You are on page 1of 3

EL DERECHO, LA RAZÓN Y LOS BORREGOS

12/FEB/21 Javier Rada*


Tiempos difíciles para Bolivia si el autoritarismo impone la “chakana” sobre el escudo
nacional y si a pesar de gritarles “dictadura” aprueban el indulto para delincuentes que
quemaron un servicio público como el “Puma Katari”. Acudo en estas líneas a revisar por
necesidad: la razón y el derecho, omitidos por la impostura de los borregos. Bien sabemos
de falsos argumentos o presión, porque los borregos solo actúan ante consignas emitidas
por intereses del nuevo imperio progresista como todos los que ha gobernado Bolivia hace
ya más de 190 años, al influjo de otros imperios, pero de la misma manera.

Primero me refiero a la razón, como esencia de la lógica que ha permitido la pacífica


convivencia y evolución social hasta nuestros días. Cuanta más razón, mayor desarrollo.
En la antítesis, la “sinrazón” lleva a la decadencia de las ideas, a la ilegalidad de los actos
y finalmente a la extinción del género que esgrime “esas” razones. Dicho en coloquial
ejemplo, los que piensan que la tierra es cuadrada no tendrán eco, contrastados con la
realidad perderán fuerza y finalmente ni la historia se ocupará de ellos.

Y me ocupo de la razón por sus particulares argumentos y algunos antagonismos que


hacen al conocimiento, la cultura y la ignorancia. Por ejemplo, nadie se someterá a una
operación quirúrgica ante alguien que no sea un médico y por ello la razón no se compra
ni se alquila, no se hurta ni se impone; ya que no está en uno, sino en los demás. Por
tanto, se puede demostrar, se puede razonar para intentar tener la razón, mas nunca
tenerla como propiedad. No basta con “sentir que se tiene la razón”, tenerla no es como
“sentirse profesional”. Además discurrir contra la razón es peligroso, de un hilo pende
también “perder la razón”; y ello nos llevará a la atención psiquiátrica. Donde perder la
razón, no es como un partido de futbol; la vida ahí no tiene revancha y menos aprueba el
revanchismo del que hacen gala los gestores de toda la parafernalia indianista e
indigenista de la chakana, la wiphala y compañía.

En cuanto al derecho, no solo por estudiar derecho se puede ser justo o correcto.
Precisamente ahora cuando los gobernantes han roto el vital nexo entre el derecho y la
justicia, por el solo hecho de esgrimir que: “tienen derecho”. Hay un abismo entre un
experto en derecho y los que son “bien derechos”. ¿Se entiende? Solo para jugar con las
palabras; ahora más que nunca; las autoridades de turno con oscuros intereses intentan
hacer fiesta de símbolos y simbologías. Esas minorías parecen tener solo derechos y
ninguna obligación. Un ejemplo son los servicios que el Estado provee a los productores
de coca, quienes con descaro además, serán los únicos que evaluarán si deben o no pagar
impuestos, e incluso ellos mismos fijarán los montos.

Resumiendo los primeros términos del título. Señores en función de gobierno: ¡Cuanta
falta les hace que les asista la razón y cuanto menos tienen el derecho a cambiar lo que
no deben cambiar! Así esgriman falaces explicaciones para convertir la “escalera” en
escudo. Ustedes no distinguen ni diferencian lo que es una política de gobierno de una
política de Estado, se les sugiere instruirse por ejemplo en el Facebook con la publicación
del Sr. Gral. Brig. Omar Cordero Balderrama; quien les propone incluso cursar la Escuela
de Altos Estudios Nacionales; y similar aprendizaje pueden obtener sobre heráldica con
relación al Escudo Nacional en la publicación del Sr. Sof. Orlando Jarillo Taborga, por la
alucinada explicación que sobre la “escalera andina” realizan ustedes. Cuidado con tratar
de tener siempre o tratar de imponer solo “su propia razón”; que es casi lo mismo que
salirse con la suya (acción puramente dictatorial y fascista).
Ojo con pretender premeditadamente ser ignorante, inculto o peor aún perverso. Porque
otra cosa son los intereses de Estado y los “Intereses Nacionales”; siempre distintos e
incluso opuestos a los intereses personales, partidarios, de grupo o individuales que
además surgen del “fascismo” toda vez que buscan razones de “raza” para fundar un
nuevo estado. Estas argucias divisionistas o DISCRIMINATORIAS acaban siempre en
fracasos. Acá tal vez sea importante entender que el D.S. 4445 específicamente habla de
“imagen de GOBIERNO” y no de imagen de Estado, o mejor aún no habla de “IMAGEN
PAÍS”. Poco queda por recriminarles a ustedes que solo gobiernan para sus huestes
cocaleras o delincuenciales. Menos reclamarles a sus pobres borregos que fielmente
sirven de escaleras para encumbrar a quienes gozan de un prontuario para ser candidatos.
Suena hasta inoportuno recordarles que no debieran gobernar solo para sus partidarios
sino también para quienes no estamos de acuerdo con sus falsos principios; pero no se
debemos pedir peras al olmo, y por eso mejor no gastar saliva con ustedes.

Mucho cuidado sin embargo, que ese nefasto D.S. autoriza e incita; a que cada gobierno
departamental o municipal disponga su propia imagen de gobierno… ¿Será útil cambiar la
simbología, escudo e “imagen” del gobierno departamental de Santa Cruz? O pongamos
como ejemplo (nada más que por especulación) una nueva imagen del “gobierno
municipal de El Alto”: con una forzada interpretación simbólica de heráldica. Donde
simplemente resalte que esa ciudad ha decidido dejar de ser “escalerita”. Defenestrando
la famosa “chakana” (porque esa es la traducción originaria); justamente ahora que han
perdido la hegemonía en la plaza más representativa de la cultura aimara.

Esta lógica por resurgir inexistentes ancestros; amén de imponerlos cobardemente entre
gallos y medianoche; desnuda sus almas omisas de identidad y nacionalidad. A riesgo de
mal utilizar el término de omiso, me refiero no solo a los que son parias por decisión propia,
como lo hizo el “Mallku” Felipe Quispe al pretender independizar la supuesta nación aimara
donde las hijas de los campesinos dejarían de ser empleadas, pero que por su equivocado
razonamiento solo provocó dolor, muerte y precisamente que gente del campo no desee
más futuro promisorio para sus hijas quinceañeras, que ser desfloradas por el pedófilo
mestizo; sino que me refiero también a esos sujetos (politiqueros baratos) que por hacerse
del poder vacían su alma y aborrecen su propia identidad. Ahí están sus cambios de
vestimenta, sus cambios de apellidos, etc. Marca indeleble de una profunda crisis de
identidad. Gestando también una crisis de valores y un vaciamiento de nuestra cultura.

En esa múltiple crisis, la ignorancia hace carne y toma al asalto almas y mentes. Ignorantes
de lo que es la Constitución Política del Estado, lo que son los Poderes del Estado y su
independencia; actúan y repiten cual escaleritas, todas las consignas que les dictan.
Alguien dijo que: “El primer paso de la ignorancia es presumir de saber”. En el caso de
ustedes,; asumido el poder y designados como autoridades, creen vanamente que han
sido también ungidos del conocimiento; acto seguido espetan rutilantes propuestas para
hacer de todo pescado una sardina. Pero esa su ignorancia ya no agrede, ya no molesta
ni indigna al ser icónica de “su” proceso de cambio. Ha pasado el tiempo incluso donde
sus acciones degeneraron toda ética, derrocharon una bonanza económica irrepetible y
pusieron la imagen país por los suelos a nivel internacional. Estamos en tiempos en que
sus palabras y acciones son huecas y ya nadie las aguanta, así como han pedido aguantar
la tragedia de la pandemia, lo hacemos porque no solo no aguantan un debate; sino que
lo trágico es que no aguantan una evaluación psiquiátrica. Y lo que es peor no aguantan
ni nuestros verdaderos orígenes; ya que yo sí me siento campesino (porque he nacido en
el campo), a diferencia de los mal nacidos en podrida cuna de politiqueros.
Su ignorancia, complejos y precariedades se manifiestan a todas luces y en todas partes.
Se dicen socialistas o cualquier estupidez parecida, sin leer la constitución que señala el
respeto por la iniciativa privada; misma que es opuesta a la hoz y el martillo que enarbolan.
Rebuznan al violar el estado de derecho con sus imposiciones al estilo de Cuba o
Venezuela, que ensalzan cual panacea de modelo de Estado, intentando además
llevarnos hacia ese oscuro futuro.

¿Acaso buscan una nueva identidad a falta de la propia? Sociológicamente en conjunto


desnudan sus complejos y que individualmente en psicología no son más que propios de
seres desvalidos que con perversión además, buscan anular al “otro”, menoscabando los
valores y símbolos de una nacionalidad a la que no entienden, a la que no comprenden ni
desean adscribirse con un manifiesto resentimiento, que solo les ata con cadenas al
subdesarrollo y a la bravuconada del abuso en el ejercicio del Poder.

Ya no nos hacen mella, ya nadie cree en sus montajes de terrorismo o de golpe de Estado.
Y si su resentimiento les ciega, les cuento que es posible que nuestros abuelos
terratenientes les hayan flagelado las espaldas a sus antepasados, pero no van a borrar
sus cicatrices torturándonos a nosotros o a nuestros hijos. En mi casa por ejemplo, nos
sentamos en la misma mesa a desayunar con mucho amor: el albañil al que le doy trabajo
para ampliar un poco mi casa; la señora que hace la limpieza y muchas veces se lleva
más de su salario con el desprendimiento de mi familia que le regala ropa semi nueva para
su familia; y toda mi familia. No se equivoquen como lo hizo el “Indio alzado” o “alguna
birlocha terrorista”, que como ejemplo señalo por lo inocuo de las estigmatizaciones o de
los adjetivos calificativos que con insana cobardía hacen gala. No se equivoquen no solo
por el bien mío o el bien de Bolivia, háganlo sobre todo por el bien de ustedes… Sí; a
ustedes les escribo; a los que pregonan un nuevo símbolo, un nuevo tiempo o un nuevo
Estado. Los que estando en función de gobierno, siguen sojuzgados a las consignas del
progresismo internacional, a la banda de Sao Paulo o al cártel de Puebla. No jueguen con
fuego que es sobre todo a ustedes a quienes las próximas generaciones, les pedirán
cuentas luego de su fracaso.

En lo que a nosotros respecta (los que nos adscribimos al escudo nacional), los que
estamos también en la obligación de hacer algo por Bolivia, con acciones o alzando la voz
contra su fascismo encubierto; no nos sentaremos en el banquillo de los acusados, a pesar
de cargar en nuestra conciencia posiblemente el silencio de los cobardes.

Por eso el deber moral de servir solo a la patria… Ya tenemos una identidad a la que
nos debemos. ¡Bolivia tiene un solo escudo, así rebuznen los borregos lo contrario!
*Javier Rada es solo un ciudadano más, igual que todos.

You might also like