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Carl Dahlhaus

FundanIentos
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Prólogo

El título, Fundamentos de la historia de la música, resulta


de por sí algo altisonante. Y para compensar -o por lo menos
hacerme perdonar-la incapacidad de encontrar una formula-
ción más precisa y menos rimbombante, sólo me queda un
remedio: prevenir al lector -antes de que éste inicie la lectu-
ra- de que no se trata de una introducción a hechos fundamen-
tales de la historia de la música ni de un texto sobre el método
histórico, al estilo Bernheim. Tampoco es filosofíade la historia
o crítica ideológica según la tradición de Hegel o Marx. Son
reflexiones sobre historiografía a las cuales el autor se sintió
llamado o incitado en razón del notable desequilibrio existente
entre la falta de trabajos teóricos dentro de su propia disciplina
periférica y la casi superabundante producción teórica de la
investigación histórica en general, de la sociología y de la
filosofía (abroquelada en el campo de la teoría científica). Si se
busca unmodelo, habría que pensar, más bien, en la-nunca
superada- Historik de Johann Gustav Droysen, de 1857.
Resulta difícil trazar los límites netos de la crítica ideoló-
gica. En su ámbito -o en el ámbito que pretende abarcar-, la
elección de un tema ha aparecido siempre entrelazada con la
decisión a favor de una de las posiciones en litigio, Supongamos
que se afirma-e-aparentemente sin segundas intenciones-e- que
el asunto en discusión no esla.sociología de la historia; sino su
lógica. En otras palabras: supongamos que se insiste enestable-
cer una diferencia entre la sociología del conocimiento, que
investiga las relaciones externas, y la teoría de la historia, que
estudia relaciones internas. Un marxista, que ve en el partidis-
mo disimulado la única alternativa de apertura, sospechará
que los argumentos formales ocultan una mentalidad conserva-
':¡"f~'Wíit;jkJAD NAC¡ONAL DE ROSA_
ESCUEl.A DE MUSICA
~'&l.IOTE:C.A.
dora. N o es posible evitar la desconfianza; es preciso tolerarla.
A lo sumo se podrá argumentar ante ella que, hasta el momento,
no se han logrado descubrir, en la práctica científica, relaciones
tan evidentes como lo afirma la teoría. El concepto de que la
historia estructural es, a priori, más "progresista" que la histo- 1
ria narrativa, resulta absurdo si se tiene en cuenta a Jacob
Burckhardt o a Wilhelm Heinrich Riehl. La tesis del carácter
"reaccionario" del formalismo ruso o del estructuralismo checo ¿Pérdida de la historia?
ha demostrado ser una falsificación de la historia. De la misma
manera, el método del "comprender", que tanta desconfianza ha
despertado, no puede vincularse sólo con una actitud de anti-
cuario, que olvida el mundo para sumergirse en un trozo del Desde hace algunas' décadas, los historiadores se sienten
pasado. También es identificable con una posición de distancia- amenazados por una pérdida de interés en la historia y, a veces,
miento, que -al comprender cada vez mejor el pasado-c-rece- hasta ven peligrar su existencia institucionalizada. Es como si
noce su diferencia, cada vez más enigmática, y experimenta la la historia, el recuerdo científicamente formulado, no constitu-
creciente proximidad como creciente distancia, para expresarlo yera ya la instancia primaria, según la cual uno se orienta y de
de una manera paradójica. la cual se espera un respaldo, cuando uno pretende asegurarse
La crisis del pensamiento histórico, de la cual se habla acerca de sí mismo y del mundo en el cual vive. La máxima
desde hace décadas, no fue interpretada ni censurada al comien- según la cual es preciso conocer el origen de una cosa para llegar
zo -desde Ernst Troeltsch (DerHistorismue und seine Probleme, a su esencia, dista mucho de ser acatada con la unanimidad con
. 1922) hasta Alfred Heuss (Verlust der Geechichtei, 1959)"-- que todavía se la aceptaba en el siglo XIX ya comienzos del xx.
como un peligro que amenazaba a la historiografía desde dentro, Predomina un juicio o prejuicio sobre la utilidad o la
como inseguridad de las premisas de las cuales partía, de las inconveniencia de la historiografía política (que constituye el
metas que se había fijado y de los caminos que señalaba para objeto principal de la discusión). Por supuesto, la historia de la
alcanzar dichas metas. Se la vio como una descomposición de las música, que se basa o aparenta basarse en otras condiciones no
funciones que cumplía en la conciencia general. Sin embargó,
.
parece verse directamente afectada. N o obstante, tampoco ella
'
durante los últimos años se ha ido comprobando, cada vez con ha podido sustraerse a un "espíritu de la época" según el cual la
mayor claridad, que las dificultades de principio, en las cuales historia está a la sombra de la sociología. La función de la
se veía envuelta la historiografía, no dejaban tan indemne a la historiografía musical fue siempre ambigua. El hecho de que,
praxis científica cotidiana, como se creyó o se quiso creer en un con frecuencia, los escritos sobre historia de la música no se
comienzo, confiando en la diferencia entre mét-ier, de 'cuya enfoquen como descripción de un fragmento del pasado, sino
posesión se estaba seguro; y la Weltanschauung, que era cosa como comentarios históricos de obras musicales ~es decir
privada. Si se me permite una digresión personal a título directamente, como guías de concierto y de ópera- no debe
ilustrativo, los capítulos que siguen, acerca de la historia de la interpretarse como simple uso indebido. Ese hecho puede-verse
musicología -que constituyen reflexiones de alguien directa- como un signo del carácter especial de la historiografía de la
mente afectado y no de un filósofo que está "por' encima de la música. En la medida en que el tema principal -aunque no
cosa"-, no son el producto de una ambición teórica abstracta exclusivo- de la historia de la música esté constituido 'por
sino el resultado de las dificultades en las que se vio envuelto el obras importantes que han perdurado en la cultura musical del
autor al concebir una historia de la música del siglo XIX. presente; en la medida, pues, en que la presencia estética deJa.s
obras incida en la exposición del pasado histórico =-como

10 "''''Ii'Ag NACIONAL DE ROSARIO


_HUELA ¡)E MUSICA
criterio. de selección y como factor determinante en las metas sos de la primera ejecución o de alguna posterior-e- sería, a todas
del conocirníento=-, la descripción de una historia del surgí- luces, una caricatura. Y no.porque los "sucesos" sean indiferen-
miento. y del efecto. cumple la función de proporcionar una visión tes. Pero. ocurre que el acento. recae sobre.la comprensión de las
de las condiciones en qué apareció la obra y de las implicaciones obras, las cuales :--en contraste con los relictos de la historia
de la relación entre ésta y el oyente de hoy. (La historia del política- representan la meta y no el simple punto de partida
efecto. causado. por una obra representa la prehistoria de su de la investigación histórica. El concepto. de obra y no. elde
recepción en el presente.) Se entiende mejor llna cosa -tanto. la acontecimiento constituye la categoría central de la historia de
obra como la propiarelación con ella~ cuando. se conocen las la música, cuyo objeto -para expresarlo. en términos aristotéli-
circunstancias históricas sobre las cuales se basa. esla poiesis, la creación de obras.y no la praxis, Ia.acción
cos..,.--,-
"Aquello. que fue no.nos interesa porque fue sino. porque, en social.
cierto. sentido, sigue siendo, dado. que aún produce efecto", dice Quien parte dela presencia estéticade las obras musicales
Jo.hannGustavDro.ysenénsuHistorik (5ªed., Darmstadt 1967, notiene por qué olvidar o. suprimir su. distancia histórica, como.
275). De acuerdo con esto, el tipo de historiografía, para ser se le ha reprochado. al New Criticism.Apartir deSchleierma-
adecuado, depende de la manera en que el objeto. de la exposi- cher, el axioma fundamental de la hermcnéutica.hístóricaes,
ción "en cierto. sentido sigue siendo": ya sea por su simple más bien, que los textos tradicionales -e-tanto los musicales
actualidad en materia de normas de conducta e instituciones como los idiomáticos- permanezcan (en la ingenuidad del
actuales, como obra en la sala de conciertos o como. pieza dé enfoque inmediato) parcialmente no entendidos y que, porlo
museo. Si no quiere ejercer violencia-sobre su objeto, la historia tanto, deban ser descubiertos a través de una interpretación
de la música no.puede prescindir de la actualidad estética de las que busque las condiciones eimplicaciones históricas; Por-eso,
obras cuyo. contexto histórico describe. Sería una abstracción la hermenéutica histórica, que procura entenderlo desconoci-
errónea y en extremo. absurda el hablar del pasado' musical do, lo alejado desde el punto de vista temporal, étnico y social,
como. si estuviera =-como en el caso. del pasado político.- sólo. no niega la distancia externae interna. En lugar de alejar el
contenido. en forma indirecta, como prehistoria, en los sucesos objeto por medio. de una captación histórica, lo.convierte en un
y circunstancias del presente. Las obras musicales, más" o factor parcial de la captación dentro. del contexto del presente.
menos antiguas, pertenecen al presente como obras y no como. En otras palabras: la conciencia de la alteridad (Andersheit) no.
simples documentos. Eso. significa, nada menos, que la función se agota en una presencia estética, tras la cual hay comprensión
de la historia de la música no depende exclusivamente del histórica, sino que pasa a formar parte de ella. Si bien es cierto
inestable juicio sobre el valor del recuerdo de lo pasado, en tanto que los resultados de una interpretación histórica nunca pue-
instancia de orientación en el fárrago de sucesos y, estados den diluirse por completo en el enfoque estético, es perfecta-
presentes. La historiografía musical se legitima de manera mente factible transmitirla en forma parcial. En cualquier caso,
distinta que la política. Se diferencia de ésta en que lo.srelictos es menos difícil de lo que suponen los partidarios de una estética
esenciales del pasado, las obras musicales, son, en primer . que exige lo "directo" y considera como divagaciones los rodeos
lugar, objetos estéticos que, como tales, representan un frag- \" impuestos por la historiografía. (Olvidan que la inmediatez
mento. del presente. Sólo secundariamente, constituyen fuentes estética, en la cual insisten, puede representar una segunda
de las cuales se pueden extraer conclusiones sobre sucesos y inmediatez e, incluso, debe serlo en el caso de obras complejas
estados de un pasado. U nahistoria de la música que se atuviera o distantes desde el punto de vista histórico.) La conciencia de
estrictamente al modelo. de la historiografía política -por los dossiglos y medio que nos separan del instante de gestación
ejemplo, una descripción en la cual se tratara la partitura de la de la Pasión según San Mateo, en nada perturba la contempla-
Novena Sinfonía exclusivamente como documento que, junto ción estética y, más bien, forma parte de ella. (Dicho sea depaso,
con otros testimonios, permite una reconstrucción de los suce- no se debe confundir o. equiparar la comprensión histórica que

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pasa a ser comprensión estética, ·con ese sentimiento vago de primacía del proceso musical respecto de la obra entendida
distancia en el tiempo, que suele filtrarse e .imponer sutonali- como máxima de la historiografía musical. En primer lugar es
dad a la recepción de música antigua. La sensibilidad que sueña fatal, desde el punto de vista filosófico, equiparar objetivación
con retrotraerse puede ser una condición para el interés histó- -la realización de una intención composicional en una obra o
rico; pero también puede representar. un obstáculo, cuando texto- con alienación, cuando lo importante sería señalar la
considera .las precisiones logradas por la investigación como diferencia decisiva entre objetivización y cosificación. En se-
algo superfluo y perturbador.) gundo lugar, resulta difícil imaginar cómoun historiador puede
La diferencia de-principio que se ha bosquejado entre la lograr la reconstrucción de un suceso musical del pasado '-en
historia de la música yla historia política -la diferencia entre tanto interacción de texto, ejecución y recepción- en forma tan
la interpretación histórica de un objeto que es, en primer lugar; diferenciada como para que el resultado no sea más pobre y
una presencia estética, y la reconstrucción de un pasado que pálido que los resultados de un análisis de la obra. En tercer
sólo ha trascendido en suposiciones- no impidió que, también lugar, podría argumentarse que la "forma abierta" es tan poco
en musicología, se advirtiera una falta de entusiasmo por la apta como la "cerrada" para ser elevada a la categoría de
historia, una desconfiada irritación con respecto a la tradición principio que abarque y regule la totalidad de la historia de la
de concebir la musicología sobre todo como historia de la música. Es indiscutible que la música no ha sido siempre "obra",
música. No está de más rastrear los motivos de ese cambio de en un sentido enfático. Pero no hay razón para menospreciar la
actitud y los argumentos en los cuales se manifestó. Un intento música artificial europea de la Edad Moderna -cuyo carácter
por esbozar los fundamentos de la historiografía de la música de obra y texto es indiscutible- y para acusar de provincialismo
debe enfocar, precisamente, las dificultades con que tropieza. a un historiador que ve en ella '-partiendo de la experiencia de
1. La premisa de que el concepto de obra es la categoría la presencia estética de las obras- un objeto central de la
central de la música -por lo tanto, también de la historiografía historia de la música. La "obra" musical, que el oyente recibe
musical- se ve expuesta a crecientes dudas que surgen, por un "como modelo", es una forma legítima de existencia, no se trata
lado, de las experiencias con la música más reciente y, por otro de un deficiente modus; del "proceso" musical, basado en la
lado, por una difundida tendencia a la crítica ideológica. El abstracción.
contacto con "formas abiertas" -que el oyente mismo constru- 2. La falta de interés en la historia no significa, o no
ye, en lugar de recibirlas aceptando y entendiendo el modelo- siempre significa, que la "conciencia histórica" -como forma de
y la cada vez más difundida desconfianza respecto de los pensar imperante en el siglo XIX- haya quedado suspendida.
fenómenos de cosificación y de alienación, convergen en el Más bien, la convicción de que los fenómenos espirituales y
concepto de que, en la música, la "letra escrita", pasible de ser sociales "son totalmente históricos" ha permanecido inaltera-
transmitida, es menos importante que el proceso musical en sí. ble aun entre algunos que desprecian la historiografía por
Ese proceso se traduce en la relación entre el proyecto de considerarla una ciencia "anticuaria". Incluso podría hablarse
composición que se ejecuta y la audición que le otorga categoría. de un historicismo sin investigación histórica. Con el concepto
Esa relación pretende ser una interacción y no un sometimiento \.• de historicidad se está apuntando, unilateralmente, hacia el
del intérprete y el oyente a los dictados del compositor, (La factor de mutabilidad. Se sacrifica, en cambio, la premisa que
"autoridad" de la obra despierta desconfia.nza porque se la sustenta a la historiografía tradicional: la máxima de que la
considera signo de una "falsa conciencia".) comprensión de lo que es surge del conocimiento de cómo se
De mantenerse sin reservas (lo cual, por el momento, es gestó. En lugar del factor de confirmación contenido en la
imposible) la disolución del concepto de obra, las consecuencias categoría de historicidad (en el concepto de historicidad como
para la historiografía de la música serían imprevisibles. Pero no fundamento y sostén del presente), se coloca en primer plano el
es difícil señalar algunos puntos débiles de esta tesis de la factor crítico: está implícito que las situaciones permiten que se
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las transforme y se las revolucione, en la medida en que son de 3. Estrechamente ligada con la acentuación del futuro, en
origen histórico y no son producto de la naturaleza, .... lugar del pasado, como categoría básica de la "conciencia histó-
Lamirada hacia el pasado, la comprobación de que "Id que rica" -un cambio de acento que parece signo de un sometimiento
es" "ha ido deviniendo así", debe ser suplantada -siempre en de la historia a la política- está esa desconfianza hacia los
nombre de la conciencia histórica en tanto conciencia de la fenómenos que constituyen lo que "pertenece a la historia",
mutabilidad- por la orientación de acuerdo a un futuro utópi- según coinciden los antiguos historiadores. La mala voluntad
co,un futuro "utópico real" como diría Ernst Bloch. La suprema hacia los "grandes hombres", hacia aquellos de quienes antes se
máxima de la historiografía tradicional está inspirada en la decía que "hacían la historia", es la otra cara de la simpatía
antítesis según la cual una cosa no "es" tanto un resultado de su hacia las masas, que permanecían en la sombray debían cargar
origen (que ya ha quedado atrás) como la esencia de las posibi- con el peso de la historia.
lidades que ella misma encierra. Lo decisivo no debe ser lo que En historia de la música, el cambio de punto de vista
ha sido de ella, laque es, sino lo que puede llegar a ser. significa que no sólolas "grandes obras" -que se destacan entre
De acuerdo con eso ~y mientras no se la deje de lado como la multitud de lo producido- sino también las inabarcables
algo superfluo-la historiografía se convierte en una búsqueda masas de "músicatrivial" -por las cuales está constituida gran
. de anticipaciones del futuro alcual se aspira, cuyos vagos con- parte dela realidad musical cotidiana- pertenecen a la "histo-
tornos ya se cree percibir en el presente. Se revuelve elarsenal ria" en un sentido total, en lugar de formar la escoria que resta
de la historia en busca de elementos que parezcan apropiados al constituirse la historia. Según se opina, una pieza de música
para apoyar o ilustrar un proyecto de futuro. Nobien la concien- trivial no debería enfocarse y juzgarse como "obra" (un análisis
cia utópica se apodera de alguno que yacía olvidado en un rincón, estético-técnico de la composición incluiría, desde el punto de
ese algo adquiere, imprevistamente, una nueva importancia. partida mismo, un error acerca de la esencia del género) sino
Introducciones, transiciones y apéndices poco llamativos -'-'--es como hecho social, como factor parcial de un proceso o estado
decir, formas musicales que se mantenían. a la sombra-« figuran social. Para expresarlo de otra manera: la historia musical de
tanto en el sueño de una música sin trabas, esbozada por la obra o la composición, que se apoya en el concepto moderno
Ferruccio Busoni en su Ensayo de una nueva estética;de la de arte, debe ser reemplazada (ocomplementada, según los más
composición (Entwurfeiner neuenAsthetik der Tonkunst, 1907; conciliadores) por una historia social que haga comprensible un
reimpreso en 1974), como también en la teoría de la prosodia producto musical sobre la base de su función.
musical señalada por Arnold Schonberg, en el tratadoBrahms Dicho sea de paso, no resulta muy convincente el argumen-
the Progressive, como anticipación de un futuro estado en el cual to de que la "grandeza" musical sea tan ilusoria y dudosa como
la música, en lugar de sujetarse a reglas heterónomas, llega así la política, cuyo precio debe ser pagado por los objetos de la
misma, a su verdadera esencia. (Losrevolucionarios contempo- historia. (Nadie debió soportar una carga por el hecho de que
ráneos son "historicistas", en la medida en que consideran aja Beethoven irradiara autoridad musical.) La argumentación
historia "comoalgo que puede fabricarse" y en que extraen de las cuya punta de lanza está dirigida contra los "grandes hombres"
"tres potencias" de J acob Burckhardt =-Estade, religión y cultu- pierde agudeza cuando se la traslada de la historia política a la
ra-la consecuencia de que la mutabilidad, de la cual hablanlos historia de la música. Por añadidura, desde el punto de vista
historiadores, es practicable; Esolos diferencia de los rebeldes metodológico es peligroso mezclar o confundir lo normativo y lo
de siglos anteriores. El polo opuesto del.rhistoricismof.de-Ios descriptivo: los postulados acerca de lo que debe ser y el
revolucionarios está representado por eltradicionalísmó de los conocimiento de lo que ha.sido. En el aspecto moral, puede ser
conservadores: ese aferrarrse a la "antigua verdad", que no sólo más razonable y hasta inevitable penetrar más en una cultura
les parece valedera porque es antigua, sino porque consideran musical masiva, que merezca el título de cultura, que buscar los
que siempre fue válida por ser verdad.) compositores destacados; peroes un hecho indiscutible el que la

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historia de la música de la Edad Moderna está bajo el signo de probando los enfoques opuestos, en diferentes proporciones,
lo que Alfred Einstein designó como "grandeza'en.Ia.música", en sobre situaciones históricas dadas, en lugar de pretender un
el título de uno de sus libros. reconocimiento universal, hostilizándose en abstracto y
Pero la decisión metodológica por la historia de las obras y desconfiándose recíprocamente desde el punto de vista ideoló-
de las técnicas o por la historia social y de Iafunción no depende gico, al acusarse de "elitistas" o de "ajenos al arte". No es
sólo del "interés del conocimiento" ~un interés que queda cuestión de hacer desaparecer el enfrentamiento de fondo. El
librado a la elección del historiador, aunque con bastante intento de acallarlo, de hacer desaparecer las diferencias..no
frecuencia experimente la influencia de motivos extracien- sólo sería un error sino un imposible. Pero el enfrentamiento
tíficos-, sino que está/por lo menos parcialmente, predetermi- sólo tendrá sentido si se puede apoyar en ejemplos y experien-
nada en la cosa misma, en los hechos musicales. La medida en cias científicas prácticas, sin los cuales un proyecto científico
que resulta adecuado aplicar a un trozo de realidad musical una teórico permanece vacío y el simple empirismo, ciego. Por el
historia de la obra o una historia social (o un procedimiento momento, los partidarios de una historiografía musical socio-
intermedio que, sin embargo, no podrá eludir una determinada histórica continúan disfrutando de la injusta ventaja de poder
acentuación) varía según las épocas, ámbitos y géneros •.Es criticar las fallas de la historia tradicional de las obras, en lugar
verdad que, en principio, nada puede sustraerse a la.interven- de abocarse a justificar los propios resultados, que siguen
ción de uno u otro método. Con la suficiente dosis de insensibi- siendo pocos. Los triunfos de los historiadores programáticos
lidad se puede aplicar a una canción de moda un "análisis sobre los historiadores en acción pocas veces son duraderos.
inmanente" y reducir una cantata. de Bach a su significado 4. El concepto de continuidad, la categoría básica de la
litúrgico, es decir insistir en que la primera es un texto y la otra historiografía, ha entrado en la penumbra del escepticismo de
ha cumplido una función. Pero la experiencia científica nos la filosofía de la historia. No se trata de que el problema
demuestra que casi siempre se está de acuerdo sobre si un presente en la idea de historia como contexto relatable haya
resultado esinteresante y serio o si es pobre y falto de funda- sido ignorado en algún momento por los historiadores que
mentos. Es difícil encarar el problema por el cual las pocas reflexionan sobre su métier. Droysen fue quien señaló con
trivialidades que tienen éxito se distinguen de las 'innumera- mayor decisión la imposibilidad de reconstruir, sin lagunas, el
bles piezas atacadas por la "furia de la desaparición" desde el encadenamiento de los procesos, tal cual se dio en la realidad.
momento mismo en que surgen, recurriendo a argumentos de Reprochaba a la historia "narrativa:", representada por Ranke,
técnica de la composición, abstraídos de la música artificial o de el crear una "ilusión": "es como si en las cosas históricas
escuela. A su vez, una interpretación exclusivamente funcional tuviéramos ante nosotros una cadena cerrada de sucesos,
de una cantata de Bach se estrellaría contra un hecho concreto motivos y objetivos" (Historik, 144). Pero la ficción estética,
de la historia del efecto, que no puede ser ignorado ni por un inspirada en la novela -a pesar de ser conscientes de su
historiador con tendencia a la reconstrucción anticuaría, Por- inconsistencia-, no fue el factor decisivo. Los historiadores del
que las obras de Bach no sólo admitieron ser interpretadas, en siglo XIX (tanto Droysen como Ranke) establecían una distinción
el siglo XIX, como esencia y paradigma de la música absoluta, '\ entre la "realidad" -que siempre permanecía parcialmente
sino que esa interpretación las elevó a una grandeza histórica: inconexa, por ímprobos que fueran los esfuerzos de reconstruc-
que no tenían en el siglo XVIII para la conciencia de sus contem- ción- yla "verdad" de la historia, a cuya luz adquiere sentido
poráneos. Sólo merced al profundo cambio de significado al que y estructura la acumulación de hechos. Si se reconoce la idea de
fueron sometidas, llegaron a ser -en cierta manera-e- "descu- la humanidad o la del espíritu del pueblo como principio motor
biertas". Un historiador que eluda el dogmatismo histórico .. de la historia, los hechos se agrupan casi por sí mismos, para
filosófico no puede decidir lo que, "en realidad", eran o no eran. brindar la imagen de una evolución. La consistencia de esa
La disputa en torno a los métodos puede suavizarse, así, imagen se debe más al "vínculo interior" entre los significados

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que están por detrás de los hechos, que ajá coincidencia. de armónico-tonales diferenciados y, al mismo tiempo, difundí-
detalles concretos .•De manera. que un fragmento édel pasado, dos), la historia. de la música es una descripción de laformacion
ofrecido comohistoria relatable ~en el sentido tradicional, aun de medios con los cuales la música justifica su autonomía, es
sin la influencia de Proust y -Ioyce-«, puede-aparecer de dos decir su pretensión de ser escuchada por sí misma.
formas. Una de ellas sería como ilusión estética-deuna-conca- Existe una máxima pocas veces formulada. pero perma-
tenación =-sin lagunas--- de los sucesos. La segundaforma sería nentemente puesta en práctica, según la cual una obra musical
la basada en una decisión previá-delhistoriadorafavor.de una "pertenece a la historia" por ser nueva desde el punto de vista
idea, a la luz de la cual se destaca.lo importante dejo secundario, cualitativo. Pertenece a una. historia. concebida como una cade-
y la confusión de la realidad empírica adquiere forma;(Cuando na de modificaciones. Los enemigos de la historiografía tradi-
Arthur C. Danto habla de un "esquema organizador:'; Según el cional, con formación en materia de filosofía de la historia,
cual se orienta el historiador, está reemplazando. la idea creída señalan que por ese camino se está elevando, irreflexivamente,
~la "verdad" de la historia-e- por un bosquejo heurístico. La a la categoría de principio de toda la historia de la música, algo
utilidad de ese. esquema está dada por la medida en que los que fuera una premisa de los siglos XVIII y XIX: la convicción de
hechos se ordenanfluidamente hasta constituir algo compren- que una obra debía ser original, para ser auténtica. Argumen-
sible: la metafísica se reduce a una simple metodología.): tan que la realidad musical del Medioevo resulta distorsionada
Pero si se sacrifican las ideas a través de cuya realización y colocada en un falsa perspectiva, a través de una historiogra-
la historia se hacía comprensible, se desarma la continuidad, la fía que declara sustancia histórica primaria de una década o de
coherencia interna de los sucesos, y no se puede establecer qué un siglo a lo nuevo en cada caso, para luego construir una
"pertenece a la historia" y qué no. Pero parecería que la historia narrable sobre la base de la sucesión de cambios. Es
controversia puede suavizarse "'"--noevitarse si se.reduce la verdad que la participación de lo nuevo en la cultura musical de
validez de.los principios fundamentales y en lugar de conside- los siglos XII y XIII -que no puede describirse, adecuadamente,
rarla .absoluta se la ve como relativa. Además; en lamisIha como "cultura musical", porque nada justifica extraer y resumir
medida en que se reducen las exigencias, se debería buscar de ella los fenómenos que consideramos como "musicales"-, de
asidero en el empirismo. ninguna manera puede negarse. Sin embargo, esa participa-
La historia de la música, en tanto. historia de obras. (en ción no habría sido tan decisiva como se la presenta en la
tanto historia cuyo armazón está constituido por obrasmusica- historiografía que parte de las ideas de la filosofía de la historia
les, aunque se ocupe más de los compositores ~en cuyas del siglo XIX. En un intento por colocar el acento en una
biografías se buscan explicaciones- que de .Ia obra' .en sí exposición histórica, tal como lo estaba en la conciencia de los
misma), se basa en la idea del arte autónomo (que.funciona contemporáneos -mejor dicho: de los grupos influyentes con-
como "esquema organizador", al igual que la idea delespíritu temporáneos-, habría sido necesario reemplazar la habitual
del pueblo en la historia política). Al orientarse de acuerdo con descripción de una concatenación de sucesos o de obras por
el principio de la novedad y la originalidad-cosa considerada descripciones de situaciones separadas, coexistentes o que se
tan natural, que ni siquiera se reflexiona, sobre ella-e-.Ios ", iban transformando unas en otras. La historia de las obras -
historiadores de la música describen la evolución de ésta como que sólo puede aislarse por su orientación según el principio de
historia original de la obra de arte autónoma; individual; la novedad- habría sido desplazada por una historia de la
irrepetible, basada en sí misma y existente por sfmisma.Yel cultura enla cual lo antiguo y lo nuevo se agrupan en imágenes
equivalente de la historia de las obras es una historia.de la que rescatan del pasado determinadas configuraciones de es-
composición o de las técnicas musicales. Cómo historia de la tructuras de conciencia e ideas, instituciones y creaciones,
"lógica musical" (del trabajo sobre temas y motivos, de la consideradas como características.
evolución de la variación y de la construcción; de contextos La historia de la composición y de la técnica es objeto de

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críticas similares a las que se oponen a lahistoria de-las obras, llegado a controversias espectaculares, en las últimas décadas,
estrechamente ligada a ella. Aquéllas se orientarían de acuerdo tanto el concepto de estilo como el método historiográfico, cuya
con la creación de una "lógica musical", para lograr un principio categoría central estaba representada por aquél, han empalide-
de elección y vinculación de los hechos. Ese sería.el.medio por cido y se han vaciado en una medida tal que, de las ideas
el cual una música conscientemente artificialjustificaría, desde reunidas a principios de siglo en torno a la palabra "estilo", casi
el punto de vista estético, sus pretensiones de autonomía, su no restan más que cáscaras huecas. Pero mientras la conciencia
emancipación de fines extramusicales. El hecho de que en la histórica incluya también la conciencia de la historicidad mis-
música de los siglos XVIII y XIX, el proceso de aparición: y ma y de los procedimientos enlos que ésta se objetiva, no está
diferenciación de la tonalidad armónica, que confiere forma; y de más investigar los motivos de la decadencia de la historio-
del trabajo sobre el tema y motivo parecen ser e},proceso grafía del estilo, por un lado, y reconstruir los problemas como
histórico central, cuya acentuación se fundamenta en la.estéti- solución de los cuales la concibieron Guido Adler y Rugo
ca de obra de la época, no admite mucha discusión. Pero no se Riemann. Pues se supone que los problemas corresponden a
puede establecer en qué medida es posible declarar la evolución interrogantes que no envejecen tan rápidamente como las
de estructuras y medios artísticos de épocas anteriores, como lo respuestas, que cambian de una época a otra.
más importante para el historiador. Una historiografía que Se puede tomar conciencia de algunos de los motivos que
partiera de las premisas del siglo xv no debería, quizá, subrayar condujeron a la desintegración del concepto de historiografía
los medios por los cuales una. misa polifónica adquiría la del estilo, sin introducirse en la maraña de definiciones del
integridad cíclica que.la hacía sobresalir, como obra de arte, del concepto de estilo en sí. Evidentemente, la dificultad decisiva
contexto litúrgico, sino aquellos factores por los. cuales una consiste en conciliar -sin forzar las cosas-'- el postulado de una.
determinada relación entre función extramusicaL y procedi- relación interna de las características del estilo, y el método de
mientos musicalesla constituían y la afirmaban como norma determinar un estilo por comparación con otros, es decir, el de
de un género (excluyendo algunas obras cuya finalidadrepre- considerar las características distintivas como esenciales. Ve-
sentativa mereció el calificativo de ostentatio ingenii, que remos, pues, las causas de esa descomposición -'-por lo menos
Heinrich Glarean [1488-1536] aplicó a Josquin). esquemáticamente-, sin detenernos en los problemas funda-
Pero la medida en que un historiador debería adaptarse a mentales. De modo que no se hablará del concepto de estilo en
las formas de pensar y a los hábitos de juzgar de la era que sí mismo, sino de las ideas historiográficas vinculadas a él.
describe, continúa siendo incierta. Y lo será en tanto el historia- 1. En su esquema de una teoría del concepto musicológico
dor se vea forzado, en un caso extremo, a extraer la ilusoria de estilo (1911), Guido Adler partió del modelo al cual, más
consecuencia de excluir de la historiografía épocas sin.concien- tarde, Erich Rothacker denominaría modelo del organismo.
cia histórica -es decir, tiempos de ininterrumpido tradiciona- Pero el enfoque demuestra ser engañoso, por más que parezca
lismo, en los cuales el ahora no era más que una.repetición.del casi inevitable si se intenta ajustar la historiografía a una
ayer-, basándose en el argumento hegeliano según eLcuaLlas determinación de los hechos musicales a través de la crítica de
res gestae sólo ascienden a "historia" en el sentido real, cuando <, estilo. (Todavía eri 1965, en el artículo "Stil" (Estilo) de la
se reflejan en un historia rerum gestarurn, (De acuerdo con esto, enciclopedia Musik in Geschichte und Gegenwart XII; 1317,
una historia de fundamentos arqueológicos; que se remite-a los Edward A. .Lippman hablaba primero de ·una "sorprendente
simples relictos -en lugar de remitirse a los mformes-e-; sería analogía entre la historia de un estilo y la historia de la vida de
tan sólo una prehistoria.) un organismo", para luego subrayar la diferencia sustancial y
Aparte de las dificultades generales esbozadas como ame- señalar que las semejanzas formales no debían considerarse
nazas a la historiografía en general, existen otras, evidente- como premisa, sino como objeto de investigación.) De acuerdo
mente referidas a la historia de la música. Sin que se haya con Adler, "el estilo de una época, de una escuela, de un artista,
22 23
de una obra, no surge por casualidad, como expresión de una previas y de derivaciones, aun cuando se aparten, individual-
voluntad artística casual, sino que se basa en leyes de la mente, de los criterios de estilo determinantes. Así los tipos de
formación, desarrollo y decadencia del proceso orgánico" (Der coral de los primeros tiempos que, con su intercalación de
Stil in der Musih, 2ª edición, 1929, 13). Adlerestáelevando ~la . tonalidades intermedias, se apartan del coral de carácter
.categoría de "ley" que regula la historia de la música una SIm- diatónico del término medio, o el coral que tiende a una equi-
paración rítmica en los períodos finales del género; otro tanto
ple analogía, admisible como ~et~fora? pero cues~itmable como
teorema de la filosofía de la historia, SI se la considera desde el ocurre con los de las etapas iniciales, que se apartan de la
estricta polifonía' vocal de la época de florecimiento, para
punto de vista de su función metodológica, la i~genua ~etafí~i-
recurrir a medios instrumentales accesorios y con los'ripieni
ca no pasa de ser una falla casual que podn.a co:regIr~e SIn
afectar, en su sustancia, el concepto de -la historiografía d~l instrumentales de la etapa de decadencia" (Methode der Musih-
estilo. La analogía es esencial, en todo caso, porque las definí- geschichte, 1919, 20-21). El lenguaje empleado por el historia-
ciones de estilo -ya se trate de. una obra aislada, de la obra dor Adler revela su predilección estética por el-clasicismo .:Por
otra parte, en el fondo se adivina la intención de "salvar" la
completa de un compositor o de la prod~cción de toda un~
construcción histórica, al reformular el esquema metafísico y de
época- son, fundamentalmente, construcciones cerradas en.SI
mismas y complejos separados entre sí, que deben ser relacio- filosofía de la historia en un esquema heurístico. PEircisi la
nados "desde fuera" -precisamente a través del modelo del premisa estética de Adler resulta insostenible (me refiero a la
idea de que un contrapunto imitativo representa la culminación
organismo- para manifestarse como eta~as de un ?~oceso
evolutivo. Es verdad que, desde el punto de VIsta de la crítica.del clásica del estilo polifónico, mientras que un conjunto armónico
estilo, se puede captar una unidad más amplia, que ligue l.os en relación con la melodía (monodia) -y, por consiguiente,
complejos yuxtapuestos; perola pirámide de conceptos de estilo distintas desde el punto de Vista melódico- se consideran como
que resultaría de esto distaría mucho de representar la marcha pertenecientes a etapas iniciales o de un manierismo decaden-
de un proceso evolutivo. Por eso, cuando. Adler hablaba de te) el bosquejo histórico pierde su sentido y su capacidad de
"disjecta membra de una pseudohistoria" al referirse: a la sustentación aunque se lo interprete heurísticamente y no con
yuxtaposición-de estilos de obras (239), estaba dandounnom- un enfoque metafísico. En lugar de etapas de una evolución,
bre a la debilidad de su propia concepción. No advertíaque el sólo puede hablarse de un cambio de ideal en el estilo, y.la
motivación del cambio (del paso de un contrapunto con voces
problema, tan claro en detalle, se repetía en los estilos de.las
épocas; idéntico en esencia aunque en otro orden de-magnitu- funcionalmente graduadas a una polifonía con voces de.igual
des. valor o viceversa) queda sin explicación no bien se renuncia a la
solución del problema propuesta por Adler, que consiste en la
2. El modelo del organismo ~entendido como condición
idea de una "regularidad en la evolución orgánica" -,que va de
para que la crítica de estilo dé origen a la histo~~~afía-:-.se
vincula en Adler (y no por casualidad) con,elprejuicio estético la etapa estilística arcaica a la manierística, pasando por la
de la superioridad de los estilos clásicos,/'Al seguirlaaparición, clásica-, por considerársela como hipóstasis de una metáfora
que se convierte así en ley de la historia.
florecimiento y decadencia de una orientación estilística, el
término medio dentro del período se constituirá en.principal 3. La palabra "barroco" fue liberada, a más tardar en la
factor de comparación. Los criterios de estilo serán fijados-por historiografía de la década del veinte, de lamácula de represen-
tar el nombre de una época de decadencia estilística. Simultá-
ese grupo intermedio, tal como ocurre en lae,:_ol:ución~eJc?ral,
desde el estilo de los siglos x y XI hasta la musica polifónica, a neamente surgió la tendencia -que aún no se ha impuesto por
cappella de las modalidades estilísticas que alcanzan su-plena completo- a neutralizar la idea de que el concepto de clásico,
madurez en los siglos xv y XVI. Pueden y deben ser tomados en en lugar de ser una categoría normativa, es.la etiqueta del estilo
cuenta el significado iy ·la importancia. histórica-de-etapas de una época. (Sigue siendo difícil incluir, sin vacilaciones, a

24 25
compositores como Pleyel o Kozveluch .de~trq de150Ilcepto de historiografía. Y parecería ser que el historiador del estilo se
clásicos , si bien el lenguaje científico corrien.te, cuyas conven- encuentra ante la desafortunada alternativa de elegir entre la
- - -, "_- _:_-,: - - - -::_-_>.: ....•.. ::~- :_ :-: :_-::-\ _--- -: .' .. .; .._~--_-: -_-:- ;:-_. ..
dones revelan el espíritu de una disciplina; permit~,':designar a dudosa metafísica del modelo del organismo, cargado de impli-
Pleyel como compositor del clasicismo, peró noicóIlloclásico.) caciones normativas, y la descripción de estilos de época aisla-
Pero el modelo del, organismo de la, hist()xia de los estilos no dos entre sí comouna especie de historiografía que casi equivale
permanece intacto al desaparecerJa.simplic~ciqI},e~nonmatívas a un renunciamiento a la historiografía.
contenidas en las categorías de estilo. Porque. mientras .~'el 4. El método de la historia de los estilos se estableció a
término medio del período", cornolo defineAdler, constituya el comienzos de siglo, como una reacción al procedimiento, propio
"principal factor de. comparación", la historia- del. estilo se de los anticuarios, de acumular los escombros de los hechos, así
orientará, inequívocamente" hacia ,'" la" idea, según la: cual. lo como al principio de explicar las obras musicales recurriendo a
clásico es lo perfecto yparadigmático, y el concepto de clásico se, la biografía del compositor, principio dictado por una despres-
reducirá a una categoría descriptiva y el modelo del organismo tigiada estética de la expresión. (Se pretendía alcanzar el
-en el cual el estadio intermedio de un estilo fue siempre el más cientificismo de las ciencias naturales mediante una imitación
prominente- conservará vigencia. (Es curioso qll~ ~isiquiera del principio de causalidad, lo cual terminó por ser una carica-
en las épocas en que la ancianidad gozaba de prestigio, se haya tura.) En contraposición con el positivismo, la historia de los
considerado la etapa final de un estilo como su.culminación.) estilos intentó solucionar un problema que representa un per-
Pero no bien se distiende la relación entre la metáfora. o manente desafío. Me refiero al problema de esbozar una histo-
analogía biológica y la idea reguladora de lo clásico como ria del arte, que sea realmente historia y no una colección de
culminación de un proceso estilístico, losintentos por entender análisis de obras, apenas conectados entre sí; pero una historia
un estilo o complejo de características musicales "desde den- cuyo objeto sea realmente el arte y no sólo sus elementos
tro" ,--:como unidad, y por diferenciarlo de los estilos vecinos - . biográficos o sociales, una historia, pues, cuyo principio
tienden ~involuntariamente y casi por la fuerza-e- a,construir historiográfico esté fundado en el arte en tanto arte. El estilo
conceptos antitéticos que se nutren de lugares comunes; Recor- -entendido como carácter impuesto "desde dentro" y no como
demos las discusiones sobre clasicismo y Romanticismo; La forma de escribir modificable, comolo entendía la teoría del arte
descripción de una transición, de un cambio de estilo, que no se del siglo XVIII- fue concebido por los científicos del arte -que
cumple de manera abrupta, sino como un movimiento perma- procuraban conciliar su conciencia estética con su conciencia
nente (los "saltos cualitativos" marcan una "muesca" en la historiográfica- como esencia de lo que imprime su carácter
continuidad, pero no la quiebran y,más bien, la dan por sentada) artístico a una obra y, por otra parte, como una entidad que se
parece un problema casi insoluble en cuanto se ce~e a ~as ten- modificaba con la historia. La crítica de estilo tenía la misión de
taciones de la antitética. y no se trata de que los historiadores reunir la historicidad y el carácter artístico de la música en un
del estilo nieguen la continuidad del proceso evolutivo. Pero esa único concepto. Pero el objetivo de buscar una mediación entre
continuidad, apenas si podrá ser, descripta mientras "barroco", estética e historia, sin forzar a ninguna de las dos, se fue
"clásico"y "romántico" se entiendan como complejos de caracte- \, perdiendo de vista, insensiblemente, en el camino elegido para
rísticas, cuya relación interna se basa en una idea ---o configu- ' alcanzarlo. Porque, en la medida en que la investigación del
ración de ideas- central, que permal1ece'inv'ariabled~ntro;de estilo de la obra aislada -cuya descripción puede formularse
una era. En otras palabras, la continuidad no se hátáevidente perfectamente como exposición del carácter artístico- y la
mientras los historiadores se sometan a la necesidad; surgida investigación del estilo personal, que también converge con el
del método, de descubrir una mayor afinidad entre el final del carácter artístico de las obras, dando por sentada la estética de
clasicismo y su comienzo, que entre el final del clasicismo y el la originalidad -es decir la equiparación de lo artificial con lo
comienzo del Romanticismo. La yuxtaposición de bloques no es poético y expresivo-; repetimos: en la medida en que esas

26 27
investigaciones avanzan hacia el estilolélIl.porá16:riáCiónaLy,
por consiguiente, se aproximan a la rnstórla.propiamente di-
cha, la configuración musical de una obra'de'arte(quees"un
mundo aislado en sí", según la definición de Ludwig Tieck) se
transforma en un simple ejemplo-deideas, procesos o.estruc- 2
turas, cuyo centro de gravedad se encuentra fuera del arte. En
otras palabras, se convierte en un documento sobre el espíritu
o la organización .social de una época o de una nación. La
Historicidad y carácter artístico
ruptura entre estética e historia vuelve, pues, a producirse
dentro del concepto de estilo, cornoruptura entre el estilo de la
obra o el estilo personal, y el estilo temporal o nacional. La
individualidad del compositor es esencial para el carácter En el apéndice de un texto de historia de la música, de
artístico, entre cuyos criterios figura el factor de originalidad. enorme difusión, A History of Western Music, de Donald Jay
Pero es difícil afirmar que el espíritu de la época o del pueblo Grout (1960), encontramos una cronología cuyo sentido es "to
determine el carácter del arte como arte (y no como simple prouide a background for the history ofmusic, and to enable the
documento). (Salvo cuando se está de acuerdo con HegeL~y reader to see the individual works and composers in relation to
luego con el marxismo- en que el contenido del arte es lo their times" (699) [proporcionar un contexto a la historia de la
verdaderamente sustancial y se;pasa por alto la estética más música y permitir que el lector vea las obras y los compositores
nueva, según la cual es más bien la forma lo que determina el en relación con sus épocas]. Así, por ejemplo, el año 1843 está
contenido, y no el contenido a la forma.) representado por El holandés errante de Wagner, Don Pasquale
de Donizetti y Temor y temblor de Kierkegaard; 1845, por Les
préludes de Liszt, Tannhiiuser de Wagner y El conde de
Montecristo de Dumas; 1852, por el golpe de Estado de Luis
Napoleón y por La cabaña del Tío Tom; 1853, por La traviata y
la guerra de Crimea, Lo que no se sabe muy bien es qué se
pretende demostrar al lector. ¿La analogía oculta entre la obra
de Wagner y la de Kierkegaard? ¿O, por el contrario, la falta de
contemporaneidad interna de obras contemporáneas? Esto
último resulta casi grotescamente evidente cuando se procura
ilustrar, por medio de tablas cronológicas, la frase según la cual
la unidad de espíritu de la época se filtra en la totalidad de los
campos. ¿Qué es la música?¿Un reflejo de la realidad que rodea
al compositor o el esbozo de un mundo contrario a esa realidad?
¿Está vinculada por raíces comunes con los sucesos políticos y
las ideas filosóficas? ¿O acaso la música surge por haber existido
una música anterior y no -o sólo en menor medida- porque el
compositor se mueve en un mundo al cual intenta responder a
través de la música?
El problema de la relación entre el arte y la historia -pro~
blema fundamental' de la investigación histórica científica-e-
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permanecerá sin solución mientras se insista en un.dogmatismo XIX al xx, en la estructura de las obras por separado. Desde hace
estético y en un dogmatismo historiográfico, En otras palabras: unas dos décadas, se difunde la tendencia a considerar las obras
mientras se sostenga la máxima de que el arte se muestra como como documentos. "Hasta el arte del presente se percibe, cada
realmente es, en la observación aislada de obras autónomas, vez más, desde una distancia inmediata, en forma crítica y
por un lado, y por el otro, se parta de la premisa de que la documental" (O. K. Werckmeister, Ideologie und Kunst bei
historia consiste. exclusivamente en la relación de causa y Marx, 1974,33).
efecto, objetivo y manifestación. La historia de la música, en La teoría funcional del arte del siglo XVII fue, en primer
tanto historia de un arte, parece una empresá.impósible sise la lugar, una teoría de los géneros musicales, que se constituían
enfoca partiendo dela premisa de un estética autónoma, por como correlaciones concretas y reguladas por normas entre las
una parte, y de una teoría de la historia que se aferra al concepto finalidades sociales que debían cumplirse y los medios musica-
de continuidad, por otra parte. Y esa imposibilidad se debe a les que se consideraban aptos para ello. El hecho de que
que, o bien no es una historia del arte sino una colección de Christoph Bernhard establezca una distinción entre el reperto-
análisis estructurales de obras aisladas, o bien. no es una rio musical del estilo sacro, de cámara y de teatro, demuestra
historia del arte sino un enfoque de las obras musicales como que, desde el punto de vista dela teoría del arte, los medios
procesos dentro de la historia de las ideas o dsIa.historia social, musicales se vinculan más con los objetivos prácticos que con
cuya vinculación brinda coherencia al relato histórico. Pero el las etapas históricas que representan. No debe interpretarse
concepto de arte del formalismo -que tiene sus orígenes en el malla coincidencia entre estilo sacro y primaprattica y entre
siglo XIX y debe su pathos al hermético modernismo- no es el estilo teatral y seconda prattica. La música sacra no se conside-
único del cual puede partir un historiador en su intento por ra un estilo de "música antigua", en el sentido de una conciencia
justificar la historiografía de la música ante sus detractores histórica distante, sino que, como forma de componer acorde
versados en filosofía del arte. Además, la antinomia entre con la liturgia; surgió antes, y la antigüedad que la distingue es
estudio de la función y estética autónoma -en torno a la cual un sello de su legitimidad. (Monteverdi no consideraba la
se ha encendido, en los últimos años, una violenta 'controversia, seconda prattica como progreso; la declaraba restitución de una
no siempre "desinteresada"- no basta para brindar un funda- verdad más antigua aún -del concepto de música antigua- y
mento teórico a las investigaciones. históricas. científicas. Aun la honraba como tal.)
cuando no se tema simplificar ---'en la medida enque la simpli- La teoría de las emociones de los siglos XVII y XVIII, el
ficación sea aceptable- uno se ve obligado a distinguir, porlo segundo "paradigma" de la estética musical, no es una.teoría de
menos, cinco enfoques teóricos, cuyas consecuencias historio- la expresión, sino una teoría expositiva de orientación objetiva.
gráficas sería necesario investigar, antes de emitir un juicio Lo que presenta musicalmente un compositor es su medida de
sobre la relación entre historicidad y carácter artístico. comprensión de la naturaleza de una emoción humana. Es decir
La relación entre historia y estética tiene una estructura que no se entiende una obra musical como expresión de las
circular: las premisas de la teoría del arte, sobre las cuales se emociones del compositor, sino como la verdad objetiva formu-
puede basar la historiografía de la música, son; por su parte, de '\ lada musicalmente poréste, y la exposición de las emociones es
carácter histórico. (La fijación de normas que estén por encima " tanto imitatio naturae como pintura musical. Hasta mediados
del tiempo sería dogmática en el sentido más. dudoso de la' del siglo XVIII no se planteó el problema de cómo se podía captar
expresión.) A grandes rasgos se puede afirmar que la teoría del el espíritu ajeno musicalmente documentado. La comprensión
arte de los siglos XVI y XVII partió de la relación entre funciones musical significaba acuerdo sobre el contenido objetivo de la
sociales y técnicas de composición; la de los siglos XVII y XVIII se música.
basó en los objetos de la exposición musical: las emociones; la Para la estética expresiva surgida en la era dela sensibi-
del siglo XVIII al XIX, en la persona del compositor; y.la.del siglo lidad y del Sturm und Drang, en cambio, el compositor consti-

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tuye el objeto primordial, que habla desímism.o;Démaneraque "verdadera" situación psíquica, más allá de la transformación
lo decisivo, desde el punto de vista ,estético;:no es el tema que experimentó en la conciencia de las personas en cuestión,
expuesto -el sentido de un texto o una emoción sino Iaforma por influencia de las ideas estéticas de la época; (Las ideas
de exposición, en la medida en que permite extraer unaconelu- reflejan las realidades; pero también ocurre lo inverso: que las
sión acerca de la individualidad del .compositor. (El estilo realidades reflejen las ideas.)
aparece como la expresión de una personalidad que "está por La diferencia de las máximas estéticas es lo decisivo. No se
detrás de la obra" y no comosimple manera de escribir adoptada trata de la opinión de que los factores biográficos ejerzan menos
por un compositor, que puede ser, cambiada por otra si así lo influencia de lo que se suponía en el siglo XIX. Se trata de un
exigieran el tema o las circunstancias.) No se trata de que la juicio de valores: desde el punto de vista estético, la influencia
referencia al compositor se diluya en curiosidad biográfica y no tiene importancia en lo que se refiere al carácter artístico de
anecdótica (aunque eso ocurría con bastante frecuencia en, el las obras musicales. Esa es la profunda diferencia que separa la
siglo XIX): la individualidad que se debe captar para entender manera de pensar del siglo xx de la del siglo XIX. La concepción
una obra musical desde dentro es un "yo inteligible", que, está de una obra de arte como documento sobre el autor ya no se
por encima de un chato empirismo. Pero el hecho de que el combate: se la descartaporconsiderársela ajena al arte. (Ya en
compositor se concibiera como instancia estética central en su la polémica de Eduard Hanslick contra la "antediluviana estéti-
carácter de autor y no en función de su existencia privada, no ca de los sentimientos" no se trata, en primer lugar; de un
altera el principio de que se haya buscado en-una. persona, en ataque al contenido de la realidad psíquica de la estética de los
una individualidad, la sustancia estética de una obra. El factor sentimientos, sino a su irrelevancia estética, cosa que no siem-
"poético" que otorga su carácter artístico a la.música se vincula pre se reconoció.)
con el reconocimiento de una individualidad que "está .por El formalismo o estructuralismo que se impuso en el siglo
detrás de la obra". En la estética de la expresión; el carácter xx-aunque no sin resistencias- como estética predominante,
artístico y el carácter documental-la concepción de una obra subrayaladistinción entre las obras autónomas, centradas en
como testimonio de una persona-e- no se excluyenmutuamente sí mismas, y los documentos cuyo punto de referencia está fuera
sino que están ligados entre sí. del texto. El verdadero objeto de la comprensión musical no está
La polémica desatada en el siglo xx contra la preponde- representado por el compositor, que "está detrás de la obra",
rancia del autor sobre la obra tiene diferentes motivaciones. En sino por la obra misma como relación funcional cerrada de
primer lugar significa que, en la relación del compositor con la factores de forma y contenido. La penetración psicológica en
obra, algo ha cambiado: la desconfianza de Stravinsky hacia una individualidad es reemplazada por el análisis estructural
Beethoven y Wagner era, en gran parte, un rechazo de la es;' de una creación. (El concepto de estructura, en el sentido de un
tética de los compositores románticos. En el siglo xx aparece estructuralismo estético, incluye factores de contenido, sin por
-para expresarlo en forma sintética- el compositor en función eso dañar los principios del "formalismo" -la etiqueta no es
de la obra y no la obra en función del compositor. Y,.estrecha"- muy feliz~: lo decisivo es que una obra sea captada "a partir de
mente vinculado con el cambio histórico .reale .se produceíun, sí misma" en lugar de ser captada "desde fuera".)
cambio en la historia de las ideas, una transformación de los' La estética del siglo xx, cuya categoría central está repre-
métodos de interpretación. En el .siglo xx,se.,,'interpreta-a sentada por la obra autónoma, cerrada sobre sí misma, peligra
Beethoven o a Wagner en relación con su propia obraede modo en cuanto a su existencia y a su importancia. En el mismo
diferente que en el siglo XIX. (¿La, concepción de Tristán fue instante en que pareció que la concepción de las obras musica-
motivada por el amor a Mathilde Wesendonck ofue a la inversa, les, como "biografía sonora", decaía y quedaba descartada,
como supone Paul Bekker?) Por otra parte, nunca se sabrá "lo desde otro ángulo se volvió a desplazar, hacia el centro, el
que realmente ocurrió", porque es imposible reconstruir la carácter documental de las obras de arte y a retirárselo' del

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antepatio de la estética. Desde el final de la Segunda Guerra eclecticismo metodológico (que se sabe dudoso en el aspecto
Mundial, es característico de la recepción de la música nueva filosófico, pero que no se sabe bien si es inútil en el aspecto
que el interés por la tendencia representada por una obra historiográfico). Tienden a un procedimiento que consiste en
desplace el interés por la obra en sí. En casos extremos, las yuxtaponer, sin mayor rigor, monografías sobre compositores,
obras se convierten en informaciones sobre el estado de la análisis estructurales de fragmentos de obras, esbozos de his-
técnica musical que ellas representan. No se las considera toria de los géneros y panoramas de historia de la cultura, de las
estéticamente como creacionesautónomas, sino históricamen- ideas o de las sociedades, sin profundizar en el problema dejo
te como documentos de un proceso histórico del cual forman que es, en realidad, el objeto de la historia que están escribien-
parte. La contemplación, el sumergirse en el contenido objetivo do. (Es innegable que todos los hechos que toman en cuenta
de verdad de la música, con olvido de sí mismo y del mundo, es están más o menos estrecha o lejanamente vinculados con "la"
sacrificado en aras de la información, Es la actitud del iniciado, música -cuyo concepto permanece indefinido-; pero no pro-
que ha aprendido a ver el presente y la existencia de la obra porcionan, por cierto, información suficiente.)
desde la distancia del historiador. Si, a pesar de todo, se procura esbozar algunas conexiones
La relación entre las máximas de la teoría del arte, aquí entre las máximas estéticas y los métodos historiográficos, se
apenas esbozadas, es más compleja en la realidad histórica que verá que se trata más de relaciones "ideales", basadas en la
en el esquema somero. Por un lado, la teoría de los géneros fue lógica del tema, que de vínculos "reales" aplicados regularmen-
desplazada, como concepción vigente, por la teoría de las emo- te por los historiadores de la música.
ciones; la teoría de las emociones, porla estética de la expresión, La consecuencia extrema de la tesis estructuralista, según
y la estética de la expresión, por el estructuralismo> Por otra la cual la obra aislada y .autónoma es la realidad del arte ,
parte, loantiguo subsiste junto alo moderno, aunqueenforma consiste en renunciar a la historiografía. El hecho de que, desde
periférica. Y el hecho de que una convicción sea "predominante" hace algunas décadas, los historiadores de la música dejen en
-es decir, que sea aceptada por el-grupo de aquellos indicados manos de los publicistas las exposiciones resumidas y trazadas
para emitir un juicio con el consenso social~ no siempre a grandes rasgos, no se debe sólo a la creciente especialización
significa que tenga mayor difusión que otras. y al consiguiente temor a la incompetencia parcial. También se
Por eso, si el esquema de máximas estéticas es más un "tipo basa en convicciones estéticas que convierten a la historiografía
ideal" -que puede constituir el punto de partida de una en algo precario. Si se considera a las obras musicales, en tanto
investigación histórica- que un resultado de esa-investigación, eslabones de una cadena, como algo ajeno al arte -como una
no se puede pretender que exista un ordenamiento.simpleyfijo violación del carácter artístico dejas obras-, sólo tiene sentido
entre las premisas estéticas y las históricas. El.apartarse dela una sola forma de exponer la historia. Estrictamente hablando,
historia es una consecuencia posible y hasta probable del no se trata de una forma. Es la recopilación de monografías, que
estructuralismo; pero no una consecuencia necesaria; Además, se pueden disponer de diferentes maneras, según el aspecto que
el hecho de declararse a favor del principio deja expresión no se pretenda destacar mediante la proximidad de las unas con
impide que ciertos historiadores dividan la histci-ia-dezla.músi-, las otras. (y nada impide dejar de lado la cronología si con eso
ca del siglo XIX, principalmente, de acuerdo, corrdos.géneros ' resaltan las relaciones que se cree descubrir en el imaginario
musicales, como si las relaciones entre funciones sociales y museo de arte. El método "aislante", característico de la estética
técnicas de composición, concretadas como normas del género estructuralista, no implica, en ese caso, que el analista renuncie
-,-y no la expresión "poética" de.una.individualidad-s-fueran la a establecer relaciones. Significa, exclusivamente, por una
verdadera sustancia de la música. parte, que un determinado tipo de relaciones -la histórico-
Por añadidura, los historiadores de la música ",---al· igual cronológica- no pueda considerarse sustancial y, por otra
que los historiadores de lapolítica-muestran una tendencia al parte, que el interés por las vinculaciones se dirija a la obra en
34 35
®W... ItDAD NACIQJ~A~.DE.;ftQSA- _.'1l0AQ NACIONAL DE'ROSA"
ESCUELA .8e MUalCA
ESCUELA IlE MOSleA
la cual éstas confluyen y no a las viricula:Ciories',dejando de lado comprensibles, con los que, por otra parte, podían construirse
la obra.) series históricas. No cabe duda de que se percibía la contradic-
Otra consecuencia de lamismapremisáéstéticaseríauna ción entre la descomposición de las obras en elementos 'y la
historiografía que parte de una distinción.resignada y, al mismo máxima estética de que el carácter artístico de la música se
tiempo, tajante entre importancia estética eimportancia ~istó- fundaba en la indivisible individualidad del compositor. Para
rica. En otras palabras, parte de la idea "-'-casi siempre Implí- neutralizar esa contradicción se la declaró una característica de
cita- de que la música es historificable ~abordable, en su la cosa en sí: la diferencia metodológica entre el "ser" estético y
sustancia, por la historiografía- en la medida en que no el "devenir" histórico, entre contemplación e investigación
participe,justamente, de la idea de arte. El arte que es ~leva?o empírica debía adquirir así validez como dicotomía metafísica.
al rango de clásico está, por su esencia, apartado de la historia, Una variante del positivismo es el método biográfico, que
de la intervención del conocimiento histórico. El que se pueda parte de la suposición de que una obra musical sólo resulta
afirmar algo decisivo acerca de una obra si se la ubica históri- comprensible cuando se conoce la vida del compositor expre-
camente, se considera como una mácula estética. (En esta tesis sada por ella en sonidos. La búsqueda de motivos biográficos
se entrelazan diversos conceptos de "historicidad". Por un lado -como la de influencias de los compositores entre sí~ se basa
está la idea de que la concatenación histórica de obras de arte en la fusión de la estética romántica de la expresión con la
las daña en su esencia. Por otro lado está la contraposición de necesidad de encontrar hechos concretos que garanticen el
la "actualidad", en tanto presencia estética, y la "historia", en carácter científico de la historiografía musical. De acuerdo con
tanto pasado estéticamente muerto. Este hecho diferencia la los criterios del siglo XIX, el método biográfico quedabajustifica-
posición descripta, pero no la descompone.) do por la estética imperante. En segundo lugar, cumplía con el
El extremo opuesto a la convicción de que la historia del requisito de que la historia se ajustara al modelo de las ciencias
arte es una empresa contradictoria en sí misma -sólo realiza- naturales y utilizara métodos estrictamente empíricos. En
ble como historia de lo que no es arte dentro del arte- está tercer lugar, se presentaba como una narración coherente, pues
representado por el procedimiento, surgido en el siglo XIX, de la continuidad de la vida del compositor parecía fundamentar
vincular los compositores y las obras, registrando las influen- la de la obra. Pero la confiabilidad empírica del procedimiento
cias de unos sobre otros. (Para que el método no se convierta en obligó a concesiones desde el punto de vista estético. En la
una caricatura de sí mismo, pocas veces se lo pone en práctica medida en que se iba imponiendo la exigencia de hechos
en forma pura. Casi siempre se intercalan esbozos biográficos, concretos, la figura del compositor -quien, desde el enfoque
observaciones sobre la estructura de las obras e "imágenes del estético, funcionaba como sujeto parlante de la, música- iba
pasado", referidas a la historia de la cultura. Nada de ~so descendiendo de las alturas de lo inteligible a los llanos del yo
modifica el hecho de que la vinculación por las .influencias empírico. La diferencia entre la biografía interna, cuyo testimo-
constituya el esquema básico, con ayuda del cual se convierte la nio era la obra, y la biografía externa, que podía reconstruirse
yuxtaposición de hechos musicales en una narración coheren- sobre la base de informes y documentos, se iba reduciendo cada
te.) El procedimiento de escribir la historia deja música como vez más. El método biográfico comenzó a experimentar dificul-
si su sustancia verdaderamente histórica estuviera constituida ' tades. Debía sacrificar el enfoque estético en aras de la solidez
por influencias ejercidas por los compositores, entre sí, es el empírica o, a la inversa, la solidez empírica en aras del enfoque
resultado de la conjunción' de una estética romántica ~que estético. Ese desconcierto se tradujo en la controversia sobre
reconocía la esencia "poética" de.la música; su carácter artístico, biografía idealista y biografía realista. Si se acusaba a .la
en la individualidad musicalmente expresada de los composito- idealista de embellecer los hechos, la realista debía soportar el
res-, con el positivismo historiográfico.Este último descompo- reproche de ser ajena al arte.
nía las obras musicales en partes aíslables, para llegar ahechos

36 37
El método biográfico fuédécáYerld6>eri'eT tráriscurso del negativa: el n~ admitir el enfoque estético de una obra como.
siglo xx, junto con la estética de la expreslóri,.:ysuterreno fue estructura autonoma. Por lo demás, está más allá deladife . _
abandonado por la ciencia, para ser ocupado por un arte abierto . en treel
era nrinci
re e prmcipio d e funcionalidad y el de autonomía 'pren
a todo público. Su herencia quedó en manos del método de . ti . / b
1a I~ ormacion que usca puede obtenerse tanto en el contexto ' ues
historia social y de historia del efecto, cuya premisa estética SOCIalco~o e~ .las técnic,as musicales. En cuarto lugar, la
consiste en afirmar que, para ser históricamente entendida, la a~ton?mIa estética no es solo un principio metodológico que un
música debe concebirse en su función social, es decir, como historiador acepta o rechaza; es también un hecho histórico que
proceso que no sólo incluye el texto de la obra sino también su debe. aceptar. (Los procesos de la conciencia no son simples
ejecución y recepdón. Según este método, la música -como reflejos de aquello que está sucediendo musicalmente' ellos
texto y obra- no tiene historia. La única que la, tiene es la mismos son los verdaderos hechos musicales, que no deben
sociedad, a cuyo proceso de vida pertenece. buscars: en .el sustrato acústico, si uno no se quiere exponer,
Pero la polémica en torno al principio de autonomía, contra como historiador, al reproche de ser de una imperdonable
el cual combaten, de modo incansable, los partidarios del método i~genuidad .estética.) El hecho de que la música artificial haya
sociohistórico, casi siempre es pobre en sus argumentos. En SIdo ~onceblda desde fines del siglo XVIII como texto, a cuya
primer lugar, el aislamiento de un objeto -que hace abstracción autoridad se sometía el auditorio, es tan indiscutible como el de
de algunas relaciones sin negar su realidad- puede estar que, en el proceso de autonomización de la música del siglo XIX
perfectamente justificado desde el punto de vista metodológico también participaron obras que tenían un origen funcional:
(y es un simple recursode argumentación el hablar de "deficien- Precisamente una historiografía que pone la tónica sobre el
te abstracción", y limitarse a señalar que hubo una abstracción proceso de recepción -y que no acepta el prejuicio de que la
-cosa que nadie-niega-s- sin aclarar por qué es mala). El hecho única recepción auténtica es la que se produce en el momento de
de que el contexto social de las obras musicales no sea tenido en la aparición de una obra-, no debe dejar de lado la mutación de
cuenta, no quiere decir que se lo menosprecie; sólo indica que formas musicales funcionales en obras autónomas. (Uno de los
carece de importancia para el objetivo del estudio, que es la sucesos musicales más memorables del siglo XIX fue el "renaci-
comprensión de la relación de funciones internas de una obra, lo miento de Bach": el proceso por el cual obras que originaria-
cual determina su carácter artístico. En segundo lugar, el mente tenían un objetivo fuera de sí mismas, se entendieron
postulado de que la música debe reubicarse en el proceso social como exempla classica de estructuras musicales autónomas y
del cual formaba parte en la época en que fue compuesta, se pudo captar su sentido. La idea de la música absoluta va sur-
difícilmente pueda cumplirse en una forma capaz' de competir giendo -aunque resulte paradójico- de obras que sólo después
con una historiografía centrada en torno a las obras. Elenfoque de una reinterpretación, son colocadas en una categoría cuyo
histórico y social pierde fuerza no bien se deja la crítica' del sentido más profundo se revela al siglo XIX.)
principio de autonomía para proponer un programa opuesto, .Una. historiografía de la música que permaneciera , a
pues los documentos de la historia de la recepción son pobres y conciencia, a la zaga de las comprobaciones del siglo xx en
estereotipados. Elcarácter concreto que pretende tener es débils, materia de teoría del arte, para no hacer peligrar la forma del
En tercer lugar, parecería que enla polémica contra la categoría' re~ato, sería una historiografía con mala conciencia, que repri-
dela obra autónoma se entrelazan tendencias difíciles de conci- mirfa sus escrúpulos, pero que no lograría suprimirlos. No
liar. Por ejemplo, la costumbre de concebir -las obras como basta con yuxtaponer las notas analíticas sobre obras de arte
simples informaciones acerca del estadio de la evolución que ~omosi se tratara de las teselas de un mosaico, para lograr una
ellas representan, y lade pasar de-las obras acontextos sociales Imagen del pasado que merezca el nombre de historiografía.
más amplios a los que éstas pertenecen. El interés documental Igualmente inadecuada es una exposición sobre historia de la
no tiene otra cosa en común con el social que una tendencia cultura, de las ideas o de la sociedad, que vincule los hechos y
38 39
los reúna en una narración coherente, au.nq1.Íeal.alto preció de nido en esa frase con la práctica de la filosofía de la historia del
reducir las obras a su valor documental. propio Adorno (con el hecho de que en Filosofía de la nueva
La idea de que debería ser posible conciliar láhistorid~ad música, la tesis del movimiento histórico del material musical
y el carácter artístico de las obras musicales sin s~crific~rm la se ilustra más con construcciones de categorías abstractas como
exposición histórica ni el concepto ~e arte; es ~ecl~i la. ld~~ de "acorde", "disonancia" y "contrapunto", que con análisis de
reconciliar la estética de la autonomIa yla conclencIahlstonca, obras), la contradicción es evidente y no puede hacerse desapa-
sólo puede concretarse mediante una interpreta~ión ~ue permi- recer con la afirmación de que los análisis se dan por sentados.
ta ver la obra aislada dentro del contexto de Ia.historiayqueva Pero no se trata de un error fortuito o de una falla del autor, sino
su vez, permita comprender la historia a través de la obra de una dificultad de principio que parece casi insalvable. Es el
aislada. (El concepto de arte empático ha sido cuestionado, pero problema de ponerse de acuerdo acerca de la medida de abstrac-
aún no seriamente afectado por los intentos de las últimas ción admisible. Una medida que, por una parte, permita una
décadas que procuran elevar el nivel de la concepci?n d~cumen- historiografía que no se asfixie en el detalle, pero que, por otra,
tal y convertir el enfoque externo, ligado a la historia- deIa no se aleje tanto de las obras individuales -como para que se
cultura, en un enfoque estético interno, buscando una forma de pierda la noción del paso de la reflexión histórica a través de lo
acceso a través de la percepción musical directa.}Sólo en la especial e irrepetible y de la permanencia en la individualidad,
medida en que el historiador alcance a comprender la esencia y que del intento de escribir una historia de la composición no
histórica de las obras a través de su composición interna, la quede otra cosa que una historia de la técnica musical.
historiografía, a la que así se llegue, serátambién esté~~ca~en~ La construcción dialéctica esbozada por Adorno en su
te sustancial, en lugar de seguir siendo una configuración ajena Filosofía de la nueva música (1958, 53-55) para mostrar .el
al arte, impuesta a las obras desde fuera. ._ __ origen de la técnica dodecafónica en la historia de la composi-
La teoría literaria delformalismo ruso parecería represen- ción, es un ejemplo del desconcierto al que se llega por la
tar un paradigma de conciliación exitosa; ~orque el· crite~o excesiva abstracción. "La música de la tradición debía manejar-
estético del cual parte -lo nuevo y llamativo de los ~edlO.s se con un limitadísimo número de combinaciones tonales, sobre
artísticos- representa, al mismo tiempo, un elemento historí- todo en su sentido vertical. Debía conformarse con encontrar
zante que permite la construcción de series históricas sin siempre lo específico a través de constelaciones de lo general
lagunas. Por supuesto, se puede dudar de que el c?~cept? de que, paradójicamente, se presentan como idénticas a lo único ...
innovación --entendido como lo opuesto a la percepción rutina- En contraste con ello, los acordes se adaptan hoy con perfección
ria y superficial de estereotipos-e- baste para hacer justiciaa.la a las exigencias de su aplicación concreta. No hay convenus que
realidad estética y a la realidad histórica. Pero, por muy seria- prohíba al compositor el sonido que necesita aquí y solamente
mente que se deba aceptar esa objeción, no podemos negar el aquí. .. Junto con la liberación del material surge la posibilidad
hecho de queel formalismo ha acertado objetivamente, ~or lo de dominarlo técnicamente." El "dominio técnico" al cual se
menos, con una verdad parcial a la cual no deberíarenuncmrse, refiere Adorno consiste, por lo visto, en la perfecta adaptación
y que es metodológicamente ejemplarcomó'c6:mbinacióndeuií\ de los acordes a los contextos funcionales de las obras individua-
enfoque estético y un enfoque historiográfico. les. Pero -después de la "emancipación de la disonancia", por
la cual, junto con la supresión de la resolución obligatoria, se
En la Teoría estética(197 O),de Theódor W.Adorno, leemos suprimieron también las tendencias al progreso- sería preciso
lo siguiente: "El arte es histórico sólo podas obras indivi~u~les, demostrar en cada obra que los acordes aún constituyen una
autónomas, y no por la relación que éstas guardan entre SI m por conexión y no se yuxtaponen sin relación alguna. y sería preciso
la influencia que se supone ejercen las unas sobre las otras" demostrarlo en cada obra,' porque ya no se da por sentado en
(263). Pero si confrontamos el postu.lado historiográfico conté- ninguna. La supresión de los convenus de los cuales habla

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Adorno, prohíbe las afirmaCi()IleSigeneraléssol)relafunciona- cias, se convierte, dentro de la argumentación de Adorno en
lidad de los acordes, es decir, las afiriúaéiones sobre si todavía una "fuerza histórica": la reinterpretación de normas estéticas
cumplen una función como elementos ((lléb'riridancoherencia. como tendencias históricas, que fundamentan la construcción
"Las diversas dimensiones de lamúsicátonaloccidental-c-me- de una prehistoria de la técnica dodecafónica, constituye una
lodía, armonía, contrapunto, forma e instrumentación-> se han reinterpretación de uno de los fundamentos de la filosofía de la
desarrollado históricamente de modo independiente, sin plan y, historia. Pero lo dudoso no es sólo el cambio de postulados
en ese. aspecto; en forma 'natural'. Aun en los casos enlos que abstractos y de tendencias reales, sino la simple premisa de la
una se convertía en función de la otra, como por ejemplo la cual parte Adorno. Desde el punto de vista analítico, es difícil
melodía respecto dé la armonía durante el período romántico; a~eptar la afirmación de que la evolución desigual de los
una no surgió de la otra, sólo se adaptaron entre sí." Dejando de diferentes campos de material provoca debilidades estéticas y
lado el hecho de que la falta de un plan que suprimiera el en materia de técnica de la composición. Parece un decreto de
carácter "natural" de la música sería una mala utopía, el la filosofía de la historia y no el resultado de la delicada
argumento adolece de una acentuación arbitraria. Precisamen- interp:eta~ión de la obra aislada. Por añadidura, no queda claro
te la disonancia, cuya emanci pación desencadenó el proceso que lo que implica la tesis del "atraso" del aspecto rítmico en Wagner
llevaría a la técnica dodecafónica, estaba siempre determinada, o Brahms. Así como sería, a todas luces, inadecuado medir la
en la música culta de la tradición, tanto desde el punto devista organización rítmica de Tristán -por ejemplo, comparándola
armónico como melódico (por la necesidad de preparación y con la de La consagración de la primavera- así de inútil sería
resolución) y desde el punto de vista métrico (por la dependen- el intento de demostrar un desequilibrio en la armonía de
cia del tratamiento de la disonancia respecto de su ubicación en Tristán. Por otra parte, difícilmente pueda hablarse de "igual
el compás). En cuanto a la definición, de la relación entre desarrollo en todas las dimensiones" en las obras dodecafónicas
melodía y 'armonía, en el siglo XIX, como adaptación .exterior o de Sc~onbe:i:'g.Es indiscutible que la vertical "está a la zaga" de
como posibilidad dialéctica, queda librada a-la decisión la horizontal. De modo que la argumentación de Adorno está
terminológica, para cuya fundamentación faltan, por ahora, los rr: al ~~straída. La premisa estética de la cual parte, el resultado
criterios. "La ceguera con la que' se desarrollaron las fuerzas h_Istonco ~l cual apunta y el camino filosófico-histórico que
productivas musicales, sobre todo a partir de Beethoven, tuvo SIgue, son Igualmente discutibles.
como resultado desequilibrios. Cada vez que un sector aislado El intento de mediar entre estética e historia, sin captacio-
del material quedaba ligado al desarrollo histórico, había otros nes metodológicas, y de determinar un grado de abstracción
aspectos materiales que permanecían rezagados y que castiga- que, por una parte, baste para posibilitar una historiografía
ban la mentira en la unidad de la obra ... Pero esos desequili- comprensible; pero que, por otra parte, no conduzca a que las
brios no se limitan a detalles técnicos. Se convierten en.fuerzas obras sean utilizadas como mera ilustración de una historia de
históricas de la totalidad. Pues cuanto más se desarrollan los las ideas o de la técnica, infligiendo un torpe daño a su forma de
aspectos individuales del materiai-e-y mientras más se funden existencia estética ... en otras palabras: el intento de encontrar
unos con otros, como el sonido instrumental y.la-artnonía ene}. u?-a fluida transición entre lo que es historia en la obra, que se
Romanticismo- tanto más clara se va planteando la idea de diluye en su carácter artístico, y la vida de la obra en la historia
una reorganización del material musical, que evite esos dese- se expone a la objeción de ser inútil por principio. La antítesis
quilibrios ... En su música (la de Schónberg) no sólo 'están consiste e~ una teoría que afirma la existencia de dos lenguajes,
desarrolladas todas las dimensiones, sino que todas son pro- la afirmación de que la estética y la historia deben considerarse
ducidas de manera tal que convergen." El postulado de Schon- como lenguajes que describen el mismo objeto -las obras
berg, de que los distintos campos del material musical, deben musicales-, pero que no pueden traducirse entre sí. Los aspec-
experimentar un desarrollo parejo sise 'quiere evitar divergen- tos de la cosa expresados en las terminologías son complemen-

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tarios, pero no pueden manifestarse, simultáneamente: quien
se ubique en el punto de vista estético, deberá abandonar el
histórico y viceversa.
Pero, por seductora que sea, esta tesis descuida elhecho de
que, sin contradicción interna, se pueden aceptar descubri .. 3
mientos históricos en la percepción estética de obrasmusicales,
O bien que, a la inversa, las comprobaciones estéticas pueden
ser punto de partida de investigaciones históricas. (La historia
¿Qué es un hecho en historia de
de la sinfonía en el siglo XIX carecería de orientación sin el apoyo la música?
de una interpretación "inmanente" de la Heroiea.) El hecho de
que se afecte la existencia estética al analizar las obras de arte
como documentos de historia de las ideas, historia social o
historia de la técnica, no quiere decir, por cierto, que sea Un hecho en la historia de la música parecería ser algo
necesario dejar de lado los resultados de esas investigaciones claro e indiscutible. Jamás se puso en duda que las obras
históricas, cuando se trata de interpretar el carácter artístico de musicales y sus ejecuciones, la vida de los compositores que les
las obras. El enfoque estético y el enfoque documental están dieron origen y la estructura de las instituciones a las cuales
motivados por intereses opuestos, pero no se basan en grupos de estaban destinadas, al igual que las ideas de una época y las
hechos diferentes, que se excluyen entre sí. El tipo de hechos clases sociales que apoyaban los géneros musicales, figuraran
que intervienen en una interpretación histórica o en una entre los hechos que integran un pasaje de historia de la música,
interpretación "inmanente" no se conoce apriori y sólo se puede A los historiadores de la música no los intranquiliza seriamente
establecer según el caso. Quien considere. imprescindible la saber que el ámbito de los hechos que configuran esa historia
interpretación "inmanente", en pro del carácterartístico, no se sea prácticamente ilimitado. Por supuesto, la circunstancia de
cierra a priori a los documentos "externos"; se limita a insistir que un asunto cualquiera constituya o no un hecho de trascen-
en que los hechos "que pertenecen al asunto" dependen de una dencia dentro del contexto histórico-musical expuesto, depende
instancia: la relación funcional "interna" de la obra. En lo que del enfoque adoptado. Pero la seguridad de que las obras, los
respecta a la diferencia entre enfoque estético interno y enfoque compositores, las instituciones e ideas pertenecen al núcleo
documental externo, se trata de decisiones acerca de la orienta- central de los hechos que configuran la historia de la música
ción de intereses y de principios de selección, no de tipos de representa un sostén, por abiertos que sean los límites.
hechos o de caminos por los cuales pueden lograrse. Pero el más leve intento de tomar conciencia de la forma en
que se comportan entre sí los hechos musicales y los de la
historia de la música, y en qué sentido un hecho musical puede
ser histórico, nos haría perder rápidamente el camino. Y las
dificultades en las que uno se ve envuelto no son el producto de
una innecesaria especulación, sin importancia para el historia-
dor. La vivencia estética actual de una obra creada hace un siglo
y medio no es, evidentemente, lo mismo que la captación de un
hecho de la historia de la música, por más que la conciencia de
la distancia temporal intervenga en las percepciones estéticas.
¿Qué significa, pues, asegurar que "la obra" representa un hecho
de la historia musical? ¿En dónde se encuentra el carácter
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histórico? ¿En la intención del compositor, que el historiador verdad, sino enterarse -al mismo tiempo- de quién era y en
procura reconstruir? ¿En la estructura musical que éste analiza qué supuestos se basaban sus ideas y sentimientos.
de acuerdo con criterios respecto a la forma y al género? ¿O en Pero la distinción entre dato y hecho, que se puede demos-
la conciencia del público de la época en que surgió la obra, para trar sin dificultades en los documentos, parece no ser tan fácil
el cual ésta constituía un "acontecimiento" (una conciencia en el caso del objeto central de la historia de la música: las obras.
inaccesible en su individualidad pero que, no obstante, puede "¿Ypara qué queremos este tipo de crítica en la historia de una
determinarse por ciertos rasgos generales, característicos de literatura, de un arte, cuando los hechos objetivos buscados
una época, una generación y una clase social)? . están, concretamente, ante nuestros ojos?", se preguntaba
Es necesario distinguir entre los documentos y datos de los Johann Gustav Droysen en una conferencia sobre investigación
que dispone el historiador y los hechos que reconstruye a partir histórica (1857, recopilada por RudolfHübner, 1937,96). Pero
de esos datos. Esa es una de las reglas básicas de la ciencia habría que preguntarse: ¿en qué forma constituyen las obras
histórica: el acontecimiento, y no sus fuentes, representa un musicales "los hechos objetivos buscados", de los cuales se
hecho histórico (es decir, un fragmento de un relato histórico). El compone la historia de la música? ¿Como estructuras musica-
carácter elemental de la regla no impide, sin embargo, que a les, tal cual se presentan ante la conciencia estética del histo-
veces los historiadores lo desobedezcan ola pierdan de vista. Así, riador, es decir, aceptando la influencia de elementos subjeti-
por ejemplo, la "biografía documental" ,que sugiere a loslectores vos? ¿Como fuentes, tal cual se brindan directamente, o como
una proximidad a la realidad histórica, que el historiadornunca "auténticos textos" escudriñados por la crítica de fuentes? ¿O
alcanzará en su relato, es un género muy dudoso de acuerdo con como intención del compositor, que debe reconstruirse sobre la
los criterios del método histórico. Sin duda alguna, el colorido base del texto,junto con otros documentos? El concepto de obra,
local, propio de los documentos, es tentadór.Pero un documento en apariencia
. la sustancia rnás firme de la.,historia de la música
no afirma, tomado al pie de la letra: "esto fue realmente así": se diluye en la fuente, el texto auténtico, la intención del
refleja lo que su autor pensó acerca del suceso. Y para leer un compositor y la idea del historiador acerca de la significación
documento como debe ser leído, se necesita de algunas precau- musical del sustrato acústico señalado o prescripto por el texto.
ciones, que se han convertido en la segunda naturaleza del La diferencia entre obras musicales y procesos políticos
historiador y que el lector corriente de una "biografía documen- -entre crear y actuar,poiesis y praxis- hacia la cual apuntaba,
tal" rara vez adopta. (Ni siquiera puede excluirse que la "biogra- evidentemente, Droysen, no debe ocultarse ni disminuirse. La
fía documental" asuma, en la conciencia de sus lectores, la posibilidad de la presencia estética, de la realización repetida,
función del desteñido género de la novela histórica.) establece una profunda diferencia de principio entre la obra
Para una lectura seria de documentos es preciso confron- musical y el suceso político, que pertenece irremisiblemente al
tar permanentemente los conocimientos sobre las personas, pasado y sólo alcanza al presente por informes o restos. Por otra
cosas y sucesos en cuestión, con los conocimientos acerca del parte, no se puede negar que una obra musical, en su actualiza-
propio autor: acerca de su credibilidad y sustendencias, acerca ción estética, no pueda concebirse como hecho histórico (a pesar
del objetivo que debía cumplir el documento y acerca de la de la conciencia histórica que tiñe la percepción estética). Y si se
tradición formal de la cual depende. Lo que Charles Burney procura aclarar el estatuto lógico de una tradición musical
informa sobre Carl Philipp Emanuel Bach es una fuente sobre captada con sentido histórico, involuntariamente se tiende a
Bach; pero también una fuente sobre Burney. Cuanto mayor suponer que las fuentes de las obras musicales son "restos" ,
sea la exactitud con la cual se entiende el texto en un sentido, como los acuerdos, las cartas o las ruinas de edificios. Se llega a
tanto más confiable será la interpretación en el otro sentido. la conclusión de que constituyen relictos, que no representan,
Aun cuando uno se interese exclusivamente por el objeto de un como tales, los hechos históricos buscados y que son simples
documento, no está de más ocuparse del autor; no preguntarse circunstancias a partir de las cuales debemos comenzar- a
qué ha visto o qué ha oído y si tenía motivos para no decir la investigar los verdaderos hechos históricos.
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El historiador debe oponerse a la arraigada costumbre de momento, tuvieron lugar y efecto en su presente ya.síproduje'-
pensar en algo concreto ante la palabra "hecho". y debe oponer- . ron lo que nosotros queremos recrear en forma de historia"
se porque un hecho histórico no es, en realidad, más que una (Droysen, 98).
hipótesis. Los informes y relictos de los que parte un historiador De acuerdo con esto, el objeto central de la investigaCión
constituyen los datos -llegados al presente- que él procura histórica es la acción comprensible o explicable del hombre en
aclarar mediante algún supuesto sobre sucesos del pasado. y el pasado. (Más adelante, en otros contextos, se aclarará la
los hechos históricos que busca son los sucesos imaginados y no diferencia entre interpretaciones intencionales y coordinacio-
los materiales existentes. nes causales o funcionales.) Por profunda que sea la diferencia
No puede negarse que la distinción entre datos y hechos entre la acción político-social y la producción de obras, es poco
está relativamente escalonada. Pero en una teoría de la histo- lo que varía la estructura fundamental del conocimiento histó-
ria como ciencia no hay necesidad de analizar la. relación entre rico, en esa búsqueda de los motivos conscientes o inconscientes
los datos de la sensibilidad y la percepción determinada por que se encuentran en el fondo de los procesos documentados o
categorías. Los problemas del especialista en teoría'del conoci- de los textos transmitidos. El historiador ha llegado al conven-
miento no son los del historiador. Pero aun dentro de la historia. cimiento de que esos motivos revisten un carácter real y ese
---'-inclusode la historia de la música- se pueden distinguir convencimiento se basa en experiencias consigo mismo y con
datos de hechos en diversos grados. La fuente individual, es un otros seres humanos. (Por necesarias que sean, hasta el mo-
dato para el hecho a investigar, que es el "texto auténtico". El mento apenas si se han esbozado intentos de una psicología o
texto auténtico, a su vez, es uf:ldato para el hecho "obra", en el antropología históricas.)
sentido de una relación funcional de significados musicales. La La idea de que los hechos históricos siempre se apoyan en
obra, por su parte, es un dato para el hechorcompositor", de interpretaciones no debería sorprendernos. Los "hechos descar-
cuya originalidad =-eñtendida'como combinación de novedady nados" de los que suelen hablar los historiadores cuando se
nacimiento ab origine, delint~rior de la indiv~dualidad irrepe- sienten oprimidos o fatigados por los problemas de la herme-
tible- depende el carácter histórico de la obra, en una investi- néutica, en realidad no existen. No se puede emitir juicios
gación enfocada como concatenación de irinóvaciones.~De modo existenciales sobre hechos sin calificarlos, al mismo tiempo,
que una interpretación histórica es casi siempre una interpre- por el lenguaje en el cual se habla. Por ejemplo, una afirmación
tación de interpretaciones. .: . .... ... . aparentemente simple, como la de que la Misa Solemne de
Pero la afirmación de que, en esencia, los hechos históricos Beethoven se estrenó en San Petersburgo el18 de abril de 1824 . ,
son hipótesis, debe aclararse para no conducir a malentendidos, se apoya en una serie de conceptos que, de ninguna manera,
a través de equivocaciones ocultas. Por un lado, señala. algo expresan un factum brutum, sino que provienen de sistemas
trivial: el que la historia, como fragmento del pasado.sesustrae calendarios, litúrgicos, políticos ("San Petersburgo") y estéti-
a la percepción directa: Los documentos que el historiador cos ("estreno"), fuera de los cuales resultarían incomprensibles.
puede tener en sus manos no representan elsuceso del pasado La incorporación de interpretaciones de segundo o tercer grado
en sí.mismo; son sólo el reflejo o relicto de ese suceso, Por atibo -por ejemplo el recurrir de las fuentes a textos, de los textos a
lado , la definición de hecho. como hipo.'tesis =-tan..chocante en el
, " obras y de las obras a las intenciones subyacentes- puede
lenguaje corriente- significa que los hechos buscados por el acentuar la sensación de inseguridad, que siempre incomoda al
. historiador consisten más en los motivos, ideasy tendencias de. historiador, pero no altera el carácter -fundamentaleinevita-
las cuales han surgido, que en los sucesos visibles o .audibles. blemente- hipotético de los hechos históricos. A partir de eso,
"Los restos, como las fuentes, son para nosotros material los "verdaderos" hechos históricos buscados por el historiador
histórico porque nos proporcionan conocimientos de.sucesos de en lajerarquía de datos y hechos dependen dejos "intereses del
tiempos pasados, es decir de actos deja voluntad que, en un conocimiento". Suponiendo que la acciónhumanacomprensible
48 49
en el pasado constituya el objeto central de la investigac~ón esenciales y "dignos de la historia", entre la inabarcable cantí-
histórica, el interés principal de la histoiiade la música reside ?ad de ~echos musicales transmitidos, sería sin duda -aunque
en la poética subyacente en la obra de un compositor. mconscIentemente- anacrónica.
La dificultad de principio surge cuando. un .historiador De acuerdo con esto, parecería que los métodos de la his-
adopta una teoría del arte que deja de lado la _persona del.aut~r toria musical ~e apoyan en premisas de la teoría del arte, que a
y considera la estructura de las obras como objeto de una CIenCIa su vez son variables desde el punto de vista histórico de modo
del arte que merece tal designación. Un estructuralismo así que una exposición del quattrocento opera con otro tipo de
entendido es ajeno a la historia, al tratar de no ser ajeno al arte. hechos -~o s.~locon o~roshechos de la misma naturaleza- que
y de acuerdo con los criterios estructuralistas, la historiografía una descripción del SIglo XIX. Los hechos de la historia de la
de la música aparece como una empresa imposible. Dicha ~úsi~a -,-por lo ~eno.s los centrales (el ámbito de lo que se puede
empresa se vería enfrentada a un dilema: o bien no puede incluir en una historia de la música es, en principio, ilimitado,
alcanzar la forma de historiografía, por tratarse de un paquete como ya se mencionó)- deben cumplir, como hechos históricos
de análisis estructurales de obras aisladas, o bien no puede ser l~función de constituir una narración histórica o una descrip~
el objeto de una musicología entendida como ciencia del arte, cron
. estructural,
. por un lado. Por otro lado , en su calidad de
por tratarse del relato de situaciones y circunstancias "exter- situaciones musicales, dependen del concepto de música im-
nas". Para los estructuralistas rigurosos carece de importancia perante en una época, en una región y en una clase social;
lo que el historiador reconstruye como hecho: el mundo de ideas dependen, pues, de lo que se ha entendido como música. La
de un compositor como mundo de ideas de un pasado.> El historia ~e la ~úsica no ha sido en todos los tiempos, primordial-
estructuralista riguroso pasa por alto tanto las intenciones del mente, hjstoria de las obras y de los compositores (salvo que nos
autor, como el carácter pretérito de las obras de arte. Pero escudemos en la tesis de que, en las épocas en que no era historia
mientras predomine una teoría. del arte que vincule el carácter de las obras, no era historia en su sentido más lato).
artístico de la música a categorías ligadas con el compositor La historia de la recepción, en la cual algunos historiado-
como persona actuante -categorías como.las de originalidady res ven un concepto opuesto al de la historia de los compositores
contenido expresivo-, la historiografía se atendrá a la máxima ylas ob::as, debería ser sometida a una "historización" y limita-
de que la acción humana en el pasado es.el principal objeto de cion analoga, que convierte un bosquejo de intención universal
la investigación histórica, sin que por eso se la pué da acusar de en un bosquejo particular. La historia de la recepción -si es que
ajena al arte. . pretende I?r~s.entarse como una disciplina central y no simple-
Pero la acentuación del compositor como responsable y men~e penfenca- se basa en la premisa estética de que.la obra
como sujeto de la historia de la música se basa en premisas musical, no como texto que puede ser objeto de un análisis
estéticas que, a su vez, están sometidas a la historia y, por Id estructural o referido a un compositor, sino más bien como
tanto, son variables y no pueden ser aplicadas sin dificultad a relación de funciones entre texto, interpretación y recepción,
épocas anteriores o posteriores a la eraclásico-romántica, en la representa el "verdadero" hecho musical y de la historia de la
que se las consideraba algo lógico y natural. No consta y,más música. Es evidente que si esa premisa se impusiera como
bien, puede considerarse improbable, que el intento de hacer máxima de la historiografía musical, transformaría a fondo sus
justicia a la historia de la música del siglo :xv "'---comopresente objetivos y métodos. .
que ha quedado atrás y no como pasado actual, retomado por la Si la música no se concibe, en primer lugar, como obr~ de
praxis musical- se pueda concretar, primordialmente, par- un compositor, sino como suceso, como "proceso de comunica-
tiendo de la individualidad del compositor. No se trata de que ción", en la filología musical y en la técnica de edición el acento
la diferenciación de "estilos personales" sea inútil o superflua. ya no recaería exclusivamente sobre el texto auténtico (autori-
Pero una historiografía de.la música que se oriente· según él zado por la intención del compositor); las versiones no auténti-
postulado de la originalidad para escoger los hechos musicales cas, en tanto documento de las formas de recepción, se conver-
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tirían en testimonios con una igualdad de derechos casi total, historia de la musica es determinado -en tanto realidad
sobre todo si se hubieran difundido mucho. Por otra parte, se musical- por las ideas variables con respecto a lo que es la
modificaría el armazón cronológico de la historia de la música, música; por otra, para constituir un hecho musical, debe apare-
ya que los datos de la composición pasarían a un segundo plano cer como parte de un contexto, de un relato histórico o de una
respecto de los datos del efecto (que, dichosea.de paso, siempre descripción estructural histórica. Los sucesos pasados, res
son vagos). Lo.característico del período en torno a1900 no sería gestae, sólo se vuelven hechos históricos, en el sentido estricto
tanto la aparición de las sinfonías de Mahler, como la culmina- de la palabra, en una historia rerum gestarum. "Lo ocurrido sólo
ción de la fama de las obras wagnerianas. La "historia de es comprendido y unificado por su captación como proceso
sucesos" que así" se intenta y que se interesa por los procesos coherente, como un complejo de causa y efecto, de finalidad y
reales en lugar de hacerlo por textos abstractos, cae, sin propo- ejecución, en resumen, como 'un hecho', y estos detalles pueden
nérselo, en una "historia de las estructuras", puesto que la ser captados de manera diferente por otros, pueden ser combi-
auténtica recepción por parte de individuos o grupos pocas nados, por otros, con diferentes causas y efectos o finalidades"
veces está documentada, de modo que a los historiadores de la (Droysen, 133-134). Los hechos se convierten en hechos histó-
recepción no les quedaría otra opción que describir las relacio- ricos por la continuidad que los concatena. "Y así nadie pensó,
nes generales de función entre modelos de composición, estereo- antes de Aristóteles, en que la poesía dramática tenía una
tipos de percepción, ideas estéticas, normas éticas e institucio- historia; hasta mediados de nuestro siglo, a nadie se le había
nes y papeles sociales. La premisa estética de la historia de la ocurrido hablar de una historia de la música" (138). Dejando de
recepción, la tesis sobre lo que es la música "en realidad", tiene lado el hecho de que la época de los comienzos de la conciencia
poca cabida en la historiografía. sobre la historia de la música, fijada por Droysen, es insostenible
Por eso, la apariencia de aproximación a la realidad, que si se tienen en cuenta los trabajos históricos de Burney, Hawkins
confiere atractivo al enfoque de la historia de la recepción, es y Forkel, lo esencial es la idea -que nos recuerda a Hegel- de
parcialmente ilusoria. Los procesos musicales, a diferencia de que una sucesión de acontecimientos tiene que estarpenetrada
los auténticos textos, son difícilmente reconstruibles. Y la por la conciencia histórica para constituir historia.
insistencia en que la verdadera música no es la "letra muerta" La historia no es el pasado como tal, sino aquello que el
sino el "proceso de comunicación", tambalea ante la decepcio- conocimiento histórico ha abarcado de él: lo que pesca la red del
nante experiencia de que las informaciones estereotipadas a las historiador. Los objetos comprendidos por las exigencias del
que debe recurrir el historiador de la recepción, por falta de conocimiento están acuñados por el carácter selectivo, perspec-
documentos, difícilmente pueden enfrentarse con la precisión tivista y categorizante de dichas exigencias. Las verdaderas
de un análisis de la estructura musical. Además, la parte que cadenas causales entre acontecimientos del pasado son
desempeña la recepción, en el complejo concebido por una irreconstruibles. Las vinculaciones de hechos que proponen los
cultura como música, no tiene la misma medida ni peso en todos historiadores -el contexto dentro del cuaUos datos, los elemen-
los tiempos y en todos los géneros musicales. Así como una tos proporcionados por las fuentes se convierten en hechos
canción entonada en tertulias del siglo XVI dependía muy poco históricos- son, en principo, construcciones.
de la intención del compositor, es indudable que el público de ~n El que los armazones construidos por los historiadores
concierto sinfónico en el siglo XIX se sometía incondicionalmente suelan ser relatos históricos en potencia no altera su importan-
a la autoridad beethoveniana, al punto de que eloyente.ttípico cia constructiva; es un recurso que los torna más eficaces. Si, por
ideal" buscado por la historia de.la recepción puede identificar- ejemplo, en una historia de la música del siglo XIX se menciona,
se con la intención del compositor que está por detrás del texto: sin comentarios, que los decorados de Undine de E. T. A.
las excepciones se consideraban como incapacidad o insuficien- Hoffmann sucumbieron en el incendio de la antigua Schau-
cia de la percepción. spielhaus de Berlín, en 1817, y que cuatro años después, Der
De acuerdo con esto, si, por una parte, un hecho de la Freischütz de Weber figuraba entre las funciones inaugurales
52 53
~IUlAD NACIONAL DE ROS~~.
ESCUIELA. DE MUSICA
del nuevo teatro, se estará sugiriendo una relación dentro de la de la imaginación, se trata de realidades cuya selección depen-
historia de la música, pues la destrucción y la reconstrucción del de de un "interés de conocimiento" histórico. Y sólo un sistema
teatro representan un símbolo ..Undine, cuya historia del efecto conceptual-del que debe hacerse responsable el historiador-
resultó arruinada por la catástrofe, se considera en la evolución convierte las simples realidades de las fuentes en hechos
de la ópera romántica alemana como "etapa previa" de Ver históricos.
Freischütz, comoun tanteo, cuya sustancia estético-histórica se Si la estructura de la historia depende del lenguaje en el
ha "guardado" en la obra posterior, más acabada. Desde la cual los historiadores la hacen consciente, eso no nos debe hacer
perspectiva del concepto de género "ópera romántica" -cuyo caer en un craso escepticismo que nos haga ver los descubri-
contenido de realidad no está, ni mucho menos, determinado- mientos de los historiadores comoinvenciones. En tanto ciencia
la correspondencia externa de los sucesos puede relatarse como empírica, la investigación histórica se basa siempre en datos,
historia del arte, porque representa la alegoría de una corres- aunque categorizados. También las estructuras y concatenacio-
pondencia interna. nes están prefiguradas en la realidad que enfrenta al historia-
Sin relaciones apoyadas en una construcción, la descrip- dor desde las fuentes; pero sólo pueden darse a conocer a través
ción de un fragmento del pasado no sería más que un "caos de de sistemas conceptuales que el historiador crea. El hecho de
'juicios de existencia' sobre innumerables percepciones indivi- que aparezcan enfocadas desde una determinada perspectiva
duales" comodice Max Weber (GesammelteAufsiitzezur Wissen- es la condición necesaria para que se hagan visibles. El historia-
schaftslehre, 1958, 177) y, por añadidura, se puede dudar de la dor no puede eludir nunca esa condición. De lo contrario, ante
posibilidad dejuicios de existencia no calificados. Quien intente la imposibilidad de salir de sí mismo, caería en la sospecha de
captar la sustancia de la historia prescindiendo de los sistemas estar moviéndose en un laberinto de ficciones. Una investiga-
de comprensión -que la exploran, pero también la distorsio- ción histórica consciente de sí misma se mantiene en precario
nan- deja de ser historiador para convertirse en místico. equilibrio entre dos falsos extremos: el de un ingenuo objetivismo
El término "construcción" expresa en forma drástica que la y el de un destructivo escepticismo radical.
vinculación de acontecimientos del pasado, según la imagina el Podemos considerar que, si los sucesos del pasado sólo se
historiador, nunca alcanza el verdadero encadenamiento cau- convierten en verdaderos hechos históricos a través de los
. sal. No quiere decir, sin embargo, que el historiador pueda relatos o de las descripciones de estructuras en los cuales se
proceder arbitrariamente, con la fantasía de.un novelista (aun- ensamblan, es porque el material de la investigación histórica
que, en ocasiones, ciertas construcciones muy divergentes y, sin queda definido por la forma. y la forma es la exposición externa,
embargo, basadas en fuentes, lo puedan inducir al escepticismo la técnica narrativa, que no puede confundirse con otras sin
y piense que los hechos históricos no hacen más que confirmar cambiar, al mismo tiempo, la coloración de los hechos. Por
hipótesis contradictorias y mutuamente excluyentes), Para que ejemplo, si un capítulo de historia de la música se inicia con la
la proximidad a la novela no llegue a prestarse a confusión, la frase "El 19/10/1814 Franz Schubert compuso ellied titulado
investigación histórica debe apoyarse en datos de las fuentes. Margarita ante la rueca", no se trata sólo de una información
No deja de inquietar el que la cantidad de datos y de posibles cuyo contenido objetivo se agota en lo que está comunicando
esbozos de relaciones históricas sea infinita. Porque una cons- directamente. La ubicación exterior de esa frase, en apariencia
trucción es necesariamente selectiva, aunque los datos lajusti- simplemente descriptiva -aunque, en realidad, se apoye en un
fiquen en medida suficiente (el consenso de los historiadores es sistema de interpretación-, más bien está señalando algo
lo que decide cuál es la medida suficiente). Por añadidura, se acerca del origen dellied romántico. No es concebible que sea
basa en conceptos que, en gran parte, no están contenidos en la desplazada de su posición por un informe sobre la composición
historia, en la conciencia de quien actúa históricamente, sino de un lied de Weber o de Spohr. y si llegara a ocurrir que una
que son aportados por el historiador. Si bien es cierto que lo que frase como "Carl Czerny nació el 20/2/1791" encabezara.úna
se muestra al historiador honesto son realidades y no productos historia de la música del siglo XIX, no se trataría de la comuni-
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cación de un hecho sino de un rodeo dentro de una argumenta-
ción que, más adelante ,justificaría el absurdo de esa acentuación.
El que los hechos históricos dependan de la interpretación,
el que una realidad comunicada por un historiador siempre 4
implique una teoría, no debe hacernos perder de vista las
diferencias de grado entre hechos concretos y hechos menos Sobre el problema del 'sujeto en
concretos. En esencia, el hecho estrictamente real no existe. No
existe ni en la.investigación histórica ni en las ciencias natura- la historia de la música
les, que torturan a la epistemología con la problemática de los
enunciados básicos o protocolares. Pero eso no quiere decir que,
al enfrentarnos con sistemas de interpretación histórica en
pugna, debamos resignarnos y nos sintamos obligados a renun- Uno de los motivos por los cuales parece peligrar la inves-
ciar a unjuicio, por considerarnos presos en el círculo vicioso por tigación histórica, como si el "espíritu de la época" estuviera en
el cual los hechos históricos que servirían de patrón para medir su contra, podría residir en un hecho banal. Se ha.vuelto difícil
las interpretaciones opuestas, a su vez se convierten en hecho escribir historia sin sentirse acosado por escrúpulos respecto
histórico a través de una interpretación y, exclusivamente, del pasado. Se piensa que éste, tal cual fuerealmente, no ha sido
merced a ella. Sin duda alguna, los retratos históricos -en una historia narrable. Los detractores de la historia tradicional
extremo diferentes- de Spontini, Spohr o Mendelssohn son sospechan que los relatos en los cuales se ensamblan los sucesos
irreconciliables en algunos aspectos. Y la esperanza de que se han surgido más del sentido de la forma de los historiadores que
basen en perspectivas que, "en última instancia", se comple- de la estructura del material. El "esquema organizador'vcomd
mentan tiene pocofundamento. Porque en vista de la tremenda lo llamaría Arthur C. Danta, surge de la intención de proceder
confusión entre sujeto y objeto, característica de las exposicio- en forma "narrativa" y no explicativa como en las ciencias
nes históricas de alto rango, es más probable que las concepcio- naturales. Y la idea de que una relación permanente o de una
nes divergentes se entrecrucen y se excluyan mutuamente. Con concatenación sin lagunas de los sucesos -ligada involuntaria-
todo, subsiste un mínimo de sustancia común, pues aparte de mente al concepto de historia como historia narrada- resulta
los hechos "susceptibles de interpretación", también hay 'otros ser precaria no bien se medita sobre ella en lugar de darla por
casi inmodificables. (Es inevitable añadir la limitación del sentada y, por lo tanto, sustraerla a la reflexión.
"casi" hasta en los hechos más concretos, porque, por una parte, En apariencia, por lo menos, el interrogante es cuál sería
el contexto en el cual aparece el hecho no puede delimitarse y, el elemento que brinda coherencia, esa coherencia que permite
por otra, no existe una norma para establecer la medida en la que una historia sea narrable. Eso apunta a un sujeto de la
cual un hecho sólo se convierte en hecho histórico a.través del
historia, cuya identidad ~permanente en medio del cambio-
contexto.) Para un historiador que no sea un simple archivero,
garantiza una continuidad sin saltos, continuidad sin la cual la
los hechos relativamente invariables que constituyen el arma"
imagen de los procesos del pasado se descompondría en frag-
zón de la historia no son tan interesantes de por sí, como por.la
mentos sin relación entre SÍ. Evidentemente, la idea de, un
función que cumplen en la admisión o en-el-rechazo de.sistemas
sujeto de la historia -como condición para ser narrable-s- se
de interpretación en pugna. En síntesis, los hechos históricos no
hizo plausible, hasta hace pocas décadas, gracias al modelo de
sirven más que para fundamentarlas narraciones históricas y
las descripciones de estructuras o bien, desde un punto de vista la biografía según el cual se orientó la historiografía (incluso-la
negativo, para demostrar los puntos débiles de las opiniones historiografía musical) durante largos períodos, aun sin tomar
emitidas por los historiadores de un período anterior. conciencia de ello. El más somero de los análisis de.aigunas
exposiciones sobre la historia de la música relativamente nue-

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vas basta para demostrar que los protagonistas de las historias histórica que partía del modelo de la interpretación de textos ,
que componen "la" historia de la música son compositores ais- en tanto empatía con el autor, para poder entender la historia
lados y no "la" música como "suceso" musical constituido por la desde dentro, en lugar de describirla, cronológicamente, desde
composición, la ejecución y la recepción. Y cuando el sujeto de afuera. Si el historiador -el sujeto del conocimiento histórico'-'-
la historia está constituido por un género musical o un estilo, en crea objetos como tema de su investigación; objetos que -como
lugar de estar representado por el compositor, las metáforas él mismo- son sujetos, sujetos que actúan "históricamente",
"biográficas" a las que apelan involuntariamente los historia- con conciencia de la continuidad biográfica, la exposición "his-
dores del arte, a partir de Winckelmann y Herder, demuestran tórica" -que apunta al relato- es adecuada, sin duda alguna.
que las "edades" de un género musical o de un estilo se enfocan (La estructura trascendental del relato y la estructura ontoló-
como analogías de las de una persona, para que la historia gica del objeto coinciden.) Pero si se sacrifica el modelo bio-
relatada adquiera estructura y contornos firmes. Los comenta- gráfico -y se ha vuelto difícil salvarlo-, la historia narrativa
rios sobre la época de florecimiento o de madurez y sobre la cae bajo sospecha de ser la historia construida de un sujeto
rigidez adquirida con el tiempo no constituyen un ingrediente imaginario.
retórico, del cual se podría prescindir sin alterarla sustancia de El hecho de que la continuidad histórica dependa -para
la historiografía del estilo. Dichos comentarios se revelan como ser representable- de la identidad constante de un sujeto del
expresión del armazón filosófico-musical que sostiene la expo- relato histórico (enfocado desde un aspecto negativo: si junto
sición, sea en forma abierta o latente. (Erich Rothacker hablaba con la idea de la identidad, se arriesga la de la continuidad) es
de un "modelo del organismo" en la historiografía del arte y una premisa cuya seriedad no puede darse por sentada (salvo
fundamentaba su formación desde el punto de vista de la en la biografía de la cual fue tomada) y que, más bien, parece
historia del espíritu, sin tener en cuenta su función de técnica dudosa. Quien encare la historia del motete -una historia que
narrativa.) se prolonga a través de casi ocho siglos- se enfrenta a la
Sin embargo, la identidad del sujeto que parece constituir dificultad de no poder mencionar ni una sola característica
la columna vertebral de la historia narrada es -aun en la (aparte de la polifonía) compartida por el motete profano -con
biografía- más problemática que lógica. Porque no se da en más de un texto, vocal e instrumental, e isorrítmico- del siglo
forma natural sino que es el resultado de esfuerzos conscientes XIV, con el motete religioso -de un solo texto, vocal e imitativo-
del sujeto por asegurarse de que su propio pasado -transmiti~ del siglo XVI. Sin embargo, no se puede poner en duda la relación
do por el presente- constituye una historia. coherente. (El histórica, que justifica hablar de la tradición de un género
sujeto no "tiene", simplemente, una historia; la debe"fabricar" musical. (En cambio, el madrigal del siglo XIV no está ligado con
para constituirse en sujeto: su relación con la historia relatable el del siglo XVI más que por su nombre; ante la ruptura de la
es un círculo.) Pero cuanto más débil sea el concepto de sujeto, tradición que se produce en el siglo XV, no puede hablarse de una
por propia naturaleza, tanto más precaria es su aplicación a historia continua del género.) De modo que la continuidad his-
ideas, épocas e, incluso, a "la" historia en general. (No sería tórica no implica una identidad de las características concretas
preciso señalarlo expresamente si la costumbre de tener corno de un protagonista de la historia; sólo exige una concatenación
modelo de cualquier historiografía la estructura narrativa sin lagunas. (La posibilidad de determinar la identidad en fun-
tomada de la biografía no estuviera tan arraigada, que ni ción de la continuidad puede considerarse una .diferenciación
siquiera se plantea el interrogante acerca del sentido y de la filosófica que en nada altera la problemática historiográfica.)
forma en que los géneros o los estilos musicales tienen realmen- Cabría preguntarse, no obstante, por qué la música litúrgica
te una historia.) A los historiadores del siglo XIX y de comienzos del siglo XIV en Gran Bretaña -que fue uno de los principales
del xxles parecía indispensable orientarse por la biografía, pues fundamentos históricos del motete "neerlandés" - no puede
ésta representaba la condición principal de una hermenéutica llamarse aún "motete", y por qué el concierto sacro del siglo XVII,
58 59
que es heredero del motete del siglo XVI en cuanto al texto y la por la aproximación de los historiadores a una idea de lo que es
función -aunque no desde el.punto de vista estilístico- ya no la realidad y la forma de expresarla mediante el lenguaje,
puede designarse como "motete" (la terminología de los contem- acuñada por el nivel de conciencia de las últimas décadas. En
poráneos era variable. Es difícil negar que hay un elemento de otras palabras: en la medida en que las formas y estructuras de
arbitrariedad en la decisión de los historiadores sobre el conjun- la novela constituyen un vehículo para llevar al lenguaje
to de características que debe considerarse constitutivo para la fragmentos de la realidad que antes permanecían mudos, no
continuidad en la historia de un género y, por otra parte, sobre hay razón para que los historiadores se rehúsen -con un
la profundidad de las transformaciones que justifican un cam- cientificismo que se asemeja mucho al provincialismo- a
bio de género, a pesar de mantenerse algunas de las caracterís- orientarse según las técnicas narrativas modernas y, en cam-
ticas. Pero, en principio, es muy posible fundamentar en forma bio, se aferren a métodos probados, que un lector desprevenido
empírica (y no sólo establecer en forma normativa y dogmática) puede considerar directos y descriptivos, pero que; en realidad,
qué peso relativo se puede atribuir, en una determinada época, se basan en principios formales en la misma medida que los
a una continuidad o discontinuidad de texto y función, de estilo procedimientos modernos, sólo que se trata de procedimientos
y técnica de composición y de terminología, para la conserva- más antiguos. (No es que sean obsoletos; pero no hay que dejar
ción o interrupción de tradiciones de género. Así, por ejemplo, de lado la posibilidad de que en algunos casos lo sean.) Un
la separación del concierto sacro respecto del motete del siglo historiador moderno, consciente de lbs factores literarios de su
XVII se basa en la premisa -casi siempre implícita- de que los métier, no se pone en la situación del "narrador omnisciente"
puntos de vista estilísticos-y de técnica de la composición -el capaz de relatar "cómo ocurrió, en realidad, todo". Más bien
paso de una frase polifónica "imitativa", a una frase monódica tiende a exponer un proceso desde diferentes perspectivas, que
concertante- son más importantes que los de texto y función. a veces se entrecruzan, en lugar de complementarse. Además,
La gradación de los criterios -para no parecer un prejuicio de desconfía de los comienzos y finales .netos (no es totalmente
comienzos del siglo xx, orientados hacia la idea de la obra de arte seguro que el origen de la ópera sea tan fácil de situar en el
autónoma- debería fundamentarse y justificarse sobre la base tiempo como lo creían los historiadores de antes, que se dejaban
de las premisas del siglo XVII (lo cuales, sin duda, difícil, pero no impresionar por la coincidencia cronológica de la muerte de
imposible). De acuerdo con esto, la continuidad de una historia Palestrina y de Lasso y el efecto de la Camerata Fiorentina, y
no está siempre ligada a la identidad de un sujeto del relato pensaban en una cesura histórica en la cual se encontraban, a
histórico, concebida como uncomplejo de características cons- la vez y abiertamente, dos épocas de la música). Elhistoriador
tantes. Pero, incluso, podría dudarse de que la continuidad en moderno llega a perturbar el ritmo de la narración por medio de
sí figure entre las condiciones necesarias de la narrabilidad de hechos que se le oponen, para evitar la ilusión de una continui-
la historia. Siegfried Kracauer (Geschichte -Vor den letzten dad sin saltos. Hace sentir que la historia, tal cual él la relata,
Dingen, Schriften. 4, 1971,171) y Hans Robert Jauss ("Ges- no sólo es la exposición de un fragmento del pasado sino un
chichte der Kunst und Historie", en Geschichte-Ereignisund documento sobre el presente, a partir de cuya situación él
Erztihlung, Poetik und HermeneutikY,.1973, 192) han demos- escribe. La apertura del futuro alcanza al pasado, ya que
trado que el concepto de continuidad de los historiadores del siempre se trata del pasado de un determinado presente y, por
siglo XIX coincidía de manera sustancial con el del novelista. De lo tanto, de un pasado cambiante.
modo que, expresado en forma drástica, la técnica narrativa de El procedimiento de la historia narrativa,.· de hacer
Ranke se nutre de la de un Walter Scott. A su vez el sentido de comprensibles los hechos mediante su incorporación a un relato
la forma yla experiencia de la realidad en que se basa-la novela -continuo o discontinuo, lineal o quebrado por una perspecti-
moderna, a partir de Proust y J oyce, podrían estar influidos por va-, sólo es adecuado cuando un hecho no puede explicarse en
el modo en que los historiadores ensamblan hechos e hipótesis, la medida necesaria, ni en forma intencional, como consecuen-
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cia de una intención; ni en forma estadística, como caso de una sitores aislados. En el primer momento, la amorosa dedicación
regla; ni desde el punto de vista funcional, como parte de un de los líricos románticos a los trabajos menores representó un
sistema. Pero cuando se trata de una amplia exposición sinte- contrapeso respecto de los malsanos efectos que podía provocar
tizante -es decir de una descripción de sucesos que pueden el descrédito de las grandes formas de los clásicos. Sólo hacia
estar determinados por un objetivo, si se .los toma en forma fines del siglo XIX se fue alterando este equilibrio y se intensificó,
aislada, pero que, en conjunto, no están guiados por un "objeti- de manera repentina, el ataque contra los antiguos ideales. Es
vo de objetivos" (como lo postula Droysen con énfasis idealista), posible explicar este proceso analizando la evolución posterior
sino que parecen reunidos por simple casualidad-, es lícito de la composición operística del siglo XIX. Lo que tuvo más peso
dudar de que se trate realmente de un relato histórico en el fue la creciente influencia que los dramas musicales de Richard
sentido más estricto de la expresión. Un historiador que ve en Wagner ejercieron sobre la producción total de la segunda mitad
la descripción de un caos de acciones sin objetivo un modelo de del siglo. Sólo cuando su gigantesca creación -a semejanza de
historiografía (y puede resultar difícil demostrarle lo inapro- lo que ocurrió a principios de siglo con las obras sinfónicas de
piado de su procedimiento), concibe "la" historia en su totali- Beethoven- comenzó a ejercer una presión paralizante sobre
dad -a diferencia de "las" historias en particular- como una los menos dotados, empezaron a adquirir impulso los nuevos
mezcolanza sin sujeto, cuya descripción no puede estructurarse intentos en el terreno de la música instrumental. Sólo entonces
como relato sin ejercer violencia sobre el material. Un fragmen- cobró mayor importancia la figura de Berlioz, y entre los france-
to del pasado se le presenta como conjunción y contraposición de ses, seguramente por chauvinismo patriótico, después de la
acciones, comprensibles en.detalle y por tramos breves, pero guerra franco-alemana, para contrarrestar la supremacía de los
cuyos resultados finales nadie quiso. Las historias individua- alemanes en la música en todos los frentes. En Alemania, donde
les, cuyos protagonistas son sujetos individuales o colectivos, y la música de Berlioz aún no ha ganado mucho terreno, por las
que son pasibles de ser relatadas -en el sentido moderno o en razones antes mencionadas, los epígonos de la música instru-
el tradicional- se diluyen en una historia general que es un mental clásica se habían desgastado ya hacia mediados de siglo
proceso sin sujeto. Se puede hablar de una historia del poema y habían perdido todo crédito. La música sinfónica y de cámara
sinfónico en el siglo XIX Yel sujeto de la narración -el poema sin- de los románticos también fue palideciendo ante los nuevos
fónico- tiene historia en la medida en que se transforma. Pero encantos de la música programática inspirada por Liszt, y por
'1 las modificaciones a las cuales se lo somete y que constituyen su efecto de la música eslava y escandinava importada por el
:1 historia, surgen de tendencias y contratendencias en un proce- Allgemeiner Deutscher Musikverein ... Por fin -y no en menor
so total que, por su parte, 'Carece de objetivo y. de sujeto. "La" grado, precisamente- hasta quienes se oponían al interés
música como totalidad no es sujeto de una historia narrable. despertado por los historiadores hacia la músicamás antigua se
Hugo Riemann describe en un sugestivo pasaje de su encontraron con novedades radicales, en primer lugar en Bach.
Handbuch der Musikgeschichte (113, "Die Musik des 18. und 19; La creciente admiración por el maestro Brahms, quien fue el
Jahrhunderts", 2ª ed. 1922,256-257) el avance del poema sin- primero en buscar un contacto más sólido con el pasado, estimu-
fónico hacia fines del siglo XIX, como el resultado de una serie de 1óese giro, en el cual se recurrió a todos los medios. De hecho,
premisas que parecen no guardar relación entre sí ni pertenecer Richard Strauss logró -con más éxito que Berlioz y Liszt-
al mismo nivel, ya sea el subjetivamente.intencional, el de la ganar terreno para la música programática por medio de una
historia de las ideas o el de la técnica de la composición. "No se serie de poemas sinfónicos." Lo llamativo en el texto de Riemann
puede negar que Héctor Berlioz fue quien brindó el primer son sus metáforas militares, que documentan la inconsciente
impulso a las tendenciasantiformalistas que buscaban 10 nuevo dependencia de la historiografía musical respecto de la historia
a tout prix, en la época posterior a Beethoven, Durante mucho política, que, por su parte, partía de la primacía de la política
tiempo, su influencia fue mínima y sólo la ejerció sobre compo- exterior.

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La suposición de un contrapeso. entre la pieza lírica sinfónico: la premisa de que el carácter artístico de la música
pianística y la sinfonía programática demuestra a las claras consiste en el contenido "poético" -captado por Schumann y
que el equilibrio entre solidez. y expresividad, alterado en las formulado en sus críticas-, contenido que es expresión de la
sinfonías de Berlioz -ricas en tradición y, por lo tanto, agota- irrepetible individualidad del compositor.
das en cuanto a otras posibilidades de renovación- por su La historiografía practicada por Riemann en el pasaje
renuncia a la solidez, se mantuvo al menos enla pieza pianística citado se mantiene en una indecisa línea intermedia entre
lírica, que casi no existía en el clasicismo. La tesis de Riemann historia narrativa, ligada a un sujeto -más allá de cuyos
es muy dudosa debido a los juicios estéticos que implica; límites fue Riemann-, e historia estructural moderna, a la cual
además, es una construcción débil desde elpunto de vista de.la pudo haber aspirado, pero cuyo principio violó al acumular
filosofía de la historia. En cambio, resulta esclarecedora la descripciones de tendencias, en lugar de vincularlas entre sí.
afirmación de que la sinfonía de fines del sígloxrx -'---quetendía La afirmación de que "la" historia de la música es un
a la música programática-e- se sometió a la influencia de proceso que, si bien puede vincularse -por lo menos parcial-
Wagner en un doble aspecto: positivo -desde el punto de vista mente- con estructuras descriptibles de la historia de las ideas
estético y estilístico- por su aproximación al drama musical; y de la historia social, no puede vincularse con un sujeto de
negativo -en cuanto a la decisión por un género- por su contornos fijos, se presta a controversia. La máxima de Jacob
alejamiento de éste. ' Burckhardt según la cual el "punto de partida" de la historia es
La acumulación de argumentos de Riemann ·__desde la el "hombre paciente, activo y emprendedor, tal como lo es hoy y
idea de un ars gallica, el avance de la música rusa y checa (que siempre lo será" (Weltgeschichtliche Betrachtungen, Introduc-
cobró prestigio internacional gracias a su carácter nacional) ción) no es, de ninguna manera, tan obsoleta como opinan con
hasta la dialéctica de tradicionalismo y antitradicionalismo se rigor los historiadores dominados por la idea de una procesua-
asemeja más a un informe sobre procesos geológicos que a la lidad que disuelve todo lo firme. Entre los historiadores de la
estructura de una narración. Y merecería la pena intentar música, nada menos que J acques Handschin se declaró en favor
transformar la exposición en' una descripción sistemática, es de la premisa de Burckhardt. Desde el punto de vista metodo-
decir , hacer desaparecer la impresión de una acumulación . . de lógico, la convicción antropológica cumple la función de posibi-
premisas inconexas (de las cualesresulta, alfinal, el surgmnen- litar y fundamentar una selección dentro del caos de hechos
to del poema sinfónico). Podríamos partir de que, en primer históricos investigables: pertenece a "la" historia lo que es de
lugar, la proclamación de un ars gallica se vincula co~ el profunda importancia para "el" hombre, cuya esencia se impri-
desarrollo de una música característica rusa y checa (en el SIglo me en las "potencias" Estado, religión y cultura. Es natural que,
XVIII y comienzos del XIX había compositores checos, pero no en una época con tendencia a la crítica ideológica, se formulen
música checa en un sentido enfático) como resultado delnacio- objeciones. En primer lugar, los contenidos de lo que se resume
nalismo de la segunda mitad del siglo (no se justifica limitar el en el término "religión" son tan diferentes, que un escéptico
concepto de nacionalismo musical a las naciones musicales podría afirmar que la definición formal "religión" es más una
"periféricas"). En segundo lugar, la tonalidad "nacionalista" envoltura vacía que una constante antropológica; En segundo
-en tanto divergencia modal de la tonalidad tradicional en.la lugar, la idea de la extinción de "la" religión parece ser bastante
música artificial- representaba una oportunidad de composi- realista y de ninguna manera absurda. No obstante.Ia máxima
ción progresiva en el sentido de Liszty, sin embargo,.popular. de Burckhardt mantiene -dentro de límites, que incluyen
En tercer lugar, la ilegitimidad estética del epigonismo musical algunos milenios de historia europea- un sentido empírico
-desaparición de la raison d'étre de la música de los Kapell- aceptable, que no tiene por qué ser destruido con filosofemas
meister- fue la consecuencia de una premisa estética que sirvió radicales por un historiador en busca de modelos practicables.
de fundamento tanto a la música pianística como al poema Al echar una mirada a la evolución general de la humanidad,

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como aún se animaba a hacerlo el siglo XVII, es indiscutible que ni es a~cesible por un método empírico, pero puede y debe ser
los contornos del género se diluyen y que, por otra parte, en las producida.
exposiciones de épocas que abarcan décadas o, a lo sumo, siglos, . ~esde el punto de vista metodológico, la idea de una futura
lo principal son los permanentes cambios que se le imponen al historia de la humanidad arroja ya, para quienes creen en ella
historiador como tema. Una somera reflexión sobre las premi- su som~r~ sobre la historiograña, incluso sobre la historiografí~
sas latentes de la práctica historiográfica bastaría para demos- de la musica, Pues la Importancia de la "historia de la formación
trar que las constantes antropológicas de Burckhardt siempre del ho~bre:' ,-del desarrollo de sus capacidades, cuya auténti-
se dan por sentadas en la descripción de las diferentes épocas, ca realización debe ser universal- es, de acuerdo con las
como implícito punto de referencia de la narración histórica. Y exigencias marxistas, la instancia decisiva para la elección de
si bien se diluyen en lo ya inabarcable, cuando se trata de ~oshechos históri~os. ~o,~hechos históricos son aquellos que
esbozos de historia universal (en la medida en que los métodos pertenecen a la historia en un sentido enfático. El acento no
no se aparten demasiado de la honestidad del empirismo), en un recae sobre el carácter artístico por sí mismo sino sobre la
orden "medio" de magnitudes -más acá de lo inexplicable en la función social que desempeña. En principio, esa función está
metafísica y más allá de lo lógico en la heurística- podrían pensada como algo futuro, es decir, no está sometida a los
representar temas de investigaciones empíricas, en los cuales caprichos del presente; pero para ser realizable y no quedar en
los cambios indudablemente profundos y esenciales de una una utopía abstracta, debe ser instrumentalizada con hechos
categoría como la de "arte" se vinculan con sus elementos actuales.
constantes, sin los cuales el concepto de "historia del arte" se
fragmentaría.
El interrogante acerca del sujeto de "la" historia -como
algo que todo lo abarca- fue tratado por Karl Marx en sus
manuscritos de París. Allí señala que la historia, tal como la
narran los historiadores, "no es la verdadera historia del hom-
bre como sujeto presupuesto, sino apenas el acto de gestación,
la historia de la formación del ser humano" (Frühschriften,
recopilación de S. Landshut, 1964, 252). La historia, hasta la
actualidad, no es producto de un esfuerzo consciente del hom-
bre, orientado hacia el curso total. Es el resultado casual de
acciones y encadenamientos de acciones, que si bien tienen
individualmente un sentido racional, se entrecruzan en el
panorama general. Pero la futura historia será obra del hom-
bre, en cuya acción la idea de humanidad se convierte en
realidad y por esa razón se elevará por encima del estadio de
simple "prehistoria". En otras palabras: la sospechosa filosofía
dela historia que, en su entusiasmo especulativo, habla de "la"
historia de "la humanidad" -e incluso de "la" historia, como si,
aparte del proceso, se tratara también de su sujeto actuante-e-
aparece como anticipación de un futuro anhelado y esperado.
"La" historia en singular, en la que se diluyen por completo "las"
historias en plural, narradas por los historiadores, no está dada
66 67
5
Historicismo y tradición

La distinción establecida por Nietzsche entre investiga-


ción histórica anticuaria, monumental y crítica incluye una
diferencia que hoy representa un tema central en la polémica
sobre el historicismo, aunque el énfasis no sea exactamente el
mismo. Nos referimos a la diferencia entre historiografía como
apropiación del pasado y como crítica de la tradición. El difun-
dido prejuicio de que el historiador es un anticuario cuya
reconstrucción de un fragmento del pasado se fundamenta en
un afán posesivo, cuyo reverso sería la fuga de un angustioso
presente, es totalmente unilateral. El motivo original de la
investigación histórica como ciencia fue, precisamente, el no
identificarse con el pasado sino someterlo a una profunda
crítica. La investigación histórica hunde sus raíces en la con-
ciencia de la distancia que media entre lo que el propio presente
busca como tal y lo que en él sobrevive de su pasado.
De acuerdo con Ferdinand Christian Baur -un historia-
dor de la religión inspirado en el hegelianismo-« fue el protes-
tantismo el que, .en el siglo XVI, fundó la conciencia histórica
como crítica de la tradición, al contraponer revelación y tradi-
ción. "Para el católico casi no existe la evolución histórica, pues
considera lo formado por el tiempo comoalgo ya existente desde
el comienzo. La verdadera conciencia histórica acerca de la
Iglesia surge con los protestantes, cuando éstos consideran que
el origen y el devenir de la Iglesia no son algo idéntico y que es
necesario establecer una diferencia esencial entre ambos y
mantenerlos separados" (Die Epochen der kirchlichen Ces-
chichtsschreibung, 1852,40). A fines de los siglos XVII y XVIII, la
Querelle des anciens et des modernes, la polémica acerca de la
importancia de la literatura y el arte antiguos frente a la
69
literatura y el arte contemporáneos, fue el origen de un despun- tinta~ente- a las culturas orientales, chinas o mejicanas/y
tar de la conciencia histórica. Como intento de escapar a ese también a otros pasados que pueden ser elegidos como tema.
enfrentamiento dogmático, surgió la idea de que era preciso Desde el punto de vista metodológico, la investigación de
considerar cada período -tanto el remoto como el presente- culturas remotas representa un modelo y un paradigma, puesto
en sí mismo, en lugar de tomar una época comopatrón de la otra. que conduce, involuntariamente, al "distanciamiento controla-
La fórmula niveladora contenía, sin duda, una crítica a la do" que Jürgen Habermas le exige al historiador en su relación
tradición, pues destruía -o, al menos, limitaba-la tesis del con el pasado de la propia cultura.
clasicismo según la cual la tradición de la Antigüedad consti- La tendencia a la historia universal característica de la
tuía una norma para los tiempos modernos. Al mismo tiempo, historiografía del siglo XVIII -incluso de la historiografía de la
aunque no se consideraba al presente comomedida de todos los música- está vinculada con una premisa pedagógica del histo-
tiempos, se reconocía a los defensores de la modernidad el ricismo, que se entendía primordialmente como crítica de la
derecho a escoger sus propias premisas estéticas en lugar de tradición. Nos referimos a la premisa de que la objetivación que
permanecer ligados a las antiguas. provoca el distanciamiento respecto del propio pasado es más
Además de la crítica religiosa a la tradición, nacida del bien un proceso formativo. Al reconocer la historicidad de la
protestantismo, y de la crítica estética surgida de la Querelle propia existencia religiosa, moral y estética, es decir, al admitir
des anciens et des modernes, durante el Iluminismo se fue su carácter limitado y cambiante, el individuo se eleva sobre la
configurando una crítica moral como resultado de los descubri- particularidad en la que está sumida la conciencia prehistórica
mientos geográfico-antropológicos de los siglos XVI al XVIII. El y tradicionalista por falta de reflexión. De esa manera alcanza
conocimiento de culturas extrañas obligó a los viajeros euro- una etapa a la cual Herder denominó, enfáticamente, estadio de
peos y a los lectores de crónicas de viaje a un distanciamiento la "humanidad" en un sentido cualitativo y no sólo numérico. La
de sí mismos, en la medida en que no confundieran la arrogan- distancia respecto de sí mismo que se logra a través de la
cia del coleccionista de curiosidades con la admiración moral conciencia histórica -considerada por Nietzsche como aliena-
por el "buen salvaje" o por el fenómeno chino de una ética ción y comoreducción aplicada por el historiador al material no
sublime sin teología. La cultura propia dejó de ser la única seleccionado, a fin de convertirlo en algo antropológicamente
racional y natural, para convertirse en objeto de reflexión "neutro"- fue vista por los entusiastas humanistas del siglo
histórica bajo la forma de una crítica de la tradición. Se XVIII como un proceso formativo. La profundización en las
buscaron en la historia los orígenes de los principios básicos de diferencias del extranjero no es la meta, si se la considera desde
la propia existencia. La creencia de que éstos se fundaban en la un punto de vista filosófico y no estrictamente científico; es la
naturaleza invariable del ser humano comenzaba a resquebra- transición a un retorno a sí mismo, pero a una mismidad de cuya
jarse frente a otras culturas, básicamente distintas, pero de particularidad el individuo se ha hecho consciente por expe-
ningún modo moralmente inferiores. La tradición europea, riencia histórica, lo cual le permite, si no renunciar a ella, por
cuyas normas habían prevalecido por falta de experiencias que lo menos verla con cierta perspectiva. Al reconocer el límite del
trascendieran sus límites, perdió su exclusiva vigencia." Se propio horizonte, lo supera y avanza hacia una "conciencia de la
admitió que el pasado propio era algo particular, que debía humanidad". La objetivación de la tradición, como pasado que
tolerar otros pasados de rango similar. En lugar de considerar perdura en el presente, significa una toma de distancia. Pero en
que es una sola tradición la que influye sobre el presente y se el siglo XVIII el distanciamiento no se consideraba una aliena-
prolonga en él, la investigación histórica enfoca una multitud ción, un perderse en el otro, sino como un primer paso en el
de tradiciones y, al objetivarlas, toma distancia respecto de camino. A ese primer paso le seguiría un regreso al pasado, que
ellas. La tradición europea no ocupa un lugar de privilegio para implicaría volver a apropiarse de la tradición de la cual se había
el historiador, cuyo interés se extiende -en principio, indis- partido. Pero esa nueva apropiación significaría -luego de

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pasar por el distanciamiento que había permitido alcanzar la historia y, por consiguiente, variable, en una investigación hís-
enajenación- elevar, o intentar elevar, la particularidad a la tórica universal que toma en serio las experiencias etnográficas
universalidad. desde el punto de vista de la filosofía de la historia, y en una idea
El historicismo del siglo XIX dejó de lado la idea de una de la cultura que considera el distanciamiento respecto de la
formación surgida de la dialéctica entre distanciamiento y propia prehistoria comouna elevación por encima de la particu-
apropiación,junto con la crítica de la tradición y con el concepto laridad que busca alcanzar la humanidad. Pero la decadencia
de investigación histórica universal, o la relegó a la periferia (y del Iluminismo tuvo como efecto que los fenómenos desconcer-
al sótano de la historia popular). La historia universal se redujo tantes y molestos para el sistema imperante fueran apenas
a la "historia universal de Europa", para citar palabras de Hans registrados, sin que se extrajera ninguna consecuencia de ellos.
Freyer.Tie la investigación histórica -que se entendía como La teoría musical, centrada en Europa, que sirvió de orientación
recuerdo científicamente institucionalizado de la propia pre- a la historiografía de la música, permanece intacta.)
historia- no se esperaba tanto el distanciamiento respecto de Pero, para hacer justicia a la investigación histórica del
las condiciones de la propia existencia, como.laseguridad sobre siglo XIX, es preciso distinguir entre la crítica sustancial a la
sí mismo. La comprensión de lo que es debía lograrse mediante tradición -que procura destruir prejuicios- y una crítica
la reconstrucción de los orígenes de los cuales se provenía. No metodológica que institucionaliza la desconfianza respecto de
es que se renunciara ala investigación de otras culturas; pero los relatos históricos tradicionales y que es llevada al extremo
ésta se consideraba como algo independiente, comouna especie justamente por la escuela histórica. Cuanto más piadoso se era
de etnología separada de la investigación histórica. Y el hecho en el intento de reconstruir el pasado -sobre todo la propia
de sumergirse en lo extraño y alejarse de la propia cultura prehistoria- en lugar de criticarlo, más desconfianza se mos-
perdió el pathos que había adquirido durante el siglo XVIII. El traba con respecto a los testigos que informaban sobre él. Se
interés se volvió positivista y neutral, en lugar de revelar pretendía rescatar el espíritu de la tradición -en tanto pasado
asombro antropológico. El método continuó aplicándose a los que penetraba y se perpetuaba en el presente- sometiendo la
objetos más remotos, sin extraer ninguna consecuencia para la letra de la tradición a una crítica a.través de la cual el procedi-
autoconciencia. La idea de la formación de la humanidad a miento filológico-histórico se convertía en una forma de interro-
través del "distanciamiento" había muerto. En el siglo XIX; lo gatorio.
universal se buscaba -si acaso se lo hacía- en la profundi-
zación de lo nacional, tal como se lo creyó descubrir en la músi- En el transcurso del siglo xx, se fue debilitando la confianza
ca de Weber o de Chopin, al igual que en la de Smetana o en la posibilidad de asegurarse acerca de las condiciones de la
Mussorgsky. propia existencia moral y estética, y de sus categorías funda-
(Restos de la vinculación entre la crítica de la tradición, la mentales, con ayuda de la conciencia histórica. Por otra parte
historia universal y la idea de humanidad se descubren en.una tampoco parece posible restaurar la idea de formación cultural
casi reprimida controversia acerca de los sistemas tonales de del siglo XVIII: la convicción de que, al tomar distancia de sí
culturas extrañas, que apareció en Fétis, Helmholtz y Ellis, .El misma, la particularidad se eleva hacia la humanidad. Así se va
concepto =-firmemente arraigado en la teoría musical.yen la. difundiendo la sensación de que una investigación histórica que
historiografía de la música-e- de que la tonalidad armónica de la encaracon indiferencia todo lo que está a su alcance es realmen-
música europea de la Edad Moderna se fundamentaba en la te -como sospechaba Nietzsche- un fenómeno de alienación.
inmodificable naturaleza de las cosas y del hombre habría' (La contemplación estética, que disfruta de la amplia visión
perdurado de no mediar ciertos factores. La conciencia histórica sobre el pasado -para expresarlo peyorativamente: el placer
comenzó a apoyarse en una crítica de la tradición que concibe lo del panorama-, es un motivo que no debe subestimarse, como
aparentemente natural y racional como algo modelado por la ocurre en la actual polémica contra los conceptos de formación
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cultural del siglo XIX. Pero, indudablemente, no basta para sión "desde dentro" se caracteriza por el hecho de que el
justificar la investigación histórica como institución. Por su historiador se coloca "dentro" de la tradición por él investigada.
parte, la fuga de un presente angustioso -tildado de inmoral y no lo hace por abstracción de sus propias premisas ni por
por los políticos fanáticos- también es un impulso histórico negación de éstas, sino porque se lleva siempre a sí mismo
nada despreciable, pero no deja de ser una cuestión privada y no consigo. (Quien "se mete dentro" de otros, no puede negar que
puede constituir el sentido de una disciplina que se considere es él quien "se" mete.) La objetivación de la tradición con vistas
como institución pública.) a la investigación histórica no significa, pues, tanto un distan-
La tesis de que, al objetivar el pasado, el historicismo ciamiento de las tradiciones -ya se trate de la propia, en la que
provoca un distanciamiento respecto de éste y que vacía la uno tiene sus raíces, o de una ajena de la cual uno intenta
tradición de la cual, al mismo tiempo, se nutre, se ha convertido apropiarse- como una de las formas de cerciorarse sobre los
durante los últimos años en una communis opinio. Dicha contenidos que le han conferido su carácter peculiar. El histo-
opinión expresa tanto la resistencia al método histórico como la riador no trata la tradición como un objeto distante; se siente
sensación de estar a su merced. Se acentúa el tema de la crítica transportado y rodeado por ella. Y, según Gadamer, la abstrac-
de la tradición, sin compartir el entusiasmo del siglo XVIII. En ción de las tendencias normativas de una tradición -como la
secreto se añora el siglo XIX, en el cual la investigación histórica exigida por Wilhelm Dilthey en pro de la objetividad de la
aún podía concebirse, impunemente, como una apropiación de investigación histórica- es inadecuada. En primer lugar, por-
la tradición sustancial, mediante la crítica de los relatos histó- que las imposiciones religiosas, filosóficas o estéticas constitu-
ricos tradicionales. Para los detractores de la investigación yen un elemento de cuyo sentido no se puede prescindir sin
histórica formados en la filosofía de la historia, aquélla repre- violencia. En segundo lugar, el historiador -aun el más neu-
senta una forma deficiente de tradición (a semejanza de lo que tral- nunca puede borrar por completo los prejuicios que lo
Heidegger afirma en El ser y el tiempo sobre lo "presente" j 10 inhiben y de los cuales a su vez se nutre. Ni siquiera debería
representado y conocido objetivamente, a lo que considera una intentarlo. (La apología del prejuicio, cuya legitimidad se pro-
forma deficiente del "ser a la mano" (das Zuhandene), aquello cura demostrar, es uno de los puntos claves dellibro de Gadamer.)
con lo cualuno está en contacto cotidiano). La "comprensión" histórica en el sentido que le da Gadamer
El problema de la aparente separación entre el historicis- busca celebrar un "acuerdo" entre las exigencias de la tradición
mo y la tradición parecen irse separando, es decir, el problema y los requisitos del historiador. Un texto se "entiende" sólo
de que cuando se conserva la tradición, la conciencia histórica cuando uno se "pone de acuerdo" con él acerca de su objetivo
no se desarrolla y que, a la inversa, cuando se impone la concreto. En general, la exposición de Gadamer se presenta
conciencia histórica decae la tradición, no se puede dejar de lado como un intento de volver a vincular más estrechamente el
como simple "problema burgués" para postular -cón fórmulas método histórico con la tradición, de la cual se había alejado en
marxistas- una unidad dialéctica entre concienciahistórica.y su expresión histórica. Pero las dificultades con que tropieza el
tradición sustancial (Robert Weimann,Literaturgeschichte und historiador cuando pretende aplicar las premisas y conclusio-
Mythologie, 1971,51). Parano quedarpor debajo del nivel deja nes de Gadamer no son pocas.
polémica sería preciso partir del contexto dentro del cual sitúa En primer lugar -y contrariamente a los postulados de
Hans Georg Gadamer el problema del historicismo (Verdad y Gadamer- no es raro que el historiador se encuentre más
método, 3ª edición 1972). De acuerdo con Gadamer, la tradición perplejo ante lo incomprensible del pensamiento y la acción de
es más un "hecho de transmisión" (Uberlieferunsgeschehen)al épocas remotas, cuanto mayor sea la profundidad con que
que "adhiere" quien reflexiona históricamente, que un acervo estudia un fragmento de pasado.
transmitido, de límites precisos, cuyo sentido objetivo es nece- En segundo lugar, parecería que Gadamer esboza posibili-
sario conocer. La conciencia histórica que busca una compren- dades, en lugar de describir la realidad de la investigación
74 ¡.;t¡<;i/i'i~~t;;AD NACIONAL DE ROSAiU~ 75
ESCUELA DE MUSICA
- -- --- -
- ~"_.
histórica. Si bien es preciso admitir que es una exageración aparición de la conciencia histórica como efectO'de la historia,
lindante cO'nel absurdo el tildar de "alienación" a toda "objeti- a la cual se refiere Gadamer, no es un argumento sólido en un
vación" -desde el manejo irreflexivo de una cosa hasta su alegatO' a favor de la importancia de la apropiación. Pues
observación distanciada-, tampoco se puede negar que una justamente la reflexión sobre la historia efectual postulada por
ciencia histórica reducida a las técnicas de investigación suele Gadamer puede disminuir su influencia al hacerla consciente y
violar los límites entre una objetivación, que aún deja margen así someterla a crítica.
para la apropiación, y una cosificación, que sólo se basa en una La duplicidad de la conciencia histórica, que por un lado
indiferencia activa. -cO'mO' memoria científicamente institucionalizada-e- repre-
En tercer lugar, resulta dudoso en qué medida la estructu- senta una forma de tradición y, por otro, significa una "aliena-
ra de diálogo, de cuyas características parte Gadamer; puede ción controlada" en virtud de la objetivación, se opone 'a .un
servir como modelo de conocimiento histórico. Así como puede tradicionalismo ininterrumpido. De modo que el contraste en-
ser inadecuado analizar el estado de conciencia del otro en una tre investigación histórica como apropiación del pasado y como
conversación, en lugar de ponerse de acuerdo conél sobre lo qué crítica de la tradición, se agudiza más aún en el caso de la his-
hay de acertado O'no en lo que afirma, puede ser legítima.la toria de la música porque el historicismo científico no puede en-
reconstrucción de condiciones y motivos latentes en las inves- tenderse ni analizarse con independencia deja praxis musical.
tigaciones históricas. LO'que representaría una falta de urbani- El historicismo musical es ~sin darle a la palabra un
dad en una conversación, le está permitido al historiador, que sentido peyorativo-e-una forma de pensar y también una praxis.
es también un detective. NO',hacer caso de lo que el.otro opina, LO'característico de la forma de pensar es la convicción de que
sino preguntarle por qué opina así, sólo se acepta en la vida una creación musical "es historia de punta a punta", cO'mO' lo ha
cotidiana como medio O'rodeo para llegar a un entendimiento expresado 'I'heodor W. Adorno. Es decir que la historicidad nO'
concreto, En la investigación histórica, encambio, puede repre- sólo es una condición decisiva para la producción musical, sino
sentar un objetivo. que constituye su esencia y sustancia. Para un historicista que
En cuarto lugar, Gadamer parece olvidar que el distancia" no se amilana ante las consecuencias extremas -y el extremo
miento histórico de ninguna manera descarta O'niega la exigen- que, en un determinado momento, pareció paradójico se ha
cia normativa estética de una obra de arte, la pretensión de vuelto casi trivial en las últimas décadas-, tanto el concepto de
constituir una presencia estética de por sí y no un simple lo clásico (en el sentido estético, no en el de la.historia del estilo)
documento cuyo análisis permite extraer conclusiones sobre como el de lo natural, resultan dudosos. La idea de que las obras
una situación pretérita. Más bien podría afirmarse que la musicales importantes se destacan en la historia y conservan
conciencia de la lejanía histórica de la cual proviene una pieza intacto su contenido estético -más allá del contexto histórico
musical puede incidir sobre la percepción, sin que eso afecte la del cual provienen-e- le parece una ingenua metafísica. Y los
existencia y actualidad estéticas de la obra. hechos naturales en IO'sque ha echado raíces la música, de
En quinto lugar se halla la tesis de Gadamer según la cual acuerdo con la convicción de épocas anteriores, si no han sido
la conciencia histórica nunca deja de estar condicionada, sino defendidos de alguna manera, se reducen a restos insignifican-
que siempre lleva tras de sí la tradición, a la cual convierte a su tes. (La música como naturaleza -que no debía ser dañada si no
vez en objeto de la investigación, que está por encima de la' se quería transformar el sentido musical en un disparate- era,
diferencia entre crítica de la tradición y apropiación de ésta. a comienzos de nuestro siglo, la tonalidad; más tarde, el contras-
Aun cuando se reconozca y se admita que la tradición es, a la te entre consonancia y disonancia, y por último, nada más que
vez, objeto y premisa de la investigación histórica -pO'r lo la gradación interválica según "grados sonoros", una gradación
menos la tradición propia del historiador=-, esto no determina sin diferencia específica. El contraste resultó ser de origen
si la objetivación es un distanciamiento o una aproximación. La histórico, asunto de la técnica de composición y no del material.)
76 77
-.::_;._;
Por eso, si el historicismo como forma de pensar se ca- ciencia al presentir su tendencia a criticar la tradición.
racteriza por la negatividad, porla negación de normas natura- Entre los tradicionalistas, la idea de lo clásico y "atemporal"
les y de contenidos estéticos que son apartados de la historia, está estrechamente ligada a la de lo musicalmente natural. En
para la práctica musical, la palabra "his.oricismo" no significa el siglo XIX, el clasicismo, entendido como clasicismo nacional
otra cosa que el predominio de lo antiguo sobre lo nuevo y se lo -en el que se funden el "clasicismo antiguo" de Bach y Handel
experimenta como una carga. (La palabra "museo" expresa, en y el clasicismo vienés-, se consideraba como la culminación
las discusiones estéticas, hartazgo y hasta odio por la cultura.) artificial de una naturaleza musical cuyas huellas se descubrie-
La presencia predominante de obras antiguas en los repertorios ron en la canción popular. Clasicismo y adhesión a la música
de concierto y ópera -cuyo efecto amenazante para la popular -la creencia en la "atemporalidad" del clasicismo y
aoantgarde consiste en impedir una interpretación cualitativa en la naturaleza- están unidos por la tesis del "espíritu del
y cuantitativa de la nueva música- se experimenta como pueblo". En el siglo xx, en cambio, la mención de lo musicalmente
presión y comofreno. El vocablo "historicismo", que -a diferen- natural sirve para provocar polémicas. Siempre se habla con
cia de lo que ocurre en el campo científico- recibe un acento entusiasmo de la naturaleza de la música cuando se pretende
peyorativo en la práctica musical, cumple una función de rechazar y calificar de antinatural a la nueva música, sea ato-
rechazo. Denuncia lo que debe designar. nal, serial o electrónica ..En la teoría de la música, el conser-
El historicismo como forma de pensar y el historicismo vadurismo muestra con especial claridad lo que es desde fines
comopraxis no tienen por qué coincidir: uno puede hundirse en del siglo XVIII, a partir de Edmund Burke: una contraideología.
el pasado con "espíritu de comprensión" sin pretender restau- Si el historicismo práctico tiende a un "platonismo" popu-
rarlo (aunque es probable que los historiadores de la música se lar, que concibe lo clásico y lo natural comoalgo apartado de-la
sientan obligados a comunicar sus descubrimientos al público). historia, del historicismo como forma de pensar surge una
O bien se puede intentar la incorporación de un fragmento del desconfianza contra las reconstrucciones o contra el tradicio-
pasado en la práctica de los conciertos, sin estar convencido de nalismo ingenuo. Para la hermenéutica histórica; tal. como la
que la música sea "historia de punta a punta". La forma de concibieron Schleiermacher y Dilthey, el conocimiento más o
pensar y la práctica pueden, incluso, separarse una de otra a fin menos profundo de un fragmento del pasado. parece aumentar
de que la expresión "historicismo" quede en la penumbra. la distancia interna que nos separa de él. Una comprensión
En general, quien quiera justificar el peso de lo antiguo considerada directa es, casi siempre, una incomprensión; y la
sobre lo nuevo en los repertorios de concierto y ópera no se "comprensión" metódica, indirecta -basada en.la hermenéuti-
apoyará, precisamente, en el historicismo como forma de pen- ca como teoría de la "comprensión" - revela un pasado que
sar. Pues la idea de que la música es "historia de punta a punta" parece más extraño y sorprendente que familiar y accesible.
supone que el contenido de las obras musicales -aun de las Pero al historiador que concibe la música del pasado como
más importantes- es cambiante y perecedero. Por lo tanto, no expresión de una época cuyo espíritu está muy lej os de nosotros
condice con la apología del predominio de la música más an- --:-siacaso no ha muerto-, la ingenuidad del intento de restituir
tigua. Menos aún que la convicción opuesta y "ahistórica" sobre lisa y llanamente el pasado a la práctica musical de hoy tiene
el clasicisismo y la "intemporalidad" de la gran música. El que parecerle sospechosa. Aunque involuntariamente desee
"platonismo" estético, la tendencia a ubicar las obras musicales traducir lo que ha entendido históricamente en una presencia
en un "mundo superior", se ha convertido en la estética popular sonora, sabe que el malentendido es inevitable. Es demasiado
de un público que se siente a gusto con la música más antigua consciente de la perturbadora dialéctica que existe entre la
y desconfía de la más reciente, si es que no la rechaza. En eso progresiva comprensión histórica y la comprensión de ·la cre-
se apoya el conservadurismo del público de concierto y de ciente singularidad y alteridad, como para confiaren el práctico
ópera, que enfrenta con recelo la investigación musical en tanto que echa mano, sin el menor reparo, al arsenal de la historia. No
78 79
es previsible la salida del dilema: la sensación de proximidad ella tiene de sobrevivirlo- se imponga a la música más nueva
respecto del pasado se basa en una interpretación errónea y, a desde fuera, y no se proponga demostrar que se trata de una
su vez, la comprensión da lugar a una sensación de alteridad, forma legítima, aunque históricamente limitada, de visión
Pero al distanciarse del pasado, el historiador crea un estética, sino que la vea como una prueba de decadencia. (De
espacio para lo nuevo. Del historicismo, la tesis de la sustancial modo que no sólo el contenido de la percepción estética, sino su
historicidad de las obras musicales, puede inferirse sin esfuerzo estructura categorial -es decir, lo que es esencialmente la
que una época debe reconocerse en su propia música en lugar de percepción estética- sería históricamente modificable.) Pero,
aferrarse a la antigua. (La paradoja de que el público del siglo por otro lado, eso significa que una transposición irreflexiva de
xx sienta la música de los siglos XVIII y XIX como "su" música se la tendencia "historizante" -que no por casualidad ha apareci-
ha convertido en algo tan lógico y natural que ya no se advierte do en la teoría de la música más reciente- a épocas anteriores
la rareza.) De modo que el historicismo como forma de pensar sería tan errónea como parece surgir de las hipótesis de Gada-
y el espíritu de vanguardia no se excluyen mutuamente; hasta mer. Además, la argumentación de Gadamer -que incluye un
podría decirse que se apoyan entre sí. Quien adhiera sin concepto inmutable de lo clásico~ elude hechos esenciales del
reservas a la convicción de que la música es "histórica de punta siglo xx O los muestra desde una perspectiva distorsionante.
a punta" deberá reconocer en la "actualidad" musical la sustan- Las teorías sobre el historicismo -tanto las de Gadamer, que
cia de la experiencia estética. Y si un historiador recibe lo destaca el momento de apropiación de la tradición; como la
musicalmente nuevo con el mismo espíritu de justicia y de opuesta, en la que se acentúa la crítica a latradición->- requie-
respeto por lo auténtico con que recibe lo viejo, no por eso se está ren, por lo visto, de una historización propia para resultar
alienando. En la conciencia histórica se encuentra latente acertadas.
incluso -en la medida en que acentúa la crítica de la tradi- No menos disonante que los conceptos reunidos en torno a
ción- una defensa de la vanguardia. las categorías de historicismo y de conciencia histórica es el
Si partimos de las premisas de Gadamer que hemos esbo- concepto opuesto. Nos referimos al concepto de tradición que,
zado, podría objetarse que estaríamos atentando contra el por un lado, puede designar un fragmento del pasado que se
sentido de la percepción estética si la "historizáramos" por prolonga con irreflexiva naturalidad en el presente y, por otro,
completo. Quien crea captar la sustancia de una obra musical la apropiación consciente de lo transmitido. (Sería una exage-
mediante el conocimiento de la "actualidad" -es decir median- ración forzada porel sistema profundizar hasta convertir en un
te la asimilación del instante histórico o la "afinación" iStimmi- abismo la diferencia con el conservadurismo -entendido como
gkeit) con la filosofía de la historia, como diría Adorno- confun- el esfuerzo por retener-e- si sólo se destacara la inconsciencia del
de la actualización del carácter artístico, que es lo que importa, tradicionalismo preconservador.) La crítica de la tradición, a
con el desciframiento de la composición musical en tanto docu- través de la.objetivación y la "alienación controlada" se acentúa
mento del "espíritu de la época" o del "estado de conciencia" de manera diferente, puesto que el concepto de tradición varía
histórica. Ese desciframiento dejaría de lado la obra por la obra su registro: o bien hace conscientes como imposiciones históri-
misma, aun cuando la "explicara" impecablemente. El cambio cas a las normas que se consideraban naturales por ser tradicio-
de categoría -de obra a documento-s- no cumpliría la exigencia nales, o bien impone una distancia tan grande respecto de lo
impuesta por la música como arte y por la cual existe. . tradicional, que lo que antes se consideraba fácilmente asimi-
Dicho sea de paso, la argumentación no es completa. lable demuestra ser difícil, porque no se sabe si la situación
Porque bien puede ser que la experiencia estética "historizante" inadecuada es la del pasado o la del presente.
que insiste en lo actual y no en lo clásico -y que, por consiguien- Cuando la tradición, en lugar de discurrir casi impercepti-
te, busca la conclusión que la obra le permite extraer sobre el blemente, se convierte en objeto de reflexión (no sólo en cuanto
momento de su aparición y no se pregunta por la posibilidad que a su contenido, como síntesis del acervo tradicional, sino tam-
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bién en un sentido formal, como proceso con una estructura ciones, incorporaron una parte de la crítica de la tradición. Para
descriptible), aparece como historia del efecto y la recepción. el tradicionalismo ingenuo, la característica siguió siendo,
Además de los contenidos transmitidos, se procura hacer cons- como ya lo señaláramos, la fusión indiferenciada de legado y
ciente y hasta fundamental la forma de transmisión. Con ese fin validez. Pero al separarse lo antes indiviso -una separación
se llevan a primer plano modificaciones o adaptaciones de que era inevitable- el tradicionalismo (que aún argumentaba)
acervos tradicionales que antes se pasaban por alto. Pero debió apoyarse, para su legitimación, en normas de cuya natu-
cuando la tradición no sometida a reflexión se vuelve objeto de ralidad era garantía el tiempo, o bien en un origen cuya
reflexión (o para decirlo con más precisión: cuando se reflexio- sustancialidad se demostraba por las profundidades de la
na cada vez más sobre la tradición) se hace difícil provocar historia de las que surgía. Pero la polémica sobre las tradiciones
modificaciones con indiferencia tradicionalista. En lugar de no pudo elevar lo natural y racional a la categoría de norma,
eso, uno se ve forzado a optar por alternativas y se siente es- ante la cual la tradición demostraba ser una convención, y la
timulado a impulsar progresivas modificaciones, a inhibirlas convención, una arbitrariedad. Tampoco se pudo echar mano a
con espíritu conservador o a suprimirlas con mentalidad res- una argumentación histórica para demostrar que la antigüe-
tauradora. El tradicionalismo ingenuo asume otras formas de dad de una regla o de una costumbre no era garantía de una
comportamiento. verdad indudable y confirmada, sino la muestra de un creciente
El signo de que una tradición no se ha roto es el respeto por alejamiento del espíritu del presente.
las "antiguas verdades", que ni siquiera se pregunta si la Pero el sentido de la tradición, la confianza inquebrantable
antigüedad de una cosa es garantía de verdad o si una norma e irracional en la autoridad de lo transmitido, no es sólo una
proviene de tiempos inmemoriales por el hecho de representar conciencia del pasado, sino también -y quizá fundamental-
una verdad. La tradición y la validez están tan ligadas, que la mente- una conciencia del presente y del futuro. Quien se
reflexión sobre las condiciones originales.: sobre un antes y un abandona a las normas, instituciones y hábitos de percepción de
después lógico y cronológico, parece superflua. El concepto de los siglos pasados y encuentra en ellos el firme apoyo que
que una norma se basa en la naturaleza misma de una cosa es necesita, cree estar seguro de sí mismo en el presente y cree
ya una racionalización. Es una forma del tradicionalismo que, poder predecir los contornos de un futuro que apenas si repre-
primitivamente, no distinguía entre lo natural y lo tradicional, sentará un cambio. y el hecho de que el tradicionalismo, como
sino que creía abarcar lo uno en el otro. Sólo enla ruta hacia.un conciencia del pasado, haya sido desplazado por el pensamiento
Iluminismo, que planteó la posibilidad de que las tradiciones histórico -que produce un distanciamiento respecto de lo
fueran imposiciones arbitrarias y las contrapuso a lo natural y transmitido y de lo aparentemente lógico- no habría sido
a lo sensato -en otras palabras: que separó lo que estaba unido posible si, al mismo tiempo, la otra función del tradicionalismo
en el sentido ingenuo de tradición=-, el tradicionalismo se vio -la creación de un sentimiento del presente y del futuro- no
obligado a establecer una diferenciación conceptual. A partir de hubiera. sido retomada por una idea que compite con la de la
entonces buscó justificarse apelando a lanaturaleza del asunto confianza ciega en la autoridad: la idea del progreso. El entu-
y a su condición de inmodificable (como en el caso de la to- siasmo por el futuro =-reducído en el siglo xx a "principio de la
nalidad) o a la antigüedad de la tradición que garantizaba su esperanza"- aparece como sustituto de la confianza en la
validez (como en el caso del estilo de Palestrina, como norma de solidez y la fuerza de la tradición. La función que cumple es muy
la verdadera polifonía sacra). similar: la fundamentación de una conciencia del presente.
En el siglo XVIII, tanto el historicismo -que exploró los Para expresarlo con otras palabras: las funciones que había
orígenes de las tradiciones para demostrar que no eran eternas cumplido el tradicionalismo, el proporcionar un sentimiento del
ni intocables- como la construcción de "sistemas naturales", pasado y del presente, se dividieron en el transcurso del siglo XIX
con los que se enfrentó la arbitrariedad de las simples conven- entre el historicismo y la idea del progreso. Se trataba de un
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historicismo realista, que tomaba distancia respecto del pasa- convencido de que el bajo armónico o general, como esencia de
do, y una idea entusiasta del progreso, que compensaba los las reglas elementales de la técnica de composición, debía
atractivos arrebatados al pasado con un pensamiento rígida- aceptarse sin reparos. La tradición no necesita justificarse pues
mente histórico. representa, por sí misma, una base dejustificación. En los siglos
Como ya señaláramos, el tradicionalismo ingenuo, el so- XVII o XVIII, nadie esperaba que la prohibición de las quintas
metimiento sin reservas a la autoridad del pasado, en el cual no paralelas fuera apoyada por fundamentos adicionales; la con-
se veía tanto lo pasado como lo más antiguo, fue desplazado en vicciónde que las quintas paralelas "suenan mal" -una convición
el siglo XIX por otros modos de comportamiento respecto de la que tiene sus raíces en la tradición- se había convertido en
tradición, como el afán de reconstrucción y el conservadurismo. parte de la "segunda naturaleza" de la audición musical, en un
Para evitar distorsiones, es preferible no equiparar la hecho de indudable evidencia. Cuanto más profundo es el
tradición con la reconstrucción. En primer lugar, se distinguen arraigo de la tradición en el inconsciente, tanto más perturba-
por su relación con el pasado, que en un caso es directa y en el dora resulta una intervención, un cambio que -por la indigna-
otro, indirecta, secundaria. La tradición se basa en la ininte- ción provocada en el primer momento , no se considera como
rrumpida continuidad. Con frecuencia se la ha comparado con evolución sino como destrucción de la música. El signo más
una cadena que no se rompe. La reconstrucción, en cambio, es evidente de una ruptura de la tradición es la reacción airada y
el intento de seguir una tradición interrumpida o en retroceso. la afirmación de que se trata de una combinación de sonidos
En el siglo XIX, las obras de Mozart y de Beethoven se conserva- aparentemente musicales pero que no son música sino "berri-
ron por tradición; la música.de Palestrina y.de Bach, en cambio, dos diabólicos", cínica burla o simple ruido. Por esola supresión
fue objeto de reconstrucciones (a pesar de algunos finos hilos de de la tonalidad en Schonberg, el empleo del ritmo no simétrico
tradición). De la reconstrucción, y no sólo de la distancia en el por parte de Stravinsky, la reducción de la forma musical a
tiempo, depende que una obra se experimente como "música instante sonoro en el caso de Webern o el reemplazo del sonido
antigua". Lo decisivo es la distancia cronológica interna, no la por el ruido en la música electrónica provocaron conmoción,
externa. La Pasión según San Mateo de Bach ya era "música porque destruían normas que apenas eran conscientes para
antigua" en 1829, cien años después de su aparición; las sinfo- quienes se indignaban. Se estaban violando cosas que se daban
nías de Beethoven aún no lo son hoy, después de un siglo y por sentadas y acerca de las cuales nunca se había reflexionado.
medio. En tercer lugar, una reconstrucción -aun cuando tenga
En segundo lugar, las reconstrucciones, a diferencia de las éxito- siempre corre el peligro de que el lenguaje musical que
tradiciones, son reflexivas desde la base. No por casualidad, procura recuperar pierda su sustancia y J3xpresividad al ser
durante el siglo XIX, los esfuerzos por restituir la música sacra trasladado a un medio extraño; peligro que Stravinsky siempre
"pura" o "verdadera" mediante el retorno al estilo de Palestrina tuvo en cuenta. Además, en la segunda existencia de una pieza
-que era considerado paradigmático aun entre los protestan- queda un fragmento del pasado, sobre todo cuando la recons-
tes- y mediante un retorno a la forma primitiva del canto trucción alcanza a la composición práctica y va de lo "sentimen-
gregoriano, fueron acompañadas por una vasta bibliografía tal" a lo "sentimentaloide". El estilo de Palestrina recuperado
apologética y polémica (contra la música sacra desnaturaliza- en el siglo XIX, el estilo de Palestrina de Eduard Grell y de
da). La debilidad de las reconstrucciones reside en que lo Michael Haller, parece -siempre que no se agote en ejercicios
original, lo no desnaturalizado, se recupera "forzando el concep- técnicos- la involuntaria añoranza sonora de un pasado des-
to". Para expresarlo con palabras de Schiller, son "sentimenta- aparecido. El "sonido nostálgico" es indudable a pesar del
les", mientras que las tradiciones ininterrumpidas son "inge- esfuerzo por lograr objetividad. La impresión estética se funda-
nuas". En tanto no haya sido alterada, una tradición parece algo menta en elementos técnicos concretos: los madi del siglo XVI,
lógico, que no requiere fundamentación. Así, Beethoven estaba las formas de la música sacra, cambian su esencia en Iare-
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construcción del siglo XIX. A un oyente educado en la tradición forma sonata sin modificaciones. Pero las modificaciones de los
tonal, le parece que se apartan de la norma de la tonalidad de composición con los que operaba cumplían el objetivo
mayor y de la tonalidad menor, y los siente como una variante de conservar el sentido de la forma como estructura amplia y
expresiva o pintoresca. La "sexta dórica", como variante de la coherente en sí misma, en una situación que se había modifica-
sexta menor, es un elemento expresivo que sólo se incorporó a do. (El esquema tonal había perdido, alrededor de 1850, el
la música sacra en el siglo XIX. Y el hecho de que los madi se , significado que tenía en Haydn y Beethoven a causa de.la di-
experimenten como una divergencia en lugar de fundarse en sí ferenciación y las tendencias coloristas de la armonía, y debió
mismos, es el equivalente técnico del rasgo sentimental que da ser reemplazado, en tanto elemento de unidad, por un trabajo
su color romántico a una reconstrucción del estilo de Palestrina. sobre el tema y el motivo que se extendía sobre la totalidad de
(El aumento de expresividad en el estilo palestriniano es el los movimientos, en lugar de limitarse al fragmento inicial. De
anverso de la pérdida de expresividad que registra y explota modoque el procedimiento de cubrir el movimiento de la sonata
Stravinsky en Pergolesi o en el seudo Pergolesi: el elemento con una densa red de relaciones motívicas -o asociaciones
común de procesos aparentemente opuestos es la inversión de diastemáticas semilatentes- compensaba, por una parte, la
la sustancia del lenguaje musical.) falta de disposición tonal para crear manifestaciones que die-
Tanto el tradicionalismo, para el cual la presencia del ran forma; y por otra aparecía como un elemento "lógico"que
pasado en el presente es algo lógicoy natural, comola tendencia enfrentaba las inclinaciones poéticas y programáticas de la
a la reconstrucción, que procura volver a imponer lo ya muerto, época.)
se diferencian del conservadurismo musical que, a semejanza En la experiencia estética, el esfuerzo conservador de
del político, sólo adoptó la forma a la que alude el término en el mantener la tradiciónvariando la letra para salvar el espíritu;
transcurso del siglo XIX. El pensamiento y la conducta conserva- se manifiesta como la tendencia a no ver, en las cambiantes
dora, a diferencia de la restauradora, no intentan restablecer interpretaciones de las obras musicales sino exposiciones acci-
una tradición interrumpida, sino salvar la existente. Pero la dentales de una sustancia invariable que se adapta al momento
naturalidad con que se transmitían las costumbres en épocas histórico sustrayéndose al cambio. El auténtico conservaduris-
tradicionales ya no existe: el pensamiento conservador es re- mo no es tan rígido como opinan sus detractores; pero se rebela
flexivo y hasta tiene un aspecto polémico. Las tradiciones a las contra la tesis de que la música es "histórica de punta apunta"
que se aferra se consideran en peligro y la forma dejustificarlas, e insiste en establecer una diferencia entre los elementos
la argumentación racional, ha sido tomada del opositor: el centrales, que deberían ser intocables, y los elementos periféricos
liberalismo progresista. El conservadurismo se ve como tradi- que pueden reemplazarse.
cionalismo en las situaciones propias de una era antitradicio- El conservadurismo pasa a ser historicismo cuando la
nalista. La seguridad con la que Brahms mantenía la forma prolongación del pasado en el presente es sometida a una
sonata, aparentemente anticuada y carente de contenido desde reflexión de la cual surge la idea o el sentimiento de que el
1830 (no el esquema sino el principio de la idea), es de esencia pasado -precisamente en su caducidad, y no porque una
conservadora y no epigónica. En Brahms es evidente el impulso sustancia se mantiene invariable- representa un aspecto
reflexivo, la intención obstinada y casi rebelde de conservar un esencial del presente. El reconocimiento histórico analizado por
fragmento de la tradición en peligro, oponiéndose al espíritu de una obra musical en el contexto de la época de su aparición debe
la época -representado por la música de los nuevos alema- ser asimilado sin ambages por las vivencias estéticas, en lugar
nes- que lo desecha. Brahms se resiste a la decadencia de la de ser excluido de éstas en razón de la abrupta diferencia de
forma, tal como parecía manifestarse en los poemas sinfónicos categoría entre el carácter de documento y el de obra. La
de Liszt, y, desde el punto de vista estético, a la tendencia conciencia del pasado no es lo opuesto a la actualización estéti-
imperante a la programática. No es que haya mantenido la ca, sino un elemento que forma parte de ella. De acuerdo con las
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distancia- después de la decadencia de las funciones utilitarias
convicciones historicistas, 10 que una obra informa acerca del
a las cuales Heinrich Besseler definió con el término "música
tiempo en el cual ha surgido pertenece tanto al pasado como al
circulante", por su semejanza con la categoría heideggeriana
presente, y no porque sea "atemporal", sino porque el pretérito
del "ser a la mano". La decadencia no se manifiesta en el rechazo
y el presente penetran el uno en el otro. La permanencia de lo
a la música utilitaria, que se produce como fenómeno masivo,
pasado como tal es parte del carácter del presente. Las obras de
sino en la convicción imperante de que la funcionalidad y el
épocas pretéritas que llegan a la nuestra no se representan sólo
carácter artístico no son compatibles e incluso se oponen,
a sí mismas sino que llevan consigo a su tiempo, en tanto temps
convicción que partió de quienes ejercían el poder para ser
perdu. Así como el tradicionalista ingenuo se aferra a una
compartida por quienes estaban sometidos al poder.
metafísica de lo atemporalmente bello, y el conservador, a la
convicción de que las cambiantes formas de un fenómeno tienen
como fundamento común una sustancia intocable, así también
el ~istoricista (sentimental) disfruta de lo pasado como pasado,
bajo la forma de un recuerdo que pertenece al instante actual.
La lejanía es retenida como tal y, sin embargo, se la vive como
proxÍI~idad; se reconoce lo ajeno en su alteridad y, sin embargo,
se lo VIvecomo familiar. La última palabra del historicismo es
una complicada paradoja estética.

La estetización de lo histórico representa el anverso de la


h~stori~ación de l~ estético. En la misma medida en que se
vivencia el contemdo del arte como históricamente condicio-
nado -al extremo de considerarlo "histórico de punta a pun-
ta"-, se vuelve más pronunciada la tendencia a mirar la
historia como panorama que se abre ante la visión estética
contemplativa, en lugar de buscar en ella la prehistoria del
presente y del propio ser. La diferencia entre carácter artístico
y documental pierde la severidad con la que se presenta en la
teoría de la estética. Enfocadas desde una distancia suficiente
incluso la emancipación del arte, que se convierte en autonomía
estética, y la tendencia a descifrar las obras de arte como si se
tratara de documentos históricos están estrechamente vincula-
das y parecen momentos de un mismo proceso histórico. Ese
proceso es el de la desaparición de las funciones directamente
utilitarias del arte, como la que se produjo en el arte sacro y en
el arte de la representación. La conciencia histórica y la estética
no sólo se form~ron si~ultáneamente (en el siglo XVIII) sino que,
a pesar de la diferencia de categorías entre importancia docu-
~ental y el carácter artístico, se corresponden desde el punto de
VIsta de la historia de las ideas. Ambas son formas de acceso a
las obras de arte -y formas de acceso que objetivan y toman
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88
6
Hermenéutica histórica

El concepto de comprensión, categoría metodológica cen-


tral en la investigación histórica del siglo XIX y comienzos del xx,
ha perdido prestigio en los últimos tiempos. Los historiadores
modernos, que tienden a acentuar la historia social, ya no dan
prioridad a las intenciones, motivos e ideas de los actores de la
historia. Buscan, más bien, determinar las tendencias y presio-
nes de las cuales éstos dependían. Así como se ha demostrado
que la interpretación de intenciones no basta para fundamen-
tar la historiografía, también debería resultar indiscutible la
necesidad de comprender el sentido de una acción para analizar
de manera causal o funcional las circunstancias en las cuales se
produjo.
La teoría de la comprensión histórica, tal como se desarro-
lló en el siglo XIX, partía de la idea explícita o implícita de un
diálogo imaginario sostenido por el historiador con los actores
de la historia, cuyos motivos y objetivos procuraba entender. Y
un diálogo que no degenere en charla ni se convierta en
interrogatorio o en un intercambio de monólogos exige ciertos
requisitos que no está de más mencionar, ya que a pesar-o
justamente a causa- de su trivialidad suelen pasarse por alto.
Ese diálogo supone un lenguaje común, el entendimiento sobre
una cosa determinada y ponerse en lugar del otro comopersona,
es decir, teniendo en cuenta que él también tiene una identidad
y no es un simple objeto de observación.
Las características constitutivas de un diálogo dependen
de una y otra parte, según el caso. Las dificultades que ofrece la
explicación de un término técnico, al exigir que uno demuestre,
al mismo tiempo, el manejo práctico de los asuntos en cuestión,

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-~~"'.il~"O NACIONAL DEROSA_
eSCUELA DE MUSICA
revelan hasta qué punto la comprensión verbal está ligada a la un sospechoso se considera culpable hasta que no demuestre lo
práctica. A la inversa, un fragmento de realidad al que se contrario, es donde más crudamente se pone de manifiesto el
pretende acceder está ya premoldeado por el lenguaje en cuyas espíritu de la época.)
categorías se descubre y se interpreta. Por un lado, es difícil Noharía falta decir que la capacidad de ponerse en el lugar
aclarar a un oyente -en cuya cultura las diferencias de fre- del otro y no permanecer encerrado en sí mismo y en los propios
cuencia se designan o perciben, en primer lugar, como grados problemas forma parte del bagaje psíquico del historiador,
de luminosidad o como diferencias en el volumen de sonido- mientras que reviste poca importancia en el caso del filósofo. y
el concepto de altura de tono. Por otro lado, no es fácil para no haría falta mencionarlo si la exigencia de que el historiador
nosotros reconocer el fenómeno tonal más allá de las categorías se "coloque" en el lugar de los actores históricos de una época
que tenemos incorporadas, es decir hacer abstracción de la anterior -exigencia que hasta hace pocas décadas se conside-
relación metafórica en la cual nos hemos formado. raba lógica y natural- no se hubiera visto expuesta a dudas de
A veces existe una complicada dialéctica entre el acuerdo principio ya sospechas ideológicas. Los historiadores modernos
sobre el objeto y el ponerse en el lugar de la otra persona. Sería ya no creen en el "yogeneral" de la humanidad, del que hablaba
erróneo y hasta inhumano observar y analizar únicamente a la Droysen. Parten, más bien, del supuesto de que existe un
persona que se tiene frente a uno a través de sus manifestacio- abismo insalvable entre las épocas y entre los grupos étnicos y
nes acerca del asunto en cuestión. En otras palabras, no buscar sociales. Es dudosa la ingenuidad que cree reconocer, como
lo acertado o desacertado de las descripciones y argumentos, objeto de romántica empatía, "al hombre en sí" en todo actor de
sino atender exclusivamente a los indicios a través de los cuales la historia. Pero también es paralizante un escepticismo cuya
el que habla revela algo acerca de sí mismo. De la misma sensibilidad histórica sólo se tranquiliza cuando se ha destrui-
manera, puede ser indispensable colocarse en el lugar del otro do todo rastro de comprensión y lo pasado se presenta como
y reconstruir sus motivos para entender qué tiene que decir lejanía inabordable.
sobre el asunto en cuestión. La orientación objetiva y la perso- En una disciplina en la que el tema central es la música
nal constituyen una especie de círculo hermenéutico. A partir artificial, la controversia sobre la comprensión y la explicación,
de las manifestaciones sobre el tema, se extraen conclusiones sobre la interpretación interna y externa -ya concluida en par-
acerca de la persona que habla para luego, a su vez, entender te, pero de ninguna manera resuelta-, puede suavizarse si se
mejor las manifestaciones acerca del tema y estimar su conte- hacen conscientes las profundas transformaciones históricas
nido de verdad. La relación fin-medio entre el acuerdo acerca de que ha experimentado aquello que debe entenderse oexplicarse.
un objeto y el ponerse en el lugar de una persona es recíproca, El discutido postulado según el cual un historiador debe compe-
y resulta decisivo mantener el equilibrio, sin permitir que se netrarse de las intenciones de los actores históricos para enten-
incline en una u otra dirección. der la historia desde adentro en lugar de describirla como cró-
En una época de desconfianza -como lo es , sin duda , el nica, desde afuera, presupone -en tanto máxima estética de la
presente en el que vivimos-e- no es fácil defender la tesis de que música- que la intención del compositor, surgida de inquietu-
la posibilidad de conocimiento brindada por la simpatía, es des individuales, es, en última instancia, la que decide la forma
decir, por la entrega a los demás, es mayor que la brindada por adoptada por la música y la importancia que adquiere. Pero la
la desconfianza. El disgusto como punto de partida de las premisa no es tan sencilla y lógica como podía parecerles a los
investigaciones históricas es tan característico de un positivis- historiadores formados en los principios estéticos del "período
mo que se orienta según el modelo del interrogatorio a testigos, del arte", una época que se extendió -dentro de la historia de la
como de una crítica de la ideología que no descansa hasta música- desde fines del siglo XVIII hasta comienzos del xx. El
reducir las nobles ideas a mezquinos intereses que, dicho sea de objeto de la comprensión o de la explicación (la creación sonora
paso, se mantienen latentes. (En aquellos tribunales en los que como objeto de un intercambio y de una percepción cuyos
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sistemas de referencia pertenecen por completo al "asunto puede entender y re~onstruir. Es, ~~s bien, un cohj~nt() de
música") se ha acentuado y caracterizado de diferentes mane- reglas del género mediante el cumplimiento -y no mediante la
ras. Este cambio de acentuación se produjo incluso en la música violación- de las cuales un compositor procura demostrar su
artificial de la modernidad, para no hablar de lo remoto desde el ingenio. Para definirlo escuetamente, la historia de la música
punto de vista histórico, social y étnico. Tanto es así que uno está asume la forma de una transmisión de normas -y no la de un
tentado de equiparar el método histórico con los cambios expe- progreso de obra en obra- que regulan la relación entre la
rimentados por los fenómenos que éste debe abarcar. función y las técnicas de composición.
Para simplificar, puede establecerse una distinción entre Con la teoría de la imitación, aparece como estructura
las concepciones funcional, objetiva, personal y estructural de primaria la relación entre objeto y copia en lugar de la relación
lo que constituye la sustancia primaria de la música, es decir, fin-medios. La concepción objetiva de la música -que primero
lo que representa el objeto central de la historia de la música. se impuso en un género avanzado como el madrigal y, finalmen-
Esa distinción demuestra que en la historia de la música más te, alcanzó un género tan ligado a la tradición comoel de la "obra
reciente el acento se ha desplazado. No significa, sin embargo, sacra" (las cantatas de Bach no entran dentro del concepto de
que el enfoque más antiguo haya sido suprimido por los más música funcional)- considera la creación musical como exposi-
nuevos sin dejar su huella. El elemento funcional de la música ción, y las diferencias entre pintura tonal, descripción de
artificial del siglo XIX no perdió importancia bajo el predominio emociones y alegoría, que a fines del siglo XVIII se agudizaron
de la idea de originalidad. Sin embargo, fue relegado a la hasta convertirse en antítesis, eran totalmente secundarias
periferia (la música ligada a una función corrió el peligro de durante el predomino del principio de mímesis. (El concepto de
descender al nivel de música trivial). Tampoco el enfoque "hipotiposis" abarcaba una multiplicidad de fenómenos diver-
objetivo del sentido o contenido de la música desapareció en la gentes, de acuerdo con la concepción más nueva.) La poética
época regida por el principio de la expresión, aunque sí perdió musical, o teoría de la música, se orientaba más por la poesía y
el prestigio estético de que gozaba en el siglo XVIII. El "género la pintura que por la arquitectura. El elemento funcional perdió
pictórico" (que incluía, además de la pintura musical, la alego- importancia. Por otra parte, la descripción de emociones no
ría y la figura barroca) se volvió obsoleto. debe malinterpretarse como expresividad. Entender un pieza
El concepto funcional de la música que predominaba en el musical no significa interpretarla como documento biográfico,
siglo XVI y aun en el XVII (mientras se insinuaba una estética sino ponerse de acuerdo con el compositor acerca del contenido
objetiva basada en la teoría de la mímesis de la Antigüedad: de verdad de una exposición objetiva. El diálogo que el oyente
primero en el madrigal, y más tarde en la monodia y en el sostiene con el compositor apunta al objeto o al contenido de la
concierto) se manifestó en una poética musical que partía del música y no a la empatía con una persona que se expresa a sí
género como lo verdaderamente sustancial de la música. Por misma. Y un historiador que tomara en serio la máxima de que
género. se entendía una firme relación entre el objetivo que una época debe entenderse por sí misma, debería extraer la
debía cumplir la música y los medios de composición adecuados consecuencia de que, en la historia de la música de comienzos
a ese objetivo. (La prima prattica era un estilo de música sacra; del siglo XVIII, es preciso partir de la relación entre los conteni-
la seconda prattica, un estilo de ópera.) De acuerdo con ello, la dos descubiertos en la música y los medios de exposición. Su
historia de la música es, por una parte, historia de las institu- procedimiento no sería la comprensión de las intenciones del
ciones y, por otra, historia de la técnica; y una metodología que compositor, sino la interpretación de los contenidos ..
pone el acento en la comprensión, si bien no yerra el tiro, Desde la época de la sensibilidad, el interés objetivo por la
tampoco da en el blanco. Porque lo que sobrevive históricamen- música se fue alejando de lo personal. Así como durante el siglo
te y constituye la historia no es tanto la obra aislada y la XVII y comienzos del XVIII una emoción o un impulso ético
intención del compositor que la objetivó y conservó, algo que se constituían un objeto de exposición proporcionado por la natu-
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r~leza, a fine~ del siglo XVIII y durante el XIX aparece el compo- el estado de conciencia del siglo xx, no es otra cosa que la relación
sitor como sujeto de la expresión musical. La interpretación del forma-materia según una terminología "materialista", En.lu-
contenido de la música es desplazada por una comprensión gar de una comprensión que saca conclusiones acerca del sujeto
empática de la personalidad del compositor. Quien describía que se encuentra detrás del fenómeno musical y cuya expresión
una emoción según la estética de la imitación, no hablaba de sí y autoexposición confiere sentido a la obra, en el siglo xx se
mismo; describía un fragmento de la realidad que era intersub- espera del análisis estructural información acerca de la raison
jetivo y repetible. El oyente no procuraba penetrar en la interio- d'étre de la música, por lo menos de la nueva música. (Hasta el
ridad. del compositor por la vía de los sonidos; juzgaba la público que no entiende el análisis estructural respeta esa
semejanza o la desemejanza de la imitatio naturae. La autoex- actitud como instancia válida; prefiere apartarse de la música
posición sonora -idea que dominó la época de la sensibilidad y en sí a desconfiar del método de información.) Las relaciones
la romántica- encierra la paradoja de un hablar de cosas en que descubre un analista no tienen por qué haber sido plantea-
realidad indecibles: de un sentido oculto que no se abre al das por el compositor para ser aceptadas; lo decisivo es el texto
common sense, sino exclusivamente a la empatía. escrito por un autor, no la intención de la cual parte. La persona
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la teoría de las es una función de la composición musical y no -'-como en el siglo
emociones no excluye la autoexposición del compositor, desde el XIX-, la composición una función de la persona.
punto de vista psicológico; sólo la declara irrelevante desde el Explicación, interpretación, comprensión y análisis -la
p"';nt.ode vis~a estético. Se trata de un asunto privado que al explicación de una obra a partir de las normas del género al que
público no le mteresa. Por otra parte, el sujeto que se encuentra representa; la interpretación del contenido, cuya formulación
detr~s de la m~sica ~ensible y romántica no tiene por qué ser el sonora lo representa; la comprensión del autor que está por
propio compositor, smo que puede tratarse de un sujeto estéti- detrás; el análisis de las relaciones a través de las cuales las
camente imaginado. En la descripción objetivante de las emo- partes se reúnen en un texto- son métodos que corresponden a
ciones .~enetr~, ~ veces, el elemento subjetivo. Por su parte la los diferentes principios por los cuales la música de esa mitad de
expresión de SI mismo suele ser expresión de alguien imaginado milenio ha adquirido un sentido y se ha constituido en arte.
y no de la propia personalidad. La estética no se agota en la Como ya lo señaláramos, los principios no se excluyen, pero se
psicología. suceden en cuanto alpredominio, El hecho de que en el siglo XIX
La afirmación de que en el siglo xx la concepción personal se subrayara el factor personal, la comprensión del autor, no
de la sustancia ~: la música es reemplazada, paulatinamente, significa, de ninguna manera, que la función del género, la
por una concepcion estructural puede ser exagerada en lo que densidad de la estructura o el sentido objetivo de la exposición
se ~~fiere al públic~. Se justifica, sin embargo, si se parte de la de un texto o de un programa se hayan considerado con indife-
poe~I~a del compOSItory de aquellos analistas cuyas premisas rencia. Significa que el elemento verdaderamente "poético" de la
estéticas se gman por el estado de conciencia en materia de música, la característica por la cual se constituye en arte, se
com'posición',E~ lugar de las categorías de esencia y apariencia, buscaba en la originalidad con que el compositor se expresaba a
de tmte platónico o neoplatónico, que constituían la base de la sí mismo y demostraba estar capacitado para enfrentar la pa-
metafísica de los artistas, el centro de la moderna teoría del arte radójica exigencia de hacer sentir lo indeciblemente individual.
es ocup~do por los conceptos aristotélicos, más sobrios, de forma Si bien es cierto que la comprensión 'es un método cuyo
y materia. (La relación forma~materia -elemento secundario privilegio respecto de otros procedimientos que competían con
en el siglo XIX, que se daba por sentado sin subrayarlo- se él se basó en la perplejidad del historicismo ante determinadas
convirtió en el principal objeto de reflexión estética e histórico- circunstancias de su época, la noción de que el método tiene
filosófica.) La "tendencia del material", que Theodor W. Adorno limitaciones históricas no debe inducir a exageraciones.· Por
declara la principal categoría de una historiografía basada en ejemplo, no se debe considerar que la teoría de la comprensión,
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tal como se la desarrolló en el siglo XIX, es hoy un fragmento de que el conocimiento histórico se eleve al autoconocimiénto dela'
tradición que ha perdido toda validez y que debe ser soslayado razón. La racionalidad no se eleva como norma e instancia
por una teoría moderna de la historia. No será fácil aceptar, sin abstracta por encima de la historia ni -en tanto razón instru-
escrúpulos intelectuales, las soluciones a las cuales llegó la mental- es una simple herramienta de auto afirmación del
filosofía de la historia. Pero el problema de entender a otro, a un hombre en un transcurso histórico que, en su conjunto, es
desconocido, seguirá interesando ala estética ya la historia de irremediablemente irracional. "En nuestro idioma, la palabra
la música, siempre que la música romántica clásica -entre 'historia' reúne la parte objetiva y la subjetiva, y significa tanto
cuyas premisas se halla la idea de la originalidad y el principio la historiam rerum gestarum, como la misma res gestae ... No
de la expresión- siga conservando un lugar destacado tanto en debemos considerar la unificación de ambos significados como
la historiografía como en la práctica musical, lugar que hasta el una coincidencia externa: pensemos que la narración de la
momento no parece peligrar. historia aparece simultáneamente con los verdaderos hechos y
Las reflexiones sobre la comprensión histórica se caracte- circunstancias históricos; un fundamento interior común los
rizan, casi siempre, por el esfuerzo de eludir los extremos: la une ... El tiempo transcurrido ante los pueblos .....,..podemos
imposición abstracta de normas racionales y la irracionalidad imaginar que han sido siglos o milenios- antes de que se
imposible de captar. La filosofía o teoría de la historia del siglo inciara lahistoriografía y colmado de revoluciones, migraciones
XIX buscó un criterio o un punto fijo más allá de la idea de una y los más profundos cambios, no tiene historia objetiva porque
razón universal e idéntica, en la cual ya no se creía, y de una carece de una historia subjetiva, no hay narración histórica"
intuición sólo legitimada por la empatía, en la cual se prefería (Hegel: Die Vernunft in der Geschichte [La razón en la historial
no confiar sin reservas. compilado por Georg Lasson, Leipzig 1917, 144-146). La histo-
"El requisito necesario para comprender una cosa es que ria no existe si no se tiene conciencia de ella; la propia historio-
quien entiende guarde cierta analogía con lo que luego se grafía puede considerarse como un hecho histórico. La tesis de
entenderá realmente. Debe existir una coincidencia previa, Hegel fue formulada en la época de la historiografía arqueoló-
original, entre el sujeto y el objeto. Comprender no es, de gica, basada en los restos y no en los informes; por eso puede
ninguna manera, un simple desarrollo a partir del sujeto; pero parecer curiosamente obsoleta. Pero no pretende expresar
tampoco una simple deducción a partir del objeto; es ambas desprecio hacia los pueblos "sin historia"; su intención es definir
cosas a la vez ... Para comprenderse, uno tiene que haberse lo que puede llamarse historia, a diferencia de los simples
entendido ya en otro sentido. En la historia, ese proceso funda- acontecimientos. Si la consideramos desde el punto de vista
mental de la comprensión es evidente, ya que todo lo que actúa metodológico y no desde el metafísico, la audaz idea de que en
en la historia universal se mueve también en el interior del la "historia universal se ha procedido racionalmente" -idea
hombre" (Wilhelm van Humboldt: Uber die Aufgabe des Ges- irritante para un historiador escéptico como Jacob Burckhardt-
chichtsschreibers, en Werke in fünf Btinden; Darmstadt 1960, señala una condición necesaria para que la historia se pueda
tomo 1,596 s.). De acuerdo con Humboldt, en la comprensión conocer y no sólo se la anote a modo de crónica y se haga de ella
histórica desaparece la división entre sujeto y objeto, en la objeto de empatía o de contemplación estética. No se pretende
medida en que el sujeto que conoce se reconoce en el actor: 'este afirmar que todo lo sucedido haya sido racional, sino que sólo se
último -como actor histórico y no casual- engendra la razón puede hablar de historia cuando ha estado presente la razón. y
en la historia y el sujeto que conoce, la reconstruye. Humboldt la razón incluye la reflexión sobre sí misma, así como la historia
traza una doble delimitación respecto de la racionalidad supone la conciencia de la razón.
ahistórica y de la historicidad irracional. De esa manera procu- "Por remoto que sea un suceso -en tanto se trate del
ra anclar la razón en la historia -no como algo dado y de género humano- nos resultará comprensible porque podemos
contornos fijos, sino como algo que surge y se crea-, de modo penetrar en él mediante el pensamiento ... aunque no con la
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totalidad de nuestras peculiaridades individuales, sino de una de la vida. Un texto es expresión de un "momento dé la vida:~ y
manera determinada, general. Ya que no todo nuestro yo em- ese momento de la vida; objetivado en eltexto, debe concebirse
pírico, sino sólo aquella parte que es lo esencial y perdurable, lo como parte de un todo, de una vida coherente. El método
no efímero, es capaz de moverse de ese modo fuera de sí biográfico que predominó en la historiografía del siglo XIX
mismo ... Cuanto más rico sea nuestro yo empírico, es decir, representa -en el caso de Schleiermacher y Dilthey- una
cuanto mayor sea la cantidad de experiencias que haya vivido consecuencia de la máxima hermenéutica según la cual.todo lo
en todos los ámbitos morales, más amplio será, dentro de él, el que es único ~una obra, una acción, una frase únicas- debe
yo genérico" (Johann Gustav Droysen: Texte zu Geschichts- interpretarse teniendo en cuenta el contexto del cual proviene
theorie, compilado por Günter Birtsch y -Iorn Rüsen, Gotinga y en el cual cumple una función. De modo que una creación
1972, 14). Los párrafos citados pueden despertar nuestra des- musical no queda en un aislamiento estético; a través de la
confianza. Porque parecería que la convicción de que cualquier hermenéutica, aparece como exteriorización de un momento de
hombre puede entender a otro, juzgarlo y aconsejarlo, fuera un la vida, y éste, como parte de un contexto de vida, como
prejuicio europeo nacido de la falta de respeto ante el extraño fragmento de la "obra de una vida". Por otra parte, en el enfoque
y el diferente. Ese prejuicio fue sustentado por el historicismo de la filosofía de la vida se verifica el esfuerzo por penetrar
y, a su vez, contribuyó a la afirmación de éste. Pero no debemos desde el ergon, la obra acabada, hasta la energeia oculta detrás
dejar de advertir que el "yo genérico" al cual se refiere Droysen de ella. Se procura dar fluidez a la creación sólida y remontarla
no es algo directamente dado -una sustancia común o un resto al elemento del cual proviene. En las últimas décadas, el
que queda luego de abstraer las diferencias históricas, étnicas "espíritu de la época" desconfía de una intuición histórica que
y sociales-, sino algo que debe ser adquirido. El "yo genérico", se considera empática, cuando, en realidad, está procediendo
más rico que el "empírico", se constituye por una progresiva con arbitrariedad. En cambio, es evidente la tendencia actual a
diferenciación, y no por la reducción a un common sense como partir de la realidad de una obra concluida; para remontarse a
supone la ingenuidad ahistórica. Además, el principio de com- las posibilidades que, en algún momento, estuvieron abiertas:
prensión concebido por Droysen no pretende que toda expresión la tendencia a partir de la forma dada, para remontarse a su
humana resulte comprensible al referirla a una interioridad génesis, y de los textos comprensibles, para remontarse a las
accesible a nosotros por semejanza. Droysen, a quien nadie estructuras de conciencia latentes o a los estados del incons-
puede tildar de ingenuo, no ignoraba la resistencia que ofrecen ciente. No se habla de filosofía de la vida, pero se la practica.
ciertos fenómenos a la intervención del historiador. Más bien La explicación de Dilthey acerca de la comprensión histó-
sugiere que para no agotarse en el registro de los anales, la rica se basaba en el concepto de "vivencia". La vivencia como
investigación histórica debe partir, en principio, de una com- categoría sobria, nada enfática, apuntaba ~n primer lugar-
prensión de lo que los hombres hacen y crean, aunque, ca- hacia el simple hecho de que, en las ciencias naturales, las
sualmente, algunas acciones y obras permanezcan incompren- experiencias directas, cotidianas, acuñadas por el "mundo de la
sibles. El "yo genérico" es una hipótesis antropológica para vida", son referidas a construcciones hipotéticas, a relaciones
apoyar un postulado metodológico. Droysen buscó refugio en entre espacio, tiempo, masa y movimiento. De modo que se
una "metafísica de las costumbres" porque se sentía obligado a puede imaginar una ciencia complementaria. Esa ciencia com-
definir las condiciones para que la investigación histórica sea plementaria recorrería el camino inverso y concebiría las expe-
posible. riencias ("vivencias") a partir del contexto vital al que pertene-
En Schleiermacher y, más tarde, en Dilthey, quien adhirió cían antes de ser enfocadas con el método de abstracción de las
a las teorías de aquél, la referencia de los hechos u obras a una ciencias naturales. Y Dilthey denominaba "comprensión" al
interioridad, a través de cuya exteriorización se hacen com- retorno de la "vivencia" a la "vida". Pero la vida, en cuyo
prensibles, adquiere un nuevo significado basado en la filosofía contexto cobran sentido las vivencias, un sentido que las hace
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comprensibles, lleva el cuño de lo histórico. La antropología se propio historiador sea quien fije los valores para estructurarla
convierte en investigación histórica, De modo que la compren- historia que narra. Simplemente afirma que el historiador
sión, tal como la concibe Dilthey, no debe considerarse un describe hechos, parte de cuyo sentido es estar referidos a
proceso místico, una internalización directa e intuitiva de la valores. Sin relaciones axiológicas, los hechos que constituyen
sustancia de la vida. Se refiere, más bien, a una captación del el material de la historia serían simple escoria que ha dejado
sentido que se atribuye a un momento de la vida como parte de atrás el pasado: una caótica masa amorfa. Pero los valores que
un contexto vital. La hermenéutica surgió de la filología, no de transforman el caos de sucesos y situaciones en una historia
la mística. relatable y coherente, no están construidos por el historiador e
La controversia sobre la comprensión y la explicación impuestos desde fuera, sino que ya se hallaban presentes y son
puede parecer obsoleta. Sin embargo, subsiste en la disputa descubiertos. La estructura de valores que hace posible una
entre historiadores y sociólogos, acerca de las interpretaciones historia rerum gestarum ya se encuentra prefigurada en las res
intencionales, causales y funcionales. Los malentendidos, que gestae. (Pero parece ser que la diferenciación entre losjuicios de
tienen su origen en una mezcla de ardor polémico y de lectura valor en cuanto objetos y en cuanto premisas de la historiogra-
superficial, suelen desembocar en un diálogo entre sordos. fía no resulta tan clara en la práctica como en la teoría postu-
Característico de esta situación es el mal uso de las categorías lada por Rickert: construcción y reconstrucción no muestran
"nomotético" e "idiográfico". La distinción propuesta en 1894 límites precisos.)
por Wilhelm Windelband postula que el objetivo del conoci- Actuar -y, de manera análoga, producir obras~ es, según
miento de la investigación histórica es describir y hacer com- Max Weber, una conducta que está ligada a un sentido subjeti-
prensibles sucesos y circunstancias irrepetibles; pero no impli- vo. y es al historiador a quien corresponde reconstruir el
ca, de ninguna manera, que las hipótesis sobre leyes económi- sentido de las acciones pretéritas. Por otra parte, nadie niega
cas, sociológicas opsicológicas deban excluirse de las explicacio- que la acción humana no sea exclusivamente intencional, sino
nes h~stóricas. Por ende, es un gran error utilizar las categorías que siempre depende de condiciones que pueden explicarse por
de Wmdelband para privilegiar a priori un determinado méto- vía causal o funcional. Lo único discutible es si -yen qué
do en lo que respecta a un hecho cualquiera, por ejemplo un medida- las estructuras en las cuales se encuadra la acción
hecho musical. A qué disciplina corresponde un fenómeno -si intencional deben esbozarse superficialmente o constituirse en
a una disciplina nomotética o a una idiográfica- no depende centro y en verdadero objeto de la investigación histórica. Lo
del hecho como tal, sino del objetivo del conocimiento. "La controvertido entre los "historicistas" y los "sociologistas" no es
diferencia entre investigación de la naturaleza e historia sólo la dialéctica del acontecimiento y la estructura: el hecho eviden-
comienza allí donde se trata de valorar el hecho con fines de te de que las acciones son regidas por instituciones y, a la
conocimiento" (Windelband: "Geschichte und Naturwissen- inversa, que las instituciones se actualizan en acciones. Lo que
schaft", en: Priiludieti 11, 1924, 149). La intención de la diferen- está en discusión es el objetivo del conocimiento: el acento en el
cia es metodológica, no ontológica. proceso aislado, que da por sentado el sistema, o en el sistema,
Después de Windelband, Heinrich Rickert expuso la tesis que cobra forma en los procesos. Una interpretación intencional
de que el objeto de las "ciencias de la cultura", de las disciplinas -como descripción de motivos y objetivos conscientes- es una
filológicas, era "el ser de las cosas" ... "en la medida en que esté explicación "de adentro hacia afuera"; una interpretación causal
determinado por valores" (Kulturwissenschaft und Natur- o funcional -es decir una reconstrucción de los mecanismos
wissenschaft, 1926, 78). La expresión "valor" -que suena económico-sociales, casi siempre inconscientes- esuna.obser-
~x~rañamente hueca, sobre todo en plural- puede resultar vación "desde afuera". Sería absurdo y dogmático afirmar que
Irritante para los metodólogos que se aferran al principio de la uno de los métodos es prioritario en principio y rechazar.alotro
"libertad de valores" de Max Weber. Pero no significa que el por desacertado y superfluo. Por otra parte, no es posible
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contentarse con la idea de que está permitido cambiar de
procedimiento según el interés del conocimiento. Más bien pocas veces es advertida por.los historiadores que la practican.
cabría preguntarse en qué medida son adecuadas y diferencia- Por el momento, no se avizora un acuerdo básico, es decir,
das, o inadecuadas y confusas, las comprobaciones de los algo que vaya más allá de los esfuerzos casuales por salvar
fenómenos musicales a las que se llega por uno u otro camino. diferencias. Por un lado, sería absurdo convertir en punto de
No hay por qué vacilar ante el argumento de la teoría de la partida de un juicio histórico sobre fenómenos de la cultura
ciencia según el cual el objeto de la investigación está consti- musical de la Antigüedad, por ejemplo la opinión del Iluminismo
tuido por el método (es decir, que la "música" es una cosa para (Aufkliirung) sobre el carácter ilusionista de la magia o la
un "sociologista",que recurre a un procedimiento generalizador, convicción de la física moderna de que las cifras ideales plató-
y otra, para un "historicista", que recurre a un procedimiento nico-pitagóricas representan una frágil construcción metafísi-
individualizador). Porque no se puede discutir seriamente la ca. Por otro lado, al observar relaciones de sentido histórico
existencia de un acervo básico que pertenece a la música y en el descubiertas posteriormente, es difícil descartar que se trate de
cual debe demostrarse la eficacia de un método. A manera de relaciones reales, sólo porque la época investigada no tenía
experimento mental, podría imaginarse una controversia entre conciencia de ellas. Es casi imposible imaginar la evolución de
un historiador, que sólo acepta como "música del siglo xx" las la teoría musical sin recurrir a argumentos que datan del siglo
obras esotéricas de la Nueva Música, que descifra mediante xxy que arrojan dudas sobre la "fisicidad" de la armonía de los
análisis estructurales inmanentes, y un sociólogo que sólo siglosXVIII y XIX (al punto de que uno se siente impulsado a pasar
declara históricamente importantes y dignos de una investiga- de la explicación interna de la historia de la armonía a una
ción "nomotética" a los fenómenos que llegan a un público explicación externa basada en la historia social, para que
masivo. Esa controversia sería un diálogo entre sordos en el resulte concebible esa extraña dependencia de unas ciencias
cual ninguno de los dos se escucha, pero en nada alteraría el naturales mal entendidas).
acuerdo tácito sobre el hecho de que sólo una historiografía de Además, no se sabe a ciencia cierta dónde han de trazarse
la música que tome en cuenta la dicotomía entre los ámbitos los límites dentro de los cuales una opinión históricamente
tiene la posibilidad de ser la adecuada. transmitida continúa siendo criticable "en las circunstancias de
Comoya se señaló, la relación entre comprensión histórica la época actual" (sin exponerse al reproche de estar cometiendo
"desde dentro" y observación "desde afuera" -es decir, entre una arbitrariedad anacrónica). ¿Es legítimo o criticable tildar,
interpretación intencional y explicación causal o funcional-e- no sólode errónea sino de históricamente inadecuada, la convic-
puede ser complementaria y, si hay una mutua tolerancia, ción a la cual se aferraban algunos teóricos de la música, aún en
hasta puede constituir un recíproco apoyo. Sin embargo, tiende el siglo XVIII?Nos referimos a la creencia de que una cifra
a enturbiarse y a transformarse en desconfianza no bien se representaba un principio eficaz y la simplicidad de una propor-
discute el postulado de que una época debe entenderse a partir ción era el motivo real del efecto de una consonancia. Repeti-
de sí misma si se la quiere captar en forma .histórica y no mos: ¿es legítimo formular esa crítica basándose en la metodo-
anacrónica. Considero oportuno aclarar que una explicación logía y en el grado de conocimiento de las ciencias naturales de
funcional se distingue de la causal en que se limita a establecer esa época? ¿Dónde encontrar el "verdadero" espíritu de la época,
una correlación entre dos hechos (por ejemplo un hecho psico- cuando en ella reina un caos de opiniones que procuran impo-
lógico y un hecho sociológico), sin decidir cuál de los dos es nerse o se oponen entre sí? ¿Cuál es la conciencia "predominan-
fundamento y causa del otro. te" de la cual debe partir el historiador cuando quiere caracte-
La ironía que significa el reconocer a cualquier época rizar un período? ¿La conciencia más avanzada, la más difun-
pasada el derecho a interpretarse a sí misma y la tendencia a dida o la de los influyentes desde el punto de vista político y
derivar y explicar el propio presente a partir de su prehistoria, social? ¿Es misión del historiador el tomar partido a favor de
aquellos grupos que determinaron la perdurabilidad de una
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época en la conciencia histórica, porque ellos dictaban lo que se
escribía? '
Según parece, la problemática es laberíntica y casi sin
salida. Para no ser víctima de ella, la historiografía apenas si
7
puede hacer algo más que convertirla en tema.
El juicio de valor como objeto

y como prermsa

Una de las contradicciones en las cuales caen, indefecti-


blemente, los historiadores según la opinión de sus críticos
filosóficospodría reducirse a una fórmula: enla misma medida
en que un historiador se esfuerce por lograr una exposición
objetiva de un fragmento del pasado, recaerá en juicios subje-
tivos. Por un lado, intenta reconstruir "lo que sucedió realmen-
te", sin apasionamientos y tomando distancia de su propio
partidismo. Por otro lado, se verá en la obligación de distinguir
lo esencial, lo que "corresponde a la historia", de 10 no esencial,
lo que puede omitirse. Para eso se basará en criterios comple-
tamente subjetivos, cuyo fundamento está en su origen y papel
social, en sus convicciones y experiencias. (El supuesto de que
el sujeto de la historiografía es colectivo y no individual poco
altera el problema.)
Pero las formulaciones que expresan las dudas filosóficas
acerca de la idea de la objetividad histórica oscilan entre dos
extremos. Un extremo es la burda sospecha de un resentimiento
y el otro es un sutil escepticismo llevado a sus últimas conse-
cuencias. El escepticismo deja abierta, por lo menos, la posibi-
lidad de que la dialéctica de "conocimiento e interés" -la
dificultad de que un momento subjetivo insuperable constituya
tanto una condición para el conocimiento histórico como una
barrera para éste- sea salvada por una reflexión progresiva,
una reflexión que mantenga en jaque el problema, al tomar
cada vez más conciencia de él.
Quien no confunda la idea de la objetividad con la ceguera
ante los problemas, no podrá negar que la decisión a favor de un
tema, la elección de un punto de vista y la selección de los
materiales están ligadas a intereses que echan raíces en la vida

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práctica del historiador. Pero la conclusión de que una afirma- En la controversia sobre el partidismo ~en la cual los
ción en materia de historia se puede, reducir, sin más, a una marxistas y los no marxistas parecen inconciliables y con
postura dogmática vinculada con intereses, es errónea. Porque frecuencia ni siquiera tratan de entenderse-« habría' que bus-
el hecho de que una exposición histórica pueda o no considerar- car, por lo menos, un punto de acuerdo para no caer en un
se científica, no depende tanto de los valores de los cuales parte, diálogo de sordos, en el que todos hablan y nadie escucha. Sería
como de los métodos mediante los cuales establece relaciones preciso admitir que los descubrimientos históricos siempre se
entre los hechos, en un campo minado de relaciones axiológicas. encuentran vinculados a intereses precientíficos (sin que por
La forma más burda -y, por ende, la más popular- de eso permanezcan ligados a ellos en el transcurso de la investi-
crítica ideológica es el irreflexivo procedimiento de cuestionar gación). Esos intereses ejercen influencia en el planteamiento
losjuicios históricos echando en cara al historiador su pertenen- del problema y en la selección de los materiales que se conside-
cia a un grupo social incapaz de llegar a la conclusión de "cómo ran "importantes". Quien esté convencido de que los hechos
sucedió realmente". Quien reconozca, por ejemplo, tener opinio- históricos hablan por sí mismos, sin que los motiven preguntas
nes reaccionarias, se estará negando a priori la posibilidad de que encierran una parte de subjetividad del historiador, quien
captar la realidad histórica y de adueñarse de ella en sus crea, pues, que basta con tomar nota de lo que se muestra lisa
pensamientos. Los fanáticos que se sienten seguros y satisfe- y llanamente como hecho, no logra ser objetivo sino simplemen-
chos en poder de la verdad miden el acierto ola fragilidad de una te ingenuo, yeso significa estar comprometido sin saberlo.
afirmación científica únicamente por las inclinaciones políticas Una polémica sobre métodos, fértil desde el punto de vista
de quien las formula. Insisten, además, en que el conocimiento de la teoría científica -en lugar de agotarse en un intercambio
coincide con los lemas del propio partido, que se considera de lemas ideológicos-, sólo comienza en el punto enel.cuakes
"universalmente objetivo". Se niegan así a admitir la posibili- preciso decidirse por una de las. consecuencias que pueden
dad de que se pueda llegar al conocimiento por otras vías y en extraerse de la dialéctica de "conocimiento-e interés", para
el interés de todos. decirlo con palabras de -Iürgen Habermas. Un historiadoro--y
Ante este tipo de crítica ideológica cabe insistir en la a eso apunta, en la comunicación racional, la afirmación de que
distinción ~un pocoolvidada, pero útil comopunto de partida=- éste se aferra a la idea de la objetividad y de imparcialidad=-
entre génesis y validez, entre el origen de una cosa y su esencia. puede convertir el propio interés y el propio partidismo en
El hecho de que un argumento haya surgido del resentimiento objeto de reflexión histórica (porque la investigación histórica,
no quiere decir que sea inválido y que deba dejarse de lado a comola filosofía, son disciplinas autorreflexivas, que pueden
causa de ese oscuro origen. (La noble opinión de que el verdadero objetivar sus premisas y convertirlas en tema de investigación
entendimiento sólosurge de la simpatía es un prejuicio idealista, recurriendo a sus propios medios). El propósito es el de actua-
que comenzó a desdibujarse a partir de Nietzsche.) La recons- lizar el elemento subjetivo -individual o colectivo- y así
trucción de las circunstancias en las cuales surgió una afirma- disminuir su influencia. El grado en que es posible una aproxi-
ción no basta para fundamentar si ésta es acertada o no. Y una mación a la idea de objetividad, yla medida en que el historiador
investigación basada en dudosas relaciones de valores -por es capaz de alcanzarla =-sin exponerse al peligro de la aridez de
ejemplo una historia de la música del siglo XIX que partiera de la un registro- no pueden fijarse por normas; quedan librados al
idea del nacionalismo como criterio para separar lo esencial de sentido de lo apropiado. Lo único cierto es que no llegamos a la
lo no esencial- puede llegar, sin embargo, a comprobaciones precisión que está a nuestro alcance "excluyéndonos" a nosotros
"objetivas", en la medida en que coincida, en grado aceptable, .mismos, a los observadores. Sólo la alcanzamos si utilizamos
con el material cuya coherencia interna pretende reconstruir y nuestra posición de observadores para lograr un acuerdo sobre
con el estado de conocimiento de la historiografía que representa el proceso de conocimiento y sus resultados, y tomamos concien-
el punto de partida de la exposición. cia del alcance de su influencia.
108 109
La consecuencia opuesta a la estrecha vinculación entre consiste en un entendimiento dentro de la scientific community;
conocimiento e interés es la decisión de los marxistas de seguir una "república de sabios" entre cuyos principios figura el dé
aferrándose al propio partidismo, después de haber actualiza- mantenerse ajena a las inmediatas preocupaciones en torno a
do -como los historiadores no marxistas- sus condiciones e la práctica política y económica. . .
implicaciones por medio de una reflexión histórica. En otras Si se prescinde de las eontroversias surgidas por malen-
palabras: agudizan y llevan a un extremo esa dependencia de la tendidos, la disputa sobre el "juicio de valor" -desencadenada
cual no pueden prescindir por completo. Eso desconcierta a los por Max Weber y que pasó de la sociología a la investigac~ón
no marxistas; pero el reproche de que los historiadores mar- histórica- gira, en primer lugar, en torno al problema de SI la
xistas ni siquiera se esfuerzan por lograr la objetividad, porque distinción entre "va loraci
oraciones ""l'
y re aciones di"e va ores , es t a-
la consideran sólo parcialmente alcanzable, no basta para blecida por Weber, basta para mantener alejada de dogmas
enfocar el problema en todo su alcance. Lo decisivo es la tesis de normativos a una ciencia que procura proceder de manera
que la historiografía marxista es objetiva, justamente por ser estrictamente empírica y, al mismo tiempo, evitar que el mate-
partidista, pues el partido que la sostiene pone en práctica lo rial histórico aparezca como un caos de hechos, en el cual se
prescrito por la ley del movimiento de la historia. pueden señalar relaciones arbitrarias, sin que éstas sean o?li-
Por lo visto, la prédica en favor del partidismo -que gatorias. Una "relación de valores" proyectada o ~econstrUlda
continúa ejerciendo atractivo- se basa en un círculo vicioso (y por un historiador, para separar los hechos esenciales y c~rac-
es poco probable que se lo pueda justificar como círculo herme- terísticos de una época pasada de aquellos que no lo son, difiere
néutico). La verdad histórica tiene que ser conocida antes de de una "valoración", porque representa una norma objetiva,
iniciarse la investigación; dé lo contrario, el historiador marxis- cuya validez determina el historiador, y no una norma subjeti:ra
ta no podría saber que el partidismo del cual parte, coincide con a la cual él mismo se somete. Alguien puede llegar a la convic-
la objetividad que él pretende alcanzar. De acuerdo con eso, su ción de que la historia de la música de fines del siglo XVIII y del
trabajo se agota en el esfuerzo subalterno de reproducir y siglo XIX sólo puede entenderse si se la ~efiere al ~o~tulad? d~ la
añadir detalles a lo ya contenido -al menos, a grandes rasgos- originalidad, que esperaba del compositor de musica artificial,
en la conciencia de la clase cuya práctica política representa la por un lado, novedad de medios artísticos y, por otro lado,
verdad histórica. (La polémica marxista contra los no marxis- expresividad, es decir, expresión de sí mism~. P~ro no por ?a?~r
tas es ambigua: en primera instancia niega la posibilidad de un llegado a esa idea está obligado a compartir dicha convIccI~n
distanciamiento respecto de los propios intereses -tal cual lo estética y a basarse en ella para intentar orientarse en el medio
postula la teoría de la historia no marxista-; pero, en realidad, musical. Lo que hace es reconocer una "relación de valores", sin
lo qué quiere decir no es que no se pueda superar el partidismo, compartir la "valoración" que ella contiene (aunque, por su-
sino que no se lo debe superar.) puesto, le esté permitido aceptarla).
Contra la afirmación marxista de que la teoría, en acción Existe, sin embargo, una dificultad: un historiador sólo
recíproca con la práctica -una determinadapráctica-, permi- "encuentra" parcialmente las "relaciones de valores" por las
te llegar al grado de verdad alcanzable, la investigación histó- cuales se guía para representar una época pasada y, en gran
rica no marxista insiste en su convicción de que -justamente parte, debe "fabricarlas". De más está decir que es necesario
a la inversa- el distanciamiento respecto de la práctica repre- demostrarlas empíricamente, para que no queden en la catego-
senta, por 10 menos, una posibilidad de acercarse a la idea de ría de determinaciones arbitrarias. Tomemos por ejemplo la
objetividad. La objetividad realmente posible -y no la abstrac- tesis de que la evolución musical en el siglo XIX puede entender-
ta y utópica- es definida, operativamente, como intersubjeti- se, en gran parte, en función de los esfuerzos en torno a la música
vidad. La intersubjetividad, de la cual se espera una neutrali- como lenguaje. A pesar de que la estética de la época giraba
zación del compromiso subjetivo del historiador individual, alrededor del concepto de lo musicalmente bello y el contraste
110 111
entre música absoluta y música programática, esa tesis tendría podría ser que el juicio sobre El anillo del nibelungo coincida lo
grandes. posibilidades de reunir los- hechos históricos en un suficiente con las ideas estéticas en materia de ópera imperantes
esquema que sería esclarecedor, sin ser superficial. Pero, en la en Alemania durante el siglo XIX, como para constituir la expre-
práctica científica cotidiana se ponen de manifiesto dos cosas. sión representativa de una "relación de valores" de la cual puede
En primer lugar, "los" hechos tienden a adaptarse, con igual partir un historiador de la ópera alemana, sin exponerse al
docilidad, a "relaciones de valores" en oposición. En segundo reproche de una ciega parcialidad. Finalmente -en un cuarto
lugar, las "relaciones de valores" establecidas por un historia- nivel de reflexión-, la "relación de valores" cuyo alcance histó-
dor, con referencia a un fragmento del pasado, están estrecha- rico se investiga puede ser sometida, a su vez, a una "valoración"
mente vinculadas con las "valoraciones" que él acepta. Aunque de las premisas a las cuales adhiere el historiador en cuestión.
se las pueda separar desde el punto de vista de la lógica El hecho de que los juicios de valor deban separarse
científica, permanecen unidas en el aspecto psicológico y en el de lógicamente de los juicios fácticos no excluye que los juicios
la práctica científica. Esto ocurre, justamente, porque "los" prácticos de valor estén fundados parcialmente en juicios fácti-
hechos históricos toleran, con sorprendente indiferencia, "rela- cos y que, a su vez, los juicios fácticos estén influidos porjuicios
ciones de valores" distintas y recíprocamente excluyentes (por de valor. Hasta las afirmaciones causales pueden depender de
añadidura, las "valoraciones" se filtran siempre en los juicios convicciones morales y estéticas. Para decidir si la "causa" de
acerca de qué hechos son "históricos", es decir, que "pertenecen que la tonalidad tradicional se derrumbara alrededor de ~~10
a la historia"). De modo que la distinción de Max Weber significa -por lo menos en la música artificial, que demostró ser decisiva
más un motivo de inquietud que de tranquilidad para el histo- históricamente- fue el "desgaste" del propio sistema formal o
riador. Para no desorientarse y hartarse a causa de las contro- la "agresión" de algunos compositores, es necesario juzgar si en
versias, confusas y hasta torturantes, acerca de "valoraciones" el terreno de la música es adecuado avanzar lo más posible en
y "relaciones de valores", es necesario tener presente que -como la lógica yen la expresividad musical o si sería más "razonable"
ya se señaló-la investigación histórica es una ciencia reflexiva -en pro de la inteligibilidad~ no sacrificar una institución
en sí misma. En otras palabras, hay que recordar quejas mientras sea posible mantenerla, aunque ya se haya producido
premisas de las cuales parte pueden convertirse, a su vez, en un vaciamiento parcial.
objeto de una investigación histórica que no supere los límites de Pero eso no significa que el juicio estético y moral, al cual
la propia disciplina. se ve inesperadamente forzado el historiador, quede al margen
La trivial afirmación de que el El anillo del nibelungo de de una discusión racional. Sobre todo, no debería olvidarse que
Wagner es una de las obras destacadas del siglo XIX se puede las proposiciones normativas, si bien no pueden deducirse
fundamentar mediante una exposición de la historia del efecto lógicamente de los hechos, experimentan la influencia de éstos
sin necesidad de recurrir a normas estéticas. Dicho de otra desde un punto de vista empírico. La división entre enunciados
manera: la tesis es aceptable por medios empíricos. En cambio, normativos y descriptivos propuesta por la filosofía de la ciencia
la afirmación de que en dicha tetralogía se convierte en realidad suele hacer olvidar que, en la vida cotidiana, las decisiones
histórica la idea del drama musical -que a veces se insinuaba acerca de los valores son permanentemente rectificadas por los
en la historia de la ópera, pero que siempre se volvía a.hundir-e- hechos a los que se tiene acceso. Pero si se tiene en cuenta la
incluye una premisa normativa que nadie tiene por qué compar- recíproca influencia de normas y hechos, puede considerarse
tir. Pero no se debe dejar librada al arbitrio la decisión de un legítimo incluso que una norma aceptada en el pasado no sólo
historiador de aceptarla o no. Se puede investigar empíricamen- sea considerada por el historiador como válida para ese tiempo
te -con los medios de la investigación histórica, y no con los de y ese grupo social, sino que la mida según conocimientos y
la estética- si la supuesta norma cabe en la historia de las ideas hechos accesibles para esa época, que podrían haber tenido un
sobre el drama musical. Y, aunque no es probable, el resultado efecto rectificador.
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Las "relaciones de valores" descubiertas por un historiador preciso distinguir entre el canon que se elige y el canon del cual
en la música y en la cultura musical de una época pasada, y las se elige. El hecho de que ciertos historiadores de.Ia música no
"valoraciones" a las cuales él mismo tiende, ya están relaciona- se sientan tan atraídos por Handel, Haydn, Mendelssohn o
das entre sí por la tradición, por la perduración del pasado en Stravinsky, comopor Bach, Beethoven, Schumann o Schonberg,
el presente. Nunca se emite un juicio no condicionado en puede ejercer una influencia sobre la elección científica de los
relación directa y primaria con el objeto. Se juzga aceptando o temas o puede manifestarse en juicios estéticos aislados; pero
rec~~zando -en ~o~~a consciente o inconsciente- opiniones influye poco y nada en el canon del cual parte la historiografía
r~~IbIda~~o~tradI?lOn. ~ar.a formular esta idea con más preci- de la música, aun la de los detractores de Handel o de Stravin-
sion: Iosjuiciosestán mas vinculados conjuicios anteriores que sky. Es muy improbable que un historiador de la música que no
con un estado de cosas. experimenta la menor afinidad hacia la música de Gluck y
Pero si se parte de un punto intermedio entre "valoracio- tiende a hacer suyo el juicio adverso de Handel, excluya al
nes" y "relaciones de valores", suministrado por la tradición se compositor de Orfeo y de Ifigenia in Tauride de la historia de la
pone de manifiesto que el problema de la selección de lo que música, tal cual él la entiende, o lodesplace hacia sus márgenes.
"corresponde a la historia", es decir la distinción entre lo El canon por el cual se decide, desde el punto de vista estético,
e~e~cial y lo no esencial, con el cual el historiador tropieza a la selección subjetiva, casi no modifica el canon que siempre ha
diario en su práctica científica, se diferencia mucho del dilema constituido el fundamento de su decisión y elección. Y sólo el
c~nstr.uido por los teóricos de la historia, para tormento de los canon primario, el preexistente, y no el secundario, subjetivo,
historiadoras. Los críticos filosóficos ven a los historiadores representa una premisa de la historiografía de la música.
envueltos en una dialéctica sin salida. A sujuicio, el historiador
se ve forzado a adoptar decisiones de fundamento exclusiva- Precisemos más aún la distinción: en principio, ni siquiera
mente subjetivo, para estructurar el caos de los hechos hasta una "relación de valores", de la cual resulta una selección
lograr una historia narrable. Eso significa que el camino a la realmente unilateral, pone en peligro el carácter científico de
"objetivaci~n" del difuso material, para convertirlo en un objeto una narración histórica. Nada impide que el historiador escoja
captable, tiene que pasar por una "subjetivación" del juicio. y establezca una relación entre obras de la historia de la ópera
Estas reflexiones se basan en una descripción de la actividad cuya ley formal se puede hacer entender a partir de la idea del
historiográfica difícilmente aceptable. drama musical, en tanto no afirme abarcar con su procedimien-
La investigación de la historia de la música opera con un to la historia de la ópera "en su totalidad" o "en su parte
canon de obras musicales que, según la convicción de los esencial". La "unilateralidad" es perfectamente compatible con
historiador~s,. "pertenecen a la historia". Eso no. sólo significa la "objetividad". Sin embargo, existe el peligro de que un
que han existido en el pasado y han ejercido influencia sino historiador de la ópera que tome a Wagner como orientación,
también que se han elevado por encima de los escombros del pase del silencio acerca de Rossini a un menosprecio ilegítimo
pasado. "La historia" a la que pertenece una obra-o de la cual desde el punto de vista científico. En otras palabras: corre el
permanece excluida- no es la suma de lo acontecido, lo que-ya riesgo de confundir, involuntariamente, una "relación de valo-
de por sí sería imposible. Es la esencia de aquello que el res" objetiva, que estructura un material histórico, con una
present~ ve c?mo una tradición a la que se siente ligado o por la "valoración" subjetiva, que es cosa privada.
qu~ se SIente Impulsado, sea por interés en la propia prehistoria Las fundamentaciones del canon de obras musicales que
o bien por un afán de distanciamiento de sí mismo a través de "pertenecen a la historia" parten, por lo general, de distinciones
la apropiación de lo extraño y distante. ' entre criterios estéticos e históricos. El rango estético corres-
Per~ el concepto de canon musical no es tan simple. Para ponde a la calidad de la obra en sí misma; la importancia
no desorientarse y sucumbir a conclusiones engañosas, es histórica, en cambio, al papel que la obra desempeña dentro de

114 115
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un contexto histórico. Una obra puede representar con particu- -que fue pobre- ni con un análisis de la obra como síntoma de
lar claridad el "espíritu de la época", puede definir un nivel un momento estructural del tipo "gran ópera". En esencia.'el
decisivo en la evolución de un género, de una forma o de una resultado depende del tipo de enfoque histórico, es decir, de que
técnica, o puede constituir una condición para el surgimiento de se aíslen los géneros drama musical y gran ópera entre sí, o de
obras incorporadas por sí mismas al museo imaginario de la que se los vincule estrechamente y se los trate como fenómenos
historia de la música. De modo que el hecho de que una obra paralelos. En un caso, Rienzi aparece como señal de una "etapa
"pase a la historia", como se suele decir, se justifica directamen- previa superada" en el camino al drama musical-como docu-
te por lo que es o, indirectamente, por lo que está marcando. mento de importancia más biográfica que historiográfica-; en
Pero el concepto de importancia histórica es ambivalente el otro caso, en cambio, se lo ve como el evidente testimonio de
y se presta a confusiones. Porque, por un lado, apunta hacia los una relación estética e históricamente objetiva entre los gé-
efectos en el tiempo y en el espacio, que se pueden medir o, por neros.)
lo menos, calcular. Por otro lado, señala que determinadas En primer lugar es necesario plantear los interrogantes
obras -u otros hechos históricos- adquieren importancia que surgen dentro del marco de la investigación. De esa mane-
sintomática en un contexto estructural o en un "tipo ideal" ra, las respuestas implícitas o esbozadas en los hechos históri-
proyectado por un historiador. El hecho de que las sinfonías de cos pueden registrarse con un grado de objetividad -de rela-
Johann Stamitz hayan irradiado un amplio efecto histórico es ción con el objeto y de validez intersubjetiva- que no dista
-para decirlo con palabras de Max Weber- una "base real" tanto de las exigencias de las ciencias exactas, como creen
para la aceptación de las obras en la historia de la música algunos historiadores amedrentados por la física; De modo que
(independientemente de cuál sea el juicio sobre su rango esté- la crítica sobre la apreciación de la importancia histórica de
tico). En cambio, el repertorio de una soirée musical a la que determinados hechos debería dirigirse, en primer Jugar, a las
asistió el señor von Uffenback en su viaje a París en 1715, sólo preguntas formuladas por los historiadores y; sólo en segundo
pertenece a la historia musical por ser característica de la lugar, a las respuestas que les fueron dadas; (Por ejemplo,.el
estructura de un concierto a comienzos del siglo XVIII. De modo papel histórico que se le confiera a Johann Caspar Ferdinand
que es preciso distinguir la importancia histórica como "efecto"; Fischer depende de la importancia que se le atribuya alaidea
de la importancia histórica como "síntoma" (o como "medio de de un ciclo de fugas ordenado por tonalidades, dentro de la
conocimiento", según lo define Max Weber). historia de la fuga y, por otra parte, de la importancia otorgada
Por eso, el que una obra musical demuestre tener o no a la propia tonalidad. Si, a pesar de El clave bien temperado,
importancia histórica depende -en gran parte, si no exclusiva- uno adhiere a las tesis de que, en primer lugar, el principio
mente- de los puntos de vista escogidos por el historiador y de cíclico es de poca importancia para la estética y la historia de la
los problemas que procura solucionar. Los problemas, por su fuga y, en segundo Jugar, lo importante del desarrollo de la
parte, están sometidos al juicio sobre su "relevancia" o tonalidad reside en la variedad y amplitud armónicas dentro
"irrelevancia". En última instancia, ese juicio tiene un funda- del movimiento y no entre los movimientos, la Ariadne musica
mento normativo; pero, en la práctica científica, está determi- de Fischer es una nada histórica, además de la nada estética
nado por factores empíricos. (Las situaciones con las que se que ya es.)
maneja habitualmente el historiador están a mitad de camino La separación entre los criterios estéticos y los históricos,
entre los extremos bosquejados: entre el de un efecto histórico laestricta diferenciación entre lo que es una obra musical en sí
que perdura, y una importancia puramente sintomática, que se misma y lo que es en sus relaciones históricas, sería abstracta
destaca sólo al construirse un "tipo ideal". Si se intenta, por y forzada, pues algunas categorías estéticas comprenden ele-
ejemplo, determinar el papel de Rienzi en la historia de la gran mentos históricos. En lo referente a conceptos como los de
ópera, no basta con la descripción de la historia de los efectos novedad y originalidad o epígono y trivialización, se puede
116 117
.. .

afirmar que su uso en la teoría del arte se basa en la transfor- rdenaban en una historia narrable de acuerdo con la norma dé
mación de juicios históricos enjuicias estéticos. El postulado de ~n género que se destacaba en una ob~~ paradi~~t~ca.
la originalidad lleva el sello de una estética de la época de la La diferencia entre factores estéticos e históricos y su
conciencia histórica. En segundo lugar, tanto los juicios estéti- dialéctica sólo se hizo consciente más tarde, mientras que la
cos como los criterios que les sirven de fundamento están verdadera formación del canon musical se basó en '7,na,c?n~~-
sujetos a cambios históricos. Sería un dudoso anacronismo sión de las categorías, característica del concepto de clásico y
hablar de epígonos en la música del siglo XVI, aunque la produc- de "clasicismo". Esto demuestra, nada menos, que el ca~on .ya
ción de motetes del siglo invite a hacerlo. (La imitación de un estaba fijado cuando se comenzó a reflexionar sobre su signifi-
estilo, que en el siglo XIX se habría considerado un signo de cado como armazón dela historia de la música y areco~ocer, un
debilidad, en el siglo XVI se podía considerar como testimonio de problema en la relación entre losj,uicios es.tétic~s ~ue ~nclUlay
una piedad que se entregaba plenamente a una tradición la función historiográfica que debla cumplir. Ongmanam~nt~,
sustancial, en lugar de pensar en los riesgos del "manierismo".) no corresponde a una conciencia histórica, sino a una p~ehlsto-
Por otra parte, la distinción entre importancia estética e rica. Y el concepto de lo clásico constituye una herencI~ de la
importancia histórica dista mucho de ser inútil, en tanto se cual se alimenta la historia de la música, porque sin una Idea de
tenga conciencia de su indefinición y de su transitoriedad, y no lo que "pertenece a la historia" se vería paraliza~a. Por otra
se trate de endurecerla hasta convertirla en una dicotomía, sino parte, la historia de la música de~tr~:e esa here~cla al neutra-
de comprender la dialéctica que surge de ella. Como se demos- lizar el concepto de norma, convirfiéndolo en etiqueta de una
trará, el canon de "lo que pertenece a la historia" le es dado al época sin implicaciones normativas. . .
historiador fundamentalmente "desde afuera". Para caracteri- De acuerdo con esto, el canon de obras musicales que
zar la "relación hacia afuera" -en tanto concepto que marca el pertenecen a la historia ya ~stá si~mpre ?rescrito para el
acuerdo sobre aquello que siempre está dado de antemano en historiador, por lo menos en primera mstancI~ y en.sus.rasgos
una investigación histórica-, el término "estético", a diferencia básicos. Por un lado lo encuentra como museo imagmano en el
del término "histórico", es una etiqueta muy útil, a pesar de que cual puede efectuar una selección subjetiva, sin alter~r el acervo
no todos los factores que influyen en la fundamentación de un del museo. Por otro lado lo encuentra comoarmazon: delque
canon musical sean de naturaleza estética. El "clasicismo" de parte y debe partir en su intent~ de escr~bir historia; En la
los compositores cuyas obras constituyen el armazón de la práctica musical, resulta poco real:s~a una I~ea recurrente que
historia de la cultura -Palestrina, Bach, Handel, Gluck, Haydn, aparece en las reflexiones metodológicas: la Idea de queJa.labor
Mozart y Beethoven- no se basaba exclusivamente en el rango del historiador se basa en una selección de obras musicales
estético ocupado por las obras, de acuerdo con los conceptos del efectuada por él mismo. En otras palabras, que, en primer lugar,
siglo XIX, es decir, de la época en que fue formulado el canon. Un debe fijar, por propia valoración, una nómina básica dejo q_uese
clásico era siempre un autor modelo, el classicus auctor de un destaca en el pasado, para luego tejer una red de relaciones
determinado género musical (así como Sófocles era el clásico de históricas entre las obras que él considera importantes. (Parece
la tragedia y Homero, el de la epopeya). Y la tesis de que como si la reflexión de la teoría del conocimiento -uno de cuyos
Palestrina representaba, como clásico, la música sacra católica; triunfos es el de haber descubierto la ingenuidad de los s~mples
Bach, la protestante; Handel, el oratorio; Gluck, la ópera seria; empiristas- se viera afectada, ell~ mism.~, por un tipo de
Mozart, la ópera buffa; Haydn, el cuarteto de cuerda, y Beetho- ingenuidad quele es propio.) pa l~, Imp~esIOn ~e .que es poco
ven, la sinfonía, era un juicio estético normativo e histórico práctico, si no errado, que la discusión epistemológica sobre los
descriptivo a la vez. Según la concepción del siglo XIX, la juicios de valor en la historiografí~ mU~Ical se guie pOLun
evolución de un género musical se constituía sobre la base de la enfoque que no coincide con lo que el historiador realmen~~ hace.
dependencia respecto de un modelo. Los hechos dispersos se La recepción del canon preexistente -una recepción que
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y qué no. La categoría del efecto histórico, que en la historia
de ninguna manera excluye la crítica- significa, por una parte, política permite destacar lo esenci~~,no.basta pa~alainvestiga-
que el historiador reconstruye las "relaciones de valores" por las ción musical -en la cual también tiene cabida->, pues la
cuales una obra fue admitida en el museo imaginario, y por otra grandeza musical, a diferencia de la política, es posible en
parte, que hace suyas, en tanto historiador (no como oyente de principio sin efectos históricos. La historia musical no está
música), algunas "valoraciones" que le aporta la tradición, para emancipada de la estética en la misma medida en que la
apoyarse en ellas al estructurar la historia que procura relatar. historia política está emancipada de la moral. Si se le concedie-
Por ejemplo, la decisión de que La Creación, de Haydn, es una ra validez política, la grandeza moral-al igual que la estéti-
de las obras que constituyen el armazón de la historia de la ca- no podría dejar de tener un efecto histórico. CAdiferencia
música, es completamente distinta tanto del conocimiento de lo que ocurre conEl clave bien temperado, no se puede hablar
histórico de las condiciones que cimentaron la fama de la obra de un efecto histórico de las cantatas bachianas; la convicción
o que la hicieron posible, como de la aceptación estética del de la grandeza de las cantatas de Bach no se basa en su
historiador, una aceptación que él puede dar o negar. Se trata significación histórica, que es modesta -casi podría hablarse
de una valoración sui generis que no se identifica por completo de un callejón sin salida en la evolución histórica-, sino en un
con una "relación de valores" reconstruida por el historiador, ni juicio estético musical e inmanente. El sofisma de que la
con una "valoración" actual efectuada por él. grandeza musical tendrá que descubrirse tarde o temprano y
El canon del cual parte la historiografía musical -'-un que, por tardío que sea el descubrimiento, no dejará de ejercer
canon que ella no fija sino que ya encuentra prefigurado- fue un efecto histórico, puede dejarse de lado.)
transmitido por la tradición. Y parece característico de la La investigación musical necesita, pues, de un canon
tradición ese estado de fluctuación entre una "relación de estético prefijado por la tradición para ser historia de la música,
valores", que es un objeto, y una "valoración" que representa es decir una narración estructurada de lo que fue. Pero el hecho
una acción. El canon constituye, por una parte, una resistencia de que, en principio, dependa de la tradición no significa que la
contra la cual se desgasta en vano la crítica histórica y, por otra, investigación acepte ciegamente lo que se le brinda como canon
un sostén del cual no puede prescindir. (Un historicismo que musical. La relación entre investigación histórica y canon
lograra penetrar por completo en la tradición se privaría de la tradicional-que es premisa y también objeto- podría descri-
sustancia de la cual se alimenta.) La historiografía de la música birse como una relación dialéctica. En primer lugar, un histo-
es, de por sí, incapaz de fundamentar juicios estéticos que riador puede analizar las formas y bases de la constitución
hagan posible la separación entre lo esencial y lo no esencial. primaria de un canon; es decir, que puede convertir en objeto de
Para no ahogarse en el caos de hechos y de relaciones arbitra- investigación las condiciones que determinan su propia activi-
riamente construibles, el historiador necesita una norma im- dad. La investigación histórica es reflexiva en sí misma, como
puesta "desde afuera". (Además de la imposibilidad lógica de ya se señaló en otro contexto. (El círculo que así se genera es
derivar principios normativos de principios descriptivos, la inofensivo: es un círculo hermenéutico y no "vicioso". Y la
diferencia entre la esencia estética de la música como obra, y la opinión de que un canon estético queda invalidado por el
existencia histórica como "documento", impide que el historia- esclarecimiento histórico, es un dudoso prejuicio. Admitir la
dor -mientras permanezca dentro de los límites de su métier- historicidad de un criterio no siempre significa cuestionarlo o
emita juicios surgidos de la experiencia musical en la situación anularlo. Afirmar que las normas están sujetas a una tradición
estética de quien se olvida del mundo y de sí mismo al sumer- -si se tiene conciencia de Jos límites-, en lugar de atribuir
girse en una obra. Puede, y debe, establecer "relaciones de todo a la naturaleza imperecedera de las cosas o del hombre, no
valores"; pero justificar "valoraciones" no es de su incumben- es un argumento débil que necesite de epígonos. En los comien-
cia.) Por otra parte, la historiografía depende de diferenciacio- zos de un historicismo que se concebía como iluminismo
nes estéticas para poder determinar qué pertenece a la historia
121
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(Aufkldrung) -en el siglo XVIII- la deducción histórica de la música-, lo esencial reside en los detalles.) La reflexión más
normas se centraba en su validez, una validez fundamentada superficial nos basta para comprender. que no se alcanza el
en su "intemporalidad". En cambió, ahora la tesis -en un rango de clásico por simple acumulación de éxitos en. las
tiempo paradójica y desafiante- de que las normas estéticas presentaciones. Por compleja y plagada de ~ificul~ade~,en la
eran "históricas de punta a punta" se ha convertido en un lugar recopilación del material que resultara una investigación ex-
común que ya a nadie asusta. La costumbre de aferrarse a lo haustiva, no deberían surgir discusiones en lo referente a
"intemporal" ha dado paso a la convicción de que para que una algunos de los puntos de vista a considerar. .
norma se legitime basta con que se cree, en torno a ella, un Es preciso distinguir entre el éxito de las presentaciones,
consenso que perdure por algunos decenios.) En segundo lugar, que en principio puede contarse y medir~e -aunque a v~c~s
sería conveniente hacer conscientes, confrontar entre sí y resulte difícil o imposible concretarlo en cifras->, y el prestigio
someter a un intento de sistematización, las categorías, crite- que puede lograr una obra sin necesidad de ser ejecuta~a. El
rios y formas de pensar -en parte explícitas y en parte implí- descubrimiento de La Pasión según San Mateo; gracias a
citas- que sirven de base al canon tradicional. Por ejemplo la Mendelssohn, puede considerarse la transformación de .un
idea de lo clásico y su historia. Ese intento de sistematización prestigio ya vigente entre los iniciados en un éxito de púbhco.
puede ser útil aunque no se trate de algo acabado. (Incluso la Nunca se puso en duda el rango de la obra, sino la posibilidad
prueba de que hay discrepancias en la red de categorías estéti- de exponer públicamente lo esotéricamente conocidoy de lograr
cas de una época y el intento de explicar las contradicciones que se entendiera. Yen El arte de la fuga, hasta el día de hoy,
internas, sería un resultado más que aceptable para un intento las ejecuciones parecen demostraciones secundarias d~ una
de sistematización. Para expresarlo en forma paradójica: hasta fama que está más allá de la práctica musical y no necesita de
el fracaso constituiría un logro.) En tercer lugar, la investiga- ella para ser transmitida.
ción histórica puede convertirse en crítica de la tradición sin El que la recepción de las obras musicales deba ser apoya-
superar sus límites. Para ello podría modificarse un canon de da institucionalmente para no quedar en algo casual y, por lo
normas estéticas, no sólo introduciendo contranormas, sino tanto transitorio, es un lugar común de la sociología de la
investigando hechos históricos que se opongan a las premisas música, (Las piezas que no entran en el sistema de las institu-
del canon o las destruyan. La investigación histórica modifica ciones quedan a la sombra -como los lieder para varios solis-
la tradición de la cual depende. (El que las normas no puedan tas- o deben adaptarse a las circunstancias, como en el caso de
deducirse de los hechos no quiere decir que no estén expuestas los madrigales cantados por coros.) El apoyo institucional, que
a su influencia. Y así como, por lógica, uno no puede verse mantiene vivos una obra o un género, es eficaz en diversas
obligado a aceptar una norma, también es útil, desde el punto formas y en diversos grados. Y el hecho de que en la teoría se
de vista empírico, tener presentes sus condiciones y consecuen- establezca una separación entre la fundamentación institucio-
cias, a fin de pasar de la rigidez "decisionista" a un sentido nal de la fama musical y la fundamentación estética -es decir,
común, que consiste en el sentido de lo apropiado.) que se distingan las condiciones exter?as de las internas.-
1. Por interesante que sea el tema, aún no se cuenta con tiene un sentido heurístico y sirve para fijar un marco categorial
una exposición de las formas y bases de la constitución primaria en la descripción de las mezclas que constituyen la realidad
de un canon en la historia de la música; una reconstrucción de histórica. La posición de las sinfonías de Beethoven en los
los caminos por los cuales Schütz y Gluck, Weber, Debussy y repertorios de concierto es -en menor medi~~ y en otro ~ent,i-
Schonberg alcanzaron una celebridad que hasta el momento do.:._una institucionalización, como la elevación de la polifonía
parece casi indiscutible. (Aunque se conozcan los problemas en vocal de fines del siglo XVI a la categoría de paradigma de la
líneas generales -Schütz y la música sacra protestante, Gluck "música sacra pura" ola:canonización de los moldes gregorianos.
y la idea del drama musical, Weber y el "espíritu nacional" en La estructura del concierto -que luego recibió el nombre de
122 123
"concierto sinfonía"- fue moldeada y constituida por las exi- aisladas -estratos sociales, por un lado, y musicales;por'el
gencias estéticas de las sinfonías de Beethoven, que no admi- otro- sino que sería necesario hacerlo con grupos de estratos,
tían ser utilizadas o mal utilizadas como piezas introductorias con sectores relativamente amplios de la jerarquía.
o como marco (un movimiento al comienzo y otro al final del 2. La palabra "dogmatismo" suele ser usada con un sentido
concierto) de un programa. El factor estético obligó -no direc- peyorativo por historiadores que no se han preocupado mucho
tamente, pero pocoa poco- a una reforma de la institución. En por el dogmatismo jurídico o por el dogmatismo teológico. Es
la música sacra, en cambio, se impone institucionalmente, como si se tratara de un terreno prohibido, en el cual no puede
"desde fuera", tanto la función litúrgica como la orientación del internarse un científico sin perder su calidad de tal y pasar a
estilo más adecuado a la finalidad prevista -representación figurar entre los profetas (como le reprocha Wilamowitz a
musical de la palabra-, y la exigencia estética aparece como Nietzsche). De acuerdo con una propuesta de Eric Rothacker, es
atributo que no debe faltar, pero que se añade a la sustancia, en preciso distinguir entre la fijación primaria de dogmas o nor-
lugar de surgir de ella. mas -que, indudablemente, no es asunto de la ciencia- y la
La gloria musical está siempre ligada a uno o varios de los elaboración secundaria de una relación sistemática entre los
estratos sustentadores que coexisten en una forma de sociedad. principios establecidos desde fuera. Esa elaboración puede
(Por estrato sustentador se entiende un público que se puede figurar entre las actividades científicas y -pese a su carácter
determinar por características comunes que están más allá del secundario-- no tiene nada de subalterna. (La pretensión de la
interés musical; no tendría sentido hablar de estrato sustenta- jurisprudencia de ser considerada como ciencia no tendría
dor de la nueva -o de la antigua- música, cuando los grupos mayor asidero si la explicación de condiciones, consecuencias e
reunidos en torno a la música electrónica o de laúd sólo están implicaciones de determinados principios quedara excluida del
socialmente unidos por un entusiasmo musical vinculado con lo concepto de ciencia.)
estrafalario.) Incluso dentro de una época con una estructura Las normas estéticas en materia de técnica de la composi-
social casi invariable y un concepto firme acerca de la música ción representan, por una parte, premisas de la musicología
artificial, no siempre es el mismo estrato sustentador el qué -en tanto condición para seleccionar las obras "que pertenecen
decide si la obra de un compositor ha de ser o no incorporada al a la historia"- y, por otra, son objeto de la musicología. Son
museo imaginario. La fama de Anton Webern -a diferencia de objeto de una estética musical histórica o de una poética
la de Richard Strauss- fue establecida por círculos herméticos, musical que se considera a sí misma dogmática -en el sentido
no por el público de repertorio de conciertos. Pero setrataba de no peyorativo de la palabra-, por tratarse de una sistematiza-
círculos que adquirieron influencia sobre la prensa, en lugar de ción de ideas, categorías, máximas y criterios, que sirven de
quedar condenados al sectarismo como los admiradores de base a los juicios y decisiones de una época -o de una de las
Matthias Hauer. Y para mencionar un caso que se sitúa en el "tendencias" de una época-, explícita o implícitamente. No
extremo opuesto, el hecho de que J acques Offenbach figure en basta con recopilar las declaraciones sobre música y sobre obras
el Panteón es una consecuencia de la conjura de intelectuales musicales transmitidas por una época y conformar con ellas un
versados en literatura e inofensivos amantes de la música mosaico de la historia de la recepción. Además, es preciso tratar
popular, en contra del público que se considera como lo único de reconstruir las condiciones y circunstancias en que se basó
serio. El ordenamiento de los compositores o de los géneros la decisión de incorporar algunas obras musicales en el reper-
musicales se ve dificultado por el hecho de que, en general, un torio -o en la memoria- y excluir otras. La idea de un dogma
estrato sustentador, socialmente definible, participa en varios estético musical-es decir, de la codificación y sistematización
géneros musicales y, a su vez, un género musical tiene partici- de las normas estéticas en materia de técnica de la composición
pación en varios estratos sustentadores. Dicho en forma abs- de un estilo o "tendencia" de una determinada época- incluye
tracta, no se puede establecer una correlación entre capas una expectativa: la de que la selección de las obras que constitu-
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yen el museo imaginario no haya sido fruto de una acumulación Si se considera la idea de un dogma estético -de una
de casualidades y de actos arbitrarios, sino que se haya basado codificación y sistematización de estilos de estética musical y de
en juicios y decisiones entre los cuales existía cierta relación. técnicas de composición de una época- como programa cientí-
Quizá los contemporáneos apenas tuvieron conciencia de esa ficoválido, se verá desde otro enfoque el problema del relativis-
relación que, sin embargo, incidió en su conducta. De acuerdo mo histórico, que muchos historiadores viven comoinquietante
con esto, el objetivo de un dogma estético sería descubrir, en o martirizante. Porque, dentro de los límites de una estética
documentos aislados, las huellas de una forma de pensar. En esa dogmática, losjuicios y selecciones no se refieren exclusivamen-
forma de pensar, que calificaremos de "estructura profunda", te al sujeto, o sea al arbitrio y al estado de ánimo casual del
están contenidos los juicios y decisiones de una época, tanto los individuo. Tienen un fundamento intersubjetivo, son "dispu-
formulados en palabras como los adoptados sin una fundamen- tables", en el sentido escolástico de la palabra que se encuentra
tación explícita. Así, por ejemplo, un intento de explicar el tras la frase, siempre mal interpretada, "de gustibus non est
surgimiento de la fama musical en el siglo XIX podría partir de disputandum". (Un dogma jurídico permite deducir con preci-
una hipótesis sin mayor fundamento en la estética de la época, sión las decisiones, en lugar de dejarlas libradas al simple
moldeada por la filosofía del sistema. Según esa hipótesis, la sentimiento de justicia.) En la medida en que se demuestre la
fundamentación exotérica y la esotérica siempre se penetraron posibilidad de reconstruir las condiciones que confieren impul-
mutuamente y, a pesar de la idea de una música absoluta, el so a un sistema de estética musical, aumentará la seguridad con
éxito casi nunca fue exclusivamente musical, sino que se en- la cual se declaran adecuados o inadecuados para su tiempo los
contraba ligado a tendencias extramusicales, sin que por ello la juicios o decisiones aislados emitidos en una determinada
música misma estuviera forzosamente modelada por el "espí- época, en lugar de tomar todo lo dicho como documento del
ritu de la época". De acuerdo con eso, habría que determinar "espíritu de la época" y registrarlo con indiferencia.
. -tanto en Wagner y Liszt, como en Schumannn o Brahms-la Un historiador que medite acerca de losjuicios de valor, en
configuración en la cual se reunían los rasgos manifiestamente lugar de emitirlos o aceptarlos, para después perderse en consi-
populares de las obras con los rasgos latentes de los cuales deraciones acerca del relativismo histórico, enfrentará el proble-
dependía el carácter artificial. Sin duda alguna y contradiciendo ma con medios científicos. El problema lo ayudará a determinar
una difundida simplificación, la música de Wagner no se hizo la estructura lógica, por un lado, y por otro, el alcance histórico
célebre sólo por su influencia sobre los sentimientos del oyente -es decir, los límites temporales, sociales y étnico-regionales-
ya pesar del "rico mecanismo artístico" escondido en el interior de un sistema de normas estéticas. Sin dejarse irritar por el
de las obras. Se hizo famosa por la íntima relación entre el hecho de que los sistemas normativos históricos sean , a su vez ,
pathos -que habría perdido rápidamente fuerza sin un funda- "relativos", se puede intentar, por una parte, entender su com-
mento artificial, y habría pasado a ser una mera cáscara vacía- posición interna y, por la otra, localizarlos desde el punto de
y la riqueza de los medios artísticos, que sin la finalidad que vista histórico y sociológico.Una vez trazados los límites, uno se
cumplió de manera tan triunfal, apenas si habría despertado podrá mover por ese distrito con una seguridad que no se verá
interés. Aun aquel oyente que se abandonaba a la música alterada por los problemas -en última instancia siempre recu-
wagneriana sin reflexionar, en el fondo tenía conciencia de que rrentes- del relativismo. No se trata de desplazar dificultades
el efecto incluso plástico que experimentaba se debía a un arte metafísicas por medio de un empirismo ingenuo. Sólose procura
de la pintura miniaturista que no podía ser más sutil. En el caso señalar que no se debe caer en la tentación de apartarse de los
de Brahms sería preciso desarrollar, sobre la base de la configu- fines más inmediatos y alcanzables, por las paradojas filosófi-
ración del trabajo temático y la melodía dellied, una dialéctica cas. Es un mal criterio científico el de quitar importancia a lo
de las condiciones que exigía la fama en el siglo XIX, semejante accesible, poniendo permanentemente a la vista de quienes lo
en la estructura fundamental. buscan lo inalcanzable de los últimos objetivos.

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El intento de reconstruir sistemas estéticos normativos escepticismo respecto de las narraciones de historias ..Pero .la
del pasado no significa adherir a la máxima histórica según la forma se aparta del procedimiento habitual de la investigación
cual cada época tiene derecho a ser medida con su propia vara, histórica: la crítica histórica al canon musical es indirecta; no
una máxima que la costumbre hace ver como natural, pero cuyo ataca normas Ycriterios estéticos con argumentos estéticos. Se
sentido no es del todo claro. Se la puede fundamentar -como dirige a elementos vinculados con las normas; pero que no
Ranke- desde un punto de vista teológico (ante Dios, una época constituyen normas en sí. No obstante, como se señaló, justa-
no existe comomedio para el fin de otra, sino por sí misma); pero mente en la reflexión histórica sobre las condiciones y conse-
también puede tener una interpretación cínicamente cuencias de una norma reside la posibilidad de una discusión
funcionalista (lo decisivo no es que un sistema de normas racional de las opiniones, que de otra manera quedarían libra-
parezca bárbaro a los ojos de una época esclarecida, sino quesea das a un decisionismo irracional.
coherente en sí y haya cumplido la función integradora para la Obras que deben su prestigio estético y su validez como
cual fue pensada). Aún no es claro si la tesis histórica es una paradigma de un género al éxito de una leyenda, ~istó:ic~,
prohibición de emitir juicios "desde afuera" o si, simplemente, pierden su gloria cuando la leyenda sucumbe a la crítica histó-
delimita el métier del historiador. Es decir, si significa que el rica. La Missa Papae Marcelli de Palestrina puede ser -tomada
historiador debe entender los sistemas de normas ajenos de en sí- una obra de indudable clasicismo. Pero el rango norma-
adentro hacia afuera, en lugar de juzgarlos desde afuera (y tivo que asumió por considerársela la misa que convenció al
hacia eso apunta, precisamente, el concepto de un dogma reticente Concilio de Trento del carácter litúrgico de la música
sistematizador de los estilos de cada época), o si además postula sacra polifónica, desapareció -o, por lo menos, palideció- al
que una "valoración" que vaya más allá de la reconstrucción de comprobarse que se trataba de una leyenda. .
una "relación de valores" histórica es, en principio, ilegítima y El efecto histórico de las obras musicales, demostrado por
errónea. Y no sólo para un historiador que se mantiene dentro las investigaciones históricas (no nos referimos a la permanen-
de los límites de lo alcanzable por métodos empíricos y analíti- cia en el repertorio o en la memoria, sino a la influencia sobre
cos, sino para todos. Para decirlo a grandes rasgos, en el uso obras posteriores), no es un factor estético sino una instancia
cotidiano, la máxima historicista encierra algo de lugar común que -junto con los fundamentos para un juicio estético~
y algo de ideología y el paso que conduce de uno a otra casi contribuye a la formación del canon en el cual se apoya la hIS-
siempre pasa inadvertido. toriografía. Las óperas de la Camerata Fiorentina no figuran
3. La investigación histórica, en tanto ciencia, es también, en la historia por propio mérito -en tanto obras de arte que se
en gran parte, crítica de la tradición. No inicia su labor directa- han mantenido vigentes desde el punto de vistaestético-, sino
mente, como mera investigación de fuentes primarias, sino en por sus consecuencias: señalan el "comienzo de la ó~era". De.n.o
forma de refutaciones, modificaciones o confirmaciones de rela- ser por las consecuencias extraídas por Monteverdi=-Io ~eclsI-
tos tradicionales sobre situaciones o sucesos del pasado. De la vo era lo que ocurría en Venecia, no en Mantua-, el expenmen-
desconfianza hacia los informes tradicionales, convertida en to florentino apenas si se habría destacado más allá de un
método, surgen interrogantes cuyas respuestas se buscan en círculo apasionado por la Antigüedad clásica, que abarcaba
las fuentes primarias. El impulso para la investigación históri- desde la oda humanista hasta el cromatismo y la enarmonía de
ca parte de investigaciones anteriores, y los hechos constituyen Vicentino. Pero que una obra merezca un lugar destacado en.la
simplemente el material necesario para poder seguir el impulso historia, sólo por ser la primera de un género de larga e
primario. importante evolución, es un principio que, lejos de haberse
Si se somete la formación estética de cánones -que figura confirmado es muy discutible. Además, la fijación de una fecha
entre las premisas de la historiografía- a una crítica histórica, para el "comienzo de la ópera" es dudosa, pues las característi-
se verá que es una crítica de la tradición, al igual que el cas estilísticas musicales, dramatúrgicas y sociales del género,
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que hacen a su esencia, sólose fueron reuniendo pocoa poco.Por,' el punto de vista de la técnica de la composición. Esas renova-
eso, no sería absurdo colocar a la ópera florentina en el contexto ,•'•• ciones habrían surgido como consecuencias de renovaciones
de los experimentos periféricos. Probablemente no habría salí- ',. anteriores y no, por ejemplo, como sucesión de estados en los
do de él si la antigua historiografía no hubiera sustentado el cuales lo antiguo, junto con lo nuevo, forma parte del acervo de
prejuicio de que existía un "origen de la ópera", que coincidía con una música litúrgica que representa un sistema tonal.
la muerte de Palestrina y Lasso. Pero si se acepta la enmienda; Uno de los medios por los cuales los historiadores penetran
eso significa que una obra pierde el rango que le atribuyó la en un canon musical tradicional es la deducción analógica. Si se
historiografía y lo pierde por acción de la crítica histórica. Esta demuestra que las características por las cuales se destacaba
contiene un cambio de principios historiográficos, una descon- una determinada obra reaparecen en otra obra, el rango de una
fianza hacia el concepto de "origen". disminuye o el de la otra se eleva. Pero es inevitable el cambio
Como ya se señaló, el concepto de novedad implica -en .", en la constitución del museo imaginario, y la cantidad de obras
cuanto criterio estético- un factor histórico, un factor que, por " que pertenecen a una norma jerárquica corresponde, paradóji-
lo tanto, puede someterse a la crítica histórica. Si un examen camente, a la calidad.
detenido demuestra que la novedad en la cual se basa el El hecho de que el presente en el cual viven los historiado-
prestigio de una obra es una simple ficción, también la calidad res incida sobre la historiografía es un lugar común del cual
estética de la obra experimenta un cambio, sin que se haya nadie duda. Sin embargo, eso no quiere decir que el pasado sea
cambiado de lugar una sola nota del texto. El juicio de valor distorsionado y sufra un cambio de matiz. También puede
estético sucumbe a un juicio histórico fáctico; el principio significar que no todo enfoque corresponde a cualquier frag-
normativo es víctima de un principio de origen empírico. (El mento del pasado, en cualquier momento. (Lo que afirmó
empecinamiento con el cual Matthias Hauer insistía en haber Wolfflin sobre el arte tiene validez en lo que se refiere a la
sido el primer compositor dodecafónico, evidentemente, se historia del arte). Es indudable que el presente guarda una
basaba en la convicción de que el dodecafonismo no era un especial afinidad con determinadas épocas. Es una afinidad
invento sino un descubrimiento, lo cual concedía mayor impor- condicionada por el sentido y la relación interna entre sucesos,
tancia a la prioridad, según el modelo de las ciencias naturales; estados y obras (a pesar de que la simpatía, como ya se señaló,
Pero también se basaba en el sentimiento de que el factor está lejos de ser la única posibilidad de comprensión). No por
histórico del "por primera vez" -cómo lo definió Adorno-e casualidad, el reconocimiento de que el manierismo es un estilo
formaba parte de la calidad estética y de que una obra perdía su con sus propios derechos estéticos se produjo en la época del
autenticidad estética cuando se desplazaba su posición expresionismo. Pero no debemos exagerar la dependencia o la
cronológica.) afinidad entre el "espíritu de la época" y la posibilidad de
Pero una categoría como la de novedad es también objeto conocimiento histórico. El hecho de que en la década de 1930,
de crítica histórica, en otro sentido. Puede ser reducida en su plena de efervescencia política, el estudio de la cultura alemana
ámbito de validez temporal y social merced al conocimiento se volviera justamente hacia el Biedermeier -algo en aparien-
histórico. La máxima de que la música debe ser nueva, para ser cia contradictorio- demuestra, sin lugar a dudas, que la
auténtica, está más allá de toda duda para la música artificial ciencia del arte, al igual que el arte, suele no retratar lo que la
del siglo XVIII. En cambio, para la de los siglos XII o XIII -sin rodea sino que se refugia en la imagen contraria.
mencionar la música usual- es por completo dudosa, aunque
hasta el momento se la ha considerado fundamental en la
imagen que se tenía de la historia musical del Medioevo. Para
Friedrich Ludwig, quien sentó las bases de la evolución musical
del siglo XIII, ésta representa una cadena de renovaciones desde
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8
Sobre la "relativa autonomía" de
la historia de la música

El concepto de "relativa autonomía" del arte y de la historia


del arte es una categoría marxista, aunque no exclusivamente
marxista. En las cartas de Friedrich Engels, de la década de
1890, cumple la función de mantener el esquema base-superes-
tructura del marxismo libre de la sospecha de un superficial
descuido del arte: sólo "en última instancia" se concedería
importancia a la economía. Pero dentro del marxismo -o del
círculo de los autores que se declaran marxistas- no resulta
demasiado claro el sentido del principio de la autonomía, y la
función que corresponde al concepto varía de acuerdo con las
tendencias.
Nadie que conozca el tema discute ya que la autonomía
estética no representa un principio que flota por encima de la
historia, sino un fenómeno históricamente limitado y variable.
Pero los juicios sobre el alcance histórico de la categoría son
difíciles, porque dependen del contenido del concepto. Ese
concepto parece, por un lado, tan amplio que llega a coincidir
conla categoría de "música de concierto" propuesto por Heinrich
Besseler como lo contrario a "música corriente"; por otro lado,
puede ser concebido de manera tan estricta que llega a ser un
equivalente del principio de l'art pour l'art, La "música de
concierto" no es parte de un proceso que está por encima de la
música, sino que constituye un entretenimiento en sí y es un
fenómeno que se remonta a épocas inmemoriales. La doctrina
de l'artpour l'art, en cambio, es un lema del siglo XIX Yno surgió
de la burguesía ~omo aseguran sus detractores marxistas-
sino de una bohéme antiburguesa, aunque alojada en los nichos
dejados por la sociedad burguesa. También es difícil delimitar
claramente la música autónoma de la funcional. Esto se debe a
133
que algunas funciones de la música ~la función de representa- ción destinada a exaltar la gloria del príncipe y la importancia
ción, de entretenimiento, de sociabilidad y de cultura- se de la corte. Sin embargo, la destacada individualidad del
mantienen en un punto móvil entre la "música corriente" y la compositor -como persona, tanto empírica como estética, que
"música de concierto", entre la pertenencia a procesos extra- se representaba en las obras- no sólo se toleraba sino que hasta
musicales y una existencia e importancia independientes. Yese se buscaba; yen la categoría del "buen gusto", surgida en el siglo
punto puede tener diferentes acentuaciones, según se desplace XVII, se confundían los factores estéticos y sociales (se trata de
hacia el lado de la autonomía o de la funcionalidad. De todos una emancipación del juicio artístico y su funcionalización
modos se puede afirmar, sin caer en la arbitrariedad, que como vehículo de delimitación social). El gusto que se tenía o no
algunos géneros-musicales de los siglos XVIII al xxson autónomos se tenía no quedaba librado a la elección del individuo' era una
o primordialmente autónomos. Y desde el punto de vista convención de grupo. De acuerdo con una tesis d~ Jürgen
historiográfico sería útil (sólo se puede operar con consideracio- Habermas, el arte burgués sirve para la "satisfacción de nece-
nes acerca de la utilidad, puesto que no existe un concepto sidades residuales", desplazadas de la vida social diaria. Las
"único y verdadero" de autonomía) encontrar un camino funciones de sociabilidad, representación y cultura,es decir los
terminológico intermedio entre un equivalente de "música de ele~entos funcionales, se fueron debilitando en. un. público
concierto" y un concepto de autonomía que coincida con la mus~cal que representa una "masa solitaria", y el carácter
doctrina de l'art pour l'art. De esa manera se podría calificar de maSIVOno perturba ese solitario sumergirse en una obra de
autónoma, en primer lugar, a una composición musical que arte, sino que lo estimula. (La cultura sociable no prospera más
exija y pueda ser escuchada por sí misma, de modo que laforma que ~n pocos círculos.) La contemplación estética como compor-
predomine sobre la función. En segundo lugar, al arte en el tamiento adecuado a un arte autónomo (al igual que otra forma
sentido moderno del concepto, es decir, obras que surgieron popular de contemplación estética, que consiste. en un volverse
libremente en cuanto a contenido y forma y no por encargo." sobre sí mismo mientras se escucha, y en un disfrutar de las
Por otra parte, la autonomía estética no es un hecho alque propias emociones) no sería, pues, un fenómeno específicamen-
se le pueda atribuir un punto de partida fijo: no se puede te burgués sino un fenómeno que siempre puede darse cuando
afirmar, por ejemplo, que "el" arte -en la medida en que la soledad, a la sombra de la masificación, se convierte en
merezca ese nombre- es autónomo desde el siglo XVIII. Más característica de una forma de sociedad, seaésta burguesa ono.
bien representa un proceso cuyos comienzos se pierden en lo Aunque se parta de la composición y no de la recepción ' es
indefinido y cuyo final es por ahora indeciso. Más apropiadas casi imposible atribuir claramente el principio de la autonomía
que las afirmaciones categóricas acerca de si la música es o no a factores de la historia social, es decir, interpretarlo como una
autónoma, son las descripciones más específicas que intentan idea de origen y carácter exclusivamente burgueses. Por un
demostrar en qué medida y desde qué punto de vista lo es. lado, la música autónoma -como producto de una sociedad
La misa polifónica de los siglos xv y XVI era música de cul- burguesa- está sometida a la mecánica del mercado, aunque
to y, por lo tanto, sería definida por Besseler como "música se trate de una mecánica atenuada por la existencia del mecenas.
corriente". Sin embargo, el paso al frente del compositor, en' ~or otro lado, se opone -dentro de un espíritu antiburgués e
tanto individuo, no quedaba excluido. Era una ostentatio inge- incluso apelando a categorías feudales- a algunos principios
nii como le reprocha J osquin de Prez a Glarean; y la unificación.' de la producción de mercancías (por ejemplo, la repetición de
formal, desde el punto de vista de la técnica de la composición, modelos exitosos, repetición que haría perder a la música su
de las partes del ordinarium missae -que en la práctica ,carácter artístico y la degradaría al plano de la música trivial).
litúrgica permanecen separadas- en un ciclo fue un principio Además de constituir un hecho social, que se puede obser-
estético que no se agotaba en la función cultual. La música var e~ el .~mplio contexto de la creciente diferenciación y
cortesana de los siglos XVII y XVIII era parte de una representa- emancipación de los sectores de la vida, la autonomía estética

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es siempre una instancia de juicio. En el siglo XIX, la música autonomía también es una categoría de "recepción estética":
funcional sucumbe ante el veredicto de ser música de poca obras que no se concibieron como composiciones autónomas se
jerarquía. Es difícil decidir si la desconfianza estética fue el interpretan como tales a partir del siglo XIX, por haber sido
producto de una decadencia de la composición de las formas trasladadas de su forma original de existencia a otra, sin que
musicales con una función determinada o si ocurrió lo contrario: por ello se pueda hablar de una adulteración. La música de Bach
si la música funcional descendió al nivel de la trivialidad porque fue redescubierta -más bien, descubierta- y se le otorgó así
se adaptó al prejuicio que existía en su contra. autonomía estética, haciendo abstracción de su destino primi-
También es ambivalente -tanto desde el punto de vista tivo de música que debía cumplir un objetivo determinado. Al
objetivo como desde el de la psicología social-la relación entre adquirir autonomía estética pudo convertirse en paradigma y
arte y artesanía que surgió en el siglo XIX. Por un lado, en un expresión clásica de la idea central de la música absoluta. Esa
mundo de trabajo dividido y alienado, dispuesto y administrado idea, la de una relación directa entre la estructura más diferen-
de una forma heteronómica, el arte se presenta como una ciada y la expresividad más completa, fue sin duda uno de los
actividad autónoma y como ejemplo y paradigma del trabajo no acontecimientos decisivos en la historia de la música del siglo
alienado, justamente porque conserva la antigua unidad de la XIX. y la nueva interpretación no se basa en una arbitrariedad
producción artesanal, a diferencia de la mercancía manufactu- que podría estar sujeta a rectificaciones. La "autonomización"
rada y de producción fabril (la utopía se nutre de la añoranza). de música distante en el tiempo es el anverso de la "historiza-
El arte conserva la dignidad de lo artesanal y representa un ción" del repertorio que se inició en el segundo tercio del siglo
resto de la burguesía preindustrial en medio de una época XIX. Obras cuyo contexto histórico se ha desmoronado, conti-
industrial, que comenzó siendo burguesa, para luego burocra- núan teniendo vigencia. Yno como simples relictos y documen-
tizarse en formas compartidas por las sociedades burguesas y tos de una época desaparecida, sino comouna presencia estética
no burguesas. casi intacta, aunque haya cambiado en forma sustancial.. El
Además, el arte -en tanto arte libre-e- se siente lejos de la arte puede conservarse o restaurarse sin, por eso; perder su
artesanía, por ser ésta una actividad desarrollada con una sentido, mientras que la constitución política y social de la cual
finalidad concreta y por encargo. En la distinción, establecida formaba parte está definitivamente muerta.
por Robert Schumann, entre el elemento "poético" de la música Según parece, la historiografía no permanece inmutable
-es decir, su carácter artístico- y el aspecto "mecánico", se ante la profunda diferencia entre los testimonios estéticos y
advierte un desprecio por la artesanía, un métier que el compo- políticos en cuanto a su existencia histórica. A medida que una
sitor debe dominar pero no resaltar. (La hechura debe mante- época pasada se va alejando, en la imagen que uno se hace de
nerse en secreto.) Por sus pretensiones, el arte burgués libre es ella palidecen las situaciones ysucesos políticos y sociales, y las
heredero del aristocrático ars liberalis. Si bien es cierto que obras de arte pasan a primer plano, como si ellas hubieran sido
este concepto apuntaba hacia la teoría de la música, hacia la siemprelas que determinaron las características de la época. Lo
contemplación del sistema tonal y no -como la categoría del .. que sobrevive en materia de presencia estética adquiere, en la
arte li-bre- hacia la música como sonido, se pensaba en que 111. reconstrucción histórica de un fragmento del pasado ---,-yesto es
libertad que concedía un ars liberalis y la autonomía del arte en más notorio en la arquitectura que en la música=-, un acento
el siglo XIX significaban una excepción en el "reino de la necesi- que no tenía cuando el pasado era un presente vivido. Yeso
dad", en la esfera de las obligaciones económico-sociales. ocurre sin que nadie se lo proponga. (El tópos tan difundido,
La autonomía estética es el resultado de un proceso histó .. según el cual la verdadera esencia de una época sólo se reconoce
rico pero en un sentido distinto de la idea del "arte como al mirar hacia atrás, es la expresión distorsionada de un hecho:
institución" que se desarrolló a través de un proceso de siglos. consideramos lo pasado que ha sobrevivido en el presente como
Además de constituir una categoría de "producción estética", la. más importante y característico que aquello en extinción, y lo
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consideramos así justamente por su supervivencia. Pero sóloun presenta como insistencia en una manera, y una originalidad,
metafísico puede establecer si la valoración de las generaciones que se hace valer como sello de un estilo, puede ser difícil de
posteriores es más "auténtica" que la de los contemporáneos, o establecer merced a hechos concretos; pero casi siempre se
viceversa; es decir, si la historia cultural y social tiene la percibe con claridad.) El motivo económico entra en conflicto
palabra decisiva.) con la idea estética que el compositor reconoce como instancia
De acuerdo con esto, puede afirmarse que la autonomía ante sí mismo. (La reacción del público suele ser ambivalente:
estética -o la autonomía relativa- representa un fenómeno la exigencia de renovación y lo opuesto, la exigencia de repeti-
histórico sobre cuyo alcance y significación se polemiza, pero ción, suelen estar equilibradas, y la fórmula del éxito inmediato
cuya existencia: no se puede negar. Sin embargo, eso no basta, es la frase "suena conocido", una apariencia que surge, por
de ninguna manera, para fundamentar y justificar el hecho de ejemplo, de los originalísimos temas de Chaikovsky.) Pero en el
que un historiador constituya el principio de autonomía en postulado de que un compositor debe resistirse a la presión
requisito indispensable para la historiografía. Por ejemplo, que social en pro de la integridad de sus obras -un postulado que,
describa la evolución musical como una continuidad de cambios desde fines del siglo XVIII ha hecho la historia de la música al
de forma, como lo hace Hugo Riemann, o que siga el ejemplo de oponerse a los efectos de los factores económicos-, se hace
los formalistas rusos y conciba la historia de la música como un visible el elemento moral del principio de la autonomía: la
proceso interno que se mantiene activo porque la consolidación integridad estética objetiva aparece comoel término correlativo
de un estilo y la consiguiente automatización de las percepcio- de una integridad moral subjetiva.
nes estéticas estimulan la renovación de los medios musicales. En Theodor W~Adorno el pathos moral se oculta en la
No es necesario negar el hecho de que la autonomía estética es tesis según la cual la autonomía estética -como la que mantu-
una idea delos siglos XVIII, XIX y xx, históricamente eficaz, que vieron Schonberg y Webern al precio del aislamiento social-e-no
deja su impronta en la realidad. Sin embargo, se puede afirmar representaría sólo un alejamiento sino, más bien; una resisten-
que representa sóloun objeto de investigación histórica; pero no cia ante una realidad histórica que tiende ala fatalidad. Según
una premisa de la historiografía. (Pero tampoco puede objetarse Adorno, la evolución musical interna es expresión, reflejo o
que es razonable -desde el punto de vista heurístico- partir, concreción de la evolución social general, aunque los composi-
en primera instancia, de los principios de la época que se tores no tengan conciencia de ello. Lo que ocurre en el interior
investiga, es decir hacer propio el concepto de arte del siglo XIX, de las obras ayuda a comprender lo que sucede en la historia.
si se intenta comprender la evolución musical de la época.) Las Justamente porque los compositores se entregan imperturba-
consecuencias que surgen de la autonomía estética para la bles a la marcha de la historia de los problemas de composición,
historiografía musical no dependen tanto del hecho histórico sin ceder a las influencias y exigencias externas, y procuran
mismo, comode sus interpretaciones. Y las diversas interpreta- confiar en la "tendencia del material", expresan una verdad
ciones del concepto y del fenómeno son muy contrastantes. La. acerca de la sociedad en la cual viven, y lo hacen con mayor
autonomía estética en su relación con la realidad social se ha precisión y acierto que lo que podrían lograr a través de una
visto como postulado moral, como falsa conciencia o como exposición directa e ingenua. Pero expresar el estado de cosas
utopía, una "utopía concreta", en el sentido que da Ernst Bloch significa distanciarse de él. (La forma estética del acuerdo con
a la expresión. lo malo es la idealización, no el retrato; un retrato que, según
Bajo el dominio de las leyes de mercado, un compositor se Adorno, no es impedido sino posibilitado por el "formalismo" de
ve obligado, o por lo menos tentado, por fuerzas económicas y la Nueva Música.) Por medio de la autonomía -que encierra y
sociopsicológicas, a aferrarse a una manera que en un tiempo le recoge parte de la realidad-, el arte se resiste a una realidad
aseguró el éxito. En otras palabras, se convierte en epígono de desdichada, en lugar de quedar librado a ella por la adaptación.
sí mismo. (El límite entre una imitación de sí mismo, que se De la tesis de que la evolución musical interna se convierte

138 139
~~ilDAD NACIONAL DE ROSA_
~ ... Itt}AD NACIONAL DE ROSAI'lfC'I,
eSCUEtA DE MUSleA
E,SCUEL.ADE MUSICA
en fiel retrato de la evolución social externa, precisamente por El "talante humanitario" de la música de Gluck o de Haydn
sustraerse a su influencia directa al insistir en los problemas sería la expresión de una "falsa conciencia", con la cual la época
formales, surge una consecuencia metodológica para el histo- se engañaba o se consolaba de la inhumanidad real en la
riador. Esa consecuencia es que él no expone la historia de la práctica social. Por otra parte se descubre, en importan.tes
música por sí misma, sino en relación con la historia social; pero obras, un contenido que las destaca por encima del momento de
la autonomía estética sobre la que reflexiona al pasar, al mismo su aparición y las convierte en herencia destinada a una época
tiempo queda retenida por su interpretación. Dado que la obra posterior, con una estructura social diferente. De acuerdo con
musical no adquiere su importancia documental-o histórico- esto, el "talante humanitario" no es una simple apariencia que
filosófica- independientemente de su carácter artístico, sino oculta la miseria de la situación existente y la hace más
gracias a él, el factor artificial no debe ser dañado, aunque se tolerable -es decir, que inhibe la conciencia de lo in soporta-
rompa el aislamiento estético a causa del "desciframiento ble-e-;a la vez es el "resplandor" de un futuro en el cual, más
social" postulado y practicado por Adorno. El hecho de que la adelante -en un reino de la libertad y de la humanidad
música sea socialmente elocuente, precisamente por su autono- realizada-, la gran música se incorporará realmente a la
mía, significa para el intérprete que, al descifrar lo que dice, no función social latente en ella.
debe.renunciar a la autonomía. Si la música no expresara lo que El que una argumentación marxista tien.da a la crítica
expresa por su forma, sería inútil que lo hiciera. ideológica rigurosa o parta de la relativa autonomía del arte,
La rigurosa tesis de Marx de que el arte representa una depende de la función polémica o apologética que le toque
ideología parcial o una conciencia falsa, uno de los "bancos de desempeñar. Si se trata de la descripción de funciones que
niebla en el cerebro humano" que distorsionan la realidad cumple la música en una sociedad no socialista, se recurre al
material, y de que la autonomía en la cual cree existir el arte esquema base-superestructura de, la crítica 'ideológica-Bi, en
moderno es sólo una apariencia que debe descartarse ... esa cambio, se procura caracterizar un estado quese aproximaala
dureza ideológica, pues, con la cual Marx enfrentaba al arte, no realización del socialismo, ya, no se adjudica a la música un
es su única o última palabra, sino la parte más visible de una sentido humano oscurecido por discrepancias ideológicas y
teoría cuyo anverso está constituido por un concepto utópico del utópicas, como si en algún punto se acabara conla "alienación",
arte. El hecho de que la independencia del arte resulte ser una tal como lo esperaba Marx respecto de la revolución social:
ilusión no es una característica del arte en sí, sino del estado de Entendido como expresión del convencimiento de queja
alienación en el que se ve obligado a existir bajo la ley de la música no se agota en su función ideológica engañadora, sino
división del trabajo. En una sociedad emancipada sería legíti- que, a la vez, permite entrever una utopía" el concepto de
mamente autónomo: una actividad que no obedece a otra relativa autonomía constituye una de las condiciones sobre las
finalidad que a la .autorrealización del hombre que la ejerce. que se apoya la teoría (y la política) de la "herencia cultural" que
(Cabría preguntarse si la utopía de un trabajo de la sociedad en le corresponde al socialismo hecho realidad.Sin embargo, no se
general, un trabajo no alienado, no es en gran parte irreal y alcanza a reconocer si se trata de una máxima clasicista -como
abstracta, y si la medida de posibilidades de realización que . en la tan citada frase de Marx sobre la supervivencia del arte de
contiene no existe ya: la de una actividad que -dentro de lbs la Antigüedad- o de una tesis sobre historia del efecto. En otras
límites de lo realmente posible- sería un paradigma de trabajo palabras, si el sentido actual, que habla al presente -en cuyo
no alienado.) beneficio se transmite el arte más antiguo- debe considerarse
La historiografía marxista del arte y de la estética de ·las como contenido original de las obras o como el resultado de una
últimas décadas opera en forma ambivalente. Por una parte, la historia de la recepción, que es una historia de descubrimientos
música de una época pasada aparece como un fragmento de pero también de reinterpretaciones.
ideología determinado por el orden social dentro del cual surgió.

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La "doble verdad" con la que opera la teoría marxista del La problemática en la cual uno se interna al enfrentarse
arte -la diferencia ya señalada por Marx entre crítica ideoló- con la tesis de la jerarquía es decididamente laberíntica, y es
gica y clasicismo, entre el desprecio del arte como "apariencia" comprensible que un historiador de la música se eche atrás y
y su valorización como "primer resplandor" - constituye una eluda tal enfrentamiento. Sin embargo, es inevitable formular
forma específica de una contradicción que preocupa también a algunas observaciones sin pretensiones epistemológicas.
la teoría no marxista delarte. Esto ocurre desde alrededor del En primer lugar, el axioma de una jerarquía firme e
1800, cuando entraron en conflicto la conciencia histórica y la inmutable de razones explicativas, entra en conflicto con el
metafísica de lo bello: el contraste entre el desciframiento de "pluralismo" metodológico. Acerca de éste puede afirmarse que
una composición musical como documento de la historia de las él, y no un concepto "idealista" cualquiera, representa el proyec-
ideas y de la historia social, y su interpretación estética como to actual en contra de la teoría marxista de la historia. El
obra de arte con una existencia propia, enla cual las implicacio- extremo polémico del pluralismo, que es un criticismo, se dirige
nes históricas -que no rechazan tampoco una interpretación contra dos objetivos. Por una parte, contra un dogmatismo que
racional, inmanente a la obra- son una función de la forma, y insiste en la existencia de una única relación real en los sucesos
no la forma una función del carácter documental. El proceso de históricos y que, por lo tanto, destaca de manera unilateral el
"autonomización" de las obras de arte, el proceso por el cual la factor del "reflejo" y subestima el de la construcción en la
música conserva su poder o surge al conocimiento, mientras que relación entre historia rerum gestarum y res gestae. Por otra
el medio del cual ella proviene se ha desmoronado mucho parte, contra el decisionismo resultante de un escepticismo
tiempo atrás, podría tener un significado muy especial según la extremo. Tal decisionismo consiste en que un proceso de la
interpretación marxista. Podría interpretarse que la función historia de la música -por ejemplo el paso a la atonalidad,
ideológica que desempeña una obra musical en la época de su alrededor de 1907- puede explicarse por la historia interna de
aparición es reemplazada por una autonomía estética lograda un problema de composición, por la analogía conrupturas dela
en una sociedad emancipada, que ya no se caracteriza por la tradición en literatura y pintura, o por hechos de la historia
alienación. En esa sociedad, la autonomía estética se manifies- social. Es decir que, de la rivalidad entre los esquemas de
ta, a la vez, como autonomía antropológica, puesto que el único interpretación, deduce que los historiadores pueden establecer
sentido de la música consiste en la autorrealización a la cual relaciones históricas en número casi ilimitado y que los hechos
llegan los seres humanos que se expresan musicalmente o se se acomodan con sorprendente indiferencia a los variadísimos
reconocen en la expresión musical. modelos que se les aplican. El problema central del pluralismo
La interpretación marxista ortodoxa del concepto de auto- metodológico -que procura eludir el escepticismo- es, pues, el
nomía relativa del arte relega a un segundo plano el elemento de desarrollar criterios que permitan yjustifiquen una decisión
utópico y trata de neutralizar el mal uso, "marxista vulgar", del acerca del grado en el cual los modelos de explicación se basan
esquema base-superestructura. Si bien admite la existencia de en hechos y acerca de la "profundidad" que pueden alcanzar. La
una mutua relación entre base y superestructura, en lugar de exigencia de someter una tesis historiográfica a una prueba
una dependencia unilateral, se aferra al axioma de que "en empírica es trivial y sólo parcialmente aplicable, porque no se
última instancia", siempre y en todos los tiempos, la estructura ha determinado qué hechos son los que permiten medir el
económica es lo decisivo. La compleja relación entre los elemen- acierto de un modelo. La elección del modelo decide, en parte,
tos de técnica artística, los factores estéticos, psicológicos; qué hechos son relevantes y cuáles no lo son.
sociales y económicos, que podría investigarse empíricamente; Dada la multiplicidad de causas a las que se puedeatribuir
requeriría -al pasar a la exposición histórica- un esquema de un suceso (en vista de la coexistencia o competencia entre
interpretación que estaría representado por el modelo de una factores intencionales y causales, de historia de la composición,
jerarquía inmutable. de las ideas o de las sociedades) tanto el historiador que
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pretende explicar, como el que se limita a narrar -y se ve musical deben buscarse en procesos biológicos, bioquímicos y
confrontado con una inabarcable multitud de procesos- enca- hasta físicos es tan indiscutible desde el punto de vista ontoló-
ran el problema de la elección racionalmente fundada y el de la gico, como absurda desde el punto de vista de la lógica científica.
acentuación. Las distinciones entre motivos, condiciones, cau- Por otra parte, no se sabe con precisión hasta qué punto es
sas y razones más profundas, con las cuales operan las expo- conveniente y adecuado llevar "hacia abajo" un recurso, y
siciones históricas, pueden ser vagas y carecer de una explica- cuándo se rozan los límites del absurdo. Por ahora no se
ción suficiente desde el punto de vista teórico. Sin embargo, son vislumbra la posibilidad de un acuerdo en la disputa acerca de
ineludibles cuando se procura no conceder a cada causa descu- si el historiador debe remontarse a explicaciones sociológicas o
bierta para un suceso la misma importancia que a las demás, y psicológicas y antropológicas, a partir de los hechos de la
hacer depender la selección y el grado de importancia exclusi- historia de la música. De cualquier manera, se deben reconocer
vamente de los "intereses de conocimiento" del historiador. (Es los peligros que ha de evitar el historiador: el del decisionismo,
lógico, odebería serlo entre los no marxistas, que un historiador que escalona "ocasionalmente" las razones históricas explicati-
tenga el derecho científico de elegir un cuestionamiento que le vas, con una arbitrariedad individual o partidista; el del dog-
interesa y que, según el cuestionamiento, varíe la relación entre matismo, que parte de una jerarquía histórica fija e inmutable,
causas y simples condiciones. Lo que es causa en una historia y el de la falta de adecuación, es decir, la referencia a causas, que
de la sinfonía puede ser condición en una biografía de Beethoven si bien son reales, no se encaminan en la dirección del interés
y viceversa. Pero eso no debe impedirnos establecer una dife- por el objeto a explicar. (Quien desee entender un proceso en la
rencia entre cuestionamientos centrales y periféricos. No se historia de la música, no busca, en general, una explicación
trata de que una explicación sea más "cierta" que la otra o que fisiológica, aunque se trate de la sordera de Beethoven.)
se "aproxime más a la verdad", como se suele decir sin reflexio- De modo que la tesis del pluralismo -entendida como
nar mucho sobre el sentido de la frase, sino que es más proyecto en contra de la teoría marxista de la historia- procura
importante o es fundamental.) r: que el historiador -aunque al final intente llegar a una
Una pluralidad de explicaciones, yuxtapuestas con igual- jerarquía de razones explicativas- se niegue a plantearse una
dad de derechos, es un principio heurístico del cual parte el escala fija desde el comienzo. Procura, además, que en lugar de
historiador para dejar abiertas posibilidades y no un resultado ello, escoja el camino más difícil, que consiste en adoptar y
al cual llega al final. Cuando intenta exponer en forma clara y probar heurísticamente una serie de hipótesis. igualmente
gráfica los resultados de sus investigaciones, se ve obligado a legítimas, pues está convencido de que la dialéctica entre la
seleccionar y escalonar las causas que él menciona. Y es natural apertura y la diferenciación pluralista de la cual se parte y la
que se esfuerce por fundamentar racionalmente sus decisiones, clausura y fijeza sistemática -a la que, en general, no se
en lugar de apelar -de manera decisionista- únicamente al aspira- de los límites de una determinada temática constituye
derecho a una elección arbitraria ante el impenetrable caos de un vehículo para el progreso del conocimiento.
posibilidades. El segundo motivo de desconfianza hacia la teoría marxis-
Si la idea de una jerarquía de causas históricas no se ve ta de la historia -,-aparte del motivo general, que consiste en no
seriamente amenazada al admitir que la elección de unos pocos cerrarse a las posibilidades que abre el pluralismo- es de
e importantes planteamientos es legítima y hasta razonable en naturaleza lógica. El esquema base-superestructura no parece
determinadas situaciones científicas, conviene cuidarse de no desechable a priori para ningún no marxista; pero no se lo
equiparar una gradación lógica de razones explicativas (la discute como axioma inamovible, sino como construcción hipo-
jerarquía a la cual termina por arribarse luego de unadiferen- tética que requiere pruebas empíricas. El método de verifica-
ciación heurística inicial) con una gradación ontológica. La ción no es tan fácil de aplicar en una disciplina histórica como
afirmación de que las razones "más profundas" de un suceso en una disciplina perteneciente a las ciencias naturales. Como
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ya se ha dicho, pocas veces faltan hechos históricos que hagan historiadores, siempre que no los domine la necesidad de buscar
plausibles esquemas diferentes de interpretación e incluso la tranquilidad en un esquema de filosofía de la historia.)
esquemas opuestos. Con todo, mientras la scientific community En cuarto lugar -aun en una época en la cual la estructura
se mantenga al margen de las agrupaciones de diletantes y de económica parece ser realmente la última instancia en el
fanáticos, no hay razón para quedar librados a un decisionismo sistema de dependencias, influencias mutuas y correlaciones-
irracional, nacido del escepticismo extremo. El hecho de que los se puede dudar si, y en qué medida, vale la pena recurrir a lo
historiadores muestren una tendencia a la controversia o al económico en una exposición sobre historia del arte. ''Y, por fin",
escepticismo en la discusión de principios, no quiere decir que, dice Burckhardt en la obra citada, "no es necesario encontrar un
en casos concretos, no puedan o no quieran ponerse de acuerdo motivo material para el nacimiento de todo lo espiritual, aun-
sobre la diferencia entre las hipótesis sostenibles y las especu- que al final se lo halle. Cuando el espíritu haya tomado concien-
laciones extravagantes. En la práctica científica cotidiana, no cia de sí mismo, continuará creando su mundo a partir de él"
es tan difícil llegar a un consenso acerca de la diferencia entre (60). El hecho de que lo "espiritual" reflexione, "tome conciencia
afirmaciones razonables y descabelladas, bien fundamentadas de sí mismo", garantiza una relativa autonomía de la evolución ,
o endebles, como se podría pensar ante la violencia de la que hace ver la referencia a la "base material" como poco
discusión sobre principios en la cual se embarcan los historia- fructífera, aunque sea posible. La afirmación de que sólo se
dores cuando proyectan una teoría. entiende la esencia de la teoría musical de la Antigüedad si
En tercer lugar, para los no marxistas no resulta evidente se analiza la estructura económica de la "sociedad esclavista"
sino improbable que el factor económico sea la última instancia -porque la teoría surge de la contemplación, la contemplación
en todas las épocas de la historia. Lo que es válido para el siglo del ocio y el ocio de la opresión económica-e- es dudosa aunque
XIX, no tiene por qué serlo para el Medioevo. En todo caso, para se admita la primacía de lo económico en la Antigüedad, No es
los historiadores que prefieren no acatar preconceptos en ma- necesario siquiera negar su importancia fundamental para
teria de filosofía de la historia, el modelo más plausible respon- opinar que el tener en cuenta las condiciones económicas
dería a la idea de un sistema abierto y variable, en el cual influye poco en el contenido objetivo y de verdad de una teoría
cambian las dependencias y las acentuaciones de los diferentes sobre el arte. Además, la creencia de que se llega a conocer lo
factores. y si uno aplica las ideas de Marx contra Marx, desde esencial de un tema cuando se exploran sus orígenes más
el punto de vista de la crítica ideológica se podría suponer que profundos es un prejuicio característico del siglo XIX, que Marx
éste saltó del empirismo a la filosofía de la historia y se limitó compartía con Nietzsche, pero que en el siglo xx ha perdido la
a convertir un estado de cosas observado en su propia época y apariencia lógica y natural que tuvo en un momento. (La
característico de ella en el princi pio general de la historiografía. "reflexión acerca de los orígenes" se considera hoy un "reduc-
El marxismo se aferra a la primacía de lo económico en "última cionismo" desacreditado.) Rastrear las raíces de una cosa en
instancia" y revela tanto una falta de sentido histórico como un lugar de tomar su madurez como punto de partida para la
idealismo que ve la historia de los sucesos como una simple observación, era un afán que el desconfiado positivismo de fines
fachada de los cambios de conciencia. No admite que la forma: del siglo XIX oponía al clasicismo del siglo anterior. (Busquemos
en que los fenómenos musicales están condicionados por la un ejemplo en otra teoría reduccionista, en lugar de hacerlo con
historia es también una forma condicionada por la historia y el marxismo: ¿es realmente necesario conocer las conflictivas
que la estructura de los factores que provocan cambios históri- relaciones de Beethoven con su sobrino Karl, según categorías
cos también cambia. (La variabilidad de las fundamentaciones psicoanalíticas, para entender las últimas obras de aquél?
y dependencias entre las "potencias" religión, Estado y cultura, Aunque el análisis fuera acertado, seguiría asemejándose a la
postulada por Jacob Burckhardt en sus Consideraciones sobre absurda reacción del hombre que, al ser consultado sobre el
la historia universal, es el modelo más esclarecedor para los asesinato de Sarajevo, respondió con consideraciones médicas.)

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En quinto lugar, no se puede dar por sentado que aquellos tiva deberá soportar el reproche de los marxistas. Se le echará
factores sociales que tuvieron una incidencia más evidente en en cara el no tener en cuenta relaciones esenciales: lasrelacio-
la historia de la música figuren entre las características esen- nes en las cuales se constituye realmente el verdadero sentido
ciales de una época desde el punto de vista de la historia social. de la música como fenómeno histórico. La pieza central de la
La tesis de Max Weber de que la distinción de clases sociales teoría marxista es una premisa que podría calificarse de postu-
según lapropiedad -que Marx constituyó en fundamento de su lado de la totalidad: la afirmación de que una historia de .la
modelo histórico- no es el único ti po de formación de clases que música relativamente aislada, separada de la investigación
no se puede construir científicamente y corroborar con hechos histórica general-o de otro fenómeno de superestructura- es
históricos, y de que una sociedad también puede dividirse en abstracta. Según Marx, la música de por sí -'-por ser un
clases según el rendimiento o el estatus, fue combatida por los fragmento de ideología-e- no tiene historia; .solo- la sociedad
marxistas. El argumento fue que el enfrentamiento entre las en su totalidad la tiene. De modo que la música, para ser
clases por la propiedad era el único antagonismo decisivo yel comprendida históricamente y no sólo recibida ideológicamen-
principio motor de la historia hasta el presente, mientras que el te, debe exponerse dentro de un horizonte prefijado por el
estatus, por ejemplo, representaba un simple "fenómeno de estado de las fuerzas y de las condiciones de producción. Lo que
superestructura". (Por supuesto tampoco se ahorraron repro- escriben los historiadores de la música sólo es una historia de
ches desde el punto de vista de la crítica ideológica: se señaló la música mientras no se limite a ser historia de la música.
que la diferenciación del concepto de clases propuesto por La tesis constituye un desafío que no debería eludirse.
Weber era una de las maniobras de la teoría científica mediante Algunos polemistas del marxismo califican a la musicología no
las cuales la burguesía amenazada pretendía engañarse a sí marxista, en forma global, de "idealista", como si los opositores
misma, y a otros, acerca del verdadero antagonismo que le del marxismo aún estuvieran en elmismo lugar en el que se
costaría la vida.) Pero, sin entrar en una disputa de sociólogos, hallaban hace un siglo, lo cual es un error, Y el desafío consiste
para el historiador de la música es evidente que justamente la en que dentro de la musicología no marxista, no faltan investi-
distinción secundaria -según los criterios marxistas--'-, la gaciones históricas ni interpretaciones de obras, procesos y
diferencia entre clases según el estatus, reviste particular relaciones aislados, sino ideas ideas acerca de una historiogra-
importancia desde el punto de vista de la historia del arte y ha fía amplia, que esté por encima de una recopilación enciclopé-
tenido más influencia en ésta que el antagonismo entre las dica de fragmentos de la historia de los compositores, ideas,
clases divididas por la propiedad. El concepto de "culto", por géneros e instituciones. La investigación musical corre el riesgo
ejemplo ---es decir del tipo que impulsó de manera esencial la de descuidar lo que ella misma designa. El concepto de historia
cultura musical del siglo XIX- definía un estatus cuya delimi- del espíritu -la idea de explicar la historia de la música como
tación (en el caso del "servidor del Estado", por los estudios transformaciones de la conciencia, que se ponen de manifiesto,
universitarios; en el caso de los comerciantes, por el manejo de sobre todo y con particular claridad, en la historia de las
la caja registradora, en lugar de la venta en el mostrador) no religiones y de la filosofía- ha decaído. Y esa idea ha decaído
puede expresarse a través de categorías económicas. Y, como por un imperceptible' envejecimiento, sin que haya mediado
señaló Burckhardt, en cuanto a la expresión "en última instan- una controversia. La teoría de la historia del formalismo ruso no
cia", no hay por qué dejarse impresionar, pues en la investiga- .' fue recibida por los teóricos de la música, y ya es demasiado
ción histórica, la última instancia no es siempre la tarde para asimilarla tras la decadencia de algunas premisas
como lo sugiere la metáfora jurídica. de la crítica. Finalmente, la idea de un pluralismo metodológico
Aquel que destaque el factor de la autonomía en la relativa sólo se ha concretado hasta ahora, desde el punto de vista de la
autonomía de la historia de la música, y -sin negarla . historiografía, en algunos pobres y aislados intentos. Se trata
olvidarla- conceda menos importancia a la dependencia del principio de la falta de principios o la idea de no anteponer

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una jerarquía fija de razones históricas explicativas, sino de disciplina empírica. La unidad de "la" historia-s-que es más que
partir de una multitud de posibilidades abiertas, para llegar una mera acumulación de historias individuales- sólo puede
-sólo al final- a la determinación de situaciones y dependen- . postularse en la filosofía de la historia; pero no puede fundarse
cias fundamentales, características de una determinada época. en los hechos, o, en todo caso, en la medida suficiente. De modo
Se ha llegado a una situación en la cual no se puede hablar de que el postulado de la totalidad -por grande que sea la
un consenso de los no marxistas sobre los principios básicos de tentación que irradia- es impracticable como idea de una
la historiografía. Es verdad que el consenso no debe ir demasia-. historiografía que trata de salir adelante con un mínimo de
do lejos en una disciplina viva; pero, en la actualidad, es especulaciones. Y el concepto de la totalidad ejemplar -es
demasiado débil, más por indiferencia que por diversidad de decir, particular- es contradictorio en sí mismo, y esa contra-
opiniones. De modo que, en una situación caracterizada por la dicción no puede justificarse como una dialéctica que refleja la
inseguridad, el enfrentamiento con los teoremas marxistas se dialéctica de la cosa misma. Es tentador el postulado de que un
ha vuelto urgente, sea para asimilar lo rescatable, para alcan- historiador que no pierde de vista la relación general puede
zar un grado más alto de reflexión en torno a las propias hacer visibles los contornos de ésta al describir las relaciones
convicciones o para delimitarlas respecto de las premisas aje- individuales. Pero en la práctica científica, el análisis "ejem-
nas y conferirles así contornos más firmes. plar" resulta ser una aplicación reiterada de algunas fórmulas
La crítica al postulado de la totalidad -a la tesis de que elementales que, según se afirma, expresan las leyes de movi-
una historia de la música aislada, que se considera autónoma, miento de la historia. (En general, la ciencia histórica marxista
no es historia sino un sector arrancado de la totalidad, sin una se caracteriza por alcanzar en la teoría y en la crítica a la
ley de movimiento propia- es factible desde varios puntos de historiografía no marxista un rango muy superior al de su
vista. Se lo puede criticar desde la filosofía de la historia, desde práctica historiográfica.)
la teoría del conocimiento o desde la práctica científica. Y En segundo lugar; la decisión de si la historia.sociales parte
bastaría con esbozar algunas consideraciones más bien prácti- de la historia de la música o si la historia de la música es una
cas y no teóricas. parte de la historia social, no implica necesariamente una
El principio de que el historiador debe "totalizar", como lo elección entre principios que se excluyen mutuamente, una
expresó Jean-Paul Sartre, suena tentador para el entusiasmo elección sobre cuya verdad o falsedad el historiador debe poner-
especulativo de la filosofía de la historia; pero no es aplicable a se de acuerdo consigo mismo y con la scientific community.
la práctica historiográfica. No se puede calificar de absurdo al También depende de los intereses del conocimiento, que pueden
principio de la totalidad, como lo hacen algunas caricaturas de cambiar sin ser por eso ilegítimos. La música puede concebirse
sus detractores. La idea de una totalidad de la historia, de la como obra, pero también como documento. Puede constituir el
cual el historiador debe comprender lo individual, no se refiere objeto que el historiador pretende comprender y en torno al cual
a una continuidad cuantitativa que todos sabemos inalcanza- reúne las razones explicativas, o un simple material que utiliza
ble. Lo que se pretende señalar es que "al establecer relaciones" para ilustrar estructuras o procesos de.la historia social. Nadie
-es decir, lo que hacen a diario los historiadores (la afirmación duda de la calidad científica de una exposición de historia social
de que se dedican principalmente a coleccionar hechos revela o cultural, porque la música encuentre unlugar en ella. Pero la
una mala interpretación de su actividad)-, surge involuntaria afirmación de que se trata de la "verdadera" historia de la
y naturalmente la idea de una relación general, de una relación música es desconcertante. En todo caso, a la tesis de que un
de relaciones. Parecería, pues, que "la" historia (en ese singular agrupamiento de hechos de la historia de la música sólo se
que se ha convertido en una trivialidad, pero que en realidad convierte en historia de la música dentro del contexto de la
representa una paradoja descubierta o construida en el siglo historia social, se le puede oponer la antítesis de que de ese modo
XVIII) no puede ser objeto de una investigación concebida como la historia de la música deja de ser una historia de la música.
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En tercer lugar, el postulado de la totalidad parece ser una .• neo está poco desarrollada en la historiografía marxista u
versión extrema de la regla hermenéutica básica, según la cual oprimida por premisas metodológicas. Si bien es cierto que
es preciso tener en cuenta el contexto para entender la verda, siempre se ha admitido e incluso subrayado que "la superes-
dera intención de un texto. Para un marxista, el contexto e~ tructura cambia con más lentitud que la base", un marxista
siempre la sociedad en su conjunto. Pero la verdadera dificultad nunca duda de lo que es "simultáneo" o "está en el tiempo" (la
hermenéutica, ligada desde siempre a la regla del contexto; base) y de lo que puede ser "no simultáneo" o "mantenerse
consiste en determinar racionalmente, en cada caso individual; detrás del tiempo" (partes de la superestructura). En otras
el alcance del contexto necesario para una comprensión satis .. palabras: siempre es la economía la que decide qué señala el
factoria con respecto al objeto de la interpretación y a la reloj histórico. Los marxistas no admiten la idea de que la
finalidad que debe cumplir. Porque el contexto no sólopuede ser historia de la sociedad como un todo está compuesta por histo-
demasiado estrecho; también puede ser demasiado amplio. rias de sistemas parciales, "no simultáneos" entre sí, y que es
(Para no interpretar mal algunas afirmaciones y conceptos del imposible saber cuál de ellos representa "el espíritu de la
trabajo de Eduard Hanslick Vom Musihaliech-Schonen. [De lo. época". (El concepto de "espíritu de la época" fue un tema
bello en la música] es útil saber que los primeros capítulos se . característico de la década de 1840. A pesar de la polémica
publicaron en forma independiente, antes de que se escribieran contra la interpretación del espíritu de la época como espíritu,
los últimos, y que, por esa razón, el contexto de algunas frases el marxismo se aferra a uno de sus elementos esenciales: la idea
no es el libro en su totalidad, sino el capítulo individual.) Sería de la sustancialidad de los momentos históricos.) Pero el espí-
innecesario hablar de la sociedad, si sólo se procurara describir ritu de la época, de acuerdo con el cual se mediría el nivel
la evolución de las relaciones entre la estructura de la sonata , histórico o social de los sistemas parciales, esuna ficción y una
la tonalidad y el cromatismo en el siglo XIX. Y sería un dogmatismo determinación arbitraria (siempre que se tome en serio el
sólo justificado por la aplicación de un sistema, calificar de concepto desde el punto de vista de la filosofía de la historia y
"antihistórico" un planteo musical interno; es decir, negar que no como designación de vagos estados de ánimo que predomi-
la historia de la composición puede representar un contexto nan en una época). Basta una superficial reflexión desde la
comprensible que vale la pena exponer. Pero sería difícil formu- perspectiva de la historia de la música, para someter a dura
lar criterios válidos para determinar el contexto apropiado de prueba la creencia en la sustancialidad de la cronología; una
un tema específico, ya que la delimitación de un contexto no prueba a la que difícilmente resistirá. Por ejemplo, el hecho de
sería sino un preconcepto -del cual debe partir el intérprete- que la música de fines del siglo XIX represente, en gran parte, un
sometido a la dialéctica del círculo hermenéutico. La demarca- Romanticismo de categoría -también en la literatura y en la
ción del terreno dentro del cual se mueve la interpretación debe pintura hubo malos romanticismos- en una época cuya filoso-
efectuarse según el sentido de lo que es apropiado en cada caso. fía o Weltanschauung llevaba la impronta del positivismo, es
Esa capacidad, que la tradición humanística de la historiogra- inconciliable con la idea de un único espíritu de la época, de una
fía siempre subrayó, difícilmente pueda ser reemplazada POI; cronología sustancial (la base económica, en el sentido marxis-
un dogma que se limite a prescribir un único contexto: el de la ta, es el espíritu de la época "patas arriba") y nadajustifica la
sociedad como un todo. afirmación de que la música había quedado a la zaga de la
En cuarto lugar, el postulado materialista de la totalidad filosofía. (Si se parte de la herencia que el final del siglo XIX dejó
comparte con el idealismo -cuyo reverso pretende ser- un al siglo xx, en lugar de declarar a la filosofía "simultánea" ya la
supuesto dudoso: la idea de una unidad sustancial de lo simul- música "no simultánea", se podría llegar a la conclusión de que
táneo o, en todo caso, de un "espíritu de la época" sustancial, que la "verdadera" sustancia de la época aflora en la música román-
puede servir de patrón de lo no simultáneo. Dicho en términos tica y no en la filosofía positivista. Lo más apropiado sería
negativos la no simultaneidad de lo cronológicamente simultá- describir y explicar cómo de la "falta de simultaneidad" entre el
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positivismo y el romanticismo surgió una "complementarie- se imponga un espíritu de la época que se aparte de aquello que,
dad" característica de fines del siglo XIX. Music is different es un por analogía con el organismo, se encamina a su fin..·Los
lema del positivismo.) historiadores son casi siempre eclécticos, y no hay razón para
En quinto lugar, es evidente que se malinterpreta la reprochárselo. Es verdad que el eclecticismo es una filosofía
historia comototalidad -cuya investigación persigue el postu- insignificante, pero para el historiador es una filosofía razona-
lado marxista de la totalidad- si se la concibe como una ble y factible. Por otro lado, puede ser útil esbozar los contornos
sucesión de acontecimientos, por analogía con las historias de una historiografía musical que parte de las rigurosas ideas
parciales, narrables en principio (aunque la cantidad del mate- del formalismo, para que la exposición del principio de autono-
rial puede impedir su narración). Se trata, más bien, de una mía no se estanque en una crítica de la crítica, en un enfrenta-
"idea regulativa" en el sentido de Kant: el concepto de "la" miento con las objeciones marxistas.
historia, en singular define un "horizonte trascendental" den- El formalismo, en su versión original y extrema, elaborada
tro del cual se constituyen las historias de los sistemas parcia- por Viktor Schklovski alrededor de 1920, concebía la historia de
les como tales. Pero el "horizonte trascendental" no puede un arte, como el proceso de automatización de la percepción
convertirse en objeto de conocimiJnto histórico, una condición estética y de una alienación provocada por la renovación de los
que éste siempre ha exigido. La "historia en su totalidad" es en . medios artísticos. En otras palabras, explicaba la aparición de
las ciencias históricas lo que la "naturaleza en general" es en las las nuevas formas en función del estancamiento estético de las
ciencias naturales: una premisa pensada, noun objeto empírico antiguas. Desde el punto de vista de la historia de las ideas, se
de investigación. El historiador la tiene siempre a su espalda y aparta de la distinción tradicional entre génesis y validez, entre
no frente a él. Si habla sobre ella -y es perfectamente legítimo lo que es o significa una obra y las circunstancias en las cuales
que lo haga-, deja de ser historiador para convertirse en surgió. De acuerdo con la concepción de fines del siglo XIX -tras
filósofo. el derrumbe del hegelianismo-, una concepción representada
La idea de una historia autónoma de la música -que en musicología por Philipp Spitta, por ejemplo, el "ser" de las
estimula la actitud polémica de los marxistas- no ha sido obras correspondía a la estética; el "devenir", en cambio, a la
puesta en práctica por nadie hasta el momento. Ni siquiera por investigación histórica. Y, en contra de la división de poderes
Rugo Riemann. Los principios de los formalistas rusos, cuya entre estética e historia, el enfoque metodológico del formalis-
"aspiración" era "desarrollar una ciencia de la literatura inde- mo permite interpretar el factor estético, el carácter artístico de
pendiente basándose en las características específicas del ma- las obras, no en forma metafísica -con las categorías de la
terialliterario" (Boris Eichenbaum, Aufeiitze zur Theorie und filosofía de lo bello- sino históricamente. El concepto de una
Geschichte der Literatur, 1965, 9), no fueron adoptados en la alienación de la percepción producida por la renovación de los
musicología, como ya se señaló. La investigación de la historia medios artísticos ~una alienación de lohabitual e internalizado,
de la música se presenta, por ahora -con matices que varían de la cual surge la necesidad de observar las cosas más a fondo,
según el historiador y según la época descripta-, como una es decir, una conducta estética-, además de representar una
mezcla de historia de compositores, de géneros, de institucio- categoría psicológica, es una categoría histórica. El formalismo
nes, de ideas y de estilos, sin que a nadie le haya molestado el es la teoría de una historia del arte que se presenta como una
hecho de que los diferentes enfoques se apoyaran, ocasional- cadena de innovaciones. Desaparece así la separación entre
mente, en modelos históricos divergentes. Así, por ejemplo, el "ser" y "devenir", la divergencia entre una estética metafísica-
esquema organicista de la historia de los géneros es perpendi- que concibe a la obra de arte como obra de arte- y una
cular al concepto del espíritu de la época en la historia de las investigación histórica que busca los condicionamientos a par-
ideas; porque en la medida en que los géneros musicales decaen tir de las biografías, la historia social y la historia de los géneros,
por envejecimiento, es muy pocoprobable que, al mismo tiempo, sin pretender por eso llegar al carácter artístico de las obras. En
154 155
el enfoque metodológico del formalismo, la historia del arte es; Tercero: el alcance histórico del método formalista -determinado
realmente, una historia del arte. "La nueva forma", escribía esencialmente por su proximidad inmediata al arte moderno-
Schklovski, "no aparece para expresar un nuevo contenido, sino es limitado (para expresarlo con más precisión: el formalismo es
para reemplazar a la vieja forma, que ya no es artística" (citado una teoría del futurismo, así comoel método de la historia de las
por Eichenbaum, 27). ideas -al cual se opone- fue una teoría del simbolismo).
Está de,más reprochar al formalismo la unilateralidad dé Cuarto: la automatización de la percepción estética no sólo se
la que indudablemente adolece, puesto que él mismo la destaca; proyecta en el futuro sino en el pasado, es decir que, en lugar de
El concepto formalista no se refiere a todas las implicaciones, innovación, se podría hablar de una restauración de lo históri-
condiciones y efectos del arte -como la estética musical de camente remoto. Quinto: categorías comolas de automatización
Eduard Hanslick- sino que se refiere a lo específicamente y alienación tienen implicaciones sociopsicológicas cuya expli-
artificial, a aquello que separa el arte de lo que no es arte y a un cación científica obligaría a abandonar la historia interna del
arte de otro. Un opositor que no quiera _,..,.ono pueda-e- detener- arte como arte. (Podría descubrirse, en ciertas épocas, que las
se en los rasgos periféricos, tendrá que negar la tesis de que lo premisas de la psicología de la percepción, de las cuales parte el
específico de un arte es su elemento esencial. formalismo, tienen validez para amplios sectores del público,
Los formalistas no afirman, en ningún momento, que el mientras que en otras, sólo la tienen para los artistas, que son
fragmento de historia relatado por ellos sealo único digno de ser los ejecutores del proceso de evolución de los medios artísticos,
narrado. Se limitan a señalar la posibilidad de reconstruir una y para un círculo de iniciados.)
historia interna del arte comoarte, y no comosimple documento Pero el problema no consiste en descubrir las debilidades
de los procesos de la historia social o de la historia de-las ideas¡ del formalismo, sino en hacerlas desaparecer sin sacrificar la
Demuestran que es posible reconstruirla como una cadena idea metodológica central: la idea de una historia del arte que
ininterrumpida de sucesos, constituida por la dialéctica de la sea historia del arte.
automatización y la innovación, y no como una yuxtaposición
discontinua de interpretaciones de obras, que crea la ilusión de
ser una historia sólo por la disposición cronológica. Acerca dela
historia de los medios artísticos --'-por específica que sea--"'-"'
puede afirmarse, primero, que es esencial y, segundo, que es
continua y autónoma y no discontinua y dependiente de condi-
ciones externas. Y quien adopte una postura desconfiada 'lE
hostil respecto del formalismo, tendrá que rebatir la primera'
tesis desde el punto de vista de la crítica ideológica y la segunda,'
desde un punto de vista empírico. --
Porque tampoco es difícil someter el formalismo a una
crítica profunda. En un análisis que se prolonga desde hace
décadas se han puesto en evidencia algunos puntos -débiles».
Primero: al no considerar la posibilidad de que las nuevas>
formas den origen a nuevos contenidos, se cae en un rigorismo-
injustificable, aunque se trate de un principio metodológico y.no
de un juicio histórico. Segundo: el concepto de innovación no'
basta para fundamentar el carácter artístico de las obras musí=
cales, es decir, aquello que distingue el arte de 10 que no es arte.
156 157
9
Ideas acerca de la música
estructural
-\:.

La denominación "historia estructural" es una expresión


de moda. Desde hace algunas décadas, los historiadores tienden
a describir o analizar estructuras históricas -"estados", como
se las llamaba en el siglo XIX- en lugar de relatar acontecimien-
tos o encadenamientos de sucesos. Algunos de los motivos son de
índole extracientífica (de acuerdo con Thomas Kuhn, se.trata.de
un "cambio de paradigmas" científicos). Por una parte estáel
r:
prestigio de las ciencias exactas, "nomotéticas", que, quita' el
sueño a más de un historiador y lo impulsa a suplantar o, porlo
menos, a complementar el estilo épico de la historia.tradicional
-un estilo que permitía sentir la proximidad entre la historia
verdadera y la inventada-, por un estilo analítico y discursivo.
';11
(Sin ser necesariamente conscientes de ello, se vuelven a. un
público que prefiere ubicarse en una situación histórica colec-
tivamente soportada en vez de identificarse con figuras indivi-
duales que se destacan como héroes en su entorno.) Por otra
parte, en la sociedad moderna -en el "mundo administrado",
como lo llamaba despectivamente Adorno- se suman expe-
riencias de anonimato, despersonalización e imposición de
sistemas, que hacen dudar de que el concepto de individualidad,
como categoría histórica fundamental, tenga aún la vigencia
que le atribuía el historicismo. Por otra parte, esas experiencias
dan motivo suficiente para investigarlas (semiocultas) relacio-
nes funcionales de siglos anteriores y conferirles una acentuación
más marcada que a los sucesos y acciones individuales. (En los
estructuralistas más extremos, los sucesos concretos palidecen
hasta convertirse en epifenómenos de las estructuras, que
deben reconstruirse y desenterrarse para hacerlos conscientes
y darlos a conocer en su realidad.)

159
,\~"t'f.¡¡¡H'ild) NACtof~jU.DE ROSAItJG
...
~""r.lun,, Q':: NURICA
Johan Huizinga ya hablaba, en 1942, de un "cambio de la existencia y cohesión interna de los sistemas, no son los más
forma de la historia" -de las res gestae, no de la historia rerum apropiados para describir y explicar su resquebrajamiento y
gestarum- a partir de la revolución industrial. Pero en la desintegración.
medida en que las "estructuras" predominen sobre los "aconte- El principio hacia el cual apunta el término "historia
cimientos" como característica de la historia contemporánea estructural" -la idea de que las acciones de personas o grupos
-de la "cuarta edad", después de la Antigüedad, el Medioveo y siempre están sometidas a las condiciones de un sistema supe-
la Edad Moderna-, el historiador consciente del carácter rior de relaciones que, por su importancia fundamental, repre-
reflexivo de su disciplina debería ser cauto al aplicar el principio senta el principal objeto de.la historiografía-, no es.tan nuevo
o modelo de la historia estructural a épocas anteriores, prein- como lo sugiere el término, que ha aprovechado el atractivo del
dustriales. Debe tener conciencia de que un concepto historio- concepto de estructura. La historiografía de la música siempre
gráfico de la cultura de la época en la que vive puede ser, a su abarcó una parte de la historia estructural, tanto enla descrip-
vez, objeto de reflexión histórica. (Por supuesto, de ninguna ción de instituciones y roles sociales, como en la determinación
manera se excluye que sólo en la Era Industrial se haya denormas estilísticas e ideas estéticas predominantes.
producido un descubrimiento metodológico, cuyo alcance de- Por otra parte, no se puede negar que en general la
muestre ser universal. Lo que es válido para la historia en historiografía de la música se ha concebido, en primer lugar,
general-que ningún hist~riador puede renunciar a admitir la como historia de los compositores, de las formas o géneros y de
existencia de la historia más allá de la formación de una las nacionalidades. (La idea de una disputa de nacionalidades
conciencia histórica- podría ser válido para la historia es:' en torno a la hegemonía musical figura entre las ideas funda-
tructural que, de acuerdo con eso, constituiría una forma de mentales de la historiografía de la música.) Los historiadores de
pensar pero no un producto de la Era Industrial.) la música partían, comosi se tratara de la cosa más natural , de
, ,

Por otra parte, todos hemos experimentado que en; la máximas notoriamente divergentes. En primer lugar, de que
confusión del presente, de la historia vivida, los sucesos y los compositores destacados "hacen la historia de.la música" (la
acciones espectaculares pasan a primer plano, mientras que las historia de la música de los siglos XVIII y XIX se estilizó hasta
estructuras y relaciones de funciones que sirven de fondo (en convertirse en historia de héroes). En segundo Jugar, de, la
tanto modelos) a los sucesos captables, sólo se distinguen más máxima de que la evolución de un género musical se asemeja a
tarde, retrospectivamente. De modo que las líneas de la historia la vida de un organismo (comosi la historia de la música fuera
estructural, percibidas con mayor claridad a partir de la revo- un trozo de historia natural). En tercer lugar, de que en la
lución industrial que en épocas anteriores, pueden volver aser historia de la música de una nación se plasma yse hace realidad
confusas en la historia inmediata y cotidiana. Hasta se puede el "espíritu del pueblo" (como si la Alemania del Norte y la
concebir que ese primer plano ocupado por los acontecimientos, Alemania del Sur tuvieran una historia musical en común).
y no por las estructuras no sea sólo una impresión easualdelos La afinidad entre historia estructural y cultural, por una
contemporáneos provocada por la falta de distancia. Es posible parte, y entre historia de los sucesos e historia política, por otra
que justamente en las últimas décadas -yen contra , -es decir, en ambos casos, entre un método y un ámbito
tendencia esbozada según la cual los sistemas anónimos y , objetivo-, explica por qué algunos historiadores de la música
latentes, "hacen la historia" en lugar de las personas o los "' del siglo XIX ----"Como
August WilhelmAmbros, Wilhelm Heinrich
grupos visibles-, el curso de la historia se caracterice por Riehl, Adolf Bernhad Marx- prefirieron captar el pasado
conmociones que quizá requieran más una historia narrada, musical o la historia contemporánea a través dejas descripcio-
que una historia analítica y discursiva (sin que esto signifique nes de estados,' y no por reconstrucciones de las cadenas de
hablar en pro de la historia de héroes). Es evidente que sucesos. Pero si se supone (y esta suposición se impone a las
métodos de la historia estructural, desarrollados para descri claras a cualquier persona formada en teoría de la historia) que
160 161
la historia de la música, como parte de la historia de la cultura, y nacionalidades, es decir la forma en que se presenta la historia
exige "en realidad" un procedimiento de historia estructural de la música, no es historia de acontecimientos, aunque se le
-sea cual fuere el nombre que se le dé-, resulta entonces asemeje en el aspecto metodológico. La estética, que desde el
sorprendente la influencia ejercida por el método de la historia siglo XVIII evoluciona simultáneamente y en interacción con la
de los sucesos. (Desde el punto de vista de la historia de las historiografía musical concibe a la música como poiesis -para
ideas y de la historia de las ideologías, éste se basa en el expresarlo en términos aristotélicos-e- y no como praxis. La
predominio de la historia política sobre la historia social.) Esto concibe como producción de composiciones, no como acción en
queda demostrado, en primer lugar, por la importancia conce- un mundo social común. Por eso, la categoría fundamental es
dida a un armazón cronológico construido con datos acerca de distinta que en la historia política; no es el concepto de aconte-
la aparición de las obras musicales, como si lo históricamente cimiento sino el de obra. Esbocemos la diferencia de categorías,
decisivo sólo fuera el momento de la aparición de una obra y no aunque sólo sea a grandes rasgos: los acontecimientos son el
el lapso de su existencia dentro de una cultura musical. En producto de un entrelazamiento de acciones, resultante de
segundo lugar, por la tendencia a construir la historia de la motivos, apreciaciones y metas diferentes ya veces opuestos; y
música con biografías de compositores y procesos musicales la importancia de los acontecimientos no surge tanto de ellos
decisivos, a semejanza de lo que sucede con la historia política, mismos como de las consecuencias que acarrean. (Un "aconte-
que se expone como una sucesión de hazañas de héroes. En cimiento" político sin consecuencias no es un acontecimiento.)
tercer lugar, en la ya mencionada idea de que las "naciones Una obra, en cambio -por lo menos una obra de "tipo ideal"-
musicales" se fueron sucediendo en el dominio sobre Europa. es la realización de la idea de un individuo: el caso paradigmático
Encuarto lugar, en la premisa de que la historia de la música es la realización de la intención y no -,-como en la historia
está constituida, primordialmente, por las novedades en mate- política- su derivación; y el sentido de una obra se encuentra,
ria de composición, que se pueden exponer como un encadena- ante todo, en su existencia estética y noen los efectos históricos
miento de sucesos, a semejanza de los procesos políticos: . que emanan de ella.
(Aunque la suposición de que las obras más tardías surgieron Pero eso no quiere decir que no haya acontecimientos
como "reacción" a las anteriores debería fundamentarse en musicales: una ejecución en la que coincidan una determinada
detalle, en lugar de darla por sentada como la implicación partitura, un estilo de interpretación, las condiciones institu-
oculta de un método guiado por la historia política de los cionales, la expectativa del público y.una situación sociopolítica
acontecimientos, y aunque la reducción del pasado musical a puede ser calificada de acontecimiento, de intersección de
una sucesión de novedades -reducción enla cual la idea de acciones y estructuras. Pero nunca se ha intentado escribir la
originalidadde la estética clásico-romántica se confunde cu- historia de la música como historia de acontecimientos.iaunque
riosamente con una dependencia inconsciente respecto del se describan -y excepcionalmente se analicen-e- acontecimien-
modelo de la historiografía política- abrevia la realidad histó- tos aislados. Los textos, abstraídos de la realización tonal y de
rica en tal medida, que el equipamiento justificado desde el la situación social, las instituciones que impulsan aconteci-
punto de vista metodológico casi se convierte en una distorsión mientos musicales y, por último, las categorías que sirven de
técnica.) base a la recepción de la música, constituyen los hechos sobre
Según esto, la historia de acontecimientos, que en la los cuales se apoya la historiografía de la música y en los cuales
investigación histórica, en general -yeso significa principal- procura reconocer "modelos" que permiten una exposición cohe-
mente en la política-, se opone a la historia estructural, ha rente. Desde un punto de vista teórico se puede opinar que el
tenido indirectamente gran importancia para la historiografía acontecimiento, entendido como proceso sonoro en un contexto
musical, como ejemplo de efecto semiconsciente. Pero la in- social, es la verdadera realidad musical (y no la obra reducida
fluencia directa fue escasa: la historia de compositores, género. al texto); pero por el momento, no se entrevé cómo podría
162 163
concebirse, en la práctica científica, la historia de Ia música otros enfoques complementarios: quien quiera enterarse de
como historia de acontecimientos. algo acerca de la materia -dice Ernst Bloch-s- debe leer fi-
Podría ocurrir que, justamente una acentuación de la lósofos idealistas, en cuyos sistemas la materia es un problema
historia estructural estimulara el concepto de historia de acon- y no una premisa.)
tecimientos en la música y no el de una historia de los compo- El hecho de que la historia de acontecimientos y la historia
sitores y de las nacionalidades, según el modelo de la historia de estructural estén relacionadas (o deban estarlo), no quiere
los acontecimientos políticos. Porque la historia estructural y la decir, por cierto, que pasan fluidamente la una a la otra. El
historia de acontecimientos, tampoco se excluyen en la historia factor azar o la arbitrariedad -el azar en el encuentro de
política y social-sino que funcionan, más bien, en forma comple- acciones que avanzan en direcciones opuestas, y la arbitrarie-
mentaria, aunque no sea posible suprimir todo vestigio dé dad de las decisiones individuales- no desaparece jamás por
desacuerdo. La estructuras constituyen el fundamento que completo, aun en la descripción más diferenciada de relaciones
sustenta los acontecimientos y, a la vez, se realizan y se ma- funcionales.
nifiestan en ellos. El hecho de que sucesos musicales como el Por otra parte se advierte, como ya se señaló, que los
estreno de Los maestros cantores, en 1868, y el de Un requiem acontecimientos musicales, como el estreno de Robert le diable
alemán se hayan convertido en acontecimientos históricos, en de Meyerbeer o de Los maestros cantores de Wagner, se vincu-
lugar de hundirse en el olvido, presuponía una determinada lan más claramente con estructuras que con obras que se
configuración de condiciones sociales y estéticas, que pueden. transforman en acontecimientos. En un intento por aclarar por
explicarse como relaciones funcionales y que no tienen por qué qué una ópera tuvo un efecto espectacular y por qué produjo
ser descriptas como una simple acumulación de hechos. (Cuan- efectos de gran alcance, es evidente que conviene más recurrir
do un acontecimiento musical, como la primera presentación de a estructuras de la historia social y cultural que esforzarse por
Robert lediable, puede revolucionar las ideas del público acerca, entender el ser estético de una obra; un ser que reclama-o
de la esencia de la ópera, las condiciones para el cambio de- estimula una interpretación como texto yno un análisis como
actitud -en tanto estructura con la que luego coincide el acontecimiento. En otras palabras, en lamedida en que se capta
'I~

1m
acontecimiento-tienen que haber estado dadas y, para formu- la historia de la música como historia estructural, aumenta la
larlo de manera paradójica, al historiador le corresponde bus" posibilidad de analizar con acierto procesos musicales en tanto
car las causas por las cuales un acontecimiento se pudo conver .. acontecimientos, en el sentido enfático del término. (Y una
tir en causa decisiva.) Según los "intereses del conocimiento", historia social de la música que procura emanciparse del ele-
se puede partir de los acontecimientos para investigar las mento estrictamente biográfico, situado bajo el signo de. una
estructuras que sirven de base, o bien establecer una relación asfixiante teoría del entorno, deberá concebirse como sociología
entre un cierto numero de estructuras, para hacer entender-un de la historia de la función y no como historia del surgimiento
determinado acontecimiento. Para formularlo con más preci- de las obras musicales.)
sión: quien pretenda explicar un acontecimiento, en lugar de. . La expresión "historia estructural" ~cuyo sentido no debe
relatar los sucesos externos y suponer ciertos motivos subjetí= agotarse en la descripción de estructuras pertenecientes al
vos, debe reconstruir las estructuras que incluye. Y quien; pasado-> puede despertar la sospecha de ser contradictoria en
pretenda hacer entender el cambio de una.estructura y no se.' sí misma. Dicho de otra manera, puede crear la desconfianza de
limite a mostrarla en su estado de funcionamiento, estará que un estado deba pensarse en forma independiente de los
obligado a buscar acontecimientos que hayan afectado la es" cambios históricos, en la.medida en que sea representable como
tructura desde fuera o desde dentro. (Desde el punto de vista de estructura, y de que, a la inversa, sólo sea pasible de una
la práctica científica, para descubrir algo nuevo que correspon- descripción histórica cuando se disuelven o, por lo menos, se
da a nuestros intereses, casi siempre vale la pena recurrir á aflojan las relaciones funcionales que lo hacen aparecer como

164 165
sistema. Y esta objeción de que la historia estructural corre eh espacio para la descripción de procesos que se desvían del
peligro de sacrificar el verdadero conocimiento histórico ---la sistema, que se salen de él o que presionan para modificarlo e
exposición y explicación de procesos .históricos- a la idea incluso destruirlo.
obsesiva de sistema (un afán de construcción derivado de la A pesar de su gran semejanza, las estructuras que la
sociología funcionalista) está estrechamente ligada al escepti- historia estructural produra reconstruir, no son iguales a los
cismo de la lógica científica respecto del concepto de estructura estados de los que hablaba la historiografía del siglo XIX. Las
debido a la ambivalencia de su estatus teórico. En efecto, no se estructuras son, al menos por su tendencia, relaciones de
sabe a ciencia cierta en qué medida las estructuras, tal comolas funciones cerradas; los estados, en cambio, representan una
pretende abarcar la historia estructural, pueden entenderse en acumulación de hechos débilmente ensamblados. Por otra par-
el sentido que les atribuye Max Weber. Es decir, si tanto los' te, las estructuras empíricamente perceptibles son simples
elementos por los que están integradas, como las relaciones estructuras parciales -la constitución de la esencia del con-
funcionales existentes entre ellos, tienen que estar presentes' cierto, de las categorías estéticas de la recepción, del aparato de
en la realidad histórica. O si, desde el punto de vista metodoló- reglas de composición-que están entrelazadas, pero acercade
gico, está permitido completar mentalmente una realidad com.. las cuales no se sabe si constituyen una relación que representa
parable con un torso y esbozar la imagen de un fragmento del un "sistema de sistemas" o una simple y confusa yuxtaposición
pasado, sobre la base de datos dispersos y correlaciones frag- de estructuras. La descripción de un estado -según el sentido
mentarias, aunque notables, que son coherentes pero no sufi- que se le daba al término en la historiografía del siglo XIX-"_' no
cientemente controlables desde el punto de vista empírico. Esa pretende abarcar ni explicar una estructura general cerrada
imagen de un fragmento de realidad pasada no sería una sobre sí misma. Deja un amplio margen para los desacuerdos,
descripción sino más bien una construcción, cuya función es la las divergencias y; sobre todo, para las casualidades que inter-
de tornar visible una realidad fragmentada; de manera tal que vienen desde afuera en una relación de funciones. (El hecho de
sólo las desviaciones respecto del tipo ideal requieran una que el "sistema continental" haya acarreado efectos catastrófi-
explicación específica que penetre en circunstancias imprevis-. cospara la cultura musicallondinense de comienzos del siglo XIX
tas; mientras que el sentido de los fragmentos de realidad que no guarda relación con las condiciones internas del sistema.)
se ajustan al modelo está garantizado por el carácter sistemá- Además el concepto de estado parece recordarnos que los
tico de éste. sistemas siempre son escalas de un proceso de evolución, cuyos
La objeción de que una historiografía que hace detener el estadios previos y posteriores (que no se aclaran mediante un
tiempo no está de acuerdo conla esencia de la realidad histórica, análisis funcional, sino mediante una investigación histórica)
no afectó solamente a la moderna historia estructural sino deben tomarse en cuenta si se desea lograr una amplia com-
también a la investigación cultural del siglo XIX, cuyo paradig- prensión. Por eso, no está de más recuperar el concepto -algo
ma es La cultura del Renacimiento en Italia, de Burckhardt. olvidado y anticuado- de estado, que puede servir para recti-
Burckhardt presenta el Renacimiento como un estado y no ficar las unilateralidades de procedimiento de la historia es-
comoun proceso. Pero en la medida en que la descripción de una tructural. No se trata de sacrificar el ambicioso proyecto de la
estructura se conciba comoesbozo de un tipo ideal y el tipo ideal; historia estructural de hacer visibles las relaciones funcionales
como instrumento -y no como resultado- de investigaciones; -en lugar de ordenar simplemente los hechos para brindar un
históricas, disminuye el peligro de que la idea de estructura SEl" panorama- y volver a los métodos más modestos de la descrip-
vaya solidificando y el carácter procesual de la historia caiga en, ción de estados. Pero la conciencia de los límites contra los
el olvido. Si el tipo ideal cumple, ante todo, una función heurís- . cuales choca el afán sistemático puede mantenerse viva me-
tica ----'esdecir, si sirve para separar lo que ilumina a partir del diante un cierto reconocimiento de las.ventajas de la historio-
sistema de lo que debe entenderse en forma individual=- queda grafía tradicional.
166 167
Por un lado, el concepto de historia estructural de la no es, en general, otra cosa que un fragmento de historia social,
música se destaca -desde el punto de vista de la historia una superestructura ideológica de una base económico-social.
científica- de la historia de compositores, géneros y nacionali- Una historia estructural de la música va más allá de las
dades, a la que ya hicimos referencia. Pero, por otro lado, se limitaciones de la historia social si, además de las instituciones
aparta de una teoría y estética dela música que se presenta en y de los roles sociales, incluye las normas técnicas de la com-
forma de sistemas, cuya historicidad se negó en gran, parte posición y las ideas estéticas entre los elementos que constitu-
durante el siglo XIX o se desplazó a los márgenes de la concien- yen la estructura de la historia musical. (Aunque es indudable
cia. De modo que una historia sin fundamentación sistemática que existe, no puede acentuarse en exceso el contraste entre la
se enfrenta con.una. historia sistemática sin fundamentación historia estructural y la historia del espíritu. Si bien los funda-
histórica. Y el proyecto de una historia estructural de la música dores del método histórico estructural -los historiadores que
representa un intento de mediación: una nivelación entre la se aglutinaron desde 1929 en torno a la revista Annales-
descripción de situaciones históricas, cuyos fundamentos siste- subrayaron la importancia de los estados y procesos de la
máticos deben ser reconstruidos, y la elaboración de sistemas historia de la economía y de la historia social, no por eso
teórico-estéticos, cuyo carácter histórico y cuyas limitaciones renunciaron al interés por la historia de las ideas, como se
sería preciso demostrar. • advierte cuando se ocupan, por ejemplo, de la "estructura de la
Por añadidura, la historia estructural se esfuerza por mentalidad" feudal.) El enfoque estructuralista de la historia
evitar una falta de coherencia y una desproporción tan habitua" se diferencia del programa marxista de la historia de la música
les en la historiografía, que apenas si llaman la atención. Me comoparte de la historia social, sobre todo por su renuncia a los
refiero a la discrepancia entre' la extrema pulcritud con que avances en materia de filosofía de lahistoria. El historiador de
ciertos científicos, recopilan Y- examinan hechos, aislados-y la música que busca estructuras observa y reconstruye relacio-
relaciones entre hechos, y los vagos lugares comunes que .se nes o correspondencias entre hechos o series de hechos de índole
admiten en las determinaciones de categorías tan amplias como económica, social, psicológica, estética o vinculados con la
"Neorromanticismo" o "Romanticismo tardío",' sin que por ello técnica de la composición, sin saber apriori -antes de abocarse
el historiador caiga en el descrédito como le ocurriría en caso de al conocimiento de detalles históricos-e- qué elementos del
dar cifras erróneas o relacionara los hechos de una manera contexto en el cual reconoce el armazón de una cultura musical
absurda. Una historia estructural en la que el concepto de del pasado deben considerarse como fundadores y cuáles como
"Neorromanticismo" sea la etiqueta de un "sistema de siste- fundados. Cuenta con la probabilidad de que exista una jerar-
mas" está obligada a lograr -mediante determinaciones de quía (y no deja librado al arbitrio del "interés cognoscitivo" el
función y de correlación- una precisión en la descripción de agrupamiento de los hechos en esenciales y no esenciales); pero
relaciones, que -si bien es de otra naturaleza que la exactitud se niega a determinar cómo está constituida esa jerarquía,
en la comprobación dejos hechos=- cumpla con las exigencias antes de abordar el aspecto empírico. El que la tesis marxista
de la ciencia histórica, tanto en la exposición como en la sea adecuada en algunas épocas -sobre todo en el siglo XIX~ es
investigación. La historia estructural se distingue de la historia posible y hasta probable, pero no es seguro. Los historiadores
social musical -que se presenta bajo formas cambiantes: estructuralistas modernos comparten con los marxistas la
cautamente empírica, o amplia y ambiciosa cuando su enfoque desconfianza hacia las categorías del espíritu sustancializadas
es el dela filosofía de la historia- por el ámbito que abarca o por por el historicismo. Pero, a diferencia de los marxistas, no
los principios metodológicos en que se basa. La historia social se atribuyen otro contenido a la verdadera sustancia de la historia
presenta como disciplina descriptiva inocua, limitada a la (la base económica) y, por consiguiente, no invierten el concepto
descripción de instituciones y roles sociales, o bien en su-versión de la historia del espíritu para convertirlo en lo contrario; se
marxista, partiendo del axioma de que la historia de la música limitan a tomar de él un aspecto formal -renunciando a la
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sustancialización-: la función de denominar y concentrar en inclina hacia el error opuesto: el de funcionalizar lo estético, el
un concepto la totalidad de las relaciones y acciones recíprocas de confundir piezas artísticas con instrumentos. Y una historia
que existen entre los elementos y factores de un estado históri- - estructural que procura mediar entre-la historia de la cultura
co. Dicho con otras palabras: tanto la categoría de estructura y la historia social no tiene por qué temer que se la tilde de
como la de espíritu cumplen una función, si se las considera ecléctica. Puede muy bien argumentar que sólo las cambiantes
de~de un punto de vista metodológico abstracto. Por un lado; mezclas y acentuaciones de enfoques metodológicos son capaces
evitan la descomposición de la realidad histórica en sectores de adaptarse a una realidad histórica en la que la música puede
aislados entre sí. Por otro lado, reeemplazan las explicaciones ser y ha sido tanto proceso (elemento de la interacciónl.como
ca~sales, a las qpe tiende la historia social ingenua, por expli- obra (objeto de contemplación).
-caciones funcionales. La historia social de la música se desacreditó desde sus
Entre las disciplinas lindantes con la historia de la cultura comienzos, porque pretendió hacer comprensible y transparen-
=-entre la historia de la cultura, tal como se la concibió en los te la música -como fragmento de ideología- a partir de la base
siglos XVIII y XIX, Y la -historia social, que pasó a primer plano económica, y de ese modo demostrar que recurría a los acervos
durante las últimas décadas- existe una diferencia tradicionales de una estética de contenidos y un enfoque biográ-
metodológica que puede advertirse con especial claridad en lo fico anticuado para reinterpretarlos desde el punto de vista
referente al problema de cómo escribir historia de la música sociológico. Es decir que descifraba las formas musicales por el
para que ésta sea a la vez historia de la música e historia de la contenido, los contenidos por la biografía y las biografías por la
música. La historia de la cultura tiende, involuntariamiente a sociología, en lugar de recorrer el único camino transitable:
descri~ir un museo imaginario. _Es decir, a contemplar 'la dejar que la historia de la música comenzara por decantarse y
herencia del pasado tal como se presenta al mirársela desde el probar la eficacia del enfoque sociológico en una historia del as
presente: como una colección de testimonios y composiciones funciones de la música. En otras palabras: deberían abandonar-
que, separados de sus contextos funcionales, están destinados se, de una vez por todas, esas fatigante s controversias, en -las
a la contemplación estética. También un instrumento o un cuales las frases idealistas se "ponen patas arriba" y se vuelven
utensilio se transforman, inadvertidamente, en un artefacto. materialistas -con lo cual no dejan de ser meras frases- y
~o es que se niegue la totalidad cultural de la que provienen las consagrar esos esfuerzos a problemas que son interesantes y
piezas de museo. Pero la reconstrucción del contexto del arte del solucionable s por medios empíricos. (Acerca del entorno en el
pasado. es el objetivo explícito de las "imágenes del pasado" que vivió Beethoven como compositor y que constituía la situa-
(para citar uno de los libros característicos de Gustav Freytag) ción ante la cual reaccionaba su música, las biografías aportan
que constituyen la historia de la cultura. Pero lo funcional se elementos anecdóticos y algunos hechos rescatables, pero muy
"estetiza" y se incorpora al museo imaginario. La historia social pocos datos que permitan comprender las estructuras, comopor
:n:oderna, ~n cambio, intenta lo contrario: colocar las composi- ejemplo la cultura de la nobleza austríaca alrededor de 1800.
cienes musicales -convertidas en arte autónomo aLextinguirse También ignoramos cómo era el público para el cual componía
su entorno primitivo- dentro de los contextos funcionales de Beethoven, incluso cuando se resistía a las expectativas o las
las sociedades de las que surgieron. El modelo del cual parte no burlaba. Y no sólo valdría la pena investigar cuál, era su
es una música que, como objeto estético, invita a una contem- composición social, sino también qué esperaba de la música en
plación aislada del mundo. El modelo sería -como diría general, qué función cumplía o debía cumplir. También esta-
Besseler- una música"corriente" que, como elemento de inte- mos mal informados acerca del estado de la formación musical,
racción humana, representa un proceso sociaL Por eso si la es decir, acerca de cómo se constituía -sobre la base de
historia de la cultura corre el riesgo de estetizar lo funcio~al- habilidades prácticas, ideas estéticas y actitudes sociales_,---,lo
de ver instrumentos como piezas de arte-, la historia social se que se denominaba público conocedor o nobles diletantes. y en
170 171
~.
..
lo que respecta al papel social del compositor, se ignora ~a verá, la idea de un "verdadero" lapso de vida es objeto de con-
pesar de Beethoven- en qué medida se-le atribuía en el 1800 troversias.)
el sentido que hoy le adjudicamos. La posición de Beethoven fue Segundo: un sistema de correspondencias, descubierto o
excepcional y ese estatus se ha convertido casi en una regla. Sin construido por un historiador comoarmazón de una época en la
embargo, queda por investigar cómo podría determinarse so... historia de la música, puede entenderse como un tipo ideal en
ciológicamente la regla vigente alrededor de 1800.) el sentido de Max Weber. No como simple retrato de lo que
El concepto de correspondencia ~de subordinación o puede comprobarse en forma empírica, sino como bosquejo en el
complementariedad-, categoría básica de la historia estruc- cual se toleran algunas inexactitudes temporales y espaciales
tural, no deja de ser combatido. No es raro que los fenómenos en el ordenamiento de las partes del sistema, Porque las
entre los cuales el historiador en busca de estructuras estable- ventajas de la inteligibilidad de las relaciones compensan .con
ce una correlación -por ejemplo los conciertos burgueses del creces las lagunas en el aspecto empírico. Pero en la práctica
siglo XIX y el principio de autonomía estética-, estén crono- científica pueden producirse enfrentamientos con motivo de los
lógicamente desfasados entre sí. No es la regla sino la excep- criterios empleados para decidir si existe o no una justa medida
ción que surjan y desaparezcan en forma simultánea o en de empirismo. Además, un historiador debe estar dispuesto a
inmediata sucesión temporal.Las determinaciones cronológi- descubrir no sólo correspondencias sino también discrepancias
cas son vagas y aproximadas. Y aunque parezca que adquieren dentro de una época. Y, en ocasiones, se trata de discrepan-
sentido sólo a través de su mutua relación, por lo general los cias incomprensibles. El-afán de representar la cultura musical
factores parciales de un sistema no han aparecido simultánea- de una época -en su totalidad y sin cabos sueltos- como
mente sino que han surgido paulatinamente de orígenes dis- estructura o como estructura de estructuras sería un error y
persos. Por eso, el escéptico que desconfía del concepto. de una sobreestimación. Además de los hechos que se ensamblan
estructura podrá demostrar fácilmente que uno de los elemen- en un sistema, siempre existen, sin duda; hechos aislados que
tos de una correspondencia, que aparece como una correlación representan dificultades. y latendencia natural del historiador
comprensible de adentro.hacia afuera, precede históricamente (heredada de los narradores) a explicar un fragmento del
al otro o lo sobrevive. (Las instituciones del concierto burgués pasado integrando situaciones aparentemente divergentes en
son más antiguas que el predominio del principio estético de un contexto sin lagunas, no debe hacer olvidar que ...,...-apartede
autonomía.) Pero la prueba a la que se somete ala historia las situaciones vinculadas- también existen las situaciones
estructural, con argumentos cronológicos, para hacerla fraca- sin relación entre sí. (Schumann y Donizetti o Liszt y Offenbach
sar, es tan rigurosa que apenas si alguno de 108 principios no admiten comparación, a pesar de su simultaneidad.)
basados en la exposición de relaciones históricas sería capaz de El más complejo de los problemas de la historia estructural
soportarla. Es absurdo que una disciplina que no construye -un problema que puede llegar a ser paralizante- es la muy
modelos, sino que se limita a esbozar tipos y esquematizacio- mentada falta de simultaneidad de lo simultáneo, acerca de la
nes, postule dependencias exactas. En primer lugar, la falta de cual ni siquiera se conoce, hasta ahora, su significado desde el
simultaneidad en los orígenes no excluye una correspondencia punto de vista metodológico: qué consecuencias historiográficas
en niveles posteriores. Porque, por una parte, un fenómeno permite extraer y qué consecuencias impone. Las estructuras
puede adaptarse a un contexto modificado, mediante la muta- -las instituciones, modos de pensar y formas de comporta-
ción o el cambio de función (sin por eso perder su identidad). Por miento- que, en un momento cualquiera, coexisten y constitu-
otra parte, es posible establecer una distinción entre el lapso yen o determinan un estado de la historia, debido a su recíproca
durante el cual una cosa existe, y la época a la que "realmente" influencia, no sólo se distinguen. por su antigüedad, por las
pertenece, sin incurrir en especulaciones filosóficas que no se profundidades del tiempo desde las que emergen y por la
pueden comprobar por medíos empíricos; (Aunque como se duración que se les atribuye. También se diferencian por la

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$,,~wIU.H.'ÁD NACIONAL OE'ROSA- ESCUELA DE MUSICA
ESCUELA DE MUSICA
medida del tiempo en el cual se transforman. (Fernand Braudel, "antes" o "después" relativo de otros fenómenos "no simultá-
quien pertenece al círculo de la revistaAnnczes, ha hablado de neos"? (¿Los hechos históricos son "no simultáneos" en una
la diferencia en los "ritmos temporales" de. estructuras relación recíproca que carece de un centro de gravedad? ¿O es
coexistentes: desde las condiciones geográficas de una cultura, que algunos de ellos representan lo que "está en el tiempo",
hasta los estilos artísticos.) Y, para decirlo con metáforas mientras que otros se apartan por "falta de simultaneidad"?) El
musicales, hasta se puede dudar de que los tempi superpuestos modelo del organismo del cual parte la historia de los géneros y
se vinculen con una medida común que represente una medida- estilos musicales sugiere la idea de que la Edad Media en la vida
patrón. (De acuerdo con Wilhelm Pinder, la sucesión de.Ias de un género, de un estilo o de una generación -la edad en la
generaciones constituye, hasta cierto punto, el "ritmo natural" cual, para decirlo en términos de la filosofía de la historia del
de la historia del arte.) Estrictamente hablando, si partimos de siglo XVIII, se alcanza un point de laperfection- es la que más se
la determinación aristotélica del tiempo como medida del movi- aproxima al "espíritu de la época", mientras que, simultánea-
miento, no existe "el tiempo" (en singular), como medio homo- mente, hay una generación anterior o un estilo más antiguo que
géneo que contiene fenómenos de diferente duración y veloci- "aún" perdura (pero que, en realidad, ya no "está a tiempo") y
dad de cambio. Sólo existen "tiempos" (en plural): los tiempos de una generación posterior o un estilo más nuevo, que "ya" está
las estructuras superpuestas cuyos ritmos difieren. actuando o se está anunciando (pero aún no ha alcanzado la ver-
La heterogeneidad delos "ritmos temporales" -de la cual dadera "actualidad"). Sin embargo, en algunas épocas -como
hablaba Braudel refiriéndose a condiciones geográficas, estruc- el Sturm und Drang, el Romanticismo y el Expresionismo-
turas sociales, constituciones políticas y modos de vestirse- se parecería que el "espíritu de la época" hubiera sido usurp~do
observa incluso dentro de un ámbito tan reducido como el de la por los más jóvenes, de modo que la idea de orientar la historio-
historia de la música. Porque los "ritmos temporales" de algu- grafía según el modelo de las generaciones.se torna confus.a.Y
nos de los elementos esenciales de la música del siglo xx ~los si no se cede al poder de atracción de los esquemas de la filosofía
progresos técnicos que han entrado a formar parte de la cultura de la historia, que le dan una prioridad,· mstafísicarrierite
musical, como la radio, los discos y las cintas magnetofónicas; fundamentada, a una etapa cualquiera de la evolución, podría
1111
las instituciones musicales como la ópera y el concierto; los considerarse preferible renunciar a la: suposición ohipóstasis
ill! cambios en la técnica de composición y en el concepto de de un "espíritu de la época". Porque desde el punto de vista
música- no sólo son muy diferentes; sino que no guardan empírico sólo se puede comprobar una superposición de estruc-
relación entre sí. Se puede describir lo que resulta de la turas sometidas a "ritmos temporales" divergentes, que no
superposición en un determinado momento, pero no se dispone pueden reducirse el uno al otro. Por añadidura, esas estructu-
de un argumento concluyente para explicar por qué una ras han alcanzado diversos estadios de su evolución interna, sin
periodización de la historia de la música del siglo xx tiene como que uno de los estadios sea "más sustancial" que los otros. (Lo
base un "ritmo temporal" y no otro. que se afirma acerca del espíritu de la época, también es válido
Además de la dificultad, hasta cierto punto "formal", de en lo que se refiere a la estructura económico-social, como el
justificar por qué se ha declarado a uno de los "ritmos tempora- espíritu de la época "patas arriba".)
les" en competencia como la verdadera medida de la evolución, Como es natural, en la controversia acerca de las conse-
fundamental para el curso "de la" historia, la falta de simul- cuencias metodológicas de la falta de simultaneidad de lo
taneidad delo simultáneo plantea un problema de "contenido". simultáneo, reaparece la discusión sobre la: jerarquía de los
¿Cómo se puede decidirsin caer en la arbitrariedad, cuál delos factores económicos, sociales, psicológicos, estéticos y los refe-
fenómenos y estructuras que coexisten en determinado momen- ridos a la técnica de la composición que afectan a la música,
to es realmente adecuado al "espíritu de la época" y por eso se aunque ahora reaparezca con una formulación diferente. Según
puede emplear como señal de orientación para determinar .el se atribuya a la base económico-social una importancia princi-
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palo casual y -si se la considera comoúltimainstáncia-s-' se de entender ese estado histórico como algo ordenado, es decir,
cree útil o no recurrir indefectiblemente. a la última instancia 'Y hasta cierto punto, como estructura de estructuras.
disolver la historia de la música en la totalidad de la historia El punto de partida para esbozar el armazón de categorías
social (en lugar de convertir la relativa autonomía en principio de una cultura de la música -por ejemplo, la centroeuropea del
de la historiografía); es decir, según la decisión que se adopte; siglo XIX, excluyendo la ópera- puede escogerse al arbitrio.
en materia de teoría de la historia y de práctica científica, en la Siempre que cada punto del sistema pueda ser alcanzado por
controversia sobre la relativa autonomía de la historia de la todos los otros. Y siempre que la descripción de relaciones y
música, variará el juicio acerca del "espíritu de la época". En correspondencias no afirme nada, en un principio, sobre las
una palabra: se consídera si tiene o no sentido hablar' de .un relaciones fundacionales, sobre una jerarquía de los factores
"espíritu de la época" -una cronología sustancial- y dónde parciales. El hecho de que se parta del principio estético de
convendría fijarlo en caso de que existiera; .!. autonomía -la pretensión de la música artificial de ser escu-
En principio, la escala delos significadosque sepueden chada por sí misma, en lugar de desempeñar una función en un
atribuir a la simultaneidad de los fenómenos históricos oscila proceso extramusical- no debería interpretarse, pues, como
entre dos extremos. Uno de ellos es la absoluta falta derelación una decisión previa de carácter "idealista", ni observarse con
(como ocurre en las culturas entre las cuales no existe ninguna. desconfianza.
interacción, de modo que el hecho de una simultaneidad crono- La relación interna del principio de autonomía con la
lógica abstracta carecería de toda importancia desde el punto de estética del genio y con la idea de la originalidad, por un lado,
vista historiográfico). El otro extremo es la presencia evidente y -en curioso contraste- con el carácter de mercancía de las
de un espíritu de la época, que penetra por igual en todos los obras musicales, por otro, es demasiado evidente como para
ámbitos de una cultura. En un polo, la cronología carece de describirla en detalle. La correspondencia concreta es, a la vez,
sustancia; en el otro, los sucesos adquieren su verdadero conté- cronológica: el cambio decisivo se produce a fines del siglo XVIII.
nido a partir del momento en el que se producen. Pero ningún Pero la acentuación apropiada es difícil. La tesis de laimportan-
historiador está obligado a adoptar, a priori, una decisión cia fundacional del factor económico -de la cual están conven-
extrema. En la actividad científica cotidiana en la cual la cidos hasta los no marxistas, en lo referente al siglo XIX- puede
conciencia de los problemas de la filosofía de la historia es más ser esclarecedora en tanto esbozo general de interpretación,
esencial que la decisión por una delas posibles soluciones, basta. pero tropieza con dificultades en la aglomeración de detalles
con tener presentes ciertos hechos. Por una parte, que el históricos. En primer lugar, el poder del carácter de mercancía
supuesto de una sustancialidad siempre dada de la mera. sobre la idea de las obras es dudoso, por cuanto en el siglo XIX
simultaneidad sería un paso metafísico injustificado. Y por otra la composición representaba una parte insignificante de los
parte, que nada se opone al intento de descubrir un patrón ingresos del compositor. Ni siquiera los tradicionales puestos
inteligible en los diferentes "ritmos temporales" o "edades" de. en la corte habían desaparecido en la "era burguesa". Pero la
las estructuras, que se reúnen en un fragmento del pasado, en dependencia económico-social que esto generaba prácticamen-
lugar de resignarse al caos de las series de hechos que se te no influía sobre las obras compuestas, a diferencia de lo que
entrecruzan. Siempre partiendo de la premisa de que se trata ocurría en los siglos XVII o XVIII. (Las composiciones por encargo
de sistemas ligados -y no de sistemas que coexisten sin la descendieron a la categoría de ornamentos musicales.) En
menor relación entre sí, como la cultura europea y la china segundo lugar, la ley a la cual está sometida la música en tanto
antes del siglo XVII-, el hecho de que se pueda describir como mercancía -la obligación de ser original para llamar la aten-
estado histórico al encuentro e interacción de instituciones, ción y la de copiarse luego a sí misma para aprovechar el éxi-
ideas y normas de conducta implica, en principio, la posibilidad to- sólo se cumplió parcialmente en la música artificial. Con-

176 177
vertirse en epígono de sí mismo estaba mal visto, pues signifi- de formas (el descubrimiento de que la tonalidad puede dar
caba violar la idea de la originalidad, que -junto con la coherencia por medios puramente musicales al desarrollo for-
exigencia de componer "de dentro hacia fuera"- representaba mal sin el apoyo de un texto o de un programa) así como el
el postulado de la novedad. No se trata de que los argumentos método del trabajo el temático y motívico o de la "variación
esbozados permitan deducir un predominio del principio de evolutiva" (Arnold Schonberg). La música que pretende existir
autonomía respecto de la realidad social, es decir un predominio por sí misma se presenta como discurso, "discurso sonoro"
de la idea respecto del interés. Sin embargo, bastan para (Johann Mattheson), como exposición sonora de una lógica
demostrar que el tramado de las dependencias es más complejo efectiva, tanto desde el punto de vista de la estructura tonal
de lo que admite la doctrina del marxismo ortodoxo. como desde el de las relaciones temáticas y motívicas. (El
La correspondencia institucional con el principio de auto- término "lógica musical", que parece deberse a Johann Nicolaus
nomía está representada por los conciertos burgueses. A partir Forkel, figura entre los conceptos básicos de la época.) La músi-
de sus comienzos en el siglo XVII, el concierto se establece. ca justifica, pues, a través de la lógica tonal y motívica -es-
firmemente en la época de la Restauración, desde 1815, y trechamente vinculadas entre sí-la aspiración implícita en el
alcanza su forma de "tipo ideal" a.mediados de siglo, al adoptar principio de autonomía y la osadía estética (considerada así por
una alambicada, y a veces hermética, música de cámara en los muchos detractores) de la emancipación de la música instru-
conciertos públicos y excluir los elementos "triviales" de los mental desde mediados del siglo XVIII. Lo que hoy se ve como al-
programas de conciertos sinfónicos. Puesto que el sentido y la go natural, el derecho a la existencia de una música que no
pretensión de la música artificial es el ser escuchada por sí expresa un texto ni un programa y que no sirve para bailar ni
misma -como objetivación del "espíritu en material espiritual" produce asombro por el virtuosismo, era una paradoja alrede-
(Eduard Hanslick)-, la contemplación estética, lúcidamente dor de 1800. (Es característica la tendencia a negar lo descon-
descripta porSchopenhauer que se impuso de manera paulati- certante de una "música instrumental pura" ..,--,-como la llamaba
na como norma de conducta en el concierto (y más tarde, incluso E. T. A. Hoffmann=- por medio de la hermenéutica ode la ficción
en la ópera), parece ser la única forma de recepción acorde con de programas secretos.)
la obra autónoma. No es preciso negar las características dé De ninguna manera puede equipararse la autonomía esté-
entretenimiento mundano y de representación propias dél tica, tal como la entendía la burguesía del siglo XIX, con el
concierto, ni el placer de la exhibición de virtuosismo o elafán principio de l'art pour l'art, que era un lema de una bohéme
de la burguesía por afirmar su prestigio social, para afirmar que opositora y no de la bourgeoisie establecida. No significaba un
la idea de autonomía estética fue la tendencia decisiva que se aislamiento de la música sino, justamente, su participación en
impuso en el siglo XIX, sin un motivo económico discernible. Bajo la idea de la formación cultural, una de las principales tenden-
el signo de esta tendencia, la estricta exigencia artística sé cias de la época. Si la formación cultural, en el sentido que le dan
constituyó en norma de los repertorios de sinfonía hacia media- Fichte y Wilhelm von Humboldt, presupone o produce un
dos de siglo. (Es característico el cambio de concierto de solista distanciamiento interno respecto de lo cotidianamente prove-
a "concierto sinfónico".) choso, una libertad espiritual de cara al "reino de la necesidad" ,
la música como "mundo cerrado en sí mismo" (Ludwig Tieck)
La técnica de la composición respondió a las exigericias puede convertirse en objeto de contemplación estética, en vehí-
estéticas implícitas en el principio de autonomía con un conjuntó culo de emancipación de las presiones de la vida económica y
de pautas entre cuyas características figuran la independencia social de todos los días. Justamente como "arte libre", repre-
de la música instrumental (la emancipación respecto de objeti- senta la instancia opuesta a la "alienación", de la que Hum-
vos extramusicales, como las simples funciones de introducción boldt habló medio siglo antes que Marx. (En su función de
e intervalo), la importancia de la armonía tonal en la gestación mundo opuesto al "reino de la necesidad", el "arte libre" burgués

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se hizo cargo de la herencia del "ars liberalis" de la Antigüedad la época, aunque no por sí sola, sino en relación con elrespeto
clásica, surgida ~como contemplación filosófica-« del. ocio al genio, con la tesis de que la obra del genio está por encima de
aristocrático; de la distancia respecto 'del ámbito del oikos.) . la historia. El concepto de obra clásica sólo se impuso en la
Como ya se mencionó, el principio de autonomía estaba estética musical alrededor de 1800, es decir, siglos después que
estrechamente vinculado con la estética del genio y con Ia.idea en la teoría literaria. A partir de este concepto surgió -'-'-junto
de la originalidad, un legado de fines del siglo XVIII. La música, con el aumento de las dificultades de interpretación-e- un
autónoma que se justificaba en el aspecto estético formal-a repertorio fijo de conciertos, cuya columna vertebral estaba
través de la lógica musical, recibía, por añadidura, una.legi- constituida por las sinfonías de Beethoven. La consolidación de
timación filosófica -una "necesidad de existir", para decirlo· los repertorios significa una instancia contraria y un obstáculo
con palabras de Novalis- como obra del genio. Y la doble para el postulado de la novedad. Pero, por otro lado, puede
exigencia impuesta al oyente de música artificial de que, por-un constituir un sostén, algo que los detractores del "museo musi-
lado, siga y entienda la lógica sonora y, por otro, capte la cal" se niegan a reconocer. Es preciso establecer una distinción
individualidad y originalidad del compositor por empatía-> se entre la novedad cualitativa, exigida en el siglo XIX, y la novedad
ha resumido en el concepto de "entender" de música, que oscila simplemente cronológica, considerada lógica y.natural en el
entre el seguimiento racional y la afinidad empática. Esta siglo XVIII. Dado que, como ocurría en el siglo XVIII, una obra
categoría del siglo XIX pudo haber constituido el centro de una debía captarse en la primera audición, porque la probabilidad
estética de la recepción de la época que no fue escrita por nadie de volver a escucharla era casi nula, no podía ser cualitativa-
en ese momento. (El hecho de que se pueda entender la "música mente nueva y radical, a menos que el compositor estuviera
instrumental pura" en lugar de sentirla como algo simplemente dispuesto a pagar la novedad con un fracaso. Sólo cuando existe
agradable, se ha convertido en un lugar común; pero alrededor la posibilidad de que una obra sea repetida ...;-porque no se
de 1800 constituía, más bien, una paradoja.) quiere descartar la posibilidad de que 10 que no se entendió en
Según la opinión dominante en el siglo XIX, la originalidad un primer momento se revele como testimonio de genialidad y,
radical constituye la esencia del genio. Eso significa que el por consiguiente, forme parte del repertorio futuro-, tiene
compositor se exprese a sí mismo en una obra musical, siempre sentido atreverse a presentar obras profundamente innovadoras
que ésta sea "poética" y no "prosaica". En la estética de Schumann y desafiantes. La progresividad radical se frena -yeso se
ello implica pertenecer a la esfera del arte y no apartarse de ella advierte con absoluta claridad en Wagner- con la expectativa
por frivolidad o trivialidad académica. (La consecuencia de una de un clasicismo futuro.
versión vulgar del principio de expresión ~unaequiparación La constitución de repertorios basada en la idea de la obra
del yo estético con el yo cotidiano- fue la interpretación de las clásica, de la obra que se destacaba en la historia, tuvo como
obras musicales como fragmentos de una biografía sonora.) Por consecuencia que al compositor del siglo XIX el pasado musical
otra parte, el principio de originalidad significa que un compo- -aun el más remoto-le saliera al encuentro en forma de obras
sitor debe decir algo nuevo si quiere ser escuchado en los . individuales y no de normas generales que, si bien aprendía, ya
círculos cuyo juicio es decisivo. Desde fines del siglo XVIII, la no consideraba decisivas. (Por supuesto que también en el siglo
estética postula (aunque, en ocasiones, contra la tenaz resisten- XVII un adepto a la composición estudiaba piezas antiguas, pero
cia de ciertos sectores del público), que el arte debe ser nuevo las concebía como testimonios ejemplares de una norma, no
para ser auténtico. Y en la exigencia estética de la novedad como individuos irrepetibles. Los fragmentos de ofertorios
puede reconocerse -sin mayor esfuerzo desde el punto de vista contenidos en las misas de Palestrina, que Christoph Bernhard
de la filosofía de la historia-la idea del progreso que impulsaba incluye en su tratado de la composición, cumplían --...:.en princi-
la era industrial en sus albores. pio, como exempla classica- una función distinta de la de la
La idea del progreso determinó el pensamiento estético de N avena Sinfonía de Beethoven que Wagner copió para enrique-
180 181
cer su formación como compositor.) El arte, tal como lo postulado de la novedad y con la idea del progreso-, el respeto
día el Romanticismo, no era tanto una artesanía basada en a una originalidad que es preciso emular pero no imitar, la
reglas, cuyo ejemplo se encontraba en las obras maestras, sino, amenaza que se cierne sobre las tradiciones de los géneros
más bien, una esfera en la cual participaba un compositor.ro de musicales y, por último, la acentuación de lo "poético" y la
la que quedaba excluido): la esfera de lo "poético", en donde las desvalorización de lo "mecánico" (algo que se daba por sentado
obras maestras -que integraban el repertorio o, por lo menos, y sobre lo que no se hacía hincapié), aparecieron en el siglo XIX
el repertorio ideal- proporcionaban una idea que no podía ser como factores parciales distintos, complementarios y separa-
imitada. bles del mismo estado histórico; es decir, como características
La pérdida de prestigio de las reglas de la artesanía trajo, de una cultura musical que admite ser descripta como estruc-
entre otras consecuencias, la desvalorización de.las tradiciones tura de estructuras, con algunas licencias desde el punto de
de los géneros musicales. En la música más antigua, un género vista cronológico, permitidas en las construcciones basadas en
se constituía como resultado de la"relación entre una función el tipo ideal.
social y una norma de composición; entre una finalidad
extramusical, que debía ser cumplida, y los medios musicales
de que se disponía y que se consideraban apropiados. (Lo que
eraadmisible en el madrigal, podía ser rechazado en el motete.)
y el complejo de función social externa y técnica musical
interna era el legado que permitía a un futuro compositor
adquirir una idea cabal de su métier. Enel siglo XIX, en cambio,
la funcionalidad de la música fue suprimida o desplazada al
subsuelo musical por el principio estético de autonomía; ade-
más, la presencia estética de las obras individuales relegó a
segundo plano la obligatoriedad de las normas generales de
composición. No se trata de que el género al cual pertenecía una:
composición resultara indiferente (eso sólo ocurrió en el siglo
xx);pero se convirtió en una característica secundaria de la obra
de arte concebida, en primer lugar, como individuo y no como
ejemplar.
La estética del genio, en tanto instancia contraria a la
poética normativa musical; el principio de autonomía, que
desplazaba o desvalorizaba la funcionalidad de la música; la
idea de la formación cultural como complemento de la autono-
mía estética; la categoría de la comprensión de la música como
penetración en la lógica musical y como empatía con la indivi- ..
dualidad y originalidad del compositor; el concierto burgués
como institucionalización de la idea de autonomía, yal mismo
tiempo y en marcado contraste con esto, como consecuencia del
carácter de mercancía de la música, la emancipación de la
música instrumental, la presencia de obras clásicas al margen
de la historia -que constituyen un repertorio fijo, reñido con el
182 183
10

.,
Problemas de la história de la
r'ecepcron

El llamativo desvío del interés de los historiadores hacia la


historiadel efecto o de la recepción (un término pone el acento
sobre el objeto del cual parte el proceso; el otro, sobre el público
haciael cual va dirigido) puede interpretarse como expresión y
consecuencia de la crisis que ha experimentado, en las últimas
décadas, el concepto de obra autónoma y cerrada. Esta crisis se
inició en el arte mismo y-luego pasó a su teoría. Para adecuar el
lenguaje a la moda que impulsa el tema, podríamos hablar de
una pérdida de autoridad de la obra de arte en una era mol-
deada por la forma de pensar de la crítica ideológica. Mientras
se concibió la composición musical como "objeto ideal", cuyo
"verdadero" sentido estaba perfectamente determinado -aun-
que sólo se lo comprendiera de manera parcial o no se lo
comprendiera-, la descripción de la historia de la recepción
tenía que aparecer como una empresa secundaria, si no inútil.
Ya que lo que importaba era el objetivo, la única interpretación
adecuada, y no las razones por las cuales la mayoría de las
interpretaciones eran inadecuadas. La reflexión sobre las si-
tuaciones históricas -acerca de las cuales se hacían variadas
interpretaciones- era de escasa importancia para investigar el
contenido objetivo y de verdad que tenía o que se atribuía a una
obra. Lo que preocupaba no eran las razones de las cuales
partían las diferentes concepciones, sino el grado de acierto de
éstas. El contexto de descubrimiento -en el que se reunían los
elementos de una comprensión idealmente adecuada- pasó a
segundo plano, para dejar lugar al contexto de fundamentación
estética. Dentro de este contexto, el sentido de la obra -como
contenido existente a priori, pero no siempre captado desde el
comienzo-s- se presentaba con gran riqueza de factores parcia-

""i1t.J>iti«itlteAo NACiONAL DE ~ 185


eSCUELA BE _UBICA
les relacionados de manera impecable. (El criterio de interpre- para entender cómo se constituye el sentido de un~ obra, un
tación consistía en llegar a una coincidencia con los documen- -. sentido que no. está dado en el texto abstracto, smo que se
tos acerca de la intención del autor, que alcanzara un grado constituye a partir de una recepción concreta, que concreta el
aceptable de diferenciación y, ala vez, de integración.) texto.
Existe un reproche que se le formula a la historiografía La teoría del "objeto ideal" que adjudicaba a la obra de arte
musical más antigua y que es casi un estereotipo: que ésta ha un contenido en sí misma, independiente de la interpretación
reprimido o descuidado la historia del efecto o de larecepción. adecuada o no de un público real, perdió gran parte de su crédito
Se trata de una acusación injusta que acaso surgió del afán de como consecuencia de la estética de la recepción. Esto no
que el propio programa científico se destacara radicalmente de debería sorprendernos en una época en la que la expresión
todo lo precedente. metafísica casi se ha convertido en un insulto filosófico. La
En primer lugar, siempre figuró entre los temas principa- tradicional estética de la obra sólo puede justificarse hoy desde
les de la historia de la música uno de los temas de la historia del un punto de vista heurístico, pero no metafísi~o. Pod~íajl1:stifi-
efecto: la influencia de obras musicales anteriores sobre las carse aduciendo que un intérprete que se siente historiador
posteriores. En algunas exposiciones, la recepción practicada debería intentar convertirse en intermediario de la obra ajena
desde el punto de vista de la composición -como se la podría y de sus aspiraciones, y no de su propia. situación his~ó~icay de
denominar- constituye el único hilo que une las obrasmusica- los prejuicios inherentes a ella. El peligro de la estética de la
les, que en tanto obras de arte en el estricto sentido de la obra puede residir en lo ilusorio de una metafísica en la cual ya
palabra, es decir, como objeto de consideración estética aislada; no se cree. El de la estética de la recepción se halla en la
más bien se cierran unas a otras. En segundo lugar, no se trata tendencia a sacar conclusiones, en parte resignadas y en parte
de ceguera o de atención ante ciertos hechos, sino de cambios en arro gante s, del hecho innegable de que n~mca se logra ~na
su interpretación. Nadie puede negar que las obras musicales independencia total de las condiciones que Impulsan y h~~tan
se han captado de diferente manera según las épocas o circuns- la propia época. Y la conclusión puede ser la de p~r~~tIr al
tancias. Pero los cambios se vinculan con la manera de imagi- historiador abroquelarse conscientemente en los preJUIcIOs,ya
nar el "objeto ideal" que representaba la obra musical, y se 10.s que, de todas maneras, nunca se los I?uede neutrali~ar por
veía como aproximaciones al "verdadero sentido", que quizá completo. Hasta cierto punto sería lo mismo que practicar los
jamás se llegaría a conocer del todo, pero que siempre sería el studia humanitatis desde la ignorancia (refiriéndonos con una
objetivo al cual se aspiraba por diferentes medios. Investigar los expresión arcaica a una cosa para la cual el presente no tiene
supuestos históricos en los que se basaban los diferentes grados palabras). .,
de aproximación, parecía poco promisorio mientras la idea de El relativismo extremo, la desafiante afirmación de que la
una "única interpretación adecuada" -a la que se trataba de Heroica de Beethoven existirá mientras haya mentes que la
arribar por diferentes medios- no fue minada por el escepticis- reciban en los auditorios es, para la mayoría de los partidarios
mo. Sólo cuando se renuncia a la idea de un contenido de verdad e historiadores de la estética de la recepción, no tanto una
dado, objetivo y existente a priori, es decir, cuando se produce profesión de fe a la que se sienten obl~gados, c~mo u~a. conse-
un cambio respecto del sentido de las obras en sí y no únicamen- cuencia fatal que procuran eludir. FélIXV. Vodicka criticaba a
te respecto del tipo y grado de las aproximaciones al sentido de la vez el "dogmatismo" -el supuesto de una existencia ideal del
cada una de ellas, se dan las condiciones históricas para que el contenido de la obra- y el "subjetivismo -la desintegración de
modo de recepción pase a ser un factor sustanciaL En lugar de la identidad de la obra en innumerables reacciones individua-
la idea de la obra, negada por el historiador de la recepción, les~ y postulaba un camino intermedio. Por un lado, aspir~ba
aparece el momento histórico que acuña una determinada re- a "una aceptación general de varias interpretaciones estétIcas
cepción. Es la instancia decisiva, a la que es necesario. volver relacionadas con el significado de la obra, cada una de las cuales
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tendría, en principio, la misma validez y poder de """',"',n,nm premisa de que un interrogante surgido de la situación presente
aunque estaría limitada desde el punto de vista temporal, se justifique -aun independientemente de una legitimación
y, en cierta medida, individual" ("Die Konkretisation des Iite- histórica- desde el punto de vista estético. Ese interrogante se
rarisc~en Werks", en Rezeptionsasthetik, compilado por Rainer justificaría estéticamente siempre que el texto -entendido
Warnmg, 1975,90). Por otro lado, no veía el objeto de la historia comorespuesta a esa pregunta- conservara suficiente autono-
de la recepción en las reacciones individuales, sino en las mía respecto del contexto de sentido y no se desmembrara en
normas y en los sistemas de normas. Estas normas y sistemas fragmentos contradictorios o sin relación entre sí (aunque
de normas establecerían cómo debe interpretarse el texto tra- teniendo en cuenta que los criterios de "contexto del sentido"
dicional en un-grupo o estrato determinable desde el punto de difieren según las condiciones impuestas por el estilo -clasicista
vista histórico,' social y étnico. Pero Vodicka no resuelve el o manierista- que caracteriza ala obra).
problema de cómopueden coexistir diferentes interpretaciones Quidquid recipitur, recipitur ad modum recipientis. Pero
que. se excluyen ~ntre sí con iguales derechos, sin que se el obsesionarse con las preguntas que se pueden formular al
desmtegre la identidad de la obra {y en su polémica con Roman texto, no basta para hacerlo hablar ... y no enmudecer. La tesis
!nga~den olvida:que éste partió justamente del problema de la: de los historiadores de la recepción de que el texto no habla por
Ide:r:tIdad). :ero s~ metodología no deja de ser un programa sí solo, provocó la antítesis: ante preguntas confusas, el texto
factible, a.diferencia de las tesis del subjetivismo extremo, que brinda respuestas confusas o no responde. Y la verdadera
parecen dictadas por el deseo de destruir la metafísicay no por dificultad reside en los casos individuales: en las decisiones
el de representar un concepto científico.... . acerca de la medida en que las interpretaciones deben ser
Según ~ans Robert Jauss, la concretización en la que un impulsadas y determinadas por exigencias de la obra, por un
texto literario -y, por extensión, un texto musícal- se consti- lado, y por el espíritu del receptor, por el.otro, para ser tanto
tuye en objeto estético, no puede ser concebida unilateralments legítimas como dinámicas.
como efecto emanado de la obra, ni como una recepción cuya Los historiadores de la recepción son desconfiados en lo
forma categorial decide el observador. Se trataría, más bien de que se refiere a la distinción entre interpretaciones adecuadas
una estructura "dialógica intersubjetiva". "ELprocesode trans- e inadecuadas de las obras musicales. Sin embargo, no desean
misión del e.fectoy la recepción de una obra de arte es un diálogo renunciar por completo a criterios que permitan seleccionar y
entre un sujeto presente y otro pasado, en el cual el último sólo graduar las formas de recepción. Por añadidura, lo lógico y
puede volver a 'decir algo' al primero (de acuerdo con Gadamer' natural no es, de ninguna manera, que una historia de la
le puede decir algo como si fuera dicho exclusivamente para él) recepción sea un proceso narrable y no una simple acumulación
cuando el sujeto presente reconoce la respuesta implícita en la de datos que no se integran en un modelo. y el problema de la
conversación anterior como la respuesta a una pregunta que. fundamentación de los juicios está estrechamente vinculado
ahora debe encontrar" ("Racines und Goethes Iphigenie" en: con el de la exposición de los cambios en larecepción, en cuanto
Rezeptionasthetik, 1975, 384). Al margen de que no sie~pre historia coherente en sí misma.
habla un sujeto desde las obras de arte del pasado, en el La primera premisa de la que puede partir el historiador
concepto de "!a pregunta que debe encontrar el sujeto presente" de la recepción consiste en afirmar que el criterio para captar
existe una dificultad no resuelta. Puede tratarse de una pre- una obra, desde el punto de vista de la historia de la recepción,
gunta contenida en el sentido original del texto (de acuerdo con no es la proximidad o distancia respecto del "verdadero sentido"
la máxima de Collingwood de que entender un texto significa de la composiciónmusical, sino la medida, la diferenciación y la
to~ar conciencia de la pregunta a la cual éste responde), es intensidad con que representa a la época, a la nación ya la clase
decir, una pregunta que sigue siendo actual o vuelve a serlo; o grupo social cuyo cuño lleva. En otras palabras: lo decisivo no
Pero también puede ocurrir que la interpretación parta de la debe ser la sustancia de la reconstrucción del pasado, sino la de
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la construcción a partir del espíritu del presente. Desde el punto no es totalmente abarcable, se halla perfilado con precisión en
de vista metodológico, no tiene importancia si esa exposición, partes extensas y esenciales y que un intérprete puede o no
enfocada según la historia de la recepción, se orienta luego encontrar, se salva la idea de la identidad de la obra. Pero, por
hacia la historia de las ideas o hacia la historia social. A pesar otra parte, se tropieza así con la dificultad de tener que deter-
de su trascendencia filosófica y política, la diferencia no es minar un punto fijo, a partir del cual se pueden emitir juicios no
importante ya que ambas orientaciones tienen en común el arbitrarios acerca de la proximidad o lejanía de las interpreta-
hecho de que el punto de referencia historiográfico no está ciones respecto del verdadero contenido objetivo y de verdad de
constituido por la obra musical sino por la estructura mental o las obras musicales. Y se pone de manifiesto que, en cualquiera
social que condiciona su recepción: el sistema de normas, como de las posibles opciones, existen consecuencias filosófico-histó-
diría Vodicka. La historia de la recepción musical aparece, ricas que añaden un elemento especulativo al concepto de
pues, como un fragmento de la historia del espíritu o de la historiador de la recepción, lo cual se opone a su intención de
historia social, cuyo material proviene de documentos sobre la proceder en forma estrictamente empírica.
recepción de obras musicales, pero cuya estructura es heteró- Al suponer la existencia del "verdadero sentido" de una
noma, considerada la historia de la música en cuanto historia obra, se considera la representatividad histórica de las inter-
narrable, debe su coherencia interna a una continuidad que pretaciones como un factor secundario, a fin de defender la
-como continuidad de la historia del espíritu o de la historia identidad de la obra. Pero ese "verdadero sentido" no tiene por
social- apenas si es rozada por los hechos musicales. qué estar dado o ser cognoscible desde el comienzo. Y algunos
El criterio de la representatividad histórica se conserva historiadores de la recepción parten -sin por eso renunciar al
como norma de selección y COITlO principio básico de una expo- principio de la identidad- de la idea de que el presente
sición de los cambios en la recepción que merezca el título de constituye el objetivo (transitorio) de una historia·del efecto,
historiografía. Pero exige como condición el renunciar a la idea enla cuallas obras musicales llegan a desarrollar lo que hay.en
de una interpretación acorde conel verdadero sentido de la obra ellas. y llegan a desarrollar lo que hay en ellas gracias a
y el buscar lo adecuado sólo en la afinidad con el espíritu de la interpretaciones (tanto verbales como. sonoras) cambiantes,
época de la que proviene la interpretación o en la que se impuso que se complementan y se rectifican recíprocamente, y descu-
como enfoque predominante. Podría hablarse de adecuación bren y hacen aflorar cualidades siempre nuevas. La "supervi-
histórica (referida a la situación histórica) o de adecuación vencia" de las obras, como.la llamaba Walter Benjamin, es la
técnica (referida a la obra). Lo que se sacrifica al elevar la evolución de un contenido de verdad que, sobre todo en las obras
representatividad histórica al nivel de criterio decisivo no es importantes, está casi siempre latente al comienzo y sólo se va
poco: se trata nada menos que de la identidad de las obras; revelando de a poco, o que sólo se añade a la obra en las etapas
Porque de esa manera, la composición musical transmitida posteriores de la recepción. (De acuerdo con esto, la identidad
sólo representa un sustrato acústico, cuya formación catego- de una obra se basa en la continuidad de la historia del efecto
rial-por la cual el fenómeno sonoro se constituye en música=-- y en el objetivo de una interpretación perfecta, objetivo al que
demuestra ser variable e intercambiable en los rasgos esencia- se aspira y al que se acerca cada vez más, aunque quizá nunca
les (si se supone que los cambios históricos son factores no se lo alcance.)
esenciales, la historia misma dela recepción quedaría condena, Existe, pues,Ja tesis de que la historia del efecto de las
da a la irrelevancia). obras musicales representa una evolución de su sentido. Al
Si, en cambio, se mantiene la distinción entre concepciones menos en las obras importantes se establece un legítimo círculo
adecuadas y no adecuadas o confusas, es decir, si se sostiene la hermenéutico entre el criterio estético de la importancia y el
idea habitual -resistente. a los .sofismas ..de la teoría- de la criterio del desarrollo basado en lahistoriade la recepción. Pero
historia-s- de que una obra musical tiene un sentido que, si bien también existe la antítesis; con iguales pretensiones científico-
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teóricas e iguales derechos científico-prácticos, pero en marca- alcanzadas. Este esquema no parece haber influido en las ideas
do e inconciliable contraste con la tesis anterior, de que una de la historia de la recepción de las obras musicales, aunque
obra -en tanto expresión del "espíritu de la épocaf--s debe tengan algunos fenómenos en común. Así, en la historia del
apreciarse, ante todo, de acuerdo con la época de la cual efecto de la Novena Sinfonía de Beethoven, aparece como punto
proviene. Muchos historiadores están firmemente convencidos culminante la época correspondiente a mediados del siglo XIX, un
de que el único camino transitable hacia la comprensión apro- momento en que la obra -como cúspide de la música sinfónica-
piada y no distorsionada de una obra musical es el· de la no sólo ejerció una profunda influencia sobre Wagner, Bruckner
reconstrucción de las categorías y los juicios de los contemporá- y Brahms, sino que hasta se convirtió en tema de una novela
neos del compositor. Si. esta convicción rio fuera objeto de como Die Beethovener, de Wolfgang Griepenkerl. También en el
polémica, sería catastrófica para la historia de la recepción, caso de las sinfonías de Bruckner podría hablarse de un kairós
pues ·la investigación de los efectos posteriores equivaldría a que se presentó en la década de 1920 y no sería raro que, en algún
ocuparse de la escoria, una escoria que en lugar de ser conver- momento, se consideren los años próximos a 1970 como la
tida en tema, debería eliminarse para llegar a la cosa en sí: a la culminación de la historia del efecto de Gustav Mahler.
obra en su significado ideal u original. Todo esto se aproxima El intento de extraer un principio historiográfico musical
mucho al patrón de la tesis de la obra.de arte como"objeto ideal". de la idea de un kairós histórico -es decir, de una historia del
No es difícil reconocer en estas concepciones -que tienen efecto no sometida al progreso lineal ni a un esquema de
más fundamentos metafísicos que empíricos- los esquemas decadencia- tendría importantes consecuencias que, al pare-
según los cuales se clasifican, a veces burdamente, los esbozos cer nunca se han considerado y que, si se las observa atenta-
de la filosofía de lahistoria: el esquema de la decadencia yel del mente son más plausibles que paradójicas. En una historia de
progreso. La tesis de que sólo se puede esperar una adecuada la música cuyo armazón cronológico estuviera menos determi-
comprensión de las obras musicales por parte de sus contempo- nado por los datos de composición que por los de recepción (que,
ráneos -,-yde algunos historiadores que pueden llegar a sentir- por cierto, serían vagos como los datos de la historia es-
se contemporáneos imaginarios-implica que la historia poste- tructural), las obras de Bach -diferenciadas por géneros- se
rior del efecto se ve como historia de una decadencia; como desplazarían a distintos períodos del siglo XIX, las últimas
historia de un distanciamiento, en laque caben.las restauracio- sinfonías de Schubert pasarían a mediados de siglo, El anillo
nes, pero en-la que no existen posibilidades de superar el estado del nibelungo Wagner coincidiría con la época de Bayreuth y la
original. Sólo queda la triste alternativa entre la parálisis y la producción de Charles Ives correspondería a la década de 1960.
regresión. La convicción de que, en una obra superior a las de Lo que ocurrió en 1829 fue, en esencia, el descubrimiento de La
su época, la interpretación posterior es más rica -'al menos, Pasión según San Mateo y no su "redescubrimiento". La obra de
potencialmente-e- ya que el contenido de la obra sólo se desarro .. Bach permaneció limitada a una existencia históricament.e
lla en la historia, parte, sin duda, de la idea del progreso. Esta, periférica, como había sido la primitiva intención del comp~sI-
que iba perdiendo crédito en la historia de la composición, se toro Sólo en el siglo XIX, al reinterpretársela como música
retiró a la historia de la recepción. ' autónoma, adquirió la grandeza histórica que le había sido
Existe un tercer esquema de la filosofía de la historia: la negada en el siglo XVIII, a la sombra de Telemann. Lo sorpren-
idea de que ni el comienzo de la historia del efecto, ni su dente es que resistiera la re interpretación y que, a través de
(transitorio) final representan un estado derelativa perfección. ella se reencontrara a sí misma en su esencia artística. (El
Según este enfoque, la evolución a partir de comienzos rudimen- hecho de que la obra de Bach se convirtiera en paradigma de un
tarios o vacilantes avanza hacia un point de la perfection -co~ concepto de arte que no era el original, es un acontecimiento
mo se lo llamaba en la filosofía de la historia del siglo XVII--:'-', desconcertante y grandioso desde el punto de vista de la
seguido por un descenso ouna paralización de las consecuencias filosofía de la historia.) Como lo ha afirmado Jacques Hands-
192 193
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ESCUELA DE MuSaCA eSCUELA BE MUSICA
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chin, la historia de la música del siglo XVIII podría haberse esto, la igualdad de derechos no partiría de una decisión
escrito sin Bach o dejándolo de lado, a-pesar de su influencia axiológica, en la misma medida que la desigualdad. Desde un
sobre Carl Philipp Emanuel; pero no la del siglo XIX. punto de vista estrictamente empírico, lo único comprobable es
La idea de un kairós o de un point de la perfection en la que las opiniones se diferencian, primero, por la realidad que
historia del efecto de las obras musicales puede parecer una permiten reconocer; segundo, por el estrato que las sustenta, y
especulación metafísica y, por" lo tanto, desconcertar a los tercero, por su poder o su impotencia para imponerse. (Es
historiadores cuya conciencia se intranquiliza cuando se inten- evidente que el poder es desparejo, y la tesis de que -a pesar
ta convencerlos de que abandonen por un momento el suelo del de eso- el derecho es igual tiene una clara connotación meta-
empirismo. Sin embargo, afirmar que en la década de 1920 físico-moral.)
culmina la historia de la recepción de las sinfonías de Bruckner En los principios que compiten entre sí por distinguir y
-y no sólo como culminación interna, expresada en comenta- graduar las formas de recepción se reconocen algunas de las
rios y análisis, sino comoculminación externa, estadísticamente máximas morales vigentes en la historia política de los últimos
comprobable-e- es aceptable tanto desde el punto de. vista siglos (la vinculación no pretende ser una reducción: en el
normativo, como desde el punto de vista heurístico. Y ello no contexto interno de la ciencia histórica, el descubrimiento de
debe entenderse como el intento de dogmatizar una etapa vinculaciones o correlaciones es más importante que la polémi-
específica de la interpretación de Bruckner, destacándola his- ca sobre las fundamentaciones, que generalmente está motiva-
tóricamente como una instancia a partir de la cual se emiten da desde fuera). Entre las instancias que pueden legitimar un
juicios sobre otras épocas. Significa más bien que las percepcio- juicio histórico-estético acerca de lo adecuado o no adecuado de
nes de la década de 1920 representan un punto de partida las recepciones, figuran (para resumirlo en una fórmula): pri-
favorable para estimar la evolución total y desplegarla de una mero, el origen de una interpretación; segundo, lo que ésta
manera que resulte comprensible. Algunas décadas después, permite apreciar del fenómeno; tercero, la superioridad numé-
las percepciones de la década de 1920 seguían siendo compren- rica de los que comparten la convicción; cuarto, el ya menciona-
sibles y se reconocía su importancia, aunque ya no se las do principio de la igualdad de derechos de todas las interpreta-
pudiera concebir de la misma manera debido al cambio de la ciones. (El hecho de que Vodicka haya pensado en interpre-
situación histórica. La pretensión normativa que parecería taciones de grupos y no de individuos disminuye el relativismo
albergar el empirismo riguroso puede suspenderse (por lo al que conduce su tesis, pero no lo suprime. En el fondo, lo que
menos en forma transitoria), sin renunciar por ello a puntos de decide el derecho a ser de una forma de recepción es su simple
referencia tales como las categorías y los enfoques surgidos del existencia. )
análisis de la etapa de recepción considerada como culmina- Sin duda, quien se remite a la intención de un compositor
ción. Se podría afirmar, más bien, que constituyen la condición o a la interpretación predominante en el público original de una
y el sostén para un estudio comparado de las demás etapas de obra, acepta el origen de una concepción como sello de autenti-
recepción. De esa manera, éstas se podrían describir, por fin, cidad, sin que por eso tenga que ser consciente de las afinidades
como etapas de una evolución coherente de la historia de la morales y políticas de su decisión de valores. Por pobre e
recepción, y no como funciones de las cambiantes condiciones de incompleta que le parezca al historiador la interpretación de
la historia de las ideas y de la historia social. una obra musical por parte del compositor o de sus contempo-
La afirmación de que algunas recepciones de obras musi- ráneos, no cambiará la concepción tradicional por la suya sin
cales son más acertadas que otras está expuesta a la suspicacia experimentar ciertos escrúpulos. Prefiere violentar su concien-
de los escépticos, que se sienten empíricos cuando otorgan "en cia estética antes que pasar por encima de su conciencia
principio, igual validez y poder de convicción" a toda interpre- histórica. Se teme el arrogante anacronismo implícito en el
tación históricamente documentada (Félix.V, Vodicka). Según menosprecio de los juicios "auténticos" por parte de un historia-

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dor perteneciente a generaciones posteriores. Se le teme corno dar no puede engañarse acerca de su influenciani igrloratlá:
si se tratara de un pecado contra el espíritu de la concienciay (Hasta los esotéricos tienden a difundir, si no el objeto mismo de
el métier históricos. (Las objeciones contra este principio de su interés, por lo menos los comentarios acerca de él.) De
autoridad -por así llamarlo- en la discusión hermenéutica cualquier manera, sólo se pueden emitirjuicios sensatos sobre
son tan conocidas que basta enumerarlas sin comentarios. las consecuencias que tienen para la historiografía los éxitos en
Primero, aunque documente, directa o indirectamente, , la in .. la práctica musical, cuando se distingue entre los éxitos de
tención del compositor, el acierto de los testimonios externos público, que son mensurables, y los éxitos en materia de
sobre una obra musical no está más allá de toda duda. Para prestigio, que no lo son. Sin tratar de reconstruir en detalle la
decirlo sin rodeos: un autor no necesita saber lo que hace: compleja interrelación de esas categorías (el prestigio puede ser
Segundo, faltan criterios para distinguir, con fundamento, la sombra de un éxito de público olvidado =-como el Paulus de
entre la intención del compositor -'-que sólo cuenta. en la Mendelssohn=-, puede afirmarse independientemente de los
medida en que ésta se concrete en la obra- y una interpreta- éxitos de presentación -como El arte de la fuga de Bach-,
ción compatible con el texto, propuesta por el historiador. puede superarlos -como Parsifal de Wagner- o precederlos,
Tercero, la afirmación de que-el nexo común del espíritu de la cb~? Les troyens de Berlioz), en términos géherales, puede
época basta para privilegiar -desde el punto de vista de la afirmarse: primero, que la historiografía musical parte, en
filosofía de la historia-la interpretación de una obra musical principio, del prestigio de las obras y, a la vez, contribuye a su
por parte de su público original es una hipótesis metafísica afirmación; segundo, que la práctica musical debe su continui-
dudosa. Considerados sin apasionamientos, los testimonios dad a la transmisión de algo aparentemente abstracto como es
sobre las reacciones de los contemporáneos, lo mismo que las el prestigio -que luego es actualizado, de vez en cuando, por las
explicaciones del compositor sobre sus intenciones, son, para el ejecuciones- y que esa continuidad no existiría si sólo depen-
historiador, solamente un material y no la instancia última de diera de los éxitos de presentación (de modo que lo abstracto es
la interpretación.) muy concreto en sus consecuencias); tercero, que casi siempre
La antítesis .,.-que en cierta forma reemplaza al principio el prestigio de las piezas herméticas presupone un éxito de
de tradición o de autoridad, por el de rendimiento-e- consistiría públlico de otras obras del mismo compositor (el hecho de que
en afirmar que una interpretación que descubre y hace visible las obras atonales de Schonberg hayan sido tomadas his-
un mayor grado de diferenciación y, al mismo tiempo; de tóricamente en serio ~aun por quienes no las aprobaban desde
integración y acuerdo en una obra -sin ejercer violencia sobre el punto de vista estético- se debe, en gran parte, al triunfo de
el texto- demuestra ser la interpretación más adecuada sus Gurrelieder, que brindó una base probablemente insusti-
independientemente de su origen y deja situación histórica que tuible).
la hizo posible y que no tiene por qué coincidir con la de la obra. Los métodos propuestos para la reconstrucción de la histo-
Dicho en otras palabras: 10 que determina elfverdadero" sentí- ria del efecto de obras o grupos de obras musicales no se
do de una obra musical no es el juicio del compositor ni el del diferencian tanto por el material al que se remiten (pueses casi
estrato social para el que fue concebida, sino la interpretación inevitable apelar a las publicaciones de los siglos XIX yxx), como
más acertada según los criterios estéticos de riqueza y coheren- por los objetivos de conocimiento que se fijan y por el acento que
cia interna que admite la obra. La legitimación-histórico- imponen. (Hasta ahora no se sabe con certeza qué es la historia
tradicionalista es reemplazada por una legitimación estético- de larecepción. Sin embargo, se ha difundido la opinión de que
estructuralista. las descripciones yjuicios que se recogen -sin llegarjamás a un
La difusión exterior de una interpretación o de una forma final-e- pueden clasificarse en documentos esenciales y no
de recepción es un criterio que puede subestimar quien se esenciales. Para ello es preciso referirlos a las normas predomi-
atenga exclusivamente a un enfoque estético; pero un historia- nantes cuya validez queda determinada y limitada desde el

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punto de vista temporal, social y regional .o étnico, es decir, determinada por la existencia de arraigados topoi, que reapare-
desde las "tres dimensiones dela historia") cen una y otra vez, y que, por la relativa autonomía de su
Hasta ahora se ha aprovechado poco y nada-la posibilidad existencia y su acción, pueden separarse del contexto de la
de observar, en fuentes periodísticas,laformación, solidificación historia de las ideas y de la historia social, paraser transforma-
y difusión de juicios y formas de recepción luego canonizados dos, aisladamente, en objeto de investigaciones históricas
por la historiografía, la "crítica más elevada", como, se la (Hans Heinrich Eggebrecht: Zur Geschichte der Beethouen-
denominaba en el siglo XIX. (Por lo visto, los historiadores deja Rezeption, 1972). La más superficial delas reflexiones demues-
música no recuerdan con gusto la prehistoria periodística de su tra, por cierto, que los tópoi ligados a importantes compositores,
propia labor y por eso evitanrozar el prejuicio de-la inmediatez obras o grupos de obras, no sólo pueden distinguirse con toda
de la investigación histórica respecto de los procesos musicales claridad por los contenidos que transmiten, sino también por la
del pasado, eludiendosutematización.). Si noreflexiona.acer- manera en que cumplen su función de tópoi o estereotipos de
ca de los criterios de selección, la historia de la recepción está juicio. Como señaló Eggebrecht, en la recepción de Beethoven se
más. condenada que otras disciplinas parcialesde.la.historia a han repetido, indefectiblemente, determinadas fórmulas con
ahogarse enlos escombros de la.tradición, En caso deacentúarse escasas modificaciones y sin que losjuicios positivos se hayan
la formación de cánones, la medida patrón para una selección convertido en negativos: los per aspera ad astra, la procla-
de los documentos sería un testimonio de la aparición de lo que mación de contenidos utópicos y los símbolos de una cristolo-
luego se aceptaría como veredicto de "lahistoria" y que, de allí gía secularizada. En la crítica de Wagner del siglo XIX y comien-
en adelante, se seguiría copiando. Con esa meta.. el problema zos del xx, en cambio, estaban contenidos los tópoi esenciales
principal a resolver por partede los historiadores dela recep- ~Wagner como demoledor de la ópera en tanto forma, como la
ción consistiría en la reconstrucción de las causas por las cuales heroica figura del fundador y como creador de una religión del
una.de las opiniones en pugna terminó por imponerse y la otra arte-, pero no los juicios ligados a ellos. Si bien ningún crítico
no: por ejemplo las opiniones sobre los últimos cuartetos de negó seriamente el efecto decisivo de la obra de Wagner, sepudo
cuerda de Beethoven, los poemas sinfónicos de Liszt olas piezas juzgar -tal como surge de las investigaciones de Susanne
atonales para piano de Schonberg. Grossmann-Vendrey-la fundación de Bayreuth y su preten-
Si en lugar del reconocimiento de un canon -es decir, si en sión de representatividad nacional, como arrogancia; el mítico
lugar de pasar del periodismo a.lahistoriografía-s- se intentara compromiso de la persona en El anillo del nibelungo, como
describir el panorama de Iasopiniones características de un desafío moral y político del liberalismo; la religión del arte de
período, el criterio de selección consistiría en establecer el peso Parsifal, como ofensa a un auténtico cristianismo, y la
que tuvo unjuicio publicado por un diario o revista, y el prestigio intelectualidad de la técnica de los leitmotiue, como violación de
del crítico que lo emitió. (Los críticos deHugo Wolf serían,pues, la estética clasicista, entre cuyas máximas figura que el arte
de poca importancia desde el punto de vista de la historia de la debe ocultarse para ser lo que es. Los tópoi permanecieron
recepción.) Y un historiador de la recepción que esbozara un invariables en su esencia, pero se presentaron -a diferencia de
panorama histórico del momento buscaría .explicarIos docu- lo ocurrido con la recepción de Beethoven- con tonalidades
mentos en los cuales se apoya por las tendencias, paralelas o extremadamente variables. En cuanto a la recepción de Mahler,
entrecruzadas, de la historia dejas ideas .yde la historia social. los juicios comparativos relacionados con los tópoi recurrentes
Pues esa maraña constituye lo que antes se calificaba de no sólo acentúan en forma positiva o negativa la significación
espíritu de una época (un espíritu cuya "unidad interna" no es moral, religiosa o estética de las sinfonías, sino que también
más que una ficción de los filósofos de la historia ávidos de rozan su rango histórico, algo de lo que jamás se atrevieron a
simplificaciones) . dudar, en el caso de los dramas musicales de Wagner, ni
Una parte considerable de la historia de la recepción está siquiera detractores como Hanslick o Kalbeck. La combinación
198 199
de "estilo elevado" y "trivialidad" que forma parte de los.inex- constituye un proceso de vaciamiento. En un himno nacional
tirpables tópoi de la crítica de Mahler se interpretó de diferen- que ya no despierta sentimientos ni ideas patrióticas, salvo
tes maneras. Conun enfoque polémico, como discrepancia entre como recuerdo, la música queda convertida en una cáscara
intención y realización; con un enfoque apologético, como.indi- vacía cuya aplicación ritual ha perdido significado. El himno se
ferencia de la sustancia temática ante la función formal que convierte en caput mortuum de sí mismo.
cumple, o bien como "salvación" de la música "común" y como A veces se pierde tanto la primera comola segunda función
"manifestación estética" de una reconciliación social. Además, y, sin embargo, la composición sigue siendo transmisible por-
las interpretaciones debían decidir si las sinfonías de Mahler que ha dado origen a otras funciones. Una sarabanda del siglo
estaban a la par opor encima. de las de Bruckner, o si represen .. XVI no se incluye en un concierto de música antigua como pieza
taban una "música de Kapellmeister", que intentaba superar, bailable ni se experimenta, al escucharla, el carácter origina-
por la fuerza, ese nivel. riamente lascivo típico del género (lo paradójico es que esa
La investigación de los tópoi -cuyo origen en los estudios provocativa danza se aproxima, por su ritmo lento, a la música
sobre la supervivencia de la Antigüedad clásica y del Medioevo sacra de esa época). La "música corriente", como diría Heinrich
latino en la literatura europea esinnegable- pone el acento en Besseler, se ha convertido en "música de concierto" y el valor
los acervos tradicionales que se resisten al cambio del "espíritu simbólico que adquiere con su cambio de función se halla el
de la época". Por su parte, los intentos por exponer la historia concepto de música antigua, en el aura arcaica que constituye
de los efectos de la música desde el punto de vista del cambio de un atractivo estético. Si lo que fue la primera función se cambia
función, se empeñan en destacar las modificaciones, rupturas por otra, la segunda [unción se ve casi siempre afectada.
y reinterpretaciones a las cuales han estado sometidas las obras Utilizar un concierto para piano de Rachmaninov como música
musicales en una historia de la recepción que, a veces; se cinematográfica no deja de afectar las. connotaciones de la
prolonga durante siglos. El cambio de función es el reverso de música e incluso los cambios o suplementos semánticos pueden
la tradición de los topoi. quedar adheridos a la obra más allá de su aplicación al cine, es
El agrupamiento de los fenómenos que allanan el camino decir, al retornar a la sala de conciertos.
al análisis podría partir de una distinción propuesta por Umberto Además de la investigación de tópoi, que analiza testimo-
Eco en el esbozo de una estética dela arquitectura: la distinción nios literarios,y de una •.descripcióndel cambio de funciones,
entre primeras y segundas funciones (Introducción a la se- basada en datos de cr6¡{icils,se puede pensar en un método de
miótica, 1972,312). Eco denomina primera función al valor de recepción histórica que parta de fuentes musicales y abra, en
utilidad y segunda función al valor simbólico de una configura- cierta medida, el camino a la crítica filológica de textos en
ción. (Un trono es tanto un asiento como un signo de poder.) sentido inverso. Si el objetivo de la crítica musical de textos es
Señala también que una de las funciones suele modificarse abrirse paso a través de los escombros de la tradición para llegar
independientemente de la otra; el uso es variable, sin que eso a la versión auténtica de una obra, la historia de la recepción
afecte al sentido y viceversa. Para recurrir a un ejemplo musi- utiliza justamente los restos de lo no auténtico, dejados por la
cal: la función litúrgica de una cantata sacra se pierde en un filología, para forjarse una idea de cómo las generaciones
concierto; los significados alegórico-religiosos transmitidos por siguientes recompusieron -consciente o inconscientemente-
la música en relación con el texto se conservan, aunque algo se un texto en cuya versión original descubrieron rasgos descon-
pierda; De manera semejante, una marcha pierde su valor certantes.
práctico en un concierto de banda; pero las connotaciones Una crítica de textos que parta de la máxima de que un
militares y patrióticas propias de la música no se ven afectadas informe sobre las versiones que resultaron ser inauténticas es
por el cambio o la pérdida de función. El proceso inverso, por el totalmente superfluo porque no tienen importancia para la
cual el valor de uso sobrevive y el valor de símbolo se extingue; revisión del texto, ofrece poco material a la historia de la
200 201
recepción. La filología, que está obligada a investigar la totali-
dad del acervo tradicional, también.podrfa.describir, caracteri-
zándolas y documentándolas, aquellas versiones que no se
ajustan al concepto de autenticidad por el que se rige la crítica
de la tradición, y hacerlo en pro de la historia de la recepción, es
decir por altruismo metodológico. Por otra parte, algunos histo-
riadores de la recepción muestran un fervor casi religioso porsu
disciplina parcial e incurren en un abuso al no admitir la idea Indice de nombres propios
de la versión auténtica ~que coincide con la intención del
autor- como instancia decisiva. En lugar de encontrar la.
justificación en la intención del compositor, postulan una "legi-
timación histórica":.1a preferencia por la versión históricamen- Adler, G. 23 ss. Czerny, C. 55
te más eficaz y no por la versión original. Es verdad que no en Adorno, T. W. 40 ss., 77, 80, 96,130,
todas las épocas y géneros musicales se puede apelar -a la 139 s., 159 Danto, A. C. 20, 57
intención de los autores (en el caso de las canciones populares Ambros, A. W. 161 Debussy, C. 122
Aristóteles 13, 53, 96, 163, 174 Dilthey, W. 75, 79, 100 s.
y, sobre todo, en el de la música utilitaria, adaptada a todas las
Donizetti, G. 29, 173
circunstancias, sin que la situación original para la cual.estaba Bach, C. Ph. 46, 193 Droysen,J.G. 9,12,19,47,49,53,62,
destinada prime sobre las posteriores, el concepto de "versión Bach, J. S. 18,39,63,79,84,95,115, 93, 100
auténtica" carece de sentido). Pero el legado musical de los 118, 120, 137,193 s., 197 Dumas, A. 29
siglos en los cuales la teoría del arte. partió de la idea de la Baur, F. C. 69
originalidad es el objeto legítimo de una filología que .no puede Beethoven, L. van 17, ,32, 42, 49, Eco, U. 200
ser reemplazada por la historia de la recepción, 52, 62 s., 84 ss., 115, 118, 123 s., Eggebrecht, H. H. 199
144 s., 147, 171 s., 181, 187, 193, Eichenbaum, B. 154, 156
198s. Einstein, A. 18
;'.fi't~~'I¡¡~¡¡'D NAClbf~AL 'DEROSAR¡O Bekker, P. 32 Ellis, A. J. 72
ESCUELA DE MustCA Benjamin, W. 191 Engels, F. 133
Berlioz, H ..62 ss., 197
a~BL.IOTECA Bernhard,C.31,181 Fétis, F.-J. 72
Bernheim, E. 9 Fichte, J. G. 179
Besseler, H. 89, 133 s., 170,201 Fischer, J. C. F. 117
Bloch, E. 16, 138, 165 Forkel, J. N. 53, 179
Brahms,J. 16,43,63,86, 126, 193 Freyer, H. 72
Braudel, F. 173 s. Freytag, G. 170
Bruckner, A. 193 ss., 200
Burckhardt, J. 10, 16, 65 s., 99, 146 Gadamer, H. G. 74 ss., 80 s., 188
r.' -.".
ss., 166 Glarean, H. 22, 134
Burke, E. 79 Gluck, C. W. 115, 118,122, 141
Burney, Ch. 46, 53 Grell, E. 85
Busoni, F. 16 Griepenkerl, W. 193
Grossmann-Vendrey, S. 199
Chaikovsky, P. I. 139 Grout, D. J. 29
Chopin, F. 72
Collingwood, R. G. 188 Habermas, J. 71, 109, 135

202 203
¡j~~;~Ií&;lD NACIONAL DE ROSA"~
ES'CtiElA DE MUSICA
Handel, G. F. 79, 115, 118 Monteverdi, C. 31, 129 Stravinsky,1. 32, 85 s., 115 126, 165, 181, 193, 197, 199
Haller, M. 85 Mozart, W.A. 84 Weber, C. M. von 53,55,72,122
Handschin, J. 65,193 s. MussorgskY,M.72 Telemann, G. Ph. 193 Weber, M. 54, 102 s., 111 ss., 116,
Hanslick, E. 33, 152, 156, 178, 199 Tieck, L. 28, 179 148,166,173
Hauer, J. M. 124, 130 Nietzsche, F. 69, 71, 73,108,125, 147 Troeltsch, E. 10 Webern, A. von 85,124,139
Hawkins, J. 53 Novalis 180 Weimann, R. 74
Haydn,J.87, 115, 118, 120, 141 Uffenbach, J. F. von 116 Werckmeister, O. K. 31
Hegel, G. E. F. 9, 22, 28, 53, 69, 99, Offenbach,J. 124, 173 Wesendonck,M.32
155 Verdi, G. 29 Wilamowitz, U. von 125
Heidegger, M. 74, 89' '. Palestrina, G. P. 61, 82, 848S., 118, Vicentino, N. 129 Winckelmann, J. J. 58
Helmholtz, H. von 72 129 s., 181 Vodicka, F. V. 187s., 190, 194 s. Windelband. W. 102
Herder, J. G. 58, 71 Pergolesi, G. B. 86 W61fflin, H. 131
Heuss, A. 10 Pinder, W. 174 Wagner, R. 29, 32, 43, 63 s., 112, 115, Wolf, H. 198
Hoffmann, E. T. A. 53, 179 Platón 96, 105
Homero 118 Pleyel; 1. .26
Huizinga, J. 160 Proust, M. 20, 60
Humboldt, W. van 98, 179 Pitágoras 105

Ingarden, R. 188 Rachmaninov, S. 201


Ives, Ch. 193 Ranke, L. von 19, 60, 128
Rickert, H. 102 s:
Jauss, H. R. 60, 188 Riehl, W. H. 10, 161
Josquin des Prez 22, 134 Riemann, H. 23, 62 ss., 154
Joyce, J. 20, 60 Rossini, G, 115
.....Rothacker, E. 23, 58, 125 ~".i4tiA.P NACIONAL DE ROSA_
Kalbeck, M. 199
eSCUELA Be MUSICA .
Kant, 1. 154 Sartre, J. -P. 150
Kierkegaard,S.29 Schiller, F. 84 t:)'I3t..tOTEC"
Ko zeluch, L. 26 Schklovski, V. 155 s.
Kracauer, S. 60 Schleiermacher, F. 13,79; '100 s.
Kuhn, T.159 Schonberg, A. 16,42 s., 85, 115, 122,
139, 179, 197 s.
Lasso, O. di 61, 130 Schopenhauer, A. 178
Lippman, E. A. 23 Schubert, F. 55, 193'
Liszt, F. 29, 63 s., 86, 126, 173, 198 Schütz, R. 122
Ludwig, F. 28 Schumann, R. 65, 115, 126;136; 173,
180
Mahler, G. 52, 193, 199 s. Scott, W. 60
Marx, A. B. 161 Smetana, B. 72
Marx, K. 9, 28, 31, 66 S;, 74, 109 s., Sófocles 118
132,140 ss., 145 ss., 168 s., 177 ss. Spitta, F. 155
Mattheson, J. 179 Spohr, L. 55 s:
Mendelssohn-Bartholdy, F. 56, 114, Spontini, G. 56
123, 197 Stamitz, R. 116
Meyerbeer, G. 165 Strauss, R. 63, 124

204 1'.. ~~,.i!O#.D NACIONAL O.~ R:~' 205


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