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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Zaragoza

Laboratorio de ciencia básica


Obtención de sulfato de cobre II pentahidratado
Resumen:
Los hidratos en general son el resultado de la asociación de moléculas de agua a
un compuesto o a un elemento, siempre y cuando el agua quede en forma de
agua coordinada (catiónica), aniónica o reticular. En esta ocasión nuestra meta es
la obtención de cristales de sulfato de cobre II pentahidratado basándonos en los
conceptos básicos de la precipitación, cristalización, recristalización, etc.
Adecuando cada concepto a cada una de las reacciones necesarias para llegar a
dicha meta.
Introducción:
Precipitación
Esta operación consiste en la formación, en el seno de un líquido, de un
compuesto que contenga el elemento o el radical por cuantear, y que sea lo
suficientemente insoluble en las condiciones del método, para que prácticamente
la separación sea total. Las precipitaciones cuantitativas se llevan a cabo en vasos
de precipitados, cilíndricos o cónicos, adicionando al líquido que contiene la
sustancia por cuantear, la solución reactivo correspondiente; por regla general
toda precipitación se hace previamente calentando el líquido a una temperatura
próxima al punto de ebullición, adicionando el reactivo poco a poco, agitando la
mezcla con un agitador de vidrio, dejándolo resbalar por las paredes del vaso para
evitar pérdidas por salpicadura; el reactivo debe de agregarse siempre en exceso,
dependiendo de la cantidad de éste de la mayor o la menor solubilidad del
precipitado.
En términos generales, debe procurarse ejecutar la operación de precipitación en
condiciones de obtener un precipitado de la máxima pureza y que contenga
prácticamente toda la sustancia por cuantear. Esas condiciones están influidas
principalmente por tres factores: la concentración, la temperatura y la presencia de
sustancia extrañas.
La precipitación química es un proceso de tres
pasos que consiste en: coagulación, floculación
y sedimentación.
-Coagulación: En esta etapa las fuerzas entre
las partículas de los contaminantes se reducen o
eliminan mediante la adición de productos
químicos, lo que permite la interacción de
partículas mediante el movimiento molecular y la
agitación física. La mezcla rápida permite la
dispersión en el agua residual del producto
químico utilizado en el tratamiento y promueve el
choque de partículas, lo que hace que las partículas se agrupen para formar otras
de mayor tamaño, es decir, la coagulación. Los productos químicos añadidos para
promover dicha agregación se denominan coagulantes y tienen dos propósitos
básicos: El primero es desestabilizar las partículas, lo que permite la interacción, y
el segundo es promover la agrupación de partículas reforzando así la floculación.
-Floculación: Se produce después de un período de mezcla rápida ya que es
necesario disminuir la velocidad de la mezcla para que se formen flóculos más
grandes. (Si la velocidad de mezcla es alta, los flóculos continúan siendo
destruidos por excesivo contacto físico).
-Sedimentación: Debido al tamaño de las partículas sigue siendo necesario algo
de mezcla para que exista contacto entre las masas de sólidos y promover así la
formación de flóculos que se sedimentarán rápidamente. Durante la precipitación,
los sólidos se separan del líquido normalmente por sedimentación. lo que debe
resultar en dos capas claramente visibles: una sólida y una líquida, que pueden
separarse fácilmente.
Contaminación de precipitados
Un precipitado formado en disolución por la combinación de reactivos adecuados
está casi invariablemente contaminado en mayor o menor extensión por los otros
iones presentes durante los procesos de precipitación. La contaminación de los
precipitados puede ocurrir por varios mecanismos, el más ovio de estos se
encuentra cuando durante la adición del reactivo precipitante es también excedido
el producto de solubilidad de algún compuesto distinto que el deseado. Bajo estas
circunstancias, el contaminante es sencillamente codepositado como un segundo
precipitado.
Algunos precipitados se forman muy rápidamente después de la adición del
reactivo precipitante; otros se forman más lentamente. Como consecuencia,
algunas veces es posible separar dos iones que forman precipitados insolubles
con el mismo reactivo, separando el primero de ellos antes de que el segundo
tenga tiempo de precipitar. Una fuente de error mucho más insidiosa en análisis
gavimétricos resultan del arrastre por la fase insoluble de sustancias normalmente
solubles. Tal contaminación tiene lugar en cierta extensión algún tiempo después
que se formó el precipitado.
Lavado de precipitados
Los precipitados deben lavarse con el líquido o solución que aconseja el método
seguido; el líquido de lavado se pone en una piseta, en algunos casos en los que
se requiera una liquido especial para lavar, en corta cantidad, se empleara una
pequeña piseta. Los precipitados, según su naturaleza, pueden ser lavados por
decantación o sobre el filtro mismo. Para lavar un precipitado por decantación se
hace pasar por el filtro todo el líquido procurando que el sólido quede en el fondo
del vaso; entonces se agrega un pequeño volumen del líquido de lavado, agitando
las partículas con el chorro mismo de la piseta; el líquido se filtra, y se repite la
misma operación tantas veces como sea necesario.
Cuando el precipitado no se decante fácilmente, se filtra el total; el sólido que es
retenido por el filtro, se lava dentro de el con el chorro de la piseta. Con objeto de
practicar correctamente el lavado, el precipitado no deberá ocupar más de la
tercera parte de la altura total del filtro empleado, sea de papel, crisol de Gooch o
filtro de vidrio poroso. El lavado de un precipitado debe hacerse con varia
pequeñas porciones del líquido y no una sola porción grande, como se podrá ver
enseguida.
Las condiciones que debe reunir un líquido de lavado son las siguientes:
 La disolución de lavado no debe ejercer acción química sobre el precipitado
y la perdida por solubilidad debe ser despreciable.
 La disolución de lavado no debe contener ninguna sustancia que puedan
formar productos insolubles con algún componente de las aguas madres.
 Los precipitados que sean fáciles de peptizar deben ser lavados con una
disolución de un electrolito para reemplazar la capa contraiónica.
 En ciertos casos, la disolución de lavado contiene un reactivo para evitar la
hidrolisis de los iones metálicos pesados en el líquido madre.
 La disolución de lavado contiene con frecuencia un ion común con el
precipitado para que disminuya la solubilidad de esté. Si el precipitado es
muy insoluble, es necesario este efecto del ion común.
 Los solutos de la disolución de lavado no deben dejar ningún residuo que
permanezca en el precipitado después de su desecación o calcinación. Por
esta razón, se utilizan normalmente como electrolitos en la disolución de
lavado ácidos volátiles y sales amónicas.
Supongamos que por fenómeno de capilaridad quede humedeciendo al
precipitado y al filtro un volumen de agua madre igual a R. ml; que la
concentración de impurezas en la miasma sea c y que el número de lavados sea
n; entonces tendremos que, después de n lavados, la concentración de impurezas

( )
n
R
estará dada por la fórmula: cn= . c , en la que, además, V significa el
V +R
volumen del líquido empleado en cada lavado.
Filtración
Después de obtener un precipitado, es necesario separarlo cuantitativamente del
líquido en cuyo seno de produjo, y con tal fin se filtra; es conveniente hacer notar
que la expresión “filtrar un precipitado” no se usa correctamente, pues en realidad
lo que filtra es el líquido que pasa a través de los poros del medio filtrante; sin
embargo, la costumbre es decir que los precipitados se filtran es tan generalizada,
que en tal sentido seguiremos empleando esa expresión.
Los medios empleados en la filtración de precipitados son: el papel filtro, el crisol
de Gooch con filtro de asbesto, el crisol de
porcelana porosa y el filtro de vidrio de
fondo poroso. La elección del filtro
conveniente a cada caso depende de
diversos factores, siendo los principales: la
naturaleza del precipitado por filtrar y la
temperatura a la que va a ser sometido ese
precipitado.
Forma de utilizar el papel filtro
El papel empleado en filtraciones
cuantitativas es preparado por los
fabricantes en forma tal, que la cantidad de
cenizas que produce por incineración sea
mínima; ese tratamiento consiste en
lavados con ácido clorhídrico y fluorhídrico,
a fin de eliminar la materia mineral. El grado
de porosidad de las diferentes clases de
papel para filtro debe tenerse en cuenta
según el tipo de precipitado que se va a filtrar: precipitados gelatinosos como el
hidróxido de aluminio requieren filtros menos cerrados que los precipitados muy
finos, como el sulfato de bario.
El poder retentivo de las diferentes clases de papel de filtro empleando el análisis
cuantitativo es señalado por los fabricantes con números especiales; una
velocidad media de filtración y retención de partículas de tamaño medio, con los
números 30, 530, 40 y 540; y para precipitados muy finosy filtración lenta, se
emplean los números 32, 42 y 542.
Digestión de precipitados
Se ha encontrado experimentalmente que cuando un precipitado cristalino se deja
estar en contacto con la disolución a partir de la cual fue precipitado (esto es el
llamado líquido madre), es filtrado más fácilmente y requiere un medio filtrante
menos denso que el precipitado recién firmado. Este mejoramiento en la
filtrabilidad es acelerado por calentamiento.
Una evidencia experimental considerable indica que el proceso de la digestión
consiste en la cementación conjunta de cristales. Los agregados resultantes son
apreciablemente mayores que los cristales individuales y además más fácilmente
retenidos. Como consecuencia, tienen lugar constantemente la disolución y
precipitación del sólido. El último proceso puede ocurrir de tal manera que se
formen puentes entre las partículas sólidas adyacentes pasando así a agregados
cristalinos. A temperaturas elevadas, cuando la solubilidad es mayor, debe
esperarse que el proceso tenga lugar a una velocidad acelerada; esto está de
acuerdo con la observación experimental de que la eficiencia de la digestión es
mayor a temperaturas elevadas.
La filtrabilidad mejorada de los precipitados después de la digestión ha sido
también atribuida totalmente, o en parte, al crecimiento de los cristales grandes a
expensa de los pequeños. Hay algunas bases para creer que tal proceso pueda
tener lugar puesto que, teóricamente, los pequeños cristales deben ser más
solubles que los grandes. Sin embargo, hay considerable evidencia experimental
que muestra que el proceso de crecimiento del cristal juega un papel menor
comparado con el proceso de agregación en el mejoramiento de la filtrabilidad de
los precipitados durante la digestión.
Secado y calcinación de precipitados
Según la naturaleza de un precipitado, este debe ser secado a temperaturas
superiores a 100°C, pero inferiores a 250°C; o bien debe ser calcinado, en cuyo
caso se requieren en ocasiones temperaturas hasta de 1200°C, pero por lo común
basta con 800 a 900°C. El objeto de secar o de calcinar un precipitado es el de
obtenerlo libre de agua o de cualquier otro líquido y en una forma química estable
y de composición definida. Un precipitado se somete a secado entre 100 y 250°C,
cuando a esa temperatura no sufre descomposición y su fórmula es definida.
En cambio, si el precipitado no adquiere una composición definida a la
temperatura de secado, o sufre una descomposición parcial, entonces se calcina a
la temperatura a la que se obtenga un compuesto estable y definido.
Un

precipitado debe secarse dentro del mismo medio filtrante que se empleó para
sacarlo del líquido, medio que puede ser papel filtro, crisol de Gooch, etc. El
secado en papel filtro permite separar el precipitado del papel para incinerar esté
dentro de un crisol de porcelana o de platino; el precipitado mismo se une después
a lascenizas, bien será para secarlo nuevamente o calcinarlo. Para incinerar un
filtro de papel se separa primeramente el precipitado, ya seco, y se coloca en un
vidrio de reloj; a fin de evitar pérdidas de precipitado, el vidrio de reloj se pone al
centro de una hoja de papel lustre negro; el precipitado se baja con la punta de
una pequeña espátula y las partículas más finas con un pincel de pelo de camello
o con una pluma de ave.
El papel filtro se dobla y se sostiene con un alambre de platino; se incinera con la
flama del Bunsen a poca altura, procurando que las cenizas caigan dentro de un
crisol tarado, colocado sobre una hoja de papel lustre negro, de la cual se
recogerán con el pincel las partículas de ceniza que no hubieren caído dentro del
crisol. Las cenizas no deben presentar zonas negras, y si las tuvieran, se procede
a calentar el crisol con el Bunsen para oxidar todo el carbón. Después se deje
enfriar el crisol, se agrega cuidadosamente el precipitado para calentarlo a la
temperatura fijada por el método.
La operación del secado es importante no sólo por lo que se refiere a los
precipitados, sino también tratándose de las muestras de productos por analizar;
cuando un producto que debe ser analizado contiene humedad, se puede
proceder en dos formas: o bien se seca una parte pesada de la muestra para
determinar el porciento de humedad, y con el producto seco se efectúa el análisis
de sus componentes, o bien se determina la humedad en una porción y el resto de
los componentes en otra sin secar.
Cristalización
La cristalización es una operación unitaria de transferencia de materia y energía
en la que se produce la formación de un sólido (cristal o precipitado) a partir de
una fase homogénea (soluto en disolución o en un fundido). La fuerza impulsora
en ambas etapas es la sobre-saturación y la posible diferencia de temperatura
entre el cristal y el líquido originada por el cambio de fases.
La cristalización es el proceso por el cual se forma un sólido cristalino, ya sea a
partir de un gas, un líquido o una disolución. La cristalización es un proceso que
se emplea en química con bastante frecuencia para purificar una sustancia sólida.
La cristalización también es un proceso de separación líquido en el que hay
transferencia de masa de un soluto de la solución líquida a una fase cristalina
sólida pura. Un ejemplo importante es la producción de sacarosa de azúcar de
remolacha, donde la sacarosa se cristaliza de una solución acuosa.
Las características que una sustancia debe cumplir para formar cristales son:

 Su estado natural debe ser sólido.


 Un cristal es una estructura tridimensional de forma geométrica que está
formado por una sola molécula de sustancia, por ejemplo: el cristal de sal
está formado por una molécula de cloruro de sodio.
En toda formación de cristales hay que considerar dos etapas:

-Nucleación: formación de los primeros iones a partir de los iones o moléculas


que se encuentran en el seno de la disolución. Puede ser que estos primeros
cristales que se forman, se destruyan debido a un proceso inverso a la
nucleación. Dentro de la nucleación podemos distinguir entre Nucleación
primaria y nucleación secundaria.
 Primaria: Es aquella en la que el origen de la nueva fase sólida no está
condicionada ni influida por la presencia de la fase sólida que se origina.
 Secundaria: La nucleación
secundaria designa aquel
proceso de formación de
cristales de la nueva fase que
está condicionado por la
presencia de partículas de la
misma fase en el sistema
sobresaturado y por cuya
causa ocurre.
- Crecimiento: Etapa del
proceso de solidificación donde los átomos del líquido se unen al sólido
formando las grandes estructuras cristalinas.

Recristalización
Fundamentos de la recristalización: Los productos sólidos que se obtienen en
una reacción suelen estar acompañados de impurezas que hay que eliminar para
poder disponer del producto deseado en el mayor grado de pureza posible. El
método más adecuado para la eliminación de las impurezas que contamina un
sólido es por cristalizaciones sucesivas bien en un disolvente puro, o bien en una
mezcla de disolventes. Al procedimiento se le da el nombre genérico de
recristalización.
Procedimiento experimental
El sólido que se va a purificar se disuelve en el disolvente caliente, generalmente a
ebullición, la mezcla caliente se filtra para eliminar todas las impurezas insolubles,
y entonces la solución se deja enfriar para que se produzca la cristalización. En el
caso ideal, toda la sustancia deseada debe separarse en forma cristalina y todas
las impurezas solubles deben quedar disueltas en las aguas madres. Finalmente,
los cristales se separan por filtración y se dejan secar. Si con una cristalización
sencilla no se llega a una sustancia pura, el proceso puede repetirse empleando el
mismo u otro disolvente.

Elección del disolvente


El punto crucial de en el proceso de cristalización es la elección adecuada del
disolvente que debe cumplir las siguientes propiedades: 

1.  Alto poder de disolución de la sustancia que


se va a purificar a elevadas temperaturas.
2. Baja capacidad de disolución de las
impurezas que contaminan al producto en
cualquier rango de temperatura.
3. Generar buenos cristales del producto que
se va a purificar.
4. No debe reaccionar con el soluto.
5. No debe ser peligroso (imflamable).
6. Debe ser barato.
7. Fácil de eliminar. Un factor muy importante a tener en cuenta es si el
disolvente es acuoso u orgánico. En caso de usar disolventes orgánicos es
necesario siempre calentar la mezcla con el montaje de reflujo. Si no se
hace de esta manera se generan vapores inflamables que pasan a la
atmósfera y que en contacto con llamas o focos de calor conducen a un
serio riesgo de incendios y explosiones.
Preparación de la disolución
Como regla general, el objetivo es disolver el soluto en la mínima cantidad de
disolvente a su temperatura de ebullición. El
compuesto a recristalizar, finamente pulverizado, se
coloca en un matraz de fondo redondo del tamaño
adecuado al que se acopla un refrigerante de
reflujo. Se echa un trocito de plato poroso y se
cubre el sólido con un volumen del disolvente
elegido que se juzgue todavía insuficiente para
disolverlo totalmente se calienta la mezcla hasta
ebullición, agitando constantemente al comunicar al
líquido un movimiento de giro. A la solución
hirviente se añade más disolvente en pequeñas
porciones y continuando la agitación. Entre cada
dos adiciones se debe dejar el tiempo suficiente para que el soluto pueda
disolverse. Se continúa la adición de disolvente hasta que todo el soluto se ha
disuelto a la temperatura de ebullición.
Filtración en caliente
La solución caliente se debe filtrar de tal forma que no cristalice nada de soluto ni
en el papel de filtro ni en el embudo. Para ello se requiere una filtración rápida con
un mínimo de evaporación en un embudo previamente calentado en una estufa, y
provisto de un filtro de pliegues para aumentar la velocidad de filtración.
Enfriamiento de la disolución
Durante el enfriamiento de la solución caliente se pretende que cristalice la
máxima cantidad de la sustancia deseada con un mínimo de impurezas. El
proceso se realiza en un matraz erlenmeyer, tapado. Generalmente, es preferible
que los cristales tengan un tamaño medio, porque los cristales grandes pueden
incluir gran cantidad de disolvente, el cual lleva impurezas disueltas, y los cristales
pequeños presentan una gran superficie sobre la que éstas quedan adsorbidas.
Separación de los cristales
En este paso se pretende separar los
cristales formados, quitándoles la mayor
cantidad posible de aguas madres, con una
evaporación mínima. Generalmente esto se
consigue empleando un embudo Büchner
unido a un quitasato, que a su vez se
conecta a la trompa de vacío.
Los quitasatos deberán sujetarse mediante
unas pinzas a un soporte. El Büchner debe
ser de tamaño adecuado, eligiéndose el más
pequeño que permita la recogida con holgura
de toda la masa cristalina sin que ésta llegue
a rebosar el borde superior del embudo.
El papel de filtro debe cubrir por completo todos los orificios de la placa del
Büchner, pero su diámetro debe ser ligeramente inferior al de esta placa. Al
colocarlo debe quedar completamente liso y sin arrugas para que no pueda pasar
nada de sólido por sus bordes. Esto se consigue fácilmente humedeciendo el
papel con disolvente y haciendo succión.
Secado de los cristales
Los cristales obtenidos en la última etapa deben quedar libres del disolvente
adherido mediante un secado. El Büchner se invierte sobre un papel de filtro de
superficie lisa doblado en tres o cuatro capas y los cristales se pasan a éste con
ayuda de una espátula limpia. Sobre los cristales se colocan otras hojas de papel
de filtro y la mayor parte del disolvente se exprime presionando fuertemente.
Entonces se pasan los cristales a un vidrio de reloj limpio o una cápsula plana y se
cubren con una hoja de papel de filtro para evitar que caigan partículas de polvo.
En estas condiciones se pueden dejar secar al aire a la temperatura ambiente o se
pueden introducir en un desecador de vacío sobre un desecante que sea eficaz
para eliminar el disolvente usado.

Objetivo: Obtener sulfato de cobre II pentahidratado mediante 5 reacciones


sucesivas y técnicas de separación.

Hipótesis: A partir de las reacciones químicas establecidas para la obtención de


sulfato de cobre II pentahidratado, deberá cumplirse la ley de conservación de la
materia, al obtener la cantidad de gramos establecidos mediante los cálculos
estequimetricos.

Variables dependientes Variables independientes


- Gramos de CuS O4∗5 H 2 O. - Gramos de cobre.
- Volumen de ácido nítrico. - Temperatura del baño maría.
- Volumen de ácido sulfúrico. - Tipo de filtro.
- Color, forma, cantidad y tamaño del -Cantidad de agua destilada.
CuS O4∗5 H 2 O.
- Tiempo de digestión.
- Rendimiento de reacción.

Materiales Equipos

 2 Vasos de precipitados de 250mL.  Balanza analítica.


 2 Matraz Erlenmeyer de 125mL.  Parrilla de calentamiento.
 Agitador con gendarme.  Campana
 Embudo de vidrio.
 Piseta. Soluciones y reactivos
 Soporte universal.  Agua destilada.
 Termómetro de -10 a 150°C.  Ácido sulfúrico 10mL.
 Olla.  Ácido nítrico 5mL.
 Papel filtro.  Limadura de cobre 2g.
 Gotero.  Bicarbonato de sodio 10g.
 Anillo de fierro.  Nitrato de cobre.
 Pinza de presión.  Carbonato de cobre.
 Vaso de unicel con tapa.  Sulfato de cobre
Metodología:
1- Preparar una solución de ácido nítrico agregando 3ml
de esté y 15 ml de agua destilada, en la campana.
2- De igual manera en la campana, colocar 1 gramo de
cobre en un vaso de precipitado y agregar la solución de
ácido nítrico previamente preparada.
3- Dejar que haga reacción toda la noche para así
obtener nitrato de cobre el cual tendrá un color azul.
4- Pesar 3 muestras de bicarbonato de sodio, dos de 2g y
una de 3g y prepara disoluciones de bicarbonato con
10ml de agua destilada.
5- Al día siguiente calentar agua en una olla con la parrilla
de calentamiento.
6- A baño maría, calentar el
nitrato de cobre añadiendo
lentamente las disoluciones de
bicarbonato de sodio, debido a
que hay formación de espuma, y
agitarlo vigorosamente hasta que
la mezcla azulosa adquiera un
color amarillo verdoso, el cual es
carbonato de cobre.
7- Alcanzado tal punto, quitar el vaso de precipitado del
baño maría dejando que haga digestión hasta el día
siguiente.
8- Con ayuda del embudo y papel filtro, decantar el agua
madre para así obtener solo el carbonato de cobre.
9- Lavar el precipitado con un
poco de agua destilada
utilizando la piseta, evitando
causar pérdidas del
precipitado, y dejarlo secar
hasta el día siguiente.
10- Preparar una solución de
ácido sulfúrico agregando 3ml de esté y 10 ml de agua
destilada.
11- Colocar el carbonato de cobre en otro vaso de
precipitado, procurando quitar todo el precipitado del
papel filtro, utilizando un gotero con un poco de la
solución de ácido sulfúrico para quitar por completo el
precipitado del papel filtro.
12- Una vez que se encuentre todo el polvo en el vaso
de precipitado agregar el resto de la solución de ácido
sulfúrico para obtener sulfato
de cobre.
13- Calentar agua en una olla
con la parrilla de
calentamiento.
14- A baño maría calentar el sulfato de cobre evitando
3
pasar los 60°C y agitarlo hasta que pierda unas partes
4
de agua aproximadamente.
15- Guardar el resto del sulfato de cobre dentro de un
vaso de unicel con tapa hasta el día siguiente para la
obtención de cristales de sulfato de cobre II pentahidratado.
Análisis de resultados:
1 ¿Cu+ 4 HN O3 →Cu ( N O3 )2(ac )+ 2 N O2( g) + H 2 O(l)

HN O 3 63.4 g →252 g ∴1 g → 3.96 g

m 3.96
V HN O = = =2.82 ml AL100 % ∴ 4.27 ml AL 66 %
3
d 1.40
2 ¿ Cu ( N O 3 )2(s )+ 2 NaHC O 3( ac ) → CuC O 3( s )+C O 2( g )+2 Na ( N O3 )2( ac )+ H 2 O(l )

3 ¿ CuC O3(s )+ H 2 S O4(l) → CuSO 4(ac ) +C O 2(g) + H 2 O(l)

4 ¿ CuSO 4(ac ) +5 H 2 O →CuS O 4 ∙ 5 H 2 O∴ se obtienen 3.92 g de CuSO 4 ∙ 5 H 2 O teor .

Al pesar los cristales obtenidos obtuvimos: 0.2265g de sulfato de cobre II


pentahidratado.
Conclusiones:
Al realizar el experimento enseguida notamos que no obtendríamos el resultado
esperado, ya que al momento de agregar el bicarbonato de sodio nos vimos en la
necesidad de agregar una cantidad aun mayor de la calculada; sin embargo,
pensamos que obtendríamos una cantidad mayor de sulfato de cobre (cristalizado)
lo cual no fue así ya que obtuvimos una cantidad mucho menor a la que mostraron
los cálculos. Debido a estos inconvenientes creemos que los resultados se dieron
a un mal cálculo y, en el peor de los casos, a una mal ejecución del experimento.

Bibliografía:
- Chang Raymond. (2002). Química general. México, D.F.: McGRAW-HILL
INTERAMERICANA EDITORES.

- Orozco D. Fernando. (1978). Análisis Químico Cuantitativo. México: Porrúa.

- Skoog A. Douglas. (1999). Química Analítica. México: MCGRAW-HILL


INTERAMERICANA.
- Ayres H. Gilbert. (2001). Análisis Químico Cuantitativo. México: Harla.

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