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TEORÍA CONSPIRATIVA

Redirigido desde «Teoría de conspiración»

Una de las teorías conspirativas más extendidas afirma que los atentados del 11


de septiembre de 2001 fueron favorecidos por la administración de George W.
Bush, con el fin de que Estados Unidos tuviera una excusa para iniciar las guerras
contra Afganistán e Irak, promover restricciones de derechos civiles en el país
(Acta Patriótica) e iniciar programas de espionaje a gran escala.

Las expresiones teoría conspirativa, teoría de conspiración, teoría


conspiratoria o conspiranoia1 se usan para referirse a ciertas teorías alternativas
a las oficiales que explican un acontecimiento o una cadena de acontecimientos,
comúnmente, de importancia política, social, económica, religiosa o histórica, por
medio de la acción secreta de grupos poderosos, extensos y de larga duración, y
además en tono peyorativo para descalificar esas teorías.23 La hipótesis general
de una teoría de conspiración es que ciertos sucesos importantes en la historia
han sido causados por conspiraciones ocultas misteriosas.45 Las teorías
conspirativas no deben ser confundidas con las
verdaderas conspiraciones ─demostradas histórica y criminológicamente,
castigadas por leyes penales y sentencias de tribunales─: aunque ambos
conceptos están íntimamente ligados, en general cuando se utiliza la expresión
«teoría conspirativa» se pretende significar que en ese caso puntual no ha existido
ninguna conspiración y que la teoría que afirma su existencia carece de sustento
racional y probatorio.678910 Al contrario que las conspiraciones reales, las teorías de
la conspiración deben entenderse como narraciones que comparten una
estructura narrativa común y con actores recurrentes. 1112

En ciertos casos, las teorías de conspiración han demostrado ser ciertas o revelar
aspectos reales que se habían mantenido ocultos. 813

Índice

 1Terminología

 2Evaluación de la validez de teorías conspirativas

 3Conspiraciones verificadas

 4Teorías conspirativas populares

o 4.1Teorías conspirativas en la ficción

 5Uso de Karl Popper del término «teoría conspirativa»

o 5.1Falsabilidad

 6Conspiracionismo

o 6.1Argumentos generales contra el conspiracionismo

 6.1.1Orígenes psicológicos

 6.1.1.1Proyección

 6.1.1.2¿Sesgo epistémico?

 6.1.1.3Psicología clínica

 6.1.2Orígenes sociopolíticos

 6.1.2.1Desilusión

 6.1.2.2El «teorema de la racionalidad»

 6.1.2.3Tropos de los medios


 7Controversia

 8Véase también

 9Referencias

 10Bibliografía

 11Lecturas adicionales

o 11.1Literatura conspiracionista

 12Enlaces externos

Terminología[editar]

Elemento de un billete de un dólar estadounidense donde figura el Ojo de la


Providencia; los seguidores de teorías conspirativas argumentan que
este símbolo es prueba de diferentes conspiraciones mundiales
masónicas o Iluminati.
Dibujo conspiracionista antisemita y antimasónico, donde se muestra a la Francia
católica conducida por judíos y francmasones.14

El término «teoría conspirativa» se usa como descripción, para algunos neutral, de


cualquier aseveración de conspiración. «Conspirar», en inglés, significa «unirse en
secreto acuerdo con el fin de efectuar un acto ilícito o impropio o para usar tal
medio para llevar a cabo un fin ilícito». 15 En español, «conspirar» significa «unirse
contra su superior o soberano, o unirse contra un particular para hacerle daño». 16

El primer uso registrado de la expresión «teoría conspirativa» data de 1909.


Originalmente, se trataba de un término neutral, pero durante los avatares políticos
de la década de 1960, el término adquirió su actual sentido peyorativo.17 El término
ingresó en un suplemento al Oxford English Dictionary, a principios de 1997.18

En un ensayo de Daniel Pipes (según él, «adaptado de un estudio preparado para


la CIA»),19 se intenta identificar las creencias que distinguen la mentalidad
conspirativa de patrones más convencionales de pensamiento:

 las apariencias engañan;


 las conspiraciones conducen la Historia;

 nada es al azar;

 el enemigo siempre gana;

 poder, fama, dinero y sexo dan cuenta de todo. 20

El término «teoría conspirativa» es usado por académicos establecidos y


en cultura popular para identificar un tipo de folclore similar al de una leyenda
urbana, especialmente un relato explicativo que se construye con fallos
metodológicos particulares.21 El término también se usa peyorativamente para
desestimar aseveraciones que se consideran mal concebidas, paranoicas, sin
fundamento, extravagantes, irracionales o no merecedoras de consideración seria.
Por ejemplo, los términos «chiflado conspirativo» y «teorizador conspirativo» se
usan en ocasiones peyorativamente. Algunos de los que mantienen teorías o
especulaciones que son tildadas de «teorías conspirativas» rechazan el término
por prejuicioso.[cita  requerida]

El hecho de que una aseveración conspirativa particular pueda tildarse de teoría


conspirativa de forma imparcial o neutral genera controversia. La teoría
conspirativa se ha vuelto un término de alta carga política, y la fuerte crítica de los
«teorizadores conspirativos» por parte
de académicos, políticos, psicólogos y medios supera las líneas políticas
tradicionales de derecha e izquierda.[cita  requerida]

El académico estadounidense Noam Chomsky contrasta la teoría conspirativa


como más o menos lo opuesto al análisis institucional, el cual se enfoca sobre
todo en el comportamiento público a largo plazo de instituciones conocidas
públicamente, según se registra, por ejemplo, en documentos académicos o
reportes de medios de comunicación, en lugar de coaliciones secretas de
individuos.2223
Hay quienes sostienen que Elvis Presley fingió su propia muerte y que ha sido
visto luego del día de su fallecimiento, el 16 de agosto de 1977, en diversos
lugares.

Evaluación de la validez de teorías conspirativas[editar]

Tal vez el aspecto más discutible es el problema de decidir la veracidad de una


teoría conspirativa en particular al punto de satisfacer tanto a sus seguidores como
a sus opositores. Las acusaciones particulares de conspiración varían
ampliamente en su verosimilitud, pero pueden aplicarse algunos estándares
comunes para evaluar el valor de verdad probable en cada caso particular:

 Navaja de Ockham: ¿es el relato alternativo más, o menos, probable que el


relato establecido?

 Metodología: ¿están bien construidas las pruebas ofrecidas a favor del


argumento, es decir, usando una metodología contundente? ¿Hay algún
estándar claro para determinar qué evidencia probaría o refutaría la teoría?

 Delatores: ¿cuántas personas (y de qué tipo) deben ser conspiradores


leales?

Algunas de estas pruebas pueden tener lados negativos también. Por ejemplo,
una aplicación excesiva de la «navaja de Occam» puede llevar a la aceptación de
visiones de la historia «sobresimplificadas».

También, como ejemplo de los «delatores», puede argumentarse en contra de


la teoría de que «el cáncer es un hongo fácilmente curable» que «sería necesario
mantener bajo control las investigaciones de un número demasiado elevado de
médicos y oncólogos, por lo que tarde o temprano alguno de ellos revelaría la
verdad».

A menudo se objeta la aserción de que la no existencia de conspiración alguna se


demuestra con la falta de filtraciones o delatores. Dado el éxito
del gobierno estadounidense en hacer que miles de personas mantuvieran
la Operación MK Ultra en secreto (y así asegurar que no pudiera publicarse
ninguna historia confiable de la Segunda Guerra Mundial hasta la década de
1970), es obvio que esto no es un indicador fiable. Además, la existencia de
delatores no se suele exigir en teorías conspirativas oficiales.

Conspiraciones verificadas[editar]

 La Ojrana (policía secreta del Imperio ruso) fomentó


el antisemitismo presentando Los protocolos de los sabios de Sion como
texto auténtico.24

 El asesinato de Lev Trotski en México, ejecutado por Ramón Mercader, un


agente español de la NKVD soviética.25

 ODESSA (del alemán Organisation der ehemaligen SS-Angehörigen,


Organización de Antiguos Miembros de la SS) fue una presunta red de
colaboración secreta desarrollada por grupos nazis para ayudar a escapar a
miembros de la SS desde Alemania a otros países donde estuviesen a
salvo, particularmente a Latinoamérica. La organización fue utilizada por el
novelista Frederick Forsyth en su obra de 1972 The Odessa File, basada en
hechos reales, lo que le dio una gran repercusión mediática. Por otro lado,
el mayor investigador, perseguidor y encargado de informar sobre la
existencia y misión de esta organización fue Simon Wiesenthal, un judío
austríaco superviviente al Holocausto, quien se dedicó a localizar exnazis
para llevarlos a juicio. La historiadora Gitta Sereny escribió en su libro Into
That Darkness (1974), basado en entrevistas con el excomandante
del Campo de exterminio de Treblinka, Franz Stangl, que ODESSA nunca
existió. Escribió: «Los fiscales en la Autoridad Central de Ludwigsburg para
la investigación de crímenes nazis, que sabían precisamente cómo han sido
financiada en la postguerra las vidas de ciertos individuos actualmente en
Sudamérica, han buscado entre miles de documentos desde el principio
hasta el final, pero afirman que son totalmente incapaces de autentificar la
existencia de ‘Odessa’. No es que esto importe: ciertamente existieron
varios tipos de organizaciones de ayuda a los nazis después de la guerra —
habría sido sorprendente que no las hubiese habido». 26

 El proyecto MK Ultra —a veces también conocido como programa de


control mental de la CIA— fue el nombre en clave dado a un programa
secreto e ilegal diseñado y ejecutado por la Agencia Central de
Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) para la experimentación en seres
humanos. Estos ensayos en humanos estaban destinados a identificar y
desarrollar nuevas sustancias y procedimientos para utilizarlos en
interrogatorios y torturas, con el fin de debilitar al individuo y forzarlo a
confesar a partir de técnicas de control mental. Fue organizado por la
División de Inteligencia Científica de la CIA en coordinación con el Cuerpo
Químico de la Dirección de Operaciones Especiales del Ejército de Estados
Unidos.27

 La CIA ha estado involucrada en varias operaciones de tráfico de drogas.


Algunos de estos informes afirman que la evidencia del Congreso que
indica que la CIA trabajó con grupos que se sabía que estaban involucrados
en el tráfico de drogas, por lo que estos grupos se les proporcionó
información útil y de apoyo material, a cambio de permitir que sus
actividades criminales continuaran, 28 y de obstaculizar o impedir su arresto,
acusación y encarcelamiento por las agencias policiales estadounidenses. 29

 En la década de los 80, el gobierno de los Estados Unidos se vio envuelto


en una conspiración para derrocar al gobierno nicaragüense, mediante la
financiación, a través de la venta de armas a Irán y de drogas en las calles
de los Estados Unidos, de una guerrilla contrarrevolucionaria. Estos
hechos, conocidos como "Escándalo Irán-Contra" o Irangate", implicaron a
varios miembros de la administración de Ronald Reagan, incluido el
presidente, y fueron, incluso, judicializados y juzgados, lo que demuestra su
veracidad.

Informe del Senado estadounidense de 1977 sobre la existencia del programa MK


Ultra

 La red ECHELON

Teorías conspirativas populares[editar]

Artículo principal: Anexo:Teorías conspirativas

Teorías conspirativas en la ficción[editar]

Dado su potencial dramático, las conspiraciones son un tema popular en novelas o


películas de acción y ciencia ficción. Una historia compleja se rearregla como obra
moral en la que gente malvada produce acontecimientos malos y gente buena
identifica a aquellas personas y las vence. Estas teorías conspirativas ficticias
ofrecen narraciones claras e intuitivas en las cuales el complot de los
conspiradores encaja estrechamente en las necesidades dramáticas del complot
de la historia. Como se mencionó anteriormente, el aspecto cui bono de las teorías
conspirativas semeja un elemento de historias de misterio: la búsqueda de un
posible motivo escondido.

 Dr. Strangelove es una comedia de 1964 sobre la incredulidad hacia el


conflicto nuclear moderno. El fin del mundo se precipita por los engaños del
General Jack D. Ripper, quien está al mando de un ala aérea nuclear
del Mando Aéreo Estratégico. El General Ripper cree que hay una
conspiración comunista que amenaza con «minar y purificar» los
«preciosos fluidos corporales» de los estadounidenses con agua fluorada.

 Conspiracy Theory es una película de suspense de 1997 sobre


un taxista (interpretado por Mel Gibson) que publica un boletín de noticias
en el que discute lo que él sospecha ser conspiraciones del gobierno,
resultando que una de ellas es cierta (posiblemente inspirada en el
proyecto MK ultra).

 The X-Files es una popular serie de televisión emitida durante la década de


1990 y los primeros años de la década de 2000, la cual presenta las
investigaciones de dos intrépidos agentes del FBI, Fox Mulder y Dana
Scully, quienes son en ocasiones ayudados por un grupo de teorizadores
conspirativos conocidos como Los pistoleros solitarios. Muchos de los
episodios tratan de un complot de colonización extraterrestre supervisada
por elementos como el Gobierno de Estados Unidos, liderados por un
individuo conocido como El Fumador y un todavía más misterioso
«Sindicato». El famoso eslogan de la serie, «la verdad está ahí afuera»,
puede interpretarse como referencia a la naturaleza psicológica de
búsqueda de significado discutida abajo.

 La novela de Umberto Eco El péndulo de Foucault es una amplia y


embrollada sátira sobre el conspiracionismo en la que los personajes
intentan construir una conspiración que abarca todo, comenzando con
los Templarios e incluyendo a los bávaros Illuminati, los Rosacruces, los
entusiastas de la Tierra hueca, los cátaros e incluso los jesuitas.
 También de Umberto Eco, la novela El cementerio de Praga trata de las
orígenes de Los protocolos de los sabios de Sion y de sus consecuencias.

 El código Da Vinci es una novela de Dan Brown que explora un tema


similar, sin la sátira, con la religión como foco: una conspiración de
la Iglesia católica ha intentado encubrir la «verdadera» historia de Jesús.

 En Bones, serie de la cadena estadounidense Fox, el personaje de Jack


Hodgins muestra en repetidas ocasiones ser seguidor de la teoría
conspirativa.

 En la serie de cómic The Men in Black, creada por Lowell


Cunningham y Sandy Carruthiers, que serviría de base a la famosa
franquicia cinematográfica, se afirma que los agentes del MIB no solo
combaten contra todo tipo de seres extraños, sino que, además, gobiernan
el mundo de forma secreta, siendo todos los gobiernos mundiales una
fantasía. En la posterior adaptación cinematográfica de esta serie, dado el
tono de comedia ligera que se le imprimió, esta idea se cambió, pasado el
MIB, a ser un departamento -secreto- del gobierno de EE. UU.

 En el episodio "El ordenador que acabó con Homer", perteneciente a la


duodécima temporada de la sitcom estadounidense "Los Simpson", Homer
Simpson crea una página web a través de la que comienza a difundir bulos,
teorías conspirativas y chismes delìberadamente falsos con el fin de atraer
visitas, resultando que, al final, uno de los bulos acaba siendo cierto.

Igualmente, se han sugerido teorías conspirativas o hipótesis de conspiración en


pos de develar el enigma de la anónima identidad del homicida en serie Jack el
Destripador. La más difundida de estas se debió al escritor inglés Stephen Knight,
y fue postulada en el ensayo Jack the Ripper. The final solution,30 que vio la luz
pública en 1976. Aquí se propugnó que el cirujano de la Corona, doctor William
Gull, fungió de ejecutor, secundado por un elenco de masones prominentes. En
dicha versión, las prostitutas víctimas del verdugo serial habrían chantajeado a la
monarquía, amenazando divulgar que (como fruto de los amoríos entre una
plebeya y el príncipe Albert Víctor) había nacido una niña bastarda con derechos
al trono británico. Al médico imperial se le habría encargado asustar a
las chantajistas, pero no asesinarlas. No obstante, un exceso de celo, aunado al
brote de una enfermedad mental, terminó convirtiendo al insigne galeno en el
monstruo que la posteridad conoce con el mote de Jack the Ripper. Tal constituye,
en síntesis, la denominada: "teoría de la conspiración monárquico-masónica". 3031

Uso de Karl Popper del término «teoría conspirativa»[editar]

Artículo principal: Karl Popper

En su trabajo de dos volúmenes «Las sociedades abiertas y sus enemigos, 1938–


1943», Karl Popper usa la expresión «teorías de conspiración». Argumenta que el
totalitarismo del siglo XX estuvo fundado en tales teorías, que recurrían a complots
imaginarios conducidos por escenarios paranoicos predicados en el tribalismo o el
racismo. No argumenta contra la existencia de conspiraciones cotidianas, como se
sugiere incorrectamente en mucha de la literatura posterior. Incluso, usa el término
«conspiración» para describir la actividad política ordinaria en la Atenas
clásica de Platón, quien es el principal objetivo de ataque en la obra. También
escribe: «No deseo dar a entender que las conspiraciones nunca ocurren. Al
contrario, son fenómenos sociales típicos».32

Falsabilidad[editar]

Popper propone la expresión «teoría conspirativa de la sociedad» para criticar la


metodología de los que considera engañados por el «historicismo» (la reducción
de la historia a una evidente e ingenua distorsión a través de un análisis
crudamente formulado, predicado en una agenda repleta de suposiciones
insensatas).33

Karl Popper argumenta que la ciencia se escribe como un conjunto


de hipótesis falsables; aquellas teorías y aseveraciones que no admiten ninguna
posibilidad de falsación son consideradas metafísicas o no científicas. Críticos de
teorías conspirativas argumentan en ocasiones que muchas de ellas no son
falsables y por ello no pueden ser científicas. Esta acusación es a menudo
correcta, y es consecuencia de la estructura lógica de ciertas clases de teorías
conspirativas. Estas toman la forma de aserciones existenciales, alegando
la existencia de alguna acción u objeto sin especificar el sitio o momento en el que
puede observarse. La falta de observación del fenómeno es el resultado de buscar
en el lugar equivocado (esto es, de haber sido engañado por la conspiración), lo
cual hace imposible cualquier demostración de que la conspiración no existe.

Sin embargo, el uso de la falsabilidad como criterio para distinguir entre ciencia y
no ciencia ha sido criticado por un buen número de académicos. Entre ellos
destacan los una vez estudiantes de Popper: Thomas Kuhn, Paul
Feyerabend e Imre Lakatos, que argumentan que ninguna teoría es falsable en el
sentido de Popper, y que como consecuencia Popper representa erróneamente el
proceso real de descubrimiento científico. 34

Conspiracionismo[editar]

Las teorías conspirativas a menudo no se toman seriamente debido a que muchas


de ellas, casi por definición, carecen de evidencia verificable. Otros, por otro lado,
protestan contra la práctica de mencionar únicamente las teorías conspirativas
más ridículas, obviando las teorías conspirativas que han resultado ciertas (tales
como la conspiración para asesinar a John F. Kennedy o el Holocausto). Esto lleva
a la pregunta de qué mecanismos podrían existir en la cultura popular que lleven a
la invención y diseminación subsiguiente de teorías conspirativas.

En búsqueda de respuestas a esta pregunta, la teoría conspirativa se ha vuelto un


tema de interés para sociólogos, psicólogos y expertos en folclore desde al menos
la década de 1960, cuando el asesinato del presidente de Estados Unidos John F.
Kennedy provocó una respuesta del público sin precedentes dirigida contra la
versión oficial del caso según lo expuso el Reporte de la Comisión Warren. El
informe de dicha comisión ha sido contradicho por el Comité Selecto de la Cámara
sobre Asesinatos, establecido en 1976, que en su informe final concluye que el
presidente John F. Kennedy fue probablemente asesinado como resultado de una
conspiración. Así pues, resulta que, en este caso concreto, fueron los que
rechazaron el informe de la Comisión Warren los que tenían razón.
Una visión del mundo que supuestamente tiene como centro teorías conspirativas
en el desarrollo de la historia se denomina en ocasiones como
«conspiracionismo». El historiador Richard Hofstadter indicó el papel de
la paranoia y el conspiracionismo a lo largo de la historia de Estados Unidos en su
ensayo The Paranoid Style in American Politics, publicado en 1964. El clásico
de Bernard Bailyn The Ideological Origins of the American Revolution (1967) hace
notar que en Estados Unidos puede encontrarse un fenómeno similar durante el
tiempo que precedió a la independencia estadounidense.35

El término «conspiracionismo» fue popularizado por el académico Frank P. Mintz


en la década de 1980. El trabajo académico en teorías conspirativas y
conspiracionismo presenta un rango de hipótesis como base de estudio del
género. Entre los principales académicos del conspiracionismo se encuentran:
Richard Hofstadter, Karl Popper, Michael Barkun, Robert Alan Goldberg, Daniel
Pipes, Mark Fenster, Frank P. Mintz, Carl Sagan, George Johnson y Gerald
Posner.

De acuerdo con Mintz, el conspiracionismo denota «creencia en la primacía de


conspiraciones en el desarrollo de la historia»: 36

El conspiracionismo satisface las necesidades de diversos grupos políticos y


sociales en Estados Unidos y otras regiones. Identifica élites, las culpa por las
catástrofes económicas y sociales, y asume que las cosas serán mejores una vez
la acción popular las pueda remover de las posiciones de poder. Como tales, las
teorías conspirativas no tipifican una época o ideología particular. 37

Frank P. Mintz

A lo largo de la historia humana, algunos líderes políticos y económicos «han


sido» genuinamente la causa de enormes cantidades de muerte y miseria, y en
algunas ocasiones se vieron involucrados en conspiraciones, al tiempo que ahora
promueven teorías conspirativas sobre sus objetivos. Hitler y Stalin serían
meramente los ejemplos más prominentes; ha habido numerosos más. 38
En algunos casos ha habido aseveraciones acusadas de ser teorías conspirativas
que luego mostraron tener alguna base en los hechos (para ejemplos, ver
abajo «Conspiraciones verificadas»).3940

La idea de que la historia misma está controlada por grandes y duraderas


conspiraciones es desestimada por el historiador Bruce Cumings:

Pero si las conspiraciones existen, ellas raramente mueven la historia; producen


una diferencia al margen de cuando en cuando pero con las consecuencias
imprevistas de una lógica fuera del control de sus autores: y este es el error de la
«teoría conspirativa». La historia se mueve por las amplias fuerzas y grandes
estructuras de las colectividades humanas. 41

El término «conspiracionismo» se usa en el trabajo de Michael Kelly, Chip Berlet y


Matthew N. Lyons.

De acuerdo con Berlet y Lyons, «El conspiracionismo es una forma narrativa


particular de articular un chivo expiatorio, la cual enmarca enemigos satanizados
como parte de un vasto e incisivo argumento contra el bien común, mientras que
valora el chivo expiatorio como un héroe para la alarma resonante». 42

Argumentos generales contra el conspiracionismo[editar]

Los argumentos contra el conspiracionismo no suelen dirigirse a demostrar que


está siempre equivocado ni a analizar si es posible que acierte al menos algunas
veces, sino a, supuestamente, analizar los mecanismos psicológicos por los que
aparece. Esto, a juicio de algunos, quita legitimidad al mismo concepto de
«conspiracionismo» y a los argumentos «contra el conspiracionismo».

Muchas personas tienden a responder a acontecimientos o situaciones que han


tenido un impacto emocional en ellos tratando de darles sentido, típicamente en
términos espirituales, morales, políticos o científicos. Acontecimientos que parecen
resistirse a tales interpretaciones pueden provocar que el sujeto busque con más
premura un significado, hasta que alcance uno que sea capaz de ofrecerle al
sujeto inquisidor la satisfacción emocional requerida.
En otras ocasiones, el desarrollo de secuencias complejas de acontecimientos,
tales como fenómenos políticos, son explicables, pero no en términos simples. Las
teorías conspirativas son a menudo preferidas por las personas como modo de
entender lo que está pasando a su alrededor sin tener que lidiar con las
complejidades de la historia o interacción política.

Como historiador sociológico, Holger Herwig encontró, estudiando explicaciones


alemanas para el origen de la Primera Guerra Mundial, que «aquellos
acontecimientos que son más importantes son más difíciles de entender porque
atraen la mayor atención de inventores de mitos y charlatanes».

Este proceso normal de búsqueda de una explicación satisfactoria podría


desviarse por diversas influencias. Al nivel del individuo, las necesidades
psicológicas apremiantes pueden influir el proceso de tal forma que algunas de
nuestras herramientas mentales universales pueden imponer 'puntos
ciegos' epistémicos. A nivel de grupo o sociológico, los factores históricos pueden
realizar el proceso de asignar significados satisfactorios más o menos
problemáticos.

Alternativamente, las teorías conspirativas pueden surgir cuando la evidencia


disponible en el registro público no se corresponde con la versión común u oficial
de los acontecimientos. En este sentido, las teorías conspirativas pueden servir en
ocasiones para resaltar 'puntos ciegos' en las interpretaciones comunes u oficiales
de los acontecimientos.43

Orígenes psicológicos[editar]

De acuerdo con algunos psicólogos, una persona que cree en una teoría


conspirativa tiende a creer en otras; una persona que no cree en una teoría
conspirativa tiende a no creer en otra. 44 Esto puede deberse a diferencias en la
información en que se basan las partes para formular sus conclusiones.

Existen psicólogos que creen que la búsqueda de significado es común en el


conspiracionismo y en el desarrollo de teorías conspirativas, y que puede ser
suficientemente fuerte como para llevar ella sola a la primera formulación de la
idea[cita  requerida]. Una vez concebida, el sesgo de confirmación y la evasión
de disonancia cognitiva pueden reforzar la creencia. En un contexto donde una
teoría conspirativa se ha vuelto popular dentro de un grupo social, el reforzamiento
comunal puede igualmente desempeñar un papel.

Investigaciones llevadas a cabo en la Universidad de Kent (Reino Unido) sugieren


que las personas pueden ser influenciadas por teorías conspirativas sin ser
conscientes de que sus actitudes han cambiado. Tras leer teorías conspirativas
populares sobre la muerte de Diana de Gales, participantes en este estudio
estimaron correctamente qué tanto las actitudes de sus pares habían cambiado,
pero subestimaron significativamente qué tanto sus propias actitudes habían
cambiado para volverse más a favor de las teorías conspirativas. Los autores
concluyen que las teorías conspirativas pueden por tanto tener un 'poder
escondido' para influir las creencias de las personas. 45

Psicólogos humanistas sostienen que, a pesar de que el conciliábulo detrás de la


conspiración es casi siempre percibido como hostil, a menudo la idea de la teoría
conspirativa tiene un elemento de tranquilidad para sus creyentes. Esto se debe,
en parte, a que es más consolador pensar que las complicaciones y trastornos en
los asuntos humanos son creados por los seres humanos mismos en lugar de por
factores que escapan al control humano. La creencia en una conspiración es un
dispositivo mental que el creyente usa para asegurar a sí mismo que ciertos
hechos y circunstancias no son producto del azar, sino originados por una
inteligencia humana. Si un conciliábulo está implicado en una secuencia de
acontecimientos, siempre existe la esperanza, aunque débil, de ser capaz de
interferir en los actos del grupo conspirador, o bien de unirse al grupo y ejercer un
poco de ese mismo poder. Por último, la creencia en el poder de una conspiración
es una afirmación implícita de la dignidad humana —una afirmación, a menudo
inconsciente, pero necesaria, de que el hombre no es un ser totalmente indefenso,
sino que es responsable, al menos en cierta medida, de su propio destino. 46

Proyección[editar]
Algunos historiadores han señalado el elemento de proyección psicológica en el
conspiracionismo; es decir, la atribución a los supuestos «conspiradores» de
características indeseables del ser. Richard Hofstadter, en su ensayo The
Paranoid Style in American Politics, afirma que:

...es difícil resistirse a la conclusión de que este enemigo es en muchos aspectos


la proyección del ser; los aspectos tanto ideales como inaceptables del ser se le
atribuyen a él. El enemigo puede ser el intelectual cosmopolita, pero el paranoico
lo excederá en el aparato de la erudición... el Ku Klux Klan imitó al catolicismo al
punto de usar prendas sacerdotales, desarrollando un ritual elaborado y una
jerarquía igualmente elaborada. La John Birch Society simula células comunistas y
operación cuasi-secreta a través de grupos «frontales», y realiza una persecución
sin piedad de la guerra ideológica a lo largo de líneas muy similares a las que
encuentra en el enemigo comunista. Portavoces de varios «cruzados»
anticomunistas fundamentalistas expresan abiertamente su admiración por la
dedicación y disciplina que clama la causa comunista.

Richard Hofstadter

Hofstadter también notó que la «libertad sexual» es un vicio frecuentemente


atribuido al grupo objetivo del conspiracionista, apreciando que «muy a menudo
las fantasías de verdaderos creyentes revelan fuertes escapes sadomasoquistas,
vívamente expresados, por ejemplo, en el deleite de antimasones con la crueldad
de castigos masónicos».47

¿Sesgo epistémico?[editar]

Es posible que ciertos sesgos epistémicos humanos básicos se proyecten en el


material bajo escrutinio. De acuerdo a un estudio, las personas aplican una regla
general por medio de la cual esperan que un acontecimiento significativo tenga
una causa significativa (esto puede reemplazarse por: la gente espera, para algo
extraordinario, una explicación extraordinaria). 48 El estudio ofreció a tres sujetos
cuatro versiones de acontecimientos en los cuales un presidente extranjero (a) fue
asesinado, (b) fue herido pero sobrevivió, (c) sobrevivió con heridas pero luego
murió de un ataque cardíaco, y (d) salió ileso. Los sujetos tendieron en mayor
medida a sospechar conspiración en los casos de los 'acontecimientos
importantes' (en los que el presidente muere) en comparación a los otros casos a
pesar de que toda la demás evidencia disponible para ellos fue la misma.

Otra regla epistémica general que puede aplicarse equívocamente a un misterio


que involucra otras personas es cui bono («¿quién se beneficia?»). Esta
sensibilidad a motivos ocultos de las demás personas podría ser un aspecto ya
sea evolucionado o enculturado de la conciencia humana, pero, en cualquier caso,
parece ser universal. Si el inquisidor carece de acceso a los hechos relevantes del
caso, o si hay intereses estructurales más que motivos personales involucrados,
este método de inquisición tenderá a producir un reporte falsamente conspirativo
de un acontecimiento impersonal [cita  requerida]. El corolario directo de este sesgo
epistémico en culturas precientíficas es la tendencia a imaginar el mundo en
términos de animismo. Objetos inanimados o sustancias de significancia para las
personas reciben un carácter fetichista y se suponen abrigar espíritus malignos o
benignos.

Lo contrario de cui bono, y una posición generalmente útil cuando está


evaluándose una teoría conspirativa, es un corolario de la navaja de Occam.
«Nunca atribuya a conspiración lo que puede deberse a incompetencia». Es decir,
acontecimientos importantes tienen una mayor probabilidad de deberse a fallos o
descuidos de una persona o grupo que a sus planes y esfuerzos.

Psicología clínica[editar]

Para individuos relativamente poco comunes, una compulsión obsesiva a creer,


probar o repetir una teoría puede indicar una o más de varias enfermedades
psicológicas bien comprendidas y otras
hipotéticas: paranoia, negación, esquizofrenia, síndrome del mundo mezquino.49

Orígenes sociopolíticos[editar]

Christopher Hitchens representa las teorías conspirativas como 'humos exhaustos


de la democracia', el resultado ineludible de una gran cantidad de información
circulante entre un gran número de personas. Otros autores sociales y sociólogos
argumentan que las teorías conspirativas se producen de acuerdo a variables que
pueden cambiar dentro de una sociedad democrática (o de otro tipo).

Reportes conspirativos pueden ser satisfactorios emocionalmente cuando ubican


acontecimientos en un contexto moral entendible. El partidario de la teoría es
capaz de asignar responsabilidad moral por un acontecimiento o situación
emocionalmente perturbadora a un grupo de individuos claramente concebido.
Crucialmente, tal grupo no incluye al creyente. El creyente puede entonces
sentirse excusado de cualquier responsabilidad moral o política pues remediar
cualquier falla institucional o social podría ser la fuente efectiva de la disonancia. 50

Donde un comportamiento responsable se previene por las condiciones sociales o


simplemente va más allá de las habilidades de un individuo, la teoría conspirativa
facilita la descarga emocional o duelo que requieren tales retos emocionales
(según Erving Goffman)[cita  requerida]. Como los pánicos morales, las teorías
conspirativas ocurren así más frecuentemente dentro de comunidades que están
experimentando aislamiento social o pérdida de poder político.

Mark Fenster argumenta que «sólo porque teorías conspirativas de amplio


espectro estén erradas no significa que estas no den con algo. Específicamente,
dichas teorías se dirigen ideológicamente a inequidades estructurales reales y
constituyen una respuesta a una sociedad civil fulminante y a la concentración de
propiedad de los medios de producción que, juntos, dejan al sujeto político sin la
habilidad de ser reconocido o de significar algo en el reino público». 51

Por ejemplo, la forma contemporánea de antisemitismo se identifica en


la Enciclopedia Britannica de 1911 como una teoría conspirativa sirviendo al
autoentendimiento de la aristocracia europea, cuyo poder social declinó con el
ascenso de la sociedad burguesa.52

A lo largo de la historia, el antisemitismo es prominente en las teorías


conspirativas. De acuerdo con Kenneth S. Stern,
Históricamente, los judíos no se han llevado bien con las teorías conspirativas.
Tales ideas alimentan el antisemitismo. Los mitos en que judíos mataron a Cristo,
o envenaron pozos, o mataron niños cristianos para cocer matzo, o se inventaron
el Holocausto, o traman el control del mundo, no se suceden unos a otros; en
cambio, la lista de bulos antisemíticos se alarga. El movimiento de milicia hoy cree
en la teoría conspirativa de los Protocolos, incluso si algunos la llaman de otra
manera y nunca mencionan a los judíos. Desde la perspectiva de la historia,
sabemos que este es el tipo de clima en que el antisemitismo puede crecer. 53

Desilusión[editar]

A finales del siglo XX, varios observadores notaron descensos en la participación


electoral y en otras medidas centrales del compromiso social. Como ejemplo
prominente, véase la tesis de Robert Putnam Bowling Alone. Quienes fueron más
influenciados por este período, la llamada «Generación X», se caracterizan por
su cinismo hacia las instituciones y autoridades tradicionales, lo cual constituye un
ejemplo del contexto de pérdida de poder político mencionado anteriormente.

En ese contexto, un individuo típico tenderá a estar más aislado de los tipos de
redes de pares que confieren acceso a amplias fuentes de información, y puede
desconfiar intuitivamente de cualquier aseveración hecha por ciertas personas,
medios u otras instituciones autorizadas. Para algunos individuos, la consecuencia
puede ser una tendencia a atribuir cualquier cosa negativa que ocurra a la
autoridad de la que se desconfía. Por ejemplo, algunos atribuyen los atentados del
11 de septiembre de 2001 a una conspiración que involucra al gobierno
de Estados Unidos (o políticos desaprobados) en lugar de o junto con terroristas
islámicos asociados con Al Qaeda (véase conspiraciones del 11-S). Tales cargos
pueden también colorearse con motivación política. Se hicieron cargos similares
(en algunos círculos) según los cuales la administración de Franklin D.
Roosevelt del gobierno de Estados Unidos fue de alguna manera culpable
del ataque a Pearl Harbor en 1941.

El «teorema de la racionalidad»[editar]
Otra crítica de las teorías conspirativas es que se basan en cierta visión del mundo
que puede o no ser correcta. Graham Allison, politólogo, desarrolló este
argumento en su libro, Essence of Decision, y lo llamó informalmente el «teorema
de la racionalidad».

Básicamente, Allison argumentó:

 Muchas teorías (incluyendo teorías conspirativas) se basan en el supuesto


de expectativas racionales. Bajo este supuesto, los acontecimientos y
decisiones se explican con las respuestas racionales de grupos e
individuos.

 Sin embargo, grupos e individuos no siempre actúan de manera racional.

 Usando un pensamiento racional, los individuos toman automáticamente un


enfoque de «caja negra» hacia los problemas, lo que significa que se
concentran en los datos que estaban disponibles y en los resultados pero
fallan en no considerar otros factores tales como burocracia,
malentendidos, desacuerdos, etc.

 El pensamiento racional viola en general la ley científica de falsabilidad,


pues, de acuerdo con el teorema de la racionalidad, no hay acontecimiento
o grupo de acontecimiento que no puedan explicarse de una manera
racional y decidida.

Aunque Allison estudió principalmente la crisis de los misiles de Cuba, en esencia


ilustró el teorema de la racionalidad haciendo referencia al ataque a Pearl Harbor,
específicamente la teoría de que las autoridades estadounidenses permitieron
intencionalmente que comenzara el ataque.

Allison argumentó que, para que esta teoría conspirativa específica se cumpliese,
los análisis primero tenían que suponer que los oficiales actuaron de una manera
racional y que tuvieron completo acceso a toda la información que indicaba que el
ataque era inminente.
Sin embargo, al examinar evidencias internas adicionales, Allison argumentó que,
mientras desde una perspectiva de caja negra, Estados Unidos tenía suficientes
evidencias del ataque a Pearl Harbor, una combinación de burocracia y
malentendidos fue la razón real de por qué sucedió el ataque. Por ejemplo, Allison
notó que evidencias del ataque venidero estaban dispersas en diferentes
departamentos gubernamentales, y no se combinó inmediatamente para crear una
imagen entera. Similarmente, algunas autoridades interpretaron erróneamente los
datos disponibles: el 7 de diciembre de 1941 la base en Pearl Harbor estaba de
hecho en alerta, pero la alerta era por posible sabotaje japonés, no por un ataque
aéreo general.

Tropos de los medios[editar]

Comentaristas de los medios notan regularmente una tendencia en los medios de


noticias y de cultura popular a entender acontecimientos a través del prisma de
agentes individuales, en contraposición a reportes estructurales o institucionales
más complejos.54 Si esta es una observación correcta, puede esperarse que la
audiencia que demanda y consume este énfasis sea más receptiva a informes
personalizados y dramáticos de fenómenos sociales.

Un segundo tropo de los medios, tal vez relacionado, es el esfuerzo por destinar
responsabilidades individuales a acontecimientos negativos. Los medios tienden a
comenzar a buscar culpables si un acontecimiento es de tal importancia que no
deja de estar al orden del día durante varios días. En esta misma línea, se ha
dicho que el concepto de accidente puro ya no se permite en un artículo de
noticias.55 Nuevamente, si esta es una observación correcta, esta puede reflejar un
cambio real en cómo el consumidor de medios percibe los acontecimientos
negativos.

Controversia[editar]

Aparte de las controversias sobre los méritos de aseveraciones conspirativas


particulares y de las diversas opiniones académicas discrepantes, la categoría
general de teoría conspirativa es en sí misma una materia controvertida.
El término «teoría conspirativa» está considerado por diferentes observadores
como una descripción neutral de una aseveración conspirativa, un
término peyorativo usado para desestimar tal aseveración sin más examen, 56 y un
término que puede acogerse positivamente por los proponentes de tal
aseveración.

Algunos usan el término para argumentos que pueden no creer completamente


pero que consideran radicales y emocionantes. El significado del término más
ampliamente aceptado es el que se comparte en el uso en cultura popular y en el
académico, que, de hecho, tiene implicaciones negativas para el valor de verdad
probable de un relato.

Dado este entendimiento popular del término, es concebible que este pueda ser
usado ilegítima e inapropiadamente como medio de desestimación de lo que de
hecho son acusaciones sustanciales y bien evidenciadas. La legitimidad de cada
uno de tales usos será por tanto un asunto de controversia. Observadores
desinteresados compararán los rasgos de una alegación con los de la categoría
mencionada anteriormente, para efectos de determinar si un uso dado es legítimo
o perjudicial. En relación con esto, Michael Parenti ha usado el
término conspirafobia (conspiracy phobia).57 Este autor, asimismo, en uno de sus
artículos, llama a la CIA «una conspiración institucionalizada».58

Ciertos proponentes de aseveraciones conspirativas y sus partidarios argumentan


que el término es completamente ilegítimo y que debe considerarse precisamente
tan manipulador políticamente como la práctica soviética de tratar disidentes
políticos como dementes clínicos.59 Críticos de esta visión afirman que el
argumento tiene poco peso y que la afirmación misma sirve para exponer
la paranoia común entre los teorizadores conspirativos. Por otra parte, Daniel
Pipes, uno de los que usan el término frecuentemente, 60 incluso reconoce que
algunos informes los hizo por encargo de la CIA.61 Además, los críticos del
conspiracionismo suelen mencionar solo las teorías conspirativas más ridículas sin
mencionar las conspiraciones que están históricamente demostradas.
Algunos teóricos, como Charles Pigden, argumentan que la realidad de tales
conspiraciones históricamente comprobadas debería prevenirnos contra cualquier
rechazo apresurado de teorías conspirativas. Pigden, en su artículo «Conspiracy
Theories and the Conventional Wisdom» 62 («Teorías de conspiración y la sabiduría
convencional») arguye que no solo ocurren conspiraciones, sino que cualquier
miembro educado de la sociedad cree en al menos una de ellas; por tanto, todos
somos, de hecho, teóricos de la conspiración, se reconozca o no.

En cualquier caso, vale la pena considerar que el mismo término «conspiración»


es muy anterior al término «teoría conspirativa», y está muy bien caracterizado en
la Historia, el Derecho Penal, las leyes penales y las sentencias de los Tribunales.
Esto ilustra el hecho de que la conspiración es y ha sido desde antaño un
comportamiento humano muy real y muy frecuente, mientras que la legitimidad del
muy reciente concepto de «teoría conspirativa» continúa abierta al debate.

En el Derecho Penal está bien caracterizado el concepto de «conspiración»,


aparte del hecho de que muchas personas han sido condenadas por
los Tribunales por tal motivo. El actual Código Penal de España, de 1995, en su
artículo 17.1 dice: «La conspiración existe cuando dos o más personas se
conciertan para la ejecución de un delito y resuelven ejecutarlo».63 Los anteriores
códigos penales españoles también definían y castigaban la conspiración. 64 En la
legislación penal de otros países también se castiga la conspiración.

El término «teoría conspirativa» es en sí mismo el objeto de un tipo de teoría


conspirativa que argumenta que quienes usan el término están manipulando a la
audiencia para desestimar el tema en discusión, ya sea en un intento deliberado
de ocultar la verdad o como engaño para conspiradores más pausados. [cita  requerida]

Cuando se ofrecen teorías conspirativas como aseveraciones oficiales (por


ejemplo, proviniendo de una autoridad gubernamental, tal como una agencia de
inteligencia), estas no se consideran usualmente como teorías conspirativas. Por
ejemplo, ciertas actividades del Comité de Actividades Antiestadounidenses de
la Cámara de Representantes de los Estados Unidos pueden considerarse como
un intento oficial de promover una teoría conspirativa, aunque sus aseveraciones
son raramente referidas como tales. Se ha llegado a decir: «¿Cuándo una teoría
conspirativa no es una teoría conspirativa? Cuando es tu propia teoría». 56 Se ha
señalado que muchas veces las versiones oficiales son también teorías
conspirativas65 aunque no se reconozcan como tales. A tal efecto, se ha acuñado
la expresión «teoría conspirativa oficial».

Surgen más dificultades de la ambigüedad del término teoría. En el uso popular,


este término se usa a menudo para referirse a especulaciones sin fundamento o
con bases débiles, lo que lleva a la idea de que «no es una teoría conspirativa si
es de hecho cierta».

Por otra parte, el uso del concepto de «teoría conspirativa» supone una
preocupación exclusiva o preponderante por los «falsos positivos» (creer en una
conspiración que no existe) sin prestar atención a la posibilidad de un «falso
negativo» (negar una conspiración que sí existe). Los que se ocupan del
fenómeno del conspiracionismo no se preocupan de si dichas teorías aciertan a
veces o no.

Véase también[editar]

 Antimasonería

 Antisistema

 Archivo Secreto Vaticano

 Boris III

 Cabale

 Chips espías

 CIA

 Cleptocracia

 Derecho penal

 Desinformación
 Espionaje

 Fake news

 Falacia de evidencia incompleta

 Falacia furtiva

 Falsabilidad

 Helicópteros negros

 Horatio Kitchener

 Lista de conspiraciones políticas

 Lista de prejuicios cognitivos

 Manipulación de los medios de comunicación

 Método científico

 Movimiento de Milicias en Estados Unidos

 Nuevo Orden Mundial

 Nuevo Orden Mundial (conspiración)

 Operación de bandera falsa

 Pensamiento crítico

 Percy Bysshe Shelley

 Política profunda

 Posverdad

 Principio de Hanlon

 Propaganda

 Pseudociencia

 Pseudoescepticismo
 Pseudohistoria

 Reptiloide o reptiliano

 Revelaciones sobre la red de vigilancia mundial (2013-2015)

 RFID

 Síndrome del verdadero creyente

 Sociedad secreta

 Superstición

 Teoría marginal

 Teorías de la conspiración sobre la Biblia

 Tecnomito

 The powers that be

Referencias[editar]

1. ↑ «Conspiranoia, término válido» Fundéu.

2. ↑ Patán, Julio (2009): «Las “teorías de la conspiración”, por otro lado,


son de una naturaleza diametralmente opuesta. A diferencia de las
conspiraciones reales, falibles y perecederas, las “teorías de la
conspiración” plantean la existencia de complots perfectos,
universales y sin límites en el tiempo y el espacio. Las “teorías de la
conspiración” involucran a múltiples participantes de todos los
estratos y esferas, como políticos, policías, empresarios, militares,
intereses extranjeros, medios de comunicación, alienígenas, en fin,
todo lo que se pueda imaginar. Los conspiradores son tan poderosos
y hábiles para proceder en secreto que su capacidad de infiltración
es casi infinita. Las “teorías de la conspiración” involucran
maquinaciones perfectas concebidas desde hace décadas, siglos e
incluso milenios. No se trazan una meta humilde o concreta, sino que
presuponen confabulaciones absolutas cuya meta es alterar por
completo el orden establecido y poner al planeta entero en manos de
los complotistas». En «Conspiraciones: entre el mito y la paranoia»,
unperdidoenelsiglo.wordpress.com. Consultado el 8 de septiembre
de 2012.

3. ↑ Pérez Hernáiz, H. A. (2009): «Lo que se entiende en este ensayo


por “teorías de la conspiración” son las que otros han llamado
las “grandes teorías de la conspiración”, o sea aquellas que
consideran que la mayoría de los acontecimientos sociales son la
consecuencia de la maquinación de una fuerza superior y, a
menudo, secreta. Las teorías de la conspiración no se refieren a las
pequeñas tramas conspirativas que todos construimos, y
descubrimos que otros construyen, en nuestras interacciones diarias,
y que podríamos presumir como parte normal de nuestra convivencia
(el amante que conspira, el compañero de trabajo que nos pone
trampas, el jefe de departamento que no nos dice toda la verdad,
etc.), sino a los grandes acontecimientos sociales que afectan a
muchos». En «Teorías de la conspiración: Entre la Magia, el Sentido
Común, y la Ciencia», pp. 7-8. Consultado el 8 de septiembre de
2012.

4. ↑ Howard, Michael (1990). La conspiración oculta: misterios de


templarios, masones y sociedades secretas. EDAF.

5. ↑ «Área 51: qué es el misterioso lugar que inspira teorías de la


conspiración (y por qué algunos creen que alberga
extraterrestres)». BBC. 20 de septiembre de 2019.

6. ↑ Patán, Julio: «En términos generales, una conspiración es el


intento de un grupo por acceder al poder desde las sombras,
mediante la intriga y la cavilación. La definición es muy amplia,
porque ese poder puede ser político, empresarial, mediático,
económico, o social. Las conspiraciones, reales e inevitables, han
sido parte integral de la historia humana: desde los griegos a los
viejos fraudes electorales del PRI, pasando por Shakespeare, los
golpes militares latinoamericanos, y las “adquisiciones hostiles” de
las grandes corporaciones.» op. cit

7. ↑ FAQ del Movimiento Zeitgeist: «¿Respalda el movimiento


Zeitgeist Teorías de conspiración?» Consultado el 8 de septiembre
de 2012.

8. ↑ Saltar a:a b Bravo, Andrea (mayo de 2011). «La Teoría de la


Conspiración». Jot Down.

9. ↑ «Entrevista a Michel Butter. Teorías de conspiración». Semana. 21


de junio de 2019.

10. ↑ Avilés Farré, Juan (2007): «Desde la perspectiva epistemológica, el


tratamiento más serio del tema se halla, a mi juicio, en un artículo del
filósofo estadounidense Brian L. Keeley (“Of Conspiracy
Theories”, The Journal of Philosophy, XCVI, 3, 1999, pp. 109-12),
que por cierto toma como ejemplo las teorías surgidas en torno a un
atentado terrorista, el de Oklahoma City en 1995. De acuerdo con
Keeley, las teorías de la conspiración injustificadas se caracterizan
por negar la interpretación oficial u obvia de los hechos
considerados, pretenden revelar secretos bien guardados, y se
apoyan en datos que no quedan suficientemente explicados en la
versión oficial, o que incluso la contradicen, pero ninguno de estos
rasgos implica que sean necesariamente injustificadas».
En «Terrorismo y teorías de la conspiración: el caso del 11-M (ARI)»,
en www.realinstitutoelcano.org. 6 de julio de 2007. Consultado el 8
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explican acontecimientos o fenómenos sociales perturbadores en
términos de acciones de individuos poderosos específicos”, dijo el
sociólogo Theodore Sasson en el Middlebury College en Vermont,
EE.UU. Proporcionando explicaciones simples de acontecimientos
inquietantes —la teoría conspirativa en el mundo árabe, por ejemplo,
en que los ataques del 11 de septiembre de 2001 fueron planeados
por el israelí Mossad—, estas desvían la responsabilidad o previenen
que las personas reconozcan que acontecimientos trágicos en
ocasiones ocurren inexplicablemente».

51. ↑ [Fenster, Mark (1999: 67).

52. ↑ «Anti-Semitism», The 1911 Classic Encyclopedia (visitada el 8 de


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Bibliografía[editar]

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Lecturas adicionales[editar]

 Conspiracism, Political Research Associates

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 Parsons, Charlotte (2001). «Why we need conspiracy theories». BBC
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 Gerbic, Susan (2017). «Robert Brotherton habla sobre las teorías


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 West, Harry G. and Todd Sanders (eds) Transparency and Conspiracy:


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University Press.

Literatura conspiracionista[editar]

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 Oriana Fallaci. La rabbia e l'orgoglio, 2001 (La rabia y el orgullo, Madrid, La


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 Cuello Contreras, Joaquín. Conspiración para cometer el delito:


Interpretación del Art. 4, i d. Barcelona. 1978. Editorial Bosch, S.A. ISBN
978-84-7162-712-4

 Orts Berenguer, Enrique. González Cussac, José Luis. Compendio de


derecho penal: (parte general). Barcelona. 2008. Librería Tirant lo Blanch,
S.L. ISBN 978-84-9876-344-7
 Balsiger, David W. and Charles E. Sellier, Jr (1977). The Lincoln
Conspiracy. Los Angeles: Schick Sun Classic Books. ISBN 1-56849-531-5

 Bryan, Gerald B.; Talita Paolini, Kenneth Paolini (2000) [1940]. Psychic


Dictatorship in America. Paolini International LLC. ISBN 0-9666213-1-X.

 Cooper, Milton William (1991). Behold a Pale Horse. Light Technology


Publications. ISBN 0-929385-22-5.

 Icke, David (2004). And the Truth Shall Set You Free: The 21st Century
Edition. Bridge of Love. ISBN 0-9538810-5-9.

 Levenda, Peter (2005). Sinister Forces: Trilogy. Trine Day. ISBN 0-


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 Marrs, Texe (1996). Project L.U.C.I.D.: The Beast 666 Universal Human


Control System. Living Truth Publishers. ISBN 1-884302-02-5.

 Tudge, Robin, and James McConnachie (2005). The Rough Guide to


Conspiracy Theories. London: Rough Guides. ISBN 1-84353-445-2

 Michel Bounan, Logique du terrorisme, Allia, Paris, 2003.

 Pelley, William Dudley (1950). Star Guests: Design for Mortality. Noblesville,


Indiana: Soulcraft Press.

 Robertson, Pat (1992). The New World Order. W Publishing Group. ISBN 0-


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 Wilson, Robert Anton (2002). TSOG: The Thing That Ate the Constitution,
Tempe, AZ: New Falcon Publications. ISBN 1-56184-169-2

 Yallop, David A. (1984). In God's Name: An Investigation into the Murder of


Pope John Paul I. New York: Bantam Dell Publishing Group. ISBN 0-553-
05073-7

 York, Byron (2005). The Vast Left Wing Conspiracy: The Untold Story of
How Democratic Operatives, Eccentric Billionaires, Liberal Activists, and
Assorted Celebrities Tried to Bring Down a President: and Why They'll Try
Even Harder Next Time. New York: Crown Forum. ISBN 1-4000-8238-2

 Conspiracies, Conspiracy Theories and the Secrets of 9/11, de Mathias


Bröckers. Ve la conspiración como principio fundamental entre cooperación
y competición. Propone una nueva ciencia de "conspirología".

Enlaces externos[editar]

 Lista de teorías conspiratorias (en Wikipedia en inglés)

 MK Ultra informe completo

 When's a conspiracy theory not a conspiracy theory? When it's your own

 "Pathologizing" protest: An exploration of "conspiracy phobia"

 The Economics of Conspiracy Theories

 Dealing With Middle Eastern Conspiracy Theories , Daniel Pipes, 1992.

 An Integral Approach to Conspiracy Theory

 On the hunt for a conspiracy theory, artículo en CS Monitor

 16 Questions on the Assassination (of JFK), Bertrand Russell, The Minority


of One, 6 September 1964

 The Paranoid Style in American Politics Richard


Hofstadter,Harper's 1964 November

 Skeptic's Dictionary on conspiracy theories

 The Dynamics of Conspiracism

 Viejas Conspiraciones, Nuevas Creencias, Daniel Pipes, 2004

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autoridades
  Datos: Q159535

  Multimedia: Conspiracy theories

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 Diccionarios y enciclopedias

 Britannica: url

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