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PEDAGOGIA
PEDAGOGIA
PEDAGOGIA
NOMBRE:
LUQUE QUISPE ADAN FERNANDO
MAMANI RENGEL ROLANDO
QUISPE LUCANA EFRAIN
QUISPE ARUQUIPA WILLIAM
ROJAS QUISPE GEORGE MICHAEL
MAMANI HUARANCA MIGUEL ANGEL
AÑO DE FORMACION: 1 RO
Etapa preoperacional
Introducción
Durante esta etapa, los niños comienzan a participar en el juego simbólico y aprenden a
manipular los símbolos. Sin embargo, Piaget señaló que aún no entienden la lógica
concreta. El desarrollo del lenguaje es otras de sus características.
El pensamiento del niño durante este estadio es pre operacional. Esto significa que el
niño aun es capaz de usar la lógica o transformar, combinar o separar ideas, al no
entender la lógica concreta, los niños aun no son capaces de manipular la información
mentalmente y de tomar el punto de vista de otras personas.
El desarrollo del niño consiste básicamente en construir experiencias acerca del mundo
a través de la adaptación e ir avanzando hacia la etapa (concreta) en la cual puede
utilizar el pensamiento lógico.
Al final de esta etapa los niños pueden representar mentalmente eventos y objetos (la
función semiótica), y participar en el juego simbólico.
Los niños se vuelven cada vez más expertos en el uso de símbolos, como lo demuestra
el aumento del juego y la simulación.
Por ejemplo, un niño es capaz de emplear un objeto para representar algo más, como
pretender que una escoba es un caballo.
Centración
Egocentrismo
Según Piaget, el niño egocéntrico asume que otras personas ven, oyen y sienten
exactamente lo mismo que él ve, oye y siente.
Juego
Al iniciar esta etapa a menudo se observa que los niños juegan en paralelo. Es decir que
a menudo juegan en la misma habitación que otros niños, pero sin interactuar, o sea,
juegan junto a otros niños más no con ellos.
Cada niño está absorto en su propio mundo privado y el habla es egocéntrica. Es decir,
la función principal del habla en esta etapa es externalizar el pensamiento del niño en
lugar de comunicarse con los demás.
Representación simbólica
Esta es la habilidad de realizar una acción – una palabra o un objeto – representar algo
distinto de sí mismo. El lenguaje es quizás la forma más obvia de simbolismo que
muestran los niños pequeños.
Juego simbólico
Los niños a esta edad a menudo pretenden ser personas que no son (por ejemplo,
superhéroes, un bombero), y pueden representar estos roles con apoyos que simbolizan
objetos de la vida real. Los niños también pueden inventarse un compañero de juegos
imaginario.
«En el juego simbólico, los niños pequeños avanzan en sus conocimientos sobre las
personas, los objetos y las acciones y construyen así representaciones cada vez más
sofisticadas del mundo» (Bornstein, 1996, p.293).
Para que esto funcione, es necesario de algún modo que se regule las relaciones de cada
niño con el otro y de dicha necesidad surge los orígenes de una orientación hacia los
demás en términos de normas.
Animismo
Esta es la creencia de que los objetos inanimados tales como juguetes u objetos poseen
sentimientos e intenciones humanas, en otras palabras, para el niño preoperacional de
Piaget (1929) el animismo significa que el mundo natural está vivo, consciente y tiene
un propósito.
1. Hasta la edad de 4 a 5 años, el niño cree que casi todo está vivo y tiene un
propósito.
2. Durante la segunda etapa (5-7 años) sólo aquellos objetos que se mueven
poseen un propósito.
3. En la siguiente etapa (7-9 años), sólo los objetos que se mueven de forma
espontáneamente se les atribuye que están vivos.
4. En la última etapa (9-12 años), el niño comprende que sólo las plantas y los
animales están vivos.
Artificialismo
Esta es la creencia de que ciertos aspectos del entorno son fabricados por personas, por
ejemplo, nubes en el cielo.
Irreversibilidad
Cuanto un niño tiene una perspectiva egocéntrica asume que las demás personas verán
la misma vista de las tres montañas que ellos tienen.
Según Piaget, a parir de los 7 años el pensamiento deja de ser egocéntrico, ya que el
niño puede asumir otros puntos de vista diferentes al propio.
Objetivo: Piaget e Inhelder (1956) querían indagar a qué edad se descentran los niños –
es decir, ya no son tan egocéntricos.
Método: El niño se sienta al frente de una mesa, en la cual hay tres montañas. Cada una
de las montañas es diferente, una tiene nieve, otra tiene una choza en la cima y la ultima
una cruz roja encima. Al niño se le permitió caminar alrededor del modelo, mirarlo y
luego se sienta a un lado. A continuación, se coloca una muñeca en varias posiciones de
la mesa.
Piaget asumió que si el niño seleccionaba correctamente la tarjeta que mostraba la vista
de la muñeca, no era egocéntrico.
Los niños de seis años eligieron con frecuencia una imagen diferente de su propia
perspectiva, pero rara vez eligieron la imagen correcta para el punto de vista de la
muñeca.
Sólo los niños de siete u ocho años siempre eligieron la imagen correcta.
Martin Hughes (1975) argumentó que el problema de las tres montañas no tenía sentido
para los niños, por lo cual se les dificultaba comprenderlo, ya que los niños tenían que
igualar su percepción, con la de la muñeca a través de una fotografía.
Hughes ideó una tarea que tenía sentido para los niños.
Mostró a los niños un modelo que comprendía dos paredes que se cruzaban, un muñeco,
y otro de un «policía». Luego ubicó la muñeca de policía en varias posiciones y les
pidió a los niños que seleccionaran el muñeco del policía.
Esto con el fin de asegurarse de que el niño entendía lo que se le pedía, si el niño
cometía errores se les explicaba nuevamente y lo intentaba otra vez. Curiosamente,
ocurrieron muy pocos errores.
Luego del que el experimento había iniciado. Hughes introducía un segundo muñeco de
policía, ubicándolos en el extremo de dos paredes, como se muestra en la ilustración.
Se le pedía al niño que escondiera el muñeco de ambos policías, en otras palabras, tenía
que tener en cuenta dos puntos de vista diferentes.
La muestra de Hughes comprendía niños de los tres y medio a cinco años, de los cuales
el 90 por ciento fue capaz de dar respuestas correctas.
Incluso cuando Hughes ideó una situación más compleja, con más paredes y un tercer
policía, el 90 por ciento de los niños de cuatro años aún tenía éxito.
Esto demostraría que los niños han perdido en gran medida su pensamiento egocéntrico
a los cuatro años, ya que son capaces de asumir la perspectiva del otro.
Piaget enfocó la mayor parte de la descripción de esta etapa sobre las limitaciones en el
pensamiento del niño, identificando una serie de tareas mentales que los niños parecen
ser incapaces de realizar.
Los niños preoperacionales generalmente pueden contar los bloques en cada fila y
decirle el número contenido en cada uno.
Sin embargo, si usted pregunta qué fila tiene más, probablemente responderán que es
aquella cuya longitud es más larga, porque no pueden centrarse simultáneamente en la
longitud y el número.
Entonces, ¿qué nos dicen estas tareas acerca de las limitaciones del pensamiento
preoperacional en general?
3) El pensamiento se centra más en los estados que en las transformaciones. Los niños
no indagan lo que ha sucedido con los materiales y simplemente hacen un juicio
intuitivo basado en cómo aparentan «ahora».
Conclusión
Gran parte del enfoque de Piaget sobre la etapa preoperacional se centró en lo que los
niños aun no podían realizar. Los conceptos de egocentrismo y conservación están
centrados en las habilidades que los niños aún no han desarrollado; además, carecen de
la comprensión de que los objetos pueden variar según la perspectiva y que estos al
cambiar de apariencia, conservan sus propiedades.
Por último, no todo el mundo concuerda con la evaluación de Piaget de las habilidades
de los niños en esta etapa.
Referencias
Borke, H. (1975). Piaget’s mountains revisited: Changes in the egocentric landscape.
Developmental Psychology, 11(2), 240.
Piaget, J. (1929). The child’s concept of the world. Londres, Routldge & Kegan Paul.