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Introducción
La historia de América Latina y el Caribe está marcada por el predominio o tendencia hacia dictaduras, característica
que “unía a los estados del tercer mundo, cualesquiera que fuesen sus modalidades políticas o constitucionales”1.
En las distintas décadas que vemos se registran, además, revoluciones y gobiernos democráticos que marcaron el
rumbo de sus pueblos; no quedan exentos de esto Cuba, México y Brasil. En estos tres países, a través de distintos
modelos de gobierno y procesos socioculturales, se percibió un crecimiento de la industria y el turismo, lo que dio
paso al desarrollo grafico a través del diseño. Esta disciplina surge y a su vez se ve afectada, según el estadío político
por el que atraviesan las distintas naciones, a partir de la década del ’60 y ’70 en adelante, cuando “se generalizó la
actitud de los artistas que tomaban materiales y formas del universo cultural y popular…trabajándolos con estra-
tegias modernistas o vanguardistas”2.
La creación de asignaturas de diseño dentro de diversos planes de estudios y luego el surgimiento de escuelas y
carreras de diseño gráfico e industrial, dentro de universidades públicas, hizo que esta disciplina se constituya
como una carrera que ha futuro seria vista como la posibilidad de modernizar la imagen de distintas empresas y
gobiernos de turno.
El diseño se desarrolla en distintos campos según las necesidades que se perciben en cada territorio, tal es el caso
de Cuba por ejemplo que luego de la Revolución, a través del uso del cartel obtuvo difusión ideológica y comer-
cial promocionando la industria local. Por otra parte podemos decir que en México y Brasil se utilizó en exceso
el diseño para la industria y el ámbito bancario, logrando desarrollar identidades corporativas que distinguían
una empresa de otra.
Brasil
Durante los años previos a 1975, se dio en Brasil un gran desarrollo de la industria que le otorgó al país autonomía
en la producción de insumos básicos para el desarrollo del parque industrial. De ese modo Brasil logró una gran
expansión en la industria energética, alimenticia, y las industrias de base, que promovieron el crecimiento de las
grandes ciudades y centros urbanos. Hasta mediados de la década de los ’70, el sistema bancario tuvo un gran creci-
miento y desarrollo, involucrando al campo del diseño gráfico en la producción de identidades visuales (realizadas
principalmente por Aloísio Magalhães y Alexander Wollner).
En el ámbito del diseño se reflejó una fuerte influencia del concretismo, un
movimiento local adaptado del constructivismo: la gráfica editorial de la
época incorporó espacios en blanco, asimetria y síntesis a la diagramación.
Por otro lado, el diseño tuvo claras influencias funcionalistas de la mano de
Alexandre Wollner, diseñador brasilero que estudió en la Hfg de Ulm, Ale-
mania. De ese modo, introdujo el concretismo al diseño brasileño.
En respuesta a las dictaduras que golpearon el país y la represión por ellas
ejercidas, en la década del 70' surgen diarios alternativos en oposición al ré-
gimen. Los diseños presentaban diagramación limpia y daban a la fotografía
un rol comunicacional igual de importante que el del texto. Algunos privile-
giaron cuestiones culturales, reuniendo a grupos sociales específicos, y otros
reunían individuos por ideas político-culturales; eran distintos también sus
desarrollos gráficos, ya que algunos reproducían patrones internacionales y
otros creaban sus propios proyectos.
Se dio un gran impulso de la cultura visual en ésta época, fomentada por la
TV. Los artistas gráficos se volcaron al diseño para el teatro, la música y el
cine contestatarios, con un creciente público universitario.
En la década del 70 Brasil se apropió ampliamente de referencias externas,
que pasan a romper con la gráfica de carácter constructivo del concretismo Cartel conmemorativo 60 años de USP. 1994
y la influencia suiza y alemana. De ese modo, el campo gráfico incorporó Alexander Wollner
� Hobsbawm, Eric. “Historia del Siglo XX”, La edad de oro. Cap La Revolución cultural. Pág. 349.
� El debate Modernidad / Pos-modernidad. Andrea Huyssen. Pág. 287.
para la producción de packaging.
El aumento en la competencia tanto nacional como internacional hizo que se incrementara la necesidad de un desa-
rrollo de marca y de identidad visual de parte de las empresas, que pretendían destacarse de otras.
Entraron en escena estudios norteamericanos que desarrollaron grandes proyectos de diseño, amenazando el mer-
cado interno y el desarrollo de los profesionales locales.
En 1992, la Asociación de Diseñadores Gráficos de Brasil (ADG), fundada 3 años antes, inauguró la I Bienal de
Diseño Gráfico, donde se reunió la producción gráfica brasileña.
Durante los años siguientes, se debatieron problemáticas como la “identidad brasileña” en el diseño, como conse-
cuencia de la globalización en relación con la identidad regional.
Además, en ésta época, se dio un auge de cursos de enseñanza de diseño, junto con escuelas extranjeras de diseño
que se instalaron en el país, mayormente dictados en institutos privados de dudosa calidad. Al igual que en México,
a principios del Siglo XXI, el diseño pasó a ser una disciplina de acceso libre para todo aquel que supiera utilizar
herramientas tecnológicas o que pudiera costear un curso de formación privada.
México
México es un país que se ha formado a partir de las múltiples culturas que a lo largo de su historia se han ido
combinando; los mexicanos las han incorporado y a su vez alterado hasta conseguir una identidad a través de su
propia cultura. Al poco tiempo de los Juegos Olímpicos ’68, se fundan las primeras escuelas de diseño gráfico en
México, gracias al interés que despertó el diseño en las empresas privadas e instituciones públicas, que veían en él
la posibilidad de renovar su imagen gráfica. En 1973 se abre la carrera de Diseño de la Comunicación Gráfica en
la Universidad Autónoma Metropolitana con 25 alumnos, utilizando un esquema que sigue actualmente; la teoría y
la práctica están ligadas a lo largo del programa de estudios a través de enlaces sobre metodología, taller de diseño,
tecnología, etc. A esta universidad le siguieron, en cuanto al implemento de programas de diseño gráfico, la Univer-
sidad de Monterrey en 1972, la Escuela Nacional de Artes Plásticas (UNAM) en 1973, la Universidad Autónoma de
San Luis Potosí en 1977, la Universidad Anáhuac en 1978, la Universidad de las Américas en 1986 y la Universidad
Intercontinental en 1988, entre otras. Los programas que en 1991 eran 41, hacia el 2000 eran 235; cabe destacar
que los primeros programas de estudios tuvieron un influjo proveniente de la HfG Ulm, por lo que los alumnos al
comienzo debían resolver ejercicios geométricos, enfrentándose a la abstracción pura de la forma.
En la década del ’70 varios estudios de diseño gráfico empezaron a ser fundados en la ciudad de México, tanto na-
cionales como extranjeros. Estudios Mexicanos como Design Center y Design Associates desarrollaron logos para
el aeropuerto, cervecerías, bancos, entre otros, tanto para empresas públicas como PEMEX (logo caracterizado por
una imagen fuerte y pesada que connota determinación y presencia), como del ámbito privado (HERDEZ), nacio-
nales y extranjeras; cubriendo desde las imágenes corporativas hasta la señalización y diseño de productos.
El marco de campeonatos del mundo como México ´70 y ´80 fue ideal para que las empresas se hicieran notar en
ese contexto, a partir de la TV o la prensa. Los logos que utilizaban seguían el estilo de los de los Juegos Olímpicos,
dado que México ya estaba siendo identificado con líneas geométricas repetidas en positivo o negativo.
Por ese entonces, el gobierno populista mexicano del presidente Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) propulso un
programa de desarrollo compartido reemplazando el modelo anterior de sustitución de importaciones. Se realizó
una fuerte inversión en la construcción y en subsidios a empresas de la mano del endeudamiento externo y la emi-
sión de dinero, lo que llevó a una devaluación del peso y una acelerada inflación en el año 1976.
Durante ésta década se fundó el Colegio de Diseñadores Industriales y Gráficos de México, donde se confederaban
profesionales del diseño con el medio empresarial, gubernamental y hacia el exterior. Se comenzó a estimular el
sector turístico, fomentando el desarrollo de hoteles y actividades deportivas, lo que requirió de publicidad y cam-
pañas de prensa. A raíz de la promoción turística impulsada, se llamó a concurso para diseñar la marca país que fue
utilizada como ejemplo en varios países de Latinoamérica, que adoptaron esa estrategia.
En el año 1974 se crea el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR), con la función de diseñar y pro-
mocionar los distintos sitios turísticos. Reconocido por su logo basado en la escultura de Sebastián, (un artista
reconocido en México) la forma de flor que el signo posee representa el desarrollo turístico y su actividad, reflejada
a través de la dimensión del signo sus colores y su flexibilidad. Cada pétalo representa a los principales destinos
turísticos de México.
En el año 1976 (hasta 1982) asume la presidencia de México José López Portillo, quien recibe una nación débil por
la deuda externa y la devaluación. Portillo aplicó medidas de austeridad en los primeros años, hasta el momento en
que se descubrió petróleo, cuando se empezó a invertir en infraestructura impulsando el desarrollo. Durante el perio-
do de auge del petróleo, que duró hasta 1981, el diseño siguió expandiéndose en el país. Los diseñadores establecían
una profesión activa, estimulados por el crecimiento económico.
elementos formales del pop art, de la psicodelia, el op art, y el revival de la
tipografía y del art nouveau.
Entre los diseñadores de la época, se destaca Rogério Duarte, quien no tuvo
formación académica en el campo del diseño pero logró obtener una beca
para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Bahía, junto con Otl Aicher,
Tomás Maldonado y Alexandre Wollner. Fue autor de amplia producción
gráfica, orientada mayormente al arte discográfico. Sus trabajos reflejan una
fuerte influencia del arte psicodélico. En 1961 comenzó a trabajar en el estu-
dio de diseño de Aloisio Magalhães.
También se destacó Rico Lins, protagonizando exposiciones de trabajos
para la Orquesta Jazz Sinfónica do Estado de Sao Paulo. Su gráfica se carac-
teriza por la variedad de recursos gráficos empleados, con una gran riqueza
conceptual, caracterizada por el fotomontaje y el collage.
Durante los 70 se inauguraron lineas de subtes, que requirieron un desarrollo
visual integral de identidad, señalización y puntos de venta. La mejora del
transporte y de la comunicación en las grandes ciudades era una necesidad
urgente a nivel social, que implicó un sustancial desarrollo de la comunica-
ción visual. Se realizaron modificaciones edilicias, en el mobiliario urba-
no y en la señalización. Se dio además un gran crecimiento del modelo de
autoservicio, que perjudicó a los pequeños comerciantes pero fortaleció el
agronegocio, brindándole puntos de venta de alcance masivo. Ésta dinámi-
ca de comercio impulsó la publicidad, la comunicación visual y el diseño
de packaging. Por otro lado, los autoservicios se convirtieron en puntos de
venta de productos de consumo populares como los baldes, los tuppers, las
cubeteras y los utensilios domésticos de plástico, que a su vez introdujeron
un marketing para masificar su uso y una segmentación de mercado orienta- Diseño de tapa del disco Refazenda, de Gilberto Gil.
Rogerio Duarte,1975.
da a la clase media. En ese contexto, el diseño gráfico e industrial se adaptó
a los cambios y a las nuevas modalidades de consumo.
El incremento del poder adquisitivo de la clase media en Brasil así como
en Latinoamérica, Asia y África, impulsaron las perspectivas de la indus-
tria Brasilera para la exportación. En consecuencia, se prestó atención a
la estandarización de embalajes y packaging de productos para el exterior,
por lo que se desarrolló gráfica aplicada para la industria textil, el café, las
autopartes, frutas y alimentos.
Por otro lado, se unificaron productos de distintas ramas de la industria en
una misma marca, Tama, que incluyó la identidad visual en conjunto con
piezas de promoción como folletería, puntos de venta, etc.
Hacia la década del 80', a pesar de los planes e incentivos al diseño por parte
del Estado, el desarrollo gráfico se vio reducido y limitado a los rumbos del
país y las estrategias de los gobiernos militares. En éstos años se frenó drásti-
camente el crecimiento económico del país, que adquirió un perfil industrial
marcado: la población rural decreció y comenzaron a crecer los centros ur-
banos, generando nuevos asentamientos y una gran densidad de población.
Durante ésta década, los diseñadores se enfrentaron al reto de adaptar sus
producciones para una clase media empobrecida, tanto en el sector del dise-
ño gráfico como en el industrial. Afiche para film de William Pereyra.
En medio de la crisis, el sistema bancario tuvo una renovación integral, como Rico Lins,1986.
Cuba
Hasta fines de los años 50’, la economía de Cuba dependió fuertemente de
E.E.U.U, que impulsó el desarrollo de la publicidad y la industria gráfica
cubana mediante la institución de agencias publicitarias y la introducción de
sistemas de impresión como la litografía, el huecograbado y el offset, suma-
dos a los talleres de impresión tipográfica y el desarrollo en el campo de la
fotografía. De ese modo, el país tuvo un importante desarrollo en la industria
gráfica y publicitaria enfocada a la publicidad comercial, el diseño editorial,
y el cartel para el cine.
Durante la dictadura de Fulgencio Batista, una agrupación de jóvenes se
organizo en la lucha armada para combatir el poder político en pos de un
gobierno socialista. Los revolucionarios ganaron el apoyo del pueblo y tras
años de enfrentamientos armados derrocaron la dictadura, instaurando en
1959 el Gobierno Revolucionario.
Los procesos socioculturales y los cambios políticos que se dieron con la
Revolución, forjaron en Cuba una identidad social y nacional que influyó
profundamente en su cultura. Primer cartel de la Revolucción, 1959. (E.Rivadulla)
Cartel político, Offset. Alberto Blanco González. 1981 "Che". Rafael Enríquez Vega. Offset, 1982 Cartel político. E. Rivadulla Pérez. Serigrafía, 1991
Con la invasión a Playa Girón, el cartel (exhortando a las masas a la defensa
del país por medio de las armas) se impone como medio de comunicación,
instalándose como canal para la movilización y solidaridad en la sociedad.
El cartel incorpora una gran variedad de colores, economía de recursos y
transmite una enorme fuerza emocional en sus mensajes.
Con el cambio de gobierno y la retirada de recursos norteamericanos, los
diseñadores de las agencias publicitarias pasaron a trabajar para el Estado, a
merced de las nuevas necesidades e inquietudes de una sociedad en vías de
transformación. Aunque se enfrentaron a fuertes limitaciones en la práctica
por la falta de recursos y herramientas, eso no paralizó el desarrollo, sino que
inició una búsqueda que terminó por definir la identidad del cartel cubano.
Aunque algunas reproducciones se hacían en offset y litografía, los medios
estaban lejos de la tecnología de reproducción gráfica de la época. La es-
caeces de recursos y materiales hizo necesario recurrir a técnicas más arte-
sanales, por lo que se adoptó la serigrafía de producción nacional. A nivel
tipográfico, los recursos también distaban de las corrientes internacionales Cartel politico, Rene Mederos. 1968
�, � Maldonado, Tomás. Prefacio Hisotoria del diseño gráfico en America Latina y el Caribe. Pág. 11.
� El debate Modernidad / Pos-modernidad. Andrea Huyssen. Págs. 280-281.