You are on page 1of 1

Sonaba el reloj y junto al él se escuchaban las tiernas voces de tu bello amanecer (pag. 1).

Junto a este sonido entraba en el delirio de aquella horrible noche, donde la oscuridad de ese
aplastante cielo azul estremecía mi cuerpo y lo llenaba de miedo (pag. 2).

No podía ocultarlo, mi conciencia no podía con aquella noche azul deprimente (pag. 3)…. Mi
único respiro era admirar la luna que alumbraba el tenebroso castillo (pag. 4). Ni los animales
podían creerlo, ¡ese no era yo! El bosque consumía mi tristeza (pag. 5).

El bosque se manifestaba con su furia, con su sentir…. Cada animal que había allí me miraba
fijamente, dentro de esa miraba también se ocultaba un gran dolor (pag. 6).

Cada gota de sangre me llevaba a ese sótano negro de mi desgracia, no entendía nada, mi
mente estaba borrada (pag. 7-8). Decidí alejarme de todo con el tiempo, tomar nuevos aires,
respirar, superar esa parte de mi vida, frotar mis manos en la arena y mi piel frente a ese
ardiente sol (pag. 9-10). Las llaves de mi mente no podían descifrar la abertura de ese cajón
oscuro, ese cajón que no pude destruir nunca (pag. 11). Cada cuadro me acordaba a ella, su
sonrisa se reflejaba en su día a día… mi ser no pudo con tanta soledad, creí superar mis
temores, pero lo único que hacía era guardarlos en mi interior (pag. 12-13) , detrás de esa
pasión que tenía en mi corazón, de esa pasión que no pude controlar (pag. 14-15). El frío
despertaba mi verdadero ser, ese ser que desgarraba con sus propias uñas todo lo bueno que
había a su alrededor; a pesar de esconderme en esa tenebrosa cueva, yo sabía que estaba a la
vista de ellos (Pag. 16-18). La penumbra se conjugaba con el fuego de mi piel despertando mi
dolor hasta acabar con mi ser (Pag. 19). Mi existencia solo opacada ese bello bosque y esos
grandiosos seres que no tenían la culpa de todo lo acontecido (pag. 20).

You might also like