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Relación entre enlaces químicos y solubilidad

¿Si tenemos una mancha de grasa en el


pantalón, podremos limpiarlo en casa o
tendremos que llevarlo a la tintorería para que
realicen una limpieza en seco? ¿Podremos
limpiar la grasa con agua o necesitaremos un
solvente comercial?

Si en cambio el mar deja una mancha de sal. ¿Esa mancha sale con agua o
necesitaremos quitarla con un solvente como acetona?

Antes de gastar tiempo probando, podemos tratar de predecir lo que pasará,


considerando que para poder limpiar una mancha, primero tendremos que disolver
la sustancia en algún solvente. Normalmente, el solvente que utilizamos es el agua.
Por eso se lo llama “solvente universal”. Cuando el agua disuelve a la sustancia,
obtenemos una solución (o disolución). Hacemos correr el agua que arrastra a esa
solución y la mancha desaparece. Pero cuando las manchas son de grasa,
necesitamos un solvente comercial o algún solvente utilizado en la tintorería. Estos
solventes tienen propiedades muy distintas al agua, son más parecidos a los
hidrocarburos. Pero el mecanismo sería similar; el solvente disuelve a la sustancia y
luego la arrastra.

¿Cómo sabemos si una sustancia será soluble en agua o en solvente


comercial?

Para ello necesitamos estudiar una propiedad llamada “solubilidad”. Esta


propiedad nos indica la capacidad de una cierta sustancia para disolverse en otra.
Por ejemplo, la solubilidad del azúcar común (sacarosa) en agua a temperatura
ambiente es de 220 gramos de sacarosa por cada 100 gramos de agua.

Como vimos en clases anteriores, las sustancias solubles entre sí, forman una
mezcla homogénea, una solución (o disolución). Como cuando mezclamos sal
común (cloruro de sodio) en agua formamos una solución de un sólido en un líquido
en la que el sólido es el soluto y el liquido el solvente.
¿Cómo se forma esta solución de sal en agua?

La sal de mesa (cloruro de sodio) es un compuesto iónico de cloro (Cl) y sodio (Na).
Cada cristal de sal está compuesto de átomos cargados, iones de cloro e iones de
sodio. La atracción entre los iones positivos y negativos, los mantiene unidos
mediante enlaces iónicos formando una red cristalina.

El agua, en cambio, está compuesta por oxigeno y por


hidrogeno, unidos entre sí mediante enlaces covalentes,
formando moléculas. Estas moléculas no contienen
iones, pero son extremadamente polares, debido a que
los electrones no se encuentran distribuidos
uniformemente. Por eso, el oxigeno de la molécula de
agua, que atrae electrones, tiene una carga parcial
negativa y el hidrogeno una carga parcial positiva.

El agua líquida se compone de las moléculas unidas por una fuerza de atracción
que se da entre los polos de las distintas moléculas, llamada “unión de puente de
hidrogeno”. Estas uniones no son tan fuertes como las covalentes o las iónicas, por
lo que se rompen y se vuelven a unir con facilidad. Esto le da gran movilidad a las
moléculas de agua. A diferencia de los iones de cloro y sodio en la red cristalina de
la sal, que no cuentan con movilidad.
Tenemos entonces dos sustancias con partes cargadas. La sal, compuesta de iones
positivos y negativos. Y el agua, compuesta de moléculas con polos positivos y
negativos. Si las mezclamos vemos que cuando la sal se introduce en el agua los
cristales de sal “desaparecen”. Lo que sucede es que los iones negativos del cloro
de los cristales de sal, atraen al polo positivo del agua. Esta atracción resulta más
fuerte que las uniones iónicas que mantienen al cristal, por lo que el ion de cloro es
“arrancado” de la estructura cristalina por la molécula de agua, como si fuera un
imán levantando un alfiler.

El mismo tipo de atracción se da entre los iones positivos de sodio y la parte


negativa de la molécula de agua. De esta forma, los iones en el cristal de sal se
“disocian” y quedan sueltos en el agua, rodeados de moléculas de agua. Esto último
se llama “hidratación”.
Como las moléculas del líquido siempre están en movimiento, se llevan a los iones
hasta terminar de disolver toda la sal. Estos iones entonces se “dispersan” y se
obtiene la solución. Por esto, cuando revolvemos una mezcla de sal y agua, se
disuelve más rápidamente.

Esta movilidad de los iones explica que el agua salada sea buena conductora de la
electricidad.
¿Qué pasa si agregamos demasiada sal? Limite de solubilidad

Observamos que si continuamos agregando sal al agua va a llegar un punto en el


cual, a pesar de revolver, parte de la sal quedará en el fondo sin disolverse.

A medida que agregamos sal al agua, existe un punto en el que hay tantos iones de
cloro y sodio en el agua que si agregamos mas, los iones se vuelven a unir
formando el cristal de sal. En esta situación de equilibrio se dice que la solución se
encuentra saturada. Esa cantidad (mejor dicho, concentración) de sal en el agua
equivale al valor de la solubilidad de la sal en agua.

Si continuamos agregando sal, esos cristales extra no se van a disolver y quedarán


en el fondo. Se dice que la solución esta sobresaturada (o supersaturada) y
contiene una concentración de sal mayor a la solubilidad (es decir, mas sal de la
que el agua es capaz de disolver)
Muchas veces esta situación se puede revertir calentando la solución. Esto quiere
decir que el valor de la solubilidad depende de la temperatura. El agua caliente es
capaz de disolver mayor cantidad de sal que el agua fría, como se observa en la
siguiente tabla de solubilidad para el cloruro de sodio, el nitrato de potasio y la
sacarosa. Puede observarse que a temperatura ambiente la solubilidad del cloruro
de sodio es de 36 gramos por cada 100 gramos de agua, lo que implica que si
mezclamos 37 gramos de cloruro de sodio, 1 gramo precipitara en el fondo. Sin
embargo, si elevamos la temperatura hasta 50°C, ese gramo volverá a disolverse en
el agua, ya que la solubilidad a esa temperatura es de 37 gramos por cada 100
gramos de agua.

¿Te interesa experimentarlo en casa? Mira este video

https://www.youtube.com/watch?v=UxC1McHpcZU

Solubilidad de compuestos polares y no polares

El caso que vimos de sal en agua puede darse entre otras sustancias iónicas, por lo
que generalmente las sustancias iónicas serán solubles en el agua. Esto se puede
generalizar diciendo que el agua y las sustancias iónicas tienen en común las
cargas (o los polos cargados).

Se dice que lo solventes tienden a disolver productos con características similares a


ellos. Así, un solvente polar disuelve a un compuesto polar y un solvente no polar
disuelve a un compuesto no polar.
La mayoría de los derivados del petróleo son no polares, no forman cargas. Y al
mezclarse con agua, se comportan como el agua y el aceite

Para nosotros resulta muy importante estudiar la solubilidad de las sustancias en


agua, ya que la sangre es mayormente agua. Y las sustancias disueltas en la
sangre son de gran importancia en los estudios de la salud
Las redes iónicas están en estado sólido. Pero si colocamos un compuesto iónico
en un solvente polar, como el agua, las cargas positivas y negativas se van a
separar siendo rodeadas por las moléculas del solvente. Al estar diluidos, los
electrones van a tener más movilidad. Por esto, las sales en agua transmiten la
electricidad, mientras que son malos conductores de electricidad cuando se
encuentran secos, fijos en sus redes iónicas.

¿Qué pasa con el etanol?

 Volviendo a nuestro ejemplo del etanol, sabemos que su formula química es


C2H6O

 El etanol está formado por C, H y O. Estos tres elementos corresponden a


“no metales”. Con lo cual, los enlaces entre ellos son “covalentes”, formando
moléculas
 Además, este alcohol tiene la particularidad de poder formar enlaces del tipo
“puente hidrogeno” con el agua, siendo una de las razones por las que es
soluble en agua, ya que lo hace en parte “similar”.

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