You are on page 1of 6

UN NUEVO CAPITALISMO: EL NEOLIBERAL

(TOMADO DE HISTORIA CONTEMPORANEA MUNDIAL. MINISTERIO


DE EDUACIÓN NACIONAL DE ARGENTINA)

frente a la crisis económica de los 70, casi todos los Estados occidentales
comenzaron a aplicar políticas neoliberales.

Éstas tenían como meta principal lograr el crecimiento económico. Sus


partidarios consideraban que cuando el crecimiento llegase a ser voluminoso, se
“derramaría” sobre el resto de los sectores sociales, elevaría los niveles de
ingreso y resolvería naturalmente la situación de las personas y grupos más
desfavorecidos. A esta creencia se la llamó la “teoría del derrame”.

Creían, además, que para lograr el crecimiento económico era prioritario


garantizar la libertad del mercado. A diferencia del Estado de Bienestar, que
intervenía regulando los beneficios de las empresas, los salarios y los precios,
los partidarios del neoliberalismo sostienen que el Estado debe intervenir en la
economía sólo para garantizar la libre competencia.

En función de estas ideas, las medidas que impusieron los gobiernos


neoliberales fueron las siguientes:

• Se privatizaron las empresas públicas, dejando en manos de empresarios


privados negocios muy rentables, con el argumento de que la búsqueda
de beneficios y la competencia entre privados mejoraría los servicios, como la
provisión de agua corriente, electricidad, gas, etcétera. La rentabilidad de los
servicios públicos quedaba asegurada debido a su escasa competencia y a que
extensas franjas de la población accede a ellos.

• Se rebajaron los impuestos sobre las ganancias y sobre los sectores de


más altos ingresos.
• Se eliminaron las restricciones para la entrada de mercancías y capitales, con
el objetivo de garantizar la libertad de mercado y la libre competencia
con los productos de fabricación nacional.
• Se redujo la inversión pública (en salud, educación, políticas sociales),
con el objetivo de equilibrar el presupuesto del Estado y así controlar la
inflación.
• Se “flexibilizó” la legislación laboral porque –según los partidarios del
neoliberalismo- la baja del costo de la mano de obra y la adecuación de las
condiciones laborales a las nuevas modalidades de producción que resultarían
de esta flexibilización, promoverían la inversión privada.
El gobierno de la primera ministra de Gran Bretaña, Margaret Thatcher
(1979-1990), es considerado el modelo más puro de neoliberalismo. En el resto
de los países europeos, si bien se impusieron modificaciones en la política
impositiva, no hubo grandes recortes en los gastos sociales y se evitaron
enfrentamientos con los sindicatos.

En Estados Unidos, el neoliberalismo tuvo características distintas. Ronald


Reagan, su presidente entre los años 1981 y 1989, también redujo los
impuestos en favor de los ricos y desalentó todo tipo de huelgas, pero los
gastos estatales destinados a la carrera armamentista aumentaron mucho más
que en cualquier otro período de la historia estadounidense. La prioridad era la
competencia militar con la Unión Soviética. Era la época de la guerra fría y, en
todos los casos y más allá de la economía, los gobiernos neoliberales se
caracterizaron por un fuerte anticomunismo.

GOLPES MILITARES Y NEOLIBERALISMO


EN AMÉRICA LATINA

En América Latina, desde los años sesenta, bajo la influencia de la revolución


cubana, surgieron grupos políticos que consideraban que sólo a través de la vía
armada se podría dar respuesta a la situación de injusticia social, miseria y
desigualdad que caracterizaba a todos los países de la región.
Los Estados Unidos, temerosos de estos movimientos denominados guerrilleros
y de que se produjera un desenlace como el de Cuba, (en el que un grupo
encabezado por Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara derrocó al régimen de
Fulgencio Batista, de buenas relaciones con Estados Unidos), alentaron en
América Latina distintos golpes militares.

Entre 1972 y 1976, en Bolivia, Chile, Uruguay, Perú y la Argentina, sus fuerzas
Armadas tomaron el gobierno y establecieron rígidas dictaduras. Contaban con
el apoyo del gobierno de Estados Unidos que se había preocupado por
adiestrarlas en la lucha contra el comunismo. Era la época de la guerra fría y su
prioridad era el triunfo contra “el imperio del mal”, como denominaban al
comunismo. En el logro de este objetivo, cualquier método era válido, aun los
que implicaban –como ya lo señaláramos– violaciones a los derechos humanos.

Además del apoyo externo de los Estados Unidos, los gobiernos surgidos de
estos golpes militares eran apoyados internamente por los sectores más ricos y
poderosos de cada país: grandes industriales, terratenientes y algunos
sectores de la iglesia. Contaban también con el beneplácito de las empresas
trasnacionales, atraídas por las políticas económicas que estos gobiernos
prometían implementar. Esas políticas eran neoliberales. Su aplicación implicó,
para toda la región, la eliminación de toda traba para el ingreso de productos
fabricados en el exterior y el consiguiente cierre de muchas industrias, sobre
todo las de capitales nacionales: sus productos no podían competir con los
precios de los importados, y además, como los vendían en el mercado interno
las industrias nacionales, se vieron perjudicadas por el congelamiento de los
salarios y la disminución del poder adquisitivo de los trabajadores decididos
por los nuevos gobiernos neoliberales. En suma, las aplicaciones de estas
políticas implicaron el hambre y la miseria para la mayoría de la población.

Para impedir cualquier queja y “reeducar” –en sus términos– a la sociedad, se


implementó el terrorismo de Estado, es decir la persecución y la tortura de
todos aquellos que pensaran distinto, su asesinato indiscriminado, el
secuestro de sus bebés (que fueron entregados en adopción ilegítima), el robo
y la corrupción. Estas dictaduras latinoamericanas desataron su mayor
represión sobre los jóvenes.

Otra característica de los gobiernos latinoamericanos de esta época –fueran


dictaduras militares o gobiernos civiles– fue el gran endeudamiento a que
condujeron las economías de sus países. A partir de 1973, pudieron tomar
créditos en el extranjero. Los bancos privados internacionales disponían de una
enorme masa

de “petrodólares” (dólares que procedían del extraordinario aumento del


precio del petróleo en el comercio mundial) que prestaban a bajísimo interés.
El endeudamiento creció en toda América Latina. El uso que se dio a los
préstamos fue diferente en cada país. Por lo general, fueron utilizados para
pagar las importaciones de petróleo (Brasil), las importaciones de equipamiento
militar (los países gobernados por dictaduras militares), la de bienes de
consumo (como en el caso de la Argentina, Chile, México y Venezuela) y para
financiar inversiones productivas (en Brasil, Colombia y México).

Los sectores que habían obtenido el poder por medio de los golpes de Estado
estaban decididos a quedarse ejerciéndolo por mucho tiempo, “sin plazos”
–afirmaban algunos de ellos–. Sin embargo, no pudieron hacerlo. Ante el
fracaso de las políticas económicas basadas en el endeudamiento y los graves
problemas sociales existentes, debido al cierre de fábricas y el
empobrecimiento de la población, y a la aplicación del terrorismo de Estado
para terminar con el comunismo, los militares tuvieron que retirarse y dejar
paso a regímenes democráticos.

A partir de los años ochenta, en Honduras, Perú, Bolivia, Uruguay, Argentina,


Chile y Brasil, entre otros países, se fueron dando condiciones para el retorno
de gobiernos constitucionales. Muchos de estos gobiernos, sin embargo,
continuaron aplicando las políticas neoliberales. Uno de los primeros en
implementar estas políticas fue el del presidente Carlos Salinas de Gortari, en
México, electo en 1988. Luego, Carlos Menem en la Argentina, a partir de 1989;
en Venezuela, ese mismo año, durante la segunda presidencia de Carlos Andrés
Pérez; y finalmente Perú, con la elección de Alberto Fujimori en 1990.
Ninguno de estos gobiernos hizo conocer a la población, antes de su
elección, el contenido de las políticas que habrían de aplicar. Por el contrario,
Menem, Pérez y Fujimori , en sus plataformas electorales, prometieron
exactamente lo opuesto a las medidas económicas que implementaron en el
curso de la década de 1990.
NEOLIBERALISMO EN COLOMBIA

En América Latina y desde luego en Colombia, a partir de la crisis de 1929, primó un


modelo de desarrollo mixto, es decir, sistema capitalista o de mercado con dosis variadas de
intervencionismo del Estado. Desde luego, con la excepción de Cuba y el período de
Allende en Chile.
 Por: Germán Vargas Morales*

Sin embargo, es bien importante resaltar, que los países latinoamericanos también
aportaron su modelo propio, engendrado en la Comisión Económica para América
Latina (Cepal) bajo la dirección de Raúl Prebisech, dando origen a la escuela
Estructuralista, conocida por su célebre política industrial de sustitución de
importaciones. Esta escuela, influyó decididamente en la economía colombiana hasta
la aparición del neoliberalismo.

Sostiene que el subdesarrollo de los países se debe a sus condiciones internas y


estructurales. Los países desarrollados crean condiciones de dependencia a los
proveedores de materia prima, y los beneficios de las exportaciones, no se reinvierten,
sino se transfieren a los primeros.

Entonces son necesarias reformas estructurales, que conlleven a la industrialización,


mediante sustitución de importaciones con visión de protección hacia la industria
naciente. Lo anterior significa una política de crecimiento hacia adentro, que difiere
frontalmente de la neoliberal de expandir la economía hacia afuera buscando la plena
libertad de mercados.

Para los estructuralistas, la lucha contra la inflación no es con herramientas monetarias,


reducción del déficit fiscal, de subsidios y liberación de precios como lo afirma
Friedman, sino con profundas reformas que rompan la rigidez de la oferta, la estructura
tributaria, la técnica de la tierra y la distribución del ingreso.
Pese a algunos éxitos relativos que se pueden conceder al estructuralismo, nunca se
llegó al tan esperado desarrollo, y fue la misma Cepal quien recomendó
rectificaciones, al reconocer que su modelo desestimulaba las exportaciones,
propiciaba los monopolios y la falta de competencia internacional, reducía la calidad
de la producción nacional conduciendo de paso al estancamiento.

El neoliberalismo propulsor del gran desarrollo alcanzado en Chile, y en otras regiones


del mundo como el Reino Unido y USA, llega a Colombia y es César Gaviria quien le
da máxima aplicación, no solo como ministro de Barco, sino como primer mandatario
de la Nación. Su vigencia continúa en este gobierno, aunque con algunas pésimas
variantes que junto a circunstancias políticas conocidas tienen sumido al país en una
grave recesión.

*Académico e investigador. (Recuperado de www.eltiempo.co)

You might also like