16A Jueves, 2 de junio de 2011
 MORELIA  LA VOZ DE MICHOACÁN
LA TRANSFORMACIÓN DE JOSÉ A PAMELA, QUE DURA UNA HORA Y
MEDIA, INICIA ALELEGIR LOS COLORES QUEUTILIZARÁ EN LA NOCHE.
PAMELA LLEGÓ A MORELIA A SUS 18 AÑOS PROVENIENTE DE CUERNAVACA SIGUIENDO UN SUEÑO: HUIR DE LA DISCRIMINACIÓN.
LA VOZ DE MICHOACÁN
CON GRAN PRECISIÓN Y PACIENCIA, LA CARA DE JOSÉ POCO A PO- PAMELA SE APLICA TALCO EN SUS PIERNAS ANTES DE PONERSE
CO SE ALEJA DE LOS RASGOS MASCULINOS PARA SER FEMENINOS. LAS MEDIAS, LAS MISMAS ESCONDERÁN SU SEXO MASCULINO.
 C O N M E M O R A C I Ó N  H OY, E L D Í A I N T E R N AC I O N A L D E L T R A B A J O S E X UA L
El otro lado de la noche
VENDEN SU CUERPO, PERO NO SU DIGNIDAD NI
SU VIDA; EL MAQUILLAJE Y LOS TACONES SON
SÓLO ACCESORIOS, UNA PARTE MÁS DEL OFICIO
TEXTO Y FOTOS: MICHELTRAVERSE, La Voz de Michoacán
Es la hora del recreo en la primaria
“José María Morelos” de Cuerna-
vaca. Los niños salen de sus salo-
nes corriendo al escuchar la chi-
charra; es un día soleado, de esos
que dan nombre a la Ciudad de la
Eterna Primavera.
Los pequeños juegan al burro
saltado, a las muñecas o futbol. Los
niños de un lado y las niñas del otro.
Es en este momento cuando José se
da cuenta de que él es diferente a sus
compañeros. Siente indiferencia por
los juegos de los niños pero, por otra
parte, un deseo agigantado por for-
mar parte de los juegos de las niñas.
Fue en esa mañana -que él re-
cuerda muy bien- cuando intuyó su
verdadera sexualidad.
Así pasaron los años poco a
poco. Ese deseo se fue transfor-
mando en una realidad tanto en
su concepción intelectual como
en el de su propia imagen.
José fue cambiando poco a poco.
“Siempre tuve novio desde chiqui-
to... desde los 12 años ya me vestía
de mujer”, asegura. Y José continúa:
“desde pequeño sabía quién era y a
qué sexo pertenecía”.
A los 16 años empezó a tomar
hormonas, sus pechos empezaron a
crecer y su voz se tornó más aguda.
Cada día su aspecto era más femeni-
no hasta que se transformó en Pame-
la, la identidad que hoy en día posee.
Así vivió toda su juventud, camina-
do y pasando como una mujer.
Creció y llegó el amor al conocer
a un hombre del cual se enamoró.
Pasaron algunos años como pareja
hasta que decidieron huir de Cuer-
navaca debido a la discriminación
social que sufrían por ser pareja gay.
Pamela emigró de Morelos a Mi-
choacán huyendo de un lugar don-
de no había más esperanza para
ella. Huyó junto con su pareja para
buscar nuevas oportunidades. Lle-
nos de sueños se encaminaron a su
destino: Morelia.
Llegaron con algunos ahorros, lo
que les permitió rentar un cuarto y
empezar a buscar empleo, así se es-
tablecieron en la ciudad, poco a po-
co. Después de un año y medio en
Morelia, Pamela encontró trabajo en
un supermercado desempeñado la
tarea de supervisora de seguridad,
pero encontrarlo no fue fácil: tuvo
que viajar a la Ciudad de México, a
Santo Domingo, para falsificar sus
papeles de identidad para poder ser
de otro sexo de forma legal.
Fue así como Pamela trabajó
como mujer más de un año y me-
dio hasta que no le renovaron el
contrato, después encontró trabajo
en una tienda vendiendo ropa con
su misma identidad.
A la par, su pareja también en-
contró trabajo en un tienda de artí-
culos de lujo como supervisor de
ventas, lugar donde él conoció a una
mujer, de la cual se enamoró y por
esa razón abandonó a Pamela, que-
dando sola y sin ese sueño de cons-
truir una vida con su expareja.
Pamela cayó en una profunda
depresión que la orilló a caer en la
bebida, empezó a salir por las no-
ches a bares, cada vez con más fre-
cuencia, y fue en esos lugares don-
de tuvo su primer acercamiento
con la prostitución.
Cada vez que salía el dinero ya
DESPUÉS DE PONERSE SU BRASIER CON ESPONJAS, PAMELA BUS-
CA ENTRE SU ROPA LA BLUSA CON LA QUE SALDRÁ A LA CALLE.
Piden respeto y acceso a seguridad social
APOLINAR ALVAREZ,
La Voz de Michoacán
Reconocimiento legal de la activi-
dad sexual como empleo, acceso
a los servicios de seguridad so-
cial, respeto total a los derechos
humanos y alto a la discrimina-
ción derivada de la homofobia
son las principales exigencias de
quienes forman parte de la comu-
nidad de sexoservidoras, trans-
género, trasvestis y trabajadores
sexuales del estado, esto previo al
Día Internacional del Trabajo Se-
xual, que se conmemora hoy.
Alrededor de 400 hombres y
mujeres arriesgan diariamente su
vida por las noches en las dos
“zonas de tolerancia” en la ciu-
dad de Morelia (Avenida Nocu-
pétaro y Plaza Carrillo), afirmó
Pamela Cruz Orihuela, miembro
activo de “Las Tarascas en Busca
de la Libertad AC.”
“Queremos que nuestras au-
toridades y la sociedad en gene-
ral se den cuenta de que este tra-
no era suficiente, hasta que por di-
chos y consejos de sus amigas y com-
pañeras de bebida se animó a entrar
en el mundo del trabajo sexual.
Pamela recuerda que aquel en-
tonces ganaba 800 pesos a la quin-
cena vendiendo ropa, y recuerda
que la primera vez que vendió su
cuerpo ganó el doble en tan solo
unas horas.
Desde ese día, fue más frecuente
su visita a la zona roja de Morelia
para ofertar sus servicios, tuvo la
fortuna de que las demás trabajado-
ras sexuales del lugar, “su madri-
TODOS LOS DÍAS, A LA MISMA HORA, UN TAXI RECOGE A PAME-
LA PARA LLEVARLA A UNA DE LAS ZONAS ROJAS DE LA CIUDAD.
“LAS TARASCAS EN BUSCA DE LA LIBERTAD”OFRECIERON UNA RUEDA DE PREN-
SA EN LA QUE EXHIBIERON LOS MALTRATOS HACIA LOS SEXOSERVIDORES.
bajo no es una simple diversión o
una forma fácil de ganarse la vi-
da… no es sencillo lidiar con per-
sonas desconocidas que pueden
causarnos daño”, solicitó.
Indicó que la gran mayoría de
homosexuales se ven orillados a
utilizar su cuerpo como herra-
nas”, la acogieran y le enseñaran el
“oficio”, cosa que no ha sido nada
fácil para Pamela. La discriminación
y el peligro siempre están en la calle
al caer la noche.
“Uno nunca sabe lo que pueda
pasar”, comparte, “una vez al calor
de las copas un cliente casi me quita
la vida; era una noche común, había
subido a un auto de un desconocido,
una copa llevó a otra hasta que nos
tomamos dos botellas, llegamos a un
hotel, nos recostamos en la cama y
fue cuando perdí la conciencia, des-
de ese momento no recuerdo nada;
 MORELIA
mienta de trabajo ante la falta de
oportunidades para este segmen-
to de la población, que sólo pue-
de aspirar a un espacio en alguna
de las esquinas utilizadas como
puntos de encuentro.
Criticó que las empresas y co-
mercios instalados a lo largo del
lo que sé de ese día es lo que el cuida-
dor del hotel me contó después.
“Me dijo que después de un
tiempo de estar en el cuarto vio sa-
lir al cliente corriendo todo lleno
de sangre, que subió a su auto rá-
pidamente y se fue, lo cual lo alar-
mó y enseguida corrió al cuarto a
ver lo que pasaba, tuvo que rom-
per la puerta a patadas ya que es-
taba atascada por dentro, entró a
la habitación (el cuidador del ho-
tel) y al abrir la puerta del baño ahí
estaba yo: colgada en la regadera
con mi propio cinturón, el cual me
 Jueves, 2 de junio de 2011
LA CUOTA NUNCA ES LA MISMA, PERO LA NECESIDAD SÍ: ALIMEN-
TARSE Y TRATAR DE TENER UNA VIDA DIGNA, COMPARTE PAMELA.
estado se niegan rotundamente a
contratar personas con una prefe-
rencia distinta a la heterosexual,
lo que se considera como un acto
abierto de discriminación viola-
torio de los derechos humanos.
“Es necesario que los legisla-
dores realicen reformas a la Ley
Federal del Trabajo para que tam-
bién se contemple la actividad se-
xual desde el punto de vista legal,
queremos gozar de los mismos
beneficios que tiene cualquier
otro ciudadano, como créditos a
la vivienda y afiliación a los es-
quemas de salud”, refirió.
Añadió que la prostitución,
en sus diferentes modalidades,
también se ejerce a través de
agencias de acompañantes: “hay
de todo y para todos los gustos,
tanto hombres, mujeres, trasves-
tis y transexuales”. Reveló que el
servicio sexual tiene un costo pro-
medio de 400 pesos, sin embargo,
la tarifa podría incrementarse de-
pendiendo del tiempo y las peti-
ciones especiales del cliente.
cortó el cuello y parte de la nuca
estaba bañada en sangre.
“En ese instante me descolgó y
llamó a una ambulancia; me salvó
la vida, y después me trasladaron
al hospital. Un mes después des-
perté de un coma de más de 30 dí-
as sin recuerdo alguno de ese día.
Sólo recuerdo que la última copa
fue la que me durmió.
“De esto han pasado más de 17
años y sigo en lo mismo; la necesidad
es cabrona, pero mucho ha cambia-
do desde entonces; ahora estamos
más organizadas, nos cuidamos y
17A
entre todas vemos por todas, ya hace
más de ocho años que decidimos for-
mar una asociación de sexoservido-
res, ya que era mucho el riesgo y los
problemas que teníamos.
“Ahora el peligro es el mismo,
pero ya es distinto: hemos decidi-
do limpiar las calles y tratar de qui-
tar ese estigma social que rodea
nuestro trabajo, cuidamos que
nuestros miembros no tengan pro-
blemas de drogas y alcohol, cada
dos meses estamos en chequeos
continuos de VIH y todas juntas
nos dedicamos a la difusión del
buen uso del condón y de vez en
cuando impartimos talleres de se-
xualidad… ha sido muy difícil, pe-
ro poco a poco hemos tenido el
apoyo de los gobiernos en turno.
“Ahora nos llamamos Tarascas
en Busca de Libertad, seguimos en
lucha para poder tener un marco
legal para nuestro trabajo y nuestra
identidad, ya que no existe ningu-
na protección laboral ni del estado
para realizar nuestra labor; no te-
nemos seguro y mucho menos so-
ñar con un crédito de Infonavit o
prestaciones laborales.
“Aquí no hay días de descan-
so ni festivos; el que no viene no
come, nosotros salimos a las ca-
lles a diario a rifarnos la vida por
unos cuantos pesos, que muchas
veces no alcanzan ni para hacer la
despensa del otro día, también es
un trabajo digno y de respeto, ya
que no matamos a nadie ni nos
pasamos con nadie para realizar-
lo, lo hacemos por necesidad y
exigimos respeto y tolerancia de
la sociedad para realizarlo”.
Esto lo dice Pamela momentos
antes de subir al taxi que la llevará a
la zona roja, donde caerá la noche,
misma que a través de su manto de
oscuridad dejará entrever lo que
ellas venden y ofertan por las calles
de la Ciudad de la Cantera Rosa.