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EFICACIA DE LA ACCIÓN Y DESARROLLO

DEL OBJETO DEL MECANISMO DE


EXTINCIÓN DE DOMINIO
ENSAYO CRÍTICO

LEIDY CÉSPEDES DAVID


UNIVERSIDAD INCCA DE COLOMBIA
SEMINARIO DE PROFUNDIZACIÓN
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y DEL ESTADO
PROGRAMA PROFESIONAL DE DERECHO

SEMINARIO DE PROFUNDIZACIÓN
Extinción del derecho de dominio en Colombia

Eficacia de la acción y desarrollo del objeto del mecanismo de extinción de dominio

ESTUDIANTE:
LEIDY CÉSPEDES DAVID

MAYO 2020

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CONTENIDO:

Resumen 3
Palabras Clave 3
Introducción 4
Antecedentes 7
Extinción de dominio en la Región 15
Objeto de la extinción de dominio en Colombia 18
Eficacia de la extinción de dominio en Colombia 21
Conclusiones 25
Tablas de información 26
Referencias y Bibliografía 27

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RESUMEN

Por medio del presente escrito, pretendo realizar un estudio intenso de la de la


extinción de dominio y su eficacia frente al objeto de su creación, que no es otro que el de
proteger a la sociedad en general de los efectos devastadores que trae consigo el crimen
organizado.
He validado múltiples fuentes de información con el fin de explicar de manera
precisa en qué consiste la figura legal y la acción de extinción de dominio, cuál es su
papel en la difícil labor de sanción, prevención y mitigación del crimen organizado y doy
mi punto de vista desde lo analizado, respecto del cumplimiento del objeto de la
institución.
Esta investigación se realiza a través del Método deductivo, permitiendo así la
validación de información relevante que proporcionen un primer acercamiento sobre la
extinción de dominio, su objeto, y los fundamentos legislativos y procedimentales que
tiene el Estado colombiano para extinguir el dominio por el uso indebido o la adquisición
ilícita de bienes.
SUMMARY

By means of this writing, I intend to carry out an intense study of the domain
extinction and its effectiveness against the object of its creation, which is none other than
to protect society in general from the devastating effects of crime organized.
I have validated multiple sources of information in order to explain precisely what is
the legal figure and the action of extinction of domain, what is its role in the difficult work of
sanction, prevention and mitigation of organized crime and I give my point of seen from the
analyzed, regarding the fulfillment of the object of the institution.
This investigation is carried out through the deductive method, thus allowing the
validation of relevant information that provides a first approach on the extinction of the
domain, its purpose, and the legislative and procedural foundations that the Colombian
State has to extinguish the domain for improper use or the illicit acquisition of goods.

PALABRAS CLAVE

Extinción de dominio, causales, sociedad, ilícito, propiedad, Estado, acción, crimen


organizado.

3
INTRODUCCIÓN

Desde el punto de vista jurídico, el Estado colombiano, tiene una deuda histórica
con la fijación de criterios y políticas sobre los cuales se puede determinar la licitud del
origen y destinación de los bienes, y son precisamente esos criterios los que le deben
servir de pilar a la Fiscalía como ente investigador, al Legislador y al aparato judicial, en el
procesamiento de bienes por extinción de dominio.
Con el fin de exponer desde mi óptica, el modelo de extinción de dominio como
entidad jurídica y como una acción que fue diseñada para lograr un objetivo correcto y
necesario, como lo es el restablecimiento del orden y la moral social, debemos empezar
por dejar de lado el concepto retributivo de la justicia, el cual sostiene que el estipendio
proporcional es una respuesta moralmente aceptable a la falta o crimen,
independientemente de que esta medida produzca o no beneficios.
Hoy más que nunca debemos concebir la justicia como una sistémica asociación
entre La Ley, la realidad social y la acción, y para ello se requiere de manera urgente un
cambio de modelo, que simplemente consiste en dar a cada uno lo que necesita, más que
lo que merece, pues solo de ésta manera la Justicia pasará a integrarse en la sociedad
como un elemento restaurador, eficiente y solidario.
Dicho lo anterior, la administración de Justicia debe ser capaz de identificar de
manera ágil y eficiente los momentos en los cuales se rompe el equilibrio, sin necesidad
de caer en los procedimientos convencionales que obstruyen el correcto régimen de
legitimidad, y en lo que respecta a la propiedad, la dificultad se duplica cuando el proceso
debe demostrar la ilegalidad de toda la cadena de traspasos continuados hasta llegar al
propietario actual.
La legitimidad del derecho a la propiedad debe ser irrefutable, debido a que su
carácter no puede ser absoluto, la propiedad requiere un compromiso social adquirido por
quien ejerce el dominio, que se resume en el origen lícito, el título justo y la función social
que deriva no sólo en su reconocimiento sino en la permanencia de la misma en el
tiempo.
En cuanto ése compromiso es quebrantado tal derecho no puede ser garantizado.
Quien origina o aumenta su poder económico en razón del despojo, el engaño, la
apropiación, la corrupción o el tráfico ilegal, debe ser neutralizado ya que hacer lo
contrario, sólo permitirá que sea capaz de reproducir el daño y permitirle gozar de un

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provecho que no le pertenece, en razón a que ni el paso del tiempo, ni la mixtura que se
pudiera generar con recursos lícitos, podría depurar el tránsito ilícito del bien. En ningún
Estado de Derecho es admisible facilitar los mecanismos de protección de la propiedad a
quien la ha adquirido de manera fraudulenta, pues hacerlo lanza un mensaje de
reconocimiento a quien se lucra de lo ilegal.
El lavado de activos en colaboración con las las organizaciones criminales
dedicadas al narcotráfico, el terrorismo y otras actividades ilícitas, han afectado la
económica y la seguridad pública de Colombia durante mucho tiempo. Lo anterior produjo
una fuerte influencia en el legislador que debió responder a la realidad nacional con la
expedición de una ley de extinción de dominio, que existiría para utilizarse como medio
para combatir eficazmente la delincuencia, el crimen organizado y la corrupción, todo con
el objeto de garantizar que los bienes adquiridos en ejercicio de dichas actividades
delictivas fueran recuperados y utilizados en favor del Estado a través de programas de
rehabilitación o inversión y lucha contra el crimen organizado.
La extinción de dominio constituye una acción judicial mediante la cual se declara
la titularidad a favor del Estado de los bienes a que se refiere la Ley 1708 de 2014, sin
contraprestación ni compensación de naturaleza alguna para el afectado. Constituye una
acción soberana y directa que se origina en la adquisición de bienes derivados de una
actividad ilícita o con grave deterioro de la moral social, que se ejerce independiente de
cualquier declaración de responsabilidad penal. Se trata de una acción de carácter público
que se ejerce por y en favor del Estado, como un mecanismo para desarraigar el lucro
debido a la adquisición de bienes derivados de actividades ilícitas, además de constituirse
casi que en forma exclusiva como herramienta en la disputa contra la corrupción., que ha
irrumpido en todos los campos sociales, políticos y económicos de nuestro país y es un
fenómeno en crecimiento y finalmente para enfrentar la delincuencia organizada.
Lo anterior refleja el objetivo meritorio que desde su concepto le fue ideado, el de
ser la herramienta facilitadora para restituir la moral social, misma que ha sufrido la
embestida del crimen organizado que a su vez ha dejado una estela de víctimas, en
especial de la población más vulnerable compuesta principalmente por niños y mujeres,
desplazados, desaparecidos, despojados, muertos, lesionados, torturados, excluidos
todos, pero campesinos generalmente, pues es ahí, en su espacio, en donde se ha
librado con mayor estrépito la disputa por los territorios en los cuales se asientan y
enriquecen éstos grupos.

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La extinción de dominio, no solo es un mecanismo para restituir la dignidad en
derecho de las entidades estatales, sino que además puede ser el camino que deba
recorrer el país, para reivindicar los derechos de la población afectada y víctima; Un
elemento que propenda por la reconstrucción del tejido social priorizando la satisfacción
de sus necesidades reprimidas con deuda histórica, pues es un mecanismo proactivo que
reconoce la recuperación de bienes afectables y que pueden convertirse en un elemento
restaurador y reparador para los grandes afectados del conflicto.
La extinción de dominio debe ser aprovechada como elemento de consolidación
de la reparación colectiva, que propenda por las prioridades de las víctimas, en la solidez
de su futuro y la firmeza de sus proyectos de vida.

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ANTECEDENTES

Colombia es un Estado particular, cuya historia no se puede contar sin hacer


referencia a la violencia, así como tampoco se puede hacer un ensayo sobre la extinción
de dominio y su objeto sin referirse a éste tema.
La disímil repartición de la tierra, y la débil democracia de nuestro país que no
garantizó espacios diversos para participación política, alimentaron el ánimo de revolución
que más pronto que tarde, dejó de ser una lucha social para convertirse en un conflicto de
violencia y lucha armada.
A lo largo de la historia y con el paso de los años, el conflicto se acrecentó debido
a la incursión del narcotráfico, el narcoterrorismo, la corrupción y la presencia de nuevos
actores políticos y armados. Pronto el conflicto en sí mismo era la razón de ser y la
violencia y los patrimonios constituidos desde la ilegalidad se trasformaron en los métodos
de subsistencia de los actores inmersos en ésta contienda.
Muy rápido empezaron a aparecer las asociaciones: el
paramilitarismo intrínsecamente relacionado con el concierto para delinquir, el
desplazamiento con el aumento de cultivos de coca y amapola, la guerrilla con el
narcotráfico, las fuerzas paramilitares con la minería ilegal y la ganadería extensiva, las
bandas delincuenciales traficantes de drogas se aliaron al tráfico de personas, la
corrupción atada a los delitos electorales y así podríamos continuar, siendo la única
verdad, que todos éstos componentes tienen en común, su responsabilidad con graves
violaciones de derechos humanos y las reglas del Derecho Internacional Humanitario.
Una de las características del conflicto en Colombia que lo hace único en su
especie, es la diversidad de actores que lo han nutrido y transfigurado. En Colombia no se
puede pensar en dos bandos, el conflicto ha sido alimentado por políticos, gobernantes,
grupos guerrilleros, grupos paramilitares, narcotraficantes y organizaciones criminales de
infinitas características. Además de lo anterior, hay que sumar la inequidad social que
predomina en nuestro país. Colombia se identifica por la indiscutible brecha social que
existe entre una élite política con una fuerte presencia regional, latifundista y
monopolizadora y por otro lado, grupos minoritarios como los indígenas,
afrodescendientes y campesinos que no han contado con el mismo acceso a los derechos
de propiedad ni a los servicios de Estado.

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Demás está decir, que todo lo anterior sumado al poder que ha adquirido el crimen
organizado ha creado en nuestro país el escenario perfecto para el posicionamiento del
poder económico obtenido en forma ilícita.
Es así como la evidente afectación a la economía nacional y a la seguridad
pública, conllevó a que el poder legislativo, adoptara las medidas requeridas para hacer
frente a ésta problemática. Lo primero, fue instituir la medida de extinción de dominio en
nuestro ordenamiento a través de la Constitución política. El artículo 34 estableció los
primeros parámetros de la extinción de dominio: “Se prohíben las penas de destierro,
prisión perpetua y confiscación. No obstante, por sentencia judicial, se declarará
extinguido el dominio sobre los bienes adquiridos mediante enriquecimiento ilícito, en
perjuicio del Tesoro Público o con grave deterioro de la moral social”, lo que implica que
desde la Carta política se estableciera que el procedimiento de extinción de dominio y su
actuación definitiva, con la subsecuente pérdida del derecho de propiedad, se encuentra
ligado posteriormente a la determinación del juez
Pese de la aparente articulación entre el desarrollo constitucional de la extinción
de dominio y los tratados internacionales, la ejecución de la acción presentaba múltiples
obstáculos entre los cuales podemos resaltar:
1. El resultado dependía de una sentencia condenatoria dentro de un proceso penal.
2. El índice de hechos causantes de extinción resultaba muy insuficiente
3. No se instituyeron dispositivos para perseguir titulares del derecho de dominio
diferentes al sindicado.
No había referencias respecto a la persecución de bienes equivalentes.
Por lo anterior y con el fin de minimizar el efecto de los vacíos jurídicos que se
presentaban, nace entonces la ley 333 de 1996, que se convirtió en el marco de
referencia.
Posterior a la expedición y puesta en marcha de la Ley 333, fueron apareciendo otros
impedimentos para el cumplimiento del objeto de la extinción de dominio:
 La muerte como causal de extinción de la acción penal, lo que se traducía en que
los jueces se quedaban sin posibilidad de ordenar el decomiso contra los bienes ilícitos
del procesado, cuándo éste moría y no existía sentencia condenatoria en el proceso penal
 La obligación de demostrar que los bienes objeto del decomiso se encontraban
relacionados con el delito por el cual el procesado era condenado, pues la extinción de
dominio continuaba ligada a la acción penal.

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Además de lo anterior, el narcotráfico en su auge obligó a suscribir en Viena el 20 de
diciembre de 1988 la Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de
estupefacientes y sustancias psicotrópicas por lo cual Colombia debía formalizar su
adhesión a dicha convención y expide la Ley 365 de 1997 que le introdujo una
modificación sustancial al artículo 340 del Código de Procedimiento Penal e incluyó buena
parte de las normas y circunstancias previstas en la ley 333 de 1996.
La presión internacional empieza a sentirse con vigor debido a las dificultades
presentadas en la operabilidad, por lo cual se hace indispensable una actualización y
nace entonces la ley 793 de 27 de diciembre de 2002.
Su finalidad era indudablemente frenar y extinguir la delincuencia organizada y el
comercio de bienes obtenidos mediante actos ilícitos, provenientes de cualquier conducta
delictiva, e irrumpir en la percepción económica ilícita que se derivara incluso de
transacciones por negocio entre vivos o por sucesión.
La ley 793 de 2002 pasó por varias reformas, las cuales introdujeron cambios importantes
y esenciales a la acción y al proceso. Podemos resaltar las más importantes:
- Trámite abreviado de extinción de dominio respecto de bienes que no tuvieran
propietario, tenedor o poseedor identificado.
- Relación expresa de los medios de prueba que pueden practicarse dentro del
proceso de extinción de dominio.
- Redistribución de competencias dentro del proceso de extinción de dominio:
1. Unidad Nacional para la Extinción del Derecho de Dominio y contra el Lavado de
Activos – tenía la competencia expresa de adelantar la investigación.
2. Unidad de Fiscalías Delegadas ante Tribunal- Extinción del Derecho de Dominio y
contra el Lavado de Activos –segunda instancia en el proceso de investigación.
3. Jueces penales del circuito especializados en extinción de dominio – competencia
específica para juzgamiento y proferir sentencia.
- Se reglamentó la abstención de iniciar el trámite por parte del Fiscal cuando en la
fase inicial no se encontraran pruebas para demostrar la procedencia del proceso.
- Se habilitó a los Fiscales para: allanamientos, registros, interceptación de
comunicaciones y la recuperación de información dejada al navegar por internet.
- Reglamentación del trámite de recursos contra las decisiones de la Fiscalía
General de la Nación - Procedimiento Penal (Ley 600 de 2000).
- Se priorizó la celeridad del proceso y se simplificaron actuaciones.

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Como se describe con anterioridad y a pesar de que la Ley 793 de 2002 era mucho más
eficaz y mejor direccionada al cumplimiento del objeto de la extinción de dominio, ésta
seguía presentando fallas que debían subsanarse con rapidez. Nace entonces la Ley
1453 de 2011, la cual y debido a la evolución del procedimiento y los aprendizajes
obtenidos, fue estructurada de una manera más inteligente y profunda. Las
modificaciones aplicadas con la 1453, se encaminaron a producir mejores resultados
frente a la eficiencia y validez de la acción de extinción de dominio. A continuación realizo
un recuento de los principales aportes:
 Reforma de causales de extinción de dominio.
 Se revaluó la dependencia con el procedimiento penal, direccionando la acción a
procesal civil, excepto en el trámite de notificación, que se volcó a las formalidades
consagradas en el proceso penal.
 Se estableció el control de garantías ante los jueces de extinción de dominio, para
acciones como: allanamientos, registros, recuperación de información e interceptación de
comunicaciones entre otras.
 Se reguló la prueba trasladada.
 Se atribuyó la reserva del trámite administrativo de la retribución al particular que
denuncie los bienes.
 Se instituyó la declaratoria de improcedencia extraordinaria, sometida al grado
jurisdiccional de consulta por las siguientes causas:
1. Cuando se demuestra que no se estructuran las causas invocadas
2. Cuando se incurre en error respecto de la identificación del bien.
3. Cuando la acción no se pueda iniciar o proseguir.
 Se materializó la obligación a las entidades de carácter público o privado para
responder los requerimientos en procesos de extinción de dominio en el término
perentorio de cinco días.
Ley 1708 del 20 de enero de 2014
Deroga totalmente la ley 793 de 2002, entró en vigencia el día 20 julio de 2014, y
sus características principales son:
Instituyó el régimen general de principios de la extinción de dominio.
Redefinió el concepto de extinción de dominio: a extinción de dominio es una
consecuencia patrimonial de actividades ilícitas o que deterioran gravemente la moral
social, consistente en la declaración de titularidad a favor del Estado de los bienes a que

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se refiere esta ley, por sentencia, sin contraprestación ni compensación de naturaleza
alguna para el afectado (Ley 1708 de 2014. Artículo 15).
Se reestructuraron las causales de extinción.
El curador ad-litem desaparece.
En los casos de renuncia a la oposición permite al Juez declarar la extinción
abreviada.
Genera un código nutrido de cooperación internacional que facilita la investigación
transnacional y permite la ejecución de sentencias de extinción de dominio de otros
países sobre bienes ubicados en el país.
Reglamenta la protección de los terceros de buena fe exentos de culpa y les
otorga herramientas para la protección de sus derechos.
La acción de extinción de dominio establecida y fijada mediante la Ley 1708 del 20
de enero de 2014 se diferencia de otros mecanismos que constituyen limitaciones al
derecho de propiedad, como la expropiación o el decomiso de bienes incautados dentro
de un proceso penal (Sentencia C-958/14, Corte Constitucional). Se constituye como una
acción directa y autónoma, independiente de cualquier declaración de responsabilidad
penal, que se sujeta a un procedimiento especial, que rige por principios y reglas
sustanciales y procesales propias.
El procedimiento consta de dos etapas: una fase inicial o preprocesal que estará a
cargo de la autoridad competente con funciones de investigación asignadas en el
ordenamiento jurídico, y una fase procesal a cargo del juez que se iniciará a partir de la
presentación de la pretensión de extinción de dominio (Programa de Asistencia Legal para
América Latina y el Caribe, Abril 2011):
Fase inicial o preprocesal. Recae en cabeza de la Fiscalía General de la Nación,
quien es la autoridad competente para iniciar y dirigir la investigación con el fin de:
Identificar, localizar y ubicar los bienes que se encuentren en un presupuesto de extinción
de dominio. Acreditar que concurren los elementos exigidos en los presupuestos de
extinción de dominio. Identificar a los posibles titulares de derechos sobre los bienes que
se encuentren en un presupuesto de extinción de dominio y averiguar su lugar de
notificación. Acreditar el vínculo entre los posibles titulares de derechos sobre los bienes y
el presupuesto de extinción de dominio. Desvirtuar la presunción de buena fe. Notificar la
pretensión de extinción de dominio ante el respectivo juez y materializar las medidas
cautelares.

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Formulación de pretensión. La Fiscalía General de la Nación es la llamada a
formular ante el juez la pretensión de extinción de dominio, la cual debe contener:
Los argumentos de hecho y de derecho que fundamentan los presupuestos de la
extinción de dominio.
La identificación, localización y ubicación de los bienes.
Las pruebas directas e indirectas que soportan la pretensión.
La solicitud de las diligencias que estime necesarias.
La información sobre las medidas cautelares adoptadas.
La solicitud de medidas cautelares.
La información que posea sobre la identidad y ubicación de los eventuales
afectados y su vínculo con los bienes.
La enunciación de las actuaciones adelantadas en la fase inicial que requieran
mantenerse en secreto o reserva de acuerdo a la ley.
Decisión sobre la pretensión. Recibido el escrito de pretensión de extinción de
dominio, en un término no superior a quince (15) días el Juez resolverá si lo admite a
trámite o lo devuelve a la autoridad competente para que se subsanen los defectos
formales, indicando las razones que sustentan su decisión. Admitido a trámite, dentro del
mismo plazo resolverá sobre las medidas cautelares y su ejecución, la reserva de las
actuaciones, y ordenará la notificación de la pretensión después de ejecutadas las
medidas cautelares. Para efectos del traslado, a partir de la última notificación de la
admisión de la pretensión se pondrá a disposición de las partes el escrito de pretensión y
todos los antecedentes por un término de veinte (20) días. Seguidamente, se fijará fecha y
hora para la realización de la audiencia preparatoria.
Audiencia preparatoria. La audiencia preparatoria comenzará con la ratificación,
modificación o solicitud de retiro de la pretensión por parte de la autoridad competente. A
continuación se procederá a:
 Definir competencia, nulidades, impedimentos y recusaciones.
 Verificar la legitimación, el interés de los intervinientes y determinar quienes serán
parte del juicio.
 Resolver los recursos que se hubieren interpuesto contra la admisión de la
pretensión, y las observaciones y demás cuestiones formales que se hubieren planteado.
Contra la decisión que resuelve cualquiera de los asuntos anteriores, sólo
procederá el recurso de apelación en el efecto suspensivo. En desarrollo de la audiencia,
las partes tendrán las siguientes atribuciones:

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 Presentar los medios de prueba que sustentan su posición.
 Modificar las solicitudes probatorias.
 Proponer o presentar estipulaciones o convenciones probatorias.
 Plantear la celebración de acuerdos conforme al régimen constitucional y legal.
El juez decidirá sobre la admisibilidad de las pruebas aportadas y ordenará las que
considere pertinentes, conducentes y útiles. Así mismo, fijará fecha y hora para la
realización de audiencia de prueba y alegatos, que deberá efectuarse dentro de los 30
días siguientes.
Retiro de la pretensión. Una vez admitida la pretensión la autoridad competente
podrá solicitar al juez su retiro cuando sobrevengan elementos de juicio que desestimen
los fundamentos de la misma. De encontrar fundada la petición el juez levantará las
medidas adoptadas y ordenará el archivo definitivo de la actuación con efectos de cosa
juzgada.
Audiencia de prueba y alegatos. En el desarrollo de la audiencia y siguiendo el
orden de intervención de la audiencia preparatoria: a. Se presentarán y practicarán las
pruebas. b. Las partes expondrán los argumentos de hecho y de derecho que sustentan
su posición. Cumplido lo anterior, el juez decretará el cierre de la audiencia y fijará fecha y
hora para lectura de sentencia en un término no superior a treinta (30) días.
Contenido de la sentencia. La sentencia contendrá:
 Identificación de los bienes y de los afectados.
 Resumen de la pretensión de extinción de dominio y de la oposición.
 Análisis de los fundamentos de hecho y de derecho.
 Valoración de la prueba.
 Declaración motivada sobre la procedencia o improcedencia de la extinción de
dominio.
 Determinación, en su caso, del monto de la retribución por la colaboración del
particular.
Contra esta sentencia solo procede el recurso de apelación.
Sentencia anticipada. El afectado podrá allanarse a la pretensión de extinción de
dominio. El juez valorará la solicitud y emitirá sentencia. Cuando el afectado y la autoridad
competente hubieren celebrado acuerdos, se someterán ante el juez, quien decidirá
acerca de su procedencia.
Por lo anterior y con el fin de generar un concepto gráfico que nos permita ver el
proceso en una estructura lineal, a continuación expongo el Diagrama del proceso de

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extinción del derecho de dominio (Tabla No. 1) vigente de acuerdo a lo establecido en la
Ley 1708 de 2014 (Consejo Superior De Política Criminal):

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EXTINCIÓN DE DOMINIO EN LA REGIÓN
La figura de extinción de dominio tiene sus antecedentes al menos en tres
Convenciones de carácter internacional:
1. La Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y
Sustancias Sicotrópicas (1988).
2. La Convención de Viena (1969)
3. La Convención de Palermo Contra la Delincuencia Organizada Transnacional (2000).
En las Convenciones, existió un planteamiento común que correspondió a la
urgente disposición de parar y controlar los delitos que producían descomunales
ganancias y por otra parte, a la cada vez mayor presencia de la delincuencia organizada
en los Estados miembros.
En el ámbito jurídico de la extinción de dominio en América Latina se le atribuye a
Colombia la creación de la figura (Dirección General de Servicios de Documentación,
Información y Análisis, México, diciembre de 2012):
MEXICO: En 2008, en éste país se generó una reforma al artículo 22 de su
Constitución, incorporando la figura de extinción de dominio dentro de su ordenamiento, la
cual persigue bienes determinados y no en sí la actividad delictiva con el fin de combatir la
capacidad operativa de la delincuencia organizada y con la necesidad de establecer
instrumentos que eficazmente ataquen la delincuencia organizada en la República
Mexicana.
PERÚ: Mediante el decreto legislativo 992 promulgado 21 de julio de 2007, se creó
el instituto jurídico conocido como pérdida de dominio; sin embargo, éste fue modificado
por la ley número 29212 en el año 2008 con el objeto de realizar varias modificaciones al
procedimiento de pérdida de dominio de Perú.
ESPAÑA: En España, no existe la figura jurídica de extinción de dominio; sin
embargo, hay una figura que tiene por objeto la pérdida de la propiedad de los bienes a
favor del Estado y esta es la figura denominada comiso o decomiso.
URUGUAY: Esta nación tampoco presenta una ley completa para la extinción de
dominio, no obstante, en el artículo 63.4 del Decreto de Ley 14294 se menciona que el
Juez o el Tribunal en su caso, podrá disponer del decomiso aún durante la sustanciación
del proceso y antes del dictado de la sentencia de condena, cuando los bienes, productos
o instrumentos de que se trate fuesen, por su naturaleza, perecederos o susceptibles de
deterioro que los torne inutilizables. Sin embargo, cabe destacar que esta misma
disposición establece que, si en definitiva, el propietario de los bienes fuese eximido de

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responsabilidad en la causa, o cuando sean de aplicación los artículos 64 y 65 de esta
ley, el interesado podrá solicitar la reparación por parte del Estado por los daños y
perjuicios resultantes del decomiso.
COSTA RICA: A través de su Ley No. 8204 sobre Estupefacientes, Sustancias
Psicotrópicas, Drogas de Uso no Autorizado y Actividades Conexas, Costa Rica regula el
decomiso y el comiso de los bienes utilizados como medio o provenientes de los delitos
previstos por tales actividades. Este país para cumplir con estas obligaciones cuenta con
el Instituto Costarricense sobre Drogas quien se encargará entre otras, de distribuir los
recursos que ya de antemano están destinados para programas de prevención del
consumo, tratamiento y rehabilitación; para programas represivos y para el aseguramiento
y mantenimiento de bienes decomisados.
REPÚBLICA DOMINICANA: La Constitución Política de República Dominicana
reguló la extinción de dominio. Se encuentra pendiente de ser incluida en el derecho
positivo dominicano una ley sobre la materia, así como un reglamento o instructivo que
permita a los jueces poner en práctica dicha novedad, como también la organización y
preparación de juzgados y juzgadores especializados.
GUATEMALA: La Ley de Extinción de Dominio, Decreto 55-20108 de este país,
establece de manera amplia el objeto de la misma señalando como tal la identificación,
localización, recuperación, repatriación de los bienes y la extinción de los derechos
relativos al dominio de los mismos, así como de las ganancias, frutos, productos,
rendimientos o permutas de origen o procedencia ilícita o delictiva, a favor del Estado; el
procedimiento que se deriva de ejercitar la acción de la extinción de dominio; la
competencia y facultades de las autoridades respectivas para la ejecución de la Ley; las
obligaciones de las personas individuales o jurídicas que se dedican al ejercicio de una
profesión o actividades susceptibles de ser utilizadas para la transferencia, uso,
ocultamiento y circulación de los bienes producto de actividades ilícitas o delictivas; y, los
medios legales que permiten la intervención de las personas que se consideren afectadas
por la aplicación de la Ley.
HONDURAS: Otro de los países que cuenta con una Ley específica en materia de
extinción de dominio es Honduras, esta figura se identifica en este país como privación
definitiva del dominio de bienes de origen ilícito y mismo que le da nombre a la Ley.
CHILE: La extinción de dominio en Chile no se marca como tal, sino que parte del
supuesto de una incautación del bien que posteriormente pasa a custodia del Ministerio
Publico y si al terminar el juicio esos bienes no son reclamados, serán vendidos en

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subasta pública a beneficio de la fiscalía, esto se contempla en inciso primero del artículo
470 del código procesal penal.
ARGENTINA: En este país no se encuentra la figura de la extinción de dominio,
sin embargo, en la Ley 20.7851 se plantea la idea de la custodia y disposición de bienes
objeto de secuestro en causas penales. En esta Ley se especifican los bienes físicos que
pueden ser susceptibles de secuestro, su tratamiento y su destino; entre los objetos se
prevén cosas perecederas, bienes de interés científico o cultural, estupefacientes o
psicotrópicos, armas de fuego o explosivos, aeronaves, así como dinero, títulos y valores.
El destino será de acuerdo a la naturaleza del bien, por ejemplo, en el caso de los bienes
de tipo científico o cultural, éstos se entregarán a entidades de reconocidos antecedentes
en la materia; las cosas perecederas se pondrán a la venta en subasta pública y la venta
se depositará en instituciones bancarias. Lo cierto es que a pesar de que este país cuenta
con estas disposiciones, no se observa que el producto obtenido por la venta de los
bienes sea destinado específica y expresamente a resarcir el daño ocasionado a las
víctimas del delito. Por otro lado, el secuestro de los bienes no es limitativo a
determinados tipos penales, sino queda abierto a cualquier delito, de cuya comisión, se
hayan obtenido algunos bienes.

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OBJETO DE LA EXTINCIÓN DE DOMINIO EN COLOMBIA

El desestímulo del ejercicio de las actividades ilícitas como método efectivo para
el lucro. Así se puede definir el objeto principal de la extinción de dominio como institución
y como acción, debido a que por su propia naturaleza está orientada a producir resultados
diferentes a los de un proceso penal, ya que su cometido no es sancionar al autor de una
acción ilícita, sino enmendar una situación que se produce desde la ilegalidad.
La extinción de dominio, se entiende como la pérdida del derecho de propiedad en
favor del Estado a fin de que la misma reivindique su función social, la cual es
quebrantada y/o viciada en el momento en el que se obtiene o se dedica un bien, por o
para la comisión de un ilícito. Lo anterior traduce que el derecho se originó sin cumplir los
modelos legales, resultando en que la acción siempre es de naturaleza dolosa.
Por lo anterior fue necesario que un grupo de instituciones al interior del Estado
colombiano adelantara inmensos esfuerzos para poder identificar y recuperar de las
entrañas de las bandas organizadas criminales y terroristas, los impresionantes capitales
que han acumulado con el paso del tiempo y debido a la comisión de múltiples delitos.
Estas organizaciones criminales son fábricas de víctimas, de miedo y de terror, y se han
plantado, esparcido y prosperado con el pasar del tiempo dentro de todo el territorio
nacional.
Las organizaciones criminales han encontrado diversas formas para proteger sus
fortunas y encontrar nuevas formas de destinación ilícita de sus bienes. Cada vez se
originan nuevas formas de ocultamiento y testaferrato; con el paso del tiempo éstas
prácticas son más frecuentes dificultando en forma más persistente a las autoridades la
labor de rescate de aquellos bienes que en esencia pertenecen a las víctimas, a quienes
les fueron arrebatados, además de ser los sujetos directos de la reparación que de éstos
bienes pueda emanar. En virtud a ésta problemática de acumulación ilícita de capital, la
extinción de dominio es la herramienta legal encargada de reivindicar las facultades del
Estado a través de sus instituciones, de lograr el desmonte de las organizaciones que
encuentran en el delito su fin único y de ésta manera lograr el restablecimiento de los
derechos vulnerados, quebrantados.
En tal sentido nuestro país ha desarrollado un conjunto de estrategias para
combatir la delincuencia organizada y debilitar sus estructuras: la extinción de dominio;
ésta política criminal se ha convertido en el eje central del aparato encargado de atacar
los ejes centrales del crimen organizado: enriquecimiento ilícito, perjuicio del Tesoro

19
Público y deterioro de la moral social. A continuación realizo una explicación de las
implicaciones de las actividades ilícitas citadas:
1. El delito de enriquecimiento ilícito: Delito que tiene autonomía de rango
constitucional, en cuanto a su existencia, y que no puede, por tanto entenderse como
subsidiario, al menos cuando se trata de sujetos indeterminados, que consiste en el
incremento patrimonial no justificado, que por lo tanto se entenderá derivado de
actividades ilícitas (Código penal Artículo 327).
2. Las conductas cometidas, en perjuicio del Tesoro Público: Se puede
afirmar que éstas conductas se desarrollan en la comisión de los siguientes delitos de:
Peculado, interés ilícito en la celebración de contratos, de contratos celebrados sin
requisitos legales, emisión ilegal de moneda o de efectos o valores equiparados a
moneda; ejercicio ilícito de actividades monopolísticas o de arbitrio rentístico; Hurto sobre
efectos y enseres destinados a seguridad y defensa nacionales; Delitos contra el
patrimonio que recaigan sobre bienes del Estado; Utilización indebida de información
privilegiada; y • Utilización de asuntos sometidos a secreto o reserva.
3. Conductas que implican grave deterioro de la moral social. En ese sentido
la Ley señala que se entiende que son actividades que causan deterioro a la moral social
las que atenten contra: La salud pública; El orden económico y social; Los recursos
naturales y el medio ambiente; La seguridad pública; La administración pública; El
régimen constitucional y legal; El secuestro; El secuestro extorsivo; La extorsión; El
proxenetismo; La trata de personas, y el tráfico de migrantes.
Por lo anterior, es inevitable aclara que la acción de extinción de dominio no parte
de una presunción legal de ilicitud en la adquisición de todos los bienes, razón por la cual
estará en cabeza del Estado la carga de demostrar la procedencia ilícita de los mismos,
es decir, que es el Estado quien debe demostrar en forma contundente, que el bien está
inmerso dentro de una de las causales establecidas para su extinción, las cuales cito a
continuación (Ley 1708 de 2014):
1. Los que sean producto directo o indirecto de una actividad ilícita.
2. Los que correspondan al objeto material de la actividad ilícita, salvo que la ley
disponga su destrucción.
3. Los que provengan de la transformación o conversión parcial o total, física o
jurídica del producto, instrumentos u objeto material de actividades ilícitas.

20
4. Los que formen parte de un incremento patrimonial no justificado, cuando existan
elementos de conocimiento que permitan considerar razonablemente que provienen de
actividades ilícitas.
5. Los que hayan sido utilizados como medio o instrumento para la ejecución de
actividades ilícitas.
6. Los que de acuerdo con las circunstancias en que fueron hallados, o sus
características particulares, permitan establecer que están destinados a la ejecución de
actividades ilícitas.
7. Los que constituyan ingresos, rentas, frutos, ganancias y otros beneficios
derivados de los anteriores bienes.
8. Los de procedencia lícita, utilizados para ocultar bienes de ilícita procedencia.
9. Los de procedencia lícita, mezclados material o jurídicamente con bienes de ilícita
procedencia.
10. Los de origen lícito cuyo valor sea equivalente a cualquiera de los bienes descritos
en los numerales anteriores, cuando la acción resulte improcedente por el reconocimiento
de los derechos de un tercero de buena fe exenta de culpa.
11. Los de origen lícito cuyo valor corresponda o sea equivalente al de bienes
producto directo o indirecto de una actividad ilícita, cuando no sea posible la localización,
identificación o afectación material de estos.
Parágrafo. También procederá la extinción de dominio respecto de los bienes
objeto de sucesión por causa de muerte, cuando en ellos concurra cualquiera de las
causales previstas en esta ley.
Lo anterior significa que no puede entonces concebirse inversa, dicha imposición,
porque se le otorgue a los afectados el derecho a probar el origen lícito de su patrimonio,
porque esto no es más que el desarrollo del derecho de defensa, ya que la acción de
extinción de dominio no se encuentra absuelta de facilitar las garantías procesales a cada
uno de los sujetos que en ella intervengan. Corresponde al Estado la carga inicial de la
prueba sobre el origen ilícito de los bienes respectivos, pero el afectado tiene el derecho
de defenderse, controvirtiendo las pruebas, presentando o solicitando a su vez otras e
interponiendo excepciones de fondo, siendo esto que los derechos fundamentales al
debido proceso, a la contradicción, a la defensa y a la segunda instancia, son asegurados
en cada una de las etapas surtidas dentro del proceso.

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EFICACIA DE LA EXTINCIÓN DE DOMINIO EN COLOMBIA

Validada la información que antecede y en razón de abordar el planteamiento del


presente ensayo, ¿Es eficaz y cumple su objeto la acción y el mecanismo de extinción de
dominio? Surge entonces la necesidad de plantearse si la extinción de dominio ha sido
fuerte y eficaz para reducir la capacidad financiera de los grupos de la delincuencia
organizada en nuestro país.
Visto lo anterior tenemos que en el marco de la Ley 1708 de 2014, para el año
2016 y desde el nacimiento de la Ley, en Colombia se habían afectado 2636 bienes
relacionados con actividades ilícitas (Tabla No.2), por un valor aproximado de ocho
billones sesenta y un mil quinientos millones de pesos ($8.361.500.000.000) (Tabla No.3)(
Informe de gestión Ley 1708/14, de la Dirección de Fiscalía Nacional Especializada de
Extinción del Derecho de Dominio, de 06 de abril de 2016.)

Fuente: Fiscalía General de la Nación, 2016.

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Para el año 2014 se habían realizado 175 fijaciones y, de acuerdo con la
información suministrada por la Fiscalía General de la Nación, las realizadas durante el
2015 fueron el resultado de trabajo de doce fiscalías, a diferencia del esquema de la Ley
793 de 2002, donde las decisiones eran adoptadas por veintiocho fiscales.

Fuente: Fiscalía General de la Nación, 2016.

En cuanto a los requerimientos de extinción, decisiones de fondo en el


procedimiento de extinción del derecho de dominio, existe un reporte que muestra un
grado alto de decisiones de procedencia de esos requerimientos, que permiten remitir los
procesos a los jueces de instancia para que adopten las decisiones que sean del caso.
Esto, además, ha permitido que hayan presentado sentencias bajo la Ley 1708 de
2014 en un tiempo de nueve meses, contados desde la creación de la noticia de extinción
hasta la sentencia de primera instancia.

Fuente: Fiscalía General de la Nación, 2016.

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Lo anterior muestra unos resultados que, señalan que si bien existen falencias en
el proceso de extinción del derecho de dominio en Colombia, se logran avances
significativos en el desmantelamiento de las estructuras económicas de las redes de
crimen organizado, los cuales no serían posibles si la acción de extinción no existiera. El
deterioro de la vida social y económica, asociada al incremento de los delitos cometidos
por la delincuencia organizada, requiere que la Ley evolucione al mismo ritmo y podría
considerarse que la extinción de dominio es uno de los resultados de ésa evolución.
Pese a lo anterior, para algunos expertos, a pesar de los esfuerzos encaminados a
asegurar un marco normativo y procedimental para la extinción de dominio, no se ha
logrado la celeridad durante el proceso. Desde mi punto de vista, considero que tal
afirmación es verdadera, considero que la necesidad de otorgar garantías de celeridad al
procedimiento de extinción de dominio es urgente, esto no solamente permitiría darle
agilidad a los procesos, sino que aboliría las maniobras dilatorias e impediría que los
bienes que provengan directa o indirectamente de una actividad ilícita, sean objeto de
revocar la propiedad.
La acción de extinción de dominio requiere medidas que permitan acortar los
tiempos de las resoluciones judiciales, que se propendan juicios expeditos y que sean
resueltos en corto tiempo, ya que desde la óptica de los sujetos procesales, la duración
excesiva de los procesos, en muchos casos logra la vulneración de derechos
fundamentales, lo que traducido a la vista de entidades como el Consejo Superior de la
Política Criminal (Estudio del Consejo Superior de Política Criminal al Proyecto de Ley
085 de 2015 Cámara, “por medio de la cual se modifica la ley 1708 de 2014 código de
extinción de dominio”) ésta es la principal razón por la cual no ha sido posible que la
acción de extinción de dominio sea la herramienta judicial del Estado para el
desmantelamiento de las finanzas ilícitas de las redes criminales.
Si bien es cierto que la característica de imprescriptibilidad que tiene la acción de
extinción de dominio, ha generado el retraso de las etapas procesales en muchos
procesos, sumado a la crisis que atraviesa la rama judicial y el órgano investigador en
nuestro país, es preciso advertir que lo que debe ser mejorado no en sí la institución y la
acción de extinción de dominio, sino que se debe generar un fortalecimiento inmediato de
las entidades que tienen a su cargo el desarrollo de la investigación y del proceso.
El efecto que genera la pérdida de los bienes, los medios y los instrumentos con
los que se preparan, ejecutan o disfrutan, actividades ilícitas, constituye en sí mismo, una
victoria de cara al fortalecimiento inminente de la criminalidad. Generar en las estructuras

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criminales una desestabilización de su aparato económico, representa una victoria para la
institucionalidad y legitimidad del Estado y una verdadera muestra de los resultados que
se pueden tener a nivel local regional y global, el aplicar una herramienta general contra el
crimen.
De acuerdo con informes generados por la Fiscalía General de la Nación, los
procesos de las últimas décadas ha arrojado como resultado la extinción de dominio de
inversiones y dinero de organizaciones que se encuentran al margen de la Ley como las
AUC, carteles de narcotráfico, grupos guerrilleros FARC y ELN, bandas de crimen
organizado emergentes BACRIM, lo que significa que se han atestado sendos golpes al
tráfico de drogas, armas, y a los delitos conexos que tantas víctimas producen.
Además de lo anterior, en los informes entregados por la Fiscalía General de la
Nación año 2016, se evidencia que la corrupción también ha sufrido el embate del arma
en que se ha convertido la extinción de dominio, ya que se han generado acciones en
contra del delito de lavado de activos como los presentados en la DIAN, FINAGRO, y se
han dado golpes contundentes en las empresas captadoras de dinero como lo fue el caso
de DMG.
Aunado a lo anterior, además del impacto directo que la acción de extinción de
dominio tiene en la reducción de la criminalidad, existe un impacto social producido en la
administración y destinación de los bienes, ya que muchos son destinados a la reparación
de las víctimas.
Lo anterior se evidencia en la reestructuración que sobre éste respecto se realizó
en el Código de extinción del Dominio, se reglamentó la Dirección Nacional de
Estupefacientes, el Fondo para la rehabilitación, Inversión social y lucha contra el crimen
organizado FRISCO y la Sociedad de activos Especiales SAS.
Así las cosas, es determinante especificar que si bien se presentan falencias en la
estructura del proceso por los tiempos que toma el desarrollo del proceso y se han
presentado irregularidades en la administración de los bines, dado que la corrupción
también ha tocado esas fibras, debe afirmar que la extinción de dominio es una arma
poderosa y necesaria en Colombia y en el mundo para la efectiva desarticulación de las
redes criminales que tomas cada vez más fuerza.
Finalizo asegurando que el objetivo principal de restablecimiento de la moral social
con el cual se creó la extinción de dominio, prevalece en la base de la acción, en el
órgano investigador y judicial, y a pesar de las debilidades que pueda tener, la institución

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de la extinción de dominio, sigue siendo la principal herramienta con la que cuenta el
Estado para atacar el crimen organizado.

CONCLUSIONES

La figura jurídica de extinción de dominio establece la pérdida del derecho de


propiedad cuya adquisición proviene de una fuente ilícita a favor del Estado y sin ninguna
contraprestación económica para su titular.
La finalidad de la extinción de dominio es reducir la capacidad financiera y
económica de los grupos criminales organizados y para un estado como Colombia que
durante tanto tiempo se ha visto inmerso en una constante y tenaz lucha para superar un
estado de violencia endémico generado por numerosos actores, entre ellos el narcotráfico
y el enriquecimiento ilícito, la acción de extinción de dominio es uno de los principales
instrumentos del Estado para enfrentar el verdugo en que se ha convertido el crimen
organizado, y que tristemente se ha arraigado en nuestra sociedad y ha permeado cada
uno de los espacios de nuestra sociedad.
Con el propósito de hacer frente a estos problemas, el constituyente colombiano
consagró la figura de la extinción de dominio como herramienta jurídica de lucha contra el
enriquecimiento ilícito, así como la violencia y pobreza que dicho fenómeno trae consigo.
Es inevitable observar que mientras las organizaciones criminales derivan su
fortaleza de las ganancias obtenidas de manera rápida y continua de actividades que
victimizan a la sociedad y traen para la misma un dejo de pobreza, corrupción e injusticia,
lo más lógico y equilibrado es que través de un instrumento judicial el Estado pueda
garantizar los derechos de quienes hayan sido víctimas en sus diferentes modalidades.
De esta manera se les reparan los daños a los agraviados y se restablece el derecho.
De acuerdo a estadísticas presentadas por la Fiscalía general de la nación, la
figura jurídica de extinción de dominio, ha generado resultados efectivos en la disminución
de la capacidad financiera de la delincuencia organizada lo que evidencia el cumplimiento
del objetivo principal de la acción.

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TABLAS DE INFORMACIÓN

Diagrama del proceso de extinción del derecho de dominio (Tabla No. 1)


Bienes relacionados con actividades ilícitas (Tabla No.2)
Valor aproximado de bienes relacionados con actividades ilícitas (Tabla No.3)
Casos de fijación provisional de la pretensión (Tabla No.4)
Casos de requerimientos presentados ante el Juez (Tabla No. 5)

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REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA

Código Civil
Código de Procedimiento Penal
Constitución Política de Colombia
Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de estupefacientes y
sustancias psicotrópicas
Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y
Sustancias Sicotrópicas (1988)
Convención de Palermo Contra la Delincuencia Organizada Transnacional (2000)
Convención de Viena (1969)
Dirección General de Servicios de Documentación, Información y Análisis, México,
diciembre de 2012
Espitia Garzón, Fabio, La extinción del derecho del dominio, Bogotá, Ediciones Jurídicas
Gustavo Ibáñez, 2003.
Estudio del Consejo Superior de Política Criminal al Proyecto de Ley 085 de 2015
Cámara, “por medio de la cual se modifica la ley 1708 de 2014 código de extinción
de dominio”
Hernandez, J. (2005). Naturaleza Constitucional de la extinción de dominio. Economía
Colombiana, 309, 60-65.
Informe de gestión Ley 1708/14, de la Dirección de Fiscalía Nacional Especializada de
Extinción del Derecho de Dominio, de 06 de abril de 2016.
Ley 1453 de 2011
Ley 1708 de 2014
Ley 333 de 1996
Ley 365 de 1997
Ley 600 de 2000
Ley 793 de 2002
Rojas González, Germán, Proceso reivindicatorio, Librería Doctrina y Ley, Bogotá, 1994.
Medellín Forero, Carlos, La Ley 333 de 1996. Presentación a la Ley de Extinción
de Dominio, Ministerio de Justicia, Bogotá, 1996.
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Sentencia C-958/14, Corte Constitucional

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Semana. Recuperado de http:// www.semana.com/opinion/articulo/leonvalencia-
presidente-santos-salve-la-restitucion-de-tierras/381914-3

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