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Nació el 

9 de marzo de 1902 en el seno de una próspera y católica familia de hacendados


de Jalisco. Era hijo de Juan José Barragán y Ángela Morfín. Pasó su niñez al lado de su padre
en el barrio de Santa Mónica de Guadalajara, su ciudad natal. Tuvo seis hermanos, tres
mujeres y tres hombres.
Solía pasar sus vacaciones y prolongadas estancias en la hacienda de Corrales, ubicada en
las inmediaciones de La Manzanilla de la Paz, Jalisco. La experiencia infantil de esas
estancias en el campo, en el entorno rural mexicano, en la naturaleza serrana donde se
encontraba la hacienda familiar, dejaría una profunda huella que se reflejaría en su creación
artística dando como resultado la «definición de un estilo mexicano universal».
Estudió en la Escuela Libre de Ingenieros de Guadalajara, donde conoció y entabló una
profunda y perdurable amistad con personajes como Rafael Urzúa Arias y Pedro Castellanos.
Su interés por la arquitectura, según afirmaba él mismo, había nacido fundamentalmente de la
influencia del arquitecto Agustín Basave, uno de sus maestros.
Entre 1919 y 1923, Luis Barragán estudió ingeniería civil en la Escuela Libre de Ingeniería de
Guadalajara siguiendo los cursos opcionales para obtener simultáneamente el grado de
arquitecto bajo la tutela de Agustín Basave. Recibió su título en 1923.
Viajó a Francia y España de 1925 a 1926, al llegar a París asiste a la Exposición de Artes
Decorativas de 1925. Una de las imágenes que más le impresionó en esa época fue la foto de
un jardín diseñado por Ferdinand Bac, que en ese año había publicado un libro
titulado Jardins enchantés, y se inició entonces una relación personal entre ambos.
Posteriormente tiene un encuentro con las culturas mediterráneas, tanto europeas como
musulmanas, que influyeron en su arquitectura (en especial con las ciudades mediterráneas,
la jardinería y el uso expresivo del agua y con la Alhambra de Granada). Conoció a Le
Corbusier en 1931, cuando asistió a sus conferencias en París y tuvo la oportunidad de
conocer su obra.
A su regreso, la Escuela Libre de Ingeniería no entregaba más títulos de arquitectura, por lo
que, aun habiendo cumplido con los requisitos, no pudo obtener su título oficial como
arquitecto. Durante el resto de su vida firmó, alternativamente, como ingeniero, como
arquitecto o como arquitecto paisajista.
Entre 1927 y 1936 ejerció su práctica profesional en Guadalajara remodelando y proyectando
casas, con un estilo derivado de las influencias de la arquitectura mediterránea como de las
locales. Su primera obra en forma fue la remodelación de la casa de Emiliano Robles León,
notable abogado tapatío, y cuya casa se situaba en la esquina de las calles Pavo y Madero,
en pleno centro de la ciudad de Guadalajara.
En dicha remodelación, destacó el trabajo de la madera en barandales y puertas, diseñadas
por el mismo Barragán, así como el patio central, dotado de una fuente. Encantado por el
resultado de la obra del joven arquitecto, el Lic. Robles León le encargó posteriormente el
proyecto para diversas casas para renta, así como el de su casa de descanso en Chapala. En
parte gracias a la buena fama que adquirió con estas obras, Barragán ganó fama en la ciudad
y los encargos se multiplicaron.

Etapa funcionalista (1936-1945)[editar]


En 1931, viajó a Nueva York, donde conoció a Frederick Kiesler y publicó, por primera vez y
en el extranjero, su obra en Architectural Review y House and Gardens.
En 1936 se trasladó a la Ciudad de México y realizó varias construcciones habitacionales, de
tipo funcionalista e inspiradas en Le Corbusier y con un interés comercial pues influyó el
deterioro de la situación familiar. Colabora con arquitectos como Max Cetto y el ingeniero José
Creixell. Destaca el edificio de cuatro estudios para pintores en la Plaza Melchor Ocampo, que
es una obra donde ya destaca el uso del espacio y del color. Es posiblemente su periodo de
mayor producción aunque no de mayor reconocimiento ( 1 Ver ponencia de Aníbal Figueroa
Castrejón).

Etapa Madura (1945-1988)[editar]


A principios de los años 40 Barragán adquiere una serie de terrenos a lo largo de la entonces
llamada Calzada Madereros (hoy Av. Constituyentes), aunque entonces un barrio popular pero
posiblemente influenciado por un interés económico de largo plazo por la cercanía con la
nueva residencia presidencial de los Pinos. Ahí concentraría su atención en el espacio
exterior, un jardín grande dividido en secciones irregulares y haría diversas intervenciones a la
construcción que ya estaba, conocida como Casa Barragán-Ortega (Pp. 80-83 2) y da
comienzo una etapa en que pretende independizarse de los clientes y él mismo emprender
sus obras (2 en diversas cartas con Ignacio Díaz Morales expresa su frustración con la práctica
de la arquitectura), la primera de las cuales serán los Jardines del Pedregal. Precisamente, la
venta de una parte de los terrenos en la Calzada Madereros le sirvió para financiarse en sus
próximos emprendimientos2 y reservando para sí el espacio que posteriormente albergaría su
Casa-Estudio.
Casi simultáneamente a la adquisición de los terrenos en Calzada Madereros, Barragán
adquiere otro terreno en las proximidades del histórico barrio de San Ángel, bordeando la
zona del Pedregal, en un sitio conocido como El Cabrío. 3 Aquí empieza a explorar las
posibilidades que daba el paisaje agreste de lava volcánica con la instalación de diversas
estructuras como muros e intervenciones de jardinería. Esto lo inspiraría a desarrollar la zona.
Nació el 9 de marzo de 1902 en el seno de una próspera y católica familia de hacendados
de Jalisco. Era hijo de Juan José Barragán y Ángela Morfín. Pasó su niñez al lado de su padre
en el barrio de Santa Mónica de Guadalajara, su ciudad natal. Tuvo seis hermanos, tres
mujeres y tres hombres.
Solía pasar sus vacaciones y prolongadas estancias en la hacienda de Corrales, ubicada en
las inmediaciones de La Manzanilla de la Paz, Jalisco. La experiencia infantil de esas
estancias en el campo, en el entorno rural mexicano, en la naturaleza serrana donde se
encontraba la hacienda familiar, dejaría una profunda huella que se reflejaría en su creación
artística dando como resultado la «definición de un estilo mexicano universal».
Estudió en la Escuela Libre de Ingenieros de Guadalajara, donde conoció y entabló una
profunda y perdurable amistad con personajes como Rafael Urzúa Arias y Pedro Castellanos.
Su interés por la arquitectura, según afirmaba él mismo, había nacido fundamentalmente de la
influencia del arquitecto Agustín Basave, uno de sus maestros.
Entre 1919 y 1923, Luis Barragán estudió ingeniería civil en la Escuela Libre de Ingeniería de
Guadalajara siguiendo los cursos opcionales para obtener simultáneamente el grado de
arquitecto bajo la tutela de Agustín Basave. Recibió su título en 1923.
Viajó a Francia y España de 1925 a 1926, al llegar a París asiste a la Exposición de Artes
Decorativas de 1925. Una de las imágenes que más le impresionó en esa época fue la foto de
un jardín diseñado por Ferdinand Bac, que en ese año había publicado un libro
titulado Jardins enchantés, y se inició entonces una relación personal entre ambos.
Posteriormente tiene un encuentro con las culturas mediterráneas, tanto europeas como
musulmanas, que influyeron en su arquitectura (en especial con las ciudades mediterráneas,
la jardinería y el uso expresivo del agua y con la Alhambra de Granada). Conoció a Le
Corbusier en 1931, cuando asistió a sus conferencias en París y tuvo la oportunidad de
conocer su obra.
A su regreso, la Escuela Libre de Ingeniería no entregaba más títulos de arquitectura, por lo
que, aun habiendo cumplido con los requisitos, no pudo obtener su título oficial como
arquitecto. Durante el resto de su vida firmó, alternativamente, como ingeniero, como
arquitecto o como arquitecto paisajista.
Entre 1927 y 1936 ejerció su práctica profesional en Guadalajara remodelando y proyectando
casas, con un estilo derivado de las influencias de la arquitectura mediterránea como de las
locales. Su primera obra en forma fue la remodelación de la casa de Emiliano Robles León,
notable abogado tapatío, y cuya casa se situaba en la esquina de las calles Pavo y Madero,
en pleno centro de la ciudad de Guadalajara.
En dicha remodelación, destacó el trabajo de la madera en barandales y puertas, diseñadas
por el mismo Barragán, así como el patio central, dotado de una fuente. Encantado por el
resultado de la obra del joven arquitecto, el Lic. Robles León le encargó posteriormente el
proyecto para diversas casas para renta, así como el de su casa de descanso en Chapala. En
parte gracias a la buena fama que adquirió con estas obras, Barragán ganó fama en la ciudad
y los encargos se multiplicaron.

Etapa funcionalista (1936-1945)[editar]


En 1931, viajó a Nueva York, donde conoció a Frederick Kiesler y publicó, por primera vez y
en el extranjero, su obra en Architectural Review y House and Gardens.
En 1936 se trasladó a la Ciudad de México y realizó varias construcciones habitacionales, de
tipo funcionalista e inspiradas en Le Corbusier y con un interés comercial pues influyó el
deterioro de la situación familiar. Colabora con arquitectos como Max Cetto y el ingeniero José
Creixell. Destaca el edificio de cuatro estudios para pintores en la Plaza Melchor Ocampo, que
es una obra donde ya destaca el uso del espacio y del color. Es posiblemente su periodo de
mayor producción aunque no de mayor reconocimiento ( 1 Ver ponencia de Aníbal Figueroa
Castrejón).

Etapa Madura (1945-1988)[editar]


A principios de los años 40 Barragán adquiere una serie de terrenos a lo largo de la entonces
llamada Calzada Madereros (hoy Av. Constituyentes), aunque entonces un barrio popular pero
posiblemente influenciado por un interés económico de largo plazo por la cercanía con la
nueva residencia presidencial de los Pinos. Ahí concentraría su atención en el espacio
exterior, un jardín grande dividido en secciones irregulares y haría diversas intervenciones a la
construcción que ya estaba, conocida como Casa Barragán-Ortega (Pp. 80-83 2) y da
comienzo una etapa en que pretende independizarse de los clientes y él mismo emprender
sus obras (2 en diversas cartas con Ignacio Díaz Morales expresa su frustración con la práctica
de la arquitectura), la primera de las cuales serán los Jardines del Pedregal. Precisamente, la
venta de una parte de los terrenos en la Calzada Madereros le sirvió para financiarse en sus
próximos emprendimientos2 y reservando para sí el espacio que posteriormente albergaría su
Casa-Estudio.
Casi simultáneamente a la adquisición de los terrenos en Calzada Madereros, Barragán
adquiere otro terreno en las proximidades del histórico barrio de San Ángel, bordeando la
zona del Pedregal, en un sitio conocido como El Cabrío. 3 Aquí empieza a explorar las
posibilidades que daba el paisaje agreste de lava volcánica con la instalación de diversas
estructuras como muros e intervenciones de jardinería. Esto lo inspiraría a desarrollar la zona.
Nació el 9 de marzo de 1902 en el seno de una próspera y católica familia de hacendados
de Jalisco. Era hijo de Juan José Barragán y Ángela Morfín. Pasó su niñez al lado de su padre
en el barrio de Santa Mónica de Guadalajara, su ciudad natal. Tuvo seis hermanos, tres
mujeres y tres hombres.
Solía pasar sus vacaciones y prolongadas estancias en la hacienda de Corrales, ubicada en
las inmediaciones de La Manzanilla de la Paz, Jalisco. La experiencia infantil de esas
estancias en el campo, en el entorno rural mexicano, en la naturaleza serrana donde se
encontraba la hacienda familiar, dejaría una profunda huella que se reflejaría en su creación
artística dando como resultado la «definición de un estilo mexicano universal».
Estudió en la Escuela Libre de Ingenieros de Guadalajara, donde conoció y entabló una
profunda y perdurable amistad con personajes como Rafael Urzúa Arias y Pedro Castellanos.
Su interés por la arquitectura, según afirmaba él mismo, había nacido fundamentalmente de la
influencia del arquitecto Agustín Basave, uno de sus maestros.
Entre 1919 y 1923, Luis Barragán estudió ingeniería civil en la Escuela Libre de Ingeniería de
Guadalajara siguiendo los cursos opcionales para obtener simultáneamente el grado de
arquitecto bajo la tutela de Agustín Basave. Recibió su título en 1923.
Viajó a Francia y España de 1925 a 1926, al llegar a París asiste a la Exposición de Artes
Decorativas de 1925. Una de las imágenes que más le impresionó en esa época fue la foto de
un jardín diseñado por Ferdinand Bac, que en ese año había publicado un libro
titulado Jardins enchantés, y se inició entonces una relación personal entre ambos.
Posteriormente tiene un encuentro con las culturas mediterráneas, tanto europeas como
musulmanas, que influyeron en su arquitectura (en especial con las ciudades mediterráneas,
la jardinería y el uso expresivo del agua y con la Alhambra de Granada). Conoció a Le
Corbusier en 1931, cuando asistió a sus conferencias en París y tuvo la oportunidad de
conocer su obra.
A su regreso, la Escuela Libre de Ingeniería no entregaba más títulos de arquitectura, por lo
que, aun habiendo cumplido con los requisitos, no pudo obtener su título oficial como
arquitecto. Durante el resto de su vida firmó, alternativamente, como ingeniero, como
arquitecto o como arquitecto paisajista.
Entre 1927 y 1936 ejerció su práctica profesional en Guadalajara remodelando y proyectando
casas, con un estilo derivado de las influencias de la arquitectura mediterránea como de las
locales. Su primera obra en forma fue la remodelación de la casa de Emiliano Robles León,
notable abogado tapatío, y cuya casa se situaba en la esquina de las calles Pavo y Madero,
en pleno centro de la ciudad de Guadalajara.
En dicha remodelación, destacó el trabajo de la madera en barandales y puertas, diseñadas
por el mismo Barragán, así como el patio central, dotado de una fuente. Encantado por el
resultado de la obra del joven arquitecto, el Lic. Robles León le encargó posteriormente el
proyecto para diversas casas para renta, así como el de su casa de descanso en Chapala. En
parte gracias a la buena fama que adquirió con estas obras, Barragán ganó fama en la ciudad
y los encargos se multiplicaron.

Etapa funcionalista (1936-1945)[editar]


En 1931, viajó a Nueva York, donde conoció a Frederick Kiesler y publicó, por primera vez y
en el extranjero, su obra en Architectural Review y House and Gardens.
En 1936 se trasladó a la Ciudad de México y realizó varias construcciones habitacionales, de
tipo funcionalista e inspiradas en Le Corbusier y con un interés comercial pues influyó el
deterioro de la situación familiar. Colabora con arquitectos como Max Cetto y el ingeniero José
Creixell. Destaca el edificio de cuatro estudios para pintores en la Plaza Melchor Ocampo, que
es una obra donde ya destaca el uso del espacio y del color. Es posiblemente su periodo de
mayor producción aunque no de mayor reconocimiento ( 1 Ver ponencia de Aníbal Figueroa
Castrejón).
Etapa Madura (1945-1988)[editar]
A principios de los años 40 Barragán adquiere una serie de terrenos a lo largo de la entonces
llamada Calzada Madereros (hoy Av. Constituyentes), aunque entonces un barrio popular pero
posiblemente influenciado por un interés económico de largo plazo por la cercanía con la
nueva residencia presidencial de los Pinos. Ahí concentraría su atención en el espacio
exterior, un jardín grande dividido en secciones irregulares y haría diversas intervenciones a la
construcción que ya estaba, conocida como Casa Barragán-Ortega (Pp. 80-83 2) y da
comienzo una etapa en que pretende independizarse de los clientes y él mismo emprender
sus obras (2 en diversas cartas con Ignacio Díaz Morales expresa su frustración con la práctica
de la arquitectura), la primera de las cuales serán los Jardines del Pedregal. Precisamente, la
venta de una parte de los terrenos en la Calzada Madereros le sirvió para financiarse en sus
próximos emprendimientos2 y reservando para sí el espacio que posteriormente albergaría su
Casa-Estudio.
Casi simultáneamente a la adquisición de los terrenos en Calzada Madereros, Barragán
adquiere otro terreno en las proximidades del histórico barrio de San Ángel, bordeando la
zona del Pedregal, en un sitio conocido como El Cabrío. 3 Aquí empieza a explorar las
posibilidades que daba el paisaje agreste de lava volcánica con la instalación de diversas
estructuras como muros e intervenciones de jardinería. Esto lo inspiraría a desarrollar la zona.

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