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Hay diferencias con otras especies, pero sepamos honrarlas respetando otras formas
de vida expresadas en el contexto natural
Dr Juan Enrique Romero
Por
Sin embargo, sería bueno que nos consideráramos de una vez por todas lo que somos,
tan solo unos “monos desnudos” (sin pelo) con distingos competitivos interesantes
en lugar de definirnos como pretendidos seres superiores.
Al analizar las diferencias surgen capacidades propias que nos permiten sentirnos
felices por su existencia, pero de ningún modo plantearnos por eso superioridad
alguna. Los seres humanos hablamos. Ningún animal lo hace con la palabra articulada
y un significado concordante con un significante anclado en el cerebro.
Otro distingo muy importante es que casi ningún animal ostenta nuestra forma
erguida de caminar. Nuestro modo de caminar es muy útil porque libera nuestras
manos para el uso de herramientas y para tomar alimentos desde otra perspectiva
mientras caminamos que, en definitiva, es lo que ha permitido el gran desarrollo en
paralelo de nuestro cerebro.
La aparente carencia de pelo podría ser otra diferencia, pero está comprobado que,
aun teniendo la misma cantidad de folículos pilosos por unidad de superficie que un
chimpancé, los humanos tenemos pelos más delgados, cortos y claros que la mayoría
de los primates, lo que hace que soportar estar desnudos nos cueste más en cuanto a
inclemencias climáticas se refiere.
La aparente carencia de pelo podría ser otra diferencia, pero está comprobado que,
aun teniendo la misma cantidad de folículos pilosos por unidad de superficie que un
chimpancé, los humanos tenemos pelos más delgados, cortos y claros que la mayoría
de los primates, lo que hace que soportar estar desnudos nos cueste más en cuanto a
inclemencias climáticas se refiere (REUTERS)
La aparente carencia de pelo podría ser otra diferencia, pero está comprobado que,
aun teniendo la misma cantidad de folículos pilosos por unidad de superficie que un
chimpancé, los humanos tenemos pelos más delgados, cortos y claros que la mayoría
de los primates, lo que hace que soportar estar desnudos nos cueste más en cuanto a
inclemencias climáticas se refiere (REUTERS)
Siguiendo dentro del campo de las diferencias y similitudes observemos que los
seres humanos no son los únicos animales que poseen pulgares oponibles, ya que
otros simios también los tienen. Lo que hace que seamos únicos es cómo podemos
llevar nuestros pulgares a lo largo de la mano hasta los dedos anular y meñique.
Dicho de otra manera, nuestros pulgares oponibles son mucho más largos que los de
otros primates lo que facilita la fuerza y firmeza del agarre de herramientas y
frutos.
Poder manejar el fuego a voluntad, por parte del ser humano, ha sido una diferencia
favorable que nos permitió poder ver en la oscuridad y defendernos de los
depredadores. Todo eso fue garantizó mucho mejor la supervivencia de la especie.
Por otra parte, los seres humanos tenemos infancias muy largas y protegidas
comparativamente con muchos animales. La explicación parece estar en nuestros
grandes cerebros y su elevado número de neuronas corticales ya que otros animales
con un esquema y estructura semejante, como algunas aves y mamíferos, también
tienen una infancia larga y una longevidad extensa.
Hasta aquí algunas diferencias, sepamos honrarlas respetando otras formas de vida
expresadas en el contexto natural.