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EDMUND HUSSERI MEDITACIONES CARTESIANAS BE FONDO DE CULTURA ECONOMICA hota phy Lous Hoi votumis suits el yotatabsimo tabays de Uadus ion realwado hace mas de castenta anos por Jose Gaos Su autor mismo cuenta con pormienos en el prélogo la uza rosa historia de la publicacion primitva. Yo he aiiadido la version de la meditaciin final. He res petado absolutamente fa obia que debia complotar, aunque, Aesde Tuego, he corregido todo lo que no podia escapar a Ja cameenda. Ello afecta, fundamentalmente, alos términos| geradehiy ~ gerade (edieectamente», edizectamente sin iiss, edirecto, -a») y a los parigrafos finales de I medi [No he intentado escribir mi parte sometigndome por principio y sistema a los criterios que fucron seguidos en Ja otra. Respecto a los mios propios, baste mencionar las siguientes decisiones: Let, ecuerpo vivow: Korper, «cuerpo Hsicon; Letbkdrper, xcuerpo fisico y vivon: Figenhitssphire, esfera de lo propios; das Eigemvesentliche, «lo esencial mente propio»; Einfidhlung, eendopatia»; Vergegenirt ‘ung, ere-presentacidne; Sachverhall, eestado de cosas La extraordinaria exactitud y el acabado teenicismo del lenguaje filostico de Husser! hacen especialmente admi- rable el castellano que Gaos emples. Pero exactitud, teen hate cismo y peculiaridad sintictica —en los limites mismos de Ia resistencia del idioma alemin— ascienden a un grado méximo en el desarrollo de Ia meditacién sobre la inter a een Foxman Cenmaa beens 6 Uae Y subjetividad trascendeutal, de tal modo que sélo puedo Bee ee er eee SSpirar a no her desequilrado demasiado el valor Ie es ae rario del conjunto'. ig odcee: fay ya una traduccidn espafiota completa de las Meditaciones: a sae rd pale ta ee ae ees 7 ® morrerenes exnarstins Gavs utlizd un texto que Husserl entresé personalmen- te a Ortega en noviembre de 1934, con el fin expreso de que Revista de Occidente editara su traduccion ste texto no ha sido atin encontrado, Telos lon ind apuntaban a que, si iin existian, dcberia de hallarse ‘entre los papeles de Orteza, conservados por la Fundacion madrilena que lleva su nombre; pero doa Soleil Ortega, me comunica que no ocurre asi Se trataba, en cualquier caso, de wna copia qu, por lo ‘que respecta a Tas cuatro meditaciones trulucidas a partir de ella, no diferia mas que en ligerisinos detalles de las ‘otras copias que son conocidas por ol Archivo Musser (wéase el prilogo de la mejor y mis reviente edicidn ale- mana de las Meditaciones, debida a la profesora Elisabeth Strdker y publicada por Felix Miner en Hamburgo en 1977). De todos modos, Ia lectura del parigrato 7 confir- sara la presencia de alguna pequena variante que no se halla en ningiin otro lugar. Por lo demas, ef texto hasta hora perdido muestra —en In medida en que su version parcial nos lo da a conocer ~ ser sustancialmente el mismo ‘que el denominado M ILS (enviado a Dorion Cairns a Nue- vva York, en 1932, tambicn con el propisito de que fuera traducid), Pero lo verdaderamente interesante es que el manus: cto reeibide por Ortega es dos afos posterior a cualquier tro conocido y no puede excluirse de antemano la posibi- Tidad de que contuviera sus principales novedades en el texto de Ia meditacién quinta. En efecto, Husserl trabajé muy intensamente en los aos 1929-1935 en el problema de la constitucién de la intersubjetividad. No sélo en el marco del libro sistematico que preparaba como refundicién de las Medizaciones (1981-1982), sino incluso precisamente en los dos aiios siguientes, cuando el plan de tal libro habla 1979, Véaw mi rcenskin de ela en Anaes del Sem Matpria Ui Cmmpitense de Madrid, X1V (99) pp. 78 ‘ors wrt. orto ° sido abandonado, El resultado de aguella labor esti eon tenido en las setecientas paginas del volumen XV de las ‘obras completas (Husserliana), que tue editado por Iso Kern en Martinus Nijhotf (La Haya), en 1973 [Zur Phino- Imenologie der Intersubjektivurit. Texte aus dem Nachlass. Dritter Teil: 19291935]; y en La erisis de fas ciencias ew ropeas y la fenomenologia trascendental, § 54 (Husserliana Vi, a cargo de Walter Biemel; mismo lugar y misma casa editorial, 1956). La evolucién de Ia teoria contenida en ta Imeditacion quinta es uno de los progresos mis profundos {que experiments la fenomenologia trascendental,justamen- te en el periods 18241934 y, sobre todo, en 19321934, ¢Es facaso imposible que Hussetl, en ver de repetir Io que habia hecho con Dorion Cairns dos aflos antes, entregara a Or tega un manuserito mejorado precisamente en Jo que con ‘ceria al trabajo fundamental —y enorme-- de los ulumos meses? Las modificaciones de importancia no podian afee tar a las meditaciones iniciales; peru prieticamente debian cstar presentes en la gran meditacién final. Naturalmente fen contra obraba el hecho de que la reforma de la segunda, mitad del libro no habia de dejar del todo intacta la pri ‘mera. Por otra parte, hay que recordar que Husser] entrez6 inmediatamente a Ortega un texto que ya estaba listo para ser traducido. La visita de Ortega fue breve (la ocasién la suministraba el viaje de su hijo Miguel, que iba a ampliar estudios de Medicina en Friburgo durante un curso en que viviria hospedado en casa de los Husserl). No tenemos in- cio alguno de que Ortesa y Husserl hubieran tratado la juestion de Ia traduccidn de las Meditaciones antes de co- nocerse personalmente aquella semana de noviembre. Pero, se limitarian las operada explicita o implicitamen- te por las exposieiones, juicios y fenomenologias, a las que esta ligada Ta fenomenologia «realistas con la que esta en unig I Filosofia de los valores, a que he aludide en pasaje anterior. ¥ en todo aso, en fin, es de Ta «Fenomenologia ‘wascendental» de donde se han originado las filosofias mis recientes y mis influyentes en la actualidad. Las evatro pr rmeras Meditaciones resumen la «fenomenologia trascenden- tal» en forma sustancialmente coincidente con la concep cin de Ia fenomenologia en la etapa de la evolucion del pensamiento de Husserl a que corresponden Ia segunda edi- idn de las Investigaciones y las Ideas, a etapa clisica ya astonss ¥ stexsrzenv0 2s desde ahora y hasta ahora y con la mayor probabilidad ppara siempre. Pero la fenomenologia asi concebida lo es tambien como el idealismo trascendental a que se refieren lor §§ 40 y siguiente de las Meditaciones, y este idealismo ccondujo a Husserl al problema de los otros yos tal como Jo apunta singularmente el final del § 41. A este problema yy a su solucion en una nueva monadologis dedicd, pues, Husserl la quinta y iltima meditacién. En la extension de cesta meditacion, mis del doble de la de la mas extensa de las cuatro anteriores, hay que descubrir tanto, por lo me fos, como una expresion de la importancia atribuida por usserl a esta micva etapa del desarrollo de su fenomeno- logia, un efecto del deseo de aprovechar Ia acasién que las Meditaciones le ofrecian para exponer el tema capital de festa nueva etapa, Pero los hechos son que la nueva mo- hhadologia y esta nueva etapa en general, como las ultimas todas de la obra de Husserl, distan de haber obtenido el ‘econocimiento o tenido la repercusién de la que he llamado Ta elapa chisiea, segin anticipé en ot%0 pasaje. La «feno- menologia trascendental» de la conciencia pura conducia onsectentemente all problema de los otros yos: sin em harzo, la solucién ha sido eriticada como un aditamento ‘nspirada por el afin de hacer rotunda y defintiva la pro- pia filosofla, en ver de dejar los descubrimientos efectivos ¥ las sugestiones fecundas abiertos a la prosecucion pre: Viamente indefinida y realmente nueva, en suma, como un ‘aditamento inspirado por el espiritu de sistema que ha poseidlo en general a los flésofos (v, T. Celms, El ideaismo Jenomenoloeico de Husser, traduccién mia: Revista de Oc- cidente, Madrid, 1931). Cosa pareja le acaecié también a Uereson con sus Dos fuentes de la moral y de la religion (w. le critica de Morente en el nim. IIT de la Revista de ‘Oceidente). La solucién, y aun el problema, no podian im ppresionar como lo habian hecho los problemas y las solu jones inaugurates de la fenomenologia, Interesaban ya mis ‘aue los desarrollos de ésta por el creador, menos nuevos 2% entractonss cARrESANYS ae los inicos, los desarrllos novsimos por los dseipalos $ continuadores. La naturales misma de Ta filvofia hace innposibe estimar ftegraren un eerp Tas ions cealvaacicno las soosivasverdadee dena ein y Peo dice ina peculiar eavcstad por le ultima flosofia yuna toda flostea.Relegaron, es, al ereador y maestro a {Gemino de suyo un tanto fejanoy oscuro del Fundador soe Coruscantes daepulosy continuaores, Ye timo desco- ante entre étos, elegs Te ilsotn de Tos valores eiten en general al trmine de un momento nuperedo can te Storia contemporinea dele filosofia. ¥ralep lor objetor idzalesy los valores mismo, el conocerios, estimaroe y en general vivrlos, al de objetos y fenémenor de Tos que coe mostrarse la fundamentacion en realidades mas rad ‘ales. De la fenomenoloyia dela conciencia pura de Huser] Doss Heidegger as anata del Daze. Ala verdad id= table de la realidad de la concincia pura debin susie Waid ata yoni Ds Oren seis a sfenomenologiacrascencnals a una ertica (ayo res son my fil pocde ver el lector en ln ita Histor de In ftocoia de Maris) en el sentido de que lo decisive n0 es la conconcin objeto de ln rfl, sino ta on a ou fuminoe a vivir on meio de toda eoucnra vidoe, La arr Fda radicale no sla concincia pre, ino «nesta vidas Por mi parte, empicra yaa acer aon ie viene parecen. dome ver in signficacin histrica y Hoste toga de In fenomenclogia de la manera siguiente. El pasado entero de In filosoti puede redicirse a dom grandes movimientor cesivor de direciin opnesta. a ilosofia gies y con y tas slln ls antigua la medieval se han diigido, como insinaé fntes, a Tos princpios bjetivor del mundo, en una idea ion csencamenteciétca, afado ahora: concbiond tales Principon como ideas, valores, esenciassubsistentes en st ‘por so inherentes 3 un principio divin, © oneibiendo Sidcticamente ent principio. Radcslmente snimada por el cristianismo, introdactor decsivo. de a conclncla, como astonte ¥ stoxtrzen0 n instancia fundamental, en In historia, segin revela la anti Cipacign de San Agustin Descartes, la filosofia mhoderna ‘mpeab por rettotraerse y retraerse rellexivamente a la com ‘encia, para partir de ella hacia el mundo y hasta los prin- Sipios objetivos de éste y de ella. La tensin entre la cide fiea filosofia antigua y In coaciencia cristiana en el seno {de la filosofia medieval da a ésta su peculiar complexion Y situacion verdaderamente media, que no deja de prolon- Jrarse en su descendiente moderna, En la sueestin historica {i los dos movimientos, de la Filosofia antigua y medieval {la filosofia moderna, debe reconocerse una sucesién pro- Jrovida por una relacign de fond ultimo entre ambos. Pues bien, ambos o el pasado entero de la filesofia vienen a ser ‘outnidos notoriamente por las dos partes de Ia fenomeno Topia de Husserl: la exletica filosofia antigua y medieval, clerealismos antigua y medieval, en Ia «fenomenoloria ¢ Meticas: la meslerna filosafia de la conciencia, el moderno “idealismos, en la «fenomenologia trascendental», Es mis. {La awuncign de Ja Filosofia moderna por la «fenomenotogia tascendental® llega al detalle de asunir la transict6n na tural de todo sidealismor a un idealismo «trascendental Por el lado, ya no del pasado y antecedentes de Ta feno- enologia de Husser, sino de su sucesiin y futuro, de sus {os partes, tambien, han salido como he apuntado las prin pales lilosofias posteriores a ella, que reiteran los dos trandes movimientos del pasado filosético: el de la Filosofia Entigua y medieval, la filosofia de los objetos ideales y de Ibe valores: el del cristianismo y la filosofia moderna, la filosofia existencial. En tales movimientos, asunciones y feiteraciones, zedmo no palpar una encubierta pero tangi- ble naturalers de la filosofia osclante entre dos extremos Gialgeticamente unidos? Contenido y mérto times de la Tenomenologia de Husserl: Ia articulacion de sus dos par- tes sugiere cudl podria ser la relaciin entre ambos, mov imientor de la historia de Ia filosofia, fondo iltimo de esta historia entera y de la filosofia en general. Bien mirado Jo 2» eorrciones cunrestanss {que pasa realmente en la caverna de sombras y asombro donde se practican las esotcricas operaciones filosficas, y aunque Husserl ensefisexpresamente que la conciencia pura Sigue siendo un facture empirico, o que la fenomenologia trascendental es sina fenomenologia empirica o faetia, si no se reduce eideticamente la concieneia pura a su esencia, Ta reduecién trascendental, y ella s6lo, ¢no trae consiga Ia cidética? La coneiencia pura, pura de toda oposicidn y pereepcin de realidad, ¢no sera puramente Ia esencia de Ta conciencia?, el fendmeno puro cla esencia del fenémeno correspondiente? Y a la inversa, cuando se piensa tener la esencia de la conciencia o de uno de sus fendmenos, se tendria en verdad la coneiencia pura o el Fenémeno puro. [La transicién natural de todo «idealismo> a un idealismo strascendentale consistiria en esta identificacién de Ia de- puracién de realidad y la reduccisn a Ins puras quintacsen- cias, fundada en la misma naturaleza de las cosas. Tal iden- tifieacién quizis pudiera justficar a la ablacién de la «fe- rnomenologia cidética» contra Husserl, pero reguramente que no la justficaria contra las filosofias que reconocen lo trascendental, la erealidad radicals, no en ninguna concien- cia mis © menos general por abstracta, pues toda mera conciencia es un abstracto de Ia concrecién de la vida que la sustenta y circunda, sino en esta Vida. Es por lo que me parece que de la trayectoria contemporinea de la filosofia, es el tinleo término Iigico de llegada y partida hacia el fur tuo tomar la «realidad radical» en su concrecién extrema, bsoluta, La realidad de verdad absolutamente indubitable, el punto de partida del filosofar, no pucde ser, no es, de hecho, ni el cogito a que se Mega a través de Ix duda me todica, ni la sconciencia puras a que se Mega por medio de Ia reduccidn trascendental, ni en general el contrasen tido de ningiin dato buscado y encontrado s6lo al término dle Ia busca y hasta rebusca; sélo puede ser, sélo es, de hecho, lo tnico dado sin contrasentido, lo unico eon que se encuentra antes de toda busqueda el filésofo: él mismo rastonie ¥ stoxtrieno » fen ut situacin de querer partir hacia donde sea —Ia erea- lidad radicals es «nuestra vida», pero no tomada en nin- guna generalidad, como la de «la vida humanas, pues toda ‘Beneralidad es mis o menos abstracta y relativamente ire, Sino tomada en Ia conerecin absoluta del fildsofo aqut y ahora conviviente con sus préjimos mis o menos efectiva mente proximos en el espacio y en el tiempo—. Esto acarrea tuna primera consecueneia soliviantante: cada filosofia equi- Yaldra ticitamente a, o seria explicitamente, una confesisn personal y us memorias histrcas, una autobiografia tuna autoblogrifica Historia... Estas no pueden dar sino la verdad del autor: ces que no pueden ser verdaderas?... Tal Indole de Ia filosoia esta encubierta en Iss mas de las fi- Tosofias por la orientacién de éstas hacia To objetivo, pero no obstante esta orientacién, denunciada por el modo de ppraponer el fildsofo sus proposiciones, aun en los casos ‘nds favorables tan sensiblemente diversa de aquel en que propone las suyas el cientfico por excelencia: el matems Tico propone sus proposiciones con apodicticidad de la que fest tan seguro qie ni siguiera se le ocurre hacerse cues- tidn de ella, haciéndose presente a si mismo; el fildsolo propone Tas suvas, en los casos extremos con una apodicti- fidad que tiene que mostrar y hasta probar exhibiéndose ‘si propio sucesivamente dubitativo y cierto, en los demas asos como sui manera de pensar y hasta de ver sélo, st ‘opinion y hasta su simple impresion. Tal indole de la filo Sola ha sido descubierta para siempre por el Discurso del Iméiodo, al que ello exalta a su rango Unico en Ta historia Ue la flosofia, Tal indole esta por To regular menos encu- bierta que en las filosofias dat realismo en Tas del idealis- imo: éste, de inicio esencinimente solipsista, no deja de ser Ta historia y hasta la fabula, el mito o ef cuento que un Robinson hace de sus aventuras y hallazgos, hasta el des ccubrimiento, en los desenlaces més felices, del tesoro y del ‘doble, Viernes 0 Domingo, trascendentales. El término smitos 0 scuento» no hay que decir a quién puede aludir. so wenicco Los términos «fabulas e historias son cartesianos. El i timo se encuentra en estas Meditaciones eartesianas. Avance por ellas el lector en Ia paradéjica, como notars, compania del gran Robinsén de Moravia, manteniendo desde la par- tida fijos los ojos con atencién en tal aspecto del itinerario, Lo que propone el filésofo realist, algo orientado hacia el ‘mundo, no es ya lo qne propone el fildsofo idealista: algo referente, inicialmente al menos, asi mismo. Adviériase que en el referirse a si mismo viene a encontrar el colmo de la apodicticidad. Y no se éoje de advertir que comunicar s verdad a otros semejantes © congeneres es todo un pro- bblema. Otra, segunda consecuencia, que después de la an- terior ya no tiene fuerza para soliviantar iualmente: Ia relacin entre todas las filosofias, o mis real, entre todos los filésofos, el caso «radical» de lo que se dice en la vida comiente cambiar ideas» ‘Mas como quiera que pudiera ser de todo lo iltimo, lo anterior habré mostrado unas cuantas cosas. No sin todo fundamento ha podido pensar Husserl haber aleanzado en su fenomenologia una filosotia defintiva, una philosophia perennis. Que sea bajo la especie de ciencia, arquetipo tra: dicional de verdades definitivas, como ha visto s1 defink tiva filosofia, no es sino comprensible. Que se haya repre- sentado la philosophia perennis como un esencial sistema temporal de las verdades descubiertas en contingente cooperacién histérica por los pensadores, no es sino con secuencia. A Ta raza de aquellos en que la filosofia entesa de su pasado parece més notoriamente asumida en la pro- Pia, los Aristoteles y los Hegel, resultaria pertenecer Hus seri si la publicacion de su enorme obra inédita, suponién: ddola no aniquilada, revelase un parejo enciclopedismo mo- rnumental del sistema, Aun sin esto ultimo, es lo mas pro- bable que el futuro ratifique el juicio que predice en Hus- serl el fildsofo més importante en suma de Ia novisima y actual edad filosofica, Mas aunque no To fuese, habiendo asumido y originado Ia historia entera de la filosofia hasta aston ¥ stoxtricnve au el mismo dia de hoy, es la fenomenologia de Husserl una Titosofia quc ha de ser asumida a su ver por toda que haya {de originarse —por todo el que en adelante quiera filosolar ‘riginalmente: por paradéjico que resulte, no hay que des- ‘onocerla, sino que asimilarla, para ser en adelante original tn filosofia—, o si a Filosofia fuese consustancial como a ninguna otra cosa la originalidad, sencillamente para hacer Hilosfia 0 ser filésofo, No obstante las seductoras nove: dlaules posteriores a él, a Husserl habrai que volver, de él habra que partir, durante bastante tiempo ain, hasta que haya advenido definitivamente el de tratarle como un gran sisico mis, Porque esta necesidad de volver a él y partir {de cl anticipa desde ahora la clasiidad de su obra, en par- ticular de sus Investigaciones e Ideas, en un sentido, por Io que tienen de capitales; de sus Meditaciones, en otto Sentido, mis proplo incluso, por lo que tengan de «intro- Aduccidns ‘a traduccion francesa se difundié hasta agotarse, hace ya ais, en términos que resulta imposible hacerse honra- laments con tn ejemplar'. El texto alemin no se ha pu bicado®, Se penso, pues, en publicar una traduceién espa- fiola, Sino recuerdo mal ya, a fines de 1935 Ortega visits con Friburgo a Husserl y recibié de éste un ejemplar a mix ‘duina, con correeciones y adiciones manuscritas, del texto ‘somin de las Meditaciones, para hacer sobre él a traduc- ‘iin que seria publicada por la Revista de Occidente’. Or- ta me confié la traduccion, ala que Ie propuse y acepts javregar un comentario sacado del material que yo habla ‘eunido con oeasién de Ta explicacién que habia hecho de ia sido reproduc en 1969 por In casa Vein de aris, [Nota st editor, “SKnited ene primer vlumen de Huscelions, eitado por Ste shan Strasce cn 0 [Ne del 3° Gace a rcuerda tal. Vid. Pazand Hse, Briefe en Reman Inger, Nit Evlsterangen und Erinnerdngen an Huss! (econ {£' Rema Irn) Bon ese Masts Nii ora IX, de 4 de noviembre de 188 (N. Sel E] 2 raractones ovmrestawss las Investigaciones pardgrafo por parigrafo en dos cursos académicos. Al dejar yo Madrid, a principios de noviembre de 1936, ef texto alemsn y Ia traduccion de las euatro pr ‘meras meditaciones quedaron juntos sobre las obras’ de Husserl en un libero del cuarto de trabajo; In traduccién, de la quinta, dentro de Ta carpeta de la mesa de trabajo. [Algo después se pensé en la nocesidad de rescatar ef texto aleman. La casa en que yo vivia,situada en In proximidad del fronte de la Ciudad Universitaria, habia sufrido ya los cfectos del bombardeo. Sin embargo, mi hermano Angel, ‘cuyo nombre no pareceri impertinente consignar aqui, 1o- ‘er6 rescatar del evarto de trabajo el texto. aleman y la traduccién de las cuatro primeras meditaciones, pero no J de Ia quinta. Devolvi el texto alemin a Ortega, quien ddej6 en mi poder Ia traduecién, con Ta indicacién expresa de que si un dia To ereia necesario, hiciera de ella el uso que estimara procedente. Por lo pronto, decidi guardarla ‘A ver si venian tiempos mis propicios, si no para rescatar cl final, que debia dar por perdido, para rehacerlo; en ‘ilimo término, para publicar Ia buena parte rescatada, Un lustro justo ha trascurrido, No se ha presentado co- yuntura favorable para rehacer la traduecién de la quinta rmeditacién sobre el texto aleman. Tgnovo inchiso si el texto sigue en poder de Ortega o si éste lo devolvis al autor 0 « heredero 0 representante legal suyo, y en este caso el destino que haya podido tener. Si Ortega lo devolvie y fue a parar a la biblioteca de la Universidad de Lovaina, ha muchas probabilidades de que las Meditaciones no puedan ser conocidas nunca mas que por la traduccion francesa de las cinco y la mia de tas cuatro primeras. Por todo, ha pa- recido al fundador y director de esta Coleccion de textos clasicos de filosofia, el Sr. Lic. Eduardo Garcia. Maynec: su editor, el Sr. Lie. Daniel Cosio Villegas, y a mi, que en ella podia publicarse por lo pronto esta traduccién. Dada la finalidad de la coleccion, a que corresponde su earscter, fen ella encajan perfectamente las antologias, como ron sus dos primeros volimenes, Teniendo en cuenta la historia y Siunificacion de las Meditaciones, tema central de lo escr fo hasta aqui, ya una simple seleccién de Ia obra, en el texto original o tradueida, resultaria de un interés y una htlidad muy subidos, Pero las cuatro primeras meditacic- hres son harto mds: Ia més auténtica sintesis posible de ta Fenomenologia clisica, completa e intligible por si sola. fen todo caso, la publicacion de esta traduecién no impide pecizamente el que se la complete con la de una traduc- ion de la quinta meditacién en un segundo volumen. Si Tuacse posible ain, con una traduccion del texto alemén. Si hia, eon una traduceién de fa francesa, que bien pudiera ser la el maestro Antonio Caso, que ha hecho y guarda inédita lin de las cinco, La extensién de la quinta se prestaria a ilar un volumen no demasiado disparejo del presente, pero tl segundo se ofyece como lugar apropiado para afadir unas wotas que no serian el comentario proyectado para la on de la Revista de Occidente —puesto que he perdido ios mis papeles de origen anterior a mi partida de Ma tind y hay en la vida cosas que no pueden hacerse por Seeunda vez, pero que, sin embargo, pudieran rendir al ara terminar, unas palabras sobre la traduccién. No 4 deber inspirarme en Ia francesa para hacer la mia. bia ya una verdadera escucla y hasta tradicién de los \luctores espafioles contemporiness de filosofia alema- tna-Como en muchas otras, los espafioles nos hablamos ade- Tintado a los franceses en la traduccion de las Investiga- ‘intes: No obstante haber sido hecha esta traduccidn por In Manuel G. Morente y por mi, tampoco cret forz050 se smiela en algin panto, Asi,el tema Bedeutung-Erfllung, tan Tinportante en las Investigaciones, no lo es en las Medita- Yiomes, Por ello me pareeié que seria hasta conveniente treseindir, en Tos pocos Tugares en que hubiera podido em- bearlo, del neologismo simpleciéns, usado en la traduc- ‘inn de las Investigaciones. Problemas difciles me plantea- 4 mrairsciowes eanrrstanss ban, en cambio, otros términes del original mucho mis te imaticos y repetides. Ast, los que me resolv! a traducir por asuncién» y «presunciéns, mo encontrando otros que re: produjesen mejor el juego de los originales y esperando que el lector comprendiese desde su aparicidn, por el sen tido del contexto, aguel en que debe entenderios. Un pro- blema que sigue resultindome insoluble es el de la traduc: dn de real y rell: todos los terminos que se ocurren para traducir lo uno a diferencia de lo otro se necesitan para otros conceptos de Husserl Se trata de la distincién entre lo real en los sentides corrientes del término y los elemen- tos constitutivos del cuerpo psiquico, si se me permite ex- presarme asf, de las vivencias, que Husserl se aplica a dife renciar sutilmente, Como las vivencias mismas ciyos son, tstos elementos son reales en uno de los sentidos corrientes del térmiro, mientras que las cosas reales que no son tales lementos de las vivencias no son reales en este sentido de flementos de las vivencias. Eo este sentido se encontrard el término «reals, entrecomillado, al comienzo del § 37, pero ste no es el tinico pasaje en que el término debe enter dderse en el mismo sentido. Jost Gros tise) INTRODUCCION § 1. Las Meditaciones de Descartes, prototipo de la reflexion filosofica La vosimtinap de hablar sobre Ia fenomenologia trascen- ental en esta dignisima sede de la ciencia francesa, me Nena de alegria por razones especiales. El miximo pensa- dor de Francia, Renato Descartes, ha dado con sus Medi- ‘aciones nuevos impulsos a Ta fenomenologia trascendental. Hlestudio de las Meditaciones ha influido muy directamen- fen la transformacion de la fenomenologta, que ya ger- ‘minaba, en una variedad nueva de la filosofia trascenden- tal. Casi se podria llamar a la fenomenologia wn neocarte- snismo, a pesar de lo muy obligada que esté a rechazar ‘casi todo el conocido contenido doctrinal de la filosofia srtesiana, justamente por desarvollar motivos eartesianos tle ana masta radical En esta situacién, bien puedo estar seguro por adelan- del interés de Uds, al partir, como me propongo, de ‘nyuellos motives de las medivationes de prima philosophia ‘auc tienen @ mi juicio una significacion de eternidad, y al icterizar, apoyéndome en ellos, las transformaciones waciones en que surgen el método y los problemas fe- rnomenologico-trascendentales Todo principiante en filosofia conoce el memorable cur- sw» de pensamientes de las meditationes. Recordemos su ditectriz. Su objetivo es una reforma completa de Ia cofia, que haga de ésta una ciencia de una fundamen- focidm absoluta. Esto inclaye para Descartes una reforma, omdloga de todas las - En efecto, éstas son, sein ‘simples miembros subordinados de la ciencia universal 2, que es Ia filosofia, Solo dentro de la wnidad sis: tennitiea de ésta pueden las clencias Hegar a ser gemuinae Tencias, Ahora bien. tal y como las eicncas se hav formado 4 tractoNtS eamrasta¥as Histrcamente, ls tla esta genulnida, In que depende de Ja fundamsatacin radical ¥ foal parend® de Soden sins absolute, do evidencls mds alli 'de las cases se puede retrocder. Newesitas, por lo tanto une Toone ‘mucein radial que dé saistacidn a later de fe eens Somo unidad univer de las clenciay tanta ta cored de dicks lundamentacién sbeoltamente actual, Bone Beratvo de reconstecisn conduce en Desarcr ea Tosti de orentacin subj, En dos sgcitendnes eee as se leva a cabo esta orientacion subjesna Be pain férmino: todo ol que quiets llegar a ser'eh acre Te Sofo tiene que retseme bre st mismo use sere ‘ida y tate de daroca en Interior todas le cients Valid pra el asta entonces, y de construnae a cen 1a flosolia “la sabiduria~ es una incumbencle toads Personal del sujeto filsofante: Dobe Ie Hapudniey eee su sabia, como aguel st saber tendiene Sane: zarse que ol adguere por s miso, de que el paede hes responsable desde un principio cn cada pies gartee de aguela evidencia absolut ‘Tomada la meokesoy ae deslcar mi vida al opr de ene objetivo, que oak jl ave pede ponerse ening de Hage fl solo dicho queda que he escogdo como punto de perio Ia absoluta pobre en al orden dol conocimisne, Eee Punto de parties palatnamente primer elcid far emo pusda encontrar un metodo prosresive ca oe conduc un genus saber. Las Medtaclnes cartes 40 rotenden ser, pes, ia lacumbenes moran eee ao del ftsafo Descartes, porno decir una mers bales forma iteatia dada a unm exposcin de'prinseoe ore Pios tosis. Traan, pore contrari el meee es resitaiones forzons todo incpiente Boro ari ces maditacones de que puede broar enanents Sok ssrmonuecton » Volncndonos ahora al contenido dels Meduaiones, an exatane para nosotros, le bombres de hoy, nos enconte- tas con que en ela se leva cabo un represo hacia e go flowofant 1 in segundo y ms hondosentdo,bacla {ego dels pra cogttationes. 1 meditador lleva cabo tste epreso en el conocido y sumamente notable metodo ‘ea dds, Ditigéndon con radical conortensia a obj. tivo dl conocimiento absolut, el meditador se nega a a flr somo extent nada que no Tent income ante tila postbiidad imaginable de trmarse dudon. El meditador Heva a eabo, po ende, una erica meté- shea defo que es cierto en la vida ntiral de In expec sia'y del pensaminto,dewe el punta de vista de la post bila de"dudar de clo, y eliminando todo aguello que ‘sj ableria poutidades de dads tata delograr un even. tual rato de evdencia absola Ten este metodo no rss ala crc In ceremn de la cperiencia sensible, em que ext dado ef undo on la vida vatural; por consignee, en este estado iil ene Que ‘tua suspeno fa eistenla del mundo. Como abso timenteindudable, como inncgable, aun cuando ete mun ‘kno eitlese, el median se cacuntrasslamente com “ito mismo en cuanto puro go de sus cogitaions, EL ego in reducldo Neva a cabo, pues, una eapecie de loser sista Busca unos eaminos apoditcamente certs por Cuales pueda Sranqueare en su pra inteioridad oa ‘Nitin sbjetva, Esto suede el conoddo modo com “tote en fein ante todo Ia esstenca y veractias de ins, y Ingo, por diode elas, In naturalsn bei, iano de ie suatacis finite, on sums, a baveobjeiva Ta metafiseay de las cenciar posts yésas mismas. ides eta iferencas sign, como no pun menos. el Ia conduetor de pricipiosinmanests a ee0 pur, uh vse ene $2 Necesidad de um comienzo radicalmente ‘muevo ent la filosofia Vata gut Deserts, ¥ ator otto, prepitamen een eye er ponent fe ‘enue sgiaciondeeeridad? Sov tcaea top dlos para infundir fueras vtales a socsto tempo? ‘cut steno Col Ie te cc sn sn pon Se ho esr pon ‘au aus, sn cbarg, hens rei ne andanenstoe tc oe et en no tik, cc sec sy tated 9 mess See eee cars at eco sane de tents ie me fee tec ls Matlocnet cena at far ae ae pest mich i canstanc Se a ae edo he Fete Ges dot den sts enn set trl rns hon ha aoe a ‘roo I ot pre op opto eos Desa ee Moliicndo etl todo, sola te we tae Cal denice chime ger hci ae ee Scania cl pres ted ana ssc fo a esas sugars] ase eres Feit. No lena en si eta pervert tendenia sentido de cternidad, para nosotros cl de una gran tan Ge ns er inposn or ors ana San tamos todos Iamados a colaborar? vente awe es 12 dxcompoitn de ose acl on med de scan poe: noe de. us Pouet Us hese ie dee eat Sie po compen tor be top acetone a eens ee rermonecctox a sofia occidental desde el punto de vista de Ia unidad pro- pia a una cfencia, Esta unidad se ha perdido en cuanto al ‘bjeto dela filosoia, a sus problemas y a su método. Cuan {Go con el comienzo de Ia edad moderna la fe religiosa fue ‘onvirticndose cada vex ms en una superficial eonvencién Sin vida, la Humanidad intelectual se elev en alas de la fhucva gran fe, la fe en una filosofia y ciencia auténomas [la cultura entera de la Humanidad iba a ser dirigida por cevidencias cientificas, iba a ser penetrada de luces, a ser feformada y convertida en una nueva cultura suténoma. Pero desde entonces también esta fe ha catdo en la in sinceridad y en la atrofia. No enteramente sin motivo, En fupar de una filosofia viva yuna, tenemos una literatura filosofica creciente hasta To infinito, pero casi carente de Conexiéa. En lugar de una seria controversia entre teorias| puignantes, pero que denuncian en la pugna su intima cohe- ‘oneia, st unanimidad en las convieefones fundamentales y tina imperturbable fe en una verdadera filsofia, tenemos seudoexponer y un seudocriticar, la mera apariencia de | filosofar seriamente unos pensadores con otros y unos treosadores para otros, En todo ello no se manifiesia para ttala un estudio reeiproco constiente de su responsabilidad vice eon la intencién de lepar a una verdadera colabo- Jncion ya resultados objetivamente validos. Ahora bien, Ujetivamente validas no quiere decir otra cosa que resul- Tinos depurados por una critica reciproea y eapaces de re inte toda eritica, Pero también gedmo va a ser posible win verdadero estudio ni wna verdadera colaboracién, hw Inendo tantos filésofos y casi otras tantas filosofias? Tene tun atin, es cierto, congresos filosficos, los filsofos se Ttemen; pero, por desgracia, no la filosofias. Falta @ éstas Ii nnidad de un espacio espiritual en que poder exstir la fit para la otra y obrar la una sobre la otra. Es posible ue las cosas estén mejor dentro de simples eescuelass 0 \Incccioness; pero dada su existencia en forma de sista 2 saprractones exasianss imiento, y a la vista de la toral actualidad filos6fiea, el re- sultade es en lo esencial el que acabamos de descrbir. [En medio de esta desventirada actualidad, zno estamos en una situacion semejante a aquella con que se encontrs Descartes en su juventud? ¢No seri tiempo, pues, de re- novar su radicalismo de fil6sofo que inicia su actividad, de someter a una revolucion cartesiana Ia inabarcable litera: tura filosofica con su confusién de grandes tradiciones, de innovaciones serias, de modas literarias caleuladas para hacer simpresion», pero no para ser estudiadas, y, en fin, de empezar con nuevas meditationes de prima philasaphia? No se puede atribuir en definitiva lo desconsolador de hhuestra situacién Floséfiea al hecho de que los impulsos lnradiados por aquellas meditaciones han perdido su vita lidad originaria, y la han perdido porque se ha perdido el cspiritu del radicalismo en Ia autorresponsabilidad filos6- fica? No debiera pertenecer. por el contrario, al sent radical de una genvina filosotin, el imperative, que ss pone exagerado, de tna filosofia resuelta a conseguir la ex ‘toma limpieza imaginable de prejuicios, de una filosofia ‘que, con efectiva autonomia, se de forma a si misma, par- tiendo de tltimas evidencias hijas de si mismas, y se haga por ende absolutamente responsable? EI anhelo de una filosofia viva ha conducido en estos Atimos tiempos a toda clase de renacimientos. ¢No seri el tnico renacimiento fructifero precisamente aquel que resucite las meditaciones cartesianas? No para adoptarlas, sino para descubrir lo primero de todo el muy profunde sentido de su radicalism en el regreso al ego cogito, y a continsacién los valores de eternidad que brotan de este regreso, En todo caso, se ha seialado con esto el camino que ha ‘conducido a In Fenomenologia trascendental Vamos, pues, a recotrer en comun este camino. Como litésofos que iniciames nuestra actividad radiealmente, va- oweecion s mos a llevar a cabo meditaciones a Ia manera ¢artesiana. [Noturaimente, con extrema cautela critica y prestos a tod {iansformacion necesaria de Ins vijas meditaciones carte Sfanas, Tenemos que ilustrar y evitar tentadores extrav ‘Gr auc han incarrido Descartes y su posteridad. MEDITACION PRIMERA EN QUE SE RECORRE EL CAMINO QUE LLEVA ‘AL EGO TRASCENDENTAL § 3. La revolucion cartesiana y la idea directrie de una fundamentaciin absoiuta de la ciencia Eupezawos de nuevo, pues, cada uno para sf y en si, con Ja resolucidn propia de unos fildsofos que inician radical- mente su actividad: lo primero, dejar en suspenso todas las conviceiones vilidas hasta ahora para nosotros, y con cllas todas nuestras ciencas. [a idea directriz de nuestras meditaciones seré, como para Deseartes, Ia de una cieveia que hay que fundamentar con radical autenticidad, y ultimamente la de una ciencia universal Pero ¢qué pensar de la indubitabilidad de esta misma idea, de Ta idea de una ciencia que hay que fundamentar absolutamente, desde el momento en que no disponemos dde ninguna ciencia dada como ejemplo de esta auténtica ciencia, puesto que ninguna tiene valor para nosotros? Re- presenta esta idea una justa idea directiz, un objetivo po- ible de una actividad posible? Es patente que tampoco podemos dar esto por supues- to, nj menos decir que consideramos sentada de antemano ninguna norma reguladora de semejantes posibilidades, ni todavia menos un estilo que seria de suyo natural y propio de toda auténtica ciencia en cuanto tal. Porque esto equ valdria, en conchisién, a dav por supuesta toda una légica y teoria de Ia ciencia, cuando en rigor también ésta se halla Sujeta a sufrir la revolucién de todas las eiencias, Descartes tenia por adelantado un ideal de ciencia, el de Ia geometria,o si se quiere el de la ciencia matematica de Ia naturaleza, Rste ideal decide, como un prejvicio fatal, dle aquellos siglos, y decide también, sin ser sometido a eri. tica, de las Meditaciones mismas. Para Descartes era de antemano una cosa comprensible de suyo que la ciencia ” a seomicioNts eunrEsANAS universal habia de tener Ia forma de tn sistema deductive, fen el que la construceién entera habla de reposar ordine {geomeirico sobre un fundarcento axiomstico y absoluto de Ja deduccién. Un papel semejante al de los axiomas geo- ‘métricos en la geometria es el que por respecto a la ciencia luniversal tiene para Descartes el axioma de Ia certera ab- soluta que el epo tiene de s{ mismo y de los prineipios axio- miiticos innatos en él: sin més diferencia sino que este fundamento axiomético yace atin mas hondo que el de la eometria y esti llamado a cooperar a la ltima funda ‘mentacién de és Nada de esto puede influir sobre nosotros. En cuanto fildsofos que iniciamos nuestra actividad, todavia no tiene valor para nosotros ningin ideal de ciencia normativo. Ni podemos legar a tenerlo sino solamente en cuanto poda- mos forjarnoslo de nuevo, Mas no por esto renunciamos al universal objetivo de tuna fundamentacién absoluta de la ciencia, Este ideal debe ‘motivar constantemente Ia marcha de nuestras meditacio- nes, como motivé el de las eartesianas, y debe ir tomando paso a paso en ellas una forma cada vez mas conerets y al ‘mismo tiempo determinada, Unicamente tenemos que ser cautos en la manera de pro- ponérnoslo como objetivo: por lo pronto ni siguiera pode- ‘mos prejuzear su posiblidad. ¢Cémo, pues, dejar clara y con ello hacer segura esta manera de proponernos nuestro objetivo? a idea general de la ciencia es une idea que debemos, naturalmente, a las ciencias dadas de hecho. Si, pues, en imucstra radical actitud eritica estas clencias se han conver: ‘ido en meras ciencias conjeturales, también ha de com vertirse en meramente conjetural, en el mismo sentido, la Jdea general de ciencia que es su idea directriz general. No sabemos todavia, por lo tanto, si seré en resumidas cuen tas realizable. Con todo, en esta forma de conjetural, y en sana peneralidad indetermineda,fluida, enemos ciertamente epeenco Peis » idea, por ende también Ia idea de una filosotia, a saber, como la de una filosofia que realizar, no sobemos si post Dlemente ni de qué manera, La lomamos como una asun- cidn provisional a la que nos entregamos por via de ensa- Yo; de la que’ nos dejamos gular por via de ensayo en fraestias meditaciones. Mentalmente, consideraremos emo hhabria que coneebirla en cuanto posibilidad, y luego emo habria que darle realidad, Es cierto que eon ello entramos cen rodeos al pronto extratios; pero cedmo evitaros, si nucs tro radicalisio no ha de redicrse a un gesto vacuo, sino convertirse en hecho? Avancemos, pues, pacientemente. $4, Descubrimiento del sentido teleologico de ta ciencia ‘viviendola como fenémeno neomatico Es patente que ahora habré de ser lo primero actarar la idea directriz que flota ante nosotros al comicnzo en vaga frenetalidad, Nataralmente, no se trata de formar el con: fepto de ciencia por medio de una abstraccién comparativa {2 base de las clencias existentes. En el sentido de toda nuestra manera de considerar estas cosas entra, en efecto, fl que las ciencias como un hecho de la cultura y las cies tas sen el verdadero y autntico sentidos no son una mis: ima cosa, o-el que aqudllas Tlevan en si, por encima de st facticdad, una pretensidn de cuyo logro no es precisamen- te la mera factieidad testimonio bastante, Precisamente en festa pretension «radica» la cieneia en cuanto idea: la idea de una uténtica cienca, Como descubrir y entender ésta? Concedemos que pe dda estarnos rehusado tomar posiciin respecto a la valides ide las ciencias factieas (la que es «pretensién» de ella), testo es, respecto a la autenticidad de sus teorias y, corre: Tativamente, ala fecundidad de su método de teorizar, nada Se opone, sia embargo, & que hagamos un esfuerzo por «ve vire sus tendencias y sus actividades en cuanto clencias, va que asi hagacos claro y distin paca nowetron el te tno @ que propimente se cere legar con ells Staaf Io hacemon, ahondendo presrsivamenss sa sntencion de las tendencias de las cinctas, despigame ante nosotros las notas consttivas de Ja idea penal dint de tna autentca cienia,y or lo Pronto en gan primera diferem A este fin es menester, site todo, conseguir alara la actividad de wjucgars 9 el sjtcion mimo con la dstncin de juicios mediation y mediator: en endo de Tos i ios mediation esta inchsa tna veforena lvoe ul, dtl suerte que fx ereneia micta en todo juga pre: supones en ls juicio moditon Ia de tates tos uss, al modo de una crencia que Se tiene porque ye eee ra cosa. Es menester, adem, clarar fa tienen po. nuncae juts fundados.o To uae viene sot lo mismo, 1 actividad de fdmerta, cus tysion ea demostar la js {eza, la verdad del aio! 0 en el supucno de un rac, ta fala de fastera, la falsedad. Ka demostacon ee los juicios medias ella misma” media, pues se apose et Jn de os Juloos inmediatos mckasos ene atid dl ico ‘mediate, ¥comprende concretament fs handancntacion de

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