You are on page 1of 14

7

Globalización

ESTADO,
DEMOCRA CIA Y
GL OB ALIZA CION
Algunas reflexiones generales*

Guiller mo O’Donnell**

El eje central de la argumentación del autor


es el juego complejo y a veces contradictorio entre, por
un lado, el inmenso dinamismo de la globalización y, por el
otro, la necesidad de un estado fuerte y amplio,
asentado sobre una ciudadanía conciente y una
sociedad civil vigorosa, capaz de ser foco de lealtades de la
población, de sostener un sistema legal justo y efectivo, de pro-
mover y a la vez domesticar las principales
consecuencias socialmente dañinas de los mercados, y
de sustentar un régimen democrático. Parte importante del
problema es que la globalización ya está y seguirá estando,
pero tenemos muy poco del tipo de estado antes delineado.
Otra parte del problema, no menos preocupante, es que el

*La versión original de este trabajo fue escrita por encargo de la Unidad sobre Estado y Sociedad Civil del Banco
Interamericano de Desarrollo, la cual por supuesto no es responsable por ninguna de las opiniones aquí vertidas
Realidad Económica agradece al Dr. O’Donnell y al BID su autorización para publicar este trabajo, el cual no
podrá ser reproducido sin previa conformidad.
**Director académico, Helen Kellogg Institute of International Studies, Universidad Notre Dame, Estados Unidos.
8

avance de la globalización sin un estado que la domestique dis-


minuye la probabilidad de lograr ese estado. Frente a tal caren-
cia, estos países nuestros, que nunca fueron ejemplo de igual-
dad ni de homogeneidad, se hacen más desiguales, más het-
erogéneos y más desarticulados. A partir de esto, una reacción
es la de no hacer nada: ¿para qué nadar contra tan fuertes cor-
rientes? Además, si uno ignora cómo funcionan los mercados
reales y cree ciegamente en los libros de texto, tal vez sea posi-
ble convencerse de que a la larga -vaya a saber cuándo- los
beneficios de la globalización y sus
mercados habrán de alcanzar a los muchos que primero
nuestra historia y más tarde esta globalización han ido dejando
de lado. Claro que en un mundo así ya no queda lugar para la política
ni para la democracia.
Estado, democracia y globalización 9

En la primera parte de este docu- otro lado, ese achicamiento se con-


mento discutiré algunos aspectos trapone, y en realidad se comple-
de la globalización y sus implicacio- menta por un aspecto subjetivo: el
nes sobre la problemática del esta- del ensanchamiento geográfico y
do en los tiempos actuales, sobre temporal con que la conciencia mo-
todo en lo que se refiere a América derna se piensa a sí misma y a su
latina y el Caribe. Luego analizaré circunstancia. Cada vez más, mu-
algunas características más per- cho de lo que nos ocurre está origi-
manentes del estado, en cuanto és- nado, o determinado, en ámbitos
te se pretende el principal agente más amplios y más transnacionales
del bien común de la población que que los de hace pocos años.
acota en su territorio. Finalmente, El movimiento combinado del
discutiré algunos criterios que me achicamiento objetivo del mundo y
parecen importantes para la vigoro- del ensanchamiento de nuestras
sa supervivencia de nuestros esta- conciencias produce, sin duda, mu-
dos nacionales en medio de las chas cosas buenas, algunas de las
presentes y futuras tendencias de cuales registraré abajo. Pero, junto
la globalización, con especial aten- con otros factores que no es del ca-
ción sobre otro fenómeno mundial, so analizar aquí, proque no pertene-
la democratización. cen directamente a la problemática
de la globalización, ella también
● Comienzo por un hecho obvio produce fenómenos que se tradu-
pero que conviene recordar: vivi- cen en la manifiesta angustia y de-
mos una época inusitada de la his- sorientación contemporáneas. Sim-
toria de la humanidad, en términos plificando puede decirse que esos
de la magnitud y velocidad de los fenómenos son dos y están cerca-
cambios de todo orden que están namente relacionados: la sensación
ocurriendo. Cincuenta, veinte y de que el destino individual, el de
hasta diez años atrás nadie pudo muchos de nuestros emprendimien-
predecir , o siquiera imaginar, esos tos y hasta el de países enteros, es-
cambios y mucho menos su impac- tá más influido que nunca por fuer-
to combinado. A ellos solemos po- zas y actores que operan más allá
nerle un nombre, globalización, que de nuestra capacidad de controlar-
abarca muchas cosas diferentes las. El otro fenómeno es la erosión
pero que sin embargo tienen algu- de todo tipo de fronteras, tanto de
nos aspectos en común. Uno de la vida individual (que antes podría
ellos es que en buena parte operan concebirse circunscripta a la comu-
por medio de mercados –de bie- nidad o país donde uno vivía) co-
nes, de servicios y de ideas– casi mo, y esto es lo que me importa en-
siempre imperfectos pero merca- fatizar aquí, de los estados nacio-
dos al fin. Otros aspectos comunes nales. Hoy capitales, transaccio-
implican un movimiento contra- nes, ideas y personas se mueven
puesto. Por un lado observamos, por el mundo con lo que hasta ha-
objetivamente, el rápido achica- ce poco hubiera parecido una inusi-
miento del mundo, evidenciado por tada y, en varios sentidos, inconve-
la enorme velocidad y amplitud de niente libertad.
los bienes materiales e inmateriales Estos procesos coexisten para-
que se mueven, cada vez con me- dójicamente con otros, también en
nos obstáculos , en el planeta. Por escala mundial, los de democrati-
10 realidad económica 158

zación. Digo que paradójicamente cos basados sobre una ciudadanía


porque, salvo utopías de una ciuda- que nutre una sociedad civil activa,
danía mundial que está muy lejana creativa y autoconciente de sus de-
y de todas maneras no me parece rechos y obligaciones. Estos son
recomendable, la democracia pre- desafíos colosales, mucho mayo-
supone un estado fuerte y bien de- res que los que en su momento de-
limitado. No hay democracia sin bieron enfrentar las viejas demo-
ciudadanía, y no hay ciudadanía cracias del norte -aunque ellas tam-
sin la base territorial que provee el bién deban hoy preguntarse cómo
estado –salvo casos excepciona- encarar estos mismos problemas-.
les, todos somos ciudadanos en Volveré sobre estos temas, pero
tanto somos miembros de un cierto antes me permitiré una digresión.
estado–. Esta ciudadanía no inclu-
ye sólo el -por cierto muy importan- ● Dije que vivimos en una época
te- derecho del libre voto. También signada por cambios de enorme
incluye en la vida cotidiana de la magnitud y rapidez. Estos son cam-
sociedad, derechos y obligaciones bios en nivel mundial, que impactan
que el estado establece y garantiza cadad rincón del planeta. Aunque
mediante su sistema legal. Ade- retrospectivamente los cambios
más, cuando la ciudadanía se ex- ocurridos parecen menores, hubo
presa como pueblo o nación, cons- otras épocas, aproximadamente
tituye un sistema de solidaridades, entre 1850 y la primera guerra
un sentido de pertenencia a un “no- mundial, cuando también se sintió
sotros” que tiene como referencia que una época moría y otra nacía
central al estado, a la población y al confusa y amenazadoramente. Se
territorio que aquél delimita. trató entonces de la veloz expan-
La erosión de todo tipo de fronte- sión de la industria, de la urbaniza-
ras a la que tiende la globalización ción y de la participación política de
se contrapone con lo que parece los sectores populares en los paí-
ser la tendencia humana a generar ses centrales y, junto con ella, de la
y mantener sistemas de solidaridad expansión del capitalismo y del co-
territorialmante acotados, incluso la lonialismo en escala propiamente
clara delimitación territorial presu- mundial. La consecuente sensa-
puesta por la democracia y la ciu- ción de vértigo llevó a algunas
dadanía. Esto plantea por lo menos grandes cabezas a formular sus
tres preguntas. La primera, cómo grandes, clásicas síntesis: Weber,
no luchar autodestructivamente Durkheim, Marx, Darwin, Freud y
contra los vientos de la globaliza- otros intentaron encontrar sentido y
ción sino más bien, si se me permi- dirección a la historia que vivían.
te la imagen, digerir sus principales Aún nos alimentamos de las ideas
consecuencias negativas. La se- de estos genios. Pero estamos
gunda pregunta es cómo lograr que condenados a sentirnos lejanos de
el estado sea un techo acogedor ellos, no sólo por todo lo que ha pa-
para su población, sobre todo para sado y cambiado desde entonces
aquellos que sufren muchos de los sino también, y sobre todo, porque
perjuicios pero gozan de pocas hoy ya no podemos tener la gran
ventajas de la globalización. Y, ter- ilusión que los movía: tener conoci-
cera, cómo ir construyendo y ex- miento suficiente, empírico y teóri-
pandiendo regímenes democráti- co, para desentrañar el sentido de
Estado, democracia y globalización 11

la historia e indicar las líneas gene- culminación. Me refiero a lo que ha-


rales, pesimistas u optimistas, en ce poco, pero parece que hace tan-
las cuales la historia se seguiría to, fue la creencia de que el colap-
desplegando en el futuro. so del comunismo permitiría que
Hoy sabemos que no podemos los países convergieran en un mun-
saber tanto. La inmensa compleji- do de sólidas democracias y prós-
dad de las sociedades nacionales peras economías.
y de la sociedad mundial en su La resultante angustia ante tor-
conjunto y la magnitud de los cam- mentas que no sabemos cómo do-
bios que experimentan, prohiben mesticar ni a dónde nos conducen
(o hacen fútiles, si no grotescos) in- tiende a provocar reacciones en-
tentar repetir los intentos totaliza- tendibles pero lamentables. Una de
dores de nuestros geniales prede- ellas refuerza una tendencia que,
cesores. Sólo conocemos partes, por razones que no voy a examinar
pedazos, de una sociedad cada aquí, viene de antes: parcelar el co-
vez más globalizada, y porque glo- nocimiento, hacerse experto en al-
balizada, más compleja y multidi- go –que muchas veces es impor-
mensional. Sabemos, asimismo, tante e interesante– sin querer ni
que las características de esas saber preguntarse cómo ese “algo”
partes y, sobre todo, sus posibles se relaciona con otros temas y pro-
direcciones de cambio dependen blemas. Dicho de otro modo, el co-
no sólo de ellas mismas sino tam- nocimiento estrechamente técnico
bien de un complejo y cambiante es indispensable para la reproduc-
conjunto de factores transnaciona- ción cotidiana de la sociedad, pero
les e internacionales. Sobre este es tan incapaz de orientar su direc-
conjunto, como acabo de decir, no ción de cambio como de examinar
tenemos, ni creo que lleguemos a críticamente (es decir, en el largo
tener, la teoría general que nues- plazo, constructivamente) esos
tros más osados predecesores cambios. La segunda reacción con-
creyeron poder formular. verge con la primera. Ella consiste
La consecuencia es que los líde- en negarse a reconocer la magni-
res políticos y sociales, intelectua- tud de los cambios ocurridos y, so-
les y, lo sepan o no, todos los habi- bre esa base, cometer gruesas
tantes de este mundo de hoy nave- simplificaciones que no son sino la
gamos este huracán de cambios de renuncia a hacerse cargo de la
la globalización casi sin brújula, con complejidad del mundo en que vivi-
limitados, y demasiadas veces, de- mos. Tanto el conocimiento estre-
sactualizados mapas. Tantos cam- chamente tecnificado como las he-
bios y tan pocos mapas son una de roicas simplificaciones alimentan
las fuerzas principales del malestar, serios errores, comenzando por la
de la incertidumbre y desasosiego manera en que plantean sus pro-
que tanto se manifiesta en el mun- pias preguntas.
do actual. Esto es especialmente
cierto desde que, no hace mucho, ● Un ejemplo de lo que acabo de
caducó la última gran ilusión de decir y sobre el cual me voy a de-
nuestra época y , con ella, los argu- tener en este documento, es la
mentos, reconozcamos que un po- forma en que, frente a la evidencia
co grotescos, de que finalmente la de una multiforme y poderosa glo-
historia había encontrado su feliz balización, frecuentemente se
12 realidad económica 158

plantea la cuestion de qué es eso supone hablar del estado. Y “hablar


que es hoy el estado, especial- del estado” presupone hacerlo des-
mente el estado en los países de cierta concepción del mismo,
más o menos periféricos. desde cierta visión del lugar que
Hay dos respuestas básicas, ocupa en la sociedad nacional y en
igualmente simplistas. Una ignora sus relaciones con otros estados
la globalización y otros fenómenos así como hoy también, en este
conexos; sigue pensando el estado mundo aguda y velozmente globa-
como una entidad que circunscribe lizado.
efectivamente toda la vida política, Aquí sólo puedo ofrecer, en mi in-
económica y cultural de una na- tento de superar las simplificacio-
ción. Esto, que nunca fue rigurosa- nes ya criticadas, algunas reflexio-
mente cierto, menos aún en nues- nes bastante genéricas, con parti-
tros países, es menos cierto que cular referencia a América latina y
nunca. La otra respuesta se des- el Caribe. Comienzo con una metá-
plaza hacia el polo opuesto y afirma fora en la que insistía mi fallecido
que el estado ya no es más que colega Jorge F. Sábato: el estado
una ficción que en su lenta agonía es una bisagra. Es decir, es un pun-
entorpece el libre –y últimamente to de separación y también de inter-
benéfico– juego de los bienes, ser- mediación entre un “adentro” y
vicios e ideas que la magia del mer- “afuera”, entre lo que en casi toda
cado global desata. Desde hace América latina (aunque, para des-
mucho tiempo nuestros países han gracia de ellas, no en otras partes
estado sujetos a los vientos de la del mundo) ha sido una sociedad
economía, la cultura y la geopolítica nacional, por un lado, y el mundo
mundial, y esto es hoy más cierto exterior a esa sociedad nacional,
que nunca. Pero esto no autoriza el por el otro. El estado aspira a cons-
non sequitur de decretar la muerte tituir, delimitar y representar esa so-
del estado nacional. Me permito ciedad nacional, no sólo por medio
creer que la presente discusión, de mapas, fronteras y embajadas,
que tal vez pueda parecer muy sino también de símbolos, rituales y
abstracta, es relevante para los te- edificantes historias incansable-
mas del proyecto del Banco en el mente contadas a generaciones y
que se inscribe. Las reformas insti- generaciones. Además, ya señalé
tucionales y sus normativas no que cuando el estado convive con
pueden ignorar los contextos, na- un régimen democrático le otorga
cionales y transnacionales, en los un componente indispensable: la
que se llevan a cabo y dentro de los ciudadanía. Ciudadanos y ciudada-
cuales se determina su efectividad. nas son sujetos de derechos ema-
Hablar, por ejemplo, de democracia nados de un estado que conviven
(y de su necesario corolario, ciuda- dentro de los límites territoriales de-
danía) de los diversos poderes del marcados por dicho estado, y que
sistema constitucional (incluso los por eso mismo gozan del derecho a
partidos políticos), de esquemas de elegir y ser elegidos como autorida-
integración, de los diversos aspec- des temporales de la población de
tos implicados por la reforma del ese estado. No hay ciudadanía sin
poder judicial, de desarrollo local y estado, ni democracia sin ciudada-
regional, de la opinión pública y de nía, ni estado y ciudadanía sin un
la vigencia de la ley, todo esto pre- territorio y una población claramen-
Estado, democracia y globalización

te delimitados. Esto tal vez parezca tensión de que el estado sea una
contradictorio, pero no lo es, con entidad orientada hacia el bien co-
otro aspecto de la globalización mún de la población de su territorio
que me uno a otros en celebrar: los es una demanda de los sujetos a
atisbos de emergencia de una so- esa autoridad, especialmente
ciedad civil transnacional. Por esto cuando, en la democracia, ellos
quiero decir el crecimiento de redes son mediante su voto los libres co-
de diversos tipos de asociaciones constituidores de la autoridad de
que luchan por la vigencia universal los gobiernos, es decir, de aquellos
de derechos básicos inherentes a que ocupan temporalmente las
las personas y a la naturaleza. La cumbres del aparato estatal.
importancia intrínseca de estas Me gustaría repetir de manera al-
asociaciones no puede ser exage- go diferente lo que acabo de decir:
rada. Pero es importante notar que el estado basa su pretensión de ser
los progresos efectivos y, sobre to- aceptado como un sistema de do-
do duraderos, de estos esfuerzos, minación y de coordinación social,
presuponen no sólo estímulos es decir basa su legitimidad en con-
transnacionales sino también, en vencer, habitual y generalizada-
cada lugar, ciudadanías activas y mente, que sus acciones se orien-
concientes de la validez de los de- tan al logro del bien común de la
rechos y obligaciones que promue- población que alberga en su territo-
ve la sociedad civil transnacional. rio. Prueba de esto es que todo dis-
Un tema más amplio que el que curso político, desde las cumbres
acabo de tocar, también más com- del estado o desde la oposición, y
plejo y ambiguo, es que todo esta- desde el más sincero al más cínico,
do proclama ser una autoridad pa- proclama ser la mejor manera posi-
ra la nación (o para el pueblo, am- ble de alcanzar ese bien común.
pliamente definido). Aunque sería De una manera o de otra, esos sis-
largo fundamentarlo, me parece temas de poder que llamamos es-
claro que, desde siempre y como tados contemporáneos circunscri-
siempre, la existencia de un estado bieron un territorio y una población
(es decir, de un tipo de autoridad y llamaron a ésta su nación o su
territorialmente delimitada que pre- pueblo, implantaron el sistema le-
tende supremacía en el control de gal y ayudaron a escribir y rememo-
la violencia en ese ámbito) conlleva rar continuamente su propia histo-
la idea de un bien que es público, o ria. Algunos países tuvieron mayor
común, para todos los habitantes o menor éxito en esta tarea, y en
de ese territorio. Por supuesto, esta cada país han habido importantes
pretensión ha dado lugar a numero- fluctuaciones a lo largo del tiempo.
sos horrores e hipocresías. Ade- Pero en todos los casos más o me-
más, cuál sería el contenido de ese nos exitosos de este doble proceso
bien común es la la materia prima de constitución de estados-nacio-
del conflicto político. Pero, por otro nes y de su legitimación en tanto ta-
lado, esa misma pretensión a ve- les, hubo una imagen que sustentó
ces se proyecta convincentemente dicho proceso. Esta imagen –que
como encarnación, parcial y discu- por supuesto no siempre fue cierta,
tible, pero encarnación al fin, de pero que muchas veces fue efecti-
una real vocación de servicio por va y eficaz– es que el estado era
ese bien común. Además, la pre- verosímil, en el sentido de que con-
14 realidad económica 158

taba con poder y voluntad suficien- pendencia, es mucho más univer-


tes para procurar el logro de alguna sal, más difuso, más multidimen-
versión del bien común del conjun- sional y menos controlable aun por
to de su población. La idea conse- parte de los grandes poderes
cuente fue que si no se avanzaba mundiales.
hacia ese logro, era cuestión, tanto El achicamiento del mundo por las
bajo democracia como bajo autori- comunicaciones y el transporte, la
tarismo –aunque por supuesto de porosidad de las fronteras naciona-
diferentes maneras– de cambiar el les a numerosos procesos econó-
régimen político existente o los gru- micos y culturales, la instantanei-
pos o partidos que lo dominaban. dad de los grandes eventos políti-
Pero sólo en casos tan extremos cos y de los movimientos de capi-
como desgraciados –de los que la tal, la expansión de los mercados a
antigua Yugoslavia y Ruan-da/Bu- actividades antes impensables o
rundi dan testimonio contemporá- que los estados excluían celosa-
neo– se ha llegado a poner en mente, la velocidad de circulación
cuestión la capacidad del estado, y de las ideas, y la emergencia de
por lo tanto de su propia existencia, identidades que se definen por en-
como agente capaz de lograr el cima y más allá del estado nacional
bien común del conjunto de la po- –éstos son algunos ejemplos de
blación existente en su territorio. una ola de cambios que nos dejan
atónitos y, sin embargo, con más
necesidad que nunca de entender
● Aunque en nuestra región esta- y de actuar-.
mos lejos de situaciones catastrófi- Si el estado moderno (moderno
cas como las recién señaladas, me ¿pero contemporáneo?) es aquello
parece importante darnos cuenta que nació y funcionó históricamen-
de que una una amenazadora posi- te poniendo límites alrededor de te-
bilidad está insinuada por la globa- rritorios y poblaciones, ¿qué papel
lización: la pérdida de verosimilitud, le queda, le debe quedar, a ese es-
no ya de tal o cual grupo o régimen tado ante esa inmensa ola que es
político, sino del propio estado na- global, precisamente porque niega
cional como concentración suficien- y tiende a arrasar todos los límites?
te de poder y voluntad para la ges- Como algunos han observado, la
tión efectiva del bien común de su globalización no sólo erosiona esos
población. Me apresuro a aclarar límites “por arriba”, en su tendencia
que esa verosimilitud siempre fue a aplanar el mundo. También los
un poco mítica, sobre todo en paí- erosiona “por abajo”, cuando co-
ses como los nuestros, situados en necta a capitales y trabajadores
la periferia de los grandes poderes (así como a diversas actividades
mundiales. Aunque no esté de mo- técnicas) de algunas regiones di-
da hablar de esto -lo cual es una rectamente con los mercados mun-
lástima, porque nos hace perder diales, con escasa mediación del
parte importante aunque segura- respectivo estado nacional. Lo mis-
mente no la preferida de nuestra mo ocurre cuando éstos y otros
historia– diversas formas de de- procesos ligados a la tecnología, la
pendencia siempre aquejaron a cultura y las comunicaciones, de-
nuestros países.Pero lo de hoy, sarticulan las clases y otras catego-
quepa o no seguir hablando de de- rías sociales, dificultando no sólo
Estado, democracia y globalización 15

su acción colectiva sino también su decretar la muerte del estado y con


representación en el proceso políti- él, necesariamente aunque pocas
co, sobre todo para aquellas a las veces se sea conciente de ello, de
que la globalización impacta más la nación y de la ciudadanía.
negativamente. Todo ocurre como Para salir de los cuernos de este
si, desde “arriba” y desde “abajo”, dilema voy a hacer una afirmación
se esfumaran las posibilidades de polémica: el estado está, seguirá
constituir y representar el bien co- estando y deberá seguir estando
mún de una población cada vez en relación intrínsecamente contra-
más fragmentada. dictoria con el mercado, más preci-
samente, con los diversos merca-
● La pregunta acerca del presen- dos que desde sus albores hasta la
te y futuro lugar del estado frente a actual globalización el capitalismo
la globalización es también la pre- ha venido generando. Por un lado,
gunta acerca de cuál es y deberá está claro que los gobiernos ayu-
ser el lugar de la política en estas dan al bien común tratando de apo-
mismas circunstancias. Sin más yar y promover mercados lo más
pretensión que, como respecto de agiles y eficientes posible, así como
las cuestiones anteriores, dar una cuando se ocupan de mantener
visión preliminar de este tema, no ciertos equilibrios macroeconómi-
quiero omitir aquí algunas observa- cos básicos. Además, el estado
ciones generales. moderno, sobre todo cuando es de-
mocrático, debe ser también un es-
tado de derecho. Esto es, debe res-
En sus mejores versiones la políti- guardar un vasto conjunto de re-
ca es una práctica y un argumento glas y de prácticas que hacen efec-
acerca de una cierta visión del bien tivos y previsibles los derechos de
común de un conjunto de seres hu- todos sus habitantes, incluso –pero
manos. Incluso la política “exterior” no sólo– cuando ellos practican ac-
es vista como un instrumento para tividades económicas. Hoy está
coadyuvar al logro del bien común claro que una efectiva legalidad es-
“interior”, el de la población delimi- tatal y políticas gubernamentales
tada por cada estado. Tal vez el propiciadoras de la vitalidad de los
significado más profundo de la glo- mercados son componentes nece-
balización sea cuestionar el propio sarios del funcionamiento de los
sentido de lo exterior y lo interior propios mercados.
sobre el cual se han basado históri- Empezamos a ver aquí una para-
camente el estado, la nación y la doja: al mismo tiempo que la globa-
propia ciudadanía –que determina lización tiende a erosionar la autori-
quiénes votan en qué países y no dad del estado sobre su territorio,
en otros, aunque lo que se decida en tanto la globalización funciona
en estos últimos sea inmensamen- básicamente mediante la expan-
te gravitante para lo que pasa en el sión de diversos mercados,
propio país-. requeriría de estados dotados de la
Todo esto muestra el grave error gran autoridad necesaria para
de quedar atado a concepciones mantener la efectividad de su lega-
que niegan la inmensa importancia lidad, incluyendo por cierto un po-
de la globalización. Pero, por otro der judicial ágil, eficiente y honesto.
lado, no autoriza el simplismo de La preservación y permanente ac-
16 realidad económica 158

tualización de su legalidad es una En este sentido es sumamente


primaria responsabilidad del esta- market friendly defender un estado
do, hacia sus ciudadanos (as) y fuerte. Esto es, un estado que se
hacia los diversos mercados, na- ocupa mediante una amplia gama
cionales y transnacionales, que de actividades en sostener su propia
atraviesan su territorio. Para esto legalidad aunque, como ya vimos,
hace falta un estado que sea fuer- esa fortaleza del estado y la base
te y que también sea, aunque no que la sustenta –su verosimilitud co-
necesariamente grande, lo que lla- mo autoridad suficiente y auténtica-
maría un estado “amplio”. Con es- mente dedicada al bien público– es-
to quiero decir un estado que abar- tá erosionada por la globalización y
que eficazmente un amplio espec- la enorme expansión de los merca-
tro de actividades, incluyendo los dos con que ella se expresa.
complejos marcos regulatorios sin
los cuales, pese a algunas ortodo- ● Hasta ahora me he referido a
xias contemporáneas, el funciona- aspectos en los que, aunque no
miento de los mercados tiende a siempre se lo reconozca, el estado
distorsionarse y producir severas es complementario con el mercado.
externalidades. Llego ahora al punto en que ambas
En todos estos aspectos, la efecti- entidades, estado y mercado, son
vidad de la ley está lejos de ser ga- contradictorios. Además de las
rantizada por la sola aplicación de responsabilidades que ya he seña-
su lado punitivo. Esa efectividad lado, también incumbe al estado, al
depende mucho más de patrones menos en la medida en que pueda
de educación y sociabilidad que va- proyectar una imagen verosímil de
loran intrínsecamente dicha legali- dedicación principal al bien público,
dad, de una ciudadanía que sea controlar e incluso cancelar algu-
efectiva no sólo en el acto de votar nos efectos del mercado en rela-
sino también en el conjunto de la vi- ción con los sectores más débiles o
da social y, también, de que cada vulnerables de su población. En los
uno sea tratado respetuosamente libros de texto todos los mercados
como real portador de los derechos son iguales. En los mercados rea-
que esa legalidad invoca. Estos as- les hay cruciales diferencias de re-
pectos sólo pueden ser aproxima- cursos económicos, de organiza-
dos bajo un régimen democrático ción, de información y de acceso a
–por eso, una vez que reconocen la la economía internacional y al pro-
necesidad de una efectiva legali- pio estado. El secreto de la eficien-
dad, los amigos de los mercados cia del mercado es, precisamente,
deberían saberse también firmes premiar a los fuertes y eficientes y
amigos de la democracia-. tender a eliminar a los que por cual-
El logro de estos aspectos subya- quier razón son más débiles. Pero,
centes a la efectividad del sistema por otro lado, salvo el caso extremo
legal y de la ciudadanía nos devuel- de quienes creen que es culpa de
ve al tema de la legitimidad del es- los socialmente débiles ser débiles,
tado como agente verosímil de al- es necesario recordar que parte
guna versión aceptable del bien co- fundamental de la legitimidad del
mún: la observación voluntaria y re- estado, así como de la legitimidad
gular de la legalidad se conecta es- del régimen político (especialmente
trechamente con esa verosimilitud. si es democrático, ya que la digni-
Estado, democracia y globalización 17

dad humana predicada por la ciu- políticas agrarias, dirigido a elimi-


dadanía presupone una mínima nar desigualdades extremas y a
base material) es contrarrestar los promover la emergencia de una po-
efectos del mercado en favor de los blación rural que tiene suficiente
que no pueden soportarlos. Ambas seguridad jurídica, conocimientos y
lógicas, la del mercado y la del es- capacidad organizacional para par-
tado, tienen sentido, ambas son ne- ticipar activamente en la vida eco-
cesarias y ambas coexisten, aun- nómica, social y política de su país.
que en el plano que acabo de indi- Excuso señalar que estos pilares
car lo hacen de una manera que es nunca han sido muy sólidos en
ineluctablemente contradictoria. nuestros países y que, con pocas
Negar esta inherente tensión –es excepciones, se han debilitado aún
decir, atribuir primacía absoluta al más al compás de las crisis econó-
mercado o al estado– conduce a micas que hemos sufrido y, tam-
simplificaciones ideológicas que, bién, en las ideas cerradamente
aunque aparentemente opuestas, antiestatistas que han inspirado al-
coinciden en ser socialmente des- gunas de las políticas orientadas a
piadadas. resolver dichas crisis.
Si a veces en nuestro pasado la De una manera o de otra, desde
lógica del estado tendió a sofocar la esos dos grandes fenómenos mo-
lógica del mercado, me parece que dernos, el estado y la economía ca-
actualmente, bajo los ritmos de la pitalista se originaron conjuntamen-
globalización, hemos pendulado te, y sobre todo desde que esta
hacia el opuesto y no menos dañi- economía y sus mercados son el
no extremo. Recordemos que, más eje motor de la globalización, los
allá de dogmas y de modas, ningún estados se han tenido que enfren-
estado de países razonablemente tar con la tarea, sumamente difícil
dinámicos y exitosos ha dejado, a pero necesaria de, por un lado fo-
veces mejor y a veces peor, de mentar el mercado y por el otro
contrarrestar el mercado en favor controlarlo. Bajo la globalización,
de los sectores débiles de su pobla- esta tarea es más necesaria, dificil
ción. Recordemos además que es y cambiante que nunca, esto marca
en esos países donde la democra- la enorme importancia y dificultad
cia ha logrado raíces más durade- actual de la política y, dentro de
ras y profundas. ella, de las tareas de gobierno: bus-
Estos logros, a su vez, han tenido car tesoneramente los siempre
dos pilares que no son producto au- cambiantes puntos de equilibrio en-
tomático de los mercados. Uno de tre fomentar y controlar no “el” mer-
esos pilares es un servicio civil que cado sino múltiples mercados, ca-
en las tres ramas del estado es ra- da uno de ellos con sus propias ca-
zonablemente eficaz, entrenado, racterísticas y exigencias; recono-
motivado y remunerado. Sin este ti- cer que mercados muy importantes
po de agente público las acciones escapan al poder del estado nacio-
estatales, por necesarias y en prin- nal y sin embargo intentan dirigir al-
cipio acertadas que fueren, tienden gunas de sus consecuencias; y
a distorsionarse gravemente, si no convencer que estas búsquedas se
a producir resultados opuestos a siguen orientando, aunque a veces
los buscados. El otro pilar es un confusa y polémicamente, hacia el
haz consistente y persistente de bien común del país.
18 realidad económica 158

La abundancia de dogmas y la nuestros actuales estados, no le


carencia de teorías adecuadas, la niegan su papel indispensable en la
generalizada sensación de estar promoción del desarrollo, la profun-
sujetos a procesos que nadie pue- dización de la democracia y el logro
de controlar, la dificultad de rela- de sociedades más humanas. Se
cionar claramente las decisiones trata de apuntar hacia una cierta
políticas y políticas públicas con el calidad del estado sin la cual difícil-
bien público, así como la evidencia mente podemos navegar, entre
que a veces no es la motivación de otras cosas, las tormentas de la
dichas políticas, agregadas a las globalización; me refiero a que ese
tendencias desarticuladoras que estado no sea cualquier estado si-
genera la globalización, todo esto no que sea uno que incluya un ré-
subyace a un fenómeno no menos gimen democrático.
mundial que la globalización; el ¿Por qué democracia en un con-
pesimismo, si no cinismo, que se texto como el que acabo de des-
observa en casi todo el mundo cribir? La respuesta no es obvia,
acerca de lo que el estado, la polí- ya que ese contexto puede pare-
tica y los políticos pueden hacer. cer justificar, como lo hace en
Esto, a su vez refuerza las ideolo- otras latitudes, alguna forma de
gías que demonizan el estado y la autoritarismo supuestamente ilus-
política, lo cual por su parte erosio- trado. En estos tiempos de la glo-
na aún más lo que antes llamé la balización un régimen democráti-
verosimilitud del estado y por ex- co es más necesario que nunca
tensión de la política, como agen- por al menos dos razones. Una es
tes del bien común, que la democracia es la positiva
aceptación de la diferencia de una
● Frente a esto nuestra perpleji- multiplicidad de voces que apren-
dad no ayuda. Nuestro sensato re- den a coexistir pacíficamente. Es-
conocimiento de que -excepto co- to, con un poco de suerte, bastan-
mo profesión individual de fe reli- te de buenos liderazgos y mucho
giosa- ya no podemos aspirar a de diálogo es más útil que la voz
descifrar el sentido de la historia, monocorde del autoritarismo para
empalidecen nuestros argumentos ir descubriendo los desfiladeros
frente a las grandes y vociferantes que nos pueden sacar de los dile-
seguridades de los que aseguran mas que he descripto. La otra ra-
que en realidad nada ha cambiado, zón es que, para que esto sea po-
así como de los que ven en el im- sible, el estado debe cumplir, con
perio sin trabas de los mercados razonable eficacia y legitimidad,
globalizados el futuro tan inelucta- no sólo sus tareas promotoras de
ble como preferible de la humani- la sociedad en su conjunto, inclu-
dad. Max Weber tenía razón cuan- yendo el desarrollo de los merca-
do dijo que la política es un arduo y dos, sino también las protectoras
tesonero pulir de duras maderas. de los efectos de esos mismos
Por esto me parecen importantes mercados. Esto a su vez presupo-
los esfuerzos que desde diversos ne que los beneficiarios de esas
ángulos se realizan actualmente tareas sean voces activas, no sim-
para discutir y eventualmente im- plemente recipiendarios pasivos,
plementar reformas que, recono- en el proceso político sólo la de-
ciendo las múltiples deficiencias de mocracia hace posible, aunque no
Estado, democracia y globalización 19

garantiza, esto. fundamentalmente técnicos, para


● Permítaseme recapitular. El eje seguir pasivamente un rumbo que
central de mi argumento ha sido el los azorados navegantes no pue-
juego complejo y a veces contradic- den determinar. Más precisamente,
torio entre, por un lado, el inmenso ya no quedaría lugar para la políti-
dinamismo de la globalización y, ca en su mejor sentido, el de bús-
por el otro, la necesidad de un esta- queda, en diálogos y conflictos, de
do fuerte y amplio, asentado sobre maneras de aproximar el logro de
una ciudadanía conciente y una so- versiones aceptables y respetables
ciedad civil vigorosa, capaz de ser del bien común. La imagen de na-
foco de lealtades de la población, vegar con buena técnica pero sin
de sostener un sistema legal justo y rumbo es, por supuesto, una cari-
efectivo, de promover y a la vez do- catura. Pero en algunos de nues-
mesticar las principales consecuen- tros países no faltan situaciones
cias socialmente dañinas de los que parecen aproximarse peligro-
mercados y de sustentar un régi- samente a ella.
men democrático. Parte importante Por su propia naturaleza, la globa-
del problema es que la globaliza- lización no excluye ninguna parte
ción ya está y seguirá estando, pe- del planeta. Hoy vemos también a
ro tenemos muy poco del tipo de los más poderosos países luchan-
estado que acabo de delinear. Otra do por encontrar respuesta a los di-
parte del problema, no menos preo- lemas y desafios que he anotado.
cupante, es que el avance de la También vemos a esos países va-
globalización sin un estado que la cilando, cambiando rumbo y no po-
domestique disminuye la probabili- cas veces fracasando en esos in-
dad de lograr tal estado. Ante esta tentos. Allí también reina amplio es-
carencia, estos países nuestros, cepticismo y cinismo acerca de lo
que nunca fueron ejemplo de igual- que el estado, la política y los polí-
dad ni de homogeneidad, se hacen ticos pueden realmente hacer. Allí
más desiguales, más heterogéneos también queda claro -me temo que
y más desarticulados. más claro que en parte de América
Frente a esto, una reacción que latina- que sería un terrible error
debe ser tomada en serio es la de adaptarse pasivamente a las ten-
no hacer nada: ¿para qué nadar dencias desarticuladas y desiguali-
contra tan fuertes corrientes? Ade- zantes de algunas de las corrientes
más, si uno ignora cómo funcionan de la globalización. También en
los mercados reales y cree ciega- esos países está vigente, como en-
mente en los libros de texto, tal vez tre nosotros, la pregunta que for-
sea posible convencerse de que a mulé antes acerca de cuál debería
la larga -vaya a saber cuándo- los ser hoy el lugar del estado y de la
beneficios de la globalización y sus política, y del arco de solidaridades
mercados habrán de alcanzar a los que ambos tienden a tejer sobre un
muchos que primero nuestra histo- territorio determinado.
ria y más tarde esta globalización Pero la similitud genérica de los
han ido dejando de lado. Claro que problemas puede esconder la es-
en un mundo así ya no queda lugar pecificidad con que ellos se plan-
para la política ni para la democra- tean en cada caso y, por lo tanto, la
cia. En ese mundo sería sólo cues- especificidad de las respuestas que
tión de ajustar algunos detalles, hay que explorar. Sobre todo, no
20 realidad económica 158

deberíamos ignorar que si lo dicho leza, el nivel de análisis en que se ha


acerca de los países centrales colocado y las propias limitaciones
muestra el enorme impacto univer- de su autor, termina sin proponer po-
sal de la globalización, ese impacto líticas o decisiones concretas. Pero
es más fuerte, al menos en sus la- espero que sirva como enunciación
dos negativos, cuanto más débiles de algunos factores contextuales, o
son nuestros estados y nuestras parámetros aceptables, dentro de
economías, y cuanto más desarti- los cuales, nos guste o no, los diver-
culadas ya eran y siguen siendo sos aspectos de la reforma del esta-
nuestras sociedades. No me cabe do deben desarrollarse. En éste y
duda de que el futuro de nuestros otros planos sólo podríamos ignorar
países depende, en muy buena a alto costo las complejas relaciones
medida, de la combinación de vigor -en parte complementarias y en par-
y flexibilidad, alimentada de autén- te contradictorias- que he esbozado
tica preocupación por el bien co- entre el estado y los mercados cre-
mún, con que importantes segmen- cientemente globalizados, así como
tos de la población, incluidos muy el papel indispensable de la demo-
especialmente sus segmentos diri- cracia para encontrar, sustentar y le-
gentes, acepten y a la vez domesti- gitimar las soluciones que habrá que
quen la globalización mediante for- ir explorando dentro de los laberintos
talecidos estados nacionales.* que nos impone este mundo actual.

● Este documento, dada su natura-

*Agradezco a Carlos Tobar haberme sugerido este punto.

You might also like