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3) Considero la aplicación de la Reforma Vareliana como el momento fundacional del Sistema

de Educación Pública Nacional. Esto se puede visualizar en contraste con la coyuntura política
en que vivía el país, para ese momento Uruguay era gobernado por un régimen militarista
(1876-1886) que impulsaba reformas en el Estado apelando a la modernización de sus
mecanismos de control del territorio (ferrocarriles, nuevas armas, ejército más disciplinado,
ferrocarril, etc.) con el respaldo de las élites ganaderas (ARU), además de la implementación
de una reforma agraria manifestada en el código rural.

Para lograr la pacificación del territorio y el ingreso del país al mercado mundial se necesitaba
mucho más que paz y el ejercicio de las fuerzas represivas del Estado, se necesitaba una mano
de obra técnica especializada que se acostumbrara a los labores y rutinas que demandaban las
nuevas sociedades modernas, explícitamente se necesitaban trabajadores y obreros para este
Uruguay moderno.

En este proceso de trasformación del Uruguay, donde el Estado cobraba fuerza sobre su
territorio e imponía el respeto al derecho de propiedad privada, también se necesitaba superar
el estado de anarquía y desorden que caracterizaba a la sociedad uruguaya de décadas
pasadas. Es así que en el año 1876 José Pedro Varela presenta su proyecto de ley de
Educación Común, cuya fundamentación constituyó el libro denominado “La legislación
Escolar”, en marzo de ese mismo año recibe la Dirección de la Instrucción Pública de la mano
del Dictador o Gobernador Provisorio Lorenzo Latorre.

Varela, muy influido por Sarmiento, analiza las causas sociales de la problemática política del
país llegando a la conclusión de que se debía elevar el nivel de educación de la población si se
querían superar los antecedentes levantiscos y conflictivos de nuestra sociedad.

De esta manera, Varela proponía la creación de una Comisión Nacional de Educación que
administraría la escuela, adoptaría los textos y examinaría los aspirantes y maestros. A la par
de esta comisión se creaba la Inspección Nacional de Educación, Inspecciones
Departamentales y Comisiones de Distrito electas por los ciudadanos, que nombrarían y
destituirían a los maestros.

Varela estableció los principios de gratuidad, obligatoriedad y laicidad parcial, este último fue
objeto de grandes discusiones, pero finalmente la influencia de la Iglesia Católica no se pudo
imponer sobre el mismo. Sobre los otros dos es importante resaltar que la obligatoriedad
involucraba la participación de todas las masas de infantes en los centros de instrucción, pero
para que se haga efectiva debía ser gratuita, ya que la mayoría de la población de esa época no
presentaba recursos financieros suficientes como para comprar útiles o mantener a uno o
varios hijos estudiando.

A pesar de que Latorre recogió muchas de las ideas de Varela, éste eliminó la descentralización
de las Comisiones de Distrito y estableció una Dirección de Instrucción Pública, presidida por
un Inspector Nacional (cargo que se le designó a Varela). Esa Inspección tenía la función de
dirigir la enseñanza pública, nombrar y destituir maestro, adoptar textos, expedir diplomas de
maestros y crear una Escuela Normal para formarlos. Se declaraba obligatoria la enseñanza
primaria pero también la religión católica en las escuelas públicas, salvo para alumnos cuyos
padres se opusieran.

Ya para 1880 contábamos con 310 escuelas y casi 25 alumnos asistiendo. Al extenderse la
práctica escolar fundamentalmente por los departamentos de campaña, una consecuencia
principal fue que ésta se urbanizó culturalmente y empezó a sembrarse la simiente de la
conciencia cívica republicana. Como lo quiso Varela, la expansión de la educación fue la base
de la futura democracia política.

BIBLIOGRAFIA:

BENJAMIN N: “Manual de Historia del Uruguay”. Ediciones Banda Oriental. Montevideo. 2002.
Pag. 187.

ENRIQUE Mendez V:”El Uruguay de la modernización”. Banda Oriental. 2011. Pag. 80.

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