You are on page 1of 17

“En el borde de la espesura.

Antropología como experiencia” 1


Turner, Victor & Turner, Edith.

“On the Edge of the Bush. Anthropology as Experience”


(En el borde de la espesura. La antropología como experiencia”.)
Victor Turner - Edith L.B. Turner, editor
University of Arizona Press, Tucson, Arizona, 1985

PRÓLOGO: DE LOS NDEMBU A BROADWAY , por Edith Turner

Cuando Victor Turner falleció en 1983 estaba en pleno desarrollo de una vida productiva.
Nuestros días habían sido tan atareados para ambos que si bien era a mí a quien le correspondía
la tarea de ordenar sus papeles para ser publicados, no me fue posible trabajar en ellos por cierto
tiempo. Ahora podemos presentar el primero de dos volúmenes de ensayos seleccionados para
representar el desarrollo de sus ideas (sobre teoría procesual) en el proceso teórico. Los primeros
seis capítulos están basados en etnografía: era a partir del trabajo de campo que Vic formulaba
teoría, de las comunidades que tanto respetaba.
Como su principal colaboradora en cada campo que Vic exploró, en un nivel, recuerdo
nuestra vida juntos como una serie de historias sobre eventos que fueron pasos en su desarrollo.
Para sus lectores fueron una serie de ideas; para mí fue una vida.
Fue exactamente después de la Segunda Guerra Mundial en Gran Bretaña. Vic y yo estábamos
viviendo en una caravana gitana, ya que una casa apropiada era imposible de obtener debido a los
bombardeos alemanes. No obstante, estábamos decididos a no estar sin libros, así que
caminábamos cuatro millas hasta Rugby Town para visitar la biblioteca haciendo rodar un
cochecito con dos niños pequeños, Freddie y Bobbie. Vic había estado en el ejército en un rango
bajo de objetor de conciencia, desenterrando bombas sin explotar. Continuamente trabajaba con
obreros y le gustaba su forma de interactuar. Incluso buscó libros para hallar más sobre tales
interacciones de la vida real. En la biblioteca encontró “Coming of Age in Samoa” de Margaret
Mead y “The Andaman Islanders” de A.R.Radcliffe-Brown; y se dio cuenta que la vida tribal era aún
más realista, ciertamente más integrada socialmente, que aquella de los soldados rasos británicos.
Recuerdo a Vic, resolviendo de pronto, mientras leía “The Andaman Islanders”: Voy a ser un
antropólogo”.
Así fue decidido. Primero, volvió a la facultad en el University College de Londres, para obtener
su grado en antropología. En esta época Vic comenzó a leer a Karl Marx y a pensar sobre la
dialéctica, la esencia de lo procesual. Dio la casualidad de que Max Gluckman, profesor de
antropología social en la Universidad de Manchester, también utilizaba el marxismo,
especialmente en “The Economy of the Central Barotse Plain” (1941), que Vic me leía en voz alta
“En el borde de la espesura. Antropología como experiencia” 2
Turner, Victor & Turner, Edith.

mientras yo cosía la ropa de los niños. Vi el sentido de este tipo de antropología y empecé a
esperar con interés el trabajo de campo. Fue Max, en uno de sus paseos en busca de nuevos
estudiantes graduados para su nuevo departamento en Manchester, que descubrió a Vic y le
ofreció arreglar una subvención con el Institute Rhodes-Livingstone, de Zambia, para trabajo de
campo en una tribu africana. Vic accedió alegremente. Podría evitar el formalismo estático al
trabajar fuera de Manchester. Se le asignó la tribu Mambwe, gente en medio de un pleno proceso
de cambio, para estudiar la economía; pero dio la casualidad de que Vic nunca llegó a la tierra de
los Mambwe. Mientras estaba en el Institute recibió un telegrama de Max “Sugiero cambiar a tribu
Ndembu de la Provincia Noroeste mucha malaria fiebre amarilla mucho ritual”. Vic me consultó.
“Por supuesto”, dije. Conocía la parte de Vic que amaba el mundo de los símbolos - pero cómo
lo sabía Max? “Nos arreglaremos”, dije, “nos haremos vacunar y llevaremos quinina.” Y concerté
una entrevista con un doctor que me dio los medicamentos y muchos buenos consejos.
Así que aquí estábamos en la Aldea Makunza, contando chozas, confeccionando mapas de la
aldea y de los huertos, genealogías, investigando presupuestos personales, y más importante
aprendiendo la lengua Ndembu. Esto era el “fuera de la pista” cantado en poesía por Kipling;
ambos nos conmovimos por la experiencia. Solíamos murmurarnos el uno al otro en acentos de
Aldershots [al S de Inglaterra] cada vez que había un ritual en la aldea: “¡Los tambores, Carstairs,
los tambores!” Yo respondería, tapándome los oídos dramáticamente, “¡Por Dios, Fotheringay,
los tambores! ¡Me están volviendo loca!”. Luego saldríamos y nos uniríamos a ellos.
Durante los años de trabajo de campo, la instrucción y los conocimientos de Vic entraron en
juego. Había estado expuesto al trabajo de Bronislaw Malinowski y de Radcliffe-Brown, y había
aprendido que Radcliffe-Brown fue un pionero de su época, por cuanto él había roto con la pura
etnografía para fundar una verdadera antropología social. Y ahora que nos encontrábamos en el
campo apreciábamos aún más el enfoque dinámico y diacrónico de Max, antropología procesual
de hecho. Max había comenzado a delinear algunos de los detalles que sustentaban su teoría, tales
como la presencia de relaciones transversales entre las secciones divisorias de un grupo social, y
las tendencias compensatorias que corregían las posibles asperezas y disfuncionalidades de los
sistemas. Vic estaba buscando justamente esto. Estaba interesado en los eventos de la vida, los
procesos que pudiese observar desarrollándose. De este modo, aspirábamos en el campo por una
visión de proceso extremadamente cercana, una visión formada por el creciente conocimiento de
Vic sobre las regularidades y la estructura social Ndembu. El esfuerzo de los Ndembu - su
conciencia, su actividad - parecía ramificarse en innumerables complejidades a cualquier nivel de
los asuntos en los cuales estaban comprometidos, ya fuese en disputas sobre descendencia y
sucesión matrilineal, problemas de esclavitud, cambio social, matrimonio, jefatura, o ritual. Las
“En el borde de la espesura. Antropología como experiencia” 3
Turner, Victor & Turner, Edith.

interconexiones orgánicas de la vida humana eran visibles en movimiento, en operación. Vic no


solo miraba como un experto en teatro. Amaba sentarse en la choza de los hombres con las
calabazas; sabia que las “representaciones” que observaba eran serias - y que nosotros mismos, en
la sociedad occidental deberíamos estar más íntimamente involucrados con nuestros compañeros,
como lo estaban los Ndembu.
En el segundo año de trabajo de campo, una vez que habíamos comenzado a focalizarnos en
el ritual, en los ritos de pasaje, en el reconocimiento de los Ndembu acerca de sus propios
rituales, y sobre el mundo espiritual, la teoría del funcionalismo, para la cual estos rituales eran
concebidos como cierta clase de engrudo social multipropósito y que reflejaban patrones
estructurales, comenzó a parecer inadecuada. Habíamos estado leyendo a Meyer Fortes y su
trabajo sobre los Tallensi, que ciertamente retrataba un sistema dinámico, pero como lo mostró
Fortes, uno girando enteramente sobre requerimientos sociales estructurales. Un día, la escena
está impresa en mi mente, caminábamos a través de un antiguo sitio de aldea, donde la Aldea
Mukanza solía estar (ya que los Ndembu mudan sus aldeas cada cinco o seis años). No quedaba
ningún vestigio de paredes o vigas de las casas, solo una ancha extensión de arena donde crecían
pequeños y redondos pepinos silvestres y flores musgosas. Vic comenzó a hablar. ¿Cómo podía
el ritual que estábamos estudiando (era Chihamba, en el cual estábamos siendo iniciados como
novicios) ser una expresión de la estructura social? ¿Si expresión era-todo lo que se necesitaba,
porque tales complejos cultos de aflicción como el Chihamba brotaban a la existencia? No había
señal para tan extraordinario fenómeno en el sistema social existente. El engrudo social podía ser
necesitado, pero no esta maravilla cultural. La teoría de Radcliffe-Brown no era suficiente. Ralph
Linton, el antropólogo americano (1936), estaba en lo correcto, por cuanto consideraba que el
sistema social era una parte de la cultura total. Era algo nuevo de digerir para Vic, y llegó a ser
para él un cambio de énfasis. No necesitaba explicar las enigmáticas palabras del semidios en
Chihamba, ni el curioso modo en que el artificio era mezclado con la creencia, aún en la misma
creación del artefacto que representaba al dios, como una expresión de la estructura social.
Ahora podía extender su campo a la psicología y la religión. Estudiaría los símbolos rituales en su
propio derecho - pero por supuesto no negaría el reconocerlos como factores en la acci6n social,
"una fuerza positiva en un campo de actividad" (1967;20).
El trabajo de campo se convirtió en nuestro deleite. Al arribar a una aldea distante éramos
saludados por toda la población, estrechando manos y pulgares con nosotros y aplaudiendo. Yo
encontraba la cocina de las mujeres, mientras Vic se sentaba en la choza de encuentro con los
hombres. Si prestabas atención podías oír el cálido y profundo murmullo de las voces por encima
de las calabazas de cerveza. Les agradaba Vic. Las mujeres me llevaron a visitar a su niña iniciada
“En el borde de la espesura. Antropología como experiencia” 4
Turner, Victor & Turner, Edith.

en su choza de reclusión, mientras nuestros tres hijos jugaban alrededor de los fuegos de cocina.
Camino a casa Vic y yo discutimos la ceremonia del paso a reclusión de la semana previa. “Lo
que es interesante”, dijo Vic, “es el nombre del sitio donde fue acostada bajo el árbol de la leche.
'El Sitio de la Muerte.' Entonces se convierte en un 'bebé' y es llevada hacia atrás a su choza de
reclusión. Es sagrada y no debe tocar la tierra”. “La choza también es sagrada. Sus cuentas
blancas - sus 'criaturas' - están en el techo. No debe mirar hacia arriba”. Y así seguiríamos,
poniendo a prueba ideas y prestando atención a pistas que ayudasen a la interpretación.
Cuando regresamos del campo, ingresamos al entorno teórico de la Escuela de Manchester, el
funcionalismo. Max llevó a Vic a un lado y le advirtió que su disertación tenía que ser sobre la
organización social de los Ndembu (que apareció como “Schism and Continuity” en 1957). “Hasta
que no hayas dominado eso, no estas en posición de analizar el ritual”. Max tenía una relación
intensa con sus estudiantes, gratificante pero a veces incómoda para aquellos que sentían sus
tensiones. Por preferencia se rodeó de aquellos que lo cambiaron y lo arrastraron en una
dirección teórica que iba a adoptar de cualquier modo. Esa dirección era el desarrollo ulterior de
la teoría procesual. Fue A.L.Epstein (Bill), el que le dió a Max la idea de la ley como un proceso,
en consecuencia el libro de Max “The Judicial Process” (1955) - una idea para la que se encontraba
preparado. El proceso social se hallaba permanentemente en el aire desde el propio Max, que era
un seguidor de Marx y la dialéctica antes que del estructuralismo de Radcliffe-Brown. Más
fuertemente, lo procesual emergía de los trabajos de Vic. Por temperamento, Vic se oponía al
formalismo y la estructura, ya fuese británica o francesa. Disfrutaba lo que era terrenal, lo que era
fecundo, en crecimiento, seminal. Muchas eran las conversaciones entre Bill Epstein, Max y Vic.
Max era un sudafricano, un colonial, no estaba casado con la tradición, con ideas nuevas, no
estaba tratando de conseguir el prestigio de Radcliffe-Brown. Una noche en 1955, cuando
cuidaba a uno de los niños que estaba enfermo, Vic y Bill se fueron al Victoria Arms. Ambos
habían estado luchando con sus disertaciones. Habíamos acumulado montones de hechos,
números, mapas y genealogías, pero se estaban volviendo añejos. ¿Era este el suelo propicio para
producir un informe vívido? Vic y Bill bebieron sus cervezas, y por lo que puedo deducir,
maldijeron ante la imposibilidad de vincular el método cuantitativo con el método de Malinowski
de “historia de vida”. Vic no quería presentar tablas de regularidades ilustradas por pequeñas
historias aptas. Veía el sistema Ndembu por lo que era: lleno de anomalías, las -líneas de quiebre
que engendraban conflictos. En su escritorio yacían muchos informes de campo sobre conflictos,
registrados por instrucción de Max. Estas ocasiones de conflicto habían afligido amargamente a
los Ndembu - largos, complejos, repetidos, reverberantes conflictos, no pequeñas historias. El
término “caso extendido” era una subestimación de la realidad. En algún punto a lo largo del
“En el borde de la espesura. Antropología como experiencia” 5
Turner, Victor & Turner, Edith.

proceso en desarrollo del conflicto, los ideales que los Ndembu realmente buscaban eran
frecuentemente revelados.
Para explicar la intuición de Vic por la vida social como una representación ayudará volver a
su infancia. Su madre era actriz y solía ensayar sus parlamentos frente a su sillita alta de bebé. Su
cabeza estaba llena de versos y estrofas de poesía. Una vez cuando su madre lo llevó a la lechería,
donde un montón de respetables matronas de Glasgow con sombreros con forma de balde
esperaban ser atendidas, el pequeño Vic de pronto chilló: “Por el placer de saber lo que no debe
ser sabido, tomamos la ruta dorada a Samarkanda!”. Todos los sombreros se dieron vuelta.
“¿Placer? ¿De que está hablando el pequeño ? ¿Placer?”. Su madre lo sacó de allí rápidamente.
El drama estaba en su sangre. Había sido educado en Shakespeare, Esquilo, Shaw, Flecker,
lbsen. Las obras de lbsen eran como los casos problemáticos de los Ndembu: de cada uno de
ellos resaltaba alguna verdad emergente, que el coraje de Nora era bueno en sí mismo, que el
piadoso Brand estaba poseído por un demonio, no por Dios como él creía. Vic estaba
preocupado por el personaje de su viejo amigo, el hechicero Sandombu, y con la extraña
personalidad de Kamahasanji; ambos personajes marginales que súbitamente se volvieron
centrales como foco del conflicto. Sus historias y los rituales envueltos en ellas eran fascinantes
para los Ndembu-estos eventos eran sus grandes productos. Se necesitaba un nuevo término. Vic
y Bill con las jarras de cerveza frente a ellos lidiaban con el problema. “Drama social”, dijo Vic.
“Por supuesto”. Al regresar a casa escribió su trabajo para el seminario de Max del día siguiente,
introduciendo el nuevo concepto. Al día siguiente hizo el tedioso viaje hacia el sur, por micro,
hasta la parte media de la ciudad, luego un cambio de micros y dos millas hacia el sur en la hora
pico, hasta el polvoriento salón del seminario. Con controlada excitación leyó la historia de
Sandombu: y analizó sus etapas –quiebre, crisis, reparación, reintegración - el drama social como
ventana hacia la organización social y valores Ndembu. Ahora se ve el corazón viviente. Max
estaba sentado, con las manos cruzadas sobre su calva cabeza que estaba inclinada. Cuando
terminó, levantó la cabeza, sus ojos brillaban. “¡Lo tienes! Eso es!”.
Vic volvió a casa radiante. Finalmente le había dado vida a su disertación. La terminó a toda
velocidad y rápidamente fue enviada para su publicación, ya que Max reconocía su valor y no
tuvo inconvenientes en convencer a la imprenta de la Universidad de Manchester de ello. Fui
designada para confeccionar las tablas, para corregirlas incesantemente, para juntar de manera
satisfactoria complejas genealogías - mientras estábamos impacientes todo el tiempo por escribir
sobre la iniciación de las niñas, Chihamba, y otros procesos rituales de los Ndembu.
Finalmente llegó el momento en que Vic pudo volver a su intuición previa, en el viejo sitio de
la aldea Mukanza, su resolución de estudiar los símbolos rituales en su propio derecho, en ese
“En el borde de la espesura. Antropología como experiencia” 6
Turner, Victor & Turner, Edith.

entonces una esfera casi nunca tocada. Ambos trabajamos en el sistema simbólico hasta que lo
comprendimos como uno comprende un lenguaje, aunque éste era un lenguaje de cosas, de
relaciones, de patrones, nunca completamente traducible a palabras. Vic comenzó a escribir y
enviar una serie de trabajos explicando los instrumentos analíticos que estábamos desarrollando
para tratar con los símbolos. Estos incluían el concepto del símbolos dominante e instrumental,
la condensación de significados y (multivalencias de un símbolos-la multivalencia del símbolo)
(derivado de Edward Sapir,1934), la unificación de significados dispares en el interior de un
símbolo, su polarización en polos ideológicos y orécticos (derivados de Freud), y los sentidos
manifiestos, latentes y ocultos de un símbolo. En “Chihamba, the White Spirit: A Ritual Drama of the
Ndembu” [“Chihamba, el Espíritu Blanco: Un Drama Ritual del los Ndembu”] (publicado por
primera vez en 1962) escribió. “Una vez empleé un método de análisis esencialmente derivado de
Durkheim vía Radcliffe-Brown. Consideré la función social del Chihamba con referencia a la
forma estructural de la sociedad Ndembu. Pero este método no me permitía manejar la
complejidad, asimetría y antinomia que caracterizan los verdaderos procesos sociales, de los
cuales las performance rituales se puede decir que constituyen fases o etapas. Descubrí que la
acción ritual tendía de este modo a ser reducida a meras especies de la acción social, y las
distinciones cualitativas entre las costumbres y comportamientos religiosos y seculares
terminaban siendo borradas. El símbolo ritual, descubrí, tiene su propio principio formal. No
puede ser reducido a, o explicado por ninguna categoría particular del comportamiento secular o
ser considerado como la resultante de muchos tipos de comportamientos seculares, tal como una
cadena molecular de aminoácidos no puede ser explicada por las propiedades de los átomos
entrelazados en ella. El símbolo, particularmente el símbolo nuclear, y también la trama del ritual,
tenían que ser de algún modo asidos en su esencia especifica. En otras palabras, la aproximación
central al problema del ritual tiene que ser intuitiva, no obstante la intuición inicial puede ser
luego desarrollada en una serie lógica de conceptos... Chihamba es la expresión local de un
problema humano universal, el de expresar lo que no puede ser pensado, en vista de la
subyugación de los pensamientos a las esencias" (1975a [1962]: 186-87). Esta afirmación se
anticipa de manera notable al posterior ensayo de Vic sobre investigación del cerebro incluido en
“Body, Brain, and Culture” [“Cuerpo, Mente y Cultura”] (p. 249). Eso que “tiene que ser intuitivo”
y que “puede ser luego desarrollado en una serie lógica de conceptos claramente surge en el
intuitivo pero inarticulado hemisferio derecho del neocortex. Parecería como si la figura espiritual
en el Chihamba fuese una manifestación del cerebro derecho. El no debe ser nombrado, es
caprichoso e intencionadamente difícil de conceptualizar.
“En el borde de la espesura. Antropología como experiencia” 7
Turner, Victor & Turner, Edith.

Mucho de Chihamba tocó una cuerda en el carácter de Vic. Con su experiencia teatral tenía
una atracción incorporada hacia el ritual como la tenían los Ndembu. Aquí estaba una tribu con
marcados ritos de pasaje - y aquí estaba el hombre que genuinamente podía entenderlos. Es difícil
imaginar como hubiera transcurrido si Vic no hubiese hecho su trabajo de campo entre los
Ndembu.
Cuando Vic escribió “Chihamba, el Espíritu Blanco…” la reacción no fue enteramente
positiva. La sensación era que se estaba metiendo en aguas desconocidas, peligrosas, estaba
siendo demasiado audaz. Aún Max estaba nervioso por ello. Max era con mucho la cabeza fuerte
del departamento, y su propia imagen - y mi propia ambivalencia sobre él - quedaron expuestas
por cierto incidente. Había convocado, como era su costumbre, a un grupo de graduados en su
patio trasero para un trabajo laborioso de hormiga. Sus arbustos necesitaban arreglos y el césped
ser aireado con un largo rodillo. Estábamos de buen humor, bromeando, mientras trabajábamos,
Max se cansó de arrastrar la cortadora de césped, así que yo, la siempre práctica, me acerqué a él y
le saqué el mango diciendo: “Manos, hablen por mí”. Me había olvidado donde había escuchado
esa cita, pero cuando miré a Max lo recordé, su cara empalideció. Por supuesto, eran las palabras
que pronunció Bruto mientras apuñalaba a Julio César. Max trató de bromear al respecto
diciendo: “Miren, quieren matarme - matar al rey. Es el complejo de Edipo”. No obstante, Vic
fue siempre leal a Max y nunca lo atacó en sus escritos.
Por esta época, a mediados de 1963, Vic recibió una oferta para hacerse cargo de una cátedra
en la Universidad de Cornell, la cual aceptó. Fue para Vic una época de cambios en muchos
niveles, lo que lo llevó a dedicarse al estudio de los ritos de pasaje - el cambio más importante de
todos. Para comenzar, él , yo y los chicos fuimos retrasados por problemas con la visa antes de
comenzar nuestra largamente esperada nueva vida en Norteamérica. Habíamos vendido nuestra
casa en Manchester y nos estábamos quedando en Hastings, sobre el Canal de la Mancha. Hubo
algo sobre nuestra estancia en Hastings. Estábamos en un estado de suspenso. El lugar de nuestra
espera estaba sobre la costa, aproximadamente en el punto en el que Guillermo el Conquistador
penetró en Gran Bretaña - el cual fue un evento al que los ingleses reconocen como un punto de
cambio en la historia; mientras Hastings en sí mismo era percibido como un umbral, una puerta.
Para nosotros afortunadamente era una puerta de salida. Y lo extraño, Vic descubrió mientras
trabajaba en la biblioteca pública de Hastings que fue asistido por la misma amable bibliotecaria
que lo ayudó en 1947, cuando estudiaba para su B.A. dieciséis años antes. Encontrarnos con esta
mujer nos hizo tomar conciencia de cuan peripatéticas habían sido nuestras vidas en contraste
con la suya, cuan marginales éramos. Finalmente, noticias sobre el asesinato de John F. Kennedy
le llegaron a Vic mientras estaba en un viaje de regreso a Manchester, y a mí me llegaron en
“En el borde de la espesura. Antropología como experiencia” 8
Turner, Victor & Turner, Edith.

nuestra casa alquilada. Terriblemente shockeados, sentimos que el mundo nunca volvería a ser el
mismo. ¿Y qué estábamos leyendo? Ningún otro que “Rites of Passage” (1960 [1909]) [“Ritos de
Pasaje”] de Arnold Van Gennep en el cual la importancia de la fase interna, liminal, marginal, de
los ritos de pasaje fue por primera vez reconocida. Nuestra propia dificultad inmediata comenzó
a resonar con todo lo que tenía que ver con “pasaje”. El mundo estaba lleno de flujo. No
estábamos seguros si nuestro futuro estaría en Inglaterra o en Norteamérica. La fase liminal en
los ritos de pasaje reverberaba un eco en nuestra propia experiencia. Nosotros también, no
estábamos ni aquí ni allá, como un joven novicio en iniciación no es ni un niño ni un hombre. Así
fue como en la biblioteca pública Vic escribió: “Betwixt and Between : The Liminal Period in Rites of
Passage” [Entre lo uno y lo otro: el Período Liminal en los Ritos de Pasaje”] (1967:93-111), la
primera de sus exploraciones en la liminaridad. Pudo presentarlo en Norteamérica, en el
Encuentro Anual de la Sociedad Etnológica Americana, en marzo de 1964. Lo “liminal” es ahora
bien comprendido, pero en esa época casi nadie había considerado su naturaleza, con excepción
del propio Van Gennep y Henri Junod (1913). Max Gluckman (1962:3) hace una única referencia
a liminaridad en su artículo sobre Van Gennep.
“Entre lo uno y lo otro” fue el precursor de un considerable nuevo desarrollo en el estudio
del ritual entre 1965 y 1974, incluyendo la publicación de “The Ritual Process” (1969) [“El Proceso
Ritual”] que claramente pertenece al dominio de los estudios de proceso. La ulterior exploración
por parte de Vic, de la liminaridad en la dimensión histórica y la búsqueda de ella en el mundo
moderno lo condujo a su posterior uso de la palabra “liminoid” o liminoide para representar
tiempo libre, géneros de arte y performances no religiosas.
Volvamos al primer período de Vic en Cornell. El año 1964 marcó el comienzo de una era de
antropología política para él. Desde mi punto de observación privilegiado podía ver desarrollarse
un proceso curioso, ya que era claro que tenía dos principales puntos de interés: símbolos y
antropología social o política. Era como si, a medida que su pensamiento progresaba, llegase a
una etapa en la que era necesario dar un nuevo viraje, como un bote de vela venciendo al viento.
Rápidamente invertiría la dirección. Había estado bastante tiempo en la línea de los símbolos.
Ahora nuevamente a la intuición que había tenido en el Victoria Arms, la idea del drama social.
Vic, Marc Swartz y Arthur Tuden se encontraron en un panel sobre antropología política en 1964
en el Encuentro Anual de la Asociación Americana de Antropología, y el interés de los tres por la
antropología política prendió fuego. Alex Morin de la editora Aldine también fue atrapado en él.
Fue él quien publicó el simposio, “Political Anthropology” “[Antropología Política”] (eds. M.Swartz,
V.Turner, y A.Tuden, 1966). La teoría derivaba enteramente de la Escuela de Manchester,
tratando con fenómenos dinámicos, ajuste, conflicto, facción y proceso. Nuevos conceptos
“En el borde de la espesura. Antropología como experiencia” 9
Turner, Victor & Turner, Edith.

fueron desarrollados, “campo” y “arena” - ya que Vic había estado leyendo “Field Theory in Social
Sciences” (1951) [“Teoría de Campo en Ciencias Sociales”] de Kurt Lewin. En “Ritual Aspects of
Conflict Control in African Micropolitics” [“Aspectos Rituales del Control del Conflicto en
Micropolíticas Africanas”] y “Mukanda, Boys’ Circumcision: The Politics of a Non-Political Ritual”
[“Mukanda, Circuncisión de Niños: La Política de un Ritual No Político”], ambos incluidos en
este libro, encontramos la forma de manejar lo que parecen ser vagas y efímeras tendencias de
facciones extendidas a través de un amplio grupo social. Estas tendencias constituían el campo,
“un dominio cultural abstracto donde las reglas son formuladas, establecidas y entran en
conflicto, reglas de las que se pueden generar muchos tipos de secuencia de acción social...Arenas
son los marcos concretos en los que...el poder es movilizado y en el que hay una prueba de fuerza
entre aquellos con influencia” (Turner 1974:17). Y la arena podía ser una choza de encuentro de
una aldea, un tribunal, una lista electoral o aún las hojas de un diario.
Antropología política y proceso marchaban juntas en el pensamiento de Vic. Volvería
constantemente a las raíces, esto es, al uso de material de campo detallado, para dar fuerza a su
progreso. Le gustaba una máxima de Karl Marx sobre el gigante Anteus el cual nunca sería
vencido si mantenía los pies sobre la tierra. La tierra era la gente y los sucesos reales.
En 1972, en el Encuentro de Toronto de la Asociación Antropológica Americana, en un panel
sobre inversión simbólica, Vic conoció a Brian SuttonSmith, que lo introdujo en el fascinante
mundo de la representación [play] como un campo del estudio. “Lo que me interesa de la
formulación de Sutton-Smith es que ve situaciones liminales y liminoides como el marco en el
cual nuevos símbolos, modelos, y paradigmas se erigen - de hecho como el semillero de la
creatividad cultural. Estos nuevos símbolos y construcciones luego retroalimentan los dominios y
arenas centrales económicos y político legales, proveyéndolos de metas, aspiraciones, incentivos,
modelos estructurales, y raisons d'etre” (Turner 1982:28). Esta idea de la retroalimentación se
habría de convertir en la base de la idea de Vic acerca del modo en que drama social y drama
escénico estaban ligados (p.300). Una nueva fase en su investigación estaba siendo creada. Amaba
actuar, y como hemos visto, también la poesía, formas de arte, y todos los aspectos de la
representación. Este lado de él reverberó cuando conoció a Richard Schechner, el director de
teatro de Off-Off Broadway. Vic comenzó a involucrarse con el teatro de Nueva York,
focalizando en otro aspecto, la vida como representación. El mundo teatral de su juventud se
convirtió en material para la antropología. Una serie de conferencias de la Fundación Wenner-
Gren comenzaron. Su directora, Lita Osmundsen, comprendió muy bien las posibilidades
inherentes en este nuevo tipo de investigación que estaban iniciando Vic y Richard. Con el
generoso aporte de la Fundación Wenner-Gren para la lnvestigación Antropológica, maestros de
“En el borde de la espesura. Antropología como experiencia” 10
Turner, Victor & Turner, Edith.

la representación teatral y ritual de todas partes del mundo fueron reunidos para representar sus
trabajos y comparar notas, junto con teóricos para analizar los datos. El resultado fue un
conjunto de ideas nunca antes experimentado en la antropología o en el teatro. En esta etapa de
nuestra investigaci6n, en varios contextos y países, observamos y participamos de la Yaqui Deer
Dance, teatro postmoderno Japonés Suzuki, un servicio religioso con cantos gospel en Brooklyn,
los Pentecostales de Manhattan, las actuaciones Japonesas Noh, y de otras actuaciones como el
teatro de marionetas Kabukí Bunraku, la danza de la divinidad Kagura, y los festivales populares,
lndian Kutiyattam, y el teatro del templo Kathakali, el teatro Wole Soyinka's Yoruba, shamanismo
Coreano, Danza Esquimal, lndonesio Wayang y Topeng, teatro postmoderno Off-OffBroadway,
Carnaval Umbanda, y el culto espiritista Kardecism en Brazil, el Purim y Pascua Judios, el
sacrificio pascual Samaritano, la Pascua y el Santo Sepulcro, matrimonios tribales lndios, la
celebración lndia Sariswati, la producción teatral ik en Estados Unidos, y Chorus Line - la lista
podría continuar.
Había un hilo de continuidad en estas performances que le interesaban a Vic, un hilo con el
que trabajó y del que se ocupó. Podía volar de una representación a otra encontrando la
conexión. Sus conclusiones se expresaron en varios ensayos sobre representación y experiencia.
Sobre teatro citaba a Constantin Stanislavski cuando aplicó el subjuntivo “si” al teatro: “Si actúa
como una palanca que nos transporta del mundo de lo real al reino de la imaginación” (1936:43).
“El reino de la imaginación”, decía Vic “corresponde al reino donde imágenes de pasados
heterogéneos se codean con imágenes de presentes heterogéneos y son combinadas en patrones
alternativos por la voluntad modeladora de autores, directores, actores, y espectadores, una de las
cuales finalmente emergerá como la más satisfactoria expresión 'como si' para dar significado en
la relación contemporánea entre la dinámica social y su doble interpretativo, el teatro... El teatro
es una clase de ritual viviente, permanentemente en cambio que es congruente con la naturaleza
de una sociedad turbulenta que puede ser caracterizada más como un devenir que como algo que
es” (manuscrito inédito). Aquí vemos el hilo conductor de la teoría del proceso pasar por su
trabajo sobre la performance. Habla de los performers como “exploradores de nuestro futuro -
deberíamos tomar nota de los mensajes que nos dan”(manuscrito inédito).
Puede parecer un gran salto de los Ndembu a Broadway, pero Vic se deleitaba en encontrar el
hilo que los conectaba. No consideraba el ritual de los Ndembu como un show; más bien, su
forma de performance le sugería que debía mirar las performances de otras sociedades. Trazó el
proceso de la performance: “En el pasado comenzamos con una iniciación a nuestros dramas
sociales, y una consumación, no simplemente un principio y un fin, ya que voluntad y emoción
también están envueltas como meras secuencias o aún procesos cognitivos... Pero ahora... teatro y
“En el borde de la espesura. Antropología como experiencia” 11
Turner, Victor & Turner, Edith.

performances culturales son la antena exploradora a través de la cual avanzamos (manuscrito


inédito). El teatro y otras arenas de performance han tomado el espacio liminal que pertenecía al
ritual; liberaron a la comunidad de la performance de sus lazos mundanos para que un nivel de
poder simbólico pueda ser generado, efectivo en su propio derecho, que se retroalimenta en el
cuerpo social.
Mientras se hallaba en el centro de su estudio sobre teatro y ritual, Vic tropezó con la filosofía
de Wilhem Dilthey. Era típico de él que se interesara inesperadamente en un filósofo para dar un
nuevo giro a su pensamiento. Necesitaba a Dilthey porque en la base de la visión del mundo de
Dilthey estaba la “experiencia”, que era el átomo del proceso humano. De la experiencia emerge
valor y significado, todos los significados en los símbolos que Vic había analizado tan
cuidadosamente. La filosofía de Dilthey complementaba su concepto de toda la vida, que era en
la acción humana, en el proceso humano, que las raíces del significado, del ritual, de la
representaci6n, y de la cultura toda se originaban. Se dio cuenta de que la competencia podía
establecerse mediante el trabajo de generalización. El estudio de la performance y de la
experiencia era como atrapar el electrón en movimiento, sin duda una tarea impropia para el
antropólogo científico.
En 1980, Vic y Edward Bruner organizaron un panel sobre la Antropología como
Experiencia, en el encuentro de la Asociación Antropológica Americana realizado en
Washington; el ensayo incluido en este libro sobre la experiencia (capítulo 9) se basa en los
resultados de esa conferencia. Yo misma asistí a ella, y fue en parte por un acto mío que Vic tomó
un campo aún más curioso. Deambulaba entre los libros que estaban en exhibición en el Hilton,
cuando mis ojos se posaron en un título, “The Spectrum of Ritual” [“El Espectro del Ritual”], y
mirando con más detenimiento ví el subtítulo, “A Biogenetic Structural Analysis” (1979) [“Un
Análisis Estructural Biogenético”]. Lo levanté. Estaba más relacionado con la neurobiología que
con la genética - la neurobiología del ritual. Este era un campo desconocido para nosotros.
Obtuvimos un ejemplar y comprendimos que una extensa biología se había desarrollado en torno
a la ritualización. Lo que era interesante era el trabajo sobre la función de los hemisferios
cerebrales del neocortex, el cerebro izquierdo y derecho. El izquierdo era el lado racional,
verbalizador, el lado que estructuraba la experiencia. El derecho era el lado que comprendía la
metáfora, el símbolo, capaz de una visión holística ¿Qué eran estos si no los dos aspectos de la
sociedad que Vic había estado considerando, estructura y liminalidad? La interacción de ambos
en el punto del ritual, produciendo el "flash", comenzaba a ser entendida. Otros hechos sobre la
función del cerebro también correspondían a los análisis de Vio, tales como la existencia de los
niveles del cerebro, pareciéndose a los polos ideológico y oréctico del símbolo. Los dos últimos
“En el borde de la espesura. Antropología como experiencia” 12
Turner, Victor & Turner, Edith.

ensayos de este libro presentan los argumentos de Vic. Fueron respuestas que dio a
proposiciones de Philip Hefner de la revista Zygon y del instituto para la Religión en la Era de la
Ciencia, del cual R. Sperry, el ganador del Premio Nóbel es miembro. También se fueron
estableciendo relaciones con Eugene d'Aquili, uno de los editores de El Espectro del Ritual. Se le
pidió a Vic que hablase en una conferencia del lnstituto en la Universidad de Chicago en el otoño
de 1982. Cuando llegamos al salón de conferencias, estaba repleto; Vic leyó su trabajo “Cuerpo,
Mente y Cultura” (Capítulo 11 de este libro) y recibió una ovación de pie.
Ahora Vic y Phil Hefner preparaban una conferencia aún más amplia, planeada para el verano
de 1984. Pero lamentablemente solo nuestro hijo Rory y yo pudimos asistir, ya que Vic había
llegado al fin de su vida.
Las inferencias de su última área de investigación parecen ser que la religión no es, después de
todo, el opio de los pueblos, sino que tiene fundamentos saludablemente genéticos. Los detalles
de nuestra herencia neurobiológica - lateralización y el efecto de derrame, control de inhibición y
desinhibición, operadores cerebrales, los haces arquetípicos con sus dotaciones de preparación
para la acción social y las relaciones sociales -ciertamente tienen implicaciones para la
antropología.

LOS ENSAYOS

Los ensayos que aparecen en este volumen han sido seleccionados entre los escritos de Vic
que no han sido recopilados en un volumen. Revisando la cantidad de artículos disponibles para
este propósito claramente me dí cuenta que había comenzado a enseñar su método de trabajo de
campo desde el inicio de su carrera - siempre ocupado en las relaciones humanas en el terreno, en
la comunidad. Su comprensión acerca de los procesos humanos estaba presente desde el inicio.
En muchos de estos ensayos toma alguna secuencia del comportamiento humano y lo pone en
movimiento dentro de su propio campo de relaciones sociales, de este modo podrá observar el
proceso. Los seis primeros ensayos de la primera parte ilustran su método. Lo continúo con un
trabajo teórico sobre proceso titulado “Process, System, and Symbol” [“Proceso, sistema y símbolo”.]
Este grupo de siete corresponde a las ideas de Vic sobre drama social, las cuales comenzaron en
Manchester y también abarcan su posterior interés por la teoría del campo de Kurt Lewin.
Como hemos visto, allí intervinieron etapas contrastantes en las cuales Vic estuvo ocupado
con ritos de pasaje y publicaciones relacionadas con el ritual y el simbolismo. Ensayos derivados
de ese período serán presentados en un segundo volumen. Aquí nos concentraremos en la
apariencia del comportamiento humano. En la segunda parte de este volumen, Vic vincula el
“En el borde de la espesura. Antropología como experiencia” 13
Turner, Victor & Turner, Edith.

comportamiento espontáneo revelado en el drama social para escenificar performances de varios


tipos. Los seres humanos son conscientes de ambos tipos de drama y conscientemente los
relatan. Vic manifiesta claramente que ninguna filosofía formalista funcionará para él – ya que
estudia hombres vivos, mujeres vivas..
Más tarde aún, en el curso de sus investigaciones hacia el interior de las regiones más sutiles de
la conciencia humana, Vic descubrió que muchas de las operaciones íntimas del cerebro humano
ya se conocían, ya que los neurobiólogos habían dado un paso adelante. Los dos ensayos de la
tercera parte muestran como Vic relacionó su estructura para el proceso y el ritual con la nueva
neurociencia, una ciencia cuya riqueza merece la atención de los antropólogos.
De este modo los ensayos presentados aquí llevarán al lector a lo largo de la ruta del trabajo de
Vic sobre proceso, deteniéndose en varios puntos en el modo en que él investigaba en detalle
para prepararse para el próximo avance.
En la primera parte, el ensayo “Aspects of Saora Ritual and Shamanism: An Approach to the Data of
Ritual” [“Aspectos del ritual y shamanismo de Saora: un acercamiento a los datos del ritual”]
publicado originalmente en 1956 como una revisión de “The Religion of an Indian Tribe” [“La
religión de una tribu india”] de Nerrier Elwin. Aún lleva una saludable advertencia a aquellos que
registran un sistema ritual sin trazar las relaciones entre los miembros de los cultos, o relacionado
algo de sus historias de vida, o de los eventos que llevan al ritual, o a episodios shamánicos. Aún
cuando el ritual es autónomo y poderoso en su propio orden, aún no opera en un vacío, sino un
cierto dispositivo, uno que está en movimiento y es dinámico.
En los dos ensayos siguientes, “Aspectos rituales del control del conflicto en micro política
africana”, leído por primera vez en 1964 en el Encuentro Anual de la Asociación Antropológica
Americana, y “Mukanda, circuncisión de niños: la política de un ritual no político”, leído por
primera vez en la conferencia Wenner-Gren en 1966, pueden proporcionar detallada prueba de
cómo llevar a cabo la tarea demandada en el primer ensayo. Aquí Vic delinea el campo de la
tensión en las aldeas que participan en la circuncisión de los niños y transita el drama a través del
texto en movimiento vivo. En “The Forest of Symbols” [“La Selva de los símbolos”] (1967) aparece
un registro de los procedimientos rituales de la circuncisión de los niños: “Three Symbols of Passage”
[“Tres símbolos de pasaje”] (1962;124-279) es un análisis exacto de los principales símbolos de la
ceremonia, y los dos ensayos presentados aquí completan el marco teórico para analizar los
procesos sociales del ritual. De esta manera, hay cuatro ensayos que abarcan los diferentes
aspectos del rito. Vic proveyó no solamente un detallado registro de este ritual sino que lo ha
delineado de muchas diferentes formas permitiendo que se aprecie en su plena cualidad. Rara vez
un ritual ha recibido un tratamiento tan minucioso. Los textos constituyen un banco de material
“En el borde de la espesura. Antropología como experiencia” 14
Turner, Victor & Turner, Edith.

que puede ser reanalizado por futuros antropólogos.


Al escribir “An Anthropological Approach to the Icelandic Saga” [“Una aproximación antropológica
a la saga islandesa”] y “The Icelandic Family Saga as a Genre of Meaning-Assignment” [“La saga familiar
islandesa como un género de asignación de significado”] –tratando con una forma literaria en la
cual los mismos textos describen los antecedentes sociales y de parentesco con meticuloso
detalle-Vic reconoce su deuda como antropólogo al temprano entrenamiento en islandés antiguo
y las sagas que recibió en el University College de Londres antes de la 2º Guerra Mundial. ¿Estaba su
conciencia del proceso social, del drama social, del campo y de la arena, enraizada en el estudio de
estas sagas? A menudo Vic afirma que así era. “Una aproximación a la saga islandesa”…” escrita
para el homenaje a Evans-Pritchard, “The Translation of Culture” (1971) discute la saga de Njal, la
más grande de las sagas, y “La saga familiar islandesa como un género de asignación de
significado”que Vic escribió para su seminario de 1980, y que ahora es publicado por primera
vez, trata sobre los procesos implícitos en la Saga Eyrbyssya, otra obra maestra de las sagas. El
último ensayo de Vic es precedido por una explicación de su término “relación épica”, una
relación que consiste en el “tiempo heroico” de los eventos narrados, “tiempo narrativo” cuando
lo épico fue primeramente compuesto, y “tiempo documental” el período en el que emergieron
manuscritos de lo épico en sus múltiples revisiones críticas. También discute los méritos de las
teorías a favor y en contra del origen escrito de las sagas, como opuesto a lo oral. Estos pasajes
constituyeron un trabajo leído al Seminario Interdisciplinario del Cuerpo docente de Chicago,
sobre épica en 1969.
El último ensayo del grupo que trata sobre un área cultural particular fue leído en 1980 como
la conferencia Ethel Weigert en el Foro sobre Psiquiatría y Humanidades en la Escuela de
Psiquiatría de Washington y es publicado nuevamente aquí. Fue el primer fruto de un recorrido
de campo por Brasil y se titula “Conflict in Social Anthropological and Psychoanalytical Theory: Umbanda
in Rio de Janeiro” [“Conflicto en la Teoría Social Antropológica y Psicoanalítica: Umbanda en Río
de Janeiro”], los cultos umbanda llegaron como un desafío bienvenido para Vic: su peculiaridad
fue el ayudar a probar su argumento de que se debe considerar el ritual en su ambiente social.
Yvonne Velho del Departamento de Antropología Social de la Universidad Federal de Río de
Janeiro, nos llevó a un centro de culto en Río donde pudimos participar del ritual. Yvonne misma
había producido un buen análisis de los eventos en los centros de culto, incluyendo algunas
historias de vida de los miembros. En el presente ensayo Vic usa una parte del material de
Yvonne, así como nuestras observaciones, en su discusión sobre este nuevo proceso ritual sin
descuidar los fascinantes problemas del sectarismo y el impacto de la vida moderna sobre los que
entran en trance.
“En el borde de la espesura. Antropología como experiencia” 15
Turner, Victor & Turner, Edith.

El ensayo teórico titulado “Process, System, And Symbol: A New Anthropological Synthesis”
[“Proceso, Sistema y Símbolo: una nueva síntesis antropológica”] fue publicado por primera vez
en Daedalus (1977). Aquí Vic analiza “los procesos, incluyendo símbolos compartidos, gestos y
lenguajes, por los cuales la interacción social genera una realidad social emergente distinta de y
externa a aquella que los individuos que la producen” (pág. 154). Y es a través de normas a
menudo discrepantes, a través de indeterminaciones de la presente vida social, que el verdadero
cuadro emerge. Discute liminalidad como el medio de generar variabilidad y el libre juego de las
capacidades cognitivas e imaginativas de la humanidad.
La segunda parte abre el mundo de la performance. El ensayo “The Anthropology of Performance”
[“La antropología de la performance”], escrito para su seminario de 1960, publicado ahora por
primera vez, pone de manifiesto el nuevo desarrollo, en el cual integra su concepto de drama
social con el carácter reflexivo procesual del drama postmoderno. Muestra el camino hacia las
riquezas y sutilezas de las performances sociales contemporáneas, donde communitas, si bien
“intrínsecamente dinámica, nunca es completamente realizada” (pág. 190). Es a través de la visión
dinámica de Dilthey de Weltanschauung y de “experiencia vivida” que Vic nos muestra el próximo
paso, lo que nos lleva a la antropología de la experiencia.
En el ensayo “Experience and Performance: Towards a New Processual Anthropology” [“Experiencia y
representación. Hacia una nueva antropología procesual”], escrito para el panel sobre experiencia,
en el encuentro anual de la Asociación Antropológica Americana en Washington DC en 1980,
publicado aquí por primera vez, Vic ve el análisis procesual no como una mera señal de
movimiento, de eventos, sino como el análisis de la “experiencia vivida de alguna unidad de
sentido completa”, en palabras de Dilthey. El ensayo contiene un útil comentario bibliográfico
sobre los trabajos de Dilthey y aquellos de sus exponentes, también una post data sobre los
significados de la palabra “experiencia”.
“Images of Anti-Temporality: An Essay in the Anthropology of Experience” [“Imágenes de la Anti-
temporalidad: un ensayo en la Antropología de la Experiencia”] fue un trabajo presentado en la
Serie de Conferencias Ingersoll de la Divinity School de Harvard en 1981. En él Vic lleva al lector a
varias etapas terrenas en el mundo de la anti-temporalidad. Yendo directamente al principio,
muestra como los seres humanos son “entidades preposicionales” por naturaleza (pág.229),
relacionándose positiva o negativamente con otros. Aquí hay una insinuación de que ésta es una
dotación genética. Luego, nos conduce por el camino a través del drama social, a la actividad de
esa entidad preposicional, a la situación de restablecimiento, al ritual que contiene ambos, lo
sagrado y lo sacrílego, de este modo al clown en la esfera sagrada. Su clown aquí es el kutijassama,
clown en el teatro templo del sur de India, cuya performance es en el tiempo eterno, cuya
“En el borde de la espesura. Antropología como experiencia” 16
Turner, Victor & Turner, Edith.

persona es invulnerable, inmune, a pesar de cualquier cosa traicionera que diga. Aquí está la llave
de Vic a la anti-temporalidad.
La tercera parte es el último acto aventurado de Vic hacia lo desconocido, su encuentro con
los neurobiólogos. En “Body, Brain. And Culture” [“Cuerpo, Mente y Cultura”]…” publicado en
Zygon (1983) valientemente reflexiona sobre su postura anterior cuando creía que el
comportamiento humano nacía básicamente de la cultura, y descubrió que tenía que revisarlo. El
ensayo sondea los secretos de tipo cultural y genotipo, lateralización hemisférica, representación,
religión y arquetipos, y el soñar. “La nueva neurosociología” parte de la cuarta conferencia
William Allen Neilson en el Smith College en 1982, y publicado por primera vez aquí, juzga la
psicología de Carl Jung y su concepto de todo el “self”, ahora visto como la unificación de todo
el cerebro, izquierdo y derecho, superior e inferior. El “ego” de Freud parece ser lo dominante
del hemisferio izquierdo, la mente racional sola. Vic utiliza los Four Zoas de William Blake como
una alegoría literaria de la unificación de los niveles neuropsiquiátricos del cerebro.
En el ensayo final, “Are There Universals of Performance in Myth, Ritual, and Drama” [ “¿Hay
universales de performance en el mito, el ritual y el drama?”] presentado en la serie de
Conferencias Neilson en el Smith College (1982), y publicado aquí por primera vez, Vic une con
el uso de diagramas los hilos del argumento de este libro.
Drama social y drama escénico se vinculan en el “circuito Turner-Schechner” (pág.300), y la
prole del drama social directamente hasta nuestra propia cultura moderna y artes es trazada una
“genealogía” continua de la performance.

Agradecimientos

Los colegas de Victor Turner en el Departamento de Antropología en la Universidad de


Virginia han sido generosos con su tiempo y ayuda en la producción de este libro.
Particularmente agradezco la valiosa ayuda de David Sapir y Peter Metealf en la escritura del
Prólogo. Peter Metealf proporcionó eltítulo del libro, mientras Mary Elber ayudó con el tipeo,
preparación e incentivo en general.
Debo mi agradecimiento a todos.

Edith Turner
Traducción:
Digitalización y Tipeo: Ana Lucía Olmos.
Corrección: Pablo Wright
“En el borde de la espesura. Antropología como experiencia” 17
Turner, Victor & Turner, Edith.

You might also like