Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria.
Ministerio del Poder Popular para la Cultura.
Universidad Nacional Experimental de las Artes.
Centro de Educación y Creación Artística Armando Reverón.
Ensayo
Experiencia personal en la Unearte
Docente: Demetria Monasterios Datos del estudiante:
Unearte en Diálogos Camila Martínez
N° de Cédula de Identidad: 28.149.966
Caracas, Febrero de 2022
Mi experiencia en lo que concierne al trayecto inicial para el ingreso a la Unearte, fue una mezcla de emociones, experiencias, apuros y personas a las que puedo considerar amigos, más que sólo compañeros de clases. En el contexto académico, fue ciertamente un contraste y una sensación de temor a lo desconocido, ya que está más que claro que en el liceo no todo es tan desafiante como lo que viene siendo la vida universitaria, donde te estás preparando para el entorno laboral en un futuro cercano. Es común que un estudiante nuevo en esta etapa llegue a sentir nervios, e incluso terror, por querer estar a la altura de las expectativas que se mantienen, y, en general, todo aquello que represente el entorno en el que se encuentra, más que nada por el hecho de que ya empiezas a estar más consciente de tus decisiones y de que todo lo que hagas únicamente se reflejará en tu desempeño, ya no se habla de un entorno infantil, y tienes que encargarte de ti mismo y establecer cierta independencia; es ciertamente un paso muy grande que dar, sumando el hecho de que es empezar de nuevo en todo sentido. Nuevas personas, nuevo territorio, nuevas cosas que vivir y aprender.
En la nueva modalidad que vivimos gracias a la pandemia mundial que vino de
una forma tan repentina y abrupta, todas las áreas que constituyen a la sociedad se vieron afectadas, y en muchos casos, paralizada. Tal es el caso del sector educativo, donde en un tiempo bastante considerable fueron clausurados todas las escuelas, liceos y universidades, y fue bastante reciente el restablecimiento de los mismos, no sin antes agregar las nuevas normativas sanitarias de distanciamiento. Es debido a todo esto, que hubieron actividades reducidas, horarios limitados para la realización de las mismas, pocas oportunidades para hacer encuentros presenciales y mucho trabajo acumulado para los profesores, no sólo a la hora de evaluar, sino de buscar establecimientos disponibles para las clases presenciales, y que estas no chocaran con los horarios de otros profesores, sin mencionar los problemas que corresponden a la falta de internet (como bien es mi caso muchas veces), luz o cualquier complicación que el alumno/profesor presente en el momento que necesite, ya que el único modo en la actualidad donde se pueden hacer entregas de los trabajos pautados es a través de los medios electrónicos, y por supuesto, toda esa serie de eventos desafortunados ya no vienen de nuestra parte. Una de las partes resaltantes en mi trayectoria en este proyecto inicial fueron las locaciones de las clases presenciales. La sede Armando Reverón con sus múltiples obras haciéndole tributo al afamado pintor venezolano, el museo de Bellas Artes que visitamos y recorrimos, que si bien al vivir en Caracas es un sitio que alguna vez se debió haber visitado, nunca está de más, mucho menos si nos profundizan la razón de ser de cada obra expuesta en el recinto. También, la Casa Bicentenario ubicada en Capitolio, una edificación magnífica que solía ser la Universidad Central de Venezuela en sus inicios, y que en su interior se aprecian vestigios de lo que alguna vez fue, y la notable antigüedad que le da un toque más de misticismo, además de hacer notar lo bien conservado que está el lugar.
Un factor a destacar es que la Unearte ha sido un plantel en el que abunda la
expresión y la oportunidad de conocerse más a uno mismo, por medio de nuestras obras, nuestra forma de vestir, y nuestra esencia. A pesar de las múltiples fallas que pudieron haber surgido en este trayecto, es de esperarse que en la situación actual se den contratiempos inesperados con bastante más frecuencia de la que se espera. Sin embargo, fue interesante vivir una pequeña parte de lo que podría experimentar en el futuro, si tengo la fortuna de ingresar en esta universidad. En lo que se refiere al ámbito social en este período de tiempo, pude conocer y aprender de personas trabajadoras, que le ponen empeño a sus estudios, algunos incluso a sus trabajos también, y a la vida; ese es un ambiente en el que uno como individuo busca sumergirse para sacar lo mejor y progresar, y ha sido un enorme placer que estas personas quisieran conocerme de igual forma, porque siempre hubo apoyo y reciprocidad en lo que respecta a la sección en la que fui inscrita. En las redes sociales, y sobre todo en Telegram, cualquier duda grupal era expuesta en el grupo que se creó para nuestra sección, y de ahí ayudarnos mutuamente, compartir y crear momentos de compañerismo, amistad y solidaridad.
Para concluir, quiero hacer énfasis en que independientemente de si apruebo o no
este trayecto inicial, fue una vivencia bastante grata estos meses que tuve como estudiante uneartista, y espero con ansias saber las noticias con respecto a mi ingreso al plantel y estudiar la mención de artes gráficas.