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La educación técnica y tecnológica en el Ecuador

Es conocido que a nivel mundial la educación técnica y tecnológica no ha


recibido la atención e importancia adecuada, posiblemente por desconocimiento de
los aportes que ésta ofrece en las estructuras laborales, así como en el desarrollo
industrial y económico de los países.

De la información revisada se puede observar que, a finales de la década de los


años cuarenta se han propiciado muchos cambios en torno al contexto educativo;
debido principalmente a las demandas sociales, científicas y académicas de la
población, dando paso a la implementación de la educación técnica.

En Ecuador, la educación técnica ha tenido dos etapas: la primera iniciada por el


año 1957 con la apertura de la educación técnica a nivel de bachillerato, y la segunda
con el aparecimiento de la educación técnica y tecnológica superior no universitaria.

Respecto a esta, Tomaselli nos indica que la educación superior no universitaria,


muestra un desarrollo más tardío en comparación al bachillerato técnico; es mediante
la Ley de Educación y Cultura de 1977 que se crea el post ciclo diversificado (2018, pág.
11).

En este mismo contexto, el Consejo de Evaluación, Acreditación y


Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior en el Ecuador (CEAACES, 2016)
menciona: “aunque estos procesos superaban el nivel medio de enseñanza, las
instituciones en las que se desarrollaban, funcionaban en las propias instalaciones de
los centros de enseñanza de nivel medio que les dieron origen” (Tomaselli, 2018).

Con la aprobación de la Constitución de la República en el 2008, y la


promulgación de la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) en el 2010, la
Educación Técnica y Tecnológica en el país, pasa a formar parte del Sistema de
Educación Superior, y el año 2018 con la Ley reformatoria a la (LOES), la educación
técnica y tecnológica es reconocida como educación de tercer nivel.

A pesar de estos avances en materia jurídica, los institutos técnicos y


tecnológicos públicos aún atraviesan dificultades muy serias, toda vez que no cuentan
con infraestructura ni presupuestos propios, y la mayoría se encuentran operando en
las infraestructuras de las instituciones de educación media donde fueron creados.

En el caso de las instituciones de educación técnica y tecnológica particular, la


situación es diferente, sin embargo, no dejan de estar en desventaja en relación al
sistema universitario del país; pues, las preferencias de formación profesional de los
graduados como bachilleres mayoritariamente están encaminadas hacia las
universidades.

En el afán de fortalecer e innovar el sistema educativo ecuatoriano, se crea


el Plan Nacional de Fortalecimiento y Revalorización de la Formación Técnica y
Tecnológica, creándose con ella nuevos institutos con carácter regional (SENESCYT,
2019).

A pesar de todos estos esfuerzos, para el año 2018 únicamente el 7% de la


población que ingresa a la educación superior pertenece a la educación técnica y
tecnológica.

Al resumir lo expuesto en los acápites anteriores se concluye que: a pesar de que


la educación técnica y tecnológica aporta ciencia, técnica y tecnología para el
desarrollo económico, social y cultural de los países, en Ecuador este tipo de
educación aún es limitado.

Referencias

1. Gordillo , M., & González, J. (01 de Abril de 2012). Enseñanza de la tecnología.


Revista Iberoamericana de Educación, 1-8. Obtenido de
https://rieoei.org/historico/documentos/rie28a01.htm

2. SENESCYT. (10 de Junio de 2019). Secretaría de Educación Superior, Ciencia,


Tecnología e Innovación. Obtenido de Secretaría de Educación Superior, Ciencia,
Tecnología e Innovación Web site: https://www.educacionsuperior.gob.ec/la-
formacion-tecnica-y-tecnologica-se-fortalece-a-traves-de-un-plan-integral/

3. Tomaselli, A. (2018). La educación técnica en el Ecuador. Santiago: CEPAL,


Naciones Unidas.

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