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Lic.

Mauricio Manzano

Cristología

Parcial I

Rodríguez de García Miriam Jeanette (r01135683)

El Jesús de la tierra

El enfoque del cristianismo es conocer a Jesús, de diferentes formas y con imágenes que sean
fáciles de comprender para la gran audiencia. Los que por los siglos hemos buscado en la imagen
de Jesús al salvador, redentor, consolador, amigo o solo alguien en quien creer. Uno de los
recursos mas utilizados para dibujar el rostro de Jesús son las parábolas. La parábola es una
metáfora o comparación tomada de la naturaleza o de la vida diaria, que atrae al oyente por su
viveza o singularidad y deja la mente con cierta duda sobre su aplicación exacta, de modo que la
estimula a una reflexión activa (Dood, 1974).

La capacidad de las parábolas de transmitir el carisma de Jesús, hace que se dependa de ellas
para armar un bosquejo sobre la imagen de Cristo. Comúnmente se óvida que las parábolas (…)
han «vivido» en la Iglesia primitiva. Conocemos las parábolas sólo en la forma que les ha dado
la Iglesia primitiva y estamos ante la tarea de recobrar su forma original, en tanto cuanto
podemos (Joachim,1974)

Lo realmente importante de reconocer es que Jesús, puede decirse que instituyo el género
de las parábolas; y que, sin ellas, prácticamente nos quedamos sin saber lo que decía Jesús. (…)
Y esto es muy importante, porque de Jesús nos interesan tres cosas: quién es, qué hace y qué
dice. Si nos quedamos sin saber qué dice, gran parte de la Buena Noticia desaparece. (Ruiz,
2015)

El Jesús histórico, decía muchas verdades en simples formas y maneras sencillas, era un maestro
de la tierra, pues con y hacia ellos dirigió su ministerio y predicación; y son estos sencillos los
responsables de lo que hasta hoy sabemos de Jesús. Según Brown, Bultmann atribuyo un enorme
porcentaje de la tradición sobre Jesús a la imaginación a la creatividad de los primeros cristianos
(Brown, 2002). Aquellos artesanos, campesinos, o mendigos siendo nuevamente personas.
Eran ellos la comunidad predilecta a la cual Jesús se adhirió y con los cuales compartió hasta ser
casi iguales. Para entender lo que querían decir en el Mediterráneo del siglo I, es necesario
reconocer la orientación grupal de sus gentes. El término “aman”, por ejemplo, estaría mejor
traducido por «adhesión o apego al grupo, adhesión a una persona» (Malina,1996). Es así, como
Jesús es visto compartiendo misterios, hablando grandezas con los que nadie quiere ver, a los
que prefieren no oír. Cada parábola y palabra dicha es un pedazo del gran cuadro que es la
imagen de Cristo. No lleva colores esplendorosos, sino los sencillos: los tonos de café del
camino, o lo quemado del sol sobre la piel, tienen sabor a campo y mar, son palabras de amor y
reflejos de un verdadero amante del ser humano sin importar su condición. Ya sea este el Jesús
que se recuerda o el que la historia identifica.

Referencias Bibliográficas

Dood, C.H. (1974) Las parábolas del Reino. Madrid, España. Ed: Ediciones Cristiandad.
Joachim, J. (1974). Las parábolas de Jesús. Navarra, España. Ed. Verbo Divino.
Ruiz, E. (2000). Para leer el reino en parábolas. Madrid, España. Ed. Verbo Divino.
Brown, R. (2002). Introducción al Nuevo Testamento. Madrid, España. Editorial: Trotta.
Malina, B. y Rohrbaugh, R. (1996). Los evangelios sinópticos y la cultura Mediterránea
del Siglo I. Navarra, España. Editorial: Verbo Divino.

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