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Sup Cons Gr 33 para la Rep.

Argentina

RITUAL DEL
MAESTRO SECRETO
GRADO CUARTO
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

4º Edición

Editorial Masónica
Buenos Aires
1977
DECRETO DEL SOBERANO GRAN COMENDADOR
U T O S A G A I
SUPREMO CONSEJO GRADO 33 PARA LA
REPUBLICA ARGENTINA

-------------------------------------------

RITUAL DEL MAESTRO SECRETO


GRADO IV
Rito Escocés Antiguo y Aceptado

Comisión de Liturgia: Fabián Onsarí, Domingo R. Sanfeliú, Benigno Hernández


Gwynne, Luis San Luis Hiram, G. Calógero y Miguel Osorio.
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Nº 681.
Vistos: el proyecto de Ritual para el Grado IV, el dictamen de la Comisión de Liturgia,
y lo resuelto por el Supremo Consejo Grado 33 para la República Argentina,
El Muy Poderoso Soberano Gran Comendador
DECRETA:
Artículo 1º -Apruébase el presente Ritual Grado IV Maestro Secreto y adóptase para
uso de todas las Cámaras dependientes del Supremo Consejo.

Articulo 2º -A partir del 1º de enero de 1948 no podrá usarse otro en los cuerpos
subordinados, siendo prohibido el efectuar agregados o supresiones al mismo.

Articulo 3º -Los ejemplares serán provistos por la Gran Secretaría a los hhy cuerpos
subordinados, asentando en los mismos el nombre del adquirente y autenticados por el Gran
Secretario General.

Artículo 4º -Desde al Libro de Decretos, comuníquese, etc. Dado y firmado en el


despacho del Muy Poderoso Soberano Gran Comendador en el Oriente de Buenos Aires, a
los 5 días del mes de noviembre de 1947 EV

Gran Canciller Secretario General Muy Pod. Sob. Gr. Comendador


Luis San Luis Fabián Onsari

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

EL RITO ESCOCES
El grado 4º es el de iniciación en la Masonería filosófica o capitular, de ahí la
importancia que tiene para quien resuelva seguir esta carrera masónica y
compenetrarse a fondo de su significado y sus procedimientos.
Por ello es necesario que este ritual sea perfectamente estudiado y los Presidentes
de los Capítulos deben exigir de sus afiliados el conocimiento integral del mismo.
Al comenzar las Liturgias de los grados Capitulares, procede informar a nuestros
hh de las excelencias del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, puesto que los tres
grados simbólicos, de que se ocupan los Rituales corresponden a todos los Ritos
conocidos.
Para acometer esta labor hemos consultado varios trabajos sobre tan importante
asunto, rituales de distintos Supremos Consejos y, el actual, es el producto de ellos,
adaptado a nuestra tradición.
No se podrá conocer bien lo que es el Rito Escocés, su objeto, propósitos,
utilidad actual y por qué existen los Capítulos y quiénes son los que deben solicitar su
ingreso a ellos sin que, antes de responder a estas cuestiones, procuremos recordar cuál
es el fin que se propone la Francmasonería en general, qué somos los Francmasones y
lo que es una Logia.
En nuestros discursos y discusiones, en los innumerables libros escritos sobre
Masonería, tanto en el sentido de su apología cuanto en el de dirigirle los rudos ataques
de que en todas épocas ha sido objeto, hemos tenido casi siempre el sentimiento de
observar cuán escasos son los hombres que se han tomado el trabajo de estudiarla, qué
inútiles declamaciones se consignan en lugar de hacer brillar los pensamientos serios y
filosóficos y con cuánta incoherencia se habla de la misión de la Francmasonería en el
mundo, de la influencia que puede tener y de lo que es capaz de realizar.
Hemos visto algunos Aprendices, a los pocos días de ser iniciados, y hasta
Maestros que, a pesar de llevar varios años, no sabían mucho más que aquellos
Aprendices, afirmar con toda seguridad que la francmasonería era esto o aquello; que
tal hecho o cuál idea era o no masónica a propósito de ciertas cosas con que la
Masonería nada tiene que ver, o en aquellas circunstancias en que precisamente la
tradición masónica, afirma lo contrario de lo que ellos dicen.
Es una monomanía bastante común cubrir con nombre masónico la idea que se
posee bajo el punto de vista moral, filosófico o político y llamar “perfección masónica"
todo aquello que cada cual considera como perfecto; se cree que "Masonería" es
sinónimo de "verdad", y como la verdad es para cada uno su propia opinión, resulta, de
esta manera de pensar, que habrá tantas verdades masónicas como masones.
Claro es que con este sistema se podrá obtener una Masonería católica o
protestante, religiosa o atea, monárquica o republicana, sostenedora de los poderes
públicos o contraria a estos poderes, etc. Pero no es menos evidente que la unidad de la
Institución quedará destruida desde luego, y la universalidad que la caracteriza no
podrá realizarse.
Para que sea posible la unidad y como consecuencia la universalidad, es
necesario que la Masonería responda a un ideal común a todos los miembros de la
Institución; luego este ideal común no debe informase en ninguna doctrina política ni
religiosa, y la Masonería, que no puede adoptarlas como suyas, y que, por lo tanto, no
representa a ninguna de ellas, está obligada a no prestar apoyo a ninguna obra
inspirada en el interés de un sistema o de un partido determinado.

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–GRADO CUARTO-
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¿Qué es, pues, la Masonería? ¿Qué es lo que quiere? ¿Para qué sirve?
Existe en la Humanidad una antigua tradición, que se observa en la mayor parte
de las religiones, y que, sin duda, no es extraña a los sueños de ciertas escuelas
socialistas: consiste en creer que ha de llegar un día en que cesará el imperio del vicio
y de la ignorancia, en que el hombre se guiará únicamente por la razón, y el estado
social tan sólo por la justicia.
Ahora bien; si consideramos que cada época geológica ha durado millares de
años; que el ser en el estado de desarrollo que llamamos "hombre", es de fecha
reciente, si se compara con la antigüedad de la Tierra; que apenas le ha bastado este
tiempo para adquirir lo que le distingue, como más perfecto, de los otros animales; que
la época humana ha sido realmente precedida de millares de siglos; que no tenemos, en
fin, idea ni exacta noción del tiempo, pues no lo es tal esa acumulación de números
relativos al pequeño movimiento de nuestro planeta alrededor del Sol, no habrá en el
día ningún hombre, por grande que sea su imaginación, capaz de soñar lo que seremos
en el porvenir, del mismo modo que no pudo prever jamás el hombre de las cavernas lo
que somos en la actualidad.
Pero existe otra idea, menos utópica que la anterior, que consiste en considerar
probable el advenimiento de una época en que los hombres comprendan al menos la
libertad. Habrá entonces conflictos por los intereses, pasión por los errores, pero se
tendrá el buen sentido de dejar a cada cual una absoluta independencia y respetar todo
lo que pertenezca al dominio interno del pensamiento, así como de reducir la política a
los negocios comunes cuando la ciencia económica los haya declarado como tales.
Mas, se dirá: esta idea, esta aspiración, aunque parezca sencilla, es todavía de difícil
realización; los hombres, generalmente, no tienen el buen sentido que se requiere, y
nadie puede quizá proporcionárselo.
Veamos ahora cuál es la misión de la Masonería. Ella dice: "los hombres carecen,
efectivamente, en general, de ese buen sentido; pero existe un pequeño número que lo
poseen: yo los buscaré entre todos, y seguramente los encontraré. Cualquiera que sean
sus ideas, yo les enseñaré a tolerar las de los demás. Se llamarán hermanos. En la vida
profana podrán entender como quieran la religión y la política, pero en la vida
masónica un pensamiento común los unirá para siempre. Formarán pequeños grupos
en todos los puntos de la superficie de la Tierra, y su cadena de unión pasará a través
de las inconsecuencias de la Humanidad, sin que ésta se aperciba de ello”. ¡He aquí la
idea de la Masonería!
De esta idea se deducen las consecuencias inmediatas siguientes: 1) la necesidad
de que la Masonería no adopte, por si misma ninguna doctrina religiosa ni partido
político alguno. 2) La superioridad que da este sistema a sus adeptos. 3) La obligación
de no aceptar en la fraternidad a los que no sean capaces de comprenderla.
La idea, en sí, no es más que una disciplina, según vemos; pero esta disciplina
encierra el más alto concepto social y moral de la Humanidad. Puede encerrarse en esta
fórmula: Seamos nosotros en el seno de la Institución lo que los demás hombres
debieran ser en el seno de la sociedad profana; es decir, seamos nosotros como todos
los hombres debieran ser entre sí, si tuvieran el buen sentido que nosotros tenemos.
Disfrutemos unidos los encantos de la existencia, tal como lo pronostican los
optimistas para toda la Humanidad en el porvenir. Rodeémonos de nuestros misterios
para que los imbéciles nos dejen en paz. Evitemos, como la peste, las disputas y
discusiones sobre la religión y la política porque de ellas nacen los gérmenes de la
desunión. Estudiemos todo aquello que eleva y dignifica al hombre, y huyamos de
cuanto humilla y esclaviza. La sabiduría proporciona la dicha y ésta la honradez.

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Es opinión generalizada la que consiste en señalar como origen de la


Francmasonería las antiguas Hermandades de constructores profesionales; pero es lo
cierto, que al par de estos constructores reales o simbólicos, obreros o filósofos
existieron, desde la Edad Media hasta fines del siglo XVI, un gran número de
Cofradías o pequeñas Sociedades partidarias de las escuelas filosóficas de Siria Egipto,
Persia y Arabia, que practicaron ritos diversos e iniciaciones especiales, y adoptaron
nombres tomados de la Caballería, de las Cruzadas y del Oriente.
Estas Cofradías consideraron muy útil para sus fines adoptar la forma y los
Estatutos de la Masonería, y, al efecto, reclutaron sus miembros entre los masones y
después se unieron a las Logias.
La Gr Log de Inglaterra que fue creada en 1717, y cuyo sistema recibió la
denominación de Rito Moderno, no admitía más grados que los de Aprendiz y
Compañero, a los que añadió más tarde el grado de Maestro.
La Gr Logia de York, la de Irlanda; y sobre todo la de Escocia, que se
vanagloriaba de poseer una Carta Constitutiva u Orgánica, expedida en 1539 por el rey
Jacobo II, practicaban otros grados además de los simbólicos, entre ellos el del Real
Arco, cuyo grado viene confiriendo desde 1813 la Gr Logia de Inglaterra.
Muchos masones, deseosos de conservar los numerosos iniciados en las puras
doctrinas de la Orden, se preocuparon con la idea de adicionar a los primitivos
Estatutos las enseñanzas filosóficas, sin cuyo auxilio estaban expuestas las Logias a
faltar o cuando menos a desviarse de dichos Estatutos, emprendiendo trabajos activos
contrarios al espíritu de los mismos. La experiencia ha confirmado más tarde esa
opinión.
Hombres de gran iniciativa y amor al progreso se esforzaron por introducir en la
Orden las enseñanzas de los diversos grupos filosóficos, disponiendo los trabajos en
series continuadas y armónicas.
Durante el siglo XVIII se efectuaron numerosos trabajos, más o menos
afortunados, para realizar este plan. Transcurriendo casi todo el siglo en medio de
lamentables querellas y enconadas luchas, ya para hacer prevalecer uno u otro sistema,
ya para declararse unos Cuerpos u otros como poderes reguladores.
En todos estos sistemas, la idea de una serie continuada de iniciaciones
reemplazó a la de los diferentes Capítulos antiguos. Así nacieron los llamados altos
grados, y así se originaron esos enervantes conflictos que todavía existen, por
desgracia, sostenidos por algunos espíritus extraviados.
En Alemania, la mayor parte de las Logias, no practican más que los tres grados
simbólicos; las restantes han admitido algunos grados superiores con las
correspondientes iniciaciones. Igual procedimiento siguen los Cuerpos Masónicos en
los pueblos escandinavos. En los Países Bajos, el Gr Or practica los grados
simbólicos: los grados superiores se trabajan en Capítulos independientes de las
Logias, dirigidos por un Gr Capítulo central. En Inglaterra, en toda la América y en
los países de raza Latina, coexisten, generalmente, el Rito Moderno, dirigido por una
Gr Logia o un Gr Oriente, y el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, dirigido por un
Supremo Consejo.
Excepto en Francia, suele haber, como ocurre entre nosotros, un convenio tácito
o escrito, según el cual uno de los altos Cuerpos tiene la dirección de la Masonería
Simbólica, o sea la de los tres primeros grados, y el otro dirige exclusivamente los
Capítulos y Cámaras que trabajan desde el gr 4º al 32º

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El Rito Escocés Antiguo y Aceptado representa, pues, a los masones que desde el
año de 1717 consideraron incompleto el sistema reformado de la Gran Logia de
Inglaterra, a los que durante el siglo XVIII se esforzaron para organizar una serie
armónica de iniciaciones que sólo se practicaban en Cuerpos absolutamente
independientes; el Rito Escocés en fin, ha resuelto de manera definitiva el problema
encaminado a conservar en la Masonería las enseñanzas filosóficas que en todos los
tiempos se han agrupado alrededor del pensamiento primordial que ha servido de
fundamento a la Orden.
Cada iniciación evoca el recuerdo de una religión, de una escuela o de alguna
institución de la antigüedad, dando a conocer las doctrinas judaicas, la cábala, los
misterios esenianos, etc.
Por otra parte, se estudian las consecuencias morales del cristianismo, cuya
filosofía se halla representada por los Rosa-Cruces, esos atrevidos naturalistas,
médicos, químicos y botánicos que durante muchos siglos recorrieron los pueblos de
occidente y fueron los creadores del sistema experimental o de observación, del que ha
nacido la ciencia moderna, y se llamaron Roger Bacon, Paracelso, Fiudd, Ashmole,
Bodley, Van Helmont, etc. Este último, químico notable, que condenado por el
Consejo de Malines como hechicero y Rosa-Cruz, a instancias de los Padres
Capuchinos de Bruselas.
Otras iniciaciones se refirieron, a los Templarios, esos caballeros tan caritativos
como valientes, cuyas costumbres han servido de pasto a la calumnia, y han sido, con
sobrada razón, sospechosos a los papas en lo que se refiere a la ortodoxia católica; esos
filósofos, despojados inicuamente de sus riquezas y a cuyo recuerdo los masones
glorifican la libertad del pensamiento enérgica y valerosamente sostenida y practicada
por aquellos hombres en una época fanática y de terrorismo sacerdotal.
Finalmente, en los otros grados se recuerdan las doctrinas persas, indias y
arianas, de antiguo Oriente, que fue la cuna de nuestras religiones y el foco de nuestra
civilización.
De lamentar es que estas enseñanzas no hayan sido todo lo eficaces que
debieran. El Escocismo, como toda la Francmasonería, acaba de atravesar un período
de triste ignorancia. Todo cuanto se refiere a la arqueología, al arte, a la nobleza de
sentimientos, al amor de la humanidad, fue menospreciado. Las tradiciones no fueron
comprendidas. Nuestros símbolos y nuestros Rituales fueron embadurnados
inconscientemente, así como también, los artísticos muros de las catedrales, hasta que
hace apenas treinta años, han comenzado a reconstituirse.
Una nueva aurora apareció por el horizonte, y empezó a reconocerse en nuestra
Orden la necesidad de admirar en aras del buen gusto el desarrollo normal del genio de
nuestros predecesores. Volvió a sentirse amor a nuestras sublimes alegorías y tornan a
restablecerse nuestros símbolos y nuestros ritos. Las tradiciones recobran su Imperio y
los Masones empiezan a comprender de nuevo como se pasa a la piedra tosca o
informe a la piedra cúbica piramidal.
Habiendo señalado el origen del Rito Escocés y su objeto basado en la necesidad
de sumar a la idea masónica los estudios filosóficos, debemos establecer algunas
comparaciones.
Mientras que el Rito Moderno se encierra en la fraternidad y la beneficencia,
como en Inglaterra, y en otros países se extravía por los falsos y movedizos senderos
de la política, el Rito Escocés está organizado para establecer la idea masónica bajo la
base de una determinada actividad intelectual sostenida entre todos sus miembros.

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Tanto en este Rito como en el Moderno, posee el Maestro la plenitud de la


cualidad masónica, y bajo este concepto nada puede desear.
Ahora bien: si existiera alguna Logia en la que sus Maestros fueran instruidos,
laboriosos conocedores de les Estatutos y de las tradiciones, penetrados perfectamente
de los métodos y fines de la Francmasonería, y enlazados por los Vínculos de la más
pura y sincera amistad, los Maestros de esa Logia no tendrían necesidad de iniciarse en
los grados Capitulares.
En un país donde las Logias formaran un conjunto homogéneo, inspirándose en
el mismo espíritu, siendo gobernadas por un Cuerpo central al que fueran enviados los
Maestros más experimentados y clarividentes, en ese país bastarían para el trabajo
masónico los tres grados del Simbolismo.
Si el Rito Moderno, en fin, fuese capaz de organizar en, todos los países Cuerpos
reguladores o directores perfectamente instruidos en el concepto masónico, sabiendo
acomodar las diferencias de las razas y otras circunstancias a las condiciones
necesarias a la unidad y resueltos a sobreponer nuestra grande obra a los intereses
locales o momentáneos, podríamos decir entonces que el Rito Moderno era suficiente
para cumplir en el mundo la misión incomparablemente augusta, entrevista por los
fundadores de la Orden.
Desgraciadamente, no es así. Los Cuerpos reguladores de los principales países
obedecen a diferentes tendencias. Unos son exclusivamente católicos, otros
exclusivamente protestantes y algunos abiertamente hostiles a toda clase de
sentimientos religiosos. No faltan Logias muy semejantes a les clubes políticos, ni
disgustos y desplantes pueriles entre pretendidos masones que con su conducta
acreditan ignorar la más simple noción de lo que es Masonería.
Como hemos dicho, se necesitó emplear un siglo de trabajos y tentativas para
llegar a la coordinación de la unidad afortunadamente realizada por el Rito Escocés
Antiguo y Aceptado. Sus Consejos Supremos sostienen la pureza de la idea masónica
primitiva tan escrupulosamente como las Grandes Logias de Inglaterra y Alemania.
El Convento de Lausana, en 1875, estableció entre los Supremos Consejos una
Federación, Universal y señaló las reglas por las cuales habían de regirse. Las
Constituciones de ese Convento son las mismas que las de nuestro Supremo Consejo,
cuyos principios, magistralmente afirmados, deben ser leídos en los documentos
oficiales por todos cuantos deseen conocer el Rito Escocés.
Las iniciaciones sucesivas dan a entender la idea masónica de manera clara al par
que sorprendente: estimulan al estudio y la reflexión sobre los problemas que, desde un
principio, han inquietado el espíritu humano. Nuestro Rito es agradable a cuantos
aman la filosofía y quieren dirigir su pensamiento hacia las edades que pasaron con el
fin de aprender en el gran libro de la Historia; crea la mayor intimidad entre los
masones más antiguos de las Logias, originando entre ellas tal fuerza de estabilidad
que basta por si sola para resolver cuantos conflictos pudieran surgir, garantizando la
existencia de la Orden, por grandes que sean los obstáculos que a ella se opongan,
tanto interior como exteriormente. Por último la federación de los Supremos Consejos
ha realizado las ideas de unidad y universalidad que no han podido obtener los demás
Ritos conocidos.
El Rito Escocés es, por lo tanto, una Masonería más intensa, mejor estudiada,
más decidida a estimular el trabajo intelectual que el Rito Moderno.
La experiencia ha confirmado el pronóstico de los que decían a la Gr Logia de
Inglaterra: “Vosotros caeréis en uno de estos dos extremos: o en la torpeza intelectual

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o en una actividad agitada y peligrosa”


Tanto a la una como a la otra tiende a evitar el Rito Escocés; en él pueden
tratarse todas las cuestiones, pero siempre conservando la disciplina y cumpliendo los
Reglamentos y Estatutos
El olvido de estos principios produce una manía ridícula: la del apostolado. En
efecto; muchas veces hemos oído a ciertos masones: “No quiero nada para mí; no me
seducen el interés la ambición, ni la vanidad; sólo me inspira el amor al pueblo, a la
Humanidad; la misión, mía es salvar al mundo la Vuestra ayudarme a salvarle”. Con
esto quieren decir que les enviemos a las Cámaras legislativas o a los Concejos
municipales, y allí se inspirarán en la doctrina masónica para hacer brillar la luz de la
verdad!
El Rito Escocés no aplaude a estos misioneros, a los que aconseja que empiecen
por instruirse y educarse. La misión de un francmasón que de serlo se precie, consiste
en procurar su propia cultura. La enseñanza mutua en cada Logia proporciona esta cul-
tura y esta educación. Cuanto más afable, laborioso y modesto sea un masón,
contribuye mejor a la obra de la Francmasonería.
Se ha dicho que el Escocismo impone a sus adeptos creencias espirituales y
tendencias aristocráticas.
La Francmasonería ha proclamado siempre la existencia de Dios y la
inmortalidad del alma; pero para comprender la enseñanza masónica, desde este punto
de vista, es necesario examinar los primitivos documentos, conocer los protocolos del
Convento de Lausana y las publicaciones oficiales de los Supremos Consejos. Muchas
de nuestras iniciaciones tienen por objeto el conocimiento de este punto inicial de la
filosofía.
En cuanto a lo que se refiere al espíritu aristocrático, es preciso saber qué
entienden por tal los detractores del Rito Escocés. Quieren decir acaso, que los
Capítulos aspiran a llevar a su seno a los hombres inteligentes e instruidos?. Pues esto
es cierto y natural, porque es condición precisa y necesaria en la Masonería y mucho
más en el Rito Escocés, que los que traspasen los umbrales de sus templos deben tener
la necesaria instrucción para comprender el trabajo masónico
Queremos que nuestros hermanos se distingan por su corrección, elegancia en el
decir, prudencia en el obrar, moderación de lenguaje, bondad de alma, afecto franco y
leal para con todos sus compañeros y buen trato social en el mundo profano. Si es este
el espíritu aristocrático a que se alude, tenemos a honor decir que existe efectivamente
en nuestras Logias y Capítulos, y que ponemos especial cuidado en que jamás
desaparezca.
El Rito Escocés ha quedado definitivamente establecido. Su organización, sus
jerarquías, los nombres y números de sus grados, las reglas a que ha de sujetarse
consignadas en el Convento de Lausana, todo lo que es necesario para fijar el cuadro
completo y general, ha sido felizmente considerado como definitivo y puesto al abrigo
de los ataques de esa insoportable especie de obstruccionistas que gastan inútilmente
tiempo y trabajo para ocuparse de cuestiones que son secundarias.
En lo sucesivo, dependerá la prosperidad de la Institución en cada país, de la
capacidad de aquellos que la inspiran o la gobiernan. Existen diversos Manuales de la
Masonería Escocesa, que facilitan los trabajos. Los Rituales han sido, y son en la
actualidad, progresivamente corregidos y desarrollados por los pensadores ilustres,
partidarios de la propaganda tranquila y sólida que conviene a la ciencia; por los
filósofos, que disponen de una tribuna lo más absolutamente libre que los hombres han

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ideado, y se encuentran siempre rodeados de un número reducido de hombres, pero


todos llenos de buena voluntad y amor a la ciencia, y deseosos de recibir las
enseñanzas de sus maestros. Los Rituales son nuestros Libros sagrados, en los que han
puesto toda su alma los antiguos Francmasones, son permanentes como los Libros
sagrados de las diversas religiones, pero teniendo sobre éstos la admirable ventaja de
poder indefinidamente ser ampliados y mejorados, siguiendo la ley del progreso. .
En casi todas las religiones, la mayoría de los fieles se circunscriben a las
creencias, sustentadas por la fe, y a la práctica del culto; asimismo los masones pueden
conformarse con las ventajas que les proporciona la libertad de la razón humana,
permitiéndoles trabajar constantemente por el logro de los ideales de la Masonería y
propagar al exterior el perfume de las virtudes masónicas; pueden, en una palabra,
encontrar satisfechos todos sus deseos, cuando han adquirido, con el grado de Maestro,
la plenitud de los derechos masónicos.
Pero en las religiones ha existido y existe actua1mente un determinado número
de adeptos que desean profundizar, conocer y recibir todas las enseñanzas de su
iglesia, y desde la más remota antigüedad los pensadores han seguido siempre a los
filósofos. Pues bien; nuestras iniciaciones Capitulares tienen el mismo origen y
persiguen fines idénticos.
Hay entre nosotros muchos hh que no pueden sustraerse al deseo de elevar su
espíritu hacia las regiones que son del dominio de la Filosofía; que desean adquirir la
mayor instrucción posible para la investigación de la verdad, considerando,
emocionados, que todo cuanto existe procede de lo desconocido, y en él desaparece
con la rapidez de las estrellas fugaces; que anhelan profundizar sobre el origen de
nuestras iniciaciones, de nuestros Templos, de nuestras costumbres, para trabajar con
fruto en la propaganda y conservación de la Orden y reforzar con estos conocimientos
el trabajo efectuado en las Logias. Esos hh  son los llamados a entrar en los
Capítulos, porque si es cierto que podría adquirir la mayor parte de la enseñanza que
éstos proporcionan recurriendo a estudios puramente personales, resultarían muy
laboriosos y desprovistos del encanto, que ofrece el cambio, de impresiones entre
hombres enlazados por los mismos ideales, análogas aspiraciones y espíritu fraternal,
sentimientos que ennoblecen la vida y sirven de consuelo en la vejez.
Los Capítulos tienen además otra ventaja. En las pequeñas localidades se tratan
diariamente los hh.·. y llega a obtenerse con facilidad el carácter familiar de la Logia,
el compañerismo; pero en los Talleres compuestos de muchos ob  no ocurre lo propio.
Los Capítulos remedian ese inconveniente estableciendo entre algunos de los hh de
las Logias una aproximación más intima. En cada grado el círculo se estrecha; cada
año que pasa se piensa más en los asuntos del interior de la Orden, y se aprecia mejor
la Unidad de la fe masónica.
Hemos dicho que el Maestro posee la plenitud de la cualidad masónica: los
grados no añaden nada a su consideración ni a sus merecimientos, si saben aprovechar
las enseñanzas recibidas del Simbolismo; así es, que no deben solicitar la iniciación en
los grados Capitulares sino aquellos que quieren envejecer rodeados de amigos que
gustan filosofar, y cuya filosofía conduce a estrechar los lazos de la fraternidad.
Nuestro Rito, sobreponiéndose al Rito Moderno, y nuestros Capítulos a las
Logias Simbólicas, representan los esfuerzos de la Masonería para conducir al hombre
a la investigación de la verdad.

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CLASIFICACION
de los grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

Los grados del Escocismo se dividen en series: grupos o categorías, con relación
a su antigüedad y estructure, o bien al orden correlativo que deben guardar para que
resulte el conjunto armónico necesario a todo sistema de finalidad determinada.
La primitiva subdivisión de los 33 grados escoceses se hizo, teniendo en cuenta
el origen de cada uno de ellos, en la forma siguiente:

1º CATEGORÍA
Grados Simbólicos y Universales
Gr 1º Aprendiz.
2º Compañero.
1
3º Maestro .
2º CATEGORÍA
Grados de desarrollo de los primitivos o universales
Gr 18º Príncipe Rosa-Cruz.
30º Gran Elegido Caballero Kadosch.

3º CATEGORÍA
Grados tomados del Iluminismo Alemán
Gr 9 º Maestro Elegido de los Nueve.
10º Ilustre Elegido de los Quince.
11º Sublime Caballero Elegido.
21º Patriarca Noaquita o Caballero Prusiano.

4ºCATEGORÍA
Grados Judaicos
Gr 4º Maestro Secreto.
5º Maestro Perfecto.
6º Secretario Íntimo.
7º Preboste y Juez.
8º Intendente de los Edificios.

5º CATEGORÍA
Grados Bíblicos
Gr 12º Gran Maestro Arquitecto.
13º Real Arco.
14º Gran Elegido Perfecto y Sublime Masón.
15º Caballero de Oriente.
16º Príncipe de Jerusalén.
17º Caballero de Oriente y Occidente.

1
En el Rito Escocés Moderno suelen designarse estos grados con los números ordinales 1º, 2º Y 3º

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6º CATEGORÍA
Grados Templarios
Gr 19º Gran Pontífice.
20º Venerable Gran Maestro de las Logias Regulares.
23º Jefe del Tabernáculo.
24º Príncipe del Tabernáculo.
25º Caballero de la Serpiente de Bronce.
26º Príncipe de la Merced.
27º Gran Comendador del Templo.
29º Gran Escocés de San Andrés.

7º CATEGORÍA
Grados Herméticos, Cabalístlcos y Rosiernicíam
Gr 22º Caballero Real Hacha.
28º Príncipe Adepto .

8º CATEGORÍA
Grados Administrativos o Supremos
Gr 31º Gran Inspector Inquisidor.
32º Sublime y Valiente Príncipe del Real Secreto.
33º Soberano Gran Inspector General.

Basada la clasificación moderna de los grados, no sólo en la importancia que el


Rito les atribuye, sino también en el distinto objetivo de su desarrollo y en las
consecuencias filosóficas a que se prestan cada uno de estos grados, se han agrupado,
siguiendo el orden en que se expresan a continuación.

1ra. SERIE – GRADOS SIMBÓLICOS


(Masonería Azul)

Gr 1º Aprendiz.
2º Compañero.
3º Maestro.

2ra. SERIE – GRADOS CAPITULARES


(Masonería Roja)
1º Grupo
Gr 4º Maestro Secreto.
5º Maestro Perfecto.
6º Secretario Íntimo.
7º Preboste Y Juez.
8º Intendente de los Edificios.
9º Maestro Elegido de los Nueve.

2º Grupo
Gr 10º Ilustre Elegido de los Quince.
11º Sublime Caballero Elegido.
12º Gran Maestro Arquitecto.
13º Rea Arco.
14º Gran Elegido Perfecto y Sublime Masón.

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3er.Grupo
Gr
15º Caballero de Oriente o de la Espada.
16º Príncipe de Jerusalén.
17º Caballero de Oriente y Occidente.
18º Príncipe Rosa-Cruz.

3ra. SERIE – GRADOS FILOSÓFICOS


(Masonería Negra)

1er. Grupo
Gr 19º Gran Pontífice o Sublime Escocés.
20º Venerable Gran Maestro de las Logias Regulares.
21º Patriarca Noaquita
22º Caballero Real Hacha, o Príncipe del Líbano
23º Jefe del Tabernáculo.
24º Príncipe del Tabernáculo.

2º Grupo
Gr 25º Caballero de la Serpiente de Bronce
26º Príncipe de Merced o Escocés Trinitario.
27º Gran Comendador del Templo.
28º Príncipe Adepto, o Caballero del Sol.
29º Gran Escocés de San Andrés.
30º Gran Elegido Caballero Kadosch o del Águila Blanca y Negra. Iniciado Perfecto.

4º SERIE - GRADOS FILOSOFICOS


(Masonería blanca)

Gr 31º Gran Inspector Inquisidor Comendador.


32º Sublime y Valiente Príncipe del Real Secreto.
33º Soberano Gran Inspector General

Tales son las denominaciones con que más generalmente se distinguen los grados
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que con preferencia practica la Masonería
Argentina. Los demás Ritos siguen distintas clasificaciones, siendo también diferentes
las nomenclaturas.
De los treinta y tres grados que comprende el Rito Escocés Antiguo y Aceptado,
en nuestro país se trabaja obligatoriamente en los contenidos en la siguiente serie:
Grados 1, 2, 3, 4, 9. 14, 18,19, 24, 30, 31, 32 Y 33.
Nadie puede ser exaltado a un grado de esta serie sin estar investido legalmente
del anterior en ella.
Todos estos grados se adquieren por iniciación y, los restantes, por
comunicación.
Entre los grados del Simbolismo ya hemos dicho la extraordinaria importancia
que tiene el de Maestro Masón, el cual debe estar perfectamente estudiado y
comprendido por el que lo posea, por ser el fundamento del edificio masónico y
comprender, en la sublime sencillez de que está dotado su hermoso simbolismo, toda la
enseñanza del Arte Real.

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

“Los tres grados de Maestro Masón, Rosa-Cruz y Kadosch, constituyen las


verdaderas escuelas de la Masonería Escocesa de nuestros tiempos. En ellos se
encierran el espíritu masónico en toda su pureza; ellos nos enseñan a practicar el credo
de la Institución y a trabajar con provecho en la obra que la Masonería ejecuta. La
iniciación para llegar a éstos se efectúa en el 1º, el 4º y el 19º
Los demás grados son como descansos que encontramos en el largo camino que
la Masonería nos traza para llegar a la perfección, que es el reinado de la verdad, del
amor universal y de la democracia. La simple lectura de las máximas contenidas en
ellos nos inician por completo en su finalidad y reconocimientos; en cambio, los tres
grados importantes de Maestro, Rosa-Cruz y Kadosch ofrecen ancho campo a la
meditación y al estudio.
La historia de estos grados resume la historia de la Masonería; han señalado en
ella los acontecimientos más importantes que conmovieron las sociedades humanas, y
forman, por decirlo así, la base más firme de las que garantizan la estabilidad de la
antigua Orden. .
Del estudio que haga el masón de estos tres grados, dependerá su futuro
conocimiento de la Institución tal cual es.
Mas para prepararse a la Maestría sirven el Aprendizaje y el Compañerismo; para
la posesión del grado de Rosa-Cruz, es necesaria la ayuda de todos los grados
Capitulares, y muy especialmente los de Maestro Secreto, Elegido de los Nueve y Gran
Elegido Perfecto y Sublime Masón; con las enseñanzas recogidas en el curso de estas
iniciaciones y con las que proporcionan los grados filosóficos, en particular el 19 y 24,
podrá obtenerse el de Caballero Kadosch, gr 30, resumen y complemento de la
iniciación masónica dentro del Rito Escocés.
Los grados restantes, 31, 32 y 33, son complementarios, continuadores del de
Kadosch, que descargándose por este hecho de las funciones administrativas en lo que
al orden interior, a la Justicia y al Rito corresponden, desarrolla las teorías de la Orden,
bajo la inspección e incitativas de los altos Cuerpos de la Masonería Sublime 2”.

2
C.Ruiz (Algebra), Gr 33.-Ritual del Elegido de los Nueve.

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

DE LOS CAPÍTULOS
Se denominan Capítulos los Talleres destinados a los trabajos de la Masonería
Roja; es decir, de los grados 4º al 18º.
Así como el Simbolismo constituye la enseñanza primaria del Francmasón, los
grados capitulares resumen la instrucción secundaria y le conducen progresivamente al
desarrollo de las sublimes ideas que forman el conjunto de la serie ordenada y
metódica del Rito Escocés, indispensables para llegar a alcanzar el importante grado de
Rosa-Cruz.
Todas las Cámaras Capitulares trabajan bajo la dependencia de un Capítulo de
Rosa, establecido en cualquier Valle, con arreglo a lo dispuesto en la
CONSTITUCION, ESTATUTOS y REGLAMENTOS, del Sup Con Gr 33
para la República Argentina y la dirección de dichas Cámaras corresponda a las
Dignidades y Oficiales designados por elección para el gobierno del Capítulo del gr
18, del que aquéllas dependan, aún cuando los titulas con que se la distingue durante
los trabajos, varían en las diferentes Cámaras.
Todos los Capitulas dependen a su vez directamente del Supremo Consejo del
Gr 33, Poder Ejecutivo de la Masonería Capitular y Filosófica.
Actualmente no existen Logias capitulares, y, por lo tanto, los Capítulos que
radican en distintas localidades se nutren con los maestros en condiciones de
exaltación de todas las Logias de los mismos VVall y con los hh que, al afiliarse
en ellas, poseen grados Capitulares.
De este modo se consigue establecer mayor intimidad entre los obreros de todos
los TTall, y que los resultados de la enseñanza filosófica desarrollada en los
Capítulos se hagan sentir por igual en todas las Logias Simbólicas.
Esto, no obstante, los Capítulos no ejercen autoridad directa sobre las Logias
simbólicas; sus trabajos son completamente distintos, y aunque sus miembros tienen el
deber de velar porque en las citadas Logias Simbólicas se observe estrictamente el
Rito, los defectos que notaren en este sentido deben ser objeto de exposición en el seno
de los Capítulos, ante los hh capitulares que pertenezcan al Tal en el que se hayan
notado deficiencias en la instrucción litúrgica
Los Capítulos de Rosa tienen el derecho de exaltar al gr 4º a los maestros
Masones, miembros activos de las Logias que trabajan en los VVall donde aquéllos
se hallen constituidos, como asimismo a los demás grados de la serie Capitular a los
hh que formen el mismo Capítulo.
La expedición de títulos o diplomas de grados capitulares, corresponde
exclusivamente al Sup Con del Gr33
Pueden trabajar los Capítulos en todos los grados de la serie, cuando lo tengan
por conveniente, pero es obligatoria la labor e instrucción en los grados 4º, 14º y 18º
Para el gobierno interior de los Capítulos pueden adoptarse Reglamentos
particulares, siempre que no contengan acuerdo alguno contrario a las Leyes que rigen
en la Masonería Argentina, a cuyo efecto deberán ser remitidos previamente, para su
examen y aprobación, al Sup Con del Gr 33 
Tal es la estructura de los Capítulos, en los que haciéndonos eco de las frases del
Il h Moreto, “han de resolver en los grados 4º al 18º multitud de problemas que
constituyen la base de los tres grados del Simbolismo que, con sus sencillas reglas de

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

arquitectura y de moral, representa sólo la cimentación primitiva de los grandes


problemas de la Institución Francmasónica3”
Réstanos únicamente remitir al lector a lo dicho anteriormente al ocupamos del
Rito Escocés, sobre las cualidades que deben poseer los hermanos que pretendan entrar
a formar parte de los Capítulos.

3
E. C. de P. (Moreto).-Ritual Escocés de los Grados Capitulares

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

SERIE CAPITULAR
RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
GRADO CUARTO
GENERALIDADES
El Cuarto Grado, llamado Maestro SECRETO es el primero de los grados
Capitulares o rojos, como también el primero del Rito E. A. y A. Ejerce, por lo tanto, la
doble función de guardián del umbral del Templo interior y de anillo de unión entre la
Masonería Azul y la Masonería de los AA GG Esta doble función es bosquejada en
su leyenda que es la continuación de la del IIIer. grado simbólico (M) por su doctrina
y su simbolismo y el hábito de guardar rigurosamente el secreto.
Grado místico-bíblico de la serie israelita-salomónica, hirámica. La lectura del
ritual explicará el por qué de estas denominaciones: en efecto, el ambiente es bíblico
místico, la liturgia israelita, el presidente de la asamblea representa a Salomón, la
leyenda es hirámica, La construcción del templo místico se prosigue a pesar de la
muerte trágica de Hiram
Adoniram, el lugarteniente del Maestro asesinado, es el emblema de la elevación
que debe tener quien aspira a regenerar su propio espíritu y a construir su Templo
desechando los malos materiales que son los prejuicios y las supersticiones. La palabra
secreta, el cuerpo de Hiram y las leyes encerradas en el Sanctasanctórum representan la
verdad que no puede ser revelada sino a aquellos que han alcanzado un grado capaz de
comprendería.
Por el estudio asiduo de los símbolos, bajo los cuales se oculta la verdad, todo
masón puede llegar al conocimiento de ésta y a este estudio debe consagrar cada uno
todas las fuerzas del alma y toda la sinceridad del corazón.
Simbolismo
Los símbolos característicos del grado son: una urna cerrada y una llave rota,
alegoría del silencio y del secreto.
El laurel que enseña al Maestro Secreto a triunfar de sus propias pasiones.
El olivo que le recuerda el deber de mantenerse siempre en paz con sus HH
La llave de marfil, símbolo de la prudencia.
El color blanco de la muceta, símbolo de la pureza y de la fidelidad.
El ojo abierto, símbolo de la vigilancia.
La letra Z en el centro de la estrella flamígera, inicial del nombre hebreo que
significa Z… y es la palabra de paso del Maestro Secreto.

Filosofía del Grado


El Secreto, la fidelidad, la obediencia son necesarias para consolidar la libertad
Deberes de los MM SS
Los MM SS deben vigilar la conducta masónica de los HH de grados
inferiores y hacer un informe al P M referente a sus vicios y a sus virtudes. Como

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

buenos guardianes del umbral del Templo deben velar para que no entre en el Capítulo
nadie que no sea digno por su instrucción y por su conducta en los grados inferiores y
oponerse a la admisión de todo candidato que no les parezca digno de la iniciación en la
Masonería de los GG AA
Únicamente de esta manera se llegarán a reunir MM SS capaces de honrar el
Capítulo y aptos para ascender a los grados superiores.
Hay que recordar que sólo por una selección hecha desde los primeros grados, se
preparan los elementos aptos para dirigir la ORDEN con sabiduría y dignidad a fin de
hacerla respetable y respetada.
Los MM SS deben además concurrir en las Logias simbólicas a la instrucción
Masónica de los HH de grados inferiores a fin de que éstos puedan elevarse a los
grados superiores con los conocimientos masónicos indispensables a todo H para su
perfeccionamiento masónico en mayor gloria de la Or y para bien de la Patria y de la
Humanidad.
Prerrogativas
Los MM SS no tienen ninguna prerrogativa especial.
Decoración de la Logia
La colgadura es negra, salpicada de lágrimas blancas. La Logia representa el
Sanctasanctórum. En el fondo se ve un triángulo inscripto en un gran círculo, en cuyo
centro lleva la Estrella flamígera.
El Templo estará iluminado por nueve luces, distribuidas en tres candelabros, de tres
brazos cada uno. También puede consistir la iluminación en ochenta y una luces,
dispuestas en nueve candelabros de nuevos brazos. El pavimento es de mosaico,
constituido por cuadrados blancos y negros.
El altar, de forma triangular, se halla en el centro de la Logia, y sobre la Biblia hay
un mall forrado de negro, una corona abierta de laurel y olivo, destinada al
recipiendario, una rama seca de acacia, un rollo de pergamino atado con una cinta, a cuyo
extremo está colgada una llave de marfil que lleva una Z grabada en la guarda, la
Columna Constitutiva del Capítulo, y por último, una espada.
Títulos
El Presidente lleva el título de Pod Maest Tiene su asiento en Oriente, y
representa a Salomón.
No hay más que un Vigilante, que representa Adoniram, y se denomina Inspector.
Su puesto se halla al Occidente.
Los demás cargos como en la Cam de Maestros.
Todos los hh del gr 4º llevan el título de Venerables Maestros Secretos.
-------------------------------------------------------------

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

APERTURA DE LOS TRABAJOS


-Pod Maest -Ven h Adoniram, ¿sois Maestro Secreto?
-Insp -Pod Maest he pasado de la Escuadra al Compás, y en unión de mis
hh he visitado el sepulcro de nuestro Resp Maest Hiram y llorado su pérdida.
-Pod Maest -¿Qué hora es?
-Insp:. -La claridad del día disipa las tinieblas; y la luz del Sol empieza a iluminar
esta Logia.
-Pod Maest -Si la Gran Luz nos alumbra, es hora de empezar los trabajos. Mas
no procederemos sin antes asegurarnos de que todos los hh que se hallan presentes son
Maestros Secretos. ¡En pie y al orden! (Todos los hh se levantan y se colocan al orden
de Maestros.
-Pod Maest -Ven h Experto, recorred la Log y cumplid vuestro deber.

El Experto reteja silenciosamente a todos los hh y cuando ha terminado su tarea,


se dirige al inspector, al que da cuenta, en voz baja, del resultado de sus
investigaciones.
-Insp -Pod Maest todos los hh que se hallan en pie y al.orden, son
Venerables Maestros Secretos.
Pod Maest -En ese caso, podemos proceder sin inconveniente. Anunciad, Ven
h Inspector, que voy a abrir los trabajos del Cap de maestros Secretos.
-Imp -Venerables hh Maestros Secretos, se van a abrir los trabajos del gr 4º
Anunciado, Pod Maest
El Pod Maest da un golpe con el cetro y dice:

-Pod Maest - ALGDGADU En su nombre, por virtud de los


poderes que se me han conferido como Presidente del Sob Cap Rosa, …. del Vall
de……., que trabaja bajo los auspicios del Sup Cons del Gr 33 para la República
Argentina y por el voto unánime de mis hh de esta Cámara, declaro abiertos los trabajos
del Capítulo de Maestros Secretos, por el signo, por la batería y por la palabra de pase.
Todos se unen al Pod Maest para hacer el signo, bat, etc.

-Pod Maest -Sentémonos. (Todos se sientan). El Ven h Secretario puede


proceder a la lectura de la pl de trabajos de la sesión anterior.
INICIACION
El candidato, decorado con el mandil de Maestro Masón, es conducido por el Primer
Experto a la Cámara de reflexiones. Allí es examinado y retejado en los tres grados
simbólicos por el citado Experto, y luego éste le despeja de SUS insignias, le coloca
una escuadra de plata sobre la frente, sujetándola con una venda que cubra sus ojos;
le hace poner sobre los labios los dedos índice y medio de la mano derecha en señal
de silencio, y en la Izquierda una luz. Le coloca una cinta al cuello, y conduciéndole
del brazo derecho hasta la puerta del Templo, llama en grado de Maestro .

-Guarda-Templo. -¿Quién llama de ese modo?


-PrimExperto - Es un Maestro Masón, que examinado y retejado por mi, resulta
estar perfectamente instruido en los tres grados simbólicos, ha cumplido su tiempo, es

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

reservado, constante y laborioso, y desea ser recibido por los Maestros Secretos.
-Insp -Informaos, Ven h Segundo Experto.
Segundo Experto Venerable la puerta del Templo, pregunta:

-SegExperto. -Venerable h Primer Experto, ¿está el solicitante


suficientemente preparado para que se le pueda permitir la entrada y sufrir las pruebas de
la iniciación en el grado en que trabajamos?
Prim Experto-Lo está. Yo respondo de él.
Seg Experto -Pues que aguarde un momento, hasta que recibamos la venia del
Pod Maestro.
(Cierra. la. puerta y dirigiéndose al Presidente dice)
Pod Maest a las puertas del Capítulo se encuentra nuestro Ven h Primer
Experto acompañado de un Maestro Masón, que ha sido examinado por él en los tres
grados simbólicos que se halla suficientemente instruido, y de cuya discreción y
laboriosidad responde nuestro Ven h Dice llamarse N.N….
-Pod Maest -Siendo así, y estando el candidato resuelto a ingresar, dadle
entrada y que se presente a practicar las pruebas necesarias para ser iniciado con arreglo
al Rito que profesamos.
El Segundo Experto transmite la orden del Presidente al Guarda-Templo, y éste entreabre
la puerta, dando entrada al candidato, que es conducido por ambos Expertos a un
banquillo triangular colocado en el centro de la Logia, en el que se le hace sentar de cara al
Oriente.

-Pod Maest -Querido hermano: cuando fuisteis iniciado en los tres grados
simbólicos, se os recibió con las ceremonias, cuyo simbolismo os fue explicado, y de
cuyo estudio habéis sacado las consecuencias que determinan vuestra instrucción
masónica elemental. Al penetrar hoy en esta Cámara es preciso que selléis vuestros
labios con la discreción y el secreto. Ven h Primer Experto, cumplid vuestro deber.
El Primer Experto toma un sello, y quitando de los lados los dedos al recipiendario, hace
ademán de sellar su boca.

-Pod Maest -Que esta ceremonia os recuerde siempre el deber en que estáis de
ser precavido y prudente y guardar silencio absoluto sobre cuanto se trate en este
Capítulo de Maestros Secretos, cualquiera que sean las circunstancias que os rodeen y
los móviles que a faltar a ello os impulsen, aunque para conseguirlo tengáis que sufrir
alguna contrariedad o realizar algún sacrificio. ¿Estáis dispuesto al cumplimiento del este
deber y a someteros al interrogatorio a que tenéis precisión de contestar?
-El Candidato. -Lo estoy
-Podo Maest -¿Qué se entiende por conciencia?
(Responde el graduando.)
-Pod Maest -La conciencia es el conocimiento interior de nuestro ser, que nos
indica el bien que debemos hacer y el mal que debemos evitar. Es una especie de
consejera que nos indica el camino del bien y es, además, un juez que se pronuncia sobre
lo que hemos hecho.
-Pod Maest - ¿Qué se entiende por remordimiento?
(Responde el graduando)
-Pod o Maest -El remordimiento es un sentimiento interno, es la inquietud que
se produce por haberse cometido una mala acción. Comienza en el juicio personal que nos
sugiere el estado producido en nosotros mismos por nuestra propia conducta,
desaprobando algún acto reñido con el recto proceder y se convierte en un malestar que

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

repercute en nuestra sensibilidad moral


-Pod o Maest -¿Qué consecuencias habéis sacado del estudio de la sublime
leyenda del Maestro Hiram, que os ha sido explicado en el grado 3º?
(Responde el graduando)
-Pod Maest -Las consecuencias que se derivan de la sublime leyenda del
Maestro Híram, tan acertadamente tratadas en el grado 3º, guardan relación, en parte, con
las pasiones negativas que afligen a la humanidad.
El masón debe cortar las ligaduras que pudieran haberlo atado con la ignorancia,
la hipocresía y la ambición, así como con otras pasiones que influyen negativamente en
los actos de la vida diaria.
Y, por el contrario, de acuerdo con las enseñanzas masónicas, debe vivir, en toda
su belleza, las doctrinas sustentadas en nuestros rituales: "amar la verdad, fuente de todo
bien; huir de la mentira, origen de todos los males; buscar los medios para ilustrar su
inteligencia y fortificar su razón, y amar a todos los hermanos y ayudarlos en sus
posibles necesidades"
-PodMaest -Decidnos ¿cuáles son los deberes de un maestro masón?
(Responde el graduando)
-PodMaest -Entre los deberes a que está obligado el maestro masón, figura el
de pulir la piedra cúbica, para que, presentando sus seis caras perfectamente iguales, sea
el emblema de uno de los atributos de la perfección moral, vale decir, el de ser ecuánime
en sus juicios y en su conducta, sirviendo de ejemplo en su vida privada y en su vida
social, ya sea en la prosperidad como en la adversa fortuna, y el de ser amable y
bondadoso con todos sus semejantes.
Además, debe instruir a los hermanos aprendices y compañeros, reanimándoles sus
fuerzas en caso de flaqueza y recordándoles la concordia y la fraternidad en algún
instante de incomprensión.
Debe también, en todo momento, propagar nuestros ideales y, si nuestra Sublime
Institución fuera atacada, redoblar su celo para defenderla.
-Pod Maest -Habéis terminado la primera prueba que exige de vos en este grado el
Rito Escocés.
¿Queréis practicar la segunda?
-El Candidato. -Sí, quiero
-Pod Maest -En ese caso debéis salir para visitar la tumba de Hiram Abí, y en
presencia de su cadáver recordar las virtudes que le adornaban y llorar la pérdida de tan sublime
Maestro Ven h Prim Experto, conducid al candidato en este viaje y volved con él a
darnos cuenta de cuanto haya pasado.
El Experto se apodera del neófito y le conduce por el brazo derecho fuera de la
Logia, cerrando la puerta tras sí con estrépito.

-Pod Maest -Venerables hermanos Maestros Secretos, habéis escuchado las


contestaciones del neófito. Por última vez os pregunto: ¿le consideráis suficientemente
instruido y en condiciones de ser iniciado en el grado en que trabajamos?
Los hh contestarán por medio del signo acostumbrado, y si es éste de
conformidad, el Presidente dice:

-Pod Maest -Ven h Inspector, comunicad las órdenes para que el candidato sea
introducido de nuevo en el Templo.

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

El Inspector transmite la orden al Segundo Experto y éste sale de la Cámara,


volviendo después acompañando al candidato y al Primer Experto, y llama en el
grado, de Maestro Masón a la puerta del Templo.

-Guarda-Templo. - ¿Quién llama de ese modo?


-Primer Experto, - El candidato ha cumplido el encargo de nuestro Pod Maest
vuelve dar cuenta de sus impresiones
-Guarda-Templo -VenhInspector, los Expertos acompañan al candidato y
solicitan conducirle a la presencia del Pod Maestro.
-Insp -Pod Maestro, ¿puedo permitir que el candidato vuelva entre nosotros?
-Pod Maest - Dadle entrada.
El candidato, conducido por los Expertos, entra en la Cámara -en la misma forma en
que salió de ella y se le hace sentar en el sitial que antes ocupó.

-Primer Experto -Pod Maestro: he acompañado al candidato a visitar la tumba


de Hiram, y ante su cadáver hemos ambos recordado sus virtudes y llorado la pérdida de
tan sublime Maestro.
-Pod Maest -¿Tenéis el convencimiento de que la suprema ley de la
Institución Masónica es el cumplimiento del Deber?
-El Candidato - Lo tengo.
-Pod.·. Maest.·. -¿No vaciláis en aceptar deberes, cuyo cumplimiento es
ineludible?. Considerad que por los trabajos que habéis de realizar no hallaréis más
recompensa que la satisfacción de vuestra conciencia y del deber cumplido. ¿Persistís, a
pesar de esto, en haceros recibir Maestro Secreto?
-El Candidato. - Persisto.
-Pod Maest -Acercad el recipiendario al Altar para que preste la solemne
promesa de Rito.
El Pod Maestro da un golpe. Los Expertos acercan el neófito al Altar triangular
situado en el centro de la Logia, y le hacen colocar la mano derecha sobre la hoja
de la espada que se encuentra encima de aquél. Todos los hh toman sus espadas
rodean al candidato, formando sobre su cabeza la bóveda de acero. El Pod
Maestro baja de su trono, llevando el cetro en la mano derecha y la espada en la
mano izquierda.

Pod Maest: Candidato repetid conmigo:

JURAMENTO O PROMESA
"Yo, N ... N ... , juro o prometo ante el G AD U, y en presencia de los
Venerables Maestros Secretos que me escuchan, no revelar jamás los secretos de esta
Cámara a ningún profano ni masón que no tenga el derecho de conocerlos.
Prometo obediencia a los mandatos del Sup Con del Gr 33 para la Rep.
Argentina, a los Estatutos del mismo y a los particulares de este Sob Capítulo.
Declaro solemnemente que seré fiel hasta mi muerte y digno de la confianza que se
deposita en que trabajaré constantemente para lograr perfeccionarme en los trabajos de la
Maestría Masónica, contribuiré, en la medida de mis fuerzas, a destruir los sofismas que
se oponen al libre desenvolvimiento la Inteligencia. Por último, prometo secundar los
acuerdos de esta Cámara y realizar la labor encomendada a los Maestros Secretos.

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

Que el G A D U me ayude e ilumine para que pueda cumplir esta mi


solemne promesa o juramento”.

CONSAGRACIÓN
-Pod Maest -En uso de los poderes que me han otorgado, os quito la venda
que cubre vuestros ojos, y con ella la escuadra que lleváis sujeta a la frente (Lo hace): Os
devolvemos la vista para que podaís seguir el camino del deber, y si os privamos de ella
momentáneamente, fue con el objeto de demostraros cuán precavidos debemos ser para
evitar las traiciones que dieron por resultado la muerte de nuestro querido Maestro
Hiram Abí.
-Pod Maest -AL G D GADU
-Yo…. Presidente del Sob Cap Rosa que trabaja en el Valle de ... , bajo los
auspicios del Sup Con del Gr 33 para la República Argentina y en virtud de las
atribuciones que por mi cargo me han sido conferidas, os instituyo y creo MAESTRO SE-
CRETO, grado 4º, del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, y miembro activo de este Sob
Capítulo.
Marca sobre la espada can el cetro la batería del grado; luego abraza al neófito. Después
dice:

-Pod Maest - Os entrego esta corona de laurel y olivo, que representa el triunfo y la
victoria. Hoy comenzáis una nueva carrera para la investigación de los emblemas,
francmasónícos que conducen al conocimiento de la Humanidad, y a semejanza de la que
llevaban los que iban a consultar en la antigüedad al oráculo de Delfos, llevaréis esa corona al
emprender el camino.
Os decoro también con este mandil y esta banda, cuyos colores simbolizan la eterna lucha
del Progreso contra la Ignorancia, de la Luz contra las Tinieblas, de la Verdad contra el Error.
Os entrego además esta llave de marfil, símbolo del SECRETO, y llevaréis siempre
pendiente del vértice de vuestra banda. La letra Z grabada en su guarda, os recordará la inicial
de la palabra de paso en este grado.
Venerable Maestro Segundo Experto, servíos proclamar en alta voz al h N. N… como
Maestro Secreto y miembro activo de este Sob Capítulo.
Hecha la proclamación, se aplaude con la bat del grado.

-Pod Maest -Id a ocupar vuestro puesto en Occidente Venhrecientemente


admitido, y vosotros todos, sentados.
Todos toman asiento en sus puestos respectivos. El Pod Maestro sube al trono, toma
asiento también, y continúa:

ELEMENTOS HISTÓRICOS
-Pod Maest - En los Grados Inefables, cada lección enseña su conexión directa con
los principios morales, trascendentes e intrascendentes. El sistema completo se encamina y
propone promover el bien de la humanidad y la gloria de Dios. En los grados simbólicos estas
cosas se enseñan en forma elemental, generalizando nociones; en los grados Inefables y
Sublimes, la labor es detallada.
La genuina Francmasonería, her mío, es un sistema encaminado a fundamentar la
moral, en su aproximación con la religión: en el hecho, tal fue originariamente nuestra
Institución. La Masonería Inefable se practica con la visión puesta en el desarrollo esencial de
nuestra moralidad, como fundamento, así observada desde sus comienzos. Se eleva sobre todas

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

las demás instituciones humanas, y constituye inapreciable auxiliar en la práctica de la religión


verdadera.
Los grados en los cuales ahora penetráis se denominan como ya se ha dicho, Inefables,
porque tratan sobre los principios del G A D U y su esencia inefable. La
Francmasonería es un arte de gran amplitud y extensión. Un conocimiento verdadero de sus
misterios no se adquiere de una sola vez, sino, gradualmente. Cada grado en la Masonería
Inefable se propone inculcar una lección moral respecto de una virtud particular. El progreso se
efectúa únicamente por medio de mucha instrucción y práctica asidua. Cada etapa es progresiva
abriendo nueva luz e información. De acuerdo con el progreso que alcanzamos, limitamos o
ampliamos nuestras adquisiciones investigadoras. Y, en proporción con nuestra capacidad,
nuestro grado de perfección, como Masones Inefables, es mayor o menor, desde el punto de
vista cabal.
La Francmasonería es un sistema alegórico. Cada doctrina y ceremonia posee su
referencia mística, cuya comprensión y entendimiento no siempre se alcanza de inmediato, o de
la primera mirada; de ahí que, donde las mentes débiles y de escaso desarrollo ven sólo mis-
terios, los masones instruidos e inteligentes encuentran alimento para sus más nobles facultades:
La Masonería verdadera no se satisface con meras ceremonias, las que en sí mismas carecen de
vida, sino que estudia y profundiza su significación filosófica. Nosotros, hh como Masones
Inefables, tratamos de conservar y apropiarnos la práctica y doctrina de esos signos y símbolos,
porque entendemos que ellos se adentran con más facilidad a nuestro corazón que las meras
palabras.
Permitidme, her mío, que os reciba como Maestro Secreto, dándoos rango y sitio entre
los Inefables. El laurel, emblema de la victoria, servirá para recordaros honestamente las
conquistas que habéis logrado sobre vuestras mismas pasiones. El olivo, símbolo de "paz", que
debe reinar perennemente entre nosotros. Luego, observando Sabiduría, Fuerza, Prudencia y
Valor, pronto podréis alcanzar la etapa que señala la entrada a la Sagrada Caverna. Vuestra será
la culpa si no se os hallare digno; y al término debido, no arribaréis a ese lugar sagrado, donde
jubilosamente contemplaréis la Columna de la Belleza.
Por rango os corresponde ahora un sitio entre los Levitas (encargados de la guarda del
Tabernáculo), en calidad de Maestro Secreto. Sois guardián del Sanctasanctórum y
perteneciente al número de los siete.
El "ojo" que se ve sobre vuestro mandil, es para recordaros que debéis permanecer
vigilante sobre los sagrados tesoros que se hallan bajo vuestra custodia, así como respecto de las
virtudes morales de la Hermandad en general.


-Hermano Adoniram: es nuestra orden que vos deberéis encargaros de erigir una tumba u
obelisco, de mármol blanco y negro, hacia el Oeste-Sud-Oeste del Templo, donde se depositarán
los restos embalsamados de nuestro lamentado Gran Maestro H A
El mármol blanco denotará, simbólicamente, la inocencia y pureza de nuestro malogrado
Gran Maestro H A y el mármol negro, su prematura muerte que hoy lloramos.
RETEJADOR
Orden. -El mismo de Maestro.
Signos. -Pregunta: Colocar los dedos índice y medio de la mano derecha sobre los labios,
indicando silencio.

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

Respuesta: La misma señal, hecha con la mano izquierda.


Toques. -Darse recíprocamente la mano derecha en garra, como en el grado de Maestro;
deslizarlas después hasta el codo, abrazándolo, y en esta actitud originar en los dos brazos un
movimiento de balanceo siete veces seguidas, cruzándose al mismo tiempo la pierna derecha de
uno y otro, de modo que se toquen por la cara interna.
Marcha. -La de Maestro Masón.
Edad. -Tres veces 27 = 81 años.
Batería. -…..
Palabra Sagrada. -…..
Segundo hernano: …..
Los dos a la vez: …..
Palabra de Paso. -….. .
Traje. -Collar de seda azul, guarnecido de negro, de cuyo vértice pende la Joya, que
consiste en una llave de marfil con la letra Z grabada en la guarda. El Mandil es blanco, con
cintas y ribete negro, pero la baveta es azul y lleva un ojo pintado o bordado. Dos ramas, una de
olivo y otra de laurel, cruzándose, se hallan bordadas en el mandil en forma de corona abierta, y
en el centro la letra Z.
Después de instruido el neófito. el Pod Maest concede la palabra al Ven Maest
Orador, el cual pronunciará el discurso de Rito, alusivo al historial, Simbolismo e
importancia de los trabajos del grado de Maestro Secreto, pudiendo tornarse por modelo
algunos de los que siguen:

DISCURSO DEL ORADOR


Queridísimo hermano: Ya habréis visto que la Institución Francmasónica tiene sus
manifestaciones especiales, caracterizadas por una serie de símbolos y alegorías, de cuyo
estudio saca el masón provechosas lecciones referentes a la moral, a las ciencias, a la filosofía,
que le conducen a la realización de nuestros bellos ideales en beneficio de la Humanidad.
Procuremos, pues, interpretar la magnífica leyenda de Hiram, que ya conocéis, y veamos
si las enseñanzas que de ella se desprenden son capaces de conducir nuestra inteligencia por los
derroteros del bien y de la sabiduría.
En la época en que el poderío, la gloria y la fama de Salomón estaban en su mayor
apogeo, este rey, tan renombrado por su sabiduría, hizo erigir un templo magnífico a la gloria
del Supremo Artífice del Universo.
El arquitecto de este soberbio edificio se llamaba Hiram-Abí.
¿Quién era este hombre? ¿De dónde venía? Su pasado era un misterio. Enviado a
Salomón por el rey de Tiro, este extraño personaje supo imponerse a todos desde el día de su
llegada.
Su genio audaz le colocaba por encima de todos los demás hombres, y su inteligencia
superior ejercía tal influencia, que todos se inclinaban ante la voluntad y la misteriosa autoridad
de aquel a quien daban respetuosamente el título de Maestro.
La bondad y la melancolía que reflejaba en su severo semblante y su ancha y despejada
frente, eran destellos a la vez de la expresión de su gran espíritu y de su inteligencia insuperable.
Gran arquitecto y gran escultor, Hiram no había conocido jamás otro maestro que la
soledad, ni otros modelos que los ofrecidos por el desierto entre los restos ignotos e informes de
figuras colosales y grandiosas de dioses y animales simbólicos; especies desvanecidas,
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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

espectros de un mundo antiquísimo y de una sociedad desaparecida y muerta. . .


Su poder era grande; tenía bajo sus órdenes centenares de obreros, hombres de todos los
países, hablando todos los idiomas, desde el sánscrito del Hímalaya, hasta el lenguaje gutural de
los salvajes de la Libia.
A una orden de Hiram, la innumerable multitud de trabajadores avanzó desde todos los
puntos del horizonte, como las olas de un mar agitado prontas a inundar los valles y las llanuras,
insuficientes para contenerlas, o bien aún, presentando, hasta perderse de vista, un mosaico de
cabezas humanas que, escalonándose en forma de anfiteatro, se perdían en los límites sensibles
del horizonte, tan numerosas como las estrellas del cielo o las arenas del desierto.
Un día una gran reina visitó al rey más poderoso de la tierra. Deseoso Salomón de darle
una idea de su inmenso poderío, quiso que admirara los trabajos del soberbio edificio erigido
por él al padre de la Naturaleza. Hiram mandó reunir a todos sus obreros, y a la hora señalada
el Maestro se dirigió hacia la entrada del Templo; situándose junto al pórtico exterior, y to-
mando como pedestal un bloque de granito; subióse a él.
Desde allí, paseando su mirada serena sobre la inmensa multitud que se dirigía hacia el
centro de los trabajos, hizo un signo, y las inquietas olas de aquel océano humano se calmaron
de repente, y todas las miradas quedaron fijas en aquel hombre extraordinario.
El Maestro levantó entonces el brazo derecho, y con la mano abierta trazó en el espacio
una línea horizontal; luego, desde la mitad de ésta, bajó, también en el aire, una perpendicular,
figurando dos ángulos rectos, en cuyo signo reconocían los sirios la letra T. A este signo, aquel
hormiguero de seres humanos se agita como impelido por una tromba, y en breve se forman
grupos, se destacan líneas regulares y armónicas, se organizan legiones, y estos centenares de
obreros, dirigidos por jefes inteligentes y desconocidos, se dividen formando tres grandes
cuerpos; subdivididos cada uno en tres cohortes distintas, y apiñadas, en la que marchan los
Aprendices, los Compañeros y los Maestros
El cuerpo central lo componen los masones canteros o picapedreros y albañiles; el de la
derecha los trabajadores en madera, y el de la izquierda los obreros metalúrgicos.
La tierra tiembla bajo las plantas de aquellas multitudes compuestas de centenares de
hombres que avanzan con rapidez, cual potentes olas próximas a invadir la playa. Nada de
gritos, ni clamores, ni confusión; únicamente se percibe el rumor de su cadenciosa marcha,
parecido al retumbar del lejano trueno, precursor de la tempestad.-¡Ay si un hálito de cólera
pasara sobre estas cabezas! Esta avalancha animada arrastraría entre el torbellino de su
irresistible poder a todo cuanto se opusiera a su impetuosa y progresiva marcha
Ante el aspecto de esta, fuerza inmensa e incontrastable, que se ignora a sí misma,
Salomón palidece; lanza una mirada recelosa sobre el brillante, pero débil cortejo de sacerdotes
y cortesanos que lo rodea, y teme que su trono pueda ser pulverizado y sumergido por aquel
diluvio humano.
Pero Hiram extiende, por segunda vez, el brazo, y en el acto todo queda inmóvil. Hace
otro signo, y el innumerable ejército se disuelve y disemina, efervescente y bullicioso, pero
obediente a la inteligencia y a la sabiduría, que los subyuga y domina.
¿Cómo, piensa Salomón, un solo signo de esa mano hace nacer y dispersarse ejércitos tan
poderosos?. …Después, comparando esta fuerza oculta y misteriosa, este poder formidable con
el suyo, aquel gran rey, que creía disfrutar del patrimonio de la sabiduría, comprende que acaba
de descubrir una cosa que ignoraba, y en la que jamás había soñado siquiera, cual era la
existencia de un poder superior al suyo; poder al que en el porvenir, del que poseía la presencia,
le estaba reservada una soberanía más grande y más universal que la suya.

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

Este poder era el Pueblo.


En cuanto al jefe que mandaba estas legiones de hombres, cuyo genio acometía a los
elementos y domaba la naturaleza, debía suscitar contra sí la ojeriza de los envidiosos, de los
cobardes y de los hipócritas. Debía sucumbir y sucumbió a los golpes de los tres malos
compañeros, personificación simbólica de la ignorancia, de la hipocresía y de la ambición.4
He aquí, querido hermano; cómo la tradición oriental con su lenguaje pintoresco y su
sencilla poesía, ha legado, a través de las edades, la memoria de aquél a quien llamamos nuestro
Gran Maestro
Los masones vemos en Hiram la personificación de la Humanidad, según habréis tenido
ocasión de aprender en el grado de Maestro, y esta Humanidad, trabajando y luchando sin cesar,
aun sucumbiendo a veces, pero levantándose siempre más fuerte, más severa y más valerosa,
prosigue y proseguirá su marcha para llegar al objeto supremo que persigue: ¡La Verdad y el
dominio de la Razón!
Pues bien, a este ser extraordinario, representado por Hiram, o mejor dicho, a esta
Humanidad, están encargados de sustituir los Maestros Secretos: Si os sentís con fuerza para
seguir el camino que a la Verdad conduce; si estáis convencido de que el secreto es in-
dispensable en la Masonería para evitar que los profanos puedan malograr nuestros fines con
sus inoportunas indiscreciones; si consideráis que la conciencia, esencialmente íntegra y
equitativa, es nuestro juez y nos impone el deber de obrar siempre con rectitud; si habéis
aprendido que la disciplina y fidelidad son indispensables para el triunfo y consolidación de la
Libertad, base del progreso de la Humanidad y de la soberanía de los pueblos, apoderaos de las
armas que proporcionan la Sabiduría y la Razón y emprended la senda larga y penosa, llena de
obstáculos y de fatigas, pero que os ha de llevar al magnífico Templo donde se reúnen multitud
de obreros inteligentes que trabajan de continuo por el progreso de la Humanidad y a cuya labor
deberéis contribuir con todas vuestras fuerzas, procurando mejorar cada vez más la labor que os
ha designado la Francmasonería, con el descubrimiento de los misterios más sublimes
representados en el Oriente de esta Cámara, puesto que lleváis la llave que os ha de permitir la
entrada el día en que por vuestra animosa constancia, os hagáis digno de ella .
“Tened presente que nosotros debemos ser los qué mejor trabajemos y con más unión;
que no puede obtenerse resultado alguno valioso sin equivalente esfuerzo, y que aún os quedan
muchos peldaños que subir en la escala masónica, antes de llegar a descubrir la palabra perdida,
y las alturas donde la Verdad tiene su trono”5.
Sed bien venido a esta primera Cámara capitular, en la que os aguardan la más sinceras y
fraternales atenciones por parte de cuantos han de compartir con vos los trabajos del Maestro
Secreto, si, como esperamos cumplís la solemne promesa que habéis prestado ante el Ara,
síntesis de nuestros deberes y garantías de nuestra fidelidad.
He terminado.

4
Taller General de la Francmasoneria, por el h L. Frau.
5
E. C. de P. (Moreto) .-Ritual Escocés de los grados capitulares - Introducción, pág. XII -

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
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DISCURSO DE INSTRUCCIÓN MORAL


HH.·. míos: cuando por primera vez nos encontramos ante una obra de arte célebre, nos
parece inferior a lo que nuestra imaginación nos había hecho prever. Necesitamos cierto tiempo
de observación y estudiar sus líneas, detalles y proporciones, reflexionar en resumen, para
alcanzar el sentido de su belleza y su grandeza real.
Seguramente habéis experimentado una desilusión ante el venerable monumento de la
Masonería, habéis llegado aquí de lo desconocido, os habéis imaginado quiméricas maravillas
que no habéis encontrado, y no habéis visto, acaso, las maravillas reales que estaban delante de
vuestros ojos. Os habéis probablemente preguntado: ¿Este es el famoso Templo? ¿Estos son los
misterios impenetrables?
Puede ocurrir que hayáis encontrado pueriles las ceremonias, la ciencia de aquí elemental
y una moral que se enseña en cualquier sitio. Si así es, no habéis comprendido el valor de las
ceremonias; no os habéis dado cuenta de las proporciones del edificio, ni reflexionado sobre la
potencia formidable del trabajo.
HH míos: las grandes cosas piden que se les juzguen desde cierta altura. Todas las
ciencias tienen necesidad de un trabajo preparatorio. La naturaleza pintoresca no puede ser
sentida más que por un artista. Un organismo vivo no puede ser comprendido más que por un
fisiólogo ; el espacio infinito y lleno de vida no es interpretado por la multitud que, sin embargo,
mira continuamente al cielo.
Los espíritus superficiales no ven en la historia sino personajes, imperios, actos de valor,
crímenes, fórmulas legales. No distinguen las leyes variadas, las leyes naturales de la
humanidad que la gobiernan, sin saberlo exactamente como las leyes físicas rigen los
fenómenos físicos. No ven a la humanidad salir de la noche de los tiempos como un germen
que se abre... No ven una cosa que la humanidad posee únicamente sobre la tierra: esa
Inteligencia común, solidaria, general, formada por la suma de las inteligencias individuales,
que, impotentes al principio; se engrandecen y se elevan a concepciones que sobrepasan
aquellas que los primitivos humanos consideraban atributo de los dioses.
Los espíritus indolentes ven en las instituciones sociales expedientes imaginados por el
interés o el capricho de un hombre o de un grupo de hombres que el antojo puede a su vez
suprimir. No distinguen tales y cuales instituciones como fenómenos necesarios de cada época
con su contenido propio de ciencia y su inevitable dosis de ignorancia. En los gobiernos no ven
sino la usurpación, el talento o la debilidad de sus agentes. No se dan cuenta de que aquellos en
general, buenos o malos, son el producto natural obligado de las virtudes o de los vicios de
cada época de su perspicacia o de su corrupción.
En las religiones estos espíritus desatentos no ven más que mentiras o sistemas de
superstición. No se dan cuenta que estas supersticiones acusan el estado real de la inteligencia
general y que los sacerdotes de estas idolatrías son inconscientes y que mejor que todas las otras
concepciones del espíritu humano, estas religiones en sí mismas son etapas del camino que
recorre la noción de Dios.
Mucha gente permanece extraña al verdadero sentimiento del arte y de la ciencia
verdadera porque no conocen esta ley de la necesidad de iniciaciones sucesivas. Por la misma
razón se desvanecen aventuras políticas combinadas con las mejores intenciones. Y aún se debe
a la misma causa que tantos hombres inspirados en la más pura filosofía hayan empleado todas
sus fuerzas en una lucha estéril contra los prejuicios religiosos. Olvidando que tienen que tratar
con inteligencias que tiemblan todavía ante los falsos dioses y que es insensato querer hacerlas
pasar de golpe a la filosofía pura.
Es aquí donde se manifiesta la sabiduría de la Masonería. Obra sobre sus adeptos por una

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

serie de iniciaciones. Ha conservado los procedimientos de los sacerdotes egipcios, cuya


enseñanza es su verdadero punto de partida. Este procedimiento fue, también, el de las grandes
escuelas filosóficas de la antigüedad. Fue el de las valientes corporaciones de albañiles que
durante la Edad Media conservaron en los misterios de sus logias la libertad de pensamiento
imposible entonces de practicar afuera.
El mismo principio de estas iniciaciones informa la enseñanza que la Mas os da hoy.
Reclama vuestra atención con la idea del secreto. Ahora el secreto de que se trata no es otra cosa
que la condición indispensable del sistema de iniciaciones. Desde este momento seréis
atrapados en el engranaje de la Mas escocesa que no os abandonará mientras tengáis el deseo
de aprender, mientras sintáis necesidad de reposar en la amistad, de haceros cada día mejor.
Sufriréis la influencia de este formalismo; veréis que esta ciencia, con su aspecto elemental
encierra gérmenes que no brotan inmediatamente y, cuando seáis viejos masones, apreciaréis
como vuestros predecesores, lo que vuestra fidelidad masónica os proporcionó de progreso
moral.
Sin necesidad de esperar tanto tiempo, hay acontecimientos que desde hoy deben
interesaros. El estudio de la Mas se impone inmediatamente a vosotros. Constituye un deber y
habéis jurado no sustraer osa ningún deber. Además, desde el momento que pertenecéis a tan
grande corporación, ¿cómo podréis tolerar el no conocerla? Leeréis por lo tanto los libros y,
ellos os obligarán a aprender la historia
¿Cuál es el gran hecho que domina la historia de la humanidad? Es el progreso constante
de la inteligencia, las concepciones sucesivas de las verdades de todo orden.
¿Cuáles son los dos factores constantemente activos en este progreso? Un gobierno y una
religión.
¿Cuál es el carácter universal de los gobiernos?
Responder a las necesidades sociales de una época. Todo sistema de gobierno llega en su
momento para una lucha; luego se corrompe y desaparece en otra lucha.
¿Cuál es el carácter universal de toda religión?
Corresponder al estado intelectual de su época. Toda religión reemplaza un culto más
grosero y es sustituida a su vez.
Las formas de gobierno y las religiones señalan etapas en la historia de la Humanidad y
las demás instituciones simultáneas aparecen y desaparecen al mismo tiempo. Han sido todas
concebidas para responder al estado social de una época; todas han sido pasajeras.
Sólo una fuerza es constante: el trabajo de la inteligencia. Por efecto de este trabajo los
gobiernos, las religiones y las demás instituciones han sido adoptadas y más tarde abandonadas.
Se podrían citar como ejemplos las corporaciones primitivas de sacerdotes y sabios, las
mutualidades medievales, los gremios de oficios, los círculos de retórica, los conventos, la
caballería, los juegos florales, las academias, en fin, las instituciones de todos los tiempos.
Todas han tenido una misión temporal, todas han desaparecido en el incesante trabajo de
transformación, obra de los individuos.
La única institución que ha sido inventada por los hombres para representar este trabajo
permanente de la inteligencia es la MASONERIA.
Ninguna institución se ha constituido jamás de modo que sea independiente de toda
doctrina particular, que pueda reunir en todo tiempo las fuerzas individuales para hacer
una fuerza única, y poder emplear siempre esta fuerza para el triunfo de las ideas.
Así la Mas ha llegado a ser el único agente de progreso, variado en sus
manifestaciones, pero siempre idéntico en sus principios. Cualesquiera que hayan sido su

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

nombre y sus representantes, es cierto que su origen se encuentra en la antigüedad egipcia,


que se hicieron iniciaciones en la época greco-romana, que su acción fue considerable en
el Occidente de Europa durante la Edad Media y que hoy sus talleres están establecidos en
toda la superficie del Globo. Es exacto que ella no se ha identificado con ningún gobierno,
ni religión, ni sistema filosófico y que el fondo de su enseñanza fue siempre la libertad de
pensamiento, la investigación permanente de lo mejor y de una verdad más pura. Un
instrumento tan poderoso no podía sustraerse a las acometidas de los malos gobiernos y de
los partidos políticos. Aquéllos la han proscripto, condenado, perseguido; éstos se han
introducido en las Logias para conquistarlas para sus fines… ¡Nada ha dado resultado!
Por encima de todo partido político, la Mas ha proclamado su principio
constitucional. "El Masón no hace política". Por encima de toda divergencia religiosa ha
establecido: “El Masón no se ocupa de la religión”.
Ni política, ni religión; por lo tanto: ni partidos, ni sectas. HH míos cuando se ve
esta regla confirmada durante siglos y cuando, por otra parte, se piensa en la influencia
enorme ejercida en realidad sobre la política y la religión, uno se queda pasmado de
admiración. Para hacer ingresar en una misma Log a racionalistas, católicos,
protestantes, israelitas, espiritualistas y materialistas es necesario decirles: No
introduzcáis aquí ninguna de vuestras doctrinas. No ofendáis a nadie y nadie os ofenderá.
Ponerlas juntas dentro del régimen de esta filosofía elevada que planea por encima
de las contingencias políticas y religiosas, impregnarlas de tolerancia y amor y presentar a
sus ojos los principios superiores como los únicos en lo que se pueda tener confianza, ¿no
es una obra soberana? ¿Estos hombres no reciben de esta manera la sola iniciación eficaz
contra sus propios errores y las únicas armas eficaces contra los errores de los demás?
El primer rasgo esencial de la Mas es la perennidad y la universalidad. La Iglesia
católica pretende poseerlas igualmente y hace de su beneficio un milagro. Sin embargo, su
origen es menos remoto que el de la Mas porque proviene de un cambio de los antiguos
ídolos. Ella ha representado las ideas que han dirigido la civilización hasta fines del siglo
XVI. Después se ha disgregado. La Mas no ve nada de milagroso en la universalidad de
sus principios.
Estudiaréis estas cosas unas a continuación de otras. Las iniciaciones por las que
pasaréis os harán ver todas las faces del monumento del que apenas habéis visto el
pedestal.
Un hombre que reflexiona no tiene necesidad de estudio para convencerse de que la
Mas debe tener el secreto de un poder que no surge a primera vista. No tendréis 1a idea
pueril que este secreto reside en una palabra, en algo preciso que puede ser revelado en un
instante. Su secreto está en su organización, en su ascendiente moral, en su manera de
simbolizar la doctrina por hechos o actos.
Cómo no sorprenderse de esta cosa extraordinaria: una sociedad que no posee
ningún medio ordinario de éxito, que no tiene nada de oficial, que no posee dinero, que no
se muestra jamás fuera, pues siempre ha sido perseguida por los malos gobiernos y odiada
implacablemente por el clero católico romano; una sociedad que recluta sus adeptos en
todas las esferas de la sociedad, tanto en la aristocracia como entre los obreros, que desde
siglos inspira el terror de lo vulgar, la repulsión a los fanáticos, que en todos los tiempos
ha obtenido la colaboración de los sabios, de los filósofos, de los hombres de estado más
ilustres; una sociedad invisible que no tiene aire de atacar nada ni de defenderse de nada y
que no obstante ha doblegado todos los despotismos y ha resistido a algo más terrible: a la
corrupción interior que germina en toda obra humana.
Un hombre que piensa, al menos que esté atacado de locura, no puede creer que esta

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
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Log, donde habéis creído encontrar tan pocas cosas, no es verdaderamente más que un
local y una asamblea como las otras sociedades, con la misma gente y las mismas ideas,
salvo el cuadro que no puede imitar otra parte, si considera que todo esto persiste desde
siglos en toda la tierra, mientras que las otras sociedades de cualquier naturaleza y de
cualquier país que sean son efímeras
He aquí HH míos la impresión general que debe dejaros vuestra iniciación de hoy.
Os acostumbrareis al formulismo: no es una infantilidad, es el vehículo de la idea
moral. No es sacramental y no le damos ningún valor intrínseco. Como os ha dicho el P 
M, amamos este viejo templo como nuestra casa paternal, respetamos sus viejos
muebles, nos gusta beber en los mismos vasos que nuestros antepasados. Tened por el
ritual un respeto afectuoso, sin darle, sin embargo, otra importancia. Únicamente la idea y
la influencia de la idea tienen valor.
Lo comprenderéis mejor estudiándolo.
No os sorprenderé diciéndoos que numerosos masones se sustraen a este estudio. Por
pereza se privan de las alegrías más dulces y se condenan a quedar clavados en tierra
cuando todo se eleva alrededor de ellos. No los imitéis. Habéis trabajado con los obreros
del templo. Entráis hoy en el círculo de los más ancianos, de los que conservan la tradición
y que saben lo que hay que hacer para realizar aquello que los jóvenes compañeros dejaron
a menudo en aspiración.
En el camino que seguiréis encontraréis muchos restos del pasado. El Masón ha
recogido, por decirlo así, en los campos de batalla de la civilización recuerdos de todas las
instituciones que tuvieron su idea de gloria y de importancia. Encontraréis restos vivos de
las grandes religiones; de las escuelas filosóficas, de la caballería, de los cruzados, de las
órdenes monárquicas, y por encima de todo esto encontrareis la ley que representa la
Mas : la ley del trabajo, la ley de la evolución, la ley del movimiento. La Mas
conserva íntegramente la historia de las enseñanzas. No habrá terminado su trabajo
mientras quede a la razón humana una verdad por descubrir.
Después se circula la Caja de auxilio fraternal, se efectúa el saludo a la bandera, e
inmediatamente se procede a la clausura, empleando ceremonial que sigue:

CLAUSURA DE LOS TRABAJOS


-Pod Maestro. -Venerable hermano Inspector, ¿qué hora es?
-Insp -El sol se oculta por el horizonte.
-Pod Maestro, -¿Qué nos resta hacer?
-Insp -Huir del vicio, practicar la virtud y permanecer en silencio.
-Pod Maestro. -¿A qué hora debe cerrarse el Capítulo de Maestros Secretos?
-Insp -Al terminar el día.
-Pod Maestro. -Siendo la hora designada, puesto que las tinieblas empiezan a
invadir la Logia, invitad a los Venerables Maestros presentes para que me ayuden a cerrar
los trabajos del Capítulo.
-Insp -Venerables hermanos Maestros Secretos, ayudemos al Pod Maestro a
cerrar los trabajos de este Capítulo ¡Anunciado!.
-Pod Maestro. - ¡En pie y al orden !
Todos se levantan y ejecutan lo ordenado por el Presidente:

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
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-Pod Maestro. -AL GDGADU en uso de las facultades que me


han sido conferidas, declaro cerrados los trabajos del Capítulo de Maestros Secretos, grado
4º del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, por el signo, por la batería y por la palabra de
paso.
Todos los hermanos hacen el signo y la batería y pronuncian a la vez la palabra de paso.

Pod Maestro. - ¿Prometéis guardar absoluto silencio sobre los misterios y


trabajos de esta Cámara?
-Todos - ¡Prometemos!
-Pod Maestro.:- ¡Retirémonos en paz!

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

CATECISMO
Pod Maes -Ven Insp ¿sois Maes Secr? ;
Ven h Insp -Conozco sus dictados.
Ven Maes -¿Dónde fuisteis recibido?
Ven h Insp -Bajo el laurel y el olivo,
Pod Maes -¿Por qué merecisteis esa gracia?
Ven h Insp -Porque salvé el corazón de Híram, nuestro Gran Maes
Pod  Maes -¿Quiénes os iniciaron?
Ven h lnsp  -Salomón mismo, Adonírarn y Azadas.
Pod Maes -¿Qué aprendisteis?
Ven h Insp.·. -A conocerme a mí mismo estudiando el móvil de mis acciones
Pod  Maes -¿Cómo· lo conseguisteis?
Ven h Insp -Consultando los juicios de mi Inteligencia e intuiciones de mis
sentimientos, con el Maest Sec que nunca engaña.
Ven Maes -¿Y quién es ella Maes Secr
Ven h Insp - La Conciencia humana. Pod Maes- ¿Qué es la Conciencia?
Ven h Insp -Es la fuente de la Justicia y de la dicha humana, la base fundamental
de la colectividad, el Maes que nos guía en el peligroso camino de la Vida y censor severo
que nos destroza el corazón cuando desatendemos sus dictados.
Pod Maes -¿Qué nos enseña ese Maes
Ven h Insp -Nos enseña a ser buenos porque la bondad enlaza todos los
corazones a ser indulgentes, porque vivimos con seres tan débiles como nosotros mismos; a ser
dulces, porque la dulzura atrae el afecto; a ser agradecidos, porque la gratitud estimula bondad:
a ser modestos, para no excitar el orgullo en los otros. Nos enseña a perdonar las injurias,
porque la venganza eterniza el odio; a hacer el bien a quien nos ultraja, para así elevarnos sobre
él, convencerle del error que le ciega y convertirle en amigo. Nos enseña a huir de la
voluptuosidad, la intemperancia y todos los excesos, porque no sólo alteran nuestra salud, sino
que nos degradan y cubren de ignominia. Nos enseña a ser justos, porque la justicia es también
fundamento de la comunidad h en fin, nos enseña a respetar en nosotros mismos la obra más
bella de la creación a reconocer al G A D U con todos sus atributos.
Pod Maes -¿Qué significan las expresiones que forman la pal sagr?
Ven h Insp -Son los nombres que daba a Dios el pueblo hebreo.
Pod Maes -¿Por qué prohibió Moisés decir el nombre de Dios o hacer imágenes
de la Divinidad, bajo pena de muerte?
Venh Insp -Porque representarla por imágenes sensibles, expone al Pueblo a los
peligros de la superstición e idolatría.
Pod Maes -¿Cómo nos elevamos hasta el GADU?
Ven h Insp -Por el estudio de la Naturaleza y de nosotros mismos. Aquélla habla
a la inteligencia, ésta a la Razón y ambas, al Sentimiento. El Maes Secr las escucha, se

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–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

convence de la grandeza del Universo, se somete y rinde excelso culto a sus leyes eternas.
EXAMEN DE RECONOCIMIENTO
APRENDIZ
-¿Sois M
-Mis hermanos me reconocen por tal.
-¿Qué debe ser un M?
-Un hombre de honor y de conciencia.
¿Cómo se hace el sig?
…………………………………………………………………..
¿Qué edad tenéis?
…………………………………………………………………..
¿ Cómo se da la pal sagr?
…………………………………………………………………..
-Dádmela.
…………………………………………………………………..
COMPAÑERO
-¿Sois Compañero?
Todos los hh compañeros y maestros me reconocen como tal, pues conozco la letra G.
-¿Dónde recibisteis el 2º gr -En una L. justa y perfecta de Compañero.
-¿Cómo obtuvisteis esta gracia?
-Por el trabajo, el celo y la prudencia.
-¿Qué edad tenéis?
…………………………………………………………………..
-¿Cuál es el sig de comp?
…………………………………………………………………..
-¿Cuál es la pal Sagr?
…………………………………………………………………..
MAESTRO
-¿Sois Maes Mas?
-La acacia me es conocida.
-¿Cómo alcanzasteis el gr de Maes ?
-Por mi participación en los trabajos del 1º y 2º gr probando que conocía bien mis
obligaciones.
-¿Qué edad tenéis?
…………………………………………………………………..

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

-¿Cuál es el Sig de Maes?


…………………………………………………………………..
-¿Cuál es la pal sagr?
…………………………………………………………………..
MAEST SEC
-Sois Maes Sec?
-Tengo la gloria de serlo.
-¿Cómo fuisteis admitido a este gr
Pasando de la es al comp
-¿Cómo fuisteis exaltado?
-Bajo el lau y el oli
-¿A qué hora se abre el Sant?
-Cuando el resplandor del día aleja las tinieblas, y la GrLuz empieza a surgir.
-¿A qué hora se cierra?
-Al finalizar el día.
-¿Qué edad tenéis?
…………………………………………………………………..
-¿Cuál es el sig de Maes Secr
…………………………………………………………………..
-Dadme la pal  sagr 
…………………………………………………………………..

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

INSTRUCCIÓN
El Maestro Secreto ha sido recibido y reconocido, pasando de la Escuadra al Compás por
debajo del Laurel y del Olivo.
Los caracteres hebraicos del Delta indican el nombre del GADU, el cual estaba
prohibido a Moisés pronunciar, perdiéndose, por tal motivo, su verdadera pronunciación.
La conciencia es el censor perenne de nuestros actos, el Maestro que nos guía en el
peligroso camino de la vida y nos castiga sin piedad, destrozándonos el corazón con el
remordimiento si desatendemos sus dictados. Esta definición debe ser conservada cons-
tantemente en la memoria por las Maestros Secretos.
Las palabras sagradas del gr 4º significan tres de los varios nombres que daba al
GADU el pueblo hebreo, en defecto del verdadero, pues ya hemos dicho que estaba
prohibido decirlo, según la Ley de Moisés.
La palabra de paso significa resplandeciente, y deberá pronunciarse en voz baja, al oído
del h Guarda Templo, siempre que se entre en el Capítulo cuando están comenzados los
trabajos.
La instrucción del grado de Maestro Secreto puede completarse, compenetrándose del
alcance que encierran las palabras que el Presidente del Capítulo dirige a los candidatos en el
acto de la iniciación, consignadas en el presente Ritual, de la significación filosófica de la labor
encomendada a los que poseen este grado, y del estudio detenido de Nuestro Gran Símbolo, que
a continuación reproducimos para enseñanza de los que anhelan prepararse convenientemente
en los Capítulos, con el fin de alcanzar en su día el importante grado de Rosa-Cruz.
Este magnífico trabajo arquitectónico ha sido trazado hábilmente por el Ilt y Pod
H J. Ragmond, Gr Comendador del Sup Cons  de Francia, y juzgando nosotros que
merece ser conocido de todos los hh que emprenden la educación masónica secundaria o
capitular, no hemos vacilado en elegirle para coronar nuestra humilde obra en beneficio de los
Maestros Secretos, a quienes corresponde el estudio de este Ritual, en la seguridad de que ha-
brán de agradecerlo.

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–GRADO CUARTO-
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

NUESTRO GRAN SIMBOLO


Algunos masones, y no de los menos adictos, se han mostrado favorables a la supresión de los
símbolos masónicos.
Creen de su deber apreciar y juzgar, según su propia concepción, de los hombres y de las cosas,
sin tener en cuenta la opinión de los hombres notables que les han precedido.
No comprendiendo la tradición, la condenan, ¿No es preferible estudiarla? Hemos pensado
hacer una obra oportuna e interesante, poniendo de relieve el magnífico símbolo colocado en la
portada de nuestra obra, pues resume todos los demás símbolos y da a nuestra Institución el carácter de
grandeza que tiene: el símbolo es el de G A D U 
Nuestro estudio se dirige a los masones, es decir, a los espíritus ya cultivados, impregnados de
los más altos conocimientos de moral y de filosofía. Nos contentaremos, pues, con hacer un resumen
de las principales doctrinas de las escuelas filosóficas de Francia, Inglaterra y Alemania, y con
exponer las conclusiones que la razón y la lógica, estas dos facultades superiores del organismo
humano, permiten obtener.
La escuela francesa cuenta con tres hombres cuyos ilustres nombres nos hacen distinguirlos de
los demás filósofos franceses: Descartes, Condillac y Augusto Comte.
Los tres llegaron a una misma apreciación: la supremacía del hombre
Descartes es el padre del verdadero método científico, método de observación y razonamiento;
pero es Condillac el que ha preparado el camino a la escuela positivista, la cual más tarde, ha
encarnado enteramente en Augusto Comte.
La estrella de Descartes ha iluminado a todo el siglo XVII.
La estrella de Condillac ha ocupado el primer lugar en la brillante constelación donde se
agrupaban todos los enciclopedistas, iluminando el siglo XVIII, y condensándose, por decirlo así, en la
declaración de los derechos del hombre, proclamados en la aurora de la gran revolución francesa.
La estrella de Augusto Comte ha tenido singular atractivo y ha atraído sobre sí en el siglo XIX
todas las miradas, por la naturaleza especial del calor y de su luz.
Con Descartes la filosofía, más especialmente fundada sobre la inteligencia humana, es
espiritualista; concibe y admite un principio superior, del cual todo emana.
Con Condíllac y los enciclopedistas Diderot, Volney, Helvetius, Condorcet, Dupuis,
d'Alembert, etc., hasta Voltaire, la espiritualidad de la filosofía persiste, pero aparece ya una tendencia
materialista.
Con Augusto Comte, el materialismo se acentúa y le vemos fundar la gran escuela a la que
Littré, más enérgico aún que su maestro, ha dado más tarde la fórmula doctrinal. El espiritualismo
parece haber sido definitivamente vencido, totalmente excomulgado por el dogma materialista, que
rechaza la admisión de todo concepto que tenga el menor carácter metafísico. La religión de la
Humanidad, la antropolatría, si así se la puede designar, está fundada, pero con la intervención del
espíritu humano, que trata de elevarse hacia regiones superiores. Y por tanto, esta filosofía positiva
instituyendo el culto del hombre, el ser colocado en el primer lugar de la, escala animal es
verdaderamente muy bella. ¿Porqué ha pretendido encarnar en ella toda la verdad?
Reconocemos que es una gran síntesis, pero incompleta, puesto que no se apoya sino en el
instinto, el buen sentido y la experimentación, excluyendo a la inteligencia que quiere descubrir,
prever, elevarse sobre la materia y buscar, al mismo tiempo que la razón de ser que las cosas, el
principio que les da el movimiento y la vida, así como el porvenir al cual están destinadas.
La escuela Inglesa cuenta también tres períodos notables por los trabajos de sabios distinguidos

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RITUAL DEL MAESTRO SECRETO
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El primero es el que tuvo por fundador a Bacon, en el siglo XVIl; el segundo lo ocupa Locke
con sus brillantes trabajos, que en el siglo XVIII iluminaron al mundo entero y por último, en el tercer
periodo, que corresponde al siglo XIX, se ve aparecer a John Stuart Mill tratando de aplicar el método
positivista a la definición de las leyes morales.
La escuela alemana está también dividida en tres períodos. El siglo XVI está dominado por dos
panteístas: Spinoza, sintético notable, y Leibniz, que creó la teoría de la existencia de una armonía
preestablecida entre el alma y e1 cuerpo.
El siglo XVIII está movido por los notables trabajos de los enciclopedistas franceses, para los
que ha habido en Alemania demostraciones de admiración.
Es entonces cuando Kant, Schelling y Hegel descuellan entre los demás filósofos y adquieren
gran renombre.
En el siglo XIX son Feuerbach (1840), Bünchner (1855) y Haeckel (1873), filósofos eclécticos,
los que dirigen a los espíritus, y como buenos materialistas no quieren admitir nada que no sea
inteligible.
Si ahora establecemos una comparación entre las escuelas filosóficas de estos tres grandes
países, Francia, Inglaterra y Alemania, encontramos que existe entre ellas un paralelismo perfecto.
Descartes es, en efecto, el que ha inspirado a Kant y el que ha sido el verdadero precursor de
Schelling y de Hegel, que han hecho como él, un llamamiento al principio intelectual.
En resumen: en el siglo XVII el principio deísta es el que domina; en el siglo XVIII es el
humanitarismo, el principio físico del hombre, el que se afirma y adquiere la supremacía; en el siglo
XIX es el naturalismo, o más bien dicho, el materialismo el que lucha por apoderarse del primer lugar.
Actualmente el hombre parece estar relegado al orden de la animalidad, del cual apenas se distingue, y
eso únicamente por las transformaciones que ha sufrido, según la ley del progreso. La ciencia es todo y
quiere ser la única religión, pero he aquí que a su vez se muestra intolerante y no quiere permitir que
e1 espíritu vaya más allá de sus propios descubrimientos
¿Por qué el hombre se muestra tan vanamente orgulloso? El hombre, como los demás animales,
está formado por la reunión de átomos. Lógicamente, sería necesario admitir la supremacía del átomo,
pero entonces, ¿en qué lugar co1ocaríamos a la fuerza que produce estas agregaciones, estos
agrupamientos que forman seres tan diferentes unos de otros? ¿Y esta fuerza de dónde viene? No
puede venir ni de los átomos aislados ni de los seres que forman a1 reunirse.
Si la materia es inerte, es necesario que obedezca a un poder superior a ella para que entre
en movimiento. Así el naturalismo puro no es ni puede ser más que una filosofía incompleta, puesto
que no se ocupa sino de la parte material de las substancias, y no quiere admitir otra acción que la de
la materia sobre sí misma. Por tanto, la filosofía del ser humano no puede comprenderse sino teniendo
en cuenta la materia que constituye el ser físicamente, la inteligencia que guía su pensamiento y el
sentimiento que inspira sus actos.
El entendimiento humano no puede limitarse al conocimiento de los hechos exclusivamente
materiales; es necesario que pueda aplicarse al estudio de los fenómenos de un orden más elevado
como los que corresponden a la moral y a la razón de ser de las cosas.
En las escuelas filosóficas de los tres países de que acabamos de hablar, se ve que ha habido una
lucha entre lo material y lo intelectual, lo físico y lo metafísico, que unas veces son vencedores y otras
son vencidos.
¿No encontramos aquí la reproducción en el orden intelectual del flujo y reflujo del mar, que
son la manifestación activa de una acción extraña sobre el e1emento líquido?
Se ha podido decir, con razón, que el siglo XVII había estudiado los deberes, del siglo XVIII los

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derechos, y el siglo XIX se había dedicado exclusivamente a los intereses.


¿Esta apreciación juiciosa no podía conducirnos a pensar que la filosofía del siglo XX deberá
fundir en un mismo crisol los trabajos maravillosos pero demasiados particulares de los siglos
anteriores , para formar un bloque en el cual se encuentran unidos en cantidades iguales los deberes,
los derechos, y los intereses? Si representamos por tres líneas de la misma longitud la filosofía
espiritualista, la humanitaria y la materialista, y si las reunimos de cierta manera, obtendremos el
triángulo perfecto, triángulo simbólico cuyo significado nos lo ha dado a conocer la Masonería, en el
vértice del cual colocaremos lo espiritual y en los ángulos de la base lo humanitario y lo material
Tendremos así un todo completo en el cual cada una de las partes ocupe 1ógicamente el lugar
que le corresponda.
De esta manera se puede, según nuestro parecer, poner de acuerdo y ligar entre sí a Descartes,
los enciclopedistas y Augusto Comte en Francia; a Bacon, Locke y Stuart Mill en Inglaterra, y a
Spinoza, Kant y Bünchner en Alemania. Para resumir nuestro pensamiento, tomaremos los tres
nombres principales de estas diversas naciones y podremos formar con las doctrinas de Descartes,
Kant y Stuart Mill, un todo homogéneo en el cual estarán fundidas las ideas de los sabios más
contemporáneos como Spencer, Darwin y Claudio Bernard.
¿No nos acercaríamos a la verdadera libertad del pensamiento humano, el cual no estando por
una teoría particularista, cualquiera podría ir libremente de una doctrina a otra, asimilarse a todas y
condensarlas en una síntesis, resumiendo todo el poder intelectual, moral y material, del espíritu
humano actual?
Es esta síntesis la que, según nosotros, deberá servir de base a una filosofía nueva, que será
necesaria un día, a fin de unir más estrechamente las inteligencias humanas, de asociar los esfuerzos
de cada uno para asegurar el bienestar de todos, y de dar a la humanidad, tan dividida, esta fuerza de
cohesión que la hará victoriosa en la sujeción, o por lo menos en la dependencia en que se encuentra
hasta hoy. No habrá sido únicamente espíritus libres, ilustrados, en plena posesión de una ciencia
magna, formada por la fusión de todas las ciencias
Se sabe que el progreso no se obtiene sino por el estudio de las relaciones; pero este estudio
debe comprender tanto las relaciones espirituales como las llamadas materiales.
Y la prueba es que la acción común y concordante del cerebro, del corazón y del cuerpo que
constituyen la entidad que se llama hombre, es necesaria para efectuar actos útiles y razonables.
Ahora, ¿esto que se aplica al hombre, no debe lógicamente aplicarse también a la humanidad,
que no es sino una reunión de hombres más o menos semejantes?
Según nosotros, una doctrina no es buena y no puede tener vida y duración sino cuando ha
provenido de una síntesis general, y no del estudio de una especialidad aislada.
Hemos visto que la Alemania se ha adherido más particularmente a la filosofía general de la
ciencia; a la Francia, más humanitaria, estudiar los mejores métodos para llegar, por la psicología, a la
filosofía del ser humano, y a la Inglaterra llevar hasta el exceso el naturalismo.
¿El verdadero método no consistiría aquí en aplicar al estudio del naturalismo inglés, el genio
francés, más impregnado de humanitarismo, incorporándoles todo lo que sea posible aceptar del
idealismo alemán, para elaborar una doctrina de filosofía capaz de asegurar la paz y la elevación de las
conciencias en el siglo XX?
En este orden de ideas, la ley formulada por Spencer en sus primeros principios, ley establecida
sobre el “fraccionamiento de las masas en partes innumerables, las cuales se reúnen y se agregan para
componer grupos homogéneos susceptibles, de formar órganos”, ¿no es una concepción genial?
Desgraciadamente Spencer no ha dado a la aplicación de esta Ley toda la amplitud que puede
permitir. Habría debido decir que la muerte, que marca el fin de una personalidad, trae consigo la

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disgregación de la parte material de esta personalidad, y no la anulación de la inteligencia que había


precedido a su formación, y en seguida se había desarrollado
En efecto; si se ha averiguado que las partes disgregadas de un ser cualquiera son llamadas a
colaborar en la formación de otro ser más o menos semejante o diferente, es perfectamente admisible
que la inteligencia que momentáneamente ha dejado estas partes materiales en disgregación, puede
estar también destinada a formar seres de una naturaleza intelectual , semejante o diferente.
Y si en lógica, la ley de evolución de Darwin puede admitirse, es decir, si la célula llega a ser
animal, y si el animal llega a ser hombre, ¿no debe admitirse también que la progresión pueda
continuarse y que el hombre llegue a ser, o pueda llegar a ser algo superior a sí mismo?
Para resumir esta parte filosófica de nuestro estudio, diremos que se trata hoy, como siempre,
de aproximarnos más y más a la realización del ideal.
En nuestra época, en que las opiniones son tan numerosas y tan diversas, en que toda ciencia
tiende al extremo análisis, en que parece no hay lugar en el mundo más que para el egoísmo de cada
raza, de cada pueblo, de cada individuo, una reacción importante empieza a operarse.
Las individualidades tienden a agruparse en organizaciones sindicales, las que sueñan
confederarse entre sí, para formar agrupaciones aún más poderosas; los pueblos mismos vuelven 1os
ojos hacia las alianzas capaces de asegurar su libertad y hacia un sistema de arbitraje capaz de
garantizar su seguridad y sus derechos. Es un movimiento de abajo arriba el que se produce, es la
multiplicidad que aspira la unidad; son las leyes particulares que gravitan hacia la síntesis general.
Que los intolerantes, de cualquier categoría que sean, quieran o no, hemos entrado en un periodo
esencial; sus estrechas teorías crujen por todas partes y se rompen; UNICAMENTE LA DOCTRINA
MASONICA FLOTA SUPERVIVIENTE SOBRE EL MUNDO. COMO UNA BANDERA QUE
INDICA EL CAMINO QUE HAY QUE SEGUIR PARA LLEGAR AL FIN DESEADO, Y LA
HUMANIDAD ASCIENDE LENTA, PERO SEGURA, HACIA EL IDEAL DE PERFECCION QUE
ENCARNA EN LA FELICIDAD SUPREMA PARA TODOS Y PARA CADA UNO.
Es este ideal el que la Masonería nos muestra bajo la forma simbólica del Gran Arquitecto del
Universo:
Si se quiere que la Masonería sea una, y por tanto Universal, es necesario que tenga por base un
principio, una doctrina aceptable por todos los masones de todos los países.
La Masonería es una Sociedad compuesta de hombres libres que tienen un ideal moral y un
ideal social más elevado que el de los partidos políticos habidos o por haber.
Tiene por objeto el estudio de todo lo que puede engrandecer al hombre, y por tanto, a la
humanidad.
Pero debemos poseer una noción clara de lo que es la Francmasonería, la cual, según sus
fundadores ha de colocarse siempre muy por encima de las disputas, de las divisiones que mantienen
la guerra entre los hombres, y hacer penetrar en los espíritus la gran ley del equilibrio y de la armonía,
única capaz, en medio de la engañosa realidad de la lucha por la vida, de conducir a una era de
concordia, de paz social y de mejoramiento constante de situación del individuo en beneficio de la
colectividad
La Ley Masónica nos obliga a la tolerancia para con los demás.
¿No tiene mil veces razón?
¿Quién osaría vanagloriarse de poseer la Verdad?
¿Quién podría afirmar que está incluida en una doctrina, en un axioma, en una síntesis?
¿Es qué no habría allí un gran número de verdades, todos relativas y cuya suma constituiría la

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verdad absoluta?
¡Cuántas verdades sorprendidas por espíritus superiores, fueron calificadas por los sabios de
entonces, de utopías, de sueños, de mentiras, y más tarde se han demostrado espiritualmente! Nosotros
debemos pues combatir la intolerancia.
No nos referimos a la intolerancia de los ignorantes, demasiado natural en los espíritus obscuros
y contra la cual sería osado querer luchar; nos ocuparemos de la de algunos sabios, o que son
conocidos como tales, que no admiten nada, fuera de los hechos que están acostumbrados a observar.
¿Acaso, no son ellos mismos una prueba evidente de que existen inteligencias superiores a otras y no
se debe deducir que las inteligencias más elevadas puedan existir aún? Entonces por interesantes que
puedan ser sus trabajos, ¿con qué derecho pretenden a obligar a todo el mundo a inclinarse ante sus
afirmaciones que no pueden tener una superioridad absoluta?
¿Es decir, que el que ha sido capaz de determinar por una observación más o menos atenta de
ciertos fenómenos de la naturaleza, una o varias leyes naturales, sea precisamente el mismo que no
pudiendo dar la demostración del origen de estas leyes o de la causa que emanen afirme que este
origen o esta causa no existen?
No podemos permitirle que ponga a nuestro espíritu el límite que detiene al suyo
No, la ciencia busca otra ciencia mucho más extensa; el pensamiento humano no tiene límites
basta que se ponga en movimiento para que la ciencia vaya en pos de él, a fin de continuar siendo la
ciencia. ¿Pero no es esto, sino la ciencia misma?
Es el Conocimiento cada vez más exacto y preciso de la naturaleza y de los fenómenos el que
engendra e improvisa al mismo tiempo.
Además, siendo los fenómenos tan diferentes y tan variados, la ciencia no puede limitarse a la
observación de los que caen bajo el dominio de nuestros sentidos; debe también ocuparse de los
fenómenos llamados espirituales, es decir, de los que no son perceptibles más que por la inteligencia.
Así como la materialidad, la espiritualidad es parte integrante de la naturaleza humana; la
completa y le permite, después que ha percibido los fenómenos por medio de los sentidos, comparar-
los, apreciarlos, juzgarlos y formarse así sobre sus causas una opinión real o hipotética
Es este trabajo, tan levantado del espíritu humano, el que constituye la cadena sin fin que
llamamos progreso; es decir, la ciencia indefinida que la Masonería ha simbolizado tan bien en la
alegórica construcción del templo de Salomón, donde están acumuladas todas las riquezas de la
naturaleza y todas las de la inteligencia, donde las Tablas de la Ley están colocadas en un tabernáculo
de oro. Este templo simbólico es elevado por ella a la gloria de este Infinito llamado, según los
antiguos, Jehová, Dios, el Principio del bien, la Causa Suprema, el Gran Todo, etc., y al cual le ha
dado el nombre de GA DU sintetizando así la grande obra universal.
Así como el hombre se ha, elevado de la concepción de su ser, de su propia personalidad, a la
de la humanidad que abraza a todos los serás semejantes a él, la humanidad puede elevarse de la
concepción de la fuerza total superior que constituye en la naturaleza, no solamente con el hombre,
sino también con todos los seres organizados de todos los reinos y de todos los mundos, a la potencia
motriz de la cual emana toda la vida y todo movimiento
Es esta concepción superior la que está resumiendo nuestro Gran Símbolo
¿Es posible dar un nombre más bello a la síntesis universal?
¿No hay ahí una prueba de la superioridad de la Inteligencia humana, que trata de concebir lo
absoluto, y que no pudiendo traza por medio del simbolismo la forma tan plausible y real como
inteligible?
Ir así de las partes al todo, de la diversidad la humanidad ¿no es efectuar un acto intelectual que

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eleva al hombre, espíritu limitado no sólo hasta la visión, sino a la comprensión del infinito, que es la
síntesis completa?
Esto es lo que ha hecho la Masonería, que ha ido de los principios particulares al principio
general; de las diversas formas de movimiento, a la forma única de dirección.
Razonemos un poco: ¿El hombre tiene una acción directa sobre los fenómenos de la naturaleza?
Seguramente que no; su acción es tan limitada que no puede enorgullecerse de ello.
Estos fenómenos se producen pues, fuera de la acción humana, y es necesario reconocer que la
fuerza superior que pone todo en movimiento -los mundos y los hombres- existe realmente puesto que
vemos sus efectos.
Los masones de los siglos anteriores, que estaban muy lejos de ser ignorantes, dieron a esta
fuerza el nombre de Gran Arquitecto del Universo. ¿Puede hacerse una crítica algo razonable a este
nombre simbólico?
Nuestro gran Símbolo representa así la totalidad de la vida; pues todo lo que ha sido vida
pasada, lo que es vida presente y lo que será vida futura, no representa sino la continuación indefinida
de la vida, la que no habiendo tenido principio no puede tener fin
¿Cuál es el destino del hombre? Lo ignoramos.
¿No podemos, sin embargo, lógicamente admitir que este destino está en relación de proporción
con los esfuerzos efectuados en el sentido de la perfección individual?
Nada se pierde; ningún esfuerzo moral, ni un átomo de materia cualquiera puede perderse. Hay,
pues, mejoramiento, progreso; ascensión hacía lo perfecto.
Y en el sentido de una perfección indefinida, ¿no podemos concebir una acción del universo
sobre sí mismo, una acción de la humanidad sobre sí misma, en todo semejante a la del hombre sobre
su propia individualidad? Decíamos, pues, exactamente, que nuestros predecesores en el orden
masónico habían tenido esta concepción.
La mayor parte de las religiones se basan en la fe; es decir, en la creencia de una verdad
revelada. La ciencia, por el contrario, está basada en la observación, el análisis y la apreciación; es
decir, el experimentalismo. Pero, lo repetimos, el método experimental que es el de la ciencia, es un
método incompleto. Si es indiscutible que las ciencias físicas deben a este método los grandes progre-
sos que han realizado, se puede admitir también que su aplicación científica, no ha sido siempre feliz
ni determinante; pues si la observación y el conocimiento llegan a nuestro espíritu por nuestros
sentidos, no le permiten siempre pasar de la observación a la comprensión.
Comprobar los hechos y catalogarlos, sentir las impresiones y analizarlas, esto no es aún
terminar un razonamiento, ni llegar a la verdadera conclusión. El razonamiento mismo no es siempre
bastante para conducir a la verdad y a la prueba: así es como dos cerebros bien organizados,
razonando sobre los hechos, llegan frecuentemente a soluciones opuestas.
Es necesario admitir una ley superior, un principio inmutable corno punto de partida, y
entonces el estudio de los hechos y el examen de las relaciones existentes entre ellos y el principio
admitido, trazarán de una manera cierta el camino que hay que seguir para llegar a la verdad.
Es necesario un criterio para que todo análisis y toda comparación puedan conducir al
establecimiento de una síntesis.
En muchos casos la ley del equilibrio y la ley de armonía pueden dar este criterio.
Si la solución obtenida deja en desequilibrio o en estado inarmónico una parte cualquiera de los
hechos o de los individuos observados, la situación es falsa.
Adoptar como lo hace la Francmasonería; el símbolo del Gran Arquitecto del Universo, es

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proclamar a la vez la existencia y la necesidad de las dos leyes superiores de equilibrio y de armonía
que en el fondo no son sino una sola ley: la armonía no puede existir sin el equilibrio, ni el equilibrio
sin la armonía.
Esta ley suprema, grabada en nuestros Rituales, ley natural, se define así; "La ley natural es la
ley de los mundos físicos, intelectuales, y morales: ley absoluta e inmutable que determina todo en el
universo y es la reguladora de nuestras almas humanas, si se quiere que estén siempre en relación con
la razón, el desarrollo de la Ciencia y el progreso del espíritu humano". (Ritual del tercer grado).
¿Es que el arquitecto que dirige la construcción de un monumento no puede personificar
exactamente el principio de esta ley natural, cuya aplicación puede por sí sola asegurar una construc-
ción perfecta, permitiendo a la vez el equilibrio y la armonía?
Basta estar convencido de que ningún fenómeno pueden producirse sin que esté sometido a la
ley natural, de la cual emana el orden universal, para encontrar en su análisis la causa determinante
que la ha producido; ahora si es cierto que el mundo físico tiene sus leyes, ¿cómo se podría admitir
que el mundo moral no tuviera las suyas?. Estas leyes son tan necesarias para la conservación de las
sociedades, como las leyes que rigen en el mundo físico lo son para la estabilidad y el funcionamiento
de todas las partes del universo.
La más maravillosa ley de armonía y de equilibrio que haya sido formulada, se encuentra,
perfectamente realizada en nuestra trilogía masónica: LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD.
En efecto; ellas corresponden absolutamente a esta otra trilogía que forma la ley suprema del
mundo físico: ¡Orden, Justicia y Progreso!
Y si admitimos que estas dos trilogías estén ligadas por la gran ley del trabajo, habremos
establecido, según creemos, un criterio que nos permitirá juzgar racionalmente de todas las cosas.
Todos los hombres sensatos estiman que la libertad llama al orden, que la una no puede reinar
sin el otro, que la libertad que constituye el derecho del hombre en el seno de la sociedad, exige como
corolario el orden, que constituye el deber del individuo en la misma sociedad.
¿Qué sería, en efecto una libertad individual que perturbara el orden general?
¿Qué sería, igualmente, una orden general que suprimiera el ejercicio de la libertad individual?
Es la fusión de los dos principios de orden y de libertad lo que constituye la primera parte de la
ley natural.
El mismo razonamiento se aplica a los dos principios que forman la segunda parte de esta ley:
la Igualdad y la Justicia. Uno no puede matar al otro, ni aún siquiera dominarlo.
Lo mismo es para los dos principios de Fraternidad y de Progreso, que completan la ley natural.
Todos estos principios pueden observarse en su aplicación al mundo entero.
El Orden, la Justicia y el Progreso son universales como deben serlo la Libertad, la Igualdad y la
Fraternidad.
Es así como nuestra inteligencia puede concebir lo absoluto en el mundo físico, que se
determina por la universalidad de los principios de orden, de justicia y de progreso, y lo absoluto en el
mundo moral, cuya división ternaria sería la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad.
Si ahora procedemos inversamente y queremos dar un carácter universal a los principios
contrarios, no llegaremos más que al absurdo
No podemos, en efecto, concebir un mundo físico evolucionando bajo la influencia universal de
los principios de desorden, de injusticia, etc. ni un mundo moral cuyos actos fueran determinados por
los principios de esclavitud, de odio o de guerra.
Lógicamente debemos admitir, en razón de su carácter universal, la ley natural tal como la
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acabamos de definir, y lógicamente también admitimos el símbolo creado por la Masonería para
personificar esta ley: el símbolo del Gran Arquitecto del Universo.
La doctrina del transformismo ha confundido mucho a excelentes espíritus. A decir verdad,
siempre se la coloca delante cuando se trata de combatir toda idea elevada planteada por encima de la
materia misma. En lo que nos concierne repetimos con el sabio médico materialista francés Cabanis,
que vivió en el último siglo y fue amigo de Mirabeau: Si en 1os detalles en cuanto a las causas finales
secundarias lo que se refiere a las causas fínales es absurdo, "no es lo mismo cuando se llega a la causa
de las causas. Se puede, según creo, llegar a la inteligencia deseada, que caracteriza la primera causa
como esparcida por todas partes y en continua actividad. No es contrario razón suponer al universo en
su conjunto, organizado de manera que en todas sus partes haya cierta conformidad que tenga, como
en los cuerpos organizados, centros parciales, donde el principio de la inteligencia se reúna y produzca
los efectos más sensibles y verosímiles un centro común donde todos los movimientos “vayan a
terminar y sean percibidos”.
Y nosotros agregamos: lo mismo que todo sol es una fuente de vida para los planetas colocados
bajo su dependencia. Puesto que los calienta, los alumbra y les comunica los fluidos que estimulan y
mantienen su existencia, lo mismo se puede concebir la idea de un centro único, alrededor del cual
todo se mueve, y que representa la esencia misma de la vida entre todos estos innumerables mundos
que nacen, viven, mueren y vuelven a nacer perpetuamente.
Ahora. ¿éste centro supremo, no está perfectamente definido en NUESTRO GRAN
SIMBOLO?
¿Es que nos representa a los ojos de todos la unidad universal, punto de partida y de regreso
de esa multitud de seres de naturalezas tan distintas que componen el Universo?
Hemos hablado ya de la ley de progreso indefinido. Pero, ¿a dónde puede conducirnos la
aplicación de esa ley?
Lógicamente, a la perfección indefinida, que es el verdadero objeto de la vida.
Esta concepción de la evolución incesante del ser hacia una perfección cada vez mayor, ¿no está
perfectamente de acuerdo con la de la existencia del Universo, donde todo ser gravita hacia el
mejoramiento de sus condiciones de vida, donde vemos a las agrupaciones más elementales elevarse
gradualmente hasta las formas más bellas, para llegar hasta esa agrupación superior, que constituye el
hombre?
Pero, según nosotros, la ley del Progreso puede conducirnos aun más lejos: pues el hombre,
pudiendo perfeccionarse indefinidamente, debe llegar a un estado de perfección bastante completo,
para que le permita vivir en todo lo que vive y aprovechar todo cuanto existe, lo que nos conduce a
considerar al Gran Arquitecto del Universo como simbolizando al ser perfecto elevado a su mayor
dominio.
Para llegar a semejante resultado, solamente la ley del progreso indefinido puede ayudarnos a
conseguirlo, siendo el progreso por sí mismo un aumento sucesivo del ser, un crecimiento incesante de
la personalidad humana.
Así somos conducidos a deducir que toda religión o creencia que tienda al abatimiento del
poder y del valor del individuo, lo mismo que toda doctrina que se consagre a la inmutabilidad del ser,
merecen reprobación.
Así la ley del progreso suprime toda lucha. Todo antagonismo entre la materia y el espíritu que
la anima. El hombre, ser inteligente y consciente, debe incesantemente gravitar hacía la perfección,
fuente de toda luz y de toda vida, y acercarse al ser perfecto, cuyos actos están en armonía con todo
lo que se mueve en el universo.
Es este ideal el que soñaba Edgar Quinet, espíritu clarividente, cuando escribía: “He visto a

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toda la naturaleza gravitar hacía el espíritu, es decir, hacía la libertad moral. Negarle al hombre que es
libre, o lo que es lo mismo, afirmar que es igual a un molusco, a un arácnido o a un reptil, que no
pueden hacer otra cosa que lo que han hecho, es cerrar los ojos a la marcha de los seres, es contradecir
al universo. Del nuevo conocimiento, del conocimiento progresivo de la naturaleza, se deduce una ley
moral, que es la siguiente: ayudemos al hombre nuevo a presentase. Pongámosle las alas interiores que
luchan por dentro. Ayudemos a este nuevo ser a salir de su crisálida, a romper su capullo, a emprender
el vuelo.”
Ahora, ¿cómo llegaremos a crecer en Inteligencia y en poder?
Ningún espíritu sensato ha podido pensar que sea posible mejorar la sociedad, que no es sino
una colectividad de individuos ligados entre sí por lo que se llama las relaciones sociales, si se
desprecia al hombre, que es la fuente al mismo tiempo que la causa de estas relaciones. .
Es necesario entonces admitir que un simple cambio en el mecanismo social no es suficiente
para obligar a los hombres a ser justos y buenos, es decir, a practicar las únicas virtudes capaces de
asegurar la armonía de una sociedad.
Hacer creer al hombre que no es sino un instrumento en las manos de un Dios Todopoderoso,
que lo mueve a su antojo, es envilecerlo y engañarlo.
Decirle que está dotado de una voluntad consciente y libre, que lleva en sí mismo el principio
determinante de todos sus actos, es engrandecerlo, determinarle a hacer pasar por la criba de la razón
sus acciones todas, aun las menos importantes.
Y si todo acto individual debe ser determinado por la razón del individuo, ¿no se deduce que
todo acto social y colectivo deba ser determinado por la razón socia1? ¿No debe admitirse también que
todo acto interesante del universo debe ser inspirado por la razón universal?
Ahora bien: ¿esta razón universal no está claramente sintetizada en nuestro gran símbolo del
Gran Arquitecto del Universo? Las religiones que en un principio tenían una idea muy elevada de la
Divinidad, se han transformado poco a poco. Entregándose a prácticas y cultos demasiado
absorbentes, han perdido de vista la grandeza de su primera concepción.
Y en efecto sabemos que el Gran Legislador de los Hebreos definía a Dios con una sola palabra:
Jehová: es decir según la Inscripción grabada sobre las puertas de los templos: Lo que es, Lo que ha
sido, Lo que será.
Los chinos le llamaban Tchang o el ser inmutable sin límites; los hindúes, entre los vedas,
Swayambha, el ser existente por sí mismo, o Para-béhama, el ser ilimitado, el ser inmenso; los
persas, Ahuramazda, lo que es, lo que fue y lo que será. La misma definición se encuentra en los
nombres dados a la Divinidad en el viejo Egipto y en la antigua Grecia.
Más tarde la idea se ha unificado por la de Todopoderoso, Sabio y Justo.
No es sino en una época, más cercana a la nuestra, cuando para dominar y aterrorizar al mundo
los jefes de las religiones han hablado de castigos divinos, de llamas eternas, etc.
Un viejo masón celoso, muerto hace ya mucho tiempo, escribía: “no es fuera del universo, no es
una parte del universo o en un fenómeno siempre variante donde encontramos a Dios. Le vemos en la
unidad universal, es decir, donde sabemos que termina todo movimiento. Si hay inteligencia en el
mundo, a no dudarlo, es la unidad suprema donde el universo se conoce, se posee y se reflexiona”. A
esto agregaremos: indiscutible es la unidad universal que se deduce lógicamente de la multiplicidad
universal; cada vez formando un todo siendo uno como se ha demostrado para el hombre, es
conducido a concebir la unidad universal como una realidad absoluta.
A esta realidad, es a la que los masones llaman el Gran Arquitecto del Universo.
Científicamente explicado el universo, es como su nombre lo indica, uno y diverso. Bajo cualquier
aspecto que lo examinemos, le encontramos siempre un carácter de diversidad representada por las

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múltiples manifestaciones de su actividad y un carácter de unidad determinado por lo eterno de su


existencia.
Si reflexionamos, la lógica, nos conducirá, al razonamiento siguiente: el hombre, tan mezquino
y tan pequeño en el Universo, siendo capaz de justicia, de sabiduría y de sacrificio, además de la razón
universal, de la cual no es sino una parte infinitesimal, pero de la que es un elemento constitutivo,
debe poseer en mayor grado aún las cualidades del corazón y de la inteligencia de los seres a los cuales
reduce y de los que representa la suma total.
Del conocimiento que tenemos de nuestro propio individuo, cuyas fuerzas están sometidas a las
leyes físicas y morales y cuya conjunto reviste un carácter de unidad personal, que es como la
síntesis de nuestra individualidad, ¿no podemos inferir que exista una unidad universal consciente
como lo que es la nuestra? La ciencia no nos ha revelado nada que pueda hacernos dudar de ello.
Luego, el universo comprendiéndolo en el sentido de que representa todo lo que existe se muestra a
nosotros como un todo animado, organizado, sin cesar en movimiento y en actividad. Es decir en
posesión de la vida.
Como un rio inagotable, la vida circula por todas partes sin detenerse; es, pues, universal y
eterna.
Lo que llamamos en la masonería la Cadena de unión es un símbolo para hacer comprender que
todo está ligado entre sí, que no existe nada que viva ni pueda vivir en un estado de absoluto
aislamiento.
A medida que ascendemos en los grados de la escala masónica, penetramos por medio de
símbolos más y más perfectos en un orden de ideas cada vez más elevado. Los tres primeros grados
nos hacen conocer la regla, la escuadra, el nivel, etc.; todas figuras rígidas, compuestas de líneas
rectas.
Si franqueamos la puerta que se abre para los grados superiores, vemos aparecer en el cuarto
grado el círculo, símbolo de la eternidad; línea que no tiene ni principio, ni fin, forma en la cual la vida
estando en circulación, caminará siempre, sin poder nunca detenerse, sin encontrar, un lugar por donde
escaparse. ¿No es este punto aún una figura real de nuestro gran símbolo, fuente de vida universal,
transcurriendo siempre sin poder jamás cesar de trascurrir? ¿No encontramos ahí también la expresión
de los atributos principales de la Divinidad de los antiguos, del Principio de vida de los modernos, del
Gran Arquitecto de los masones?
¿El orden, por ejemplo, puede ser alterado en una circunferencia y se puede concebir un círculo
formado de líneas quebradas?
Seguramente que no. No puede ser lo mismo para la razón universal, que no puede reconocer
más que un camino sin desviarse de él?
¿No encontramos aún la imagen de la solidaridad, que liga y une los elementos tan diversos
que forman el mundo, y no hay ahí también la representación exacta de la unidad sintética
del universo? .
Hemos reconocido que cada ser organizado es una especie de síntesis de los elementos
que le compone y hemos debido admitir que el universo es la síntesis general de las
múltiples síntesis de que está formado.
Esta síntesis de las síntesis, representada geométricamente por el círculo, sería
entonces a nuestros ojos la figura de lo infinito, de lo absoluto, de lo inmutable, en donde
circula incesantemente el manantial de la vida.
La ley que mantiene en los límites del círculo la circulación vital, la .que le impide
salir de allí no habiéndole permitido entrar, pero habiéndole hecho existir por toda la
eternidad, es la verdadera ley de armonía universal que arregla los movimientos y las

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relaciones de las fuerzas múltiples que se mueven indefinidamente en un círculo infinito.


Es indudable que toda agrupación, toda función de elementos, forma una síntesis
superior a los elementos que la constituyen. Dos partes de Hidrógeno combinadas con una
parte de Oxígeno dan el agua, síntesis de la combinación; ahora el agua no representa otra
cosa que la suma de las partes combinadas que la componen, pero tiene otras virtudes, o más
bien dicho, otras propiedades. Es superior a sus elementos y esa superioridad llega a ser más tangible a
medida que se asciende en la escala de los seres y que se llega a los seres organizados.
Sentimos admiración ante esta magnífica y misteriosa síntesis que se llama hombre, pues da a
éste todas las facultades de conciencia, de razón, de discernimiento, y también las cualidades
sentimentales de afección, de sacrificio, de solidaridad que no poseen evidentemente las múltiples
partes que lo componen.
Si el hombre es una síntesis superior, una unidad activa ¿cómo llamaremos a la unidad
universal, la única ideal, síntesis que agrupa y arregla todas las actividades? Estamos menos autoriza-
dos para negar su existencia, cuanto menos nuestra inteligencia es capaz de concebirla
Es esta para nosotros la verdadera divinidad, cuyas leyes recibimos y hacia la cual nos
elevamos, cuando perseguirnos la unidad de perfección de la personalidad humana.
Y si concedemos cierto valor a esta personalidad, necesario es reconocer que no es el cuerpo del
hombre al que lo atribuimos, sino a la inteligencia que reside en ese cuerpo y que es la verdadera
inspiradora de sus movimientos y de sus actos.
¡Qué valor tan inmenso debemos entonces atribuir a la inteligencia superior que pone en
movimiento y hace obrar las múltiples inteligencias de orden inferior que provienen de ella!
El transformismo, doctrina de la evolución progresiva, en la cual se apoyan los materialistas, no
puede conducirnos a negar esta inteligencia superior.
Haeckel, uno de los grandes apóstoles de esta doctrina, ha debido reconocerlo, y creemos
haberlo demostrado suficientemente.
Progresar es el objeto de la vida. Es necesario, pues, que el hombre que lleva la vida material, se
liberte más y más a fin de llegar al ideal hacia el cual le conduce el sentimiento de justicia que en él se
encuentra. Ciudadano de nuestro globo terrestre, el hombre es ciudadano de todo el universo. A
medida qua crece y se desenvuelve la inteligencia que le anima, gravita hacia cumbres más elevadas y
descubre horizontes más extensos.
Se dirige incesantemente hacia la Gran Luz para saciar allí la sed de saber y de ideal, para
realizar su deseo de perfección indefinida, para adquirir más poder, grandeza y virtud, y acercarse así
a ese infinito maravilloso que presentimos, al cual debemos todo del cual podemos esperarlo todo: al
GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO.

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INDICE

Título Página Nº
Decreto del Soberano Gran Comendador 2
El Rito Escocés 3
Clasificación de los Grados 10
De los Capítulos 14
Ritual del Grado IV –Generalidades- 16
 Apertura 18
 Iniciación 18
 Juramento 21
 Elementos Históricos 22
 Del Retejador 23
 Discursos del Orador 24
 Discurso de Instrucción Moral 27
 Clausura 30
Catecismo 32
Instrucción 35
Nuestro Gran Símbolo 36

FIN

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