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Casimiro Alice. Significante Calidad
Casimiro Alice. Significante Calidad
BRASIL1
Introducción
Este artículo presenta parte de los resultados de una investigación más amplia
del discurso de la política de currículo para la Educación Secundaria en el período 2003-
2010, durante la vigencia del gobierno de Luís Inácio Lula da Silva, manteniéndose los
mismos sentidos en el actual gobierno de Dilma Roussef que se inició en 2011. Como
muchos ya saben, el Partido de los Trabajadores (Partido dos Trabalhadores - PT),
liderado por Lula, llegó a la Presidencia después de un período de dos gobiernos de
Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) en el cual se instituyeron políticas de
currículo en sintonía con orientaciones centralizadas, frecuentemente denominadas
neoliberales: parámetros curriculares nacionales, evaluación de libros didácticos,
sistemas nacionales de evaluación. Han sido muchas las críticas de investigadores
brasileños en currículo a esas propuestas2 como también hubo una gran expectativa por
parte de los movimientos sociales y de la comunidad académica educacional de que esa
situación se modificase durante el período del gobierno Lula, considerando la
constitución política de su proyecto, antagónica al neoliberalismo. Sin embargo, hubo
una acentuada continuidad de esas políticas e incluso una agudización, con propuestas
de un currículo único3, profundización de la utilización del examen nacional de la
educación secundaria para el ingreso a las Universidades y difusión de discursos que
1
Este capítulo es una versión ampliada del texto “Discurso y Representación en las políticas de currículo:
el significante calidad” anteriormente presentado en el IV Encuentro Internacional Giros Teóricos.
Lenguaje, Transgresión y Fronteras, el cual se llevó al cabo en el Instituto de Investigaciones sobre la
Universidad y la Educación (IISUE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la
Ciudad de México D. F., del 21 al 24 de febrero de 2012. Este capítulo también recupera parte del texto
Lopes (2012), desarrollando, sin embargo, argumentos diferentes, aunque sean correlacionados.
2
Ver, por ejemplo, Moreira (1995, 1996, 1997), Silva & Gentili (1996, 1997).
3
Ver en el periódico O Globo, no Rio de Janeiro, Brasil, en 23 de mayo de 2012:
http://oglobo.globo.com/educacao/projeto-do-mec-quer-unificar-curriculo-das-escolas-no-pais-3549446
(acesso en 23 de mayo de 2012, 10:52 h).
señalan la valorización de rankings de las escuelas4. Aunque haya críticas a esa
agudización, no se multiplican ni asumen el papel destacado de los años 1990.
No estoy afirmando de esta forma que se trata de una homogeneidad entre los
dos gobiernos, hay diferencias en muchas áreas, incluso en el área económica, tal vez no
tantas como sería deseable. Subrayo aquí la continuidad acentuada en lo que concierne a
las políticas de currículo. En Lopes (2004), ya señalaba ese riesgo. De cierta forma
tenemos lo que se puede considerar una hegemonía de esas perspectivas curriculares
centralizadas, la cual se nota más fácilmente debido al silenciamiento de las críticas
intensas por medio de diferentes mecanismos simbólicos que merecen investigarse más
profundamente en otro momento.
Como ya analicé en varios trabajos5, al hablar de una hegemonía de una política
de currículo centralizada, no me estoy refiriendo a un proceso que considera que las
instituciones educativas del gobierno federal son centros de donde emanan los
discursos, sino como un proceso discursivo descentralizado que considera los textos
curriculares nacionales como una de sus representaciones.
De esta forma me dedico a analizar cómo se desarrolla esa hegemonización de
las propuestas centralizadas de currículo y qué demandas articuladas contribuyen para
tal proceso. Para examinar esta cuestión, voy a explorar la comprensión de la política de
currículo como lucha discursiva por la constitución de representaciones, con base en la
teoría de Ernesto Laclau y en el análisis de discursos curriculares en las políticas. Si
entendemos la negociación en las políticas de currículo como articulación discursiva,
estamos afirmando que diferentes demandas curriculares particulares son capaces de
articularse entre sí, en forma provisional y contingente. De esta manera, constituyen
dadas representaciones y grupos sociales para el currículo. Es particularmente
investigado en este artículo lo significante calidad de la educación. Defiendo que los
discursos curriculares tienden a desarrollarse por intermedio de la construcción de un
antagonismo a una dada representación de currículo. El currículo que se trata de
introducir está marcado por la idea de la innovación, siempre considerado un progreso
en relación a lo que es realizado, por antagonizarse a una negatividad que se quiere
superar. La frontera entre lo que se proyecta y lo que se desea superar se construye por
significantes vacíos. Investigo de qué forma se vacía el significante calidad de la
educación como uno de los mecanismos de constitución de esa hegemonía de la política
4
Tal difusión de rankings no es estrictamente realizada por acciones gubernamentales, pero no se ha
encontrado contrapunto en discursos gubernamentales.
5
Ver, por ejemplo, Lopes (2004, 2006 y 2008a)
de currículo centralizada. Son tantas las demandas sociales diferentes en relación a lo
que viene a ser la calidad de la educación, sintonizadas con niveles que se encuentran
desde las condiciones socioeconómicas de vida hasta las relaciones interpersonales en
los lugares de trabajo, que la calidad queda vacía de significado. Pero es exactamente
por medio de ese vacío que ese significante se vuelve capaz de aglutinar diferentes
demandas y constituir diferentes sujetos que actúan en nombre de esa calidad de la
educación y son capaces de contraponerse a una escuela sin calidad.
Cabe comprender, por lo tanto, el proceso de representación de ese antagonismo,
ya que no hay actores sociales que defiendan una educación sin calidad, pero aun así se
construye una representación del enemigo a ser enfrentado a partir de lo que le falta. No
hay ninguna característica objetiva que le sea inherente. Por más que sean enumeradas
las características de ese enemigo, ellas no se asocian exclusivamente a él ni
caracterizan de forma objetiva la ausencia de calidad, dadas las innumerables
diferencias que permite esa significación.
Para desarrollar tal investigación más amplia, voy a explorar específicamente en
este capítulo6 de qué forma se realiza, en el momento actual, la articulación entre dos
discursos antagónicos de calidad: el discurso de la calidad que se pretende que sea
total, difundido en parte con el apoyo de grupos empresariales, y el discurso de calidad
social, que está constituido, también en parte, por los movimientos sociales 7. Defiendo
que tal articulación es la que produce la hegemonía de un discurso centralizado en la
política curricular y limita las posibilidades de constituir otros imaginarios pedagógicos.
Pretendo examinar lo hace posible esa articulación.
Este análisis se desarrolla en el ámbito de una comprensión discursiva y
postfundacionalista del currículo. En este sentido concuerdo con Marchart (2007),
cuando afirma que el postfundacionalismo es, sobre todo, un debilitamiento del status
ontológico de los fundamentos y la consecuente introducción de lo político (the
6
Aunque este texto sea individual y de mi entera responsabilidad, destaco que sus conclusiones son
derivadas también de los debates e investigaciones realizados en el grupo de investigación Políticas de
currículo y cultura, www.curriculo-uerj.pro.br, que coordino en el Programa de Postgrado en Educación
(ProPEd, www.proped.pro.br) de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro (UERJ), Brasil. Participan
actualmente en este grupo los estudiantes de doctorado Ana de Oliveira, Danielle dos Santos Matheus,
Clarissa Bastos Craveiro, Érika Virgílio Rodrigues da Cunha, José Pereira, Soledad Andrea Castillo
Trittini y Verônica Borges de Oliveira y los estudiantes de maestría Hugo Heleno Camilo Costa y
Nathália Terra Barbosa Sathler Lenz César. Este grupo cuenta con la financiación del Consejo Nacional
de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq), Brasil y de la Fundación Carlos Chagas Filho de Amparo
a la Investigación del Estado de Rio de Janeiro (Faperj), Brasil.
7
Dentro de los límites de este artículo, no exploro más profundamente de qué manera la asociación de
esos discursos con tales grupos es también una construcción discursiva. En la perspectiva de la teoría del
discurso, son los discursos constituidos que nos subjetivan. Pero en virtud de la imposibilidad de tratar
esa cuestión en este momento, remito a los interesados a la lectura de Laclau (2005).
political) como momento de actualización de los fundamentos, un emprendimiento al
mismo tiempo imposible y necesario. De esta manera, desarrollo inicialmente una
presentación de cómo interpreto discursivamente el currículo, considerando la
investigación de políticas de currículo y, posteriormente presento el análisis de la
relación entre currículo y calidad.
8
La sobredeterminación, genéricamente hablando, se refiere a la existencia de múltiples determinaciones
en un evento, de manera que no sea posible definir solamente una causa para que ocurra ese evento.
la materialidad de las instituciones, prácticas y producciones económicas, políticas y
lingüísticas. Es por el discurso, también concebido como práctica, que significamos y
somos significados. Todas las palabras, con las cuales nos comunicamos, requieren una
experiencia compartida que garantice algún nivel de comprensión mutua y, por lo tanto,
algún nivel de acuerdo y de identificación de conflictos y/o discordancias. Pero esa
experiencia solo puede compartirse discursivamente, pues debemos tener algún nivel de
acuerdo en relación al lenguaje comprender tales experiencias. La experiencia no es un
“contacto con la realidad”, pero siempre es contingente y mediada por el lenguaje.
Esa perspectiva modifica también nuestra forma de comprender el currículo.
Currículo, así como los demás significantes asociados al mismo – contenidos,
conocimiento, cultura, evaluación, profesor, alumno, entre muchos otros – son
significados de determinada manera porque están insertados en una formación
discursiva resultante de luchas políticas por la significación. Entender la formación
discursiva implica entender un proceso hegemónico: cómo se definen los términos de
un debate político, cuáles son las agendas y acciones priorizadas, qué instituciones,
directrices, reglas y normas se crean, qué diagnósticos se realizan y cuáles son las
soluciones que se piensan. Por lo tanto, son construcciones discursivas de sujetos
descentrados en sociedades sin fundamentos fijos, soluciones negociadas, precarias y
provisionales, incluso cuando esa provisionalidad nos parece de tan larga duración que
nos ilusionamos juzgándola eterna.
Pero si los sujetos también son descentrados, no pueden ser definidos a priori.
Su constitución depende de las decisiones tomadas en el proceso político, por lo tanto,
depende de las demandas que se articulan en el discurso hegemónico (Laclau, 2005).
Investigar las políticas implica, de esta forma, investigar las demandas que se están
poniendo en juego en la disputa política. Las demandas son elementos diferenciales
hibridizados al mismo tempo en que se tornan momentos de un discurso hegemónico y,
como tal, se transforman en el proceso articulatorio. O sea, al mismo tempo en que se
articulan en un dado discurso que, de forma contingente y provisional, fija determinados
sentidos y significados en una representación de la política. Esa articulación es posible,
en la medida en que las demandas diferenciales se tornan equivalentes en relación a un
dado exterior constitutivo antagónico9.
9
Para mayor desenvolvimiento sobre mi lectura del antagonismo, ver Lopes (2008b y 2010). Para esa
discusión en la teoría del discurso, ver Laclau (1996, 2005).
Retomando una discusión presentada en Lopes (2008b), para que sea posible
constituir una totalidad significativa, es preciso definir los límites de esa totalidad por
intermedio de su relación con algo que es diferente de ella, o sea, una diferencia que le
es exterior (Laclau, 2005). De esta forma, esa diferencia proveniente de la totalidad
diferencial es un exterior contra el cual se antagonizan todas las otras diferencias
incluidas en la totalidad. Es por ese antagonismo en común que las diferencias se
vuelven equivalentes entre sí. Pero para que la equivalencia se constituya como tal, son
necesarios significantes vacíos organizados en una totalidad discursiva que puedan ser
llenados, precaria y contingencialmente, por los diferentes elementos del proceso
articulatorio. Por eso Laclau (1996) insiste en la importancia de los significantes vacíos
para la política. El vacío y el hibridismo de sentidos cada vez más amplios,
característicos de determinados significantes en la política, no constituyen una pérdida,
una distorsión, ni tienen ningún sentido negativo. Para que la cadena de equivalencias
sea cada vez más amplia y así se instituya una articulación hegemónica, son necesarios
significantes en los cuales fluctúen sentidos tan diferentes que sean capaces de incluir
las más diferentes demandas en el proceso político. Por esa fluctuación de sentidos en
los significantes, ellos se vuelven cada vez más vagos e imprecisos, están tan llenos de
sentidos que se vacían de significado. Como ejemplo, basta pensar en los sentidos de
justicia social, igualdad, emancipación, libertad, en los propios discursos curriculares o
en los discursos políticos en general.
En esa articulación, las demandas en juego se modifican y se instituyen
decisiones por esta o aquella modificación en las demandas, produciendo los procesos
de identificación de los sujetos. Hablando de forma simplificada, no es posible
identificar a los sujetos actuantes en la política por medio de la identificación de su
pasado, su historia, su afiliación a un partido o a un movimiento social, a una clase
social, género o raza, sino por la decisión tomada en relación a determinadas demandas
en el proceso articulatorio que desarrolla la política.
Propongo entonces, pensar lo mismo para el currículo, entenderlo como una
producción discursiva derivada de un dado proceso articulatorio, en el cual
determinadas demandas sociales relacionadas a la formación – conocimiento, valores,
actitudes, programas con fines sociales, control – se insertan e hibridizan. En síntesis, es
posible considerar que todo currículo es una lucha política por la significación.
En esta lucha política, un significante que ha sido puesto en juego con mucha
frecuencia es el de la calidad. Muchas veces, al proyectarse una educación de calidad, la
educación se reduce al currículo y éste, a los contenidos. En ese proceso, la calidad se
reduce a una lectura de índices que se espera poder medir en alumnos y profesores.
Defiendo que ese proceso es favorecido por una reificación del conocimiento escolar
capaz garantizar la aglutinación de demandas que en otros momentos históricos eran
completamente imposibles de ser articuladas. Sobre esas cuestiones me enderezo a
continuación.
10
Para ver ejemplos de críticas a ese discurso, sugiero Silva & Gentili (1996, 1997).
11
El movimiento Todos por la educación, creado en 2006 en Brasil, se presenta como “un movimiento
financiado exclusivamente por la iniciativa privada, que congrega a la sociedad civil organizada,
educadores y gestores públicos que tienen como objetivo contribuir para que Brasil pueda garantizar a
todos los niños y jóvenes el derecho a una Educación Básica de
calidad” (http://www.todospelaeducacao.org.br, accedido el 10 de mayo de 2012, 17:19 h). Son
instituciones y empresas que financian este movimiento: Banco Santander, DPaschoal, Instituto
Unibanco, Fundação Itaú Social, Gerdau, Instituto Camargo Correa, Fundação Bradesco, Suzano Papel e
Celulose, Itaú BBA y Faber Castell. Constan además varias empresas e instituciones como aliados y
patrocinadores.
Para más detalles, ver: http://www.todospelaeducacao.org.br/institucional/quem-esta-conosco/
inclusión escolar, reduciendo el desfasaje edad - grado y al alcance de índices de
instrucción adecuados a partir de los criterios establecidos en pruebas centralizadas,
principalmente el Sistema de Evaluación de la Educación Básica (Sistema de Avaliação
da Educação Básica - SAEB) del Ministerio de Educación (Ministério da Educação -
MEC) y la Evaluación Brasileña al Término del Ciclo de Alfabetización (Avaliação
Brasileira ao fim do ciclo de Alfabetização - Prova ABC), organizada por el Instituto
Nacional de Estudios e Investigaciones Educacionales (Instituto Nacional de Estudos e
Investigações Educativas - INEP/MEC), por el IBOPE (multinacional brasileña de
capital privado dedicada a encuestas de mercado) y la Fundación Cesgranrio (fundación
privada dedicada a la planificación e investigaciones socio-educativas).
Dados los conflictos sociales a respecto del currículo que se desea proyectar, tal
discurso de calidad se antagoniza por diferentes prácticas y agendas de los movimientos
sociales y de la comunidad educativa. Tratando de alejarse de esa significación más
restricta, se desarrollan múltiples acciones para construir un proyecto de calidad por
medio de la afirmación de una educación crítica:
A educação é aqui entendida como um instrumento de formação ampla,
de luta pelos direitos da cidadania e da emancipação social, preparando
as pessoas e a sociedade para a responsabilidade de construir,
coletivamente, um projeto de inclusão e de qualidade social para o país
(II Congresso Nacional de Educação12, CONED, 1997).
El conocimiento se afirma como un compromiso con cuestiones sociales,
tratando de vincular el currículo y la calidad de la educación a la transformación social,
y ésta a un proyecto de la Nación. Se intenta fijar un sentido de calidad que se diferencie
de un discurso de eficiencia y eficacia, que es característico de las concepciones de
educación más instrumentales. Como afirma Marchart (2007), sin antagonismo no hay
posibilidad de que se produzca el sentido. De esta forma, es por el antagonismo al
discurso de calidad que se pretende que sea total que se constituye el discurso de
calidad social. Su propia articulación se realiza en relación a lo que pretenden expulsar
de su campo de luchas o, incluso, por la reducción del discurso del Otro al discurso del
mercado, del empresariado, de la tecnocracia, es que el discurso de la calidad social se
potencializa y se instaura como la posibilidad democrática.
12
Congresso organizado pela Confederação Nacional de Trabalhadores em Educação (CNTE)
http://www.cnte.org.br
A qualidade social traduz-se na oferta de educação escolar e de outras
modalidades de formação para todos, com padrões de excelência e
adequação aos interesses da maioria da população. Tem como
conseqüência a inclusão social, por meio da qual todos os brasileiros se
tornam aptos ao questionamento, à problematização, à tomada de
decisões, buscando soluções coletivas possíveis e necessárias à resolução
dos problemas de cada um e da comunidade em que se vive e trabalha.
Quem define tal qualidade é a comunidade escolar, são os especialistas e
estudiosos, os trabalhadores, enfim, toda a sociedade envolvida no
processo formativo. É exatamente a prática da construção coletiva que
nos tem diferenciado de outros governos, especialmente do atual governo
federal e de seus conceitos utilitaristas. (Partido dos Trabalhadores, 2002,
p. 8-9)
Referencias y bibliografía
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