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“Graciano, Mirta Beatriz c/ANSeS s/Reajustes varios, Expte.

9450/2020

Cámara Federal de la Seguridad Social, Sala III, 17/2/22

VISTO Y CONSIDERANDO:

I. Que las presentes actuaciones llegan a conocimiento del Tribunal con motivo de los recursos
deducidos por ambas partes contra la sentencia definitiva del Juzgado nro. 6 del fuero.

La representación letrada de la accionada se alza en primer término, contra el recálculo del haber
inicial. Puntualmente cuestiona la elección de un inadecuado índice salarial en relación al ISBIC
dispuesto para actualizar las remuneraciones y solicita “se establezca en su lugar la aplicación del
índice combinado dispuesto en la Ley N° 27.260, en el Dto. N° 807/16, y en la Resolución de
ANSeS N° 56/18" que contempla el RIPTE entre el 1.4.95 y el 30.6.08; además, se agravia de lo
decidido en torno a la PBU.

Por su lado, la parte actora cuestiona la movilidad de las leyes 26.417, 27.426, la suspensión
operada por la Ley 27.541 y decretos dictados en consecuencia, insiste en la tacha del art. 26 de
la Ley 24.241, se alza contra la aplicación del caso “Villanustre”, de la prescripción declarada, la
tasa de interés y las costas.

Cabe señalar que quien demanda obtuvo su prestación al amparo de la Ley 24.241, con FAD al
8.02.06.

II. Que en aras a alinear la decisión sobre revisión del haber inicial de la prestación, cabe tener
presente los lineamientos establecidos por la C.S.J.N. en el precedente “Elliff, Alberto José
c/Anses s/reajustes varios”, sentencia del 11.8.09; estándar que ha sido ratificado por el Tribunal
Cimero, previo análisis de las disposiciones legales invocadas por la accionada, por sentencia del
18.12.2018 recaída en los autos “Blanco, Lucio Orlando c/ANSeS s/Reajustes varios”, situación
que no ha variado al presente.

En tales condiciones este criterio ha de ser observado en el sub examine con relación a la
actualización de las remuneraciones devengadas hasta el mensual 2/09 inclusive, para las que
habrá de estarse a las pautas de “Elliff”, toda vez no es posible recurrir (a ese fin) al empleo de la
Res. D.E. 298/08 y sus modificatorias por ser susceptible de la misma objeción que motivó el
dictado del precedente aludido, dado que el coeficiente de actualización contenido en su anexo
(amen de no expresar variación salarial), no refleja ajuste alguno desde el mensual 3/91 al
mensual 9/04, en que el coeficiente 1.793756791 se mantuvo inalterado.

En cambio, visto que no existe impedimento en empalmar el ISBIC con el índice combinado de la
ley de movilidad y a fin de dar tratamiento homogéneo a unas y otras desde el mensual 3/09 hasta
la fecha de adquisición del derecho, tanto para las remuneraciones previas -ya ajustadas hasta el
mensual 2/09 del modo indicado precedentemente- como para las devengadas desde el 3/09,
habrá de emplearse el índice de actualización ordenado por el art. 2 de la Ley 26.417, en cuanto
dispone que “...a fin de practicar la actualización de las remuneraciones a que se refiere el artículo
24 inc. a) de la Ley 24.241 y sus modificatorias, para aquellas que se devenguen a partir de la
vigencia de la presente ley, se aplicará el índice combinado previsto en el art. 32 de la mencionada
ley”.

Cabe entonces hacer lugar al recálculo de la prestación según lo expuesto precedentemente.

III. Que, por último, no ha de prosperar el embate de la parte actora contra la validez de la
movilidad aplicada en virtud de la Ley 26.417 a partir de su entrada en vigencia, habida cuenta que
no demuestra fehacientemente el perjuicio sufrido por el empleo de esa mecánica de ajuste.

Máxime, que no suple ese recaudo las argumentaciones dogmáticas vertidas en torno a los
elementos de la fórmula de que se trata.
IV. Que en cuanto a la conformación mixta de la nueva fórmula de movilidad del art. 32 de la Ley
24241, a partir de la sustitución de su texto anterior dispuesta por el art. 1 de la Ley 27.426,
(resultado de un promedio conformado en un 70% por las variaciones del Nivel General del Índice
de Precios al Consumidor Nacional elaborado por el INDEC y un 30% por el coeficiente que surja
de la variación del RIPTE), se destaca que la misma guarda analogía con la pauta que en su
momento fuera adoptada por la mayoría de este Tribunal en miles de casos a partir de “Szczupak,
Sofía Rebeca c/ Caja Nacional de Previsión de la Industria, Comercio y Actividades Civiles s/
Reajustes por movilidad” (sent. N° 54 del 16/8/89, publicada en ED, 134-658); “Rodríguez, Camilo
Valeriano c/ Caja Nacional de Previsión de la Industria, Comercio y Actividades Civiles s/Reajustes
por movilidad” (sent. N° 55 del 16/8/89, publicada en ED, 134-819; en JA, 1989-IV-279; en LT, Año
XXXVII, N° 441, págs. 701/55 y en TSS, To. XVII-1990-64); “Bastero, Benjamín c/ Caja Nacional
de Previsión para el Personal del Estado y Servicios Públicos s/ Reajustes por movilidad” (sent. N°
56 del 16/8/89, publicada en “Errepar”, Doctrina Laboral, To.III, págs.437 y sgts. y en ED, 136-118),
también reiterada en la sentencia definitiva nro. 40090 del 29.7.93 recaída en la causa 21356/93
“Chocobar, Sixto Celestino c/Caja Nacional de Previsión para el Personal del Estado y Servicios
Públicos s/reajuste por movilidad”.

En ellos se dispuso, a fin de preservar el carácter “alimentario” y “sustitutivo” de las prestaciones


previsionales, aplicar una movilidad que “refleje una adecuada proporcionalidad entre el costo de
vida y la evolución de las remuneraciones del personal en actividad”, conformada por el promedio
mensual de las variaciones surgidas de los “índices de salarios de peón industrial y de costo de
vida que elabora el Indec”.

Por otro lado, ha de agregarse que con arreglo al art. 7 del C.C.C.N, “a partir de su entrada en
vigencia, las leyes se aplican a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas
existentes” y eso es lo ocurrido con la Ley 27.426, en cuanto dispone la aplicación de un nuevo
índice de movilidad trimestral a partir del 1 de marzo de 2018 (arts. 1 y 2).

En ese orden de cosas se ha dicho que “La ley fija una fecha a partir de la cual comienza su
vigencia y deroga la anterior, de manera que no hay conflicto de leyes. El problema son los
supuestos de hecho, es decir, una relación jurídica que se ha cumplido bajo la vigencia de la ley
anterior, tiene efectos que se prolongan en el tiempo y son regulados por la ley posterior...” (cfr.
Ricardo Luis Lorenzertti, “Código Civil y Comercial de la Nación” comentado, T. I, Ed. Rubinzal-
Culzoni Editores, 2014, págs. 46 y 47).

Siguiendo con ese razonamiento cabe sostener que las consecuencias de las relaciones y
situaciones jurídicas existentes “que se constituyeron o se extinguieron cumpliendo los requisitos
de la ley anterior no son alcanzadas por este efecto inmediato. y las que están en proceso de
constitución son alcanzadas por la nueva ley” (ob. cit.).

Ahora bien, lo cierto es que de conformidad con lo dispuesto por el art. 6 de la Ley 26.417, se
sustituyó la cláusula de movilidad regulada originalmente por el art. 32 de la Ley 24241 por el
siguiente texto: “Las prestaciones mencionadas en los incisos a), b), c), d), e) y f) del artículo 17 de
la Ley 24.241 y sus modificatorias, serán móviles. El índice de movilidad se obtendrá conforme la
fórmula que se aprueba en el Anexo de la presente ley.”

Y el anexo referido, luego de desarrollar la fórmula aplicable, concluye del siguiente modo: “El
ajuste de los haberes se realizará semestralmente, aplicándose el valor de ”m" para los haberes
que se devenguen en los meses de marzo y septiembre. Para establecer la movilidad se utilizará
el valor de “m” calculado conforme el siguiente detalle: enero-junio para el ajuste de septiembre del
mismo año y julio-diciembre para el ajuste a aplicar en marzo del año siguiente."

En atención a esas normas, cuya validez constitucional no fue cuestionada por el recurrente, cabe
concluir que la movilidad a otorgar semestralmente es el resultado de la combinación de distintas
variables producidas en los semestres enero-junio y julio-diciembre, a devengar y percibir sobre
los haberes de marzo y septiembre, por lo tanto no puede sostenerse la existencia de un
devengamiento mensual, como pretende el recurrente, para sustentar que a la fecha de entrada en
vigencia de la Ley 27.426 ya había incorporado a su patrimonio el derecho a la movilidad de la
Ley 26.417, siendo que aquella había sido sustituida por la ley cuestionada cuya entrada en
vigencia se produjo el 29.12.17, es decir, con anterioridad al 1° de marzo de 2018 (fecha en que
habría adquirido el derecho a la referida movilidad) y al 31.12.17 (cierre del período ponderable a
los fines de que se trata).

Por otro lado, tampoco se encuentra acreditado que la nueva fórmula dispuesta a partir de marzo
de 2018 con el aumento de junio del mismo año, haya producido una quita en el monto del haber,
por lo que resulta aplicable la doctrina del Superior Tribunal en autos tales como “Actis
Caporale” (c.S.J.N. 19.9.99), “Quiroga, Carlos Alberto” (c.S.J.N. 11.11.14), debiendo tenerse en
cuenta, asimismo, las consideraciones contenidas en este sentido en el precedente de esta misma
Sala “Fernández Pastor Miguel Ángel c/ ANSES s/amparos y sumarísimos”, exp 138932/17.
(disponible en “Consulta de Expedientes” del PJN en el sitio: http://scw.pjn.gov.ar/scw/home. seam
y publicada en: https://blog.errepar.com/2018/06/06/jubilaciones-y-pensiones-ley-27-426-
movilidad-del-mes-de-marzo-de-2018-inconstitucionalidad/).

Por lo que se propone rechazar el recurso deducido en lo que a esta cuestión refiere.

V. Que respecto a la pretensión de la actora tendiente a cuestionar el art. 55 de la Ley 27.541 y


decretos dictados en consecuencia, no han de tener acogida favorable por lo que seguidamente
se expondrá.

Cabe señalar, de manera preliminar, que la expresión de agravios debe consistir en una refutación
nítida y puntual de los errores que se estima contiene la resolución, sea en la apreciación de los
hechos o en la aplicación del derecho, no pudiendo ser únicamente una mera discrepancia con lo
resuelto por el juez (arg. art. 265, CPCCN). La idea de crítica concreta a la que se hace referencia
en este punto tiene que ver con la precisión de la impugnación, con el fin de demostrarle a la
cámara las equivocadas deducciones, inducciones y conjeturas sobre las distintas cuestiones
resueltas por la instancia de grado (en sentido similar, confr. Fenochietto-Arazi, Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación, Comentado y concordado, T. I, Astrea, Buenos Aires, pp. 941/942).

Por su lado, la CSJN ha precisado que los recurrentes deben rebatir todos y cada uno de los
fundamentos en que el juzgador se apoyó para arribar a sus conclusiones (Fallos: 323:1261 y su
cita, entre muchos otros).

En este sentido, la interesada -en el sub examine- no ha brindado siquiera una fundamentación
suficiente que dé sustento a la inconstitucionalidad que alega, limitándose a formular
manifestaciones dogmáticas y conjeturales que resultan insuficientes a ese fin.

En efecto, no debe perderse de vista que la declaración de inconstitucionalidad constituye la más


delicada de las funciones susceptibles de encomendarse a un tribunal de justicia, configurando un
acto de suma gravedad institucional, que debe considerarse como última ratio del orden jurídico
(C.S.J.N. en Fallos: 302:1149, 303:241, 319:3.148; 321:441; 322:1.349, entre muchos otros) por lo
que no cabe formularla sino cuando un acabado examen del precepto conduce a la convicción
cierta de que su aplicación conculca el derecho o garantía constitucional invocados (C.S.J.N., en
Fallos: 315:924) y la repugnancia con la cláusula de la Carta Magna es manifiesta y la
incompatibilidad es inconciliable (conf. argumento expuesto por la C.S.J.N., en Fallos: 322:842 y
919).

VI. Que se encuentra controvertido en autos la determinación del valor de la Prestación Básica
Universal, en tal sentido, sin perjuicio de lo resuelto por esta Sala en los precedentes “Bruzzo,
Romilio Amaro c/ANSeS s/reajustes varios”, “Duo Etelvina Esther c/ANSeS s/reajustes varios”,
entre muchos otros, en atención a las particularidades del caso y lo dispuesto por la C.S.J.N. el
11.11.14 in re “QUIROGA CARLOS ALBERTO C/ANSES s/reajustes varios”, corresponde diferir
para la etapa de ejecución, el análisis del reclamo relativo al recálculo del monto inicial de la PBU.

VII. Que, por razones de celeridad y economía procesal, ha de diferirse para la etapa de
ejecución el tratamiento de los agravios dirigidos contra lo resuelto en la sentencia apelada sobre
aplicación de topes de haberes -incluido el planteo respecto a la doctrina del precedente
“Villanustre”- que fueron oportuna y fundadamente cuestionados en la demanda, pues es en ese
momento donde se
puede demostrar en el caso el perjuicio concreto que la aplicación de dichas normas podrían
ocasionarle al actor.

VIII. Que la prescripción aplicada por el fallo ha de ser confirmada por ajustada a derecho, (art. 82
de la Ley 18037 ahora art. 168 de la Ley 24241), toda vez que “...en materia de reajustes por
movilidad del haber jubilatorio rige la prescripción bienal, siendo aplicable la doctrina de la
C.S.J.N. en los autos ”Jaroslavsky, Bernardo" (sent. del 26.2.85) y “Miralles, Enrique” (sent. del
18.4.85), precedente éste último que sostuvo la constitucionalidad de los arts. 82 y 83 de la Ley
18.037 en cuanto fijan términos de prescripción específicos para las deudas de los entes
previsionales.". (ver, entre otros, “RONDAN, Isidra Bernardina c/ Caja Nacional de Previsión de la
Industria Comercio y Actividades Civiles”. 10/04/90").

IX. Que la tasa de interés a aplicarse por los créditos originados con posterioridad al 1.4.91 y hasta
el 31.12.01 ha de estarse a la doctrina reiterada del Alto Tribunal a partir del pronunciamiento
recaído el 14.9.93 en el caso “Varani de Arizzi, Bonafine”, por lo que corresponde aplicar la tasa
pasiva para uso de la justicia.

Ahora bien, visto que el criterio marcado por la jurisprudencia del Superior conserva aún vigencia,
(ver entre otros sentencias del 21.5.02 in re A.376.XXXV.R.O. “Aguilar, Froilán contra Anses s/
Reajustes por Movilidad”, del 14.9.04 in re “Spitale”, Fallos 327:3721, y pronunciamiento por
mayoría del 18.04.2017 recaído en la causa CSJ 928/2005 (41-C)/CS1 R.O. “Cahais, Rubén
Osvaldo c/ANSeS s/reajustes varios”), deberá continuar aplicándose la misma tasa aún para las
acreencias devengadas con posterioridad al 1.1.02, por lo que en este punto y con el alcance
indicado cabe confirmar lo resuelto.

X. Que, no ha de tener acogida favorable la pretensión argüida en torno a la invalidez del art. 21
de la Ley 24463, disposición que compatibiliza la exención de que goza el organismo, que fuera
establecida por el art. 1 de la Ley 18477 y 11 de la Ley 23473, por un lado, con la gratuidad del
procedimiento del reclamo de prestaciones previsionales para los demandantes, por el otro.

Sin perjuicio de ello ha de agregarse que, conforme reiterada jurisprudencia en la materia, la


constitucionalidad de la exención apuntada ha sido invariablemente admitida. (Véase, entre otros,
sentencia 15169 del 21.11.91 de la Sala II, en autos 13537/90 “Colotto Victorio c/CNPICyAC.” y
C.S.J.N., 20.8.08, in re F.444 XXXVIII. “Flagello, Vicente c/ANSeS s/interrupción de prescripción").

Por ello, en concordancia con la opinión vertida por el Ministerio Público sobre el punto, (ver, entre
otros, dictamen nro. 7773 del 24.4.97 de Fiscalía General Nro. 1, causa 6694/97 “Martínez Anita c/
ANSeS s/dependientes: otras prestaciones”), ha de ser desestimado el planteo de
inconstitucionalidad deducido y confirmar la imposición de costas por su orden.

XI. Que respecto a las restantes cuestiones alegadas que no han sido expresamente abordadas,
cabe recordar que “los jueces no están obligados a seguir y decidir todas las alegaciones de las
partes, sino sólo a tomar en cuenta lo que estiman pertinente para la correcta solución del litigio”,
(cfr. “Tolosa, Juan C. c/Compañía Argentina de Televisión S.A.”, fallado el 30.4.74, pub. L.L. T. 155,
pág. 750, nro. 385). Ello es así en el marco de la conocida doctrina en virtud de la cual se exime al
juzgador de tratar todas las cuestiones expuestas por los litigantes y de analizar los argumentos
que, a su juicio, no sean decisivos para decisión de la causa. (Fallos 272:225;
274:113; y causa “Wiater c/Ministerio de Economía”, L.L. 1998AA, pág. 281, y más recientemente
Fallos 325:1922, entre otros).

EL DR. SEBASTIAN E. RUSSO DIJO:

En lo atinente al embate dirigido contra las disposiciones de la Ley 27.426 dejo sentada mí
disidencia en los siguientes términos:

En cuanto a la aplicación del art. 1 de la Ley 27.426, corresponde poner de resalto que el art. 14
bis de la Constitución Nacional determina la garantía de jubilaciones y pensiones móviles, pero no
determina el método o pauta para cuantificar esa movilidad.
Esto implica que el Congreso es quien tiene la facultad de determinar el procedimiento para
efectuar el reajuste del haber previsional de la manera que estime más beneficiosa para el
universo de beneficiarios, de acuerdo con las circunstancias sociales y económicas imperantes en
cada momento.

Así lo ha entendido el máximo Tribunal del país al sostener, en diversas oportunidades, que un
cambio en el régimen de movilidad por otro no contraría el art. 14 bis de la C.N., pues tal
disposición no especifica el procedimiento a seguir para el logro del objetivo propuesto (Fallos
293:551; 319:3241; entre otros)

En base a ello, estimo que no obran elementos que acrediten que el sistema de movilidad previsto
por el nuevo régimen, para regir en el futuro resulte ilegítimo o arbitrario, toda vez que la fórmula
que aplica, en principio, fija una conveniente proporcionalidad entre el costo de vida y la evolución
de los salarios en actividad.

Resta abordar el cuestionamiento dirigido a la aplicación retroactiva de la Ley 27.426.

Al respecto, el art. 2° de esa norma dispuso que “La primera actualización en base a la movilidad
dispuesta en el artículo 1° de la presente, se hará efectiva a partir del 1° de marzo de 2018".

Por lo tanto, la norma, cuya inconstitucionalidad se pretende en el caso, al derogar el anterior


método de movilidad establecida por la Ley 26.417, dejó sin efecto el ajuste que ésta contemplaba
y ordenó aplicar un nuevo cálculo de movilidad a períodos abarcados por la anterior ley, con
carácter retroactivo, pudiendo alterar con ello el alcance jurídico de las consecuencias de los actos
o hechos realizados en su momento bajo el anterior régimen legal.

Se genera así, un conflicto en cuanto a la eficacia temporal de las leyes.

Por ello, cabe acudir a lo determinado por el art. 7 del Código Civil y Comercial de la Nación en
cuanto dispone que “A partir de su entrada en vigencia, las leyes se aplican a las consecuencias
de las relaciones y situaciones jurídicas existentes. Las leyes no tienen efecto retroactivo, sean o
no de orden público, excepto disposición en contrario. La retroactividad establecida por la ley no
puede afectar derechos amparados por garantías constitucionales”.

De lo dicho, puede interpretarse que a la relación ya constituida se le aplicará la nueva norma,


para regir las instancias que aún no se hayan cumplido. Las instancias ya cumplimentadas serán
regidas por la ley anterior. Es decir, los efectos ya producidos al momento de la entrada en
vigencia de una nueva ley son regidos por la vieja ley.

Ahora bien, la Ley 26.417 establecía que el cálculo de la movilidad se realizaría semestralmente
durante los meses de marzo y setiembre. Así, dispuso que se mediría la evolución de la fórmula
que determinó a tal fin, desde enero a junio y se pagaría en setiembre, a la vez que la medición
desde julio a diciembre se erogaría en el mes de marzo del año siguiente. Por lo tanto, la medición
del período 07/17 al 12/17, según la antigua ley, se pagaría en el mensual de marzo de 2018. Sin
embargo, esto no ocurrió por el cambio legislativo apuntado, por lo que a esa fecha ya regía la Ley
27.426.

Al respecto, cabe señalar que una cosa es la adquisición del derecho y otra la percepción del
mismo, que tiene lugar en el momento en que aquél se concreta.

Es decir, el derecho del actor a que se calcule la movilidad de su haber durante el lapso
comprendido entre los meses de julio a diciembre de 2017 se originó durante el transcurso de esos
meses, con independencia de que el pago pertinente tuviera lugar en marzo del año siguiente. De
ello se infiere que existe una aplicación retroactiva de la nueva norma, pues se aplica a un período
en que se hallaba vigente la ley anterior, aún cuando el pago de ese lapso tuviera lugar ya en
vigencia de la nueva ley.

A ello he de agregar que, para determinar la movilidad del período en cuestión, como ya se dijera,
de acuerdo con el método de la Ley 26.417, al mensual de marzo de 2018 se contemplaría la
evolución de los meses de julio a diciembre de 2017. En cambio, con la fórmula determinada de
conformidad a la Ley 27.426, al mensual de marzo de 2018 se consideraría la variación del
período julio a setiembre de 2017, y recién, con el mensual de junio de 2018 se abonaría el
aumento registrado en el período octubre a diciembre de 2017.

Vale decir, que para el aumento de marzo de 2018, con la normativa anterior, el cierre se hubiese
producido el 31/12/17, mientras que con la nueva fórmula dicho cierre se retrotrajo a setiembre de
2017, cuando ya se habían devengado 6 meses que, conforme a la Ley 26.417, hubiesen formado
parte de la movilidad de marzo de 2018, produciendo un atraso de varios meses en el período de
referencia.

Teniendo en cuenta este aspecto, cabe inferir que la aplicación retroactiva del precepto puesto en
crisis vulnera los principios de progresividad y no regresividad de los derechos, cuestión
consagrada en Tratados Internacionales, incorporados al texto de nuestra Constitución Nacional,
conf. Art. 75 inc. 22.

Sobre el particular, la Sala I de esta Cámara -en autos “Berasategui Fernando J. c/Anses”, sent.
del 22.03.19-, ha sostenido que “...la modificación introducida por el art. 2 de la Ley 27.426 tiene
un neto carácter regresivo, por cuanto la afectación de la movilidad dispuesta por la ley anterior se
traduce en un perjuicio económico confiscatorio para el beneficiario, reduciendo en forma
retroactiva el monto del haber que le hubiese correspondido. Por lo que la alteración de la fórmula
de cálculo de la movilidad, no puede proyectarse en perjuicio de los jubilados y pensionados,
debiendo adoptarse la solución que mejor se adecue a los principios y garantías de la Constitución
Nacional y favorezca la progresividad de los derechos humanos”.

Por las razones expuestas, opino que corresponde declarar la inconstitucionalidad del art. 2 de la
Ley 27.426 pues da como resultado la aplicación retroactiva de esa norma a una situación jurídica
ya consolidada y cuya existencia es anterior a la fecha de su entrada en vigencia. El organismo
deberá liquidar los haberes de la actora, hasta el 29 de diciembre de 2017, de conformidad con la
movilidad prevista en la Ley 26.417. Las sumas que se hayan abonado por ese período, en virtud
de la Ley 27.426 deberán ser tomadas como pago a cuenta.

Por lo que resulta del acuerdo de la mayoría, el Tribunal RESUELVE: 1) declarar formalmente
admisibles los recursos deducidos; 2) hacer lugar parcialmente al de la parte actora y, por ello,
diferir para la etapa de ejecución el cuestionamiento dirigido sobre aplicación de topes de haberes
de conformidad al considerando VII; y 3) confirmar la sentencia atacada en lo demás que decide y
fue materia de agravios. Costas de alzada por su orden (arts. 68 CPCCN. y 21 de la ley 24.463).

Protocolícese, notifíquese, cúmplase con la comunicación dispuesta por la CSJN en la Acordada


15/13 (p.4 y conc.) y, oportunamente, remítase.

Sebastián Eduardo Russo. Nestor Alberto Fasciolo. Fernando Strasser. Javier Benito Piccone.
Jueces de Cámara.

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