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La endibia

Una hortaliza conocida por su sabor característico con toques amargos y


textura crujiente. Más allá del efecto refrescante que nos produce en la boca, la
endibia también nos puede ayudar a mejorar las digestiones y es una fuente
importante de vitaminas antioxidantes.

El cultivo de la endibia es muy particular y se divide en dos fases.

 La primera fase consiste en el desarrollo de la raíz, que en


general se planta en verano. Una vez las raíces han crecido, se arrancan
del suelo y se conservan en cámaras frigoríficas hasta que la demanda
del mercado lo requiere.

 Entonces se inicia la segunda fase, en la que las raíces se


introducen en cámaras oscuras, donde a través del cultivo hidropónico
−se añaden artificialmente nutrientes para que se puedan desarrollar−
crecerán las hojas blancas. El blanqueo de las endibias que no pasan por
esta segunda fase y que se han cultivado al aire libre (sobre todo en
verano) se produce tapando el cogollo con un material opaco como, por
ejemplo, papel.

Las principales propiedades nutricionales de la endibia

Las propiedades nutricionales de la endibia destacan por un contenido


calórico bajo (solo 21,7 Kcal por cada 100 gramos), pero en cambio
contiene bastante fibra y agua (95%). En cuanto a las vitaminas y
minerales destaca en:

 Provitamina A en forma de betacarotenos Se trata de un


pigmento que el organismo transformará en vitamina A de acuerdo con
sus necesidades. Esta vitamina es necesaria para el buen estado de la
retina y de la piel, entre otras cosas (contiene 251 mcg por 100 gramos
de porción comestible).

 Vitamina B9 o ácido fólico


Interviene en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de
material genético y en la formación de anticuerpos del sistema
inmunitario.

 Vitamina C
Esta vitamina participa en la formación de colágeno (importante para la
piel y las articulaciones), glóbulos rojos, huesos y dientes y favorece la
absorción del hierro de los alimentos. Contiene 10 miligramos de
vitamina C por cada 100 gramos de fruta comestible.

 Vitamina E
Interviene en la estabilidad de las células sanguíneas y la preservación
de la fertilidad. Además, tiene una acción antioxidante muy potente.

 Potasio y calcio
El primero es un mineral imprescindible para la transmisión y generación
del impulso nervioso y la actividad muscular normal. También evita las
rampas en las extremidades. Además, interviene en el equilibrio del agua
dentro y fuera de la célula. El calcio es el mineral más abundante del
cuerpo. Su función principal es la de ayudar a construir y a mantener
huesos y dientes, a la vez que interviene en los procesos de coagulación
sanguínea.

Los 3 principales beneficios para la salud de la endibia


1. Previene la acción cancerígena de los radicales libres 

Los antioxidantes bloquean el efecto perjudicial de los radicales libres


que se crean durante la respiración, a causa de la contaminación, las
infecciones, el estrés, las dietas ricas en grasas y la sobreexposición
solar. Con los años, los radicales libres aumentan el riesgo que se
produzcan alteraciones genéticas, es decir, pueden favorecer la aparición
de cáncer.

2. Favorece la salud cardiovascular

La alteración del colesterol de densidad baja (el llamado "malo") por


acción de los radicales libres está relacionada con el inicio y el desarrollo
de la ateroesclerosis. Los antioxidantes tienen acción bloqueadora de
los radicales libres y, por lo tanto, contribuyen a reducir el riesgo que las
arterias y venas del corazón y del cerebro se taponen.

3. Ayuda a digerir mejor

Las endibias, por su contenido en una sustancia llamada intibina −que es


la que le da el sabor amargo−, mejoran la función del hígado. En
concreto, lo hace a través de dos acciones: son coleréticas y
colagogas. La primera característica quiere decir que estimulan la
producción de jugos biliares por parte del hígado, y la segunda significa
que favorece la descarga de bilis al intestino. Por lo tanto, ayudan a
digerir las comidas grasas.

La endibia según la medicina tradicional china

El sabor amargo de la endibia sirve para canalizar la energía en


dirección descendente. Se usa para reducir la energía y cuando hay
órganos excesivamente calientes.

De entrada, tiene efecto sobre el corazón, donde elimina el calor y limpia


las arterias de los depósitos de mucosidad, colesterol y grasas. Tiende a
hacer bajar la presión y también desbloquea y refresca el hígado cuando
se han comido alimentos excesivamente grasos.

Los alimentos amargos hacen bajar la fiebre. Desde el punto de vista


terapéutico se usa en casos de inflamación, infección, diarreas, migrañas
e hipertensión. Además, suelen ser diuréticos y ayudan a combatir los
parásitos, las mucosidades –en especial los mocos de color amarillo–,
las erupciones en la piel, los tumores, las cistitis o la obesidad.

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