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MTRCoER CP ace Dirigida por Juan Antonio Ramirez » J, ALCINA FrRANcH, 1. BARANDIARAN, M. Benpala GALAN, M. A. ELvina (OM CROCCO LUC ee | Mem ae ee Re ae me TE el José Alcina Franch Ignacio Barandiaran Manuel Bendala Galan Miguel Angel Elvira Carmen Garcia-Ormaechea José Jiménez Ricardo Olmos Josep Padré HISTORIA DEL ARTE, | EL MUNDO ANTIGUO Dirigida por Juan Antonio Ramirez Coordinada por Adolfo Gémez Cedillo Alianza Editorial HISTORIA DEL ARTE, 1 EL MUNDO ANTIGUO Primera edicién: 1996 Undécima reimpresidn: 2009 Fotografias José Alcina (Madrid). Antonio Alcoba, Jesis Altuna (San Sebastién): 10. Archaeologia Bild Berlin: 7, 22, 27, 28 ‘Archivo Alianza Faitoril. Archivo Anaya, Ignacio Burandiarén (Vitoria): 6, 13-17, 37, 43, 48, 57, $8, 60, 61, 68. Manuel Bendala (Madrid). Gerhardt Bosinski (Tubingen): 4, 21. Centro de Investigacién y Museo de Altamira: 30 Jean Clottes (Foix): 36, Diputaciéa Provincial de Teruel: 51. Editions du Castelet (Paris): 5. Editions des Mu: Nationaux de France: 25, 26. Editions R. Wernick (Parfs); 63. Miguel Ange! Elvira (Madrid). Javier Fortea (Oviedo): 2, 24, 41, 42. Carmen Garcfa-Ormaechea (Madrid). José Timénez (Madrid). Emilio Leo (Vitoria): 68. Henri Lothe: 45-47, James Mellaart (Londres): 53, Museo Arqueolégico Nacional (Madrid): 64. Museo de las Civilizaciones ‘Anatolias (Anksta): 55, 65, National Geographic: 20. David y Joan Oates (Londres): $4, 56, Ricardo Olmos (Madrid) Josep Padr6 (Barcelona). Patronato de Ja cueva de La Pileta (Malaga): 29. Servicio de Investigaciones Prehistéricas iputaci6n de Valencia) 18. Jean Vertu: 1, 8,9, 11, 19, 31, 32, 34, 35, 38-40, Daniel Vigears (Paris): 3. Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra esta protegido por la Ley, que establece penas de prisién y/o rmultas, ademés de las correspondientes indemnizaciones por dafios y perjuicios, para quienes reprodujeren, pla- giaren, distribuyeren 0 comunicaren pilalicamente, en todo 0 en parte, una obra literava, aristica o cientifica, o sm transformacién, interpresacién o ejecucién artistica fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a waves de cualquier medio, sin la preveptiva autorizacién © De la edicién: Juan Antonio Ramirez. © José Alcina Franch, Ignacio Barandiarén, Manuel Bendala Galén, Miguel Angel Elvira, Carmen Garcfa-Ormae~ chea, José Jiménez, Ricardo Olmos, Josep Padré © Alianza Editorial, $.A., Madrid, 1996, 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2008, 2009 Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15; 28027 Madrid; telét.: 91 393 88 88 wwwwaalianzaeditorial es ISBN: 978-84-206-9481-8 (Tomo I) ISBN: 978-84-206-9480-1 (0.C.) Depésito Legal: M-39121-2009 Impreso en ORYMU, S.A. c/ Ruiz de Alda, 1, 28320 Pinto (Madrid) Printed in Spain SI QUIERE RECIBIR INFORMACION PERIODICA SOBRE LAS NOVEDADES DE. ALIANZA EDITORIAL, ENVIE UN CORREO ELECTRONICO A LA DIRECCION: alianzaeditorial @anaya.es PRESENTACION Juan Antonio Ramirez EL ARTE DE LA ANTIGUEDAD EN LA HORA ACTUAL EL ARTE PREHISTORICO Ignacio Barandiarén 1, EL RECONOCIMIENTO DEL ARTE PREHISTORICO . Los orfgenes del arte ...... Constantes y estos del arte prehstéico 2. LOS CAZADORES DE LA EPOCA GLACIAL Los temas y Jas técnicas. La evolucién de los estlos y su cronologta Las obras mobiliares de Eurasia El arte rupesire de! sudoeste de Europa Otros circulos de arte te paleoltica Las explicaciones sobre su significado 3. LOS ULTIMOS CAZADORES El arte del Epipaleotitice europeo El arte rupestre del norte de Africa Las pinturas rupestres del Levante espafiol . Los conjuntos rupestres de! Mesoltico del norte de Europa y Siberia Los otras cireulos cle cazadores 4. LOS PRIMEROS GANADEROS Y AGRICULTORES 40s inicios de! arte urbana Las construcciones megaificas La extensin del arte rupestre esquemdtico —. APENDICE |. Cronologia IL Glosario BIBLIOGRAFIA 20 2 22 28 5 26 a _ F 30 34 INDICE LAS RAICES DEL ARTE: EL ARTE ETNOLOGICO José Jiménez 1. EL INEXISTENTE “ARTE PRIMITIVO” 2. LA DIVERSIDAD ESTETICA, Y CULTURAL 3. LA INVENCION DEL ARTE 4."ANTES" DEL ARTE: EL RITUAL Y SUS MANIFESTACIONES 5, EL CUERPO 6. LAS MASCARAS 7.LA GUERRA, EL ORNAMENTO, ELJUEGO . 8.LAS EFIGIES . APENDICE - |. Distribucién geogréfica de los principales grupos étnicos OFFICANOS «0. IL. Distribucién geogrdfica de los principales grupos éinicos ‘norteamericanes : Ul. Mapa de Oceania”... BIBLIOGRAFIA EL ARTE PRECOLOMBINO José Alcina Franch 1. EL ARTE DEL PALEOLITICO AMERICANO 2. EL ARTE OLMECAY LOS ORIGENES DE MESOAMERICA La Civiizacién Omeca La iconografia olmeca 42 47 52 ol 62 - 67 oT 1S + 80 181 82 83 + 86 - 88 1 BB Fl INDICE 3, EL ARTE CHAVIN, Y LOS ORIGENES DE LA CIVILIZACION ANDINA. Ef Formativo ecuatoriana Ef Formativo peruano a Gwilizacién Chavin 4. EL CLASICISMO DEL MEXICO CENTRAL, ta Civilizacién Teotihuacona Gatturas de! drea de Oaxaca El arte de Veracruz Centra! 5. EL CLASICISMO MAYA Urbanismo y arquitectura Ef arte escultérico y el relieve La pintura mayo 6. EL CLASICISMO ANDINO- Cuituras de los Andes septentrionales Cuituros de los Ancies centrales 7. EL POSCLASICO MEXICANO Y ELARTE AZTECA Lo Chitura Tolteca . Lo Cultura Mixteco-Puebla El arte mexica 8. EL ARTE MAYA-TOLTECA, 9. EL POSCLASICO ANDINO Y ELARTE INCA Cultures ecuatorionas a Culturas de los Andes centrales EI orte de Jos incas APENDICE |. Gonotogia . 1, Glosorio . li Mapa de Mesoarnérica en el Formativa IV. Mapa de Mesoarnérica en ei Cisco V. Mapa de Mescamérica cen ef Poscldsico ... VI. Mopa de Suramérica en ef Formativa ....... VI. Mapa de Suramérica en el Ciésico Vill, Mapa de Suramérica en el Poscldsico . BIBLIOGRAFIA EL ARTE EGIPCIO Josep Padré |. LAARQUITECTURA, DE LOS ORIGENES AL IMPERIO ANTIGUO: + 96 96 99 -- 100 102 wo 103 - 105 106 - 108 log WW 14 lia us 116 120 123 - (2a 123 125 128 128 129 130 130 130 131 131 135 La arquitectura funeraria real .. La arquitectura religiosa ... La arquitectura funeraria privado La arquitectura civil 2. LAS ARTES PLASTICAS, DE LOS ORIGENES AL IMPERIO ANTIGUO. eg TT «nas ane Et bajorrelieve y fa pintura Las artes menores 3. LATOPOGRAFIA DEL ARTE DEL IMPERIO ANTIGUO . Menfis se La fundacién de Menfis La necrépatis menyita : Saggara, Las tumbas reales tinitas .. El complejo fuunerario de Tosortro Otros monuments funerarios reales Las mastabas privadas Los sectores al norte de Seago Guiza : Los sectores al sur de Saqqara ‘Monumentos de otros kugares de Exipto an 4. EL ARTE DEL IMPERIO MEDIO. El arte det Primer Periodo Intermedio .. o IS4 La arquitectura del trl ‘Medio La escultura : E) bajorrelieve, la pintura y las artes menores Conclusiones sobre el arte del Imperio Medio 5. LA ARQUITECTURA DEL IMPERIO NUEVO La arquitectura religiosa La arquitectura flneraria La arguitectura civ Ajenatén y Tebas =. 6. LAS ARTES PLASTICAS EN EL IMPERIO NUEVO . La escultura La pintura y ef bajorrelieve Las artes menores ...... 7. EL ARTE DE LA BAJA EPOCA. Las titimas dinastias faraénicas .. Et arte del periodo ptolemaico APENDICE |. Cronotogia . IL, Plano def conjunto de soagare Ii, Plano de Guiza ... IV Plano de Tebas ... V. Mapa de Egipto : VI. Pirémides del imperia Antiguo BIBLIOGRAFIA oo BS . B7 137 138 140. sees 40 14h l41 os 144 144 145 146 147 147 148, 149) 150 153 - 153 Is4 154 157 - 158 aly) 160 . 160 163 165 . ‘167 167 - 168 lee. 170 = (70 172 2 175 175 176 176 7 178 179 180 EL ARTE DEL PROXIMO ORIENTE Manue! Bendala Galén I, FORMACION Y DESARROLLO. DEL ARTE SUMERIO Los cimientos de fa arquitectura mesopatémica {as artes figurotieas 2, ARTE ACADIO, NEOSUMERIO Y PALEOBABILONICO El arte de Accad: ol servicio del imperio Comtinuidad y retornos en las producciones neasumerias.«....... arte paleobabilénico: e! equilibrio de un legado enriquecico 3. EL ARTE ASIRIO .. Los tanteos artisticos del segundo milenio se... La obtencién del paradigma: Asurnasipal ily el Palacio de Kalakh .. La consolidacién del legado artistico en ios sigios vay wa. 4, EL ARTE HITITA, El arte hitita imperial Yazttkaya essen El epflogo del ort hitita S.ARTE SIRIOY FENICIO Ebla Elarte siio del segundo milenio El arte de las ciudades fenicias 6. BABILONIAY PERSIA Babilonia PESO sen econ a APENDICE | Mape de fos principaies centros histérico-artisticos del Préxima Oriente IL Fuentes fiterarias BIBLOGRAFIA, EL ARTE GRIEGO Ricardo Olmos |. LA EDAD DEL BRONCE EN GRECIA . El primer arte de fas Cleladas El arte de los palacios-santuarios minoicos las manfestaciones del poder ricerca 183 183 [85 19 191 +194 rd + 200 201 203 206 211 212 215 2I7 20 - 220 221 224 = 2a 227 29 5 235 ~- 25 238 2 241 241 - 242 244 2.DE LOS "'SIGLOS OSCUROS” A LA IRRUPCION ORIENTALIZANTE .., 248 El marco histérico . wn. 248 Los origeres del templo griego 249 La Grecia geométrica y ef mundo homérico la jrrupcidn de un mundo orientalizante aessccssseseeseeeeseeeees DSL + 250 3. EL FLORECIMIENTO. DELARCAISMO os sssecsssssvesseese 253 La época de fas tiranias sow aed La creacién de los érdenes arquitecténicos . secrneeees 254 El afianzamiento de los tipos escultdricos es 256 Los primeros programas narratives ON OFGUILECIUTA oo .eeseee 260 Decoracién y narracibn en ta cerémica del arcatsmo wee aces 20 4. EL MOMENTO CLASICO_ ......... 266 El recuerdo de las Guerras Médicas... 266 Dioses, héroes y atletas . «er Las esculturas del Templo de Ze: en Olimpia 05 Fa te wee SPT Proporcién y ritmo: Policleto annie 272 La Atenas de Pericles ...... 275 Delicadeza, gestuatidad, ornamentacion del movimiento. 279 5,EL SIGLO IV Y LA CRISIS DE LA POLIS CLASICA 282 Una época de expectativas olsen 282, La nueva mirada + 283 Los nuevos clientes 285 Lisipo, sintesis de! pasado y anuncia de una 6P0Ca NUEVO. .ssevesssesessvenes 288 6,EL HELENISMO ....sssssssssssssessvee 290 La herencia de Alefando .....ssecessse+ 290 Las nuevas formas def espacio ......... 291 El Gmbito de lo privado eesssee 294 El reino de Pérgamo: carte, politica, escenografia + 296 La diversidad de! gusto 298 T.ELARTE IBERICO oo..eecceeseeeess 301 APENDICE sesso eens 304 | Plano del Saniuario de Apolo en Delfos es. esses 304 Il Plano de ia Acrépois de Atenas 304 I. Plano de fa Acrépolis de Pérgamo ... 305 IV. Plano del Agora de Atenas hacia oe Vi. Mapa de Grecia -- 306 Vi Mapa de la Magna Grecia y Sica .. 306 BIBLIOGRAHA o....cose 307 INDICE EL ARTE ETRUSCOY ROMANO Miguel Angel Elvira |. ETRURIAY LA FORMACION DEL ARTE ROMANO alia en ia Edad del Hierro EJ ambiente de jas tumbas principescas tura etusce arcaica Ss arcaicas rusco-ttdtico El arte 2. ELARTE TARDORREPUBLICANO, Los problemas de fa escultura tardorrepublicana El retrato romano cura Los nuevos edificios La casa pompeyana y su decoracién La nueva argu 3, AUGUSTO Y EL ARTE DEL SIGLO | DC. a arquitectura augustea Las artes figurativas bajo Augusto La arquitectura durante el sigio | dC. Los artes figurativas bajo fas dinastias Julio-ciaudia y flavia els 4. LA ERA DE LOS ANTONINOS Y DE LOS SEVEROS Las construcciones oficiales de Trajano El arte imperial bajo Adriano Las artes oficiales desde Antonino hasta Severo Alejancro Artes provinciales y particulares del siglo dC. 5. DE LA ANARQUIA MILITAR AL BAJO IMPERIO Lo labor reorganizadora de (a Tetrarquia . El arte oficial del Bajo Imper Las artes privadas durante et siglo APENDICE I Textos antiguos relatives a arquitectos romanas I Mapa de (talia a principios def sig Val. vo... : Ill, Mapa del Imperio Romano BIBLIOGRAFIA, 310 310 3 312 314 318 323 323 324 326 328 329 - 332 332 335 338 342, 345 345 347 350 352 386 356 358 361 363 363 364 365 + 366 EL ARTE DE INDIA, EL HIMALAYA Y EL SUDESTE ASIATICO Carmen Garcia-Ormaechea 1. ELARTE DE LA INDIA BUDISTA EI budisrno El Imperio Maurya Los estilos populares de las dinastias Shunga y Shatavahana Las escuelas de Gandhare, Mathura y Amaravati Gupta 2. EL ARTE HINDU La revolucién hindd Tantra : Los Shilpa-Shastras y la mitologio hinds A Los Vastu-Shastras y el templo h El magara dei norte: shikhara y mandapa Los estilos dindsticos del sur La ciudad-santuario EJ imperio de Vijayanagar 3, LA MINIATURA HINDU lucién de lo miniatura - aristocracia ishnaismo suelas del Rajashtan Escuelas de! Punjab 4, INDIA CONTEMPORANEA, La East india Company : Un vireinato briténico: 1857-1947 El arte de fa India independiente 5. LA EXPANSION DEL ARTE INDIO La continuidad budista Los patses del Himalaya Sri Lanka Indochina {Indonesia APENDICE |. Sadanga (Los seis cénones de la pintura india) 11, Mapa de les principales centres histérico-artisticos de India BIBLIOGRAFIA 369 370 371 376 379 383 383 304 +. 386 386 388 391 304 305 397 307 398 400 403 405 405 406 407 409 . 409 NO 4i4 4l7 422 425 427 428 PRESENTACION Juan Antonio Ramirez a importancia de la historia del arte se ha venido acrecentado paulatinamente desde el final de la Segunda Guerra Mundial, hasta alcanzar, en los aiios finales del siglo xx, un desarrollo verdaderamente espectacular. El caso es sorprendente, pues mientra otras disciplinas humanisticas parecen haber entrado en un proceso imparable de decaden- cia, asistimos aqui a una eclosién sin paralelo. Se dirfa que la cultura de masas, al demo- cratizar la producci6n viswal, trabaja inexorablemente a favor de las artes. Es evidente que ha aumentado el interés por los fendmenos creativos, lo cual se ha traducido en una creciente preocupacién por asuntos como el contenido y funcién de los museos, el patrimonio monu- mental, la calidad del entorno urbanistico, etc. No es infrecuente que muchas exposiciones temporales atraigan verdaderas muchedumbres y se conviertan, en sf mismas, en poderosos fenémenos sociales. ‘Todo esto ha venido acompaiiado de una interesante renovacién metodolégica: los histo- riadores del arte han progresado mucho, pues no sélo se ha incrementado notablemente la cantidad de sus conocimientos sobre todos los periodos, artistas y obras significativas, sino que han cambiado también sus puntos de vista. Los instrumentos intelectuales con los que examinan y dan cuenta de la produccién artistica del pasado no son ahora los mismos que hace veinte 0 treinta afios. Los criterios son otros y nuevas son, por lo tanto, las valoraciones. Desgraciadamente, esto es s6lo evidente para los especialistas que manejan una amplia bibliograffa, tan densa y profusa a veces como dispersa. Son muy abundantes, en efecto, las revistas especializadas, los catélogos y las monografias de variada naturaleza, y es por eso més dificil que nunca obtener un cuadro completo, coherente y actualizado de toda la historia del arte universal. Los libros generales suelen estar muy desfasados: no es raro que repitan estereotipos criticos cafdos en desuso, y muy pocas veces exhiben un discurso literario-visual coherente. A falta de otra cosa mejor, se siguen consumiendo todavia trabajos de estas caracteristicas escritos hace treinta 0 cincuenta afios, bastante antes de que se hiciera evidente el efecto sobre la historia de la nueva situacién del uni- verso del arte. Parecia necesario, pues, suministrar a los lectores interesados y a las nue- vas generaciones de estudiantes una nueva obra de referencia de cardcter general, mane- jable y cémoda pero de cierta amplitud, bien ilustrada, y que diera cuenta de los iltimos avances informativos y metodolégicos de nuestra disciplina. Con ese propésito se ha con- cebido la presente Historia del arte. Llevar un proyecto asf a su culminacién ha supuesto un importante desafio intelectual y editorial. Imposible habria sido sin el trabajo continuado y entusiasta de muchas personas a lo largo de mas de cinco afios. El nivel universitario (aunque “introductorio”) que pretendia- mos alcanzar nos aconsejé recabar el concurso de reputados especialistas procedentes de diver- sas universidades espafiolas. Pensamos que la personalidad intelectual de cada uno de estos autores no debfa quedar disminuida o enmascarada al solicitarles una multitud de pequefios escritos dispersos a lo largo de la obra, de modo que decidimos aislar treinta y dos partes (ocho para cada tomo), susceptibles, cada una de ellas, de desarrollarse con una cierta ampli- tud y coherencia argumental. Los enunciados de cada una de estas partes (0 “médulos”, como los hemos denominado durante el proceso de producci6n), su extensién proporcional, y el ntimero de ilustraciones no son arbitrarios: han sido calculados muy cuidadosamente aten- diendo a la importancia objetiva de cada asunto en el conjunto de la historia del arte, sin olvi- dar requerimientos l6gicos de Ia industria editorial que aconsejaban un tamafio similar para cada tomo y una sujecién permanente a planteamientos econémicamente viables. eae eeXI No negamos, pues, que esta obra aspira a ser una especie de nuevo canon actualizado de toda la historia del arte. Hacer algo asf titulo individual es muy arriesgado, pero lo es menos cuando se trata de un trabajo colectivo. Cada autor se ha sujetado a unas normas generales (que atendian bisicamente al campo tematico, estructura narrativa, extensién y ntimero de ilustraciones), pero ha tenido plena libertad intelectual para orientar su “médulo” como ha crefdo conveniente. Esto significa que puede haber algunas discrepancias entre cada uno de estos ednones sectoriales y los que hubieran proporcionado otros especialistas en los asun- tos tratados. Pero en una obra global de estas caracteristicas importa mucho el valor y el sen- tido del conjunto. ‘Todos los autores elegidos son personalidades bien conocidas y respeta- das en los medios profesionales, con una importante trayectoria, y han escrito estas colaboraciones en la plenitud de sus carreras intelectuales. No s6lo se ha ocupado cada uno de ellos de un tema diferente, sino que lo han hecho exhibiendo actitudes metodolégicas muy variadas. De ahi algunos interesantes cambios de tono. Esta variedad de orientaciones constituye en si misma una excelente antologia, bastante completa, de lo que es actualmente la historia del arte en Espafia (y en todo el mundo occidental en general). Tales diferencias no son negati- vas, sino todo lo contario: enriquecen el valor de la obra. Es este mosaico de temas y de orientaciones, dentro de una estructura clara y ordenada, lo que nos parece representativo (es decir, candnico), y lo que nos autoriza a presentar esta Historia del arte como un nuevo tipo de manual XTDRSE aE EL ARTE DE LAANTIGUEDAD EN LA HORA ACTUAL neste primer volumen se cuenta la génesis y el primer desarrollo de las diferentes for- mas de expresi6n plastica. Lo que se describe aqui constituye una especie de modelo que se repetird luego en otros episodios histéricos muy alejados en el espacio y en el tiempo. {Cudndo, cémo y con qué caracteristicas aparece el arte? {Qué sucede cuando las creaciones visuales se conjugan con la aparici6n de estados-centralizados, en sociedades muy jerarquizadas? ,Cémo evolucionan las formas en un medio social muy dinémico como el helénico, y de qué modo los lenguajes artisticos ahi generados pudieron servir en contextos politicos imperiales? ;Cémo se puede abordar el andlisis de ciclos artisticos en culturas ais- ladas 0 refractarias a Ja influencia exterior? Estas y otras preguntas se suscitan y se responden en las paginas ulteriores. El asunto de “Jos origenes del arte” es crucial para nosotros, pues muchas cosas acaecidas después se explican cuando examinamos la produccién artistica ancestral de nuestros antepasados prehis- t6ricos, 0 cuando prestamos atencién a los comportamientos artfsticos de los llamados “pue- blos primitivos” actuales. El profesor Ignacio Barandiardn, de la Universidad del Pas Vasco, ofrece una panordmica completa del arte prehistérico, mostrandonos cémo en un periodo de tiempo muy dilatado, y pese a lo fragmentario de nuestros conocimientos, puede detectarse una interesantisima riqueza y complejidad de fenémenos artisticos, Las técnicas son. varia- das, asf como los recursos expresivos. Nada parece ajeno a los rituales y creencias religio- sas de aquellos creadores, pero también es interesante constatar el paralelismo del arte prehis- t6rico con actitudes estéticas que el mundo contempordneo ha aprendido a ver conviviendo: abstraccién y figuracién, esquematismo conceptual y realismo. El profesor José Jiménez, de la Universidad Autonoma de Madrid, ha sido invitado a abordar también estas cuestiones examinando el trabajo artistico de los pueblos sin escritura que han convivido con las sociedades histéricas. Rechaza, con toda justicia, la inferioridad estética 0 cultural de estos gupos sociales (no son ms “‘primitivos” que nosotros mismos) y acomete su estudio vinculando sus creciones a los comportamientos, rituales, y narraciones miticas: danza, guerra y juego sirven de soporte cultural a la produccién de tatuajes, trajes, mascaras y efigies. La similitud de todo ello con algunos de los llamados “nuevos compor- tamientos artisticos” de nuestros dias es bastante sorprendente: todo nos invita a cuestionar la nocién decimonénica de progreso cuando se aplica a la creacién artistica Un caso aparte es el arte precolombino: aunque algunos incluyen su estudio dentro del arte “étnico” o “primitivo”, hemos optado por darle aqui un tratamiento especial, encargando su estudio al profesor José Alcina Franch. La enorme complejidad cultural y la extraordina- Nia riqueza artistica de los pueblos americanos anteriores a la conquista europea requerian una cierta extensién, incluso en una obra de caracter introductorio como ésta. El mundo Prehispdnico no nos ha legado una literatura escrita tan amplia y articulada como la egipcia 0 la de otros pueblos del Préximo Oriente, pero si tuvo sociedades muy estructuradas y un arte dulico de gran sofisticacién. EI valle y el delta del Nilo conocicron uno de los primeros estados centralizados de la historia, AlIf se desarroll6 una civilizacién auténoma, poco conectada con el resto del mundo antiguo, cuyas realizaciones artisticas y arquitect6nicas han provocado siempre la admira- cién undnime a todos los vistantes del pats. El profesor Josep Padr6, de la Universidad de Barcelona, nos ensefia los pormenores de un arte que el gran publico cree conocer pero que ofrece siempre muchas sorpresas y paradojas. Una de ellas es la conciliacién entre la varie~ dad de Tas soluciones y de los temas, con una notable continuidad estilistica: los supuestos XIVEt HISTORIA BelaRe basicos del arte egipcio se mantuvieron inalterados entre el Imperio Antiguo y la época pto- lemaica. Pero entraron en la historia del arte occidental a través de su influencia en el arte gtiego, por no hablar de los revivals neoegipcios, desde fines del siglo xvu hasta los deco- rados cinematogréficos de algunas peliculas, en pleno siglo xx. Es grande el parentesco histérico y cultural entre Egipto y las civilizaciones coeténeas del Préximo Oriente, pero también son importantes las diferencias. El 4rea compendida entre Ja peninsula de Anatolia (con la costa siria) y el Irdn actual, conocié en la Antigiiedad el auge y el ocaso de muchos estados, con idiomas, religiones y formas politicas diferentes. Pero no siempre tuvieron una “cultura visual” diferenciada de la de sus vecinos o eventuales enemi- gos. El profesor Manuel Bendala Galan, de la Universidad Auténoma de Madrid, muestra los pormenores artisticos y arquitecténicos de esta zona, entre los origenes de las socieda- des urbanas y los albores del Helenismo. Es interesante constatar c6mo cada pueblo puede aportar matices a los modos expresivos y a los temas heredados: no todas las formaciones politicas significativas tuvieron un lenguaje visual de la misma calidad, Este es, pues, un buen lugar para plantear las relaciones entre las diferentes (y sutiles) orientaciones metodo- logicas de la arqueologia y de la historia del arte Para esta cuestién, Grecia es el gran “caballo de prueba”. Nos encontramos ante el pri- mer pueblo del que podemos elaborar una historia del arte en sentido estricto. Aunque el mundo griego tuvo un dinamismo social sin paralelo en la Antigiiedad, las formas evolu- cionaron con gran rapidez y con una relativa independencia de otros factores politicos 0 cul- turales. Los criterios estrictamente “arqueol6gicos” no dan cuenta de este fenémeno que se va a reproducir luego en otros momentos de la historia occidental. Ricardo Olmos Romera, del CSIC, cuenta todo esto de un modo detallado, como corresponde a la enorme importan- cia objetiva de Grecia en el conjunto de la historia universal del arte. Los modelos de repre~ sentacién humana, los 6rdenes de la arquitectura clésica, y las estructuras urbanisticas basi- cas de nuestra cultura nacieron en la Grecia antigua. Y no han muerto, pese a la Revolucién Industrial y ala subversion de fas vanguardias artisticas. De ahi que su estudio constituya un capitulo esencial para comprender nuestra propia identidad. Algo parecido podriamos decir de Roma, un imperio mediterréneo que heredé la cultura artistica griega adapténdola de un modo inteligente a sus propias necesidades. El profesor Miguel Angel Elvira, de la Universidad Complutense de Madrid, examina los condiciona mientos “politicos” de las grandes obras (puentes, acueductos, carreteras...), de la arquitec: tura piblica romana (anfiteatros, templos, arcos de triunfo...), y de la estatuaria oficial de emperadores y dignatarios. Roma tuvo una civilizacién visual de masas comparable, hasta cierto punto, a la de nuestro propio mundo: aunque sus repertorios estilfsticos procedfan del Helenismo, no cabe negar la originalidad de sus planteamientos ni la gran pertinencia de su estudio en la hora actual. Este volumen se cierra con el andlisis que Carmen Garefa-Ormaechea, de la Universidad Complutense de Madrid, dedica al arte de India, el Himalaya y el Sudeste Asiético. Es un ciclo cerrado en sf mismo, pues salvo algunos contactos episddicos con Occidente (como la estatuaria helenizante de Gandhara o las escasas influencias europeas desde el siglo xvn, el arte hindd tiene sus propios lenguajes y una dindmica evolutiva aut6noma. En este universo geografico y cultural hay una gran arquitectura religiosa y palaciega, asf como un fascinante arte religioso vinculado a las grandes creencias del subcontinente. Los contrastes que esto genera son, con frecuencia, espectaculares: mientras el hinduismo favorecié el desarrollo de una plastica figurativa sensual, sin paralelos en toda ja historia humana, el arte islamico pro- pagé decoraciones geométricas abstractas. Debemos considerar también este antagonismo artistico al intentar explicar los conflictos interétnicos o religiosos de la India, presentes toda- via en nuestros dias. Nada de lo artistico nos es ajeno. En este dominio todo esta ahi, presente en algtin lugar del mundo fisico, y plenamente activo en nuestro sistema cultural. Todas las obras son, en este sentido, contempordneas. El arte de la Antigiiedad es ademés, por sus formas y estruc- turas, muy moderno, un pariente préximo de la sensibilidad actual. JAR. HISTORIA DELARTE XV EL ARTE PREHISTORICO Ignacio Barandiaran 0s prehistoriadores consideran obras de arte todas las referencias gréficas rea- listas o esquemiticas realizadas en el marco de sociedades pretécnicas y no litera- ias. El arte prehist6rico tiene constantes téc- nicas, teméticas y de ubicacion; y también Vatiantes producidas por tradiciones compar- tidas entre grupos vecinos 0 en periodos limi- tados de tiempo. La Arqueologfa analiza la forma de los res- tos materiales del pasado; la Antropologfa Cul- tural y Ia Etnografia ayudan a comprender los. cambios del utillaje y de la mentalidad. Los que estudian el arte prehistérico se preocupan sobre todo por identificar los temas y estilos y por definir el ambiente cultural que los produjo; casi nunca superan el andlisis preiconogratico (de descripci6n y reconocimiento formal de los motivos) y apenas consiguen reconocer las esce- nas ni el significado de la representacién. Es muy poco lo que se conserva de este largo primer capitulo de Ia Historia del Arte: 1. Cabeza de uro (15000-13000 a.C.). Cueva de Tey- S610 los grabados, pinturas y esculturas que en jat, Francia, La formacién de costras calizas sobre circunstancias especiales han resistido el paso ll 2 eee ier del tiempo y que la Arqueologia ha conseguido recuperar. Se desconocen las intenciones de los autores y destinatarios del arte prehist6rico, pues no se dispone de informaciones contem- Pordneas: ni orales (posibles en el estudio del arte de los primitivos actuales) ni escritas (que documentan el arte de época hist6rica). Para saber cudndo se elaboraron esas manifestaciones se suele estudiar el orden de las Superposiciones y de las pétinas de las figuras rupestres [1], asi como los caracteres de las Obras que se depositaron en el suelo de un espacio habitado (cueva 0 choza) o en un recinto funerario. No es dificil percibir la sucesién de temas y estilos de los objetos recuperados en una excavacin (en estratos de datacién garantizada); ese esquema cronolégico se aplica por induccién a las figuras de mayor tamaiio dibujadas sobre las paredes de la cueva o en rocas all aire libre. Asf se establece un cuadro que define los estilos del arte prehistorico y la suce- sién de formas y técnicas. La prehistoria de Europa reconoce (mediante el estudio de los cambios del equipamiento y de la disposicién de los lugares de vivienda o enterramiento en los diferentes estratos de un yacimiento arqueolégico) el orden en que han ido producién- dose distintas culturas. En muchas regiones de Africa, América y Oceanfa los modos de vida “primitiva” 0 “abo- tigen” han perdurado hasta fechas recientes, ofreciendo un arte “ahist6rico” que, no sin difi- Cultad, ha tendido a clasificarse por la apariencia de su evolucién formal o recurriendo al modelo de estilos reconocidos en Ja prehistoria europea HisToRA DEL ARTE 2. Macrofotografia de una zona de pared pintada de la cueva de Zubialde, Alava, sometida a autentificacién en 1990: se aprecia la técnica pictérica (pintura Kiquida en el color negro, sélida en el rojo), la superposicién del rojo sobre el negro y el arado de integracién del pigmento en el soporte, ‘mostrando los afiadidos posteriores sobre una figura anterior. HISTORIA Beg Del ARTES |, EL RECONOCIMIENTO DEL ARTE PREHISTORICO En el tiltimo cuarto de este siglo se esta produciendo un considerable aumento de datos: son muchos los hallazgos de arte rupestre fuera de Europa y se desarrollan programas internacionales de documenta- cin, Se empieza a disponer de métodos para una datacién directa de la obra (Ja mate- sia pict6rica y el soporte), para identificar las técnicas de representacién (composi- cién de pigmentos o desarrollo del grafismo) y los autores (examen diferencial de la mor- fologia, direcci6n y articulacién de los tra- z0s) ¥ para saber cémo se combinan los temas [4]. Al proceder a la autentificacién de los conjuntos rupestres descubiertos en Jos afios noventa se ha podido recurrir a una compleja analitica (geologia, microscopfa electr6nica, cromatografia, datacién abso- uta, etc.) para conocer aspectos no per- ceptibles a simple vista [2]. Se ha generalizado, ademés, una poli- tica de protecci6n que intenta contrarrestar la sobrecarga del uso turistico de impor- tantes conjuntos (como las cuevas paleoli- ticas de Francia y Espafia), la contamina- cién ambiental (como las Iluvias Acid; sobre grabados al aire libre en Escandin: via y en el norte de Rusia) o la prolifer cidn de exposiciones (que exigen una re terada manipulaci6n del frégil arte mobilia EI conocimiento de los factores agresivi y de sus posibilidades de control y Ja lim tacién de visitas y manipulaciones empi zan a reducir esos riesgos. Los origenes del arte ‘Muchos pueblos primitives dibujan fig ras y signos sobre soportes que resisten m el paso del tiempo (madera, corteza, fibr ‘© cuero; figuras hechas con tierras de col res; pintura o tatuaje sobre el cuerpo). } se han conservado sus paralelos en la prehi toria y, por ello, no pueden ser estudiad por la Arqueologta. En el Paleolitico Medio y en el perio de transici6n al Paleolitico Superior (Ct turas Musteriense y Castelperroniens« entre 125000 y 35000 a.P., el “hombre Neanderthal” recoge materiales de form y colores Ilamativos (cristales de roca otros minerales brillantes, 6xidos de hier de color ocre 0 rojo, conchas y fésiles) q lleva a las cuevas donde vive 0 coloca jun asus muertos. Se discute que tengan inte cién “artistica” algunos trazos —lineas se cillas incisas no figurativas— sobre hues y piedras, como los de Pech de I’ Azé (Fra cia), de finales del Paleolitico Inferior, los de Riparo Tagliente (Italia) y otros ya mientos del Paleolitico Medio. Al hombre del Paleolitico Superi (“hombre de Cro-Magnon”) se debe un no’ ble progreso del utillaje (con trabajo m cuidado del silex, asta, hueso y marfil) y « dispositivo funerario, Es también el aut de algunas imagenes relacionadas con mundo que le rodea: pequefias figuras animales esculpidas sobre marfil en el Au fiaciense antiguo del sur de Alemania, fect Jas na- ra ei- ar). vos Nie~ nal ras slo- his~ dos odo vul- nas das entre 33000 y 26000 a.C. [3], y en otros jugares del sur de Europa y de Siberia. Algo més tarde se desarrolla el arte rupestre de Ja Cornisa Cantabrica y el sur de Francia, con trazos hechos con los dedos sobre el parro de 1a cueva [5], asi como signos y siluetas animales y humanas realizados tanto en cuevas como sobre utensilios [6]. Constantes y estilos del arte prehist6rico El arte prehist6rico no es una copia que expresa Io que se ve 0 se conoce sino una creacién de imagenes condicionada por ser yidumbres técnicas y de demanda social. Elhistoriador de las civilizaciones sin escri- ura sospecha que en dichas imagenes se plasman las sensaciones y creencias del hombre prehist6rico; que, bajo la aparien- cia de lo més proximo (modos de vida, fauna gentes), se alude simbélicamente a seres superiores, gestas y ritos. El artista prehistérico, que como caza- dor y ganadero conoce muy bien la anato- mia animal, no describe animales concre- tos, sino su imagen genérica, y se sirve de estereotipos al pintar seres humanos o sig- nos. En su obra los temas se combinan (en escenas 0 no) produciendo un sistema de sefiales alusivo a valores profanos y sagra- dos; debe tratarse de un mitograma com- partido por muchos grupos que, en luga- res no muy préximos y durante milenios se han servido de un repertorio basico de imgenes. Sus variantes (de temas y trata: miento) y sus constantes (a lo largo de una 6poca o en un territorio) permiten distin- guir los estilos. ‘Tradiciones arraigadas imponen las téc- nicas, los temas, el orden de ejecucién de 3. Talla de marfil con figura de un leén de las cavernas, de un nivel aurinaciense de la cueva de Vogelherd, Alemania. Museo de la Universidad de Tubingen. En las paredes del abrigo de La Vifta hay siluetas animales grabadas superpuestas a trazos rectos verticales repetidos. En este yacimiento se han excavado los niveles V y VI que ocultaban algunos de los trazos rec- tos de la pared y se ha podido relacionar el suelo arqueolégico que el gra- bador prehist6rico estaria pisando (niveles inferiores) con la altura acce- sible de la pared que habria de ser decorada. Estas dos observaciones estratigréticas (¢1 suelo que pisarian los grabadores cuando trabajaban; los niveles que posteriormente cubrieron su obra) permiten datar los trazos rectilineos de La Vifia en el comienzo del Paleolitico Superior (Cultura Aurifiaciense), 0 sea, en el primer horizonte grafico del arte rupestre occi- dental. La antigiiedad de las pinturas y grabados de Altamira (descubiertos en 1879) se acept6 cuando afios después aparecieron en la cueva de La ‘Mouthe (Dordofia) figuras grabadas de animales en roca que tapaban sedi- mentos del Paleolitico Superior. Los avales basicos del arte rupestre del sur de Europa en los estudios de H. Breuil (1905 y 1912) se basaron, pre- cisamente, en argumentos estratigrificos: figuras grabadas 0 esculpidas sobre rocas cubiertas por estratos del Paleolitico Superior, alteraciones (degradaciones o recrecimientos de estalagmita) del soporte, figuras de animales extinguidos o emigrados de estas latitudes antes del Neolitico, paralelos entre el arte rupestre y el mobiliar (que se recoge al excavar los niveles de los yacimientos) y clausura de algunas cuevas al final del Pa- leolitico. Los restos —de industrias, fauna, hogueras, teas...— dejados por los hombres prehistéricos en cuevas decoradas (por ejemplo en Trois-Fréres, Tete du Lion, Niaux-Clastres, Erberua, Gargas 0 Fontanet en Francia, Chu- fin, Tito Bustillo o Fuente del Salin en la Cornisa Cantébrica) permiten una dataci6n indirecta del inmediato arte rupestre. Estratos que cubren la obra rupestre estan sirviendo ahora para certificar la alta antigtiedad del arte extraeuropeo, como en las enevas Apollo 11 (Namibia), Koonalda (Australia) 0 Cafiadén de las Cuevas (Argentina): HISTORIA JOEL ARTE 5, Lineas informales trazadas con los dedos sobre el barro (primer tercio del Paleolitico Superior). Cueva de Pech Merle, Francia. 6, Decoracién con signos clementales (trazos rectos) de un troz0 de hueso plano preparado, probablemente para el ‘adomo personal (Aurifiaciense antiguo) Coleccién G. Laplace, Coarraze. La pieza procede de la cueva de Gatzarvia, Francia. ATR la obra y la oportunidad de su uso; la “fan- tasia” y habilidad de cada artista marcaré algunas diferencias. Las obras sobre roca tienen expansién mundial y suponen la mayor representacién del arte prehist6rico conocido. El soporte rupestre es natural y no preparado, pero fue cuidadosamente ele- gido por su formato y ubicacién, En el panorama de esta plastica, exten dido durante mas de 30.000 afios, suelen ser mas antiguos el tratamiento naturalista de los temas que su esquematizacién, las composiciones que protagoniza la figura animal que aquéllas en que aparece nor- malmente la humana, y las figuras aisladas que las que se mezclan en escenas. Se dis- tinguen tres grandes horizontes o ciclos: a, Blarte de los cazadores de la época gla- cial (en el Paleolitico Superior presenta muchas figuras naturalistas de anima- les, bastantes signos y escasas figuras humanas; pocas veces se constituyen en. escenas. Los desplazamientos a larga distancia de los cazadores justifican, entre otras razones, la similitud del arte en espacios extensos. b. La obra de los tiltimos cazadores de la actualidad climatica (en el Epipaleoli- tico 0 Mesolitico) se caracteriza por la abundancia de escenas descriptivas de gran viveza, con figuras animales y humanas relativamente sintetizadas. Los asentamientos de explotacién mas intensa de cada territorio requieren una mayor estabilidad de los grupos y faci- litan su diferenciacién cultural, con una, parcelacién del arte en variantes regio- nales. ¢. Con las primeras sociedades de econo- mia productora (agricultores y ganade- ros) del Neolitico y el inicio de las Eda- des de los Metales aparecen la arquitectura urbana en Asia anterior y Europa orien- tal y las construcciones megaliticas en buena parte de Europa; se generaliza un arte con muchos signos y figuras muy simplificadas. La mas répida difusién de técnicas e ideologia (por el comer- cio, sin duda y, a veces, por migracio- nes) favorece cierta uniformidad de las mentalidades y de la expresion gréfica, pero la adscripcién definitiva de los gru- pos a.un suelo (una “ciudad” y un “pais”) confiere matices diferentes al equipa- miento y al arte. Los estilos del arte de la prehistoria per- duran en muchos pueblos primitivos recien- tes que incorporan elementos modernos a representaciones de apariencia antigua: hay embarcaciones a vela en el arte rupestre aborigen de Australia, y gente fumando, colonos barbudos, iglesias 0 animales domésticos de introduccién muy moderna en el arte “prehistérico” del sur de Africa. 2. LOS CAZADORES DE LA EPOCA GLACIAL Durante el Paleolitico Superior pueden distinguirse dos eategorfas artisticas: lo rupes- tre o parietal (en Ia cueva 0 sobre roca al exte~ rior) y lo portatil o mueble (de menor tamaiio, sobre utensilios 0 exento); las convergencias tematicas y estilisticas aconsejan el estudio paralelo de ambas manifestaciones. Sus auto- res son cazadores que ocupan zonas menos frfas de Europa y Asia durante los rigores cli- maticos de la segunda mitad de Ia tiltima gla- ciacion, Este primer capitulo de la Historia del Arte empieza en el Aurifiaciense antiguo y el Gravetiense y concluye al acabar el Mag- daleniense. Se manifiesta en numerosas obras portatiles del tercio meridional de Eurasia, en conjuntos rupestres del sudoeste de Europa y en otras series rupestres que ahora se estan identificando. Los temas y las técnicas Son pocas las figuras humanas y muchas las de animales y signos. Se ha afirmado que la apariencia de los humanos es deforme, la de Jos animales fiel y 1a de los signos her- mética: lo fingido, lo real y lo simbélico. De hecho, figuras humanas y animales ofre- cen una gradacién del realismo a to con- vencional, de la naturalidad a cierta esque- matizaci6n y acaso, por abstraccién, al signo. Entre las representaciones humanas cencontramos figuras completas (estatuillas, pinturas y grabados) [7] o parciales (cabe- ZaS 0 Scxos), realistas © caricaturescas; tam- bién se incluyen en este apartado algunas figuras hibridas con rasgos animales, asi como signos de discutida referencia a un perfil o un sexo e improntas de manos sobre la pared. Los antropomorfos se represen- tan habitualmente desnudos y con altera- ciones en la cabeza y en el rostro (sin ojos, boca u orejas, o con un exagerado perfil fronto-nasal); suelen apatecer de pie, a veces con los brazos adelantados y con el sexo muy marcado. En el bestiario aparecen muchos caba- los, bisontes, renos y ciervos, bastantes uros, cabras monteses y mamuts [8], pocos

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