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FACOLTA DI LINGUE E LETTERATURE STRANIERE SEZIONE DI IBERISTICA LA MEMORIA DELLESILIO LESILIO DELLA MEMORIA Atti del Convegno Internazionale Torino, 15 novembre 2006 acura di Giancarlo Depretis Edizioni dell’Orso Alessandria LA MEMORIA DELL’ ESILIO L’ESILIO DELLA MEMORIA acura di Giancarlo Depretis, Giancarlo Depress Continuavo a nuttite Minseadicabile mentalit britannics che nessuno vi pud arrexare quando non abbiate offeso la legge. E la mentalit ptt pericolosa di questo mondo, durente un pogrom politico. C'era un mandato d’arreso per McNair ¢ certno ture le probabilti che anche noi fossimo sulla sta neva Arrest, retate, perquisioni continuavano senzs poss; praticemente Tot ‘quell che conoscevamo, a ecceione di chi ancora s rovava al fronte, cao 153 in carcere. La polis saliva perfino a bordo dele nai frances che pero- icamente accoglievano fuggiasch, e Simpadronivano i sospeti azote Pese al peligro en que se encontraba, Orwell seguia realizando actos temezarios lo que le valié el aprecio incondicional por parte de sus compaiieros de armas—, como el de escribir en las paredes de los restau- antes de moda: Pera prima volta nella mis vita m'accins a scrivere sui muti, Ieorrdoi di pa- recchie ratorie alla moda esibirono a un tratto dei «Visca PO.U.M.'» sulle are cre in fretaefuria nei earattri pit cubital che mi fosse dao tac- ‘Tras poco més de seis meses de estancia en la peninsula ibérica, Or- ‘well cruzé la frontera con su mujer el 23 de junio de 1937, y entré en su pais como exiliado, Exiliado como cualquier o:r0 exiliado del franquismo prosigui6, Iejano y solo, confiando en el arma eficaz de la pluma puesta al servicio de la memoria, en la batalla en defensa no s6lo de los compaiie- 10s de lucha, sino sobre todo de esa tiesca amada, interiorizada como su- ya. Las paginas de Homenaje a Catalwia se suman a los numerosos testi- monios sobre aquella guerra fratricida: voces individvales y angustiadas de escritores o de andnimos protagonistas en al exilio o en les czceles franquistas, protagonistas todos de lucha y sufrimiento, Voces, muchas de las cuales adormecidas, que han rescatado del silencio, en la narracin intima, subjetiva, fragmentos de su lacerante experiencia. Son piezas que encajan bien en la macrohistoria, historias de ideales que en nuestro pre- sente «ordination, cada vez més apético ante aquel pasedo «extraordina- tio, se manifiestan como la resurreccién del hombre y siguen enricue- ciéadonos. % George Orwell, Onaga... cit, p. 218. ibid RAFAEL ALBERTI, MEMORANDO POETICO DE UN EXILIO ROMANO. Francisco Estévea Universita degli Studi di Torino ALBERTI (Rafael Albert en el barrio de Trastevere) De entre todos los poctas expatriados se he celificado con regular acierto a Rafael Alberti como «el poeta del destierro por excelencias'; uiza hubiera que afinar la veracidad intrinsece del aserto con el afiadido 1 Vicente Llorens, Aspectos sociales de la literatura, Madrid, Castalia, 1974, pig, 198. 6 Francisco Beéver de que, sin duda, el poeta gaditano es quien mayor sédito estético obtuvo del destierro, puesto que al desazraigo del mar y de su infancia, reflejado con trigica belleza en su primer poemario, que no acaso lleva por titulo ‘Marinero en tierra, isin sumandose uno tras otro sucesivos exilos. El pri- mero y més doloroso la separacién de su triste Espafie ~envuelta ya en tiempos de autarquia y estraperlo, roros y banderias-. El segundo, tras, 1pocos meses de refugio en Paris, de donde ruvo también que escapar ante el acoso nazi que cercenaba la ciudad en 1940 y la cercania de una Segunda Guerra Mundial, como declara en Le Arboleda Perdida® Cuando apenas comenzaba a comprender de nuevo lo que es el caminar tranguilo por una ciudad encendida, he aquf que Francia entera se apaga de pronto, sonando las sirenas de alarma en Pacis y los primeros cazionszos en is lines Maginot. Aquf vivo desde ef doce de marzo. El dia seis del mismo mes slide Fspafa, de mi preciosa y desventarada Espafia, amino de Orin. En un suma y sigue de exilios eruza el océano hacia tierras argentinas donde vive un largo e intenso periodo donde componded los poemarios A la pintura (1945-1952), Retornos de lo vivo lejano (1948-1956) y Baladas y Canciones del Parand (1953-54) ademés de retomar su vena pictorica. Tras més de 20 aiios bonaerenses decide, sin embargo, volver a Europa y probar mejor suerte, forzado por la complicada situaciéa poli- tica a la que se ve arrojedo el pais de la Pampa tras el golpe militar Guando Perdn tuvo en sus manos todo el puis y todos los resortes, se fue creando una sitvacién mis diffi [...] iniclaron las listas negres y nosotros cquedumos fuera de esos medios que, al fry al cabo, nos proporcionaban la pesbilidad de ayadarnos a vivir, porque ti sabes que no s6lo publicando libros se vive Después de un paso fugaz por Rumania, a principios de 1963, Rafael Alberti recorria, trufado de ilusiones, los amplios y difusos espacios que se delimitan entre la esperanza y la inquietud, de regreso a una Europa atin turbada por los fascismos, en busca de un nuevo humanismo, tal vez en busca de si mismo. El legado que portaba es una historia que se zanja > Coincidimes con FD. de Castro en considerar la primera edicién de estas rmemorias como la tinice fable. Del mismo autor véase el ariulo Ram, peligro para caminantes ex Rafael Albert, libro a libro; el poeta en su centenaro, Cadi Universidad de Cadiz, 2003, pags 425-438. 5 José Miguel Veloso, Conversaiones co Refeel Alberti, Sedmey, 1977. Rafael Albert cen aporia: la cainita guerra incivil que a la postee culminé en 40 afios de dictadura franquista Esce destierro en espiral bambolea al gaditano en un crescendo doloro- so que modulara su polifacética voz. La huida hacia delante, cémplice del inguieto vigor del poeta geditano, se refleja en la multplicidad de formas expresivas de su poesfa, y viene potenciada, acaso motivada, por su esencia de desterrado. Apenas instalado en Italia, tas una corta estancia en Miléa, en la que ‘Mondadori publica una antologia traducida por Bodin, y con excusa de la dura climatologia milanense «ciudad donde hay niebla durante cinco meses y no te ves los dedos de la mano»*, decide establecerse en Roma donde redacta su poemario Roma peligro para caminantes, fechado entre 1964 y 1967, puesto que un poeta marinero volvia cerca de sus playas, como declara en el poema de apertura que lleva de titulo la direccién de su primer domicilio romano, Monserrato, 20 tun hijo de los mares gaditanos, nieto de Lope, Géngora y Quevedot Francisco Diaz de Castro ha sefialado el «renovado vitalismo» que surge en esas paginas y que aumentaré en las de Canciones del alto valle del Aniene y otros versos y prosas (1967-1972), i bien la nostalgia pudiese resultar agui amortiguada, pero nunca camufleda, por el bullicio roma- no, pues ya desde su pértico encontramos «también le angustia incesante de un poeta lejano de su patria, que afronta su vida en medio de un puc- blo seneillo y sorprendente. Un libro de poesia no local, que sobrepasa Jos limites de donde nace»’. La conciencia del doloroso exilio ha aniqui- lado toda ilusiéa posibl ‘Ti no has llegado a Roma para tofiat. Los sueFios se quedaron tan lejos, que ya rilosdivisas, ai ellos te busean, ya, pues, ya ni te conocen. + i, pig. 190. 3 Su edcién princeps es Rome, peligro pare canons, México, Joaguin Mort, 1968. En el primer ano de redacci6n obtiene junto a Dolores Ibiruri el Premio Lenin de la Pez, homélogo en el logue combnista del Premio Nobel dela Paz. Cito por la recopilacién, cronologis, bibliografia y notas de Luis Garcia Montero de sus Obrar completes, Poesia 1964. 1998, como III, Madr, Aguilas, 1988, pag. 14 7 ha, pig. 11 (Rafael Alberti en su casa de Via Garibaldi, en Roma) Y, los suefios, de haberlos, se presentan siempre deformados en pesa- dilla recurrente como en aquel Nocturno en el que sufre la presencia fan- tasmagérica del dictador Franco, a quien niega incluso la posibilided de ‘nombrarlo, intensificando con ello su dolorosa presencia Lata noche vi cA quién vi? A quien me ha mordido, ‘aquien me ba comido la vida yo v4 lel . En el juego de destapar dicha pluralidad de lee 8 Premioe Cervantes: una literature en dos continentes, Ministerio de Cultura, Centro de las Letras Espatiolas, 1994, pégs. 167-188, “ Francisco Estéver turas, aparentemente paradéjicas, pero siempre amplificadoras de signifi- edo, se encuentra el hecho literario, Siendo asi, quizé el nuevo vitalismo aque se ha pretendido ver en los versos de Roma, peligro para caminantes (efectivamente, zun con muchos claroscuros, germina) forme parte de la inclinacidn que lleva a Rafael Alberti, imbuido de nostalgia, a exclamar con tono conciliador al pisar tierra espafiola tras 38 afos de exilio, casi 14 deellos en la vecdhia cited: ‘Yo me fui con el puto cerrado y vuelvo con la mano abierta en sefal de con- cordia entre todos los expatioes. (Retorno & Espaiiaen 1977) 70 PEDRO SE ESCRIBE CON GARFIAS Pablo Lombé Muilliert Universita degli Studi di Torino El aio 1968 fue un afio marcado por la zebelién y por la repe debido a motivos bien conocidos en todo el mundo, y su recuerdo es ex. twaiio, porque despierca una contradiccoria mezcla de emociones: del te- rror a la esperanza. En el caso particular de México, el aio 1968 es un aiio de luto, es decis un afio que llama a la memoria, un ao para no ol. dar nunca. Las atrocidades que cometieron las fuerzas armadas del go- bierno mexicano contra la poblaciéa son inexcusables, imperdonables (y atin hoy, cuarenta afios después, siguen sin castigo tanto quienes dieron la orden como quienes la ejecutaron). Los muertos, en cambio, los asesi- nados siguen bajo tierra, pero no han sido olvidados. En ese mismo ao nefasto de 1968 y en esa misma ciudad del Distrito Federal musié Leon Felipe, el 18 de septiembre. Unos pocos dias después de su muerte, la ciudad y, sobre todo, 2 Universidad Nacional Auténoma de México (gran centro de acogida para los republicanos espafioles) sufririan los ex. cesos del ejércto. Tan solo un afio antes (el 9 de agosto) y en una ciudad del norte de México, Monterrey, habia muerto otro poeta exiliado espa- fol y amigo de Len Felipe: Pedro Gasfias. Y, aunque la muerte de estos dos probombres de las letras hispiinicas fue una péxdida irremplazable, se podria decir que murieron a tiempo para no suftic de nuevo las violea- tas sacudidas de la represién, porque sus tan cistintas sensibilidades no hubieran soportado la brutalidad con la que el gobierno mexicano fust gaba a la gente que tan generosamente les habia brindado hospitalidad y fraternidad En estas péginas quiero hablar de la sensibilidad ceeativa de uno de ellos, del que injustamente menos se recuerda, Comenz6 su carrera poé- tica con tan solo diecisiete aifos, cuando la revista madrilefia Los Quijotes imprimié sus primeros versos. Pocos afios después, siguiendo los pasos

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