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PEORIA DE LA TERAPIA Y DEL CAMBIO DE LA PERSONALIDAD Esta teoria es de tipo condicional (si—entonces). Si se dan ciertas condiciones (variables independientes), entonces se pro- duciraé un proceso (variable dependiente) que incluye ciertos elementos caracteristicos. Si ese proceso (ahora variable inde- pendiente) se produce, entonces se producirén ciertos cambios de la personalidad y de la conducta (variables dependientes ). Cada una de las siguientes secciones comienza con una breve exposicién formal de la teoria que aparece en letra mas pequefia. Los términos y proposiciones que figuran en bastardi- lla fueron definidos en Ja seccién anterior y conviene entender- los en ese sentido preciso. Los pardgrafos restantes son explica- tivos y no mantienen la forma rigurosa de la exposicién formal. Condiciones del proceso terapéutico Para que un proceso terapéutico se produzea es Hecesario: 1. Que dos personas estén en contacto 2. Que la primera persona, a Ja que denominaremos cliente, se cu- cuentre en un estado de incongruencia, de vulnerabilidad o de angustia. 3. Que la segunda persona, a quien denominaremos terapeuta, sea congruente en Ja relacién con el cliente, 4. Que el terapeuta experiencie una cansideracién positiva incondicio- nal hacia el cliente. 49 5. Que el terapeuta experiencie wma comprension empaticu hacia el marco de referencia interno del cliente. 6. Que el cliente perciba, por lo menos en un grado minimo, las con- diciones 4 y 5, es decir, la consideracién positiva incondicional del terapeuta hacia él y la comprension empdtica que el terapeuta le demuestra. Comentario. Enumeraremos las condiciones necesarias para po- ner en marcha un proceso terapéutico, aunque suelen agregarse otros elementos. El proceso se establece generalmente con mas facilidad cuando el cliente esté angustiado que cuando es sim- plemente vulnerable. Con trecuencia es necesario que el contac- to o la relacién tengan ya alguna duracién cuando se inicia el proceso terapéutico. En cuanto a la comprensién empatica, en cierta medida se expresa verbalmente, a la vez que es experien- ciada, El proceso suele establecerse sobre la base de esas condi- ciones minimas y, por hipotesis, nunca comienza en ausencia de ellas. Debemos sefialar un punto que puede dar lugar a confu- sién, La teoria no estipula que el terapeuta debe comunicar al cliente que siente hacia él comprensién empatica y consideracion positiva incondicional. Hemos omitido deliberadamente, y no sin ciertas vacilaciones, esta estipulacién en nuestra lista de condi- ciones por las razones siguientes: no basta que el terapeuta co- munique al cliente que experimenta hacia él los sentimientos y actitudes estipulados en 4 y 5. Lo que importa es que el cliente perciba la existencia de esos sentimientos en el terapeuta, como se sefiala en la condicién 6. No es, pues, necesario que el tera- peuta informe verbalmente al cliente acerca de los sentimientos que experimenta hacia él, sobre todo porque la verdadera co- municacién generalmente no es deliberada, sino que se produ- ce a raiz de una observacién casual o de alguna expresién fa- cial espontanea. No obstante, si se deseara destacar el aspecto comunicativo, que es sin duda el clemento esencial de la expe- riencia vivencial, la condicién 6 podria reformularse como sigue: 6. Que, por lo menos en un grado minimo, el terapeuta logre comunicar al cliente la comprensién empatica y la consideracion positiva incondicional que experimenta hacia él. El elemento que mas sorprender nales es el hecho de que proponemos a los terapeutas tradicio- siempre una sola y misma. 50 serie de condiciones para la terapia, sin tencr en cuenta las ca- racte s particulares de cada uno de los clientes. Nuestra experiencia nos ensefia que cada cliente utiliza de forma dife- rente la relacién terapéutica, y que no es convenicnte ni nece- sario manipular la relacién para adaptarla a los diversos clien- tes. A fin de evitar estos problemas, nos parece que cl aspecto mas significative y de mayor ayuda en la experiencia —que es la auténtica relacién entre dos personas en la que cada una de ellas pone lo mejor de su capacidad— es ser uno mismo en la interaccién. ' EI “punto clave” de esta parte de la teoria est4 relacionado con el punto 3, que trata de la congrucncia o autenticidad de las actitudes del terapeuta. Esto significa que la experiencia in- mediata del terapeuta debe ser correctamente simbolizada en su conciencia para que la terapia sea eficaz. Por ejemplo, si el tera- peuta cree que experiencia consideracién positiva incondicional y comprensién empatica, cuando en realidad siente desagrado y amenaza, entonces no es congruente en la relacién y la tera- pia no alcanza la eficacia necesaria. Es importante, pues, que el terapeuta sea “é] mismo” durante su interaccién con el cliente, sean cuales tueren los sentimicntos que experimente en ese mo- mento preciso. Ahora bien, gel terapeuta debe expresar 0 comunicar al cliente Ja exacta simbolizacién de su propia experiencia? La res- 1 Es posible que este parrafo deba ser retormulade si se confirma un reciente estudio de Kirtmer [42]. En un grupo de 26 casos del Counseling, Center de la Universidad de Chicago. Kirtner descubrié que existe das diferencias en la forma en que el cliente enfoca Ja resoluci dificultades que se presentan en su vida, y que estas diferencias estin rela cionadas con el éxito de la terapia. En sintesis, el cliente que se da cuenta de que su problema afecta sus relaciones, que sierlte « sable de él y desea cambiar, tiene muchas posibilidades de que su trata miento sea un éxito. En cambio. el cliente que se siente ajeno a sa pro- blema y no asume la responsabilidad que le corresponde, probablemente fracasara en su tratamiento. De ello se deduce que es posible que la tera pia deba presentar distintas condiciones para que se produzca cl cambio de personalidad de Jas personas pertenecientes a este ultimo grupo. Si se comprueban los hechos que acabamos de mencionar, la teoria debera s isada con arreglo a los resultados obtenidos. prof cle Tas es cn parte respon 51 puesta a esta pregunta es todavia incierta. En el estado actual de nuestros conocimientos podriamos decir que si el terapeuta comprueba que esta mas concentrado en sus propios scntimientos que en los del cliente, es conveniente que manifieste esos senti- mientos reduciendo al mfnimo o eliminando toda experiencia de comprensién empatica. De igual modo, si el terapeuta experi- menta sentimientos contrarios a la consideracién positiva dicional, es necesario que se lo comunique al cliente. rio para afrontar tal empresa. No hay duda de que es dificil expresar sentimientos tales como: “Temo que usted esté en ca- mino de hacer una psicosis”, 0 “Estoy asustado porque usted t ne problemas que también yo he tenido y que no he podido resolver”. En estos casos, la verificacién es casi imposible porque es poco probable que el terapcuta sea capaz de expresar tales sentimientos. Otro problema que se plantea respecto de las condiciones de la terapia, segiin nuestro enfoque, es el siguiente: ges la con- gruencia interna, la integracién del terapcuta en Ja relacién, el elemento fundamental o lo son las actitudes de comprensién empatica y de consideracién positiva incondicional? También aqui se desconoce la respuesta definitiva. S6le podemos dar una respuesta provisional, derivada de nuestra teoria: para que sc dé el proceso terapéutico, el estado de congruencia del terapeu- ta en la relacién es de importancia priniwrdial, pero ese estado debe incluir la experiencia de consideracién positiva incondicio- nal y de comprensién empatica. Con respecto al estado de congruencia, es importante sc- ialar que la presencia de esta condicién puede limitarse a J; relacién con el cliente. No puede esperarse que el terapeuta s una persona totalmente congruente en todo momento. Si la pe manencia de la congruencia fuera una condicién de la terapia, sencillamente no habria terapia. Pero es suficiente que en cl pe- riodo de contacto con el cliente el terapeuta sea total y plena- mente “el mismo”, es decir, que sus expericn respecto de su cliente en ese momento preciso estén correctamente simboliza- io- 52 das © integradas en la imagen que él tiene de si mismo. De este modo es posible concebir que un ser humano imperfecto pue- da brindar asistencia terapéutica a otro ser humano imperfecto. EI mayor defecto de la determinacién de estas condiciones es que han sido establecidas como una totalidad de elementos inseparables, ya que de la condicién 2 a la 6 se producen como ur continuo. Tal vez algtin dia estemos en condiciones de determi- nar el grado de congruencia que debe tener el terapeuta res- pecto de si mismo y de los otros item. En el momento actual, sdlo podemos decir que mientras m4s se cumplan las condicio- nes 2 a 6, mas probabilidades habra de que el proceso terapéu- tico se produzca y sea eficaz. Por ahora, esta relacién puede expresarse unicamente en términos cualitativos. Elementos de prueba. Los estudios de Fiedler |19, 20] y Quinn [52] constituyen un elemento de prueba confirmatorio de la condicién 6. El estudio de Fiedler ha demostrado que los tera- peutas consumados, sea cual fuere su orientacién teérica, con- sideran que la caracteristica mas relevante ‘de la relacién esta- blecida con sus clientes es la capacidad del terapeuta para com- prender lo que dice el cliente, con el significado subjetivo que tiene para él. Quinn, por su parte, descubrid que la calidad de Ja comunicacién realizada por el terapeuta era un factor decisivo en, la terapia. Estos estudios revelan la importancia de la com- prensién empAtica. Seeman [75] descubrié la correlacién entre la simpatia que el terapeuta experimenta hacia el cliente y el éxito de Ja tera- pia. De igual modo, Seeman y Lipkin [44] sefialaron que la te- rapia era m4s eficaz cuando los clientes reconocian en el tera- peuta la existencia de sentimientos positives hacia ellos. Esos estudios confirman en cierta medida la condicién 4 (conside- racién positiva incondicional) y la condicién 6 (percepcién de esta actitud por el cliente). Aunque el clemento 2 (vulnerabilidad 0 angustia del clien- te) no ha sido objeto hasta este momento de investigaciones sistemAticas, la experiencia tiende a confirmarlo. El estudio le- yado a cabo por Gallagher [21] revela que los clientes que no 53 experimentan angustia no se sienten comprometidos en la rela- cién terapéutica y tienden a abandonarla. B El proceso de la terapia Cuando las condiciones enunciadas precedentemente existen y se mantienen, se pone en marcha un proceso que tiene las siguientes caracteristicas: 1. El cliente es cada vez ms capaz de expresar sus sentimientos por medios verbales y/o motores. 2. Los sentimientos que expresa se refieren cada vez m: oposicién al no-yo. 3. Es capaz cada vez mas de establecer una distincién entre los ob- jetos de sus sentimientos y percepciones. Esa capacidad se aplica tanto a su concepto del yo y sus experienctas, como al mundo exterior, a otras personas y las interrelaciones de éstos. Se vuelve menos rigido y mas discriminativo en sus percepciones, o para decirlo en otros términos, la simbolizacién de sus experiencias es mds exacta. 4, Los sentimientos que expresa se relacionan cada vez mas con el estado de incongruencia existente entre algunas de sus experiencias y su concepto del yo. 5. Llega a experimentar conscientemente la amenaza de tal incon- gruencia, a. La experiencia de amenaza se hace posible gracias a la constante consideracién positiva incondicional del terapeuta, sea que el cliente dé pruebas de incongruencia o de congruencia, de angustie 0 de ausencia de angustia. 6. Experimenta con plena conciencia sentimientos que, hasta entonces, hhabian sido negados a la conciencia o distorsionados conscientemente. 7. La imagen del yo se reorganiza para integrar las experiencias que hhabian sido distorsionadas conscientemente 0 negadas a la conciencia. 8. A medida que prosigue la reorganizacién de Ja estructura del yo, Ja congruencia entre su concepto del yo y la experiencia aumenta cada yez mas: el yo es capaz ahora de admitir experiencias que anteriormente eran demasiado amenazantes para ser admitidas en la conciencia. a, En consecuencia, a medida que el mimero de experiencias ame- nazantes disminuye, el nimero de experiencias que son distorsionadas cons cientemente 0 que no son admitidas en la conciencia también disminuye. En otras palabras, Ja defensividad disminuye. 9. El cliente se vuelve cada vez mas capaz de experienciar la consi- deracién positiva incondicional que el terapeuta le manifiesta. 10. Siente cada vez mas una consideracién positiva incondicional ha- cia si mismo. 11. Se experiencia progresivamente como el centro de valoracién. 12. La valoracién de su experiencia se vuelve cada vez menos condi- cional y se efecttia cada vez mas en funcién de un proaeso de valoracién organismica. al yo por 54 Comentario. Aunque no es posible establecer con certeza que todos estos elementos scan necesarios para el proceso, podemos atirmar que todos ellos son caracteristicos. Tanto desde el punto de vista de la experiencia como desde el de la légica de la teoria, debe considerarse que los elementos 3, 6, 7, 8, LO y 12 son ne- cesarios. El elemento 5a no es un paso ldgico de la teoria, pero es introducido como nota explicativa. Extrafiar4 probablemente al lector la ausencia de mecanis- mos explicativos en esta teoria. Tal vez sea conyeniente presen- tar nuestro objetivo cientifico mediante una analogia. Si pasamos un im4n sobre una lamina. de acero y disponemos esa lamina de modo que pueda girar libremente, entonces observaremos que se orienta hacia el norte. Este tipo condicional de afirma- cién se ha verificado miles de veces. gCémo explicar un fend- meno semejante? Se han propuesto varias teorias al respecto pero, incluso en la actualidad, vacilariamos en afirmar que sa- bemos por qué y cémo se produce. Cuando, refiriéndonos a la terapia, decimos: “Si se dan tales condiciones, entonces se producirén tales hechos”, aplicamos en el fondo la misma formula. Es evidente que tenemos ciertas hi- potesis acerca dé por qué se producen esas relaciones. En las pa- ginas siguientes trataremos de exponer dichas hipétesis. No obs- tante, el elemento esencial de nuestra teoria se refiere al hecho de que si estan dadas las condiciones descritas, entonces se pro- duciran ciertos fendémenos, que denominamos resultados tera- peuticos. Nuestras explicaciones en cuanto a por qué se produce esta secuencia pueden ser erréneas, pero creo que un numero creciente de elementos de prueba demuestra que, efectivamente, la secuencia se produce. Elementos de prueba. Diversos clementgs de prueba confirman en grados distintos esa descripcién del proceso terapéutico. Los numerosos registros de casos terapéuticos que hemos acumulado confirman ampliamente cl elemento 2, pero no ha sido posible atin reducirlos a términos estadisticos. El estudio de Stock [82] confirma cl elemento 3, en cuanto indica que las expresiones del cliente referentes al yo se yuelven mds objetivas y menos emocionales. El de Mitchell [47] demuestra que los clientes se vuelven més discriminativos, es decir, menos rigidos y menos globales. Existen testimonios clinicos objetivos en apoyo de los elementos 4, 5 y 6,en forma de grabaciones de un caso de Rogers [67]. Los descubrimientos de Vargas [85] son importantes para la confirmacién del elemento 7 y tienden a demostrar que la imagen del yo se reorganiza en funcién de nuevas percepcio- nes relativas al yo. Hogan [36] y Haigh |29] estudiaron la dis- minucién de las conductas de defensa, confirmando asi el ele- mento 8. El examen exhaustiyo de un caso de Rogers [67] reve- la el aumento de congruencia entre la estructura del yo y la ex- periencia. El hecho de que ese aumento de congruencia esta acompaniado de una disminucién de las conductas de defensa es el resultado de una investigacién realizada por Chodorkoff [10]. El elemento 10, o sea el aumento, en el cliente, de la consi- deracién positiva de si mismo, est4 suficientemente confirmado por los estudios de Snyder [79], Seeman [76], Raimy {55}, Stock [82], Strom [83], Sheerer [78] y Lipkin [44]. La tenden- cia del cliente a considerarse el centro de valoracién surge con gran claridad de la investigacién de Raskin [56] y esta bien fun- damentada por los testimonios de Sheerer [78], Lipkin |44] y Kessler [41]. Cc Efectos en la personalidad y la conducta No hay diferencias precisas entre el proceso y los resultados de la tera- pia. Las caracteristicas del proceso son simplemente aspectos diferenciados de los resultados. Por lo tanto, habrian podido incluirse dentro del proceso las proposiciones siguientes. Sin embargo, para favorecer la comprensién, nos ha parecido conveniente enunciar por separado los elementos que se indican generalmente con el nombre de resultados y que, por otra parte, se observan fuera de la relacion terapéutica. He aqui, pues, los cambios que se producen en el cliente y que, por hipotesis, se consideran relativamepte constantes. " 1. El cliente es cada vez mas congruente, menos defensivo, y esta mas abierto a su experiencia. 2. Sus percepcivnes son, por consiguiente, mas realistas, mas objetivas y mas dif iadas. 3. Es cada vez mas eficaz en Ja resolucién de sus problemas. 4. Su adaptacion psicolégica mejora y se desarrolla en el sentido éptimo. 56 a. Ese cambio es wna consecuencia de los cambios en Ja estructura del yo descritos en B7 y B 8. 5. Como resultado del aumento de congruencia entre el yo y la ex- periencia (C4), su vulnerabilidad a la amenaza disminuye. 6. Como consecuencia de C 2, su percepcién del yo ideal es mas realis- ta, mas realizable. 7. Como consecuencia de los cambios descritos en C 4 y C5 su yo es mas congruente con su yo ideal. jt 8. Como consecuencia del aumento de congruencia entre, por una parte, el yo y el yo ideal (C6) y, por otra parte, el yo y la experiencia, se produce una disminucién general de la tensién, tanto fisiolégica como psico- légica, y del tipo especifico de tensién psicolégica denominado angustia. 9. La consideracién positiva de si mismo aumenta. 10. El sujeto se percibe como centro de valoracién y como centro de eleccién. a. Como consecuencia de C9 y C10 el sujeto se siente mds seguro de si mismo y més auténomo. b. Como consecuencia de C1 y C10 sus valores son determinados por medio de un proceso de valoracién organismica. 11. Como consecuencia de C1 y C2, percibe a los otras de manera més realista y exacta. 12. Como experiencia cada vez menos la necesidad de deformar sus experiencias, en especial sus experiencias relativas a otras personas, siente hacia ellas una mayor aceptacién. 13. Su conducta se modifica de varias maneras, a, Como la proporcién de experiencias compatibles con la estructura del yo aumenta, la proporcién de conductas que pueden ser aceptadas por el yo aumenta también, b. A la inversa, la proporcién de conductas que no eran admitidas como experiencias del yo, y por Io tanto, sentidas como “no-yo”, disminuye c. En consecuencia, el sujeto percibe que tiene mas control de su conducta. 14, Los otros perciben que su conducta es més socializada, mas madura, 15. Como consecuencia de C1, C2 y C&, el sujeto se revela como un ser mas creativo, mas capaz de adaptarse .a cada situacién especial y a cada nuevo problema, un ser que puede expresar mas acabadamente sus objetivos y valores. Comentario. El elemento esencial de la teorfa de los efectos de la terapia es el C 1, relativo al aumento de congruencia interna. Los demas elementos (2—15) sélo sirven para explicitar las im- plicaciones técnicas del elemento 1. Aunque esos elementos se deducen directamente de la légica de la teoria, hemos creido 57 conveniente enumerarlos uno por uno ya que, si no estuvieran bien determinados, podrian pasarse por alto. Elementos de prueba. Los efectos de la terapia han sido objeto de numerosas investigaciones que han dado resultados positives en, algunos casos, y ambiguos 0 no confirmados en otros, Grum- mon y John [28], aplicando el TAT, comprueban que los suje- tos tienen una actitud menos defensiva. Hogan [36] y Haigh [29] proporcionan algunos elementos de prueba a favor de esta hipétesis. Con relacién a la mayor discriminacién en las percep- ciones (elemento 2), Jonietz [38] descubre que la terapia produ- ce cambios en el modo de percepcién y Mitchell [47] demuestra que esos cambios se producen en el sentido de un aumento de dis- criminacién. El elemento 4, relativo al funcionamiento psicolégico, es confirmado por trabajos basados en el TAT, el Rorschach, las escalas de valoracién y otros criterios, en los estudios de Dymond [15, 16], Grummon y John [28], Haimowitz [30], Muench [49], Mosak [48], Cowen y Conms |13]. Carr [8], sin embargo, no en- contré ningtin indicio de cambio en nueve casos en los que se aplicé el Rorschach. Rudikoff [73] encuentra que el yo ideal se vuelve mas rea- lizable, confirmando asi ¢l elemento 6. El aumento de la con- gruencia entre el yo y el yo ideal es confirmado por Butler y Haigh [7] y Hartley [33]; la importancia de este cambio para el buen funcionamicnto psicolégico surge de los trabajos de Han- lon, Hofstaetter y O'Connor [32]. La disminucidn de la tensién fisiolgica como resultado de Ja terapia es confirmada por los studios de Thetford [84] y An- derson [1]. La reduccién de la tensién psicolégica como se evidencia por medio del Discomfort-Relief Quotient * ha sido confirmada por diversos investigadores: Assum y Levy |4|, Co- fer y Chance [12], Kaufman y Raimy |39], N, Rogers [72], Zim- merman [86]. El aumento de Ja consideracién positiva de si mismo, tal como se describe en I B, ha sido bien establecido. Los cambios * Cuestionario que mide Ja proporcién entre el sentimiento de malestar y el sentimiento de relajacién. (N. del T.) 58 que se producen respecto al centro de Ja valoracion y la elec- cién son demostrados por los estudios de Raskin [56], y de Sheerer |78]. Rudikoff [73] proporciona resultados que tien- den a demostrar que se percibe a los otros con mas realismo. Sheerer [78], Stock [82] y Rudikoff [73] demuestran que se per- cibe a los otros con mas tolerancia. En cambio, Gordon y Cart- wright [25] proporcionan testimonios mas complejos pero que, en conjunto, contradicen los resultados que acabamos de citar. M. Haimowitz |30], de igual modo, descubre que los sentimien- tos negativos hacia grupos minoritarios parecen expresarse mas francamente. Los cambios de conducta especificados en Jas proposiciones 13 y 14 son confirmados por un estudio de Rogers [68] que tiende a demostrar que cuando la terapia tiene éxito, tanto el pro- pio cliente como sus amigos se comportan con mayor madurez. Hoffman [35] observa que la conducta tal como es descrita por el cliente en el curso de las entrevistas, revela mayor madurez. El estudio de Jonietz [38] sobre la percepcién de manchas de tinta contiene también cierta confirmacién del elemento 15. Comentarios sobre la teoria de la terapia. Debemos sefialar que, tundamentalmente, esta teoria no incluye variables intermedias. Todas las condiciones de la terapia, enunciadas en A, son defini- bles en términos operacionales y, en realidad, algunas de ellas han sido detinidas de este modo en los trabajos de investigacién efectuados hasta el momento. La teoria establece que si se pro- duce A, entonces se produciran B y C. B y C representan hechos mensurables que pueden predecirse a partir de A. Debe sefalarse también que, de acuerdo con la ldégica de la teoria, si A, entonces B; si A, entonces B y C; si A, entonces C (omitiendo B); si B, entonces C (omitiendo A). Especificacion de las relaciones funcionales? En el estado actual de nuestros conocimientos, las relaciones funcionales pueden es- tablecerse solamente de manera general y cualitativa. Puede afir- marse, entonces, que: cuanto mayor sea el grado en que se Tea- Jizan las condiciones especificadas en A, mds marcados o més amplios seran los cambios del proceso en B, y mayores 0 mds am- plios seran los efectos de Ja terapia especificados en C. Podemos 59 decir en términos més generales, que: cuanto mayores sean el grado de angustia del cliente, la congruencia del terapeuta en la relaci6n, la consideracién positiva incondicional y la empatia ex- perimentadas por el terapeuta hacia el cliente, y el reconoci- miento de estos elementos por parte del cliente, m4s profunda sera la experiencia terapéutica y mas importantes y m4s numero- sos seran los cambios de la personalidad y de la conducta. Vol- viendo a la légica de nuestra teoria, todo lo que podemos afir- mar en el momento actual es que: B=(f)A C=(f)A B+C-=(f)A C=(f) B Es evidente que el proceso comprende muchas interrela- ciones funcionales que todavia no han sido especificadas por la teorfa. Por ejemplo, si el nivel de la angustia del cliente es ele- vado ges menos necesario el estado de congruencia del terapeuta? El problema de las relaciones funcionales puede dar lugar, por consiguiente, a investigaciones muy vastas. D Algunas conclusiones acerca de la naturaleza del hombre La teoria de la terapia, tal como ha sido expuesta, implica ciertas conclusio- nes relativas a la naturaleza del hombre. Para entreverlas basta con exa- minar desde un punto de vista ligeramente diferente, las hipétesis que he- mos enunciado. No obstante, es conveniente exponerlas explicitamente ya que constituyen un eslabén importante capaz de explicar el caracter propio de nuestra teoria. Esas conclusiones, ademas, nos han impulsado a desarro- Ilar una teoria de la personalidad. Si el individuo es realmente lo que ha revelado ser en la terapia, gqué teoria seria entonces valida para un indi- viduo semejante? Presentamos a continuacién las conclusiones sobre las caracteristicas del organismo humano: 1. El individuo posee la capacidad de experienciar en la conciencia los factores de su desadaptacion psicoldgica: en otras palabras, factores ue residen en la incongruencia entre su concepto del yo y la totalidad de su experiencia. ’ 2. EI individuo posee la capacidad de reorgantzar su concept del yo a fin de que sea mas congruente con |x totalidad de su experiencia, y tiene la tendencia a ejercer esa capacidad, Es capaz, pues, de salir de su estado de desadaptacién. psicolégica y evolucionar hacia un estado de adaptacién psicolégica. 3. En el caso de que esta capacidad y esta tendencia sélo existam en estado latente, se desarrollaran en toda relaciin interpersonal en la que la 60 otra persona sea congruente en la relacién, experienciando hacia el intere- gado una actitud de consideracién positiva incondicional y una comprensién empdtica, y logrando en alguna medida comunicarle tales actitudes. (Estas conclusiones coinciden esencialmente con las condiciones enunciadas en IA 3, 4, 5, 6.) La tendencia a la que nos referimos en estas conclusiones sera claborada en la teorfa de la personalidad —que se expone a continuacion— con el nombre de tendencia a la actualiza- cién. Me parece evidente que la hipétesis de la capacidad del in- dividuo es de fundamental importancia por sus implicaciones psicolégicas y filosdficas. Ello implica que la terapia consiste en la liberacion de una capacidad existente en un individuo poten- cialmente capaz, y no en el manejo experto de una personalidad mas 0 menos pasiva.? Desde el punto de vista filosdfico, estas concepciones implican que el individuo tiene la capacidad de orientarse, dirigirse y controlarse a si mismo, siempre que estén dadas ciertas condiciones definibles. Sélo en ausencia de estas condiciones y no en principio, seran necesarias la direccién y el control externos del individuo. 2 A fin de corregir un error corriente, debemos sefalar que esta conclu sion tentativa respecto de la capacidad humana ha sido el producto de un trabajo ininterrumpido realizado con clientes sometidos a terapia. No trata de un supuesto o de un prejuicio que ya tenfamos cuando iniciamos nuestras terapéuticas. En un articule autobiografico [69], hago una breve resefa de los razonamientos que me ieron llegar a esta conclusién. 61

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