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La literatura fantástica
en Colombia

Aproximaciones literarias
mauricio vargas herrera
Egresado de Estudios Literarios de la Universidad Autónoma, escritor.

Si escribir pensando en ser adaptado al norteamericanos: cuando los países atravie-


cine es una ofensa a ojos de muchos, Ál- san por alguna crisis, los géneros fantásticos
varo Mutis tendría que haber sido conde- gozan de acogida, en una especie de ciclo
nado a la hoguera. Su novela La mansión de diez o veinte años. O tal vez este auge en
de Araucaima era, ante todo, la tentativa de ciernes sea producto del aluvión de series y
convencer a Luis Buñuel de que lo gótico películas en el que cada vez nos vemos más
también podría ser posible en el trópico. Y inmersos y que permea la imaginación de
pese a que nunca pudimos ver el resulta- los autores y las estrategias de los editores.
do de una fusión tan prometedora, Carlos Sea como sea, es agradable que los intentos
Mayolo fue quien la materializó, con lo que por incursionar en esta rama de la literatura
parió un nuevo género denominado “Góti- popular no sean en vano.
co tropical”. Su consolidación, sin embargo, Haciendo un repaso por uno de los
quedó a medias, anclado como el intento de subgéneros que viven bajo el manto de lo
una generación de cineastas que ya murió, fantástico, nos encontramos con un hori-
pero que se empeña en resucitar como si zonte prometedor.
no hubiera futuro posible. Pese a todo, de Laguna Libros, quienes reeditaron
una cosa estoy convencido: viéndolo objeti- tres novelas de nuestra ciencia ficción tem-
vamente, lo gótico no es más que un entra- prana, parecen interesados en engrosar y
mado, una fusión de decorados tales como posicionar su colección fantástica. Fernan-
bosques, niebla, cementerios y castillos do Gómez fue publicado con una nueva
emplazados en lejanos parajes. El miedo edición ilustrada de su novela Microbio, que
no obedece a oscuras y siniestras filigranas, propone una pandemia. Gabriela Arcinie-
sino a la mente y, como sentimiento y res- gas publicó con ellos Rojo sombra, una no-
puesta orgánica que es, no tiene fronteras vela sobre canibalismo y extrañas criaturas
demarcadas. Si hay peligro hay miedo y si que habitan bajo las calles bogotanas, junto
hay misterio, mucho mejor. Y parece que, con su más reciente obra, Bestias, un libro
después de muchos años, nuevamente he- de cuentos ilustrado en el que se homena-
mos empezado a caer en cuenta de esto. jea a las criaturas más espeluznantes. Final-
La literatura fantástica en Colombia mente, Carolina Sanín, para nada cerca a
parece estar atravesando por un pequeño estos géneros, publicó con ellos Los niños,
despertar, cosechando lectores con mayor una breve e insólita novela —reeditada en
éxito que en años anteriores, cuando algu- España por Siruela— que, según algunos
nos aventados como René Rebetez y Ger- críticos, huele a Twin Peaks, aquella famosa
mán Espinoza quisieron escribir este tipo de serie de suspenso dirigida por David Lynch.
narrativa “a la colombiana”. Quizá se deba La Editorial 531 tiene entre sus filas a
a la hipótesis que esgrimen algunos autores Álvaro Vanegas, autor de Despertares atroces
(disponible solo en formato digital), Mal con la proliferación de contenidos radiales
paga el Diablo, No todo lo que brilla es sangre y televisivos al respecto. Hablo de “El cartel
y Virus. Pactos con el demonio, intrigas que paranormal” de La mega, “Luna Blu” de Blu
coquetean con la novela negra y una histo- Radio y el polémico “Ellos están aquí” de
ria de zombis bogotana, todas ellas han sido rcn. Edwin Robles, parasicólogo del cartel
sus propuestas. Es uno de los autores con paranormal, publicó con Collage Editores
más constancia que ha salido a escena hasta sus Archivos paranormales y El rebaño de la
el momento y que más temas ha propuesto Matrix, así como Xavier Piñeros, otro fre-
en su narrativa. Y la editorial Calixta Edi- cuente colaborador extrasensorial del mis-
tores, que parece tener una alianza con 531, mo programa, publicó con ellos La escuela
también tiene un buen número de obras de invisible de un clarividente. Su conductor,
corte fantástico, mucho más cercanas al gé- Daniel Trespalacios, escribió sus experien-
nero de la novela juvenil, que tanto éxito cias en el programa bajo el título de Quie-
está teniendo entre los adolescentes: Oscura ro entrevistar al Diablo. Por otro lado, desde
redención y Calvario, de Yeniferth Carranza, la competencia, Esteban Cruz Niño, quien
son las más visibles de su catálogo. ya lleva un buen tiempo haciendo parte de
Collage Editores publicó con éxito la competencia con el programa Luna Blu,
total su libro de cuentos 13 relatos inferna- recientemente sacó su nuevo libro Vampi-
les, en el que participaron Álvaro Vanegas, ros, caníbales y payasos asesinos. Y desde Es-
Gabriela Arciniegas y Esteban Cruz Niño, paña, Mado Martínez ya lleva dos entregas
antropólogo famoso por su libro sobre ase- de Colombia sobrenatural. Estos tres últimos
sinos en serie Los monstruos en Colombia sí escritores han sido cobijados bajo el manto
existen. La editorial gozó del privilegio de de Ediciones B, que parece la más decidida
haber editado el libro, si no el más escalo- a sacar adelante estos temas extranormales
friante, sí el más vendido de la Feria Inter- vistos desde nuestro territorio.
nacional del Libro de Bogotá del 2015, cosa Son estas las manifestaciones de un
que no deja de sorprender al tratarse de un fenómeno que se niega a sufrir una muerte
libro de cuentos. prematura y que, junto con lectores jóvenes,
Penguin Random House se apoderó se está fortaleciendo con éxito moderado.
de la obra vampírica de Carolina Andújar Sin embargo, el peligro acecha a la vuelta
mientras Planeta atesora a Mario Mendo- de la esquina.
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za, que ahora se mueve entre dos públicos: Somos novatos en promover la fan-
su saga juvenil, inicialmente editada por tasía, condenada históricamente por la
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Arango Editores, es una aventura épica crítica. Debemos luchar con una tradición
ambientada en los verdes parajes andinos norteamericana y europea muy fuerte. Ver
de nuestro continente y, junto a ella, su libro un nombre castizo en la portada de un libro
de investigación Paranormal Colombia, en el de ciencia ficción sigue siendo extraño. Y
que cambia las fronteras de las ciudades por la solución no es, precisamente, inventarse
las fronteras de la mente. seudónimos que suenen gringos para sol-
Porque no solo de literatura hablamos ventar el problema.
aquí. El gusto por lo extraño ha hecho que, Las sinopsis en varias de las contra-
aparte del libro divulgativo de Mendoza, portadas parecen titubear cuando tratan
otros se lancen a tratar estos temas desde de vendernos las historias. Omiten deli-
diferentes puntos de vista. Vale señalar la beradamente los términos terror o fantasía
48 particular conexión que tienen sus autores como si fueran algo sucio e ignominioso.
En una dura pero justa reseña publicada editores pueden ser la otra palada de tierra 49
en el boletín cultural de la biblioteca Luis que sepulte a esta literatura.

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Ángel Arango, el autor calificaba Mal paga Viajemos en el tiempo. Estados Uni-
el Diablo como un “Fausto para dummies”. dos, década de los ochenta. Los libros de
Lo malo no es el apelativo —que de cier- bolsillo invaden los anaqueles y vitrinas de
ta manera se lo gana con creces—, sino la las librerías y hasta farmacias. Un cardumen
capacidad para juzgarla desde el género al de autores ve publicadas sus obras, no todas
que pertenece, prefiriendo condenarla por de la misma calidad, pero sí merecedoras de
no dejarse ajustar con calzador dentro de la un éxito similar. Las carátulas de esto libros,
novela urbana o novela negra, siendo estos, la mayoría en ediciones de bolsillo, resaltan
posiblemente, géneros mejor aceptados por en las estanterías por sus vistosas ilustracio-
la crítica. Si nuestra nueva literatura fan- nes, a veces potenciadas con troquelados y
tástica, apenas una resurrección imberbe, hologramas. Más que ganas de leerlos, son
vuelve a caer en manos de estos sujetos que, objetos preciosos que invitan al coleccio-
al parecer, la última historia de miedo que nismo. Y todo esto por no más de seis dó-
leyeron fue escrita por Edgar Allan Poe o lares. Si volvemos al presente, veremos que
H. P. Lovecraft —no ver los elementos so- los precios siguen siendo muy bajos, osci-
brenaturales en el libro de Vanegas es pre- lando entre los diez y quince dólares. Tam-
ocupante—, será una llama que se apague bién continúan siendo bellos objetos. No
pronto porque, aunque a algunos les suene faltará quien diga que fijarse en tales tri-
mal, la literatura fantástica es escapista y no vialidades mercantiliza a la literatura, pero
se avergüenza de ello. Ya lo dijeron Guiller- de algo estoy seguro: los norteamericanos sí
mo del Toro y John Carpenter: estas histo- que saben tratar los libros que, siendo sin-
rias no son para el escritor del tipo serio, y ceros, son mercancía. Ellos entienden que
tampoco serán para cualquier lector. el lector es una criatura fetichista por natu-
Y de allí deviene otro problema, esta raleza, que aprecia el libro como algo más
vez editorial: los precios, que llegan a asus- que un montón de papel entre dos tapas. A
tar más que las historias que nos ofrecen los editores colombianos poco les importa
estos autores. Las malas decisiones de los eso. Su sensibilidad es nimia. Y es que para
editar se necesita de la misma sensibilidad
con la que se lee y la que se escribe. Es un Asimismo, advirtió la
acto poético. Saber manejar programas de sensatez de los editores
diseño no es suficiente. Siempre he dicho
que el problema es del indio y no de la flecha. al vender a bajo precio:
No sé, tampoco, de dónde sacan a los estos consumidores
ilustradores. Mejores dibujantes hay a lo están en la escuela, no
largo de la Carrera Séptima que en la in-
dustria editorial colombiana. Si no fuera
trabajan, sus gastos
porque están en mi idioma, no compraría provienen de la mesada y
nada impreso en este país. Hasta preferiría sus ahorros no son más
comprar el Cien años de soledad editado con que las obras de gastos
altura por Barnes & Noble, una económi-
ca pero lujosa edición en pasta dura que le más inmediatos.
da tres vueltas a cualquiera de las ediciones
hispanas, incluso, a la de Alfaguara, esa que
viene con el árbol genealógico. Basta ver el Williamson descubrió que las ventas de
tratamiento editorial a las obras fantásticas los libros se debían a estos chicos, lectores
de Rebetez y Espinoza para lamentarlo en fieles por excelencia, y halló una conexión
el alma. Afortunadamente, las nuevas edi- interesante: las historias de miedo simulan
toriales independientes han entendido el esa oleada de cambios que se atraviesan en
valor del libro como objeto. El trabajo de la pubertad; sentimientos, pensamientos y
Laguna Libros es meritorio, aunque no es- experiencias extrañas, difíciles de asimilar,
pectacular, y el nuevo diseño de toda la obra tal y como las situaciones a las que se en-
de Mario Mendoza por parte de Planeta es frentan los personajes de los libros. Asimis-
de agradecer. mo, advirtió la sensatez de los editores al
Lo siguiente sonará como un capricho vender a bajo precio: estos consumidores
infantil, pero es que nosotros, lectores de lo están en la escuela, no trabajan, sus gastos
fantástico, somos niños eternos: para la lite- provienen de la mesada y sus ahorros no
ratura fantástica debe reclamarse algo que son más que las obras de gastos más in-
sea atractivo a la vista, pero también eco- mediatos. Ese capital restante es el que va
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nómico. El género lo ha merecido durante destinado a los libros que ni por asomo son
años y no responde solo a mecanismos de artículos de primera necesidad para ellos
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venta, sino a una necesidad para lectores a (pero que terminarán siéndolo con el pa-
los cuales debemos ir acostumbrando. sar del tiempo). Por lo tanto, un muchacho
El público consumidor de este tipo de no podría ir tranquilamente a comprar una
historias es adolescente. J. N. Williamson, novela de miedo colombiana, pues algunos
famoso autor y editor norteamericano del títulos superan sus capacidades económi-
género, además de profesor en la Writer’s cas. Mario Mendoza vende sin problemas
Digest School, analizó estas conductas gra- pues, al fin de cuentas, ya es un autor co-
cias a sus cursos de escritura creativa. La nocido. Pero con autores noveles es a otro
mayoría de los estudiantes que pasaron por precio: una novela como Rojo sombra, por
varios de sus cursos eran muchachos que ejemplo, cuesta más de cincuenta mil pe-
no superaban los veinte años. Gran parte sos. Y viene la toma de decisiones: ¿gasto
50 de ellos manifestaba interés por el horror. sesenta y cinco mil pesos por la historia de
un autor colombiano que no conozco, en desearán acceder, ora para alejarse de su 51
una edición de bolsillo y modesto diseño, entorno y mirarlo con objetividad, como

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o mejor me compro el nuevo tomo de Jue- el pintor que analiza la proporción de su
go de Tronos de George R. R. Martin? La obra distanciándose del lienzo, ora para,
respuesta es obvia. Frente a los autores que sencillamente, escapar.
nos llegan de otros países, con una fuerte Nuestro pasado y nuestra tradición
garantía de calidad y manejo de la fantasía, imaginaria son un recurso inagotable para
tenemos todas las de perder, pues estamos extraer historias de esta naturaleza. Sien-
compitiendo en un terreno que durante to que aquí, en nuestro país y en nuestro
años han gobernado nuestros vecinos. continente, la imaginación todavía desafía
Si no se toman decisiones inteligen- a la realidad. Quizá, pese a todo embate y
tes con prontitud, nuestra literatura fan- pronóstico, ha conservado una virginidad
tástica quedará en el olvido nuevamente, que espera por ser explorada antes de que
como sucedió hace años, sepultando es- otros lo hagan por nosotros. El momento
tos mundos a los que los lectores siempre es ahora.

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