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Trabajo Cartilla
Trabajo Cartilla
Es por ello que el cerebro es de suma importancia en la adquisición del aprendizaje, puesto
que, en él es donde se dan las funciones mentales o cognitivas superiores. La atención, la
memoria, el juicio, el pensamiento, la personalidad y el lenguaje; por lo que, permite el
desempeño del alumno.
Pues bien, como educadores, sabemos que todas las personas no aprendemos de la misma
manera, pues unos aprenden más que otros ante los mismos contenidos y metodologías de
enseñanza; porque se retiene más o menos información o porque nos encontramos más o
menos motivados para aprender, por lo que, debemos acudir a diversas estrategias que
permitan estimularlo.
Cerebro humano
Órgano complejo, ubicado dentro del cráneo, que gestiona la actividdad del sistema
nervioso. Forma parte del Sistema Nervioso Central (SNC) y constituye la parte más
voluminosa y conocida del encéfalo. Está situado en la parte anterior y superior de la
cavidad craneal y está presente en todos los vertebrados. Dentro del cráneo, el cerebro flota
en un líquido transparente, llamado líquido cefalorraquídeo, que cumple funciones de
protección, tanto físicas como inmunológicas.
El encéfalo
Es la parte que está encerrada y protegida dentro del cráneo, él mismo que tiene tres
componentes: el cerebro, el cerebelo y el tallo cerebral, siendo el cerebro la parte más
representativa de todo el encéfalo.
Corteza cerebral
Formada por dos materias: la materia gris que procesa la información y el razonamiento, la
materia blanca se encarga de la transmisión de información cerebral al resto del cuerpo
humano. El hemisferio izquierdo es el responsable del movimiento y la percepción
sensorial de la parte derecha de nuestro cuerpo, el razonamiento lógico, la inteligencia
lingüística y la habilidad matemática mientras que el hemisferio derecho se encarga de los
movimientos y la percepción del lado izquierdo, la visión, la creatividad y la imaginación.
El lóbulo frontal
Está situado en la parte central de la cabeza, gracias al área de Broca produce el habla y
lenguaje, regula, planea y supervisa los procesos psicológicos más complejos de la persona,
se considera el centro ejecutivo del cerebro, que nos permite ejecutar varias acciones como:
planificar, fijar la atención, memorizar a largo plazo, comprender lo que vemos y controlar
las emociones entre otras (Franco, 2017)
El lóbulo parietal
Está sobre el lóbulo occipital y detrás del lóbulo frontal , se encarga recibir las estímulos
eléctricas y químicos como la percepción sensorial, el razonamiento espacial, el
movimiento del cuerpo, sensaciones táctiles , sensaciones de dolor entre otras (Parra, 2018)
Lóbulo occipital
Lóbulos temporales
Están pegados casi a las sienes y a ambos lados de nuestro cerebro, regulan gran cantidad
de procesos, ayuda a reconocer rostros. También se relacionan con la articulación del
lenguaje y la comprensión de los sonidos, las voces y la música, facilita el equilibrio,
participa en la regulación de las emociones, como la motivación, la rabia, la ansiedad, el
placer (Sabater, 2018).
El diencéfalo
Hipotálamo: Supervisa los sistemas internos para mantener el estado normal del cuerpo
(homeóstasis). Control del equilibrio hormonal, modera funciones corporales (sueño, T°,
consumo de alimentos y líquidos). Si se desequilibra, difícil la concentración.
El cerebelo
Está en la parte inferior y posterior del encéfalo, alojado en la fosa cerebral posterior junto
al tronco del encéfalo.
Estilos de aprendizaje
Son los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos que sirven como indicadores
relativamente estables de cómo los alumnos perciben interacciones y responden a sus
ambientes de aprendizaje (Keefe, 1988).
Ritmos de aprendizaje
Capacidad que tiene el alumno para receptar un nuevo aprendizaje de forma rápida o lenta.
Esto se debe a diferentes factores como: las condiciones físicas del alumno, condiciones
mentales y su contexto, que intervienen en el rendimiento escolar (Promebaz (2008) y
Bedoya (2007)
Las emociones
De modo que el procesamiento cognitivo, por el que se crea el pensamiento, ya se hace con
esos elementos básicos (los abstractos) que poseen un significado, de placer o dolor, de
bueno o de malo, de atracción o rechazo. De ahí lo intrínseco de la emoción en todo
proceso racional, lo que implica aprender.
El Aprendizaje significativo
Atendemos a aquello que nos interesa porque nos proporciona una recompensa positiva o
porque nos evita una recompensa negativa. Aquello que no resulta significativo para
nosotros, no suscita nuestra atención.
En el caso de los alumnos con Trastorno por déficit de atención e Hiperactividad (TDAH)
esto tiene una significación mayor, ya que sus mecanismos de recompensa se ven alterados
por la propia presencia del trastorno, impidiendo aún más la focalización de la atención
sobre el estímulo.
Los niños y adolescentes atienden, aprenden y memorizan más y mejor aquellas cosas que
les han resultado interesantes, que les ha llevado a recordar cosas personales, donde se han
sentido identificados, que les ha suscitado un emoción positiva o negativa, es decir,
aquellos aprendizajes obtenidos o vividos desde su propia experiencia.
Este vínculo se establece por múltiples razones, entre ellas, porque las emociones influyen en la
capacidad de razonamiento, la memoria, la toma de decisiones y la actitud para aprender. Por ello, se
considera que las emociones forman parte del proceso de aprendizaje.
De acuerdo con Bisquerra, "aprendemos aquello que realmente queremos aprender. Las personas
quieren aprender aquello que es importante para ellas, para su vida y para su supervivencia. Y como
todo no cabe en el cerebro, aquello que consideramos no importante, no nos interesa y lo olvidamos".
De todo ello se deriva la siguiente conclusión: "emoción y motivación son anverso y reverso de la misma
moneda". La motivación puede surgir principalmente del valor que le atribuyas a aprender algo, ya sea
por el placer de aprenderlo (intrínseco) o por la utilidad que tiene para alcanzar otros objetivos
(extrínseco).
Estar motivado implica dedicar más atención, tiempo y esfuerzo a algo y, en consecuencia, aprenderlo
mejor. Así pues, se podría decir que la emoción dirige nuestra atención que, a su vez, permite una
mejor focalización para adquirir y consolidar los aprendizajes en la memoria.
Hay emociones que ayudan a aprender, como la curiosidad, pero otras limitan el aprendizaje, como
el miedo. En el primer caso, las emociones positivas te motivarán a seguir aprendiendo. En el segundo,
las emociones negativas harán que quieras dejar de hacerlo.
Creer en tu capacidad para aprender. La percepción que uno tiene sobre sus posibilidades de
alcanzar un objetivo de aprendizaje es clave para la motivación. Si crees que no lo conseguirás, la
desmotivación estará presente. En cambio, si tus expectativas de éxito son altas, estarás más animado.
Por ello, es esencial que te marques objetivos de aprendizaje realistas y asumibles.
Conectar con la interioridad. Para estar motivado durante el estudio es importante realizar conexiones
con los intereses, necesidades personales, actitudes y voluntades de cada uno. Puedes hacerte
preguntas como "¿por qué me interesa aprender esto?", "¿cómo me puede beneficiar?" o "¿qué sentido
tiene aprenderlo?".
Partir de tus conocimientos previos. Para aprender es necesario ser consciente de lo que ya sabes
sobre un tema y realizar conexiones. Esto facilitará la consolidación de aprendizajes en tu memoria.
Llevar a cabo un aprendizaje activo. Implicarte activamente significa analizar de manera crítica
aquello que estás estudiando y convertirte en protagonista del proceso de aprendizaje. Cuando surjan
conceptos que desconozcas o no entiendas conviene que busques información en internet u otras
fuentes para dominarlos y que intentes explicarlos con tus propias palabras.
Entender el contenido. Uno de los problemas que provocan desmotivación es la sensación de no
entender nada. No comprender lo que se explica o lee produce una sensación de aburrimiento,
desmotivación y actitud negativa hacia el estudio. Por eso, es esencial que preguntes y resuelvas todas
las dudas que tengas.
Tomar conciencia de los beneficios del aprendizaje. Las probabilidades de aprender mejor también
dependen de cuánto disfrutes aprendiendo. Por ello, antes de abordar una sesión de estudio te puedes
preguntar: "¿cómo puedo disfrutar en este aprendizaje?". Una posible respuesta podría ser la razón por
la cual estás realizando esos estudios, es decir, tener presente los frutos que obtendrás al adquirir esos
conocimientos.
Buscar las aplicaciones. Conocer las aplicaciones de aquello que queremos estudiar hará que el
aprendizaje sea más interesante. Puedes investigar su utilidad en tu vida profesional, familiar, social,
cultural, etc.
Por otro lado, emociones como el miedo y la ansiedad pueden surgir cuando te enfrentas a un reto de
aprendizaje. Si estas emociones son muy intensas, no ayudarán a que consigas tus objetivos. Un
nivel de ansiedad bajo puede hacer que mejores tu rendimiento, aunque mucha ansiedad puede
producir que te bloquees. Esto deriva en la siguiente clave para asegurar el éxito académico: el
autocontrol y la correcta gestión de las emociones.