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DIDIPAC SALTILLO

HORAS SANTAS PARA CATEQUISTAS

“JESÚS EUCARISTÍA, SANTIFICA EN SILENCIO EL ALMA MÍA”


EL CATEQUISTA Y SU VOCACIÓN
Septiembre
† Se expone el Santísimo de la forma acostumbrada
† Canto para la exposición

En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado,


El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Alabemos y demos gracias en cada instante y momento


Al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Jesús Eucaristía,
Santifica en silencio el alma mía.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…Canto Eucarístico

GUÍA: Orar por las vocaciones es una puesta en práctica del mandato de Jesús: “rueguen
al dueño de la siembra que mande obreros para hacer la cosecha”. Este mandato desafía
nuestra fe e interpela nuestra conciencia de bautizados. Es el primer servicio que
podemos ofrecer a la gran causa de las vocaciones. Necesitamos apóstoles,
evangelizadores y misioneros, personas comprometidas que, en nombre de Cristo, nos
ayuden alcanzar los bienes de la salvación. Lo primero que debemos hacer es orar con
humildad al dueño de la siembra.

Oración por las vocaciones: Oh Jesús, Pastor Eterno de las almas…

TODOS: Concédenos, Dios nuestro, recibir con un corazón sencillo y dócil la palabra de
vida con la que nos has regenerado como hijos tuyos, para vivir de acuerdo con ella y
demostrar en obras nuestro amor a los demás. AMÉN.

Lectura del Libro del Profeta Isaías 6, 1.6-8

GUÍA: Respondamos ahora a la Palabra de Dios, diciendo, Aquí estoy, Señor, para hacer tu
voluntad.
LECTOR 2: Con gran confianza esperé en el Señor, Él se inclinó hacia mí y escuchó mi
clamor. El me puso en la boca un canto nuevo, una alabanza a nuestro Dios.
TODOS: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
LECTOR 1: Sacrificios y ofrendas ya no quieres, en cambio me has dejado oír tu voz; no
pides expiaciones ni holocaustos, así que dije: “Aquí estoy”
TODOS: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
LECTOR 2: En el libro sagrado se me ordena cumplir lo que tú mandas. Me agrada hacer tu
voluntad, Dios mío, pues tu ley es la entraña de mi entraña.
TODOS: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
LECTOR 1: He dado a conocer tu salvación ante todo tu pueblo; Tú bien sabes, Señor, que
no guardé silencio.
TODOS: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
LECTOR 2: Tú, Señor, no me niegues tu clemencia; que tu amor y lealtad, por siempre me
protejan.
TODOS: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

CANTO: El Padre Nuestro.

GUÍA: Escuchemos ahora a Jesús, nuestro maestro que nos habla por medio de su
Evangelio noticia de Salvación.

LECTOR 1: DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (16,24-27).

GUÍA: Guiados por el Evangelio de Jesús, que sigue vivo, invoquemos al Señor que nos
enriquece con la fuerza del Espíritu. Oremos diciendo: Padre, escúchanos.

♣ Para que el Papa, los Obispos y toda la Iglesia, realicen su misión evangelizadora en
medio del mundo. Oremos.
♣ Para que los pueblos y naciones luchen por los valores del Evangelio, que traen la
paz, la justicia y verdadera libertad. Oremos.
♣ Para que los sacerdotes y personas consagradas, anuncien con ilusión el Evangelio
de Jesús en el mundo. Oremos.
♣ Para que siempre haya corazones jóvenes que estén dispuestos a seguir la llamada
de Dios y dedicar su vida, como Jesús, los Profetas y los Apóstoles al servicio de sus
hermanos los hombres, siendo testigos de esperanza. Oremos.
♣ Para que los hogares cristianos se sientan testigos del Evangelio y fomenten la
voluntad cristiana de sus hijos. Oremos.
♣ Para que cada parroquia se comprometa a ser comunidad evangelizadora y
siembre con valentía la llamada de Cristo entre sus miembros. Oremos.
♣ Para que todos los catequistas aquí reunidos en oración, encontremos nuestra
alegría en el servicio a los niños y jóvenes. Oremos.

GUÍA: Terminemos este momento de adoración y contemplación a Jesús Eucaristía,


elevando nuestra súplica para que nos conceda amar nuestra vocación, y que todo cuanto
digamos y hagamos sea para Gloria suya.

TODOS: Señor, tú me has formado con todo el amor que puede tu corazón. Tú has
sembrado en mí la vocación y me has llamado hacer catequista, a mostrarte a los demás a
través de tu Palabra, a llevar el mensaje de tu amor a mis hermanos. Bien sabes Señor que
no poseo riquezas materiales, pero tengo lo que me has dado:
≈ Mis manos para ayudar a otros.
≈ Mis pies para llevar tu palabra al que está triste y preocupado.
≈ Mi corazón para amar especialmente a los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y
adultos del mundo.
≈ Mi inteligencia para fabricar un mundo mejor.
≈ Mi voz para predicar tu palabra a quienes pocos han escuchado de ti.
≈ Todo esto me lo has dado y no quiero guardarlo para mí solo. Quiero compartir mi
vida con todos, especialmente contigo Señor. Yo sé que contigo podemos llevar tu
palabra a todos. Amen.

ENCONTRANDO MI CAMINO
Octubre

† Se expone el Santísimo de la forma acostumbrada


† Canto para la exposición

En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado,


El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Alabemos y demos gracias en cada instante y momento


Al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Jesús Eucaristía,
Santifica en silencio el alma mía.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…Canto Eucarístico

GUÍA: Jesús, Tú eres el pan de vida, el que viene a ti, no tendrá más hambre. Señor Jesús,
si no comemos tu carne y no bebemos tu sangre no tendremos vida en nosotros. El que
come tu carne, Tú lo resucitarás, Señor Jesús, ¿A quién iremos Señor? Tú sólo tienes
palabras de vida eterna. Tú Señor, eres el pan bajado del cielo; el que coma de este pan,
vivirá para siempre. Jesús, el permanece en ti, da muchos frutos; quien no permanece en
ti, está muerto.

Canto Eucarístico.

GUÍA: Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no
adoran, no esperan y no te aman… Padre Nuestro, Ave María y gloria

Canto Eucarístico.
GUIA: Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Yo te adoro profundamente y te
ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos
los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que
El es ofendido. Por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado
de María, te pido la conversión de los pecadores.

Padre Nuestro, Ave María y gloria. Canto Eucarístico.

GUÍA: Vamos hacer un momento de silencio y traer a nuestro pensamiento a aquellas


personas por las que queremos interceder.

TODOS: Señor Jesucristo, el manso y humilde de Corazón, hoy quieres que te tributemos
un honor espléndido, digno de tu majestad infinita. Lo que en el Jueves Santo nos
impiden hacer las lágrimas por tu Pasión, hoy se nos convierte en gozo desbordante.
Nosotros queremos agradecerte en este día el amor inmenso que te movió en la Última
Cena a quedarte Sacramentado hasta el fin del mundo. Aquí estamos, Señor, mirándote,
amándote, y unidos a toda la Iglesia que te aclama jubilosa.

CANTO:

CONTEMPLACIÓN AFECTIVA. (Dirigida a dos coros)

Jesús, Dios cercanísimo que moras entre nosotros


Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria.
Jesús, Pan de los Ángeles, hecho pan de los hombres.
Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria.
Jesús, amor de los amores, Dios que estás aquí.
Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria.
Jesús, manso y humilde, que aceptas nuestros homenajes.
Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria.
Jesús, desconocido del mundo y vivo para los creyentes.
Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria.
Jesús, Hostia pura de nuestros Altares.
Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria.
Jesús, alimento nuestro en la Comunión.
Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria.
Jesús, amigo nuestro en la intimidad de tu Sagrario.
Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria.
Jesús, Rey amoroso en el esplendor de nuestras custodias.
Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria.
Jesús, que gozas con nuestras flores y nuestros cantos.
Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria.
Jesús, reconocido por la fe viva que nos infundes.
Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria.

GUÍA: Te damos gracias y te bendecimos Dios Santo y fuerte, porque diriges con sabiduría
los destinos del mundo y cuidas con amor, a cada uno de los hombres. Tú nos invitas a
escuchar tu palabra, que nos reúne en un solo cuerpo, y a mantenernos siempre firme en
el seguimiento de tu Hijo Jesús.
Porque sólo El es el camino que nos conduce a Ti, Dios invisible, la verdad que nos hace
libres y la vida que nos colma de alegría. Te damos gracias y te bendecimos Padre fiel y
lleno de ternura porque tanto amaste al mundo que le has entregado a tu hijo para que
fuera nuestro Señor y nuestro hermano. Jesús manifestó su amor con los pobres y los
enfermos, con los pequeños y los pecadores. El nunca permaneció indiferente ante el
sufrimiento humano; su vida y su palabra son para nosotros la prueba de Tu amor; como
un padre siente ternura por Tus hijos; así también Tú sientes ternura por tus fieles. Por
eso, te alabamos y te glorificamos.

CANTO

GUÍA: Cristo nos invita a todos a su cena, en la cual entrega su Cuerpo y su Sangre para la
vida del mundo, nosotros le decimos ahora:
TODOS: Cristo, Padre Celestial, danos la vida eterna.
GUÍA: Cristo, maná del Cielo, que haces que formemos un solo cuerpo todos los que
comemos del mismo pan.
TODOS: Refuerza la paz y la armonía de todos los que creemos en Ti.
GUÍA: Cristo, médico celestial, que por medio de tu Pan nos das un remedio de
inmortalidad y una prenda de resurrección.
TODOS: Devuelve la salud a los enfermos y la esperanza viva a los pecadores.
GUÍA: Cristo, Rey venidero, que mandaste celebrar tus misterios para proclamar tu
muerte hasta que vuelvas.
TODOS: Haz que participen de tu resurrección todos los que han muerto en Ti.

GUÍA: Señor Sacramentado, Pan de los Ángeles y Pan nuestro Celestial, que te nos das
como prenda del Banquete del Reino y que permaneces con nosotros día y noche en tu
Sagrario. Nosotros queremos vivir de Ti para que nos llene la vida de Dios. Jesús, si nuestra
fe te ve ahora oculto en los velos sacramentales, que un día te veamos cara a cara en los
esplendores de la Gloria. Así sea.

ORACIÓN FINAL, TODOS: Señor Sacramentado, Tú nos das en el corazón de María, Madre
tuya y Madre nuestra el modelo acabado de quien te recibe en la Comunión. En nuestro
corazón quieres encontrar el amor, la pureza, la humildad y la entrega del corazón de tu
Madre. Conforma nuestro corazón con el suyo, para que encuentres en nosotros la digna
morada que te mereces. Amén.
AMARTE COMO TU ME AMAS
Noviembre
† Se expone el Santísimo de la forma acostumbrada
† Canto para la exposición

En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado,


El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Alabemos y demos gracias en cada instante y momento


Al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Jesús Eucaristía,
Santifica en silencio el alma mía.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…Canto Eucarístico

TODOS: Señor Jesús Sacramentado, reunidos junto al altar, queremos contemplarte,


escuchar tus palabras pronunciadas en el Cenáculo junto con tus discípulos, palabras que
son tu testamento. Queremos dedicar este tiempo para estar junto a Ti, para escucharte,
orar contigo al Padre y darle gracias por el gran misterio de su Amor.

Silencio para que cada quien una su corazón al de Jesús Sacramentado.

GUÍA: Padre santo, en esta hora de la tarde nos reunimos junto al altar para hacer
memoria de la Eucaristía celebrada y adorar la presencia sacramental de tu Hijo entregado
para la salvación de todos.

LECTOR 1: Él es el Profeta
TODOS: haz que su Palabra resuene en nuestro corazón y nuestras palabras sean eco de la
suya.
LECTOR 2: Él es el Sacerdote
TODOS: haz que nuestra ofrenda y oración se eleve hasta tu trono, como incienso, y te
ofrezcamos el gozo y el llanto de la humanidad.
LCTOR 1: Él es el Emmanuel, que permanece en el Sacramento
TODOS: haz que nosotros permanezcamos con él, como los sarmientos en la vid.
LECTOR 2: Él nos ha dado como testamento el mandamiento del amor
TODOS: haz que lo cumplamos y seamos instrumento de caridad.
GUÍA: Padre Santo, aumenta nuestra fe en el misterio que adoramos y veneramos en esta
tarde. Ayúdanos a crecer y testimoniar nuestra fe en la vida para que un día podamos
contemplarte a tí y a tu Hijo, sin velo alguno. Amén.
GUÍA: En esta hora de silencio introduzcámonos en el Cenáculo y escuchemos las palabras
de Jesús que dirigió a sus apóstoles.

Lectura del Evangelio según San Juan 13,31.33a. 34-35

GUÍA: Les doy un mandamiento nuevo – dice el Señor –


TODOS: Que nos amemos unos a otros como Él nos ha amado.
GUÍA: Les doy un mandamiento nuevo – dice el Señor –
TODOS: Que nos amemos unos a otros como Él nos ha amado.
GUÍA: Les doy un mandamiento nuevo – dice el Señor –
TODOS: Que nos amemos unos a otros como Él nos ha amado.

CANTO:

MEDITACIÓN PERSONAL: La clave está en el final


Jesús se dirige a sus discípulos y les dice, ustedes ya saben estas cosas, ¡felices si
las ponen en práctica! Los discípulos habían pasado un largo tiempo junto a Jesús.
Aprendiendo y descubriendo las cosas de Dios. Gran parte de su vida pública,
como podemos ver en los evangelios Jesús se dedica a la formación e instrucción
de sus seguidores. Ahora ha terminado el tiempo de aprender, por eso Jesús
orienta el sentido de estos aprendizajes: Felices si lo practican.
La fe es para ser vivida y practicada, no sirve ni alcanza decir "Señor, Señor".
Jesús quiere e invita a sus discípulos a demostrar con gestos y actitudes nuevas el
conocimiento de las cosas de Dios que hay en nuestro corazón. En esto se
encuentra la felicidad, el sentido pleno de la existencia: en vivir para los demás
como servidores.

Evidentemente la propuesta de Jesús no tiene nada que ver con el modelo de


felicidad que nos propone la sociedad de nuestros días.
¿Es difícil vivir esto? ¿Por qué? ¿Cómo puedes vivir este mandato del amor a los
demás en tu vida concreta de todos los días?

Momento de silencio y oración personal

TODOS: Señor Jesús, tus palabras en el cenáculo nos han conmovido y queremos darte
gracias por ello. Gracias, por la institución de la Eucaristía, gracias, por tu misterio pascual
que nos salva y redime, gracias, por el mandamiento nuevo, gracias, por ser Emmanuel,
Dios–con–nosotros, gracias, por esta hora de oración ante tu Presencia, gracias, por la
gracia de tus dones, gracias, por escucharnos y renovar nuestra vida y sentimientos.
Queremos acompañarte hasta la cruz, para contemplarte elevando sobre la tierra
con los brazos abrazando al mundo entero y elevar nuestros corazones a ti. Queremos
estar junto a tu sepulcro en silencio y oración en espera de tu resurrección. Queremos
gozarnos con tu triunfo sobre la muerte y sentirnos libres de la esclavitud del pecado.
CORO 1: Te pedimos ser adoradores en espíritu y en verdad
CORO 2: te pedimos estrechar la comunión contigo y con los hermanos
CORO 1: te pedimos servirte, sirviendo a los necesitados y marginados
CORO 2: te pedimos ser portadores de paz y justicia
CORO 1: te pedimos ser constructores de un mundo más solidario
CORO 2: te pedimos un corazón quebrantado y humillado para recibir tu misericordia
TODOS: Señor Jesús, nuestro encuentro de oración contigo no termina aquí, se prolonga
en nuestro compromiso en la vida, ayúdanos con tu gracia a serte fieles aquí en la tierra y
poder contemplar tu rostro en el cielo. AMEN

ORACIÓN FINAL Hemos escuchado las palabras de Jesús en el cenáculo en esta tarde
(noche) de misterio de amor y entrega. Terminemos esta hora santa delante de la
Presencia santa de Jesús sacramentado, dándole gracias por la Eucaristía y por este rato
de oración, y supliquémosle que derrame su gracia a favor de la Iglesia y de todos los
hombres y mujeres del mundo. Padre nuestro…

HORA EUCARÍSTICA-MARIANA
Diciembre
† Se expone el Santísimo de la forma acostumbrada
† Canto para la exposición

En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado,


El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Alabemos y demos gracias en cada instante y momento


Al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Jesús Eucaristía,
Santifica en silencio el alma mía.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…Canto Eucarístico

GUÍA: En el silencio del quehacer cotidiano, San José, junto a María, tienen un solo centro
común de atención: Jesús. Ellos acompañan y custodian con empeño y ternura el
crecimiento del Hijo de Dios hecho hombre por nosotros, reflexionando sobre todo lo que
sucedía.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Canto Eucarístico.

GUÍA: María: “Conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón”, para escuchar al
Señor, es necesario aprender a contemplarlo, a percibir su presencia constante en nuestra
vida; es necesario detenerse a dialogar con Él, darle espacio con la oración. Cada uno de
nosotros, deberíamos preguntarnos: ¿qué espacio doy al Señor? ¿Me detengo a dialogar
con Él? (Breve silencio)

Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Canto Eucarístico.

GUÍA: Con este deseo, venimos hoy a ponernos en presencia de Jesús Sacramentado.
Queremos hablar con Él. Queremos que El nos hable. Queremos que El sea el centro de
nuestra vida. Queremos aprender a contemplarlo.

LECTOR 1: Te bendigo y te agradezco, Señor Dios mío, creador y redentor del género
humano, por la inmensa bondad que te indujo a redimir al hombre de modo aún más
maravilloso que el que ya habías desplegado al crearlo.
TODOS: Salve, Verdadero Cuerpo, Nacido de María Virgen. Oh Jesús, Jesús, Hijo de María.
LECTOR 2: Te bendigo y te alabo, Salvador nuestro, Jesucristo, por la inmensa humildad
con que te dignaste elegir como Madre a una doncella pobre que hiciste desposar con un
pobre carpintero: José, hombre santo y justo.
TODOS: Salve, Verdadero Cuerpo, Nacido de María Virgen. Oh Jesús, Jesús, Hijo de María.
LECTOR 1: Te bendigo por el anuncio de la dignísima encarnación y por el reverente
saludo angélico, con que el ángel Gabriel, embargado de muy intensa devoción, se
encontró con la santísima Virgen María, para anunciarle el divino misterio del Hijo de Dios,
que iba a encarnarse en ella.
TODOS: Salve, Verdadero Cuerpo, Nacido de María Virgen. Oh Jesús, Jesús, Hijo de María.
LECTOR 2: Te alabo y te rindo homenaje por la grandeza de la fe de la Virgen
María, por su decidido consentimiento, por su humildísima respuesta y por todas sus
virtudes, confirmadas cuando, al arcángel que traía el gozoso anuncio, respondió con dócil
su misión: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho"
TODOS: Salve, Verdadero Cuerpo, Nacido de María Virgen. Oh Jesús, Jesús, Hijo de María.
LECTOR 1: Te alabo, amadísimo Jesús, por tu advenimiento coronado de luz, por tu
glorioso nacimiento de la inmaculada Virgen María, por tu pobreza y por tu humilde
acomodo en un pesebre tan pequeño.

MEDITACIÓN PERSONAL

GUÍA: Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38

TEXTO PARA LA MEDITACIÓN PERSONAL


 «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Dios nos invita a la alegría, El no es motivo de tristeza. ¿Por qué te puedes alegrar tu hoy o
cuál es el motivo de tu tristeza?
 «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios.»
Nuestro Dios no es un Dios del temor, sino del amor. Quiere lo mejor de nosotros. ¿Por
qué temes ante los planes de Dios?
 «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?»
Nunca tendremos al 100% la seguridad de lo que Dios pide. Tenemos que vivir de fe.
Fiarnos de Dios.
 «No hay nada imposible para Dios.»
En tus proyectos, en tu vida, en lo que Dios te pide: si El lo quiere, no te preocupes .Nada
hay imposible para él.
 «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Nuestra actitud ha de ser como la de María: totalmente disponible. Hágase.

CANTO: El Magnificat

CORO 1: Dame tus ojos, Madre, para saber mirar; si miro con tus ojos jamás podré pecar.
CORO 2: Dame tus labios, Madre para poder rezar, si rezo con tus labios Jesús me
escuchara.
CORO 1: Dame tu lengua, Madre, para ir a comulgar, es tu lengua, paterna de gracia y
santidad.
CORO 2: Dame tus labios, Madre, que quiero trabajar, entonces mi trabajo valdrá una
eternidad.
CORO 1: Dame tu manto, Madre, que cubra mi maldad, cubriendo con tu manto al cielo
he de llegar.
CORO 2: Dame tu cielo, Oh Madre, para poder gozar, ¿si tú me das Cielo, que mas puedo
anhelar?.
TODOS: Dame Jesús, Oh Madre, para poder amar, esta será mi dicha por una eternidad.

ORACION FINAL
Enséñame, Señor a decir: ¡Gracias! gracias en distintos idiomas, gracias a las distintas
personas pero, sobre todo, Señor, gracias porque… ¡existes! Gracias por tu Eucaristía,
gracias por tu Madre, gracias por todos y cada uno de tus hijos, mis hermanos, que día a
día colocas junto a mí. Gracias, en fin, por haberme enseñado a darte y a dar las gracias.
Junto con todas tus criaturas, las que te las hayan dado antes que yo las que no sepan no
contesten a tu amor o las que ni siquiera se hayan enterado. Deseo desde ahora que mis
palabras sean simple y sencillamente éstas: ¡Gracias! ¡A todos! ¡A Tí, Señor!
PRESENTACIÓN AL SEÑOR
Enero
† Se expone el Santísimo de la forma acostumbrada
† Canto para la exposición

En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado,


El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Alabemos y demos gracias en cada instante y momento


Al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Jesús Eucaristía,
Santifica en silencio el alma mía.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…Canto Eucarístico

GUIA: Aquí me tienes, mi señor Jesús. Vengo a hacerte un rato de compañía. Para alabar
contigo al Padre. Para agradecerle todas las gracias que envías sobre nosotros. Para
decirle que creo en Ti, te adoro, te amo. Quiero pedirte perdón por mis pecados y también
por los de mi familia, por los padres de familia de los niños y jóvenes y por el mundo
entero.

Tres Padres Nuestros, Aves Marías y glorias. Cantos Eucarísticos.

CANTO:

TODOS: Quiero suplicarte por mi familia, por mis necesidades porque sé que estás aquí
presente, Señor Jesús. Vengo a verte porque me estás esperando. Porque me amas, y me
quieres ver contigo. Porque te amo, y no sé pasar sin ti. Eres mi Dios, y te adoro. Eres mi
Maestro, y te escucho. Mi Hermano y mi Amigo, y te quiero. Mi Señor y mi Rey, y te sirvo.
Quiero estar a tus pies, como María de Betania, mirándote, escuchándote, amándote.
Jesús, querido Maestro, quiero ayudarte a construir el Reino. Dame fuerzas para vivir
siempre de acuerdo a tus enseñanzas. Que ayude siempre a los niños y jóvenes, que
respete a todos y los trate de buena manera. Que aprenda a perdonar y no guarde rencor.
Que sepa compartir y dar de corazón. Enséñame a rezar con ganas para que venga tu
Reino. Para que vivamos en una sociedad más justa, donde no haya gente que sufra, o le
falte lo necesario para vivir. Ayúdanos a amar a todos para que vivamos como Tú nos
enseñaste. Que cada día te de una mano para que crezca en el mundo la semilla de tu
Reino. Amén.
GUÍA: Hemos sido llamadas por Jesús a ser colaboradores de Él, a sabernos elegidos por
un Dios que nos ama y nos pide colaborar con Él en esta familia de catequistas, para hacer
presente su amor entre los niños, adolescentes, jóvenes y los Padres de familia, buscando
constantemente su voluntad. Deseamos que Dios transforme nuestra vida y renueve
nuestra fe, para buscar juntos su querer en lo ordinario de la vida, recordando que sólo
desde la unidad podemos alcanzar el gozo y la alegría, sólo si Dios nos regala la fe
podremos fortalecer nuestra fraternidad, centrada en Jesús y vivirla en amistad, alegría y
servicio.

Señor Jesús, nos has convocado como comunidad para venir a alabarte y a darte gracias
por todos los dones recibidos. Vamos siguiendo tus pisadas con la confianza de que
revelarás tu querer a cada momento. Ábrenos a tu Palabra para poder descubrir el
mensaje que hoy tienes para cada uno de nosotros.

Lectura del Evangelio según San Juan 2, 1-12

GUÍA: Dejemos, en el silencio, que la Palabra llegue a nuestra vida. (Momentos de silencio
para la reflexión)

GUÍA: Después de orar la Palabra del Señor aplicándola a tu vida personal y a la tarea que
Dios te ha encomendado, responde a las preguntas:
- ¿Qué es lo que me hace falta para dejarme llenar y transformar por Jesús?
- ¿En qué parte de mi vida como catequista están ausentes la esperanza y la alegría?
- Para que se diera el milagro bastó la confianza y el trabajo de llenar de agua las
tinajas… ¿Qué es lo que a mí me toca hacer para dejar actuar a Jesús en mi vida y para que
mi relación con los niños sea cada vez más misericordiosa, y pueda todo transformarlo en
alegría?

(Momentos breves de silencio para la reflexión)

CANTO:

GUÍA: Dios nos ama. Esta realidad tan bella y tan sublime y a la vez tan real, nos hace
volver nuestro rostro a Jesús, aquí presente, para alabarlo y reconocer que Él viene
constantemente a llenar nuestras tinajas de vino nuevo, de gozo y alegría, y nuestro gozo
nace de pertenecerle y de ofrecer a Él nuestra vida de servicio a los demás, especialmente
a los niños. Nuestras tinajas permanecerán abiertas para qué Él venga y deposite el agua
que sacie nuestra sed de Él. Oremos juntos, diciendo:

TODOS: Regálanos, Señor Jesús, el gozo de agradecerte.


GUÍA: En los momentos de vida y plenitud, cuando todo nos sale bien y vemos los frutos
de nuestro trabajo y nuestro esfuerzo…
TODOS: Regálanos, Señor Jesús, el gozo de agradecerte.
GUÍA: Cuando nos regalas momentos de paz y cercanía, cuando juntos podemos construir
el Reino de Dios, nuestro Padre con nuestra entrega de cada día…
TODOS: Regálanos, Señor Jesús, el gozo de agradecerte
GUÍA: En la preocupación y el desánimo, en la angustia y el fracaso…
TODOS: Regálanos, Señor Jesús, el gozo de agradecerte.
GUÍA: Cuando perdemos la esperanza y nos cuesta ver tu paso en nuestra vida.
TODOS: Regálanos, Señor Jesús, el gozo de agradecerte.
GUÍA: Cuando estamos junto a un niño que llora, que está enfermo, triste, desanimado y
podemos consolarlo con nuestro cariño y ternura.
TODOS: Regálanos, Señor Jesús, el gozo de agradecerte.

GUÍA: Dejamos un momento de silencio para agradecer al Señor su presencia en este


espacio de adoración y para acoger la invitación que nos ha hecho en esta oración.

Momento de silencio.

GUÍA: Terminamos con la oración que Jesús enseñó a sus amigos, en la que llamamos de
forma comunitaria al Señor, Padre y por lo tanto nos hace hermanos. PADRE NUESTRO…

ORACIÓN FINAL A MARÍA:

TODOS: Concédenos María un corazón que sepa atender, que sepa confiar. Mira nuestra
necesidad y haz que miremos también la necesidad del otro, sólo así podremos dejar que
tu Hijo transforme nuestra vida, intercede hoy por nosotros así como lo hiciste aquel día
en Caná y deposita en nosotros el deseo de hacer nuevo nuestro vino, de dar alegría a
nuestra vida, si tú lo haces estaremos dispuestos a llenar nuestras tinajas, a confiar, a ver
la vida como tú la ves. Danos la fe, la esperanza y el amor para caminar juntos hacia lo
que Jesús, tu Hijo, desea de nosotros. Así sea.

ENSEÑAME A AMARTE
Febrero
† Se expone el Santísimo de la forma acostumbrada
† Canto para la exposición

En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado,


El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Alabemos y demos gracias en cada instante y momento


Al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico
Jesús Eucaristía,
Santifica en silencio el alma mía.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…Canto Eucarístico

GUÍA: Señor Jesús, danos la gracia de contemplar, con inmensa gratitud, los dolores que
soportaste por amor a nosotros, tu miedo vencido, tus lágrimas y las gruesas gotas de
sangre de tu pavor, confortadas por tu acto definitivo de abandono en el Padre Dios.
Danos la gracia de vencer al tentador y mentiroso que nos dice en la tribulación: “¿Dónde
está tu Dios? ¿Por qué no te libra, si tanto te quiere?”

Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Canto Eucarístico.

GUÍA: Contigo, tentado en Getsemaní, confesamos nuestra confianza inquebrantable en


el Abbá: “Tú siempre estás conmigo, Padre. Tú eres mi amparo y mi refugio, mi roca, mi
defensa y mi protector. Hágase tu voluntad en cada momento de mi existencia porque en
tus manos, Padre, pongo enteramente mi vida”.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Canto Eucarístico.

Lectura del Evangelio según San Juan 16, 12-15

Reflexión
Reconocemos que Dios no es una cosa vaga, nuestro Dios no es un Dios “spray”, es
concreto, no es un abstracto, sino que tiene un nombre: Dios es amor. No es un amor
sentimental, emotivo, sino el amor del Padre que está en el origen de cada vida, el amor
del Hijo que muere en la cruz y resucita, el amor del Espíritu que renueva al hombre y el
mundo. Pensar en que Dios es amor nos hace mucho bien, porque nos enseña a amar, a
darnos a los demás como Jesús se dio a nosotros, y camina con nosotros. Jesús camina
con nosotros en el camino de la vida.

GUÍA: Como yo os he amado. Queremos sentir este día la fuerza de su amor, y su amistad
y su ternura. Queremos pedir a Jesús que nos enseñe a amar como él y que nos capacite
para amar como él. A cada invocación responderemos: Haz mi corazón como el tuyo

* Para que pueda amar a mis hermanos.


* Para que pueda amar a los pobres.
* Para que pueda amar a los que nadie quiere.
* Para que pueda amar a los que no me quieren.
* Para que pueda amar a mis enemigos.
* Para que pueda amar a los pecadores.
* Para que pueda amar a todos los hombres.
* Y para que pueda amar como tú los amas.
ORACIÓN POR LOS QUE SUFREN.
LECTOR 1: Presentamos al Cristo de Getsemaní a cuantos están marcados por el dolor y la
pena, por la oscuridad y el abandono, por el sufrimiento del cuerpo y del alma.
LECTOR 2: * Por los enfermos crónicos, terminales, agonizantes. Que no les falte el ángel
del consuelo.
TODOS: Señor escúchanos, Señor óyenos.
LECTOR 1: * Por los que viven sin luz, sin sentido, sin ganas. Que no les falte el ángel de la
esperanza.
TODOS: Señor escúchanos, Señor óyenos.
LECTOR 2: * Por los que apenas pueden sobrevivir a causa de la pobreza. Que no les falte
el ángel de la solidaridad.
TODOS: Señor escúchanos, Señor óyenos.
Canto

GUÍA: Tu Cruz, Jesús, es bandera en las manos de los valientes. Enséñame a aceptar mi
cruz, que quiero llevar por ti. No quiero que vaya dirigido a mí el reproche famoso: “Cristo
encuentra muchos amadores de su banquete y son muy pocos los que quieren seguirlo
con la cruz”. Dame a mí la generosidad necesaria para seguirte ahora cuando vas
penosamente hacia el Calvario, sabiendo que es también el camino que me lleva a tu
Gloria Tu Cuerpo y tu Sangre, que recibo en la Eucaristía, me darán la fuerza y me
prestarán el mayor auxilio, la Eucaristía es la gran fuerza con que contamos para aceptar y
llevar cada uno nuestra propia cruz. Esta cruz puede que sea una enfermedad, el trabajo,
la oración pesada a veces, la lucha contra el pecado, la pobreza, un fracaso amoroso, u
otra contrariedad inevitable en la vida. Pero llevamos generosamente nuestra cruz, unidos
siempre a Cristo. Entonces la cruz de la vida se nos hace ligera, porque primero la llevó
Jesús y aún ahora la sigue llevando en nosotros y con nosotros.

Preces

GUÍA: Mirando la Cruz, necedad para los sabios y escándalo para muchos, nosotros
descubrimos la sabiduría, la fuerza y el amor de Dios. Por eso decimos:

Enséñanos, Dios nuestro, a bendecir la Cruz salvadora.

LECTOR 2: Haz, Señor Jesús, que no nos dejemos engañar por las apariencias del mundo
que pasa, sino que nos afirmemos fuertemente en la roca donde se levanta tu Cruz.

TODOS: Enséñanos, Dios nuestro, a bendecir la Cruz salvadora.

LECTOR 1: Al amar tu Cruz y nuestra propia cruz que llevamos contigo y por ti, danos la
esperanza firme de que un día saldremos a su encuentro cuando vengas glorioso con ella a
juzgar al mundo.

TODOS: Enséñanos, Dios nuestro, a bendecir la Cruz salvadora.


LECTOR 2: Acepta, Señor Jesús, esta Hora que pasamos contigo, y nos dé fuerza y alegría
para cumplir todos nuestros deberes cristianos.

TODOS: Enséñanos, Dios nuestro, a bendecir la Cruz salvadora.

LECTOR 1: Acoge bondadoso a nuestros hermanos difuntos, y dales la paz y el descanso


que les mereciste con tu Cruz.

TODOS: Enséñanos, Dios nuestro, a bendecir la Cruz salvadora.

GUÍA: Madre María, que seguiste a Jesús hasta la cruz en el Calvario. Tú eres el modelo de
los que siguen a Jesús adondequiera que Él va. Acompáñame en mi caminar, para que, con
tu ayuda, quiera llevar mi cruz con generosidad, sabiendo que la cruz es el camino de la
Gloria. Amén.

Acción de gracias:
TODOS
Gracias Señor, por tu muerte y resurrección que nos salva, Gracias Señor, por haber
instituido la Eucaristía que nos alimenta, Gracias Señor, por este tiempo que nos has
concedido para adorarte y venerarte. Gracias Señor, por todos los beneficios que nos
concedes. Gracias Señor, por esta hora de comunión contigo. Gracias Señor, por tus
palabras que reconfortan y sanan. Gracias Señor, por tu cruz que tanto enseña. Gracias
Señor, por tu sangre que a tantos salva. Gracias Señor, por tu amor sin tregua y sin
fronteras. Gracias Señor, por la Madre que al pie del madero nos dejas. Gracias Señor, por
olvidar nuestras traiciones e incoherencias. Gracias Señor, por perdonar el sueño que nos
aleja del estar en vela. Gracias Señor, por ese pan partido en la mesa de la última cena.
Gracias Señor, porque aún siendo Dios, te arrodillas y a servir nos enseñas. Gracias Señor,
por tu sacerdocio que es generosidad, ofrenda y entrega. Gracias Señor, por tu amor sin
límites y en la cruz hecho locura. Gracias Señor

CANTO FINAL:

AMANDO A CRISTO QUE VIVE EN EL SUFRIMIENTO


Marzo
† Se expone el Santísimo de la forma acostumbrada
† Canto para la exposición

En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado,


El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico
Alabemos y demos gracias en cada instante y momento
Al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Jesús Eucaristía,
Santifica en silencio el alma mía.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…Canto Eucarístico

GUÍA: La Eucaristía es alimento y medicina. Si estas en las tinieblas, la Eucaristía es tu luz.


Si sientes la fiebre de las pasiones, la Eucaristía es medicina. Si estás oprimido por las
culpas, la Eucaristía es la victima que paga. Si tienes hambre, la Eucaristía es alimento del
alma. Si te sientes débil, la Eucaristía es tu fortaleza. Si tienes miedo a la muerte, la
Eucaristía es vida, porque “El que come mi Carne y bebe mi Sangre, vivirá para siempre”

TODOS: Jesús, Tú eres el Pan de vida, el que viene a ti, no tendrá más hambre. Señor
Jesús, si no comemos tu Carne y no bebemos tu Sangre no tendremos vida en nosotros. El
que come tu Carne, lo resucitaras, ¿Señor Jesús, ¿A quién iremos, Señor? Tú sólo tienes
palabras de vida eterna. Tú eres el Pan bajado del cielo. El que come de este Pan, vivirá
para siempre. Jesús Tú eres la vid verdadera, nosotros somos los sarmientos. El que
permanece en ti da muchos frutos, quien no permanece en ti, está muerto. Santísima
Trinidad, Padre Hijo y Espíritu Santo. Yo te adoro profundamente y te ofrezco el
preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los
Sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El es
ofendido. Por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de
María, te pido la conversión de los pecadores.

Momento de Silencio.
CANTO

TODOS: Te damos gracias y te bendecimos, Dios Santo y fuerte, porque diriges con
Sabiduría los destinos del mundo y cuidas con amor de cada uno de los hombres. Tú nos
invitas a escuchar tu Palabra, que nos reúne en un solo cuerpo, y a mantenernos firmes en
el seguimiento de tu Hijo, Jesús. Porque solo Él es el camino que nos conduce a Ti, Dios
invisible, la verdad que nos hace libres y la vida que nos colma de alegría. Te damos
gracias y te bendecimos, Padre fiel y lleno de ternura, porque amaste al mundo que le has
entregado a tu Hijo, para que fuera nuestro Señor y nuestro hermano Jesús manifestó su
amor con los pobres y los enfermos, con los pequeños y los pecadores. El nunca
permaneció indiferente ante el sufrimiento humano, su vida y su Palabra son para
nosotros la prueba de tu amor, como un padre siente ternura por sus hijos, así también Tú
sientes ternura para tus hijos. Por eso, te damos gracias y glorificamos tu Santo Nombre.

GUÍA: Dejemos ahora que Jesús, nuestro Guía y Maestro nos hable al corazón por medio
de su Palabra.
Lectura del libro del profeta Isaías 38,10-14, 17-20
Releemos en silencio y meditamos personalmente

TODOS: Señor Jesús. Tú nos has prometido estar siempre con nosotros. Tú
verdaderamente llamaste a todos los cristianos a acercarse y compartir tu Cuerpo y tu
Sangre. Pero nuestros pecados nos alejan de Ti, te pedimos perdones nuestras ofensas y
nos ayudes a esforzarnos cada día más en hacer tu Santísima Voluntad y no la nuestra.
Abrasa nuestros corazones con el fuego del Espíritu Santo y concédenos el don del
discernimiento para saber distinguir entre lo que es bueno y lo que nos aleja de Ti Oh
Señor, presente en el Santísimo Sacramento, queremos poner ante Ti a todos nuestros
enfermos, y suplicarte los ayudes en todas sus necesidades muy en especial todos
aquellos que sufren dolores muy intensos debido a su enfermedad, a todos aquellos que
están agonizando. Sánalos de todas sus enfermedades ya sea física o espiritual. AMÉN

CANTO

LECTURA PERSONAL (EN SILENCIO)


Nunca en las horas de soledad y de tormenta, estas solo. Jamás se encontraran lejos de
mi corazón, que siempre los ama. Sí, los amo con un amor infinito, no te sientas solo Yo
estoy contigo toda tu vida aún en los momentos en los que llegan las dudas a tu corazón, y
sientes que me he olvidado de Ti, si tu sufres Yo sufro contigo, cómo desearía que
sintieras lo mucho que te amo, pero estás tan ocupado pensando en mil cosas que no te
das tiempo para mi, antes bien descansa en mi regazo, Yo estoy contigo, no temas y
déjate amar por este Corazón que tanto te ama y desea consolarte. Amémonos en el
dolor, hermanos, amigos, hijos míos, amémonos en la cruz. Vengan a mi todos los que
sufren enfermedades y pobreza, traigan a mis pies la carga de las aflicciones, que Yo los
aliviaré en el manantial de mi Corazón, vengan a Mi todos ustedes que han sufrido
contradicciones. Los que han recibido las injusticias y los que experimentaron los reveses
de la fortuna. ¡Acudan a Mi! Yo los aliviaré en el Santuario de mi Sagrado Corazón, vengan
todos los que lloran la ingratitud de sus hermanos de sangre, ese desamor que mata su
alma. Vengan los que viven en el tedio y la soledad. Los olvidados, los desentendidos, los
desdeñados y mal comprendidos. Vengan los que lloran un ser querido, los que tienen sed
de mi Amor y mi justicia, todos tienen un lugar en mi Corazón, aquí encontraran consuelo
y fortaleza para seguir luchando.

ORACIÓN FINAL: Oh, amado Jesús. Ayúdame a esparcir Tu fragancia por donde quiera que
vaya. Inunda mi alma con Tu Espíritu y Vida. Penetra y posee todo mi ser tan
completamente, que mi vida entera sea un resplandor de la Tuya. Brilla a través de mi y
permanece tan dentro de mi, que cada alma con que me encuentre pueda sentir Tu
presencia en la mía. ¡Permite que no me vean a mi sino solamente a Jesús! Quédate
conmigo y empezaré a resplandecer como Tú, a brillar tanto que pueda ser una luz para
los demás. La luz oh, Jesús, vendrá toda de Tí, nada de ella será mía; serás Tú quien
resplandezca sobre los demás a través de mi. Brillando sobre quienes me rodean,
permíteme alabarte como mas te gusta. Permíteme predicarte sin predicar, no con
palabras sino a través de mi ejemplo, a través de la fuerza atractiva, de la influencia
armoniosa de todo lo que haga, de la inefable plenitud del amor que existe en mi corazón
por Ti. AMEN

HORA SANTA
Abril
† Se expone el Santísimo de la forma acostumbrada
† Canto para la exposición

En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado,


El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Alabemos y demos gracias en cada instante y momento


Al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Jesús Eucaristía,
Santifica en silencio el alma mía.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…Canto Eucarístico

GUIA: ¡Oh Señor nuestro Sacramentado! Míranos aquí en tu adorable presencia. Venimos
a bendecirte y alabarte en unión de los ángeles que invisiblemente rodean esa Hostia
Divina. Venimos a consagrarte esta Hora Santa, gozándonos de estar aquí, en tu
acatamiento, a gustar de tu compañía y a conversar contigo, que tienes palabras de vida
eterna.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Canto Eucarístico

Sí, Dios nuestro. Quisiéramos contemplarte a través de esa Hostia Santa con el tiernísimo
afecto con que te miraba tu Madre: con aquella devoción con que te seguían tus
discípulos, y muy singularmente el Discípulo Amado, cuando la noche de la Cena reclinó su
cabeza sobre tu ardiente Corazón. Nos sentimos felices de hallarnos junto a Ti, y
queremos aprovechar todos los momentos de esta Hora Santa para hacerte compañía,
que tu presencia nos hace tan agradable.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Canto Eucarístico

Concédenos, oh Jesús, no dormirnos, como se durmieron tus apóstoles la noche tristísima


de tu agonía en el Huerto de los Olivos. Míranos, Señor; somos tus hijos, a quienes tantas
veces has alimentado con tu mismo Cuerpo y Sangre. ¡Señor! Vuelve hacia nosotros tus
ojos misericordiosos; pon en nuestros pensamientos una ráfaga de la luz de tu Rostro, y
en nuestros corazones una centellita siquiera del fuego que abrasa tu dulcísimo Corazón.
Concédenos, oh Jesús, sentir hondamente la verdad de aquellas palabras del Real Profeta:
"es mejor una hora en tu Casa, que mil años en compañía de los pecadores".

Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Canto Eucarístico.

ACTO DE REPARACIÓN

TODOS: Divino Salvador de las almas: cubiertos de confusión nuestros rostros nos
arrodillamos en tu presencia soberana, dirigiendo una mirada al solitario Tabernáculo,
donde permaneces cautivo de amor, nuestros corazones se conmueven al contemplar la
soledad y olvido en que te tienen tus criaturas. ¿Has derramado en balde tu Sangre
bendita? ¿Será inútil tanto amor? Pero ya que nos has permitido este momento unir
nuestras reparaciones a las tuyas, y acompañarte en tu Sacramento, donde Tu, que eres el
Sol del mundo, irradias silenciosamente sobre nosotros a todas las horas la luz de la
verdad, el calor del amor divino, la belleza de lo sobrenatural y la fecundidad generosa de
todo bien; ya que te has dignado escogernos de entre todos los hombres para gozar de tu
compañía y amistad, permítenos por los que no te bendicen o blasfeman de Ti, oh
pacientísimo Señor Jesús, adorarte por todos aquellos que te tienen olvidado, e implorar
para ellos de la infinita misericordia de tu Corazón indulgencia para sus olvidos y para sus
crímenes.

CANTO

GUÍA: Oh Jesús! Por nuestros pecados, los de nuestros padres, hermanos y amigos, y por
los del mundo entero, nosotros tus catequistas te decimos: Perdón, Señor, perdón.

† Por las infidelidades y sacrilegios, por los odios y rencores.


† Por las blasfemias; por la profanación de los días santos.
† Por las impurezas y escándalos.
† Por los hurtos e injusticias, por las debilidades y respetos humanos.
† Por las desobediencias a la Santa Iglesia.
† Por los crímenes de los esposos, las negligencias de los padres y las faltas de los
hijos.
† Por los atentados contra el Romano Pontífice.
† Por las persecuciones levantadas contra los obispos, sacerdotes, religiosos y
sagradas vírgenes.
† Por los insultos a tus imágenes, profanación de los templos, abuso de los
Sacramentos y ultrajes al Augusto Tabernáculo.
† Por los justos que vacilan, por los pecadores que resisten a la gracia, y por todos
los que sufren: ¡Piedad, Señor, piedad!
TODOS: ¡Perdón, Señor, y piedad por el más necesitado de Tu gracia; que la luz de tus
divinos ojos no se aparte jamás de nosotros; encadena a la puerta del Tabernáculo
nuestros inconstantes corazones; danos a sentir algo del calor divino de tu Pecho, y que
nuestras almas se derritan de amor y arrepentimiento. Amén

SILENCIO, MEDITACION PERSONAL:

Tú me llamas, ¡oh Jesús!, para ser testigo de tu agonía; yo lo deseo con ardor. Tú me
mandas que vele y ore contigo durante esta hora: yo lo deseo de todo corazón pero, ¡ay!,
conocida te es mi debilidad. Sostenme. Sin Ti seria más débil aún de lo que fueron tus
Apóstoles. ¡Oh alma mía, no pierdas un momento de hora tan preciosa y santa! Con el
Corazón de Jesús, adora al Eterno Padre. Yo vengo, ¡Dios eterno e infinitamente Santo!, a
postrarme en compañía de tu querido Hijo delante de tu suprema Majestad, y
anonadarme en presencia de tu grandeza; te ofrezco su agonía, y los intensos dolores de
su Corazón para satisfacer a tu justicia y llorar mis pecados y los de todos los hombres, y, a
fin de que te sea mi oración más agradable, la uno a la que hizo Jesús en el huerto.

CANTO:

ORACIÓN FINAL:
TODOS: Bendito sea Tu santo nombre en todo el universo; sea tu Sagrado Corazón amado
y adorado de todos los hombres; sea tu Iglesia honrada, respetada y salga siempre
victoriosa de tus enemigos; no se extinga jamás entre nosotros la antorcha de la fe, antes
resplandezca con nuevo brillo; todos nuestros hermanos permanezcan unidos a la Iglesia
Católica; los separados de ella se conviertan a la verdad, todos los hombres respeten Tu
Evangelio, tus misterios, tus altares; y que nos sea, en fin, provechosa la sangre
derramada en el Huerto y en el Calvario. ¡Oh, Salvador y Redentor mío! Haced que
florezca vuestra Santa Religión y renazca la fe en las almas. Sea el Corazón de Jesús
conocido, amado y adorado en todo el universo. Amén.

LA FUERZA DEL ESPÍRITU


Mayo
† Se expone el Santísimo de la forma acostumbrada
† Canto para la exposición

En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado,


El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Alabemos y demos gracias en cada instante y momento


Al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Jesús Eucaristía,
Santifica en silencio el alma mía.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…Canto Eucarístico

TODOS: Oh Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, aquí presente en el Santísimo


Sacramento del altar, creo todo lo que Vos, mi Señor, me habéis revelado. Arrepentido de
todos mis pecados, esperando en Ti que nunca permites que sea confundido,
agradeciendo por este don supremo, amándote sobre todas las cosas en este Sacramento
de tu amor, adorándote en el misterio profundo de tu humildad, te manifiesto y hago
patente todas las heridas y miserias de mi pobre corazón y te pido me des todo lo que
necesito y deseo.
Pero tan solo te necesito a Ti, oh Dios mío, tan solo te deseo a Ti, tu gracia y la gracia de
usar debidamente tus gracias. Bendito seas, oh poder divino, que aunque todo lo puedes,
sin embargo, no podías darnos un don más precioso que este Santísimo Sacramento.
Oh Pan celestial, gran Sacramento, te adoro y te alabo en todo momento. Bendito seas, oh
Dios mío, que en tu inefable dulzura de amor te has transformado en este pan para
dártenos como el más dulce manjar. Bendito seas, oh Dios mío, que has encerrado todos
tus misterios en esta humilde forma de pan terrenal. ¡Oh Trinidad Santísima!
Amén

GUÍA: Oh Dulcísimo Jesús, que escondido bajo los velos eucarísticos, escuchas piadoso
nuestras súplicas humildes, para presentarlas al trono del Altísimo, acoge ahora los
anhelos ardientes de nuestros corazones. Ilumina nuestras inteligencias, reafirma nuestras
voluntades, revitaliza nuestra constancia y enciende en nuestros corazones la llama de un
santo entusiasmo, para que, superando nuestra pequeñez y venciendo toda dificultad,
sepamos ofrecerte un homenaje no indigno de tu grandeza y majestad y adecuado a
nuestras ansias y santos deseos. Amen,

Lectura del Evangelio San Juan 6, 35

Reflexión

GUÍA: Después del martirio de Esteban, se desató una violenta persecución contra la
Iglesia de Jerusalén: la Iglesia gozaba de tranquilidad y paz, vivían la caridad entre ellos, las
viudas eran atendidas. Pero luego llega la persecución. Esto es en cierto sentido el estilo
de la vida de la Iglesia: entre la paz de la caridad y la persecución. Y sucede esto porque,
así fue la vida de Jesús. A causa de la persecución todos huyeron excepto los Apóstoles.
Los cristianos, en cambio, se marcharon. Solos. Sin sacerdote. Sin obispos: solos. Los
obispos, los apóstoles, estaban en Jerusalén tratando de hacer resistencia a estas
persecuciones. Sin embargo, los que habían huido se movieron de un lugar a otro,
anunciando la Palabra. Suscitaban curiosidad: pero ¿quiénes son estos? Y ellos lo decían:
Hemos conocido a Jesús, hemos encontrado a Jesús, y lo anunciamos. Tenían sólo la
fuerza del bautismo. Y el bautismo les daba la valentía apostólica, la fuerza del Espíritu.
Con demasiada frecuencia la gracia del bautismo se deja un poco de lado. A veces
pensamos: “No, nosotros somos cristianos, hemos recibido el bautismo, la confirmación,
la primera comunión y así el documento de identidad está en orden, dormimos tranquilos,
somos cristianos. Pero ¿dónde está esa fuerza del Espíritu que te lleva adelante?, se
preguntó el Papa, ¿Somos fieles al Espíritu para anunciar a Jesús con nuestra vida, con
nuestro testimonio y con nuestras palabras? Cuando hacemos esto, la Iglesia se convierte
en una Iglesia Madre que genera hijos, hijos de la Iglesia que testimonian a Jesús. Pero
cuando no lo hacemos, la Iglesia no se convierte en madre, sino en Iglesia baby-sitter, que
cuida al niño para que duerma. Es una iglesia amodorrada. Pensemos en nuestro
bautismo, en la responsabilidad de nuestro bautismo.

GUÍA: Elevemos nuestra voz al Señor que nos escucha, diciendo:


TODOS: R/. Señor Jesús, tu amor es siempre fiel.

1. Dona a nuestro Santo Padre Francisco sabiduría, firmeza y prudencia. R/.


2. Dona a tu Iglesia numerosos y santos ministros del altar.. R/.
3. Dona a cada bautizado hambre y sed de tu Cuerpo. R/.
4. Dona al hombre pecador el deseo de la conversión y del perdón R/.
5. Dona a todos la experiencia consoladora de saberse y sentirse amado por Ti. R/.

Se pueden añadir peticiones

CANTO:

TODOS: Divino Redentor, Pan cotidiano, Vida del mundo, venga tu reino. Señor de los
Señores, Jesús Eucarístico, Pastor amable, presérvanos de los peligros. Jesús, buen pastor,
Jesús, pan de vida, Jesús, nuestra única mesa, Sacramento de amor, salva a tu pueblo. Nos
regocijamos en ti, ¡Oh! Jesús bendito. Amén
Silencio para la adoración y la meditación personal.

GUIA: Señor, Tú eres el Cristo, Hijo de Dios vivo, Tú eres quien revela el Dios invisible, el
primogénito de toda creatura, el fundamento de todas las cosas; Tú eres el maestro de la
humanidad, Tú eres el Redentor; Tú naciste, moriste y resucitaste por nosotros; Tú eres el
centro de la historia y del mundo; Tú eres aquel que nos conoce y nos ama; Tú eres el
compañero y el amigo en nuestra vida; Tú eres el hombre del dolor y de la esperanza; Tú
eres quien debe venir y el que ha de ser un día nuestro juez, y en quien nosotros
esperamos nuestra felicidad.
Amén.

Invocaciones
Guía: A cada oración respondamos R/. Te adoramos y te bendecimos, Señor Jesús
1. Tú eres el Hijo Eterno del Padre. R/.
2. Tú eres el Enviado del Padre para nuestra salvación. R/.
3. Tú eres el único Salvador del mundo. R/.
4. Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. R/.
5. Tú eres el Pan vivo bajado del Cielo. R/.

Oración final:
TODOS: Permanece muy cerca de mí, Señor. Mantén tu mano sobre mi cabeza, pero haz
que también yo mantenga mi cabeza bajo tu mano. Tómame como soy, con mis defectos y
con mis pecados, pero haz que yo llegue a ser como Tú deseas y como también yo deseo.
Amén, ¡permanece con nosotros Señor, Tú, divino Caminante, experto en nuestros
caminos y conocedor de nuestro corazón, no dejes que seamos prisioneros de las sombras
de la noche. Sostennos en el cansancio, perdona nuestros pecados, guía nuestros pasos
por el camino del bien. Amén.

LA FUERZA DEL ESPÍRITU


Junio
† Se expone el Santísimo de la forma acostumbrada
† Canto para la exposición

En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado,


El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Alabemos y demos gracias en cada instante y momento


Al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Eucarístico

Jesús Eucaristía,
Santifica en silencio el alma mía.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…Canto Eucarístico

GUÍA: ¡Oh amantísimo Jesús inmolado por nosotros! ¡Oh Salvador nuestro!
Permite que me arrodille a tu lado en el Huerto de los Olivos y que pase íntimamente
unido a tu Corazón agonizante la Hora Santa que has pedido a tu fiel sierva santa
Margarita María.

Concédeme, ¡Oh adorable Salvador, una íntima participación de tus incomprensibles


dolores y de los sentimientos de compasión que llenaron el alma de tu Santísima Madre
en aquella noche de mortales angustias! Te ofrezco para suplir mi insuficiencia los afectos
de tu santa Madre, los de santa Margarita María y de las almas que más te han consolado
en este misterio de dolor y de amor; y de tus fieles, que en esta misma hora se asocian al
amarguísimo desamparo de tu santísima alma en el Huerto de Getsemaní.
¡Oh Jesús! ¡Oh dulcísimo y afligidísimo Dueño! ¡Me sufro en tu presencia, escúchame,
bendíceme y sumérgeme en el océano de amargura que va a invadir y sumergir tu
dulcísimo Corazón! Amén.

Tres Padres Nuestros, Aves Marías, Glorias y cantos Eucarísticos.

GUÍA: Jesús, en la noche del primer Jueves Santo, llevas contigo a Pedro, a Santiago y a
Juan, y comienzas a sentir tristeza y angustia. «Mi alma está triste hasta la muerte.
Quedaos aquí y velad conmigo» (Mt 26, 37-38). ¿Por qué esta tristeza? Por la traición de
Judas y la debilidad de los apóstoles. Por la hostilidad de los jefes y la volubilidad de la
turba.

Pero no sólo por eso: En muchas ocasiones has sufrido por la falta de confianza de tus
amigos -¡hombres de poca fe! (Mt 8, 26)-; también, apenado por la dureza de corazón de
los fariseos que estaban al acecho para ver si curabas a un enfermo en sábado, les has
dirigido una mirada de indignación (cfr. Mc 3, 5); y al acercarte y ver la ciudad de
Jerusalén, has llorado por ella diciendo: «¡Si también tú conocieras en este día el mensaje
de paz! Pero ahora queda oculto a tus ojos, porque no has conocido el tiempo en que
fuiste visitada» (Lc 19, 41).

Además sientes sobre Ti el enorme peso del pecado de la multitud por la que vas a
entregar tu vida (cfr. Mt 26, 28), Tú, el «Cordero de Dios que quita el pecado del mundo»
(Jn 1,29).

Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia, que has pagado por nuestros
pecados, hoy en el mundo, ¿cuáles son las causas de tu tristeza? Hoy en mi vida, ¿qué es
lo que te entristece? Esta tarde, ¿seré capaz de compartir tu tristeza?

Tiempo de meditación personal y en silencio.

GUÍA: «Para acompañarme en la humilde oración que hice entonces a mi Padre en medio
de todas mis angustias».

Jesús, Tú sabías que para Ti había llegado la hora de pasar de este mundo a tu Padre, la
hora en que ibas a amar a los tuyos hasta el extremo (cfr. Jn 13, 1).

Así empiezas tu humilde oración: Y adelantándose un poco, se postró en tierra pidiendo


que, si era posible, se alejase de Él aquella hora. Y dijo: «¡Abba! Padre, Tú lo puedes todo,
aparta de Mí este cáliz; pero no se haga lo que Yo quiero, sino lo que Tú quieres» (Mc 14,
35-36).

LECTOR 1: Permítenos contemplarte en tu oración:


• oración humilde y de adoración: te postras en tierra.
• oración de dolor: si es posible, aparta de mí este cáliz.
• oración filial: ¡Abba! ¡Padre!.
• oración de confianza: Tú lo puedes todo.
• oración obediente: pero no lo que Yo quiero, sino lo que Tú quieres.

LECTOR 2: Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, en quien el Padre ha puesto todo
su amor, Tú no quieres estar solo en tu oración. Permítenos permanecer contigo y en Ti.
Dígnate, mediante tu Espíritu, continuar tu oración en nuestros corazones.

LECTOR 1: Jesús, unos instantes antes de morir, vas a decir: «Padre, perdónalos, porque
no saben lo que hacen» (Lc 23, 34). Tenías fama de acoger bien a los pecadores: «Si uno
de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo
y va tras la descarriada hasta que la encuentra?» (Lc 15, 2-4). «Yo soy el Buen Pastor. El
Buen Pastor da la vida por las ovejas» (Jn 10, 11). «No he venido para juzgar al mundo,
sino para salvar al mundo» (Jn 12, 47). «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos;
no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores» (Mc 2, 17). «Yo he venido para
que tengan vida, y la tengan abundante» (Jn 10, 10).

LECTOR 2: Señor Jesús, haznos entender tu sufrimiento ante los pecados del mundo, tu
deseo de perdonar a los hijos pródigos, la alegría que sientes al derramar tu misericordia y
al devolver la vida al que estaba muerto.
Corazón de Jesús, generoso con todos los que te invocan, paz y reconciliación nuestra, ten
piedad de nosotros que somos pecadores, derrama tu misericordia en nuestros corazones
arrepentidos, danos corazones obedientes y llenos de amor.

GUÍA: LETANÍAS A JESÚS PACIENTE

Humildemente postrado(a) al pie de la Santa Eucaristía, te diré, ¡Divino Salvador mío!,


para mover las entrañas de tu misericordia al perdonarme:

Jesús, desconocido y despreciado Ten piedad de mí


Jesús, calumniado y perseguido
Jesús, abandonado de los hombres y tentado
Jesús, traicionado y vendido a vil precio
Jesús, censurado, acusado y condenado injustamente
Jesús, vestido con un traje de oprobio y de vergüenza
Jesús, abofeteado y burlado
Jesús, arrastrado con la cuerda al cuello
Jesús, azotado hasta derramar sangre
Jesús, tenido por loco y endemoniado
Jesús, pospuesto a Barrabás
Jesús, despojado y desnudado con infamia
Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión
Jesús, cargado con la cruz y las maldiciones del pueblo
Jesús, agobiado de injurias, dolores y humillaciones
Jesús, triste hasta la muerte
Jesús, ofendido, escupido, golpeado y ultrajado
Jesús, colgado de un infame madero, en compañía de ladrones
Jesús, anonadado y deshonrado ante los hombres
Jesús, agobiado por toda clase de dolores

ORACIÓN FINAL ¡Oh buen Jesús!, que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de
humillaciones por mi amor: imprime fuertemente tu amor y estima en mi corazón y haz
que desee practicarlos. Así sea.

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