El trabajo y la guerra
“En 2018, por primera vez en la historia de los Estados
Unidos, el capital ha sido gravado menos que el trabajo”. Sobre
ese sintoma concreto subrayado por los economistas Emma-
nuel Sac!
Gabriel Zucman, Noam Chomsky hace pivotear la
idea de que la democracia ha tocado un punto mite al mos-
trar con cinismo su rostro ma
abyecto al servicio de los pode-
rosos representados por el dueto Trump y McConnell, su-
perando incluso todos los estandares neoliberales previos de
exaltacién de la codicia.
Ve alli, en efecto, de un punto de no retorno en la
anosa y
persistente guerra de clases que el liberalismo naturaliza cuan-
do no se solaza en hacer pasar por “consecuencias de la liber-
tad”, Pero la cuenta regresiva en el reloj del apocalipsis acele-
rado por el cambio climdtico y el agotamiento de los recursos
naturales fue ciertamente alterada por el fendmeno de la pan-
demia. Por eso la conferencia que dictd en septiembre de 2020
en el marco de la cumbre mundial de la Intern:
ional Progre-
ional Progre
sista, y que, en traduccién de Paula Vasile, fue publicada por
CLACSO en la coleccién “Biblioteca Masa Critica” bajo el ca-
tegdrico titulo de Internacionalismo o exeincidn, ademas de un
diagndstico claro y certero, propone también un plan de ac-
cidn basado en la consolidacién y el fortalecimiento de una In-dar batalla
ternacional Progres a la poderosisima In-
ta para
ternacional Reaccionaria cuyo caracter y campo de accién es
politico y financiero y esta muy lejos de reducirse a las panto-
mimas de Donald Trump y sus secuaces.
Porque si la Internacional gestionada desde los pasillos de
la Casa Blanca crece sin descanso ansiando construir una ver-
sidn todavia mas dura del sistema global neoliberal, la emer-
gente en resistencia a esa violencia debe trabajar el doble para
fortalecer un programa politico de integracién basado en la
justicia social “donde las energias y los recursos se destinen a
sidades de |
demandas de una pequena minorfa”, En esa suerte de lucha de
atender las ni
s grandes mayorias en lugar de las
clases desplegada a escala global, que compromete el destino
del “experimento humano”, reviste multiples y diversas facetas
de accidn ¢ interaccién.
La
siste en reunir y organizar la fuerza de los activis
a pendiente para la Internacional Progresista con-
as dispersos
en todo el mundo, deba | el repertorio de estra-
ir a nivel globa
tegias y planes de accién alternativos, y eventualmente presen-
es de cambiar radicalmente el
tar propuestas politicas ca:
curso de las cosas. El desarrollo de ese plan comun debe en
efecto orientarse en el marco de un diagndstico terminante
como el sinteti
do por Yanis Varoufakis en El minotauro glo-
bal: “el capitalismo no es compatible con la supervivencia hu-mana” o, dicho de otro modo, la supervivencia humana depen-
de del fin del capitalismo.
Gramsci solia decir que a toda verdadera revolucién debia
precederla un dialogo profundo y abierto en el seno del movi-
miento revolucionario. A David Vinas le gustaba corregirlo
cambiando “didlogo” por “discusidn”. E irénicamente le gust
ba citar a Chomsky para justificar el énfasis implicito en
preci:
nificado. Pero como prioridad, y para no entrar en vértigo,
ion: “Arduo el problema de las palabras, su uso y su sig-
conviene sin duda referirlas a las concreciones del trabajo real”.
Ilustrar con Chomsky y Yanis Varoufakis.