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Patología de la edificación Acabados y revestimientos interiores

Problemática de los revestimientos y acabados

Los revestimientos y acabados vienen de la necesidad de proteger las fábricas de los


agentes atmosféricos y disimular los defectos de ejecución hace que desde la
antigüedad, se haya procedido al revestimiento de los paramentos en edificios.

Podemos definir revestimiento como todo elemento superficial que aplicado sobre la cara
de otro elemento constructivo, mejora su aspecto estético y otras propiedades. Los
acabados serian el proceso técnico de definición de un revestimiento. Es decir un
revestimiento de un tipo de material, puede tener diferentes tipos de acabados.

Descripción: En esencia un revestimiento consiste en una materia pulverulenta o


pigmento, un medio aglutinador que mantiene la unión de aquellas y con el soporte, Es
el último vehículo donde se mantiene el conjunto hasta su aplicación, el disolvente, que
en el caso de las emulsiones es el agua. A ellos hay que añadir los aditivos, que entran
a formar parte, en muy pequeña proporción, pero que su presencia es imprescindible
para fines específicos.

Distinguiremos dos tipos de revestimientos:

 Continuos: Son productos preparados en fábrica y realizados in situ, por aplicación


directa sobre el paramento, pudiendo estar formado por una o varias capas de
material, en forma más o menos pastosa y que se hace sólido por fraguado,
hidratación, evaporación o polimerización, según el ligante utilizado.
 Discontinuos: Están constituidos por materiales naturales o prefabricados, que se
fijan al paramento mediante materiales de agarre o piezas de anclaje, tales como
alicatados, solados y aplacados.

Además de la distinción de continuos y discontinuos vamos a hacer una especial mención


a los acabados exteriores.

Tipología: Nos interesa hacer una selección, tanto de las distintas lesiones que pueden
aparecer en un edificio y sus unidades constructivas como síntomas de los procesos
patológicos, como de las posibles causas que los originan. Para poder describir mejor los
temas que nos interesan y no caer en el caos debido al elevadísimo número de
materiales, por lo tanto distinguiremos 8 temáticas:

 Humedades que se relacionan con lesiones físicas mecánicas y químicas.


 Suciedad que se relaciona con lesiones físicas y químicas.
 Grietas y fisuras que se relacionan con lesiones físicas y mecánicas.
 Desprendimientos que se relacionan con lesiones físicas y mecánicas.
 Florescencias que se relacionan con lesiones químicas.
 Oxidación y corrosión que se relacionan con químicas.
 Organismos que se relacionan con lesiones químicas.
 Deterioros y erosiones que se relacionan con lesiones físicas mecánicas y
químicas.

Lesiones: El conjunto de lesiones constructivas que pueden aparecer en los


revestimientos y acabados es bastante numeroso. Asi que los relacionaremos como
lesiones físicas, mecánicas y químicas.

Lesiones físicas: Agrupamos en esta familia todas aquellas lesiones en las que la
problemática patológica está basada en hechos físicos tales como partículas
ensuciantes, heladas, condensaciones, etc. Normalmente la causa origen del proceso
será también física, y su evolución de penderá de procesos físicos, sin que tenga por qué
haber una variación química de los materiales afectados. Sin embargo, sí podrá haber
cambio de forma y de color, o de estado de humedad. En consecuencia, podemos incluir
como lesiones físicas los siguientes tipos de lesiones, teniendo en cuenta que para cada
uno de ellos podemos encontrar variantes en función del material, el elemento o la unidad
constructiva, el uso del edificio, etc.

 Humedad, entendiendo por talla aparición incontrolada de un porcentaje de


humedad superior al deseado en un material o elemento constructivo cualquiera.
 Suciedad, entendida como depósito dé partículas en suspensión en la atmósfera
sobre la superficie de las fachadas exteriores, e, incluso, la penetración de las 1
mismas en los poros superficiales, sin llegar a la reacción química entre ellas.

Erosión: como pérdida o transformación superficial de un material. Consideraremos en


esta familia sólo las de origen físico. Concretamente la erosión atmosférica, o pérdida de
material superficial en un elemento o unidad constructivos provocada por acciones físicas
de los agentes atmosféricos.

Lesiones mecánicas: Comprende esta familia todas las situaciones patológicas en las
que predomina el factor mecánico, tanto en sus causas, como en su evolución, como,
incluso, en sus síntomas. Así, consideramos las lesiones en las que haya movimientos
se produzcan aberturas o separación entre materiales o elementos, o aquellas en las que
aparezca desgaste.

Las acciones mecánicas se podrían considerar como una acción física más, pues a sus
leyes se remiten, pero en construcción tienen tal importancia que les hace adquirir la
autonomía suficiente para considerarlas en un grupo aparte.

En este bloque de lesiones introducimos los siguientes tipos:

Grietas: entendiendo por tales, cualquier abertura longitudinal incontrolada de un


elemento constructivo, sea estructural o de simple cerramiento, que afecta a todo su
espesor. Resultan lesiones evidentemente mecánicas, muy indicativas de procesos
patológicos del mismo origen, y de las que podemos distinguir dos subtipos en función
del esfuerzo que las origina. Por exceso de carga, y por dilataciones y contracciones
higrotérmicas. Fisuras. Serán todo tipo de aberturas longitudinales que afectan sólo a la
cara superficial del elemento constructivo, o a su acabado, sea éste continuo (revocos,
enlucidos, etc.) o por elementos (chapados, alicatados, etc.). Desprendimientos, que
implica la separación de un material de acabado del soporte al que estaba aplicado.
Dependiendo del tipo de acabado y sus sistema de adherencia distinguiremos entre
acabados continuos y acabados por elementos Erosiones. Erosiones mecánicas, como
pérdida de material superficial debida a esfuerzos mecánicos sobre ellos. Lo podemos
ver en las partes bajas y accesibles de las fachadas y tabiques por el inevitable roce y
punzonamiento.

Lesiones químicas: Las lesiones químicas comprenden todas aquellas con un proceso
patológico de carácter químico, donde el origen suele estar en la presencia de sales,
ácidos o álcalis que reaccionan químicamente para acabar produciendo algún tipo de
descomposición del material lesionado que provoca, a la larga, su pérdida de integridad,
afectando, por tanto, a su durabilidad. Resulta un conjunto de lesiones cuyo proceso es
perfectamente diferenciable de las de los grupos anteriores, aunque su sintomatología
pueda, en ocasiones, confundirse. Los tipos más destacados que podemos agrupar aquí
son los siguientes:

Eflorescencias: como la cristalización en la superficie de un material de sales solubles


contenidas en el mismo que son arrastradas hacia el exterior por el agua que las disuelve,
agua que tiende a ir de dentro hacia afuera, donde acaba evaporándose y permite la
mencionada cristalización.

Se trata de un proceso patológico claramente químico que suele tener como causa directa
una lesión previa: la humedad. Oxidaciones y Corrosiones, entendiendo este conjunto
como la transformación molecular y la pérdida de material en las superficies de los
metales. Afecta sobre al hierro y al acero. Aunque deberíamos considerarlas como, dos
lesiones distintas, ya que sus procesos patológicos, son normalmente sucesivos,
químicamente son diferentes. Por tanto: Oxidación, como la transformación en óxido de
la superficie de los metales en contacto con el oxígeno.

Corrosión: como la pérdida progresiva de partículas de la superficie del metal como


consecuencia de la aparición de una pila electroquímica, en presencia de un electrolito,
en la que el metal en cuestión actúa de ánodo, perdiendo electrones en favor del polo
positivo (cátodo), electrones que acaban deshaciendo moléculas, lo que se materializa
en la pérdida del metal. Podemos distinguir cinco tipos de procesos corrosivos.
Organismos, englobando en este tipo, todo el conjunto de lesiones donde tiene
importancia la presencia de un organismo vivo, sea animal o vegetal, que afectan a la
superficie de los materiales, bien por su simple presencia, bien por el ataque que los
mismos o los productos químicos que segregan. Se deben incluir en la familia de las
lesiones químicas, pues, desde el proceso patológico es fundamentalmente químico,
aunque algunas de las actuaciones de los organismos sean puramente mecánicas o
físicas. En cualquier caso, podemos distinguir, también, dos subtipos, en función del
organismo, animales y plantas. Erosiones Erosión química, es una transformación
molecular de las superficies de los materiales pétreos como consecuencia de la reacción
química de sus componentes con otras sustancias atacantes tales como los
contaminantes atmosféricos, sales o álcalis disueltos en las aguas de capilaridad,
filtración o accidentales, productos fabricados por el hombre, etc. Su resultado final suele
ser, no sólo la transformación molecular del material, con modificación de su estructura
pétrea y variación de su aspecto, sino además la evaporación o pérdida del material como
consecuencia de la mayor fragilidad o solubilidad de las nuevas estructuras moleculares.

Causas: Las causas se definen como agentes, activos o pasivos, que actúan como
origen del proceso patológico y que desemboca en una o varias lesiones, aunque en
ocasiones, varias causas pueden actuar conjuntamente para producir una misma lesión.
Establecemos una primera división entre causas directas e indirectas: las primeras, son
aquellas que producen el origen inmediato del proceso patológico (ya sean esfuerzos
mecánicos, agentes atmosféricos, contaminación etc ); por otra parte, las causas
indirectas son aquellas en las que pueden englobarse los diferentes aspectos patológicos
que responden a un inadecuado diseño o ejecución constructiva de la obra.

Inspección y Control: La detección de un proceso patológico suele implicar la


necesidad, de una reparación de la unidad constructiva dañada para devolverle su
función arquitectónica inicial.

Para esto es necesario un estudio previo a cualquier actuación, lo que podríamos definir
como un análisis exhaustivo del proceso patológico.

Reparación: Una vez finalizado el diagnóstico y, por tanto, descrito el proceso patológico
con su origen (causa) y su síntoma (lesión) podemos plantearnos repararlo. El conjunto
de actuaciones (demoliciones, saneamientos, nuevos materiales, etc.) destinadas a
recuperar el estado constructivo original de dicha unidad constructiva, lo llamaremos
reparación.

Prevención: Gracias al estudio de los procesos patológico y sobre todo, de sus causas,
podemos establecer un conjunto de medidas preventivas, destinadas a evitar la aparición
de procesos patológicos en próximas actuaciones constructivas. Habrá que considerar,
sobre todo la eliminación de las causas indirectas, que afectan a las fases previas de
proyecto y ejecución así como el mantenimiento.

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