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CT-TF - Luis Flores de La Puente
CT-TF - Luis Flores de La Puente
y cosmovisión”
Introducción
Durante el año de 1925, Julio C. Tello inicia sus investigaciones en el valle de Ica,
en las cuales descubre las evidencias arqueológicas de una cultura la cual
conocemos como Paracas, excavaciones en las cuales se ubicaron, por primera
vez en contexto, unos de los mas finísimos textiles fabricados por el hombre
andino, de gran exuberancia estética y evidencia de una gran maestría en lo
técnico. Estos mantos solían circular mucho dentro del las colecciones privadas
de la época, los cuales fueron obtenidos de los llamados “huaqueos”, comunes
para la gente de élite de la época, y en base a los cuales se fueron desarrollando
importantes colecciones de material arqueológico. Lamentablemente, debido a los
poco ortodoxos métodos de la época y a su principal fin mercantil y de recreación
(muchas de estas incursiones eran parte de los hobby de la aristocracia de
entonces), no hubo un registro de la obtención de los mismos dentro de contexto,
por lo que los datos correspondientes se perdieron durante estas actividades. Fue
durante estas importantes investigaciones de Tello que se realiza la famosa
división temporal de la sociedad Paracas, en base a los patrones constructivos de
sus contextos funerarios: Paracas Cavernas y Paracas Necrópolis.
Entre los años de 1927 y 1928 se realizan las excavaciones en los núcleos
funerarios A y B de la Necrópolis de Wari Kayan, mediante las cuales fueron
hallados 429 fardos, 235 en el primero y 104 en el segundo. El fardo 298, el cual
nos concierne en la presente monografía, fue desenterrado durante los trabajos
de excavación en el área occidental del cementerio, trabajos que estuvieron a
cargo de Toribio Mejía Xesspe. En los diarios de campo se describe a este fardo
(momia) como “de tamaño regular, cubierta con una estera y tejidos abundantes
de algodón”. Corresponde a un fardo de primera categoría o “X”, pues se lo
encontró con tejidos finos. Esta clasificación realizada por Tello se realizó en base
a los estudios previos de los fardos del sitio Arena Blanca, la cual se hizo en base
al tamaño del fardo, a la presencia de elementos asociados e importancia. Se
clasificó de la siguiente manera, haciendo “X” referencia a los fardos de mayor
dimensión, “Y” para los fardos medianos y “Z” para los más pequeños. La
clasificación de fardo de primera categoría dada al 298 indica que la cubierta
exterior se encontraba en mal estado al ser hallado, por lo que se pudo observar el
contenido superficial. Esto se evidenció posteriormente al momento de retirar el
primer paño envoltorio, durante el año 2005, encontrándose la ficha con el código
de campo que le fue asignado en la parte interna del mismo. Esto ocurrió dentro
del marco del “Proyecto Fardo Funerario Paracas 298, Investigación y Puesta en
Valor”, realizado por el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia
del Perú, con el apoyo de la empresa Merton de Inglaterra, Iniciado el año 2004,
este proyecto consiste en la última disección de un fardo Paracas de primera
categoría. (Pérez y Ugarte, 2016)
Julio C. Tello durante el descubrimiento de un fardo Paracas en Wari Kayan. Archivo
Tello, MNAAHP. (En Perez y Ugarte, 2016)
1.2.2 Mantos
Estas son las piezas mas conocidas y apreciadas por la mayoría de personas,
debido a su formato y a la vistosidad de las representaciones y colores que
poseen la mayoría de ellas: Generalmente, suelen ser un paño grande,
rectangular de 2.50 m de largo por 1.30 m de ancho por término medio, y
corrientemente ornamentado con figuras bordadas. El manto suele ser
monocromo, sin ornamentación; y bícromo ornamentado con figuras polícromas
bordadas. Los mantos son de lana y algodón; encontrándose mayormente los de
lana mejor preservada; y los de algodón, en su mayoría, suelen estar
carbonizados. La forma rectangular es común a todos los ejemplares.
Todo manto se comprende de dos partes principales: el apaño o la tela básica que
puede ser de textura suelta como la del crepé, tupida o rala; y los bordados
decorativos. La tela básica puede ser de una sola pieza o de dos o más piezas.
Las franjas son de tres clases: Bordadas sobre la tela básica; trabajadas
independientemente, y aplicadas al manto por medio de una costura menda; y
superpuestas a la tela básica por medio de hilvanes. Las franjas aplicadas, están
siempre trabajadas sobre algodón; de allí que esta parte sea la que mas se
destruya.
Existe una tipología de los formatos las distribuciones de las bandas decorativas
de los mantos clasificados como necrópolis (Carrión 1931). Esta tipología se
puede aplicar a los mantos encontrados en la momia 298.
Diversos formatos de los mantos, según la tipología de Rebeca Carrión (En Medina, 2016)
Hay inclusión de la doble tela en este fado 298, lo cual es un evidencia más de
que la tradición tecnológica propia de la etapa Cavernas, en donde se construían
telas en algodón y cuya complejidad se observaba a través de la técnica; sigue
siendo significativa como trabajo familiar especializado y cuya trascendencia
pervive a lo largo del tiempo: identificada en algunos fardos de estilo posterior
como el Necrópolis y hasta en fardos como la momia 298 que en sus
componentes. Nos muestran una variación formal y tecnológica, tal vez una
evolución hacia una etapa de transición o del desarrollo de Nazca temprano
(Medina, 2016)
En relación a los objetos y su disposición dentro del fardo, hay un programa ritual
por le cual se disponen los textiles con la representación de determinados seres
de acuerdo a la cosmología andina.
Muchas de las prendas que conforman parte del ajuar funerario de la momia 298
debieron haber sido usadas por el difunto en vida, o por miembros de su ayllu o
linaje, y reflejarían el papel importante de este personaje en su sociedad,
probablemente como jefe o sacerdote. Los objetos cobran un nuevo significado en
el momento de la muerte, en el cual su disposición e iconografía estarían de
acuerdo a un patrón funerario ya establecido y seguido por sus deudos.
En relación a los objetos y su disposición dentro del fardo, hay un programa ritual
por le cual se disponen los textiles con la representación de determinados seres
de acuerdo a la cosmología andina.
2.1.1 Capa I
En esta capa se dispusieron a los seres relacionados con el Hurin Pacha (Mundo
de abajo). Hay variaciones en la temática dependiendo de la forma de la prenda y
su ubicación en el cuerpo. Se han definido 3 zonas en la distribución de tejidos
con iconografía: zona A, correspondiente a mantos doblados en la base del
cadáver; zona B, tocados armados y dispuestos sobre y alrededor de la cabeza y
zona C, mantos extendidos alrededor del torso cruzados al frente.
Reconstrucción del motivo den la banda central del Manto 47. Personaje con corona de
colibríes y halcones en los laterales. (Thays y Aponte, 2016)
2.1.2 Capa II
Eliade, Mircea (1993) [1951] El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis.
Fondo de Cultura Económica. México.
Thays, Carmen (2016) “Reproducción del ritual funerario: preparación del cuero,
orden y distribución de las ofrendas” En Arqueológicas N° 30: pp. 69 – 85. Museo
Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú. Lima – Perú.
Thays, Carmen; Elsa Tomasto y Melisa Lund (2016) “Fardos Paracas: Origen
de la colección, trayectoria y hallazgo del fardo 298” En Arqueológicas N° 30: pp.
37 – 48. Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú. Lima –
Perú.