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Carga Cosmica, Semana Del 05 Al 11 de Diciembre de 2016.
Carga Cosmica, Semana Del 05 Al 11 de Diciembre de 2016.
REFLEXIONES SOBRE
EL CORAZÓN PURO Y LA SENCILLA INTENCIÓN
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on dos alas se levanta el hombre de las cosas terrenas, que son sencillez y pureza. La sencillez
ha de estar en la intención y la pureza en la afición. La sencillez pone la intención en Dios; la
pureza le reconoce y gusta. Ninguna buena obra te impedirá, si interiormente estuvieres libre
de todo desordenado deseo. Si no piensas ni buscas sino el beneplácito divino y el provecho del
prójimo, gozarás de interior libertad. Si fuese tu corazón recto, entonces te sería toda criatura espejo
de vida, y libro de santa doctrina. No hay criatura tan baja ni pequeña, que no represente la bondad de
Dios.
Si tú fueses bueno y puro en lo interior, luego verías y entenderías bien todas las cosas sin
impedimento. El corazón puro penetra al cielo y al infierno. Cual es cada uno en lo interior, tal juzga lo
de fuera. Si hay gozo en el mundo, el hombre de puro corazón le posee. Y si en algún lugar hay
tribulación y congojas, es donde habita la mala conciencia. Así como el hierro, metido en el fuego,
pierde el orín y se pone todo resplandeciente; así el hombre que enteramente se convierte a Dios, se
desentorpece y muda en nuevo hombre.
Cuando el hombre comienza a entibiarse, entonces teme el trabajo, aunque pequeño, y toma con
gusto la consolación exterior. Mas cuando se comienza perfectamente a vencer y andar
alentadamente en la carrera de Dios, tiene por ligeras las cosas que primero tenía por pesadas.
Asociación de Centros de Estudios Gnósticos, Antropológicos, Psicológicos y Culturales de Colombia. A. C.
CONFERENCIA DE LA SEMANA
El trabajo Interior
Por: V.M. SAMAEL AUN WEOR
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onsideremos aquella magnifica observación del lamentable en que se encuentran, temblarían de
“Gran KABIR Jesús el Cristo”: “Que los muertos horror...
sepulten a sus muertos”. Empero, tales personas piensan siempre de si mismas
Muchas gentes aunque viven están de hecho muertas lo mejor; se jactan de sus virtudes, se sienten perfectas,
para todo posible trabajo sobre si mismas y por ende, bondadosas, serviciales, nobles, caritativas,
para cualquier transformación íntima. inteligentes, cumplidoras de sus deberes, etc.
Son personas embotelladas entre sus dogmas y La vida práctica como escuela es formidable pero
creencias; gentes petrificadas en los recuerdos de tomarla como un fin en si misma, es manifiestamente
muchos ayeres; individuos llenos de prejuicios absurdo.
ancestrales; personas esclavas del que dirán, Quienes toman la vida en si misma, tal como se vive
espantosamente tibias, indiferentes, a veces diariamente, no han comprendido la necesidad de
“sabiondas” convencidas de estar en la verdad porque trabajar sobre si mismos para lograr una
así se lo dijeron, etc., etc., etc. “Transformación Radical”.
No quieren esas gentes entender que este mundo es un Desgraciadamente las gentes viven mecánicamente,
“Gimnasio Psicológico” mediante el cual seria posible nunca han oído decir algo sobre el trabajo interior...
aniquilar esa fealdad secreta que todos llevamos Cambiar es necesario pero las gentes no saben como
dentro... cambiar; sufren mucho y ni siquiera saben porque
Si esas pobres gentes comprendieran el estado tan sufren...
Asociación de Centros de Estudios Gnósticos, Antropológicos, Psicológicos y Culturales de Colombia. A. C.
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himú tenía al dios Kon como su mediador entre la tierra y el cielo, en donde reinaba el dios Sol, Chatay,
ayudado por la Luna, Quillapa Huillac, a la que muchos consideraban más poderosa que el Sol, ya que
podía reinar en la noche y en el día era capaz hasta de cubrir al Sol y hacerlo desaparecer del cielo en
los eclipses.
Alrededor de estos dioses mayores estaban los dioses celestiales, como los del relámpago y el trueno, la
estrella de la mañana (Achachi Ururi) y la estrella de la tarde (Apadri Ururi), el demonio que vive en la estrella
central de la constelación de Orión, precisamente la que marca el cinturón del cazador, y que está
acompañada por otras dos estrellas (Patas), que son las enviadas por la diosa Luna para vigilarlo de cerca en
su desierto y evitar, con su perpetuo presidio celestial, que siga haciendo el mal.
También había divinidades zoomórficas, como los felinos moteados.
El cielo no era más que una extensión de la tierra, y la vida que esperaba tras la muerte era tan sólo la
prolongación de la primera terrena.