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Contenido
1. En camino ............................................................ 3
2. Una llamada a la conversión ............................... 9
La humildad, punto de partida. ......................... 10
La sinceridad, compañera del camino ............... 11
3. Para el hombre de hoy ....................................... 15
Comparaciones .................................................. 15
Para la gente de hoy .......................................... 16
Una mirada integral ........................................... 17
Camino y Meta .................................................. 18
4. Tiempo de desierto ............................................ 21
5. Tiempo de ayuno ............................................... 25
6. Te perdono......................................................... 33
7. Escucha, tú, la Palabra de Dios ......................... 39
8. Cuaresma y comunidad ..................................... 47
Razones por las cuales los creyentes evangélicos no
observan la cuaresma ........... ¡Error! Marcador no
definido.
3

1. En camino

Luego el Espíritu llevó a Jesús al


desierto para que el diablo lo
sometiera a tentación. Después de
ayunar cuarenta días y cuarenta
noches, tuvo hambre. […]

el pueblo que habitaba en la


oscuridad ha visto una gran luz;
sobre los que vivían en densas
tinieblas la luz ha resplandecido».
Desde entonces comenzó Jesús a
predicar: «Arrepiéntanse, porque el
reino de los cielos está cerca».

Mateo 4: 1-3 […] 16-17

Las peregrinaciones espirituales están de moda. Tanto


en América como en el viejo mundo. Peregrinaciones
al Machu Pichu, Guadalupe, Lujan, Caacupé, Gauchito
Gil, Pachamama, San Cayetano, Chichen Itzá,
Lourdes, La Meca, Jerusalén, el Tíbet, el Rio Ganges,
y hasta en lo histórico, hoy se realizan excursiones
rememorando el cruce de los Andes.
4

Lo que hace mucho fue una experiencia profundamente


religiosa es hoy una mezcla de búsquedas de
• silencio interior,
• de convivencia
• y encuentro,
• de esfuerzo personal,
• de turismo,
• de religiosidad,
• de patriotismo,
• de encuentro con lo místico.
Cada peregrino, puede llevar motivaciones muy
diversas para hacer su camino, pero lo que es claro, es
que tiene una meta en el horizonte: encontrarse con
algo mas grande que el mismo.
Al andar se hace camino, dice el verso de Machado, y
al andar también, nos sometemos al encuentro de
mucho más de lo que iba buscando al inicio.
Supongamos que nuestro objetivo inicial era sólo
turístico (en el caso de un incrédulo), o una sanidad,
pero al llegar a nuestro destino, cuando miramos hacia
atrás podemos hallar que el camino nos ha dado
momentos de
• contemplación e introspección
• y momentos de convivencia y amistad;
• momentos de turismo y fotografía
5

• y momentos de experiencia religiosa.


Por eso, las peregrinaciones son un buen ejemplo para
comprender el sentido de este camino hacia la
Pascua. Los que alguna vez hayan hecho alguna
peregrinación, o al menos un paseo o senderismo,
pueden comprender esto que ponemos sobre la mesa.
Al salir de nuestra casa, no importa cuantos
kilómetros falten, 1 o 1000, al dar el primer paso, ya
se tiene la meta en el corazón. Sin la meta esos miles
de pasos que se dan al hacer el camino, serían un
sinsentido, un absurdo.
Del mismo modo, cuando los cristianos no adentramos
a caminar hacia la pascua, debemos tener a Cristo
en el corazón. Sin la Pascua, sin la Resurrección, estas
semanas de profunda devoción no tienen sentido y son
un absurdo.

Y si Cristo no resucitó, vana es


entonces nuestra predicación, vana es
también vuestra fe.
1 Corintios 15:14

Es necesario insistir en esta orientación de la


peregrinación hacia la Pascua, porque durante
mucho tiempo se ha perdido tanto en la celebración
como en la vida cristiana.
6

Se insistió tanto desde la iglesia como a nivel secular


en distintas visiones: por un lado,
• lo evangelístico,
• las películas,
• obras de teatro,
• campañas,
• reparto de panfletos,
• y la puntualización del día de pascua solamente,
• olvidando la cuaresma, esa preparación para el
evento principal de la fe cristiana,
Por otro lado, la secularización de la sociedad ve la
semana santa como una buena ocasión para
• hacer turismo,
• realizar fiestas,
• organizar eventos que tienen poca conexión con
la muerte y resurrección de Jesús, sin la cual
vacía nuestra fe y nuestra esperanza.
Parece que hablar de resurrección al inicio de estas
semanas está fuera de sitio. Recuperar el sentido
pascual de estas semanas, nos puede ayudar a
recuperar una visión comunitaria del misterio de
Cristo, del ser humano y de la vida.
Imaginémonos al comenzar este tiempo, dispuestos a
iniciar un camino. Por delante tenemos cuarenta días
de marcha.
7

• Habrá días de cansancio y de fatiga;


• habrá que hacer esfuerzos, cruzar ríos y subir
cuestas.
• Siempre habrá ayudas a lo largo del camino,
refugios, alimento y palabras que reconforten el
alma.

Andaremos solos, porque el camino no lo puede


hacer otro por mí, pero no andaremos en soledad,
sino con personas de fe, con nuestros hermanos y
hermanas que caminan a nuestro lado. Siempre habrá
alguien al que comentar las anécdotas de la jornada
y que nos ayude con un lavado de pies cansados del
camino.
Cuando lleguemos a la meta no seremos los mismos.
• El camino nos habrá transformado.
• Saldremos como Jesús, en el poder del Espíritu,
• algo habrá cambiado en nuestras vidas y
podremos celebrar con alegría el gozo de la
fiesta:
¡La Resurrección!
9

2. Una llamada a la conversión

«Se ha cumplido el tiempo —decía—.


El reino de Dios está cerca.
¡Arrepiéntanse y crean las buenas
nuevas!»
(Marcos 1:14).

Las primeras palabras que nos dirige el Jesús


presentado por Marcos, es una llamada a la conversión:
¡Conviértanse!
Pero, ¿qué entendemos con la palabra conversión?
Convertirse es cambiar, pasar de una situación antigua
a una situación novedosa. Ese sentido está en el
lenguaje ordinario.
En clave creyente, la invitación que Jesús nos hace a la
conversión expresa una realidad más profunda.
Es un cambio, en efecto, pero no un cambio superficial,
no es un parche nuevo en un vestido viejo, ni una mano
de pintura sobre la madera podrida, es un cambio
profundo, un lijado a conciencia para renovar nuestras
actitudes y nuestra opción fundamental de vida.
A los creyentes nos puede parecer que esto de la
conversión no es para nosotros. Los que necesitan
10

convertirse son los que no creen, los que actúan mal


en su vida, los otros, siempre los otros…
Por eso, para captar el sentido de la llamada de Jesús
a la conversión, es necesario que nos miremos un poco
al ombligo (si, esta vez si es necesario) y nos
preguntemos quiénes somos nosotros.
La humildad, punto de partida.
Para poder responder a esta pregunta, necesitamos una
actitud de partida sin la cual todas estas letras no son
más que palabras sin sentido: la humildad. Sí, sin
humildad ni hay conversión, ni hay un camino a la
pascua, ni hay nada de nada.
Si nos miramos con humildad descubriremos todo lo
que somos y todo lo que nos falta por ser.
Descubriremos todo lo bueno que hay en nosotros pero
que no acaba de dejarnos satisfechos.
Así veremos con claridad que la petición que hace
mucho tiempo hizo aquella mujer samaritana a
Jesús junto al pozo de Sicar1, es de actualidad para
el ser humano de hoy: Señor, dame de esa agua para
que no tenga más sed.

1 13
—Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed —respondió
Jesús—, 14 pero el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed
jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que
brotará vida eterna. 15 —Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener
sed ni siga viniendo aquí a sacarla.
11

En nuestro camino cristiano hemos bebido mucha


agua, hemos celebrado muchas reuniones, hemos
vivido muchas pascuas, pero seguimos sedientos,
seguimos necesitados de conversión.
La llamada de Jesús al empezar el Evangelio de
Marcos, no es para los otros sino para cada uno de
nosotros: ¡Convertite y cree en el Evangelio!
Estamos es camino de conversión, de la pascua, de la
esclavitud a la libertad. Pero… ¿de qué me tengo que
convertir?, ¿qué actitudes tengo que reorientar en mi
vida?
Tal vez al responder a estas preguntas no tenga que
hacer grandes giros en mi vida aunque probablemente
sí tenga que renovar compromisos.

La sinceridad, compañera del camino


La conversión exige en nosotros una humildad como
punto de partida y una sinceridad como compañera de
camino.
Sin humildad no tenemos ni que empezar a hablar,
porque sin ella no hay Evangelio posible.
Sin sinceridad conmigo mismo, este trayecto hacia la
pascua no supondrá nada en mi vida, sino que será un
engaño más, para conseguir autojustificaciones
personales.
12

La retrospección2 es un reto para el creyente.


Es un dardo lanzado a nuestro corazón de fe para
probar si sigue vivo. Si el dardo nos hace daño y nos
interroga, es señal de que hay sensibilidad en nuestra
vida de fe. Si el dardo no nos afecta, será que nuestro
corazón se ha endurecido tanto que se ha convertido en
una coraza invulnerable.
Con humildad y sinceridad miremos nuestro ombligo
en este domingo y preguntémonos:
por el puesto que tiene Dios en nuestra vida.
Preguntémonos por nuestra relación con la gente que
vive a nuestro lado, por nuestras ilusiones y proyectos.
Miremos nuestra vida y la de los que nos rodean.

El mensaje del nuevo testamento:

18
Pero Dios ha cumplido así lo que
anunció de antemano por boca de
todos los profetas: que Su Cristodebía
padecer. 19 »Por tanto, arrepiéntanse
y conviértanse, para que sus pecados
sean borrados, a fin de que tiempos de

2
La palabra "retrospección" está formada con raíces latinas y significa
"acción y efecto de examinar el pasado". Sus componentes léxicos son: el
prefijo retro- (hacia atrás), specere (mirar observar), más el sufijo -ción
(acción y efecto).
13

alivio vengan de la presencia del


Señor, 20 y Él envíe a Jesús, el Cristo
designado de antemano para
ustedes.(Cristo es un regalo para
nosotros)

Hechos 3:18-20.

¿Necesitamos convertirnos? Probablemente


sí.
15

3. Un llamado para la gente de hoy

Señor, hazme conocer tus caminos;


muéstrame tus sendas.

Salmo 25:4 3

Hace tiempo me di cuenta que el carnaval entusiasma


más que la pascua, y puede ser porque tiene ese brillo,
esa alegría, disfraces, cuerpos esbeltos con poca ropa,
música pegadiza y que invita a bailar, como diría la
vieja canción, por cuatro días locos te tenés que
divertir.
Comparaciones
Comparativamente es razonable, pero acá hay un tema
de cantidad de ganas, de compromiso que como
cristianos al menos debería avergonzarnos.
Cuando llegamos con mi esposa al pueblo de Máximo
Paz, nos dimos cuenta que a partir de diciembre, todos
los días, en cuanto bajaba un poquito el sol,
escuchábamos percusión, tambores y redobles hasta

3
Señor, enséñame a vivir a tu manera. Muéstrame el camino que tú
seguirías. (Versión PDT. Palabra de Dios para todos)
16

entradito el anochecer. Luego descubrimos que en el


descanso que hay en la entrada al pueblo, frente a la
estación, se juntaban las murgas a ensayar los pasos, las
coreografías, las canciones y todo lo que se hace en
carnaval ¡y el carnaval es en febrero!, dos meses antes
todos se comprometían, ponían el cuerpo para esos tres
días. ¡Y todo por un rey ficticio!
Que deberíamos hacer nosotros que realmente creemos
en un Dios vivo, que no se hace presente durante un par
de días al año, sino que es un Dios personal,
preocupado por cada una de sus criaturas.
El tiempo de preparación para la Pascua, podemos
llamarla cuaresma, o no, puede ser eso solamente, un
tiempo de preparación, tiene un tinte oscuro y
pesimista. Los que tienen tradición católica como yo y
que ya pasaron el medio siglo recordara ese tiempo de
mucho silencio, ayunos de todo tipo y de privarse de
comer carne.
Para la gente de hoy
¿Cómo puede encajar esto con el ser humano del siglo
XXI, hedonista, amante del lifting y de la liposucción?
Vivimos una cultura de la eterna juventud; una cultura
del cuerpos «a pedido» (recordemos la efímera vida del
multimillonario Ricardo Fort) y del aprendizaje sin
esfuerzo, todo digerido y sin discernir, aprendemos
contenido sin hacer procesos de reflexión.
17

Ante esto una preparación espiritual es tremendamente


impopular. ¿Cómo puede seguir siendo un tiempo
significativo para el hombre de hoy?
Una mirada integral
Tenemos que hacer un esfuerzo por mirar a la persona
en su conjunto. Hemos dejado que el mundo defina la
pascua, que la vacíe de contenido, que si se celebra es
tiempo de penitencia, o por otro lado un tiempo de
vacaciones adicionales.
En la vida hay penas y alegrías; dolores y gozos;
funerales y bodas, y ya lo dice el Eclesiastés 7:2

Es mejor ir a un funeral que ir a una


fiesta, porque todos deben morir, y los
que están vivos debieran aceptar eso.

La vida humana no es ninguno de los momentos


separados, sino todo el conjunto. Tan vida es el tiempo
de calma, alegría, felicidad y paz, como el de dolor,
convulsión, tristeza y crisis.
La fe nos enseña que Jesús pasó por la muerte cruenta
y dolorosa de una cruz, pero tuvo sentido porque él vio
el amanecer de la resurrección y todo lo que venía atrás,
una iglesia pujante, miles de convertidos, millones y
millones de vidas cambiadas por ese acto.
18

Este tiempo no es una visión pesimista del hombre,


sino una visión integral. En la vida, las cosas no se
consiguen sin esfuerzo. La vida no es una máscara de
Carnaval por muy festivos y alegres que nos parezcan
esos días.
Este tiempo, tiene un mensaje de realismo para la gente
del siglo XXI. No se hace camino en la vida sin
esfuerzo personal. No se alcanzan objetivos sin
preparación previa.
Camino y Meta
No podemos separar meta y camino, porque en la
llegada esta la Resurrección. Así unidas, nos enseñan
una visión integral del ser humano. Así unidas, camino
y resurrección nos muestran que no todo es fruto del
esfuerzo personal. Como el caminante que recorre
senderos desconocidos encuentra ayudas inesperadas
en el trayecto, incluso como diría el libro de Nadia,
“Santos Accidentales”, los creyentes contamos en
nuestra vida con la ayuda de Dios, con la presencia
invisible del Espíritu actuando en las personas que nos
rodean.
Esto no es la negación del hombre; ni un tiempo de
flagelantes y masoquistas. Caminamos con la vista
puesta en Jesús, autor y consumador de la fe (Hebreos
12:2) que nos acerca hacia Dios, que nos recuerda
quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos.
Vivir este tiempo es aceptar la acción de Dios en
19

nuestra vida y poner nuestro esfuerzo por ser cada vez


más personas. Terminemos con el pasaje de Eclesiastés
que habíamos comenzado:

3
El dolor es mucho mejor que la risa:
porque cuando estamos tristes,
tratamos de ser buenos.4El sabio
piensa en la muerte, pero el falto de
entendimiento sólo piensa en pasarla
bien.

Eclesiastés 7:3 y4
21

4. Tiempo de desierto.

“Bien saben que el Señor su Dios los


ha bendecido en todo lo que han
emprendido, y los ha cuidado por
todo este inmenso desierto. Durante
estos cuarenta años, el Señor su Dios
ha estado con ustedes y no les ha
faltado nada."

Deuteronomio 2:7

El desierto es una de las comparaciones más usadas a


lo largo de la historia para referirse al tiempo de
Cuaresma. Las resonancias bíblicas del desierto son
evidentes: Cuarenta años deambuló el pueblo de Israel
hacia la Tierra Prometida. Cuarenta días pasó Jesús allí,
antes de comenzar su vida pública.
Para la iglesia y la gente urbana el desierto nos toma
desprevenidos, una hectarea vacia ya nos parece algo
extraño y los desiertos son lugares lejanos y
atravesados por beduinos y camellos. Pero la
experiencia que pudieron tener los escritores judíos de
la Biblia, la hemos vivido nosotros sólo por imágenes
televisivas o por viajes turísticos.
22

¿Qué es un desierto?
No obstante, aunque no tengamos un desierto a quince
minutos de casa, no es excesivamente complicado
entender todo lo que se simboliza con esta imagen.
• El desierto es un lugar hostil. Es lugar y tiempo
de dificultad, de contrastes. De calor asfixiante
por el día y de frío polar por las noches. Hablar
de desierto es hablar de la parte menos dulce de
la vida, del polo opuesto al camino de rosas.
• El desierto nos sugiere la necesidad de afrontar
las dificultades y poder con ellas.
• El desierto es, por ello, un tiempo de paso. No se
puede vivir en el desierto o, al menos, no es muy
recomendable. El pueblo judío superó el desierto
para entrar en Canaán. Jesús pasó la tentación
para iniciar su mensaje de Buena Noticia. La
Cuaresma, como tiempo de desierto, no tiene
sentido en sí misma, sino como camino de
preparación y de esfuerzo para la Pascua, para el
misterio de la muerte y Resurrección de Jesús, el
Señor.
• El desierto es lugar de soledad. Los aullidos del
viento que sopla sobre las dunas es la única
compañía para el eco de nuestra voz. Allí no hay
ruido de coches, ni de metros, ni de autobuses…
23

Vivir el desierto.
El rugir de la ciudad cede su puesto al silencio. En el
desierto nos las vemos a solas con nosotros mismos.
Por eso es un buen sitio y un buen lugar, tanto para
escucharnos y conocernos a nosotros, como para
escuchar y conocer a Dios.
• Ir al desierto es parar los monótonos ruidos del
día a día para mirar nuestra propia realidad y ver
qué cosas nos alejan de Dios.
• Por eso, en el desierto, en la soledad, podemos
comprendernos mejor y orar a Dios. El desierto
es momento de oración, pero momento pasajero.
• No es construir allí tienda alguna. La vida se
hace en el día a día y el desierto no es un lugar
apropiado para instalar la propia casa, sino para
hacer un alto en el camino y luego reanudar la
marcha.
La vida hay que hacerla en nuestras circunstancias, en
nuestro trabajo cotidiano, en nuestra familia y con
nuestros amigos. Con los que nos quieren y con los que
nos desprecian.
La Cuaresma, como tiempo de desierto, es una triple
llamada a la conversión, a la aceptación de las
dificultades en nuestra vida y a escuchar la voz de Dios.
Esa llamada nos invita a ponernos en camino. Un
camino que cruza un ancho y penoso desierto que es
24

preciso atravesar para llegar a contemplar el


maravilloso misterio de la Resurrección; de la
presencia misteriosa de Jesús en la comunidad de
creyentes; de una salvación que ya ha empezado a
hacerse presente en nuestras vidas.
25

5. Tiempo de ayuno. 3/04/2022

«El ayuno que Dios quiere es este:


Que abras las prisiones injustas, que
dejes libres a los oprimidos, que
compartas tu pan con el hambriento,
que obligues a los pobres sin techo,
que proporciones vestido al desnudo y
que no te desentiendas de tus
semejantes» (Is 58, 6-7).

Junto al desierto, otra de las imágenes que


tradicionalmente han constituido el núcleo de la
Cuaresma es el ayuno.
En los primeros tiempos de la Iglesia el ayuno tuvo una
función fundamentalmente simbólica. En la gran
solemnidad de la Vigilia Pascual, para destacar con
fuerza la presencia de Jesús Resucitado en el banquete
eucarístico, se fueron introduciendo días previos de
ayuno con una función estrictamente preparatoria.
Igual que la luz sólo destaca porque hay oscuridad, o la
lluvia se recibe con alegría porque hay sequía, el ayuno
tenía la función de engrandecer el momento de la
comida eucarística de la noche de Pascua.
Hoy, hemos perdido en gran medida este simbolismo y
sólo nos quedan unos días puntuales que se dicen días
26

de ayuno: Miércoles de Ceniza y Viernes Santo, con un


sentido de penitencia y ascesis.
El ayuno se entiende como privación, como ejercicio
de autocontrol.
¿Cómo puede entenderse hoy en día el tema del
ayuno?
Desde luego no puede presentarse desde una visión
pesimista del hombre, una concepción negativa del
cuerpo al que hay que castigar con privaciones de
alimento para doblegar sus pasiones.
Esto está muy lejos de la visión cristiana del
hombre. La clave para entender el ayuno es el amor.
La caridad es el principio de los principios del
cristianismo. Esto ya lo intuyeron los profetas cuando
ponían en boca de Dios estas palabras: «Misericordia
quiero, y no sacrificios».
¿De qué sirve ayunar estrictamente, si luego se va a
tener una cara de amargado y un carácter insoportable?
De poco, ciertamente. El ayuno tiene que ser expresión
de amor y el ayuno más difícil no es el del alimento,
sino el del egoísmo y el de todas las actitudes que nos
separan de los demás y por ello de Dios. -
Sufrimiento de penalidades-
Sin embargo, privarse de algo que no nos resulta
necesario para vivir, es hoy en día un auténtico signo
27

en un mundo dominado por el dios tener y por la


economía de mercado.
Un ayuno ritualista no tiene mucho sentido. Un ayuno
inspirado desde el amor es muy significativo para el
mundo de hoy. Ayunar es reflexionar sobre si es justo
nuestro nivel de vida en comparación con los que
apenas tienen para vivir. Ayunar es pasar de la
reflexión a acciones concretas.
Desde esta perspectiva, a lo mejor ser cristiano es
mucho más que cenar suave dos días al año o comer
merluza en vez de ternera durante los viernes de un par
de meses.
Tal vez a esas prácticas tradicionales hay que añadir
signos concretos que ayuden a dar forma al espíritu que
hay de fondo.
Tal vez ese sea el sentido del ayuno cristiano. Veamos
el ayuno en su sentido biblico.
La adoración que Dios acepta, 58:1-14
En esta sección se nos aclara de una manera más amplia
el estado espiritual de la comunidad en Judá y en
Jerusalén. A diferencia de los samaritanos, a los cuales
en 57:3 llama el profeta hijos de bruja, en este versículo
llama al remanente de Judá: mi pueblo. Y como
prerrequisito para su pacificación el profeta es
comisionado para denunciar ante el pueblo de Dios su
transgresión, la causa de la presente calamidad moral y
28

material (v. 1; comp. 57:1). Es necesario que el pueblo


comprenda por qué las cosas le van mal, y por qué el
retorno a Sion no se ha revestido de la gloria y del
esplendor que le fueron profetizados.
Semillero homilético
¿Cómo observar el día del Señor? 58:13, 14
Introducción: En años anteriores se debatía mucho
sobre las actividades permisibles en el día del Señor.
Hoy en día hay mayor flexibilidad en cuanto a las
actividades, hasta tanto que se ha perdido el espíritu de
reverencia hacia ese día. Los comercios están abiertos,
como cualquier otro día de la semana. Las actividades
deportivas toman prioridad sobre los cultos en muchas
partes. Todo esto nos lleva a preguntar, ¿cómo
debemos observar el día del Señor?
1. Debe ser un día de descanso (v. 13a).
a. El significado básico de la palabra
"sábado".
b. El cuerpo necesita tiempo para
componerse por medio del descanso.
2. Debe ser un día de alegría en el Señor (v. 13b).
a. Reconocemos el Señor de la creación
b. Agradecemos al Señor la dádiva de la
vida.
3. Debe ser un día de adoración (v. 13b).
a. Con sumisión al Dios supremo.
b. Con gratitud por sus bendiciones.
29

Conclusión:
Debemos tener balance en las actividades con que
observamos el día del Señor. Debe haber tiempo para
descansar de nuestras labores de la semana, tiempo
para adorar al Señor en la iglesia y tiempo para estar
con la familia y los amigos.
La palabra ki con que empieza el v. 2 ha sido traducida
por la RVA con la palabra Pero; aunque otros
traductores y comentaristas indican que debe ser
traducida con la palabra Ciertamente, pues introduce la
descripción del culto judío que en la superficie tiene
todos los visos de autenticidad, pero no cuenta con la
aprobación divina ni tiene resultados positivos
palpables en la
vida, la prosperidad y en la pacificación del pueblo.
Israel debe ser consciente de este estado de cosas, y el
profeta es comisionado para mostrárselo (v. 1).
A diferencia de la religión sincretista de los
samaritanos, amonitas y otros pueblos cercanos a Judá
(57:5–9), el culto de los judíos impresiona por su
espiritualidad, por su credo y por su apego al único y
verdadero Dios, lo cual se expresa en un acercamiento
“rabínico”, académico a la palabra escrita de Dios (v.
2; comp. Neh. 7:7b–8:13).
Uno de los aspectos de la religión judía que tenía para
el pueblo matices de profunda espiritualidad eran las
30

prácticas del ayuno. Aparte del único ayuno estipulado


en la ley de Dios, el ayuno del Día de la Expiación
(Lev. 16:29), en que el ayuno es una expresión de
humillación personal (lit. “afligir el alma”), se habían
establecido 4 dias mas de ayunos.4
Estos días de ayuno no fueron anulados después de la
reconstrucción del templo (comp. Zac. 7:19 y las notas
de RVA allí para las fechas de los ayunos).
Estos ayunos eran formulismos carentes de significado
religioso. La conducta del pueblo en estos días
confirma esta aseveración, que en más de una ocasión
un día de ayuno se convirtió en un tumulto o una
ocasión de explotación de parte de los [página 239]
dirigentes y los que se daban el lujo de ayunar, contra
aquellos a quienes sometían a trabajo forzado (vv. 3,
4).
El argumento divino cuestiona la validez de una
costumbre si carece de contenido ético (vv. 5–7). Si se
trata de conseguir algo de parte de Dios a costa de
esfuerzo y de cierta incomodidad, dice el Señor, ¿No
consiste, más bien, el ayuno que yo escogí, en desatar
las ligaduras de impiedad... (alusión a la esclavitud

4
1.El ayuno del mes décimo (10 de Tevet) en memoria del comienzo del
asedio de Jerusalén.
El ayuno del mes cuarto (17 de Tamuz), cuando se abrió brecha en las
murallas de Jerusalén.
El ayuno del mes quinto (9 de Ab), día de la destrucción del templo.
El ayuno del mes séptimo (3 de Tishréi); este es el ayuno de Gedalías.
31

del judío por el judío). Ver v. 6; comp. Nehemías 5:5.


¿No consiste en compartir tu pan con el hambriento y
en llevar a tu casa a los pobres sin hogar? (v. 7; comp.
Neh. 5:17).
El libro de Nehemías nos revela cómo este guía del
pueblo enseñó con su ejemplo las demandas éticas de
Dios. Sólo el mínimo sacrificio de una persona a favor
de su prójimo es considerado por Dios como verdadero
ayuno y verdadera religiosidad (v. 5; comp. Stg. 1:26,
27). Sólo cuando esto ocurra en la vida del pueblo
despuntará la luz que anuncia la redención y la victoria
(v. 8). Sólo entonces habrá una respuesta inmediata y
positiva a la oración: Entonces invocarás, y Jehovah te
escuchará. Clamarás, y él dirá: "¡Aquí estoy!" (v. 9).
Entonces Israel empezará a cumplir el objetivo divino
de ser luz a las naciones (v. 10b). Luego se verificará
una restauración ecológica y la reconstrucción [página
240] del país (vv. 11, 12). Entonces, cuando el sábado
sea realmente consagrado a Jehovah, el pueblo se
deleitará en su Dios y podrá tener la victoria sobre los
problemas insalvables (vv. 13, 14). Las promesas de
Dios tienen el sello de confirmación que comprometen
su mismo nombre: Porque la boca de Jehovah ha
hablado.
33

10/04/2022
6. Te perdono.

Porque, si perdonan a otros sus


ofensas, también los perdonará a
ustedes su Padre celestial. Mateo
6:14

Escuchar las palabras «te perdono», es una de las


acciones más terapéuticas que pueden hacer con
nosotros. Y es que, resulta, que por muchas cualidades
que tengamos o por altos cargos de responsabilidad que
ocupemos, todos seguimos siendo personas y por ello
necesitados de amar y de ser amados; de perdonar
y ser perdonados.
El pueblo griego —sabio donde los haya— tenía un
precioso mito para explicar el sentido del ser humano:
El mito de Belerofonte. Este buen hombre fue un
príncipe griego al que se le subió la gloria a la cabeza
por haber vencido al monstruo Quimera, y se le
embotó la mente y el corazón, creyendo ser Dios.
Tuvo un buen castigo por su soberbia, igual que lo
tuvieron Adán y Eva, los primeros hombres que en la
cultura judía quisieron comer del fruto del árbol de la
ciencia del bien y del mal para ser como dioses…
34

Y es que el perdón y el orgullo forman una


combinación que no encaja. Sólo desde la sencillez y
la aceptación de las propias limitaciones puede
surgir un «perdóname» o un «te perdono».
Hay quien dice que sólo existe un pecado y es el
egoísmo. Sí, el egoísmo cierra las puertas del corazón
a los demás y fabrica castillos defensivos con fosos
inexpugnables. Verdaderas fortalezas mentales

Las armas con que luchamos no son


del mundo, sino que tienen el poder
divino para derribar fortalezas. 5
Destruimos argumentos y toda altivez
que se levanta contra el conocimiento
de Dios, y llevamos cautivo todo
pensamiento para que se someta a
Cristo.

2 Corintios 10:4-5

El egoísmo no sabe nada de amor, ni de perdón y


por eso no sólo es un pecado, sino que, como la famosa
serpiente que se muerde la cola, cierra al hombre toda
posibilidad de cambio o de arrepentimiento.
El egoísta no siente necesidad de Dios, ni de los
demás, ni de perdón.
35

Ahí lleva su propio castigo: el auténtico infierno, que


no es otro que la soledad, el aislamiento.
Ciertamente, no existen egoístas químicamente puros,
pero sí existen en nosotros actitudes de egoísmo que
se encarnan en gestos concretos, en mirar a los demás
por encima del hombro, en sentir serias dificultades
para pedir humildemente perdón.

El que perdona la ofensa cultiva el


amor; el que insiste en la ofensa divide
a los amigos. Proverbios 17:9

La Cuaresma es un tiempo propicio para vivir la alegría


del perdón. Un perdón que en cristiano se vive día a
día en los gestos de acogida y amor hacia los demás
y que se celebra por medio de la cena del Señor.
Por encima de las dificultades sociológicas para vivir
el perdón, el cristiano tiene que ver en la Cuaresma, un
tiempo oportuno para acercarse a un Dios Amor,
que nos espera como un Padre Misericordioso, tal y
como nos lo dibujó magistralmente el médico Lucas.

Más bien, sean bondadosos y


compasivos unos con otros, y
perdónense mutuamente, así como
36

Dios los perdonó a ustedes en Cristo.


Efesios 4:32

Es cierto que nos resulta difícil pedir perdón, pero


hacerlo es reconocer quiénes somos. Podemos
excusarnos en el tradicional argumento de por qué
tengo que contar aun cura mis pecados. Podemos
buscar un cristianismo más o menos a nuestra manera
en el que nos las vemos a solas con Dios, haciendo las
paces con el individualismo tentador.
A pesar de todo esto, la Iglesia, la comunidad de
creyentes en Jesús, sigue haciendo en este camino a la
pascua una llamada a la celebración del perdón, a
dejarse reconciliar por Dios, a vivir el encuentro del
amor gratuito e incondicional de Dios con los hombres,
seamos como él.

¿Qué Dios hay como tú, que perdone


la maldad y pase por alto el delito del
remanente de su pueblo? No siempre
estarás airado, porque tu mayor
placer es amar. Miqueas 7:18

Probemos como comunidad de fe, ser «perdonadores»,


y atrévamonos a pedir perdón, para recibir alivio.
37
39

15/04/2022
7. Abrazar la Palabra de Dios.

«Lo que era desde el principio, lo que


hemos oído, lo que hemos visto con
nuestros ojos, lo que contemplamos y
palparon nuestras manos tocante al
Verbo de vida, lo que hemos visto y
oído lo anunciamos también a
vosotros, para que vosotros también
tengáis comunión con nosotros» (1
Jn, 1,1-3).

La biblia no es un libro mágico, no tiene ningún poder


místico, no existen palabras arcanas que nos den poder,
no ganamos nada besándola, ni da ninguna protección
abriéndola en algún pasaje en particular.
No me malentiendan, amo la Biblia, y creo que de
forma muy especial para los cristianos, el Nuevo
Testamento y en especial los evangelios, recogen la
experiencia de fe del pueblo de Dios.
Juan comienza su primera carta con una frase que es
una continua invitación a los hombres y mujeres de hoy
a tomar entre sus manos ese testimonio que nos
dejaron los primeros testigos, para que Dios siga
40

hablando por medio de su Palabra en el hoy de nuestras


vidas.
Los mismos textos, las mismas parábolas, los mismos
relatos leídos en situaciones personales diversas nos
ofrecen una palabra siempre nueva que continuamente
nos interpela.
Por eso, la Pascua, es un tiempo oportuno para
acercarnos a la Palabra de Dios para que nuevamente
se nos cuente la historia, o como escribi en el libro
sobre la reforma, “cuéntanos la vieja historia. La mayor
ayuda de que podemos disponer para recorrer el
camino hacia la Pascua es una calma lectura de la
Palabra de Dios.
Desde el Genesis, el relato cuenta la Historia de
Salvación, desde los principios del universo y que
encuentra su momento culminante con la muerte y
Resurrección de Jesús.
El verdadero creyente no puede ver esa historia desde
fuera, como un advenedizo5, como si estuvieramos
hablando del Señor de los Anillos con personajes
ajenos a nosotros. Esta Historia de Salvación es nuestra
propia historia y por eso, hay que conocerla, y hacerla
presente en nuestras vidas.

5
Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos
de los santos y miembros de la familia de Dios, (Efesios 2:19)
41

No podemos perder la oportunidad que se nos brinda la


de acercarnos a la Palabra de Dios, tener quien la
predique, quien la enseñe, quien pueda enseñarnos a
interpretarla.
Cuando leemos a los profetas, vemos que aun antes que
el Cristo de Dios caminara en esta tierra, ellos
caminaron un camino de auténtica conversión.
Podemos leer el sentido del ayuno en Isaías:

«He aquí que vuestros ayunos son


ocasión de contiendas y de riñas, para
herir con el puño de perversidad. No
podéis seguir ayunando como ahora,
con el objeto de hacer oír vuestra voz
en lo alto. ¿Es éste el ayuno que yo
escogí: sólo un día en que el hombre
se aflija a sí mismo? ¿Acaso el
doblegar la cabeza como junco y el
acostarse sobre cilicio y ceniza es lo
que llamáis ayuno y día agradable
para Yahveh?

¿No consiste, más bien, el ayuno que


yo escogí, en desatar las ligaduras de
impiedad, en soltar las ataduras del
yugo, en dejar libres a los
quebrantados y en romper todo yugo?
42

¿No consiste en compartir tu pan con


el hambriento y en llevar a tu casa a
los pobres sin hogar? ¿No consiste en
cubrir a tu prójimo cuando lo veas
desnudo, y en no esconderte de quien
es tu propia carne?

Entonces despuntará tu luz como el


alba, y tu recuperación brotará con
rapidez. Tu justicia irá delante de ti, y
la gloria de Yahveh irá a tu
retaguardia.

Entonces invocarás, y Yahveh te


escuchará. Clamarás, y él dirá: ¡Aquí
estoy!».

Ezequiel nos exhorta a cambiar la disposición de


nuestro corazon:

«Yo os reuniré de entre los pueblos y


os recogeré de los países en los cuales
habéis sido dispersados, y os daré la
tierra de Israel. Allá volverán, y
quitarán de ella todas sus cosas
detestables y todas sus cosas
abominables. Les daré otro corazón, y
43

pondré un espíritu nuevo dentro de


ellos. De la carne de ellos quitaré el
corazón de piedra y les daré un
corazón de carne, para que anden
según mis estatutos y guarden mis
decretos y los pongan por obra. Ellos
serán mi pueblo, y yo seré su Dios».

Leemos los relatos de vocación para ayudarnos a


reflexionar sobre nuestra vida cristiana y nuestro
propio llamamiento.

«Vino a mí la palabra de Yahveh,


diciendo: —Antes que yo te formase
en el vientre, te conocí; y antes que
salieses de la matriz, te consagré y te
di por profeta a las naciones.

Y yo dije: —¡Oh Señor! He aquí que


no sé hablar, porque soy un
muchacho.

Pero Yahveh me dijo: —No digas:


“Soy un muchacho”; porque a todos
a quienes yo te envíe tú irás, y todo lo
que te mande dirás.
44

No tengas temor de ellos, porque yo


estaré contigo para librarte, dice
Yahveh.

Entonces Yahveh extendió su mano y


tocó mi boca. Y me dijo Yahveh: —
He aquí, pongo mis palabras en tu
boca.

Mira, en este día te he constituido


sobre naciones y sobre reinos, para
arrancar y desmenuzar, para
arruinar y destruir, para edificar y
plantar.»

Podemos, también escuchar a Jesús con grandes


momentos del Evangelio.
Nos habla de Dios como un Padre Misericordioso
(Parábola del padre prodigo) (Lc 15, 11-32)
Nos dice cómo deben ser nuestras relaciones con los
que nos rodean (Lc 10, 25-36 el buen samaritano)
Nos da las leyes, preceptos y forma de comportarnos
en una auténtica vida cristiana (Mt 5:1-11 Las
bienaventuranzas).
Acerquémonos como punto inicial, en este tiempo a la
Palabra de Dios. A las parábolas del Reino, a los
45

diálogos de Jesús con Nicodemo, con la Samaritana,


con Zaqueo… Acerquémonos al gran misterio de la
muerte y Resurrección de Jesús que este libro nos
cuenta y a cómo este misterio configuró la vida de los
primeros creyentes, no para y que esto no termine el
domingo de Pascua, sino que sea algo permanente.
Como lo dice el apóstol Pablo.

«Si no hay resurrección, entonces ni


siquiera Cristo ha resucitado, y si
Cristo no ha Resucitado, vana es
nuestra fe.» (1 Corintios 15:13-14)
47

17/04/2022.
8. La Pascua y la comunidad.

La Cuaresma no es un tiempo para la piedad personal,


para la conversión individual o la penitencia privada.
La Cuaresma, como todo en el cristianismo, es un
tiempo eminentemente comunitario. Corren malos
tiempos para la fe comunitaria en un mundo que cada
vez se construye más como una sociedad de
individualistas.
En lal ultimo tiempo deEn Occidente, la religión cada
vez se está desplazando más al ámbito de lo privado.
Esto no sólo significa una pérdida de influencia social
de las instituciones eclesiales, sino también una pérdida
de la dimensión comunitaria a favor de un
individualismo relativista.
La experiencia de Dios e incluso la misma imagen de
Dios, se vincula cada vez más a las necesidades de cada
individuo, que se hace un dios a su manera y una
religión que se acomoda a sus necesidades: «¡Yo ya me
las entiendo a solas con Dios!» es el eslogan del
individualismo religioso.
Esta es la gran tentación a la que estamos sometidos los
cristianos de hoy, porque perder la dimensión
comunitaria de la fe es perder la misma fe comunitaria.
48

Desde su origen el cristianismo ha nacido como una


experiencia en común de la fe en el Resucitado:

«Cuando entraron en el sepulcro,


vieron a un joven sentado al lado
derecho, vestido de una larga ropa
blanca, y se asustaron.

Pero él les dijo: —No os asustéis.


Buscáis a Jesús de Nazaret, quien fue
crucificado. ¡Ha resucitado! No está
aquí. He aquí el lugar donde le
pusieron.

Pero id, decid a sus discípulos, y a


Pedro, que él va delante de vosotros a
Galilea. Allí le veréis, como os dijo»
(Mc 16, 5-7).

Sin comunidad no se entiende nuestra fe, ni nuestra


celebración, ni nuestra vida cristiana. Por eso, es
necesario recuperar todos los elementos que nos
ayuden a comprender el sentido comunitario de la fe.
En este tiempo de Cuaresma todo esto es muy
importante. Puede haberse dado en un tiempo pasado,
una insistencia en elementos individualistas como
49

privaciones personales, oración individual, sacramento


privado de la Reconciliación…
Por eso es necesario recuperar todos los elementos
comunitarios de la Cuaresma, por medio de la escucha
y celebración de la Palabra, de la oración común, de la
celebración del perdón…
El tema no es optativo. En la recuperación de la
dimensión comunitaria de nuestra fe y nuestra vida nos
jugamos mucho. El individualismo tentador de la
cultura es un auténtico cáncer para un para un
cristianismo, que no admite reducciones de rebajas
para hacerse más popular.
Los primeros creyentes celebraron la Resurrección en
grupo. Desde la reunión de la Última Cena a la reunión
de Pentecostés, hay un camino de experiencia de fe que
no se vive aisladamente sino unidos y ayudados por la
presencia del Espíritu.
Ese debe seguir siendo nuestro camino para vivir hoy
nuestra fe.

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