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LV. Golovanov .. [ODO ES ARMONIA LA NATURALEZA Traducido del ruso por K. Steinberg SR arm Editorial Mir ~ Mosc i Oh, Tierra majestuosa ! En tus abrazos tu corazon ardiente yo senti. Y través del velo de tu fragancia el palpitar del Universo percibi. Vladimir Soloviov Prélogo Todavia no se han calmado las disputas, todavia el propio planteamiento del problema sobre /a influencia que los factores cosmicos ejercen en los procesos terrestres provoca en algunos especialistas un gesto irénico. 0 perplejo, todavia se pueden oir exclamaciones escépticas... Sin embargo, los hechos son “tercos”, y apoyandose en ellos, la nueva cualidad de las ciencias naturales se afirma paso a paso, y sus logros, cual brotes verdeantes, desbrozan enérgicamente el camino en las paginas de las revistas cientificas y de divulgaci6n cientifica. - Deje de asediarme a preguntas ~- Solia decir Alexandr Leonidovich Chizhevski poco antes de su muerte al autor de estas lineas-, son anticipadas. Mis trabajos encontraran su reconocimiento dentro de cien o, en el mejor de los casos, dentro de cincuenta afios. En efecto, ¢ Que testimonia la experiencia historica de la ciencia ? Una concepcién cualitativamente nueva no triunfa porque se haya hecho cambiar de opinion a sus opositores, ni porque se logré “ convertir a su fe” a las academias y universidades, sino debido a la maduracién objetiva de las condiciones favorables para su reconocimiento. Y sera precisamente entonces cuando la nueva generacién asimile estas ideas como algo que se sobreentiende. Fue penoso escuchar este triste pronéstico. No obstante, como se sabe, para promover las ciencias naturales la practica social puede mas que decenas de universidades. La revolucién cientifico técnica que, en la actualidad, ha abarcado todas las esferas de la vida humana, condicionando profundos cambios cualitativos tanto en la produccién material, como en la “espiritual” ha puesto en el orden del dia el que se reconozca como un hecho de importancia primordial la existencia de un nexo entre los procesos en la biosfera y, en general, en la envoltura geografica y los fenémenos cosmicos. Los éxitos de la Cosmonéutica contribuyeron en grado considerable a la inteleccién social de la necesidad de estudiar, de investigar, los multifacéticos influjos de los factores fisicos de origen Extraterrestre sobre la cuna de la vida como Ilamaba a nuestro planeta Konstantin Eduardovich Tsiolkovski. “ Hay que tratar de enfocar las cosas desde el punto de vista césmico” - meditaba él a principios del siglo. Viadimir Ivanovich Vernadski sefialaba que en la biosfera es conveniente ver un “fendmeno planetario de caracter césmico ”. “El semblante externo de la tierra y la vida que lo llena son resultado de accion creativa de las fuerzas césmicas" escribia A. L. Chizhevski. En las lindes de la cognicién de la materia viva y de la no animada el fundo varias disciplinas cientificas. Una de estas lleva el nombre de heliobiologia. Esta denominacion incluida en el sexto tomo de la ultima edicién de la gran enciclopedia soviética (y, claro esta, Junto con la denominacién se explica también el objeto de estudio) adquirié por fin la carta de naturalidad en el mundo cientifico. Y no olvide que apenas si hacia diez afios que dicho término parecia a algunos absurdo e incluso una tentativa de hacer resurgir, en un nuevo atavio... j la astrologia ! é Para que negar ? Hasta el dia de hoy se ha conservado el afan de representar los fendmenos objetivos de la naturaleza como algo sobrenatural, rodear de aureola de misterioso aquello que todavia no entendemos y figuramos en forma de imagenes fantasticas, emocionalmente matizada, lo que no hemos llegado a comprender hasta el final. Se entienden las raices sociales y epistemolégicas (0 gnoseologicas) de este fenémeno. Los éxitos y los logros de la revoluci6n cientifico técnica contemporanea las ponen al descubierto, haciéndolas patentes y cada vez mas comprensibles a cualquier ojo imparcial como jamas Lo habian sido antes. Y es aqui, como ense/ié V. |. Lenin, es preciso distinguir el 4rbol de! conocimiento humano, vivo en su totalidad, conocimiento auténtico, objetivo y en permanente progreso, de sus “ramas" y “nudos”, de sus trozos y fragmentos los cuales, inflados e hinchados, y con un desarrollo unilateral € hiperbolizado, son capaces de desviar hacia un derrotero erréneo, hacia un terreno cenagoso y mistico. Al mismo tiempo no es permisible que en el ardor de la polémica se pierda tras la maraiia de ramajes la médula se sana, que lo superficial y lo visible oculte a esencia y que el dejo subjetivo de las declaraciones eclipse el contenido verdadero y correspondiente a la realidad. finalmente, al evocar el pasado, hay que tratar de ser més modestos y no juzgar con autosuficiencia, desde Jas alturas de la experiencia de hoy, los errores, aberraciones y ‘fantasias” de nuestros precursores, vanagloriéndose de la “sobriedad” de nuestro propio modo de pensar. Es mucho mas provechoso comprender cémo del desconocimiento nace el saber Y poder vislumbrar tras el velo de los fantastico el grano racional de los gérmenes de las ideas fructiferas que sirvieron de impulso para que el pensamiento humano avanzara hacia la verdad. Primavera de 1915... En el Instituto de arqueologia de Moscu se escucha el informe de A. L. Chizhevski titulado “Influencia periédica del Sol sobre la biosfera x de la Tierra". Este dia se presenta, de hecho, como punto de referencia para una etapa cualitativa mente nueva en las ciencias naturales, la etapa de “cosmizacién” de la ciencia sobre la vida, es decir, de superacién definitiva de la oposicion entre Io terrestre y lo césmico en la cognicién cientifica de la naturaleza. El quit de la ponencia del joven investigador radicaba en que consideré inconsciente la idea de que la vida fuese un fenémeno sumamente terrestre, aislado del cosmos, y relacionado intimamente tan sélo con las condiciones ambientales de nuestro planeta, y que en la serie de factores tomados en cuenta al analizar los diversos procesos transcurridos en la tierra debian incluirse también los césmicos, mientras que el concepto de “medio ambiente” tenia que abarcar , ademés, el Universo con toda su inmensa multiplicidad de particularidades, condiciones, fuerzas y nexos. Estas consideraciones no eran especulativas: era un sistema cientificamente fundamentado de razonamientos que tenian por cimiento un convincente material estadistico y una estricta secuencia de argumentos légicos. El cientifico establecié, como se expresan los matematicos, un alto grado de correlacién entre los ciclos de la actividad solar y los fenémenos masivos en la biosfera terrestre. En sus anteriores trabajos que se apoyaban no solo en la sintesis matematico-estadistica de los hechos conocidos, sino también en los experimentos de laboratorio se convencid de que la vida en la tierra en todas sus manifestaciones -desde organismos individuales hasta populaciénes y comunidades- se desarrollaba bajo el impacto dinamico y directo del Cosmos. Estas conclusiones significaron no solo la formacién de una importante corriente de investigaciones cientificas que involucraba en su cauce a los representantes de diversas especialidades, incluso muy alejadas: astronomos, fisicos, quimicos, bidlogos, medicos, gedgrafos, gedlogos, ingenieros y socidlogos, sino también la consumaci6n de! proceso de desmoronamiento de las concepciones geocéntricas iniciado hacia mas de cuatro siglos por Nicolas Copérnico. Los trabajos de Tsiolkovski, Vernadski, Chizhevski enriquecieron, de principio, el cuadro cientifico natural del mundo con nuevas representaciones acerca de los vinculos entre Ja tierra y el cosmos, impulsando a muchas mentes a estudiar estos Ultimos de un modo multifacético. Los éxitos en la conquista de! cosmos, cuyos fundamentos fueron sentados en octubre de 1957 con el lanzamiento del primer satélite artificial soviético de la tierra permitieron realizar experimentos y observaciones fundamentales en el espacio universal; los resultados de estos tuvieron como consecuencia la revision cardinal de la representacién acerca de las condiciones fisicas en el entorno de nuestro planeta. Logicamente se planted el problema de elaborar una teoria del sistema de interaccién: tierra-sol-Cosmos A continuacion hablaremos precisamente sobre sus aspectos actuales. Por lo visto, toda una serie de cuestiones relacionadas con estos resultaran discutibles, Mientras tanto, por otro lado, la acumulacién de nuevos datos cientificos se verifica actualmente con una serie unaceleridad tan vertiginosa que adelanta a menudo el proceso de impresi6n de Iibros, introduciendo sus “correcciones” en el sistema de los conocimientos que progreso, de modo que el autor corre el riesgo de caer bajo el fuego cruzado de opiniones opuestas. Empero, el evadir este problema significaria abandonar la linea principal de combate del conocimiento para refugiarse en la retaguardia, en el tren del “ejército” en ofensiva, arrastrandose en pos de los acontecimientos y observandolos medroso a una “distancia segura’. Mas, de ser asi, gvale la pena tomar la pluma? No lo creo. Capitulo 1 La vision de! mundo Segtin una observaci6n acerca del académico S. V. Kalesnik, la humanidad debe a la geografia el que ahora concibe bien toda la complejidad y el caracter multifacético del medio que habita. Mientras tanto, el estudio de la naturaleza en forma de aquellos conjuntos territoriales complejos en los cuales se plasma su existencia concreta, supone el andiisis de la realidad en todo su caracter complejo y en unidad de todas sus facetas, relaciones y nexos. Hoy dia, la aspiracion a alcanzar esa unidad es, de hecho, inherente a todos los dominios del saber; Como es la tendencia objetiva del desarrollo de las ciencias en la época de la revolucién cientifico técnica. En las ciencias sobre la tierra donde dicha tendencia se revela, podemos decir, de una manera mas explicita. Por ejemplo, los gedgrafos de sumisién en poner al descubierto y estudiar cuantitativamente el mecanismo de Ia interaccién entre los componentes de la envoltura geografica, asi como la las interacciones de esta ultima con los factores césmicos, Y establecer el resultado geografico de estos procesos. En los cursos para instituciones de enseftanza superior dedicados a la envoltura geografica, de esta se habla actualmente como del “4mbito de interacciones césmicas y telliricas”, Su particularidad mas importante es la existencia de condiciones 6ptimas para una génesis espontanea y el posterior desarrollo del proceso biolégico de “tipo terrestre”. Sin embargo, en cuanto a la vida... “estamos acostumbrados a sostener un punto de vista antifiloséfico, burdo y estrecho, sobre fa vida como resultado de un juego fortuito de fuerzas tan solo terrestres...” El reproche lanzado por Alexandr Leonidovich Chizhevski cerca de cuarenta afios atras, hasta la fecha no ha podido su fuerte resonancia, a pesar de que /a en la actualidad cada vez queda un numero menor de personas quienes ponen en tela de juicio el hecho de que la vida es, en realidad, un fendémeno en mucho mayor grado césmico que terrestre, que su pulso general es fijado por los ritmos césmicos y que nosotros, en nuestro planeta, definitivamente vivimos ateniéndose a la dindmica del cosmos. Empero, cual es la razon de que el cientifico naturalista evocé de pronto la filosofia, reprochando a los colegas de su olvido? En todo caso, el cientifico quiso subrayar la necesidad de tener una vision correcta del mundo, y ello no suscita dudas. Pero, .qué significa en este caso “correcta” ? Evidentemente, que no contradice la verdad objetiva y que se encuentra en plena correspondencia con Ja situacion real de las cosas. Esta vision sobreentiende Ia inteleccién total de lo observade, la comprensi6n adecuada de aquello que cayé en ef campo visual. Mas {de qué manera la filosofia puede asesorar a la ‘mundividencia’ ? (“ZY es que en efecto le asesora?” -va a sonreirse irénico uno qué otro especialista.) Solamente una retrospeccién-aunque sea fugaz-de la historia de la cognicién humana, da la posibilidad de orientarse en estas cuestiones. Entre tanto, antes de proceder a discutir la influencia cosmica sobre los procesos operados en la Tierra es meramente necesario esclarecer dichas cuestiones. Conforme a una antigua tradicion se tiene la costumbre de considerar a los fildsofos como “personas estrafalarias”, lejanos a la vida cotidiana practica, cuyo desvalimiento en los asuntos mundanos hacia reir ala gente. En relacion con ello Platén nos conté una anécdota sobre Tales de Mileto, el primero de los filésofos de la antigua Grecia que la tradicién helénica incluia entre los “siete sabios”. “Ani tienes, Teodoro, el ejemplo de Tales, que también observaba los astros y, al mirar al cielo, dio con sus huesos en un pozo. Y se dice que una joven tracia, con ironia de buen tono, se burlaba de su preocupacién por conocer las cosas de! cielo, cuando ni siquiera se daba cuenta de lo que tenia ante sus pies. Esta burla viene muy bien a todos aquellos que dedican su vida a la filosofia’. De este modo, desde tiempos inmemoriales se contraponian dos puntos de vista, dos métodos extremos de sumersion del intelecto en la realidad: ef practico-cotidiano y el teérico-abstracto. Precisamente Tales de Mileto fue el primero que empez6 a razonar sobre la naturaleza. Buscd en esta un principio unico de todo y su concepci6n filoséfica significé una actitud contemplativa para con la realidad; en sus juicios acerca de los hechos observads partia de determinados principios generales que 6! tomaba por fundamento del ser. Para los filésofos de la Antigdedad era muy tipico abordar la realidad tan sdlo en forma de contemplacién. Se presentaba como principal y determinativo el enfoque tedrico-abstracto de los, objetos de cognicién. No obstante, ef mismo Tales de Mileto no se mostr6 ajeno a problemas practicos concretos y tenia experiencia en operaciones crematisticas. Sin embargo, como estaba absorto en las ciencias, descuido sus negocios y quedé empobrecido. Los parientes y conocidos ‘le echaban en cara su pobreza y suponian probar con eso que la filosofia es inutil’. Entonces Tales decidié dar una leccién a aquellos quienes veian el criterio de la dignidad humana en la riqueza y en Ia capacidad de lucrarse. Como cuenta Aristoteles, Tales, ‘previo gracias a sus conocimientos de astronomia, cuando todavia era invierno, la cosecha que producirian los olivos y, como tenia un poco se aseguré mediante fianzas el arrendamiento de todos los molinos de aceite de Mileto y Quios, por muy poco, ya que no tenia ningdn competidor. Cuando Ilegé el momento oportuno y muchos acudieron a la vez y apresuradamente en busca de los molinos, los arrendo en las condiciones que quiso y, reuniendo mucho dinero, demostr6 que es facil para los filosofos enriquecerse si quieren, pero no afanan por ello”. Sin embargo, el pensamiento filosofico de aquella época todavia no podia alzarse hacia la comprensi6n del verdadero papel de /a practica como base del conocimiento, y Tales con su ejemplo, tan solo demostré que en la vida existian valores mucho mas altos que ef bienestar material. Al mismo tiempo, no se puede dejar de sefialar que ya los pensadores de la Antigiiedad adivinaban la insuficiencia y hasta la inconsistencia de la concepcién “tilitaria” del mundo, incluyendo los asuntos puramente terrestres. Ellos buscaban la premisa para resolver cuestiones concretas, particulares del ser en los principios primarios generales. Es cierto que la cognicién de cosas y procesos unitarios es imposible sin el conocimiento simultaneo de lo universal, y este ultimo, a su vez, se conoce solo a través de la primera. Hoy esta tesis debe estar clara para cualquier mente instruida. De la misma manera, lo entero no puede concebirse sino en unidad organica con sus partes, mientras que la partes, mientras que la parte es posible de entender tan sdlo dentro del marco de lo integro. Al investigar experimentalmente, los objetos y formas unitarios fijados en condiciones naturales, captamos también aquello universal que con ellos esta ligado . Y cualquier ley ‘particular’ que descubrimos-si efectivamente es una ley y no una regia empirica- es la manifestacion concreta de la universalidad. No hay ciencia, cuyo objeto sea exclusivamente universal sin conocer lo unitario, lo mismo que es posible una ciencia que se limite tan s6lo en conocer lo particular. Esa es la razon por la cual resulta en comparaci6n inconsistente hiperbolizar el papel de las ciencias particulares en comparacién con la filosofia, al igual que es ilicito representar la ultima como “cruz dorada sobre el templo del conocimiento’, ‘supraciencia’, ciencia universal de las “cosas primeras y de las primeras causas". La oposicion entre los filésofos y los especialistas en otros dominios de! conocimiento y de la practica -su contraposicion reciproca e, incluso, cierto snobismo y altaneria mutuos de unos respecto a otros que se han conservado en determinada medida hasta el dia de hoy- se remonta a una tradicién antigua. Encontramos sus fuentes en las obras de Aristételes. A través de toda la historia de la cultura humana, en los cursos escolares y en las publicaciones literarias, la filosofia se presenta como la ‘primera sabiduria” que no equivale a un simple conjunto de conocimientos (ya que como decia Heraciito, “el conocimiento miiltiple no ilumina el intelecto”): la filosofia es aquello que mas tarde han legado a designar con las palabras “comprensién de! mundo’, “concepci6n del mundo’, “historia de la vida”. Es la posesién del conocimiento del ser en forma general y, como tal, es patrimonio de pocos. Es una ciencia soberana, de dominio absoluto una ciencia contra la cual las demas, al igual que esclavas, no tienen derecho de pronunciar ni una palabra...-ensefiaba Aristoteles. El resonaba aproximadamente asi: e/ mundo es todo Unico integrado por partes. ¢ Qué es lo que lo hace entero? algo universal que pristinamente esta presente en todo lo unitario, pero se distingue de este. Esta contraposicion de Jo universal a lo unitario, del todo a sus partes fue precisamente lo que conducia a la conclusién de que en la naturaleza general de todo lo existente, de lo entero constituyen su propio objeto especifico de conocimiento tedrico, a diferencia de la esencia de las partes de un todo, de cosas y fenémenos individuales que son objeto de conocimiento practico. “La ciencia del ser es la ciencia del filésofo de! ser en cuanto ser, universalmente considerado y no desde un punto de vista parcial”. La comprensién aristotélica de la especificidad de la filosofia durante largo tiempo se mantiene en las mentes. Su absolutizacién engendré la interpretacion escolastica tradicional de la filosofia en la literatura incluso hasta nuestro siglo. Los filésofos idealistas de hoy también lo reconocen. Por ejemplo, el existencialista M. Heidegger planteando la pregunta: “zQué es la filosofia?”, contesta é! mismo que este problema ya fue resuelto por Aristételes en su “Metafisica’: la filosofia es, presuntamente la comprensién especulativa de las primeras causas. En este sentido el “concepto filoséfico” puede provocar tan sdlo una sonrisa de cualquier cientifico naturalista: Es que como material de partida para la ciencia no sirven las representaciones tomadas de la “cabeza”, sino los hechos obtenidos como resultado de la experiencia, Ia practica y el experimento El entendimiento de Ia filosofia como ciencia de las ciencias pasé a través de los siglos y alcanz6 su apogeo en el sistema de Hegel quien consideraba que su objeto es ‘precisamente la verdad en el sentido supremo de esta palabra", “lo universal”, “lo invariable”, ‘lo eterno que existe por si mismo’, mientras que en las ciencias fisicas el material ‘se toma desde el exterior *, por medio de la experiencia, se ordena conforme a la regia general ya establecida y se lleva a la relacién exterior. Hegel consideré aquello que estas ciencias obtienen “cascara del conocimiento exterior’, algo carente de verdad; y por cuanto la filosofia es la doctrina sobre la verdad absoluta, esta ciencia es, precisamente, ciencia absoluta. En esencia, nada nuevo,a pesar de que al filésofo alemén y al griego les separan dos milenios. iY cuantas construcciones légicas del “cosmos” y proyectos de una “sociedad racional” fueron propuestos (inventados) por aquellos quienes, en sus ensuefios, concebian la filosofia como guardadora de la verdad en ultima instancial Los intentos de este tipo, de antemano, fueron predestinados a sufrir fracaso. Al mismo tiempo, su infructuosidad contribuia, en una medida bastante grande, a que se afirmarse la actitud negativa para con [a filosofia en general por parte de los cientificos naturalistas con el modo de pensar critico (real) La concepcién filoséfica de! mundo de los pensadores del pasado representaba la concepcién de la “conciencia ideante”, Que trataba de hallar 0 adivinar en principio inicial de todo lo existente, con cuya ayuda deberia revelarse el auténtico cuadro def mundo. De este modo, Hegel anhelaba discernir en cada esfera del ser -ya sea que se te tratase de! mundo, 0 bien del régimen de la vida social-una “idea Iégica’. El pensador aleman convirtié la idea sobre el pensamiento correcto y sus formas en ciencia general del ser. Seguin Hegel , Io universal, el espiritu absoluto se autorreproduce légicamente, y todo lo existente en el mundo no es sino la encamaci6n de lo universal. El procedimiento logico de llevar los unitario bajo lo universal fue elevado al rango de principio fundamental del ser y del pensamiento: no fue la idea (universal) que se correlacionaba con Io existente como medida axiolégica, sino, por el contrario, lo existente se ajustaba a la horma de la idea. En esta filosofia todo resultaba puesto ‘patas arriba’: el amor a la sabiduria degeneraba en misticismo légico. Esta claro que esta en visién-a través de “lentes” de representaciones artificialmente impuestas- fue incapaz de satisfacer la razon que se encaramaba a las nuevas alturas de la cognicién. Tarde o temprano el intelecto del hombre debia buscar salida del reino de filosofia, encerrado en si, al mundo de la realidad. En su tiempo, la “ciencia” filosofica acerca de los principios suprasensoriales del ser -la “filosofia primera’, la “ciencia sobre la divinidad’ (Aristoteles)- recibié el nombre de metafisica.Empero, mientras que Aristételes considera el ser como cosmos real, determinado en su desarrollo por todo el conjunto de las causas, tanto materiales, como formales, la filosofia medieval, interpretando a Aristteles en correspondencia con los dogmas religiosos, puso el problema de los principios del ser al margen del mundo real al ‘mundo divino”. El concepto de “metafisica” recalcaba el caracter del mas alla, de lo fuera de los limites y suprasensorial de las causas que empujan el mundo. Cuando después del descubrimiento, hecho por N. Copérnico (1543), las ciencias naturales comenzaron a desarrollarse a paso acelerado, se fue llevandose a cabo una brusca escision entre la metafisica y las ciencias cuyo objeto de estudio era el contenido terrestre. A la par, la filosofia revestida de forma metafisica se mantuvo tan solo como sirvienta de la teologia. Los problemas de! mundo como un todo Unico-Incluyendo también los problemas de sus principios- empezaron a representarse como estrictamente fisicos y, por consiguiente, como naturalistas. En cuanto a los problemas filoséficos tradicionales, resulté que bajo el éngulo del enfoque naturalista lo que comenzé a inquietar a las mentes fueron los métodos de su resolucin, y la metafisica se tomné metodologia. La mecanica clasica interpretaba /a naturaleza como un mecanismo integro exento de desarrollo. La concepcién de la eternidad y la invariabilidad del mundo en sus principios y bases fundamentales -lo que constituia el vicio cardinal de la metafisica- se afirmé para cierto lapso en las ciencias naturales. Ocurrié que al ser derribada como ciencia filos6fica especulativa, la metafisica, a pesar de todo, no fue superada, sino que de la ‘filosofia primera” se convirtié en “pensamiento estrecho que caracteriza los titimos siglos: el pensamiento metafisico”. Entre tanto, las ciencias naturales alcanzaban cada vez nuevos y nuevos éxitos, fraccionando el cuadro del mundo en sus partes individuales, distribuyendo los procesos y los objetos de la naturaleza por clases determinadas, descomponiéndolos en partes, investigando la estructura interna y hallando relaciones estables en la multiplicidad de las formas. Todo ello aseguré el logro de relevantes progreso, pero al mismo tiempo también cre6 en los naturalistas la costumbre de examinar las cosas y los procesos como aislados unos de otros, estancados y eternos. 2A donde fue a parar el cuadro de un complejo infinito de relaciones, de acciones y de reacciones, en el cual nada permanece inmévil e invariable, sino todo se mueve, se transforma, deviene y pasa? Por insuficiente e ingenua que fuese la vision del mundo profesada por los antiguos filosofos, esta, a pesar de todo, captaba acertadamente el caracter general de! cuadro integro de los fendmenos. Aunque también es cierto que este cuadro todavia no habia sido revelado en sus particularidades y detalles y por eso carecia de nitidez y se presentaba ruido, en su totalidad, como una acuarela. Y presentaba diluido y si presenta Aunque también es cierto que este cuadro todavia no habia sido revelado en sus particularidades y detalles y por eso carecia de nitidez y se presentaba diluido, en su totalidad, como una acuarela. Sin embargo, para conocer las particularidades es necesario arrancarles de sus relaciones naturales e historicas e investigar cada uno individualmente, de acuerdo con sus propiedades, sus causas y efectos especiales. Hablando con propiedad, en ello, precisamente, consiste la tarea de las ciencias naturales, es decir, de las ciencias que segtin el criterio de los pensadores helénicos ocuparon un lugar subordinado. Pero, debido a que las cosas -y los reflejos mentales que les correspondian- se presentaron ante el naturalista de la nueva época como objetos de investigacién aislados, invariables y dados una vez y para siempre los cuales se estudiaban uno junto al otro y uno independiente de! otro, resulté que el naturalista no podia pensar ni hablar sino en categorias de contrarios absolutos y directos. En sus ojos el objeto existia y no existia, mas no podia al mismo tiempo ser tal como es y, paralelamente, ser otro. En sus conceptos lo positivo excluia absolutamente lo negativo, y viceversa, y en cuanto a causa y efecto, estos se encontraban en estado de oposicién anquilosada. En cierta etapa historica en determinadas esferas del conocimiento, mas 0 menos extensas, en dependencia del caracter del objeto esa manera de percepcién fue admisible hasta cierto grado. Pero tarde o temprano empezaba a ponerse de manifiesto su espiritu unilateral, limitado y abstracto, y la mente escudrifiadora incurria en contradicciones insolubles, incapaz de discemir tras las cosas aisladas su nexo reciproco, vislumbrar tras el ser suyo el surgimiento y la desaparicion y tras su estado de reposo, ef movimiento. Hegel bautiz6 de “metafisica” esa vision limitada y puramente racional de los objetos que no traspasaba “los limites de las definiciones finitas del pensamiento” y que consideraba la contradiccién como “una casualidad, una especie de anomalia y paroxismo de la enfermedad. El gran filésofo alemén contrapuso a la concepcién metafisica del mundo el modo dialéctico de pensar, impartiendo valor decisivo a la interconexion y la interaccién de los conceptos que se autodesarrollan, aunque, a decir verdad, no veia en estos Ia reflexion del mundo objetivo, sino principios iniciales y objetivamente existentes de todo lo existente. Al criticar enérgicamente la metafisica el pensador alemén, sin embargo, e! mismo incurrié en ella: de ningun modo rechazaba sus ideas, ni le negaba el derecho de meditar sobre objetos suprasensoriales: dios, alma, etc. de esta forma, al negar el modo de pensar antidialéctico, afirmaba al mismo tiempo las tendencias idealistas y especulativos. El gran mérito de Hegel consistia en que, por fin, representé todo el mundo natural, historico y espiritual en forma de proceso, es decir, en constante y progresivo cambio y transformaci6n, intentando al mismo tiempo revelar su nexo interno. Desde entonces, la cognicién de las regularidades implicitas de este movimiento y desarrollo en el caos aparente de casualidades se convirtié en misién del pensamiento cientifico. Cuando Hegel escribié su “ciencia de la légica’, la dialéctica apenas si empez6 a ‘colarse” en las ciencias naturales y tan solo abria en uno u otro punto brechas aisladas en la vieja y petrificada concepcién metafisica del mundo. Por ejemplo, las ideas de la evolucién y de interrelaciones universales penetraron en la astronomia con la hipétesis cosmogénica de Kant y Laplace; en la quimica y la fisica Junto con la atomistica de Lomonosov, Dalton y Berzelius, Y en la biologfa, junto con la teoria evolucionista de Lamarck y de sus precursores (K. Baer y otros) Sin embargo, en general todavia estaban reinando las concepciones mecanicistas sobre la naturaleza. En aquella época los datos de las ciencias naturales no podian servir de base para afirmar la concepcién dialéctica del mundo, ya que la filosofia hegeliana no solamente se abstenia de apoyarse en la ciencia, contemporanea a ella, sino que en algunos aspectos incluso entraba en contradiccién con esta. En este respecto las ideas de Hegel sobre el mundo -erréneas de principio- en esencia, parecian que iban tendiendo al futuro en que las propias ciencias naturales deberian emprender e! camino de una profunda dilucidacion de la dialéctica de la naturaleza. Hegel ya estaba adivinando que entender la naturaleza significa representarla en forma de proceso operado en ella misma. ‘La naturaleza es un movimiento nunca cesante,y ef universo pasa de uno al otro, desde el desdoblamiento. Por su forma la dialéctica hegeliana estaba vuelta mas bien a aquellos ambitos del conocimiento humano y la realidad que parecfan sumamente alejados de las ciencias naturales. Como resultado, en toda la ciencias del siglo XIX se formé una situacién contradictoria: la concepcién dialéctica del mundo se convertia cada vez en mas necesaria, pero mientras tanto, los cientificos naturalista no admitian, la dialéctica ya que esta, en la interpretacion hegeliana, era inaccesible para ellos. ‘Mas tarde contribuyé a esta situacién otra circunstancia. El contenido racional de la dialéctica hegeliana fue percibido y asimilado en primer lugar por los fundadores del marxismo y en forma transformada constituyé la base de la doctrina filoséfica del proletariado revolucionario. Entre tanto, la mayoria de Jos naturalistas del siglo XIX, perteneciendo a la intelectualidad burguesa, estaban contaminados con os prejuicios de la “sociedad culta” y, a fuerza de ello, no podia asimilar conscientemente la dialéctica, a pesar de que la propia ciencia demostraba de un modo convincente el carécter dialéctico de los fenomenos y las leyes de la naturaleza. Como resultado, los naturalistas , al poner de manifiesto con sus trabajos la dialéctica objetiva de la naturaleza, siguieron sosteniendo la concepcién del mundo metafisica (unilateral, limitada, anquilosada, “antifilosofica, burda y estrecha’). “Fisica, guardate de la metafisical: pensamiento muy certero, pero en otro sentido -escribié los Engels- los naturalistas conceden a /a filosofia una vida aparente, al contentarse con los despojos de Ia vieja metafisica. Solamente cuando la ciencia de la naturaleza y de la historia hayan asimilado la dialéctica, saldré sobrando y desaparecera, absorbida por la ciencia positiva, toda la quincalla filosofica, con la excepcidn de la pura teorfa del pensamiento”. EI marxismo rompié decidida e irrevocablemente con la filosofia en el sentido antiguo de la palabra, 0 sea, con la filosofia que, a partir de ciertos principios deduce esquemas “omniabarcadores” y "protosistemas” del mundo, y emprendié el camino de la cognicién de la realidad existente independientemente de nuestra conciencia -el camino de cognicién del ser partiendo de él mismo-, ligando en su vision de éste la comprensién materialista y el modo de pensar dialéctico. En el materialismo dialéctico que se presenté como sucesor de la experiencia milenaria de desarrollo de! pensamiento humano confluyeron las rutas de la filosofia y de la ciencia. Los logros de /a primera y de la segunda, asi como la experiencia historica de a actividad practica a cognicion cientifica en todas las esferas sirvieron de base para la filosofia cientifica en su moderna comprensién. Esta filosofia, en forma generalizada, ofrece el método de movimiento de la cognicién hacia la verdad. En su tendencia encaminada a elaborar una vision integral del mundo y del lugar que el hombre ocupa en él intervienen como puntos de referencia el materialismo y la dialéctica, mientras que ef fundamento de toda la ciencia contemporanea le sirve de apoyo. Las ciencias naturales representan actualmente una red extraordinariamente ramificada de diferentes disciplinas y dominios cientificos, y todos los fenémenos conocidos del mundo han ido a parar al sector “privado” de cada una de ellas. Cada ciencia especial investiga un sistema cualitativamente determinado de leyes, mas ninguna de ellas estudia las leyes comunes para la totalidad de los fenémenos de la naturaleza, la sociedad y ef pensamiento. El pensamiento “puramente’ cientifico reduce e! campo visual de! especialista a una esfera limitada del objeto concreto de investigacién, sin darle la posibilidad de levantarse por encima de este objeto para percibir sus vinculos con otros objetos y otras esferas especiales del conocimiento. La tarea del conocimiento cientifico es una transicin mental desde hechos unitarios hacia la general y sujeto a la vez. Dentro del marco de cada ciencia existen distintos niveles de generalizacién, los cuales, sin embargo, no sobrepasan los limites de una esfera 0 aspecto determinados del ser. En cambio, en el pensamiento filosofico estas generalizaciones, por si mismas, de las ciencias especiales y los métodos de su obtencion se convierten en objeto de andlisis. La filosofia, basdndose en los resultados obtenidos por todos los campos del saber, establece las leyes universales del ser y del pensamiento En el cumplimiento de esta funci6n la concepcién filoséfica se vuelve, con frecuencia, a los objetos, respecto a los cuales el conocimiento empiric es todavia inalcanzable. Por ejemplo, Nicolas Copérnico propuso el sistema nuevo, heliocéntrico, del mundo (absolutamente convencido de su justedad) en una época en que todavia no era posible proporcionar demostraciones cientificas rigurosas. Ademas, é! mismo no podia aun ofrecer nuevos hechos empiricos que hubieran obligado a los hombres a renunciar a las representaciones anteriores. En aquel entonces no habia sido inventado todavia el telescopio. Los instrumentos astronémicos de que disponia Copérnico cedian por su cualidad los que hubiera podido encargar, digamos, a los maestros de Nuremberg en caso de haberlo deseado. Por fin, la alta latitud geografica de Frauenburgo, ciudad donde Copérnico vivia, y las condiciones meteorolégicas locales poco favorables para estudiar el ciclo estelar, de ningun modo contribuyeron a sus observaciones astronémicas. Sin embargo, el propio cientifico no consideraba que existia gran necesidad de éstas: los datos acumulados ya por la ciencia eran suficientes para descubrir contradicciones en el sistema tolemaico. Sus argumentos en contra de éste fueron, en esencia, filosdficos, lo que correspondia al modo de pensar heredado de la Antigtiedad. En su fundamentaci6n del nuevo sistema del mundo Copérnico seguia la via deductiva, 0 sea, desde las tesis generales a las particulares. Seguin su opinion, dios, al crear el universo, hubiera podido inventar algo mejor que el desmanado sistema de Tolomeo. Iniciaba sus razonamientos, andlogamente a Tolomeo,por algunos principios 0 postulados primeros, sin embargo, a causa de su novedad, aplicaba mas empefio, que su precursor, para aportarles un caracter convincente. Asegurandose sobre estos postulados como sobre un fundamento, seguia desarrollando su pensamiento por medio de razonamientos matematicos elaborados con gran meticulosidad sumamente fastidiosos, que a veces se corroboraban con referencias a observaciones y esquemas detallados de diversos movimientos colestes. La intuicién no Io traicioné: la imagen del mundo que propuso resulté més simple y arménica, eliminando toda una serie de dificultades en explicar muchos de los fenémenos observados. En ello el propio Copérico advirtié el aspecto filoséfico mas importante de sus deducciones. La inteleccién tedrico-sintetizadora de los hechos acumulados por la experiencia conjunta de la humanidad, asi como de los logros de todas las. ciencias y de la cultura en su totalidad, he aqui la escencia de la concepcién filoséfica de! mundo. Si esta concepcién refleja acertada y demostrativamente as leyes generales de la realidad objetiva, entonces a base de esto es posible también formar una idea del futuro. La vision auténticamente filosofica es la facultad de observar -con ojos abiertos, sin alambicar demasiado, sin prejuicios y anteojeras- el mundo, de distinguir y entender los procesos y fenémenos reales que se operan en éste tales como son, sin cualesquiera afiadiduras, en su ser vivo, en automovimiento, en unidad orgénica de sus relaciones y nexos imprescindibles, en el juego contradictorio de aspectos interactuantes y de contrarios Precisamente esta vision, conjugada con el conocimiento cientifico, permite hoy en dia poner de manifiesto y destacar lo general y lo universal en el caso aparente de /o particular, aislado y especifico. Dicha concepcién se elabora en uno u otro grado en el curso de desarrollo social e individual de cada uno, Su formacién consciente basada en el entendimiento dialéctico-materialista de la naturaleza y de la sociedad es accesible y, lo que es Io principal, es necesaria, como nunca antes, a las ciencias naturales que entran en la época de su maduracion césmica. Lamentablemente, en los circulos de los especialistas todavia no se ha superado el espiritu metafisico en el pensamiento. Mientras que el curso objetivo que siguen las ciencias redunda en su aproximaci6n cada vez mayor, en su interaccion y entrelazamiento -lo que, hablando con propiedad, corresponde a la unidad objetiva del mundo que ellas reflejan-, los representantes de diversas corrientes cientificas, hasta la fecha, encuentran con dificultad un lenguaje comin, y su percepcién de las ideas procedentes de los campos que les son “ajenos” adolece de gran inercia. Por desgracia, en las relaciones entre los naturalistas y los fildsofos también tiene lugar este fenémeno, aunque, en fin de cuentas, ni los unos ni los otros pueden dejar de entender que se necesitan mutuamente. “He estudiado a los filésofos de todos los tiempos -dljo Max Born, gran fisico del siglo XX- encontrando en sus trabajos numerosas ideas brillantes, pero no he podido advertir ningun progreso estable encaminado a conocer 0 entender con mayor profundidad la médula de las cosas. Mientras que la ciencia me deja embargado por el sentimiento de progreso estable, y yo estoy convencido de que precisamente la fisica teorica representa la auténtica filosofia” Tal es la confesién caracteristica de un especialista cuyo pensamiento ha subido hasta la inteleccién del materialismo dialéctico, pero que al mismo tiempo no se contenta ya ni con Ia filosofia clasica, ni con las corrientes modernas “de moda’. El pensamiento tedrico de un cientifico naturalista necesita operar con categorias légicas. Y los asimila ya sea de la conciencia cotidiana de las personas cultas que lo rodean, ya sea de los cursos universitarios tradicionales, o bien a través de lectura desordenada de obras filosdficas de todo género. De este modo, al fin y al cabo y a pesar de todo, resulta preso de la filosofia y, ademas, lamentablemente, no de la mejor. E involuntariamente vienen a la memoria las palabras de F. Engels: “... Y quienes mas insultan a Ia filosofia son esclavos precisamente de los peores residuos vulgarizados de la peor de las filosofias. Sin embargo, la practica cientifica, a llenar los conceptos fundamentales y (digamos, fisicos) de un nuevo contenido, impulsa a perfeccionar los métodos del pensamiento, obligando a meditar sobre los problemas mas generales, de partida, ya que sin estos es imposible resolver las cuestiones particulares sin correr el riesgo de incurrir en contradiccion y errores. No es que precisamente por esta razon el propio Marx Born reconocia que el trabajo de un cientifico naturalista, en particular, de un fisico teérico, ‘viene entrelazado de una manera més intima con Ia filosofia’; que “sin un conocimiento serio de la literatura filosdfica su trabajo sera vano. Su actitud personal frente a la filosofia fue opuesta a la aristotélica, poniendo ef conocimiento particular por encima del general: “En los ultimos afios me vi ocupado en tratar de formular los principios filosoficos que se deducian de la ciencia’. Aqui encontré su clara expresi6n el espiritu limitado y estrecho del pensamiento def relevante fisico, el no entender la dialéctica de lo general y lo particular y, lo que es primordial, la diferencia cualitativa entre éstos. Tanto en la naturaleza, como en la sociedad, al igual que también en el mundo de imagenes ideales que las reflejan, lo general incluye en si lo particular, lo uno se manifiesta en lo otro. Lo unitario es la forma del ser de lo universal y lo universal se expresa a través de lo unitario. Esta es la causa por la cual también la contraposicion de las ciencias entre si, ateniéndose al principio de que unos estudian tan solo lo universal y otras unicamente lo particular, carece de suficiente fundamento y contradice fa situaci6n real de las cosas. Aqui no hay oposicién absoluta, si no existe una interacci6n tal en que una parte, necesariamente, supone Ia otra y, en ciertas condiciones, debido, y viceversa. Aqui vienen al caso Jas lineas de los “cuadernos filoséficos” de V. |. Lenin: *... Los contrarios (lo individual se opone a lo universal) son idénticos: Io individual existe sdlo en la conexién que conduce a lo universal. Lo universal existe sdlo en Io individual y a través de él. Todo individual es (de una u otra forma) universal. Todo universal es (un fragmento, 0 un aspecto, ola esencia de) lo individual. Todo universal sdlo abarca aproximadamente a todos los objetos individuales’. Sin comprender lo anteriormente expuesto es imposible tomar conciencia tanto de las relaciones reales dentro del marco de los procesos “puramente’ terrestres (poniendo entre comillas la palabra “puramente” subrayamos el caracter convencional de la expresién terrestres"), como de sus relaciones con el cosmos. Empero, con una mirada auténticamente filosofica el naturalista es capaz de abarcar de una vez -digamos, en la envoltura geogréfica- lo general (factores césmicos) y lo particular (fuerzas telricas) en su ininterrumpible ligazén dialéctica." ‘Las prciaras montos dol pasado se aproximabanintivamonte al semajontoentenciianto doa raturaleza, Por jempo, ef gran pensator de Oita Abel Fara (870-060, perebigndola de una forma pateisia, escrbi: LaTTiea, 4 qué es para i? Det puso sco un at 1 Cosmos tu morada es. Estas en él, y él ant La significaci6n del enfoque filoséfico no se determina por los margenes de una experiencia aislada, sino por el desarrollo de la cognicién y de la practica en su conjunto. Su valor llega a ser trascendental al nivel de enunciar y argumentar hipétesis fundamentales, de construir teorias, de revelar y resolver las contradicciones internas de las concepciones cientificas, de poner al descubierto la esencia de los conceptos iniciales de la ciencia, asi como cuando se trata de la inteleccién de hechos, nuevos de principio, de las conclusiones que de estos si sacan y de la elaboracién de los métodos de investigacion. El papel del andlisis filoséfico llega a ser particularmente esencial en las situaciones criticas para las ciencias naturales, como asimismo en los instantes de sus adquisiciones cualitativamente nuevas, de saltos y revoluciones que reflejan el camino dialéctico del conocimiento. El ejemplo mas brillante de ello es el analisis realizado por V. |. Lenin de la esencia de la crisis en la fisica a principios del siglo XX. Cuando el sistema ya formado de conceptos y los hechos recién descubiertos entran en contradiccion ‘mutua, es inevitable volver la vista hacia fundamentos y premisas filoséficos de la ciencia. Ya a finales del siglo pasado en F. Engels sefial6 que la filosofia tomaba venganza de aquellos naturalistas que la abandonaban. “De todas maneras, la ciencia de /a naturaleza ha llegado al punto de no poder eximirse de la sistematizacién dialéctica... Y por lo mismo que se apropiaré los resultados de esta evolucién de Ia filosofia, que ha durado dos mil quinientos afios, se desembarazara, de una parte, de toda filosofia de la naturaleza que lleve una existencia aparte, fuera y por encima de ella, y de otro lado, de este método limitado de pensar que le es propio y que ha heredado del imperialismo inglés”. La filosofia cientifica no impone a las ciencias naturales sus tesis en forma de dictado niles prescribe aquello que esté fuera de su incumbencia. Sin embargo, formula los principios fundamentales para alcanzar la verdad. Uno de los principios mas importantes es el conocimiento de la cosa en la totalidad de sus nexos yrelaciones implicitos y explicitos. Ei nexo universal entre los fenomenos es la ley mas general de la existencia del mundo, la cual representa el resultado y la manifestacion de la interaccién universal de todos los objetos y fendmenos y cuya plasmacién, en forma de reflejo cientifico, es la unidad e interconexién de las ciencias. Este nexo expresa la unidad interna de los elementos de la estructura y de las propiedades de cualquier sistema integro, asi como /a infinita diversidad de las relaciones de un sistema dado con otros sistemas 0 fenémenos que lo rodean. No puede haber conocimiento verdadero sin que se entienda ef principio del nexo universal.? * Lo sefialaban los flésofos griegos. y el famoso estoico Posidonio (135-51 a. de n.e.)lo colocé en el contro dela cosmologia como dogma de a ‘simpatia universal" ®” Elser individual (un objeto, un fenémeno, etc. es (s6lo) un aspecto dela idea (de la verdad), La verdad cequiere, ademas. oltos aspectos de la realidad, iqualmente aparecen sé independientes & indvidualos, Hegel decia que la ‘filosofia” es la época captada en los pensamientos’, y nosotros podemos afiadir que no existe una concepcién del mundo que corresponde mas a la época contemporanea que la concepcién materialista dialéctica. Los propios cientificos se convence de ello cuando -basandose en la experiencia de su ciencia, uno consciente y otros intuitivamente, por la logica de su creacién-, demuestran que la teoria materialista dialéctica del conocimiento es la heredera de los valores ideolégicos reales de las épocas anteriores. Precisamente este hecho es tan tipico hoy para los cientificos mas destacados del siglo. A su numero pertenecia también a. L. Chizhevski. Su mente escudriftadora en el primer cuarto de nuestro siglo capté las tendencias mas importantes de las ciencias naturales contemporaneas: el entrelazamiento reciproco de las ciencias que, al parecer, estaban absolutamente alejadas unas de otras, y la interaccién dialéctica de los procesos diametralmente opuestos de su desarrollo. Esta es la razén por la cual subrayaba la necesidad de reforzar la base metodolégica del conocimiento y de la practica con el enfoque filosofico universal. “En alguna parte, en la profunda clandestinidad, en las capas subterréneas del pensamiento humano, van acumulandose paulatinamente observaciones de enorme importancia y maduran los primeros arranques de las grandiosas generalizaciones de! futuro. Capitulo 2 El planeta en el Cosmos En una noche despejada, sin Luna, no podemos evitar que nos cautive el encanto del cielo estelar. E involuntariamente empeza- mos a meditar sobre nuestro planeta que navega en el océano del tiempo y espacio, cual una nave, en medio de los resplan- decientes mundos del Universo. A partir de la época en que el hombre tomé conciencia de su “yo”, separd en-su mente a si mismo. del mundo circun- dante y advirtié en todo que Io rodeaba su contrario, los esfuerzos de su intelecto despertado para actuar se encauzaron impetuosos a bntender todo lo existente y determinar sus relaciones mutuas con éste. El hombre, empezando por el reflejo sensorial-imagina- tivo del ser y a medida de asimilar précticamente 1a realidad, iba perfeccionando su facultad de pensar y, con ello, percibit Y ver, en forma humana, todo en torno suyo, La constante admi- racién y el ansia de conocimientos se conjugaban con la necesi- dad de satisfacer las demandas pricticas de la vida. Como resultado, el hombre descubria cada vez nuevas y nuevas propiedades y nexos de la realidad circundante, internindose cada vez a mayor pro- fundidad en la naturaleza de las cosas y fendmenos y expresando su contenido objetivo en conceptos y juicios correspondientes. ‘Se ampliaban y profundizaban sus conocimientos acerca de la realidad circundante, También evolucionaban las representaciones sobre la estructuracién del Universo, mientras que el propio concepto de Universo se Menaba de nuevo contenido, Al principio, los datos sobre el mundo se reducian a los entornos préximos de los parajes habitados y el concepto de “Universo” fue afin al concepto geogrifico de “Ecumene” (palabra Proveniente del griego oikoumené que significa “tierra habitada”)'. Ya los primeros filésofos griegos en la comprensién de la ee | cikes significa en griego “casa”, “patria”. De aqui proviene tambien “ccologia”, o sea, rama de la ciencia que estudia las condiciones del - medio que habitan los organismos vivos. 26 naturaleza, se libraban de las representaciones mitolégicas, bus- cando Ia raiz de todas las cosas ora en los elementos naturales, ora en las “ideas de la razén”, ya sea en nimeros a los que se asignaba una existencia independiente, o bien en dtomos, pro- tocuerpos impenetrables ¢ indivisibles. Es dificil sefialar quién fue el primero en llamar Cosmos al universo. Traducida del griego esta palabra significa “ordenamien- to”, “orden”, “estructura”, “constitucién”, “régimen”. En todo caso, ya los pensadores de la Antigiiedad concebian ia realidad como cierto sistema ordenado, a pesar de la infinita diversidad de las formas concretas que toma la materia en su desarrollo. “Este Cosmos, el mismo para todos, no fue creado por ninguno de los dioses ni hombres, sino siempre existié, existe y existird eternamente como fuego vivo que aforadamente se enciende y aforadamente se extingue” ~ensefiaba Herdclito, Actualmente conocemos que el Universo es una unidad estruc- tural compleja de sistemas césmicos de distintos érdenes. Hoy dia, el mimero de galaxias accesibles a 1a observacién alcanza mil millones. Cada una de éstas es cierto agregado de muchos miles de millones de estrellas. El némero de estrellas que forman parte de nuestra Galaxia alcanza un orden de 10"! y su masa funda- mental se concentra en el plano de la Via Lactea. La Galaxia es heterogénea. Las formaciones que la constituyen se agrupan en diferentes sistemas compenetrantes. El Universo es infinito en el espacio. No tiene principio ni fin en ninguna direccién. El Universo es infinito en el tiempo. Siempre existié y. siempre existiré. Finalmente, también es infi- nitamente diverso en cuanto a las formas de existencia y movimien- to de la materia. La materia no surge de nada y no se aniquila, sino.pasa de una forma a otra. Todo ello permite afirmar que Ja vida orgénica como una de las formas de existencia de la materia, no es patrimonio de nuestro planeta exclusivamente, sino se engendra alli donde ‘se crean condiciones adecuadas. Desde luego, la propia coincidencia de tales condiciones es de por si tan excepcional, que lo tinico que por ahora queda es suponer que existe la posibilidad de vida en otros mundos, La ciencia no oftecié todavia datos determinados al respecto. Visto de lejos, del Cosmos, nuestro planeta se presenta como una esplendorosa esfera azul salpicada de manchas color marrén ¥ medio envuelta en resplandecientes nubecillas blancas. Es un oasis en los inmensos espacios del Universo... éQué se encuentra en el camino de nuestro planeta? Un recepticulo vacto de cuerpos césmicos alejados a enormes distan- 27 cias unos de otros? No, no es asi. El espacio, en el sentido actual de Ia palabra, se caracteriza en particular por la presencia de campos fisicos que desempefian un papel esencialmente im- portante en la interaccién de los objetos césmicos unos con otros. ‘A lo expuesto cabe afiadir, ademds, que el globo terriqueo es bombardeado ininterrumpidamente por los flujos de diversas particulas césmicas. En realidad, la expresion de “globo” es wbiasisons conven- cional. La superficie fisica de la Tierra es tan complicada que no ‘se da la posibilidad de definirle ni siquiera valiéndose de eouaciones y formulas matematicas. Se aproxima mds a su forma verdadera tn cuerpo de revolucién cordiforme con una cavidad axial en el polo Sur y un abultamiento en el Norte, es decir, un elipsoide cardioide, Cierto es que la diferencia entre los ejes del cuerpo del: planeta es relativamente pequefia por lo cual lo tomamos por una esfera, El abultamiento elipsoidal en la zona del Ecuador es resultado de la rotacién de la Tierra, mientras que su cardcter cardioide es consecuencia de la inclina- cién del eje terrestre respecto al plano de la ecliptica, asi como de la diferencia entre las fuerzas de atraccién por el Sol de los polos Norte y Sur y de las particularidades de la érbita del pla- neta, El valor geogréfico de la forma “esferoidal” de nuestro planeta estribe en que condiciona el carécter zonal de distribucién del calor a lo largo de la superficie terrestre (disminucién desde el Ecuador hacia los polos) y, por consiguiente, también un carécter zonal de todos los fendmenos que guardan una relacién directa o indirecta con el régimen térmico. La distancia media entre el Sol y la Tierra mide 149597870 kilémetros. Esta magnitud recibié el nombre de unidad astrond- mica y se recomienda como patron para todos los célculos astrondmicos, geodésicos, geogrificos, etc, Plutdn, el planeta mas lejano del Sistema Solar, dista del Sol aproximadamente unas 40 unidades astronémicas, Mientras tanto, la distancia hasta la estrella mas proxima constituye 271000 unidades astronémicas (es decir, es 6800 veces mayor que hasta Plutén). Y en todo este enorme espacio entre el Sistema Solar y las més préximas estrellas no se ha descubierto ningin cuerpo material tonsiderable. Las fuerzas gravitacionales que actian sobre el Sistema Solar provinienido de las estrellas son infinitamente pequefias, por consi- guiente, se permite considerar que el Sistema Solar es relativa- mente auténomo en el espacio y, de conformidad con las leyes de la mecénica, su centro de masas debe hallarse en estado 28 de reposo o desplazarse uniformemente respecto a las estrellas’ En cuanto al movimiento del centro de masas del sistema Tierra-Luna’ alrededor del Sol, resulta que debido a la accion perturbadora de los planetas el plano de la drbita dé este centro se desplaza lentamente, a una velocidad pequefia respecto al Sol, experimentando una serie de oscilaciones periédicas menudas. Consta reconocer que el problema del movimiento de la Tierra y la Luna alrededor del Sol no ha obtenido todavia resolucién completa, a pesar de los esfuerzos de los mas destacados matemé- ticos de los siglos XIX y XX; tantas dificultades presenta. La accién “mancomunada” de la atraccién del Sol y de la Luna sobre la Tierra origina un movimiento complejo dei polo del mundo en torno al polo de la ecliptica, siguiendo una curva compleja. Este movimiento se subdivide en dos, mas simples: el secular, Mamado de precesién, y el periddico, 0 sea, de nutacion, El periodo del stovimiento secular equivale a 25 725 afios. Leonhard Euler, al examinar el movimiento rotatorio de Ia Tierra como el de-un sélido libre alrededor de su centro de masas, y en ausencia de fuerzas exteriores, describié por medio de ecua- ciones mateméticas el cambio de la posicién del eje instantineo de rotacién de la Tierra. La resolucién de estas ecuaciones con- dujo al cientifico a la conclusién de que el polo instanténeo de rotacién de la Tierra realiza una revolucién completa alrededor del polo de inercia durante 305,6 dias sidéreos®. Esta cifra no coincide con el perfodo real de movimiento del polo obtenido a partir de las observaciones. Fl primero en establecerlo fue el astrénomo norteamericano S. Chandler : 430,7 dias. La divergencia entre los valores de los periodos obtenidos por Euler y Chandler EI Sistema Solar se desplaza en direccién a la constelacién de Hércules gon una velocidad de cerca de 20 km/s. £°Ta Luna gira alrededor de la Tierra casi en el plano de su movimiento alrededor del Sol a una distancia de 384400 km, aproximadamente, del planeta, El diametro del satélite es 3,1 veces menor que el terrestre Mientras la Tierra hace una revolucién completa alrededor del Sol, ja Luna realiza 13,5 revoluciones alrededor de la Tierra, ora poniéndose ante ella (el ultimo cuarto), ora resultando por detrés (cl primer cuarto), © interponiéndose entre la ‘Tierra y el Sol (el novilunio), 0 bien situandose por el lado opuesto al Sol (el plenilunio). Como resultado, las fuerzas Be atraccion que actian sobre la Tierra por parte de la Luna y el Sol varian constantemente, con Jo cual el movimiento del planeta resulta muy gomplicado. BI polo de rotacién es 1 punto de interseccién del eje instanténeo de rotacion de la Tierra con su superficie; el polo de inercia es el punto Ge interseceién del eje menor del elipsoide central de inercia de la Tierra con la superficie de la altima. 29 se debe a que Ia Tierra no es un cuerpo absolutamente s6li- do como lo admitié el primero, sino hasta cierto grado elds- tico. El perfodo de Euler es justo para una Tierra absolutamente sélida, lo que no corresponde a la realidad. El perfodo de Chandler vale para la Tierra real. El balanceo del eje de inercia y del eje instanténeo de rota- clon respecto a la ecliptica se llama nutacién. El desplazamiento de los polos terrestres cambia las coorde- ’ nadas geogrificas de los puntos de la superficie de la Tierra afectando la determinacién del tiempo e incidiendo, sobre toda una serie de problemas de astronomia, geodesia, geografia fisica, ete. Por esta causa, en 1895, en la II Conferencia Geofisica Internacional celebrada en Berlin se decidié organizar un servi- cio especial para la observacién del movimiento de los polos de la Tierra. A partir de 1899 se dio comienzo a las observaciones sistematicas en las estaciones del Servicio Internacional de Lati- tudes; estas observaciones siguen verificdndose hasta la fecha, Como resultado se averigué que el movimiento de los polos es mucho més complicado de lo que se consideraba anteriormente, La amplitud de oscilaciones del movimiento del polo instanténeo de Ja Tierra es desigual. Por ejemplo, su magnitud alcanzé el maximo por los afios 1910-1916, mientras que en 1934-1940 se-mantenia cerca de su posicién media. La rotacién de la Tierra alrededor de su eje tampoco es uniforme. Este hecho fue establecido tajantemente todavia en el siglo pasado. Debido a la aparicién (en los afios 30) de reloj de cuarzo se logré descubrir los cambios anuales en la velocidad de rota- cién del planeta. En 1955 fue introducido el primer standard atémico de frecuencia; este hecho permitié a los cientificos dilu- cidar todos los detalles de la irregularidad de su rotacién. Se distinguen tres tipos de ésta; retardacién secular, oscila- ciones estacionales y variaciones irregulares de la velocidad angular. Debido a la retardacién secular la duracién del dia incre- menta permanentemente (cerca de 0,001-0,002 segundos en cien afios). La causa principal de este fenémeno es la friccién de las mareas. Las oscilaciones estacionales se provocan, parcialmente, por las deformaciones de las mareas en el seno del planeta, empero, el papel principal en este caso lo juege Ia circulacién atmosférica Como demuestran las observaciones, la amplitud y las. fases 0 t de-las oscilaciones estacionales no permanecen invariables de afio en afio. . Las causas de’ los cambios irregulares todavia no son claras del todo. Lo tinico que se pone de manifiesto es que la irregula- ridad del movimiento de la Ticrra tanto en torno a su eje como alrededor del Sol es condicionada por la accién de diversas fuerzas exteriores. Como consecuencia de los cambios irregulares, la duracién del. dia ora incrementa, ora disminuye en varias milésimas de segundo, tee No conocemos cémo aparecié la Tierra, sin embargo, estamos enterados de que en el proceso de su formacién los elementos pesados se agruparon cerca del centro del Planeta en capas con- céntricas, ‘mientras que las rocas mds livianas constituyeron toda la periferia del globo terraqueo. En conjunto, nuestro planeta | representa un cuerpo material de estructura compleja, todas partes del cual son interconexionadas e interdependientes. Las sustancias s6lidas, liquidas y gaseosas, formando capas concéntricas mds © menos regulares, constituyen el niicleo interno y las envolturas; Ja litosfera (es decir, la corteza terrestre, la envoltura pétrea exeterior), la hidrosfera (el conjunto de todas las aguas de la Tierra) y la-atmésfera (el medio gaseoso externo). Todas ellas, sin in- terrupcién, accionan y reaccionan entre si: la dindmica del medio de una de las envolturas puede provocar el movimiento de la sustancia en la otra. De esta manera, procesos de cardcter disimil (conforme @ la composicién de las’ sustancias y los pardmetros fisicos) resultan vinculados indisolublemente unos con otros. Evidentemente, sus fuerzas motrices se recatan no sdlo cn sur seno, sino también se encuentran fuera de ellos, inclusive, fuera de los limites del planeta. Los factores-césmicos que perturban los desplazamientos mecénicos de la Tierra en el espacio universal se intromettn en los procesos geoldgicos y fisico-geograficos, EI mundo cientifico empez6 a tomar conciencia de este hecho tan s6lo en los tltimos cuatro lustros. El punto de vista geocéntrico que la astronomia rechazé hace cuatro siglos, todavia se cernia sobre las mentes de los naturalistas y hasta fildsofos. Este fend- meno fue légico para una etapa histérica determinada, En Ia “Dialéctica de la naturaleza” F. Engels seiialaba : “Para nosotros es imposible una fisica, una quimica, una biologia, una meteoro- logia, etc., que no sean geocéntricas, y no pierden nada porque se diga que sdlo sirven para la tierra ¥ que son, por tanto, 31 puramente relativas. Si toméramos esto en serio y exigiéramos una ciencia carente de centro, toda la_ciencia se paralizaria”. La prdctica, restringida por la experiencia terrestre, ponia limites a las ciencias naturales: los mecdnicos, los fisicos, los quimicos, los gedgrafos y los gedlogos tenfan que satisfacerse, en mayor o menor grado -y los bidlogos por completo-, con aquello que habja en el planeta. La inconveniencia de tal situacion no se sentia hasta cierto tiempo. EI geocentrismo naturalista reducia también el campo visual de los fildsofos en su concepcién del mundo ' Sin embargo, la propia posibilidad de vision verdaderamente césmica dé las cosas podia asegurarse tan sélo con el grado suficiente de madurez de las ciencias. Hasta la fecha en muchos manuales competentes de geografia y de geologia faltan datos -salvo los generales, tomados de los astronomos-referentes a la Tierra como planeta ¢ hip6tesis acerca de su origen, o sea, datos sobre la ligazén entre los fenémenos terrestres y cdsmicos. Los hechos se interpretan de una manera tal como si todos ellos tuvieran lugar en una Tierra inmévil sin que haya necesidad de tomar en consideracién su desplazamiento complicado en el espacio universal y su_caricter planetario. Por si esto fuese poco, en el estudio de la Tierra como un todo \inico ocurrié un desdoblamiento, ya que la geografia y la geologia se desarrollaron aisladas ‘una de la otra aunque sus tareas se “solapaban”. Historicamente se constituyeron dos puntos de vista diferentes: el geogréfico, que buscaba la explicacion de los fenémenos terrestres, por lo menos de muchos de ellos, en Ia interraccién de las envolturas, y el geoldgico, que hacia caso omiso de esta interraccién y que, al explicar los fendmenos, dividfa estos iltimos en enddgenos y exdgenos, es decir, en con- centrados en el seno del cuerpo sélido del planeta y en aquellos que eran caracteristicos para su exterior, respectivamente. Como resultado, se produjo una situacién contradictoria : el objeto co- min de investigacién fue subdividido entre dos’ disciplinas cientificas con distintos enfoques metodoldgicos, y como conse- cuencia para mediados del siglo XX no se tenia una teorfa dnica de la Tierra, Fue el profesor leningradense Boris Leonidovich Lichkov, destacado cientifico soviético, el que tendié el “puente” entre * por ejemplo, Hegel consideraba que el “Sol sélo°sirve a los planctas, y, en general, el Soi, la Luna, los cometas y las estrellas son nada mas Que les condiciones de Ia Tierra”, lo que, desde luego, derivaba de su concepcién de partida, idealista objetiva. 32 las dos ciencias, En 1944 anuncié que la causa definitiva del cambio del relieve del planeta se encuentra fuera de éste y que el mecanismo de movimiento de la corteza terrestre es necesario concordarlo con los factores extraterrestres. Fue un naturalista con intereses cientificos multilaterales. ‘A su pluma se deben numerosos trabajos referentes a la geomor- fologia, geologia, hidrologia, tecténica, paleontologia, filosofia y lavhistoria de’ las ciencias naturales. Una alta inteligencia y amplia erudicién ‘le permitieron..elevarse por encima de las cuestiones estrechas especiales para abordar de una forma integra el problema del desarrollo y existencia de la Tierra, entrelazando intimamente los fendmenos teliricos con las leyes del Sisterna Solar y del Cosmos. Cualquier concepeién, por muy audaz que fuese, pose sus rajces histéricas. Las ideas cientificas no brotan en un terreno yermo, ni se inventan “de la cabeza”, sino se apoyan en la experien- cia del conocimiento humano. El buen saber de la historia de la ciencia contribuye a encontrar la verdad, auyda a la mejor inteleccién y entendimiento de los novisimos datos cientificos, coadyuvando a que se formulen con mayor seguridad las nuevas hipdtesis si a éstas ya se iban acercdndose las destacadas mentes del pasado. Al estudiar cémo evolucionaban las concepciones tedricas sobre la estructura, la composicidn y la historia de la corteza terrestre, asi como sobre los procesos que se operan en el cuerpo del planeta, Lichkov, “de pronto” se planted Ia pregunta : {No conviene poner como base de las teorias geolégicas la teoria de la gravedad, ya que ésta constituye el fundamento de la astronomia ?” Al parece, acaso podia haber aqui relacién alguna? Sin-embargo, ya Emanuel Kant ligaba (en 1754) los terremotos y la actividad volcénica con: los cambios en la velocidad de otacién de la Tierra, lo que est condicionado por las leyes de movimiento de la materia de acuerdo con la teoria newtoniana. Robert Mayer enuncié la hipétesis acerca del retardamiento de la rotacién de la Tierra sobre la sélida base de la ley de conservacién de la energia que formulé en 1844. Mas tarde esta ‘hipétesis fue confirmada por muchos cientificos y para fines del siglo XIX quedé demostrada definitivamente. Las ideas de Mayer marcaron un viraje cardinal en las concepci a la energética del planeta, implicando la impos: siderarlo como’ una “hacienda” aislada y autosuficiente. Los gedlogos entendieron esto tan sélo en nuestré siglo. 290 a3. eonidavich Lichkov 966) arogéntcas (rh spowdienies 4 de vida en ta Tierra desjin’s det pertodo precanibrion fen millones de aiins) En 1877, en la ciudad.de Livni de la provincia de Orel se publicé un libro anénimo titulado “Prejuicios astronémicos y materiales para componer una nueva teoria de la, formacién del Sistema Solar”. Su autor era B. V. Bijanov, autodidacta ruso de talento innato. Sin dejarse guiar por las: concepciones domi- nantes, demostraba que la estructura del globo terraqueo, su movimiento por la érbita, la rotacién alrededor de su eje y hasta el movimiento de la Luna alrededor de la Tierra, en oposicién alas opiniones establecidas, se encuentran entre si en una estrecha relacién y conexién'. Consideraba que en los procesos de oroge- nia se manifiestan el retardamiento de la rotacién diurna de la Tierra y el impacto de las mareas. A ello atribuia también el desplazamiento de los continentes, Los hechos que mencionaba al referirse a la génesis del océano Atlantico revelan una sorpre! dente coincidencia con aguello que muchos afios més tarde descri- bid en sus trabajos Alfred Wegener. No son las fuerzas de cohesién molecular ni de friccién interna las que determinan ia estabilidad de la Tierra, sino las fuerzas de la gravedad, lo que sefialé también F. Engels (1881). ‘Sus palabras representaban, de hecho, Ja direccién que deberia seguir el pensamiento para tomar conciencia de los fenémenos tecténicos ; “Fijémonos... en una masa corpérea que se muecva en nuestra misma Tierra. Esta masa se halla enlazada a la Tierra por medio de ta gravedad, como la Tierra, a su vez, se halla ' “La hipétesis del mundo laplaciana escribfa en el mencionado libro- resulta insatisfactoria desde el punto de vista filos6fico ya que no puede explicar nada sin suponer causas desconocidas ¢ inexploradas”. 34. 3°" afio césmico 2 afio césmico 1 aio césmico 145 158 142 Era paleczoica Era mesozoica Era cenozoica enlazada al sol..." Como se ve, Engels entendia profundamente la esencia de las fuerzas que unian el cuerpo de la Tierra en un todo ‘nico, Seguimos, sin embargo, la frase: “... pero, a dife- rencia de la tierra, no puede desarrollar un movimiento planetario libre. S6lo se 1a puede mover mediante un impulso de fuera”. Bueno, icudles son, entonces, estas fuerzas de fuera? El hallarlas significa explicar por medio de qué, en la Tierra, las propias masas se ponen en movimiento en contra de la direccién de la fuerza de la gravedad. El intelecto dialéctico de Engels veia con claridad la -inter- accién de los principios opuestos ~de la atraccién y la repul sién-, que se niegan uno a otro y son al mismo tiempo inali nables. “...La verdadera teoria de la materia asignard a ia repulsién un lugar tan importante como a la atraccién... una teoria de la materia basada simplemente ei la atraccién es falsa, insuficiente, a medias”. Todos los procesos en la naturaleza son bilaterales : se basan en la accién y la reaccién. Son conjugados ¢ indisolubles. Engels advirtié en la gravedad aquello que no vieron los otros: el desdoblamiento de lo tnico, y aplicé esta idea precisamente al cuerpo de revolucién que entra en la composicidn del sistema planetario, teniendo en cuenta la influencia que sobre éste ejerce -el medio ambiente. Lichkov escribia: “En sus ideas Engels fue, sin duda, el mas destacado innovador y, al mismo tiempo, al formular sus tesis, formaba parte de la gran corriente histérica, cuyos origenes se remontaban a Newton. Si la estabilidad de ia Tierra junto con - 35 sus estructuras depende de la gravedad y tan sdlo las fuerzas gravitacionales son capaces de cambiar la estructura, esto quiere decir que a base de las ideas de Newton debe construirse la geologia”. Apoyandose en estas ideas, Lichkov Ileg6 a Ia conclusion de que la forma de nuestro planeta, su estabilidad y, con ello y a consecuencia de ello, el mantenimiento de 1a’ estructura elacionada con esta forma, se condicionan por la fuerza de la gravedad junto con el movimiento (rotacién). Por el contrario, el cambio de la estructura de la Tierra, a la par de la variacién de la forma, puede realizarse a costa de la accién -opuesta a la fuerza de la gravedad, es decir, repulsiva- de la misma atraccién Por parte de otros astros. Esta juega el papel de “impulso de fuera”, Se mueve la Tierra en el Cosmos, también se mueven todos los astros que la rodean : el Sol, la Luna, todos los demds planetas, las estrellas, las galaxias, etc. Y con’ ello cambia el influjo de las diversas fuerzas de repulsién que interaccionan con la atrac- cién y crean a interferencia de las fuerzas. Ei equilibrio de la Tierra es el de un cuerpo en rotacién, equilibrio de sus movimientos externos ¢ internos en el espacio universal, los cuales dependen de las condiciones que los deter- ~ynipan. En caso de la friccidn de tas mareas, indicaba Engels, cierta cantidad de energia cinética resulta cedida por el sistema Tierra - Luna 4 tal o cual parte de la superficie terrestre. Esta idea, de importancia extraordinaria, sugirié a Lichkov el que la sefiaiada concesién de la energia debe tener por consecuencia el movimiento de dichas partes. i Las mareas originan la tectonica de la Tierra ! El trabajo de las partes de la corteza terrestre dirigido en contra de la atraccién de la Tierra significa su repulsién, 0 sea, su movimiento radial hacia arriba: la formacién de las montafias. Aqui conviene hacer mencién de los trabajos de Jorge Darwin (1845-1912), notable geofisico y astronomo inglés, hijo del genial bidlogo, fundador de la teoria del origen de las especies. Investigé las mareas y la friccién de las mareas en tanto factor cosmo- g6nico que repercute en la evolucién de los cuerpos celestes. Analizé la interaccién de las mareas de la atmésfera y de la hidrosfera y las deformaciones de la tierra firme y. del fondo de los mares bajo e! peso de las aguas de las mareas. Basindose en los célculos demostré (1898) que millones de toneladas de agua que, alternativamente, ora se acercaban a la tierra firme, ora se alejaban de ésta, provocaban el torcimiento del litoral, Cabe sefialar que la explicacién de las perturbaciones en la litosfera como resultado de la interaccién de las envolturas del 36 we planeta (0 del impacto de las més méviles sobre ia menos mévil bajo la influencia de los factores césmicos) estaba en oposicién con el punto de vista, predominante a finales del siglo XIX, conforme al cual la orogenia se debia exclusivamente al trabajo de las fuerzas internas de la Tierra, y el proceso principal de su ser histérico era el enfriamiento. No obstante, entre los parti- darios de aquel punto de vista se colaba de vez en cuando la opinion de. que las fuerzas externas, en particular, las mareas selénico-solares, también deberian de jugar “cierto papel”. Los hechos expuestos inspiraron gran seguridad a Lichkov cuando éste, a base de los nuevos datos cientificos acumulados * para su época, proclamé ; la ley de Newton es el fundamento en que debe apoyarse la geologia; los procesos geotécténicos no tanto son consecuencia de los procesos fisico-quimicos internos, como resultado de la accion de las fuerzas césmicas y de la rotacion del planeta. Las conclusiones a las cuales ha liegado son las siguientes : para comprender Ja historia del origen y el desarrollo de la Tierra debe servir de base la teoria de la gravedad; Ja rotacién de la Tierra y la variacién en el tiempo de la velocidad de su rotacién determinan en grado considerable la orientacién sujeta a la vey de las deformaciones y las disloca- ciones terrestres; Ja atmésfera y las aguas naturales desempefan un enorme papel en el cambio de la velocidad de rotacién de la Tierra y, como de aqui deriva, también en su tectonica; la rotacin de ta Tierra sirve de uno de los factores prin- cipales en la distribucién de los océanos y los continentes, también determina el movimiento de los continentes; dicha rotacién condiciona en una medida considerable la existencia de fenémenos cfclicos grandes y pequefios que se operan en la Tierra, Lichkov -relacioné la forma de la Tierra en su conjunto, asi como la de sus estructuras integrantes y su desplazamiento con el estado del espacio. EI espacio del mundo real es multiforme y sus estados son variables. V. I. Vernadski, en sus “Ensayos bioquimicos” recalc6 la significacién de este hecho. Tales estados son muchos y a cada uno le son inherentes sus particularidades cualitativas. La base de cualquier estado espacial de Ios cuerpos materiales reside en sus propicdades geométricas que varian con el cambio de las dimensiones de los cuerpos. A medida que tal o cual objeto aumenta o disminuye, los valores numéricos del volumen, de la 37 . superficie y del contorno (0 del perimetro) experimentan cambios no proporcionales unos respecto a otros y su cortelacién varia ininterrumpidamente'. Esta desproporcién, en fin de cuentas, implica cambios en las estructuras y los enlaces internos del objeto, © sea, debe transformar (al alcanzar un limite determinado) las propiedades esenciales y modificar la cualidad del objeto. A estas formas.de estado del espacio Vernadski dio os siguien- tes nombres : espacio sidéreo, espacio de la Galaxia, espacio de la Tierra como un todo Unico (gravitacional), espacio planetario profundo (las entrafias), espacio de la biosfera, espacio del vacio interplanetario, espacio cristalino. Todo lo enumerado son mani- festaciones concretas del espacio como forma de existencia de fa materia. El tamafio de las formaciones materiales desempefia en este ‘caso un importante papel. Los cuerpos césmicos de dimensiones pequefias por su aspecto exterior siempre son irregulares y hasta acutngulos. Tales son los fragmentos y las moles informes que vuelan en el espacio interpla- netario. Los metecritos acusan una angulosidad grande, la de los asteroides es menor y la de los planetas es infima, con la parti- cularidad de que es tanto menor cuanto mayor es cl planeta, Por ejemplo, la Luna presenta mayores irregularidades en sus formas exteriores que la Tierra y las montafias de la primera son més altas que las terrestres tanto en medida absoluta como relativa. Si el Sol se enfriase, serian caracteristicas para su relieve tan solo asperezas insignificantes. El incremento del grado de allanamiento de Jas formas exteriores de los cuerpos césmicos con el aumento de sus magnitudes es la consecuencia ldgica de su transicién de un estado de espacio al otro, I. D. Lukashévich escribié en 1908 que en las acumulaciones tan grandes de materia, como lo es nuestro globo terréqueo, las fuerzas debidas a la gravedad, de acuerdo con la ley de Newton, juegan un papel primordial y dan lugar a fenémenos que ilevan el nombre de procesos planetarios. Estas fuerzas que en agregados pequefios de materia casi son imperceptibles, originan, sin embargo, una situacién en la cual pierden su valor y devienen erréneas las simples analogias entre cuerpos pequefios y grandes. La es- tabilidad de la Tierra “esté condicionada no por fas fuerzas moleculares de cohesién -escribié Lukashévich-, sino por la inte- raccién de masas gravitacionales de la sustancia (0 por fuerzas molares)... La forma esferoidal de los cuerpos celestes grandes * “Cuanto menor e3 cualquier objeto -escribia Lichkov en el libro “Los limites del conocimiento en fas ciencias naturales”- tanto mayor es para él la relacién de su perimetro a la superficie y el volumen” 38 4 Ap en top : 4 St be eee * nae no es una casualidad : se debe a las fuerzas molares y no molecu- lares, de las que depende la forma esferoidal de las gotas del liquido”. - Alfred Wegener, independientemente, lleg6 también a la misma conclusién. “El globo terréqueo por sdlo su tamaiio afecta las propiedades fisicas de las masas que lo componen” -escribia en “Formacién de los continentes y los océanos”. &-Seriamos capaces nosotros de construir una columna de acero de cualquier altura? No, ya que en caso de superar uh tamafio determinado su base iré a “fluir” bajo la carga que exceda del estado limite del material. Figurémonos hecho de acero todo un borde de cierto continente de la Tierra: su parte superior queda firme, pero las capas inferiores bajo la presion de las masas superyacentes se tornaran plésticas y comenzarén a fluir, a “correrse”, de modo que el globo terréqueo, de ser constituido, en su totalidad de acero, si se tienen en cuenta sus grandes dimensiones, no puede ser cuerpo sélido. “..Incluso se puede decir -que, en general, cuerpos sdlidos no existen: todos los cuerpos poseen tenacidad” ~dice Wegener. Si el estado y la forma de cuerpos césmicos pequefios (diga- mos, asteroides) estin condicionados por las fuerzas de cohe- sién molecular de las particulas, entonces, al aumentar la masa, tarde © temprano, las fuerzas de la gravedad (el peso) comenza- rén'a superar las fuerzas de cohesidn : tendré lugar el desmorona- miento de la vieja forma con la simulténea creacién de una nueva, la sustitucién de una base de estabilidad por otra, es decir, el relevo de los estados de espacio. Si admitimos Jas ideas cosmogénicas contempordneas sobre el origen de los planetas a partir de una nube de polvo meteoritica,’ tenemos que reconocer como inevitables el proceso de fluencia gravitacional y la: diferenciacién de la materia del cuerpo del planeta y, por consiguiente, que la forma esferoidal de la Tierra no viene heredada de la fase incandescente, como se solia consi, derar, sino se ha adquirido relativamente hace poco. De aqui deviene ldgica la siguiente interpretacién del surgimiento de los procesos tecténicos. Estos iiltimos no se operan en meteori- tos, ni tampoco en los asteroides, puesto que también en ellos predominan las fuerzas de cohesién y de elasticidad. Los proce- + sos tecténicos son posibles tan sélo en el cuerpo del planeta y su aparicidn coincide con Ia fase de fluencia al pasar de la forma angulosa a la esférica, 0 sea, con el comienzo de la pre- ponderancia en la vida del planeta de las fuerzas de la gravedad. Los ulteriores cambios del grado de fluencia y sus formas se 39 . ‘determinan por el allanamiento polar del esferoide, que depende de la variacion de la velocidad de rotacién del planeta. Conforme a Lichkoy, precisamente la reestructuracion gravi- tacional es e] mecanismo basico dela variabilidad tecténica de la Tierra. Esta esté vinculada a la rotaci6n y la trislacién del planeta en cl espacio universal. E! desplazamiento de los conti- nentes y los-ascensos verticales de las masas. subcorticales (oro- genia) se operaban, por lo visto, mas 0 menos simulténeamente, incrementando su jntensidad a-medida que crecia el planeta, De este modo, en el cuerpo de la Tierra se libra una lucha inintérrumpida entre las fuerzas de los dos estados de espacio : el gravitacional (fuerzas de la gravedad) y el cristalino (fuerzas de cohesién). Las primeras, constantemente, rompen y aplastan la resistencia de las segundas, Esta lucha, precisamente, se pone de manifiesto en los movimientos de la corteza terrestre. Uno de los rasgos més caracteristicos del “semblante de la Tierra” es su asimetria; ésta consiste en que, el .70,8% de la superficie terrestre est4 ocupado por-océanos y mares y el 29,2% por tierra firme, Los continentes y los océanos son dos estructuras principales y mas grandes de la superficie de la Tierra, o sea, son megaestruc- “turas. Su distribucién se mantenfa también en distintos periodos geoldgicos, con la particularidad de que los continentes no se hhundfan, sino que se desplazaban, La predominancia de la super- ficie ocednica sobre la ocupada por tierra emergente debia existir invariablemente durante toda la época geolégica. Es licita la pregunta: i por qué? Porque con una tal correlacién de los tamafios estas estructuras se equilibran reciprocamente. Los continentes predominan en el hemisferio norte, mientras que los océanos en el hemisferio sur. Tanto los unos, como los otros tienen forma triangular. Las bases de los tridngulos conti- nentales estan vueltas al norte y sus extremos esirechos al sur. En correspondencia con ello, los tridngulos ocednicos se orientan con su lado ancho hacia el sur y se hacen més angostos ‘hacia el norte, Alrededor del polo Norte las regiones continentales forman casi un anillo cerrado, Po. el contrario, en torno al polo Sur ese anillo lo forman los océanos. Cada continente es ‘antipoda del océano. Cualquier linea (salvo muy pocas excepciones) que interseca, el centro de le Tierra, atraviesa la superficie terrestre en los puntos uno de los cuales corresponde a la tierra firme y otro‘al agua; tan s6lo "Za de la tierra firme tiene como antipoda también tierra firme, 4 Qué testimonia todo lo expuesto? Que la distribucién de , 40 = u £ ee a ad ep tee wW ® & Ld v AND eae tene los continentes y de los océanos no es fortuita, sino esti sujeta a una ley. Nuestro planeta representa un sistema estable en que los continentes y os océanos se equilibran unos a otros. Y dado que es el peso el que determina su equilibrio, asi como su mutua relacién y disposici6n, resulta que precisamente la ley de la gra- yitacién en condiciones de rotacién determina el “plan” de la Tierra, 0, més exactamente, él “plan” de la litosfera, La estabilidad de este “plan” de la Tierra no significa que la forma en cuestién se ha estancado. En ésta irrumpe el proceso orogénico. A partir de la época en que aparecié la vida en la Tierra hubo seis incursiones semejantes. Existe una relacién determinada entre la deformacién de la corteza terrestre y la geometria del espacio terrestre. Como escribia B. Lichkoy, “los sistemas montafiosos surgen no en divor- cio con el plan (de la Tierra. Z.G.), sino de conformidad con éste, y no Jo alteran, sino de él derivan’. Durante un largo periodo se estimaba que las cadenas monta- fiosas de la Tierra se disponen cadticamente, sin orden alguno. Sin embargo, todavia en el pasado siglo Alejandro Humboldt advirtié que las montafias parecia como si se viesen atraidas por los paralelos 35 y 61. Este sincronismo entre la disposicién de las montafias y las latitudes determinadas fue fundamentado otra vez en 1888 por el método estadistico de A. A. Tillo. También los datos empiricos obtenidos ulteriormente testimo- niaban a favor de ello, A. Veronné al relacionar las causas del cambio del relieve con la precesién de la Tierra, demostré empleando un método puramente matemético (1912), que las tensiones de la corteza terrestre son desiguales en distintos paralelos y que en la zona del paralelo -+35° deben observarse fracturas y dislocaciones de la litosfera. Lamentablemente, estos trabajos o no fueron comprendidos, o bien cayeron en olvido. Siguiendo una via independiente, el cientifico soviético M. V. Stovas establecié (en 1951) que las dislocaciones latitudinales de la Tierra coinciden precisamente con estos paralelos. Aqui convergen las acciones de las fuerzas por parte de los polos y del ecuador que crean la dilatacién y 1a contraccién alternativas de las rocas, asi como perturban las formas de su yacimiento y originan zonas de fractura. Stovas dedujo mateméticamente que a las zonas més deforma- das deben pertenecer también el ecuador, los paralelos criticos +£62° y los polos. Es de sina importancia sefialar que precisa- mente en la proximidad de estos paralelos criticos se disponen las principales corrientes aéreas de la circulacién atmosférica (lo 41 demostré E. S. Lir). Esta deduccién fue confirmada por material empitico. Precisamente la existencia en la corteza terrestre de zonas caracteristicas de tensiones explica el emplazamiento actual de las cordilleras. Cuando cambia el grado de contraccin del planeta, el largo de los paralelos ++35° queda invariable, constante, Mientras tanto, el ecuador y jas latitudes +62° representan zonas mutuamente enlazadas: al aumentar el largo de una de estas latitudes dismi- nuye respectivamente el de la otra. Sus transformaciones conjuga- das provocan deformaciones de la corteza terrestre. Paralelos criticos andlogos existen no s6lo en Ia litosfera, sino también fueron descubiertos en la atmésfera y la hidrosfera, ademés, se presentan también en el Sol, y no en la Tierra Unicamente, y, cabe decir de paso, asimismo en los cristales. El cristalografo soviético I. I. Shafranovski escribe: “En forma de paralelos criticos manifesta su accién ante nosotros cierta Jey general de agrupacién de agregados materiales en la naturaleza, En el caso de los planetas ante nosotros se pone de relieve la correlacién de los centros de atraccién y su influencia sobre el medio. Cuando se trata de los cristales se nos presenta el influjo del centro del cristal creciente sobre las pequefias particulas que se hallan en el seno de la solucién y que deben entrar en la composicién del futuro cristal”, Resumiendo, podemos decir que una division en zonas latitu- dinales de cardcter similar abarca las tres envolturas exteriores de la Tierra, y esta regularidad se debe a la rotacién del planeta. Tanto la vida climatica, como la tecténica se subordinan cn igual medida a esta regularidad. Segtin la opinién de Lichkov, las alteraciones en la litosfera vienen condicionadas por la interaccién de todas las envolturas principales de 1a Tierra. El cientifico consideré que es necesario tener en cuenta el papel que juegan la atmésfera y la hidrosfera y, probablemente, también la ionosfera, como asimismo, quizd el Manto. A estas envolturas son inherentes sus estructuras, y no conviene subestimar la importancia de su actividad en originar las perturbaciones. “Las dislocaciones y las deformaciones de la Tierta se producen al interactuar los movimientos de las fases distintas de todas las envolturas de Ja Tierra, engendrados por la rotacién de las masas de estas envolturas y complementados por Ja transferencia del calor a éstas, en primer jugar, del calor del Sol”, El proceso de formacién de los cinturones montafiosos esté ado a la accién de los océanos sobre el cuerpo de cada con- tinente, El contacto de los continentes y de los océanos: he # | ee u si Sect eee an oe Avy. « uu a ’ aqui el campo de interaccién directa de la hidrosfera y Ia litosfe- ra que tiene por consecuencia las perturbaciones tectonicas en el cuerpo de los continentes. Cabe suponer que los fenémenos de las mareas reflejan no s6lo los impactos cotidianos y sencillos de [a accién repulsiva de Ja Luna y el Sol, que tienen lugar para el dia, el momento y el afio dados, sino que, en unos conjuntos determinados suyos, también aquellas de sus influencias que estan relacionadas con el vaivén periddico de precesin del eje terrestre, a resultas de lo cual se producen grandes desplazamientos de las capas de la corteza terrestre, Sobre las estructuras del planeta actian simul- tdneamente tanto el retardamiento de la velocidad de rotacion de la Tierra, provocado por las mareas, como las propias mareas y, finalmente, la precesién originada por la Luna y el Sol. Estos factores influyen en los terremotos, como asimismo en otros elementos terrificos. El reforzamiento de la accién de las mareas retarda el movi- miento rotatorio de la Tierra y conduce a la disminucién de la contraccién polar. Por el contrario, el debilitamiento de la accién de las mareas y, por consiguiente, la creciente velocidad del planeta, hacen aumentar la contraccién. En el primer caso se forman estructuras montafiosas latitudinales y submeridionales; en el segundo caso estas estructuras pierden en altura. De este modo, la crecida de las mareas puede servir de indice para sefialar la intensidad con que interactéan las envolturas y la accién conjunta ereciente de la hidrosfera y atmésfera sobre la litosfera ', Al aumentar la Velocidad de rotacién de la Tierra los procesos tectonicos se debilitan y, al disminuir ésta, se intensifican. EI movimiento de! planeta en el Cosmos desempefia un papel primordial en la formacién del “plan” de la Tierra. La interaceién de las envolturas de la Tierra se manifiesta con mayor relieve en las fronteras latitudinales y submeridionales de los continentes y océanos. Su ritmo se determina fundamentalmente por el influjo dindmico del Sol y la Luna, como asimismo por el régimen de la radiacién solar, La época en que vivimos se diferencia sustancialmente de las que le precedian, Conocemos de ésta muchas cosas que nos hacen Teconocer como intensificado el ritmo de los procesos geoldgicos. " Vale recordar que cerca de cien afios atris F. Engels consideraba que en las mareas Ja energia del sistema total Tierra - Luna se cede “a una parte de la superficie de la Tierra”. Evidentemente, como resultado, estas partes deben sufrir cambios, dando lugar a la formacién de nuevas estructuras, V. 1. Vernadski consideraba la“época contempordnea como parte de la fase todavia no terminada del ciclo glacial, para cl cual es caracteristica la intensidad elevada de los procesos geoldgicos. B. L. Lichkoy se figuraba la historia de la Tierra en forma de reiteracién miiltiple de tres fases : 1) un lapso prolongado en que tuvieron lugar desplazamientos tangenciales insignificantes de la corteza terrestre, es decir, dirigidos paralelamente a la tangente; 2) una época relativamente corta de elevacién de las montafias a base de los mismos movimientos iangenciales, pero mds profun- dos; 3) un periodo de orogenia rebajada y de retardo de los movimientos tangenciales, En el curso de la ultima fase se reducfan a la nada las anteriores’ formas contrastantes del relieve. Esta fase B. L. Lichkov la denominé xerotérmica (en griego xeros, seco, y thermos, calor) teniendo en cuenta que a ella corresponde un clima seco y célido. Las tres fases mencionadas constituian cada una un ciclo geolégico consumado. En el transcurso de la historia geolégica de existencia de la Tierra hubo seis de estos ciclos, En su conjunto abarcaban cerca de 500 millones de afios. Las fuerzas que actuaban en nuestro planeta cambiaban de acuerdo con las fases de cada ciclo: en el curso de unas fases se intensificaban, durante las otras, por el contrario, se debilitaban. También variaba, de ciclo en ciclo y sobre todo conforme a las fases del ciclo, el ritmo de los procesos geoldgicos, En cuanto a la vida historica de la Tierra después del precdmbrico, a cada uno correspondian unos 60 6 70 millones de aiios y todos juntos duraron un poco més de 420 millones de afios, es decir, aproxi- madamente, dos 0 dos y medio afios cdsmicos'. Este hecho, involuntariamente, sugiere la idea de que los ciclos geolégicos no slo vienen condicionados por el So! y Ja Luna, constituyendo cierta fraccién submiltipla del afio césmico, sino que en la vida de nuestro planeta irrumpen también, posiblemente, influencias més Iejanas. Los datos cientificos de que disponemos son todavia muy insuficientes como para sacar conclusiones mis categéricas. *Y mientras tanto -escribia Lichkov~ es necesario tener en cuenta esta circunstancia como eventual, basindose en ella a titulo de hipstesis de trabajo sui géneris”. Precisamente en este aspecto una sere de cientificos empezé a examinar los fenémenos planetarios (terrestres). ‘A partir de las leyes generales del movimiento de los cuerpos celestes y de sus sistemas se ha establecido que la érbita del Sistema Solar en la Galaxia tiene Ia forma de elipse, De acuerdo " Se llama aflo césmico el periodo de revolucién del Sistema Solar alrededor del centro de la Galaxia, 44

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