional como nacional, las producciones sobre la


cuestión socio-técnica son relativamente escasas y fragmentarias. ¿Cuál es
la perspectiva socio-técnica? Aquélla que intentando superar las
limitaciones de los determinismos lineales considera que las sociedades
son tecnológicamente construidas al mismo tiempo que las tecnologías son
socialmente configuradas. Lamentablemente, hasta hoy estos estudios
tampoco ocupan un espacio relevante en la formación curricular de
científicos e intelectuales. ¿Tienen los ingenieros o sociólogos formación
escolar o universitaria en alguna materia titulada “Tecnología y Sociedad”?
¿o “Sistemas sociales y sistemas tecnológicos”? ¿” Tecnología y
civilización”? ¿” Tecnología y cultura”? Seguramente no, si han cursado
programas de formación en ciencias sociales. Pero probablemente
tampoco, si tienen estudios universitarios en ingeniería o ciencias exactas.

Sin embargo, si uno parte desde una posición relativista constructivista, es


posible comprender que las tecnologías desempeñan un papel central en
los procesos de cambio social. Demarcan posiciones y conductas de los
actores; condicionan estructuras de distribución social, costos de
producción, acceso a bienes y servicios; generan problemas sociales y
ambientales; facilitan o dificultan su resolución; generan condiciones de
inclusión o exclusión social. La resolución de las problemáticas de la
pobreza, la exclusión y el subdesarrollo —en particular— no puede ser
analizada sin tener en cuenta la dimensión tecnológica: producción de
alimentos, vivienda, transporte, energía, acceso a conocimientos y bienes
culturales, ambiente, organización social.
Es imprescindible cubrir esta área de vacancia cognitiva. No sólo como una
cuestión académica, sino fundamentalmente como una dimensión clave
para el diseño de políticas públicas de Ciencia, Tecnología, Innovación y
Desarrollo.

5) Parcialización del trabajo y. Taylorismo _ Fordismo.

La parcialización del trabajo da, de una vez la tramitación de cargos: ¿sea


gerente, ingenieros, técnicos, obreros; ella busca separar obligaciones, de
rangos altos y medios que se van a despeñar en el área laboral, la cual va
dar mayor productividad a la empresa, la cual se trabajará en armonía y
seguridad. El concepto de división del trabajo se aplica a muy diversos
aspectos del proceso productivo y a sus repercusiones sociales. Sobre
todo, está estrechamente ligado a la división de la sociedad en categorías
sociales, a la distinción entre trabajadores manuales e intelectuales, entre
ciudad y campo, etc.

Taylorismo.

Se basa en la aplicación de métodos científicos de orientación positivista y


mecanicista al estudio de la relación entre el obrero y las técnicas
modernas de producción industrial, con el fin de maximizar la eficiencia de
la mano de obra y de las máquinas y herramientas, mediante la división
sistemática de las tareas, la organización racional del trabajo en sus
secuencias y procesos, y el cronometraje de las operaciones, más un
sistema de motivación mediante el pago de primas al rendimiento,
suprimiendo toda improvisación en la actividad industrial.
Consiste en la división de las distintas tareas del proceso de producción.
Este fue un nuevo método de organización industrial, cuyo fin era aumentar
la productividad y evitar el control que el obrero podía tener en los tiempos
de producción.
La organización del trabajo taylorista transformó a la industria en los
siguientes sentidos:
• Aumento de la destreza del obrero a través de la especialización y el
conocimiento técnico.
• Mayor control de tiempo en la planta, lo que significaba mayor
acumulación de capital.
• Idea inicial del individualismo técnico y la mecanización del rol.
• Estudio científico de movimientos y tiempo productivo.
• La división del trabajo planteada por Taylor efectivamente reduce los
costos y reorganiza científicamente el trabajo, pero encuentra un rechazo
creciente del proletariado. La expansión estructural de mercado. Lo llevaría
a una reformulación práctica en el siglo XX que es la idea de Fordismo.

Fordismo.

Tras la fabricación del primer modelo (el Ford T) que fue un gran éxito de
ventas por parte de la Ford Company, el empresario estadounidense
decidió implementar en todas sus fábricas este sistema de producción.
Aunque el Fordismo se comienza a implementar a principios del siglo XX,
no sería hasta la década de 1930 cuando comenzaría a instaurarse como
un sistema de producción generalizado. Desde 1930 hasta la década de
1970 fue el sistema imperante en el sistema productivo.

Su origen nace de una mejora del taylorismo. Es decir, el Fordismo es un


taylorismo mejorado gracias a la mecanización. Ford, a diferencia de
Taylor, tiene en cuenta la producción y el trabajo como un todo que, unido,
mejora los resultados.

Antes de mostrar las características de este sistema de producción, el


Fordismo logra ir más allá. Según diversos autores, el Fordismo traspasa el
ámbito económico para llegar hasta el plano filosófico y político. De hecho,
el propio Ford dijo que uno de sus objetivos era convertir a la clase obrera
en clase acomodada. Cabe destacar que el aumento de productividad fue
considerable, pasando del 2% a finales del siglo XIX, hasta el 6% a
mediados del siglo XX.

Se refiere al modo de producción en cadena que llevó a la práctica Henry


Ford. Apareció en el siglo XX promoviendo la especialización, la
transformación del esquema industrial y la reducción de costos.
En resumen, podemos contar como elementos centrales del modelo
fordista:
• Aumento de la división del trabajo.
• Profundización del control de los tiempos productivos del obrero
(vinculación tiempo/ejecución).
• Reducción de costos y aumento de la circulación de la mercancía
(expansión interclasista de mercado) e interés en el aumento del poder
adquisitivo de los asalariados (clases subalternas a la élite).
• Políticas de acuerdo entre obreros organizados y el capitalista.
• Producción en serie
La diferencia que tiene con el taylorismo, es que esta innovación no se
logró principalmente a costa del trabajador sino a través de una estrategia
de expansión del mercado.

6) Desarrollo tecnológico como medio para la industrialización nacional


e inclusión de toda la sociedad en el proceso productivo.

El desarrollo tecnológico es el sustento último del crecimiento económico en


el largo plazo. En la doble dimensión de la productividad y la incorporación
de progreso técnico, los países de la región han estado y siguen estando
estructuralmente rezagados. Las políticas de innovación, articuladas con las
de ciencia y tecnología, son necesarias para vincular de manera eficiente
los esfuerzos de empresas, gobiernos y sectores académicos. Esto
permitirá fortalecer los sistemas nacionales de innovación y articularlos con
las principales tendencias que operan en la economía mundial.

El desarrollo tecnológico y el avance sin frenos de la tecnología a nivel


mundial ha impactado de forma positiva en prácticamente todos los ámbitos
de la humanidad, como la salud, la producción industrial, las
telecomunicaciones, el transporte, el comercio, la industria militar y
armamentística, la educación, las actividades cotidianas del hogar… en fin
cualquier área.

Hoy día, actividades que antes requerían mucho esfuerzo por parte de la
persona pueden ser realizadas muy fácilmente con una máquina o
artefacto, lo que trae un consecuente ahorro de tiempo, dinero y mayor
eficiencia en el desarrollo de los procesos.

Pero, no hablamos solo de la tecnología en las grandes industrias


manufactureras, sino en todo ámbito, incluso en el hogar, por poner un
ejemplo, aparatos como la licuadora o la lavadora contribuyen al bienestar y
ahorran tiempo. Todo esto es gracias al desarrollo tecnológico.

La tecnología industrial es el uso de la ingeniería y la manufactura para


hacer una producción más rápida, simple y más eficiente. El campo de la
tecnología industrial emplea a personas creativas y técnicamente
competentes que pueden ayudar a una empresa lograr una productividad
eficiente y rentable.
Programas de tecnología industrial suelen incluir instrucciones en la teoría
de optimización, factores humanos, comportamiento organizacional,
procesos industriales, procedimientos de planificación industrial,
aplicaciones informáticas, y preparación de informes.

Planificar y diseñar procesos de manufactura y equipo es un aspecto


principal de ser un tecnólogo industrial. Un tecnólogo industrial es a
menudo responsable de la implementación de ciertos diseños y procesos.
La tecnología Industrial consiste en la gestión, operación y mantenimiento
de sistemas operativos complejos.

En una orientación más ingenieril, la tecnología industrial amplía los


conocimientos científicos, técnicos, económicos y medioambientales; se
incide en profundidad en los elementos de máquinas y sistemas, en los
sistemas neumáticos y en los aspectos sociales y medioambientales de la
técnica, así como en las diversas normas de seguridad exigibles en toda
actividad laboral

Abre caminos de aplicaciones concretas y prácticas de otras disciplinas


científicas, a la vez que vertebra aquellos conocimientos necesarios para
abordar estudios superiores.

7) Producción Social y relaciones de trabajo.

Las relaciones de producción son las relaciones que se establecen entre los
hombres en el proceso de la producción de los bienes materiales. Los
hombres no pueden producir bienes materiales individualmente,
aisladamente, sino en conjunto, asociándose de un cierto modo para actuar
en común y establecer un intercambio de los productos de sus actividades.
Por eso, la producción es siempre y bajo cualquier circunstancia, una
producción social. Hay diversos tipos de relaciones de producción (ver). De
entre todas, la fundamental es la relación entre los hombres y los medios de
producción, es decir, la relación que responde a la pregunta de en posesión
y a disposición de quién se hallan los medios de producción. Las relaciones
de producción determinan todo el régimen de la vida social. En la sociedad
de clases antagónicas, las relaciones de producción se expresan en
relaciones entre las clases, en relaciones de dominio y de subordinación.
Bajo el socialismo, bajo el régimen de la propiedad social sobre los medios
de producción, las relaciones de producción son relaciones de colaboración
y de ayuda mutua entre hombres libres de toda explotación. El cambio de
las relaciones de producción de los hombres se origina con sujeción al
cambio y desarrollo de las fuerzas productivas. Pero las relaciones de
producción no son consecuencias pasivas del desarrollo de las fuerzas
productivas. Las relaciones de producción, aunque su desarrollo dependa
del de las fuerzas productivas, actúan a su vez sobre estas últimas,
acelerando o amortiguando su desarrollo. La propiedad privada capitalista
sobre los medios de producción en la actual sociedad burguesa, se halla en
una contradicción irreconciliable con el carácter social del proceso de
producción. Las relaciones de producción del capitalismo frenan el
desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad. Esta contradicción
entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción del capitalismo
constituye la base económica de la revolución social. Un ejemplo de la total
concordancia entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas
nos lo da la U.R.S.S., donde la propiedad social sobre los medios de
producción se halla en perfecta armonía con el carácter social del proceso
de producción y donde las relaciones socialistas de producción constituyen
la fuente poderosa del desarrollo de las fuerzas productivas.

Relaciones recíprocas que se establecen entre los hombres, en el proceso


de la producción de bienes materiales. Los hombres pueden producir los
bienes materiales, no individualmente, aisladamente, sino conjuntamente,
uniéndose en determinada forma, para la actividad en común y el cambio
recíproco de los productos de esa actividad. La producción es siempre y
bajo cualesquiera condiciones, una producción social. Los tipos de
relaciones de producción (ver) son diferentes. Lo fundamental en las
relaciones de producción, es la relación con respecto a los medios de
producción, es decir, en poder y disposición de quién se encuentran los
medios de producción. Esto determina todo el régimen de la vida social.

En la sociedad antagónica, de clases, las relaciones de producción se


manifiestan por relaciones entre las clases, por relaciones de dominación y
subordinación. Bajo el socialismo, bajo el dominio de la propiedad social
sobre los medios de producción, las relaciones de producción son
relaciones de colaboración y mutua ayuda entre los hombres libres de
explotación.

El cambio de las relaciones de producción entre los hombres, se origina en


función del cambio y desarrollo de las fuerzas productivas. Pero las
relaciones de producción no son efecto pasivo del desarrollo de las fuerzas
productivas. Desarrollándose en función de estas últimas, las relaciones de
producción, a su vez, actúan sobre las fuerzas productivas, acelerando o
retardando ese desarrollo. La propiedad privada capitalista sobre los
medios de producción, en la moderna sociedad burguesa, se halla en
inconciliable contradicción con el carácter social del proceso de la
producción. Las relaciones de producción del capitalismo traban el
desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad. Esta contradicción del
capitalismo entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, es
la base económica de la revolución social.

Ejemplo de la completa correspondencia entre las relaciones de producción


y las fuerzas productivas, es la U.R.S.S., donde la propiedad social sobre
los medios de producción se halla en perfecta armonía con el carácter
social del proceso de la producción, y donde las relaciones sociales de
producción son una poderosa fuente del desarrollo de las fuerzas
productivas.

Relaciones que contraen entre sí los hombres en el proceso de producción


de los bienes materiales y que constituyen la base económica de la
sociedad. Todo el sistema de la vida social, así como la estructura interior
de la sociedad son determinados por el carácter de las relaciones de
producción. El estado de las relaciones de producción responde a la
pregunta “en poder de quién se hallan los medios de producción”, si se
hallan a disposición de toda la sociedad o a disposición de determinadas
personas, grupos, clases que los utilizan para la explotación de otras
personas, grupos y clases. Dicho de otro modo, señala cómo se distribuyen
entre los miembros de la sociedad los medios de producción, y en
consecuencia también los bienes materiales, producidos por los hombres.
Lar relaciones de producción determinan también las correspondientes
relaciones de distribución.

Existen diversos tipos de relaciones de producción, determinantes de las


formaciones económico-sociales. En la sociedad antagónica de clases, las
relaciones de producción son relaciones de dominio y sujeción. Bajo el
socialismo, las relaciones de producción se caracterizan por la colaboración
entre camaradas y la ayuda mutua de personas libres de la explotación. El
desarrollo de las relaciones de producción es determinado por el nivel del
desarrollo de las fuerzas productivas. A su vez, las relaciones de
producción ejercen una influencia decisiva también sobre el desarrollo de
las fuerzas productivas, acelerando o frenando este desarrollo. La ley
económica inconmovible de cualquier formación económico-social es la ley
de correspondencia entre las relaciones de producción y el carácter de las
fuerzas productivas. Las fuerzas productivas pueden desarrollarse
plenamente sólo en el caso de que las relaciones de producción
correspondan al carácter, a la situación de las fuerzas productivas y
permitan su libre desarrollo. Pero las relaciones de producción se retrasan
con respecto a la modificación de las fuerzas productivas y en determinado
momento del desarrollo de cualquier formación social antagónica entran en
contradicción con el carácter de las fuerzas productivas, dejan de
corresponderle, se transforman en sus cadenas y entonces adviene una
época de revolución social.

En las condiciones del socialismo existe la correspondencia entre las


relaciones de producción y las fuerzas productivas. Las relaciones de
producción del socialismo aseguran una gran amplitud para el desarrollo de
las fuerzas productivas. Esto, sin embargo, no excluye la posibilidad de
contradicciones entre ellas, las que surgen a consecuencia del retraso de
las relaciones de producción con respecto al desarrollo de las fuerzas
productivas. Merced a la ausencia de clases antagónicas, merced a la
política del Partido Comunista y del Estado Socialista, que se basan en el
conocimiento y la utilización en interés de la sociedad de las leyes
económicas objetivas del socialismo, estas contradicciones no desembocan
en un conflicto y son exitosamente superadas mediante la adecuación de
las relaciones de producción al crecimiento de las fuerzas productivas.

Uno de los conceptos más importantes de la ciencia marxista sobre la


sociedad; refleja relaciones materiales objetivas que se dan en toda
sociedad, son independientes de la conciencia del hombre y se van
estableciendo entre los individuos en el proceso en que se forma el
producto social, se intercambian y se distribuyen los bienes materiales. Las
relaciones de producción constituyen un aspecto necesario de todo modo
de producción, pues los hombres no pueden producir sin unirse de un modo
u otro para llevar a cabo una actividad conjunta y el intercambio recíproco
de esa actividad. Las relaciones de producción se basan en las relaciones
de propiedad sobre los medios de producción. Si la propiedad es social, los
miembros de la sociedad son iguales con respecto a los medios de
producción, e imperan en su trabajo relaciones de colaboración y de ayuda
mutua. En cambio, si la propiedad es privada, inevitablemente se
establecen entre los individuos relaciones de dominio y subordinación.
Quien posee instrumentos y medios para producir, puede subordinar
económicamente a quienes carecen de medios de producción o los poseen
en escasa medida. Resulta, pues, que sobre la base de la propiedad social
y de la propiedad privada pueden constituirse dos formas de relaciones de
producción, que figuran en la historia: de colaboración y ayuda mutua o de
dominio y subordinación. La propiedad social se presenta en la historia bajo
diversos aspectos: como propiedad gentilicia, tribal, comunal, de todo el
pueblo o del Estado, como propiedad cooperativo-koljosiana; la propiedad
privada, a su vez, ofrece en la historia tres formas principales: esclavista,
feudal y capitalista, a las que han correspondido tres tipos fundamentales
de explotación del hombre por el hombre. Ha existido, y existe todavía hoy,
la propiedad privada de los productores basada en el trabajo personal, más
dicha forma de propiedad siempre se halla subordinada a las relaciones de
producción imperantes en la sociedad dada y se va desintegrando
gradualmente bajo el influjo determinante de tales relaciones. Aparte de las
tres formas básicas de las relaciones de producción, en los periodos en que
una formación económico-social se hunde y surge otra aparecen relaciones
de producción transicionales, cuya particularidad estriba en que, en el
marco de un mismo régimen económico, se unen relaciones económicas de
tipo y hasta de carácter diverso. Por ejemplo, en el período de
descomposición del régimen de la comunidad primitiva, en el marco de la
familia patriarcal se combinaban restos de las relaciones gentilicias y
gérmenes de las relaciones esclavistas. En el período de descomposición
de las relaciones esclavistas, surgió en varios países el colonato, en el que
se combinaban elementos de relaciones esclavistas y feudales; en el
periodo de transición del capitalismo al socialismo, algunas formas
económicas combinan relaciones basadas en la propiedad colectiva y en la
propiedad privada (capitalismo de Estado, empresas mixtas del Estado y
privadas, formas semi socialistas de cooperación en el campo).

8) Burocracia y producción.

La actividad económica, hoy y antes, aquí y más allá, supone la confluencia


de una diversidad infinita de variables. Desde la obtención de la materia
prima, su costo, su transporte, su calidad, hasta la terminación de un
producto, su precio, su distribución y su comercialización, pasando por el
complejísimo proceso de producción que incluye los medios de producción
(desde su adquisición y puesta a punto hasta su regular mantenimiento), la
contratación de la fuerza de trabajo (especializada o no, intelectual o
manual) y su regular relación con ella, energía para la producción,
establecimientos adecuados, y un larguísimo etc. que no viene al caso
listar. En fin, una pluralidad de circunstancias a la que podríamos dedicar
mil columnas como ésta.

Nadie discute hoy que el mercado, es decir, el libre encuentro de


vendedores y compradores de mercancías, es el más eficiente mecanismo
social para la asignación de los recursos económicos pues se trata de
privados cada uno de los cuales procura velar por lo suyo y, a un tiempo,
obtener el máximo beneficio de su actividad. Así mismo, que, si a esta
fuerza privada no se la regula hasta cierto punto, su energía sin control
puede ser tal que arrollaría al conjunto social con altos costos (humanos,
ecológicos, urbanísticos, etc.).

De modo que ya sabemos la vieja conseja que sirve de poco como dogma y
que sólo nos conduce al análisis concreto de la situación concreta, allí
donde los errores y los aciertos tienen lugar: tanto mercado como sea
posible, tanto Estado como sea necesario. Tanto mercado como sea
posible porque de él depende el desarrollo de las fuerzas productivas y la
creación incesante de nueva riqueza. Tanto Estado como sea necesario
porque, aun cuando añoraríamos una sociedad sin Estado (como aquélla
que soñaron los viejos marxistas y anarquistas de todo pelaje), está claro
que se trata de un mal necesario para evitar los excesos de aquél.

Pero resulta que cierta trasnochada ideología comunista parecería


adelantar una tesis inversa: tanto Estado como sea posible y tanto mercado
como sea necesario. Es entonces cuando, partiendo de una desconfianza
cerval hacia todo lo que constituya empresa privada, y de una condena
moral (presente en Marx pero ajena al propósito del marxismo) al instinto de
beneficio que está detrás de ella y que es causa de la creación de riqueza
desde que el hombre puso sus pies sobre el planeta en su relación de
intercambio con la naturaleza y con sus prójimos, se pretende encorsetar
todo el complejísimo proceso de producción a que hemos hecho referencia,
dentro del estrecho, complicado, retorcido e ineficiente alambique de los
procedimientos burocráticos. Si usted quiere producir no importa qué cosa,
vaya y pida permiso, traiga papeles, explique sus propósitos, asegure que
ese bien no se produce en el país, pídale las divisas que necesita al
gobierno, jure que serán usadas como dice, mírele la cara a los burócratas
con los que se tope, intuya si ese señor le está o no pidiendo una tajada,
decida si cae en la tentación a ver si agiliza el trámite, vea si llega a tiempo
al puerto de Shanghái o Rotterdam por el insumo o la mercancía que
necesita, y al final del laberinto, saque cuentas a ver si su producto se
puede o no vender al precio que usted requiere para recuperar y pagar el
esfuerzo. Todo sin contar las amenazas de multas y de expropiación de su
empresa o comercio, por pequeño que sea. Se imponen controles, y
cuando las aguas humanas los desbordan, la respuesta es inventar una
nueva instancia burocrática para ¡controlar el control!… instancia que será
desbordada (y burlada) a su vez. Controles y más controles. Burocracia y
más burocracia.

¿Puede, en medio de este lodazal burocrático que lo ralentiza todo,


extrañar la escasez, la baja producción, y la inflación acelerada que
padecemos? ¿Está en capacidad el Estado venezolano, además de sus
inmensos compromisos en materia de salud, educación, seguridad e
infraestructura, suplir a la empresa privada? ¿Tiene algún sentido que se
agobie a sí mismo produciendo o pretendiendo producir, además de
petróleo, hierro y energía eléctrica, también café, azúcar, harina, leche,
aceite, cemento, envases, motos, cacao, celulares, papel, etc., etc., etc., sin
contar la multiplicidad de empresas estatales en áreas como turismo,
transporte, comunicación…? Y una pregunta final: ¿Puede extrañar que no
estén disponibles las divisas que la economía requiere para alcanzar el
desarrollo (cien veces las que actualmente consume) si sólo el Estado las
administra?

9) Ciencia y tecnología de todos y para todos.

Tal vez uno de los fenómenos más relevantes del mundo contemporáneo
es el inusitado valor que ha adquirido el saber, como condición
indispensable para el desarrollo de los pueblos. Según Toffler1, vivimos en
una sociedad del conocimiento, caracterizada porque la base de la
producción son los datos, las imágenes, los símbolos, la ideología, los
valores, la cultura, la ciencia y la tecnología. El bien más preciado no es la
infraestructura, las máquinas y los equipos, sino las capacidades de los
individuos para adquirir, crear, distribuir y aplicar creativa, responsable y
críticamente (con sabiduría) los conocimientos, en un contexto donde el
veloz ritmo de la innovación científica y tecnológica los hace rápidamente
obsoletos. No son necesarias elucubraciones para comprender el desafío
que los anteriores planteamientos hacen a la educación en general. El
modelo educativo mundial entró en crisis y las naciones más desarrolladas
del planeta hacen esfuerzos, desde diversos sectores, para mejorar
cualitativamente los sistemas de formación tanto de los niños y niñas como
de los adultos, aún de aquellos que ya han cursado los estudios formales
básicos o los profesionales y avanzados.

Es por esta razón, como sugiere el título del presente artículo, que la
temática Ciencia, Tecnología y Sociedad se enfocará desde la mirada
genérica de la Educación en Tecnología y no se enmarcará
específicamente en el esquema CTS, aunque se debe entender que hablar
de Educación en Tecnología implica relacionar, en el marco del contexto
educativo, la ciencia, la tecnología y las profundas implicaciones sociales
de ambas, con las posibilidades de un trabajo escolar integral y significativo
para los estudiantes. En efecto, la dinámica de la Educación en Tecnología
conjuga aspectos técnico-científicos, culturales y valorativos, que en su
desarrollo escolar la habilitan como un poderoso instrumento de integración
curricular y como una interesante contribución al logro de fines educativos.

Hoy, cuando el deseo de contar con escuelas que brinden conocimientos y


comprensión a un gran número de estudiantes con capacidades e intereses
diversos, provenientes de medios culturales y familiares distintos, choca
con la realidad de las escuelas en los diferentes lugares urbanos y rurales
donde los maestros enseñan y los alumnos aprenden como hace dos
décadas; hoy, ad portas del tercer milenio —cuando los medios
tecnológicos traducidos en computadores, discos compactos, multimedia,
realidad virtual, telecomunicaciones, superautopistas de información—, la
educación permanece fiel a su práctica tradicional. Hoy, cuando se requiere
una escuela informada, dinámica, reflexiva, que posibilite la retención del
conocimiento, la comprensión del conocimiento y el uso sabio de éste por
parte de los estudiantes, la Educación en Tecnología tiene mucho que
decir.

Se entiende por ciencia a un sistema de conocimientos que modifica


nuestra visión del mundo real y enriquece nuestra imaginación y cultura, se
le puede comprender como u proceso de investigación que permite obtener
nuevos conocimientos, los que a su vez ofrecen mayores posibilidades de
manipulación de los fenómenos caracterizándole como fuerza productiva.
Se puede ver entonces la ciencia como aquella esfera de la actividad de la
sociedad, cuyo objeto esencial es la adquisición de conocimientos acerca
del mundo circundante. La ciencia está formada por cuatro componentes
fundamentales:

El factor humano
El factor social
El factor cognitivo
El factor material

La tecnología, por su parte, constituye aquel sector de la actividad de la


sociedad empeñada en la modificación del mundo circundante. Su producto
principal es, no un artículo, sino una máquina, un medicamento, un
producto o un resultado de algún tipo. Podemos definir a la tecnología como
técnicas industriales de base científica, son complejas técnicas promovidas
por las necesidades de la organización de la producción industrial, que
promueven a su vez nuevos desarrollos de la ciencia.

Aunque un poco esquemáticamente, se pueden considerar las necesidades


cognoscitivas del hombre como origen de la ciencia y las necesidades
materiales, como la fuente del desarrollo de la tecnología. En tanto la
ciencia se ocupa de conocer y comprender los objetivos y fenómenos ya
existentes, la tecnología trata de crear productos y servicios que aún no
existen, pero que son necesarios.

La tecnología se desarrolló antes que la ciencia, porque respondía a la


necesidad práctica e inmediata. El hombre aprendió a producir el fuego
mucho antes de preguntarse sus causas e implicaciones, a domesticar
animales y construir casas sin poseer los conceptos generales de la
genética ni del equilibrio o la estabilidad.
Tanto la ciencia como la tecnología se han convertido en una fuerza
productiva inmediata de la sociedad moderna, es decir, en un factor
necesario del proceso de producción que ejerce una creciente influencia no
sólo sobre los elementos materiales -y hasta espirituales- de las fuerzas
laborales, sino que alcanza también a todas las esferas de la actividad
humana, es el desarrollo científico y tecnológico uno de los factores más
influyentes en la sociedad entendiéndose esta como un sistema compuesto
de muchas partes que llamamos miembros y que son a su vez sistemas
inteligentes o sociedades. Como el elemento básico que constituye las
sociedades es el sistema inteligente, ellas tienen todas las propiedades de
un sistema inteligente. La utilización sistemática de los conocimientos
científicos y de las nuevas formas materiales generadas en el sector
tecnológico, se ha impuesto como condición para el desarrollo social. Su
utilización constituye una de las tendencias que con mayor fuerza
caracteriza a la sociedad moderna y ejerce en ésta un empuje cada vez
más creciente.

La fusión de la ciencia con la tecnología y de ésta con la producción


material en general, así como la conversión de la ciencia en fuerza
productiva inmediata, son rasgos característicos del cambio cualitativo
radical que actualmente se opera en las fuerzas productivas. Por ello, el
progreso histórico de la ciencia y la tecnología no es más que un aspecto
del desarrollo histórico del ser humano, como la principal fuerza productiva
de la sociedad.

La investigación sobre ciencia es común para diversas disciplinas. En las


últimas décadas se ha incrementado el interés por la tecnología y muchas
han sido las reflexiones históricas, sociológicas y filosóficas sobre ella, las
que señalan sus fuertes interacciones con la ciencia y la sociedad.

El impulso a los estudios de ciencia-tecnología y sociedad a partir de los


años setenta debe entenderse como una respuesta a los desafíos sociales
e intelectuales que se han hecho evidentes en la segunda mitad del siglo
XX. El objeto principal de estos estudios ha sido exponer una interpretación
de la ciencia y la tecnología como procesos sociales, es decir como
complejas empresas en las que los valores culturales, políticos y
económicos ayudan a configurar el proceso, que a su vez incide sobre
dichos valores y sobre la sociedad que los mantiene.

Las relaciones entre Ciencia, Tecnología y Sociedad poseen dos versiones


fundamentales, vistas como la necesidad social del desarrollo científico y
tecnológico y como la influencia del desarrollo científico tecnológico en la
Sociedad. Estas relaciones sólo pueden entenderse como un proceso
interactivo, dado por la relación entre una de sus partes, el binomio Ciencia-
Tecnología y el todo, la Sociedad, de ahí su carácter dialéctico, donde
intervienen múltiples factores, dentro de los que se destacan los
económicos y los sociales, y dentro de estos últimos la cultura tiene un
especial significado.

En primer lugar, el fenómeno económico, a juicio de Uzcátegui es el


conjunto de actividades heterogéneas encargadas de administrar recursos
que son escasos, por lo que implica un sacrificio obtenerlos, para satisfacer
unas necesidades que son infinitas, realizando esta labor de acuerdo a una
ordenación jerárquica, de manera tal que le permita al sujeto económico
operar en base a múltiples alternativas.

Por otra parte, el fenómeno social, puede considerarse, a juicio del mismo
autor, como la actitud consciente del hombre ante los fenómenos de la vida
social y su propia condición social, iniciándose espontánea y
conscientemente contra los factores que lo limiten, lo opriman y lo exploten,
de manera tal que lo impulse inevitable a un cambio social.

Todo fenómeno social es originariamente un fenómeno subjetivo. Se


objetiva después en la conciencia de la comunidad por el consentimiento
general de los individuos que integran el grupo. Al decir que nacen en la
conciencia de un individuo para objetivarse después en la conciencia del
grupo no negamos, en manera alguna, que estén determinados por
antecedentes biológicos. Al contrario, los estados biológicos encuentran a
menudo su expresión en los estados de conciencia que dan origen a los
fenómenos sociales.

Los fenómenos sociales alcanzan cierto carácter imperativo; las normas


sociales ejercen una influencia efectiva sobre la conducta de los individuos.
Una norma moral, por ejemplo, nace en la mente de un individuo, el cual la
comunica a los demás hombres por medio del lenguaje. Estos le prestan su
adhesión y le dan un poder imperativo sobre la conducta de todos los
miembros de la colectividad, incluso la del que la formuló

En este sentido es importante resaltar, la intención de ambos fenómenos de


lograr en favor del hombre un bienestar social, que no es más que el deseo
y el impulso constante de satisfacer al máximo las necesidades; de manera
tal que, en la búsqueda de este objetivo, es decir, del bienestar social,
ambos fenómenos se enfrentaran a las mismas dificultades. Por un lado, el
fenómeno económico, tratará de conseguir el bienestar social, a través de
la satisfacción de las necesidades de la comunidad o del grupo social en el
cual se desenvuelve, por otra parte, el fenómeno social conseguirá su
objetivo a través de la creación de agencias o instituciones que garanticen
al hombre aparte de bienestar, su asistencia, beneficencia, seguridad, y
previsión social.

10) Relación dialéctica Ciencia y Tecnología Conciencia.

La dialéctica es una técnica argumentativa por la que se busca la verdad a


través de la manifestación de las contradicciones en los argumentos
expuestos por el adversario.

Etimológicamente la palabra proviene del griego dialectikós, y se traduce


por conversación. Se suele sobreentender el término techne que se traduce
por técnica o arte. Así, literalmente significaría el arte de la conversación.

Pero no se debe confundir con la retórica, cuyo significado era el de usar


todas las técnicas comunicativas en favor de la persuasión. El significado
de dialéctica se refiere más bien a la exposición y lucha de los argumentos
expuestos en una conversación o discusión. Por ello, cuando
coloquialmente escuchamos “batalla dialéctica”, se está refiriendo a la
“lucha” derivada de la argumentación y la contra argumentación en el
debate o discusión entre dos o más personas. Por ejemplo, en un debate
televisivo.

Ciencia:
La ciencia es una disciplina que se encarga de estudiar e investigar con
rigor los fenómenos sociales, naturales y artificiales a través de la
observación, experimentación y medición para dar respuesta a lo
desconocido.

La ciencia, tal y como se conoce, se originó en los siglos XVI y XVII.

René Descartes, uno de los que más contribuyó de manera inicial, creó el
método cartesiano en el que señalaba que «solo se puede decir que existe
algo que haya sido probado». Fue una gran influencia en el mundo de las
ciencias.

Descartes revolucionó con su metodología de manera muy positiva. Sus


principios eran los siguientes: el principio de la duda, no se debe aceptar
nada como verdadero hasta que se proceda a ser comprobado, el principio
de análisis en el que se trata de descomponer el problema y valorarlo en
pequeñas partes, principio de la síntesis en el que se valoran las formas
más sencillas que componen el problema para ir pasando a las más
difíciles, y el principio de la verificación para valorar que ningún dato se
haya pasado por alto durante el proceso.

Tecnología.
La tecnología es el conjunto de conocimientos y técnicas que se aplican de
manera ordenada para alcanzar un determinado objetivo o resolver un
problema.

La tecnología es el conjunto de conocimientos y técnicas que se aplican de


manera ordenada para alcanzar un determinado objetivo o resolver un
problema.

La tecnología es una respuesta al deseo del hombre de transformar el


medio y mejorar su calidad de vida. Incluye conocimientos y técnicas
desarrolladas a lo largo del tiempo que se utilizan de manera organizada
con el fin de satisfacer alguna necesidad.

La palabra tecnología proviene de la unión de dos palabras griegas:


«tekne», que es técnica, arte y, «logia», que significa destreza sobre algo.

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